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UNA CULTURA PARA LA PAZ DESDE EL ÁMBITO LABORAL “En el fondo son las relaciones con las personas lo que da sentido a la vida” (G.VON HUMBOLT) La Declaración sobre una Cultura de Paz de la Asamblea general de las Naciones Unidas reconoce que la paz no sólo es la ausencia de conflictos, sino que también requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos”, los mismos que debe partir desde el ámbito de una convivencia adecuada entre personas. Uno de los aspectos esenciales en el ámbito laboral es precisamente el aprender a convivir en armonía, porque nos permite vivir una vida digna y en paz. Pero también se debe tener en cuenta en la convivencia de trabajo las buenas relaciones interpersonales y los buenos modales al momento de realizar las diversas actividades encomendadas a cada uno. Hoy en día se piensa y se dice que no se puede convivir adecuadamente debido a diversas circunstancias que se presentan a nivel personal, familiar, profesional, social y sobretodo en el ámbito laboral, lugar donde cada persona está durante mucho tiempo, se piensa que no es posible mejorar la convivencia; pero al mismo el lugar de trabajo es donde cada uno contribuye con sus capacidades y habilidades que con esmero, orden, prudencia y alegría da sentido a su propia dimensión humana. El verdadero don de apertura y servicio en el contexto de paz se debe vivir desde cada uno, si cultivamos el respeto, la sinceridad, el orden, la responsabilidad fundamentado en el amor fraternal con el deseo de que se pueda promover el sentido de la dignidad de la persona como lo más importante en todo ser humano, que inclusive Erich Fromm se refería diciendo que es primordial desarrollar “la capacidad de amar, no se puede dejar de amar a nuestros hermanos”, como lo es el caso de nuestros compañeros de trabajo, a pesar que cada uno es una realidad diferente en cuanto talento, inteligencia, conocimientos; pero en comparación con la identidad de la esencia humana es común a todos los seres humanos”. De lo mencionado es de donde se deduce: “la afirmación de la vida, felicidad, crecimiento y libertad propios, está arraigada en la propia capacidad de amar”, esto es, propiamente lo que debe ayudar a construir una cultura de paz desde los diferentes lugares de trabajo porque la finalidad esencial de la misma es velar del cuidado, del respeto, del bien decir de quienes están cerca de nosotros; es decir, se mejorará el ambiente laboral cuando se comprenda el contexto de que una persona generosa no quiere nada para sí misma, sino que sólo vive para servir generosamente sin recibir nada a cambio, pero con el corazón grande para engrandecer la propia vida y de quienes le rodean, porque la paz también es fruto del amor. La paz constituye la meta de la convivencia social, además es un: “valor que halla su fundamento en el orden racional y moral de la sociedad que tiene sus raíces en el bien supremo”; la paz no es simplemente la ausencia de guerra, sino que se funda en una correcta concepción de la persona humana. Es importante mencionar, que cuando no se valora la dignidad del ser humano y cuando no se establece una adecuada convivencia que esté orientada al bien común y se busque los propios

Una cultura para la paz desde el ámbito laboral

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Page 1: Una cultura para la paz desde el ámbito laboral

UNA CULTURA PARA LA PAZ DESDE EL ÁMBITO LABORAL

“En el fondo son las relaciones con las personas lo que da sentido a la vida” (G.VON HUMBOLT)

La Declaración sobre una Cultura de Paz de la Asamblea general de las Naciones Unidas

“reconoce que la paz no sólo es la ausencia de conflictos, sino que también requiere un proceso

positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en

un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos”, los mismos que debe partir desde el ámbito de

una convivencia adecuada entre personas.

Uno de los aspectos esenciales en el ámbito laboral es precisamente el aprender a convivir en

armonía, porque nos permite vivir una vida digna y en paz. Pero también se debe tener en cuenta en

la convivencia de trabajo las buenas relaciones interpersonales y los buenos modales al momento de

realizar las diversas actividades encomendadas a cada uno.

Hoy en día se piensa y se dice que no se puede convivir adecuadamente debido a diversas

circunstancias que se presentan a nivel personal, familiar, profesional, social y sobretodo en el

ámbito laboral, lugar donde cada persona está durante mucho tiempo, se piensa que no es posible

mejorar la convivencia; pero al mismo el lugar de trabajo es donde cada uno contribuye con sus

capacidades y habilidades que con esmero, orden, prudencia y alegría da sentido a su propia

dimensión humana.

El verdadero don de apertura y servicio en el contexto de paz se debe vivir desde cada uno, si

cultivamos el respeto, la sinceridad, el orden, la responsabilidad fundamentado en el amor fraternal

con el deseo de que se pueda promover el sentido de la dignidad de la persona como lo más

importante en todo ser humano, que inclusive Erich Fromm se refería diciendo que es primordial

desarrollar “la capacidad de amar, no se puede dejar de amar a nuestros hermanos”, como lo es el

caso de nuestros compañeros de trabajo, a pesar que cada uno es una realidad diferente en cuanto

“talento, inteligencia, conocimientos; pero en comparación con la identidad de la esencia humana es

común a todos los seres humanos”. De lo mencionado es de donde se deduce: “la afirmación de la

vida, felicidad, crecimiento y libertad propios, está arraigada en la propia capacidad de amar”, esto

es, propiamente lo que debe ayudar a construir una cultura de paz desde los diferentes lugares de

trabajo porque la finalidad esencial de la misma es velar del cuidado, del respeto, del bien decir de

quienes están cerca de nosotros; es decir, se mejorará el ambiente laboral cuando se comprenda el

contexto de que una persona generosa no quiere nada para sí misma, sino que sólo vive para servir

generosamente sin recibir nada a cambio, pero con el corazón grande para engrandecer la propia

vida y de quienes le rodean, porque la paz también es fruto del amor.

