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Espacio para el debate y la forja de la conciencia socialista entre los trabajadores del BCV Año 1 • N ro. 12 • Noviembre 2014 • Este impreso es producido por el Movimiento de trabajadores y trabajadoras revolucionarios del BCV • [email protected] E l capitalismo es de naturaleza violenta. La burguesía es despiadada en el despojo y en la forma de proteger sus intereses económicos, lo sentimos a diario en la guerra de mafias y comercio con la que pretenden someter a nuestro pueblo. Gracias a la acción oportuna, eficiente y eficaz del Gobierno Boli- variano y Socialista, hemos podido frenar con éxito el contrabando, la usura, la especulación y el acaparamiento que atenta contra el bolsillo de todas las capas sociales; porque esta guerra económica no distingue entre la clase media y las clases populares, su objetivo es dañarnos a todas y a todos por igual. Gracias a los proyectos de liberación nacio- nal puestos en marcha en América Latina, la situación respecto a la crisis capitalista en ge- neral es diferente que en Europa y en los mis- mos Estados Unidos de Norteamérica, porque aquí efectivamente no se han producido despi- dos masivos, ni se le han quitado las casas a la gente porque no pueden pagar una hipoteca, ni se han dejado de pagar salarios, pensiones o jubilaciones. Por el contrario, los países que han empren- dido proyectos socialistas en la región, como la Venezuela Bolivariana y Chavista, son los úni- cos en el mundo que en este momento tienen planes de gobierno centrados en mantener y elevar la calidad de vida de la gente y en derro- tar la pobreza, el hambre, la miseria, la falta de atención sanitaria, la deserción escolar, entre otros flagelos propios del sistema capitalista. Editorial Llámame perro… pero dame pan L a diferencia entre un capitalista, (no un usurero) y un ladrón, reside en que el rico sabe que para mantener llena la botija, debe invertir y reinvertir “ad infinitum” en cualquier negocio por ruin y nocivo que este sea, mientras que el ladrón para mantener a su cochinito gozando, no tiene otra alternativa que continuar robando. En otras palabras: de donde se saca y no se mete, la necesidad arremete. Estas consideraciones vienen al caso, por las denuncias del diputado Diosdado Cabello, en los mazazos del jueves 6 de noviembre del presente, en el cual develó nuevos planes o la continuación del mismo “gran megaplan”, de insurrección golpista por parte de los eternos “tum- badores” del gobierno y por supuesto la liquidación del proceso revolucionario. Denuncias que a pesar de la chanza con la que iniciamos, no debemos tomarlas a la ligera, pues mucha gente está participando —por intereses económicos— de un juego regido por los grandes comerciantes del petróleo, que con sus estratégicas guerras silenciosas, no tienen nin- gún escrúpulo para destruir lo que se oponga a sus intereses. En esta nueva hora de desestabilización, le tocó convertirse en adalid de la libertad al V.A. Iván “corretú” Molina, exjefe de la Casa Militar de C. A. Pérez y recordado entre otras “heroicas acciones” por el Caso Turpial, jugoso contrato de la Armada otorgado “a dedo” el 29-09-1988 por 11 millones y pico de dólares USA, para la repotenciación de los Sistemas integrales de comuni- cación naval, en el cual “corretú” Molina se vio involucrado. (Ver Últimas Noticias del 02-09-1992). Al repasar los nombres de los jefezuelos de todas las acciones fallidas de golpes de Estado, magnicidio o llamados a desconocer tanto a nuestro Líder Eterno como ahora del presidente Nicolás Maduro, notaremos que lo común en estos “Pranes” es la ansiedad por el dinero. Como animal en celo, el ladrón de cuello blanco cuando ve mermar “su fortuna”, busca cual- quier modo para nivelarla así tenga que hipotecar su propia patria y es aquí cuando se torna peligroso ¿De qué viven o han vivido (apartando las dietas de la AN) sujetos viles como El vampiro Ledezma, julito Borges, kike Capríles, locoldo López en Venezuela y la cantidad de escua-maya- meros que pululan en el sur del Estado de Florida…? ¡Todos! Absolutamente todos lo han hecho del desfalco al erario público: sea nacional, de gobernaciones o alcaldías; timando al sistema tributario y cambiario o estafando a incautos ahorristas. Es el dinero para ser admirado y el po- seerlo para sentirse en la cresta de la ola, es el dominio del gobierno para sobresalir y el control del Estado para saciar estas ansiedades sus motivos para hacer política. Estos alzamientos y llamados a la insurrección, no son producto de verdaderos intereses político-ideológicos en contra de una “dictadura” o en pro de un mejor país. Lo que los estimula a tomar atajos extraconstitucionales, es la “pelazón” en la que andan, pues como expusimos al principio: de donde se saca y no se mete, la necesidad arremete. Ninguno de estos truhanes sabe cómo se lleva el condumio al hogar y ni siquiera se han sudado un pasaje para ir a la playa y aunque mucho hayan robado, el no tener idea ni darle importancia al significado de la palabra ahorro”; a qué se le denomina ganarse el salario o lo que es “inversión”, todas estas fortunas son dilapidadas en el mar de la arrogancia por sus condiciones propias del nuevorrico. Compatriotas: la “pelazón” para estas gentes es mala consejera, por esto llamamos a estar alertas. Mientras más avanza el tiempo más se angustian, porque sienten la falta de dinero y saben que a más tiempo, más se acrecienta nuestro proceso revolucionario. J POR ADÁN CHÁVEZ FRÍAS Continúa en la página siguiente... ¿ ¿ ¿ Fracasó el socialismo ¿ ¿ ¿

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1Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!

Espacio para el debate y la forja de la conciencia socialista entre los trabajadores del BCVAño 1 • Nro. 12 • Noviembre 2014 • Este impreso es producido por el Movimiento de trabajadores y trabajadoras revolucionarios del BCV • [email protected]

E l capitalismo es de naturaleza violenta. La burguesía es despiadada en el despojo y en la forma de proteger sus intereses

económicos, lo sentimos a diario en la guerra de mafi as y comercio con la que pretenden someter a nuestro pueblo. Gracias a la acción oportuna, efi ciente y efi caz del Gobierno Boli-variano y Socialista, hemos podido frenar con éxito el contrabando, la usura, la especulación y el acaparamiento que atenta contra el bolsillo de todas las capas sociales; porque esta guerra económica no distingue entre la clase media y las clases populares, su objetivo es dañarnos a todas y a todos por igual.

