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·todo movimiento políti�o - - que_intnto definir u Proy�to para un país determinado en términos más concretos que 11combio de es- tructuras" o "justicia social", tropiezo con dos dificultoesj. uno,· hollar uno manero integral y libre de vaguedades poro d_ efinir los objetivos y lo ·estrategia poro· alcozarlos, y otra, probar que el "estilo de desarrollo" propuesto no es utópico sino viable en con- · diciones sociopolíticas determinados. Parece evidente que ·superar estos dificultades es uno torea teorica útil, pues un Proyecto Nocional explícito, concreto y: · no. utópico, puede ayudar mucho en la prédica y la lucha por el poder político, y puede evitar errores fundamentales en lo etapa de transición hacia la nueva sociedad propuesta. · En esta obro se atacan estos problemas por el .método más .directo y natural -necesidades, materiales o no, a satisfacer, y recursos disponibles o n crear-, cosa posible hoy por lo existencia de las computadoras y otros· "fuerzas productivas" nuevas de la investi- ·gación social, en cuyo desarrollo el mi�mo autor ha tenido cierta participación. Ellos permiten en principio tomar en cuenta todo factor que se considere impoante, y no en forma aislada sino e sus múltiples relaciones dinámicas con los demás. - Podría decirse que se trata aquí de la "planificación ideológica", análisis de tronsfprmaciones profundos en la� característicos cua- litativas de la sociedad, y sus efectos a largo plazo. ·�a- exposición· se ha mntenido en lo posible libre de tecnicismo, y está destinada a un público amplio. - ' $

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·todo movimiento políti�o-- que_int�nto definir �u Proy�to para un

país determinado en términos más concretos que 11combio de es­tructuras" o "justicia social", tropiezo con dos dificultoCiesj. uno,· hollar uno manero integral y libre de vaguedades poro d_efinir los objetivos y lo ·estrategia poro· alcor:-zarlos, y otra, probar que el "estilo de desarrollo" propuesto no es utópico sino viable en con- ·

diciones sociopolíticas determinados. Parece evidente que ·superar estos dificultades es uno torea teorica útil, pues un Proyecto Nocional explícito, concreto y:· no. utópico, puede ayudar mucho en la prédica y la lucha por el poder político, y puede evitar errores fundamentales en lo etapa de transición hacia la nueva sociedad propuesta.

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En esta obro se atacan estos problemas por el .método más .directo y natural -necesidades, materiales o no, a satisfacer, y recursos disponibles o n crear-, cosa posible hoy por lo existencia de las computadoras y otros· "fuerzas productivas" nuevas de la investi-

·gación social, en cuyo desarrollo el mi�mo autor ha tenido cierta participación. Ellos permiten en principio tomar en cuenta todo factor que se considere importante, y no en forma aislada sino e sus múltiples relaciones dinámicas con los demás.

-

Podría decirse que se trata aquí de la "planificación ideológica", análisis de tronsfprmaciones profundos en la� característicos cua­litativas de la sociedad, y sus efectos a largo plazo. ·�a- exposición· se ha mcintenido en lo posible libre de tecnicismo, y está destinada a un público amplio.

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()�• Varsavsky Trabajadores de la Ciencia y de la Educación Movilizados

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PROYECTOS NACIONALES

Planteo y estudios de viabilidad

Osear Varsavsky

� EDICIONES PERIFERIA S. R. L.

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© 1971, EDIC IONES PER IFER IA S. R . L . Chi le 1481 -Buenos Aires

Hecho e l depósito de ley Impreso en la Araentina- Printed in Argentina

Este libro fue compuesto y armado en LINOTIPIA PoNTALTI, Fraga 49/53, e impreso en los Talleres Gráficos GARAMOND s.c.A., Cabrera 3856, Bs. Aires, en enero de 1972.

OSCAR VARSAVSKY

El autor inició su vida científica en 1943, en el Labora­torio de Investigaciones Radiotécnicas que Philips organizó en Buenos Aires cuando su sede holandesa fue ocupada por los alemanes (y que desorganizó al terminar la guerra). De la ciencia aplicada pasó a actividades teóricas -pri­mero en física cuántica y luego en diversas ramas de la matemática pura, como topología, lógica algebraica y análisis funcional- hasta que en 1961, creyendo contar con suficiente base científica, comenzó a tratar de utili­zarla en problemas de la realidad social.

Así nació el grupo de Economía Matemática en el Instituto de Cálculo de la Facultad de Ciencias Exactas 'de Buenos Aires. Muy pronto llegó a la conclusión de que los métodos de moda no eran eficaces para tratar las cuestiones más importantes, y comenzó a utilizar y de-

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sarro/lar con sus colaboradores un instrumento computa­cional relativamente novedoso, que se denominó "experi­mentación numérica", que tuvo desde entonces diversas aplicaciones y es el que hace posible llevar a la práctica el método propuesto en este libro.

El autor se ocupó también de problemas de política científica en un discutido libro -Ciencia , política y c ien­tif ic ismo- donde se sostiene que la ciencia actual no es neutra sino fiel a este sistema social, pero que puede ponerse al servicio de profundas transformaciones -como se intenta hacer en este libro- si sus temas y métodos se replantean a la luz de la ideología correspondiente.

Se lo conoce además por su participación en la re­forma de la enseñanza de la matemática elemental, para la cual escribió los primeros volúmenes sobre este tema en lengua castellana. Siempre se interesó por los proble­mas educativos; es maestro normal, y desde 1947 ha sido docente universitario en distintos lugares de la Argentina y otros países.

Es alérgico a cargos directivos, turismo científico y subsidios extranjeros, pero no está totalmente libre de ninguno de esos pecados.

"Te crés que al mundo.

lo vas a arreglar vos ... "

Introducción

Discépolo, "Que vachaché"

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1. El tema de este libro es el futuro, lejano y cercano, de nuestro país. Pero no se trata de Futurología o Pros­pectiva en su sentido usual de imaginar el futuro más probable o verosímil; esto debe quedar claro.

No nos consideramos observadores de un proceso que se desarrolla allá a lo lejos y cuyas tendencias quere­mos descubrir para predecir con ellas lo que vendrá, como se predice si una estrella estallará algún día.

Por el contrario, somos parte de ese proceso e in­fluimos en él. Nuestra Futurología es pues constructiva y política . Consiste en defin i r un futuro que cumpla dos condiciones:

-que nos guste (y será crucial definir quiénes son "nos");

-que sea viab le , posible de realizar (en las condicio­nes históricas particulares de cada país al que quiera aplicarse este método).

Trataremos de estudiar este problema con la máxima objetividad posible, pero la elección del problema, y de los métodos de tratarlo, es un juicio de valor, está influida por una ideología. A sí, estudiar sólo la tendencia más probable implica resignarse a ella -es respetar las "re­glas del juego", impuestas en buena parte por intereses humanos nada objetivos-, nos guste o no. Como no nos gusta nada, pero nada, preferimos buscar -para cons­truirlos- otros futuros más deseables; menos probables, tal vez, pero posibles.

Encontrado un futuro deseable y viable, podemos adoptarlo como Proyecto N a c i onal; Proyecto, porque pondremos nuestra voluntad y fuerzas al servicio de su realización; Nacional, porque se refiere al país entero, sin prejuzgar si el país lo adoptará también o no, ni creer que ello requiere unanimidad o consenso de todos los grupos sociales. Si ese futuro no coincide con el predicho por los futurólogos "alejados" (casi digo "alienados"), y

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admitiendo que éstos saben de qué están hablando, tanto peor, pues ir contra una tendencia es como navegar con­tra el viento: cuesta más esfuerzo y requiere una es­trategia especial.

Ese esfuerzo extra tiene que haberse tomado en cuen­ta en la condición de viabilidad: si decimos que el Proyecto e.s viable es porque hemos calculado que a pesar del viento en contra --a pesar de los grupos que se opongan, por ejemplo- podremos mantener el rumbo. En otras pa­labras, se trata de incluir en el cálculo los factores socio­políticos -los conflictos de intereses- y no sólo los eco­nómicos-tecnológicos.

Esto ha sido señalado muchas veces a lo largo de los siglos, pero en dos niveles insatisfactorios: o el empi­rismo puro de un Maquiavelo y otros políticos hábiles, o la reflexión abstracta de sociólogos y politólogos grandes y pequeños. Es nuestra ambición trabajar en un nivel intermedio de generalidad, que permita pasar de las abs­tracciones a las aplicaciones prácticas con más racionali­dad que la que observamos diariamente.

2. Nuestro rechazo de la sociedad actual nos une a todos los inconformistas. Pero, entre éstos, no son mu­chos los que se preocupan por visualizar cómo debe ser la que la reemplace. Para algunos incluso esto es distraer esfuerzos de la lucha por el poder, etapa previa a toda transformación profunda, sin duda. Basta plantearse al­guna característica general como "socialismo", y luego "el camino se hace al andar"; no es necesario disponer de un Proyecto Nacional más concreto, e incluso se afirma que es imposible definir el "socialismo" salvo en términos generales.

No es . esa nuestra interpretación de la experiencia histórica, pero limitémonos a señalar que una vez tomado el poder, la necesidad de un Proyecto Nacional concreto �s indiscutible. Varios son los países socialistas que es­tán viendo la dificultad de hacer hasta un Plan Quinquenal correcto sin tener una visión mejor definida del futuro; las desviaciones se acumulan en vez de compensarse y los medios traicionan a los fines.

Otros reaccionan contra esta sociedad mirando hacia atrás: haciendo revisionismo histórico para encontrar los

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culpables de nuestra situación actual, o buscando inspira­ción en las tradiciones del pasado. Creo que esto es des­tructivo. Todo hecho histórico es interpretable de diversas maneras, y discutirlas sólo puede desunirnos.

Vale la pena entonces repetir que la ideología de este libro es constructiva. Queremos constru i r una nueva socie­dad, y el Proyecto Nacional es para ello tan necesario como los planos y anteproyectos de cualquier obra. Él deberá expresar, de manera constructiva, nuestra inter­pretación global de la historia del país y del m undo. Si es socialista, no necesita definir "el" socialismo, sino "un" socialismo: el nuestro.

3. Como las ciencias sociales están tan poco adelan­tadas, hay que admitir que toda conclusión a que lleguemos será insegura. Pero resignarse a actuar sin tener seguri­dad en los resultados -"decidir en situaciones de incer­tidumbre"- parecería ser un ingrediente esencial de la madurez, y el que no aprende a hacerlo se encuentra muy incómodo en este mundo complejo.

Por otra parte, si algo hay seguro, es que los pronós­ticos de los futurólogos también padecen de esa inse­guridad, y sin embargo nos serán útiles hasta cierto punto, pues nos alcanza con saber más o menos de qué lado sopla el viento.

Tendremos además la desventaja de que la inmensa mayoría de los estudios socíoeconómicos no está orien­tada hacía la construcción de un futuro elegido, sino al análisis y crítica de la sociedad actual y sus antecedentes históricos.

La Teoría Económica no marxista e s una defensa del sistema social "occidental"; sus falacias serán analizadas en el capítulo 1/.

La Política Económica se refiere a la coyuntura o al muy corto plazo. A un la Planificación no pasa de los cinco años de horizonte futuro, y se limita a proponer listas de proyectos especiales y tasas de crecimiento glo­bal, en el marco de referencia de la sociedad actual, que se acepta implícitamente. Recién este año se planteó e n CEPAL la necesidad de analizar alternativas socialistas.

Lo mismo puede decirse de algunas ramas de la Econo-

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mía que -como la Teoría del Desarrollo- deberían preo­cuparse fundamentalmente del futuro no muy cercano.

La conciencia de este problema es ya aguda en muchos planificadores teoricoprácticos que han comprobado perso­nalmente en su trabajo la insuficiencia de los enfoques actuales y están haciendo ya su análisis crítico. Pero no podemo� esperar a que se complete la teoría de la "trans­formación de estructuras" -como está de moda decir-, so­bre todo si se van a considerar todas sus etapas: prédica, preparación política, toma del poder, afianzamiento •. t�an­sición, evolución; cada una de ellas con muy d1st1nto tipo de problemas. .

Tratar de referirse a tantas cuestiones tan mal estu­diadas es una imprudencia científica, sin duda. Tengo sin embargo la convicción de que este tipo de imprudencias hace hoy mucha falta, aunque sea para estimular el pen­samiento original de otros autores que cometan menos errores que uno.

4. También es en este enfoque "constructivista" que se encontrarán diferencias con el marxismo actual. En efecto, los análisis de Marx se referían a lo que él mismo llamó "la prehistoria de la sociedad humana", que termina con la "sociedad burguesa", y su genio científico en este terreno estuvo en descubrir ciertas regularidades funda­mentales de esa prehistoria, caracterizada por la lucha de clases y la lucha por desarrollar las "fuerzas productivas".

Suficientemente ganada ya esta segunda guerra, y quizá no lejos de terminar la primera, aquellas regula­ridades "prehistóricas" pierden su rigidez y el futuro deja de estar predeterminado. No cualquier futuro es posible, pero los posibles son muy variados, y compete a nues�ra mayoría de edad intervenir para que entre estos vanos se realice el que deseamos.

Pero explicar cómo funcionó un sistema hasta hoy no es lo mismo que descubrir cómo se hace para que fun­cione mañana de otra manera. El punto de vista es tan distinto que puede reflejarse en cambios metodológicos , apreciables. Así, no parece que para comparar y perfec- , cionar las distintas "vías hacia el socialismo" resulten de mucha utilidad las clásicas ideas marxistas sobre teoría del valor o las más modernas sobre el "excedente". En

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,, \

este libro propondremos otras, ligadas más directamente a los objetivos que se persiguen y que ayudan a concen­trar la atención en los aspectos físicos, reales, en vez de distraer con terminología monetaria.

5. Nuestra actitud es pues voluntarista, �omo la de todo activista político. No es el voluntarismo mgenuo de los utopistas clásicos, pues exigimos q�e todC? Proyecto Nacional sea viable -que sea una Utop1a Realizable-, 'f hemos dedicado buena cantidad de años a desarrollar me­todos para calcular esa viabilidad {véase [2] para una puesta al día de esos métodos a 1968}, que expondremos en forma resumida en esta obra.

En efecto, no queremos aquí poner el énfasis en un Proyecto determinado, sino en el

, método de pla�tearlo Y

analizarlo. Si bien se presentaran -en los cap1tulos IV y V- varios Proyectos posibles, uno de los cuales g?za de todas las simpatías del autor, se lo hace e� torma m9om­p/eta y a título de ilustración y no de pred1ca {o solo a medias).

El motivo es nuestra convicción de que un paso previo a la prédica de cualquier sociedad futura aceptable,. d�be ser hallar una manera clara y convincente de descnbJrla, de compararla con otras y {le c/emostrar suposibilidad

_real,

Es indudable que a muchísima gente que esta . su­friendo en carne propia las injusticias de e.sta socieda� �e alcanza, como imagen del futuro, con ped1r que sea sm pobres ni ricos", "sin clases" o con "justicia social". No somos pocos en cambio los que pensamos que eso es pe­ligrosamente insuficiente para describir el futuro, Y para a lcanzarlo.

Es probable que las fuerzas igualitarias terminen por triunfar de una manera u otra, pero aun así, los costos Y los plazos de alcanzar las metas pueden ser muy distintos de una manera que de otra. Y no nos referimos al costo de una guerra civil, o a la demora de una o dos décadas. Es­tamos pensando en la visible posibilidad de que, en nombre de los principios de justicia social, los actuales grupos dominantes sean reemplazados por otros que de­moren la verdadera aplicación de esos principios en dos o tres generaciones. . La historia reciente nos muestra numerosos e¡emp/os

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de. nue';,os gobiern�s

. que se declaran opuestos al "capi­

talismo . Pero su ex1to en tomar esa apreciable parte del poder que es el gobierno parece, en general, menos dificil qu_e �uperar las dificultade� pos.t�riores -políticas y eqo­nomJcas- y avanzar en d1recc10n a los objetivos decla­rados.

Una de las varias causas de este fenómeno es -afir­mamos- la falta de un Proyecto Nacional explícito y concreto, que mu.estre

. esos objetivos de manera inequí­

voca y que perm1ta as1 prever a tiempo las dificultades que se presentarán para cumplirlos. Jl.!inf!ún n�e�o sistema social se implanta por decreto. El ob¡�t1vo pnnc1pal de este libro es proponer un método que �1rv� para decir en qué consiste un Proyecto Nacional en terrn_mos 9ue ayude

_n

, a construirlo; cómo se puede

saber s1 es v1ab�e o u�op1co, cómo se lo puede comparar con otros, y que med1das y actitudes hay que fomentar desde ahora para no fracasar en su realización.

Creemos que mientras no se sepa hacer eso los hom­b�es se_guif�mos participando ciegamente en el

'gran con­

flicto h1stonco entre dominantes y dominados. No tan cie­gamente como antes de Marx, pero todavía sin saber si · nuestros esfuerzos nos acercan realmente a la meta de­seada, aunque sólo a medias visualizada.

6. Se verá cómo este propósito obliga a plantear los conceptos económicos en una forma poco similar a la de los_ �extos usuales; Pero aunque nunca se ha hecho siste­matJcamente teon�,

económ!ca partiendo de los objetivos de larflo plazo - Econom1a constructiva"- podrían ci­tarse mnumerables antecedentes para cada uno de sus pa

.s�s; y, �n efecto, este libro contiene pocas ideas

ong!nales a1sladas. Si algún mérito tiene es mostrar una pos1ble manera de sistematizar el sentido común de inte­gra.r sus distintos aspectos y de utilizar todos Íos datos e 1deas que en volumen creciente tienden hoy más a aplastarnos que a ayudarnos.

. No es que sobren información ni teoría, por el con­treno; pero con lo que existe hoy en forma dispersa -y que lo� qeriodistas

_en busca de novedades se apresuran

a publi?Jtar-:- po�na ha�erse mucho más de lo que se hace, st pudtera ststemattzarse e integrarse en esquemas

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coherentes y convincentes. Más aún; sin eso parece difí­cil superar el bajo nivel actual de las ciencias sociales.

La vida humana no alcanza ya para dominar dentro de un solo cerebro toda la información disponible y la que sigue apareciendo. Sólo el trabajo orgánico, en equipos que permanecen aunque sus miembros vayan cambiando, puede dar el paso decisivo que las ciencias sociales nece­sitan. Para eso es imprescindible contar con esquemas ge­nerales integradores que permitan ir acumulando las nue­vas experiencias, de modo que agreguen claridad y no sólo cantidad. Un buen ejemplo de que este papel orientador puede realizarse aun con muy escasa base teórica es la famosa matriz de contabilidad nacional de los planificado­res, de la que hacemos amplio uso en nuestro método.

El primer efecto de un esquema integrador es dar visi­b i l i dad a nuevos problemas y nuevo significado y priorida­des a los viejos: recuérdese a este respecto lo que sucedió en las ciencias físicas cuando Mendeleiev introdujo su ta­bla periódica de los elementos.

Los nuevos o renovados problemas que vayan apare­ciendo no serán resueltos aquí, por supuesto -aunque nos daremos el gusto de hacer de tanto en tanto algunas suge­rencias-, sino que nos limitaremos a llamar la atención sobre lo mucho que podría adelantarse si se dedicara un poco de talento creativo al tema.

7. Listas incompletas de problemas, listas incomple­tas de conceptos, criterios incompletos de clasificación, son el contenido de gran parte del libro, a veces con repe­ticiones y casi siempre a nivel superficial, pero mostrando sus interrelaciones y tratando de ubicarlos en un esquema integrador.

En vista de esa necesidad de repetir conceptos usuales sólo para ubicarlos en otra perspectiva socioeconómica, no fue mucho el esfuerzo extra necesario para que este volumen resultara accesible a cualquier persona acostum­brada a leer textos y ensayos de cualquier clase .

No es en cambio un libro adecuado para economistas ortodoxos, liberales o marxistas, pues el poco respeto con que se manejan los conceptos clásicos les resultará de­masiado irritante. Pero sólo ellos tienen la culpa de que aparezcan obras como ésta, por no desprenderse de las

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categorías impuestas por un sistema social en extinción, y por reemplazar el realismo por un formalismo matemático sofisticado, artificial y estéril. No siendo economista ni sociólogo este autor, le resulta tal vez más fácil ser cons­ciente del vacío intelectual de estas futuras ciencias en lo que va del siglo.

Este vacío tiene una explicación ideológica, como mu­chos han hecho notar ya: todo estudio integral de esta sociedad termina mostrando la necesidad y posibilidad de cambiarla; por Jo tanto esos temas son autocensurados y no se hace sino cientificismo: ciencia leal al sistema.

Se justifica, pues, a juicio de este autor, desconfiar de los conceptos y métodos santificados académicamente, y tomar de ellos sólo Jo que parece correcto desde un en­foque previo autónomo. En este sentido no es pecar de megalomanía el insistir en la mayor independencia de cri­terio, en la mayor autonomía científica posible; por el con­trario, puede ser lo más práctico y lo más beneficioso para la ciencia en general. Y aunque este libro fracase en ese intento, esperemos por lo menos que estimule a otros a insistir en este camino.

8. El método que vamos a exponer nunca fue apli­cado de manera integral, más por falta de oportunidad que de recursos (pues aunque excede las fuerzas de una per­sona sola, es relativamente barato, comparado con las in­vestigaciones socioeconómicas usuales). Se tiene sin em­bargo cierta experiencia positiva.

El primer intento fue hecho en Venezuela. bajo la di­rección de este autor. Se compararon -con un modelo matemático de unas 2.000 variables- tres Estilos o Pro­yectos Nacionales, llamados "Consumista", "Autoritario" y "Creativo", llegándose a conclusiones bastante interesan­tes, a pesar de que el análisis fue de carácter principal­mente económico y las variables políticas figuraban sólo implícitamente. Sus primeros resultados pueden versé en [3] y [2]. El grupo venezolano CENDES prosiguió luego por su cuenta, perfeccionando esos resultados y haciendo algunas aplicaciones a problemas específicos. (Véase su informe final [ 4]).

El segundo ensayo, también incompleto pero con las ideas más claras acerca de los fines perseguidos -véase

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7}- se realizó en CEPAL en 1970. Se estudi�ron diver­�as v�riantes ele un estilo análogo a� Gonsunus�a'x1�om�

ilustración de las posibilidades del meto:Jo. En e lt : s ríodo de sesiones se presentaron los pnmeros resu a. o

(véase [5]) y se aprobó seguir adela!7te con estos �stu:����

Otras aplicaciones de estos metodos -todavJa e "f " , cala mocfosta � �· sn están tfevando a cabo en la plam tca-ción chilena.

·¡· . • n¡¡ t máti En Buenos Aires, el Centro efe Plam ICaCIOn /L � e e .-

ca está iniciando fa cons�rucción de un mod_ef

_o mas¡ a�1��

cioso, que permita expenmentar.

con comod1dad el t P planteas que se hacen en este /Jbro. . . , •

Para lahistoria del método de "expenmentaci�HJ n_ume-

rica" con modelos matemáticos y sus prin�eras ap�1�ac10n�s en los campos de fa economía, sociolog1a Y polit1ca, vea-se [2].1

9. Esta obra debió dividirse en dos tomos por razone� de tamaño y para no demorar la aparición ele sus proposi­ciones básicas. Por eso en el primer capítulo se hace

_un

resumen general del método, que da una 1dea del c�:mtemd ? de toda 1� obra y sirve de encuadre para los cap1tulos SI-guientes. . • , · d 1 El caoítulo 11 contiene una comparacJO� c':J�Ica e os concepto� de la economía clásica y los aqw ut1l1zado�. ,

El capítulo lfl da una definición general de fas 2o ne-

1 Una aclaración necesaria sobre el uso de_

:·modelos"._

Sobre e"ta palabra el grupo de Althusser ha formulado op11110nes

_extranas. �a­

r:cen olvidar que un modelo matemático es sólo una teona �xpresa a en fórmulas, con toda la fidelidad que se. desee Y que, po

1t.d

lo tanto -como para toda traducción de un lengua¡e a otro-, su va 1

1ez,Y S�J

contenido ideológico no son mayores ni menare� que los de.

a �e?;ta que expresa. Por ejemplo, no habría inconvemente: en m � opmton, en hacer un modelo matemático completo de la teon� marxts�d ·

, Esa ignorancia y el hecho de que los modelos mas conoc11

os �x_-, · ' ' · · t 1 s ha hecho creer que os um-presan teonas liberales o rero1 mts as, e . 1 t 1 cos posibles son Jo�.

que �an p_or

.�dmitida la estructura saeta ac ua ,

y Jos rechazan por reacc10nanos · • . d 1 "dia-Na conformes con eso, afirman que los umc.o� mo � os

lécticos" son Jos de la Lógica Matemática. Esto ulttmo s�lo puede tomarse en serio por la influencia intelectual que hoy e}erce ¡se grupo, y será contestado en el cap. XII I. En cuanto a lo pnmero, os lectores deberán juzgar por su cuenta.

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cesidades sociales" que sirven de punto de partida para analizar Proyectos Nacionales .

En los dos siguientes se dan ejemplos de dichos pro­yectos o "estilos de desarrollo", dedicándose todo e.f capí­tulo V al estilo "creativo".

Los dos, últimos capítulos del primer tomo esbozan la forma de hacer el análisis de viabilidad física y tratan de destecar la importancia de lo que llamamos "acumulación organizativa ", para contraponerla a la acumulación del ca­pital físico.

Como los detalles del modelo se dan en el segundo volumen, pareció útil añadir un Apéndice con el análisis modelístico de un caso idealmente sencillo, pero que pre­senta suficientes aspectos de la realidad como para poder mostrar elementalmente cómo ataca nuestro método el pro­blema socioeconómico global. Es posible que este ejemplo tenga algún interés pedagógico.

Con esto, el primer volumen resulta suficientemente autocontenido como exposición de la parte física del mé­todo.

El capítulo VIII --ya en el segundo tomo- discute los criterios a usar en la clasificación por grupos sociales más adecuada para nuestros fines.

Siguen dos capítulos sobre viabilidad social y política, y otro sobre los resultados experimentales de viabilidad obtenidos hasta ahora para los Proyectos Nacionales es­tudiados.

El capítulo XII trata los problemas especiales del período de transición entre dos estilos distintos.

En el capítulo XIII tratamos brevemente los diversos problemas generales, epistemológicos, filosóficos o como se los quiera llamar, que aparecen a lo largo de la obra.

El último capítulo está dedicado a la descripción del modelo matemático propuesto y sus diferencias con los ya utilizados.

10. Debería ahora dedicar varias páginas a agradecer a las numerosas personas que contribuyeron a formar y plasmar las ideas aquí expresadas, pero el riesgo de pecar por omisión y el temor de que los citados prefieran perma­necer en el anonimato antes que aparecer como cómplices_ me hacen desislír. Soy consciente y único responsable de

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os muchos defectos de este libro; eliminarlos todos sup��a

�ni capacidad individual; mejorarlo parcia!mente r�querm¡ demasiado tiempo, y es entonces prefer��le

,c_onft�r en e

efecto multiplicador y selectivo de la dtfuston st es que

hay �q::a��z�:':�t���:�b�e� bloque a mis amigos-col��ora-

dores de éa:acas, Chile y la calle Chile de _Buenos tres,

sin cuyo estímulo y apoyo este libro no vena la luz.

Gracias Pigres, gracias Eric.

o. V. - Junio 1971

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CAPíTULO 1

Planteo general

"Que el mundo fue y será una porquería . . . "

Discépolo. "Cambalache".

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l. los principios básicos del método

Este autor quiere un mundo mejor que el de D i scépo lo . Lo qu iere aqu í , en su país, para vivir en é l . Se trata de construirlo, no de soñar con é l .

Por desgracia todavía hay que hablar mucho acerca de ese mundo mejor, a pesar de los s ig los que tiene el tema . Hab lar al m ismo tiempo que s e actúa, porque no hacen fa lta muchos anál is is para la acción inmediata , n i se puede esperar que estén terminados . Pero no dejor de habl ar porque:

-Hay que defi n i r cómo es ese " mu ndo mejor". -Hay que calcu lar s i es rea l mente v iable, a l canzable,

y cómo. -Hay que aprovechar l a vi sión de un mundo mejor

b ien def in ido y viable para ayudar a a lcanzarlo, me­diante la préd ica y la práctica que esa vis i ó n sug iere.

Para muchos esta tarea ya está realizada en grado su­f ic iente y el problema ún ico es "tomar el poder". La histo­ria reciente, s i n embargo, parece mostrar que es menos d ifíc i l tomar el poder que usarlo después para a lcanzar idea les, por s inceros que sea n . Esperamos ir mostrando que un motivo importante de el l o --no e l único- ha sido una i nsufi c iente defi n i ción de l os objetivos en d iversos as­pectos esenc iales.

En este l i bro se hab lará , pues , de m undos mejores y s u viabi l idad . Habrá que tocar conoc idos temas d e economía , tecnología y todas las ciencias socia les , pero el é nfas is va a ser d isti nto : todo l o veremos con l os ojos de l construc­tor, del que busca por todas partes materias úti l es para l a obra que proyecta y descarta l as i núti l es por bon itas que sean . Este énfas is trae apreciab les camb ios conceptuales .

El punto de vista constructivo no fue del todo ajeno a n ingún pensador d igno de ese nombre, pero no podía l l e­varse a l a práctica por falta de medios técn icos e infor­mación . Ahora están desarro l l adas l as "fuerzas producti ­vas" metodo lógicas y hecha In " acumu lación i n i c i a l " de co­noc im ientos que permiten una s íntes is de la p l an i ficac ión

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usua l , l a formu l ac ión de utopías y e l anál is is po l ít ico, a un n ivel concreto y úti l : me refiero en especi a l a l a pos ib i l i­dad actual de manejar grandes cantidades de datos en for­ma integrada y s i stemática, lo cua l posib i l i ta observar los árbo les sin dejar ver e l bosque.

El espíritu constructivo nos hará hab lar de "P roye"cto Naciona l " en vez de " mundo mejor". " Proyecto" para re­ca l car e l carácter consciente , vol untari sta , de l a obra que encaramos. " Naciona l " porque vamos a refer irnos no a l mundo en genera l s i no a países -o grupos de países- de c ierto tipo: s i m i lares a la Argenti na; esto por razones prác­t icas y también teóricas (ver j ustif icac ión de l naciona l ismo en cap. V) , y sobre todo por lo d icho a l com ienzo.

Emplearemos también el térm i no más general " esti los de desarro l lo" , que a l ude a que hay muchos futuros posi­b l es si bien no imp l ica que se estén construyendo de ma­nera consciente : todo p royecto define un esti l o , pero hay esti los no pmyectados por nadie exp l íc itamente. Así lo que nos describen ! os futuró l ogos es un esti lo " consumista" : extrapolación mecán ica d e l o que viene ocurriendo, o ten­dencia más o menos " espontánea". Nuestro tema será, pues, l a preparac ión de Proyectos Naciona les real i zables y las estrategias --económicas, socia les y po l ít icas-- que permitan rea l i zarlos . Defi n ic ión y viab i l idad de los objeti­vos deseados son los dos aspectos a tener s iempre en cuenta .

¿ Cuál es l a forma más práct ica , concreta , construc­t iva , de defin i r los objetivos de un Proyecto Naciona l ?

Los p l an if icadores han impuesto como objetivo gene­ra l el "desarro l l o", sinón i mo de p rogreso y modern i zac ión . Se lo m ide por l a "tasa de crecim iento" de l PBI (Producto Bruto I nterno) : un Proyecto Naciona l viab le , segt:in e l los , po­dría resum i rse, por ejemplo, propon iéndose crecer a l 8 % anua l durante 20 años. U na estrateg ia para e l lo sería empezar i nsta l ando i nfraestructura e i ndustrias básicas -energ ía , s iderurg ia , fábr icas de máqui nas de hacer má­qu inas .

Rechazamos esa manera de p lantear objetivos , y d i re­mos en deta l l e por qué , en el capítu lo s igu iente. Ya entre los m ismos p lan i ficadores son muchos los que se pregun­tan "¿desarro l l o para qué?" , " ¿ qué va a contener ese PBI ?" ,

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"¿qué l e va a tocar a cada uno?" . Conformarse con propo­ner una a l ta tasa de crecim iento es en esencia ped i r "más de lo m ismo" soc ia lmente, lo cua l puede ser suf ic iente de­f in ición para qu ienes estén sat isfechos con este s istema soc ia l , pero no para qu ienes qu ie ren camb iar lo.

Hay pues un conten ido ideo lóg ico escondido tras esa manera aparentemente tan neutra y "c ientíf ica" de presen­tar un objetivo numérico, cuantif icado. Y no sólo existe l a i ntención ideológica d e hacernos olvidar e l conten ido de ese crec i m iento -de sugeri rnos por ejemplo que admi re­mos a Brasi l porque t iene una a lta tasa-, s ino también una concepción ideo lóg icamente deformada del pa ís, pre­sentado como si fuera una empresa , c uyos objetivos s í pueden resum i rse con un solo número : l a gananci a,

No estamos en contra de l a ideo log ía -ún Proyecto Nacional es ideología pura-, pero sí de que s e i ntente i ntroducir l a de contrabando. Los objetivos deben expresar con toda c lar idad una ideología ; deben e n rea l idad redefi­n i r la en térm inos concretos. Para eso , tales objetivos · no pueden estar dados por tres , cuatro o d iez i nd i cadores cuantitativos g l obales y de corto p lazo, s ino q u e deben expresar todos los aspectos cua l i tativos de l Proyecto : cómo serán la educac ión , la part ic ipación po l ít ica , el rég i men de prop iedad, l as ci udades, la dependenc ia económ i c a y cul­tura l , y esto a lo largo de un período mucho mayor que el de los p lanes anuales o qu inquena les, para que se vean las d i ferenc ias .

Nos parece tan i mportante este punto que vamos a e levar lo a !a categoría de Princ ip io :

Principio 1 (de l a ideología expl ícita ) : Un Proyecto Na�

c iona l no debe p lantearse en térm inos de tasas de crec i ­m iento u otros i ndi cadores cuantitativos g loba les , s ino e n térm inos d e cump l i r - a lo l a rgo d e un período a p reciab l e d e t iempo- un conjunto de d iversos objetivos s i m u ltáneos que expresen con cl ar idad todos los aspectos ideo lógicos. Para e l lo esos objetivos deben defin i rse pr imero en sus · características cua l itativas y só lo desp ués cuant ificarse para los d ist i ntos grupos de pob l ac ión .

Este pri nc ip io s ign ifica, además, que los d iversos ob-

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jetivos _s imu l táneos no son intercambiab les unos por otros. En p�rtJcu lar, �ue no son reducib les a l a misma un idad por

�ed10 de precJOs_. a la manera de la teoría usual de la uti­l i dad o preferencia de l consumidor . La l i bertad no es com­parab �e � la vivi enda n i l a igua ldad a l a sa lud . Cada una es 1 un objetJvo aparte .

_Más importa�te aún :

_ todo Proyecto Nacional con pre­te�s.Jones �e rea l lzars� t�ene que :'er promovido por a l gún p�1 t1do, grdpo o m?v 1m 1ento po l lt ico -que l l amaremos s 1e�pre, para abreviar , el Movim iento-, o una a l ianza de v�nos de e l los . , Sobre l as características de este Movi­mJent? se hablara en �speci�l en los capítulos X y X I I , pero ,es ev1dente

_ l a neces1dad VIta l de que su ideología esté

¡expresada f1 e lment_e por el Proyecto. I nc l uso un gobierno

¡formalmente m_a rx1 sta , pero or ientado por un Proyecto !exp �esado en term inos desarro l l i stas puede term inar con­vertido en un capita l ismo de Estado.

Así,_ pues , tanto para evitar estas "desviaciones" como P?�" mot1vos de préd ica y formación de a l ianzas, e l Princ i­p io 1 merece ser tomado a l p ie de l a l etra. Pero d icho Pri nc ip io no nos dice a qué n ive l con qué deta l le Y �mp l i tud deben darse los objetivos . '

E1� pnmer _l ugar no hay que confund ir objetivos con meta _s 1�termed_1as . La construcción de un d ique no es un fin en . s 1

_ . m 1smo, _smo un p�so necesario para a lcanzar c iertos objettvos naciOnales . S iempre es úti l tener un d ique más pe�o no vamos a l lenar el país de e l los; nuestro Proyecto es'

qU Jen d_ebe darnos criterios para saber cuá les hace fa lta constrw r .

Tam�oco corresponde descr ib i r e l futuro con deta l les no esenc1a l e�, como e l porcentaje de carne vacuna que debe consum 1 rse o l a reg lamentación de un sistema e lec­tora l . Aunque estos deta l les pueden estar justificados en un P_l an anua l o qu i nquena l , y en e l p rograma de acción i n­�edtata de un �ovim iento, sería contraproducente perder e l t 1e�npo a ese n 1vel cuando s e está hab lando del futuro de l pa 1s .

. Los objetivos nacionales no deben expresarse a este mvel de deta! l e que a lgunos l l aman rea l i sta o pragmático, sa lvo e�cepcJon_a lm_ente . Lo que s í debe exig i rse es que proporc1onen cntenos para pasar a ese nivel s in muchas

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ambigüedades : l as medidas concretas, de corto p lazo, deben poder deduci rse en buena medida a part i r del Proyecto .

La única a lternativa a este n ivel pragmático q ue esta­mos acostumbrados a escuchar tiene e l defecto contrario : una ampl itud , una vaguedad que l a hace i núti l como guía de acción. Está en un nivel que l l amaremos "pr i ncipista", tanto más e levado que el pragmático, que las conexiones entre ambos no son claras.

