Muchas veces nosotros hemos tenido la misma tentaci ... · Existen sombras y momentos de prueba....

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Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14.22

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice: “Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia." Hermanos, permitidme hablDavid murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que (no lo entregaría a muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo». Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Sal 15 R/ SEÑOR, ME ENSEÑARÁS EL SENDERO DE LA VIDA. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano.R. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R.

“Tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se lesabrieron los ojos y lo reconocieron”.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14.22-33

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y

sa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice: “Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por

me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia." Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que (no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido

estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es Palabra de Dios.

SEÑOR, ME ENSEÑARÁS EL SENDERO DE LA VIDA.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi » El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no

, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de

el pan, pronunció la bendición, A ellos se les

abrieron los ojos y lo reconocieron”.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, Queridos hermanos: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obrsabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.

+Lectura del santo evangelio según san Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sdiscutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados.uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: « ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» El les preguntó: « ¿Qué?» Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obrascómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotrosfuturo liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunosencontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces Jesús les dijo: ¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esgloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comhablaba por el camino y nos explicaba momento, con Señor por el camino y cómo Señor

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, Queridos hermanos: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida.sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.

+Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13 Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: « ¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados.uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: « ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» El les preguntó: « ¿Qué?» Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces Jesús les dijo: ¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esgloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate on nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse

con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: « ¿No ardía nuestro corazón mientras hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraroncon sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.Señor.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 17-21

Queridos hermanos: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus as, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya

sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de

mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza. Palabra de Dios.

Lucas 24, 13-35

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén;

ucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero

Él les dijo: « ¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: « ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» El les preguntó: « ¿Qué?» Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue

y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo

esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que

de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces Jesús les dijo: ¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate on nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse

con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él

No ardía nuestro corazón mientras nos Escrituras?» Y, levantándose al

encontraron reunidos a los Once a verdad, ha resucitado el

lo que les había pasado al partir el pan. Palabra del

El relato nos describe la experiencia vivida por dos seguidores de Jesús mientras caminan desde JerusaléEmaús. El narrador lo hace con tal maestría que nos ayuda a reavivar también hoy nuestra fe en Cristo resucitado.Muchas veces nosotros hemos tenido la misma tentación de los discípulos de Emaús: huir, dejarlo todo, nos vence eldesilusión, la desesperanza, el sentido de fracaso....la fe no todo es luz. Existen sombras y momentos de prueba. Noches en las que es necesario afinar nuestro oído para percibir la voz del Señor. Emaús es el camino que espefácil, no siempre todo estará claro. No todo saldrá como nosotros pensemos. Las dudas, la incertidumbre, la desilusión, los altibajos… acompañan en el itinerario del que sigue a Jesús. Eocasiones hemos experimentaacerca a nosotros como se acercó a los discípulos en el relato. Él quiere compartir nuestros problemas, quiere sacarnos de las tinieblas, quiere darnos una palabra de ánimo que aclare nuestras dudas: comprobamos entonces qEl Señor resucitado, es el único que da sentido al misterio de la vida. Lo que entrega Jesús a los dos caminantes es algo más que un discurso, son sus gestos, su estilo y su talante lo que hace despertar a los discípulos.Este relato es una catequesis de cómo podemos llegar a tener una auténtica experiencia del resucitado. Lo encontramos en primer lugar en "la Palabra". Ellos se dieron cuenta de que ardía su corazón mientras les hablaba. Es meditando la Palabra de Dios y apen nuestra vida como podemos reconocer al Dios del Amor que Jesús nos anunció. En segundo lugar podemos encontrar a Jesucristo en la Eucaristía. A los discípulos de Emaús "se les abrieron los ojos y lo reconocieron..... y contaron cómo le habían reconocido al partir el pan". Pero hay un tercer lugar de encuentro que los cristianos necesitamos recuperar: la comunidad. No se puede ser cristiano por libre, necesitamos la comunidad para crecer como creyentes. Ellos rectificaron su camino y volvieron aJerusalén. fundamentales para el cristiano: la Palabra, la Eucaristía y la

