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24 Páginas Año: 12 Número 283 20 de Junio 2012 inco pilares sostienen la felicidad de la familia Rodríguez- Hernández. Todo empezó cuando Andrés y Lina se arrodillaron, el 7 de septiembre de 1985, en el altar de la Parroquia Católica de Juan el Bautista, en Maravatío, Michoacán. Allí, de rodillas, empezaron a edificar su futuro sobre el pilar más firme e inamovible de todos: ¡Dios! Junto a ese bien establecido cimiento, los recién casados empezaron a edificar el pilar de la familia. Hoy lunes 11 de junio, tuve la dicha de conocer a la familia Rodríguez-Hernández. Me reuní con ellos, a eso de las dos de la tarde, en la oficina del taller mecánico, Cotofos. La portavoz del grupo era Elena. Con ella fuimos y venimos por los caminos donde la vida ha llevado a esta familia michoacana. Al avanzar, vimos como cada miembro de la familia ha sido favorecido del cielo con muchos talentos y felicidad. El resto del grupo, sentado en mi derredor, escuchaba y sonreía. Para Elena, sus padres son como una montaña alta. Es necesario mirar hacia arriba para ver, en las alturas, su gran ejemplo. Durante la amena conversación, Elena mencionó la palabra “dolor” más de una vez. Fue doloroso para ella y sus cinco hermanos, ver partir a su papá de Maravatío rumbo a la ciudad de Columbus, Ohio. Era una niña de apenas once años cuando vio alejarse a su héroe, el muro donde apoyaba su corazón. A la escuela ya no caminó de la mano de su papá. Tampoco lo escuchó cantarle serenatas al cumplir años. Desde entonces, para Elena, la palabra “separación” es sinónimo de “dolor”. La siguiente declaración captura toda mi atención: -Yo, como la mayor, pasé una buena parte de mi infancia al lado de mi papá, pero a mis hermanos menores la larga separación les robó un mundo de felicidad. Para alegría nuestra -agrega Elena- hace tres años la familia volvió a reunirse en esta ciudad de Des Moines. El brillo en el rostro de Elena y sus hermanos habla por mil palabras. Yo me permito traducirlo así. Esta vez nada, ni la distancia, ni aún la muerte, nos podrá separar. El otro pilar donde la familia Rodríguez Hernández ha cimentado su felicidad es el trabajo. Elena prosigue contándome: -A mi papá siempre lo hemos visto trabajar. Lo mismo puedo decir de mi mamá. Nosotros, los hijos, heredamos de ellos esa virtud. Siempre estamos trabajando en algo juntos. Ahora mismo, la familia está involucrada en promover los suplementos alimenticios de Omnilife. Como ve, mis dos hermanos: Andrés Jr. y Noé trabajan con mi papá, aquí en el taller. Los tres mecánicos, aun cuando llevan la ropa manchada de grasa, del rostro les brota una mirada limpia, me siento inspirado a afirmar. -El talento musical viene de familia. El abuelo Benito tocaba la guitarra y el tío Francisco, la mandolina. Yo estaba muy pequeño cuando veía a mi papá cantar y tocar la guitarra -rememora don Andrés-. Elena toca la tambora, Andrés Jr. El teclado, Noé, la batería. Paty baila y es coreógrafa de quinceañeras - Entonces la música es otro pilar donde descansa la felicidad de esta familia, me da por pensar. Ahora hablemos de doña Lina. Elena, se adelanta y dice: -Mi mamá nos consciente a todos con la comida. Nos prepara un mole como para chuparse los dedos. A la comida familiar nadie falta ni llega tarde. El buen sabor de nuestros platillos mexicanos nos mantiene unidos-. Como pueden ver, la comida es también un pilar muy importante para sostener la felicidad de esta familia. Para despedirme, me sirven una botella de agua y un paquetito con maracuyá en polvo. En seguida me piden: Mézclelo. Así podrá saborear un producto Omnilife. Es rico, pero más rico es aún el sabor de su amistad, quisiera responder. Para comunicarse con la familia Rodríguez, llame al: 1-515-779 -1817. Por: Oscar Argueta C

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24 PáginasAño: 12 Número 283 20 de Junio 2012inco pilares sostienen la felicidad de la familia Rodríguez-Hernández. Todo empezó cuando Andrés y

Lina se arrodillaron, el 7 de septiembre de 1985, en el altar de la Parroquia Católica de Juan el Bautista, en Maravatío, Michoacán. Allí, de rodillas, empezaron a edificar su futuro sobre el pilar más firme e inamovible de todos: ¡Dios! Junto a ese bien establecido cimiento, los recién casados empezaron a edificar el pilar de la familia. Hoy lunes 11 de junio, tuve la dicha de conocer a la familia Rodríguez-Hernández. Me reuní con ellos, a eso de las dos de la tarde, en la oficina del taller mecánico, Cotofos. La portavoz del grupo era Elena. Con ella fuimos y venimos por los caminos donde la vida ha llevado a esta familia michoacana. Al avanzar, vimos como cada miembro de la familia ha sido favorecido del cielo con muchos talentos y felicidad. El resto del grupo, sentado en mi derredor, escuchaba y sonreía. Para Elena, sus padres son como una montaña alta. Es necesario mirar hacia arriba para ver, en las alturas, su gran ejemplo. Durante la amena conversación, Elena mencionó la palabra “dolor” más de una vez. Fue doloroso para ella y sus cinco hermanos, ver partir a su papá de Maravatío rumbo a la ciudad de Columbus, Ohio. Era una niña de apenas once años cuando vio alejarse a su héroe, el muro donde apoyaba su corazón. A la escuela ya no caminó de la mano de su papá. Tampoco lo escuchó cantarle serenatas al cumplir años. Desde entonces, para Elena, la palabra “separación” es sinónimo de “dolor”. La siguiente declaración captura toda mi atención: -Yo, como la mayor, pasé una buena parte de mi infancia al lado de mi papá, pero a mis

hermanos menores la larga separación les robó un mundo de felicidad. Para alegría nuestra -agrega Elena- hace tres años la familia volvió a reunirse en esta ciudad de Des Moines. El brillo en el rostro de Elena y sus hermanos habla por mil palabras. Yo me permito traducirlo así. Esta vez nada, ni la distancia, ni aún la muerte, nos podrá separar. El otro pilar donde la familia Rodríguez Hernández ha cimentado su felicidad es el trabajo. Elena prosigue contándome: -A mi papá siempre lo hemos visto trabajar. Lo mismo puedo decir de mi mamá. Nosotros, los hijos, heredamos de ellos esa virtud. Siempre estamos trabajando en algo juntos. Ahora mismo, la familia está involucrada en promover

los suplementos alimenticios de Omnilife. Como ve, mis dos hermanos: Andrés Jr. y Noé trabajan con mi papá, aquí en el taller. Los tres mecánicos, aun cuando llevan la ropa manchada de grasa, del rostro les brota una mirada limpia, me siento inspirado a afirmar. -El talento musical viene de familia. El abuelo Benito tocaba la guitarra y el tío Francisco, la mandolina. Yo estaba muy pequeño cuando veía a mi papá cantar y tocar la guitarra -rememora don Andrés-. Elena toca la tambora, Andrés Jr. El teclado, Noé, la batería. Paty baila y es coreógrafa de quinceañeras - Entonces la música es otro pilar donde descansa la felicidad de esta familia, me da por pensar. Ahora hablemos de doña Lina. Elena, se adelanta y dice:

-Mi mamá nos consciente a todos con la comida. Nos prepara un mole como para chuparse los dedos. A la comida familiar nadie falta ni llega tarde. El buen sabor de nuestros platillos mexicanos nos mantiene unidos-. Como pueden ver, la comida es también un pilar muy importante para sostener la felicidad de esta familia. Para despedirme, me sirven una botella de agua y un paquetito con maracuyá en polvo. En seguida me piden: Mézclelo. Así podrá saborear un producto Omnilife. Es rico, pero más rico es aún el sabor de su amistad, quisiera responder. Para comunicarse con la familia Rodríguez, llame al: 1-515-779 -1817.

Por: Oscar Argueta

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Página 2 20 de Junio de 2012 EL Heraldo Hispano

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El Heraldo Hispano Página 3 20 de Junio de 2012

amiro es un joven muy talentoso de San Luis Rey de Francia. Lean el más grande deseo de este

magnífico joven de 18 años de edad: “Daría mi vida por ir a Boston, aunque fuera solo un día. Pasarme con mi papá todo ese tiempo y luego regresar”. (*)Ramiro continúa: “Yo tenía 10 años cuando mi papá se fue y su ausencia es como una piedra trabada aquí en mi garganta.” El anhelo de mi amigo Ramiro es un grito desgarrador, de un corazón partido por la mitad. Yo lo escucho y el filo de su tristeza me parte el alma en dos. Ramiro pospuso sus estudios por razones económicas. Esta es su queja:

“Mi papá nunca ha tenido un trabajo estable y nos manda dinero cuando puede. No va creerlo, don Oscar, pero no nos manda lo suficiente.”

