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Articulaciones, tendones y ligamentos Las articulaciones son el punto de unión de uno o más huesos y su configuración determina el grado y la dirección del posible movimiento. Algunas articulaciones no tienen movimiento en los adultos, como las suturas que se encuentran entre los huesos planos del cráneo. Otras, sin embargo, permiten un cierto grado de movilidad. Es el caso de la articulación del hombro, una junta articulada esférica que permite la rotación interna y externa del brazo y los movimientos hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados. En cambio, las articulaciones de tipo bisagra de los codos, los dedos de la mano y del pie permiten tan sólo doblar (flexión) y estirar (extensión). Otros componentes de las articulaciones sirven de estabilizadores y disminuyen el riesgo de lesiones que puedan resultar del uso constante. Los extremos óseos de la articulación están cubiertos por cartílago, un tejido liso, resistente y protector que amortigua y disminuye la fricción. Las articulaciones también están provistas de un revestimiento (membrana sinovial) que, a su vez, forma la cápsula articular. Las células del tejido sinovial producen un líquido lubricante (líquido sinovial) que llena la cápsula contribuyendo a disminuir la fricción y a facilitar el movimiento. Los componentes de una articulación trabajan conjuntamente para facilitar un movimiento equilibrado y que no cause daño. Por ejemplo, cuando se dobla la rodilla para dar un paso, los músculos poplíteos, en la parte posterior del muslo, se contraen y se acortan recogiendo la parte inferior de la pierna y flexionando la rodilla. Al mismo tiempo, se relajan los músculos del cuádriceps de la parte anterior del muslo permitiendo la flexión de la rodilla. El cartílago y el líquido sinovial reducen la fricción al mínimo dentro de la articulación de la rodilla. Cinco ligamentos alrededor de la articulación ayudan a mantener los huesos debidamente alineados. Las bolsas sirven de amortiguación entre estructuras como la tibia y el tendón de la rótula. Las articulaciones fijas están fijas en su lugar y no pueden moverse en absoluto. Tu cráneo tiene algunas de estas articulaciones (llamadas suturas, ¿recuerdas?), que cierran los huesos del cráneo en la cabeza de una persona joven. Una de estas articulaciones, llamada temporoparietal, es la articulación que rodea los lados del cráneo. Las articulaciones móviles son aquellas que te permiten montar la bicicleta, comer cereales, o jugar a un videojuego - las que te permiten girar, agacharte y mover distintas partes de tu cuerpo. Algunas articulaciones móviles, como las de tu columna vertebral, se mueven sólo un poquito. Otras articulaciones se mueven mucho. Uno de los principales tipos de articulaciones móviles es la articulación en bisagra. Tus codos y rodillas tienen una articulación en bisagra, que te permite doblar y estirar brazos y piernas. Estas articulaciones son como las bisagras de una puerta; al igual que la mayoría de puertas, que sólo pueden abrirse en una dirección, tú también sólo puedes doblar tus brazos y tus piernas en una sola dirección. También tienes muchas articulaciones en bisagra más pequeñas en los dedos de las manos y de los pies. Otro tipo importante de articulación móvil son las articulaciones esféricas. Los hombros y las caderas tienen este tipo de articulación. Están formadas por el extremo redondeado de un hueso que encaja en un área similar a una taza en otro hueso. Estas articulaciones esféricas permiten que haya amplitud de movimiento en todas las direcciones. Asegúrate de tener mucho espacio e intenta mover tus brazos en todas las direcciones. ¿Alguna vez has visto a alguien aceitar una bisagra para hacerla funcionar mejor o para que dejara de chirriar? Bien, tus articulaciones tienen un líquido especial llamado líquido sinovial que las ayuda a moverse con más libertad. Los huesos se mantienen unidos en las articulaciones gracias a

Anatomía articular, tendinosa y ligamentosa

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Articulaciones, tendones y ligamentos

Las articulaciones son el punto de unión de uno o más huesos y su configuración determina el grado y la dirección del posible movimiento. Algunas articulaciones no tienen movimiento en los adultos, como las suturas que se encuentran entre los huesos planos del cráneo. Otras, sin embargo, permiten un cierto grado de movilidad. Es el caso de la articulación del hombro, una junta articulada esférica que permite la rotación interna y externa del brazo y los movimientos hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados. En cambio, las articulaciones de tipo bisagra de los codos, los dedos de la mano y del pie permiten tan sólo doblar (flexión) y estirar (extensión).

