18
En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 299 Carlo Tognato En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular Carlo Tognato Para muchos, el dinero es un misterio, un símbolo manejado principal- con tanta reverencia y temor reverencial como el primitivo considera las reliquias sagradas que atribuyen poder mágico durante el ritual tribal ... como salvajes embrujados frente a lo sagrado, observamos maravillados las solemnes ganancias y sentimos de manera vaga y casi temerosa que nuestra vidas y la felicidad de nuestros hijos están a la merced de fuerzas misteriosas más allá de nuestro control. …el vocabulario del Wall Street Journal y las secciones económicas de Time y Newsweek … parecen mucho al Génesis, a la Epístola a los Ro- manos y a la Ciudad de Dios de San Agustín. Tras las descripciones de reformas económicas, de la política monetaria y de las convulsiones del Dow, gradualmente reuní las piezas de una gran narrativa sobre el - lieron mal, y cómo se pueden reparar. Los teólogos los llaman mitos de origen, leyendas de la caída y doctrinas del pecado y de la redención. En las sociedades más radicalmente secularizadas.... hay un número de fenómenos aparentemente no religiosos en los cuales se pueden descifrar nuevas y originales recuperaciones del sagrado... dadas: eso a Knight le parecía un pedazo patéticamente pequeño de la actividad humana... el ser humano es un explorador y un experimenta- dor, un buscador de verdades desconocidas y quizás no conocibles, una criatura mejor comprendida a través del estudio de la literatura que 1 1 Véase Nelson (2001: 131).

8. en nombre de la moneda

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 299Carlo Tognato

En nombre de la moneda:el manejo de la banca central

como religión secular

Carlo Tognato

Para muchos, el dinero es un misterio, un símbolo manejado principal-

con tanta reverencia y temor reverencial como el primitivo considera las reliquias sagradas que atribuyen poder mágico durante el ritual tribal ... como salvajes embrujados frente a lo sagrado, observamos maravillados las solemnes ganancias y sentimos de manera vaga y casi temerosa que nuestra vidas y la felicidad de nuestros hijos están a la merced de fuerzas misteriosas más allá de nuestro control.

…el vocabulario del Wall Street Journal y las secciones económicas de Time y Newsweek … parecen mucho al Génesis, a la Epístola a los Ro-manos y a la Ciudad de Dios de San Agustín. Tras las descripciones de reformas económicas, de la política monetaria y de las convulsiones del Dow, gradualmente reuní las piezas de una gran narrativa sobre el

-lieron mal, y cómo se pueden reparar. Los teólogos los llaman mitos de origen, leyendas de la caída y doctrinas del pecado y de la redención.

En las sociedades más radicalmente secularizadas.... hay un número de fenómenos aparentemente no religiosos en los cuales se pueden descifrar nuevas y originales recuperaciones del sagrado...

dadas: eso a Knight le parecía un pedazo patéticamente pequeño de la actividad humana... el ser humano es un explorador y un experimenta-dor, un buscador de verdades desconocidas y quizás no conocibles, una criatura mejor comprendida a través del estudio de la literatura que

1

1 Véase Nelson (2001: 131).

Page 2: 8. en nombre de la moneda

300 Creer y poder hoy

Introducción

En las dos últimas décadas, el principio de independencia de la bancacentral ha surgido como uno de los pilares más firmes del actual ordeneconómico mundial, y los bancos centrales han sido considerados comoel epítome de la racionalidad económica. Por tanto, no sorprende que eldiscurso público sobre bancos centrales haya presentado a los bancos cen-trales de manera técnica. Sin embargo, cuando se habla de bancos centralesen forma no técnica, curiosamente se encuentra que las personas recurrenextensamente al lenguaje religioso.

Los sociólogos no han sido indiferentes a este fenómeno. Mientrasemprendía una polémica feroz contra el Bundesbank, por ejemplo, PierreBourdieu denunció la transformación en curso de la moneda en fenómenocasi religioso. Advirtió que nociones como la globalización o la flexibili-dad circulan casi por intuición religiosa, y estigmatizó a Hans Tietmeyer,entonces presidente del Bundesbank, por utilizar un lenguaje dogmáticoy ritual2.

¿Es relevante dicha transformación religiosa de los asuntos moneta-rios en la esfera pública? Tognato (2003) sugiere que sí. La utilización deun discurso religioso sobre el manejo de los bancos centrales contribuye acatapultar los asuntos monetarios hacia el centro simbólico de la sociedad.Transforma el juego monetario en un drama de la moralidad, ayudandoasí a establecer una cultura de la estabilidad sobre la cual la banca centralindependiente puede operar suavemente. En este ensayo no discutiré losefectos que la transformación religiosa del manejo de la banca central pue-de tener sobre el funcionamiento de la banca central. Más bien, daré unpaso atrás y documentaré dicha transformación; eso me permitirá rescataruna fuente descuidada de conflicto entre civilizaciones que es inherente ala globalización económica.

La posibilidad de que en la sociedad moderna la religión haya experi-mentado un proceso de transformación y de desplazamiento por efecto del

2 “La parte mala de dichas fórmulas de fe es que son proclamadas como verdades auto-evidentes. Nadie se sorprende, nadie se interroga, todo parece claro. La mayoría que rezasegún dicha letanía religiosa no tiene ninguna idea sobre la teoría económica. Hoy en día,el neoliberalismo se ha vuelto lo que para los teólogos medievales era la communis doctorum opinio, la opinión general de los doctores” Pierre Bourdieu, “Wie Maos rotes Buch, En-trevista por Dieter Wild and Romain Leick”. Der Spiegel. N. 50, septiembre 12 de 1996,172-173.