(*)Rogelio estudia Ingeniería en Sistemas, tiene 21 años, y en sus estudios brilla como una estrella. Esto me confesó: “Mi papá tiene 18 años de haberse ido a los Estados Unidos. En otras palabras, don Oscar, yo crecido como un huérfano, anhelando tener un padre para abrazar, para mirarlo a los ojos y decirle: ¡Te

quiero papá! Le voy a confiar un secreto, don Oscar. Cuando mi mamá me celebró mis doce años, yo me pregunté: ¿Cómo será tener papá? A falta de una respuesta, me puse a llorar. Otra cosa, cuando tenía ocho años, vi una película. En una de las escenas un papá regresa de la guerra. Un niño de mi edad sale a encontrarlo. Padre e hijo saltan y pegan gritos de felicidad-.” Entre más trato de entender ese dolor, más impotente me siento para consolar a Rogelio. A mi joven amigo, aún le queda una pregunta por hacer: “¿Don Oscar, le puedo pedir un favor? Ayúdeme a conseguir una visa para ir a Maryland.”

(*)Roberto tiene 20 años. Hace trece años, su papá vendió la casa para pagarse el viaje a los Estados Unidos. No logró pasar. De la vergüenza no volvió a la casa. Buscó trabajo en la costa norte de Guatemala y de vez en cuando les mandaba algún dinero. La mamá alquiló un cuarto y, en esas estrecheces, han vivido durante trece años. Hace dos años el padre volvió, se quedó un mes en la casa y preñó a la esposa. Esta es la queja de Roberto. Don Oscar, cuando mi papá nos habló de regresar a trabajar al mismo lugar yo me puse furioso y sentí deseos de darle un puñetazo en la cara. Por respeto no lo hice. Eso si, le hablé con el corazón. Papá, no vuelva a cometer el mismo error. Yo crecí sin usted. Para mi hermanito será una verdadera desgracia crecer igual. Mi súplica no lo detuvo. Don Oscar, yo me gradué de maestro, con mucho sacrificio, con muchas carencias...” Queridos lectores, mi amigo Roberto no tiene trabajo. Todos los días desayuna pobreza y la vergüenza de no poder sostener a su

familia le saca las lágrimas y la desesperación. (*)América salió embarazada de Juan. Los suegros, residentes de este país, le aconsejaron a su nuera: “América ve a la embajada y solicita una visa.” La nuera les hizo caso y, para sorpresa de todos, se la otorgaron. A los días, América emprendió el viaje a New Jersey. En esa ciudad viviría con sus suegros y también daría a luz a su bebé. A su vez, los futuros abuelos estaban tramitando su ciudadanía y pronto pedirían por su hijo. Juan se desesperó y se vino indocumentado. El viaje lo emprendió hace cuatro meses y aún no arriba a New Jersey. Los padres de Juan y su mujer, América, aún lo siguen esperando. Ante estos casos de corazones partidos, una pregunta golpea el aire: ¿Se justifica llevar a cabo semejante sacrificio? ¡No! ¡No se justifica!, es mi respuesta. Y usted, mí querido lector. ¿Cual es su respuesta a esta penosa interrogante?

(*)Nombres supuestos, para proteger la verdadera identidad de los protagonistas

Por:OscarArgueta(Guatemala)

EDITORIAL

R

XXXVITú y yo nos amaremos muchoy nunca nos sentiremos tristes,ni nos faltará razón para reír

porque, ocupados en amarnos,no habrá lugar para nada más.Y porque nos amaremos tanto,amaremos sin dobleces la raíz,el tronco, las hojas y las ramas;y amándonos así, sin vaivenes,nuestro gozo jamás terminará.Tú y yo nos amaremos mucho,aún cuando nadie se ame así;o aún cuando entre la noche,

y en lo oscuro no nos veamos,la alegría de amarnos será luz.Y porque nos amaremos tanto,nunca veremos hacia otro ladoo hacia el fondo del precipicio;y aún cuando la soledad venga,a nuestra alcoba jamás entrará.Tú y yo nos amaremos mucho:desde aquí o desde el más allá.Y en el júbilo de amarnos tantooiremos parabienes y aplausos,

aún cuando estemos solos los dos.Y porque nos amaremos tanto,ni la muerte nos podrá separar.

Por: Oscar Argueta

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Página 4 20 de Junio de 2012 EL Heraldo Hispano

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El Heraldo Hispano Página 5 20 de Junio de 2012El Heraldo Hispano se encuentra en estos

establecimientos comerciales:

IOWAAMES

Hy-Vee 640 Lincoln Way / 515-232-1961West Hy-Vee 3800 Lincoln Way / 515-292-5543

BETTENDORFAzteca III 2400 Spruce Hill Dr. 563-344-2121

BURLINGTONCasa Fiesta, 2570 Mt Pleasant St.

Lindo México, 622 Jefferson St. 319-753-9952

Trailways, P.O. Box 531 1-800-992-4618Biblioteca Pública, 210 Court St. Burlington

(319) 753-1647

CEDAR RAPIDSPanadería Lupita, 3300 Johnson Av. NW

319-366-1181Tienda Don Miguel 2127 Wiley Blvd SW

319-396-2588El Mercadito, 700 1st Av. NW 319-365-9733

El Rancho Mexican Restaurant2747 16th Av. SW 319-298-8844

Tienda. Guanajuato, 3915 Center Point Rd NE 319-743-0081

Fiesta Del Sol Restaurante4801 1st Avenue Southeast, Cedar Rapids, IA

(319) 373-2477‎Salsa del Río Resturant

209 3rd Street SE Cedar Rapids, IA319-362-2627

COLUMBUS JUNCTIONDollar Store, 219 Main St. 319-728-8020

La Perla de México, 225 Main 319-728-8182 Santa Ana Bakery, 214 Main 319-728-5010

Taquería La Hacienda,120 North Main 319-728-8099

CORALVILLEEl Dorado Mexican Restaurant

102 2nd. Ave. Suite C. 319-688-5237Tienda Lupita, 108 2nd. Ave. Coralville

319-338-1282El Centenario 895 22nd Ave. 319-631-4953El Paso Taquería, 2020 8th St, Coralville, IA

319-358-8200 319-358-1741

CLIVELa Preferida - Mexican Market, 1800 NW 86th

St. (515) 278-5806Elegante Salon, 1800 NW 86th St.

(515) 727-6058Lara’s Bakery, 1800 NW 86th St, Ste 19

(515) 276-5589

DAVENPORTAzteca I Restaurant

(Walnut Center)4811 N. Brady St.563-386-6689

Azteca II, 2843 E. 53 RD St.El Rodeo Restaurant, 3566 N. Brady

563-445-1315Los Agaves Mexican Grill

328 N. Brady Stree 563-386-5949Tienda las 7 Luminarias, 903 W. 3td. St. 563-

323-5977Tienda La Finca

916 W 2nd Street, 563-322-0041

DES MOINESLa Tapatia 2, 4007 SE 13th St.

515- 256-3283Pasteleria La Michoacana 1552 E. Grand Ave.

Space B 515-265-0696La Cruz Mexican Market, 3900 E 14th St.

515-264-9441La Favorita, 1700 E. Grand Ave

515-262-5489La Tapatía Market, 1440 Des Moines St

515-262-8097Mundo Latino Insurance Agency

4601 SW 9th St 515-287-005Tienda La Mexicana

1524 E. Grand Ave 515-265-8614La Preferida Mexican Market

1800 N 86th St Clive 515-278-5806La Michoacana Mexican Groseries

433 5th St. West Des Moines 515-255-5329El Salvador del Mundo Rest. Salvadoreño, 2901

6th Ave. 515-244-5224Tienda El Palomino, 3116 E. 14th St.

515-265-4410Pasteleria Raquel, 1521E. Grand Ave.

515-263-9233 515-771-1825.Foto Fiesta 1521 E. Grand Ave

515-264-1999Distribuidora Reyes

1605 Grand Ave. 515-770-5182Paleteria La Michoacana

1552 Grand Ave. Suite B 515-265-0696

EVANSDALEEl Señor Tequila, 3466 Lafayette Rd.

319-287-5352

FAIRFIELDLa Hacienda Mexican Restaurant

2803 West Burlington

IOWA CITY4 Season, 1022 Gilbert Ct. Iowa City, IA

319-541-5228El Peine Loco, 1930 South Gilbert St.

319-358-5710Los Portales, 1402 S. Gilbert St. y Hwy 6

319-358-1308Hy-Vee 1720 Waterfront Dr. (319) 354-7601

Tienda El Paso, 609 Hollywood Blvd. 319-338-3703

El Cactus Rest., 1921 Keokuk St. Iowa City319-338-5588

Acapulco 2, 1937 Keokuk 319-338-1122319-358-8182

Potentially Yours 1705 S. 1st. Avenue, 319-512-7593

Lucky Resale 1652 Sycamore St.(Sycamore Mall) 319-512-2486

MARIONVilla’s Patio Resturante

433 7th Ave Marion, IA (319) 447-1101El Perico

835 7th Avenue, Marion, IA(319) 373-8144‎

MARSHALLTOWNLos Tucanes, 15 S. 7St. Marshalltown

641-753-0508Pan. Arcoiris, 28N 1st. Av.641-752-0714

Abarrotes Villachuato, 31 N, 1st. Ave. 641-752-2240

Carnicería y tienda La Salud, 17 N. 1st. St. 641-752-1741

Discoteca Mayra, 16 N. 7 St. Ave.641-752-6602

Angel’s Store, 20 E. Main St. 641-844-9900El Vaquero, 114 W. Main St. 641-753-0845Grocerys Tortillería Gaytán, 505 N. 3 Ave.