Gracias a los proyectos de liberación nacio-nal puestos en marcha en América Latina, la situación respecto a la crisis capitalista en ge-neral es diferente que en Europa y en los mis-mos Estados Unidos de Norteamérica, porque aquí efectivamente no se han producido despi-dos masivos, ni se le han quitado las casas a la gente porque no pueden pagar una hipoteca, ni se han dejado de pagar salarios, pensiones o jubilaciones.

Por el contrario, los países que han empren-dido proyectos socialistas en la región, como la Venezuela Bolivariana y Chavista, son los úni-cos en el mundo que en este momento tienen planes de gobierno centrados en mantener y elevar la calidad de vida de la gente y en derro-tar la pobreza, el hambre, la miseria, la falta de atención sanitaria, la deserción escolar, entre otros fl agelos propios del sistema capitalista.

Editorial

Llámame perro… pero dame pan

L a diferencia entre un capitalista, (no un usurero) y un ladrón, reside en que el rico sabe que para mantener llena la botija, debe invertir y reinvertir “ad infi nitum” en cualquier negocio por ruin y nocivo que este sea, mientras que el ladrón para mantener a su cochinito gozando, no

tiene otra alternativa que continuar robando. En otras palabras: de donde se saca y no se mete, la necesidad arremete.

Estas consideraciones vienen al caso, por las denuncias del diputado Diosdado Cabello, en los mazazos del jueves 6 de noviembre del presente, en el cual develó nuevos planes o la continuación del mismo “gran megaplan”, de insurrección golpista por parte de los eternos “tum-badores” del gobierno y por supuesto la liquidación del proceso revolucionario.

Denuncias que a pesar de la chanza con la que iniciamos, no debemos tomarlas a la ligera, pues mucha gente está participando —por intereses económicos— de un juego regido por los grandes comerciantes del petróleo, que con sus estratégicas guerras silenciosas, no tienen nin-gún escrúpulo para destruir lo que se oponga a sus intereses.

En esta nueva hora de desestabilización, le tocó convertirse en adalid de la libertad al V.A. Iván “corretú” Molina, exjefe de la Casa Militar de C. A. Pérez y recordado entre otras “heroicas acciones” por el Caso Turpial, jugoso contrato de la Armada otorgado “a dedo” el 29-09-1988 por 11 millones y pico de dólares USA, para la repotenciación de los Sistemas integrales de comuni-cación naval, en el cual “corretú” Molina se vio involucrado. (Ver Últimas Noticias del 02-09-1992).

Al repasar los nombres de los jefezuelos de todas las acciones fallidas de golpes de Estado, magnicidio o llamados a desconocer tanto a nuestro Líder Eterno como ahora del presidente Nicolás Maduro, notaremos que lo común en estos “Pranes” es la ansiedad por el dinero.

Como animal en celo, el ladrón de cuello blanco cuando ve mermar “su fortuna”, busca cual-quier modo para nivelarla así tenga que hipotecar su propia patria y es aquí cuando se torna peligroso ¿De qué viven o han vivido (apartando las dietas de la AN) sujetos viles como El vampiro Ledezma, julito Borges, kike Capríles, locoldo López en Venezuela y la cantidad de escua-maya-meros que pululan en el sur del Estado de Florida…? ¡Todos! Absolutamente todos lo han hecho del desfalco al erario público: sea nacional, de gobernaciones o alcaldías; timando al sistema tributario y cambiario o estafando a incautos ahorristas. Es el dinero para ser admirado y el po-seerlo para sentirse en la cresta de la ola, es el dominio del gobierno para sobresalir y el control del Estado para saciar estas ansiedades sus motivos para hacer política.

Estos alzamientos y llamados a la insurrección, no son producto de verdaderos intereses político-ideológicos en contra de una “dictadura” o en pro de un mejor país. Lo que los estimula a tomar atajos extraconstitucionales, es la “pelazón” en la que andan, pues como expusimos al principio: de donde se saca y no se mete, la necesidad arremete. Ninguno de estos truhanes sabe cómo se lleva el condumio al hogar y ni siquiera se han sudado un pasaje para ir a la playa y aunque mucho hayan robado, el no tener idea ni darle importancia al signifi cado de la palabra “ahorro”; a qué se le denomina ganarse el salario o lo que es “inversión”, todas estas fortunas son dilapidadas en el mar de la arrogancia por sus condiciones propias del nuevorrico.

Compatriotas: la “pelazón” para estas gentes es mala consejera, por esto llamamos a estar alertas. Mientras más avanza el tiempo más se angustian, porque sienten la falta de dinero y saben que a más tiempo, más se acrecienta nuestro proceso revolucionario.

POR ADÁN CHÁVEZ FRÍAS

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¿¿¿Fracasó el socialismo¿¿¿

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2 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014

Vemos que en países capitalis-tas, antes considerados como “pri-mer mundo”, las consecuencias del capitalismo son nefastas para las mayorías. La UNICEF en España, indicó ayer que 1 de 4 niños espa-ñoles vive por debajo del umbral de la pobreza; en Portugal, según ci-fras del 2013, el desempleo estaba en 15% y se incrementó el número de personas que viven literalmente en las calles. En EE.UU, no queda nada del sueño americano: en in-forme publicado por el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, en 2012, (y esta cifra ha debido aumen-tar con el agravamiento de la crisis política y social) 49,7 millones de norteamericanos vivían por debajo de la línea de la pobreza, incluyendo a 13,4 millones de niñas y niños, en especial, afrodescendientes y latinos. Esto sólo por men-cionar tres ejemplos, pero en toda la zona de infl uencia del neoliberalismo, la población sufre de estos y otros males peores.

Esa realidad contrasta con lo que vemos en nuestro Socialismo Bolivariano en construc-ción. En apenas tres lustros, hemos recibido el reconocimiento de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2013, por haber logrado los objetivos del Reto de Hambre Cero y por reducir a la mitad, el nú-mero de personas desnutridas desde 1996.

La Venezuela Bolivariana, Socialista y Cha-vista, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), entre 1996 y 1999, los indicadores de pobreza en el país su-peraban 66%, con 10,8% de pobreza extrema; la primera fue reducida a 19,6% , y la segunda a 5,5% al 2013, gracias a los programas sociales de la Revolución.

En 15 años, la inversión social del Gobierno Bolivariano ascendió a 623.508 millones de dó-lares desde 1999. Somos el país suramericano que asigna el mayor porcentaje, 64%, del Pro-ducto Interno Bruto (PIB) a programas de salud, deportes, seguridad social y alimentación.