Page 3: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 301Carlo Tognato

cual ha desaparecido de sus lugares tradicionales para reaparecer como mi-tología camuflada o ritualismo degenerado3 en otras esferas ha sido objetode décadas de intenso debate entre filósofos, historiadores, teóricos políti-cos y teóricos sociales4. Los investigadores han reconocido que las religio-nes seculares son “doctrinas que en las almas de nuestros contemporáneostoman el lugar de una fe desvanecida. Ubican la salvación de la humani-dad en este mundo, en un futuro distante, en la forma de un orden socialpor crearse”5. Proveen interpretaciones globales del mundo. Establecen ob-jetivos casi sagrados sobre los cuales definen una métrica para separar elBien del Mal. Muestran cómo lograr el Bien y vencer el Mal. Celebran lasfinalidades colectivas y justifican los sacrificios para lograrlas.

Entre el dominio político las religiones seculares han adquirido dosformas diferentes. Como religiones civiles, han reunido la religión con lapolítica, aun reconociendo las diferencias fundamentales entre ellas. Comoreligiones políticas, han permitido a la política desplazar completamentela religión haciendo que la primera asuma las características que por tradi-ción han pertenecido a la segunda6. La transformación religiosa del manejode la banca central independiente en la esfera pública es un ejemplo de laoperación en sociedades de mercado de una religión económica que com-parte el mismo carácter de las religiones políticas. En otras palabras, enlas religiones económicas, la esfera económica desplaza a la esfera religiosatomando las características de esta última, es decir, sus modos de expresión–sus mitos y rituales, sus formas comunitarias de asociación, sus formas deadhesión basadas en la fe– y sus funciones sociales latentes7.

Antes de proceder, presentaré la estructura de este artículo. En lasección 2 mostraré que tanto los teólogos como los economistas han re-conocido la posibilidad de que las sociedades de mercado sean permeadaspor una religión económica. En la sección 3 ofreceré una reseña generalsobre el discurso religioso que maneja con respecto a la moneda la banca

3 Véase Eliade (1965: 173).4 Véase Löwith (1949), Bultmann (1957: 56-73), Carl Schmitt (1985), Blumenberg (1983),Von Weizsäcker (1964: 162-163), Jacques Ellul (1973, 1977), Alexander (1993), Bellah(1970) y Bellah y Hammond (1980).5 “L’avenir des religions seculieres”, La France Libre, Jul-Aug. 1944. Repr. en RaymondAron, Histoire et Politique: Textes et temoignages. Paris, 1985, p. 370.6 Con respecto a la noción de religión política, véase, por ejemplo, Moltmann (1986) yBurrin (1997).7 Véase Sironneau (1982: 557-565).

Page 4: 8. en nombre de la moneda

302 Creer y poder hoy

central. En particular, me concentraré sobre el caso alemán. En la sección4 señalaré cómo el reconocimiento de dicho fenómeno nos permite veruna fuente de conflicto entre civilizaciones, que es inherente a la actualglobalización económica.

La existencia de una religión económica: perspectivas desde la economía y la teología

La operación de una religión económica en las sociedades de mercadoha llamado la atención tanto de los economistas como de los teólogos.

Deirdre McCloskey ha denunciado a la economía como “fe moder-nista” con sus “Diez Mandamientos y regla áurea”, sus “monjas, obispos ycatedrales”, su “trinidad de hecho, definición y sagrado valor”, su comienzocomo “cruzada de la fe” y su siguiente endurecimiento en “ceremonia”8.

Es con Robert Nelson, sin embargo, que la dimensión religiosa dela economía ha recibido una atención sistemática entre los economistas.Según Nelson, la economía incorpora una metafísica escondida que proveeuna manera para ordenar, interpretar y dar significado a los eventos, y quefunciona como fuente de significado y de finalidad última para los sereshumanos. En el núcleo de dicha metafísica hay la creencia de que la esca-sez es la causa primaria del dolor, del sufrimiento y de la muerte, y que envirtud de su inspiración, la economía nos puede salvar de las consecuenciasde la escasez. Dicho núcleo moral y espiritual de la disciplina –continúaNelson– es responsable por el papel creciente que la economía y los eco-nomistas han venido jugando en la sociedad moderna: una economía quese limitara a elementos estrechamente científicos hubiera sido, y aún sería,cauta, titubeante, tímida –una imitación pálida de menor significación sise la compara con el papel central que los economistas y el pensamientoeconómico han desempeñado en la edad moderna (pp. xxiv-xxv).

Como teólogo de la secularización, Harvey Cox se ha interesado porla reaparición de la religión en la economía. Cox ha llegado a sugerir quela “teología económica” es comparable en extensión y profundidad a lateología de Tomás de Aquino o de Karl Barth. En dicha teología el mer-cado ocupa el puesto del Dios todopoderoso, omnisciente y omnipresente.Como Dios, está rodeado por un aura divina de misterio y reverencia. Eleconomista Gregory Mankiw recientemente se ha referido a la “inexorabili-

8 Véase Nelson (2001: XXIII).

Page 5: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 303Carlo Tognato

dad y misterio de la curva de Phillips”. Sin dicha aura difícilmente hubierasido posible titular su artículo así. Como la deidad inescrutable de Calvino–continúa Cox–, las calidades del mercado no son accesibles a la raciona-lidad humana sino solamente a la verdadera fe como evidencia de cosas novistas, una fe que puede llegar a inmunizar la mirada del economista frentela racionalidad misma y alinearlo con la máxima de Tertuliano: “Credo quia absurdum est” (“Creo porque es absurdo”). Eso podría aparecer comofruto de la ignorancia del teólogo frente a la economía. Sin embargo, hayvoces entre los economistas mismos que apuntan en la misma dirección.

Rogerson (1997), por ejemplo, se ha quejado que la tasa de desem-pleo no inflacionaria de Milton Friedman ha sido superada por las máspoderosas teorías del mercado laboral, es empíricamente superfluo, no hasido útil para predecir la inflación, y ha sido un indicador mediocre deeficiencia alocativa de los recursos en la economía. Además, el concepto hasido cargado con tantos significados, que ha sido difícil comprender cuáles su significado exacto. Sin embargo, ha resistido por décadas. Galbraithse ha alineado con Rogerson: frecuentemente es necesario revisar un pa-rámetro una o dos veces a la luz de nueva información. Las diferencias deespecificación también aplican en etapas tempranas de una investigacióncientífica. Pero mantener un concepto frente a 20 años de variación noesperada y la falta por parte de la profesión de un consenso sobre asuntosprocedimientales es realmente otra cosa. Este resultado se ha vuelto unapena para la reputación de la profesión9.