Otros componentes de las articulaciones sirven de estabilizadores y disminuyen el riesgo de lesiones que puedan resultar del uso constante. Los extremos óseos de la articulación están cubiertos por cartílago, un tejido liso, resistente y protector que amortigua y disminuye la fricción. Las articulaciones también están provistas de un revestimiento (membrana sinovial) que, a su vez, forma la cápsula articular. Las células del tejido sinovial producen un líquido lubricante (líquido sinovial) que llena la cápsula contribuyendo a disminuir la fricción y a facilitar el movimiento.

Los componentes de una articulación trabajan conjuntamente para facilitar un movimiento equilibrado y que no cause daño. Por ejemplo, cuando se dobla la rodilla para dar un paso, los músculos poplíteos, en la parte posterior del muslo, se contraen y se acortan recogiendo la parte inferior de la pierna y flexionando la rodilla. Al mismo tiempo, se relajan los músculos del cuádriceps de la parte anterior del muslo permitiendo la flexión de la rodilla. El cartílago y el líquido sinovial reducen la fricción al mínimo dentro de la articulación de la rodilla. Cinco ligamentos alrededor de la articulación ayudan a mantener los huesos debidamente alineados. Las bolsas sirven de amortiguación entre estructuras como la tibia y el tendón de la rótula.

Las articulaciones fijas están fijas en su lugar y no pueden moverse en absoluto. Tu cráneo tiene algunas de estas articulaciones (llamadas suturas, ¿recuerdas?), que cierran los huesos del cráneo en la cabeza de una persona joven. Una de estas articulaciones, llamada temporoparietal, es la articulación que rodea los lados del cráneo.

Las articulaciones móviles son aquellas que te permiten montar la bicicleta, comer cereales, o jugar a un videojuego - las que te permiten girar, agacharte y mover distintas partes de tu cuerpo. Algunas articulaciones móviles, como las de tu columna vertebral, se mueven sólo un poquito. Otras articulaciones se mueven mucho. Uno de los principales tipos de articulaciones móviles es la articulación en bisagra. Tus codos y rodillas tienen una articulación en bisagra, que te permite doblar y estirar brazos y piernas. Estas articulaciones son como las bisagras de una puerta; al igual que la mayoría de puertas, que sólo pueden abrirse en una dirección, tú también sólo puedes doblar tus brazos y tus piernas en una sola dirección. También tienes muchas articulaciones en bisagra más pequeñas en los dedos de las manos y de los pies.

Otro tipo importante de articulación móvil son las articulaciones esféricas. Los hombros y las caderas tienen este tipo de articulación. Están formadas por el extremo redondeado de un hueso que encaja en un área similar a una taza en otro hueso. Estas articulaciones esféricas permiten que haya amplitud de movimiento en todas las direcciones. Asegúrate de tener mucho espacio e intenta mover tus brazos en todas las direcciones.

¿Alguna vez has visto a alguien aceitar una bisagra para hacerla funcionar mejor o para que dejara de chirriar? Bien, tus articulaciones tienen un líquido especial llamado líquido sinovial que las ayuda a moverse con más libertad. Los huesos se mantienen unidos en las articulaciones gracias a

los ligamentos, que son una especie de bandas elásticas muy fuertes.

Las articulaciones, en particular las articulaciones en bisagra como el hombro y la rodilla, son estructuras complejas formadas por hueso, músculos, membrana sinovial, cartílago y ligamentos, que están diseñados para soportar peso y movilizar el cuerpo a través del espacio. La rodilla está compuesta por el fémur (hueso del muslo), en la parte superior, y la tibia (hueso de la espinilla) y el peroné en la parte inferior. La rótula se desliza a través de un surco poco profundo en la parte frontal de la porción inferior del fémur. Los ligamentos y tendones se conectan a los tres huesos de la rodilla, los cuales están contenidos en la cápsula de la articulación (membrana sinovial) y son amortiguados por el cartílago.

