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Prácticas del lenguaje Proyecto Articulación- Bicentenario 1er año A Docente: Mónica Igic Novena etapa Fecha: 18/9 (Act.: 5)
Grandes personalidades de la provincia Ricardo Güiraldes
Ricardo Güiraldes escribió la novela “Don Segundo Sombra” tal vez la máxima expresión de la literatura gauchesca en prosa. El argumento de la novela (ambientada en un pueblo rural bonaerense a fines del siglo XXIX), es sencillo, relatado en primera persona. Fabio Cáceres, un mozo 'guacho' (huérfano) que desconoce su origen, vive con dos tías solteras que lo crían sin amor. El temprano adolescente, pasa sus días en las calles de su pueblo. Hábil e ingenioso cobra fama de agradable pícaro entre sus habitantes. La casualidad lo cruza con un gaucho que le causa profunda impresión: es don Segundo Sombra. Decide escapar de la casa de sus tías y seguirlo en busca de otra existencia para sí: la del verdadero gaucho. Comienza así su vida de resero, donde durante cinco años de viajes y aventuras, bajo la tutela de su “padrino”, no sólo se hará un experto en arreos (transportar ganado en pie de a caballo) y domas (amansar caballos para ser montados), sino que también aprenderá a ser un hombre de bien, honesto, leal, resistente a los golpes físicos y sentimentales de la vida, orgulloso de su ser y tareas: un gaucho. Llega después la inesperada herencia que transforma a Fabio en un hombre rico. Don Segundo se queda con él tres años en la estancia heredada, pero, una vez seguro de que su “ahijado” se puede desempeñar solo en su nueva vida, decide calmar su sed de distancias y ambos protagonistas, tristes, pero acostumbrados a aceptar lo inevitable, separan sus caminos.
Literatura Gauchesca- Literatura Gaucha NO SON LO MISMO
El verdadero: Segundo Ramírez (Aquí ya entrado en años) es la persona real en quien se
inspiró Güiraldes al escribir “Don Segundo Sombra”.
Actividad 1: En una hoja aparte, copia y completa en forma muy prolija, con letra de imprenta, la ficha
biográfica de Ricardo Güiraldes. (Investiga los datos por medios virtuales) Es importante
que hagas tu trabajo con responsabilidad, dedicación y muy prolijo, ya que las fotos
pueden formar parte de la muestra del producto final del proyecto
Ficha biográfica: Ricardo Güiraldes
Fecha de nacimiento:
Lugar: (ciudad y país, en ese orden)
Padres:
Fecha de fallecimiento:
Lugar: (ciudad y país, en ese orden)
Profesión:
Obra máxima:
Fecha de publicación:
Otras obras: (escribe entre cuatro y seis títulos)
Localidad donde pasó gran parte de su vida e inspiró su novela: (localidad y provincia)
(Si tienes los medios, incluye una fotografía)
25/9. (Act. 6 y 7)
LA DESCRIPCIÓN Como su nombre lo indica, este tipo de textos describe (nos dice como es) un lugar, objeto, animal o una persona. Además de los rasgos físicos, se describen el carácter, la personalidad, conductas morales, etc.
Para lograr esto, el escritor se vale de unos amigos muy conocidos: Los adjetivos.
La descripción en la narración
Los fragmentos descriptivos cumplen diversas funciones en una narración:
Colaborar con la producción de un “efecto de realidad” (es decir, hacer creíble
o verosímil el relato)
Transmitir sentimientos y estados de ánimo del narrador o los personajes
Presentar a los PERSONAJES en su totalidad, tanto exterior como
interiormente
Presentar el MARCO NARRATIVO: es decir, describir el lugar y el tiempo
donde se desarrollan las acciones.