Cox también ha observado que el mercado se ha transformado enun Yahweh del Antiguo Testamento, un Dios Supremo y únicamente ver-dadero frente el cual cualquiera tiene que plegarse. El mercado permeacada cosa que nos rodea así como a todos nosotros. En otras palabras, seha vuelto un Dios –para decirlo con San Pablo– “en el cual vivimos, nosmovemos y reponemos nuestro ser”. Esta interpretación claramente está enlínea con la lectura que Nelson (2001: 185-186) da de los miembros de latercera generación de la tradición de Chicago como Gary Becker, RobertLucas y Richard Posner: se dice que cada cosa que ocurre en el mundoestá controlada por las fuerzas económicas del mercado, que remplaza laposición estructural de Dios. Todas las dimensiones de la vida, incluyendoel altruismo, el amor, la ideología política, se reducen a la búsqueda econó-mica de un beneficio individual.

9 Véase Galbraith (1997: 101).

Page 6: 8. en nombre de la moneda

304 Creer y poder hoy

Entre los teólogos, sin embargo, los teólogos de la liberación han sidoel grupo que más ha prestado atención a la religión económica. Hugo As-smann, en particular, ha tratado el tema de la manera más profunda ysofisticada. Assmann observa que la racionalidad económica secuestra yfuncionaliza aspectos esenciales del cristianismo… “constituye una ‘reli-gión económica’ que desencadena un proceso idolátrico” y segrega la re-flexión teológica en la esfera ética10. Gracias al vacío dejado por la teología,la economía “expropió y se adjudicó un magisterio infalible acerca delúnico sentido histórico aceptable del ‘mandamiento nuevo’ (Ámense losunos a los otros como yo los amé) en el plano de la economía”11. Además,continúa Assmann, ha ligado el destino de cada individuo –cruel o bené-fico– bajo una comunión que bendice a todos. Esta es la comunión de lossantos y pecadores bajo el “templo monetario”12.

Como Tognato (2003), Assmann sugiere que la transformación de laracionalidad económica en misticismo es mediada por metáforas particu-lares. Específicamente, la metáfora de Homo oeconomicus legitima la brechaentre la realidad que los economistas perciben y la realidad como otrosla perciben. Como dice Assmann (1997: 36), la existencia de un ser tanetéreo como el Homo oeconomicus elimina cualquier corporalidad tangible.Hechos tan concretos y reales como el hambre, la muerte, las necesidadeshumanas, simplemente desaparecen.

Siguiendo a René Girard, los teólogos de la liberación han observadoque a través de la aceptación del mercado como entidad trascendente, y através de la transformación de la economía en religión del destino, el mer-cado ha podido separar la violencia sagrada de la violencia legítima, evitan-do así que dicha violencia se vuelva causa de recriminación y de revancha.Por tanto, la economía se ha convertido en una religión penitencial en lacual víctimas inocentes propiciatorias son sacrificadas al mercado-Molochpara purificar la sociedad13.

Los teólogos de la liberación han resaltado la naturaleza idolátrica dela religión económica. La idolatría no contempla la presencia de un Deus absconditus. Según Sironneau (1982: 524-525), la idolatría no presenta una

10 Véase Assmann (1997: 27).11 Véase Assmann, op. cit., p. 135.12 Ibíd., p. 141.13 Véase Assmann (1991: 131-132).

Page 7: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 305Carlo Tognato

tensión interna entre la necesidad de que lo sagrado asuma una forma ma-terial para manifestarse y la necesidad de que resista el proceso de finitiza-ción por efecto de su incorporación en una forma material. Con base eneso, sin embargo, parece incorrecto sugerir que a la religión económica lefalte dicho Deus absconditus. En verdad, los economistas intentan leer elmercado, pero no necesariamente logran controlarlo. El mercado, en otraspalabras, mantiene su fundamental inefabilidad.

Una vez establecida la plausibilidad de la religión económica en lassociedades de mercado, me enfocaré sobre la manifestación de dicha reli-gión en el discurso público sobre moneda y bancos centrales.

Discurso religioso sobre moneda y bancos centrales: el caso alemán

El manejo de la banca central es un campo altamente técnico. Poreso, no sorprende que el discurso público sobre los asuntos monetariosgeneralmente mantenga un perfil altamente técnico. Sin embargo, dichostratamientos técnicos no son lo único que se encuentra. En una contri-bución extremadamente rara sobre el lenguaje de los asuntos monetarios,Scherbacher-Posé observa que la guerra, la vida y la muerte, la salud, elnacimiento y la infancia, la física y la tecnología, el mar, el deporte, la cons-trucción, el matrimonio y “legiones de metáforas religiosas” han ofrecidocampos alternativos de representación para hablar de la moneda y los ban-cos centrales14. El objetivo de esta sección es proveer una reseña de la utili-zación de metáforas religiosas en el discurso público sobre la moneda y losbancos centrales. Eso permitirá dar cuenta del proceso de transformaciónreligiosa que hace que Dios baje donde operan los corredores de bolsa, quela moneda ascienda al cielo, que el manejo de los bancos centrales se trans-forme en un universo en el cual el olor de velas quemadas y el sonar de loscantos gregorianos sirvan de fondo para oraciones y homilías, para la justi-ficación y glorificación de dogmas, para la invocación del bien y la condenadel mal, para la celebración de la virtud y la censura del pecado, para lasalvación, la damnación y la profecía. Para este ejercicio me enfocaré sobreel caso alemán, dado que el banco central alemán ha sido universalmenteconsiderado como modelo ejemplar de banco central independiente.