Comunidad.Al morir Jesús, muere también la esperanza que había despertado en sus corazones. Sin embargo, estos discípulos siguen hablando dJesús. No le pueden olvidar. Comentan lo sucedido. Tratan de buscar algún sentido a lo que han vivido junto a él.Es el primer gesto del Resucitado. Los discípulos no son capaces de reconocerlo, pero Jesús ya está presente caminando junto a ellos. No se impone revelándoles su identidad. Les pide que sigan contando su experiencia. Conversando con él, irán descubriéndose; se les abrirán los ojos cuando, guiados por su palabra, hagan un recorrido interior. Es así. La tarea de los discípulos, nuestra tarea,Evangelio, dar testimonio de lo que hemos visto y oído, para

que los demás, escuchando y viendo, creantodos podemos ver al resucitado en el hombre desconocido, en el hermano caminante, en el peregrino que se nos acerca, prójimo... Así, autenticidad y su crisol en que los hombres y mujeres de hoy puedan ver, en nosotros, a Jesús resucitado y sus signos de vida

y esperanza

El relato nos describe la experiencia vivida por dos seguidores de Jesús mientras caminan desde Jerusalén hacia la pequeña aldea de Emaús. El narrador lo hace con tal maestría que nos ayuda a reavivar también hoy nuestra fe en Cristo resucitado. Muchas veces nosotros hemos tenido la misma tentación de los discípulos de Emaús: huir, dejarlo todo, nos vence el cansancio, la desilusión, la desesperanza, el sentido de fracaso.... En el campo de la fe no todo es luz. Existen sombras y momentos de prueba. Noches en las que es necesario afinar nuestro oído para percibir la voz del Señor. Emaús es el camino que espera a todo creyente: no todo será fácil, no siempre todo estará claro. No todo saldrá como nosotros pensemos. Las dudas, la incertidumbre, la desilusión, los altibajos… acompañan en el itinerario del que sigue a Jesús. Eocasiones hemos experimentado cómo Jesús no nos abandona, se acerca a nosotros como se acercó a los discípulos en el relato. Él quiere compartir nuestros problemas, quiere sacarnos de las tinieblas, quiere darnos una palabra de ánimo que aclare nuestras

omprobamos entonces que Él es nuestra única esperanza. El Señor resucitado, es el único que da sentido al misterio de la vida. Lo que entrega Jesús a los dos caminantes es algo más que un discurso, son sus gestos, su estilo y su talante lo que hace despertar a los discípulos. Este relato es una catequesis de cómo podemos llegar a tener una auténtica experiencia del resucitado. Lo encontramos en primer lugar en "la Palabra". Ellos se dieron cuenta de que ardía su corazón mientras les hablaba. Es meditando la Palabra de Dios y apen nuestra vida como podemos reconocer al Dios del Amor que Jesús nos anunció. En segundo lugar podemos encontrar a Jesucristo en la Eucaristía. A los discípulos de Emaús "se les abrieron los ojos y lo reconocieron..... y contaron cómo le habían reconocido al partir el pan". Pero hay un tercer lugar de encuentro que los cristianos necesitamos recuperar: la comunidad. No se puede ser cristiano por libre, necesitamos la comunidad para crecer como creyentes. Ellos rectificaron su camino y volvieron a

Tres lugares de encuentro y tres apoyos fundamentales para el cristiano: la Palabra, la Eucaristía y la

Comunidad. Al morir Jesús, muere también la esperanza que había despertado en sus corazones. Sin embargo, estos discípulos siguen hablando dJesús. No le pueden olvidar. Comentan lo sucedido. Tratan de buscar algún sentido a lo que han vivido junto a él. Es el primer gesto del Resucitado. Los discípulos no son capaces de reconocerlo, pero Jesús ya está presente caminando junto a ellos.

impone revelándoles su identidad. Les pide que sigan contando su experiencia. Conversando con él, irán descubriéndose; se les abrirán los ojos cuando, guiados por su palabra, hagan un recorrido interior. Es así. La tarea de los discípulos, nuestra tarea, es anunciar el Evangelio, dar testimonio de lo que hemos visto y oído, para

que los demás, escuchando y viendo, crean. Ahora sabemos que todos podemos ver al resucitado en el hombre desconocido, en el hermano caminante, en el peregrino que se nos acerca,

Así, nuestra fraternidad y solidaridad encuentran su

autenticidad y su crisol en que los hombres y mujeres de hoy puedan ver, en nosotros, a Jesús resucitado y sus signos de vida

y esperanza.

El relato nos describe la experiencia vivida por dos seguidores de n hacia la pequeña aldea de

Emaús. El narrador lo hace con tal maestría que nos ayuda a

Muchas veces nosotros hemos tenido la misma tentación de los cansancio, la

En el campo de la fe no todo es luz. Existen sombras y momentos de prueba. Noches en las que es necesario afinar nuestro oído para percibir la voz del

ra a todo creyente: no todo será fácil, no siempre todo estará claro. No todo saldrá como nosotros pensemos. Las dudas, la incertidumbre, la desilusión, los altibajos… acompañan en el itinerario del que sigue a Jesús. En muchas

do cómo Jesús no nos abandona, se acerca a nosotros como se acercó a los discípulos en el relato. Él quiere compartir nuestros problemas, quiere sacarnos de las tinieblas, quiere darnos una palabra de ánimo que aclare nuestras

ue Él es nuestra única esperanza. El Señor resucitado, es el único que da sentido al misterio de la vida. Lo que entrega Jesús a los dos caminantes es algo más que un discurso, son sus gestos, su estilo y su talante lo que hace despertar

