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    El autor de la fotografa de la alhndiga es JeanLaurent, 1816-1892. Este fotgrafo francs se traslad aMadrid en 1843 y quince aos despus comenz a for-mar un museo de fotografas propias. Estableci unestudio en la Carrera de San Jernimo en el que ofrecams de seis mil vistas de Espaa y Portugal, en veintemil placas con distintos tamaos y ediciones demuchas de ellas. Viajeros, coleccionistas e institucionesextranjeras y nacionales, se surtieron de este almacnfotogrfico donde el pblico poda encontrar los monu-

    mentos ms caractersticos de cada provincia.

    Laurent

    Muralla y alhndiga.Foto:J. Laurent, 1864. Archivo: J. L. Pajares.

    La galera de Laurent era visitada por personalida-des, entre las que no faltaba la nobleza. Nombrado a lamuerte de Clifford, fotgrafo oficial de la Casa RealEspaola hasta 1868, fue encargado de fotografiar lasobras pblicas ms notables de la poca, al igual quelo haba hecho antes el ingls. Laurent era ante todo unartista, uno de sus primeros objetivos fue realizar por sucuenta y no por encargo, como sucedi con otros fot-grafos extranjeros, un extenso archivo de las coleccio-nes artsticas espaolas. Premiado y condecorado con

    numerosas distinciones, supo retratar una gran varie-

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    dad de temas, desde la ingeniera industrial o los tiposdel pas a los paisajes pintorescos.

    Laurent sola trasladar su cmara de una ciudad aotra en ferrocarril, junto con un pequeo carro que con-tena el laboratorio de campo. La construccin de lasprimeras carreteras y lneas frreas en Espaa facilitenormemente la tarea de estos pioneros de la fotogra-fa. Investigador y audaz empresario, diversific susnegocios, fabricando papeles labrados, cajas decorati-vas, desarroll lentes oscuras, investig cmo colorearfotografas e invent un sistema para ver imgenes entres dimensiones. De estas y otras innovaciones sacprovecho, aplicndolas a ingenios y manufacturas. Notodas las fotografas que se le atribuyen fueron realiza-das por l mismo Laurent. A partir de 1870, aproxima-damente, su sello se transform en Laurent & Cia., unaempresa que contaba con fotgrafos comisionadosque realizaban trabajos de encargo para la casa, que

    pas a ser regida por su hijastra.Los trabajos de este pionero suelen ofrecer una altaprecisin a pesar de estar enfocadas a ojo; en lascopias originales de la alhndiga tomada por Laurent sepueden leer por ejemplo las letras grabadas en los din-teles de las puertas. Esa nitidez se consegua gracias algran tamao de las placas de cristal que empleabancomo negativos: 27x36 centmetros, el mismo que lasfotografas positivadas que revelaban por contactodirecto con el papel de albmina.

    Las ms de cincuenta fotografas de Laurent sobrenuestra ciudad proceden posiblemente de cuatro viajes

    distintos, aunque solamente los dos primeros, como yahemos dicho, fueron realizados por l y el resto por aso-ciados. Esta instantnea de 1864 pertenece a la prime-ra de las expediciones y aparece ya a la venta en el pri-mer catlogo de 1867. No es la ms antigua placa de lapuerta del Alczar; anterior es la de Clifford con lossoportales, pero a cambio podemos casi en su totali-dad la antigua alhndiga de vila. Este edificio del sigloXVI era uno de los dos que ocultaban la muralla en laplaza del Mercado Grande, el otro era el de lasCarnicerias, adosado al cubo de la esquina del Rastro.La alhndiga estaba destinada al almacenamiento yventa del grano y la harina, pero sobre todo del pan.Jos Mayoral Fernndez, desaparecido cronista de laciudad, contaba que el pan tambin se encontraba en

    la lonja de sus soportales, bajo severas sanciones si asno se haca, segn numerosos acuerdos consistorialesde los siglos XVI y XVII, lo que pone de manifiesto el sim-

    bolismo del carcter espaol de pan y toros.

