94_bellatin

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/14/2019 94_bellatin

    1/444. los inrockuptibles

    mario bellatinDos libros y una visi ta

    No es fcil entender lo que mantiene juntos los fragmentos con

    los que el escritor mexicano Mario Bellatin construye su s extraas

    ficciones. Como si se tratara de un su eo, hay un a conexin en ig-

    mtica cuyo sen tido se n os escapa. Algo difcil de explicar pasa de

    un fragmento (y de un libro) a otro, con una naturalidad y una

    frialdad que inquietan a la hora de escribir sobre un teatro del

    dolor, un equipo de voleibolistas sin dedos en las manos (asrematan mejor) o un saln de belleza convertido en un moridero.

    Hay una an cdota donde se cifra lo perturbador de esta experien-

    cia: en n oviembre de 200 3, el Instituto de Mxico en Pars anun cia

    un congreso de escritores mexicanos. Ansiosa, la gente hace una

    larga fila en la puerta de la galera lectores, profesores, especia-

    listas en literatura latinoam ericana. Hay cuatro pequeas mesas

    con micrfonos, una jarra de agua y cuatro personas se ntadas, con

    los nom bres gigan tes. Pero algo an da mal: notoriamente, el joven

    de barba sentado no era Margo Glantz, ni la mujer de pelo corto

    era Sergio Pitol. Pero repetan, de memoria, sus textos escritos

    para la ocasin, ante quie n se lo s pidiera. La idea fue de Mario

    Bellatin: un congreso de dobles de es critores que pusiera en esce-

    na la pregunta por lo literario. Por qu muchos se sin tieron esta-

    fados? A qu iba toda esa gente que se senta engaada porque

    las palabras de Margo Glantz no salan de su boca, sino de la de un

    doble que, en primera persona, repeta de mem oria los textos de

    Margo? Qu esperaba, qu buscaba esa gente en un congreso de

    escritores, ms a ll de las palabras? Y qu habrn se ntido los que

    aceptaban el juego y se sentaban frente al doble para escuchar un

    texto dirigido personalmente a cada uno de ellos? Qu e xtraaforma de presencia o de ausencia s ostiene un te xto as? La voz, el

    rostro del au tor, el prestigio de la s ala de conferencias?

    ENTREVISTA> Mario Bellatin:Y el texto, se or? Creo qu e esta mos

    cansados de toda la parafernalia literaria a lrededor de la literatura.

    Tambin est esa lectura sociolgica que tanto ha jodido cuando

    un o es joven y em pieza a escribir con el peso de ese deber ser enci-

    ma . Y yo que pen saba que la literatura era un arte, y como arte, un

    espacio de libertad! Todo lo contrario: tienes que sujetarte a esa

    cosa literaria, sociolgica. No en tiend o qu cosa es lo literario. Yo n o

    parto de la literatura en el sentido de que qu iero hacer una litera-

    tura . Parto de la palabra, y que esa palab ra constru ya algo. No con-

    fo mucho en esos autores qu e dicen ah , quiero ha cer una cosa con

    el escritory sus dobles

  • 8/14/2019 94_bellatin

    2/4los inrockuptibles. 4

    >>>

    Entre lo cmico, lo siniestro y lo extrao, el mexicano Mario Bellatincosecha en la Argentina cadavez ms devotos que hacen de cada uno de sus libros pequeos objetos de culto. Mientras el

    sello Anagrama prepara un volumen con sus obras completas, dos nuevas ediciones locales sesuman por estos das a una visita del escritor a Buenos Aires: La escuela del dolor humano deSechun, publicada por el sello Interzona, y Saln de belleza, por Elosa Cartonera.Entrevista Fermn Rodrguez Foto Alejandro Guyot

    tal person aje!. O en el m ito del person aje que cobra vida prop ia. Yo

    los escucho y les creo, pero soy totalm ent e ajeno a eso. No salgo del

    espacio escritural. Fuera de a ll, me olvido de t odo.

