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federico-almenara-ramirez
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DIOS ES AMOR Y PERDÓN.
Queridos amigos: El título de la homilía de hoy me le han sugerido las palabras del Libro del Eclesiástico 35, 12 – 14 y esa frase que se pone repetidamente en boca de Jesús: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos…Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.Nadie se merece que Dios sea para él amor y perdón. Pero podemos disfrutar que Dios sea así con nosotros. Agradezcámoslo.
• Gracias, Padre Dios, porque siempre encuentras razones para amar y para perdonar.
• Gracias, Padre Dios, porque siempre derribas los muros de la incomunicación con el amor y el perdón.
• Gracias, Padre Dios, porque traspasas nuestras fronteras de odio y resentimiento con el amor y el acercamiento.
• Gracias, Padre Dios, porque prefieres el amor y el perdón al olvido y al abandono-
• Gracias, Padre Dios, porque no desechas al que se cree incapaz de vivir de acuerdo con las normas que impone la sociedad, sino que tienes compasión con todos.
• Gracias, Padre Dios, porque nos demuestra, que no es sólo el tiempo el que sana las heridas, sino el amor y el perdón.
• Gracias, Padre Dios, porque por el amor y el perdón haces que se cumplan muchos sueños, y consigues que seamos más humanos y más hermanos.
• Gracias, Padre Dios, porque por el amor y el perdón nos haces entender que uno y otro no es un derecho, sino un regalo que recibimos sin merecerlo
• Gracias, Padre Dios, porque el amor y el perdón forman un anillo de comprensión y de misericordia, de fidelidad, de donación y de generosidad.
• Gracias, Padre Dios, porque “eres justo, escuchas las súplicas del oprimido y no desoyes los gritos del huérfano o de la viuda”. (Eclo. 35, 15 – 17).
• Gracias, Padre Dios, porque “estás cerca de los atribulados y salvas a los abatidos”.(Sal, 33, 19).
• Gracias, Padre Dios, porque nos “ayudas y nos das fuerzas para anunciar íntegro el mensaje (como a San Pablo): (2ª. Tim. 4, 17).
Señor, seducidos por tu bondad, te invocamos como Padre cercano y accesible diciéndote como el publicano: ¡”Oh Dios, ten compasión de este pecador”. (Lc. 18, 139.
Ante ti, Padre Dios, nadie se encuentra perdido, huérfano, olvidado o solo. Ante ti, Señor, nos sentimos acogidos y abrazados, porque…,
TÚ ERES AMOR Y PERDÓN.
Gabriel.
30º. Domingo Ordinario. Ciclo. C. Madrid. 27 de Octubre de 2013.