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PALABRA DE VIDA Hoja Nº 73 - Enero - 2012 Proponemos el siguiente comentario a un pasaje de las Escrituras, tomado de la liturgia de este mes, para que impregne nuestra vida cotidiana. Proponemos el siguiente comentario a un pasaje de las Escrituras, tomado de la liturgia de este mes, para que impregne nuestra vida cotidiana. Del 18 al 25 de enero se celebra en muchas partes del mundo la Semana de oración por la unidad de los cristianos, que en otros lugares se celebra en Pentecostés. Este año, la frase elegida para la Semana de oración es: «Lo que quiere de ti el Señor» (Mi 6, 6-8). Ya que Chiara Lubich solía comentar el versículo bíblico, proponemos un texto suyo que comenta el pasaje de Mt 9,13 (cf. Os 6, 6), escrito en junio de 1996 y que podría ser una aportación para profundizar en la Palabra que se nos propone. «Andad, aprended lo que significa: “Misericordia quiero y no sacrificios”» (Mt 9, 13). «Misericordia quiero y no sacrificios». ¿Recuerdas cuándo dijo Jesús estas palabras? Mientras estaba sentado a la mesa, varios publicanos y pecadores se sentaron con Él. Al darse cuenta de esto, los fariseos presentes les dijeron a sus discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Y Jesús, al oír estas palabras, respondió: «Andad, aprended lo que significa: “Misericordia quiero y no sacrificios”». Jesús cita aquí una frase del profeta Oseas, lo cual demuestra que le gusta el concepto allí contenido: en efecto, es la norma según la cual Él mismo se comporta, y que expresa la primacía del amor sobre cualquier otro manda- miento, sobre cualquier otra regla o precepto. Esto es el cristianismo: Jesús vino a decir que lo que Dios quiere de ti con respecto a los demás –hombres y mujeres– es ante todo el amor, y que esta voluntad de Dios ya había sido anunciada en las Escrituras, como demuestran las palabras del profeta. Para todo cristiano, el amor es el programa de su vida, la ley fundamental de sus acciones, el criterio para saber cómo moverse. El amor siempre debe prevalecer sobre las demás leyes. Más aún: el amor a los demás debe ser para el cristiano la sólida base sobre la cual apoyarse para poner legítimamente en práctica cualquier otra norma. «Misericordia quiero y no sacrificios». Jesús quiere amor, y la misericordia es una de sus expresiones. Y quiere que el cristiano viva así, ante todo porque Dios es así. Para Jesús, Dios es ante todo el Misericordioso, el Padre que ama a todos, «que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos» (Mt 5, 45). Jesús, porque ama a todos, no teme estar con los pecadores, y de este modo nos revela quién es Dios. Por tanto, si Dios es así, si Jesús es así, también tú debes albergar idénticos sentimien- tos. «Misericordia quiero y no sacrificios». «…y no sacrificios». Si no amas a tu hermano, a Jesús no le agrada tu culto. No acoge tu oración, ni tu asistencia a la Eucaristía, ni las ofrendas que puedas hacer… si todo ello no brota de un corazón en paz con todos, rico de amor por todos. ¿Recuerdas aquellas palabras suyas tan incisivas del sermón del monte? «Por tanto, si cuando vayas a presentar tu ofrenda ante el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu her- mano, y entonces vuelve a presentar tu ofren- da» (Mt 5, 23-24). Estas palabras te indican que el culto que más agrada a Dios es el amor al prójimo, que ha de ser la base también de tu culto a Dios. Si quisieras hacerle un regalo a tu padre mientras estás enemistado con tu hermano (o tu hermano contigo), ¿qué te diría tu padre? «Reconcíliate antes y luego ven a ofrecerme lo que desees». Pero hay más. El amor no es sólo la base del vivir cristiano, sino también el camino más directo para estar en comunión con Dios. Lo dicen los santos, testigos del Evangelio que nos han precedido; lo experimentan los cristianos que viven su fe, pues si ayudan a sus herma- nos, sobre todo a los necesitados, crece en ellos la devoción, la unión con Dios se hace más fuerte, perciben que existe un vínculo entre ellos y el Señor; y esto es lo que más alegra sus vidas. «Misericordia quiero y no sacrificios». ¿Cómo vivirás entonces esta nueva Palabra de vida? No hagas discriminación alguna entre las personas que tengan contacto contigo, no mar- gines a nadie; más bien ofrece a todos lo más que puedas darles, imitando a Dios Padre. Repara esas pequeñas o grandes desavenen- cias que disgustan al Cielo y te amargan la vida; como dice la Escritura (cf. Ef 4, 26), no dejes que se ponga el sol sobre tu ira hacia nadie. Si te comportas así, todo lo que hagas agradará a Dios y quedará para la eternidad. Cuando estés trabajando o descansando, jugando o estudiando, con tus hijos o acompa- ñando a tu mujer o a tu marido de paseo, cuando reces o cuando te sacrifiques, o mientras realizas las prácticas religiosas acordes a tu vocación cristiana…: todo, todo, todo será materia prima para el Reino de los Cielos. El Paraíso es una casa que construimos aquí y habitamos allá. Y la construimos con el amor. Chiara Lubich