641-753-6150Hy-Vee 802 S. Center St. 641-752-4525

Lara’s Bakery, 707 North 3rd Ave. 641-752-0152

MOUNT PLEASANTMotel Heildelburg, HWY 34 E. 319-385-8968

Midtown Coin Laundry 420 N. Adams St.319-385-3313

Jet Stop Laundry1301 E Washington Street (319) 385-4321

MUSCATINECristian Hair Salon,102 E. 2nd St.

563-264-0247Tienda El Olmito,502 Mulberry Av.

Rest Izalco 825 Oregon Av. 563-263-0458

Dollar Store, 119 E. 2nd St. 563-264-8286Guadalajara Resturante 203 East 2nd. St.

563-264-8192Las Lomas Restaurant, 1519 Park Ave.

(563) 264-0904Hy-Vee 2400 2nd Ave. (563) 264-2420

Temp Asociation104 Cleveland Street (563) 263-6589

Central Bank301 Iowa Avenue, # 204 (563) 263-3131

OSCEOLATienda La Pequeña, 112 N. Main St

641-342-1521

OTTUMWAExcel Corporation, S Iowa Ave

López Bakery, 223 N. Sheridan Ave. 641-684-6231

Pupusería Juanita’s Restaurant537 Church St. 641-682-1530

Tda. La Jaliscience, 311 E. Main St. 641-682-9610

Tda. México Lindo, 606 W. 2nd. St. 641-683-4456

Tda. La Guadalupana, 301 Church St. 641-682-6937

Tienda Corazón Latino, 412 E. Main 641-682-8690

Taquería La Juquilita, 624 E. Main641-684-6273

OSKALOOSAChory’s Auto Sales y Abarrotes López

1505 A Av. East 641-673-0154Mi Ranchito Mex. Rest, 112 East 1st Av. 641-

672-9773

PELLAEl Charro, 514 Main 641-628-2307

PERRYH. Hernández Mex. Bakery,1114 2nd St.,

515-465-2994Tienda Latina, 1104 2nd St., 515-465-7270Casa de Oro, 1110 2nd St. 515-465-8808

TAMAMiguel’s Store, 900 E. 5th St. 641-484-4662El Gallito, 117 W. 3rd St. 641 – 484 – 3652

TOLEDOEl Campesino Mexican Rest.

401 W. Hwy 30, 641-484-2860

WASHINGTONAdriana’s Salon 216 N. Iowa Ave

319-653-4780Hy-Vee 528 South Highway 1

319-653-5406Rest. Casa Grande, 321 S Iowa Ave

319-653-3553Fareway Store Inc., 301 North Marion Avenue

(319) 653-5064

WATERLOOEl Mercadito, 520 La Porte Rd.

319-232-2635La Placita, 322 W. 4th St. 319-232-4228

La Michoacana, 1221 Frankland St. 319-236-9990

Chapala Resturant900 Laporte Road (319) 287-8005

La Guadalupana, 1010 Mitchell Ave., Suite 6319-236-1374

Rodeo, Moda y Más, 185 W 11th St.(319) 232-1909

Salsa Express, 189 W 11th St. (319) 234-3410

WEST LIBERTYPan. Acapulco, 311 N. Calhoun St.

319-627-6745West Liberty Foods 319-627-2126Dollar Store, 320 N. Calhoun St.

319-627-2340 Tortillería El Norte, 110 N. Columbus

319-627-2617La Rosa Market, 109 West Third St.

319-627-7266

ILLINOIS

EAST MOLINESupermercado El Monarca 755, 15th Av.

Tel. 309-278-0267La Primavera II

914 15th Avenue (309) 755-6315Chiquis Boutique, 655 17th Ave. 309-755-4076

La Rosa de Michoacan1821 19th Street (309) 755-4462

Claudia Salon924 16th Avenue (309) 755-3685

GALESBURGAcapulco Resturant1576 N. Henderson St.

(309)345-0066Hy-Vee 1975 National Blvd (309) 344-1100

Hy-Vee 2030 East Main Street 309-342-1615Guadalaja Mexican Store

403 East South Chambers St. (309) 853-3242 El Rancherito

1824 N Henderson St (309) 341-2233‎Hacienda Jalisco Mexican Resturant

2105 E Main St (309) 344-2957

MOLINELa Primavera Mexican Grocery & Restaurant,

Inc., 1510 6th Av. 309-762-6007Tie & Rest El Mexicano 448 Rail Road Ave.

309-764-3127Tienda La Imperial, 134 4th Av.

309-797-5984Cristina’s Boutique, 829 18th Ave.

309-797-1069El Valle

409 7th Street (309) 277-0212La Floraciente

Market 385 5th 309-797-2487

MONMOUTH, ILLINOISLa Pequeñita, 117 S. 1st 309-734-7776

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Jalisco Supermarket110 E Archer Avenue 309-734-4277

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ROCK ISLANDLa Rancherita 4118 14th Avenue

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SILVISTda. San Luis,818 1st Av. 309-755-4103

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Biblioteca Pública105 8th Street (309) 755-3393

SUSPENDEN DEPORTACION DE JOVENES INDOCUMENTADOS

Obama declaró que su decisión era “correcta” y “justa” para resolver una difícil situación migratoria. La decisión del gobierno de Barack Obama de suspender las deportaciones de ciertos jóvenes inmigrantes indocumentados y abrirles el camino para la solicitud de permisos de trabajo -según ciertos criterios establecidos- ha generado una ola de reacciones positivas de parte de la comunidad latina en Estados Unidos y de aquellos que abogan por una reforma migratoria. Los críticos, sin embargo, acusan al presidente de ignorar el Congreso al utilizar su prerrogativa ejecutiva, conocida como “discreción procesal”, para aplicar la medida y aseguran que se trata de una movida estratégica en sus aspiraciones para la reelección. En declaraciones desde la Casa Blanca, el presidente expresó que había tomado la decisión para “remendar y hacer más justa y ecuánime” la situación migratoria de miles de jóvenes. Describió a los beneficiados de su plan como individuos que “son estadounidenses en su corazón, en sus mentes, en todo menos sobre el papel”. “No tiene sentido expulsar del país a estos jóvenes que de cualquier manera que se les mire son estadounidenses”, expresó

el ejecutivo, añadiendo que la medida no solo es “buena para la economía, buena para la seguridad, sino que es lo correcto que se debe hacer”. La decisión de Obama definitivamente energiza lo que hasta hace poco era una letárgica campaña y obliga a su rival republicano Mitt Romney a abordar el tema de una u otra manera.“Jóvenes productivos” La propuesta del gobierno

afecta a un gran número de jóvenes latinos que forman parte de un grupo demográfico considerado crucial en las elecciones presidenciales y con el que Romney ha tenido dificultades conectándose. Según el plan, aquellos inmigrantes indocumentados entre los 16 y 30 años que hayan vivido por lo menos cinco años consecutivos en EE.UU. pueden

continuar en el país y solicitar permisos de trabajo.“No tiene sentido expulsar del país a estos jóvenes que de cualquier manera que se les mire son estadounidenses” Al hacer el anuncio, la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, explicó que el cambio de política no prevé un camino hacia un estatus legal permanente ni ciudadanía. No obstante añadió que muchos “jóvenes productivos” que

estarían elegibles bajo las nuevas reglas no presentaban una amenaza contra la seguridad pública o nacional. La medida aborda uno de los aspectos más sensibles del tema migratorio que tiene que ver con los menores que ingresaron como indocumentados a EE.UU. con sus padres. Muchos de ellos están integrados a la sociedad estadounidense, completaron o están completando sus estudios secundarios y universitarios y tienen

muy pocos vínculos con los países que dejaron atrás. Bajo el llamado “Dream Act” (Acta de ensueño) han pedido la normalización de su estatus para poder continuar estudiando y haciendo vida en EE.UU. Se estima que la nueva política, que entra en efecto inmediatamente, afecte hasta 800.000 personas.