La mejor manera de mostrar los avances de la Revolución es con las matemáticas, como nos sigue recordando el Comandante Eter-no, debemos continuar divulgando por todas las vías posibles, cuántas escuelas han sido construidas, cuántas vidas han sido salvadas en nuestros CDI; cuántas toneladas de comida se han vendido a precios solidarios a través de Mercal y Pdval; cuánto ha mejorado la vida de los sectores, antes excluidos, en estos años de

Revolución. Allí, en esas cifras, está demostra-do el éxito y la vigencia del Socialismo Boliva-riano que nos propuso nuestro Comandante Supremo en el Plan de la Patria.

Por cierto, el pasado lunes 20 de octubre, se cumplieron 2 años del histórico Consejo de Ministros conocido como el Golpe de Timón, donde el Comandante Chávez nos dejó para siempre las instrucciones necesarias para for-talecer el compromiso con la patria y consolidar defi nitivamente nuestra libertad y soberanía.

En el sentido de fortalecer ese giro estraté-gico, ese Golpe de Timón, es que el camara-da presidente Nicolás Maduro, lanzó las cinco revoluciones para acelerar la marcha hacia el Socialismo Bolivariano y hacia nuestra defi niti-va liberación nacional. ¡Independencia o Nada! ¡Comuna o Nada! Nos dijo entonces el Coman-dante Chávez. Lo continúa gritando a los cua-tro vientos.

Estamos en una coyuntura histórica que nos demanda la máxima exigencia para avanzar en este camino que sigue siendo difícil, porque el enemigo, la contrarrevolución no cesa en su empeño de destruirnos.

Como ya lo hemos demostrado, la única ga-rantía de paz y estabilidad para el país, es el So-cialismo, que no es otra cosa que el poder trans-ferido a las manos del pueblo y las comunidades organizadas; que es la práctica de los valores de solidaridad, humanismo y bienestar colectivo.

El gran reto ahora es lograr la red, la telaraña socialista, como la llamó nuestro líder histórico. En esa articulación, debemos integrar la gestión política y la de gobierno, la sinergia de todas las

instituciones, con la visión geoes-tratégica correspondiente.

Hemos logrado grandes avan-ces, eso es indudable y palpable. Si estuviésemos más articulados en todos los niveles, seríamos más efi cientes. No podemos negar que existen todavía casos donde tenemos debilidades, donde hay corrupción en algunas empresas del Estado, en algunas institucio-nes; donde hay negligencia, bu-rocratismo, poca efectividad. Esto no signifi ca que hemos fracasado.

Recordemos que estamos luchando contra el monstruo heredado de la IV República: el viejo estado burgués.

Por ello, debemos permanentemente recal-car y recordar los logros de la Revolución Bo-livariana, difundir su ideología, el Árbol de las Tres Raíces, la cuarta raíz integradora aprobada por el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que es el pensamiento y la acción de Hugo Chávez, reconocido como el Libertador de esta nueva época.

Con este legado de Chávez, articulamos en-tonces el Golpe de Timón con el Salto Adelante, para proseguir edifi cando nuestro socialismo. En este nuevo Salto Adelante, con sus 5 Revolucio-nes, trabajamos en la consolidación de un nuevo modelo económico que ya tiene grandes avan-ces, pero también algunas debilidades; y de allí la necesidad de acelerar la marcha y terminar de lograr nuestra independencia económica.

Es enorme la tarea: terminar de desmon-tar el viejo modelo capitalista y avanzar en la construcción del modelo económico productivo socialista y de la soberanía agroalimentaria. Tenemos plena independencia y soberanía po-lítica, que nadie lo dude, pero seguimos luchan-do fuertemente por la defi nitiva independencia económica.

En esa batalla, ponemos en marcha una gestión política y de gobierno, no para explotar a los demás, o para usufructuar cuotas de poder o apetencias in-dividualistas, sino para el bienestar colectivo.

La Comuna es una expresión real de organiza-ción y desarrollo popular y la educación desde el maternal (foto derecha) hasta la Misión Ribas, en los sitios más apartados es claro ejemplo de avance social.

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3Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!

Cuando se analizan los resultados de la ofensiva económica que a fi nales del año se llevó para combatir la guerra

económica, lo primero que se concluye es que los precios pueden ser de hecho con-trolados y la especulación atajada de raíz sí se combina la acción del Estado garante con la movilización ciudadana y popular. Inmediatamente, también se concluye que nada de esto ofrece garantías defi nitivas sino se sostiene en el tiempo y consolidan las condiciones sociales, institucionales, ideológicas e incluso anímicas, que hacen que el interés colectivo se imponga sobre la arbitrariedad del poder de los sectores privados y especulativos.

A este respecto, lo primero que hay que tener claro es que la guerra económi-ca debe entenderse antes que cualquier otra cosa, precisamente, como un guerra. En cuanto tal, supone la voluntad tanto de imponerse sobre el otro como de crear las condiciones que así lo permitan. Desde este punto de vista, como toda guerra, es la con-tinuación de la política por otros medios, en este caso, a través de la manipulación y el sabotaje de los medios “económicos” tanto aquellos que tienen que ver con el comercio diario como las variables monetarias, fi nan-cieras y fi scales. El fi n último de la guerra económica emprendida por la burguesía es la consolidación de las condiciones sociales de reproducción y explotación de los grupos concentrados, transnacionalizados, mafi osos y especulativos sobre la sociedad, lo cual pasa por la derrota del gobierno pero también por el aplastamiento de cualquier iniciativa popular y ciudadana de oponérsele. El capital especu-lativo-parásito-buitre que gravita en torno a nuestro país —que es una variación del que gravita sobre el mundo por más rasgos

locales que tenga— necesita de gobiernos que le sean funcionales y de una población sumisa y proclive a dejarse explotar.