    El mercado de ridos fue un rasgo de esta ciudad.Segn Azorn vila seorea los graneros, las eras y los

    mercados de toda Castilla; tiene el privilegio de la medi-da de los granos; por el "marco de vila" se han de regir

    mercantes y libradores. El "marco" al que alude Azorn,es la media fanega, que desde 1369 hasta los ReyesCatlicos, se cita en documentos y manuscritos como

    patrn para el contrato de las medidas de ridos en todaEspaa. Este privilegio produjo cuantiosos rendimientos

    al municipio abulense hasta la declaracin del sistemamtrico decimal. Se le llam tambin "pote", nombreprocedente de Asturias, de donde vinieron los primerosrepobladores de vila. Y creemos que se extendi hastaAmrica (Mayoral). El original de este recipiente seme-jante a un caldero, se guardaba en la alhndiga; actual-mente se conserva en el Ayuntamiento. Una escena dela medicin del grano se puede ver en un relieve queest en el jardn de San Vicente, este relieve de granito

    y el escudo de la ciudad que hay tambin all, procedende la alhndiga; este ltimo es el situado a la izquierdade la fachada. Los dinteles estn distribuidos por distin-tos lugares de la ciudad; uno en donde se lee puerta

    principal por donde se pasa el pan de esta dicha alhn-diga, se instal en el paseo de San Segundo; algunose guard en la Catedral, otros se utilizaron como ban-cos del Parque de San Antonio. Un amigo, que trabajdurante aos en la UNESCO, vino a visitarme haceaos; despus de salir a dar un paseo tras el viaje,regres a casa exaltado, ven conmigo, quiero ense-arte algo que no conoces, me dijo. Le acompa

    hasta el cercano parque. Emocionado me mostr losdinteles grabados, que entonces estaban como ban-cos; para l aquello era inaudito. Tuve que advertirle delos descubrimientos que hara de este tipo, si se acer-caba hasta el casco antiguo. Ms tarde, los dinteles seempotraron como parte del adoquinado del paseo cen-tral. Rescatados de esa humillacin, el pasado mes dejunio fueron amontonados de modo precario, como sino se supiese qu hacer con ellos. Esperemos que ten-gan mejor compaa que una de esas fuentes-piscinaque embellecen actualmente la muralla.

    A lo largo de la historia, la alhndiga tuvo otrosusos: fue crcel de nobles, de ella sali Don Diego deBracamonte hacia el patbulo; sirvi de Ayuntamiento,all se celebraron las sesiones en 1589; se reclutaronmilicias en siglo XVII, en su fachada se colgaba el ban-dern de enganche; fue cuartel de la Guardia Civil y mstarde se transform en el caf Rubios, con botillera.ysala de baile y msica en el piso alto, segn Gutierrez

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    Robledo. Poco antes de su demolicin en 1881 fue

    escuela municipal.Tras el torren del Homenaje, con tejas, asoma

    parte del antiguo alczar que dio nombre a la puerta. Alfondo del arco se ve otro muro de la desaparecida for-taleza. La muralla aparece, prcticamente, con todo elalmenaje desmochado.

    Otra antigua vista de este arco es la que dibujFrancisco Xavier Parcerisa hacia 1865. Este dibujante bar-celons (1803-1875), realiz un gran nmero de lminasrecorriendo todo el pas, para la serie de libros de JosMara Quadrado Recuerdos y Bellezas de Espaa.Parcerisa dibujaba del natural pero utiliz en ocasionesdaguerrotipos para realizar las ilustraciones de las 28 pro-vincias espaolas. La puerta del Alczar estaba incluida,junto a otros monumentos de la ciudad, en el tomo deSalamanca, vila y Segovia, editado en 1865. En unaedicin posterior de 1884, los grabados de Parcerisa sesustituyeron por fotografas; una de ellas fue precisamen-te la de Laurent, aunque retocada por Meisenbach.

    bsides de San Vicente.Foto: Laurent y Cia., h. 1885. Archivo Ruiz Vernacci.

    La desaparecida fuente de la plaza, con caos y

    piln circular, saciaba la sed de bestias y arrieros quellegaban a la ciudad. El manantial y sus alrededoreseran lugar para la charla, punto de encuentro de vende-dores, y patio para ojear al vecindario yendo y viniendoa ninguna parte; vamos, igual que ahora.