Un buen ejemplo de eso es nuestro prop io Pr i ncipio 1: si nos quedamos ahí, no pasa de ser u n buen consejo, tan sensato e inefectivo como e l " P iense" de c ierta empresa conocida. Todo grupo po l ít ico t iene un p rograma en el que adhiere a ideales de justicia soci a l , progreso, b ienestar, so­beran ía , l i bertad- igualdad-fratern idad, democrac ia y otras s im i l ares. Estas pal abras no son vacías , como se ve cuando se las compara con a l ternativas como "tradic ión-fam i l ia-pro­p i edad", "orden" o " autoridad". Es un n ive l necesario com o or ientación general, porque e s e l ún ico que sabemos usar para expresar y resum i r nuestra imagen del mundo futuro , cuando hab lamos de eso en nuestra v ida cotid iana .

Pero estos térm inos no a lcanzan como guía de acción , pues los hemos visto usar para justificar med idas y reg í­menes tota l mente d isti ntos . Abarcan demasiado.

Para saber adónde vamos, no a l canza con que nos seña len con deta l l e só lo l a pr i mera etapa del cam ino, pero tampoco s i rve que nos ind iquen nuestro desti n o f inal con un gesto que cubre l a mitad de l universo. C reemos, e n cambio , que hoy e s necesar io y posib l e p lantea r los obje­t ivos naciona les a un p lazo tan l argo y de manera tan con­creta que perm ita ver s in lugar a dudas adónde vamos, y s in necesidad para e l lo de deta l lar todas las med idas d e gobierno a tomar.

Que eso es necesario parece evidente . Que es pos i­ble es lo que trataremos de probar.

Esta op in ión también t iene importancia sufic iente para ser p lanteada a n ive l pr inci p ista :

Principio 11 (del n ivel constructivo) : Entre e l n ivel prin­c ip ista y el pragmático, y como nexo e ntre e l l os , hay que interca lar un tercer n ive l , normativo úti l , constructivo , refe­r ido al largo p l azo, formndo por objetivos que:

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a) dan cr iter ios suf ic i entes para tomar dec is iones a n ive l p ragmático;

b) son una i nterpretación (no necesariamente ún ica) de l n ive l pr inc ip ista ;

e) cumplen con l o pedido en e l Pr inc ip io 1.

Debemos, pues, expresar nuestro Proyecto mediante un conjunto de objetivos s imu l táneos que lo describen cua- \ l i tativamente, en un n ivel de trabajo n i demasiado abstracto ni demasiado deta l l i sta . Para ser cumpl ido, cada uno de esos objetivos requ iere usar c iertos recursos que no so­bran -trabajo, mater ias pr imas, máqu inas , i nstituc iones-y a l darlos s imu l táneamente pueden competir por los re­cursos escasos y d if icu l tar su prop io cump l im iento. Al m ismo t iempo, cumpl i r c iertos objetivos puede fac i l i tar , en vez de entorpecer, l a rea l ización de los demás : así ocu rre con la educac ión , que si b ien gasta recursos , ayuda a cum­p l i r todas las demás metas .

Este doble aspecto es fundamenta l para e l oroblema de l a viabi l i dad de un Proyecto Naciona l , que tr�taremos extensamente, y lo e levamos por eso a l a categoría de Pr inc ip io:

Principio 11/ (de rea l imentac ión) : Todo objetivo, a l i nte­g rarse con los demás en un Proyecto Naciona l , t iene un doble efecto de rea l imentac ión :

a) para ser cump l i do requ iere un esfuerzo por parte de l a sociedad : trabajo y otros recursos . Este es­fuerzo, a l afíad i rse al exi g ido por l os demás objeti­vos , puede resu ltar super ior a las fuerzas de l a sociedad ;

b) a l se r cum�l ido produce efectos -sobre la gente, l a tecnolog1a , la natural eza, los demás pa íses- que pueden d i sm inu i r o aumentar e l esfuerzo necesario para el cump l im iento del m ismo y los demás obje­tivos, en el futuro cercano o lejano.

Este pri nc ip io nos l l eva a p lantearnos l a pos ib il idad de ca lcu lar estos efectos, en espec i a l el segundo, acerca del cual la ignorancia es muy g rande.

La i nformación existente sobre las neces idades de re-

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cursos, más aún , el d iagnósti co de la s i tuac ión actua l tanto en economía como en educac ión o sa lud , son i ncompletos y defectuosos . Nad ie que haya �asado por una of ic ina de p l anif icación i gnora la poca conf1anza que �ebe t�.

n�rse_ �

l as estadísti cas ofi c ia les y a l as i nvesti gac iones c 1ent1.f 1-cas" de un ivers idades y otras i nstituci ones . Las excepcio-nes son pocas . .

Peor aCm es l a s i tuación teórica : no hay l eyes SOCIO­económicas verif icadas , un iversa l mente aceptadas -com� las físicas-, que nos permitan deduc i r qué efecto tend�a ' c ierta reforma educativa sobre l a productividad c!e l trabaJO o las actitudes po l ít icas .

Esto hace pensar a muchos que i ntenciones como las de este l i bro están destinadas i rremed i ab lemente a l fra­caso . Lo que se puede ca lcu lar no a lcanzaría para d i l ucidar n i nguna cuestión i nteresante. . Trataremos de i r mostrando con hechos que ese pes i ­m ismo es i nfundado , pero podemos ade l antar a l gunas con­s ideraciones genera les en ese sentido (que a m p l ia remos en el cap . X!!l) .

No debo o lvidarse, en pr imer l ugar, que no estamos ante un problema académico s i no ante decis iones funda­menta les sobre nuestro futuro . Inc luso renunc i a r a ocu­parnos de esto es tomar una dec is ión fundamenta l por omi­s ión , que s ign i fica dejar l a i n i c i ativa a los demás . Ahora b ien , las decis iones no pueden postergarse i ndefin ida­mente a la espera de datos, teorías y m étodos correctos , o mejor d icho, confiab les . Cuando l lega e l momento de dec id i r --fruto ya de una dec is ión prev i a de no posterga r más, que a veces n o e s nada fác i l- se decide,. sobre l a base de lo que s e sabe o s e cree saber . E l g rado de confianza en un dato o en una h i pótes i s es una decisión pre l im i nar, y no se rechaza todo 1? que n� está den:�s­trado r igurosamente , porque eso sena renu nc1ar a l a acc1on .

Puesto que sobre estas bases empír icas tan p recar ias se está l l egando todos los días a conc l us iones, fa l sas tal vez , que afectan toda nuestra v ida, es r id ículo rechaz.a r métodos mejores por e l hecho de que deben usar esas '!l iS­mas bases precar ias. Sería correcto ese rechazo SI l a i ntroducción de esos nuevos m étodos retrasara, d if iculta­ra, la urgente tarea de mejorar la i nform ación y l a teoría .

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Pe:o si a lgo muestra l a h i stor ia de l a c iencia es que los metodos s istemáti cos , i ntegradores de conceptos, no sólo no estorban s ino que dan un impu lso extraord inario a la búsqueda de nuevos conoci m ientos empír icos, s imp le­mente porque perm iten ordenar l a tarea y dan un sentido a cada búsqueda .

Como contrap rueba basta examinar e l caos de l as i n­V�stigaciones . actua les, donde inc luso resu ltados poten­cw l rnente va l 1 osos se desperd ic ian ya que , por fa lta de criterios i nteg radores , no están s iqu iera defi n idos de ma­nera comparab le , coherente.

Una técn ica tan rudimentar ia como la de l "banco de dato�" perm ite sugeri r cr iter ios de compatib i l i dad , y des­cubm l agunas y errores . Pero un banco de datos só lo pu��e estar b ien organ izado cuando t iene a l gún esquema teonco como base, como marco i ntegrador. Cuando ese esquema teórico no existe , o no es aceptado por todos e� �ecesario d isponer

,d� un método que permita ensaya;

c/¡stmtos esquemas teoncos sobre l a base de una mín ima estructura comCm unánimemente aceptada.

Un método de ese t ipo es la "exper imentac ión numé­r ica" --o s imu l ación de s i stemas g loba les- que ven imos d�sarrol l a.ndo en América del Sur desde hace a lgunos anos , vanos econom istas , i ngen ieros y matemáticos [2 ] .

La matriz de contab i l idad nacional en Economía , y l a t�b la d e Mende le iev e n Fís ica-Quím ica , son exce lentes eJemplos de la potencia que t iene un s imp le esquema or­d��ador estático para sugeri r nuevas i nvestigaciones em­p �ncas. Lo. q�e. hace fa lta ahora es a l go análogo para Sistemas dmam¡cos en c iencias soc ia les , y nuestro mé­todo es un i ntento en esa d i recc ión .

, Pero creemos que su uti l idad no se l im ita a mejorar l a

busqueda de i nformación, s i n o q u e a u n con l a s defectuosas co�d i.c iones actua les permite extraer a l gunas conc lus iones practi cas : por lo menos a n ive l de comparar grandes opcio­nes, como Proyectos Naciona les d i ferentes , y decir bastan­tes cosas sobre su v iab i l idad .

¿ Cuánto se podrá creer en sus conc lus iones? Segu­ramente no menos que en las que se deducen s i n ayuda de método a lguno, pero el prob lema no es ese. La verdad de una afi rmación sobre el futuro no depende sólo de las

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l eyes natura les , s ino de lo que e l hombre haga a ,favo.r o

en contra ; podemos impedir que salga e l sol un d 1a, s1 l o

queremos. Por eso, para que un método sea úti l , no. hace

fal ta que nos dé la " receta" para nue�tra estrateg ia ; Y� es mucho s i nos ayuda a descubr i r cua l es son l a s condi­

c iones que más favorecerían o estorbarían , para que po- ',/

damos ap l icar nuestro esfuerzo en favor o en contra .

Estas observaciones se resumen en e l

Principio IV (de racional i dad ) . La m isma i nforma? i ón

. -buena o ma la- sobre las var i ab les y l eyes de un Siste­

ma socia l permite tomar dec is i ones más correctas si está

ordenada, s i stematizada , i ntegrada , organ i zada en un mo­

de lo f lexi b le de su estructura , que pos i b i l ita l a compara­

c ión de d i sti ntas h i pótesis sobre esas var iab les Y leyes .

Pues: a ) no se p ierde l a pos ib i l i dad de hacer lo m i s mo que

antes ; b) se hace más acces ib l e l a i nformación;

e) se muestran con faci l idad las l agunas e i ncompati-

b i l idades de datos e h ipótesis ; d ) se hacen exp l íc itas y contro lab les muchas h ipóte-

s i s i nconscientes , ocu l tas; e) se pueden ver todas l as imp l i caciones de usar

una teoría en vez de otra , unos datos en vez de

otros ; f) se muestran l os pri nc ipa les pe l i g ros que entrañ a

tomar una dec is ión sobre l a base d e h i pótesi s

dudosas ; g) se i nd ican los pri nci pa les recau dos a tornar para

aumentar la probab i l idad de q u e las decis iones

adoptadas tengan éxito .

Esto de i nmed iato . Y en ade lante : h) sugiere cuáles son las i nvest igac iones empíricas

de mayor pr ior idad ; i ) da cr iterios para que los resu ltados de esas inves­

t igaciones sean compat i b les y se compl e mente n . j ) aprovecha d e i nmedi ato toda n ueva i nformación

para mejorar l as conc l us iones .

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Proponemos entonces un modelo ele este t ipo para estud iar la viabilidad de Proyectos Nacionales.

, 2 . Objetivos y necesidades humanas

¿ Cómo se p lantean entonces esos objetivos mú lt ip les Y s imu ltáneos, en un n ive l úti l , que perm ita integrar los en un model o estructu ra l para ca lcu la r sus costos y efectos? No aceptamos empezar por e l l ado de l a producción y la li nvers ión . Produc i r más acero no es un f in en sí ; puede preguntarse "¿para qué?"· y afirmamos que esa pregunta no es tonta . El acero s i rve para hacer c iertas cosas y no otras , y hacerlas por c iertos métodos y no otros . ¿ De· seamos esas cosas ? ¿ Nos conv ienen esos métodos?

La segunda pregunta es i nstrumenta l . La pr imera es l a decis iva. ¿ Qué q1,1eremos?

Nuestra tes is , v iej a como e l mundo, es que l a mejor manera de empezar a responder a esta pregunta es hacer la l i sta de todas aque l l as neces idades humanas que la so­c iedad debería contemplar , y l uego dec i r en qué medida proponemos satisfacer las . S i la l ista está b ien hecha e i nc l uye todas esas necesidades humanas -no sólo las ma­ter ia les s i no también las cu ltura l es y po l íti cas-, entonces sí será i ngenuo preguntar para qué . Estos son f ines ú lti­mos para nosotros. Todo tiene que estar en función de e l los . '

C l a ro está que s i o lv idamos que esta generac ión no es la ú l t ima, que e l país nos trasciende y nos hace sentir neces idades colectivas , nacionales- como la i ndependen­c i a-, corremos el r iesgo de caer en aberrac iones hedo­n i stas como en la c lás ica teoría de l b ienestar . Por eso no i mponemos n inguna l im itac ión a l t ipo de neces idades que se inc l uyen en la l ista, y si a lgu ien c ree que produc i r acero es una neces idad humana podrá agregar la y j ustifi.car así su desarro l l i smo.

Abandonamos, pues, e l n ive l pr inc ip ista y empezamos a dar tesis de trabajo:

Tesis 1. Los objetivos nac iona les deben p lantearse en térm inos de necesidades humanas, i nd iv idua les y co-

32

,¡ ·(

j .1

lectivas, materiales o "espirituales", de todo t ipo . Un Proyecto Naciona l tiene que decir:

a) De cuáles neceBidades se debe preocupar l a socie­dad (dejando e l resto para que cada individuo las satisfaga por su cuenta).

b) En qué forma y grado, y en qué plazos propone satisfacerlas, para cada grupo de población.

E l Ciltimo considerando �-" para cada g¡·upo de pobla­c ión"- es esencial para que aparezcan con claridad las metas de distribución, en lugar de limitarse a declaracio­nes generales sobre la igua ldad y l a justi c i a soc i a l .

Todos l o s textos d e economía comienzan d ic iendo que l a producción se propone satisfacer las necesidades hu­manas, pero de inmediato se o!vidan de éstas y se dedican a estudiar el proceso productivo en sí. Lo que nuestra Tes is 1 significa es que In descripción de esas necesida­des no sólo es el punto de partida valorativo que motiva, explica y sirve de guía a todo l o demós, sino que se usará para definir el proceso productivo.

No estamos replanteando con esto la vieja po lémica de si hay que empezar por l a producción o el consumo para explicar el funcionamiento ele unEl economía ya exis­tente. Nuestra tesis se refiere a l a construcc ión del futuro y el punto do partida evidente es descubrir cuál es el fu­turo que nos dejaría satisfechos.

Dar la listo ele las necesidades humanas que la socie­dad debe atender es una buena manera de expresar una ideología según nuestro Principio l . [s nuestro sistema de valores o concepción del mundo l o que nos gu iará en la e lecc ión de necesidades y formas de SEltisfacerlas, y sobre todo l o que a veces nos hará "olvidar" convenientemente algunas necesidades cuyo simple nombre es ya un com­promiso; por ejemplo, la necesidad de participar en las dec is iones que nos afectan.

¿ Qué es una necesidad humana? A esta pregunta contestaremos dando la lista de las que creemos n ecesa-

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\11 '11

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r io inc lu i r bajo ese rótu lo . No hace fa lta, y sería d ifíc i l , dar una defin ic ión comprens iva, teór ica , que s i rv iera como guía general y perfecta para saber si un ente equ is es o no una neces idad. Sería una tarea académica .

Nuestras defi n ic iones tratarán de ser s iempre activas , por numeración exp l íc ita , y "ab iertas" : no se afi rma que sean completas ; pueden completarse poco a poco. A ve­ces, cuando la l i sta es demasi ado l arga y lo que fa lta , a nuestro cr iter io , t iene poca importanci a , term i narán con un "etcétera" .

Necesidades a tener en cuenta , entonces, son l as d e l a l ista que presentamos d e i nmediato ; creemos que per­mite cumpl i r l os cuatro pr inc ip ios que nos guían . Algunos otros candidatos que no figuran en e l l a -por ejempl o c iertas nece::¡idades emotivas- han s ido rechazados cons­c ientemente . Muchos otros, s i n duda, no se han inc lu ido porque e l autor fue i ncapaz de v isua l izar los , sea por pre­ju ic ios ideológ i cos o por pura i gnoranc ia .

La "vis ib i l idad" de l as necesidades -o de cua lqu ier otro concepto- es e l pr imer paso para poder as ignar les importancia , pr ior idades y va iores (véase l a nota 1 de este capítu lo ) . Pero una neces idad i nv i s ib le para mí puede ser v is ib le para otro y agregarse entonces a la l ista. Así se aprovecha la exper iencia col ectiva, lo cual es otra ven­taja de las defi n ic iones por enumerac ión abierta .

Tesis 2. La l ista de l as necesidades que l a soc iedad debe cons iderar -para sat isfacerlas en algún grado o n i nguno- inc l uye por l o menos l as s igu ientes :

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Necesidades fís i cas :

1 . A l imento y vestuar io . 2 . Viv ienda, su equipamiento y serv ic ios . 3 . Otros b ienes durab les . 4 . Salud . 5 . Transporte y otros servic ios personales.

Necesidades soc ia les :

6 . Segu ridad soc ia l , i nc l uso sol idaridad e i ntegra­c ión .

7. Acceso a i nformación y comun icac1on g lobales. 8. Núc leo soc ia l básico (fam i l ia y/o otros) . 9 . Forma de u rban izac ión .

1 O . Igua l dad en l a d istribuc ión de l producto y e l pres­t ig io .

1 1 . L ibertades i nd iv iduales garantizadas; organ iza­c ión de la v ida i ndividua l .

12. Lim itar y d istr i bu i r el t iempo trabajado para cada edad .

Neces idades cu ltura les :

1 3 . Educación y entrenamiento . 1 4 . Ocio recreativo y deporte . 1 5 . Ocio creativo , innovador : c ientíf ico, artístico, ar­

tesana l . 1 6 . Imagen de l m undo. 1 7 . Satisfacción en e l trabajo : cond i ciones materia­

les , estímulos , a l ienac ión . , ,

Neces idades po l ít icas :

1 8 . Parti c ipación en dec is i ones de d iversos tipos y n ive les ;

19 . Autonomía nacional , de d iversos t ipos. Papel de l país en e l m undo.

20. Prop iedad persona l ; garantías y l ím ites . 2 1 . Pol ít ica de desarrol lo regional para el p a ís . 22 . Libertad para cambiar de Proyecto Nac iona l . Le­

gado f ina l de recursos. 23 . Métodos de reso luc ión de conf l i ctos soc i a l es. 24. Pol ít ica para el tamaño y estructura de la pobla­

c ión . 25 . Estructura i nstituc iona l : organ i zac ión y c l ase de

instituciones.

En este capítu l o la l i sta se da con carácter p uramente i l ustrativo , para poner ya l as cartas sobre la mesa. Su d i scusión se hará en los capítu l os 1 1 1 , IV y V, pero , mien­tras tanto, tenemos con esto una idea de lo que queremos

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deci r cuando hab lamos de " necesidades" ; de l a ampl itud con que usamos este térm ino .

Esta l ista no es e l resultado de profundos y exhaus­tivos estudios sobre e l hombre y la soc iedad. Además de ser seguramente i ncompleta , es pos ib le que a lgunas de estas necesidades deban subd iv id i rse, reagruparse o cam­b iar de nombre. Algunas podrían acaso e l im inarse, pero esto no es necesario : basta con no as ignarles n i nguna meta cuando se d i scuta e l grado en que deben sati sfacer­se. Repitamos que nombrar una neces idad no es propo­ner que se la satisfaga -al máximo o en a lgún mín imo preconcebido- sino só lo que se l a tome en cuenta ; es dar e l nombre de una var iab le . Los d isti ntos grados y for­mas de sati sfacerla son los pos ib l es valores de esa varia­b le , y entre e l los hay que e leg i r uno, que puede ser no sat isfacerla en abso luto . Estamos tal vez deformando algo el uso corri ente del térm ino " necesidad" -que i m­p l ica que hay que sati sfacerla en a lgún grado-, pero eso no debe produc ir confus iones .

Con l a Tes i s 2 se contesta provis ionalmente a l pr imer punto de la Tes i s 1 . E l punto b) es e l que debería con­testar con c lar idad cada part ido po l ít ico . Ana l i zaremos a lgunas respuestas pos ib les en los capítu l os IV y V. .

Esas respuestas se basan en l a e lección de a l gunas · de las muchas maneras de dar satisfacc ión tota l o parc ia l a las neces idades. Para cada neces idad hay muchas me­tas pos i b les, de d iferentes conten idos, más o menos ambic iosas, más o menos sati sfactorias según qu ien las j uzgue. Hay d iversas maneras de expresar esas pos ib les metas , que i remos viendo con a lgún deta l l e . ,pueden es­tar groseramente defin idas o aclaradas en todos sus as­pectos.

Así , podrlamos conformarnos para a l i mentac ión , con dar corno a lternativas : "s im i lar a los i ndonesios de clase baja" , "s im i lar a l a de un argentino de c l ase media" o "s im i lar a l a de un francés r ico". Pero veremos que hay razones para dar a lgunos deta l l es más sobre la cantidad y composic ión de la d ieta, la forma de su envase, l a d ivers idad de marcas y l a pub l i c idad. Nuestro propósito es, de acuerdo con e l " pri nc ip io de ret. l i mentación" :

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:t€)1>(.; 3:·: Cada pos ib le propuesta, opc 10n , meta o al­ternativa para satisfacer en a l gún grado una necesidad , debe ser tan exp l ícita y concreta como para permitir estimar :

a ) sus costos fís i cos de producc ión (recursos que requ iere usar) .

b) e l grado en que satisface las expectativas de los destinatarios.

e) los efectos que puede tener sobre el cumpl i m iento de las demás metas .

Esto exige un buen grado de deta l l e en la descrip­c ión de cada meta, y , sobre todo, no só lo dar cantidades s i no , en pr imer l ugar, composic ión cua l i tativa . Quince años de educac ión ob l i gatori a no cuestan e l m i s mo es­fuerzo al país, n i producen l a m isma sati sfacc ión n i l a m isma capac idad para l a i nnovac ión y e l trabajo s i se dedican a memorizar textos que si tratan de est imular e l esp íritu crít ico y creativo; s i dan más é nfasi s a la l ite­ratura , a las c iencias socia les y humanas , o a l a tecno-logía fís ica. .

En rea l idad es l a descr ipc ión de sus opciones a lter­nativas lo que constituye la def i n ic ión más úti l , operacio­na l , de una necesidad . Como toda vari ab l e , está d ef in ida por e l conjunto de sus valores . Sabemos lo que una ne­cesidad s ign if ica para a l gu ien que la nombre, si nos se­ña la a l gunas de las maneras pos ib les de satisfacer l a 1 con el deta l le exi g ido por la Tes is 3. Por eso daremos ; en .e l capítu l o 1 1 1 , una caracter ización , po r supuesto muy i ncom�. p l eta, de las a l ternativas de cada neces i dad . · ·

E l punto b ) de l a Tes is 1 hab la también de p lazos , pues por supuesto no és lo m ismo prometer a l go para dentro de un año o ve i nte . Veloc idad para a lcanzar metas , postergación de grat ificac iones , a horro versus consumo, acumulación i n ic i a l de capita l , son todas m aneras de refe­r i rse a este aspecto que dan idea de su i mportanc ia im-pos ib l e de exagerar.

. ' E l "producto nac iona l " puede crecer porque s e pro­

duce más manteca, cañones, o m áqu inas d e fabr icar man­teca. En el pr imer caso la neces idad de comer manteca puede satisfacerse ráp idamente -si es que eso era una

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meta deseada- pero cada vez menos a medida que pasa el tiempo, porque hay más población y l as máquinas se gastan . En cambio s i se producen esas máquinas, se ?om� menos ahora per? más después . Los cañones dejan msat1sfecha esa neces 1dad ahora y s iempre, aunque pue­den satisfacer otras más urgentes .

Para que esté c lara una meta hay que dar entonces toda su evolución temporal: cuánta vivienda y de qué clase para e l año próximo, para dentro de ci nco años d iez etcétera . Qué tipo de partic ipación ahora, después y mu� cho después. Y así con cada necesidad (pero l a precisión necesaria d isminuye con la l ejanía, como veremos) .

Se p lantea entonces l a cuestión de l horizonte, o l ím ite de los p l azos . ¿ Hasta cuándo deben p lantearse l as me­tas? ¿ Debe hablarse del año 3000, del 2000 o só lo de 1 975? �quí admiti remos que �n Proyecto Nacional no puede refenrse !'l menos de 30 anos de p lazo, o sea casi una generación. Tenemos que hablar de lo que deseamos para e ! resto de. �uestras vidas, por lo menos. Además, hay c 1ertas dec1 s 1ones c l aves -como las demográficas y las educativas- cuyos efectos recién se notan c la ramente después de un par de décadas. Esos 30 años son s iempre a parti r de "hoy" : todo Proyecto Nacional debe reactua l i ­zarse cada cierto tiempo�

A lgunos creerán que es un cr imen ocuparse de l año 2000 cuando hay tantos formidab les problemas que atender u rgentemente . Esto es comprender mal e l s ign ificado del largo p l azo , pues las metas deben especificarse no sólo para el ú lt imo año s ino para todos los intermedios, y pueden tomar en cuenta todos l os probl emas urgentes que se desee. Hacerl o en un marco de referencia más ampl io que el de las medidas inmediatas puede evitar que e l remedio resulte peor que l a enfermedad, como tantas ve­ces ha sucedido.

Sería un crimen ocuparse sólo de l año f ina l , de l estado ideal a que se aspira , s in considera r e l camino

·que l leva

a é l . Eso sería hacer utopías académicas. Otra vez nos negamos a aceptar l as dos s imp l ificaciones extremas : ver sólo l o que nos gustaría ver , o só lo lo que está frente a nuestras narices.

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Otros objetarán que fijar l os objetivos de l argo plazo de l país es tomarse atri buciones que nadie nos h a dado . Estar íamos moldeando a nuestro gusto e l mundo d e nues .. tras h ijos y n ietos , cuyas preferencias pueden ser to­ta lmente diferentes.

Este argumento es e l habitua l de la " l ibertad " contra la p l an if icac ión , y no t iene mayor consi stencia , salvo s i se interpreta como un l l amado de atenc ión contra l a p la­nif icación ríg ida y e l autoritar ismo en g eneral .

No p l anif icar sign ifica abandonarse a l azar o a un de­term in ismo supuestamente benévolo (que ya ha l i quidado a muchas especies) , o a lo que p laneen l os demás. Sig­nif ica renunciar al uso de la razón en una de sus activi­dades esencia l es : vencer al t iempo.

Ese método es más pe l i g roso para nuestros descen­d ientes , pues puede conduc i rnos a catástrofes que hoy estaríamos a tiempo de evitar . Se basa en l a falsa c reencia de que es más fác i l cambiar de rumbo si no se está s iguien�o n inguna ruta prefijada . Por el contrar io , l a ma­nera mas razonab le de asegurarse que s e podrá cambiar de rumbo es e leg ir una ruta que lo permita, que tenga muchas bifurcaciones .

Ya que no es pos ib le consu ltar .a l as generac iones fu­turas sobre sus deseos -la participac ión tiene sus l ími­tes- podemos por lo menos p roponernos no coartar sus pos ib i l idades de discrepar con nuestras m etas, d ando fle­x ib i l idad al s istema y estimu l ando el espíritu c rítico y c reativo, si es que nuestro Proyecto rechaza l a fos i l i zación y l a crista l izac ión , aunque sea en un "mundo fe l iz" . S i el Pro­yecto en cambio es dogmático , usará toda c lase de medios para evitar que la gente s ienta la necesidad de cambiar lo Para que esa opción sea exp l ícita, se inc luyó en la l i sta la necesidad de l i bertad para cambiar de P royecto N aciona l .

Esa l i bertad n o queda bien defi nida s i n o d ice con qué recursos va a contar la próxima generación para segui r ade lante o cambiar d e rumbo : especia l i stas, maqui narias , petról eo, créd ito . Podemos e leg i r entre consumir todas las reservas o ajustarnos e l cinturón para que nuestros n ie­tos naden en l a abundancia, o a lgo intermedio.

Por ú ltimo , recordemos que no hay cambio b rusco de generaciones y que e l Proyecto Nacional debe ser perió-

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d icamente revisado, de modo que la gravedad de estas cuestiones no es tanta.

En e l m ismo orden de ideas podría preguntarse qu ién t iene derecho a p lantear un Proyecto Naciona l , a i nterpre­tar cuáles son las neces idades de los grupos socia les . Pero este no es un prob lema de derecho s i no de hecho: nad ie puede impedi r a un movim iento po l ítico pwponer y predi car un Proyecto Naciona l . Una cosa muy d i ferente es su éxito o fracaso en i n ic i a r su rea l ización ----tomar el poder- y en completar la . Y otra cosa m6s d i ferente aCm es su "bon­dad" o " ma ldad" , seoún a lgún cr iterio de moral soc ia l a n ivel pr inc ip ista .

Sobre la génesis de un Proyecto con v iab i l idad pol í­t ica se hablará en el capítu lo X, pero ya en el capítu lo V sugerimos uno en concreto , en sus l íneas genera les . Este t ipo de sugerencias i nd iv iduales só lo t ienen el sentido de un "puntap ié i n i c i a l " , para que la d iscus ión perm ita i r de­cantando sus aspectos úti les , si los t iene .

Recordemos por ú lt imo que i nterpretar l as necesida­des del pueblo t iene sus bemoles. A propósi to no hemos usado en nuestra Tes is 1 l a fórmu la soc ia l i sta de "a cada uno según sus neces idades" debido justamente al posesi­vo "sus" , que podría i nterpretarse como refi r iéndose a las necesidades sentidas por el pueblo .

Ahora b ien , eso no tenía n i nguna i mportancia cuando se i nventó la frase , porque fas necesidades sentidas eran las vitales, las m ín imas para subs ist i r . Hoy, en m i país , ese umbra l se hn supemdo para l a mayoría de la pob lac ión , y en esas condic iones es d ifíc i l saber cuáles son las ne­¡ces idaden " legítimas" . En efecto , desde que la pub l ic idad ·se hace en forma mas iva a través de todos l os med ios de d ifus ión , los deseos no vitales de la gente son orientados ,

, , p romocionados , moldeados por un agente u otro, y es r i ­, \ ;dículo hab lar de l i bertad o espontane idad . Cua lqu ier ne­, , icesidad por encima d e las vita les puede modif icarse con ,, :¡ll l18 buena campaña pub l i c ita r ia , y e l problema entonces es

\ ;'qu ién dec i de el contenido de esa campa11a . Por eso pedi remos que cada Proyecto Nacional defina

la part ic ipación -en todo n ivel , pero part icu larmente en la rev is ión de sus prop ios objetivos- de manera completa : córno, en quó momento, con qué preparac ión prev ia .

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4. Viabilidad física

Una vez contestadas las dos preguntas de l a Tesi s 1 se t iene la punta del ovi l lo y éste puede empezar a des­enredarse. El objetivo de la activ idad soc ia l queda ahora def in ido como : cump l i r esas metas , que constituyen en conjunto el Proyecto Nac ional o esti lo de desarro l lo .

Las preguntas inmediatas son : ¿Pueden cum p l i rse o son i nviélb les ? ¿En qué cond ic i ones pol ít i cas son viables? ¿Qué obstácu los hay que vencer para cumpl i r la s ? ¿Qué i nstrumentos pode111os usar para vencer los?

Un resumen de nuestro método de ataque -también viejo como e l mundo, pero hasta ahora i mpos ib le de l l e­var a l a práctica-- se d a al f ina l del capítu lo en l a s Tesis 4 a 7, que l uego se desarrol lan en deta l l e en otros capí­tu los . Pero para motivar d ichas tes i s y para i ntroduc i r en la term inolog ía económica a los lectores no espec i a l i zados, empezaremos i l ustrando la cuestión con un eje mplo r i ­d ícu lo , ya que la car icatura es un buen medio para hacer resa ltar los rasgos esencia les. Otro ejemp lo se desarrol l a más formalmente en e l Apénd ice de este tomo .

Anal icemos un Proyecto Nac ional " motorizado" . Sus objetivos son : satisfacer todas las neces idades en el mis­mo grado y forma que en los ú l t imos años , con una ex­cepción : a partir del año próximo cada fam i l i a debe d isponer de un automóv i l . .

Este est i l o motorizado no parece viab le , pero tratare- 1, mos de anal izar por qué . Eso nos perm it i rá i d entificar los factores fundamentales y ponerles nombre. Obten- · d remos así una expos ic ión de los conceptos bás i cos de la Economía , pero con e l énfas is que nos i nteresa .

Nuestras fábricas d e automóv i les no tienen capaci­dad para produc i r 5 m i l lones de un idades en un año . Esta es una rea l idad fís ica, técn ica, referente a las máq u i nas y demás med ios de producc ión , organizados en u n idades productivas . Hay escasez de capacidad instalada ; e l la es · un recurso escaso. D i remos que hay una brecha d e capa­c idad.

¿ Podernos salva r esta brecha insta l ando nuevas fá­bricas de automóvi les? No, entre otros motivos porque eso l l evaría más t iempo que el d i spon i b l e : desde la de-

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c is ión de i nsta l ar o amp l iar hasta que l a fábrica comienza a produc i r transcurre un tiempo de gestación o madura· ción de más de un año. Esta es otra rea l idad tecnológ ica que produce una brecha de gestación : el t iempo es tam· b ién un recurso escaso.

Aun s i l a gestac ión fuera muy breve , aparecería otra brecha de capacidad : las fábricas de máqu i nas para cons­tni i r automóv i les y las fábricas de l os materia les que i n­sume su construcc ión no a lcanzarían .

Aun s i por m i l agro estas brechas pud ieran superarse, no nos a l canzarían los i ngenieros, l os admin i stradores, los obreros especia l izados y probab lemente n i s iqu iera l os no ca l if icados, ya que también hay que cumpl i r con la otra meta de segu i r con el resto de la producción como hoy.

Tenemos pues una escasez de recursos humanos, que produce una brecha de empleo, o mejor d icho varias : una para cada categoría de mano de obra. H ay que supe­rarlas todas, porque no s iempre un obrero puede reem· p lazar a un i ngen iero o viceversa .

Y aun s i tuviéramos sufi c ientes recursos humanos, ta l vez no a lcanzarían l as m inas y yac im ientos del país para produc i r los meta les y el petró l eo con que los auto­móv i les se construyen y funcionan . Los recursos naturales también son escasos y pueden l legar a agotarse para s iempre.

Sería l i ndo i nventar un automóvi l que cua lqu ier per­sona pudiera constru i r s i n neces idad de g randes maqui· nar ias y con mater ia les abundantes . No es impos ib le , pero por e l momento carecemos de l a capacidad innovadora o creativa para que ese i nvento esté l isto antes de un año. La creatividad es otro recurso escaso, que produce una brecha de i nnovación (no l a l lamamos brecha tecnológica porque esto designa habitua lmente nuestra def ic ie�?i a de equ i pamiento, i nventado o comprado, en comparac10n ?on e l de otros países, no comparado con nuestras necesida­des, que es nuestro punto de v ista) .

No es d ifíc i l demostrar con cá lcu los l o que hemos dicho -di remos cómo se hace más ade lante- y podemos aceptar que no es pos ib l e produc i r esos automóv i les en e l país en ese p l azo . Una pr imera moral eja es que con-

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;

( .·•'. "''

viene tener muchos recursos de l as c l ases que hemos mencionado. Y como estos recursos pueden aumentarse dedicándoles c ierto esfuerzo que se l l ama inversión o acu­mulación, se hace v is ib le una nueva necesidad : l a. de aumentar los recursos d ispon i b l es . Pero esta n eces1dad no es un objetivo en sí m isma , sino un med i o para l ograr los demás objetivos . Por eso no la

_agregaremos

a la l i sta , sa lvo en sus valores f i na les d e l ano 2000. P?r­que así como l as escaseces que heredamo� n?s pequ­d ican , debemos dec id i r cuánto q ueremos perjUd icar o fa-vorecer a nuestros h ijos . .

Volvamos a nuestra meta . En vi sta de nuestra mca­pacidad de p roducc ión i nterna podríamos recurri r a o�ra vía : la importación. ¿ Por qué no adqu i r i r en el extenor l os 5 m i l lones de automóvi les que neces itamos ?

Tendremos que dar a lgo a cambio ; a l go que para e l resto del mundo y en la opinión de ellos, val g a tanto como esos 5 m i l lones de autos . Medido en dólares, unos d i ez m i l m i l l ones, d igamos.

Es dudoso que tengamos nada de ese va lor para ex­portar , pues hemos d icho que las demás nec�s idades deben segu i r atend idas como hoy, y eso nos deja pocos sa ldos. Tampoco podemos vender mucho más poder de decisión -es decir , m uchas más fábr icas , bancos o tie­rras- del que ya hemos vend ido a l extranjero, p ues por h ipótesis también queremos mantener el poco g rado de i ndependenc ia económica que aún nos q ueda ( l a autono­mía f igura en la l i sta de necesidades y por l o tanto no debe ser peor atendida que hoy) . Tenemos entonces es­casez de poder de compra : una brecha de comercio ex­terior.