14 Véase Brigitte Scherbacher-Posé, “Du mark a l’euro, des mots au roman: monnaie et me-taphors”. En: Rosalind Greenstein (Ed.), Regards linguistiques et culturels sur l’euro. Paris:L’ Harmattan, 1999, pp. 43-66.

Page 8: 8. en nombre de la moneda

306 Creer y poder hoy

Edward Luttwak ha sugerido en un artículo periodístico intitulado“Los verdaderos señores del universo”, que “una nueva religión ha surgidoen el mundo, aún más poderosa para no ser reconocida como tal. Lla-mémosla el banco-centralismo. Es la fe de los hombres que controlan losbancos de los poderes económicos líderes en el mundo. Como gran partede las religiones, el banco-centralismo tiene un dios supremo –la monedafuerte– y un diablo –la inflación”15.

Antes de la introducción del euro, el discurso religioso sobre moneday bancos centrales en Alemania se centraba sobre una entidad todopodero-sa, el marco alemán, una moneda extraordinariamente fuerte, que ocupabala posición estructural de Dios16. Como tal, era sagrada, y su remplazo seconsideraba “sacrílego”17.

El Bundesbank custodiaba al marco alemán, y sus banqueros habían“consagrado sus vidas para fortalecer, proteger y adorar al Dios-marco” 18.

La religión de la moneda y de los bancos centrales comprende uncatequismo que distingue entre el bien monetario y el mal monetario.En particular, diferencia entre la buena moneda y la mala moneda19, yadvierte contra la inflación como sendero seguro hacia la mala moneda.Según dicho catequismo la inflación es engaño. Es “como un país en elcual nadie dice la verdad”20. La inflación es mal. Amenaza la existenciade todos los que golpea. La inflación condena, desmotiva y vuelve depen-diente. La inflación es un problema moral, y la política monetaria es unmétodo institucional para tratarlo. Una política orientada a la estabilidades síntoma de una moral laxa21. La inflación es tentación. Pero, si los polí-ticos débiles caen frente las sirenas de la inflación, los banqueros centrales

15 Véase Edward Luttwak, “The Real Masters of the universe”. The Washington Post, Fe-bruary 2, 1997, p. C1.16 Winfried Münster, “Die allmachtige Mark”. Süddeutsche Zeitung, 7 de marzo de 1995.17 “La Bundesbank veille sur le dieu Mark”. L’ Evenement du Jeudi, 14 au 20 January,1993, p. 27.18 “La Bundesbank veille sur le dieu Mark”. L’ Evenement du Jeudi, 14 au 20 January 1993, pp.24-25.19 “Gutes Geld und Schlechtes Geld”. Zeitschrift für das gesamte Kreditwesen, No. 11, 1991.20 Hans Tietmeyer, “The value of monetary stability in the world today”. Palabras del presi-dente del Deutsche Bundesbank en el Von Hügl Institute de St. Edmund’s College, Cambridge,noviembre 26 de 1992.21 Hans K. Herdt, “Laxe Moral”. Mannheimer Morgen, septiembre 22 de 1966.

Page 9: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 307Carlo Tognato

no cederán22. La inflación es una serpiente23. Se puede representar comola serpiente bíblica del Génesis o alternativamente como la serpiente dela mitología arcádica. La inflación es un “fantasma” que toca cazar24. Unperiodista sugiere que “hay una palabra fantasmagórica en el idioma ale-mán, que se pronuncia... con un susurro. ... Dicha palabra es inflación.Una reacción al fantasma de la inflación requiere una ‘disposición delalma’ por parte del pueblo”25. La inflación es enfermedad. La difusión dechoques de olas a través del mercado internacional de las divisas es comola propagación de infecciones26.

La buena moneda, por el contrario, está fundamentada en un com-portamiento moral. La escogencia de la poetisa alemana del siglo XIX, An-nette von Dröste-Hülhoff, para representar el billete de 20 marcos –diceHans Tietmeyer– no es casual. Hay una afinidad entre esa poetisa y elBundesbank. Dröste-Hülhoff encarna la manera en la que el Bundesbankse comprende a sí mismo. Era independiente y determinada a seguir supropio camino. Era parsimoniosa con el dinero y, como el Bundesbank,su horizonte temporal de referencia era largo. De hecho, consideraba quesolamente las generaciones futuras serían sus jueces27.

La religión de la moneda y de los bancos centrales marca un sende-ro afuera del pecado hacia la salvación. No es un sendero fácil. No hayatajos posibles. No hay milagros. Sin sacrificios no es posible llegar a una

22 Nina Grunenberg, “Prediger der harten Mark”. Die Zeit, No. 5, enero 24 de 1997; “DieBundesbank: Vorbild und schlechtes Beispiel”, traducción de Eric le Boucher, abril 20 de 1993,p. 1.23 “Preis-Stabilisierung im Sommer”. Hamburger Abendblatt, No. 82, abril 6 de 1992, p. 20;“Das fast vergessene Inflationsgespenst regt sich erneut”. VDI Nachrichten, No. 9, marzo 3 de1989; Franz Thoma, “Die Hüter des Geldwertes haben sich verdient gemacht”. Süddeutsche Zeitung, agosto 27 de 1991.24 “Der Magier des Geldes”. Focus, No. 50, diciembre 13 de 1993, p. 166; “Das fast vergesse-ne Inflationsgespenst regt sich erneut”. VDI Nachrichten, No. 9, marzo 3 de 1989; “GespenstInflation”. Focus, No. 38, septiembre 20 de 1993; “Nach Schweden zieht auch Finnland dieGeldpolitik an. Gegen das Gespenst der Inflation”. Handelsblatt, febrero 13 de 1995, p. 21;“Gespensterjagd”. Frankfurter Rundschau, julio 29 de 1988.25 “Das Gespenst”. Ost-West-Kurier, No. 5, enero 5 de 1960.26 Véase por ejemplo Karl Blessing, “Eine ‘Dritte Inflation’ ist nicht zu befürchten”. Frank-furter Allgemeine Zeitung, abril 7 de 1965, p. 13.27 Hans Tietmeyer, “Bemerkungen zur Einführung der neuen 20-DM-Banknote”. Pa-labras del vicepresidente del Deutsche Bundesbank, Alcaldía de Münster, marzo 30 de1992.