Marx decía en alguna parte de sus escri-tos, que en su competencia por conquistar mercados y las mayores cuotas de ganan-cia, los capitalistas fi jan estrategias, alinean sus tácticas y disponen medidas que actúan como carros de combate, que buscan cercar y derribar las plazas contrarias, ocupar terri-torios fortifi cados o abandonados, también establecer sus propias áreas de infl uencia y delimitar sus provincias. En el caso nuestro, los capitalistas hacen exactamente lo mis-mo, no tanto para competir entre ellos como para competir contra la mayoría asalariada y trabajadora. Uno de los rasgos más ca-racterísticos del capitalismo venezolano, tal y como hemos sostenido antes, es que el modelo de acumulación basado en la privatización de la renta y a la captura “en la ruidosa esfera del mercado” de cuotas extraordinarias de plusvalía a través de la especulación de precios, supone una modifi -cación de los esquemas clásicos de compe-tencia intra-capitalistas. Es decir, en nuestro país se da el caso que la competencia entre capitalistas es fi cticia o se da de manera se-cundaria y focalizada, pues la competencia realmente existente y determinante es la que opera entre los capitales cartelizados contra los consumidores asalariados. De manera concertada o no, consciente o inconsciente, premeditada o simplemente por costumbre, el mercado venezolano ha devenido en un mercado de carteles que se reparten las cuotas y acuerdan precios, impiden por cualquier vía —incluso las gangsteriles— la llegada de potenciales competidores que

Tenemos la enorme responsabilidad de cum-plir por mandato del pueblo y de la organización a la que pertenecemos, con el objetivo de alcan-zar la mayor suma de felicidad para el pueblo.

En esa búsqueda, llegó el momento de asu-mir el compromiso con lo que haga falta, hasta dejar el pellejo si es necesario; la Revolución no se hace de lunes a viernes, ni con pañitos de aguas tibias, se hace dejando y dándolo todo por el proyecto en el que creemos .

Estamos en un momento difícil y comple-jo. No hay que subestimar nunca al enemigo, a esta oligarquía y burguesía apátrida, a la ul-traderecha fi nanciada por Washington. Es casi imposible que nuestro avance socialista pueda retroceder, pero el enemigo tratará de frenar-nos usando cualquier método: el terrorismo, la violencia, el asesinato político. Por eso no po-demos descuidarnos; ese enemigo es todavía poderoso y debemos llamar a la entereza, al mayor compromiso y a tener siempre presente al Comandante Eterno, como ejemplo vivo del pensamiento y la acción para la construcción socialista.

Cuando alguien sienta que duda, que fl a-quea, que tiene algún desencuentro con el pro-ceso revolucionario, que piense en el Coman-dante Presidente Hugo Chávez, en su ejemplo, en su dedicación, en su amor al pueblo y a la patria. Créanlo, es el mejor aliciente para reto-mar fuerzas y seguir adelante.

Es difícil que alguno de nosotros llegue a ser como Chávez, porque él es un gigante; uno de esos líderes que surgen cada cien años, cuando despiertan los pueblos; pero en colectivo, todos y todas juntos y juntas, con la conciencia del de-ber social, unidos con el corazón de la patria, seremos como Chávez. El llamado es a no con-fi arnos, a no descuidarnos, el futuro es nuestro y está en nuestras manos; vamos compatriotas, a fortalecer la vanguardia revolucionaria, a ser más efi cientes en la gestión de gobierno y en la gestión política bajo la indiscutible dirección de Chávez, como líder espiritual e ideológico de esta Revolución. Vamos, con paso fi rme y marcha redoblada, a avanzar en el camino de la verdadera liberación. Vamos a alcanzar el punto de no retorno de esta Revolución Socialista Bo-livariana. Digamos, junto con Rosa Luxemburgo y con Hugo Chávez:

¡Socialismo o barbarie! ¡Comuna o nada! ¡Viva Chávez! ¡Viva Maduro! ¡Viva la patria!

Nueva ofensiva económicaNueva ofensiva económica ¿Qué aprendimos de la anterior?

“Todo control de precios implica un ejercicio arbitrario del poder público. Pero esto no es una objeción, pues sustituye a un ejercicio arbitrario del poder privado, que tiene efectos más importantes y excesivamente arbitrario para los que sufren la inflación resultante”.

John Kenneth Galbraith

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POR LUIS SALAS

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4 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014

tienen como consigna sacar la mayor ganancia lo más rápido invirtiendo menos, lo cual se hace especulando con el precio por unidad de cual-quier producto ofertado. A ciertos niveles —los de mayor concentración— la cartelización es premeditada y consciente, —como pasa con los alimentos (Cargill “vs.” Polar)— y con los vehículos (lo que bien explicaba el presidente Maduro al solicitar la habilitante el año pasado: los concesionarios y ensambladoras prefi eren vender un vehículo al precio de cinco antes de fabricar tres más económicos). Ahora bien, esta cartelización premeditada termina arrastrando al resto de la economía, los demás productores y comerciantes se ven expoliados por los más grandes (la especulación con los insumos, el cobro de rentas abusivas, por caso: los alquile-res de locales) o simplemente se ven animados a hacer lo mismo buscando las migajas que los más grandes dejan o exprimiéndole al consumi-dor lo que le han exprimido a ellos.

EL PAPEL DE LA ESPECULACIÓN EN EL CAPITALISMO VENEZOLANO

Parafraseando la promoción de una vieja película del cine negro, del capitalismo vene-zolano debe decirse que la especulación no es su lado oscuro o distorsionado, sino que es el único lado que tiene y la única forma que co-noce y ha conocido para funcionar hasta hoy día. Lo que varía cada cierto tiempo son las in-tensidades, al menos desde 1830, cuando se fundó la República oligárquica de la mano de los representantes de las casas comerciales, la especulación y la tracalería en su sentido más amplio ha sido su signo vital.

Más allá del hecho de la posibilidad que para ello supone la captación de una renta internacio-nal, la especulación funge también de respuesta adaptativa del capitalismo venezolano a la con-fl ictividad social y la movilización histórica de los trabajadores en contra de su explotación. Es que tal confl ictividad y movilización, entre otras con-quistas, tuvo la de procurarse una legislación la-boral garantista que mantuvo ese carácter desde 1936, cuando se creó la primera Ley del Trabajo, hasta la década de los noventa, cuando la ofen-siva neoliberal de la mano de los gobiernos del ocaso puntofi jista y la represión policial modifi có la legislación laboral para retrotraerla a los tiem-pos, cuando eran los gerentes de las petroleras quienes fi jaban los salarios y benefi cios.