Pd v 1-2013

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PALABRA DE VIDAHoja Nº 73 - Enero - 2012

Proponemos el siguiente comentario aun pasaje de las Escrituras, tomado de la

liturgia de este mes, para que impregnenuestra vida cotidiana.

Proponemos el siguientecomentario a un pasaje de las

Escrituras, tomado de la liturgia deeste mes, para que impregne

nuestra vida cotidiana.

Del 18 al 25 de enero se celebra en muchaspartes del mundo la Semana de oración por launidad de los cristianos, que en otros lugares secelebra en Pentecostés.

Este año, la frase elegida para la Semana deoración es: «Lo que quiere de ti el Señor» (Mi 6, 6-8).

Ya que Chiara Lubich solía comentar el versículo bíblico, proponemos un texto suyo quecomenta el pasaje de Mt 9,13 (cf. Os 6, 6), escrito en junio de 1996 y que podría ser unaaportación para profundizar en la Palabra quese nos propone.

«Andad, aprended lo que significa:“Misericordia quiero y no sacrificios”»

(Mt 9, 13).«Misericordia quiero y no sacrificios».¿Recuerdas cuándo dijo Jesús estas

palabras?Mientras estaba sentado a la mesa, varios

publicanos y pecadores se sentaron con Él. Aldarse cuenta de esto, los fariseos presentes lesdijeron a sus discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Y Jesús, al oír estas palabras,respondió:

«Andad, aprended lo que significa:“Misericordia quiero y no sacrificios”».

Jesús cita aquí una frase del profeta Oseas,lo cual demuestra que le gusta el concepto allícontenido: en efecto, es la norma según la cualÉl mismo se comporta, y que expresa la primacía del amor sobre cualquier otro manda-miento, sobre cualquier otra regla o precepto.

Esto es el cristianismo: Jesús vino a decirque lo que Dios quiere de ti con respecto a losdemás –hombres y mujeres– es ante todo elamor, y que esta voluntad de Dios ya había sidoanunciada en las Escrituras, como demuestranlas palabras del profeta.

Para todo cristiano, el amor es el programade su vida, la ley fundamental de sus acciones,el criterio para saber cómo moverse.

El amor siempre debe prevalecer sobre lasdemás leyes. Más aún: el amor a los demásdebe ser para el cristiano la sólida base sobre lacual apoyarse para poner legítimamente enpráctica cualquier otra norma.

«Misericordia quiero y no sacrificios».Jesús quiere amor, y la misericordia es una

de sus expresiones.Y quiere que el cristiano viva así, ante todo

porque Dios es así.Para Jesús, Dios es ante todo el

Misericordioso, el Padre que ama a todos, «quehace salir su sol sobre malos y buenos y mandala lluvia a justos e injustos» (Mt 5, 45).

Jesús, porque ama a todos, no teme estarcon los pecadores, y de este modo nos revelaquién es Dios.

Por tanto, si Dios es así, si Jesús es así,también tú debes albergar idénticos sentimien-tos.

«Misericordia quiero y no sacrificios».«…y no sacrificios».Si no amas a tu hermano, a Jesús no le

agrada tu culto. No acoge tu oración, ni tu asistencia a la Eucaristía, ni las ofrendas quepuedas hacer… si todo ello no brota de un corazón en paz con todos, rico de amor portodos.

¿Recuerdas aquellas palabras suyas tanincisivas del sermón del monte? «Por tanto, sicuando vayas a presentar tu ofrenda ante elaltar, te acuerdas allí mismo de que tu hermanotiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante elaltar y vete primero a reconciliarte con tu her-mano, y entonces vuelve a presentar tu ofren-da» (Mt 5, 23-24).

Estas palabras te indican que el culto quemás agrada a Dios es el amor al prójimo, que hade ser la base también de tu culto a Dios.

Si quisieras hacerle un regalo a tu padremientras estás enemistado con tu hermano (o tuhermano contigo), ¿qué te diría tu padre?«Reconcíliate antes y luego ven a ofrecerme loque desees».