Brookfield, Wisconsin (15 de junio de 2012) – QSP Employment Group con base en Brookfield, una firma de servicios de empleos adquirió la empresa Cambridge TEMPositions, Inc., dedicada al reclutamiento de personal y con sede en Cedar Rapids, Iowa. QPS se hizo cargo de las tres oficinas de Cambridge, que se encuentran en Cedar Rapids, Davenport y Iowa City. La compañía fue comprada directamente al dueño de la misma, Mike Cambridge. Con

la incorpación de estas nuevas oficinas, QPS completa 14 sucursales en Iowa. QPS fue fundada en 1985 y ha crecido de una pequeña empresa, operada por dos personas, a una empresa cuyo personal interno ahora cuenta con 250 empleados, en cerca de 40 oficinas, en todo el Medio Oeste. QPS ha experimentado un importante crecimiento en los últimos 25 años. En la actualidad emplean 5.000 empleados asociados semanalmente y trabaja con

más de 1.500 empresas. QPS ha ganado una excelente reputación gracias a las soluciones ofrecidas tanto a los empleados como a los clientes, para encontrar un empleo óptimo de los solicitantes y tomar la iniciativa para resolver las necesidades de los clientes al dotarlos del personal necesario. Para obtener más información sobre el Grupo de Trabajo de QPS, visite el sitio Web: www.qpsemployment.com

QPS EMPLOYMENT GROUP ADQUIERE FIRMA DE STAFFING EN IOWA

Según el plan, aquellos inmigrantes

indocumentados entre los 16 y 30 años que hayan

vivido por lo menos cinco años consecutivos en

EE.UU. pueden continuar en el país y solicitar permisos de trabajo.

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En mi último viaje al sur de los Estados Unidos encontré, muy cerca del hotel, un restaurante argentino. Mirar el menú y rencontrarme con tantos nombres de comida que no comía hacía más de una década, dificultaban mi elección de lo que quería probar primero. El decorado del lugar, la música y la comida fueron el ambiente perfecto para dejarme envolverme por los recuerdos. El nombre del restaurante era difícil para mis acompañantes. Es muy fácil confundirlo con “fondo” para los que no dominan ciertos términos propios del Río de la Plata. La palabra “fonda” tiene diferentes significados dependiendo la región en que se la usa. En Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, México y Perú, se la usa como puesto o cantina en que se despachan comidas y bebidas. La definición rioplatense es la que recoge la Real Academia Española “Establecimiento, de categoría inferior a la del hotel, o de tipo más antiguo, donde se da hospedaje y se sirven comidas”. El sinónimo más cercano a la fonda es la pensión, pero muchas veces en esta última se tiene la opción de preparar sus propios alimentos. La primera fonda que tuve la oportunidad de visitar fue una que se dedicaba a albergar personas del campo que habían sufrido algún accidente laboral. Como los medios de transportes disponibles tierra adentro y caminos eran limitados o escasos, se les daba licencia por enfermedad y se los ubicaba en alguna fonda cercana al consultorio del doctor, donde se seguía de cerca la evolución del paciente. Era una casona antigua con un amplio patio interior, un aljibe en el medio y un parral que daba sombra en los calurosos veranos. Todas las puertas daban

a un corredor techado que daba al patio. Al lado de una cocina grande estaba el comedor donde había una larga mesa de madera, donde se servían tres comidas diarias. La dueña de la fonda, que siempre llevaba el delantal puesto, nos dio una recorrida por las instalaciones. Conocía a cada persona por el nombre y su historia clínica. Doña Lolita iba impartiendo instrucciones a diestra y siniestra y hasta le llamó la atención a un muchacho joven que se estaba metiendo algo en el yeso para rascarse. No podía ocultar el orgullo que sentía de que cada año le renovaban su servicio

por la calidad de la comida y la limpieza. La segunda fonda que conocí fue solo para estudiantes del interior de la provincia quienes iban a la ciudad para continuar sus estudios secundarios. “Las reglas claras”, era la muletilla que usaba una mujer descendiente de italianos, a quien todos llamaban cariñosamente la “Tana”. En el comedor, en letras grandes estaban las reglas que todos debían cumplir al pie de la letra y los horarios. A las diez de la noche se cerraban las puertas y a las 10:30 se apagaban las luces. Sus huéspedes coincidían que tenía un carácter un poco explosivo, pero su comida valía la pena cualquier sacrificio. Mientras le preguntaba de dónde había surgido la idea de poner una fonda, me hizo seguir

batiendo la crema de leche. Supe que detrás de la mujer mandona con las mejillas enrojecidas por el calor de la cocina, había un ser humano que deseaba lo mejor para quienes empezaban a descubrir la vida lejos de casa. El mozo interrumpió mis pensamientos presentándome una bandeja con una variedad de empanadas. De choclo, de espinaca, queso y las infaltable de carne. Después de la entrada llegó la hora de la parrillada. Una selección de diferentes cortes de carne asada. Mi boca reconocía ese sabor tan único del asado de vacío o el costillar y por supuesto el chorizo asado

que es muy diferente a los que uno puede encontrar por estos lares. El sandwich o refuerzo de chorizo se llama “choripan”. Chorizo entre pan con mayonesa, tomate en rodajas y una hoja de lechuga. Era común encontrar los medios tanques en las esquinas donde se asaban y eran un puesto de venta callejero de comida.

A veces se colocaban algunas sillas de plástico alineadas en la pared mirando hacia la calle o de lo contrario el cordón de la vereda también era un buen lugar para comerlo calentito. Un manjar para todos los sentidos y un alivio para el bolsillo. Entre anécdota y anécdota fuimos devorando los diferentes trozos de carne acompañados por una ensalada de papas y agua mineral. El mozo miró extrañado que lo único que quedó intacto fue la morcilla. Un embutido a base de sangre. “No saben lo que se pierden, es lo más rico”, nos informó mientras retiraba los platos. Recorrí con la mirada el lugar. Se asemejaba al patio grande de la casona y no pude evitar a imaginarme a doña Lolita con su delantal caminando apurada hacia la cocina.

LA FONDA

“El sinónimo más cercano a la fonda es la pensión, pero muchas veces en esta última se tiene la opción de preparar sus

propios alimentos.”

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Ciento treinta un jóvenes de la Universidad Iberoamericana de México aparecieron en un video de YouTube, dando la cara y mostrando sus identificaciones universitarias, levantaron su voz para oponerse al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, quien intenta captar la presidencia de la república, en las próximas elecciones a realizarse el próximo 1 de julio. Voceros del PRI se apresuraron a calificar como “porros”, “acarreados”, “pagados”, etc. a los 131 jóvenes del video. Hasta aquí todo era parte del folklor de cualquier campaña electoral en Latinoamérica. Pero, al poco tiempo comenzaron a aparecer nuevos videos en YouTube y las redes sociales comenzaron a calentarse de una manera alarmante. “Yo Soy 132” era la frase común que comenzó a unir y a movilizar a miles de jóvenes a lo largo y ancho de la república mexicana. Ya no se trataba solamente de un puñado de estudiantes universitarios, sino de un movimiento ideológico que crece como la espuma, alentado por las redes sociales, las marchas callejeras, los mensajes de texto, las i-pad, los i-pod y los café internet. Es una especie de revolución que se gesta desde la base misma de la sociedad, desde las familias y sus jóvenes. Esta organización carece de una cabeza visible, de una organización tradicional o de una sede física. Está en todos lados, tiene miles de rostros y en ella participan alumnos de universidades públicas y privadas, rompiendo el paradigma discriminatorio que establecía una barrera invisible para separar a los estudiantes pobres, de los ricos. Sin lugar a dudas estamos presenciando una especie de

revolución, que nace desde la base misma de la sociedad, de la familia, desde los hijos de esas familias, de los jóvenes. ¿Qué es lo que une a jóvenes tan disímiles? Basta con entrar a la página web de la organización Yo Soy 132 para obtener algunas buenas razones: Oponerse a la violencia, a la profunda corrupción que agobia al país, al manejo tendencioso de las televisoras privadas del país; y coyunturalmente oponerse al candidato Enrique Peña Nieto, del PRI, quien representa los 70 años

ininterrumpidos de gobierno de esa organización política, acusa de imponer la violencia y el irrespeto a los derechos humanos. “Queremos hacer un mejor país”, dice un joven veinteañero en uno de los videos de Yo Soy 132, mientras que una joven de alrededor de 18 años, con una seriedad poco usual en una joven de esa edad, asegura: “Preferimos marchar, que marcharnos” Otros, en cambio, describen aseguran que seguirán levantando su voz, mientras tengan acceso a las redes sociales, a los metros, a

los café internet y saldrán a las calles, armados de cartulinas y crayones de colores. Esta revolución juvenil, muy parecida a la primavera árabe, que comenzó en Túnez y se extendió como un reguero de pólvora por otros países de África y Oriente Medio, ha causado desconcierto en el espectro político mexicano; y ha dado un puntapié en el tablero de las preferencias electorales, que según las encuestas, daban a Enrique Peña Nieto un amplísima ventaja. Ahora, gracias a la aparición

de este grupo de jóvenes, el resultado es impredecible. Cualquiera podría ganar, incluso el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, quien viene escalando posiciones desde el cuarto, al segundo lugar. A este movimiento juvenil mexicano no lo puede frenar, ni siquiera las fronteras geográficas del país. En sus videos aparecen muchachos y señoritas, con letreros de Yo Soy 132, posando con el background de la Torre Eiffel y otros paisajes emblemáticos de diversos países del mundo. En los Estados Unidos, los promotores de Yo Soy 132 hacen un llamado para que sus compatriotas lleguen a las embajadas y consulados

y se manifiesten en contra del actual status quo y contra la corrupción política, que según ellos prevalece en México. Lo más importante de todo es que los mexicanos que puedan hacerlo acudan a las urnas y decidan por ellos mismos los destinos de su país. Tal vez nosotros no seamos 132, pero podemos convertirnos en 133, 134 o 135. Sin duda alguna las próximas elecciones presidenciales de México son tremendamente decisivas para el presente y futuro de uno de los países más grandes de América Latina.