En lo concreto, ese carácter garantista y pro-teccionista del trabajo en Venezuela —que no es una prerrogativa otorgada a los trabajadores

sino una conquista histórica— implica que la ex-plotación capitalista tradicional en la esfera del trabajo se desplaza preferentemente —aunque no exclusivamente— a la esfera de la comercia-lización. Esto es, los capitalistas en Venezuela se apropian por la vía de la especulación, en la esfera del consumo aquello que no pueden apropiarse del todo en la esfera del trabajo da-das las barreras legales que tienen para ello, barreras que, como todo el mundo en este país sabe, fueron no solo recuperadas sino llevadas a un nivel superior en los últimos quince años. Así las cosas, por eso siempre hemos dicho que la “infl ación” venezolana no es una distorsión de los mercados en el sentido en que suelen afi r-marlo los expertos económicos convencionales, tanto los de la derecha como los de “izquierda”: la infl ación es la expresión de la transferencia de los ingresos, los salarios y en general de la riqueza social desde un(os) sector(res) de la po-blación hacia otro(s) por la vía del aumento de los precios. En lo fundamental, esta transferen-cia se produce desde los asalariados hacia los empresarios, pero también desde una fracción del empresariado hacia otra fracción de los mis-mos. Dicho de manera más clara: en la infl ación se expresa la lucha de fracciones o sectores empresariales (en especial los más concen-trados) por incrementar sus ganancias a costa del salario de los trabajadores (es decir, de la mayoría de la población) también con cargo a las ganancias de otros sectores empresariales, en especial, los pequeños, medianos y menos concentrados.

Por eso la guerra económica, en el fondo, no es contra el gobierno sino contra la población toda. Conspirar a través de lo económico contra

el gobierno es un prerrequisito necesario para la burguesía nacional y transnacional, en vista de profundizar su guerra estructural y mucho más prolongada contra la población trabajadora. Es decir, la guerra contra el gobierno es una guerra derivada de la guerra originaria, la que involucra a los capitalistas contra los asalariados, en la medida en que la política económica del chavis-mo se ha basado en una distribución más equi-tativa del ingreso, al tiempo que ha excluido a la burguesía del control del Estado, aspecto este clave para su práctica histórica de acumulación de capitales, en cuanto el capitalismo en Ve-nezuela se desarrolló históricamente como un capitalismo de y desde el Estado. En tal virtud, no es solo el gobierno el responsable de enfren-tarla y ganarla sino la población toda, incluso aquella que no comulga con el actual gobierno, que igual se ve afectada.

¿QUÉ NOS DEJÓ EL DAKAZO?

Así las cosas, volviendo al principio, de-rrotar la guerra económica pasa en un primer momento por replicar en la esfera del consumo las mismas garantías que la población tiene en la del trabajo, garantías cuya principal de las cuales se encuentra la de no quedar a merced de los especuladores y tener a dónde recurrir para exigir sus derechos. Al mismo tiempo, en razón de lo mismo, combatir la guerra econó-mica implica generar una movilización popular y ciudadana en defensa de los derechos colec-

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5Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!

tivos, donde entre otras cuestiones, la gente debe tener claro, quiénes son, dónde están y cómo los especulan. El dakazo del año pasado tuvo ese efecto y fue precisamente por eso que FEDECÁMARAS, CONSECOMERCIO e incluso la disonancia aunque para la mayoría desconoci-da Cámara de Comercio de Caracas (que es el poder real económico junto a Venancham) sa-lieron a victimizarse y reclamar que no los estig-matizaran, labor en la cual, dicho sea de paso, algunos analistas “nuestros” los ayudaron. El dakazo tuvo la virtud de liberar a la gente del se-cuestro ideológico en el que los especuladores los mantenían, particularmente porque se pudo ver en vivo y directo a través de las cámaras que no eran ni la “pírrica” asignación de dólares, ni los “miserables” márgenes de ganancia de los comerciantes, ni la “escasez” los causantes del alza alucinada de los precios, sino el acapara-miento criminal, las ganancias (y expectativas) de ganancias obscenas y el tráfi co de dólares sumado a la vocación conspirativa. Ese es el espíritu que debe rescatarse, consolidarse, por sobre todo no abandonarse.

Paralelo a la instauración del PVP y las capta huellas deben tomarse o avanzar en la aplica-ción de otras medidas que rompan con el poder que tienen los sectores concentrados, para inci-dir e incitar la especulación y por tanto la guerra económica. Uno de ellos pasa por desarticular las roscas de comercialización y de proveedores revendedores, de manera que el alza especula-tiva que se origina en un punto X de la cadena no termine en un huracán infl acionario cuando el producto llega al consumidor fi nal. Como di-jimos, muchos comerciantes y productores son víctimas también de la especulación, si bien luego terminan siendo victimarios ellos mismos. Sin embargo, sumando y restando, termina sien-do que sus intereses se hayan más del lado de los consumidores que de FEDECÁMARAS, que hábilmente los capta apelando a la solidaridad gremial aunque sus políticas los puedan llevar a la ruina. Mecanismos como el RUPDAE, sí se utilizan más allá del registro como medio para la planifi cación de la actividad económica que im-plique por ejemplo, priorizar ramas de actividad sobre otras, así como centralizar el suministro e importación de rubros sensibles como alimen-tos y medicinas puede ser la clave de ello.

En fi n, son muchas las cosas que quedan por hacer y que pueden y deben hacerse. Como dijo el presidente Maduro más o menos por estos días el año pasado, lo que suele inter-pretarse usualmente como “crisis” puede leerse también como un escenario de posibilidad para

cambiar lo que hay que cambiar y la mayoría del país está consciente que con esta economía capitalista parasitaria no vamos para ningún lado bueno.

De tal suerte, hay que tener presente que por más efectivos que seamos en los controles públicos y ciudadanos de las prácticas económi-cas (que contrarresten el control arbitrario de los privados concentrados y especuladores), sigue siendo urgente tomar medidas complementarias al nivel de la producción (aumentar la oferta de bienes y servicios producidos y ofertados), tam-bién cambiar las relaciones de producción para evitar que la acumulación y la ganancia sigan determinando las relaciones entre las personas. Sustituir la acumulación individual y la explota-ción como principio organizador de lo económi-co y social por un modelo productivo basado en la lógica de lo común, lo cual, por cierto, incluye la creación de un novedoso y sistema bancario, fi nanciero y de intermediación distinto al privado, también al público, que debería erigirse a partir

de la experiencia de la banca comunal con un doble propósito: por una parte, fi nanciar y repro-ducir el “socialismo productivo”; por la otra redu-cir y al largo plazo evitar que la renta petrolera, el presupuesto público en general y los propios recursos “hechos en socialismo” sigan drenando al capital fi nanciero y comercial, aumentando las condiciones de desigualdad, atrofi a y concentra-ción que caracterizan a nuestra economía y por tanto a nuestra sociedad.