Esta es una d i f icu l tad tan real como las anteriores, pero no de l m ismo t ipo , pues depende en buena parte de un confl i cto de i ntereses, de una d i ferenci a de eva­l uac iones.

Si los autos costaran poco o nada en el exterior, si a l gu ien nos l os rega lara , o nos apoderáram�s de e l los por la fuerza -justificativo mora l no nos fa ltana pues se han l l evado de aquí más que eso- no ten dríamos ese pro­b lema de brecha externa. Si nos pagaran d iez veces más la carne o el trigo, tampoco. Pero esos precios no los

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fija uno, sa lvo cuando t iene mucho más fuerza que todos los otros .

Aquí aparecen por pr imera vez los precios, en su ún i ­ca forma i nevitab le para un país: l os precios de l as i mpor-. taciones y las exportaciones .

Y s i qu is iéramos exportar d i ez veces más (cosa de todos modos impos ib le porque aparecerían otras brechas de capac idad ) . seguramente bajaría e l preci o i nternacional por presión de tanta oferta , y segu i r íamos con escasez de poder de compra.

La única solución sería que junto con l os autos nos vendan t iempo : nos den crédito , nos presten las divisas para pagar los .

Es poco probab le que nos presten tanto, sa lvo con garantías que chocarían al menos naciona l i sta de noso­tros. S i lo h ic ieran , habríamos conseguido postergar e l problema de l a brecha comerci a l , a costa de pagar por esa postergación los i ntereses de !a deuda . Ent�amos así al terreno f inanciero. Nuestra brecha comercial se trans­forma en endeudamiento externo, en brecha f inanciera de ba lance de pagos.

S i en e l p l azo otorgado para pagar la deuda consegui­mos aumentar nuestras exportaciones en sufic iente vo lu­men y a buenos precios, todo estará b ien . Este t iempo que hemos ganado tendríamos que usarlo para gestar más capacidad de exportar : l abrar nuevas t ierras , mecanizar, i nsta la r fábr icas . Eso requ iere m ucha gente , mater ia les y equipos, entre e l los muchos que deben i mportarse , em­peorando otra vez la brecha externa.

Se ve que este es un comp lejo cá lcu l o de ganancias y pérdidas a lo l a rgo de varios a ños , cuyo resultado no está c laro , y que no puede dec id i rse conversando, s ino haciendo una contab i l idad r igurosa y comp leta , s i gu iendo todas las ram ificaciones de cada decis ión , hacia el futuro y hacia l os demás sectores. Para hacer lo correctamente hacen falta i nstrumentos matemáticos como el modelo que se describe en e l capítu l o XIV. 11 Pero nuestro ejemplo es tan exagerado que no re­qu iere n i ngún mode lo para ca lcu larse: un endeudam iento así nos har ía perder toda i ndependencia . Por lo tanto, l a

1 meta de IT)Otorización para todos no se puede cump l i r

s in v io lar otras metas , como l a de mantener a lgún .resto de independencia económica. E l proyecto no es v1ab le . D i remos que hay i nviab i l idad física o real, por��� l o� �u­tomóv i les deseados no l l egan a hacer s u apanc 1on f1s1ca en el país . No estando los autos, no hay duda de que la meta no se puede cumpl i r . . Pero hagamos más r id ícu lo e l ejemp lo , supon1�ndo q�e será pos ib le pagar esa deuda y sus intereses. sm m.onr­nos de hambre (equ iva le a todo el producto mdustr�al. Y agríco la de un año) . y por lo tanto nos e nvían a cred1to los benditos artefactos . Eso trae nuevos prob lemas de viab i l idad fís ica que mencionaremos ráp idamente :

No tenemos flota para traer los . Si v i enen e n barcos extranjeros , aumentarán mucho los costos en d iv isas .

No tenemos capacidad portuaria para dese m barcar y a l macenar hasta su d istr ibución más de diez m i l auto­móv i les por día .

No a lcanzaría l a nafta que p roduc imos para h acerlos andar. Tendríamos que importar la . Más crédito externo a consegu ir .

Nuestras ca l les c i udadanas no son bastante a nchas , nuestras carreteras no son sufi c ientes para permitir l a c i rcu lación de semejante vol umen de vehículos. E l tráfico estar ía permanentemente atascado. Tenemos u�a escasez de infraestructura fís ica : puertos , barcos , cammos .

Y por supuesto, s i queremos mantener nuestra es­tructura organ izativa , cada auto neces itará tener

_e n reg l a

sus documentos antes de que pueda moverse. So lo Kafka redivivo podría imag inar lo que eso s ign i ficaría e n térm i­nos de nuestra burocracia . Tenemos una gran escasez de infraestructura i nstitucional . N o es que nos fa l ten ins­tituciones, s i no que no son úti l es ; es como tener muchos caminos que no conducen a n i nguna parte interesante .

5 . Viabil idad socia l

A todo esto no hemos dicho cómo p aga cada fami l i a e l automóvi l que le toca. Só lo hemos b9blado d e viabi­l idad fís ica , que depende de los recursos dispon ib les . de

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varias categorías , y que hemos ido mencionando para pO· nernos de acuerdo en la termino log ía : recu rsos humanos, recursos natura les , capacidad i nsta l ada, t iempo, capacidad creativa o i nnovadora, i nfraestructu ra fís ica e i nstitucio­na l , poder de compra en el exterior (podemos l lamar a esto ú lt imo " recursos externos" ) .

Sa lvo para e l i nterc;arnbio con el resto de l mundo, los prob lemas tratados hasta ahora nada tienen que ver con el dinero o los precios, observación que no debemos o l ­v idar . Por eso los l lamarnos fís icos o rea les .

De todos estos " recursos" e l más i mportante es e l trabajo : l a comb inación hombre-ti empo. Con suf ic iente gente y t iempo se puede i nsta lar toda la capacidad que fa lte, sustitu i r los recursos naturales escasos por otros (si hace falta, se puede hasta fabr icar el a i re , corno ten­drán que hacer en las colonias l unares) , se puede produci r todo lo necesar io para satisfacer las metas e leg idas , d i ­rectamente o por importación y exportación .

Es c laro que partiendo de casi cero , s i n capacidad i nsta lada (corno podría ocurri r después de una guerra muy destructora) , y sobre todo, s i n la i nmensa capacidad i nstalada en los seres humanos bajo la forma de cono­c im iento, el t iempo necesario es muy largo . La h i storia de la human idad nos d ice que l leva unos cien m i l años l l egar desde la casi nada a esto.

Por suerte nuestro " casi cero" es mucho más que cero, y tenemos var ios ejemplos concretos de países que después de tremendos destrozos bé l icos, y con pocos re­cursos humanos ele a lto n ive l técn ico , a lcanzaron metas muy d ifíc i les en pocas décadas .

Trataremos ahora este otro prob lema de v iab i l idad, que podemos 1)9m9r social o distributiva (véase capítufo IX para más deta l les ) . Hemos logrado tener en e l país -forzando la rea l idad- un auto para cada fam i l ia . ¿ Cómo hacer para que cada fam i l i a tenga efectivamente derecho a usar lo?

En términos de una economía de mercado, ¿con qué van a pagar las fam i l ias pobres e l auto que teóricamente les toca ?

Tal corno hemos i do p lanteando l as cosas , este pro­b lema parece r id ícu lo y lo es : nos propusi mos como meta.

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no c i nco m i l l ones de autos , s i no uno para cada una de las c i nco m i l lones de fam i l ias del país que aún no lo t ienen .

Los autos están ; es sólo cuestión de d i stri bu i r l os . No se trata de un problema fís ico, pero es m ucho más real de lo que puede sugeri r nuestro i rrea l ejem p l o : .�uando no se resuelve orig ina las cr is is de superproduccJOn , como las que sacudieron a la economía norteamer icana hace a l.gunas décadas. Se producía más de lo que los sectores pud 1entes tenían i nterés en comprar y los más pobres no podía!1 -por ser pobres·- comprar los sobrantes. No se encontro man�­ra de entregar a los pobres sufi c iente d i nero para cump l i r con e l r ito de l a compra-venta , y se desperd ic iaron m uc��s de esos bienes que ya estaban p roduc idos . La so l uc1on se buscó restri ng iendo la producc ión .

Aparece aqu í e l problema de la propiedad de l os bie­nes p roducidos . Estos autos se han produc ido en el país o se han obten ido a cambio de exportac i ones que a lgu ien produjo. Hubo trabajadores que con su esfuerzo organ i­zado en l a i nstitución l l amada empresa , produjeron esos b ienes exportables, rec ib iendo en recompensa u.n . sueldo, o sea un derecho a usar otros b ienes y serv 1c 1os . En genera l , a cambio de ese sueldo no sólo entre�a� tra?ajo s i no también renuncian a todo derecho d e decidir que se hace con lo que produjeron . Así ocurre hoy en nuestro país . Y con esto nos hemos metido e n un p roblema soc i a l bás ico : l a prop i edad, o por lo menos, el poder de· dec is ión .

Cuando los trabajadores t ienen poder total de decis ión -como ocurri ría en un s istema comunista puro-, e l pro­b lema de d istr ibu i r es trivia l . E l los son l os propietarios de lo que se produce, e l los son quienes fijaron l a meta de motorizac ión , el los decid ieron l a compra en el exterior, y por lo tanto no hay n i ngCm motivo para que no entreguen a cada fam i l ia su auto . Tal vez l os trabajadores de l a ex­portación s ientan que e l los están rega lando e.sos aut?s a sus compatriotas , pero si todo e l mundo trabaJa l as mis­mas horas , eso no produc irá conf l icto , pues con e l m ismo derecho los demás trabajadores pensarán que están rega­lando a los otros el fruto de su trabajo .

Pero aquí , hoy, no son los trabajadores qu i enes dec i­den s i !as exportac iones se van a cam b iar por automó-

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vi l�s , por equipo san itario o por depós itos en cuentas su;zas . Es� poder de dec is ión lo t iene un grupo mucho mas pequeno de personas, y no es este e l l ugar adecuado para anal izar cómo. l le�aron a tener lo . E l caso es que e � los son los prop1etanos de los b i enes exportables y s1 _ los autos se compraron es porque el !os lo clec id ie�on as1 . . Y. son

_ el los los dueí1os de esos autos. Toca a el los

dec 1d 1 r que se haré , pues e l proyecto " motorizado" no i n­c luye cambios en esta necesidad po l ít ica .

S i deci?�n rega l arlos a las fam i l i as para las cuales estaban teor!carnente dest inados, el problema está re­suel�o . En term i nas económ icos h ubo una redistribución del tngreso med iante transferencias de unas fam i l ias a otras. Esto no parece tener muy a l ta probabi l idad , a pesar de que hu?? dos o tres casos en la h i stor ia de príncipes que tr�ns�meron sus r iquezas a l os pobres .

· S 1 ex1gen e:-1 cambio un preci o -por " razonable" que

sea- l a �1ayona de las fam i l ias no podrán pagar lo n i a l corrt

_ado n 1 .� p l az�s , y el auto no les l l egará. S i n duda , y

segun las .ley_es del mercado, a l haber más oferta que demanda baJara a lgo e l precio ; pero no mucho, pues s i em­pre se los puede volv�r a .�ender en e l exteri or . y por supuesto, cc:

mo esta s 1tuac10n era previ s ib le , en la rea l i ­d a d los. duenos . de l o s b ienes exportables nunca l o s van a camb1ar p�r c 1nco m i l l ones de automóvi les , por muchos que sean qu 1Emes propongan esa meta .

. �o.r l o tanto, en una sociedad de l i bre empresa, 0 capita l i sta pura, donde los empresar ios t ienen control to­tal .sobre lo que producen sus empresas, esta meta es soc1alment� inviable. El país puede produc i r los autos -:-·o .s.u eqU Jy� lente en exportaciones- de modo que hay V1�b l l 1 d.ad .f 1s�ca, pero su organ ización soc ia l no l e per­m:t� d 1stnbu 1r los de l a manera propuesta . Puede sufr i r cns 1s de superproducc ión .

La viabi l i dad fís ica es un prob lema de l ucha contra 1� natura leza , de trabajo , de producción . La v iab i l idad so­C ia l es un problema de confl i cto de i ntereses, de adqu i r i r derecho� (por l as buenas o las ma las ) , de d istr ibu ir . Aun­que estan conectadas de m i l maneras, no d ebemos con­fund i r las conceptua lmente .

S i el s istema socia l no es l i b re-empresi sta, s i no que

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adm ite un grado aprec iab le de i ntervenc ión del Estado, aparecen , por lo menos en teoría , nuevas pos ib i l idades de arreg l a r esta i nv iab i l i dad .

E l gobierno podría, a través de sus bancos, otorgar rega los o p réstamos a todas las fami l ias para que pagaran los precios exig i dos. O podría comprar esos autos a sus dueños -los exportadores -y l u ego rega l ar los. El d i nero necesario para esos pagos puede consegu i rlo med iante nuevos i mpuestos , o s imp lemente emitiendo , impr i m i endo más b i l l etes .

Puede tamb ién bajar los precios de l os autos por l a fuerza , o consegu i r que las fam i l i as tengan más d inero d ispon ib le ob l igando a bajar los p recios de l os otros bie­nes que compran , o a aumentar l os sa lar ios .

Se convierte e l problema soc i a l en uno f i nanc iero . Se trata de f inancia r la compra de esos autos por l a s fami­l ias . Para eso, o se l es da más d i nero o se bajan los precios .

Pero se haga como se haga, s i l as metas se cumplen

s iempre se tratará de una red i str ibución del i ngreso, de

los r i cos hac ia los pobres. S i se va a f inanc ia r con i mpuestos , son los r icos

quienes deberán pagarlos en su mayor parte , pues l os po­bres no t ienen con qué, a menos que reduzcan su a l i men­tac ión , vivienda , etcétera . Para los exportadores es cas i como rega la r l os autos, pues aunque se l os pagan , deben devolver cas i todo ese d i nero como impuestos (casi todo, porque probab lemente parte de esos impuestos serán pa­gados por otros empresarios) . A lgo aná logo ocurre s i se bajan l os precios o suben l os sa larios : los empresarios

reci be n menos o pagan más , s iempre en cantidad i gua l a l va lo r de los autos, sa lvo errores de cálcu l o .1

S i l a f inanc iación se cons igue impr imiendo nuevos b i l l etes y entregándol os a los exportadores a camb i o de los autos, la redistri buc ión se produce en menor escala. Los exportadores, a l tener mucho más d i nero , com p rarán más cosas en e l país que de costumbre . Como ya se estaba en el l ím ite de la capac idad de p roducc i ó n , este

1 Para estos cálculos puede usarse también el modelo matemático

del cap. XIV. 49

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exceso de demanda e levará los precios -y no sólo de l os artícu los de l ujo , pues este efecto se propaga-, y los pobres no podrán comprar lo que acostumbran.

Habrán pues pagado e l auto que l es tocó con a limen' tos , vestido, remedios , etcétera , es dec i r , que se cumplió esta meta a expensas de otras . No hay v iab i l idad . .

Sólo puede haber v iab i l idad socia l , d istributiva, me­d iante una red i str ibución del i ngreso favorable a l os po­bres . Esto es evidente en cuanto uno se n iega a dejarse · enredar en d iscusiones sobre d i nero, como las anter io­res, y se fija en lo ún ico que i mporta : a qu ién van a parar l os b ienes rea les , fís icos .

· · S i las metas eran mantener e l consumo de cada fa­

m i l ia y además dar les un automóv i l -que " legalmente " era prop iedad d e l os exportadores- entonces, a l cum­p l i r las por el método que sea, los exportadores terminan " rega lando" esos autos a los pobres . Cuanto más , e l re­ga lo puede ser a costa de todos l os r icos , no só lo de los exportadores, como hemos v isto . Es deci r , puede haber d i sti ntas red i stri buciones de i ngreso entre los r icos , pero los pobres term inan s iempre con lo que ten ían , más un auto .

6. Viabilidad política

Es el gobierno, el poder po l ít ico, el que forzaría en este caso a l os r icos a aceptar esta red i stri bución y daría v iab i l idad soc i a l a l as metas . S iendo de semejante ta­maño esta transferenc ia , el gobierno que la lograra debe­ría ser muy popu l i sta y muy fuerte para soportar l as presiones pol ít icas que sufri ría . S i se trata , como es usua l . de un gobierno controlado en gran parte por amigos de l os r icos, ese sueño no se rea l izará y l as metas no se cum p l i rán entonces por inviabilidad política. Eso qu ie� re dec i r que existen teór icamente l os mecan ismos socia les para l a d istr ibuc ión , pero que no se ponen en movim iento porque el poder po l ít ico no está en manos de los que ' sa ldrían favorec idos.

Así también en este caso la meta resu ltaría i nv iab le , s i no soc i a l . po l ít icamente . Los part idar ios de este s is-

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1 · '

tema estatizante o intervencionista -s in l legar a ser so­c ia l i sta- creen en cambio que s i l as metas no son tan a ltas -una rad io en vez de u n auto , y no en u n año s i no en ci nco, por ejemp lo- puede lograrse la correspon­d i ente d istri bución del i ngreso s i n demas iadas protestas , como lo muestra l a h i stor ia de a l gunos pa íses.

En efecto --dicen-, s i bien la d istribuc ión del i ng reso en nuestro país es muy ma la hoy, era s i n d uda peor hace c ien años, y este avance se ha logrado s i n camb ios re­vol uc ionarios de s istema soc ia l y s in sus consig u ientes v io lenc ias .

Pasemos por a lto l a dudosa afi rmaci ó n sobre la vio­lenc ia (pues si b ien es c i erto que nuestro país se ahorró l a v io lenc ia revo l ucionar ia , ab ierta , cara a cara , sufrió Y s igue sufriendo la v io lenc ia cotid i ana , encub ierta , de las vidas estropeadas por l a miser ia y las v íctimas de la repres ión , y es d ifíc i l ca lcular s i se ha ganado o perd ido) . Parece que l a cuestión consiste entonces e n que l os r icos tengan tal cantidad de excedentes en sus manos , q u e no l es due la mucho verse pr ivados de una parte de e l los a través de impuestos, sa lar ios o precios.

Esta es la esencia de las estrateg ias reformistas: s i hoy u n pobre gana 1 00 y un r i co 2 .000 -veinte veces más-, trabajando todos con mayor produ ctividad y s in desorden podemos consegu i r que mañana e l pobre gane 200, y el r ico sólo qu ince veces más . Con lo cua l el r ico habrá pasado de 2 .000 a 3 .000 (aumento del 50 %) y no ! le i mportará que el pobre haya mejorado a más ve l ocidad (aumento de l 1 00 % ) .

1\tluchos tecnócratas sostienen que esto s ign if ica dis­m i nu i r l a d istancia entre pobres y r icos , p uesto que me­d ida en "veces" , e l l a ha bajado de ve i nte a qu ince. Los que l a m idan en un idades tendrán tal vez otra o p i nión , pues s e pasa de 1 .900 (2 .000 menos 1 00) a 2 .800 (3 .000 menos 200) .

' \ E l uso de porcentajes es también e ngañoso. S i los r icos son el 1 0 % de la población , ganando 2 .000 contra 1 00 se l l evan el 69% de l i ngreso tota l . Ganando 3 .000 1 contra 200 se l l evan "só lo" el 62 ,5 % . ¿ H a mejorado por l eso l a d istr ibución de l i ngreso? No responderá l o m ismo \ un pobre que un r ico. .

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Dejando de l ado estos juegos de manos igua l itar ios, es evidente que este r itmo de mejoram iento parecerá demasi ado l ento a los trabajadores , y como e l los también t ienen a l gún poder po l ít ico -aunque sea a través de su acción gremia l- pueden logra r que esta modesta meta reformista resu l te i nv iab le , pero ahora desde e l otro lado.

En este caso se negoc ia , según los reformistas . Pue­de l l egarse a aumentos menos modestos, en que ambas partes estén de acuerdo. . .

Y en efecto , se l lega s iempre a a lgun acuerdo, que s iempre resu l ta efímero, y se vuelve a empezar. La parte más déb i l acepta condic iones que l e parecen favorab les, pero a l poco t iempo l a rea l idad le muestra que sus .expec­tativas de igua ldad no son satisfechas . Es que el n 1vel de vida materia l , de educación , de sa lud , de l ibertad , de po­der, de l 1 0 % a l to es tan i nmensamente superior a l de l resto que no hay forma de . igua lar los con regateos . .

Este proceso se repite muchas veces , porque todo es v is ib le sólo a medias. E l pueb lo no es rea lmente cons­c iente de la des igua ldad , no a lcanza a imag inársela en su verdadera amp l i tud, l a perc ibe só lo en sus aspectos menos i mportantes , como el consumo suntuario. No está seguro de sus fuerzas n i de sus amigos . Todo e l l o l e qu ita poder pol ít ico. En cambio sf l e resu lta fáci l imag inar -porque los está v iendo todos los d ías- los pe l igros y sufrimientos que i mp l ica la actividad po l ít ica opositora.

Algunas otras metas -por ejempl o l a de participa­c ión po l ít ica efectiva de l pueb lo , o l a de soc ia l i zar o na­c iona l izar la propiedad- requ ieren menor costo rea l , de modo que son viab les físi camente (se trata pr inc ipa lmen­te de d if icu ltades de reorganización instituciona l , y es­casez de recursos humanos ca l i f icados) , con tal de tener un poco de capacidad i nnovadora. Pero su v iab i l idad pol í­t ica resu l ta dudosa s i n neces idad de todos estos aná l i s i s .

S imp l if icando l a cuest ión, podría deci rse que l os gru­pos que poseen e l poder de decis ión económico y pol í­t ico no l o cederán de un d ía para otro por las buenas, y como disponen de l a fuerza fís ica , no es fác i l ob l i gar los por las malas . Esto conduce a una v ieja d i syuntiva :

S i l os que resu l tar ían favorec idos por las metas no están en el poder y no t ienen fuerza para tomarlo , o no

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tienen confianza en sus fuerzas , o p iensan que l a fuerza puede acan-ear demasiadas desgracias para todos, esas metas no tendrán viab i l idad po l ít ica y la g ente tratará de conformarse con otras más modestas . Aceptan que e l t iempo de gestación de l as metas que les gustan e s muy largo: está más a l lá de l horizonte .

En otras pa labras, es de suponer que l os grupos domi­nantes pueden ir perd iendo su poder poco a poco y per­m iti r entonces -aunque sea de ma la gana- que s e apl i ­que el Proyecto Nac iona l deseado . E l p unto central es, por supuesto , en cuánto tiempo sucederá eso .

Los que son más opt imistas con respecto a sus fuerzas y al costo de usar las, o ya no toleran más la si­tuación existente, se dedican a preparar l a toma del po­der, y rechazan las d isqu is iciones de este t ipo como meras pérd idas de t iempo, o como intentos de desviar l a aten­ción de l pueb lo de su tarea fundamenta l : l a l ucha activa .

Adviértase , entre paréntes i s , que esta actitud trans­forma el probl ema po l ít ico en uno de via b i l i dad fís ica : se p lantea la meta fís ica de tomar e l poder (es u n a meta extrema de partic ipación popu l a r exc luyente) y para cum­p l i r l a hay que ver si se d ispone de los recursos h um anos , e l equ ipo, la capacidad i nnovadora y -a veces- l a " im­portac ión" de fuerza necesar ia .1

Pero además de compart i r todos los prob lemas de escasez de recursos de cualqu i e r otra m eta, l a toma del poder presenta una i m portante caracter ística extra : los recursos humanos se d ividen en amigos y enemigos , y l a cantidad -y l a fi rmeza de convicciones- de ambos puede dec id i r l a viab i l i dad del p royecto .

En eso se basa l a uti l idad de l a préd ica : recl uta a l ia­dos , l es da án imo, deb i l ita l a convicc ión del e n emigo. Estos objetivos son también persegu idos por la guerra ps ico lóg ica, e l l avado de cerebro, l a propaganda , con téc­n icas b ien conocidas, pero reservaremos e l nom b re de "préd ica" para l os casos en que se p l antean todos los

l Es curioso que la importación de fuerza extranjera es hoy más usada por grupos d i rigentes para conservar el poder (Santo Domingo, Vietnam, Checoslovaquia) que por los g rupos que aspiran a él. His­tóricamente no ha s ido s i empre así, como lo m uestran en nuestro continente San Martín y Bol ívar.

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grandes aspectos del problema soc ia l y no se usan n i a rgumentos i rrac iona les n i i nformaciones deformadas. En este sentido, e l nuestro es un método que s i rve para l a prédica. .

Pero todo esto era -como d i j imos- simp l if icar l a cuest ión . E n vez d e e leg i r entre rend i rse o l anzarse hoy al combate , hay que ana l izar la v iab i l idad po l ít ica s i n de­masiadas s imp l if icaciones. E l l a depende, como la v iab i l i­dad fís ica, de una cantidad de factores y recursos . Cada g rupo social t iene sus asp i raciones y expectativas, t iene c ierto grado de satisfacción con sus l ogros actuales y esperados, c ierta v is ib i l idad de sus problemas y nece­s idades , c ierta capacidad de espera para sati sfacer las , c ierta propensión a actuar , c ierto grado de organ izac ión o estructura i nstituciona l , c ierta compos ic ión ideológica y po l ít ica, c ierta fuerza potenc ia l , c ierta conciencia de su pos ib le papel h i stórico.

Las i nstituciones que tienen a lgún g rado de control sobre el poder po l ítico, formal o efectivo, son muchas, y sus características pueden evo luc ionar de d isti ntas ma­neras.

Un estudio comp leto de todo este panorama l l evaría tanto t iempo que s ign if icaría renunciar a l a acc ión . U na acción s i n n i nguna c lase de estud io previo de este pa­norama sería i rrac iona l . ¿ Cuál es el "justo medio"? Nues­tro método inc l uye un i ntento de respuesta (ver capítu lo X para más deta l l e ) , muy tentativo, pero presentado de modo que sea fác i lmente mejorado i ncorporándole l a ex­per iencia de otros.

7. Funcionamiento del método

En conc lus ión , una vez sati sfechas l as Tes i s 1, 2 y 3 -que d icén cómo se describe o define u n Proyecto Na­cional- se procede a verif icar su v iab i l i dad fís ica , soci a l y po l ít ica . Este proced im iento se deta l l a en e l resto de l l ibro, pero vamos a resumir lo aqu í bajo l a forma de otras cuatro tes is , aunque para e l l o debamos ade lantar una term ino logía a lgo más técn ica .

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Tesis 4. Se prueba l a v iab i l i dad fís ica del Proyecto Naciona l , estud iando s i hay a lguna estrateg ia , o m anera de sati sfacer todas las metas para todos l os grupos en los p lazos dados , s i n uti l i zar más que los recursos d isponi­bles al com ienzo y los que se vayan creando.

a ) Los recursos a tener en cuenta son : Recursos humanos. Recursos natura les ( i nc l uso h ipótes is sobre c l ima,

pestes, y otros factores "exógenos"). Capacidad i nsta l ada de producc ión ( i nc luso i nfra­

estructura f ís ica) . Capacidad de importar ( i nc luye h ipótes i s sobre

precios y demanda i nternaciona les) . I nfraestructura i nstituciona l . Capacidad de i nnovar y crear.

Los valores i n ic ia les de estos recursos son datos -hipotéti cos en su mayor parte-, sus va­lores f ina les son metas, y sus va lo res intermedios dependen de la estrateg i a usada .

b ) Cada manera de comb inar estos recursos pa ra al­canzar l os objet ivos -creando los nuevos recur­sos que resu l ten necesar ios para e l lo- se l la­mará una estrategia tecnológica, o forma de pm­ducc ión . Se la expresará de manera resumida me­d iante coeficientes técnicos como los s igu ientes : Coefic ientes de capac idad o cap i ta l . Coefic ientes d e trabajo o productiv idad . Coefic ientes de i nsumas . Coef ic ientes de v ida úti l o desgaste de l a capaci­

dad i nsta l ada . T iempo de gestac ión de los aumentos de capacidad . Coefic ientes de importaciones de b ienes y ser­

v ic ios para l a producción . Tasas de nata l idad, morta l idad, morbi l idad , acti­

v idad , para l os grupos soci a l es . Tiempo y tasas de graduac ión para entrena m iento

de d ist intos n ive les . Productividad y t iempo de gestac ión de l a i nves­

t igación tecnológica .

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Productividad y vida úti l de las reformas i nstitu­c iona les .

E lasticidades d iversas de todas las var iab les ante­r iores.

e) Según l a Tes i s 3 se debería poder est imar e.l

efecto de l os objetivos sobre estos coefic ientes técnicos (por ejemp lo , efecto de l as metas educa­t ivas sobre los coefic ientes de trabajo y otros) . Para eso s i rven las e last ic idades mencionadas.

d) Con esos coefi c ientes técn icos se ca lcu lan los re­cursos de todo t ipo necesar ios para cump l i r las metas de cada año, hasta e l hor izonte, bajo d is­t i ntas h i pótesis sobre l os factores no control ab les (c l i ma, precios i nternaciona les , etcétera) .

e) S i todas las estrategias tecno lóg icas que parecen d ignas de ensayarse, y todas las estimaciones ra­zonables de l os coef ic ientes técn icos producen grandes brechas en a l guno de l os recursos duran­te t iempos cons i derab les , el P royecto Nacional propuesto no t iene viab i l idad fís ica .

Entre los recursos mencionados en esta tes is , e l ca­p ital y la fuerza de trabajo son los más d iscutidos desde antiguo, y l es ded icaremos atención especial .

E l pr imero conduce a los prob l emas d e l a "acumu la­c ión i n ic ia l " o "pr im itiva" -tanto capita l i sta como socia­l ista- y del "despegue" , la i ndustr i a l ización y la moder­n ización . A l respecto, daremos nombre a otra etapa de acumu lac ión , típica de países i ntermedios como el nues­tro, donde ya l a acumu l ación i n ic i a l se ha cumpl ido en buena parte . La l l amaremos acumulación reorganizativa, pues consiste en aumentar l a capacidad de producción aprovechando mucho mejor las maqui nar ias ya i nsta l adas, tanto por raciona l izac ión i nterna de las empresas como por reformas instituciona les de coordinación que eviten . . costos inúti les , demoras, estrangu lamientos, y aumenten la vida úti l de la capacidad insta lada.

En cuanto a la acumu lac ión de recursos humanos, pre­senta también etapas s i m i l ares -y, en rea l i dad, l a reor­gan izac ión mencionada, más que de máquinas es de hom­bres- pero menos comprendidas aún , a pesar de que

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todo e l mundo está de acuerdo en que " e l cap i ta l más prec ioso es el hombre" .

Tesis 5 . Si e l Proyecto Nacional t i ene viab i l i dad fí­s ica , se ensaya su via b i l i dad soc i a l :

a ) Se toman los va lores actuales de los s i gu ientes instrumentos distributivos : Salar ios . Prec ios , i nc luso a lqu i leres, tasa de interés, tipo

de cambio . Impuestos de toda c lase, i nc luso aportes sociales

y seguros ob l igator ios . Uti l i dades d istr i bu i das por las empresas . Subs id i os y transferencias . Exprop iaciones . Regu lación de remesas a l extranjero por benefi­

c ios , roya l t ies , etcétera. b ) Con estos va l ores se ca l cu l an año a año los i ngre­

sos y egresos de cada grupo socia l , donde los egresos consi sten en l a compra de b ienes y ser­vic ios que e l Proyecto N acional l es as igna , más los i mpuestos. Los i ngresos están dados por l a ocupaci ón específica, más los s u bs idios y trans­ferencias .

Se calcu l an aná logamente los i ngresos y egre­sos de l as empresas , e l gob ierno y e l sector externo (balance de pagos ) .

e) Si n i nguna de estas cuentas presenta grandes dé­f ic it , o si éstos desaparecen m ed iante cambios pequeños y graduab les en los i nstrumentos, e l Proyecto Nac iona l es v iab le con l a estructura d is­tributiva actua l , y ese es el pr i nc ipal índ ice de v iab i l idad soc i a l .

d ) S i l a estructura actual n o da v iab i l idad , s e bus­can cambios más profundos en . l os instrumentos -o sea po l ít icas d istr ibutivas drásticas ; " cambios de estructura"- que s í la den (eso s i empre es pos ib le , por una e lemental identidad económica , cuando hay v iab i l idad fís ica ) . Luego se verá s i esas medidas ti enen v iab i l idad po l ítica. (Ver Apén­dice para un ejemp lo senc i l lo . )

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e) Luego se consideran otros factores de i nseguridad (ver capítu l o 1 1 1-6) que puedan tamb ién , como l a mala d istr ibución de i ngresos , orig inar fenómenos de desintegrac ión soc ia l o anom ia extendida (ejemp lo : fa l ta de un núcleo soc ia l izante efectivo , · como lo fue l a fam i l ia ) .

La necesidad de i nstituciones adecuadas se trata en l a v iab i l idad fís ica .

En adelante , a l usar l a pa labra "esti l o " inc l u i remos no só lo l os objetivos s i no también l a estrategia tecnoló­g ica y l a po l ít ica d istributiva que lo hacen v iab le fís ica y socia lmente .

Así, un esti lo t iene dos aspeGtos : sus objetivos y l a estrategia para a lcanzar los . Los objetivos -e l Proyecto Nacional- son el punto de part ida f i jo, que só lo se cam· bia cuando se demuestra que es impos ib l e de a lcanzar por n i ngún camino. Para las estrategias hay más f lexi­b i l idad: e l l as son los medios para cump l i r l os fi nes ex­presados por el P royecto Naciona l ; cons isten sobre todo en la e lección de tecnologías de producc ión , ve locidad y t ipo de preparación de recursos humanos y natura les , med idas organizativas , pol ít ica f isca l , comercio exter ior etcétera .

'

S i una estrateg ia no permite a l canzar los objet ivos, se busca otra que l o haga. .

A lgu ien podría p lantear aquí e l v iejo y fa lso problema de los fi nes y los medios . ¿Aceptaremos cualquier es­trategia que haga viable nuestro Proyecto Naciona l ? Esto suscita la i magen de masas humanas crue lmente opr imi ­das en aras de a lguna empresa monumenta l como las p i ­rámides, o l a pérd ida de l a l i bertad en un Estado tota l i­tar io que pers igue sus propios f ines s i n preocuparse de los valores humanos.

Ta l s ituación no puede darse con nuestro método, a menos que lo ap l iquemos en forma muy i ncompleta . Pues como nuestro Pr inc ip io 1 nos previene contra l as s imp l if icaciones exces ivas, nuestro Proyecto Nacional de­be inc lu i r todas l as necesidades que merezcan tenerse en cuenta ; por ejemplo la necesidad humana de no ser tra­tado como esclavo. Así , si las metas i nc l uyen un buen

58

\ ')

. r ····

grado de partic ipación popu lar y una sati sfacción razona­b le en e l trabajo, esas estrateg ias total itarias quedan automáticamente exc l u i das, pues no sati sfacen esos obje­tivos , por efic ientes que sean para sat isfacer otros .

E n otras pa labras , los fines , cuando s e los expone de manera completa , como un s istema i ntegrado y no como a lgunas metas sueltas , ya i nc l uyen todas l as restricciones deseadas sobre los medios que es l íc ito emplear .

Uno de los ejemp l os más i mportantes de esto -y que a pesar de su evidencia só lo ha s ido puesto sobre el tapete en l os ú lt imos años- es la cantidad de res­tr icciones que se imponen a l as pos ib les pol ít icas sobre i nversiones extranjeras cuando se ha aceptado exp l ícita­mente un objetivo de soberanía nacional .

Tesis 6. Obten ida una estrategia tecno lóg ica y distri­butiva que haga viab l e al Proyecto Nac iona l , se ca lcu lan los ind icadores de v i ab i l idad po l ít ica:

a) Se c las i fica l a población en grupos segú n l os s i ­gu ientes criter ios : Dom i nancia o poder. Rol soc ia l . N ive l de v ida mater ia l . Sat isfacción en e l trabajo . Modo de perc i b i r sus i ngresos. Comunicación con otras personas . Medios norma les de p rotesta y p resión . Pasividad. Conc iencia de pertenecer a un g rupo o c l ase. I nstituciones que los representan o reúnen , y sus

características . Expectativas y asp i rac iones (necesidades sen-

t idas) . Ponderac ión y pr ior idades asignadas a l as disti n-

tas neces idades. b ) Con estos datos se ca lcu lan para cada grupo soc ia l

y sus i nstituc iones representativas los s i gu ientes i nd icadores : Vis i b i l idad y comprens ión del P royecto Nacional

p ropuesto .

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índ ices de apmbación "objetiva" de sus metas y las de otros Proyectos v is ib les .

Desconfianza Y antagonismo hacia e l Mov im iento o grupo que más lo promueve .

Part ic ipa?i�n en a l i a�zas, co� l ic iones , partidos y.

mov 1m 1entos po l 1 ticos. -Poder efectivo de l grupo a través de sus medios

de pres ión usua les . Poder potencia l de l grupo en s i tuaciones muy con­

f l ictivas. E l ast ic idades de estos ind icadores con respecto a

l a préd ica . e) S i n i ngún grupo con gran poder efectivo es muy

desfavorab le al Proyecto -in ic ia lmente o a través de la prédica-, éste es v iab le po l ít icamente .