Los tendones son cordones resistentes de tejido conectivo que insertan cada extremo del músculo al hueso. Los ligamentos están compuestos de un tejido similar, rodean las articulaciones y conectan los huesos entre sí. Los ligamentos contribuyen a reforzar y estabilizar las articulaciones, permitiendo los movimientos sólo en ciertas direcciones. Las bolsas son cápsulas llenas de líquido que proporcionan una amortiguación adicional entre estructuras adyacentes que, de otro modo, rozarían entre sí, ocasionando el desgaste, por ejemplo, entre un hueso y un ligamento.

Un ligamento es una estructura anatómica en forma de banda, compuesto por fibras resistentes que conectan los tejidos que unen a los huesos en las articulaciones.En pocas palabras es una banda fibrosa resistente que confiere estabilidad a la articulación.

El ligamento se compone de tejido conectivo fibroso, de una naturaleza similar a los tendones. Este tejido se encuentra estructurado por un grupo de pequeñas entidades denominadas fascículos, los cuales conforman las fibras básicas. A su vez, en esta estructura existen fibras onduladas que contribuyen de forma significativa en su respuesta no lineal a un esfuerzo de tensión aplicado; sin embargo, aún no está claro en qué forma y cantidad es la relación función-estructura que desempeña un papel en el comportamiento de un ligamento.

La función de los ligamentos es la unión y estabilización de estructuras anatómicas, siendo común de encontrar entre los huesos y cartílagos del organismo, especialmente en aquellos en que forman articulaciones. A diferencia de los tendones, que conectan músculos con hueso, los ligamentos interconectan huesos adyacentes entre sí, teniendo un rol muy significativo en el sistema músculo esquelético. En una articulación, los ligamentos permiten y facilitan el movimiento dentro de las direcciones anatómicas naturales, mientras que restringe aquellos movimientos que son anatómicamente anormales, impidiendo lesiones o protrusiones que podrían surgir por este tipo de movimiento. Este se puede romper fácilmente si la persona se cae o se golpea.

La rodilla

La rodilla es una articulación muy vulnerable que soporta una gran cantidad de presión en las actividades cotidianas, como levantar objetos y arrodillarse, y en otras actividades de gran impacto como correr y hacer ejercicios aeróbicos.

Las siguientes partes componen la rodilla:

• Tibia - hueso de la espinilla o hueso más grande de la parte inferior de la pierna. • Fémur - hueso del muslo o hueso de la parte superior de la pierna. • Rótula - hueso plano situado delante de la articulación de la rodilla.

Los extremos de los huesos están cubiertos por una capa de cartílago que amortigua los golpes y protege la rodilla. Básicamente, la rodilla es la confluencia de dos huesos largos de la pierna unidos por músculos, ligamentos y tendones.

Existen dos grupos de músculos en la rodilla: el cuádriceps (ubicado en la parte frontal del muslo), que permite enderezar la pierna, y el músculo de parte posterior del muslo, que permite doblar la pierna en la rodilla.

Los tendones son cordones resistentes de tejido que conectan los músculos con los huesos. Los ligamentos son bandas de tejido elástico que conectan los huesos entre sí. Ciertos ligamentos de la rodilla proporcionan estabilidad y protección a las articulaciones, mientras que otros limitan el movimiento de la tibia (hueso de la espinilla) hacia delante y hacia atrás.

Permite únicamente movimientos de flexión y extensión, y en muy escasa medida movimientos laterales. La unión de los tres huesos se debe a la cápsula articular cubierta por dentro por la membrana sinovial, y a los ligamentos que por fuera la rodean. En el interior de la articulación se encuentran los meniscos, los ligamentos cruzados y los cartílagos articulares.

ARTICULACIÓN DE LA RODILLA

La rodilla es la articulación más grande del esqueleto humano; en ella se unen 3 huesos: el extremo inferior del fémur, el extremo superior de la tibia y la rótula. Constituye una articulación de suma importancia para la marcha y la carrera, que soporta todo el peso del cuerpo.

Anatomía de la rodillaComo superficies articulares presenta cóndilos del fémur, superficie rotuliana del fémur, carilla articular de la rótula y meniscos femorales (estructuras cartilaginosas que actúan como cojinetes, amortiguando el choque entre el fémur y la tibia). La cápsula articular es grande y laxa, y se une a los meniscos.

