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Microrelatos por Ignacio Salas

Microrelatos

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Microrelatos por Ignacio Salas

Microrelatos - Ignacio Salas 2

Microrelatos - Ignacio Salas 3

Palabras al inicio

Estos son solo recuerdos, recuerdos de lugares imposibles, apenas imaginados. Un paseo de ida y

vuelta al futuro y a otros planetas al nuestro. No a ese que crees conocer, si no a otro, uno

ligeramente parecido y completamente diferente. Conocerás emociones que no sabían que eran

posibles, pero a la vez muy conocidas. Al final la vida siempre es la misma, nosotros también. No

importa lo imposible del contexto, el hombre es el hombre.

Sean todos bienvenidos, el viaje está por comenzar.

Microrelatos - Ignacio Salas 4

Microrelatos - Ignacio Salas 5

En la nada

En un yermo seco, descascarado y muerto, rodaba un balón, sin rumbo, sin niño que juegue con él,

se detuvo a mis pies y en el vi algo conocido, algo familiar, era azul, con unas manchas blancas que

se perdían de vez en cuando, detrás otro gran cumulo café y verde. De cuclillas lo tome y vi más de

cerca sus detalles, era la tierra, no un globo terráqueo, era la tierra, con sus montañas y valles, ríos y

lagos, a esa distancia era imposible ver si había o no personas, pero sabía que debían estar en algún

lugar, viviendo sus vidas sin saber que su hogar estaba vagando en medio de la nada, o quizás si lo

sabían pero no podían mas que observar. Un escalofrío me recorrió la espalda, si la tierra está en

mis manos, ¿es posible que yo sea Dios?, solté de inmediato el azul orbe y retrocedí, dentro todo se

movió, sus habitantes sufrían, yo sufría, ¿Dios?, se supone que es perfecto.

No sé cómo llego la tierra aquí, no se tampoco como yo llegue.

Microrelatos - Ignacio Salas 6

Café Virtual

El suave calor de la luz lo saco de su ensueño, abriendo un ojo perezoso, como pidiendo un

poco más de tiempo. Puso sus pesados pies sobre unas acogedoras pantuflas, y se colocó una bata

azul. Sobre su cabeza había un cuadro de una flor que se mecía infinitamente por el viento, le

encantaba. En la cocina ya estaba preparado todo, un café espresso, un vaso de jugo de naranja y

unas tostadas. Se sentó frente a una ventana que daba a un prado verde, lleno de vida. El tapiz que

lo acompañaba estaba repleto de flores, verdes, rojas y amarillas.

De un momento a otro la pared entera desapareció, dando lugar a otra habitación donde una mujer

que tendría poco más de 30 lo miraba fijamente.

-¡Estela, que bueno verte! – le dijo.

-Te esperaba ayer.- dijo secamente.

-Estaba cansado, discúlpame, fue un día muy duro, pero esta noche sí que voy.

-No te molestes, ya tengo quien me acompañe. – de golpe vuelve a aparecer la ventana.

Afuera todo seguía igual de tranquilo, pero el café estaba un poco más amargo.

Ni se dio cuenta que en el paisaje habían varios pixeles muertos.

Microrelatos - Ignacio Salas 7

A Marte

Rojo, polvoriento y muerto, la atmósfera es muy delgada y respirar sin un equipo es difícil,

pero ya no hay lugar en la Tierra para mí, no desde que terminamos.

El día estaba radiante, los niños jugaban alegres, te veías tan bella, el viento mecía tus

cabellos, dejándolos por sobre tu cara. Me hablabas, pero no te escuchaba, tus labios se movían sin

voz, demore una eternidad en comprender, todo terminaba, que no eres tú que soy yo, que no se

qué. El día no dejo de estar esplendoroso, pero mi casa estaba en una dimensión paralela, llena de

oscuridad. Creo que estuve acostado viendo el techo todo el día, o quizás la noche, con las cortinas

cerradas no había forma de saber. Sentado frente al computador trataba de buscar una respuesta, por

último perderme en la red y que nadie más sepa de mi. Hasta que se me cruzó una noticia extraña,

buscaban personas para colonizar Marte, un viaje sin retorno. No lo dude por un momento.

Hay pocos vecinos, es una vida tranquila, con excepción de algunas mega tormentas, pero

los gringos nos prepararon bien.

Todavía te recuerdo, espero que estés bien con tu nueva vida.