Pero hay más. El amor no es sólo la base delvivir cristiano, sino también el camino más directo para estar en comunión con Dios. Lodicen los santos, testigos del Evangelio que noshan precedido; lo experimentan los cristianosque viven su fe, pues si ayudan a sus herma-nos, sobre todo a los necesitados, crece en ellosla devoción, la unión con Dios se hace más fuerte, perciben que existe un vínculo entre ellosy el Señor; y esto es lo que más alegra susvidas.

«Misericordia quiero y no sacrificios».¿Cómo vivirás entonces esta nueva Palabra

de vida?No hagas discriminación alguna entre las

personas que tengan contacto contigo, no mar-gines a nadie; más bien ofrece a todos lo másque puedas darles, imitando a Dios Padre.Repara esas pequeñas o grandes desavenen-cias que disgustan al Cielo y te amargan la vida;como dice la Escritura (cf. Ef 4, 26), no dejesque se ponga el sol sobre tu ira hacia nadie.

Si te comportas así, todo lo que hagas agradará a Dios y quedará para la eternidad.Cuando estés trabajando o descansando,jugando o estudiando, con tus hijos o acompa-ñando a tu mujer o a tu marido de paseo, cuando reces o cuando te sacrifiques, o mientras realizas las prácticas religiosas acordes a tu vocación cristiana…: todo, todo,todo será materia prima para el Reino de losCielos.

El Paraíso es una casa que construimosaquí y habitamos allá. Y la construimos con elamor.

Chiara Lubich

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Enero 2013L M M J V S D

MISAL DOMINICAL Y FESTIVO1 enero 2013

OCTAVA DE NAVIDADMARÍA, LA MADRE AGRACIADA

Existe la costumbre de felicitarnos alcomienzo del año nuevo: nos felicita-mos y nos deseamos un año muy feliz.Dios también nos felicita bendiciéndo-nos; nos bendice y nos concede su favory paz (1ª lect.). Nos hace hijos en su Hijo,

nacido de mujer (2ª lect.). María, la mujer agraciada porDios, recibe la visita de los pastores y conserva todas lascosas en su corazón (Ev.).

6 enero 2013

LA EPIFANÍA DEL SEÑORLA SALVACIÓN ES PARA TODOS

Epifanía significa manifestación. Hoy laIglesia celebra la manifestación deCristo a la gentilidad. El profeta, centinelaen medio del pueblo, vislumbra en elhorizonte el nuevo amanecer de la historiae invita a caminar hacia la luz de la nueva

aurora (1ª lect.). Los Magos vieron el nuevo amanecer y siguieron el resplandor de la estrella, para llegar a contemplar y adorar al que es el Sol del nuevo día (Ev.). Laluz del nuevo amanecer se revela a todos sin excepción (2ªlect.).

13 enero 2013

DOMINGO DESPUÉS DE LA EPIFANÍAEL BAUTISMO DEL SEÑORÉL OS BAUTIZARÁ CON ESPÍRITU SANTO

La Iglesia celebra hoy el bautismo deJesús en el rio Jordán. Jesús ha per-manecido en Nazaret e inicia ahora suvida mesiánica. El Señor elige a su siervopara que sea luz de las naciones e instru-mento de su palabra. Promoverá el bien y

la justicia (1ª lect.). El cielo se abrió sobre las aguas delJordán y el Espíritu se posó sobre Jesús, llamándole su Hijoamado y predilecto (Ev.). Dios ungió a Jesús con la fuerzadel Espíritu Santo (2ª lect.).

20 enero 2013

SEGUNDO DOMINGO DEL T. O.UNA LARGA HISTORIA DE AMOR Y DE BODAS

Isaías anuncia que Dios está presente enJerusalén como signo de amor entreDios y Sión. La ciudad, abandonada y devastada, se convierte en desposada yamada por Dios (1ª lect.). Jesús se mues-tra al mundo en presencia de sus apósto-

les y realiza su primer milagro. Confirma así su presenciasalvífica y amorosa entre los hombres (Ev.). El Espíritu, pre-sente en los creyentes, comunica sus dones al servicio delbien de la comunidad (2ª lect.).

27 enero 2013

TERCER DOMINGO DEL T. O.LA PALABRA DE DIOS SE CUMPLE HOY

La Palabra de Dios es el centro de laliturgia de hoy. Las lecturas presentantres personajes: Esdras, Jesús y Pablo.Esdras convoca a la comunica hebreapara que escuche la palabra de Dios yhaga fiesta (1ª lect.). Jesús, estando en la

sinagoga de Nazaret, afirma que las promesas anunciadasen el pasado se cumplen hoy (Ev.). Pablo explica que Cristoy nosotros formamos un solo cuerpo (2ª lect.).

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