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PELEAS JUSTAS
No hay relaciones perfectas. Y como no hay relaciones perfectas,
entonces no hay amor sin discusiones, no hay amor sin peleas.
Ahora, si asumimos que pelear es parte del amor, entonces me
parece que lo que hay que hacer no es vivir para evitar discutir,
sino más bien elegir bien nuestras riñas y tener ciertas reglas para
que una vez que estemos frente a lo inevitable podamos sacar lo
mejor de una buena discusión. Aquí algunas ideas para que
pelear sea productivo y no doloroso:
1.- Elige bien por qué vale la pena discutir. Muchas veces
elegimos peleas sin sentido. ¿Por qué no recogiste tu plato? ¿Por
qué siempre te pones ese suéter que no combina?. Si esos
detalles son cosas que te molestan, quizá no sea por el hecho en
sí, sino porque representan algo más que te tiene resentida o
enojada. No es el plato, sino que él nunca te ayuda con los
quehaceres de la casa. El suéter es feo, pero más bien el
problema es que cuando van a ver a tu familia o amigos, a él no
le importa como se vea. No se trata de callarte, sino de pensar
cual realmente es el problema y hablar sobre eso.
2.- Nunca perder el respeto. Al discutir, los ánimos se pueden ir
calentando. Él no te entiende, tu no lo entiendes, y se vuelve una
cuestión de ganar o perder. Pero lo que no se dan cuenta es que
con faltas de respeto siempre es la relación la que pierde. Por eso
hay que evitar subir el tono de voz, los gritos no llevan a ningún
lado ni hacen que la otra persona te comprenda mejor. Tampoco
ayuda el darle nombres groseros o tratarlo con burlas o
sarcasmos.
3.- No critiques su forma de ser, más bien habla de acciones
concretas que te molestan, pide lo mismo de vuelta. Es muy
diferente decir “tu eres un desconsiderado” que decir “cuando
haces eso eres desconsiderado”.
4.- Escucha con atención. Dejar que la otra persona se exprese
hasta que termine es importante. Si tu comienzas a rebatir antes
de que deje de hablar quizá pierdas algo de información, además
de que si siente que haces un esfuerzo por comprender él
también hará lo mismo.
5.- Hay que llegar a un compromiso. Pelear no se trata de que
uno gane y otro pierda, se trata de llegar a una resolución que los
ayude a convivir mejor. Ni tu ni él tienen “toda” la razón.
6.- Saber pedir perdón. Si al discutir te das cuenta de que fuiste
injusta con algún juicio o crítica o que heriste a la otra persona
pide perdón. De esta forma no quedarán rencores después de
una buena discusión.
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