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Espionaje según el Mercosur El viernes pasado se reunieron los miembros y observadores del Mercosur. El tema con más cober- tura mediática fue el tratamiento del caso Snowden. Cada presidente buscó la manera de protagonizar en ese tono antiestadounidense tan puesto de moda. Sin embargo ¿los gobiernos de estos países han confirmado la validez de la infor- mación difundida por Snowden? Alinearse con el sujeto espiado es una de las estrategias de los informantes y espías de las grandes potencias. Así lo explica Philip Agee, un exagente de la CIA, en un libro publicado en la década del 70 y titulado "Inside the Company: CIA Diary" cuyos capítulos relacionados con el Ecuador fueron traducidos y editados en una nueva versión. Aunque hay casos más actuales, las experiencias narradas por el exagente alimentaron durante décadas los discursos radicales sin cambiar un ápice hasta el día de hoy. Sin haber leído este testimonio, cuarenta arios después, muchos políticos y profesores universitarios que vienen de esa época, todavía creen que la política doméstica y las relaciones internacionales se suscriben a estos principios que están al margen de la velocidad de las tecnologías de la comunicación y del enorme adelanto en materia de dispositivos informáticos. En resumen, Agee explica cómo él mismo se infiltró en las orga- nizaciones de la sociedad civil, sindicatos, gremios profesionales, claustros docentes, cámaras empresariales, para militar, con- vencer, sobornar o hasta intimidar a ciertas personas asociadas especialmente con los partidos de izquierda. Muchas de las deci- siones que se adoptaron en este espacio ideológico y momento cronológico están salpicadas por las denuncias que hace el propio exagente de la CIA. Entonces no se puede hacer una lectura con- venientemente sesgada de lo que sucedió en ese momento porque los herederos de estas decisiones hoy se encuentran en el poder repitiendo la misma cantaleta. Ahora se entiende mejor por qué los políticos usan tan frecuente- mente el denigrante apelativo del "patio trasero" para nuestros países o para Latinoamérica. De una breve búsqueda en las novedosas herramientas de la era de la comu- nicación, que al parecer no utilizan con frecuencia estos políticos, no encontré una sola referencia fiable que muestre la realidad de esta ignominiosa etiqueta. Al contrario, me da la sensación de que pronunciarla convence a los moderados y enfervoriza a los más radicales en contra de las libertades, del comercio, de la integración con los países del mundo, y justifica una práctica aislacionista en materia de la relaciones internaciones que nos margina de la dinámica mundial de gobierno. En lugar de posicio- narnos en el contexto global, esto nos margina, otra vez como en las décadas del 60,70 y 80 cuando los gobiernos eran mayormente dicta- duras autoritarias reconocidas por los Estados Unidos, que peroraban un discurso modernizador y otras hasta "antiimperialista", espiadas por agentes de inteligencia como Agge, casi como hoy por Snowden. Poco ha cambiado, y aunque ten- gamos autoritarismos con eleccio- nes, a nosotros nos gusta decir y creer en el cuento de que ya nos somos un "patio trasero" de alguna parte. ghidalgoandrade@usales Diario La Hora, domingo 14 de julio de 2013 Sección de Opinión, p. A4

Espionaje según el Mercosur. Gabriel Hidalgo Andrade

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El viernes pasado se reunieron los miembros y observadores del Mercosur. El tema con más cobertura mediática fue el tratamiento del caso Snowden. Cada presidente buscó la manera de protagonizar en ese tono antiestadounidense tan puesto de moda. Sin embargo ¿los gobiernos de estos países han confirmado la validez de la información difundida por Snowden?

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Espionaje

según el

Mercosur El viernes pasado se reunieron los

miembros y observadores del

Mercosur. El tema con más cober-

tura mediática fue el tratamiento

del caso Snowden. Cada presidente

buscó la manera de protagonizar en

ese tono antiestadounidense tan

puesto de moda. Sin embargo ¿los

gobiernos de estos países han

confirmado la validez de la infor-

mación difundida por Snowden?

Alinearse con el sujeto espiado es

una de las estrategias de los

informantes y espías de las grandes

potencias. Así lo explica Philip

Agee, un exagente de la CIA, en un

libro publicado en la década del 70

y titulado "Inside the Company:

CIA Diary" cuyos capítulos

relacionados con el Ecuador fueron

traducidos y editados en una nueva

versión. Aunque hay casos más

actuales, las experiencias narradas

por el exagente alimentaron

durante décadas los discursos

radicales sin cambiar un ápice

hasta el día de hoy. Sin haber leído

este testimonio, cuarenta arios

después, muchos políticos y

profesores universitarios que

vienen de esa época, todavía creen

que la política doméstica y las

relaciones internacionales se

suscriben a estos principios que

están al margen de la velocidad de

las tecnologías de la comunicación

y del enorme adelanto en materia

de dispositivos informáticos.

En resumen, Agee explica cómo él

mismo se infiltró en las orga-

nizaciones de la sociedad civil,

sindicatos, gremios profesionales,

claustros docentes, cámaras

empresariales, para militar, con-

vencer, sobornar o hasta intimidar

a ciertas personas asociadas

especialmente con los partidos de

izquierda. Muchas de las deci-

siones que se adoptaron en este

espacio ideológico y momento

cronológico están salpicadas por

las denuncias que hace el propio

exagente de la CIA. Entonces no se

puede hacer una lectura con-

venientemente sesgada de lo que

sucedió en ese momento porque los

herederos de estas decisiones hoy

se encuentran en el poder

repitiendo la misma cantaleta.

Ahora se entiende mejor por qué

los políticos usan tan frecuente-

mente el denigrante apelativo del

"patio trasero" para nuestros países

o para Latinoamérica. De una

breve búsqueda en las novedosas

herramientas de la era de la comu-

nicación, que al parecer no utilizan

con frecuencia estos políticos, no

encontré una sola referencia fiable

que muestre la realidad de esta

ignominiosa etiqueta.

Al contrario, me da la sensación de

que pronunciarla convence a los

moderados y enfervoriza a los más

radicales en contra de las

libertades, del comercio, de la

integración con los países del

mundo, y justifica una práctica

aislacionista en materia de la

relaciones internaciones que nos

margina de la dinámica mundial de

gobierno. En lugar de posicio-

narnos en el contexto global, esto

nos margina, otra vez como en las

décadas del 60,70 y 80 cuando los

gobiernos eran mayormente dicta-

duras autoritarias reconocidas por

los Estados Unidos, que peroraban

un discurso modernizador y otras

hasta "antiimperialista", espiadas

por agentes de inteligencia como

Agge, casi como hoy por Snowden.

Poco ha cambiado, y aunque ten-

gamos autoritarismos con eleccio-

nes, a nosotros nos gusta decir y

creer en el cuento de que ya nos

somos un "patio trasero" de alguna

parte.

ghidalgoandrade@usales

Diario La Hora, domingo 14 de julio de 2013 Sección de Opinión, p. A4