YO SOY #132

“Queremos hacer un mejor país”, dice un joven veinteañero en uno de los videos de Yo Soy 132, mientras

que una joven de alrededor de 18 años, con una seriedad poco usual en una joven de

esa edad, asegura: “Preferimos marchar,

que marcharnos”

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El tren avanzaba ruidosamente por los suburbios de la ciudad de Buenos Aires. Afuera llovía con bastante intensidad; dentro del tren se sucedía un desfile de personas. Algunos vendían mercancías, mientras que otros solo pedían limosnas, después de haber contado su historia. En mi pasado artículo, les narre un poco sobre esta realidad nacional, pero permítanme explayarme sobre un caso en particular. Al llegar a una estación, dejamos de escuchar el monótono ruido de las ruedas del tren sobre las vías, pero esta tranquilidad se vio alterada por la voz potente de una mujer. “Perdonen la molestia señores pasajeros, no quiero venderles nada en el día de hoy, solo quiero pedirles una ayuda para mi hija enferma” fue la introducción al tema. La madre, era una mujer de unos 40 años, humildemente vestida, que andaba con una niña, de unos 12 y quien presentaba signos de posibles problemas mentales. “Como ustedes pueden ver, mi hija tiene graves problemas y no tenemos dinero para su atención” continuo explicando la madre, mientras que su hija se acercaba al asiento que yo ocupaba. Los asientos en estos trenes son de a dos y en algunos casos estos están enfrentados, lo que crea un espacio para cuatro personas. Enfrente de mí iba un joven y una señora mayor, y a mi lado estaba un niño de unos 5 años, mientras que su madre se encontraba parada junto a él en el pasillo. La Mamá y el niño hablaban sobre algún tema sin importancia, mientras destapaban una botella de refresco. En ese momento, la niña que pedía dinero se acercó y le dijo a la señora: “Hola, ¿Me podría dar un poco de su bebida?” La mujer se sorprendió ante el pedido y soltó una nerviosa e incómoda respuesta “No…, no puedo…es de mi

hijo” y enseguida continuo, “Pero te puedo dar unas monedas si quieres…” “¡No, no quiero monedas!” exclamó la niña, mientras comenzaba a llorar “¡Yo quiero el refresco, porque yo nunca puedo tomar…!” argumentaba, mientras el llanto hacia casi imposible entender el final de la frase. La mujer un poco sorprendida por la situación, miró a su hijo, luego miro a la niña, pensó unos segundos, hasta que finalmente metió su mano en la cartera, tomo la botella y se la regaló. Ante esta acción el niño que

iba a mi lado se quejo suavemente “Mami, es mía”. La madre lo miró y le contestó: “Está bien. Ella la necesita más. Luego te compraré otra”. Casi en el mismo momento que esto sucedía, la niña, con su botella en la mano, corrió hacia el centro del vagón exclamando “¡Mamá, Mamá, mira lo que me regaló la señora!” “¡No hija! ¡Devuélvela! ¡Eso es del niño!” fue la orden

de la Mamá. A lo que la otra madre respondió: “No, está bien… yo se la regalé” Finalmente la señora y la niña se movieron hacia otro vagón con la botella aún sin abrir, como si trataran de guardar semejante tesoro para tomarlo en el momento indicado. Toda esa escena me conmovió. Por un instante sentí la necesidad de buscar un vendedor de refrescos y comprarle uno al niño y de esa manera recompensar tan lindo gesto. Miré para ver si alguno de los vendedores que se aproximaban ofrecía alguna bebida, pero nadie venía en ese momento. La mujer y el niño descendieron en la próxima estación y ningún vendedor había aparecido. Yo continúe mi viaje por unas tres estaciones más. El ruido del tren continuaba, mientras otras personas comenzaban con una nueva historia. Historias de vida de la de las grandes ciudades latinoamericanas.

LA BOTELLA DE REFRESCO

“¡Mamá, Mamá, mira lo que me regaló la

señora!” “¡No hija! ¡Devuélvela!

¡Eso es del niño!” fue la orden de la

Mamá.”

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Mucho interés ha despertado el lanzamiento del libro El Don Divino, escrito por el escritor Charles Allen. La obra, escrita originalmente en inglés, fue traducida a un español fluido y muy fácil de leer. En sus páginas, el autor relata de principio a fin una tragedia familiar sin nombre. Uno a uno varios de sus hijos, su esposa y uno de sus nietos fueron víctimas de enfermedades incurables, las cuales les causaban un sufrimiento intenso y finalmente la muerte. Únicamente el amor de los miembros de la familia sobrevivientes y la fe inquebrantable en Dios, hicieron posible superar los estragos emocionales de esta pérdida. El don Divino es una historia verdadera, extraída del diario personal del autor, lo cual le da un valor testimonial increíble, que nos ayuda a entender el profundo amor de los padres hacia los hijos, y de los hijos hacia los padres. Algunos de nuestros lectores han expresado su interés en adquirir ejemplares de este libro, que está disponible llamando (en español) llamando al 319-385-3431 o en inglés al 1-855-453-2204. El costo de cada ejemplar es de $17.95.

C1ST CREDIT UNION INAUGURÓ SUCURSAL EN

MOUNT PLEASANT, IA El jueves 14 de junio, el Community 1st Credit Union inauguró su sucursal número 15, en la ciudad de Mount Pleasant, IA. LA ceremonia de corte de cinta, contó con la presencia del presidente (CEO) de esta entidad financiera, Phil Van Mersbergen, el gerente de la nueva agencia, Caleb Miller, representantes de la Cámara de Comercio y autoridades locales.

El nuevo local está ubicado en el 1800 E. Washington St., al lado de Hy-Vee y atenderá de lunes a viernes de 8:30am a 5:00pm; y los sábados de 8:30 a 12:00pm; El cajero externo atenderá de lunes a viernes de 7:30am a 5:30pm; y los sábados de 7:30am a 12:00pm. La nueva institución financiera contará con una cajera bilingüe (español-inglés), Adriana Valencia, para

las personas de habla hispana que deseen abrir cuentas o realizar cualquier otro tipo de trámites. El Community 1st Credit Union ofrece una gama completa de servicios financieros que incluye: cuentas corrientes (de cheques) gratis, préstamos personales, hipotecas, negocios y productos agrícolas, además de banca en línea, banca móvil, BillPayer,

y muchos otros. El edificio de 2.000 metros cuadrados cuenta con tres ventanillas, dos oficinas, una sala de conferencias, servicio drive-thru y un cajero automático, disponible las 24 horas del día. Felicitamos al Community 1st Credit Union y le auguramos éxitos en esta nueva oficina.

De izquierda a derecha: Adriana Valencia, cajera bilingüe de la nueva sucursal del Community 1st Credit Union en Mount Pleasant, IA. A la derecha, los directivos del Credit Union en la ceremonia de inaguración.

EL DON DIVINO: UNA

HISTORIA VERDADERA

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COMO UN NIÑO El otro día estaba sentada en el auto, con mi sobrino de cuatro años, mientras viajábamos de un estado a otro. Había pedido ir en nuestro auto y estábamos felices de poder pasar un tiempo con él. Es un niño que conversa de diversos temas y disfruta de muchas actividades. Durante la primera parte del viaje, mirábamos el mapa y él me contaba historias de sus amigos y del sitio donde vivían, ambos disfrutábamos la experiencia. De vez en cuando me hizo la famosa pregunta: “¿ya llegamos?” porque sabía que íbamos a parar para comer almuerzo. Cuando llegábamos a la ciudad donde íbamos a almorzar, revisamos todas las opciones. Uno de los lugares tenía una sala de juegos y el niño pudo verlo desde el auto. Inmediatamente anunció que aquel lugar era donde quería ir. Los adultos, en cambio, querían comer la comida en otro lugar y después volver, para tomar helado allí y jugar un rato. Esta idea fue satisfactoria para todos y así hicimos. Seguimos el camino después de comer y pasamos por campos de maíz y árboles. Hablamos, dibujamos, y miramos al mapa otra vez, pero pronto mi sobrino se dio cuenta que había estado en auto por un largo tiempo y estaba listo terminar el viaje. Nos faltaba la última media hora de recorrido y decidí sacar mi teléfono para ver si habría encontraba algún juego que nos ayudara a entretenernos mejor. Decidimos bajar una aplicación de un juego de animales de la granja. Le di el teléfono mientras el programa terminaba de bajarse, mostrándole la barra que nos indicaría cuando la aplicación

estuviera lista para ser usada. Él estaba feliz con su tarea, pero como la conexión era débil en la carretera, el programa estaba demorando bastante tiempo para bajar. El niño miraba y miraba preguntándome: “¿Cuándo va a estar listo?” Después de la tercera vez, respondí, “¿Sabes lo que estás aprendiendo? Estás aprendiendo a tener paciencia.” Me miró con ojos intrigados. Explícame un poco más. “La paciencia es cuando tú tienes que esperar, sin ponerte molesto o agitado.” Me ofreció una gran sonrisa y me dijo: “¡Oh, entiendo! Yo iba a enojarme, pero decidí no hacerlo.” Le sonreí y dije que esto era exactamente lo que significaba la paciencia. Me dio gusto su alegría al poder aplicar este nuevo concepto. La actividad por fin estaba lista y disfrutamos jugando hasta llegar a nuestro destino. Cuando entramos al edificio, yo tenía que guardar algunas cosas en un cuarto, pero él estaba ansioso por llegar a la cocina. Yo tardé un poco en poder encontrar un lugar adecuado para colocar las cosas; y mi sobrino empezó a insistir con más fervor en su deseo de ir a la cocina. Entonces le pregunté: “¿no te acuerdas de lo que hablamos acerca de la paciencia?” De pronto, su actitud cambió y usando un tono tranquilo, habló a sí mismo mientras caminaba animado: “Umm. Me pregunto dónde encontraremos la cocina. ¿Quizá estará en el próximo pasillo?” No pude esconder la sonrisa que llenó mi rostro, al ver como el pequeño corrigió su comportamiento tan solo con recordarle el concepto del que habíamos hablado.