Microrelatos - Ignacio Salas 8

Caída Libre

“El horizonte es una fina línea curva,

la delgada plataforma bajo mis pies es más resistente de lo que parece,

tomo una profunda bocanada de aire, me dejo caer,

mi cabeza va por delante, ojos cerrados,

mi pelo es azotado por el viendo, mis ropas también,

el rugido del viento pasando a toda velocidad es ensordecedor,

solo hay vacío, nada me atrapa,

libertad absoluta,

no hay pensamientos, no hay deseos,

no hay últimos recuerdos, no hay una vida pasando frente a mis ojos,

floto sobre la ciudad, soy solo un punto en el infinito azul,

la ciudad es azul, está hecha de agua, es agua,

me hundo, sigo cayendo, me sumerjo en la oscuridad,

al fondo hay luz, no blanca, roja,

es fuego,

me sumerjo, desaparezco.”

De un salto despierta, sin apenas hacer movimiento en el ambiente sin gravedad, “otra vez ese

sueño”, piensa mientras observa por la estrecha ventana circular, a esa roca muerta, que alguna vez

fue la Tierra.

Microrelatos - Ignacio Salas 9

Coltán

A esa hora el sol los azotaba desde lo lejos, Claude, de 15 años, había estado toda la mañana en las

minas y no había desayunado nada, la fatiga lo estaba venciendo pero de todas maneras trato de

cavar un poco, no quería detenerse, la semana pasada otro niño un poco menor que él se tropezó y

un miliciano el RCD enfurecido lo golpeo tan fuerte que le quebró las costillas, apenas se aferra a la

vida en su casa, ¿y todo para qué?, aún no lo tiene muy claro, dicen que con ese montón de tierra se

hace el ordenador de alguien que está muy lejos y que seguramente nunca va a conocer, ¿cómo se

llama, colba, colcha?, no recuerdo. Claude no tiene mayor educación, con suerte habrá ido un par de

años a algo parecido a una escuela, y casi no tiene para vivir, pensaran que con un recurso tan

preciado algo les quedara para ellos, estarían equivocados, solo los milicianos se forran, ellos son

prácticamente esclavos. Mientras tanto otro miliciano lo apresura, tiene mejores cosas que hacer.

Microrelatos - Ignacio Salas 10

Correo basura

“¿Necesita un mejor puesto de trabajo, pero no le alcanza para esas costosas terapias genéticas?

Venga con nosotros y adquiera todo el conocimiento que necesita, directo a su cerebro, por casi

nada. ¡Apúrese, es por tiempo limitado!”, le gritaba a Gabriel un neuroanuncio directamente a su

cerebro. Hace tiempo que estaba en un empleo mal pagado y desmotivador, era momento de un

mejor trabajo, uno que él se mereciera. De inmediato se dirigió al lugar que indicaba el anuncio. Era

una oficina en un edificio bastante lujoso, con paredes forradas con madera, ¡madera real, ya casi no

queda, así que es carísima! En la recepción lo recibió una señorita bastante agraciada, que lo guió

hasta una sala donde le hicieron sentar para inyectarle los vectores. Apenas terminó, se sintió

mareado y el mundo se le apagó. Despertó tirado en un callejón completamente confuso, miro su

reloj, habían pasado dos horas, empezó a revisar si todo estaba en su lugar, si no tenía cicatrices o

algo por el estilo, hasta que encontró en uno de sus bolsillos un recibo de un cajero automático,

había sacado quinientos mil, “¡Me robaron todo lo que tengo!”.

Microrelatos - Ignacio Salas 11

Cuentos de taberna

En las tabernas siempre se escuchan historias alocadas, por personas tanto o más extrañas que sus

relatos. Esa noche sentado en la barra, un viejo se puso a mi lado pidiendo una cerveza, por su

actitud estaba claro que no era el primer lugar que visitaba,

- eh, chico, ¿has escuchado hablar de la tribu?

- he escuchado de muchas

- ¡¡ la de las cloacas!!

- ¡ja, allí no vive nadie!

- eso es lo que tú crees, allá abajo, entre esa agua mugrienta viven estas “personas”, de ojos saltones

y dientes afilados, cuando ven un pedazo de basura se la pelean como ratas.

- buen cuento, pero creo que has bebido demasiado.

-¡¡ que te digo la verdad, yo me los encontré, mira lo que me hicieron!!

Se levanta la polera y muestra un horrenda cicatriz que cruzaba el lado derecho de su torso.

- uy que fea herida, deberías fijarte mejor por donde caminas. Disculpa ya me tengo que ir.