    El experimento con los dobles debe haber sido tan perturbador

    para el pblico como tus libros: el mismo extra am iento, la m isma

    inquietud , el mismo d istanciamiento, lo cmico y lo siniestro, lafalta de explicaciones

    S, es una perturbacin que a l mismo tiemp o es muy a ma ble, por-

    que m e encargo de que ese desconcierto est dentro de un m un do

    am able o conocido que no sea un espacio experimen tal o extrao.

    Pero tam bin a veces me p regunt o por qu n o contar. Por qu se

    niega la posibilidad d e la verdadera h istoria, de contar realmen te

    la ancdota? ste es un pun to importan te, sobre todo para la rees-

    critura. Cuan do me d icen qu e mis personajes son as, que mi un i-

    verso es talTengo que creerlo porque es cierto, est ah escrito,

    pero yo s que no es verdad, que son elementos que obedecen a

    un a serie de causas que n o tienen n ecesariamen te que ver con lo

    que aparece. Enton ces, por qu n o contarlo? Ahora que siento que

    he terminado una etapa y que ya me aburr

    Entre la belleza y la muerte, entr e la an omala y la escritura, tus

    libros plantean todo el tiempo conexiones que jam s se explican.

    Qu a gregara un a explicacin?

    Ahora que est a pun to de aparecer mi obra reunida, trece novelas

    reescritas tal como las publicara hoy, tuve la oportun idad de reu-

    nir tam bin un a serie de archivos. Rasqu ha sta lo ltimo, ma nu s-

    critos, textos de la computadora que tengo guardados, y de ahescog ciento veinte textos que no tenan que ver absolutamente

    con nada , salvo que obedecan a u na mism a escritura. Ah creo que

    hay un punto que vi de una man era mucho m s clara y que cierra

    todo un ciclo que comienza siendo u n nio, escribiendo por escri-

    bir. A los diez aos hice un libro rechazadsimo, que me cre una

    serie de problemas dentro de mi familia. A partir de all, creo que

    hago libros cada vez ms raros buscando que me rechacen ms

    (risas). Y al contrario, me piden m s cosas de las que pu edo ha cer!

    En Perros hroes aparece mencionado un nio que dice haber

    escrito un libro sobre perros.

    S, yo all recobro a ese nio. Era un libro que hablaba de perros.

    Copiaba las enciclopedias de perros, perros tal como yo los vea,

  • 8/14/2019 94_bellatin

    3/446. los inrockuptibles

    >>> con el pelo largo, am arillos, bien bra vos. Me acuerd o de que era u n

    libro azul, escrito a m ano, un a cosa mu y rudim enta ria. Pero ah ya

    estaba la confeccin de u n libro, de terminar u na cosa. En u n libro

    nu evo que es como m i Ars poetica, planteo que todo m i ima gina-

    rio literario est congelado en los diez aos d e edad esa cosa ino-

    cente, medio infan til, donde el lenguaje tra ta de n o existir. Yo creo

    que el efecto depende de estar contando cosas mu y terribles con

    un tratamiento totalmente opuesto, porque desde tu retrica de

    lector ests acostumbrado inconscientemente a enfrentar esos

    textos con otro tra tam iento. Jun tan do los opuestos se produce esechoque, esa chispa donde yo creo que est lo literario.

    En el origen ent onces ya est el libro, en luga r del mito de la expe -

    riencia. Cmo sigue tu a prendizaje de escritor?

    Esas historias de perros no ten an n ingn valor. Pero para m son

    importantes para entender el proceso de estos veinte aos. Des-

    pus de ese libro, vinieron textos vacos, realmente vacos. Copia-

    ba la gu a de telfono, lea por gusto cua lquier cosa, hasta la lti-

    ma lnea, y lo repeta al da siguiente. Ese juego me parece

    interesante, el de escribir por gusto, el vaco. Pero esa pulsin de

    escritura era un caos. Me pasaba veinticinco horas al da t ipeando

    cosas que n o tenan fin. Todo el proceso de ahora t iene un a cosa de

    domesticacin de ese ejercicio, de entender, de ordenar las cosas.