La paz constituye la meta de la convivencia social, además es un: “valor que halla su fundamento en

el orden racional y moral de la sociedad que tiene sus raíces en el bien supremo”; la paz no es

simplemente la ausencia de guerra, sino que se funda en una correcta concepción de la persona

humana. Es importante mencionar, que cuando no se valora la dignidad del ser humano y cuando

no se establece una adecuada convivencia que esté orientada al bien común y se busque los propios

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intereses; no se podrá construir un ambiente pacífico ni tampoco se logrará un desarrollo integral

auténtico de cada persona.

Para lograr una cultura de paz desde el ámbito laboral, por una parte, es necesario vivir un marco de

valores porque son elementos centrales en la existencia de cada persona; y al mismo tiempo los

valores nos orientan en la vida, nos hacen comprender y estimar a los demás, pero también se

relacionan con la imagen que vamos construyendo de nosotros mismos y se relacionan con el

sentimiento sobre nuestra vivencia en el entorno social. El profundizar personalmente en los

valores, es participar en un auténtico proceso de desarrollo y construcción personal. “Los valores

ayudan al hombre y a la humanidad a encontrar más fácilmente la felicidad. A veces cuesta vivirlos,

pero mientras mejor se viven más feliz se es y más felices hacemos a quienes nos rodean”.

Por otra parte, el ejercicio de las virtudes desde el núcleo personal y familiar fortalece

integralmente el ámbito laboral porque contribuye a ser personas de bien; como un aporte esencial

para encontrar sentido a la vida y a su vez nos permite aprender a respetar y valorar a nuestros

compañeros de trabajo como personas humanas.

Finalmente, las buenas relaciones interpersonales dependerá en gran parte de la manera como nos

relacionemos con las demás personas, y la base de estas relaciones tendrá que partir de una

adecuada comunicación con quienes usualmente entramos en contacto a diario. Por lo que es

posible sentar las bases en la edificación de una nueva civilización de paz y de amor desde el lugar

de trabajo, para la construcción de un ser renovado, capaz de amar integralmente, capaz de decidir

responsablemente y compartir con los demás auténticos sentimientos de afecto, respeto y amor; que

permitan de esta manera concebir una sociedad más digna para el ser humano.

En el portal de www.lafamilia.info se menciona que: el conocernos un poco más a nosotros

mismos y saber cuáles son nuestras cualidades para apoyarnos en ellas y cuáles son nuestros

defectos para corregirlos; es lo que precisamente nos ayudaría a mantener una sana convivencia y

al mismo tiempo nos permitirá tener la capacidad de:

- Aprender y modificar actitudes ante las cosas nuevas, de valorar y apreciar las cualidades de los

demás, en vez de fijarnos solo en los defectos y errores.

- Comprensión, lo cual supone ponernos en el lugar del otro. Hablar siempre bien de los demás y

cuando no sea posible, callarse.

- No sentirse enemigo de nadie pues aunque estemos en desacuerdo con otras convicciones,

podemos encontrar muchos otros puntos de coincidencia en la relación con dichas personas.

- Respetar a los demás como deseamos que nos respeten y nos valoren a cada uno de nosotros.

No olvidemos que todos los días de nuestra vida sean realmente llenos de paz y alegría solamente

depende de cada uno de nosotros hacer la vida agradable y digna a quienes comparten nuestras

ilusiones y actividades laborales; por lo que la paz exterior dependerá en gran medida de la paz

interna que cultivemos cada uno, nadie da de lo que no tiene sino de lo que abunda en su corazón.

Page 3: Una cultura para la paz desde el ámbito laboral

Autor:

Msc. Roberto Carlos Cuenca Jiménez

Docente Investigador

Universidad Técnica Particular de Loja-ECUADOR

Teléfono: (00593) 07 2570 275 ext. 2114 / 2217

E-mail: [email protected]

[email protected]

BIBLIOGRAFÍA

Cuenca Jiménez, R. (2000), La madurez emocional. Loja – Ecuador.

Jesús Asensi, VV.AA., (2001), Educar desde y para la Paz. Editorial Fundación

Fernando Rielo. Madrid-ESPAÑA.

El Libro de los valores (2005). Casa Editorial El Tiempo. Bogotá – COLOMBIA

Fromm, E.: El Arte de amar. (1959). Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona-

España.

Orellana Vilches Isabel. (2007), Repensar lo Cotidiano. Primera edición.

Editorial UTPL. Loja- Ecuador.

Pontificio Consejo <<Justicia y Paz>>. (2005): Compendio de la Doctrina Social

de la Iglesia. Ciudad del Vaticano: Editorial Librería Editrice Vaticana.

Salmurri Ferran. (2004), Libertad Emocional. Círculo de Lectores

Torelló, J. (2003): Psicología abierta. Madrid: Ediciones Rialp, S. A.

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