Salgo de la taberna, todavía riéndome de la loca historia. A mis pies, desde el otro lado de la rejilla

del drenaje, se ven dos luces mirándome. Un escalofrío me recorre. Mejor voy a mi hogar.

Microrelatos - Ignacio Salas 12

Destino desconocido

20 de Enero de 2025.- Bitácora de la EEI, la tripulación actual consta de 5 personas. Acabamos de

recibir un mensaje confuso desde la tierra,

< Inicio extracto> Central a EEI, Central a EEI, nos … invadiendo … sin recursos … están solos…

<Fin extracto>. No hemos recibido más información.

21 de Enero de 2025.- Bitácora de la EEI, hay provisiones para un mes, pero los cultivos en

gravedad 0 nos ayudarán un tiempo más. Aún no hay respuesta desde la tierra. La tripulación se está

empezando a preocupar. Se han observado posibles explosiones en las cercanías de Londres.

22 de Enero de 2025.- Bitácora de la EEI, se observo un retroceso considerable del mar en las

costas de todo el mundo. El Amazonas en este momento es un desierto. El pánico se está

apoderando de la tripulación, por la incertidumbre de no saber si se podrá volver a la Tierra.

23 de Enero de 2025.- Bitácora de la EEI, se han hecho repetidos intento de establecer contacto con

la Tierra, hasta el momento sin resultados positivos.

24 de Enero de 2025.- Bitácora de la EEI, tripulación: 4 personas. No hay tierra para volver. Que

Dios se apiade de nosotros.

Microrelatos - Ignacio Salas 13

El idioma de Dios

Las aves correteaban sobre la arena, buscando pequeños pulgones. Escrutando animadamente cada

orificio, mientras dejan sus huellas.

Toda la playa queda grabada, y por las olas borradas, como si Dios garabateara sus pensamientos, y

después los rechazara. Efímero conocimiento, prohibido a los mortales.

-¿partituras?

-¿la lista de compras?

Microrelatos - Ignacio Salas 14

El Culto

Caminaba rápido por el oscuro callejón, con una copia del libro de Jobs en una mano y un maletín

en la otra, miraba a su espalda cada dos pasos para asegurarse de que nadie lo esté siguiendo, ya

había tenido problemas un par de veces y no es nada divertido que te atrapen. Conto dos puertas y

miró el número, “24021955”, “Bien ya estoy”, golpeo dos veces la oxidada puerta y una luz lo

bañó, “¿Si?”, “Soy Benítez”, la puerta se abre y frente a él una estatua de Jobs lo dominaba todo,

apenas entró la puerta se cerró detrás, dejo sus cosas en un armario que salió del muro y siguió por

un brillante pasaje hasta donde estaban los demás esperando en unas sillas de sincronización, ya

casi era la hora, tomó su lugar en el grupo y empiezan a sonar unos ruidos desagradables al

principio, luego un poco menos pero más lejanos, así hasta llegar a un estado de trance, podía sentir

los pensamientos de los demás y un susurro de fondo, quiso tenerlo todo, quería estar iluminado.

Microrelatos - Ignacio Salas 15

El gran especulador

Emilio Santibañez era un exitoso corredor de bolsa, con su astucia y audacia había hecho

millonarios a sus clientes, y de paso a él. Hasta que caminando por una transitada avenida se vio

atraído por una canción, la siguió hasta llegar a un desaliñado guitarrista que no superaría los 20

años, de inmediato vio en él algo único que se estaba desperdiciando, se llamaba Martín y apenas

tenía para vivir, de inmediato se ofreció a ser su manager dejando todo de lado. Aprovechando sus

contactos consiguió a los mejores productores y acuerdos con sellos discográficos, creo a un nuevo

personaje a partir de él, con melodías únicas que llegaban al corazón de las personas, llenaba

estadios y vendía discos por motón, pero se aseguro que no diese entrevistas, su vida personal debía

ser sagrada, de modo que se hizo un verdadero mito de él, Martín no tenía pasado, solo presente, y

muy exitoso. Pero nada dura para siempre, dos años de éxito alcanzó a tener, siendo encontrado

muerto en su dormitorio por sobredosis de calmantes, en la cúspide de su carrera. La leyenda se

asentó para siempre. Triste que alguien valga más muerto que vivo, pero Emilio siempre lo supo.