Como vimos, EL ADJETIVO es la clase de palabra más usada en las descripciones, y puede ser usado, también, de diferentes maneras: 1-PARA VALORAR A TRAVÉS DE
SUBJETIVEMAS
A TRAVÉS DE ELLOS SE VALORA POSITIVA O NEGATIVAMENTE A ALGO O ALGUIEN:
“una torta riquísima” o “una torta incomible”
2-PARA DESCRIBIR OBJETIVAMENTE:
“un tren amarillo” o “una mujer holandesa”
Actividades: Leer los siguientes fragmentos de Don Segundo Sombra: “Con los párpados caídos para no ver las cosas que me distraían, imaginé las cuarenta manzanas
del pueblo, sus casas chatas, divididas monótonamente por calles trazadas a escuadra, siempre
paralelas o verticales entre sí…”
“…Gradualmente mis recuerdos habíanme llevado a los momentos entonces presentes. Volví a
pensar en lo hermoso que sería irse, pero esa misma idea se desvanecía en la tarde, en cuyo
silencio el crepúsculo comenzaba a suspender sus primeras sombras. El barro de las orillas y las
barrancas habíanse vuelto de color violeta. Las toscas costeras exhalaban como un resplandor de
metal. Las aguas del río hiciéronse frías a mis ojos y los reflejos de las cosas en la superficie
serenada, tenían más color que las cosas mismas. El cielo se alejaba. Mudábanse los tintes áureos
de las nubes en rojos, los rojos en pardos…”
“…Sin apuros, la caña de pescar al hombro, zarandeando irreverentemente mis pequeñas víctimas,
me dirigí al pueblo. La calle estaba aún anegada por un reciente aguacero y tenía yo que caminar
cautelosamente, para no sumirme en el barro que se adhería con tenacidad a mis alpargatas,
amenazando dejarme descalzo. Sin pensamientos seguí la pequeña huella que, vecina a los cercos
de cinacina, espinillo o tuna, iba buscando las lomitas como las liebres para correr por lo parejo. El
callejón, delante mío, se tendía oscuro. El cielo, aún zarco de crepúsculo, reflejábase en los charcos
de forma irregular o en el agua guardada por las profundas huellas de alguna [22] carreta, en cuyo
surco tomaba aspecto de acero cuidadosamente recortado. Había ya entrado al área de las
quintas, en las cuales la hora iba despertando la desconfianza de los perros. Un incontenible temor
me bailaba en las piernas, cuando oía cerca el gruñido de algún mastín peligroso; pero sin
equivocaciones decía yo los nombres: Centinela, Capitán, Alvertido. Cuando algún cuzco irrumpía
en tan apurado como inofensivo griterío, mirábalo con un desprecio que solía llegar al cascotazo…”
“…El callejón habíase hecho calle, las quintas, manzanas; y los cercos de paraísos, como los
tapiales, no tenían para mí secretos. Aquí había alfalfa, allá un cuadro de maíz, un corralón o
simplemente malezas. A poca distancia divisé los primeros ranchos, míseramente silenciosos y
alumbrados por la endeble luz de velas y lámparas de apestoso kerosén. Al cruzar una calle
espanté desprevenidamente un caballo, cuyo tranco me había parecido más lejano y como el
miedo es contagioso, aun de bestia a hombre, quedeme clavado en el barrial sin animarme a
seguir. El jinete, que me pareció enorme bajo su poncho claro, reboleó la lonja del rebenque contra
el ojo izquierdo de su redomón, pero como intentara yo dar un paso el animal asustado bufó como
una mula, abriéndose en larga tendida. Un charco bajo sus patas se despedazó chillando como un
vidrio roto…”
“…Oí una voz aguda decir con calma:
-Vamos pingo... Vamos, vamos pingo... Luego el trote y el galope chapalearon en el barro chirle.
Inmóvil, miré alejarse, extrañamente agrandada contra el horizonte luminoso, aquella silueta de
caballo y jinete. Me pareció haber [24] visto un fantasma, una sombra, algo que pasa y es más una
idea que un ser; algo que me atraía con la fuerza de un remanso, cuya hondura sorbe la corriente
del río.
-Quién sabe si no es don Segundo Sombra.
-Él es -dije, sin saber por qué, sintiendo la misma emoción que, al anochecer, me había mantenido
inmóvil ante la estampa significativa de aquel gaucho, perfilado en negro sobre el horizonte.
Oímos un galope detenerse frente a la pulpería, luego el chistido persistente que usan los paisanos
para calmar un caballo, y la silenciosa silueta de don Segundo Sombra quedó enmarcada en la
puerta.
-Güenas tardes -dijo la voz aguda, fácil de reconocer.
-¿Cómo le va don Pedro?
-Bien ¿y usté don Segundo?
-Viviendo sin demasiadas penas graciah'a Dios…”
“…Mientras los hombres se saludaban con las cortesías de uso, miré al recién llegado. No era tan
grande en verdad, pero lo que le hacía aparecer tal hoy le viera, debíase seguramente a la
expresión de fuerza que manaba de su cuerpo…”
“…El pecho era vasto, las coyunturas huesudas como las de un potro, los pies cortos con un
empeine a lo galleta, las manos gruesas y cuerudas como cascarón de peludo. Su tez [28] era
aindiada, sus ojos ligeramente levantados hacia las sienes y pequeños. Para conversar mejor
habíase echado atrás el chambergo de ala escasa, descubriendo un flequillo cortado como crin a la
altura de las cejas. Su indumentaria era de gaucho pobre. Un simple chanchero rodeaba su cintura.