Page 10: 8. en nombre de la moneda

308 Creer y poder hoy

moneda saludable28. No hay “armas milagrosas” que se puedan utilizaren la lucha contra la inflación 29. El sendero hacia la salvación es un “vallede lágrimas”30. Es una larga marcha a través del desierto; es un “senderode sed”31. A cada pecado-deuda le corresponde una expiación-solución.“La política monetaria tiene que doler”32, porque una economía virtuosanecesita purificación33.

Edward Luttwak destaca que el compromiso hacia una inflación bajapor parte de los bancos centrales está fundamentado en una “fe absoluta”.De verdad, la ortodoxia define el credo del Bundesbank34, es decir, “másde 2 % de inflación es diabólico”35. El Bundesbank es una autoridad abso-luta en el tema de la fe. Puede dispensar el imprimatur sobre las políticasconducidas adentro y afuera de Alemania36. Y en nombre de la ortodoxiapuede expedir bulas de excomunión37.

Los bancos centrales son el santuario de la moneda-dios. Edward Lu-ttwak observa que, como gran parte de las religiones, el banco-centralismotiene sus santuarios que inspiran tanto temor reverencial como cualquiergrande catedral: “Desde el majestuoso Banco de Inglaterra en Londres, eltemplo griego de la Reserva Federal norteamericana en Wall Street, a lamasiva modernidad del Bundesbank”38. Otro observador incluso asocia el

28 “Ohne Opfer gibt es keine gesunde Währung”. Frankfurter Allgemeine Zeitung, marzo13 de 1970.29 Karl Otto Pöhl, “Es gibt keine heimliche Wunderwaffe”. Frankfurter Allgemeine Zei-tung, enero 23 de 1981.30 Horst Knapp, “Im Tal der Tränen”. Finanznachrichten-Wochenschrift für Wirtschaftspo-litik, No. 26/27, junio 26 de 1991.31 “Italien vor dem Ende einer langen Durststrecke”. Neue Zürcher Zeitung, agosto 5 de1997.32 Winfried Reimann, “Geldpolitik muss weh tun”. Börsen-Zeitung, abril 22 de 1989.33 Hans Tietmeyer, “Europe in the World Economy”. Palabras del vicepresidente delDeutsche Bundesbank en la Universidad de Toronto, abril 28 de 1992, p. 21.34 Hans Hutter, “Issings Credo trotz Fragezeichen”. VWD- Finanz- und Wirtschafts-Spie-gel, junio 22 de 1998.35 Peter Glotz, “John Wayne der D-Mark”. Die Woche, septiembre 1 de 1995.36 Sin embargo, es necesario discutir hasta qué punto la metáfora del imprimatur se hayavuelto metáfora muerta que simplemente ha sido incorporada en el lenguaje cotidiano. Vé-ase C. Gordon Thether, “Victims of the ‘irresistible’”. Financial Times, mayo 12 de 1976.37 “E Hans lanciò la scomunica in nome dell’ Euro”. Corriere della Sera, mayo 30 de1997.38 Véase Edward Luttwak, “The Real Masters of the universe”. The Washington Post, Fe-bruary 2, 1997, p. C1.

Page 11: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 309Carlo Tognato

banco central con el Vaticano: “La reverencia que los italianos tienen parael Vaticano es igualada solamente por la reverencia que tienen hacia el Ban-co de Italia. Y el nombramiento de un nuevo gobernador del banco centraltiene que ser proclamado con una nube de humo blanco y los ecos dehabemus gubernatorum, para testimoniar la importancia de la sucesión”39.Alemania no es excepción en este respecto.

El Deutsche Bundesbank es Iglesia del marco alemán en varias mane-ras. Es un lugar físico, es decir, es un “templo monetario”40. Es una institu-ción, es decir un “Vaticano monetario”41. Es una entidad espiritual, es decir,la sede de los “Apóstolos de la estabilidad”42. Es administrada por los gran-des sacerdotes del marco alemán y de la doctrina de la moneda fuerte43.

El presidente del Bundesbank es frecuentemente comparado con elPapa44 y la Junta Monetaria con un cónclave45. Hans Tietmeyer, en par-ticular, ha sido representado como cardenal prefecto de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe, es decir, como el equivalente monetario del car-denal Ratzinger, “todo pura creencia y santa rigidez”46. O como cardenalsecretario de Estado, dogmático en sus creencias pero educado en las aguasde la práctica política47. En otras ocasiones Tietmeyer ha sido representadocomo arzobispo de Frankfurt48.

39 “The new generation of European central bankers”. Euromoney, June, 1993.40 Fritz Kral, “Die Bundesbank setzt sich ein Denkmal”. Handelsblatt, noviembre 13 de1997, p. 48.41 Michael Balk, “Euro beendet Bundesbank Ära”. Wiesbadener Kurier, julio 29 de 1997.42 “Die Wacht am Main”. Capital, October, 1972, p. 153.43 David Marsh, Peter Norman, Quentin Peel and Chris Parkes, “Tietmeyer: high-priestof hard money doctrine”. Financial Times, octubre 1 de 1993; Matthias Lambrecht, “Ho-hepriester der Mark”. Die Woche, diciembre 12 de 1996; Lucas Delattre, “Hans Tietmeyer,le grand prêtre du deutschemark”. Le Monde, marzo 21 de 1995. Sin embargo, la transfor-mación del presidente del Bundesbank en un gran sacerdote es vieja. Véase James Pooleand Anthony Terry, “The Banker’s Banker Heads for the Top”. The Sunday Times, marzo13 de 1977.44 Por ejemplo, mientras se refiere a Schlesinger como sucesor de Pöhl, utilicé la expresiónde ‘Zwischenpapst’ (Papa intermedio) entre Pohl y Tietmeyer (p. 2). Véase en Gerbert vanLönen und Kees de Vré. “Helmut Schlesinger hat nur drei Feinde: Inflation, Inflation undnoch mal Inflation”, Trouw, noviembre 5 de 1992, traducción del alemán.45 “Tatort Diebesgrund”. Forbes, enero de 1993, p. 73.46 Peter Glotz, “Der Kardinal des Geldes”. Die Woche, abril 3 de 1998.47 Nina Grunenberg, “Prediger der harten Mark”. Die Zeit, enero 24 de 1997.48 Jan Fleischhauer, “Der Erzbischof aus Frankfurt”. Der Spiegel, No. 23, 1997.