    Por el gesto compulsivo de escribir, sum ado a todos los aparatos de

    reprodu ccin que aparecen en tus libros mquinas de escribir,

    brazos mecnicos, parece que se tratara, literalmente, de una

    escritura autom tica.

    Claro, pero el trmin o est m uy conta min ado por el surrealismo, y

    no se t rata de eso. No va por ah , sino por el ejercicio de la palabra.

    Menos mal que m e di cuenta de que eso era una estupidez. Cuan do

    empec a escribir ms en serio, supe que no era una cuestin de

    copiar y copiar. Alrededor de los diecisis a os, entend que lo n ico

    que iba a lograr con eso era sepultar la propia palabra, encerrarla en

    s misma y hacerla imp roductiva. La n ica forma de que ese ejerci-

    cio pudiera continuar no era a partir del vaco, porque me iban a

    internar en un hospital psiquitrico como al escritor de El resplan-

    dor. Tom en tonces la decisin de crear toda un a para fernalia y un a

    sistemat izacin que en cubrieran aqu el ejercicio e hicieran esa pala-

    bra transmisible. Todo para hacer ingresar a otro, y a partir de esa

    complicidad, poder gen erar un a escritura. Enton ces viene u n lector a

    hablarme de las mscaras, de la parte externa. Yo s que eso no esverdad, que lo hice impostadam ente, pero en buena medida es la

    impostacin n ecesaria para que la escritura pueda continua r.

    Yqu qued a de esos das?

    Fueron m uchos aos de soportar esa escritura que no ten a que ver

    con nada. Entonces empezaron a aparecer de manera ms lcida

    cosas muy obvias. All hay un texto que ahora quiero rescatar,

    Efecto inverna dero, un texto que en esta lt ima obra reunida que-

    d de cuaren ta p ginas. Ese libro tuvo mil quinien tas. Por un lado,

    era el pretexto de u n ejercicio de escritura pa ra crear algo, siste-

    ma tizar esa escritura sobre la ma rcha, no desde afuera. Pero para

    cerrar todas las historias que haba abierto ah, necesitaba mil

    quinientas pginas ms! Hasta que en un momento raro, de luci-

    dez, en vez de agrega r, empec a sa car. Saqu , y el libro ya estab a

    termin ado. La esencia, el verdadero libro, estaba termin ado, pero

    yo no lo poda ver. Ni siquiera cort na da. Saqu .

    En algunos momentos, esa

    escritura se cruza con una voz

    oral, como los mitos y leyenda s

    de La escuela del dolor hum ano

    de Sechun.

    Cuan do quise emp ezar a volver

    legible la pa labra, intent llevar-

    la racionalmente hacia una voz

    ms primitiva, y a medida que

    iba avanzando, ir descubriendolo obvio de la litera tur a. El siste-

    ma era tratar de redu cir todas las

    posibilidades a lo mnimo, y a partir de cuat ro elementos no pu ede

    tener adjetivos, no pu edes hablar, no pu edes usar la primera persona,

    etc., forzar las cosas de tal m anera que lo qu e apa reciera estuviera

    tan retorcido que solam ente poda ser tu yo. En m is primeros libros,

    Efecto inverna dero o Canon perpetuo, es una voz en tercera persona,

    element alsima , que le da m ucha fuerza a la voz que te va hablan do.

    Yo me lo imaginaba todo el tiemp o como u n gua qu e se sienta a tu

    lado y te h abla, como u n juglar. Hay tcnicas literarias ms a rcaicas a

    las que toda va no h e llegado, como por ejemplo el dilogo, que en

    algn momento tengo que descubrir. O un personaje hablando en

    primera p ersona, que no existe en n ingun o de m is libros. El travesti

    Todo mi imaginarioliterario estcongelado en los diezaos de edad esacosa inocente, medioinfantil, donde ellenguaje trata de noexistir.