Con respecto a la articulación femorotibial puede decirse que el menisco articular la divide en 2 cámaras: la proximal o superior, que corresponde a la articulación femoromeniscal, responsable de los movimientos de flexión y extensión de la pierna; y la distal o inferior, que corresponde a la articulación meniscotibial y permite los movimientos de rotación de la pierna.

La rodilla humana está construida normalmente con un cierto grado de valguismo. Ello significa que estando extendido el miembro inferior, los ejes del fémur y de la tibia no se continúan en línea recta, sino que forman un ángulo obtuso abierto hacia afuera (ángulo femorotibial).

Este ángulo de divergencia de los 2 huesos que constituyen la articulación mide, como término medio, de 170 a 177º. Conviene distinguir desde el punto de vista de construcción de la rodilla humana, el eje anatómico o diafisario del fémur (línea que une el centro de la escotadura intercondílea con el vértice del trocánter mayor) del llamado eje mecánico o dinámico de este, que es la línea que une el centro de la cabeza femoral con el centro anatómico de la rodilla y el centro de la articulación tibiotarsiana; este último eje representa la línea de apoyo o gravedad de toda la extremidad inferior. En los individuos normales, el eje mecánico o dinámico pasa por el centro de la articulación, o bien un poco por dentro (cóndilo interno), o un poco por fuera (cóndilo externo).

Posee un fuerte aparato ligamentoso, cuyos ligamentos son: colateral tibial o interno y fibular o externo, transverso de la rodilla, meniscofemoral anterior y posterior, así como cruzados anterior y posterior.

Mecánica articularLa articulación de la rodilla puede permanecer estable cuando es sometida rápidamente a cambios de carga durante la actividad, lo cual se conoce como estabilidad dinámica de la rodilla.

La arquitectura ósea de la rodilla suministra una pequeña estabilidad a la articulación, debido a la incongruencia de los cóndilos tibiales y femorales; sin embargo, la forma, orientación y propiedades funcionales de los meniscos mejora la congruencia de la articulación y puede suministrar alguna estabilidad, que es mínima considerando los grandes pesos trasmitidos a través de la articulación. La orientación y propiedades materiales de los ligamentos, cápsula y tejidos musculotendinosos de la rodilla contribuyen significativamente a su estabilidad.

Los ligamentos de la rodilla guían los segmentos esqueléticos adyacentes durante los movimientos articulares y las restricciones primarias para la traslación de la rodilla durante la carga pasiva. La estabilidad de la rodilla está asegurada por los ligamentos cruzados anterior y posterior y los colaterales interno (tibial) y externo (peroneo). El ligamento cruzado anterior tiene la función de evitar el desplazamiento hacia delante de la tibia respecto al fémur; el cruzado posterior evita el

desplazamiento hacia detrás de la tibia en relación con el fémur, que a 90º de flexión se verticaliza y tensa y por ello es el responsable del deslizamiento hacia atrás de los cóndilos femorales sobre los platillos tibiales en el momento de la flexión, lo cual proporciona estabilidad en los movimientos de extensión y flexión.

Los ligamentos laterales brindan una estabilidad adicional a la rodilla; así, el colateral externo o peroneo, situado en el exterior de la rodilla, impide que esta se desvíe hacia adentro, mientras que el colateral interno o tibial se sitúa en el interior de la articulación, de forma que impide la desviación hacia afuera, y su estabilidad depende prácticamente de los ligamentos y los músculos asociados.

La articulación de la rodilla realiza fundamentalmente movimientos en 2 planos perpendiculares entre sí: flexoextensión en el plano sagital (eje frontal) y rotación interna y externa en el plano frontal (eje vertical).

1. Movimientos de flexión y extensión: Se realizan alrededor de un eje frontal, bicondíleo, que pasa los epicóndilos femorales.

La flexoextensión de la rodilla resulta de la suma de 2 movimientos parciales que ejecutan los cóndilos femorales: un movimiento de rodado, similar al que realizan las ruedas de un vehículo sobre el suelo y un movimiento de deslizamiento de aquellos sobre las cavidades glenoideas; este último de mayor amplitud que el primero.