La blusa corta se levantaba un poco sobre un «cabo de güeso», del cual pendía el rebenque tosco y
ennegrecido por el uso. El chiripá era largo, talar, y un simple pañuelo negro se anudaba en torno a
su cuello, con las puntas divididas sobre el hombro. Las alpargatas tenían sobre el empeine un tajo
para contener el pie carnudo…”
Glosario
Vasto: Amplio.
Potro: Caballo.
Coyunturas: Articulación. Unión de los huesos.
Aindiada/o: Con los rasgos característicos de los pueblos
originarios americanos (indios).
Chambergo: Uno de los sombreros típicos del gaucho.
Crin: Pelo que adorna la frente y parte superior del cuello del
caballo.
Chanchero: Soga delgada, pero muy resistente, que se usaba para
atar por las patas traseras y colgar en las carnicerías a los cerdos
(chanchos).
“Cabo de güeso”: Cuchillo con el mango de hueso.
Rebenque: Accesorio del jinete gaucho que consiste en una tira de
cuero unida a un mango de madera cilíndrica y se usa para azuzar
al caballo. Gaucho con rebenque y chambergo
Tosco: Rústico, sin acabado fino ni lujos.
Chiripá: vestimenta gaucha que protege las piernas, consistente en una tela (normalmente un
poncho), prolijamente cruzada y sujeta a la cintura por una faja.
Talar: Prenda que llega hasta los tobillos.
Alpargatas: Calzado rural muy cómodo y sencillo, realizado en lona con una suela de soga cosida
en su versión original.
Actividad 2: Tomando en cuenta el último fragmento, escribe al lado de cada parte del cuerpo u objeto, los
adjetivos que usa Güiraldes para describirlos. (Cuidado, sólo los adjetivos, no frase ni palabras que
los acompañen. Puede haber un adjetivo o más por sustantivo y pueden estar detrás o delante de
él).
Pecho:
Coyunturas:
Pies: (Cuidado, les da un adjetivo al principio del fragmento y suma otro al final)
Manos:
Tez:
Ojos:
Flequillo:
Gaucho:
Chanchero:
Blusa:
Rebenque:
Chiripá:
Pañuelo:
Puntas:
3-Transcribir dos ejemplos de oraciones en las cuales:
a)La descripción construya “efecto de realidad” (Es decir, yo leo, y pienso que ese lugar o ese
personaje existe de verdad)
b)Se describan personajes tanto interiormente como físicamente
c)Se describa el MARCO (El lugar y/o el tiempo en que se desarrollan las acciones)
4-En el siguiente cuadro, transcriban descripciones siguiendo la siguiente clasificación:
VALORATIVAS (SUBJETIVEMAS) NO VALORATIVAS
2/10. (Act. 8)
Grandes personalidades de la provincia: Florencio Molina Campos.
Florencio Molina Campos fue un prolífico artista bonaerense que vivió entre finales de siglo XXIX y principios del XX, conocido por sus obras de estilo costumbrista, que rememoran, con un toque humorístico, típicas viñetas gauchescas. Es muy recordado por sus clásicos almanaques de la fábrica Alpargatas S. A. I. C., sita en el límite de los barrios de Barracas y La Boca.
Su familia poseía varios campos, y Florencio alternaba su vida en viajes entre el campo y la ciudad.
Contemporáneo de Ricardo Güiraldes, retrataron, cada uno con su estilo, la realidad de los habitantes rurales de la provincia de Buenos Aires de esa época. Los invito a ver algunas de sus obras, no son para imprimir, sino de exploración.
Actividad: Al igual de cómo hiciste con la de Ricardo Güiraldes, en una hoja aparte, copia y completa en forma muy prolija, con letra de imprenta, la ficha biográfica de Florencio Molina Campos. Ficha biográfica: Florencio Molina Campos.
Nombre completo:
Fecha de nacimiento:
Lugar: (ciudad y país, en ese orden)
Padres:
Fecha de fallecimiento:
Lugar: (ciudad y país, en ese orden)
Profesión:
Año de su primer trabajo para “Alpargatas”:
Obras: (escribe entre cuatro y seis títulos de sus trabajos)
(Si tienes los medios, incluye una fotografía)
Grandes personalidades de la provincia:
Carlos Montefusco
El pintor bonaerense Carlos Montefusco, nació el 25 de diciembre de 1964, en el barrio de Crucecita, partido de Avellaneda.
Su obra inspirada de manera evidente en el estilo de Campos, continúa recatando en el presente, la cultura gauchesca de siglo pasado.
Aquí te dejo para que las veas, una muestra de sus trabajos.
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