Se trata aquí de un cálculo referido a l a s ituación i n i c ia l , teniendo deb idamente en cuenta los antecedentes h istóricos . Por suerte no parece necesario estimar cómo varía � � . apoyo ? antagon ismo de cada grupo al Proyecto a mecl iaa que este se rea l iza.1

. Tesis 7. Este método s i rve para evaluar Proyectos

NaciOnales Y ha l l a r estrategias tecno lóg icas y d istri buti­vas que los hagan vi �b les , si las hay, con el objeto de :

a) Imp lementar d 1chos Proyectos , s i t ienen v iab i l idad po l ít ica .

b) H.acer prédica efic i ente en favor de e l los , s i no la t 1enen todavía .

e ) Hac:r pr�� ica contra otros Proyectos mostrando su 1 11VI ab l i idad o su i ncoherencia ideológ ica , s i ese es e l caso.

8 . " l sm os" y estilos

Para i l ustrar nuestro método, i ntroduc i remos en este volumen dos Proyectos Nacionales o Est i los de Desarro-

1 Haremos amplio uso del método de Calcagno-Sainz para estas cuestiones ; ver ( 1 ) .

60

l l o : el CONS o Consum i sta y el C REA o Creativo. Menc io· narernos también otros tres corno ejemplos extremos , s in desarro l lados (Autoritar io , H i pp ie y Lunar) .

Los nombres pueden no ser los más acertados , pero l o que i nteresa es su defi n ic ión más prec i sa , que se da en l os capítu l os IV y V. Por tratarse de ejemplos, estas defi­n ic iones no comprometen más que al autor . CONS es una extrapo l ación de l a sociedad actua l ; CREA es una socie­dad creativa , soc ia l i sta , naciona l i sta , sol i dar ia . Para otros ejemplos de esti los no hace fa lta forzar mucho l a i rna­g i nación : basta rel eer la h istor i a de l as civ i l izac iones o l os estudios antropológ icos. S i n embargo tamb ién las Utopías -clás icas y modernas- y hasta l as sociedades imag i narias que nos ofrece la c i encia-f i cc ión , m uestran frecuentemente aspectos , pos ib i l i dades y p roblemas -so­bre todo pel i gros i nsospechados- que n o son fác i les de v isua l izar a través de l a exper iencia h i stórica s i n ayuda de la imag i nación. Por eso son úti les a pesar de su i n­v iab i l idad manifiesta .

U n caso de importancia práctica dentro de pocas dé­cadas es e l esti lo deseab le y v iab le pa ra una colonia humana en la Luna. N uestro método no sería i nadecuado para tratar lo , y por eso lo agregarnos a los ejemp los ex­tremos.

Los " i srnos" usua les -soc i a l i smo, l i bera l i smo , nacio- · na l isrno- son conceptos más generales y ampl ios que los esti los , como hemos d icho. Puede haber --y hay- dis­ti ntos esti los soc ia l i stas y cap i ta l istas , pues e l l os ponen el énfas is en c iertas estrateg ias particu lares de organiza­c ión soc ia l y productiva , y no dan mayores prec is iones sobre los demás aspectos que aquí cons iderarnos esen­c ia les , y que se resumen en las Tes is 2, 3 y 4.

Por supuesto no todos estarán de acuerdo con esto , en lo que respecta a l soci a l ismo. Se aceptará que hay dis­t intas "vías hac ia" e l socia l i smo, pero que la m eta f ina l es ún ica . Corno contri bución para ac larar este p u nto e l autor ofrece s u v is ión d e un esti l o que considera socia l is­ta -el creativo- y que por estar defi n i do con bastante deta l l e perm it i rá ta l vez ver if icar con más faci l idad que no es e l ún ico , o que sí lo es, o que no es socia l i sta.

De todos modos la d iscus ión es por el momento aca-

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démica : e l soc ia l i smo, Cm i co o p l u ra l , está más a l l á de l horizonte o tan cerca de é l que esta po lémica deja de ser pr ioritari a .

E n cambio s igue s i endo rea l l a existencia d e l a s d is­t intas "vías hac ia" . El estud io de estas vías en las con" d ic iones part icu la res de cada país, de sus objet ivos i nter­medios y estrategias para cumpl i r l os es una tarea de i n­dudab le u rgencia , y todo método que ayude a rea l izar la debería ser b ienven ido . Tengo l a esperanza de que este método s ign ifique un aporte ---por pequeño que sea-- en ese sentido.

Más aún, tengo la convicc ión de que puede ayudarnos aquí , en la Argenti na , a forjar nuestro propio Proyecto Naciona l .

9 . Resultados

Resumiendo el capítu lo sobre resu ltados , podemos de­c i r que de los ensayos ya hechos con datos venezo l anos, ch i lenos y bras i leños, y modelos no muy perfeccionados , e l est i l o creativo es v iab le y e l consumista no .

CONS presenta un enorme estrangu lam iento externo: ' debido a l consumo opu lento y a l a tecnología que éste ;

requ iere . Por eso no es v iab le f ís i camente , a menos que . cons iga enormes f inanciac iones externas.

· Bras i l es e l país que está más cerca de consegu i rl as

-a cost¡:¡ de sacrif icar mucho l a i ndependenc ia económi­ca- grac ias a las i nvers iones extranjeras . Esto requ iere además dar un "c l ima de seguridad " para esas i nvers io­nes, que deforma todos los objetivos popu l ares. Exige en rea l idad l a i nstaurac ión de un fasc i smo sui generis: a l i an­za m i l i tar f inanciera muy represiva pero no naciona l i sta. Ta l s ituac ión , agregado el hecho de que ni aun así puede v iab i l i zarse un aumento grande del consumo popu l ar, hace muy d ifíc i l l a v iab i l idad po l ít ica del proyecto .

El est i l o CREA es fác i lmente v iab le en sus var iantes austeras , porque el "sector de punta" es l a educac ión , que requ iere pocos i nsumas importados . E l consumo ge­neral a l to es v iab le si d icha educación t iene por resu ltado un aumento suf ic iente de productividad, i nc l uso i nnova-

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c iones en tecnología fís ica y soc ia l . Por lo tanto , depende / mucho del p l anteo i n i c i a l correcto del contenido cua l ita· / t ivo de l a educac ión. La duda está en l a v i ab i l idad po l íti-/ ca, pues como las metas igual itar ias exi gen que l a pro-¡ piedad sea de l t ipo socia l ista , hay i n i c i a l mente g rupos/ poderosos que se oponen al camb io . '

N i nguna de estas conclus iones es i nesperada , por c ierto . La novedad que aporta el método es el poder de convicción que resulta de mostrar exp l íc itamente cómo e l conjunto de l os factores en juego conduce i rrevocable­mente a estos resultados .

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t !

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Notas a l capítu lo 1

Nota 1 . Importancia , valor y verdad

Dado el hecuente uso que haremos de estos conceptos y la poca claridad que reina a l respecto, los defi n i remos de manera ade­cuada a nuestras necesidades, s in pretensiones de i n ic iar su anál i­s is completo.

Nuestro concepto básico serú el de pregunta -o problema-, y sus posibles respuestas.

Pero dado nuestro enfoque constructivo nos ocuparemos sólo de aquel las preguntas referentes a decisiones y actos, como : " ¿ En qué forma se van a satisfacer las necesidades educativas del gru­po B?"

La importancia es en pr imer lugar una propiedad de las pregun­tas. Cada pregunta tiene una ponderación, o grado de i mportanc ia , y derivadamente todas sus respuestas posibles tienen ese m ismo g rado de i mportancia. Como cualquier proposición puede considerar­se como respuesta a una pregunta, toda proposic ión es ponderable .

E l valor es una propiedad de las respuestas a una pregunta. Las ordena según el grado de preferencia del actor.

La verdad es también u na propiedad de las respuestas. Las ordena por grado de credibilidad o confiabilidad, o probabi l idad de ocurrencia.

Previa a estas tres propiedades hay otra, de as ignación automfi­tica: la visibilidad.

No todas las preguntas hoy vis ibles l o fueron s iempre, hubo un "momento " en que se empezaron a perci b i r, y só lo a partir de a l l í puede hablarse de su i mportanc ia , valor o verdad. Pueden también recaer en la i nv is ib i l idad, por olvido. Lo m ismo sucede con las re3-puestas a una pregunta, que pueden afinarse por percepción de d i­ferencias antes i mperceptibles, o ampl iarse a pos ib i l i dades nuevas (creación) .

La asignación de ponderaciones , preferencias y cred ib i l idades es doblemente relativa : depende del actor y del contexto.

Los actores en que estamos pensando no son i nd ividuos s ino movi m ientos pol íticos , gobiernos y otros grupos d e decis ión y pre­s ión. Su pr imera tarea es defin i r el contexto en que se p lantea la pregunta: país, grupo, i nstitución, corto p lazo, etcétera.

Ese contexto puede s iempre d ivid i rse en dos partes: un sistema o ente de alguna clase, que es el centro de i nterés, y su ambiente o marco de referencia, l lamado también contexto del sistema. Las preguntas se refieren al s istema , en su ambiente.

Se procede luego por etapas. Así como un matemático e l ige sus axiomas, e l actor e l ige un conjunto de preguntas básicas, que representan en general los objetivos de la acción. A estas preguntas ú ltimas las pondera -unas con respecto a otras, numéricamente o

64

no- y luego ordena por preferencia las respuestas a cada una . Estas asignaciones son cal if icadas de " l ibres" o "arbitrar ias" , pero por su­puesto dependen de la ideología , la h istoria del actor.

E l actor d isti ngue luego un segundo conjunto d e preguntas, ins· trumentales o inmediatas, sobre cuyas respuestas cree tener con­trol: puede lograr que la respuesta más probabl e coincida con la preferida, una vez defin ida la p referencia (el gobierno cree que puede elegir la respuesta a la pregunta: "¿cuánto valdrá el tipo de cambio oficial ?") .

U n instrumento es i mportante s i se eme que tiene i nf luencia grande sobre algún objetivo importante. Esta defi n ic ión puede hacer· se más rigurosa, según lo que se dirá más adelante sobre pondera­ciones, pero lo dejaremos a cargo del lector.

Una decisión con respecto a un i nstrumento ( respuesta a una pregunta i nstrumental ) es preferible a otra, s i se cree que producirá respuestas preferidas a las variables últ i mas i mportantes. O sea, si sus efectos son prefer ib les .

Para estimar esas i nfluencias o efectos, e l actor posee un modelo -menta l , verbal o matemático, c laro o confuso- del s istema en su ambiente, con el cual puede contestar un tercer tipo de pre­guntas -de la forma : "¿Qué sucederá con los objetivos si m anejo de tal forma los i nstrumentos ?"-- que pueden descomponerse e n mul­titud de preguntas parcia les o intermedias sobre la i nfluenc i a que tienen unas variables del modelo sobre otras.

Un cuarto g rupo de preguntas se refieren a l ambiente ; las l la· maremos "exógenas".

Usando el modelo como s istema deductivo -rigurosa o i ntuiti­vamente- se l legará a conclusiones sobre los efectos y s ensibil i· dades de unas preguntas con respecto a otras, y así se asignan deri­vadamente i mportancia, valor y verdad a los cuatro ti pos de cuestio­nes ( l a cred ib i l idad de las decis iones y las exógenas es dato ) .

En cuanto a la confiabi l idad (va l idez) del modelo mismo o sus partes, es dato: se basa supuestamente en la i nferencia exper imental , lo cual no es muy cierto en las c ienc iGs sociales , por el moment'J .

Es i ndudable que no t iene mucho i nterés hablar de preguntas ais ladas. Lo i mportante es la credib i l idad del modelo total , e l valor de una estrategia completa -combinación de decis iones con res­pecto a todos los instrumentos- la i mportancia de l conjunto de los objetivos. Todos el los, como hemos d icho, dependen además d81 contexto.

Pasando a un lenguaje algo más formal , en vez de preguntas y respuestas hablaremos de variables y sus domin ios de valores (no confund ir este uso matemático de la palabra "valor" con el a nterior) . Las variables se ordenan por importancia , y sus valores por prefe· rencia y cred ib i l idad. Por supuesto hay variables que son a su vez valores posibles de otras variables, pero no entraremos aqu í e n cues­tiones de ese t ipo .

Como ejemplo técnico muy simple tomemos u n a asignación de recursos por programación l i neal . Hay una sola variable ú lt ima: la función objetivo, a optimizar, pero justamente esta es una combina-

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Cion l ínea! de varias otras variables, cada una de el las ponderada por un coeficiente dado extra-modelo, que es la medida de su importan­cia. Puede haber más de un objetivo, pero todos deben poderse com­binar l inealmente mediante ponderaciones que son datos .

Este es el caso que seduce a los teóricos s impl ificadores : todos los objetivos pueden resumirse en un solo i ndicador, ponderándolos

adecuadamente. Sus valores numéricos son preferidos en orden cre­

ciente o decreciente, según se trate de maximizar o min imizar. . . Las variables i nstrumentales son las i ntensidades de las distm­

tas actividades. Las más i mportantes son las que más afectan al

valor de la función objetivo. Las estrategias se ordenan seglin

el valor que producen en e l objetivo. El modelo está formado por ol

conjunto de restricciones a satisfacer. Una afirmación sobre las re­

servas de un recurso escaso puede ser más o menos confiab le . Su

importancia está dada por su "precio sombra", que es como se l lama

su influencia marginal sobre e l óptimo. Lo mismo ocurre con los coe­

ficientes de " i nsumas" (éstos también tienen precios sombra, como

demostró este autor) (9) . Con este ejemplo a la vista se comprenderá fáci l mente e l sig­

nificado de los cuatro tipos de ponderaciones que introduciremos.

El problema es cómo combinar objetivos si multáneos, no compara­

bles directamente, pero ponderados de alguna manera . Las 4 posib i l i ­

dades son: a) Ponderación numérica g lobal : como en el ejemplo dado, se

puede formar un objetivo ú nico por combi nación l i neal de los datos,

usando las ponderaciones como coeficientes.

b) Ponderación numérica marg inal : se hace lo m ismo que en a) pe­

ro localmente. Es decir, se dan ciertos valores de referencia de los ob­

jetivos, y se ponderan (se asigna i mportancia a) las diferencias con res­

pecto a el los, que luego se combinan l ineal mente sólo s i esas di­

.ferencias no son muy grandes. "Grandes" se define con respecto a

la d istancia entre dos de esos sistemas de referencia. Equivale a

reemplazar una curva por un pol ígono. e) Ponderación prioritaria : para cada objetivo se da un umbral

y un techo, y se los ordena por prioridades, s in necesidad de escalas

numéricas. Una estrategia es mala s i no consigue superar todos los

umbrales; todas las estrategias malas tienen el mismo valor: malo.

Una estrategia es preferi ble a otra -si n inguna de el las es mala­

si produce mejor valor en el objetivo de mayor prioridad. Si coin­

ciden en éste, se usa el de segunda prioridad y así sucesivamente.

No se tienen en cuenta los excesos sobre techos.

d) Ponderación cual itativa : no hay comparab i l idad posible. Una

estrategia es preferible a otra sólo s i . para c�da , objetivo por sep_

rado produce mejor resultado . Se obtiene asi solo una ordenac10n

parcial de estrategias.

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Nota 2 . Experimentación numérica y óptimos

Expl iquemos nuestro método de anál is is en términos l evemente técnicos. Para e l lo , concentrémonos aquí en uno solo de los objeti­vos del Proyecto Nacional , que además supondremos cuantif icable me­d iante un indicador numérico (como por ejemplo el PBI acumulado a cierta tasa de descuento, o alguno mejor) . Lo d icho para éste valdrá para el conjunto, si los objetivos son combinables mediante pondera­ciones totales o marginales.

Supongamos también que sabemos calcular, para cada estrat3-g ia o pol ítica económ ica completa -de aquí hasta el horizonte- cwíl es su resultado, medido por el valor de ese ind icador. En p rincipio entonces, s i fuésemos omnisapientes -si tuviéramos un modelo per·· fecto del país- podríamos d ibujar un gráfico como e l l .

E n e l eje vertical se representan los valores (numéricos) del indicador escog ido. Cada punto del eje horizontal representa una posib le estrategia (éstas no tienen por qué ser s i m ples nCimeros: se usa una recta por comodidad) . La curva o función expresa g ráficame'l­te cuál es el resultado numérico R de apl icar una estrategia E.

Si d ispusiéramos de este gráfico, todo sería clarís imo : busca­mos el punto más alto de la curva, y la estrategia que le corres­ponde es la ópOma. Si éste fuera el ú nico objetivo, ni h ab ría que i"Jablar de metas, pues lo racional es e legir el óptimo. Si hay otros objetivos s imultáneos, cada uno anal izable con un gráfico s i m i lar, se­ría demasiada casual idad que los óptimos de todos el los ocurrieran para la misma estrategia, y entonces debemos decir cuál es el míni­mo valor de cada uno que nos satisface.

En e l gráfico, esa meta se representa por una horizontal a la altura correspondiente, y son satisfactorias todas las estrategias que corresponden a puntos de la curva por encima d e esa recta. Cuanto más bajas son las metas, más probable es que haya estrategias que las satisfagan a todas simultáneamente.

Pero la real idad es que no conocemos esa curva, y las expe­riencias históricas nos dan sólo algunas ideas vagas sobre s u forma, ni siquiera unánimes. Los economistas teóricos construyen entonces según modelo matemático muy simpl if icado de la real idad -insatisfac­torio- que permite deducir una posib l e aunque poco probab le curva de éstas, de la cual puede buscarse el óptimo.

Nuestro método se basa en representar la real idad lo m ejoi· po­sible, mediante modelos con la complejidad necesaria para e l l o . Pero esa complej idad ya no nos permite deducir la forma comp leta de estas curvas, s ino sólo calcular algunos puntos de e l las.

En otras palabras, podemos ensayar con el modelo algunas estra­tegias y calcular sus resultados.

Gráficamente (véase gráfico 1 1 ) , l a curva punteada es verdadera, pero no la conocemos. Sólo hemos ensayado -en el modelo- 4 es­trategias: E1 , E2, E3, y E4. Conocemos pues sólo esos puntos de la curva (y en real idad, sólo aproximadamente, lo que indicamo s ponién­dolos cerca, pero no sobre la curva punteada) .

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INDICADOR

R M ETA J----:f---T----t--��---

GRAFICO i

INDICADOR

1 . , '...¡../ 1 1 1 t 1 1 1

E 1 E2

G R AFICO 1 1

E OPTI M O ESTRATEGIAS

E3 A B E4 ESTRATEGIAS

Si elegimos para este objetivo la M ETA-1 , veremos que dos de las estrategias la sobrepasan. Eso s ignifica que la meta e s viable, que E2 y E3 son estrategias satisfactorias (E3 más que E2 para este objetivo) , y que E1 y E4 no l o son.

SI fuimos más pretenciosos, aspi rando a M ETA-2, la conclusión provisional es que no es viable, pues n inguna de las estrategias en­sayadas permite cumplirla. SI es barato experimentar con n u evas es­trategias, probamos muchas más : 40 ó 400 ó 4.000 en vez de 4, con lo que cubrimos mejor la curva y las conclusiones se hacen más confiables.

Pem nada garantiza que vayamos a acertar e n nuestra e lección de experimentos, y si no ensayamos n i nguna estrategia incluida entre A y B, no descubriremos que era posib le cumpl ir la META-2 , y la de­secharemos erróneamente por inviable.

Para evitar esa mala suerte conviene tener algunos conocimientos teóricos sobre la curva, que permitan por lo menos hacer u n buen "diseño de experimentos" -como dicen los estadfsticos- o sea una buena elección de estrategias a ensayar. Por ejemplo, si tuviéramos algún motivo para creer que la curva crece hac i a la Izquierda, no perderíamos tiempo ensayando estrategias de la derecha. Algu:1a que otra vez, los modelos teóricos pueden dar ese t ipo de indicaciones.

Como se ve, este método no da una garantía total de éxito, y sobre todo no se parece al uso de la matemática que hacen los H­sicos teóricos. Sus méritos se verán con el tiempo, si los tiene.

Para una descripción más detal lada y ejemplos diversos, véase (2).

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CAPfTULO 1 1

las falacias del lenguaje económico

"Cuanto más grande, más sonso" Del refranero argentino

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l. El doble lenguaje de la Economíc.l

La enorme difusión publ i c itari a que se da hoy a los problemas económicos, y la termino logía semitécn i ca que los period istas usan cada vez con mayor entus iasmo, han logrado que el púb l i co i nte lectua l esté aceptando poco a poco c ierta manera de hablar que lo separa cada vez más de la real idad, m ientras lo consuela con una i l us ión de sabiduría profunda. Como aquí no se uti l i zará ese l engua­je , es necesar io aclarar por qué , cuáles son sus re laciones con el nuestro y qué pe l ig ros entraña desde nuestro punto de v ista .

Por ese motivo, no tenemos más remedio que dedicar un capítu lo entero a ana l izar el l enguaje , los conceptos, con que los tecnócratas nos p l antean esos prob lemas que todos conocemos, v iv imos y queremos reso lver.

�' No es que creamos que los prob lemas de l a real idad sean semánticos ; nada de eso : e l hambre es hambre , l lámese como se la l lame. Pero si las so l uciones se dis .. cuten en términos de "producto per cápita" , lo más pro­bab l e es que sólo se t ienda una corti na de humo sobre el p rob lema . _

E l l enguaje -vaya novedad- no es l a rea l idad , pero es un i nstrumento básico para comprenderla y transfor­mar la , s iempre que permita una representación más o menos f ie l de e l l a . En l a pr imera mitad de este s ig lo se estud iaron con deta l l e los fa l sos prob lemas creados por las pa lab1·as en la matemática y la fís ica. A un n ive l menos sofisticado es necesar io hacer lo aná logo para l a p lanifi­cación , y nosotros recogeremos parte de lp mucho que ya se ha d icho al respecto , traducido a n uestros c ri terios constructivos.

Comenzaremos por l a term ino log ía menos esotérica pero más pe l i g rosa por su popular idad : subdesarro l lo , tasa de crec i m iento , i ngreso o p roducto b ruto i nterno o PBJ , ahorro i nterno, transferenc ia tecnológ ica , exportacio­nes competitivas, déf ic it , f inanc i ac ión , etcétera. Son pala­bras fác i l es de aprende r y que permite n manejar cifras ,

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estadísticas, hacer comparaciones numéricas con e l pasado y con otros países .

Así se da l a sensación de que se procede de manera ser ia , "c ientífica" , puesto que eso faci l i ta e l uso de com- . putadoras y fórmu l as matemáticas . Los p l anes de desa­rro l lo y los d iscursos de l os m in i stros tecnócratas adqu ie­ren entonces un tono profesora ! , académico , y es d ifíc i l no creer que a l l í está l a verdad desnuda, objetiva, i mpar­c i a l , ideológicamente neutra .

Así es como se defi ne y eva l úa l a estrateg ia g l obal de un país med iante i nd icadores cuantitativos g lobales de crec im iento , i nvers ión , i nf lac ión , etcétera , según criterios y costumbres que conv ienen a los organ ismos i nternacio-

. nales de f inanc iac ión . Por desgrac ia otros organismos i n­ternacionales menos comprometidos -como las Naciones Un idas- uti l izan l os m ismos i nd icadores porque es l a forma más fác i l d e l levar estadísticas comparativas a n ive l i nternaciona l , s i n entrar en conf l i cto con los gobier­nos. Santifican así l a tendencia a cons iderar a un país como una cosa, med ib le con tres o cuatro magn itudes numéricas, casi todas monetar ias .

S in embargo, en estos mismos organismos se encuen­tran numerosos estudios que proponen i nc l u i r aspectos menos g lobales, más cua l i tativos, desde la v ieja po lémica monetar ismo-estructura l i smo del 50 hasta e l reci ente i n­terés por l a dependencia económ ica , pasando por e l des­cubr imiento de la d istr ibución del i ngreso, las des igua l ­dades reg ionales, los factores soc ia les y l os prob l emas pol ít icos de l a " imp lementación" .

Aquí i ns isti remos a fondo sobre l a necesidad de acla­rar pr imero cuál es l a estructura cual itativa de l país -y en particu lar de su economía- antes de hab la r de ind ica­dores g l oba les cuantitativos . El énfas is en la cantidad, el uso de estos números s i n ac larar su conten i do , cree­mos que es una trampa ideológ ica , y la l l amaremos l a falacia cuantitativa. E l l a e s típ ica d e l "desarro l l ismo" y p retende que l a esencia de todo Proyecto Naciona l es un conjunto de tasas de crec i m iento .

Para evitar ma lentend idos, ac la remos que no se trata de e l im i nar la cuantif icac ión ; al contrar io . Ya pasó l a época el) \JIJB podía d i scuti rse u n a pol íti ca económíca s i n

·74 1 '

datos numencos tan abundantes que requieren auxi l i o e lectrón ico para ser manejados . Se trata só l o de no usar l a a un n ive l en que puede s ign if icar cualqu i e r cosa, s i no ap l i cada a conceptos cuyo conten ido cual i tati vo ha s ido previamente bien def in ido.

Daremos varios ejemplos de esta fa lac ia , y s e verá aunque parezca menti ra , que en el fondo son todos tan tr ivi a l es como creer que la fuerza de un ejército se mide só lo por e l número de sus soldados.

En la base de esta falacia está e l hecho que la eco­nomía c lás ica debe d ist i ngu i r dos n ive les de actos econó­m icos . En uno -el físico o real- se hab l a de l a p roduc­c ión efectiva de b ienes y serv ic ios : de tr igo, máqu inas, obreros . En e l otro --el financiero o monetario- se habla de pagos, de valor en d inero, p recios, sa la rios, i ntereses . Cada n ivel t iene su l enguaje adecuado y l a economía d ispone así de dos l enguajes complementar ios, en un dua­l ismo que recuerda el de otras c iencias . Pero p refiere usar uno so lo : el monetario, en ambos n i ve les.

Mediante precios de algún tipo (de mercado , de cuen­ta , de escasez ) . los b ienes y servicios, recursos y facto­res , pueden expresarse en d inero , lo que permite sumar manzanas y zapatos, máqu inas y edif ic ios , maestros y ofi­c in istas , tratar la producción como un todo globa l , cuan­t if icar , contab i l izar en f in , i nstrumento que fue cruc ia l para e l desarro ll o del capita l ismo mercant i l e i ndustria l .

En pr inc ip io es pos ib le la traducc ión de un l enguaje a otro en ambos sentidos, pem eso no hace i nd i ferente cuál de los dos se emplea . Desde los fís icos hasta los f i l ósofos , todos los estudiosos saben hoy que cada len­guaje se adapta a expresar c iertas ideas con más c lar idad que otras, y que ejerce una pres ión constante en favor de c ierto t ipo de criter ios , métodos, razona m ientos, so lucio­nes. Sobre todo, cada l enguaje puede suger i r prob lemas d ist intos , o d i s imular los . E l l engua je de l as partíc u l as no ayuda a i nventar e l m icroscopi o e lectrón i co , n i el de las ondas a expl icar e l efecto fotoe léctrico : cuando hay len­guajes duales no hay que l im itarse a uno so lo de e l los .

E l l enguaje contab le , monetar io , está adaptad o a las neces idades de la empresa pr ivada y e l mercado , e n una economía de l ucro. Cuando e l objetivo pr inc ipa l de la

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actividad econorn 1 ca es ganar d i nero, produciendo no i m­porta qué ( lo producido pasa a ser en rea l idad un sub­producto de l a actividad de l ucrar) , e l cá lcu lo de costos y beneficios es ind ispensab le , y e l l enguaje monetar io es e l que más i nteresa. Para esta menta l idad l o más natural es pensar en e l país corno una gran empresa, y es as í corno nos proponen atacar los problemas naciona les de l argo p lazo con criterios como " maxim izar la tasa de crec im ien­to", "e l im inar e l défic i t de l gobierno" o "asegurar e l f i­nanciam iento sano de los proyectos" . Nos i nc l ina a des­cuidar objetivos como la part ic ipación o el nac iona l i smo porque no son fác i l mente expresables en d i nero; con­vierte los prob lemas educativos y sanitar ios en d iscusio­nes presupuestar ias, ve al Estado como un "admin istra­dor" y -en un terreno más suti l y profundo- es la base de la " cosifi cación" del mundo actua l en esta d imensión Cm ica.

E l or igen ideológ ico de las fa l ac ias cuantitativas es pues la forma de producc ión basada en l a gananc ia . Pero ahora ya han adqu i r ido una existencia casi autónoma, y no parece que vayan a desaparecer necesariamente jünto con l a empresa privada .

Es probab le que se qu iera restar importancia a estas observaciones. Al fin y al cabo l os economistas experi­mentados saben muy bien lo que se esconde detrás de cada ind icador g loba l , y pocos textos de economía o lv i ­dan poner a lgún párrafo de advertencia a l lector en e l pr imer capítu lo . Pero estos temas -a d iferencia de la Mecán ica Cuántica- no son de manejo exc lus ivo de Jos espec ia l i stas ; son de i nterés popu la r d i recto y expresar­los en l enguaje fa laz no ayuda a l a gente a defender sus verdaderos i ntereses.

Veremos ahora a lgunos ejemplos de estas falac ias .

2. El ingreso y su tasa de c recimiento

Según la mayoría de los econom istas , la mejor ma­nera de med i r el "grado de desarro l lo" de un país (para defi n ic ión de "desarro l l o " ver más ade lante) es por su

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ingreso anual por habitante. Muy groseramente, e l i ngre­so, o producto , o va lor agregado es la suma de todo lo que p roduce e l país , descontando la parte que vo lvió a usarse en ese m ismo p roceso de producción. N o entra­remos aquí a d i ferenciar entre i ngreso y p roducto, bruto y neto, i nterno-territor ia l y naciona l , con y s i n impuestos a las ve

_ntas y arance les . Cuando hab lemos de " ingreso" se

tratara de l PB I -�producto bruto i n terno�, y se usa para consumo, i nvers iones y exportac iones.

Nadie o lvida mencionar que debe ser comp lementado con otros i nd icadores, pero en concreto resulta que EE. U U . t iene cerca de 4 .000 dólares por hab i tante y Bol iv ia 200, y · en eso --se nos d ice� está la d i ferenc i a . Una fam i l ia t ipo de 5 personas, en EE. UU . , d i spone pues de unos 1 .500 dólares mensuales . Una fortuna .

Para sal i r de l "subdesarro l l o " pues, e l i ngreso debe crecer muy ráp ido, y sobre todo más rápido que la po­b lac ión . De otro modo, aun si hay más para repartir l e tocará menos a cada uno. No se nos sug iere que mate­mos a los v iejos y enfermos -método seguro de aumen­tar el ingreso p .h .-·- pero sí que dism i nuyamos l a nata­l idad .

No nos d i straeremos d iscuti endo esta propuesta . La pob lación no crece nunca a más de l 4 % anual (Argentina, me.nos del 2 % ) , y e l i ng reso s í -hay países , com o Japón , Chma, URSS, que han ten ido una tasa de crec i m iento anua l del ingreso de a l rededor de l 1 0 % d urante muchos años segu idos-, de modo que el prob l ema demográfico debe tratarse en otro contexto .

Observemos en pr imer lugar que s i Bol iv ia l ograra hacer crecer su i ngreso p .h . al 6 % anua l en Jo que resta del s ig lo -lo que sería una proeza- l legaría al a ñ o 2000 con � i l dólares p .h . , o sea lo m ismo que Argent ina hoy , on c 1rras redondas. Para un país tan pobre , por l o tanto, estas carreritas de crecim iento deberían parecer muy frustrantes . M ucho más l es convendría pensar en cómo se van a desarro l l a r que en cuánto: buscar nuevos caminos en vez de segu i r uno que les ofrece tan poco.

Argenti na , con esa m isma tasa (6 % por hab itante) a l canzaría el n ivel actua l de los EE. U U . , lo cua l puede parecer atractivo para l os adm i radores de l american way

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of lile rea l . C l aro que para entonces los EE. U U . habrán seguido creciendo, y estarán tal vez más l ejos de nosotros que ahora, en términos absolutos .

Pero tratemos de ver, por detrás de esos números, su contenido cua l i tativo, para no caer en fa l ac ias .

· a) En pr imer l ugar , es evidente que estos promedios

pueden esconder graves des igua ldades soc ia les . 4 .000 dólares al año es el p romed io de a l gunos que ganan mu­chísimo más, y muchísimos que ganan mucho menos . Lo correcto sería empezar notando esas des igua ldades y l ue­go cuantif icar de modo que no queden d i s imu ladas, para ver s i hay a lgún progreso hacia la i gua ldad. Pues frecuen­temente -esos i ncrementos de producto S!:} cons iguen dan­do cada vez más a los que ya t ienen de sobra.

E l concepto de d i str i bución de l i ngreso es muy v iejo :en economía , pero hace apenas un par de décadas que /¡'comenzaron a hacerse estudios más o menos s i stemáti­kos -y no muy confiab l es- sobre lo que realmente su­cedía en América de l Sur a ese respecto . Esos estudios quedan a l n ive l de i nformes de organismos técn icos , co­mo CEPAL, y muy raras veces son mencionados por qu ie­nes d i r igen los destinos de nuestros países . Es l óg ico: dec i r que Bras i l ha estado creciendo al 5-6 % p.h. durante los ú lt imos c i nco años hace pensar que l os regímenes m i l itares autoritarios tienen sus compensaciones, pero l a i l us ión queda m u y m a l parada s i u n o sabe q u e a l l í l a m itad de la población rec i be só lo e l 1 5 % de l i ngreso tota l , m ien­tras que e l 5 % más r ico se l l eva casi el 40 % (datos de 1 960, que no han cambiado gran cosa en l a década si­gu iente) . Este 5 % ya goza de un ingreso por persona s im i lar al de EE. U U . , y tiene los hábitos de consumo co­rrespondientes , m ientras que e l 20 % de l a población -1 8 m i l lones de bras i leños- perciben 60 dó lares por año. ¡Y aun entre éstos hay grandes des igua ldades!

No está de n i nguna manera demostrado, ni s iqu iera para los países europeos , que e l aumento de l i ngreso me­d io por persona d isminuya las desigual dades automática­mente . Por el contrar io , cuando no hay una po l ít ica f i rme al respecto , va l e para la r iqueza la m isma l ey de "con­centración" que para el tamaño de las empresas o de l as

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c iudades, o de l os países : los que ya tenían más s e l levan cada vez más.

b ) Un segundo defecto de este ind icador cuantitativo es que ocu lta lo que realmente , fís icamente, representan esos 4.000 dólares en términos de lo que recibe l a pobla­c ión . En esa c ifra están inc lu idos los gastos m i l itares y de seguridad i nterna , el control de l a cr im ina l i dad y de l a con­tam inación ambiental y una gran parte de los gastos pú­b l icos puramente burocráticos: l a "adm in i stración" . Todos estos " servi c ios " tienen la característica de ser necesarios sólo dentro de una organ izac ión social i rracional como l a actua l . L a cuarta parte d e l i ng reso norteamericano está dedi cada a estos menesteres, d i r i g idos s imp lemente a sos­tener la soc iedad tal como es . Vemos, pues, q u e hay argumentos económicos de efic ienc ia , además de l os mo­ra les , para preferi r una sociedad s i n guerras, s i n contro­l es de todo t ipo y donde la contam i nación se imp i d a antes de que ocurra . . Nuestra sociedad es demasiado costosa; como una ma la empresa , t iene gastos i núti les deb i do sólo a su fa lta de organ izac ión , que hub ieran deb ido y podido evitarse.

Cada vez que e l gobierno norteamericano a umenta su producción bél ica, sube el P B I . ¿ Podemos creer des­pués de eso que l a ve loc idad con que crece el p roducto mide e l desarro l l o de u n país?

e) En el resto " út i l " del i ng reso no todo es út i l tam­poco, y eso desde dos puntos de v ista que aquí examina­remos brevemente porque se tratan con más deta l le en adelante .

Por una parte está l a l lamada "d istri buc ión sectoria l " de l p roducto o ingreso : qué proporción corresponde a ac­t ividades agríco las , industria les de d isti ntas ramas , sa­l ud , serv ic ios , etcétera . Evidentemente no es lo m ismo aumentar el p roducto

· p roduciendo más automóv i les o más

educación y sa lud , más a l imentos o más servic ios de pe· l uquería . Aun cuando son todas cosas necesar ias , no lo son con l a m isma p rior idad n i en l a m i sma c antidad , y eso depende además de las condic iones en que s e ha l l e cada grupo soc i a l .

La e lección entre l as distintas estructuras sector ia les que puede tener el producto está l i gada a las m etas en

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términos de neces idades, a l est i lo de desarro l l o . Dos esti­los muy d isti ntos pueden estar creci endo a la misma tasa , y con costos soc ia les también d i st intos , como puede verse en el senci l lo ejemplo numér ico de la nota f ina l de este capítu lo .

Esto nos l l eva a mencionar e l prob lema de cómo es que pueden sumarse a l imentos , educación y corte de ca­bel lo , para formar entre todos el PB I . En nuestro p lanteo , este prob lema no se presenta porque no l os mezcl amos: damos metas por separado para cada uno de estos sec­tores, medidas de la manera más adecuada a cada caso .

Pero para l a contab i l i dad nac iona l , basada en l a con­v icción de que l a empresa es el modelo i dea l de raciona­l idad, era impresc ind ib le l l egar a ese numerito que resu­miera todo, como l a ganancia o l as ventas resumen l a actividad empresari a l .

Existía, c laro está , e l instrumento formalmente ade­cuado para homogeneizar manzanas, motores y féretros: e l l enguaje de los precios. Se mu lti p l i ca cada objeto o servic io producido por su prec io , ten iendo cu idado de no contar dos veces los que l uego son usados en la produc­c ión de otros, y se suma todo .