    En la fotografa superior de esta pgina vemos losbsides de la baslica de San Vicente, tras la contro-vertida restauracin de E.M. Repulls en 1885. An seven los sillares originales sustituidos en el suelo. Enbuena medida, aquellas obras, ms que una restau-racin, supusieron una completa reconstruccin deciertas partes de la baslica, principalmente de lasfachadas exteriores ms daadas por el paso deltiempo. La imagen lleva ya la firma de Laurent & Cia.En la siguiente hoja se contempla una instantnea delarco de San Vicente con los merlones an por conso-lidar, y la versin que hizo el francs del cimorro de lacatedral, estas dos placas datan, sin embargo, de1864.

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    bside de la Catedral.Foto:J. Laurent, 1864.Archivo: J. L. Pajares.

    Puerta de S. VicenteFoto:J. Laurent, 1864. Archivo: J. L. Pajares.

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    Vista general panormica de vila.Foto:J. Laurent, 1864. Archivo: J. L. Pajares.

    La barriada intramuros de San Esteban conservacasas dieciochescas con sus huertas y corrales. Fuerade las murallas, perviven dos pequeos burgos, el deSan Segundo, con el primitivo muro de proteccin quele cercaba, y ms a la derecha la barriada de la antiguaFbrica de Paos. Ambos han sido derribados durantelos aos ochenta y noventa, en contra de los informesfundados de tcnicos y academias de Bellas Artes, queestablecan razonables criterios de seleccin y conser-vacin de algunas de estas edificaciones, principal-mente en una de ellas, que se plante como sede delas mas de doscientas esculturas de la FundacinCapa. Esta coleccin inclua obras de Benllure, Dal,Oteiza, Martn Chirino y as hasta un centenar de escul-tores conocidos. Finalmente este importante patrimo-nio, que podra haberse distribuido en parte alrededor

    Al igual que Clifford, Laurent realiz desde el lugarllamado Cuatro Postes la panormica ms caractersti-ca de vila. Esta vista general de la ciudad, est com-puesta por dos fotografas contiguas que encajan per-fectamente; el que ambas tomas quedasen acopladasa ojo debi requerir un ajustado clculo.

    Como documento grfico la fotografa aporta datosde inters. A la izquierda, aparece parte de la alamedade rboles que acompaaba el camino de la rondavieja. Delante del Carmen, la tierra y escombros acu-mulados durante siglos, impiden ver la entrada del arco.En varios lienzos de la muralla se aprecian huellas decasas que antes estuvieron adosadas. Todo el monu-mento, an por restaurar, tiene numerosos desperfec-tos; un torren prximo a la ermita de San Segundoest seriamente daado.

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    de la muralla, formando un museo nico en Espaa, yaque algunas obras, como la de Dal, miden ms de tresmetros, se ha marchado a otra ciudad mediterrneaque amablemente si ha sabido aprovechar la iniciativa.All han comenzando las obras de acondicionamientodel museo, junto con la fundacin cultural que formara nuevos escultores de todo el mundo. De cualquiermodo, Capa, en un gesto que le honra, ha firmado lacesin slo por cinco aos, por ver si aqu logranponerse de acuerdo en este tiempo. Hasta ahora nohan existido reacciones serias para que la coleccin seinstale en vila, que es uno de los lugares donde a lms le agradara, ya que en su juventud se form aqu.

    En el medievo las fortalezas y los burgos exteriores,formaban un conjunto integral. Desde sus orgenesvila construy iglesias, molinos, batanes, y casas enlos barrios extramuros; la ciudad no fue nunca un casti-llo aislado. El afn por dejar arruinar primero para derri-

    bar despus, no es una tctica nueva; el aspecto, paraalgunos "ruinoso", de la muralla hizo por ejemplo quecierto sector de la poblacin pretendiese derribarla en elsiglo XIX. Esa visin de "ruina" sobre lo que slo eraantiguo, ha calado sin embargo en este siglo con res-pecto a estos burgos y arrabales.

    En el centro del casero interior, bajo el torren de losGuzmanes, se distingue en la fotografa la desaparecidaiglesia romnica de Santo Domingo, de la que se ven susfachadas norte y oeste, las menos conocidas. El nicomedio para atravesar el ro segua siendo el puente roma-no. En el extremo izquierdo Laurent capt un pequeogrupo de lavanderas, como nicas figuras de la vista.

    La ciudad ptrea denota el zarpazo de siglos eter-nos. Cumplida su misin mstica y guerrera, nada pare-ce recordar que en su poca de esplendor, el propiocielo, envi aqu a sus ms espirituales santos, dondems alto y ms cerca poda tenerlos.