Microrelatos - Ignacio Salas 16

Ellos también trabajan en penumbra

La pieza oscura era iluminada solamente por una vieja terminal, el ronroneo del ventilador de ese

trasto y los rápidos golpes sobre las sucias teclas formaban el soundtrack de tan particular escena, la

sombra del operario se proyectaba larga en la estantería con viejas películas de tiempos olvidados,

toc toc, la puerta, una gota fría le recorre la frente, “¿ya llegaron?, ¡no he terminado!” pensó

alarmado, termino un par de líneas y se levanto lentamente, entreabrió la puerta, la luz del pasillo lo

cegó por un momento, de al otro lado de la puerta una voz profunda le pregunta bruscamente:

-¿Lo tiene?

-Falta poco…- dijo algo asustado

-No sé si se da cuenta, pero mientras pierde el tiempo el proyecto TIERRA se desmorona, y

eso nos cuesta mucho.

-No se preocupe, las actualizaciones estarán listas según lo previsto.

-Tiene 0,01 eones.

Cierra la puerta y vuelve a sus labores, ¿cuántas versiones ha tenido que hacer de su hermosa

creación?, lee un momento el nombre su nuevo proyecto, “humanidad-v10.5”, “espero que esta

marque la diferencia”, se seca el sudor y continúa.

Microrelatos - Ignacio Salas 17

La Vida se escribe con 4 letras

En una fina hebra, el viejo sabio escribía, solo cuatro letras usaba para su mensaje, misteriosas

reglas lo regían, sin sentido los demás lo veían, menos lo entendían, de malas artes lo acusaban,

brujería o alquimia, la ley del Señor exhortaban. No escuchaba, no le interesaba, tenía un propósito,

un objetivo, tomaba su pluma y escribía “TAG ACA”, mientras la gris estatua lo cuidaba. “CCA

ATG”, en frenética marcha continuaba, mientras lo imaginaba, cada extraña palabra como un

oscuro conjuro, órdenes de nueva vida, extrañas artes de orientales, por mucho oro adquiridas.

Con alivio se levanto, finalizada la tarea estaba, a la hora precisada, para el antiguo ritual de vida.

Rojas velas encendió, rodeando la gris figura, así puesto la hebra tomó, en una vara la enrosco, y

firme la miró, conjuro arcanas palabras, indescriptibles para oídos humanos, y en la boca de la

estatua depositó la vara, el silencio le siguió, luego un rugido aterrador, sus fríos ojos cobraron

brillo, por nuevos pensamientos inundados, con nueva libertad adquirida, rápidos movimientos

realizó, torpe como era mató al viejo hombre. Siguió su pesada marcha, dejándolo atrás, sin

entender apenas, el mundo al que fue enviado.

Microrelatos - Ignacio Salas 18

La piedra feliz

En el fondo de la mar yacen los recuerdos, de rojos atardeceres y miradas cruzadas, el olor de la

hierba fresca, de ese chiste estúpido, una buena chela y un primer beso.

En el fondo de la mar yacen todos esos corazones rotos, a veces puedes ver algunos salir flotando

frente a esa roca que ya no está.

De a dos salten todos los enamorados y los no tanto, los despechados y desesperados.

A veces no sé si saltan ellos o son las viejas almas taimadas las que los arrastran hasta el fondo,

envidiosas de tanta vida, de no haber logrado disfrutar las suyas propias. O quizás recolectan almas

jóvenes, para así algún día, poder salir de ese tormento y vivir nuevas vidas, y hacer todo lo que no

pudieron lograr antes, ¡Ingenuos!, no saben que están condenados a repetir sus errores, mejor harían

en tratar de espantar a los que ahora tienen los ojos vendados, para por lo menos, tener buenas

historias de fantasmas.

En el fondo de la mar yacen los sueños, proyectos que se quedaron en nada.

Microrelatos - Ignacio Salas 19

Laguna

Era una oscura noche sin luna y espesa neblina en un barrio desconocido, pensé que era un mal

lugar para perderse. El frío me calaba los huesos y el lugar parecía no estar habitado, casas

abandonadas con más agujeros que un colador, difícilmente podrían mantener el calor, pero en una

se veían luces, las sombras que se producían lo magnificaban todo y corrían a mi alrededor,

¿pequeños duendes o fieras? había de todo, saltaban por los techos y se arrastraban a mis pies. Con

cierto recelo me acerque y allí un viejo extendía las manos hacía el fuego, la luz inquieta deformaba

su rostro de forma extraña, un escalofrío me recorrió entero, solo la idea de tener una fuente de

calor cerca me permitió seguir adelante, “buenas noches” apenas pude decir, no me miro ni un poco

hipnotizado por el crepitar de las llamas, de la nada empezó a hablar, “se equivoco señor, no debió

haber venido”, todo se puso negro, solo recuerdo que me arrastraban entre las ramas y algo me

sacaban, todavía no se qué paso, solo vivo.