Page 12: 8. en nombre de la moneda

310 Creer y poder hoy

Entre sus rangos, el Bundesbank incluye tanto a ascetas como Hel-mut Schlesinger49, como a predicadores50 como Hans Tietmeyer. Tietme-yer es frecuentemente representado mientras apunta con su dedo hacia laaudiencia desde un púlpito. “Sus homilías tienen la estructura narrativa dela dramaturgia trágica. El diablo aparece bajo la forma de la inflación, ysolamente un banco central independiente podrá liberarnos de las cadenasdel gran aniquilador de la moneda”. Frecuentemente, sus homilías inclu-yen una breve excursión al infierno, es decir, la hiperinflación de 1923 odel periodo inmediatamente siguiente a la Segunda Guerra Mundial51. Amenudo, buscan plantear la semilla de la virtud monetaria en los corazonesde la audiencia, y anclar la conciencia de la estabilidad monetaria directa-mente en la conciencia humana52.

Bajo la presidencia de Tietmeyer, la representación del Bundesbankcomo iglesia del marco alemán ha sido más evidente en el discurso pú-blico, también en consideración de la profunda fe católica de Hans Tiet-meyer y de su entrenamiento en teología. Después de tres semestres deTeología en la Universidad de Münster, Hans Tietmeyer pasó a la Uni-versidad de Colonia para estudiar economía. Así, se volvió pastor delmarco alemán en lugar de pastor de almas53. “El señor Tietmeyer cree quela autoridad del Bundesbank es tanto espiritual como temporal. Originatanto en el compromiso moral como en el músculo económico.” Entresus calidades se distinguen su intelecto incansable y su espíritu misione-ro54. Su misión exclusivamente mundana y su sacerdocio exclusivo son lalucha contra la inflación55.

Para ejercer su deber, el banquero central necesita una sabiduría es-pecial y reza para conseguirla. “Dóname no lo que deseo sino lo que ne-

49 Craig R. Whitney, “Blaming the Bundesbank”. New York Times, octubre 17de 1993.50 Véase por ejemplo Nina Grunenberg, “Prediger der harten Mark”. Die Zeit, No. 5,enero 24 de 1997; Klaus Dieter Öhler, “Der Prediger der Stabilität”. Die Rheinfalz, agosto17 de 1996; Hans Dieter Schön, “Inflation wird wieder Trumpf”. Bayernkurier, enero 22de 1977.51 Jan Fleischhauer, “Der Erzbischof aus Frankfurt”. Der Spiegel, No. 23, 1997.52 Jürgen Stark, “Die Auswirkungen des Euro auf die wirtschaftliche Entwicklung in Eu-ropa und in der Welt”. Palabras del vicepresidente del Deutsche Bundesbank, Fachkon-gress der Steuerberaterkammer, Stuttgart, octubre 9 de 1999.53 Nina Grunenberg, “Prediger der harten Mark”. Die Zeit, No. 5, enero 24 de 1997.54 David Marsh, Peter Norman, Quentin Peel and Chris Parkes. “Tietmeyer: high-priestof hard money doctrine”. Financial Times, octubre 1 de 1993.55 Jan Fleischhauer, “Der Erzbischof aus Frankfurt”. Der Spiegel, No. 23, 1997.

Page 13: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 311Carlo Tognato

cesito”56. Alternativamente, reza para sus sucesores, como en el caso de lainvocación por parte de Hans Tietmeyer de la oración de Sarastos para losnuevos miembros de la Junta Monetaria del Banco Central Europeo:

Oh, Isis y Osiris, donael espíritu de sabiduría a la nueva pareja.Guía los pasos del viandanteDona fuerza a ellos y paciencia en el peligro57.

Para ser un buen banco central, sin embargo, se necesita podersedestacar de la materialidad. Algunos, por ejemplo, destacan la “no mun-danidad aparentemente cultivada del ‘hombre-Bundesbank’”58. Además,ser banquero central requiere aceptar incondicionalmente su misma mi-sión. Los obituarios escritos para los presidentes del Bundesbank son muysugerentes en este respecto: “Su vida fue consegrada al marco alemán”59.O, “la política monetaria era su vida”60. O “murió como vivió –en la po-lítica monetaria”61.