Este método no s i rve para los servic ios gratuitos , como l a educación púb l ica , y como ya sería demasiado su­poner que la educación no va le nada, se la eva lúa por los sueldos pagados . Así resu l ta que s i aumenta e l número de maestros, aunque trabajen menos o enseñen peor, e l producto aumenta . Si se l es suben los sa lari os rea l es -es dec i r , más de lo necesario para compensar la i nf lación, s i l a hay- también debería aumentar e l PBI , aunque la enseñanza sea de l a misma cal idad y se imparta a l m ismo número de a l umnos. A la i nversa , ningún mejoramiento de la calidad de la enseñanza sería ref lejado por e l PB I .

S in duda l os economistas estarían más tranqu i los s i toda l a enseñanza fuera privada y paga, para poder ap l i ­car le los m ismos métodos que a l as fábr icas de zapatos.

Pero tampoco en la i ndustr ia e l PBI está l i bre de d i ­ficu ltades. Los prec ios cambian de un año a otro, y es necesario e l im i nar l os efectos de esos cambios para saber cuánto creció " rea lmente " : a precios constantes.

Aritméticamente esto no es d ifíci l , sa lvo cuando apa-

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rece un artícu lo que antes no exi stía, desaparece otro, hay cambios de mode los , etcétera. Pero es que no todos los aumentos de precios son igua les . Algunos ref lej an proble­mas serios de escasez que pueden agravarse o desapa­recer con el t iempo; otros se deben a aumentos de cos­tos f inanc ieros, otros a s imp le afán especulat ivo . ¿Cuál es e l "verdadero" precio de un tractor ? ¿ El que ten ía e l año e n que empezó a fabricarse? Puede ser demasiado a lto porque se trataba de los pr imeros. ¿ El que t iene hoy? No, porque inc luye l a i nf lac ión. ¿ D ism inu i remos e l preci o d e hoy con l a tasa general d e i nf lación, o con la d e l sector industr ia l ? No, porque contienen muchas otras cosas que pueden haber ten ido d i ferentes g rados de inf lac i ón . ¿Con la de tractores? Tampoco, porque volveríamos a l prec io i n i c i a l que acabamos de rechazar.

Aunque s iempre puede encontrarse a lguna solución a cada uno de estos problemas de tecno logía contable , e l efecto acumu lado es muy importante cuando s e quiere estudiar e l crec im iento del producto a lo l argo de muchos años . Debemos adm it i r sin embargo que para comparar el PBI de un año con el del año anterio r , t ienen poca i m­portancia cuando la sociedad sigue su marcha continua y regular.

Muy d ist into es e l caso en que s e hacen cambios bruscos porque justamente no se está satisfech o con esa marcha "continua y regu lar" . Entonces l as comparacio­nes mediante e l PB I pueden producir m ás confus ión que c lar idad.

En efecto, así como l a reorganizac ión tota l de una fábr ica puede i nterrump i r temporariamente la producción , todo cambio soc ia l p rofundo perturba -casi por def in i .. c ión-- las actividades económ icas norma l es y p uede pro­vocar un estancamiento o descenso del PBI durante a lgu­nos años. ¿Toda revo l uc ión es mala , entonces?

No es de extrañar que l os creyentes en ese n umerito , pero que se d icen revo l ucionar ios, se muestren vac i l antes cuando l l ega el momento de l a verdad , de introducir l os cambios más profundos ( "s i e l p roducto se estanca per­deremos créd ito i nternac iona l ") . Ta l vez se senti rían más tranqu i los s i aprendieran a introduc i r esos cambios en el PBI como inversiones en reorganización sociopolí-

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tica, cosa que lo haría aumentar . Pero l a cantidad de acti · vidad po l ít ica es la m isma para un cambio fascista que para uno soc ia l i sta . . .

d ) E l otro aspecto de la parte " úti l " de l PB I , que debe­mos mencionar, no se refiere a l os d ist intos sectores pro­ductivos y sus prec ios , s i no a l conten ido superfl uo de cada uno de e l los .

A l comprar un artícu lo se está pagando no só lo su uso, s i no su presentación más o menos atrayente , su "diseño", l a or ig ina l idad del envase, l a e legancia de l co­mercio donde se lo adqu iere , los gastos de publ i c idad , relac iones públ icas , organ izaciones de ventas, s istemas de créd i to , prest ig io de la marca , etcétera . Esto representa una parte i mportante de l preci o , tanto más importante cuanto más " desarro l lado" es el país .

Buena pa rte de l costo de una casa corresponde a l terreno e n que s e edif ica . Y s i n embargo eso es un regalo de l a natura leza : como e l a i re , nadie ha tenido que traba­jar para que exista . A pesar de e l l o , sus rentas se i nc l u­yen en e l PB I .

Y agreguemos todavía e l consumo suntuario , por vo­l untar io y agradab le que sea, pero que deforma e l s ign i ­f icado de las c i fras. En l<uwait , e l consumo por cabeza es a ltís imo , pero si descontamos los pa lacios, cad i l l acs, joyas , etcétera , e l cuadro resu lta muy d i ferente. Una c l í­nica privada para ricos " produce" más , para l a contabi l i­dad naciona l , que un hosp i ta l gratu ito. U n automóvi l sport contr ibuye más a este i nd icador de desarro l l o -el PBI­que un camión de l mismo tamaño.

Todos estos costos i n út i l es , sumados a los gastos in ­úti les que mencionamos en b) , y las i nvers iones que e l los ex igen , serán l l amados aquí " producto superf luo". Es todo aque l l o que una sociedad rac iona l mente ·organ izada podría suprim i r s i n dejar de satisfacer las necesidades básicas.

Semejante def in ic ión es tan poco r igurosa como la de producto , m ientras no d igamos expl ícitamente cuál es son esas necesidades básicas, y este es un j u ic io de valor. Si para los habitantes de EE . U U . e l l ujo y la guerra son ne­cesidades básicas, tendrán poco producto superf luo . Para los que no tenernos esa op in ión , las pocas estadísticas

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existentes (pocas porque las instituciones ofi c i a les n� to­can este tema ni por broma) m uestran que en l os pa1ses desarro l l ados el producto superf l uo es cada vez mayor . En EE. U U . es ya l a mitad de l PB I .

Estas "n im iedades" son las que v ienen escondidas cuando se usa e l lenguaje cuantitativo -y por lo tanto e n aparienc ia neutro y c ientífico- d e l i ng reso por person� .

Es un lenguaje fa laz; a l aceptarlo se nos mete d� COII· trabando todo un conten ido cua l i tativo , todo un estJio de desarro l l o : e l de los EE. UU . , en bloque . Como no hay nad ie que lo acepte en bloque ta l como es en la �e�l idad , es hora de abandonar ese lenguaje que nos tra 1c 1ona Y emplear otro más adecuado a nues�ros f ines, sea el que proponemos en este volumen o a lgun otro .

3 . Costos, precios, rentabilidad

Cuando un empresario estud i a la conven iencia d e l evantar u n a nueva fábrica, hace una estimac ión de s u probable rentab i l i dad , término que pued� tener d iversas

defin i ci ones, pero que en e l fondo cons 1 st� en ��mparar

las ganancias esperadas con los costos de mvers 10n , dan­do más peso a l futuro cercano que a l l ejano. .

Esto depende de los precios actua l es y futu ros -hi ­potéticos- de l mercado : precios de venta.' prec ios de. co�n­pra de i nsumas y equ i pos, sa lar ios o prec 1o de l trabaJO, m­

terés o prec io del d i nero-tiempo. E l los permiten calcu l a r todo en términos de d i nero.

La M icroeconomía se ocupa esenc ia lmente de este prob lema, ayudada hoy por técn icas m atemáticas -como la I nvestigación Operativa-- y técn icas de campo -como 0l Anál is is de Mercados-, que están dejando ya en se­gundo p l ano a la m isma tecno logía de p roducc ión , ya que ésta habitualmente se compra , a lqu i l a o imita (salvo e n l a s grandes corporaciones i nnovadoras) . Todo esto se menciona como prueba de la " raciona l i dad" del s istema; ¿ H ay a lgo más raciona l que l a matemática? Resu lta ast que hasta un campo de concentración hecho con estos criterios es raciona l .

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En r igor , desde que existe un amp l io mercado de ca­pita les, un Estado proveedor de i nfraestructura (e l ectri­c idad, caminos, parques i ndustr ia les) y la "transferenc ia de tecnolog ía " a través de l a venta de patentes , royalt ies , know-how y marcas , esos cá lcu los se pueden hacer con bastante exactitud . Sólo a l gunos factores como la i nf la­c ión l es qu itan segur idad, y a eso se debe que los empre­sarios la odien a pesar de que casi s iempre los favorece .

El empresar io de hoy ya no es e l creador, e l conductor de hombres que arr iesgaba su prop io capital en una aven­tura casi romántica . Hoy pide créd ito para comprar sus máqu inas y constru i r sus edif ic ios : su pr inc ipa l criterio de compra no es ya tecno lógico, s i no de faci l idades cre­d itic ias . S i t iene a lgunas ideas prop ias las olvida porque es más fáci 1 adqu i r i r todo en el mercado: contrata una compañ ía para se l ecc ionar su persona l , otra para e l aná­l is is de mercado, otra para l a pub l i cidad , otra para orga­nizar la i nsta lac ión y funcionamiento de las máquinas . Compra o a lqu i l a l a tecno l ogía junto con los técn i cos que la pondrán a punto y hasta e l derecho de usar una marca ya conocida para no tener competencia . M uchas máqui­nas de uso general -computadoras , cop iadoras , tractores , cosechadoras-- se a lqu i l an también , así como edific ios en parques i ndustr ia les , con fuerza motr iz , vapor y demás servicios ya insta l ados . Por ú lt imo hasta e l im ina los ries­gos pagando seguros. Puede obtener entonces , por s im­p l e suma, sus costos tota l es por mes y compararlos con l as ventas aseguradas por la pub l ic idad y el aná l i s is de mercados .

A esto se reduce en general l a actividad productiva del empresario medio y grande de un país como el nuestro, mal l l amado empresario naciona l , porque lo que produce , cómo lo produce y lo que hace con sus ganancias depen­den de las moda l idades exi stentes en el mercado , i mpues­tas por el l iderazgo extranjero. Para tener vue lo propio hay que a lcanzar un tamaño desusado en estas l atitudes, o .ser un "bo l ichero" i nd ividua l , a pu lmón .

E l tal ento empresar ia l es más b ien necesario para consegu i r créd itos -parte de l os cua les emplea en ope­raciones usurar ias-, lograr regímenes de excepción para importar más de lo que necesita, facturando a p recios

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mayores y depositando la d iferencia en el extranjero ; eva­d i r impuestos , hacer re laciones púb l icas con l os l íderes s i nd ica les para lograr mayor " comprens ión ' ' , y m i l otras artimañas de l manejo del d i nero . Nuestra é l ite indus­trial de poder no t iene p l anes estratégicos -eso queda a cargo del hemisferio norte- s ino tácti cos , y se conforma con mantener una capacidad de maniobra que l e s perm ita aprovechar l as coyunturas y fluctuac iones m onetar ias (ejemplo típ ico , los negociados con deva l uaciones) .

Muchos empresar ios pequeños n o t i enen conocimien­tos de " la vida" sufi c ientes para entrar en este j uego, y e l l os sí arr i esgan sus ahorros y ponen su trabajo perso­nal s i n la menor seguridad, s i rvi endo de co lchón a los más grandes contra l as fluctuaciones d e l mercado y ha­c iendo equ i l i br ios entre sus deudores y acreedores . Quie­bran, desaparecen , vue lven a aparecer , tratando de man­tenerse a f lote en ese Mar de los Vencim ientos que absorbe todas sus energías menta les . U nos pocos alcan­zan esa " masa crít ica" que les permit irá ascender , aspirar a créditos importantes . Otros encuentran a lgún "n icho · ecológico" como e l comercio, que les da mayor seguridad a cambio de menores ganancias , y se aferran a él y sobre­viven , temerosos de cua lqu i er confl icto socia l q u e pueda desprender los de ahí .

Sólo las grandes corporac iones m u lt inac iona les tie­nen a lgunas de l as v i rtudes de aque l los arquet i pos em­presar ia les , pero sin empresar ios -reemplazados por l a o l igarquía gerencia l- y con escaso r i esgo, dado e l res­paldo de sus enormes capita l es f inanci e ros prop ios .

E l resto vive a merced de l os bancos y demás entes f inancieros que , s iendo empresas privadas o i m b u idas de su espíritu , sólo prestan a . q u ienes p ueden dar sól idas garantías .

Pero todo esto no destruye s ino confirma la impor­tanc ia de l cr iterio monetario de rentab i l i dad , só lo modi ­ficado por las inf l uencias personales que puedan ejercer los miembros del d i rectorio (pero es d ifíc i l ten e r miem­bros del d i rectorio i nf l uyentes s i la empresa no es sól ida) .

Esto es aceptado y santificado por e l sistema cap i ­ta l ista : e l objetivo de l empresar io es ganar d i ne ro y no importa lo que produce con ta l que se l o compren . Los

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economistas l i bera les afirman que "e l mercado" , con " ma­no i nvis ib le" -o sea la l ey de la oferta y la demanda- lo ob l igaría a produc i r lo que l a sociedad requ iere .

Sabemos hoy de sobra que esto no es c i erto : esa mano i nvis ib le está telecontro ! ada en gran parte por l as gran­des empresas y los gobiernos . Más aún , l a i nf l uencia 'de l os consumidores sobre e l mercado está d istors ionada por la pub l ic idad y por l os defectos de la d istr ibución del ingreso . E l mercado está formado por qu ienes pueden pagar, y por lo tanto se orienta hacia e l consumo "de cúpu la" , fuera de l a lcance de la mayoría y con gustos muy espec ia les . Tanto que hoy tenemos una nueva categoría de enemigos de la miser ia : los que creen que es mala porque no permite "ampl iar e l mercado" , aumentar las ganancias y así ace lerar " l a d i námica de l desarro l l o " .

Puesto que l a ún ica conducta raciona l de un empre­sario or ientado por el lucro es -por def in ición- maxi­m izar su ganancia , tiene que considerar i rrac iona l , desas­troso -inc l uso pecaminoso- operar en condiciones en que los costos monetarios son mayores que los ingresos monetarios. Fác i lmente cometen entonces la fal acia de ap l icar este criterio l ucrativo a empresas cuyo objetivo no es e l l ucro , s i no l a producción de c iertos bienes o ser­vic ios considerados necesarios para e l país .

Ya no está de moda protestar contra l a escue la pCI­b l ica o e l ejérc ito -que funcionan a " pura pérd ida"- a pesar de haber escue l as pr ivadas y ejérc itos mercenar ios; pero sí se afirma que e l ferrocarri l es poco " rentab le" , que no puede "compet i r" con e l transporte carretero, que debe aumentar sus tarifas o cerrar . Y lo m ismo para mu­chos otros servicios y empresas púb l i cos. La pa labra "subsid io" t iene mal o lor , porque s ign ifica que el gobierno está pagando -con el d i nero de los impuestos- las pér­d idas de una empresa no rentab le .

Esta actitud ha s ido a menudo criticada por contra­d ictor ia , ya que los empresarios están reci b iendo cons­tantemente subsid ios de todas c l ases. El más general ta l vez es l a protecc ión arance lar ia : s i no fuera por l os i m­puestos a los artícu los importados , éstos inundarían e l mercado por su baratura y ca l idad , y las empresas nacio­na les no sobrevivi rían .

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Pero esto no es considerado subs id io por l os empre­sar ios l i bera l es, porque e l gobierno no g asta d i nero con esta medida s ino que , al contrario, lo percibe. Es c laro , aquí los que otorgan e l subs id io son l o s compradores, que pagan prec ios más a ltos, pero esto no s e considera ma lo : e l ún ico subsid io repudiab le , parece, es e l que i nvolucra un desembolso de d i nero por pmte del gobierno .

E l Estado tiene centenares de instrumentos para da r d inero s in que " hue la" mucho a subs id io . S in h ablar de l as medidas para favorecer a los exportadores , recorde­mos sólo las que abaratan el costo de l a mercadería pri n­cipal de l a empresa pr ivada : e l d i nero. E l gobierno puede pagar más rápido, dar o perm it i r dar créditos, �>c rvir e: J garante para créd itos extranjeros, camb iar l a tasa ofic ia l de i nterés , perdonar mu ltas , ofrecer " b l anqueos de cap i ­ta les" , etcétera.

Pero son todos medios ind i rectos. En e l ba lance de la empresa pr ivada s iempre hay gananc ias como resulta­do f ina l . S i no, va camino de la qu iebra . Cuando una em­presa púb l ica presenta pérdidas constantes, no es renta­b le , debe desaparecer o sufr ir a lguna reorgan i zación a fondo. ¿ Hay a lgo de c ierto en esto? Veámoslo e n el len­guaje fís ico .

La rentabilidad no monetaria

En una sociedad orientada por un Proyecto Naciona l d e satisfacción d e necesidades, estos c riterios moneta­r ios no se ap l ican.

S i se ha decidido que cada persona debe tener u n par d e zapatos nuevos e l mío próximo y dos por año a part i r de 1 976 , ya sabernos cómo se procede. Las fábricas existentes producirán su parte , se i rán construyendo otras p l an ificadamente y se importará lo que falte, exportando a cambio otra cosa.

Puesto que adoptar un Proyecto Nacional s ignif ica haber demostrado previamente su viab i l idad fís ica , sabe­mos que exi sten sufic iente capacidad i nsta lada , recursos humanos y natura les , organ ización y capacidad i nnovado-

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ra para satisfacer esa meta y todas las otras, s imu ltánea­mente (con la i ncert idumbre de l os factores que no con­tro lamos -cl ima , pestes , catac l i smos, prec ios internacio­na les , t iempo de gestación de i nnovaciones- ya tenida en cuenta ) . E l d inero no parece tener n i ngún pape l . No se habla de ganancias n i de pérd idas , s ino sólo de lo que hay que fabr icar porque así se ha decid ido y es pos ib le .

· Lo más parec ido a rentab i l idad aparece en dos con­textos:

a) S i hay dos maneras de produc i r zapatos , ¿cuál e leg i remos ? La respuesta es , en esenc ia : l a que gaste me­nos del recurso más escaso. S i n ingún recu rso es escaso , l a respuesta depende de l Proyecto Naciona l : l a que per­m i ta aumentar más l a meta mejor va l uada (por ejemplo , l a que permita ahorrar más trabajo humano) .

Estos criterios se parecen a l a rentab i l idad, s i pone­mos a los recursos precios de escasez global (de l as me­tas hablaremos de i nmediato) . No los precios de l mer­cado , s ino otros que reflejen mejor l a Importancia para el país -no para una empresa a i s lada- de d isponer de un poco más o un poco menos de cada recurso. Estos prec ios , por ejemplo , son cero cuando un recurso sobra , cosa que no sucede nunca con su precio de mercado , y por lo tanto no son igua les a éstos .

b) S i no hay v iab i l idad fís ica a l estud iar un Proyecto Naciona l , ¿ cuá les metas reduci remos? Neces itamos un criterio comparativo de l a importanc ia , no de las metas en s í, s ino de pequeñas reducciones en e l las (o aumentos en el caso en que sobran recursos) .

Ponderar pequeñas va r iac iones equiva le a dar les va­lor o ponerles prec io . Estamos cuantif icando, pero a par­tir de una situación cualitativa bien definida : las metas e leg idas en pr imera aproximación. E l cr iter io de renta­b i l idad es ahora reduc i r las metas hasta que l os recursos a lcancen para cum p l i r l as , de manera que sea mínima l a 1 pérdida d e valor , según esos prec ios marg ina les relat ivos , ;j; ' que tampoco t ienen nada que ver con los precios de l mer­

• cado : m iden e l " valor de uso" en vez de l "valor de cam­* b io" , para usar l a term ino logía marx ista . Como se ve , nada de esto t iene que ver con intereses,

salar ios , a l qu i l eres y demás var iab les monetarias . Pero

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estos criterios no monetarios no son excl usivos de una sociedad idea l futu ra; ya pueden y deben apl icarse a to­dos los serv ic ios pC1b l icos.

Así, pues : no interesa en absoluto que una e mpresa de l Estado, como los ferrocarr i l es , gane o p ierda d inero debido a sus gastos y los prec ios que cobra. La cuestión es s i debe o no ofrecer ese servicio a c i e rtos g rupos so­c ia les y, en caso afirmativo, s i podría ofrecer lo usando menos recursos fís icos : hombres , máqu inas , i nsumos.

Con la fa l ac ia de l a renta b i l i dad se p retende mezclar esta cuestión de efic i encia , i nd i scuti b le , con e l p roblema de la v iab i l idad soc ia l , d istr ibutiva, de esa meta . Si los b i l l etes de ferrocarri l son caros , e l servicio estará ahí , pero no lo podrán usar los grupos de bajos ing re sos . Si la meta era que éstos también lo usaran y se desea cum­p l i r l a , puede hacerse inc luso g ratu ito, como la educación púb l ica .

Esto s ign if ica , sabemos, una red istr i bución d e ingre­sos : los más r icos perderán un ingreso equ iva l ente al que ganan así los pobres ; por ejemp lo , a través de i mpuestos con l os que se pagarán los costos monetarios d e l ferro­carr i l . Pero eso estará previsto exp l íc itamente en el Pro­yecto Naciona l , que si da metas para cada grupo soc ia l es para que l l eguen a sus manos .

Por l a igua ldad de l producto y el i ng reso, hay siem­pre una manera de d istr ibu i r el d i nero que permi te a cada · grupo soc ia l pagar los consumos que e l P royecto l e asig­na, a cada empresa pagar sus i nvers iones y al gob ierno tener equi l i br io presupuestar io (supon i endo que hay vía- .· · b i l idad fís ica y, por l o tanto , equi l i br io del ba l ance de · pagos) . Pero es c laro que esto imp l ica e l f in de l a l ibre . empresa : los empresar ios t ienen que p roduc i r l o que e l · Proyecto Nacional l es i ndica, a los prec ios estab lecidos en é l . No l es está perm itido man iobrar cada uno por su' 1 cuenta , en busca del máximo de gananc ia . 1

El d inero anón imo no es e l método idea l d e pagos para lograr todos esos equ i l i br ios s imu l táneos , p ues los errores y f luctuaciones t ienden a concentrarlo en pocas manos . En t iempo de guerra, l as tarjetas de raci o namien­to han funcionado de manera i mperfecta , pero m ejor que el d i nero . Las computadoras abren hoy nuevas posib i l i -

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dades , apenas exp loradas por las tarjetas de créd i to (véa­se cap. 111-H ) . No es un prob lema fác i l , pero de n i ngún modo parece de los más d ifíc i l es que haya resue lto e l hombre. Para cada país , época y est i l o debe haber ! . .tn s istema de medios de pago que dé v iab i l idad soc ia l a l esti lo y que sea rentab le en nuestro sentido de ef ic iencia f ís ica : que use e l mín imo pos ib l e de recursos escasos -como computadoras- en su organ ización y funciona­m iento.

4. El financiamiento y el ahorro

Cada vez que el hombre de la ca l l e se pregunta por qué no se rea l izan en su país las obras cuya necesidad es evidente para todos -desde la remode lación de una c i udad hasta l a pav imentación de una ca l l e-, la respuesta es que no hay qu ien las f inanc ie .

Es una respuesta aceptada , porque ese hombre vive e l m ismo problema cuando qu iere constru i r su casa , y s i t iene ambic iones empresar ia les , cuando qu iere i nsta l a r una fábrica o un comerc io . Pr imero hay que consegu i r e l d i nero y l uego se hará l a obra ; en cuanto fa l te d i nero, l a obra s e detendrá.

Cada uno de los proyectos que están en marcha -di­ques, fábr icas , caminos, v iv iendas- comenzó así , con un crédito conced ido por a lgún organismo f inanciero -na­ciona l o i nternac ional- y " capita les" complementarios sumin istrados por el i nteresado y el gobierno . Estos ca­p ita l es se obtienen, en genera l , haciendo un l l amado al espír itu de ahorro de l a gente : vend iéndoles acc iones, lan­zando empréstitos y mediante m i ! i nstrumentos más, que demuestran cuánto esfuerzo menta l se dedica a este pro­b lema .

La misma pa labra " i nvers ión" evoca en nuestro hom­bre l a i dea de a lgo que hacer con el d inero que se t iene, y no la de i nsta la r una fábr ica , que es su sent ido más l eg ít imo. En este s istema soc ia l , en el pr inc ip io está e l d i nero.

Parece entonces que debemos concentrar nuestra atención en las pos ib les fuentes de capita les , portarnos

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correctamente frente a los bancos y demás organ ismos f inancieros para ser " d ignos de c rédito" , y frente a nues­tros compatriotas con p l ata para que la ahorren y quede d i spon ib le aquí , en vez de gastársel a toda o depositar la en cuentas su izas. Sin el ahorro de la gente r ica -depo­s itado en l os bancos- no habrá d inero para i n i c i a r obras. Se p ie rde así un poco de v ista e l carácter de las obras a rea l izar: su urgenc ia , sus pr ior idades , sus mod a l idades de p roducción e i nsta l ac ión . Si hay créd i to para comprar motores X no vamos a comprar Z, aunque técn icamente sean prefer ib les ; si e l Banco M undia l da créd itos para constru i r una p lanta de a l um in io pero no una de acero, qué duda cabe sobre nuestra decis ión .

Lo tenemos grabado a fuego : i nvers ión es d i nero y ese di nero proviene del ahorro. Hay i ncluso una famosa iden­tidad matemática en economía : " ahorro es igua l a inver­s ión" . La tasa de ahorro -d icen los economistas- es e l mejor ind icador de l a capacidad de desarro l lo de u n país . S i fal l a el ahorro " i nterno" (e l de los " nativos" ) hay que recurri r a l ahorro externo ( i nversiones y créditos extran­jeros ) .

Veamos cuánto hay de c ierto y cuánto de fa laz en estas afirmaciones, y para eso empecem os ana l izándolas desde nuestro punto de v ista " neces i tar lo" , p l an if icador .

Cuando un Proyecto Nac iona l nos da l as m etas de todo t ipo a cump l i r en los próx i mos años , debem os dife­renc iar tres casos:

a ) E l Proyecto Nacional es viable fís i camente y nunca hay desequ i l i br ios importantes entre i m portacio­nes y exportac iones.

En este caso, e l p l an de acción es automático: las metas nos perm iten calcular los aumentos de p roducción necesarios para cumpl i r las -tanto de b ienes y servicios f ina les como de los i ntermedios que e l l os requ ieren­y, conoc iendo l a capac idad i n i c i a l de producción , eso nos d ice qué nuevas fábr i cas -o amp l i ac iones de fábri cas­hay que constru i r , y cuándo, ten i endo e n cuenta tambiér las que dejan de produc i r por vejez u obsolescenc i a . Esto a su vez requ iere máquinas, ed if ic ios y servic ios , que se toman en cuenta s imu l táneamente, y que a su vez requ ie­ren i nsumos y fábricas nuevas.

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Si hay t iempo para constru i r todas esas. nuevas fá­bricas, se las construye y e l problema termi na a l l í . Por supuesto no sólo se necesita t iempo, s i no también recur­sos humanos y recursos natura les , pero genera l mente e l factor cruc i a l es e l t iempo: con t i empo sufici ente se en­trena a l a gente y se descubren y exp lotan nuevos yaci­m ientos .

Pero eso puede demorar demasi ado : s i fa lta cemento para las v iv iendas que el Proyecto d ispone, hay que insta­lar una nueva fábr ica , pero eso l l eva un par de años te­n iendo todos los equ ipos. S i , además , hay que constru i r una fábrica d e hornos rotator ios para cemento y esperar que entre en producción antes de insta lar l a fábrica de cemento, el lapso aumenta . Y s i , además, hay que i nsta lar nuevas s iderúrg icas para produc i r e l acero necesario para esos hornos, y fábr icas de máqu i nas para constru i r los , y energía para todo e l l o , e l t iempo tota l de gestación puede ser de décadas .

Pero como por h i pótesis tenemos "sa ldos exporta-" b ies" , o sea capacidad de sobra en sectores que i ntere­san a otros países , podemos comprar en el exterior los equi pos e i nsumas que nos fa ltan y ganar ese t iempo.

Se cumple e l Proyecto Nacional y las palabras "f i ­nanciación" , " créd ito" , " ahorro" no han aparecido, a pe­sar de haberse l evantado todas las fábricas, d iques y c iu­dades necesarios.

Para ver por qué, recordemos que la f i nanciación t iene dos funciones concretas , rea les :

-As ignar pr ior idades a las obras: las que n o t ienen f inanciación no se hacen .

-Comprar t iempo, comprando a créd ito en vez de produc ir .

En e l s istema capita l ista- l ibera l , las i n ic iativas sobre nuevas obras provienen de los empresarios privados , pero no todas se rea l izan , s i no só lo las que cons iguen f inan­c iac ión, l a cua l actúa así como un perm iso o v isto bueno para segu i r ade l ��te. N unca se ap l icó tota lmente, y s i n duda e l l_o .�roeluc 1na e l caos por fa l ta d e coord inación y l a desapanc10n d e l a s empresas pequeñas, pues l o s orga­n ismos f inancieros pr ivados prefieren prestar a qu ienes dan mayores garantías de devo lver.

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· · l

La i ntervención de l Estado dando a l guna i nformación y d i rectivas genera les , y or ientando parc ia lmente el cré­d ito a través de normas y de sus prop ios bancos , evita ese desastre tota l , reduciéndo l o a las d i mens iones que todavía estamos to l erando.

E l Proyecto Nacional ha tomado ya todas las decis io­nes y, por lo tanto, ese pape l de l f inanc iamiento desapa­rece . Sabiendo por antic ipado que hay que constru i r ta l fábr ica en ta l l ugar en ta l momento, porque es n ecesar ia para cump l i r las metas , y exi st i endo por h i pótes is de v ia­b i l idad los obreros , técn icos y equipos (produc idos o ad­qu i r idos) . só lo se requ iere que a lguna i nstituc ión ejecu­tiva tenga autoridad para reun i r l os y h acer la o bra. En los capítu los VI y VI l trataremos de l os prob l e mas de organ ización i nstituc iona l que esta tarea imp l ica, pero que no hacen al caso aquí .

En cuanto a ganar t iempo, no es necesario, porque l o que debe i mportarse s e paga en e l acto con l a s expor­taciones.

S i e l Proyecto Nacional adm ite la empresa pr ivada --aunque s i n poder ele dec is ión sobre l as i nversiones , pues ya están e legidas en él- aque l l a " i nstituc i ó n ejecu­t iva" será la empresa, y la "autoridad" cons isti rá en dar le e l d i nero o las órdenes de pago para compras y s ue ldos . Es una f inanc iac ión , pero automática, s i n prob lemas : se decide pr imero cuáles son l as i nvers iones fís icas -las obras a rea l izar- y l uego se da el d i nero necesar io para l as transacciones.

Ese d inero puede i nc l uso desaparecer del tod o , si se organ iza un s i stema de "c lear ing" o compensac i ón con­t inua ele pagos automatizada (véase capítu lo V) .

Si hay v iab i l idad socia l -es deci r , s i a cada uno l e l l egan efectivamente l os b ienes y serv ic ios q u e e l Pro­yecto Nac iona l le as igne-, desaparece e l ahorro indivi­dua l : nad ie pone d i nero en los bancos . El ahorro pasa a ser una f icción contab le : de l o que se p roduce (d i recta­mente o a través de l comerc io exter ior) y no se usó en ese m ismo proceso, una parte l a consu m e la gente, otra se emplea en i nvers iones y e l resto se guard a ; no hay otra pos ib i l idad cuando las exportaciones igua l a n a l as importaciones . Si queremos l l amar ahorro a l o que no

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se gastó en consumo, el ahorro existe s iempre . V s i además l lamamos i nversión a l a i nvers ión verdadera más lo que se guarda (aumentos de stocks), no hay duda de que obtendremos la identidad ahorro igua l a Invers ión . En nuestro caso, los que " ahorran" serían el gobierno y . las empresas, formalmente , pero en esenci a es e l país como un todo.

Veamos el segundo caso : b) E l Proyecto Nacional no es v iab le f ís icamente . No hay más remedio entonces que sustitu i r lo por otro

menos ambic ioso; postergar c iertas metas para más ade­lante Y durante ese tiempo l evantar las fábricas necesar ias para que entonces se puedan cumpl i r .

. E�t� . es e.l . sentido fís ico de l ahorro: "ajustarse e l cmturon , sacnf1 car metas d e consumo y usar esos recur­sos (�ís icos)

, para crear las cond ic iones en que puedan

cump l i rse mas ade lante . E l ahorro se transforma en i n­versión .

Pero tampoco en esto t iene n i ngún papel esenc ia l e l d inero. Lo que estamos ahorrando en rea l idad son los recursos escasos , que no nos .a lcanzaban para cump l i r l as metas .

e) El Proyecto Naciona l es fís icamente v iab le , pero con desequ i l i b r ios i n ic ia les de comercio exterior. Es deci r , durante a lgunos años l as exportaciones no a lcanzarían para pagar las importaciones nece­sar ias, pero l uego serían sufic ientes para e l l o y para pagar los i ntereses usua l es de l as deudas contraídas en estos años.

Ahora sí aparece la neces idad de f inanciac ión en d inero (extranjero) para comprar t iempo: superar los años i n ic ia les de déficit . A lg(m organ ismo f inanciero i nterna­c ional tiene que creer en nuestros cá lcu los y en nuestra promesa de que más adelante pagaremos lo que nos pres­ten y sus i ntereses.

I nternamente l as cosas no han cambi ado con respecto a l caso a ) : el f inanc iamiento p ierde su carácter crucia l , pues las dec is iones están tomadas en e l P royecto, y l os medios de pago se as ignan consecuentemente , y no a l revés .

Pero a l requer i r créd ito a organismos que e l país no

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controla se arriesga el poder de dec is ión . E l los no están ob l i gados a prestarnos , pueden ped i r garantías, d udar de nuestros cá lcu los , suger ir mod i ficaciones a nuestro Pro­yecto, exi g i r contro les .

Cuando e l Proyecto Nac iona l ha s ido exp l íc ito en cuanto a sus metas de i ndependencia económica s e tiene un criterio para aceptar o rechazar esas exigencias , así como para dec id i r si en vez de créditos se aceptarán i n" vers iones d i rectas de empresas extranjeras, y en qué con­d ic iones.

En rea l idad, a l estudiarse la viabi l idad fís ica de un Proyecto Nacional debe l l egarse de antemano a una esti ­mación de cuá l es e l máximo défic it de comerc io exterior tol erab le , dadas las metas de i ndependenc ia y l as carac­terísticas más probab les de los organismos financ ie ros i n­ternaciona les . Puede resu ltar as í que una meta a m bic iosa de i ndependencia económ ica ob l igue a rebajar c ie rtas me­tas de consumo para que haya viabi l idad . Esa será una típ ica dec is ión sobre va lores no comparables , basada di­rectamente en la ideo log ía de qu ienes l a tomen . Así es s iempre , de todos modos, y este método tiene l a ventaja de ob l igar a hacerlo a l a v ista de todos.

En una economía p lan if icada según metas -necesida­des- no hay pues problemas de ahorro monetar i o , cré­d itos , f inanciac ión , sa lvo en todo caso de f inanc iación externa compati b le con e l g rado de independenci a que se ha decidido mantener . S i ésta es poca , podrá ganarse mucho t iempo en el p roceso de i nsta l a r fábricas , pues habrá mucha ayuda extranjera , pero se perderá contro l , poder de dec is ión , y l as fábr icas que s e l evanten termina ..

rán no s iendo l as que e l Proyecto Nac iona l proponía , s ino las que e l agente f inanc iador p refiera .

Y así volvemos a l aspecto fundamental de esta fal a­c ia : e l uso de l l enguaje monetar io en los prob l e mas de i nversión y f inanciam iento s i rve para esconder que lo que está en juego es el poder de decisión. ¿ Quién e l i ge qué fábricas se van a constru i r? Nos están condic ionando pa­ra que contestemos : "e l que t iene d i nero para i nvert ir" .

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5. Las exportaciones competitivas

H emos supuesto repetidas veces que cuando a lgo que neces itamos no puede producirse de inmediato en e l país , queda l a pos i b i l idad de comprar lo en e l exterior . Para pagar esas i mportaciones tenemos que exportar ; no hay l a menor duda a l respecto . Nadie nos va a rega lar o p restar i ndef in idamente lo que necesitamos, y tomar lo por l a fuerza no es buena éti ca , por más precedentes h i stóricos que podamos menta r. Además, ya no está e l horno para esos bo l los .

Así p lanteado, e l problema de las exportac iones pue­de d iscuti rse rac ionalmente. Se ca lcu la primero cuánto necesitamos i mportar y su probable precio , y luego se hace un aná l i s i s del mercado i nternac ional para averiguar qué cosas podríamos exportar para pagarlo , y l a pro­bable evo luc ión de sus precios , ten iendo en cuenta la competencia de otros países que están con el m ismo problema que nosotros .

En este aspecto de l anál i s i s del mercado i nternaci o­na l , e l país se comporta de manera l evemente s im i lar a una gran empresa que qu iere vender sus productos. Pero esta l eve analogía ha sido esti rada y deformada hasta convert irse en otra de las fa l ac ias que estamos tratando de aclarar .