Microrelatos - Ignacio Salas 20

Los domadores de cóndores

En medio de la cordillera de los Andes hay una extraña tribu, encontrarse con ellos es difícil, casi

tan difícil como ver a pie grande o al monstruo del lago Ness, aunque diría que lo es más, ya que ni

se habla de ellos. Pero yo si pude, hace un tiempo me encontré a uno con su cóndor herido, tenía un

ala rota y su jinete no se veía muy bien, era joven y asustadizo, apenas me vio trato de escapar pero

con una pierna rota no es muy lejos a donde podía ir Trate de calmarlo mientras me dirigía miradas

llenas de pánico y me hablaba en un extraño idioma. No paso mucho hasta que de un momento a

otro el sol dejo de brillar, sorprendido mire al cielo y un mar de alas negras lo ocupaba todo, sobre

ellas unos ojos fríos y llenos de orgullo me escrutaban, estaba perdido, pero no me podía mover por

el terror. Bajaron unos pocos, y con sumo cuidado colocaron al joven herido y su ave a lomos de

otros dos cóndores que llevaban afirmados del cuello, para luego emprender el vuelo.

Debería haber llevado una cámara, ahora nadie me cree.

Microrelatos - Ignacio Salas 21

Nostalgia

Raquel estaba sentada sobre un viejo edificio que sobresalía del mar, formaba parte de un

archipiélago artificial que se formo al subir el nivel de este, su departamento estaba a varios metros

bajo el agua. Era una postal extraña, entre encantadora y espeluznante. Una oxidada antena se había

caído sobre otro edificio formando un precario puente, los visitantes que venían a recordar habían

puesto otras tablas entre los edificios más cercanos para poder moverse mejor, era todo un

complejo. Frente a ella se podía observar otro edificio, cuyas ventanas rotas daban paso al agua. Si

uno miraba con cuidado, todavía podía ver los cuadros y fotografías en las paredes, llenas de

recuerdos. Raquel solía ir allí escapando del ruido de lo que quedaba de la ciudad. El nuevo puerto

estaba abarrotado de personas ofreciendo todo tipo de cosas, y entre tantas personas moviéndose

eran fáciles los roces que terminaban en disputas, normalmente con resultados fatales, y muchas

veces era la policía la que terminaba matando a alguien. Caótico lugar. Era mucho para Raquel, así

que todos los días se daba un tiempo, tomaba un viejo bote inflable y partía al lugar que alguna vez

llamo hogar.

Microrelatos - Ignacio Salas 22

Perdido en la red

Sentado frente a la terminal,

cansado de tanta pega,

vaga de tema en tema,

sin nada en mente,

¿una foto, un video?

Sus pupilas se dilatan con cada imagen,

sus dedos transpiran con cada video,

¿un like, un ask?

Sus ojos se ponen blancos de solo imaginarlo.

Las imágenes se agolpan en la pantalla,

un vortex se abre absorbiéndolo,

esta todo frente a él,

alrededor a él,

en todas partes,

inclusive en él.

Su cuerpo flota,

en medio de datos,

como feto en el vientre materno,

un cordón umbilical conectado a su vientre,

le entrega todo lo que necesita,

no más aire,

no más luz,

ni pobres alimentos,

ni falsas relaciones,

tiene todo lo que quiere,

todo lo que necesita,

esta donde quiere cuando quiere,

en todas partes al mismo tiempo,

su ser esta en la red,

no,

él se ha convertido en la red.

Microrelatos - Ignacio Salas 23

El escándalo de TeletransPort

20 de Abril, Valparaíso- En horas de esta mañana se ha filtrado que la conocida empresa de

teletransporte TeletransPort, ha estado almacenando la información de sus usuarios. Frente a estas

acusaciones el Gerente General, José Suarez, se refirió “el almacenamiento de la información de la

configuración de las partículas de los usuarios de nuestro servicio, es vital para asegurar el buen

funcionamiento de este, y así evitar posibles trastornos”. En este momento se están entregando los

antecedentes frente a los tribunales de justicia, donde se esclarecerán las responsabilidades e

intenciones sobre el uso de esta delicada información.