Por alguna razón esta imagen se ha quedado en mi mente y me ha hecho reflexionar. En realidad la única cosa que hice fue hablar y explicarle el concepto de la paciencia. Con eso, mi sobrino había buscado un ejemplo en su propia experiencia y después lo había aplicado en otra situación. Como suele pasar con los niños, cuando pensamos que estamos ensenándoles algo a ellos, sucede que son ellos quienes están enseñándonos a nosotros. Y así fue con mi sobrino. A pensar de todo lo que pasó, me di cuenta de al menos tres pasos del aprendizaje, que él me mostró. Primero: El niño estaba dispuesto a recibir corrección y a adquirir nuevo conocimiento. Para aprender y progresar es esencial tener una mente y un corazón dispuestos a recibir instrucción. Segundo: Buscó un ejemplo concreto de su propia vida, para poder entender la idea abstracta que le había enseñado. Así él pudo reconocer lo que era la paciencia en su vida y lo que significa para él. Tercero: Decidió aplicar su conocimiento en una nueva situación. Cuando actuamos sobre lo que aprendemos demostramos que en realidad hemos entendido. Creo que aunque mi sobrino aprendió un poco más acerca de la paciencia durante nuestro viaje, yo aprendí una lección mayor. Está escrito que debemos volvernos como niños pequeños, para poder entrar en los cielos. Mi experiencia con mi sobrino me hizo ver, con mucha más claridad, lo que esto quiere decir.

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Página 16 20 de Junio de 2012 EL Heraldo Hispano

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El Heraldo Hispano Página 17 20 de Junio de 2012

CARLITOS Y EL SOMBRERON ¿Te acordás lo que te conté de la Chayo, mi hermana, y el Sombrerón? Pasaron cosas que fueron buenas, porque ella me pagó las que me ha hecho. Lo malo fue que me fue mal porque la abuelita descubrió que el Sombrerón era yo, pero a la Chayo la mandaron a que se confesara con el padre de la parroquia porque seguro que como tiene sus pecaduchos, la conciencia la castiga. Bueno, empecé al revés vos, porque no te conté lo que pasó antes. La mañana que se despertó con las trenzas que le hice mientras dormía, la Chayo creyó que había sido el Sombrerón, porque la abuelita contó que ese ente del mal trenza el cabello de las mujeres que lo tienen largo, y que así es como se gana su alma. Apenas oyó que la puerta de la calle se cerró, supo que la abuelita regresó de la panadería, y corrió a buscarla gritando como loca con el peine lleno de pelos que se arrancó al deshacerse las mentadas trenzas. Quise esconderme, pero el miedo me paralizó y me quedé quieto, y oí que fueron a la cocina desde donde escuché el grito que me hace temblar: -¡Carlos, vení para acá! Ya te dije que cuando la abuelita no me dice “Carlitos” es que está enojada. Sentí que hasta los tirantes del pantalón de gabacha de lona me temblaban cuando entré, y lo primero que vi fue a la Chayo recostada en el hombro de la abuela. Apenas entré, levantó la mano derecha con el peine lleno de pelos. Me dieron ganas de reír, pero me pellizqué porque si lo hago, me da de chicotazos vos. -¿Qué quiere decir esto Carli… Carlos?-, preguntó seria. Entonces entendí que tenía cara de “yo no fui”, pero como no podía cambiarla seguí igual, y volvió a preguntar: -¿No oíste lo que te pregunté, patojo re jodido? (1) Apenas pude susurrarle: -Yo creo que la Rosarito se está poniendo vieja y por eso se le cae el pelo abuelita. Creo que por poco se ríe porque dejó de mirarme y

dijo: ¡Que qué! ¡Entonces yo estaría más pelona (2) que un tomate! Miráme a los ojos y me decís que tenés que ver con las trenzas de la patoja. Hasta un su vaso con agua con azúcar le di para que le pase el susto. A mí me dio cólera porque sé que a la Chayo le encanta el agua azucarada, pero ni modo, seguí en silencio viendo para el suelo, porque no podía verla los ojos. Estoy seguro de que sabía que hice las trenzas a la Chayo porque dijo: -¡Esas trenzas están mal hechas, y si volvés ha hacérselas, aunque no sea Sábado de Gloria, (3) te va a caer una paleteada. Y vos

Rosario, te me vas a confesar porque saber qué pecados tenés para pensar que el tal Sombrerón viene a trenzarte el pelo. La tal Chayo, abrazó a la abuelita para que no la viera mientras sonreía como bruja mientras me miraba. Eso fue lo que me dio cólera, y pensé hacérselas otra vez, pero mejor hechas porque estoy seguro de que por eso la abuelita me descubrió. Como mi amigo el Rochoy es el más grande de las 4 hermanas que tiene, su mamá le enseñó a hacer trenzas para ayudarla a peinarlas cuando van a misa el domingo, y me fui a su casa para que me enseñara. Lo hubieras visto cómo me miró pero dijo que sí,

que me enseñaría, y llamó a la más pequeña, y cuando le dijo que le haría trenzas, no quiso porque dijo que le jalaba mucho el pelo. ¡Ay vos! Me dolió darle a la patoja los únicos 5 centavos que tenía para que se dejara. El Rochoy le hizo 2 trenzas para que yo viera, y le pregunté si no podía hacerlas más delgadas. Cuando me dijo que sólo debía tomar menos pelos, aprendí rápido. La primera parte del plan estaba hecha, pero esa noche no quise desvelarme, porque tenía sueño de la noche anterior. No pude hacérselas al día siguiente, porque unos patojos ya grandes,

se pusieron en la esquina cerca de la casa a cantar con una guitarra y, como dicen que el tal Sombrerón da serenata a las patojas que se quiere “ganar”, la Chayo se levantó más pálida que harina, y fue con la abuelita a la que ¡hasta despertó! Me alegré cuando la mandó a rezar el Santo Rosario para que no pensara tonterías. Al regresar a su cuarto encendí una candela que me puse abajo del cuello, para que la sombra hiciera que pareciera monstruo. Sólo saqué la cabeza y le enseñé los dientes. Hubieras oído el grito, y de nada sirvió que me acostara rápido, porque cuando llegó la abuela a mi cuarto, y sintió el olor de la candela de parafina apagada, me dio una nalgada

y dijo: -¡Dejá de molestar a la patoja! (4) Ella creyó que no me di cuenta, pero oí su risita de cuando algo la divierte. Lo malo es que se me cansó la mano de tanto escribir, vos. Te recuerdo el Money Order de mi papá, y no olvidés mandarme mis lenes, porque con los 5 que le di a la hermana del Rochoy me quedé sin nada, y tengo ganas de llorar. El Carlos.

1)Aplica en el caso de alguien que fastidia a otros.2)En lenguaje coloquial chapín, equivale a calva.3)Aunque ya extinguida, se acostumbró hace más de una generación que el Sábado de Gloria, se pegaba a los niños no como penitencia, sino para que crecieran.

“Quise esconderme, pero el miedo

me paralizó y me quedé quieto, y oí que fueron a la cocina desde

donde escuché el grito que me hace temblar: -¡Carlos, vení para acá!”