Así como una empresa qu iere vender lo más pos ib le para ganar más , se nos propone que nos ded iquemos a l negocio de l a exportac ión por s í m isma , D lv idando cuál fue e l origen del problema. Habría que exportar lo más pos ib le ; ya encontraremos en qué gastar las d iv isas así obten idas y, s i sobran a lgunas , l as mantendremos en re­serva, cosa que mejora nuestro status i nternac ional . To­dos los países desarro l l ados son grandes exportadores, \mitémoslos .

Además es frecuente que l os prec ios de los produc­tos i ndustria les suban y que los de productos agropecua­rios bajen, l o cual demuestra l a ventaja de no l i m itarse a exportar a lgunos de éstos solamente . (Este es el famo­so problema de los " efectos desfavorab les de la var iación de los térmi nos del i ntercambio" : suben los precios de nuestras i mportac iones porque son casi todas industr ia les,

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l i

y bajan o suben menos l os de nuestras exportaciones tra­d ic iona les : tr igo, carne, café, azúcar, bananas y hasta mi­nera les , sa lvo petróleo.)

No es extraño entonces que se estim u len las " expor­taciones no trad ic ionales" , se l as l i bere de i mpuestos , se les permita la libre importación de lo que necesitan para p roduc i r lo que van a exportar, y que inc l uso se i mporten fábricas enteras cuya pr inc ipa l actividad d urante muchos años será exportar.

La cosa tiene incl uso una justificac ión teórica : la di­v is ión i nternac ional del trabajo. Cada país se espec ia l iza­ría en a lgunos b ienes que sabe producir b ien , y l os i nter­camb iaría con l os demás, en un mundo fe l iz gu i ado por el comercio i nternaciona l . No d iscutiremos aquí e l fondo de esta tes is , porque de todos modos no tiene p ies ni cabeza en un mundo en conf l icto como el que e stamos viv iendo.

Volviendo a la pol ít ica de exportar todo lo pos ib le , nos encontramos de i nmediato con el p roblema de la competencia con otros exportadores. S i la Argent i na de­c ide exportar pol ímeros para text i les s i ntéticos , l o que hace es comprar una patente en el hem i sferio norte Y traer de a l l í l as máqu inas y hasta los ingen ieros que las pongan a func ionar. A menos que pague sue ldos de ham­bre a los obreros, el costo del producto no podrá ser más bajo que en EE. UU . , Japón, Aleman ia y otros fuertes p

_ro­

ductores que ya están operando en el mercado m und1a l , t ienen sus prop ias flotas y organ izaciones de ventas , pue­den ofrecer ampl ios créditos para pago y hasta bajar los prec ios el t iempo sufic iente para l iqu idar a cualqu i e r com­petidor molesto de menor tamaño . Nuestras exporta

_cio­

nes no son competitivas, y lo que es peor, no se v e como podrían l legar a serlo m ientras s igan s i endo cop i as de otras. Por modernos que sean l os equipos y patentes que compremos, nunca lo serán tanto como l os que t iene en preparación el que nos los vende.

La ún ica competit iv idad pos i b l e se basa en hacer in­novaciones prop ias ; en crear cosas nuevas . Pero hacer eso en gran escala requ iere una revo luc ión soc i a l , cul­tura l .

M ientras creamos q u e modernizar es im itar a los

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países "desarro l l ados" no estaremos cu ltural mente prepa­rados para encontrar esas vías prop ias .

En esa tr iste s ituación e l ún ico remed io aparente es tratar de vender a otros países l igados con e l nuestro por víncu los espec ia les : vec i ndad geográfica , sol i dar idad h i stór ica . Así nace la idea de l os pactos comerc ia les re­g iona les , como A LALC .

E l remedio es aparente , pmque esos países t ienen e l mismo prob l ema que nosotros y exigen reci proc idad . Están dispuestos a comprarnos , con ta l que l es compre­mos. Entonces, o aumentan nuestras i mportaci ones, con lo cual no habremos ganado nada, o i mportamos menos de los países grandes, lo cua l requ iere el abandono de la menta l idad segu id ista , o sea ot1·a vez una revoluc ión soc ia l , cu ltura l .

Pero todos estos go l l etes son pasados rápidamente por a lto por los economistas ofic ia l es y se mantiene f i r­me la po l ít ica de aumentar l a tasa de crec im iento de las exportaciones, sea como fuere.

Volvamos ahora a la d i scusión racional de l comien­zo: exportar lo necesario para adqu i r i r l as importac io­nes necesar ias .

Es evidente que e l nudo de l a cuestión está en l a segunda parte de l a frase. ¿ Cuá les y cuántas son l a s i m­portac iones necesar ias?

A pr inc ip ios de s ig lo nuestros pa íses importaban can­t idades i ncreíb les : hasta el 30 % de l PBI . Hoy las i mpor­tac iones están entre e l 8 y e l 1 5 % del PB I ; Argenti na entre l os más bajos. Según organ ismos internacionales como CEPAL, " la etapa de sustituc ión de i mportacioties está agotada " , es dec i r , ya estamos en el l ím ite (y en rea l idad l a tendencia es a crecer de nuevo , dado e l cam­b io de estructura sector ia l de l PB I : los sectores que cre­cen más son los que demandan más i mportac iones ) .

Ese aná l i s i s es engañoso : se basa en l a h i pótesis de que segu i remos creciendo a l a manera norteamericana , con menta l idad segu id ista . Es fáci l demostrar (véase capítu lo XI y la Nota al fi na l de éste) que cuando se aban­dona e l actual esti lo consumista-segu id ista , las i mporta­c iones pueden caer vertica l mente. Es el consumo de cú­pu la , d iversif icado, suntuar io , e l que requ iere más impor-

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taciones . El consumo popu lar , l a educac ión , la v i vienda , son de producción casi total mente nac iona l . Esa es , mal y pronto , l a e lección que hay que hacer . . .

Tiene razón CEPAL a l dec i r que no es pos tb l e segu t r sustituyendo i mportaciones, s i eso s ign i fica pr�d uc i r en e l país todo l o que hoy se importa. �on demas tad?s ?�­sas y cada una en cantidades pec¡uenas , que . no J UStifi­carían l evan tar una fábr ica entera . Por ese. carmno .no hay so luc ión . La cuestión es no i mportar m producir to?o aque l lo que no sea necesario. La ú l t ima guerra m�nd1

,a l

mostró cuánto podernos e l im ina r s i n que ocurra. nmgun desastre , y en la m isma CEPAL empieza a estud i a rse e l problema desde este costado. . . . ,

Volvemos pues a lo de s iempre . S i lo necesano está defi n ido por un Proyecto Naciona l , es probab le. ��e l a reducc ión de importaciones sea grande . S i l a dec1s 1on queda en manos de l a " l ibre empresa" , en pos de ga­nancias, no habrá d i sm inución s i no aumento.

En segundo l ugar, tenemos las "pérd i das" típ i cas de este s istema. Los empresar ios " nac iona les" usan toda c lase de tretas para acumular d ó la res en e l exter ior -por ejemp lo , i nf lando el precio de !as importaciones y de¡�n­do afuera la d i ferencia con el precio rea l-, produclen­dose así una fuga de capita les de magn itud desc<;>muna l . Se estima que los empresarios argent inos t ienen i nver­tido en el exter ior el va lor de cinco años de exportaciones (estimación ofic ia l 1 97 1 : 8 .000 m i l lones de dólares ) . Ante esta c ifra, ¿qué sent ido t iene p reocuparse por a u�entar un poco las exportaciones? U n sentido m u y c laro : d l straer-

b l ,

nos para que no nos ocupemos de l pro . ema grueso: como contro lar a fondo todo el comercio exter ior . A e stas fu­gas i l egales se agregan las l egrdes : pagos de p ate�t�s , roya lt ies; marcas , f letes, segu ros , remesas d e benef1c1os de las empresas extranjeras, i ntereses de las deudas. Otro factor adverso es la dependencia tecno lóg ica : las máqu i nas i mportadas o copiadas requ ieren muchas veces i nsumas especia l es que debemos importar para que fun­cionen .

Es i nmenso el campo de pos ib i l idades para mejorar nuestro poder ele compra, pero ya vemos que req� i�re tener objetivos naciona les c laros , qu itar poder de dec1s 1ón

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a l empresario or ientado por e l l ucro y ha l la r sol uciones tecnológicas prop ias ; una revo l uc ión tota l .

Otro prob lema que desaparece con este enfoque es el de la competitividad de las exportac iones, y eso por las m ismas razones dadas en e l párrafo sobre rentabi ­l idad. S i el país , gu iado por su Proyecto Naciona l , nece­s ita c iertas importac iones, hay que exportar lo que haga fa l ta para pagar las , a l mejor precio i nternac iona l que se cons iga, por supuesto, pero sin basarse en cálculos de costo monetario interno. Si e l precio i nternacional es tan bajo que, traducido a moneda de l país , no a lcanza n i pa­ra pagar los sue ldos, tanto peor, pero el probl ema no está ahí . Eso se resue lve subsid i ando i nternamente esos pro­ductos exportables todo lo que haga falta. Una mala for­ma de hacer lo es deva l uando: ma la porque afecta a todos los productos de igua l manera. Es prefer ib le usar subsi ­d ios más específicos .

E l problema no es monetar io , s ino de capac idad fís ica de producció n . S i es muy bajo e l precio i nterna­c ional del tr igo, es concebib le que para pagar unas pocas i mportaciones caras haya que produc i r tanto tr igo que no a lcance la superf ic ie cu lt ivab le o l a mano de obra, s i n v io lar otras metas de l Proyecto . No habría v iab i l idad fí­s ica. Pero m ientras l a haya , e l efecto de l prec io i nterna­c ional es hacernos trabajar un poco más o un poco menos para pagar l as m ismas importac iones.

Este razonamiento no es res istido por los empresa­rios privados, s iempre que e l método e leg ido para subsi­d iar sea l a deva l uac ión , porque una medida tan general les perm ite hacer sus maniobras habitua les . Odian e l sub­s id io específ ico -por ejemplo , que e l gobierno l es com­pre l a producc ión a un prec io razonab le- porque s iempre imp l ica a lgún control de sus ganancias y de lo que hacen con e l las . D icen entonces que eso es malo porque pro­duce déf ic it del gobierno, pecado morta l pa1·a la teoría económica c lásica.1

1 Como una deval uación encarece las importaciones, puede per­judicar a los países que nos venden, sobre todo si tienen cantidades grandes de d inero nuestro, y hacerlos tomar medidas compensatoriEls. Es difíc i l que eso le ocurra El América latinE!, pero está sucediendo

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En resumen : es fa laz p l antear el prob l ema de l comer­cio exterior empezando por l as exportac iones y tratando de aumentar las a .toda costa . El país no es una empresa; su objetivo no es aumentar sus ventas. Debe exportar só l o lo necesario para pagar sus importaciones necesa­r ias . Pero só lo a través de un Proyecto N acional con me­tas c la ras -cual itativas y cuantitativas- podrá s aberse cuáles son esas importaciones necesar ias . Eso, m�s la e l i m i nación de las pérd idas, fugas, contrabando, etcetera , mostrará que e l prob lema de l a b recha externa n? es !an grave como parece hoy, a la " l uz" de los econom i stas ael s istema.

Se verá entonces que e l l a puede p roduci rs e sus­tanc ia lmente . Por lo menos no parece sensato q u e ante las exces ivas remesas de benef ic ios, fugas de capitales, pagos por patentes, roya lt ies, marcas , f letes y s�g u ros, se ins ista en que e l ún ico remed io es buscar mas fuentes de divisas. (Véase a l respecto parágrafo 7, cap . V I : "Re· cursos externos".)

6. El déficit del gobierno

Son muchos los gastos que hemos ido adjud i cando.

al gob ierno: subs id iar exportaciones, dar transporte g ratU ito, cubr i r los défic it de empresas soc ia les no rentab les, et­cétera .

En una sociedad organizada rac ionalmente, con un Proyecto Nacional v iab le , esto no trae e l menor prob lema. Los gastos y défi cit son s imples contro l es a posteriori ; l o esencia l es que cada persona recibe J o que l a s metas aceptadas le as ignan y trabaja a l a par de l os demás para cumpl i r las. Si el mecan ismo de d istri buc ión es mediante d inero, habrá empresas con ganancias y otras con pér­didas, fam i l i as que ahorran y otras que desahorran , y co­mo el total de pérdidas se compensa exactamente con el

con e l dólar. De esta moneda hay una enorme cantidad s i rviendo como medio de pago fuera de EE.U U . -gracias a lo cual éste ha po· dido i mportar más de lo que exportaba:-, y su devaluación produce " i l i· quidez", además de disminuir sus Importaciones, perjudicando a todos.

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tota l de ganancias, el papel de l Estado es " capta r los ex­cedentes" y d istribu i r en forma de subsid ios d i chas ga­nancias; así , cada cua l rec ib i rá e l d i nero que necesite para pagar l o que l e toca. Va hemos d icho que esa con-tab i l idad puede hacerse s i n d i nero.

· Por supuesto, esto no podrá hacerse si las empre­

sas con pérd idas c ierran , qu itando viab i l idad fís ica al Pro­yecto , o s i l as fam i l ias con ahorros l ogran que se desvfen hac ia sus manos más b ienes y servic ios que los que te­n ían as ignados. La probab i l idad de estos "desajustes" d isminuye m ucho s i se usan otros med ios de pago o de control menos anónimos que e l d i nero, pero, de todos modos, aun con d i nero el prob lema es de d istr ibución , y por l o tanto soc ia l , y no de producción fís ica .

Las d if icu ltades d e la d istr ibución correcta d e i ngre­sos pueden ser tan rea les como l as de producc ión , pero creemos que d ism inu i rían bastante s i economistas y divul­gadores i ns istieran un poco más en el s ign if icado de la famosa identidad económi ca entre producto e i ngreso . Cuando se toman en cuenta todos los agentes económicos -fam i l ias, empresas, gobierno, otros países-, la suma de todos l os pagos es, por supuesto, igual a l a suma de todos los cobros y, por lo tanto , lo que a unos l es fa l ta es porque a otros les sobra. No hay escapator ia a esta l ey lóg ico-económica , que t iene dos conc lus iones funda­menta les . - El d inero para pagar lo que hay no fa l ta n i sobra en tota l ; todos l os défic i t pueden e l i m i narse a l m ismo t iem­P.O con una red i stribuc ión de d i nero y todas las deudas desaparecería n . - Condenar e l déf ic it ; d istri bu i r pr imero e l i ngreso y exi­g i r que no se gaste más que eso, es una característica i deológica de esta soc iedad . Nada obsta para empezar movi l i zando todos los recursos de la sociedad, d istri bu­yendo l o p roducido según cua lqu ier otra norma, y l uego as ignando a cada uno los i ngresos para pagar lo que le tocó.

Hay m ú lt ip les formas de hacer esta as ignación. Así , cuando e l gob ierno t iene déficit , podría tomar tres t ipos de medidas en una economía monetar ia :

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1 ) Como entre los demás agentes t iene �L!e haber un superávit de la m isma magnitud , puede qu.'t��se los . . Pocas veces oímos hablar de esta pos1b i 1 1dad . Su m­conven iente es que los g rupos con superávit no �e lo dejan sacar. Resisten l os aumentos de I mpuestos S I van d ir ig idos a e l los . Cuando uno de e l los es el " resto del mundo" la cosa se pone rea lmente d ifíci l . . 2) En v�z de apoderarse de los super,ávit �uede ped� rlos prestados, ofreciendo pagar un i nteres. S 1 lo cons 1gue, se ha "f inanciado el déf ic it" , se ha postergado �1 p roble­ma para más adelante , agravado por el ,pago de mter�ses .

Con cua lqu iera de estos dos metodos , l ?s ,9 ' upos

soc ia les a qu ienes sobraba d inero se qu�dan S lll e l , aun­que sea por el momento. Por eso pref 1eren que el go­b ierno reduzca sus gastos hasta que sean iguales a sus ingresos . Claro, no todos los gastos, p�rque .muchos de éstos son i nd ispensab les para e l func1onam1ento de l a empresa privada , s ino só lo los " no renta? l � s" , qu� -¡oh casua l idad !- resu l tan ser los que subs. 1? 1 an a l gun con­sumo popu lar : transportes , sa lud , educac 1on . De este mo­do e l défic it de l gobierno se enjuga a costa de l os que t ienen menores i ngresos. . 3) E l tercer método es emit ir , fabricar d i nero �a�a cub nr e l défic it. Con sólo hacer funcionar una m aqlll.mta en e l Banco Centra l no hace fa lta ped i r nada a nache .

Pero este d inero está de más . Los i ng resos moneta­rios tota les van a ser ahora u n poco m ayores que e l valor · de l producto , a l os prec ios viQentes . . .. S i todo e l mundo decide ahorrar ese d mero e x�ra y no tocar lo , nada cambia , y e l gob ierno sa lva su d.efic1t como si los ahorristas le hub ie ran prestado ese d mero.

Pero s i todos deciden gastar lo , el que se acuerde ú lti mo se quedará s i n tener qué comprar , salvo q�� l?s precios suban, en cuyo caso se restablece

, el equ l l 1 br 1o.

Quién es el aue sa le más perjud icado aqll l depende del retraso con q �1e le l legue e l i ng reso y de cuáles p recios suben más. En genera l esto es el result�do d� un� c.adena comp l i cada, que se rompe por el es labon mas deb l l : los art ícu los de consumo popular . . , . Sin embargo, si e l gobierno t iene una f1rme po

.l 1�1ca

de mantener los precios de afgunos ¡:¡rtfculos �subs 1d 1an-

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do a sus fabr icantes s i hace fa lta , aunque para e l lo tenga que emiti r aun más-, l a pres ión i nf lac ionaria por exceso de dinero se hará senti r en los demás a rtícu los , que su­b i rán mucho de prec io . Puede e leg i rse así a qu iénes per­j ud icará más l a i nf lac ión y hacerse con e l la po l ítica redis­tributiva .

En resumen, e l déficit de l gobierno no es en s í n i bueno n i m a l o : eso depende de qu ién l o pague. L o m is­mo sucede con la emis ión . Se trata de una de las tantas formas de l p rob lema de d istri bu i r el ingreso, y para e l lo l o esenc ia l es tener un criterio para afirmar " a éstos l es fal ta y a éstos les sobra" . Ese criterio imp l ica tener u n Proyecto Nacional . S i n e l l o , e l lenguaje d e l o s déficit y l a tasa de inf lac ión nos i nduce a creer que l a economía g i ra a l rededor de l d inero por a lguna l ey natura l forzosa.

7. El desempleo

Otra fa l ac ia empresari a l , esta vez no monetaria es l a l i gada a l p:oblema d e l de��mp leo . L a tasa d e des�mpleo -porcentaJe de l a pob l ac 10n activa que no encuentra tra­bajo- es otro numerito fascinante, y esta vez m ide u n problema soc ia l rea l : l a m iser ia d e l o s q u e n o ganan nada. Con ta l de hacer bajar ese numerito -indicador ve­raz de confl i ctos soc ia les-, los econom istas proponen las medidas más sorprendentes para "crear fuentes de tra· bajo" y hasta l l egan a defender e l crec imiento no porque se produce más s ino porque da más empleo. Desde hacer obras púb l icas improductivas ( " l evantar p i rám ides", decía Keynes) hasta vo lver a métodos anti­cuados de producción porque requ ieren más mano de obra, y rechazar la automación de fábricas porque reem­p laza obreros por máqu inas , encontramos una serie de propuestas que resu lta d ifíc i l rechazar de p lano , porque a lgo hay que hacer por esa gente, pero que hue len ma l . Tanto que . en op in ión de este autor, una sociedad que neces ita pensar en sus fábricas como "fuentes de trabajo" en vez de l ugares donde se produce lo que l a gente n�cesita , demu�stra por ese so lo . hecho que es in­sana, a l renada , que ve e l mundo al reVé's.

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No entraremos a ana l i za r cómo se l lega a medir esa tasa de desempleo, las trampas a que se presta , los ma­labarismos que hay que hacer con l os empleados a m e­d ias , subempleados, trabajadores estac ionales y todo tip o d e marg ina l es que a l go trabajan y ganan, n i con e l con­cepto mismo de población activa.

Vayamos di rectamente al prob lema de fondo , que s e refiere a toda l a organ ización social y a s u com portamien­to en el l argo p lazo.

E l desempleado no gana, y su fam i l ia está en l a m i ­seria . Algo hay que hacer de i nmediato para resolver ese drama. Pero como e l mismo drama s e repeti rá e l a ñ o próximo y e l s igu iente, hay q u e pensar e n e l l a rgo p lazo, no sólo en e l presente , pues corremos e l r iesgo d� tomar medidas de urgenc ia que agraven e l prob lema mas ade­lante.

Para s imp l if icar, comencemos por el caso de una SO · c iedad que tiene su Proyecto Nacional y está c u mpl iendo l as metas que se ha p lanteado en términos de satisfac­c ión de necesidades. ¿ Qué s i gn ificaría entonces e l des­empleo? N i ngún drama ; al contrario, una bend ición, de­formada por algún error de cá lcu lo .

Es una bendic ión porque s ignifica que las metas se están cump l iendo con menos trabajo que e l ca l c u l ado ; por eso sobra gente. E l du l ce remedio para ese error es d i s­m inu i r l a jornada de tmbajo a todo e l mundo, a provechan· do este excedente de mano de obra.

Porque si ya estamos p roduciendo lo que deseába· mos, ¿ para qué "crear nuevas fuentes de trabajo"? ft. menos que e l esti l o de l a sociedad sea muy b íb l i co y e s · t ime que e l t iempo l ibre es una invitac ión a l p ecado.

Esto cuando la sociedad ya está organ izada rac io­na lmente y funciona con regu l aridad. E n l a etap a de tran­s ic ión hacia e l l a , la so l ución es dist inta , pero no menos evidente cuando las metas están fijadas y la estrateg ia defi n ida. Pues para cump l i 1· l as metas habrá en todo m o . mento sectores con d ificu ltades de a lguna c lase, y · e l excedente de mano de obra puede vol ca rse a e l l os . S iem­pre será necesario educar mejor , s iem pre faltará i nfraes­tructura , salud, estadísticas, reparación de caminos.

Cuando las metas dé la sociedad son Claras y é'stán

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expuestas en térm inos de satisfacción de neces idades, como se exp l icó en e l primer capítu lo , e l desempleo deja de ser un prob lema de fondo y se resuelve con medidas admin istrativas (reubicac ión , d isminución de l as horas tra­bajadas) . Se están produciendo de todos modos l os b ie� nes y servicios que esos desemp leados van a consumir , ya que las metas para cada año contemplan las necesi­dades de todos l os grupos socia l es .

Las metas t ienen pues viab i l idad fís ica , y só lo puade haber un problema de d istribución : e l que no trabaja 'l,J reci be e l d i nero para pagar lo que l e toca y que está es­perándolo . Ya sabemos que esto puede resolverse d =J mi l maneras, con o s in d i nero ; po r ejemp lo , dando a todos los habitantes un sueldo básico, trabajen o no.

Este prob lemita d istributivo no puede resol verse , por supuesto , s i l a producción está or ientada por e l l ucro, y todo este razonamiento es rechazado como una utopía estúpida.

Crear empleo es l a ún ica forma cons iderada correc­ta y justa , y es fác i l ver que esta solución no perjudica a l empresario.

Este s istema de d istri bu i r e l i ngreso es tan i rrac io­na l , que s i se cump l iera e l sueño de automatizar toda la producción , l a gran mayoría de l a pob l ac ión quedaría s in empleo y no podría adqu i r i r los b ienes tan cómodamente producidos . El progreso tecno lóg ico no sería un sueño si­no una pesadi l la : nos pmmete una d istr ibución mucho peor que la actua l .

Como semejante s ituación sería pol íticamente i nvia­b le y explosiva , se ensayan pa l i ativos como los que men­c ionamos : obras púb l i cas , estímu los a las industr ias que absorben más empleo y sobre todo a las agrar ias . E l primero e s l im itado . E l segundo contrad ice l a tendencia fundamenta l de este s istema, que es automatizar para aumentar las ganancias.1

Sin grandes cambios de fondo, pues, e l prob lema del desempleo no puede resolverse . Cuanto más, se l ogra que la tasa de desempleo se mantenga dentro de l ím ites " normales" , no pe l igrosos soc ia lmente , y la contemp la-

1 Véase· el párrafo siguiente " La modernización tecnológica".

"J 06

c1on de ese número mag 1co perm ite o lvi dar la g ran irra­c iona l idad que no conocieron los s istemas anter iores a l capita l i smo i ndustria l : e l trabajo s in n ecesidad e n los países ricos ; l a producción de b ienes suficie ntes · para todos, pero que no pueden l l egar a las manos de todos .

Por ú lt imo, en e l caso de u n país m uy pobre , donde la capacidad i nsta lada es muy pequeña y está funcionan­do al máximo sin l legar aun así a produc ir lo n ecesari o para todos, y además hay desempleo , e ntonces s í , este prob lema es de fondo ; hay i nviab i l idad fís ica y s� req�J�e­ren sol uciones a veces desesperadas, como la em1g rac10n .

De todos modos , l a "creación de fuentes de trabaj�" , s i n ac larar s u conten ido cua l i tativo, t iene un efecto red Js­tri butivo que puede ser muy deforme. S i esas fuente� de trabajo no producen bienes de consumo pop�lar -S I

se trata de l embe l l ec imiento de una ca l le centnca o de una fábrica de artícu los suntuar ios-, l os nuevos sueldos perc ib idos por los ex desemp leados a umentarán l a de­manda de aquel los b ienes básicos s i n que aumente s u

oferta . S i no s e toman contramedidas fuertes , e ntonces ,

aumentarán de prec io , lo que s ignif ica d isminu i r el con: sumo de los demás grupos de bajos i ng resos . S e tratara

pues de una red istri bución entre los pobres : los desem­

p leados saldrán de l a i nd igencia total a costa d e los no

tan pobres . M ientras tanto los ricos a umentan su con­

sumo rea l , pues esas nuevas fuentes de trabajo p roducen

cosas para e l los . No es forzoso que así ocurra : las n uevas fuentes de

trabajo podrían ser fábricas para e l consumo popu lar , pe­ro mientras l as dec is iones de i nvers ión estén or ientadas por e l lucro , esto no será frecuente.

8. La m odernb:aeión tecnológica

Como este tema se tocará repetidas veces a lo largo de este l ibro, aquí sólo nos referiremos a é l muy breve­mente .

a) E l grado de equipamie nto de l a i ndustr ia , medido por e l costo de las máquinas insta ladas , es otrQ Qf)SO de

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llao

fa �acia cua�titativa : parecería , en pr imer m 1smo eqwpar para produG · 1 • lugar , que da

p ráctica sabemos que las i nv��� · cua qwer c�sa (y en l a

e l consumo de cúpula o IOnes son onentadas por

11 d • por un consumo popul d f

la . o, como en la mu lt ip l icación d f ' b . a r � o r-

y C igarr i l l os) . e el ncas de beb1das

En segundo lugar es . · . requ iere luego import�r l�s ��wpamlento e� i mportado Y

cesa, lo cual no sólo produc� suumofs espec ia les que pro-

s ino que cada vez no , na uerte brecha externa

ses l íderes. La tecn�f�t=c��s ea la

_tec.n� logía . d� l o.s paí�

llOS integra rápidamente , s . segUJd !Sta , I m itatiVa, y

está m uy l ejos de ser id:a l�n S i stema de producir que

En tercer l ugar esta t 1 , ten iendo en cuenta ' una ca�a

cc�

o �g�� m�derna fue creada

res , que nosotros no compart���� '.ca 1

el

los paí�es l íde­

mano de obra y la baratura de s · e � t� prec 10 de la

tar la , producimos desempleo ( las maqumas. Al adop­

tas sobre el resto de la eco no c?mpensado por sus efec­

d icción seria del capita l ismondomla) .

IEI .sta es una contra-

M h esarro 1sta

uc os economistas cree , · precios de mercado

n aun que el s istema de

en países donde la m���d� re�olver esa contradicción :

� e leg i r "tecnologías menose

i� ra . es barata �e tenderá

mtensivas en trabajo" . tensJvas en capita l y más

Esto es un res iduo de 1 , . , sobre la "función de produc�i

?s.'.cas t�onas c ientif icistas

producirse lo mismo usando on '. segun las ?uales podía

tas proporciones -disminuye cJpltal Y trabaJO en d istin-

dos factores a costa de n o uno cua lqu iera de esos

q d d aumentar el otro de d 1

ue, a os los precios de máqL . - mo o ta

una combinación que max im i l 1 1 1�as Y empleos, había

el más caro de los costos . za )a a gananc ia ahorrando

Pero eso nunca fue m u . . nos. Los productos nuevos

/ Cle l to , y ahora m ucho me-

b�icarse, con pequeñas va r i��;ees� una sola m�nera de fa­

�las para e leg i r y esa ún ica m · no hay �ar�as tecnolo­

llltensiva en capita l y l o anera es casi s iempre muy

una tendencia impr�vista . \��oductohs c lás icos muestran

g ías de producción que �ho mue a�

1 nuevas tecnolo,

sin t b " , rran no so o mano de ob

o f'JJ?J_ !fHl capital (por un idad , de p rod t ) . ra

uc o , Y por lo

tanto no hay modo de compet i r con e l l as en un mercado

de l ib re empresa . b) La enseñanza tecnológica está adaptad a a este

tipo de modernización imitativa. Cuantos más técni cos

producimos, más nos atamos a la tecnología norteame­

ricana . Se l lega al r id ícu lo de que empresas extranjeras

aparecen regalando generosamente educación técnica a

sus obreros , que luego no les s i rve para trabaja r en n i n­

gún otro s it io , tanto se los espec ia l iza . No es l a can·

ti dad de técni cos l o que i nteresa , s ino l o que saben hacer .

e) La i nvestigación tecnológica y c i entífica s i gue los

mismos pasos. Aquí l os c ientíficos más "ser ios" caen

en la fa lacia cuantitativa más s imp l i sta , afi rmando que

e l desarro l l o científi co se m ide por l a p roporc ión del PBI

desti nado a i nvestigación . S i EE.U U . dedica e l 3 % d e

s u PBl a eso, hagamos l o m ismo : esa es su po l íti ca c ien-

tíf ica . Debería ser evidente , s i n embargo , que po r más que

gastemos en "c ienc ia" hecha sobre prob lemas s ugeridos

deade e l hemisfer io norte -como se hace h oy aquí-,

los resultados que obtengamos serán m ás úti l e s a e l los

que a nosotros , y só lo serv i rán para af ianzar esa depen-

denc ia tecnológica mencionada. Tener una po l ít ica científ ica prop i a , autónoma, es u n

requ is ito i nd i spensab le de cua lquier cambio d e esti lo que

se i ntente ; s i no , seguiremos atados a la soc iedad de

consumo, con var iac iones folklóricas. Veremos más aae­

l ante a lgunas características de esa po l ítica (el autor se

ha ocupado de este tema en [8] ) .

9. Desarrollo y subde5arrollo

Como síntesis de todas l as fa lac ias anteri ores , s e

nos d ice que somos un país subdesarro l l ado y q u e e l ún ico

Proyecto Nacional concebib l e es, evidentemente , desarro-

l l arnos . Estos términos i ntroducen de contrabando todo u n

esquema i deológico, según e l cual los países se pueden

ordenar linealmente por su "g rado de desarro l l o" , desde

avanzados hasta subdesarro l l ados. La h i stori a de un país

1 09

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recorrería esa esca la ; seda una serie de etapas para pasar de la categoría más baja a la más alta, con mayor o menor ve locidad. S iendo una ley h istórica, hay que adaptarse a e l l a , y e l objetivo nacional fundamental de­berá ser ace lerar ese proceso de todos modos inevitab le .

. . . No que�·e�os referirnos en este párrafo a la impo­S i b i l i dad practica de que un país dependiente pueda a l ­canzar a l _que l o t iene contro lado; este prob lema por suerte esta hoy bastante c laro para todos . Nos interesa mostrar que la idea misma del desarro l l o l ineal es fa laz aun s i fuera viab le .

'

La i magen desarro l l i sta de l mundo se apoya en un hecho rea l : estamos d isconformes con e l estado actual de �osas; queremos "progresar" , " mejorar", "desarro l l a r­nos o como qu iera decirse . La trampa está en l a l i nea­l idad, la vía ún ica y se arma mediante la típ ica fa lacia cuantitativa de medir e l desarro l l o por un número -el más usual es e l i ngreso por habitante, acompañado a v�::es por e l g rado de u rbanización (porcentaje de pobla­Cion urbana) o de i ndustr ia l izac ión- y deduci r de ah í que debemos im itar a l os países que tienen más a lto ese ind icador.

Esta trampa es d is imul ada por e l hecho de que e l desarro l l o no e s sólo crec im iento económico, s ino au­mento de l a esperanza de v ida , de l a cantidad de estu­d iantes e inc luso de l a estab i l i dad po l ít ica. Parecería pues que inc luye también e l progreso socia l .

Entonces, s i los Estados Unidos, Japón o la URSS tie­nen un ingreso p .h . mayor que e l nuestro , e l los -se d ice­pueden servi rnos como ejemplo de lo que hay que ha­cer. Se admite a veces que puede haber una "vía so­c ia l i sta" hacia el desarro l lo , pero dando a entender que en e.l fondo se trata só lo de otra estrategia para lograr e l ��smo _resu ltado. Capita l ismo, socia l i smo y demás " i s­mos senan sendas para le las para trepar la m isma mon­taña , y e l i ngreso sería como la a ltura a lcanzada : una medida común del éxito logrado hasta e l momento. Así, la Un ión Soviética todavía "no a lcanzó" a los EE.UU ., por­�ue su ingreso p .h . es menor. Este criterio es aceptado 111c luso por países socia l i stas.

A l identificar e l desarro l l o con un numerito, es fác.i l

1 1 o

sugerir que los países de 500 dólares p .h . deben asp i ra r a ser como los d e 1 .000 , y éstos como l os de 3.000. Como e l país de mayor i ngreso es EE.UU . , se deduce que éste debe ser e l " mode lo" de desarrol lo para todo e l mundo . De paso quedan en segundo p l ano los pel igrosos proble­mas de l a dependenc ia : no nos vemos corno saté l i te s colon izados s i no como a lumnos d e un maestro aventajado.

Salen de este j uego de manos p ropuestas muy con­cretas : consum i r lo que el los ponen d e moda , im itar su tecnología, enviar a nuestros jóvenes más bri l l a ntes a que se "perfecc ionen" en sus un iversidades, abri r l as puertas a sus grandes corporaciones que vienen a c iv i l i zarnos y a transferi rnos su tecnolog ía . Para a l gunos p aíses muy pobres eso trae a lg unas ventajas momentáneas ínva l u a­b les , como la pos ib i l idad de vencer e l hambre , l a epide­m ia , la i gnorancia tota l . Para todos , i mp l ica que nos con­tag iamos todas las enfermedades económicas , socia les y cu ltura les de l país l íder, agravadas por nuestra falta d e i nmunizac ión , ya q u e nuestras pautas cultura les no e s­tán adecuadas todavía a ese sistem a productivo.

Todo este enfoque es fa l az : no tenemos ob l igac ión de aceptar como " modelos" a EE.UU . , U RSS o China , co­mo tampoco estamos ob l igados a rechazar los en todos sus aspectos. Desarro l lo es, sí , un térm ino re lativo, pero relativo a las metas que el país se plantea; a su prop i o Proyecto Naciona l , no a l d e otro país . S i e l estado actua l de nuestro país no es todavía como nosotros -no e l B I D o e l FMI- l o qu is iéramos, somos entonces subdesarro­l lados. Cuando a lcancemos nuestros objetivos seremos desarrol lados, hasta p lantearnos otros nuevos. Poco nos deberá i mportar, s i l l eg a esa fe l iz época, que l os EE. U U . o los economistas nos s igan l lamando subdesarrol lados porque no tenemos máximo i ng reso p . h . Con e l mismo derecho podremos -y podemos desde ahora-- afi rmar que esos países l íderes son también subdesar ro l l ados , s i no cumplen los objetivos que a nosotros nos parecían correctos.

f\lo hay prob lema con la pa labra "estancam iento ". Estancarse es no cambiar y eso se reconoce fác i lmente . Desarro l l arse es avanzar, pero esto no s ign if ica nada s i n o decimos hac ia dónde. Hay muchas metas pos ib les ,

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muchos caminos . Que un país haya avanzado mucho por un camino no es motivo para que lo s igamos como car­neros de Panurgo. Nuestro camino es nuestro Proyecto Naciona l , nuestro es ti lo de desarro l lo .

S in un Proyecto Nacional exp l ícito somos fáci les · víc­timas de la fa lacia cuantitativa. El sustituto más fác i l de un objetivo nacional es " tener más". Nlás de lo que nos qu ieren vender los que contro lan nuestros háb itos de consumo mediante la pub l ici dad ; más de lo que los tec­nócratas educados en las teorías del hemisferio norte creen que debemos tener ; pero en resumen, socia lmente, más de lo mismo. Con un Proyecto Nacional tenemos nues­tra propia pauta y medida de desarro l l o , que recién en­tonces podremos cuantificar de la manera que nos re­su lte mfts úti l . Es el lado constructivo de la l ucha contra la dependencia cu ltural .