Esto último debe complementarse con lo que el presidente Maduro denominó la revolu-ción fi scal. Es que aprovechando la coyuntura abierta por la baja de los precios del petróleo (coyuntura abierta de modo alarmista y catas-trofi sta, tal y como era la intención de quienes promueven dicha baja o buscan aprovecharla), debería reimpulsarse y llamar a debate nacio-nal el tema de los impuestos, particularmente el hecho de que la actual legislación (pese a las reformas hechas por lo menos en materia

de exenciones IVA para proteger la canasta alimentaria y bienes indispensables) no solo no permite cobrar a quienes más poseen, sino que es usada por los especuladores como cubierta para especular.

En primer lugar, las retenciones por concep-to de IVA deberían ser entregadas al Estado mensualmente y no al cierre fi scal, entre otras cosas para reducir la “tentación” de su evasión y/o su colocación especulativa. En segundo tér-mino, deben eliminarse los ajustes por infl ación del que gozan los capitalistas, que no solo es una manera de protegerse de la infl ación por ellos inducidas sino de utilizar la especulación en provecho propio. Tres, debe subirse el mar-gen de impuesto sobre la renta (sobre todo en casos como la banca privada), adecuándolo a los estándares internacionales, esos que tanto gusta a la oposición citar cuando de aumentar la gasolina se trata. Es que nuestro país es uno de los que cuenta con las más bajas tasas im-positivas de la región (12% del PIB), por debajo de por ejemplo Brasil (34%) e incluso el neolibe-ral Chile (20%), todo sin contar los todavía exis-tentes problemas de evasión y elusión sobre los cuales se ha avanzado, donde, como hemos podido ver en las inspecciones todavía nos falta mucho, dada que la ingeniería comercial del sector privado recurre a todos los medios concebibles para burlar la contribución. Cua-tro, la reforma fi scal debe incluir pechar tanto el patrimonio como las ganancias o la utilidad por ventas lo cual serviría para desincentivar los precios especulativos. Se trata, en mi criterio, de replicar un mecanismo de cobro progresivo similar al de las ganancias extraordinarias por ventas que se usa para los convenios operati-vos petroleros. Es decir, luego de un determi-nado tope —que debería girar el 30% que fi ja la Ley de Precios— lo que ingrese por concepto de ventas debería contar como impuesto y pa-sar por tanto a las arcas del Estado.

Por último, no menos importante, debemos tener presente que en estos temas, toda ac-ción genera una reacción. Es decir, así como las guarimbas, los precios de transferencia para burlar la revisión de las estructuras de costos y el recrudecimiento del contrabando fueron la respuesta a la ofensiva de diciembre pasado, debemos prepararnos técnica, política e ideo-lógicamente para la respuesta a esta nueva ofensiva. Creo que hemos visto sufi ciente como para no subestimar al adversario y creer que se disciplinará fácilmente, en especial, cuando más allá de la avaricia lo animan fuerzas poderosas que se hallan en otras latitudes.

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6 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014

Una enfermedad llamada odio

E l odio es un sentimiento humano pre-sente generalmente, en conciencias enajenadas por valores y principios

egocentristas o narcisistas. Conciencias que perturbadas por medios externos direc-tos tales como personas desequilibradas, líderes políticos reaccionarios o ultradere-chistas, santones nigrománticos o grupos de desadaptados sociales. Esta anormali-dad —porque el odio es eso— es introduci-da en individuos con estas carencias de manera certera a través de los Medios de Comunicación Social, (MCs), como una de las tantas estrate-gias para consolidar sus intereses de domina-ción política y por supuesto económicas.

Otra manera de advertir el odio como altera-ción de la sensibilidad y de la comprensión, es la que se presenta como respuesta sicopática en individuos nacidos y criados en hogares en los cuales la prioridad de sus ductores se cen-tra en la lucha por el ascenso social, dejando la crianza de sus niños en manos extrañas cuando estos tienen suerte, pues generalmente es “so-ledad” su única compañía. Estos “escaladores sociales” ante la actitud de desprecio que como protesta les encaran sus “hijos”, buscan de jus-tifi car o mejor de remendar sus ausencias con costosos obsequios sin evaluar que con estas actitudes, crían seres chantajistas que aprende-rán que lo que no se les dé, lo pueden tomar. Olvidan estos “padres”, que lo primordial para el sano desarrollo de los niños, es el fundamental y económico afecto sincero.

Por lo anterior podemos deducir sin preten-siones de estudiosos sociales, que la escalada de violencia urbana que hemos vivido (y vivire-mos) en contra del proceso revolucionario por parte de grupos anárquicos, son expresiones de odio incoherente y destrucción por el placer de la destrucción más que de lucha o activismo político. Jóvenes caprichosos que son atizados por los medios de comunicación, especialmen-te desde la radio, por otros seres con similares carencias afectivas, con el mismo lenguaje re-vanchista y equivalente ansiedad de venganza social que el de sus “valerosos e indefensos luchadores”. Instigación que les es útil a todos como terapia o válvula de escape para el rencor social que les corroe el espíritu, especialmente cuando ven al pueblo excluido, a los “margina-les”, participar de manera alegre y consciente de “su gota de petróleo”.

Con estas breves refl exiones, pretendemos alertar a todos los activistas y defensores de nuestro hermoso proceso revolucionario, que responder a la violencia demencial de los re-sentidos sociales que mayoritariamente partici-pan en las “guarimbas con la “Ley del Talión” o el ojo por ojo, diente por diente solo traerá per-juicios al nivelarnos con quienes en su afán por fi gurar socialmente, se encuentran hundidos en los más siniestros vericuetos de sus espíritus.

A continuación presentamos una serie de “mensajes” a manera de máximas, que nos podrán ser de utilidad para entender, precisar y hasta evitar este padecimiento que es el odio.

RECAPACITAR ACERCA DEL ODIO

La persona que odia es desafortunada. Ja-más alcanzará el logro absoluto de su deseo y generalmente recibirá como respuesta una ex-presión de misericordia y hasta el perdón de lo odiado.

El odio genera violencia. Más odio: más vio-lencia y más amargura. El odio obtiene como respuesta más odio.

Cuando un MCs sataniza, lo hace para pro-vocar el odio social inconsciente que duerme en sus oyentes.

El odio también se dirige hacia algo. A quie-nes odian algo abstracto como a una idea o a un concepto. Una raza, país o población.