  • 8/14/2019 94_bellatin

    4/4los inrockuptibles. 4

    de Saln de bellezabueno, no s si era travesti nunca h abla real-

    men te; est construido por un a voz que va escribindolo. El resto es

    tercera persona, salvo cuan do ha blo yo, que es men tira. Me parece

    gracioso cuando alguien escribe sobre eso dn dolo por cierto, cuando

    son pasos que no tienen ning n sentido biogrfico.

    Compa rando libros como Efecto invernadero o Saln de belleza

    con otros ms recientes La escuela del dolor human o, Perros hro-

    es, Flores, parecera que hay un trabajo de f ragmentacin cre-

    ciente.

    Es que yo escribo as, fractura do. Teng o un tiem po de escritura , de

    sentarm e, de no saber qu va a pasar y, de pronto, escribir durante

    un a hora, y pasar a otra cosa. Creo que en esta bsqu eda de leer el

    proceso de escritura, de hacerlo ms evidente, hay un sincera-

    miento. Libros como El jardn de la seora Murakam io Saln de

    belleza dan la imp resin de ten er una p rosa ms continua . Pero es

    men tira, la continu idad est construida. Eran t extos que apa recan

    en fragm entos y yo, en todo ese trabajo de creacin del sistema,trataba de hilarlos. Ya logr enton ces que lo fragmen tado a pare-

    ciera como lineal, como u n b loque, pero ya no qu iero utilizar ese

    artificio. Quiero escribir a partir de esa fragm enta cin evidente,

    espacial; hacer m s sincera la escritura.

    De qu dependen lasleves diferencias que ha y entre las versiones

    mexicanas de Saln d e belleza (1999) y La escuela del dolor hum a-

    n o d e S echun(2001) y las recientes reediciones argentinas?

    No son correcciones, sino la versin de ahora. Es obvio que en

    esos procesos de reescritura se ga na y se pierde. Gana s un orden

    pero extraa s el caos, por ejemplo. En las dos primeras pginas de

    Saln de bellezacambian pequeas palabritas o comitas; cuando

    yo lo lea en voz alta m uchas veces senta que la m usicalidad esta-

    ba como sacrificada por hacer un texto aparentemente ms lim-

    pio, ms puro, y entonces se sacrificaban otras cosas. Siento que

    con La escuela del dolor puede ocurrir eso. Pero no pien so que u na

    versin est mejor que la otra; el patrn que uso para hacer este

    tipo de cosas es el proceso en el cua l estoy.

    En Lecciones para un a liebre muertase repiten textua lment e frag-

    men tos que vienen de otros libros, como si tu literatura se alimen -

    tara de s misma.

    Te das cuenta de qu e la supuesta reescritura de fragment os no es

    cierta. Porque al recuperar los archivos la novela ten a original-

    men te un a razn de ser distinta . Emp ez como un a idea determi-

    nad a y se fue por otro camino. Pero en el fondo se trata de volver al

    ejercicio original d e escribir por escribir, de volver al copista. Sloque ah ora ya no se trata d e la gua de telfonos o de un recibo de

    luz, sino de un un iverso mo. En estos trece libros hay un un iverso

    lo suficientem ente legible como para inscribirme en l. Se trat a de

    juga r a que m i un ive rso es se y d e cop ia rm e a m mism o de m an e-

    ra tal que lo que se copia sea tran smisible y permita la apa ricin de

    un lector que justifique la letra. Despus de veinte a os, siento que

    puedo retomar ese espacio original y maravilloso. Puedo volver

    all a ejercitar sin culpa, sin nin gun a preocupacin y sin a quella

    angu stia espan tosa, ese ejercicio similar al que inici m i escritura.

    Tu literatura est conta mina da por otras artes como la fotografa,

    el teatro o la pintu ra. Qu buscs en esas formas?

    Antes que nada una atmsfera. Son esos vacos, porque todo es

    vaco, algo que est pasan do, nad ie sabe qu. Extra am iento pue-

    de ser la palabra. La cmara de fotos para m es fundamental.