Cuando los tecnócratas nos recom iendan medidas para "crecer", s i n haber defi n ido previamente s i nuestra meta es una sociedad autoritar ia o mística, consum ista o creativa , o nac iona l i sta, o igual i tar ia , nos empujan i rres­ponsablemente a segu i r el esti l o predominante hoy en los países más i ndustria l izados . Y como imp l ica e l refrán de nuestro acápite, ser g rande no es un fin en sí m ismo.

Es un hecho curioso que muchos de nuestros tecnó­cratas protestarían ind ignados ante estas afirmaciones . E l los d icen que tienen s istemas de valores " progres istas" : los que no son socia l i stas repudian por l o menos e l s is­tema capita l i sta en su forma norteamericana. Pero en tí­p ico desdob lamiento de persona l idad, consiguen o lvidar en su trabajo esos valores declarados , y nos confunden y se confunden a sí mismos con este lenguaje fa laz.

Esta a l ienación, va le la pena repet ir lo , es fac i l itada por el aspecto seudocientífico de las declarac iones basa­das en estadísti cas y cál culos matemáticos. Comparados con los d ir igentes económ icos tradic ionales -fósi les ig­norantes de las modernas técn icas científicas- se s ien­ten tan superiores que hacen con orgu l l o su papel de aprendiz de brujo . Los viejos d i r igentes sabían muy b ien qué i ntereses defendían , pero su armamento técn ico ha s ido superado . Los tecnócratas b landen nuevas armas -nada marav i l l osas, por otra parte- y las usan en nom-

1 1 2

bre del "desarro l lo" para pro longar un poco más l a v.ida de un sistema soc ia l que e l los mismos suelen r�pud 1ar.

En resumen , no líay un est i lo de desarro l lo s mo mu­chos , muy d iferentes en su conten ido. Ante� de hablar de cuánto es el desarro l lo hay que saber cual.

·1 O. Et� los economistas "de izq u ierdo"

El lenguaje marxi sta no está l ibre d e l a fal ac ia c��n­titativa, pero la necesidad permanente de tomar d�ciS IO­nes cual itativas a nivel nacional la hace menos. pe l i grosa para l os gobiernos soc ia l istas . Se vue lve. �e l 1 g rosa, en cambio , en manos de l os movim ientos socwl 1sta� que no han tomado e l poder y que, por lo tanto , no t�e�en e l contrapeso de la real i dad . Se forman entonce� ,hab 1tos de pensamiento que, l l egada la etapa de l a acc1on , pueden ser perjud ic ia les . ,

Un ejemplo es e l uso de conceptos co':':o p l usval 1� o pl usproducto -o su versión moderna de excedent� -fuera de su contexto l egítimo. Este concepto se re� 1ere esencialmente a la parte del producto que queda d ispo­n ib le después de pagar a los trabajadores, Y q u� en e l s istema capita l i sta es repartida por los empresanos en-tre i nversiones , i mpuestos y su propio consu�o . . .

Es, pues, un concepto referente a l n ivel �¡stnbut¡�o, a l va lor de l o producido . Cuando los economistas de IZ­quierda hab lan hoy de "captar los excedentes" , �n e l sentido de red istr ibu i r e l excedente en favor de l gob 1erno , están en lo c ierto m ientras se refieran só lo a l a política financiera de un gobierno socia l i sta -o ca�i ta l i sta de Estado- que debe convivir con empresas pnvadas (ca­sos de Ch i le , Perú y la U RSS e n épocas de la N EP) . De· jar ese excedente en mano� pr i�ad�:> s i gn ifica favorecer la fuga de capitales o la fmanc1aC10n de empresas que pueden deformar más la economía. . Lo falaz está en dejar que este lenguaje haga �asar a segundo p l ano e l problema cu� l itativo �ita l : que se produce, en qué se inv ierte . �a f!1 1Sma c?nt1dad de ex?e­dente puede provenir de una fabnca de b 1 enes suntuanos

1 1 3

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que de una de b ienes básicos, y éste es e l aspecto que debería estar en pr imer p lano . Para eso hay que hablar en términos de l Proyecto Naciona l , y entonces l a capta­ción de excedentes aparecerá como una consecuencia na­tural e i nd ispensab l e . (No hay fal ac ia , en cambio , cuan­do se habla de excedentes de trabajo ; esto no l l eva a con­fusiones , ya que se trata del uso de un recurso fís ico . )

Este l enguaje i nadecuado se exp l ica porque los aná­l is is teóricos de Marx no se refi r ieron a l soc ia l ismo, s ino a l cap ita l i smo, donde por supuesto hay que usar termi­no logía monetar ia , pues e l l ucro es el factor d i námico. Y, s in embargo, e l mismo Marx l lamó la atención a los economistas de izqu ierda que hab laban de " capita l " para referi rse a la capacidad insta l ada . Decía que mostraban su "a lma cap ita l i sta" al confund i r el valor monetario de l as máqui nas con lo que e l las perm iten fabricar. Esta confusión no se ha aclarado aún en todas l as mentes tec­nocráticas de izquierda .

Una fa lac ia de otro t ipo -y de mayor envergadu­ra- es la difusión del l enguaje "c ibernético" en la l ite­ratura socia l i sta. Está motivado -me imag ino- por e l correcto deseo de da r un conten ido más c laro a l " método d ia léctico". Hab lar de " rea l imentación" y "contro l " en vez de " i nterpretación y síntesis de l os opuestos" es, s in duda, un paso adel ante hacia e l tratamiento de los s iste­mas socioeconóm icos como l o que son : s istemas d iná­m icos or ientados -hasta c ierto punto- por objetivos Y contro l ados -hasta c ierto punto- por l a vol u ntad .

Dejem'os para e l capítu lo X I I I l a d iscusión sobre s i l a teoría de s i stemas es o no u n buen marco para los conceptos d ia lécticos ; aqu í nos i nteresa só lo mostrar l os inconvenient.es de l l enguaje c i bernético.

Un s istema socioeconómico t iene pues dos grandes aspectos pol íticos : uno es la def in ic ión de objetivos; otro es la e lección de una estrateg i a para a l canzar los . La Cibernética recalca este segundo aspecto : es la teoría del control automát ico; de cómo, fijados los objetivos , puede correg i rse todo " error", todo apartamiento de e l los . Su i nventor, N . Wiener, l e d io ese nombre pensando en e l t imonel que va corrig iendo las desviaciones de la ruta prefijada y en e l regu lador que mant iene la temperatura

1 1 4

,1

a su n ive l constante , ap l i cando una corrección cada vez que se aparta de l va lo r deseado .

Aparte de l a dudosa ferti l idad de esta idea e n Eco­nomía -basta l eer l os escritos póstum os de O. Lange sobre "econom ía c ibernética"- creemos que es fa laz, porque enmascara el otro aspecto, que es prev io : la fi­jación de objetivos (que es justamente el eje de este l i bro) .

E s probab l e que e n l a URSS los econom istas crean que no hace fal ta hablar de l os objetivos de l a rgo p lazo -sal ­vo con general idades como " a l canzar e l comun i smo"­Y que l o esencia l es e l contro l . Esto es grave . Es una pos ic ión ideológica que en este volumen no aceptaremos .

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Notas a l capítu lo 1 1

Efectos de la estructura sectorial

Nota 1

Como i lustración elemental del efecto puramente económico -so­bre importaciones y empleo- que pueden tener disti ntos estilos a través de la distinta estructura sectorial del PBI que producen, su­pongamos un país con la s iguiente estructura inicia l :

Sector PBI CIIN CIIM CTRA Importaciones Empleo

Agro 20 0,1 2 20 40 Consumo 30 0,2 4 1 1 20 30 l nterm. y Cap. 20 0,3 5 0,8 1 00 1 6 Educación 1 0 0 , 1 2 1 0 20 Resto 20 0,25 2 2 40 40

Totales 1 00 290 1 46

CI IN es el coeficiente de i nsumas e inversiones nacionales. C I I M , ídem, importados. CTRA es e l coeficiente de trabajo, Todos con respecto al PBI y en distintas unidades. Con C I IN se calculó la participación del sector I ntermedios y Capita l . Con C I IM se calculó la columna I mportaciones y con CTRA la de Empleo.

Veamos dos esti los que dup l ican ambos e l PBI en diez años, pero con distintas prioridades sectoriales. Calculamos importacio­nes y empleo (y sector i ntermedio) suponiendo que los coeficientes técnicos no cambian, para no mezclar causas. Entonces 10 años después:

Prioridad: Consumo

Sector ___ �_!__lmports. Empleo

Agro :30 Consumo 70 l nt. y Cap. 41 Educación 20 Resto 40

Totales 201

1 1 6

30 280 205

20 80

6 1 5

60 70 33 40 80

283

Prioridad: Educación

PBI lmports. Empleo

40 50 3'1 40 33

200

40 200 1 85 40 66

531

80 50 30 80 66

306

Ambos esti los tienen pues la misma tasa de crecimiento [el PBI pasa de 1 00 a 200) , pero el estilo "educativo" tiene menos p roblemas de brecha externa -15 % menos de i mportaciones- y requ iere más empleo, a igualdad de jornada laborab le . Aparte de sus atractivos propios es más viable, pues usa menos del recurso más escaso: las divisas.

Pero , además, la educación intensificada debe tenet· a lgún efecto sobre la sustitución de importaciones y la productividad del trabajo. Si bien ese efecto es difíci l de pt·ever, se cometería un error mayor despreciándolo por falta de datos, que estimándolo por consenso de expertos. Así d isminuirían aun más las importaciones y tal vez habría desempleo siempre que e l e�tl lo no i nc luya una reducción de la jornada laborable (medida coherente con la preferencia pot· la educación) .

1 1 "1

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CAPITULO 1 1 1

las necesidades sociales.

Criterios generales de defi n ición

"El dinero no es todo: hay otras cosas. No recuerdo cuáles, pero hay."

Mi amigo el Gordo

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Las condic iones de vida de cada g rupo soc i a l están dadas por el grado y forma en que se satisfacen sus di­ferentes necesidades a lo l argo del t iempo. Así deben entonces defi n i rse las metas del esti l o de desarro l lo o Proyecto Naciona l .

Las necesidades que deben tenerse en cue nta son todas aque l l as que requ ieren un esfuerzo soc ia l para sa­tisfacerse, o que son muy afectadas por medidas de gobierno. Eso deja muy poco fuera . U n a l i sta tentativa es la que f igura en l a Tes is 2, del primer capítu lo . Las i remos examinando una por una , ident if icándol as a me­nudo por el número de orden que se l es asignó a l l í .1 Los nombres que l l evan deben interpretarse según sus acep­c iones corr ientes .

Di cha l ista i nc l uye necesidades materia les, socia les, cu ltura l es y po l íticas ; i ndividua les y de l a pobl ac ión en su conjunto . Se han mezclado además i nstrumentos de poi ítica que pueden estar restr ing idos e n sus a l ternati­vas por la necesidad humana de no usar medios " malos", aunque sea con fines " buenos " . Hemos d icho ya, por ú l ­t imo , que esta l ista es abierta : no se cons idera completa , y cada una de sus 25 "d imens i ones" es a su vez múlt i ­p le y debe subd ividi rse mucho al estud iar los p l a nes de corto p lazo.

Para def in i r las mejor debemos dec i r cuáles son las d isti ntas pos ib i l idades de sat isfacerlas en que estamos pensando --pues cada necesidad es só lo e l nombre de una variable , ele una d imens ión humana , y cada variab le debe tener un domin io de pos ib les respuestas, n iveles , puntos, va l ores o a lternativas-. A e l l o dedicaremos este capítu lo . En l os dos s igu ientes se verán ejempl os con­cretos de esas posib i l idades .

l Puede parecer a a lgunos que al numerar y especificar tanto, estamos considerando al hombre como un "objeto con ciertas necesi­dades" , estamos "cosificándolo". Creemos que ese pel igm es muy lejano con nuestro método (véase el capítulo X I I I ) .

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Algunas de las a lternativas son de carácter genera l , es dec ir , ap l icables a casi todas l as necesidades : se re­f ieren a caracter ísticas cua l itativas de lo que se propone : cantidad propuesta para cada una , d istri bución socia l de los que rec ib i rán eso y forma de pagar lo . Para no repetir , las tratarnos como punto previo , antes de ver cada nece­s idad por separado.

Alternativa s genera les

A) Nivel. Grado o cantidad que se propone como meta para una neces idad, una vez e leg idas sus características cua l i tativas . Debería expresarse en un idades de satisfac­c ión producida , o va lor de uso, pero puede emplearse cualquier otra un idad c l ara, inc l uso el gasto (puesto que ya está defi n ida cua l itativamente ) .

Para l os servic ios , l a mejor un idad es e l cubrimiento , en un doble sentido : número de personas que rec iben e l servic io y cantidad de veces o t iempo total -por a'ío­que lo rec i ben . Tanto l as pe luquerías , como e l teatro, como la prédica de una ideología (por un método dado) , pueden tener muy d istintos n ive l es de cubr imiento , con costos y efectos correspondientemente d isti ntos.

En pr imera apmximación s iempre podrán clasif icarse l os nive les por lo menos en " i ntenso, mediano y débi l " , dando en cada caso a lgunas referencias comparativas para aclarar. Por ejemp lo , en a l imentación, un n ivel i n­tenso podría ser s im i lar a l consumo actua l del deci l (o se::� el 1 0 % de la población ) superior de i ngresos .

Pero en general es más i mportante especificar un cierto n ive l bás ico o umbral, que es lo mín imo que e l es­t i lo acepta s i n tra icionarse. Más que un n ive l es, en real i­dad, un " paquete" bás ico , pues debe deci r cuáles son los productos que lo componen (ejemplos : a l imentación , vi­vienda ) .

La precis ión con que se defi nan estos niveles y umbra les no neces ita ser muy g rande, sobre todo cuan­do se refiere a años a lejados . No es que se asigne me­nos importancia o se tenga menos c laridad para l as me-

'! 22

i '

tas futuras -un país , a diferencia de una empresa, no puede apl i car "tasas de descuento" a l os beneficios fu­turos , o mejor d icho, si lo hace, se está embarcando en un esti l o de ideología empresar ia l-; el sent ido de esa falta de prec i s ión es la posi b i l idad de extender plazos. Parecería c ierto que cuando uno tiene wn objetivo claro para dentro de 1 0 años, es más fác i l hablar de poster­gar l o para dos años después que de reduci r l o en

_ u n

2 0 % . Y e s cierto tam bién q u e u n retraso d e d o s anos anunciado para una m eta de 1 O tiene m enos i m portancia -psicológicamente- que e l m ismo retraso para una me­ta i nmediata .

Esta mayor i nd iferencia hacia los p l azos se expresa entonces dando menos prec is ión a las m etas l ejanas. Es­to corresponde también a la mayor probab i l idad de mod i ­f icaciones en l as metas , debido a las revi siones de l Pro­yecto Nacional que se van haciendo en el ínter i n .

U na observación i mportante a l resp ecto: e l transcur­so de l t iempo hace cambiar las características cual itati ­vas de b ienes y servi c ios ; a lgunos desaparecen , aparecen otros nuevos . Estos cambios no son demasiado g randes en 30 años , que es nuestro hor izonte ; basta recordar l os habidos en l os 30 años ú lt imos. Pero tampoco son des­preciab les , y después de haber i nsistido tanto en la ím­portancia de l conten ido cual itativo de l as metas debemos aclarar este punto .

¿Qué pasa con m etas de entreten im iento expresadas en términos de rad ios cuando aparece l a te levis ión ? ¿Qué sentido t iene p lanear hoy un automóvi l por fam i l ia para dentro de 1 5 años, si tal vez entonces exista u n medi o ind ividual de transporte aéreo que haya hecho perder in­terés por l os autos? ¿Qué sucederá con e l Proyecto Na­c iona l si aparece un m étodo costosís i m o de pro longar 30 años la vida activa de l a gente o de excitar l o s centros cerebrales de l p lacer (como ya se está haciendo en !abo· rator io)?

Todos estos inventos y otros más sorprendentes a o a · recerán s in duda a lgún día , pero su é poca de aparición -su tiempo de gestación- no es muy contro lab le : es una variab le exógena en buena medida . No es la única por c ierto : e l c l ima , l as pestes , terremotos y otros desas-

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tres , guerras , prec ios internaciona les , son a lgunos ejem p los de variab les poco contro lab les desde aquí .

Con respecto a cada una de e l l as cada Proyecto f\la · c ional e labora a l guna h i pótesis gruesa, y d iseña u n a po· l ít ica para reforzar l a probab i l idad de que esa h ipótesis resu lte c ierta (por ejemplo , dar o no dar fondos para des­arro l lar ci erto t ipo de inventos) . Esas h i pótesis no nece · s itan ser muy preci sas ; l a i mprecis ión ya mencionada de las metas lejanas debe ser capaz de absorber sus posi­bles variantes sin que se pierda la uti l i dad del método para comparar esti los d iferentes . Pero cuando fa l l an de raíz, el Proyecto Nacional p ierde su base y debe ser re­visado a fondo : no es , ni puede ser, a prueba de revo lu­ciones profundas inesperadas . S i rve para ensayar revo­l uc iones profundas planeadas.

Así, si se ha hecho la h i pótesis de que no habrá guerra nuclear y la hay, e l Proyecto se vue lve inúti l . Lo mismo ocurr irá qu izá si fa l l a la h i pótesis de que no habrá innovaciones más sorprendentes que la televis ión en e l campo de l os b ienes y servicios de consumo.

Por ejemp lo , cuando p lanteamos metas de vivienda para dentro de 1 5 años , les damos un conten ido cual itativo basado en lo que hoy se sabe hacer y en lo que estima- . mos probable que se aprenda y descubra en ese lapso (ver punto E ) . Así, s in entrar en deta l l es , las metas que­dan sufici entemente defi n idas en su aspecto cual itativo y puede hablarse de su nive l . Al dar el n ive l con menos precisión a medida que se aleja hacia e l futu ro , eng l oba· mos a l l í los pos ib les efectos de la fa l ta de deta l l es cua l i­tativos sobre l a viab i l idad.

En otros térm inos : una imprecis ión en los detalles cual itativos de una meta , no la afecta como meta. I nte­resa sólo por sus efectos sobre los recursos necesarios, y eso se ca lcu l a med iante una imprecis ión equival ente de l n ivel (aná l is is de sens ib i l idad, véase capítu lo V I ) .

B) Distribución. E l n ivel e leg ido no debe darse sólo como promedio , s ino en su d istr ibución verdadera : qué nivel corresponde a cada habitante . Dado que los g rupos socia les parten de cond ic iones de vida muy d iferentes , es c laro que aunque se tuviera l a igua ldad tota l como meta , e l l a no p.odría lograrse de un d ía para otro. La ve l ocidad

1 24

' ,,Q .

de igua lación se expresa dando por separado l as metas para cada grupo soci a l .

Además hay esti l os que no son igua l itarios o por l o menos n o l o son para a lgunas d e las necesidades de l a l ista (p iénsese en 1 8 , Partic ipación) .

En ciertos casos (educación , vivienda , salud) l a meta propuesta a l canza i n i c ia lmente sólo a una parte de cada g rupo -o de un subgrupo de edad determinada- Y e l cubr imiento e s entonces tamb ién una m edida i mportante de nive l : porcentaje de matricu l ados en cada grupo, défic it to l erado de viviendas por grupo , etcétera . .

Las a l ternativas para l a d i str ibución de cada neces i­dad son pues : con qué ve locidad aumentarán o d isminu i ­rán l as des igua ldades en su sati sfacc ión , entre los grupos y dentro de cada grupo . E l criterio general para e l lo se expresa en la necesidad soc ia l de Igua ldad , punto 1 O.

C) Diversidad de fa oferta. En un m i smo año o a l o largo del t iempo. Vari edad d e b ienes q u� sat isfacen l a m i s m a necesidad, con d iferenc ias secundanas entre e l los : cambios de modelos para b ienes durables , m?das , nu�vos d iseños. Se trata de variaciones no esenc1a l e s (vease punto A) .

Las a lternativas extremas son : adm it i r poca o mucha variedad de b ienes y servicios y poca o mucha velocidad de cambio de modelos , t ipos o modas. Los efectos so�re l os costos real es pueden ser muy grandes, por econom1as de esca la , y por más l enta obsolescenc ia de equ ipos (no hay que i mportar nuevas máqui nas para fabr icar nue�os modelos cuando las existentes no han agotado su v1da úti l ) .

Esta decis ión general separa ya bastante a los d is­ti ntos est i los . Los " consumistas" propondrán g ran diver-13 idad con respecto a l as necesidades físicas ( 1 , 2, 3 , 4 y 5) . Los esti los creativos o cu lturistas querrán divers i ­dad en las cu l tura les , pero no en las fís icas . Los autor i ­tarios querrán poca d ivers idad en genera l y sobre tod o en part ic ipación (pero n o les mo lestará e n ocio recreativo ) . Los est i los m ísticos querrán también poca diversidad y bajo n ive l , en consumo de b ienes y recreación , pero por d iferentes motivos, que se refl ejarán en l as a l ternativas e l egidas para las necesidades cu ltura l es y soc ia l es .

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DJ Contenido superfluo. Además de los c lás icos bienes y servic ios suntuarios -escasos y no esencia les-, cas i toda l a oferta puede presentarse con importantes a lter­nativas de "superf lu idad " , que son s íntoma e locuente de l t ipo de sociedad y afectan mucho los costos de produc­c ión : l ujo en l a comerc ia l ización y pub l ic idad, envases so­f ist icados , terminación e l egante , refi nam ientos de cal idad, gastos i nnecesarios de producc ión (relac iones públ icas, f immciamiento, capacidad ociosa, etcétera) . Es típico el ejemplo de los automóvi les , pero igua lmente importante es la vivienda.

Ya nos hemos referido a l peso que t ienen estos as­pectos superfl uos en e l PBI de l os países desarro l l ados.

Sólo los est i los consum istas est imu lan e l contenido superf luo en el consumo usua l . A lgunos otros esti los lo pueden promover para "endu lzar" metas que no coinciden con las expectativas de los grupos.

E) Insuficiencia cualitativa. En a l gunos casos , n i nguna de las formas actua lmente conocidas de atender una rne­cesidad puede parecer satisfactoria y la meta puede inc lu i r l a creación de formas nuevas, que se estima pos ib le crear si se hace un esfuerzo suficiente en i nvestigación y de­sarro l l o . Esto ocurre en sa lud , educación y en cas i todas l as necesidades sociopo l íticas. Vivienda es otro caso típico, junto con urban ización . .

Las a lternativas son pues, d iferentes ve locidades de i nnovación socia lmente deseable -d i rig ida , se lectiva, mo­tivada por una carenc ia , a d iferenc ia de la d iversif icación para ganar mercados a que se refiere el punto C- en cada neces idad. Requ ieren una po l ítica de apoyo y tienen l a característica de l a incertidumbre: pueden fa l lar , como los cá l cu los de producción agrícol a pueden fal lar · por e l c l i ma .

F ) Uso individual o colectivo. Imp l i ca grandes dife­rencias de f i losofía socia l y de costos (espec ia lmente en vivienda, transporte , b ienes durab les , sa lud , educación ) . Está exp l íc ito en l a e lección de l núc leo socia l básico -én­fas is en la fam i l ia restr ing ida o amp l i ada-, pero se re­fleja hasta en las formas de partic ipación (voto secreto versus asamblea) y de trabajo c ientífico ( individual o en equipo) y, por supuesto , en las formas de sol idaridad.

Las dos a l ternativas extremas -individua l ismo y co-

1 26

lectivismo- deben considerarse por separado para cada necesidad. Algunos esti los (autoritario, m ístico) son com­pati b les hasta cierto punto con ambas. Los países socia­l i stas muestran bastante d ivers idad al respecto Y en Europa abundan las di scusiones teóricas sobre e l tema. E l esti lo consumista parece más afín a l i nd ividual i smo , Y e l creativo, h i pp ie y l unar, a l col ectivismo.

E l ejemplo p rácti co más mentado es el transporte: au­tomóv i l particu lar versus transporte co lectivo, como alter­nativas extremas. Otro caso p ráctico más importante es el cuidado de los n i ños : a l cance y moda l idad de l as guar­derías, salas-cuna, etcétera .

G) Participación del usuario. La tendencia actual , de esti lo consumista , es que todo p roducto se entrega " l isto para consum i r" --hasta latas de a l ime ntos autocalenta­b les- y el usuario está tota l mente a l i enado de lo que posee. Esto trata de pa l iarse con la d ive rsidad y renova­c ión de modelos, pero el usuario no pasa nunca d e ser un c l iente que só lo puede e leg i r entre un número l i m itado de variantes preestab lec idas (co lor, tap izado, pa l anca a l p iso o a l vo lante , marca X o Z) . Hasta l os

," hobbies" .Y

entreten im ientos "creativos" ind ividuales estan e standari­zados en un g rado a larmante .

Hay, s in embargo , mucha g ente que todavía coci�a sus a l imentos , teje o cose, y se adm i n istra por prop 1 a mano los cu idados recomendados por e l médico. L a edu­cac ión no podría rea l i zarse s i n partici pación activa de l usuario, a pesar de l os esfuerzos por vendernos conoci­miento en latado, vía te l evisión o computadora .

Es necesario tener una po l ít ica genera l al respecto. La vivienda puede entregarse terminada o dejar que el usua­r io comp lete no sólo su decorac ión s ino i ncluso su equ i ­pamiento y a lgunos servic ios . A n i�e l comun i

.t�rio, � 1

aporte de l os vecinos mediante trabaJO en serv 1c 1o� ba­s icos -construcc ión de escue l as y centros recreat1v?s , etcétera- e s y a usua l , como pa l i ativo para los grupos a e escasos ingresos .

Las a lternativas son los d iversos grados en q u e puede dejarse la "termi nación" de los b ienes . a cargo de l usual: i,

o , i nd ividual o co lectivo . Esto para los b 1enes de p roducc10n

1 27

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masiva, y dejando aparte los que cada uno qu iera y sepa oroduci r artesana lmente.

Es una manera de d ism inu i r costos y p lazos de entre­ga. Al m ismo tiempo se l ograría una diversidad final que, en a lgunos esti los , se cons iderará p refer ib le a la que viene de fábrica , por esti mu lar l a creatividad en este n ive l . E l modelo ún ico y e l uso colectivo pueden tener su contra­peso de diversidad e i ndividua l ismo en esta parti c ipación f inal de las personas. La necesidad de expresarse �in­c lu ida en 1 5 , necesidad de ocio recreativo-, que hoy se cana l iza por actividades de presti g io cu ltural de c lase me­d ia -como p intura o mús ica-, encontraría así un apoyo en la rea l i dad cotid iana que podría ser estimu l ante .

H) Medios de pago; financiación del consumo. E l me­canismo concreto de adquis ic ión de b ienes y recompensa por e l trabajo y otras actividades admitidas por e l s istema, puede ser importante para defi n i r e l esti lo y se ref leja an cas i todas las neces idades .

Entre las a lternativas pos ib les mencionaremos : -Uso de d i nero anónimo, en b i l l etes . -Uso de d i nero personal : cheques, cartas de crédito,

compensación instantánea por computadoras (en cada compra i mportante se verifica l a capac idad de pago y se actua l iza l a cuenta ind ividual con ese gasto) .

-Asignación de derechos específicos para cada b ien o servic io , t ipo tarjeta de racionamiento y sus d i ­versas var iantes . Personales o anóni mas .

-Gratu idad , total o para c iertos bienes y servic ios. Estas pos ib i l i dades deben e l eg i rse atend iendo a los

s iguientes cr iter ios, entre otros :

1 28

-Si fac i l itan o no la acumu l ación o atesoramiento . -Si dan o no l i bertad de e lección para adqui r i r

b ienes. -Si faci l itan o no e l fraude , l a vena l idad , e l abuso,

etcétera . -Costo real de insta l ación y funcionam iento de l mé­

todo. -Posib i l idad de que se conviertan a su vez en mer­

cancías . Para cualquiera de e l l as -salvo l a gratu idad- debe

l 1

t ! l ! )

defi n i rse su vinculación con e l factor t iempo, o sea las necesidades de créd ito .

-Costo de l créd ito : desde cero h asta i nf in ito (no existi r) .

-Especif icación de su desti no : uso cua lqu iera, uso exc lus ivo para vivienda , sa lud , etcétera.

-Condic iones de su otorgamiento : a los más nece­sitados, a los que ofrecen mayores garantías de de­vo l uc ión , etcétera.

Las formas concretas de otorgar créd ito corresponden a las arriba mencionadas para medios de pago.

La magn itud del problema puede verse típi camente en l as d iscusiones sobre métodos de fi nanc iamiento de l a atención médica.

Alternativas específicas pa ra cada necesidad

Daremos como ejemplo -y s in la m enor p retensión de agotar e l tema- algunos cr iterios y opciones posibles para l a forma de satisfacer las d istintas neces idades , además de las genera l es ya vistas (A, . . . , H ) . Con e l las formaremos l uego a lgunos esti los típ icos , donde se con­cretará mejor lo que aquí se d i ga (ver capítulos IV y V) .

En cada caso no menciona remos, a unque existe, l a a l ternativa d e " no e leg i r" : deja r que ocur ra lo q u e resulte de l " l ibre" j uego de fuerzas ( l o que en general s i gn ifica dejar que otros decidan por uno) . La gran mayoría de las opciones vigentes en la actua l idad no son resu l tado de decis iones púb l icas , y se nos d i ce que resultan d e leyes natu ra l es de la Economía y la Sociología .

Pero aun para los partidarios de no e leg i r, debería ser úti l saber ante qué posib i l idades se están absten iendo. Muchas veces la abstención es resultado de la poca visi­b i l idad de las opciones pos ib les .

1 . Alimento. Las opciones más gruesas ya están conten idas en l os criterios A , . . . , H .

Cada a lternativa que se p roponga debería i nclu i r: -Una l i sta de l os a l imentos cons iderados básicos,

por su conten ido proteín i co , graso , g lúc ido , vita-

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mínico, sabor, fuente y costo de producción . E l los tendrán pr ioridad de producción . Esta l ista puede ser ab ierta, s i en E -insufic iencia cua l itativa- se ha decidido que son necesarias nuevas formas de a l imentación. Pueden ser d iferentes por grupo so-cial y de edad , segCm B (d istr ibución ) .

· --:-La proporción deseada o adm itida de a l imentos no

bás icos con respecto a l os básicos, con o sin un criter io extra de se lección cual itativa de e l los .

-Normas médicas y b romato lóg icas con respecto a contam i naciones, añadidos químicos , conservado-res , etcétera. 1

Según F y G -uso ind ividual o colectivo , y participa­ción del usuario- se decide qué parte de l a a l imentac ión se sumin istrará a través de comedores colectivos de d is­ti ntos t ipos .

Vestuario. Los criterios que quedan son pr incipa l ­mente tecnológ icos , como :

-Mater ia les a usar : vegeta les , an ima les , artific ia les . -Metas de durabi l idad, faci l idad de l avado, teñido,

etcétera . -Tecnologías de confección , considerando l o e leg ido

en G. -Lista de vestuario básico y proporción de no básico

y suntuar io . 2 . Vivienda. Se comienza por defi n i r d iferentes tipos

estándar de viviendas (con respecto a l os cuales se ad­m ite l uego mayor o menor d ivers idad, según C) :

a) T ipo precario o m ín imo : s i rve só lo para reso lver los prob lemas urgentes , m ientras se construyen tipos más satisfactorios. Corta vida úti l .

b) , e , . . . ) Ti pos intermedios con respecto a s u dura­ción, superfic ie , servicios internos y periféricos , ca l i dad de mater ia les, moblaje , etcétera .

n) Tipo ideal que sati sfaga todas l as exigencias sen­tidas v is ib les , de habitación y urbanísti cas .

Las características de estos tipos dependen de l o que s e haya decidido en D , E , F, G . Reca lquemos q u e e l punto F (uso ind ividual o colectivo) es aquí cruc ia l : e l número de servic ios colectivos que se adm itan en vivien-

1 30

da no sólo cambia tota lmente l os costos , s ino también e l est i lo de vida. Una vivienda colectiva puede parecerse mucho más a un c lub que a una casa de departamentos actua l , y tener en común guardería i nfanti l , b ib l ioteca, en­treten im ientos, lavandería, conservac ión de a l i mentos y hasta salas para enfermos.

Se hace l uego una c lasif icación de la vivienda exis­tente según l a vida máxima que se l e concede : v iv iendas que deben ser destruidas de i nmediato , dentro de 5 años , 1 O, etcétera . Para esto se las compara con los t i pos ya defin idos para viviendas nuevas y se estima el costo de mantenerlas s i n deterioro. Las de destrucción i nmediata son l as que no a lcanzan s iqu iera el n ive l de las p recarias .

Se dan normas de sobreocupación y subocupación (capacidad ociosa: viviendas de veraneo, fin de semana , etcétera) . Estas normas pueden i r desde l i bertad com­p leta hasta fijación estricta de l número de metros c uadra­dos por persona.

Combinando estos criterios sobre vivienda existente con la e lecc ión de t ipos para viviendas nuevas , más lo dec id ido en A, . . . , H , se tienen l as a lternativas.

En A (n ive l cuantitativo) debe deci rse cuántas vi­viendas de cada tipo se constru i rán cada año, y eso ex­presarse en función de l défic it por grupo soc ia l , según B (d istri bución ) .

Hay una c lasif icación comp lementar ia por m étodo de construcc ión, pero eso entra como estrategia y no co­mo meta, a través de l cá lcu lo de viab i l idad fís ica .

3 . Otros bienes durables. En lo esencial están defi­n idos por los criterios A , . . . H . El criter io G -grado en que la term i nación queda a cargo ,de l usuario- puede cambiar mucho los costos s in provocar resistenc ias : hoy se ofrece como "hobby" hasta e l armado de autom óvi les.

Pueden darse l i stas de bás i cos y no bás icos , como en a l imentos , pero probablemente sea más práct ico hacer antes una c las ificación funciona l de estos b ienes y usar entonces el criterio de l sector a que hayan sido asigna­dos : automóv i l es y motos a 5 (transporte) ; mob laj e , l ínea b lanca y a i re acond ic ionado a 2 (vivienda) ; equ ipo de tu­r ismo a 1 4 (ocio recreativo) , etcétera.

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Este punto parece presentar pocos problemas metodo­lóg icos para su d iscusión.

4 . Salud. E l aumento de l a espe1·anza de vida no pue­de uti l izarse como meta p ráctica; pr imero, porque parti­c ipa de la fa lac ia cuantitativa al esconder las d iferencias entre grupos soc ia les y grupos de edad (aparte de l a mor­ta l i dad de pobres y r icos, uno de los pr incipa les focos de decisión es si t iene pr ior idad la morta l i dad infanti l o la de los ancianos) ; y segundo, porque e l estado actual de la c iencia médica no perm iti ría deduci r cuáles son las me­d idas sanitarias concretas a tomar , para cump l i r metas de ese tipo. Pero puede usarse como arma de préd ica ; hay como 20 años ele d iferencia entre l as esperanzas de vida de los dos extremos de la esca l a de ingresos .

S in embargo, como está c la ro hasta e l hartazgo que dar sólo metas operativas es i rraciona l , a menos que se las pueda eva l uar med iante sus probab les efectos sobre " l a sa lud " , es ind ispensab le dar una def in i ción de estado san itario de l país en cada instante y tener a lgún modelo causa l , por vago que sen , para comparar l a i nf luencia de esas metas operativas sobre d icho estado.

Esté1 defi n ic ión es ideológ ica -pues como toda defin ic ión , se lecciona los e lementos importantes de l a s i tuac ión- y puede i nc l u i r esperanzas de vida, tasas de morta l idad y morb i l idad , d ías perdidos, fnd ices de reha­b i l i tac ión , etcétera.

Además de las decision�s referentes a A , . . . , H, en­tonces , tomaremos como a lternativas l as d isti ntas pr io­r idades que pueden darse a l as s igu ientes med idas y a su instrumentac ión técnica, en la que no entraremos.

1 3 2

I nstrumentos preventivos : -Contro l del med io : control de vectores contamina­

c ión , ruido, acc identes , h ig iene indust'r ia l ,

-contro l

. de a l imentos (ca l idad _y cantidad) y de vivienda. Contro l de las propiedades neurotizantes de l a or­gan ización socia l g l oba l y loca l .

-Contro l ind ividua l : i nmunizac ión , búsqueda d e en­fermos, ficha médica continua, nutr ic ión, nac im ien­to en buenas cond ic iones , genética ap l icada.

-Educac ión sanitar ia , en l a escue l a primaria y se-

cundar ia , y por medios asi stemáticos : para p reven­c ión, pr imeros auxi l ios, d i agnóst ico precoz .

I nstrumentos de atención de enfermos : -Accesi b i l idad: s istema de centros de atenc ión de

d istintas jerarquías y su fac i l idad de acceso ; des­centra l ización y reg ional ización; costo para e l en­fermo y medios de pago.

-Organización i nstitucional : ver cr i ter ios en capí­tu lo V I .

-Tecnología : uso de persona l paramédico y semimé­d ico de d isti ntas categorías ; organ ización de l tra­bajo en equipos de atenc ión méd ica ; equ ipam iento , automatización.

Criterios de asignación de recursos : -Prior idades : pediatría , gerontología , enfermedades

menta les , control de nata l i dad, rehab i l itac ión total , etcétera .

-Fi losofía médica : enfermedad versus enfermo-c l ien­te ; d iagnóstico versus síntoma; el servicio de salud como respuesta a una demanda o como función soc ia l ob l igator ia con c i ertas metas últ imas i nc lu i ­das en l a defin ic ión de estado san itario del país.