El odio no diferencia. Quien detesta a alguien o a algo siempre sucumbe al odio colectivo que se manifi esta en aversión a lo religioso, ideoló-gico, doctrinal, social, nacional o de cualquier otra índole.

Quienes manifi estan inclinación al odio indi-vidual, son atrapados por el odio colectivo.

El odio colectivo ofrece una especial atrac-ción. Absorbe dentro de su torbellino a infi nidad de individuos que nunca exteriorizaron senti-mientos de odio. Ellos son seres débiles de es-

píritu cuyas actitudes, pensamientos, senti-mientos y conductual, los caracteriza como personas pusilánimes y es predecible que sean arrastrados o sucumban a la infl uen-cia de aquellos que odian con verdadera in-tención. El odio colectivo es más atrayente y peligroso que el odio individual.

EN SÍNTESIS

La mentira dirigida a procurar odio hacia alguien o algo, son las armas de los enemigos del proceso revolucionario. Los revolucionarios no debemos cobijar rencor, pues nosotros es-tamos guiados por sentimientos de amor. “Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad”.

El pueblo tiene que hacer frente a la inocu-lación de prejuicios y discriminaciones sociales, económicas, políticas y raciales, inyectadas por los medios de comunicación y las redes socia-les, que además están presentes en institucio-nes públicas y privadas, incluyendo centros de educación, donde encontraremos docentes que hasta contaminan a sus alumnos con sentimien-tos de odio.

Elevemos las condiciones intelectuales, sociales, culturales y espirituales de nuestros compatriotas, donemos una buena dosis de solidaridad y fraternidad. Un médico no puede curar con odio ni un maestro educar con rencor. No se puede construir un país con reconcomio.

La esencia revolucionaria no reside en destruir lo que nos incomoda, sino en construir nuevas re-laciones. Apartemos el odio, el egoísmo, la indife-rencia y el rencor para solidifi car nuestro proceso de cambio desde la perspectiva del amor.

La Venezuela revolucionaria se distingue por el respeto a la dignidad humana. Sus valores son: trabajo, cooperación y tolerancia. Erradi-quemos el odio y la violencia, marchando uni-dos para fortalecer la paz.

“Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?”.

Ernesto Che Guevara

Esta “pinta” no amerita comentarios.

Este trabajo es la síntesis realizada por el equipo de redacción de ¡Al Encuentro! de la amena conversación sostenida con Oscar Pastor Rodríguez R. sobre su preocupación por el desajuste social que produce el odio y su aumento en sectores de oposición.

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7Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!

Los bancos privados disfrutan de un privile-gio extraordinario: cada vez que conceden un crédito, crean dinero. No monedas o bi-

lletes, que es lo que la gente normal y corriente cree que es el dinero, sino dinero bancario, es decir, medios de pago a través de sus cuentas.

Cuando reciben los depósitos de sus clien-tes los bancos no los mantienen totalmente en reserva para hacer frente a los reintegros que éstos soliciten, sino que conservan en caja una parte mínima y disponen del resto para realizar préstamos (por eso se dice que es un sistema bancario de reserva fraccionaria).

El fenómeno es fácil de entender: Poncio dispone de los únicos 100 euros que hay en la economía y los deposita en un banco. Con su tarjeta de débito o con sus cheques puede rea-lizar pagos por valor de 100 euros. Si el banco concede un crédito de 20 euros a Pilatos me-

diante una simple anotación contable, éste podrá gastar esos 20 euros, de modo que desde ese mismo instante ya hay 120 euros en medios de pago. El banco ha creado 20 euros de dinero bancario.

Como eso se hace sucesivamente y sin descanso, resulta que los bancos “multiplican” sin cesar los medios de pago en la misma medida en que van creando más deuda. Como decía el Premio Nobel de Economía, Maurice Allais, eso signifi ca que los bancos crean dinero ex nihilo, de la nada.

En Europa, la proporción de los depósitos que hoy día están obligados a mantener los bancos en reserva es el del 1%, en el caso de que se trate de depósitos a menos de dos años o que se puedan retirar sin preaviso y del 0% en los demás. Eso implica que, si suponemos que los clientes no retienen dinero en sus manos (lo que hoy día sucede casi siempre, gracias a las tarjetas), un banco puede crear de la nada 100 euros cada vez que un cliente deposita en él 1 euro a menos de dos años y tanto como quieran en el resto de los casos.

Ese es el negocio que le da benefi cios a la banca: crear dinero de la nada generando deuda sin cesar.

Lógicamente, los bancos no han desaprovechado nunca esa oportunidad y se han dedicado a imponer las condiciones que obliguen a que empresas, familias o gobiernos tengan que endeudarse continuamente. Por ejemplo, fomentando la vivien-da en propiedad, en lugar de en alquiler, recortando salarios, permitiendo que se den créditos hipotecarios por encima del valor de la casa, subiendo artifi cialmente el precio de la vivien-da, desgravando fi scalmente los intereses de manera que sea más rentable endeudarse que autofi nanciarse, etc.

Esa y no otra es la causa de que la deuda crezca constan-temente. También de que los bancos tengan crisis cada dos

por tres, puesto que crear deuda de esa forma hace que el valor de sus créditos se separe constantemente del que tienen sus depósitos y su capital en general.

En junio pasado se publicaron los últimos datos anuales que permiten comprobar la re-lación entre el capital y los activos de los 50 bancos más grandes del mundo. Aunque no es exactamente entre depósitos y créditos, la rela-ción refl eja perfectamente cómo ha crecido el negocio bancario y la razón de su permanente inestabilidad.

Esos 50 megabancos tienen en total un ca-pital de 772.357 millones de dólares, mientras que sus activos tienen un valor 87,6 veces ma-yor (67,64 billones de dólares). Pero, hay casos verdaderamente impresionantes. El récord lo tiene el Wells Fargo Bank de Estados Unidos que tiene activos por un valor 2.646,6 veces mayor que el de su capital. Le siguen Citibank, con una relación de 1.793,3 a uno y el ING que tiene 1.550,3 dólares en activos por cada dólar de capital. En el ranking se encuentran el Banco de Santander, en el puesto 15 y con una rela-ción de 196,9 dólares en activos por cada dólar

de capital y el BBVA, en el puesto 35 y con una relación mucho más baja, de 20,5 a uno (la lista completa puede verse en el Bankers Almanac).