El espíritu misionero y la creencia sincera son otros dos atributos.Hans Tietmeyer es generalmente representado como un “duro misio-nero”62. Según un funcionario de Bonn, Tietmeyer se relaja “¡explican-do a cualquiera la verdad así como la ve!”63. Según otro funcionario delOECD, “hay un cierto fervor religioso en lo que dice” 64. Karl Otto Pöhl

56 Este dicho es puesto en el artículo por Peter Gilles, “Kommt Zeit, kommt Mark”. Fo-rum, No. 3, marzo 9 de 1990.57 Tietmeyer bromea: “Si el Banco Central europeo reside en tales espacios sagrados, lodejo a la imaginación de ustedes”. Véase Hans Tietmeyer, “Der Euro: ein entnationalisiertes Geld”. Palabras del presidente del Deutsche Bundesbank, Österreichisch-Deutschen Kul-turgesellschaft, Wien, noviembre 27 de 1997, p. 11.58 John Eisenhammer, “The mark’s new minder”. The Independent, octubre 3 de 1993.59 Rudolf Herlt, agosto 8 de 1986.60 Wilhelm Seuss. “Ein Streiter für die Stabilität”. Frankfurter Allgemeine Zeitung, agosto5 de 1986.61 “In memoriam Otmar Emminger”. Börsen-Zeitung, agosto 5 de 1986.62 David Marsh, “Two true believers with tight money as their goal”. Financial Times,mayo 19 de 1991.63 Kevin Mühring, “Tietmeyer makes his point”. Institutional Investor, October, 1993,p. 44.64 David Marsh, “Two true believers with tight money as their goal”. Financial Times,mayo 19 de 1991.

Page 14: 8. en nombre de la moneda

312 Creer y poder hoy

admite: “Es un creyente. Le tengo un poco de miedo. Se necesita un pocode agnosticismo”65.

La representación del banquero central alemán como misionero esfrecuentemente acoplada con la representación como profeta de la estabili-dad monetaria, a veces como un Moisés que advierte en el desierto66, soli-tario defensor de la moneda67. Como profeta, el banquero central alemánpuede ser llamado a una tarea providencial: “Siempre después de grandescatástrofes, hombres fuertes y con carácter llegan a la cumbre de institucio-nes estabilizadoras donde ejercen plenamente su autoridad y los beneficiosasociados. En sus manos está el poder de toma de medidas absolutas, y poreso se volverán ellos mismos absolutos”68.

Para ser banquero central se necesita someterse a un proceso de trans-formación personal, casi una conversión. Un periodista observa que “losbanqueros de Frankfurt bromean que el nombramiento a la Junta Mone-taria genera una conversión similar a la del clero cuando viste el hábito69.Otmar Issing, por su lado, ofrece una interesante perspectiva desde aden-tro de dicho proceso de transformación: aun si no se quiere creer en unaespecie de milagro de Pentecostés que continuamente se repite y que pro-vee competencias anteriormente ausentes, la influencia del nuevo medio, elprestigio y la tarea del manejo de la banca central pueden producir sobre elnovicio una transformación de su percepción. Eso puede generar sorpresa ydesilusión, hasta indignación, por parte de su “padrino político”. Llamaríaeste fenómeno “efecto Beckett”, así como ocurrió cuando Enrique II deInglaterra nombró a su confiado canciller como arzobispo de Canterbury,y vio cómo el supuesto representante de los intereses del Rey se transformóen un genuino defensor de los intereses de la Iglesia. De todas maneras, nome pronuncio con respecto a la necesidad de incluir en dicha conversión ladisponibilidad al martirio70.

65 David Marsh, op. cit.66 “Mahner in der Wüste”. Handelsblatt, abril 22 de 1974.67 Burkhart Salchow, “Klasen – ein einsamer Hüter der Währung”. Nürnberger Zeitung – Frankischer Kurier, abril 20 de 1974.68 La idea de un profeta providencial cruza el siguiente artículo que ofrece un perfil de Wil-helm Vocke, primer presidente del Bank Deutscher Länder, precursor del Bundesbank.Véase Bernd Bähring, “Das Panorama deutscher Währungspolitik”. Börsen-Zeitung, junio10 de 1988.69 Allan Samuelson, “The hawks come home to roost”. The Banker, October, 1992, p. 14.70 Otmar Issing, “Geldpolitik im Spannungsfeld von Politik und Wissenschaft”. Palabrasdel miembro de la Junta Monetaria del Deutsche Bundesbank en el Conversatorio Cientí-

Page 15: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 313Carlo Tognato

Es interesante observar cómo este punto es indirectamente retoma-do en un discurso para el centenario del Banco de Italia, en el cual PaulVolcker resaltó la necesidad de que los bancos centrales sepan decir que“no”, aun si eso puede ser particularmente costoso en términos personales:“No es difícil comprender por qué Guido Carli, ex jefe del Banco de Italia,escogió colgar tras de su mesa un gran pintura de San Sebastián golpeadopor todas esas flechas”71.

En una ocasión diferente, los banqueros centrales alemanes hansido representados como Templarios, defensores del Sagrado Grial. Larepresentación del Bundesbank, y en particular de sus presidentes en di-chos términos, es una constante a través de la historia del Banco, y es co-mún a las representaciones del banco central alemán producidas dentroy fuera de Alemania72. Los banqueros centrales alemanes son Templariosque dan una batalla desesperada contra los Señores de Bonn73. Son losCaballeros del Sagrado Grial que nadie ha sido capaz de encontrar, esdecir, la estabilidad del marco alemán74. En otros casos, el Bundesbankmismo ha sido representado como el Sagrado Grial75. Las sesiones de laJunta Monetaria han sido representadas como las reuniones secretas dela fraternidad del Grial76.

fico en ocasión del cumpleaños 65 del profesor Dr. Dr. h.c. Norbert Kloten, Stuttgart,marzo 15 de 1991, pp. 7-8.71 Paul A. Volcker, “Central Banks: Independent, Accountable, Linked”. International He-rald Tribune, enero 4 de 1994.72 Véase Ernst Willenbrock, “Ein Gralshüter zeigt Schwächen”. Deutsches Allgemeines Sonntags Blatt, agosto 27 de 1972; Burkhart Salchow, “Bewunderter Gralshüter der Deut-schen Mark”. Frankfurter Neue Presse, mayo 17 de 1991; Craig R. Whitney, “BundesbankGuards Ist Holy Grail”. International Herald Tribune, octubre 9 de 1992.73 Andrea Tarquini, “Tutto chiesa e marco”. La Repubblica, julio 2 de 1993.74 “Sua maestà Bundesbank non molla la presa”. Corriere della Sera, septiembre 18 de 1992;Georges Valence, “Le Kaiser Karl Otto”. L’ Express, diciembre 28 de 1990.75 Peter Glotz, “John Wayne der D-Mark”. Die Woche, septiembre 1 de 1995. Se tendríaque ser sorprendidos por un tal título secular y por las referencias en el contenido delartículo al Sagrado Grial. La imagen de John Wayne se utiliza para capturar el coraje deHans Tietmeyer frente el ataque terrorista por parte de la RAF que no logró matarlo en1988, y por definición de Claus Noé of Tietmeyer como “luchador de Guerra Fría para laeconomía neoclasica”. Véase también Nina Grunenberg, “Prediger der harten Mark”. Die Zeit, enero 24 de 1997.76 Thomas Hanke and Udo Perina, “Krach auf dem Olymp”. Die Zeit, febrero 7 de 1992.

