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DIOS ES AMOR Y PERDÓN. Queridos amigos: El título de la homilía de hoy me le han sugerido las palabras del Libro del Eclesiástico 35, 12 – 14 y esa frase que se pone repetidamente en boca de Jesús: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos…Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Nadie se merece que Dios sea para él amor y perdón. Pero podemos disfrutar que Dios sea así con nosotros. Agradezcámoslo. Gracias, Padre Dios, porque siempre encuentras razones para amar y para perdonar. Gracias, Padre Dios, porque siempre derribas los muros de la incomunicación con el amor y el perdón. Gracias, Padre Dios, porque traspasas nuestras fronteras de odio y resentimiento con el amor y el acercamiento. Gracias, Padre Dios, porque prefieres el amor y el perdón al olvido y al abandono- Gracias, Padre Dios, porque no desechas al que se cree incapaz de vivir de acuerdo con las normas que impone la sociedad, sino que tienes compasión con todos. Gracias, Padre Dios, porque nos demuestra, que no es sólo el tiempo el que sana las heridas, sino el amor y el perdón. Gracias, Padre Dios, porque por el amor y el perdón haces que se cumplan muchos sueños, y consigues que seamos más humanos y más hermanos. Gracias, Padre Dios, porque por el amor y el perdón nos haces entender que uno y otro no es un derecho, sino un regalo que recibimos sin merecerlo Gracias, Padre Dios, porque el amor y el perdón forman un anillo de comprensión y de misericordia, de fidelidad, de donación y de generosidad. Gracias, Padre Dios, porque “eres justo, escuchas las súplicas del oprimido y no desoyes los gritos del huérfano o de la viuda”. (Eclo. 35, 15 – 17). Gracias, Padre Dios, porque “estás cerca de los atribulados y salvas a los abatidos”.(Sal, 33, 19). Gracias, Padre Dios, porque nos “ayudas y nos das fuerzas para anunciar íntegro el mensaje (como a San Pablo): (2ª. Tim. 4, 17). Señor, seducidos por tu bondad, te invocamos como Padre cercano y accesible diciéndote como el publicano: ¡”Oh Dios, ten compasión de este pecador”. (Lc. 18, 139. Ante ti, Padre Dios, nadie se encuentra perdido, huérfano, olvidado o solo. Ante ti, Señor, nos sentimos acogidos y abrazados, porque…, TÚ ERES AMOR Y PERDÓN. Gabriel.

Homilía del Domingo XXX del TO. Ciclo C. Dios es amor y perdón

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Page 1: Homilía del Domingo XXX del TO. Ciclo C. Dios es amor y perdón

DIOS ES AMOR Y PERDÓN.

Queridos amigos: El título de la homilía de hoy me le han sugerido las palabras del Libro del Eclesiástico 35, 12 – 14 y esa frase que se pone repetidamente en boca de Jesús: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos…Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.Nadie se merece que Dios sea para él amor y perdón. Pero podemos disfrutar que Dios sea así con nosotros. Agradezcámoslo.

• Gracias, Padre Dios, porque siempre encuentras razones para amar y para perdonar.

• Gracias, Padre Dios, porque siempre derribas los muros de la incomunicación con el amor y el perdón.

• Gracias, Padre Dios, porque traspasas nuestras fronteras de odio y resentimiento con el amor y el acercamiento.

• Gracias, Padre Dios, porque prefieres el amor y el perdón al olvido y al abandono-

• Gracias, Padre Dios, porque no desechas al que se cree incapaz de vivir de acuerdo con las normas que impone la sociedad, sino que tienes compasión con todos.

• Gracias, Padre Dios, porque nos demuestra, que no es sólo el tiempo el que sana las heridas, sino el amor y el perdón.

• Gracias, Padre Dios, porque por el amor y el perdón haces que se cumplan muchos sueños, y consigues que seamos más humanos y más hermanos.

• Gracias, Padre Dios, porque por el amor y el perdón nos haces entender que uno y otro no es un derecho, sino un regalo que recibimos sin merecerlo

• Gracias, Padre Dios, porque el amor y el perdón forman un anillo de comprensión y de misericordia, de fidelidad, de donación y de generosidad.

• Gracias, Padre Dios, porque “eres justo, escuchas las súplicas del oprimido y no desoyes los gritos del huérfano o de la viuda”. (Eclo. 35, 15 – 17).

• Gracias, Padre Dios, porque “estás cerca de los atribulados y salvas a los abatidos”.(Sal, 33, 19).

• Gracias, Padre Dios, porque nos “ayudas y nos das fuerzas para anunciar íntegro el mensaje (como a San Pablo): (2ª. Tim. 4, 17).

Señor, seducidos por tu bondad, te invocamos como Padre cercano y accesible diciéndote como el publicano: ¡”Oh Dios, ten compasión de este pecador”. (Lc. 18, 139.

Ante ti, Padre Dios, nadie se encuentra perdido, huérfano, olvidado o solo. Ante ti, Señor, nos sentimos acogidos y abrazados, porque…,

TÚ ERES AMOR Y PERDÓN.

Gabriel.

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30º. Domingo Ordinario. Ciclo. C. Madrid. 27 de Octubre de 2013.