En los movimientos de flexiónextensión, la rótula se desplaza en un plano sagital. A partir de su posición de extensión, retrocede y se desplaza a lo largo de un arco de circunferencia, cuyo centro está situado a nivel de la tuberosidad anterior de la tibia y cuyo radio es igual a la longitud del ligamento rotulando. Al mismo tiempo, se inclina alrededor de 35º sobre sí misma, de tal manera que su cara posterior, que miraba hacia atrás, en la flexión máxima está orientada hacia atrás y abajo; por tanto, experimenta un movimiento de traslación circunferencial con respecto a la tibia.

La función de los ligamentos cruzados en la limitación de los movimientos angulares de la rodilla.

2. Movimientos de rotación de la rodilla: Consisten en la libre rotación de la pierna, o sea, en que tanto la tibia como el peroné giran alrededor del eje longitudinal o vertical de la primera, en sentido externo o interno.

La rodilla puede realizar solamente estos movimientos de rotación cuando se encuentra en posición de semiflexión, pues se producen en la cámara distal de la articulación y consisten en un movimiento rotatorio de las tuberosidades de la tibia, por debajo del conjunto meniscos-cóndilos femorales.

En la extensión completa de la articulación, los movimientos de rotación no pueden realizarse porque lo impide la gran tensión que adquieren los ligamentos laterales y cruzados.

La máxima movilidad rotatoria activa de la pierna se consigue con la rodilla en semiflexión de 90º.

En la rotación interna, el fémur gira en rotación externa con respecto a la tibia y arrastra la rótula hacia afuera: el ligamento rotuliano se hace oblicuo hacia abajo y adentro. En la rotación externa sucede lo contrario: el fémur lleva la rótula hacia adentro, de manera que el ligamento rotuliano queda oblicuo hacia abajo y afuera, pero más oblicuo hacia fuera que en posición de rotación indiferente.

Los 2 ligamentos cruzados limitan el movimiento de rotación interna, que aumentan su cruzamiento, y deshacen este último cuando la pierna rota internamente, por lo que no pueden restringir este movimiento de manera alguna. El movimiento de rotación externa es limitado por el ligamento lateral externo, que se tuerce sobre sí mismo, y por el tono del músculo poplíteo.

Al igual que sucede en los movimientos de flexoextensión, los meniscos también se desplazan en el curso de los movimientos rotatorios de la pierna; desplazamientos en los cuales reside la causa de su gran vulnerabilidad.

Las lesiones meniscales solamente se pueden producir, según esto, en el curso de los movimientos articulares, y no cuando la rodilla se encuentra bloqueada en extensión.

Combinaciones incoordinadas de los movimientos de rotación (sobre todo la interna), que hunden el menisco en el ángulo condilotibial, punzándole, con los de flexión y extensión, son causantes de tales lesiones meniscales.

Desplazamientos de la rótula sobre la tibiaLa rótula efectúa 2 clases de movimientos con respecto a la tibia, según se considere la flexión-extensión.

La articulación femorotibial (FT) posee un movimiento tridimensional y, por tanto, 3 componentes de giro: angulación varovalgo (plano frontal, eje anteroposterior), rotación (plano transversal, eje vertical) y flexoextensión (plano sagital, eje transversal). También tiene 3 componentes de desplazamiento: mediolateral, anteroposterior y compresión-separación, de los cuales solo es trascendente el segundo en un mecanismo combinado con el rodamiento de los cóndilos femorales sobre la tibia, guiado por el ligamento cruzado posterior, que predomina en los primeros grados de flexión y el desplazamiento al final de esta.

El movimiento de rotación suele ser generalmente automático e involuntario y de un orden de magnitud poco importante; así pues, el movimiento principal es el de flexoextensión.

MENISCOS. ROTURA Y TRATAMIENTO

El menisco también aporta estabilidad a la articulación de la rodilla. Transforma la superficie tibial en una cavidad profunda. Una cavidad es más estable que una superficie plana. En ausencia del menisco, el fémur, con forma redondeada, podría deslizarse más libremente sobre la superficie plana de la tibia.

El menisco puede romperse de varias formas. Puede desgarrarse todo el borde interno en lo que se denomina una "rotura en asa de cubo". También puede desprenderse un colgajo de su borde libre, o la rotura puede ser degenerativa, donde una porción del menisco está dañada y desgarrada en múltiples deirecciones.