Este relato es una catequesis de cómo podemos llegar a tener una auténtica experiencia del resucitado. Lo encontramos en primer lugar en "la Palabra". Ellos se dieron cuenta de que ardía su corazón mientras les hablaba. Es meditando la Palabra de Dios y aplicándola en nuestra vida como podemos reconocer al Dios del Amor que Jesús nos anunció. En segundo lugar podemos encontrar a Jesucristo en la Eucaristía. A los discípulos de Emaús "se les abrieron los ojos y lo reconocieron..... y contaron cómo le habían reconocido al partir el pan". Pero hay un tercer lugar de encuentro que los cristianos necesitamos recuperar: la comunidad. No se puede ser cristiano por libre, necesitamos la comunidad para crecer como creyentes. Ellos rectificaron su camino y volvieron a

Tres lugares de encuentro y tres apoyos fundamentales para el cristiano: la Palabra, la Eucaristía y la

Al morir Jesús, muere también la esperanza que había despertado en sus corazones. Sin embargo, estos discípulos siguen hablando de Jesús. No le pueden olvidar. Comentan lo sucedido. Tratan de buscar

Es el primer gesto del Resucitado. Los discípulos no son capaces de reconocerlo, pero Jesús ya está presente caminando junto a ellos.

impone revelándoles su identidad. Les pide que sigan contando su experiencia. Conversando con él, irán descubriéndose; se les abrirán los ojos cuando, guiados por su palabra, hagan un

es anunciar el Evangelio, dar testimonio de lo que hemos visto y oído, para

. Ahora sabemos que todos podemos ver al resucitado en el hombre desconocido, en el hermano caminante, en el peregrino que se nos acerca, en el

nuestra fraternidad y solidaridad encuentran su

autenticidad y su crisol en que los hombres y mujeres de hoy puedan ver, en nosotros, a Jesús resucitado y sus signos de vida

INVITACIÓNES: * Apuntar a los hijos a la clase de Religión * Declaración renta: Poner X en Iglesia y Otros fines sociales

DURANTE EL MES DE MAYO: Rezo del rosario, todos los días a las 18:30h.

Lunes, 1: S. JOSE OBRERO. 13:00h. Misa solemne y procesión Martes, 2: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles, 3: 9:30h. Oración R. Carismática Jueves, 4: 17:00 y 18:00h. Catequesis. 20:00h. Oración de la comunidad Viernes, 5: 17:00 y 18:00h. CATEQUESIS 21.00h. Adoración nocturna Domingo, 7: IV DOMINGO DE PASCUA. JORNADA DE ORACION

POR LAS VOCACIONES. Eucaristías: 11:00 y 12:30h 11:00h Entrega del CREDO a los niños de Comunión II 12:00h. CATEQUESIS

http://www.sanjoselasmatas.es

Las Matas. Madrid - Año X IV - nº 877

III DOMINGO DE PASCUA – CICLO A – 30 abril 2017 III Semana de PASCUA Lunes, 1 – S. JOSE OBRERO. Jeremías, Orencio y Paciencia, Peregrino.

Hch 6, 8-15 – Sal 118 – Juan 6, 22-29 (o bien Gén 1, 26-2,3 – Sal 89 – Mateo 13, 54-58)

Martes, 2 – Anastasio , Nª Sra. de Araceli, Boris y Gleb, Zoe. Hch 7, 51-8,1a – Sal 30 – Juan 6, 30-35

Miércoles, 3– Felipe y Santiago , Alejandro I, Violeta, Emilia, Juvenal, Bta. Mª Leonia Paradis. 1Cor 15, 1-8 – Sal 18 – Juan 14, 6-14

Jueves, 4 – José Mª Rubio, Gotardo, Ceferino Jimén ez Malla, Bta. Francisca

Paula de Jesús (Nhá Chica). Hch 8, 26-40 – Sal 65 – Juan 6, 44-51 Viernes, 5 – Nª Sra. de Gracia, Nª Sra. de África, Máximo de Jerusalén, Martín de

Finojosa. Hch 9, 1-20 – Sal 116 – Juan 6, 52-59 Sábado, 6 – Nª Sra. Divina Pastora, Domingo Savi o, Judit, Benedicta, Heliodoro,

Francisco de Lavakl, Bto. Enrique Kaczorowski y com p. Hch 9, 31-42 – Sal 115 – Juan 6, 60-69

“A la humanidad, que a veces parece pérdida y dominada por el poder del mal, el egoísmo y el miedo, el Señor resucitado ofrece como don su amor que perdona, reconcilia y reabre el ánimo a la esperanza. Es amor que convierte los corazones y dona la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y de acoger la Divina Misericordia!”