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Página 18 20 de Junio de 2012 EL Heraldo Hispano

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El Heraldo Hispano Página 19 20 de Junio de 2012

DIARIO DE UN INMIGRANTE

ASANDO HOT DOGS

Por: David Suárez Moreno

El día amaneció nublado y la lluvia amenazaba caer en cualquier momento. “¡Mal día para hacer un asado!”, me dije a mí mismo, pero ya era demasiado tarde para dar marcha atrás a nuestros planes. Apenas la noche anterior habíamos decidido con mi esposa que almorzaríamos hot dogs, al puro estilo americano, asados al carbón. Salí al porche de la casa y saqué el brazo apuntando a la calle, para comprobar si caía alguna gota del cielo… nada. ¡Es difícil predecir el clima! Sin embargo, tenemos el canal del clima y un software incrustado en el sistema operativo de la computadora de la casa, que nos da un pronóstico actualizado de las lluvias, las nevadas, los vientos y hasta nos advierte de los posibles tornados y tormentas eléctricas. ¡Tanta tecnología al alcance y yo… sacando el brazo y mirando al cielo, para saber si la lluvia podría echar a perder mi asado! ¡Qué cosas! Volvía a entrar a la casa y observé los pronósticos del clima. “Posibilidad de lluvia: 35%” “Ummm… no se ve tan mal. Tenemos el 65% de posibilidades de que no lloverá”, me dije a mí mismo dándome ánimos. “Sin embargo, el cielo está tan oscuro que solo es cosa de tiempo para que se desprenda la lluvia”, reflexioné en un momento de debilidad. “¡Cómo voy a dudar del pronóstico del tiempo! ¡Aquí en Estados Unidos, casi siempre aciertan!”, repetí en voz audible, como para darme ánimos. Por si acaso, decidí instalar el asador en el porche, en la esquina más distante de la casa, y comencé esa especie de ritual que antecede al encendido del fuego: junte el carbón en una pila, le eché un hilo fino de combustible y utilicé mi encendedor a gas para prender el fuego. El fogonazo inicial confirmó mi pensamiento que ésta sería una tarea

relativamente fácil. Por un momento me vi a mí mismo frente al fogón estático instalado en el patio de nuestra casa en Ecuador, cuando era apenas un niño. Mi madre era la especialista en encender el fuego. Me decía que la clave para obtener una buena braza era comprar un buen carbón. Por eso, ella prefería utilizar el carbón comprado a Don Lucho, el carbonero del barrio. Luis era un hombre, viejo, pobre y con la ropa y la cara tiznada por el hollín. Un burro, casi tan viejo como él, tiraba de la carreta de madera y neumáticos de

automóvil.-¡Carbón, carbón!- gritaba por las calles, al mismo tiempo que tocaba su campana. Mi madre salía de la casa con su canasta y compraba la cantidad que le hacía falta. Ella también hacía una pequeña pila de carbón; le dejaba caer un chorrito de aceite; arrugaba un pedazo de papel periódico dándole forma de mecha y lo colocaba dentro del montículo de carbón, haciéndolo lucir como un pequeño volcán. Entonces le lanzaba un fósforo encendido; y se prendía la llama.

Enseguida traía su abanico de paja toquilla y asignaba a mi padre la tarea de ventilar el fuego, hasta que la brasa se encienda totalmente. En total, el proceso le llevaba aproximadamente una hora. El humo intenso saliendo de mi grill me recuerda la necesidad de soplar un poco el carbón para encender bien el fuego. Reparto el carbón encendido en el plan y coloco la parrilla. Ahora estoy listo para comenzar a cocinar los hog dogs. Mientras los viro continuamente para evitar que se arruine nuestro almuerzo, me parece llegar el delicioso olor a carne asada, cocinado a fuego lento en el fogón de mi madre. Lleno de ese delicioso olor mis pulmones, suspiro y me apresto a comer mi comida americana. ¡Buen Provecho!

“Mi madre era la especialista en encender el fuego. Me decía que la clave para

obtener una buena braza

era comprar un buen carbón.”

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Más de cinco millones de niños latinos podrían quedarse sin el “food stamp” (bono de comida) en los Estados Unidos, si se aprobase la enmienda del “Farm Bill” o S.3240. Este propone que se regulen más las condiciones para otorgar alimentos a familias de bajos ingresos. De acuerdo a un comunicado de prensa emitido por Leticia Miranda, Asesora Política de National Council of La Raza, el senado estadounidense discutirá en los próximos días la reforma al Programa de Asistencia de Suplemento Nutricional, conocido popularmente como “food stamp”. La reforma consiste en limitar el acceso a las familias que apliquen al programa. Una de las principales condiciones para quienes apliquen al “food stamp” es comprobar el estatus legal. Es decir, si un niño es ciudadano, pero tiene un padre indocumentado, eso podría perjudicarle para ser beneficiario del programa. Otra situación es que aunque la persona fuese ciudadana estadounidense, pero si no tiene como comprobar su ciudadanía, tampoco podría ser beneficiaria del “food stamp”. De aprobarse la enmienda del “Farm Bill”, los aplicantes tendrían

que presentar su acta de nacimiento o pasaporte. Para obtener un acta de nacimiento podría demorar de tres a ocho meses y costarle a la persona hasta más de $45.00 y hasta $100.00 si tramita el pasaporte, de acuerdo a datos del National Council of La Raza. Esta organización ve con preocupación las consecuencias inmediatas de pasarse esta ley. Aumentará el número de niños que están en riesgo de sufrir de hambre. Actualmente se cuentan 16 millones de niños en los Estados Unidos y más de cinco millones son latinos. Más de 4.5 millones de niños ciudadanos tienen al menos un padre indocumentado que perderá su acceso al programa. Muchas familias de escasos recursos no podrán siquiera tramitar y comprobar su ciudadanía por falta de dinero.La salud de los niños podría deteriorarse si se les quita el “food stamp.” Contacte ahora mismo a su senador a la línea gratis (877) 698-8228 y dígale en inglés: “I am opposed to the amendment to the FARM BILL which would deny millions of U.S. citizen children food assistance.”

¡“FOOD STAMP”EN PELIGRO!

Doctor CorazónEstimado Doctor Corazón:

Tengo 28 años y soy modelo profesional. Llevo once años de dedicarme a esta profesión. Desde los 17 empecé a salir con muchas muchachas bonitas, algunas compañeras de trabajo; otras, no pertenecían a ese mundo. De dos o tres de esas chicas estuve a punto de enamorarme y terminar la relación en algo más serio. Al conocerlas me sobrevenía un gran entusiasmo, pero con los días, les empezaba a encontrar algún defecto. Algunas veces, Juanita tenía la nariz muy grande; y, en otras, Carmen era muy chaparrita. Y, pues, de Dinora no voy a decir cuál era el defecto. A todos esos mis caprichos, mi mamá respondía.-Cuando no hay amor verdadero, uno ve le defectos a todo. Un día, te vas a enamorar de verdad y, aunque la muchacha no sea una artista de cine, tú la vas a ver bonita y muy agradable. En ese momento, te vas a acordar de mí. Ya verás, ya verás-. ¡Ah, mi santa madre tenía razón! ¡Ah, malaya hubiera escuchado sus consejos en ese entonces!, digo ahora. ¡Ah, malaya le hubiera dado el gusto de verme casado mientras vivía! Ahora, solo me resta decirle: Sonríe feliz madre querida, pues, sucedió tal como tú me lo dijiste. A este punto de mi carta, usted ya habrá adivinado el final de mi historia. ¡Imagínese! Estoy enamorado de la muchacha más bonita de la tierra. La conocí cuando fui a México a visitar a mis abuelos. El amor de mis amores viene de un rancho y apenas cursó el quinto grado de la escuela primaria. Le cuento, mi abuela la adora y no tiene queja de su trabajo. Cuando me la presentó, me dijo:-¡Esta niña vale oro! Me cuida muy bien.

Por ese lado todo va bien. Mis abuelos la ven como a una hija. A mi papá, pues, solo le importa mi felicidad. Me preocupa el otro lado; o sea, el mundo donde yo me desenvuelvo. La gente se va a recordar de mis caprichos, de mi vanidad y pedantería. En secreto o en privado se van a burlar de mí. Eso, ni dudarlo. En cuanto a eso, he decidido ignorarlos cuando se metan conmigo, pero no sé cómo voy a reaccionar si alguna vez se llegaran a meter con mi futura esposa. Si eso pasara, si la llegaran a despreciar o a burlarse de ella, no sé cómo reaccionaría. Cuando pienso en eso, no me veo sonriendo feliz. Espero con ansias su consejo.

Modelito

Mí querido Modelito:

Tu preocupación debería ser una: Amar a tu esposa con toda tu alma y con todo tu corazón. Ocupado en amarla, no tendrás tiempo para fijarte en nada más. No tendrás espacio para ver los malos gestos o sentir la envidia de los demás. Al final, la gente siempre va a hablar. Eso es inevitable. Siempre fue y será así. Recuerda, a mí me humillan, solo si yo lo permito. Por lo tanto, nuestra victoria es no permitirnos ser humillado por nadie. Ahora, mientras tú pierdes tu tiempo y energías imaginando cuánto te van a herir cuándo se burlarán de tu esposa, ella podría estar pensando lo contrario. Esto podría estar pasando por su mente: “Mi esposo es la razón más importante de mi vida y por eso solo tendré ojos para él. No desperdiciaré ni un minuto para pensar en nadie, o en nada más.” Ten confianza, todo te va a salir bien. Ya verás. Tu madrecita, desde allá del cielo, te dará su bendición y con eso te debe bastar.