CAUSASLas lesiones meniscales pueden afectar a cualquier edad, pero las causas son algo diferentes en los distintos grupos de edad. En los pacientes más jóvenes, el menisco es una estructura bastante resistente y elástica. Las roturas del menisco en pacientes menores de 30 años generalmente son el resultado de una lesión importante por torsión de la rodilla. Con frecuencia están relacionadas con alguna actividad deportiva. En las personas mayores, el menisco se vuelve más débil con los años. El tejido meniscal degenera y se vuelve menos resistente. Las roturas meniscales a estas edades pueden deberse a un traumatismo menor (por ejemplo, al levantarse de la posición de cuclillas). Las roturas degenerativas del menisco se ven con frecuencia como una parte integrante de la artrosis de rodilla en la población de más edad. En muchos casos, no se recuerda un traumatismo específico que haya roto el menisco.

SÍNTOMASEl problema más frecuente que aparece con un menisco roto es el dolor. Este dolor puede percibirse en la línea articular (donde se sitúa el menisco) o puede ser más difuso y apreciarse en toda la rodilla. Si la parte rota del menisco es lo bastante grande, puede producir un bloqueo: esto es la incapacidad de extender la rodilla por completo. El bloqueo ocurre cuando el fragmento roto del menisco resulta atrapado dentro del mecanismo de bisagra de la rodilla impidiendo la extensión total (imagínese introducir un lápiz en la bisagra de una puerta e intentar cerrarla). También hay consecuencias a largo plazo de una rotura meniscal. El frotamiento continuo del menisco roto sobre el cartílago articular puede causar el desgaste y fragmentación de esta superficie, conduciendo a la degeneración de la articulación. La rodilla puede inflamarse con el uso y volverse rígida y tensa. Esto se debe a la acumulación de líquido sinovial dentro de la rodilla. No es específico de las roturas meniscales, sino que ocurre cuando se inflama la rodilla por cualquier causa.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTOEl diagnóstico comienza con la realización de la historia clínica y la exploración. Con esto se trata de determinar dónde se localiza el dolor, si han existido episodios de bloqueo y si usted siente chasquidos o "clicks" al mover la rodilla. Las radiografías convencionales no sirven para ver un menisco roto. La resonancia magnética nuclear ofrece una buena imagen del menisco. Con esta

máquina, se pueden efectuar "cortes" precisos a través del área de interés. Generalmente se pide esta exploración para descartar lesiones de la rodilla como desgarros meniscales o ligamentarios.

Si la historia y la exploración sugieren fuertemente una lesión meniscal, puede realizarse una artroscopia para confirmar el diagnóstico y tratar el problema al mismo tiempo. La artroscopia es una intervención en la que se introduce una microcámara de fibra óptica en la articulación de la rodilla, permitiendo al cirujano ortopédico observar directamente las estructuras internas de la articulación. Realmente la artroscopia permite a su médico mirar dentro de la articulación y valorar el estado del cartílago articular, los ligamentos y los meniscos.

La cadera

Se define como "cadera" la región que se encuentra a ambos lados de la pelvis. El hueso de la cadera consta de tres secciones:

• Ilio - porción ancha y acampanada del hueso de la cadera (la cresta ilíaca). • Pubis - parte inferior y posterior del hueso de la cadera. • Isquio - uno de los huesos que forman la cadera.

La articulación de la cadera es de tipo esférico, que además de permitir el movimiento, ofrece la estabilidad necesaria para soportar el peso del cuerpo.

El área de la cavidad, ubicada dentro de la pelvis, se denomina acetábulo. La parte esférica de esta articulación corresponde al extremo superior del hueso de la pierna. Se une con el acetábulo para formar la articulación de la cadera.

La cadera es una de las articulaciones más estables del cuerpo. Pero debido a que debe soportar el peso del cuerpo también es propensa a la artritis como consecuencia del exceso de presión. El dolor en la cadera puede deberse a lesiones de los músculos, los tendones o las bursas (pequeños sacos llenos de fluido que amortiguan y lubrican las articulaciones).

Se parece mucho a la del hombro. Sus superfícies articulares son la cabeza del fémur, el acetábulo y el rodete acetabular. Es una enartrosis. Tiene una cápsula muy grande y no limitará por tanto los movimientos. Es muy fuerte asímismo. Realiza todos los movimientos posibles: flexión/extensión, rotación interna/externa, abducción/adducción además de poder hacer circundicción (en forma de cono).