S. Juan Pablo II.

El Testigo fielEl Testigo fielEl Testigo fielEl Testigo fiel El 1 de mayo celebramos a san José obrero y comenzamos el mes tradicionalmente dedicado a la Virgen(…) Jesús entra en nuestra historia, viene en medio de nosotros, naciendo de María por obra de Dios, pero con la presencia de san José, el padre legal que lo protege y le enseña también su trabajo. Jesús nace y vive en una familia, en la Sagrada Familia, aprendiendo de san José el oficio de carpintero, en el taller de Nazaret, compartiendo con él el trabajo, la fatiga, la satisfacción y también las dificultades de cada día. Esto nos remite a la dignidad y a la importancia del trabajo. El libro del Génesis narra que Dios creó al hombre y a la mujer confiándoles la tarea de llenar la tierra y dominarla, lo que no significa explotarla, sino cultivarla y protegerla, cuidar de ella con el propio trabajo (cf. Gn 1, 28; 2, 15). El trabajo forma parte del plan de amor de Dios; nosotros estamos llamados a cultivar y custodiar todos los bienes de la creación, y de este modo participamos en la obra de la creación. El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de una persona. El trabajo, por usar una imagen, nos «unge» de dignidad, nos colma de dignidad; nos hace semejantes a Dios, que trabajó y trabaja, actúa siempre (cf. Jn 5, 17); da la capacidad de mantenerse a sí mismo, a la propia familia, y contribuir al crecimiento de la propia nación. Aquí pienso en las dificultades que, en varios países, encuentra el mundo del trabajo y de la empresa; pienso en cuantos, y no sólo los jóvenes, están desempleados, muchas veces por causa de una concepción economicista de la sociedad, que busca el beneficio egoísta, al margen de los parámetros de la justicia social. Deseo dirigir a todos la invitación a la solidaridad, y a los responsables de la cuestión pública el aliento a esforzarse por dar nuevo empuje a la ocupación; esto significa preocuparse por la dignidad de la persona; pero sobre todo quiero decir que no se pierda la esperanza. También san José tuvo momentos difíciles, pero nunca perdió la confianza y supo superarlos, en la certeza de que Dios no nos abandona (…) En el silencio del obrar cotidiano, san José, juntamente con María, tienen un solo centro común de atención: Jesús. Ellos acompañan y custodian, con dedicación y ternura, el crecimiento del Hijo de Dios hecho hombre por nosotros, reflexionando acerca de todo lo que sucedía. En los evangelios, san Lucas destaca dos veces la actitud de María, que es también la actitud de san José: «Conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (2, 19.51). Para escuchar al Señor, es necesario aprender a contemplarlo, a percibir su presencia constante en nuestra vida; es necesario detenerse a dialogar con Él, dejarle espacio en la oración (…) Recordemos más al Señor en nuestras jornadas. La oración que se hace juntos es un momento precioso para hacer aún más sólida la vida familiar, la amistad. Aprendamos a rezar más en familia y como familia. Queridos hermanos y hermanas, pidamos a san José y a la Virgen María que nos enseñen a ser fieles a nuestros compromisos cotidianos, a vivir nuestra fe en las acciones de cada día y a dejar más espacio al Señor en nuestra vida, a detenernos para contemplar su rostro. Gracias. PAPA FRANCISCO. AUDIENCIA GENERAL Plaza de San Pedro Miércoles 1 de mayo de 2013

Eres pascua, aunque tus proyectos fracasen, si mantienes la confianza en hombres y mujeres y dejas a Dios ser Padre y Madre. Eres pascua, aunque tu vida parezca estéril, si te sientes habitado por su presencia amiga que misteriosamente te acompaña y salva. Eres pascua, aunque en nada destaques, si bebes en sus manantiales y te conformas con ser cauce, simplemente cauce. Eres pascua, aunque andes errante, si compartes lo que tienes y despiertas alegría en otros caminantes. Eres pascua, aunque seas débil y torpe, si escuchas su palabra serena y abierta -"Soy yo, no temas"- y la guardas. Eres pascua, aunque pidas pruebas, si besas las nuevas llagas que aparecen y esperas entre hermanos que Él vuelva. Eres pascua, aunque tus manos estén vacías, si te abres al otro, el que sea, y le dejas que ponga tu corazón en ascuas. Eres pascua, aunque no lo creas. aunque te rompas en mil pedazos, aunque mueras en primavera..., porque Él pasa y te libera. Soy tu paso y presencia, tu pascua manifiesta, aquí y ahora, para todos los que viven y caminan. F. Ulibarri

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