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Preparandonos para Navidad

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Page 1: Preparandonos para Navidad

Preparándonos para la Navidad

EL ESCENARIO HUMILDE Y POBRE DEL VERBO DE DIOS ENCARNADO SÍGUEME EN MI HUMILDAD

EL ESCENARIO HUMILDE Y POBRE DEL VERBO DE DIOS ENCARNADO ES EL MISMO ESCENARIO QUE EL DEL CRUCIFICADO-RESUCITADO

Desciende hacia nosotros para ascender con nosotros. Toda una parábola. Este es el dinamismo liberador y salvador. Es el dinamismo de la historia de la salvación. Es el dinamismo de la experiencia espiritual cristiana. Esto es gracia y bienaventuranza para la vida e historia encadenadas. El acto de investidura de Jesús de Nazaret como el Siervo-Mesías en la sinagoga viene precedida de la unción del Espíritu (Lc 4, 16-21). La plenitud del proceso que empezó así en Nazaret tiene como conclusión el Envío del Espíritu del Crucificado Resucitado a sus discípulos (Jn 20, 22 y Hechos 2). Si en el momento de la encarnación, el Verbo preparó la mesa en medio del desierto del mundo (Jn 1), en el momento de la Resurrección, el Crucificado-Resucitado pone la mesa e invita a participar en ella en medio de la desolación, con los de Emaús (Lc 24) y con el resto (Jn 21).

Tanto la Encarnación como la Resurrección tienen mucho que ver. Más aún, el misterio de la Encarnación es leído por los discípulos desde el acontecimiento de la Resurrección.

• Una pequeña reflexión a la que os invito • Os sugiero que la hagáis leyendo en paralelo el acontecimiento de la Encarnación (Lc 2,

1-21) y de la Resurrección (Jn 20) y los demás textos donde se nos habla de la Resurrección). Intentad descubrir cómo se revela Jesús, qué revelación nos hace el Señor a partir de esos textos. Es importante situarse en momento actual, en la realidad en que se está, en nuestro mundo concreto. Es el HOY de Dios. Es desde ahí desde donde hay que acoger dicha revelación, encontrarse con Jesús, dejar que el corazón reaccione ante ese encuentro y acoger las llamadas del Señor en nuestra vida y misión. Os sugiero algunas pistas:

o Los dos acontecimientos suceden de noche, en plena tiniebla. Es la noche de la humanidad, de los pobres, del pueblo pobre y oprimido esperando liberación. Es la noche personal…

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o El anuncio de uno y otro acontecimiento por parte del Enviado de Dios lo dirige a los pobres: mujeres, discípulos y pastores

o Unos y otros llenos de temor… Pero los otros y los unos son invitados: “No temas”, “No temáis”.

o De estos acontecimientos no hay testigos, es una noticia que les viene por puro don, de fuera de ellos. Es gracia.

o Los signos son muy pobres, no demuestran nada, pero son ¡signos!: la tumba vacía o la cueva de Belén, unos trapos (“encontraréis a un niño envuelto en unos trapos”, “entraron y vieron la tumba vacía y la tela-sudario doblado”). Son invitados a “ver” esos signos..

o Esa buena noticia recibida “de fuera” les desborda, no entienden al principio, se quedan sorprendidos, como recibiendo algo que les sobrepasa.

o Aparece la luz en medio de la noche de sus vida y de la vida del pueblo… o Esos pobres, mujeres y pastores, acogen la Buena Noticia sin “racionalismos”,

“se fían”, confían… o Los pastores acudieron al lugar que le dijeron los Ángeles y lo reconocieron

como el Salvador (Lc 2, 15-17). Los discípulos, al verlo (al Cristo Resucitado), lo adoraron (Mt 28, 17).

o Los pobres, en medio de la noche, con un corazón de “discípulos” son convertidos en apóstoles: van dar la Buena Noticia a otros: los pastores cuentan a cuantos se encuentran lo que les habían dicho los Ángeles y lo que ellos habían visto (Lc 4, 18). María Magdalena y los de Emaús van a contar al resto de discípulos que “lo han visto” y el Crucificado-Resucitado, a todos, les envía por el mundo dar y hacer la Buena Noticia (Mt 28, 18-20)

o Dios se ha dejado ver (en el misterio de la Encarnación y de la Resurrección) y ha convertido a esas personas pobres en sus primeros “testigos”; personas sin ningún crédito, humanamente hablando: mujeres y pastores, lo mismo que el resto de los discípulos a los que intentaron los jefes de los sacerdotes anularles cualquier posibilidad de crédito (Mt 28, 11-15)

o En medio de la noche, en medio de la debilidad, en medio la pobreza, Dios se revela como la LUZ, como, como “la respuesta” a sus vidas, como fuerza, y los pobres son constituidos como “portadores de esa LUZ y de esa RESPUESTA.

o La pobreza en la que acontece la Encarnación del Verbo es la pobreza en la acontece la Resurrección del Crucificado.

o La Gloria de Dios, en uno y otro acontecimiento, se abre camino y se expresa de manera radicalmente distinta a la gloria de este mundo. La Gloria de Dios acontece sin espectacularidad.

o La presencia y cercanía de Dios acontece ASÍ: en la más pura humildad. o Gloria, cercanía, presencia de Dios de esta forma. NO LO OLVIDEMOS.

No perdamos de vista que es desde el Crucificado-Resucitado desde donde hemos de leer la Encarnación, lo mismo que el Evangelio y lo mismo que la Misión. El fundamento de la misión está en el Crucificado-Resucitado. La humilidad del escenario de la encarnación y de la resurrección marcan la vida y el estilo humilde y pobre del testigo y apóstol.

Manolo Barco Sacerdote del Prado

http://www.contemplavida.org/

Madrugadores de Buenos Aires