Page 16: 8. en nombre de la moneda

314 Creer y poder hoy

Conclusión

En este artículo no he buscado contribuir a desmontar los bancoscentrales o a minar sus credenciales científicas. Para los economistas se-ría demasiado fácil minimizar este fenómeno empírico como irrelevante oirracional. Y para sus críticos sería demasiado auto-complaciente utilizarlocomo pretexto para denunciar la economía como una charlatanería.

En otra ocasión he sugerido que la utilización del discurso religiosoen los bancos centrales contribuye a catapultar los asuntos monetarios ha-cia el centro simbólico de la sociedad. Eso transforma el juego monetarioen un drama de la moralidad, y así ayuda a establecer la cultura de la esta-bilidad sobre la cual un banco central independiente puede contar para suregular operación.

La razón para documentar la transformación en la esfera pública delmanejo del banco central en una religión secular basada sobre la tradiciónjudeo-cristiana que tiene que ver con los actuales debates sobre globaliza-ción económica y choque entre civilizaciones. En particular, el ensayo sebasa en el convencimiento de que dar cuenta de la forma religiosa de serde muchas instituciones de mercado, finalmente trabaja como mecanis-mo preventivo con respecto a una fuente latente de conflicto inherente enla globalización económica. Si el imaginario económico occidental es tanfuertemente y tan profundamente permeado por el imaginario religiosooccidental, el potencial para un choque entre civilizaciones es inherente enla globalización económica a través de contextos civilizacionales diferentes,a menos que el imaginario económico reciba y metabolice formas no occi-dentales de imaginario religioso.

El primer paso en esta dirección consiste en sistemáticamente docu-mentar la transfiguración del imaginario económico occidental en ima-ginario religioso occidental. Este ensayo constituye un primer paso endicha dirección.

Bibliografía

Alexander, Jeffrey C. 1993. “The Promise of a Cultural Sociology: Technologi-cal Discourse and the Sacred and Profane Information Machine”. En: N.Smelser and R. Munch. (Ed.). Theory and Culture, University of CaliforniaPress.

Aron, Raymond. 1946. L’Age des Empire et l’ Avenir de la France, Paris: Ed. Dé-fense de la France.

Page 17: 8. en nombre de la moneda

En nombre de la moneda: el manejo de la banca central como religión secular 315Carlo Tognato

Assmann, Hugo. 1997. La idolatría del mercado, San José: C.R.: DEI.Bellah, Robert N. 1970. Beyond Belief; Essays on Religion in a Post-traditional

World, New York: Harper & Row.. and Phillip E. Hammond. 1980. Varieties of Civil Religion, San

Francisco: Harper & Row.Blumenberg, Hans. 1983. The Legitimacy of the Modern Age, Cambridge: MIT

Press.Bultmann, Rudolf. 1957. History and Eschatology: The Presence of Eternity, New

York: Harper & Row and Evanston.Cox, Harvey. 1999. The Market as God: Living with the New Dispensation.

Atlantic Monthly.Desmonde, William H. 1962. Magic, Myth, and Money, New York: Free Press

of Glencoe.Eliade, Mircea. 1965. Le sacré et le profane, Paris: Gallimard.

. 1969. The Quest: History and Meaning in Religion, Chicago and Lon-don: University of Chicago Press.

Ellul, Jacques, 1973. Les nouveaux possédés, Paris: Fayard.. 1977. Le système technicien, Paris: PUF.

Galbraith, J. K. 1997. ‘Time to Ditch the NAIRU”. En: Journal of Economic Perspectives, 11(1).

Löwith, Karl. 1949. Meaning in History, Chicago: University of Chicago.Mankiw, N. Gregory. 2001. “The Inexorable and Mysterious Tradeoff between

Inflation and Unemployment”. En: Economic Journal, 111.Nelson, Robert H. 1991. Reaching for Heaven on Earth. The Theological Meaning

of Economics: Savage. Md.: Rowan & Littlefield.. 2001. Economics as Religion: From Samuelson to Chicago and Beyond.

University Park: Pennsylvania State University Press.Rogerson, Richard. ‘Theory Ahead of Language in the Economics of Unemploy-

ment”. En: Journal of Economic Perspectives, 11(1).Scherbacher-Posé, Brigitte. 1999. “Du mark à I’euro, des mots au roman: mon-

naie et métaphores”. En: Regards linguistiques et culturels sur l’euro, Paris:L’ Harmattan.

Schmitt, Carl. 1985. Political Theology, Cambridge and London: MIT Press.Sironneau, Jean-Pierre. 1982. Sécularisation et religions politiques, Mouton: The

Hague.Stigler, George J. 1987. “Frank Hyneman Knight”. En: The New Palgrave: A

Dictionary of Economics, New York: Stockton Press.

Page 18: 8. en nombre de la moneda

316 Creer y poder hoy

Tognato, Carlo. 2003. “What is a stability culture? The local dimension of in-dependent central banking”. Mimeo, UCLA Center for Governance, LosAngeles.

Weizsäcker, C. F. Von. 1964. The Relevance of Science: Creation and Cosmogony,Harper & Row, New York and Evanston.