La cápsula de la articulación tiene los siguientes ligamentos:

• Lig. zonular: o también llamado zónula orbicular (es el más profundo de la cápsula y es, como indica el nombre, como un cinturón que la rodea).

• Lig. iliofermoral: desde la cresta ilíaca anteroinferior hasta el trocánter mayor del fémur.

• Lig cubofemoral: del pubis al fémur.

• Lig. isquionfemoral: del troncánter mayor del fémur al isquion (parte inferior lateral del coxal)

• Lig. de la cabeza del fémur (lig. redondo menor). De la fosita de la cabeza del fémur hasta la incisura acetabular o escotadura.

Articulación sacroilíaca

Corresponde a las superfícies en contacto de las carillas auriculares del coxal y del sacro. Depende de los autores se considera amfiartrosis, simfibrosis o sinfisis. Lo importante es que están constituídas por hueso, un fibrocartílago en medio y otra vez hueso. Realiza pequeños movimientos para adaptarse a la posición del cuerpo. Los ligamentos más destacables son: Ligamento sacroilíaco anterior, posterior e interóseo.

Ligamentos propios de la pelvis

• Membrana obturatriz: cubre casi en su totalidad el agujero obturador

• Ligamento inguinal: parte de la cresta ilíaca anteroinferior y va hasta la sínfisis del pubis.

• Ligamento iliolumbar: de las apófisis transversas de las últimas vértebras lumbares hasta las crestas ilíacas.

• Ligamento transverso del acetábulo: el acetábulo es el punto de articulación entre la cabeza del fémur con el coxal. Este ligamento se encuentra en la parte inferior de este acetábulo y actúa como una válvula del rodete ya que permite que la grasa contenida en él pueda salir cuando la cabeza del fémur se mueve.

• Ligamento sacrotuberoso o sacrociático mayor: va del sacro hasta el tuber del coxal.

• Ligamento sacroespinoso o sacrociático menor: va del sacro hasta la espina del coxal.

El hombroEl hombro es la parte donde se une el brazo con el torso. Está formado por tres huesos: la clavícula, la escápula y el húmero; así como por músculos, ligamentos y tendones. Posee cinco articulaciones: tres verdaderas y dos falsas o fisiológicas. Su flexibilidad y fortaleza nos permite hacer toda clase de funciones.

Las verdaderas articulaciones propiamente son la escapulohumeral, acromioclavicular y la esternocostoclavicular. Las articulaciones fisiológicas son la articulación escapulotorácica (sisarcosis) y la articulación subdeltoidea.

Dos de estas articulaciones posibilitan el movimiento del hombro. La articulación acromioclavicular (AC), está situada entre el acromion (parte de la escápula que forma el punto más alto del hombro) y la clavícula. La articulación escapulohumeral, normalmente llamada articulación del hombro tiene forma de cabeza y casquete para permitir al hombro la rotación y el movimiento en todas direcciones separándolo del cuerpo. (Esta cabeza es la parte superior redondeada del húmero; el casquete o cavidad glenoidea, es la parte en forma de disco del borde externo de la escápula en la cual encaja la cabeza). El movimiento del brazo es además facilitado por la capacidad de la escápula para deslizarse tanto vertical como lateralmente a lo largo de la caja torácica. La cápsula es una envoltura de tejido blando que circunda la articulación escapulohumeral y está revestida por una delgada y fina membrana sinovial.

Estos huesos se mantienen en su sitio debido a la intervención de músculos, tendones y ligamentos. Los tendones son fuertes cordones de tejido que unen los músculos del hombro al hueso y ayudan en su movilidad. Los ligamentos unen un hueso con otro, proporcionando estabilidad.

El manguito rotador es una estructura de tendones que, asociada a los músculos, mantiene la cabeza del húmero dentro de la cavidad glenoidal, proporcionando movilidad y fuerza a la articulación.

Dos estructuras transparentes en forma de saco llamadas bolsas, permiten el deslizamiento suave de huesos, músculos y tendones, al mismo tiempo que amortiguan y protegen el manguito rotador del arco óseo del acromio.