    Tambin me sirvi la falsa puesta en escena de Perros hroesen

    Mxico. Me pu se de acuerdo con varios directores de tea tro para

    que anun ciaran que iban a adaptar Perros hroes, pero nu nca se

    saba la fecha del estren o. Pronto, pron to, decamos. Enton ces

    empezamos a decir que ya ha ba pasado, a preguntar por qu no

    fuiste, si fue la sem an a pa sada?. Obviam ent e, todos se la perdie-

    ron. Hasta sali una crtica en u n p eridico. Pero para n o queda r-

    me ah, hice una reconstruccin, que era finalmente lo que me

    interesaba hacer. Como con el congreso de dobles: sin

    los dobles, no hu biera ent rado a los propios escritores

    y a los propios textos como creo yo que se entr por

    med io de ese juego. Esto tiene qu e ver con la escritura ,

    con los fragmentos. Quera enrarecer las cosas para

    que realmente surtieran efecto. Uno est esperando

    una forma determ inada para un tema, pero si el tema

    est y la forma es totalmente inesperada, se crea esacosa que hace que leas doblemente. Con la puesta en

    escena fue igual: qu pasa si yo reconstruyo una

    supuesta puesta en escena?

    Si antes se t rataba de dobles de escritores, ahora es el

    teat ro y sus dobles, no?

    En la presenta cin del libro, les promet a todos qu e como

    se haban perdido la obra de teatro, yo iba a tratar de

    reconstruirla (risas). Entonces consegu una iglesia barroca del siglo

    XVI, que y a n o est sa nt ificada , donde vivi Sor Jua na Ins de la Cruz,

    con el altar de oro original. La obra supuestamente haba sido una

    obra inm vil, con perros ent renados m irando al p blico sin moverse,

    alternan do con perros de m adera, disecados, y otra vez perros de ver-

    dad . Y los textos. Inv it al escengra fo, al ilum ina dor, a un crtico tea-

    tral, que ha blaban de lo difcil que ha ba sido todo. Estbam os en el

    altar de la iglesia y yo tena deba jo de m a un perro entrena do que

    nad ie haba visto. Ped disculpas por n o haber h echo ms pu blicidad,

    pero tengo la actriz principal! Y a una orden, una perra Malinois

    entren adsima salta sobre el altar, con ilumina cin cenital, y se que-

    da all sola, mientra s suena un a m sica medieval. El perro inmvil

    mova u na orejaTcnicas stalivnaskiana s que slo un anim al pue-

    de conseguir! Dur como m edia hora. Doscientas p ersonas en un a

    iglesia adorando a un perro! Me daban ganas de p ararme y pregun-

    tar, pero qu estn haciendo? Qu hubiera pa sado si alguien ent ra-

    ba a la iglesia en u no de esos picos y miraba a esa gen te adoran do a

    un perro, y lo contara con esa lgica elemen tal de un nio, como lo

    m s norm al? Igual que con el congreso. Frente a esto, haber hechouna obra de teatro con perros hubiera sido una mierda; el perro no

    obedece, se m ueve, el aud io falla. Enton ces ah saqu conclusiones

    sobre el rehacer, en otro espacio, por este ejercicio de la palabra.

    Hacer como que ests haciendo una obra teatral, hacer como que

    escribs un a n ovela. Con la escritura es igual: me h ubiera vu elto loco

    tratan do de cump lir con las normas literarias. II

    La escuela del dolor hum ano de Sechun (Interzona).

    Saln de be lleza (Elosa Cart one ra).

    La escuela del dolor hum ano de Sechun se present a el lun es 29, a las 19,

    en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415. Estarn Mario Bellatin, Ariel

    Schettini y Alan Pauls. Puesta en escena a cargo de Vivi Tellas.

    Creo que el efectodepende de estarcontando cosas muyterribles con untratamiento

    totalmente opuesto.Juntando los opuestosse produce esechoque, esa chispadonde yo creo que estlo literario.