Ya se han registrado protestas frente a la Casa Matriz exigiendo respuestas, siendo controlada la

situación por fuerzas especiales de TeletransPort, ocupando las medidas disuasivas pertinentes,

hecho que ha caldeado los ánimos en la comunidad al poner sobre la mesa el rol que deben tomar

las agencias privadas de seguridad.

Microrelatos - Ignacio Salas 24

Asunto: RE: Apenas supe que estuviste el viernes

Estimado, en este momento estoy en el departamento, fue una verdadera locura lo que pasó, dicen

que fue un terrorista suicida, no vayan a empezar a imitarlo otros locos. Yo lo saque barato, solo

perdí las piernas, pero a otros les fue mucho peor. ¡Horrible!, ya viste las noticias. Uno se puede

enojar por no saber que están haciendo con mi información, pero no volaré un portal por eso, es

tremendamente útil, además de todo el daño material y humano.

Sobre mis piernas, me llegan las robóticas en un par de días, ya hice los moldes para que se ajusten

bien, hay unos diseños estupendos. No quise regenerármelas por lo caro que está, además han salido

casos de cáncer en los miembros regenerados, y no estoy para eso.

Creo que voy a tener que juntar un poco para que instalen un portal en mi departamento y así

ahorrarme estos problemas.

Esperando lo mejor. Saludos.

Microrelatos - Ignacio Salas 25

Maldita Tecnología

Las manos le sudaban profusamente, lo que iba a realizar era definitivo. La tecnología del

teletransporte había arruinado al gremio del transporte y a su padre, dejando a una familia de 6

integrantes en la calle. El perdió la oportunidad de llegar a la universidad o cualquier otra

institución que le pudiese brindar un mejor futuro, dedicándose solo a empleos esporádicos y al

alcohol. Un caldo de cultivo perfecto para el odio y resentimiento. La noticia del escándalo de

TeletransPort fue el gatillante, volaría la estación más cercana. Busco un poco en internet sobre

explosivos, detonantes y todo eso, es increíble las cosas que se puede encontrar uno por allí y lo

fácil de construir que pueden ser algunas de ellas. Se vistió con su chaqueta mortal y se dirigió a la

estación más cercana, esta consistía de 200 portales muy concurridos. Camino con firmeza hasta

ponerse en una fila, espero estar rodeado de la mayor cantidad de personas y apretó el botón, no vio

más que un destello que emanaba de él. A esa hora había 3000 personas.

Microrelatos - Ignacio Salas 26

Conciencia Virtual

“¿Qué significa ser un humano, mi cuerpo me define, mi mente, cada una de las conexiones de mis

neuronas?” Se preguntaba Felipe Robles, Jefe de I+D de TeletransPort, mientras miraba las

respuestas del programa pasando frenéticamente por la pantalla, datos, gráficos y mensajes de

avance. Había tenido acceso tanto tiempo a la información que representa a los usuarios, no podían

perder la oportunidad, ¿podrían “vivir” en otro ambiente, otra corporeidad, que no fuese la

acostumbrada, de forma digital? Había estado 10 meses con un equipo selecto en un laboratorio con

la máxima seguridad posible, haciendo lo que muchos soñaron alguna vez. No se puede negar que

fue un proyecto muy caro para algo que no tiene una aplicación clara, solo por curiosidad.

Se despertó de su ensueño de un golpe mientras pasaban las últimas líneas, estaba listo el despertar

de un nuevo mundo, o cibermundo, de clones humanos digitalizados.

Así es como se creó un nuevo universo, y ellos no se dieron cuenta, solo vivían un nuevo día.

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Universo Paralelo

20 de Julio, Estadio Malvinas Argentinas, como vaticinio de lo que pronto ocurriría en el encuentro

entre Chile y Paraguay, lugar que fue o quiso ser, pero ya no es. Se entonan los himnos de cada

país, la canción patria gritada por miles a todo pulmón, se ponen los jugadores en sus posiciones

llenos de ilusión, esperando el pitido. En eso ocurre algo inusual, los asistentes poco a poco se

esfumaban, creando asientos vacios, el color de los jugadores y algunos asistentes se tornaba poco a

poco vino tinto, algunos hinchas viendo tan extraordinario y aterrador acontecimiento gritaban con

más fuerza el CHI – LE, algunos pedían a gritos a Valdivia, todos se aferraban a la bandera. Así se

desarrollaba el partido, donde nadie se hacía daño, poco a poco los chilenos que no habían

desaparecido se fueron por su cuenta, no había nada que hacer, este no es nuestro partido.