El sistema de reserva fraccionaria da lugar a estos monstruos fi nan-cieros que descansan sobre la nada y que es materialmente imposible que se mantengan en pie sin caer en algún momento. La historia lo ha demostrado docenas de veces.

Aunque el sistema es peligrosísimo, la banca ha adquirido gracias a él un poder político inmenso, diabólico, que se extiende a todos los resquicios de la sociedad y que le permite obligar a que sean los ciudadanos los que carguen con los costes multimillonarios que genera cada vez que cae.

Vivimos, pues, en un sistema que permite que la utilización de un ele-mento esencial para crear riqueza, empleo y satisfacción humana como el dinero, que es a la economía como la sangre al cuerpo humano, de-penda exclusivamente de la voluntad de un grupo social privilegiado. Que, además, lo utiliza de la forma más despilfarradora y costosa, creando una deuda creciente que ahoga a la vida económica.

Se mire por donde se mire, no hay más alternativa que acabar con el sistema de reserva fraccionaria y considerar el crédito como un servicio público esencial, obligando a que la banca, sea de propiedad privada o pública, lo gobierne inexcusablemente bajo ese principio. Eso no solo permitiría evitar el infi erno que produce cada crisis que recurrentemente provoca el sistema bancario actual, sino utilizar el dinero que es un bien común para fi nanciar convenientemente a empresas y consumidores y que los intereses (que podrían ser mínimos o utilizados solo como instru-mento de estabilización) revirtieran al Estado, aliviando una parte inmen-sa de la actual carga fi scal.

*Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla. Autor de numerosos libros y trabajos científicos, entre los que destacan últimamente: Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero y Lo que debes saber para que no te roben la pensión, escrito junto a Vicenç Navarro.

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os POR JUAN TORRES LÓPEZ BANCOSllamados

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8 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014

Indudablemente que la guerra económica es una contienda promovida desde el exterior, allí están actuando de forma explícita los

grandes capitales, nacionales y extranjeros y el pueblo debe estar claro, que se libra una batalla contra ladrones de grandes fi rmas y apellidos, que son verdaderas mafi as que se cobran y se dan el vuelto, han recibido dólares para impor-tar todo aquello que el país necesita, pero que-riendo ser más vivos que el resto de venezo-lanos que son consumidores, se esconden en los argumentos de decirle en su cara al cliente, cuando le preguntan por algo que necesita: NO HAY, pero se lo podemos conseguir, eso sí a un precio que está por “X” orden y como tú com-prenderás no queda más alternativa, porque este gobierno no ha dado dólares para traer esa mercancía y la que se consigue ha sido com-prada con dólares de mercado negro, que ya usted sabe a como está.

Este es el cuentecito que se maneja en el co-mercio de pequeños y grandes comerciantes, por supuesto, los pequeños son víctimas del manejo que hacen los grandes con sus men-tiras y tracalerías, éstos a su vez se convierten en marcadores del precio fi nal que paga el con-sumidor.

La triangulación de la venta de mercancía entre empresas de un mismo dueño o dueños, sin salir de un depósito o galpón, con un precio fi nalmente establecido sobre la base de una ga-nancia de hasta quinientos por ciento (500%), como promedio regular, más que un asalto a mano armada, es un verdadero descaro de robo y quienes así lo han venido haciendo no son más que unos verdaderos ladrones, no se

les puede llamar comerciantes, son unos verda-deros pillos.

La incautación de equipos médicos y mate-riales hospitalarios en Tejerías, así como lo más reciente descubierto en Maracay en inmensos galpones, repletos de cauchos y aceites, nos dice a las claras que además del acaparamien-to de productos, infl ación y precios exorbitantes, se demuestra que hay una especie de intento de boicot al gobierno, pero más que esto, se pretende castigar al pueblo que requiere de una gran gama de productos, tanto para el con-sumo humano, la higiene y su transporte. De allí se impone la necesidad de incrementar la inteligencia del pueblo y sus trabajadores, para denunciar a todo aquél que acapare, especule y robe al pueblo.

Esa misma triangulación en la facturación, como estrategia para sacar la mercancía y ven-derla a precios elevados, a través de empresas de maletín, es la misma que se aplica con la venta de vehículos, esto se demuestra con lo realizado por la Superintendencia en el estado Falcón, el día 4 de noviembre. Semanalmente se ven gandolas cargadas de vehículos para

los diferentes estados, pero por arte de magia llegan a los concesionarios y desaparecen. Si a una persona se le ocurre preguntar, en el mo-mento que llegan esos vehículos, cómo adquirir un vehículo de esos, la respuesta es muy sen-cilla: ¡YA ESTÁN VENDIDOS!, sí insiste en pre-guntar, en cómo hacer para tener la posibilidad de adquirir un vehículo, le hablan de que hay mucha gente esperando carro y que la lista es grande, nadie ve una lista certifi cada, que per-mita visualizar los benefi ciarios de los mismos y el orden de espera o de turno de quienes es-tán por adquirir un vehículo. Lo cierto de todo esto, es que la casi totalidad de las agencias de vehículos permanecen vacías, no se ve por ningún lado transacción comercial alguna de vehículo, desde el gerente, hasta vendedores y secretarias permanecen casi todo el día “sin hacer nada”, entonces surgen las siguientes preguntas: ¿hay o no hay venta?, y ¿Cómo se mantienen esas agencias?, la respuesta está en esa triangulación de fi rmas y empresas de maletín, que se encargan de negociar por fuera esos vehículos a quienes están en capacidad de pagar dos y tres veces el valor de un carro.

Esto es ladronismo descarado, porque se roba tanto al Estado que da los dólares preferen-ciales para las autopartes como a las personas que pagan altos precios. Finalmente se puede concluir, que el pueblo venezolano libra una ba-talla contra unos ladrones, que a su vez dicen estar asociados a organizaciones empresaria-les. De allí la necesidad del pueblo a estar alerta y unidos en la lucha por la defensa de la patria y de todas las conquistas sociales logradas en quince años de Revolución Bolivariana.

La guerra económica y la batalla contra ladrones Por : ROMEL ALÍ RODRÍGUEZ

“Como ustedes saben, Fedecámar as y sus aliados, la burguesía, nos han declarado la guerra económica y la he aceptado.

Llamo al pueblo, al gobierno, a todos a la guerra económica.

No podrán con nosotros los oligarcas de Fedecámar as y sus medios de comunicación. Pitiyanquis de pacotillas”.

Comandante Hugo Chávez Frías, Palacio de Miraflores, Consejo de Ministros del 3 de junio de 2010.