Tu doctor Corazón

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pesar de las mil tareas por realizar antes y después de la escuela, yo opté por vivir como si

hubiera sido un ser inmortal. Al avanzar descalzo por los caminos tachonados de piedras y espinas, avanzaba como si hubiera tenido alas y la ley de gravedad no existiera. Mi frente parecía estar mojada no de sudor, sino de felicidad. A cada hora de esa, mi primera semana como alumno de primer grado, ocurría un milagro. Desbordado de euforia podía partir un tronco de encino al primer golpe. El hacha de diez libras, ahora la levantaba como levantar una pluma. Al ir bajo el sol ardiente cargando un manojo de cincuenta leños, sentía ir caminando sobre el agua cargando una cesta con diez de bellotas algodón. Mi hombro huesudo y delgado, en vez de gemir bajo la pesada carga, cantaba aleluyas a Dios. Tanta alegría reflejada en mi semblante; y tan enfermizo afán por aprender, preocupó el corazón de mi abuela Valentina. La preocupación de esa mi muy estricta patrona aumentó, cuando recibió de la señorita Veraly García un reporte favorable de mi conducta y aprovechamiento, de mis deberes como un adelantado escolar. El libro de lectura para ese año, lo había leído de pasta a pasta durante mis primeras dos horas de clase. Los ejercicios para escribir con letra de molde, no hubo necesidad de completarlos. Al segundo día, estaba listo para pasar a los ejercicios de escritura de carta. El reporte sugería avanzarme al tercer grado. Básteme decir, el brillo de mi rostro y el genuino interés de mi maestra por mi progreso académico no tuvo eco en el corazón desconfiado de mi abuela Valentina. En la opinión de esa gran señora mía, al aumentar mi amor por la escuela disminuiría mi gusto por trabajar la tierra

como Dios lo había mandado, por oler a sudor, como olían los hombres de verdad. No, un ser con el carácter de doña Valentina jamás podría permitirse el lujo de fracasar en tan importante empresa. Ese interés mío de orientar mi rumbo, guiado por una nueva estrella, solo fortaleció su determinación de convertirme en un hombre con garra y músculos de león, y de hacerlo a la mayor brevedad posible. Por eso salió y buscó otras tareas para mantener, según ella, mi cuerpo caliente. El lema: “La falta de acción enfría los huesos y mata a las personas”, me lo repitió hasta la saciedad. Al principio, al escuchar esas palabras yo me tocaba el cuerpo y respiraba, aliviado al sentir tibios mis huesos y suave la piel. Me alegraba estar vivo. Cuando me asaltaba la tentación de no hacer nada, me presentaba a la abuela y le pedía más trabajo. De premio recibía de sus ojos celestes una mirada satisfecha y un gesto de aprobación. Ese mismo día ofreció a los cuatro profesores de la escuela sus servicios para lavar y planchar. Yo la vi regresar con un tanate de ropa sobre su cabeza. De inmediato adiviné sus intenciones. Ella lavaría la ropa y yo la plancharía. Así fue. Renegar de mi suerte, no era una opción. Por las tardes, mientras todo el mundo dormía la siesta, yo me vi bien despierto frente a un planchador, con una plancha a brasas en la mano y en la otra, un bulto conteniendo la ropa de los maestros de la escuelita rural. Mis días en el taller de sastrería habían dado los primeros frutos. A golpes y a rempujones, había aprendido a planchar. Era de vida o muerte adivinarle los pensamientos a doña Valentina. Esa angustia de interpretar los movimientos, los gestos y hasta los suspiros de esa mi gran maestra aceitaba los ejes de las ruedas de mis sentidos. Tal agilidad volvía

aceptable mi rendimiento. Para mi tristeza y decepción, a pesar de mi denodado esfuerzo, algunas veces, llegué a pasar la prueba, pero no con una nota de excelencia, ni de completa satisfacción. El regaño iba más o menos así: “Cuando tus pies van, los míos ya vienen de regreso. Cuando tu burro lanza una patada, el mío ya ha lanzado tres.” ¡No, no había manera de ganarle a mi abuela! Un día cansada de tanto afanarse tratando de inyectarme agilidad, maldijo mi lentitud.-¡Eres el ser más inútil de toda la tierra!-, me gritó. Semejante improperio, pudo haber petrificado mis huesos, pero en vez de sentirme de piedra, sentí batir alas, vi para todos lados. Esperaba ver ángeles. Sorpresa, las alas eran mías. Era libre, tenía alas y, además, sabía leer. Más libre no podía ser, más feliz tampoco. El milagro había sucedido, me habían nacido alas. Cuando mi amigo el señor tren las vio, sonrió. Concluido el almuerzo, levantada la mesa, limpiados los enseres y barridos los pisos, tomé dos planchas, les sacudí la vieja ceniza y procedí a llenarlas con brasas del fogón. Las primeras horas de la tarde las pasaría haciendo dos cosas: planchando pantalones empapados de almidón y siempre manteniendo un ojo en los movimientos, gestos y suspiros de mi abuela Valentina. Con todo el corazón puesto en hacer bien mi tarea me llevó un minuto para escuchar:-¡Guardemos machetes y agujas, hay amenaza de tormenta!- Ante tal aviso, los tíos sastres suspendieron su labor, guardaron las máquinas de coser, pusieron las tijeras en las gavetas y taparon con mantas los espejos. Las mujeres corrieron por sus pañuelos rojos y se cubrieron el pelo. Yo formé una cruz con dos machetes y corrí a colocarlos en el patio entre la mata de albahaca y la

de ruda. “Es un secreto contra los rayos”, me habían dicho. Terminada esa tarea corrí a buscar resguardo. Esas tormentas eran un verdadero regalo del cielo. Al caer los porrazos de agua yo tomaba la Biblia y la leía a mis parientes analfabetas. Ese día, les leí la historia del Rey Salomón y de la manera tan singular como juzgó el caso de las dos mujeres querellantes, sobre un infante fallecido. La historia salió en mi auxilio unos años después cuando yo mismo necesité la protección de la justicia del dedo acusador de mi abuela Valentina. Tres horas después la tormenta cedió y dio paso a un lluvia fina. La brisa trajo en sus alas un ejército de zancudos. El cielo recobró su serenidad.-Mañana será otro día-, pronunció la abuela Valentina. Era su manera de despedir el día y retirarnos a dormir. La Media Luna había despertado cansada. La tormenta del día anterior había tronchado matas, quebrado ramas y debilitado puentes. El grueso contingente de empleados pasó toda la mañana limpiando y poniendo en orden la plantación y los techos de lámina de zinc retorcidos. A eso de medio día, corrió por todo el campamento la pólvora de un extraño rumor. A la abuela Valentina y a mí nos encontró ocupados planchando camisas y pantalones humedecidos en almidón.-¡Tengan cuidado…! -pasó gritando una vecina-. ¡El joven Juan Ramón va a cometer una desgracia! Va de campamento en campamento jurando matar a su hermano, José Miguel. El martillazo del aviso golpeo mi cerebro y por un minuto quedé sordo. Al recuperar el sentido, recordé una conversación entre mi abuela Valentina y mi tío Juan Ramón. La queja de mi abuela Valentina, iba más o menos así.-Estoy preocupada por José Gabriel. Es diferente de todos

ustedes. Lo he sorprendido muchas veces mirando al cielo. Ayer le encontré un papel en el bolsillo del pantalón. Estaba lleno de garabatos. Para ir a la escuela no tiene pereza, pero para agarrar el machete lo piensa dos veces. Así nunca le van a salir callos en las manos. Estoy preocupada por el comportamiento aletargado de ese muchacho. Esta era la respuesta del tío Juan Ramón:-Mamá, usted es mujer y, aunque trate hasta lo imposible, nunca va a poder hacer de José Gabriel un hombre de verdad. De seguir con usted, el pobre muchacho terminará usando falda, en vez de pantalón. Démelo seis meses a mí y ya verá como se lo entrego. Así de fino, como la punta de un trompo se lo voy a entregar. Usted puede llegar a verlo a mi campamento de vez en cuando y cerciorarse si estoy o no cumpliendo mi palabra. El tío Juan Ramón tenía de 23 años y le sobraba el vigor. Tenía las manos ásperas y duras como piedras. Era campeón para beber aguardiente y cantaba como un charro mexicano. No me inspiraba confianza. Al contrario, a su lado me sentía pálido y débil. Por eso, cuando escuché de sus amenazas para matar a su hermano José Miguel sentí las piernas de papel. Entre más pensaba en la terrible amenaza más frágil me sentía. Para mi buena suerte, esa zozobra terminaba cuando entraba a mi salón de clases. Las cadenas del miedo y la desesperanza caían en pedazos y era libre otra vez. La ira de mi tío Juan Ramón duró cuarenta días y cuarenta noches. Durante ese tiempo cometió una serie de actos violentos. Conviene dedicar el siguiente capítulo para contar la historia de ese deslamado tío. Por ahora prefiero quedarme sentado en mi salón de clases, sentado en la primea fila y disfrutando de aprender una nueva lección.

SECCION NOSTALGIA

ACUANDO TUS PIES VAN, LOS MÍOS REGRESAN

por: Oscar Argueta

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Página 24 20 de Junio de 2012 EL Heraldo Hispano

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