5. Transporte y otros servicios personales. Transpor­te de pasajeros: conviene considerar por separado e l transporte por trabajo , esco lar idad o adqu is ic ión d e b ienes de uso cot id iano, del motivado por recreación, tur ismo, etcétera . Pueden tener metas d iferentes en cuanto a A , . . . , H , sobre todo en lo referente a l prob lema del in­d iv idua l ismo. El primer t ipo es más fác i l de sati sfacer con transporte colectivo . E l segundo puede requer i r en parte automóvi l propio o por lo menos fac i l idad para a lqu i l ar los o derecho a uso temporario.

Las a l ternativas pr i ncipales están m uy l igadas a la po lítica de urban izac ión .

a) Se t iende a m i n im izar l as d istan c ias viv ienda-tra­bajo , escuela y comercio , o a d i str ibu i r más uni­formemente l as horas de uso para evitar conges­tiones ("horas de pico") . Análogamente , s istemas de c iudades que min imicen el tráfico i nterurbano. Se trata de p roblemas de tecno logía socia l .

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b) Se buscan mejores tecno logías fís icas de trans­porte : auto e léctrico muy pequeño para e l centro de las c i udades , veredas móvi les , subterráneos . H overcrafts y aeromóv i l es l entos , de baja a ltura y aterrizaje fác i l ; nuevos métodos de carreteras , en lo i nterurbano.

Transporte de cargas : como i nsumo de la producción . no correspondería tratar lo aquí.

Dentro del país se le ap l ican l as cons ideraciones he­chas para pasajeros . Para el transporte de l comercio ex­ter ior queda una a l ternativa muy i mportante : f lota propia o extranjera , y en e l pr imer caso, con qué tecnol ogía. Las posibi l idades son muy ampl ias y se han visto i nnovacio­nes i mportantes en los ú lt imos años;

Servicios de d istr ibución de b ienes y comerc io : en A , . . . , H están ya cas i todas l as a l ternativas i nteresantes . En 25 (Estructura inst ituciona l ) están inc lu idos los pro­b lemas del número de etapas de comercia l ización , su ca­rácter monopsónico o monopó l i co , y la propiedad de l capita l (privado, cooperativo, estata l , etcétera).,

F (grado de colectivismo) j unto con l as metas de vi­vienda, inc l uye a l te rnativas de cooperativas comunales de consumo, formación de stocks para núc leo básico de vi­vienda ( lo que ahorraría mucho t iempo y otros costos, y puede organizarse paso a paso ) .

En lo esenc ia l se trata de e leg i r entre d ist intas tec­no logías fís icas de a lmacenaje y d istr ibución y d ist intas tecno l og ías soc ia les de contro l y rac iona l i zación.

Queda todavía un aspecto i mportante : e l de l ajuste entre lo que los i ndividuos compran y lo que l es corres­ponde compra r según las metas propuestas. Esto se trata en 1 1 ( l ibertades i nd ividuales) y debe ser coherente con H (medios de pago) .

Otros servic ios persona les : supondremos suficientes los criterios A , . . . , H .

6 . Solidaridad, integración, seguridad. La i nseguridad es un factor general de i nsatisfacc ión cuya importancia c rece a medida que la sociedad se hace más competitiva , comp leja e I ncomprens ib le , y e l hombre común s iente amenazadas sus necesidades vita l es por causas que no

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contro l a ni d iscierne con clar idad . Esto c rea una necesi­dad básica de sol idaridad e i ntegración , que se percibe en tres n ive les :

a ) Sol idaridad d e l a fami l ia , restri ng ida o a mpl iada (núc leo socia l básico) . Se da naturalmente -con excepciones-, y si es exagerada puede resultar antisoc ia l . Las a lternativas son : debi l ita r la , refor­zarla , ampl iar la a a lgCm núc leo m ayor donde puede ser más efici ente e integradora .

b ) So l i dar idad " humana" i nterpersona l : car idad , bon­dad y otras v i rtudes de la moral práctica cotidiana ensalzadas por todas las rel ig iones , y ap l icables a las personas v is ib les .

Esta sol idar idad es predicada un iversa lmente , pero en los hechos t iene poca v i gencia -con l a curiosa excepción de l os catacl i smos- cuando l a sociedad da prestig io a l a competencia , a l triun­fador, y se practica la l ucha por la vida. Las a l ­ternativas son aquí ensa lzar o no e l espíritu com­petitivo, en todos o a l gunos de sus aspectos . Huelga reca lcar l a i mportancia que tiene e sta op­ción para el est i lo de vida.

e ) Sol idar idad socia l : es i mpersonal y dir ig ida a l fu­turo tanto como al presente. Se manifiesta otor­gando garantías en var ios terrenos : -Seguridad contra la i ncapacidad de trabajar , por

vejez, accidentes , etcétera . Las a l ternativas son : caridad, seguros comp rados e n e l mercado, ju­bi l ac iones y prestaciones del Estado o de aso­c iac iones gremia les , u mbral m ín imo garantizado por la sociedad.

-Seguridad para los h ijos y otros miembros de l a fam i l ia . A l ternativas aná logas .

-Seguridad contra la pérdida brusca de status y contra grandes camb ios soc ia les . Es i m portante para los grupos privi leg iados y dominantes. N in­gún est i lo igua l itar io da esa seguridad, y la i n­sati sfacc ión que eso p roduce en los grupos per­judicados (aunque só lo sean perjudicados en términos relativos) es factor de inviabi l idad po· l ítica .

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-Seguridad fís ica contra d istintas formas de vio­lencia : guerra, crímenes, abuso de autoridad. Alternativas : ; control po l ic ia l , anarquía , v ig i lan· tes pr ivados, autoritarismo despótico, paterna l i s­mo, lega l ismo, c l ima ético y educación para la sol idar idad, creación de condic iones objetivas que e l im inen las causales de violencia .

-Seguridad contra frustraciones legíti mas, como e l desperd ic io de ta lento , las i njust ic ias , la i rra­c ional idad en genera l . Alternativas : espíritu y efic iencia de cada esti lo .

-Segur idad contra e l a is lam iento y la i ncomuni­cac ión . Alternativas : fami l ia , comunidad, aso­c iaciones voluntar ias , l ugar de trabajo . Fac i l i ­dades para la "comunicación horizonta l " (véase Acceso a i nformación) .

-Seguridad espi ritual general y grado de m iedo a la l ibertad . A lternativas : re l ig iones, supersticio­nes -magia , horóscopos-, racional idad, total o un id imensiona l , basada en la i nformación y la educación . Estas a lternativas corresponden también a 1 6 ( Imagen del mundo) . Deben ser combinadas o cruzadas con otra característ ica : l a cred ib i l idad o coherencia del s istema. No hay segur idad espi r itual si los valores santificados en la escuela y la ig les ia o partido no coinciden con los de la vida cotid iana , o si l a i nformación que transmite verticalmente e l s istema es parc ia l o deformada. Cuando hay un esti lo expl íc ito , la seguridad está dada por e l g rado de confianza en é l . Otra a lternativa, de corta duración pero eficaz en este sentido, es e l car isma de un l íder.

Cada t ipo de organización social t iene que solucionar estos problemas en algún grado para ser estable , viable, y l a h istor ia nos muestra varios ejemplos que han tenido éxito desde este punto de vista , aunque hayan fracasado desde otros . El tr iba l ismo parece satisfacer esta necesi­dad, salvo con respecto' a los agentes externos (conquis­tadores, sequías, pestes) . Lo m ismo puede dec i rse del feuda l i smo, que está haciendo su reapar ic ión en a lgunªs

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grandes corporaciones, sobre todo japones..as, i nstituciones con personal jerarqu izado pero estable, al que tratan como una "gran fam i l ia", est imulando incluso la herencia de empleo .

El despotismo también parece tener cierta eficac ia : mucha gente encuentra seguridad en delegar toda decisión a quien da una imagen vívida de segur idad y fuerza. De los regímenes l egal i stas y democráti cos no tenemos mu­chos ejemplos en la h istoria, pero hasta ahora no parecen haber hal lado el método de satisfacer esta necesi dad ade­cuadamente.

7. Acceso a la información y a la comunicación glo­bal. Las alternativas pr i ncipales serían las posib les res­puestas a la pregunta : "¿qué sucesos y qué op in iones deben comun icarse a qu iénes , y con cuánto retardo?"

Sucesos y opin iones pretér itas corresponden más b ien a educación.

El "a qu iénes" corresponde a B -d i str ibución- y exi­ge decisiones con respecto a l medio de d i fusión -diario , rad io , TV, c ine-; inc l uye entre sus opc iones l a d ifus ión forzada : publ ic idad, p ropaganda, " l avado de cerebro".

El "qué" t iene como respuesta extrema "todo", impo­s ib le de l l evar a la práctica . La censura existe por fuerza, y sólo se trata de e leg ir expl ícitamente su g rado y l a forma institucional d e ejercer la . E l retardo e s una forma d is imulada de censura . Otra , más frecuente, es l a priori­dad por temas : deporte o po l ít ica , c iencia o int imidades de las "estre l las", y l uego, dentro de cada uno de estos campos.

En cuanto a los métodos usados, pueden e leg i rse dis­t intas mezclas de las s igu ientes a lternativas bás icas:

Comunicación "vertical " : -Med ios centrífugos : la i nformación es seleccionada

en el centro y transportada a l consumidor. Son los medios usuales ; fac i l itan la censura y e l contro l .

-Medios centrípetos: el usuario p ide a l centro l a i n ­formación que le interesa (como l a hora te lefónica) . Están poco desarrol lados, y para algunos esti los -como los creativos- son esenciales : b ib l iotecas ,

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bancos de datos. Se requ iere innovación en sus formas .

Comun icación " horizonta l " (di recta entre ind ividuos o grupos ) :

-Medios no centra l izados : reun iones, corresponden­c ia , v is itas . Son muy poco efic ientes por el mo­mento.

-Medios intra institucionales (es un caso particu lar de gran importancia) : formas de d ifundir l as pro­puestas, comentarios, críticas y decis iones de l os miembros -personal y c l i entes- de una i nstitu­c ión grande o mediana. Ejemp los : d iar io mura l , bo­l et ines, asamb leas periódicas, c i rcu itos cerrados de teléfono o TV, etcétera.

Otro criterio cruzado con los anteriores es s i la infor­mación será engañosa, donde el engaño puede refer i rse a su verac idad, i mportancia o valor .

8 . Núcleo social básico. Se puede est imu lar l a for­mación de lazos so l idar ios muy fuertes en grupos de d is­t into tamaño y categoría, con mucha comunicación hori­zonta l , i nterpersona l , capaces de soc ia l i zar con mayor o menor éxito, dando a cada m iembro seguridad, amor y cri­terios de comportam iento . Pos ib i l idades :

Fam i l ia c lás ica. Pareja o grupo muy pequeño de adu ltos. C lan de varias fam i l ias . Comun idad rura l o u rbana (barr io reducido) .

· L'ugar de trabajo . Asociaciones vo l untarias (c l ub , comité, i g les ia ) . Asociaciones i nvo luntarias (cá rce l , servic io m i l itar ,

campos de trabajo) . Los antropólogos han hecho hasta ahora estud ios pu­

ramente descriptivos de este tema , tanto en tribus como en sociedades comp lejas. Sería necesario dar el paso si­gu iente : anal izar l as imp l icaciones que puede tener cada una de estas pos i bi l i dades (y otras no v isua l izadas aquí) , pues esta "estructura molecu lar" d e l a pob l ación e s de­c is iva para la implementación de p lanes y para las metas e i nstrum�ntos de educación , i nformación , v ivienda, segu·

r idad y part ic ipación (véase una propuo� . e l - capítu lo V) .

9. Urbanización . Se descri ben pr imero los d i stintos tipos visua l i zados de c i udades , ten iendo en cuenta por l o menos las s igu ientes características :

-Tamaño: desde comunidad rural pequeña h asta me­galópol i s . Densidad de su pob l ac ión . Ambos inf l u­yen mucho sobre el costo por habitante de l os ser­vicios urbanos.

-Actividades pr i nc ipa les : para esto es necesario de­ci r s i forma o no parte de un s i stema orgánico de c iudades, dentro del cual tendrá funciones defin idas y transacciones espec ia les y abundantes. Cómo es d icho s istema, cómo está intercomunicado, cómo se d istri buyen l as funciones y servicios e ntre sus miembros.

-Servic ios urbanos a ofrecer, tanto fís icos como cu l ­tura les : desde c loacas hasta reun iones c i entíficas .

-Organización u rbanística interna : res idenc ias en suburbio , centro, a lo l argo de rutas o d i spersas . Industrias e n parque, en barrios especia l es o d is­persas . Tipo de edificac ión . Zonas verdes . Tráfico, etcétera.

Hay que reconocer que l os arquitectos urban i stas no requ ieren mayor estímu lo para i mag inar posibi l idades fu­turas , lo cua l nos ex ime de dar más deta l l es.

Se c lasifican l uego las c i udades existentes, d ando u n p lazo a cada una para s u remodelación (según a lguno d e l os ti pos e l egidos) o su desaparición . H uelga dec i r que estos p lazos serán muy largos para las c i udades g randes .

La meta f ina l se define d ic iendo qué porcentaje de l a población s e propone que viva en cada u n o d e l o s tipos de c i udad , por reg ión (ver Po l ít ica reg iona l ) . Esto permite estimar el déficit tota l de c i udades de cada t ipo . Las metas intermed ias cons isten en etapas para cubr i r ese défic i t, por rernodelación o construcc ión de c i udades nuevas.

1 o . Igualdad, en l a d istr ibuc ión de l producto y e l prestig io .

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Esto se hace específicamente , para cada necesidad, según lo d icho en B -distri bución-, pero es conven iente dar un criterio genera l como guía . Para s imp l if icar: dada una d istri bución i n ic ia l del producto entre A ltos, Medios y Bajos , y dando por sentado que todos los esti los desean a lgún aumento del producto "per cápita", l as a lternativas natura les en cuanto a la "fi l osofía" -confesada o no- de distri bución , son :

-Mantener l a estructu ra i n i cia l (porcentaje de A ltos , Medios y Bajos) d istri buyendo por igua l los incrementos.

-Aumentan A ltos y Bajos a expensas de Med ios . -Ascienden Bajos a Med ios y Medios a A ltos . -Descienden Altos a Med ios y Medios a Bajos . -Disminuyen A ltos y Bajos , pasando a Medios . Otro criterio s imu ltáneo es l a ve locidad con que es­

tos procesos se produci r ían . Un tercer criterio es l a i nstrumentac ión para lograr

estas metas (veáse capítu l o IX) . -Laissez-fa i re . Po l ítica f iscal regres iva . Medidas dé­

b i l es de B ienestar. -Persuas ión : po l ítica f iscal y salaria l progres ivas . -Vio lenc ia : expropiaciones masivas , cambio de ré-

g imen de prop iedad . Se puede además tratar de infl u i r sobre l a d istribu­

ción de prestig io , como s i se tratara de satisfacer una necesidad más. Hay por supuesto dos p lanos : i nf lu i r sobre los criterios de as ignación de prestig io , e inf lu i r sobre l a ap l icación práctica d e d ichos criterios. Ambos p lanos se mezclan , pues e l reconoc im iento ofic ia l de prestig io -jus­tif icado o no- puede ser un criterio de p rest ig io , por pr inc ip io de autoridad.

Criterios comunes de prestig io i nd iv idua l entre los cua les e leg i r no fa ltan : r iqueza , pautas de consumo, ocu­pación , vi rtudes mora les , títu l os ar istocráticos, poder , ta­lento , notoriedad, vejez, re l aciones, etcétera .

Es c laro que todos éstos derivan de c iertas fuentes ú ltimas de prestig io , que deben buscarse en la imagen del mundo de l adm i rador. Por lo tanto l a educación es el med io pr inc ipa l para infl u i r sobre este fenómeno.

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Por ese motivo y otros, e l prob lema del prestigio es d isti nto según el ámb ito en cuestión .

Si se habla de personal i dades púb l i cas, es evidente que s in notoriedad no hay p restig io , por s imp le falta d e vis i b i l idad . Pero aparte de esto, cada g rupo soci a l puede as ignar presti g io a las personas notor ias con d istintos cr iterios .

E l prest ig io entre los m iembros de una i nstitu�i ó� que se conocen persona lmente , tien: otras c�ractenstl­cas, y puede ser de mayor i mportanc ia para la Imp lemen­tac ión de un Proyecto Naciona l , sobre todo por sus re l a­ciones con la satisfacción en e l trabajo .

De todos modos , s e trata d e hábitos muy arraigados y es frecuente que aun cuando raciona lmente se desee cambiar las pautas de prestig io , el cambio se fomente usando criterios de prestig io antiguos , lo cua l puede tra icionar los esfuerzos rea l izados . Así, usar l a pub l ic idad ord inaria para dar p restig io a l obrero que trabaja mejor puede resu l tar a veces contraproducente .

1 1 . Organización de la vida individual; libertades ga­rantizadas. Las alternativas para la l i bertad ind ivi dual van desde el anarquismo hasta e l tota l itar ismo abso l uto, pa­sando por la fa lacia de la " l i bertad de oferta" , t íp ica de l a menta l idad l i bera l , y otras menos desagradab les .

Casi toda medida organizativa impone restr icc iones a la l i bertad i nd ividua l , y a lgunas de e l l as impl icarían u n a pos ib i l idad de control que a m uchos parecería u n riesgo demas iado g rande. Ejemplos :

-Documento ún ico para toda act ividad : permiti ría un prontuario completo de cada persona a_l i n�ta��e y fac i l itaría su contro l conti nuo , pero. d 1 smmu1_n a mucho e l costo de coord inar u n a soc1edad reg 1da por un Proyecto Naciona l .

-Métodos d e ajustar l a demanda i nd ividual a las me­tas promedio : s i no se basan en l a educación y e l consenso, deben recurri r a l a e l i m inac ión del l i bre uso de l d i nero (ver H) para evitar su acumu lación en pocas manos.

-Estadísticas completas y a l día : como en toda trans-

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ferencia de información, aumentan e l poder de con­tro l de qu ien la recibe .

En concreto , hay que dec id i r hasta qué punto se dará l ibertad a cada ind ividuo -o a cuá les ind ividuos- para e leg i r l ugar de trabajo, residencia, ofic io , cónyuge , educ-a­ción de sus h ijos , b ienes que puede adqu i r i r o destru i r l i bros que puede l eer , etcétera. ( Pa ra e l " Derecho a l a pro: p iedad", ver 20.)

Corno toda perspectiva de l i m itar estas l ibertades pro­voca reacciones emotivas vio lentas , es conveniente re­cordar :

-que e l las se encuentran hoy más l im i tadas de lo q�e nos gusta admit ir . Tenemos l i bertad para e leg ir so lo entre lo que el mercado nos ofrece, y eso s i tenernos d inero para comprar. Pero e l mercado ofrece só lo pequeñas variantes de un mismo tenor : l as d iferencias entre dos c l ín icas , escue las , parti­dos po l ít icos l ega les , d iarios o marcas de c igarri­l los , nos parecen grandes sólo porque no somos capaces de visua l izar otras pos ib i l idades .

-que lo más g rave no es l i m itar l ibertades v is ib les , p revia d iscusión, s i no no mostrar l i bertades posi­b les : no hay mayor esclavo que qu ien no ve sus c��enas. Renunciar conscientemente a c iertas posi­b i ! J dades en aras del bien socia l -como se hace a l aceptar l as l eyes , normas y costumbres- es una actitud que no nos choca. Se trata de d iscut i r ra­cionalmente y con amp l ia partic ipación , si hay o no nuevas categorías que cubr i r .

Todo e l p roceso de madurac ión de l i ndividuo es un toma y daca con la sociedad : se p ierde l i bertad en c iertos sentidos (no darse todos los gustos) y se gana en otros (por conocer nuevas posi bi l i dades ) . No i mporta que au­menten a lgo las pérdidas, s i l as ganancias lo compensan, Y esa es una m is ión de toda sociedad bien organizada.

Por supuesto, lo ideal sería part ic ipar en toda decisión que imponga l im itac iones , pero al que nace en una socie­dad preexistente só lo l e queda, en pr imera i nstancia , acep­tar o rechazar lo ya decidido. No parece que hoy la edu­cación cumpla satisfactor iamente este cometido .

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1 2 . Tiempo líbre; organización del tiempo de trabajo.

El número tota l de horas del año se d istri buye para cada ind ividuo entre d iferentes actividades :

Actividades fisio lóg icas: dormir , comer, etcétera. Trabajo . Educac ión s istemática : enseñar y aprender e n institu--

c iones especia les. Actividades afectivas y ocio recreativo. Partic ipación soc ia l activa , ocio creativo y educación

asistemática . T iempo perd ido : viajes, co las , trám ites y otros facto­

res "entróp icos". Debe p roponerse un reparto cuantitativo del año entre

esas actividades , para cada grupo de edad dentro de cada grupo socia l . Por "tiempo l ibre" se ent i ende habitual men­te lo que no es trabajo.

Todos están de acuerdo en reduci r el t iempo perdido al mín imo; hoy representa a l rededor del 1 O % para un adulto activo .

Una decisión fundamental es la pr ioridad que se da dentro del t iempo l i bre a l desarro l l o de la capacidad crea­dora del hombre soc ia l . Se la anal iza en 1 5 (Ocio crea­tivo) .

En cuanto al t iempo trabajado, no basta dar su can­tidad por persona, s i no que hay alternativas d e intere­santes efectos prácti cos según esas horas se d istribuyan como es usua l o concentrándolas más o menos en l a semana o e n e l año. Trabaja r 1 0 horas diarias durante 6 meses y nada e l resto del año puede ser más productivo para el sistema económico y más ag radable para el i n­dividuo que trabajar 40 horas semanales durante 1 1 meses.

Recordamos que aquí se enfrentan dos a l te rnativas en cuanto a la concepción de l desempleo (véase capítu l o 1 1 ) : · l a trad ic iona l , q u e ve só lo s u s aspectos negativos y se esfuerza por crear fuentes de trabajo , y l a rac iona l , que sostiene que sólo debe trabajarse lo necesario para cum­p l i r l as metas e legidas . Habrá esti los que pref ie ren re­duc ir la jornada laboral a expensas de l a producción de a lgunos b ienes , por ejemplo .

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Todo cambio importante que se haga en este aspecto tendrá probablemente fuertes costos pues no es fác i l reorgan izar estos hábitos .

13. Educación y entrenamiento. Puede aceptarse que durante toda su vida todo ind ividuo está constantemente aprendiendo y enseñando. La pri mera decisión es, pues, qué parte de esta actividad perpetua se va a s istematizar, p l an ificar, contro lar y real izar en i nstituciones espec ia les . Lo que queda fuera se l lama educación asistemática.

Los l ím ites de edad que se fijan para l a educación s istemática son crucia les por los costos y efectos que imp l ican. Preesco laridad y guardería son ya instituc iones usuales. La i nfluencia de l a nutr ición sobre e l desarro l l o mental en l os pr imeros meses de vida puede extenderlas hasta e l nac im iento en a lgunos est i los . Un l ímite superior ampl io , con c ierto igual i tar ismo, trae e l prob lema de l as desastrosas cond ic iones i n ic ia les educativas de l a mayo­ría de la población adulta. A lgunos esti l os preferi rán re­part i r más igual itariamente los recu rsos educativos entre n i ños y adu ltos .

A este respecto hay dos decis iones de grandes cos­tos y efectos . Una : a lcance y método de la educación de posgrado o , en genera l , la educación conti nua para mantenerse a l d ía en los conoc im ientos profesionales .

La otra -de carácter urgente-: reeducac ión de los maestros, trabajadores admin i strativos y funcionarios pú­bl i cos y su adaptac ión a un cambio revol ucionario de es­t i lo . Aqu í se encuentra uno de los pr inc ipa les riesgos de i nviabi l idad de cua lqu ier Proyecto Nacional revo l uciona­r io , y lo único que se sabe a c iencia c ierta sobre estos grupos e instituciones en que presentan una gran " r ig idez" o resistencia a l cambio .

En cuanto a l aprovechamiento de recursos humanos para la actividad de enseñar puede proponerse uti l izar só lo p rofesionales de la pedagogía , o también auxi l iares de d is­t into t ipo para tareas espec ia les . Caso extremo: cada a lumno ayuda a enseñar a los que están menos adelan­tados que é l . La efic iencia de l s istema puede aumentar enormemente , como lo muestran muchas campañas popu­la res de a lfabetización.

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Otra dec is ión se refiere al t ipo de instituc iones que se encargarán de la educación s istemática y a sus mé­todos. Escuelas , fábr icas , c lubes, núcleo social bás ico , medios de d ifusión, comun idad , etcétera . La tecno logía que se apl ique es también característica de l esti l o : ¿mu­cho contacto personal con docentes o m ucha educación "en latada", en computadora o vía saté l ite? ¿Qué papel tendrán los textos de estudio?

Para las decisiones sobre contenido, conv iene dis· t i ngu i r en éste cuatro campos:

a) Imp lantación de una imagen del m u ndo, ideología, pauta cu l tural o esti lo . Enseñanza del Proyecto Naciona l .

b ) Enseñanza del comportam iento socia l , formas de partic ipación, normas i ntegrativas .

e) Comprens ión de l mundo natural y socia l : datos, h ipótes is , reg las , leyes , h i stor ia .

d) Entrenam iento para el trabajo y para la actividad creativa y crítica .

En cuanto a a) , hay que decid ir s i l a ideología que se enseñará ha de ser la misma que se pract ica , cosa que no ocurre hoy; si se enseñará como dogma o s istema h istórico-racional; con qué grado de relativismo y compa­ración con otras , etcétera (todo esto está dado por la misma ideología predom inante) .

b) está muy descu idada, salvo en l a educación pre­esco lar . Puede dársele mucho más énfas i s .

Las a lternativas para e) y d) son bien conocidas , pero hay que parti r de a lguna tesis sobre el g rado de u n iver­sa l i dad de la c iencia pura y ap l i cada, debido a la i nf luen­c ia que eso t iene sobre e l tipo de entrenamiento y el se­gu id ismo tecno lóg ico y cu ltura l .

Cada uno de estos contenidos se enseña , por supues­to, de manera m uy d iferente según l a edad del educando. Hay edades más adecuadas para el aprend i zaje de datos , otras para l a deducción lógica y otras para la interpreta­ción y crítica .

1 4 . Ocio recreativo y deporte. I nc l uye tur ismo en el extranjero, juegos de azar y otros esparc i m ientos que po­drían ser vetados en a lgunos esti los.

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Está l igado con l as decis iones sobre tiempo l i bre y compite con e l ocio creativo , hasta ahora con p leno éxito . A eso se debe l a desconfianza de muchos cuando se ha­bla de d isminu i r la jornada de trabajo : " ¿qué se hará con e l ti empo .de ocio?"

Las pr inc ipa les a l ternativas están dadas por l os cri­terios A, . . . , H .

1 5. Ocio creativo e innovador, socia l , c ientífico, ar­tístico y artesana l . Aparte de los funcionarios, c ientífi­cos y arti stas profesionales, que sumin istran insumas necesarios para a l canzar otras metas , y cuyas activida­des están en a l guna medida p l an if icadas , hay que dec id i r l a importanc ia que se da a l desarro l l o general de l a capacidad creadora .

Aparte de A, . . . , H y de l énfas i s re lativo en los cua­tro campos mencionados (y sus subdivis iones usua les ) las a lternativas son :

Laissez-fa ire . Estímu los mater ia les . Estímulos de prestig io . Enseñar a sent i r lo como actividad esencia l de l

hombre. En op in ión del autor, la decis ión que se tome al res­

pecto es la que mejor defi ne a un esti l o y la que mayores efectos tendrá a l a rgo p l azo. Estamos hab lando de opcio­nes que afectan a l capital cu ltura l , a l s ign ificado futuro de l a pa labra "humanidad".

En otros términos, puede decirse que se trata de l a vieja opción entre los pos ib les sentidos d e 1 ¡;¡ vida : m ísti­co (vivi r para el más a l l á ) , hedon ista (durar lo más posib[e, con el mayor b ienestar pos ib le) y prometeico (vivir para agregar a lgo a ese capita l cu l tu ra l ) . Esto nos l l eva al punto s igu iente .

1 6 . Imagen del mundo. Por una parte , l as a lternati­vas de conten ido son l as trad ic iona les escue las de pen­samiento po l ít ico, re l ig ioso y f i l osófico, más l as que vayan aparec iendo para salvar l as i nsuficiencias de aqué l las . Es conveniente hacer su aná l i s i s comparado mediante d is­t intos criterios específicos, de l os cua les sólo podemos dar aquí a lgunos ejemplos :

1 46

Actitud hacia l a muerte : Preocupación por lo que l e ocurr i rá a uno después

de la muerte . Preocupación por lo que ocurr irá a l a sociedad des­

pués de l a muerte de uno . Despreocupación relativa por este problema .

I nterpretación ele l a evo l uc ión h istór ica : Inexistente o poco importante. Ley natura l o div ina . Producto de l a actividad creadora de los hombres,

que puede o debe cesar o no.

G rado de dogmatismo y fanatismo. To leranc ia con ideologías minoritar ias .

J u ic io moral sobre l as soc iedades actuales. I magen de la sociedad idea l .

Coherencia entre l a imagen pred icada y l a moral práctica.

Véase e l ejemplo de l capítu l o V.

1 7 . Satisfacción en el trabajo, a l ienac ión , cond ic iones mater ia les . Las dec is iones que más afectan a l senti­m iento de a l i enación del trabajador son probablemente:

-División del trabajo. ¿ Especia l izac ión tota l o rota­c ión? ¿ H ay una " cond ic ión obrera" y otra " ejecu­tiva" o "técn ica" , no i ntercambiab les? Es i ntere­sante l a i n ic iativa china de hacer efectuar tareas manuales a profesores un iversitar ios .

-Tecnología y organizac ión de l proceso productivo; su f lex ib i l idad, posib i l idad de i ncorporar cambiOs sugeridos por l os trabajadores.

-Qué se produce : comprensión de su papel social o po l ít ico. A qu iénes benef ic ia . Requ iere tener una imagen de l proceso soci a l completo y la función en é l de cada i nstitución .

-Grado de parti ci pación : ver e l punto s igu iente.

Otros aspectos que infl uyen sobre la satisfacción , conformidad o aceptación del trabajador -pero n o siem­pre sobre su a l i enación- son las cond ic iones m ateria les de trabajo : seguridad, sanidad, servicios para le los (guar­dería, escue l a ) , comodidades prácticas , buen trato , l iber-

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tad de agremiación y muchas otras estud iadas por l a so­c io log ía de grupos . Lo más importante , por supuesto, es la recompensa mater ia l (sa l ar io , vacaciones, horas traba­j adas, premios, autoridad i nterna) .

Todos estos factores inf luyen sobre l a productividad a través de la actitud hacia e l trabajo : g rado de esfuerzos, de in ic iativa , de innovación creativa , o sus formas nega­tivas , más frecuentes en esta sociedad : trabajo a desga­no , hue lgas, errores y accidentes de trabajo .

1 8 . Participación en decisiones. Puede ana l izarse en tres campos d iferentes , pero i nterconectados, y en cada u no de e l los con d iferentes a l ternativas de extens ión .

-Decis iones comun itarias : i nsta l ac ión y manteni­m iento de servic ios , organización de actividades e i nstituciones loca les , formulac ión de normas y re­g l amentos loca les ; gobierno loca l . Toda l a activi­dad de un barrio o pueblo pequeño.

-Decis iones en l a producción : cuestiones de organ i ­zac ión de l trabajo, san idad, etcétera (véase 1 7) . P lan de producción e i nvers iones. Admin istración . D is­tr ibución de benefic ios.

-Pol ítica naciona l : l as cuestiones anteriores a nivel naciona l . Gobierno , e l aborac ión de la Constituc ión y l eyes ; e l ección y actua l ización de l Proyecto Na­c iona l .

Dentro de cada campo hay que caracterizar l os pro­b l emas por su importancia , por su urgencia o p l azo en que debe ser tomada l a decis ión , y por su n ivel técnico o g rado de conoc im ientos espec ia l izados que requiere su aná l is is . Estas decisiones previas requ ieren a su vez un mecanismo que puede ser más o menos partici pante .

E l g rado general de partic ipación debe resum i rse, en pr imer l ugar , dando l a l i sta de l os g rupos soc ia les domi­nantes , dominados e i ntermedios (ver capítu l o VI I I ) . l o q u e en buena parte defi ne l as demás características .

Esta partic i pación puede -para cada caso y cada g rupo- cons ist i r en :

1 48

-Derecho a presentar prob lemas y propuestas para su so luc ión y a que se l es dé a lgún tipo de d ifu­s ión .

-Derecho a crit icar y suger i r reformas a propuestas presentadas por autoridades .

-Eleg i r , por votac ión , entre a lternativas propuestas por autoridades .

-Ser ún ica autor idad, por tener l a fuerza , un títul o d e propiedad u otro derecho dado por l a l eg i s l ación vigente .

Todo esto puede hacerse por d istintas vías: -Di recta ind ividua l : voto secreto. -Di recta colectiva : d iscus ión en asamblea . -Por representantes cercanos , e leg idos por conoci·

miento persona l . -Por representantes lejanos , e leg idos por confianza

en la institución que los p ropone ( partido po l ítico, agrupac ión , l ista , etcétera) .

E n cada caso hay que descr ib i r exp l íc i tamente e l me­can ismo de l a partic ipación , que i ntegra todos estos cri­terios y otros para poder calcu l a r su costo , tiempo de ges­tac ión y viab i l idad. Estos mecanismos deben a s u vez ser eva l uados por a lgu ien para perfecc ionar los o c ambiar­l os , l o cual adm ite también d istintos g rados de partici­pac ión .

Por último, l a part ic ipación puede ser superf ic ia l o profunda .

En esta ú lt ima se fac i l ita y promueve la adq u isición de los conoc im ientos adecuados para ana l izar los p roble­mas en discusión (a veces la part ic ipac ión está condicio­nada por la posesión de esos conocim ientos) . Esto a umen­ta notab lemente los costos y los efectos .

1 9 . Autonomía nacional o dependencia. E s cómodo ana l izar esta necesidad en cuatro campos muy i nterco­nectados.

a ) Autonomía po l ít ica : desde ser provinc ia , domin io o Estado l i bre asociado de otro país , hasta soberan ía total , l im itada sólo por e l derecho i n ternac iona l aceptado s in coerc ión . Para los n ive les i ntermedios , considerar por separado e l g rado de autonomía en las decis iones sobre forma de gobierno, e lección de gobernantes, e lecc ión de po l ítica exter ior , formas de propiedad , etcétera .

b) Auton0mía económ ica : puede ser física o i nstitu-

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ciona l . La autonomía fís ica está dada por l as proyecc io­nes del ba lance comerc ia l y l a deuda externa : s i es muy desfavorab le , l a v iab i l idad fís ica del est i l o depende de la buena vo luntad externa .

La autonomía i nstituc iona l se refiere a l control de las decis iones de l as empresas : qué produc ir , con qué tecno­l ogía, cómo d istri bu i r las uti l idades. Las a lternativas son obvias: desde fomento i ndiscr im i nado de las i nversiones extranjeras hasta l a naciona l i zación tota l . Es pos ib le ima­g i nar un grado i ntermed io en que haya empresas de pro­p iedad extranjera , pero que adaptan f ie lmente sus dec is io­nes a lo decid ido en e l Proyecto Naciona l . Aunque eso no es una contrad icción en l os términos, su probabi l idad parece nu la .

e ) Autonomía tecnológica y c i entíf ica . Alternativas : Importar Copiar Adaptar Crear .

Estas a lternativas se refieren también a l a c ienc ia bás ica . Son fáci les de enuncia r : está ya de moda proponer una po l ít ica c ientíf ica prop ia . Pero no muchos son capaces de exp l icitar una po l ít ica autónoma, ni de i mag i nar c lara­mente sus pos i b i l idades y a lcances.

d) Autonomía cu ltu ra l . T iene las m ismas a lternativas que e), con respecto a l os háb itos o expectativas de con­su:no, modas artísticas a todo n ive l , va lores e i deolog ías, e Inc l uso formas de rebe l ión .

Desde e l punto de v ista de 1 6 -imagen de l mundo­la d isyuntiva consiste en dec id i r s i l a actual tendencia a una homogeneidad cu ltura l mund ia l es h i stór icamente de­seab le , o si es prefer ib le una d iversif icación por naciones o reg iones (véase capítu lo V para una defensa de esta segunda postura) .

Puede i nc l u i rse aquí l a i magen que se t iene sobre el papel i nternac ional o continenta l del país ; las metas de prest ig io o domin io . Por ejemplo :

-Dependenc ia . -Autonomía pasiva y neutra l , con d isti ntos grados de

a is lamiento.

1 50

-Partic ipación en b loques y a l ianzas , m i l itares y eco-nóm icos.

-Liderazgo en dichos bloques. -Expans ión agresiva comerci a l o terr itoria l . -Megalomanía naciona l ista .

20. Propiedad personal, garantías y l ím i tes . T i ene un aspecto fundamental para la organ izació n de l esti l o , que es la propiedad del cap ita l . En real idad, hoy es n ecesario d istingu i r dos aspectos, como hemos h echo repetidas veces .

-¿Tiene un i ndivi duo derecho a decid i r sí se va a i nsta lar y cómo se va a usar una fábri ca?

-¿Tiene derecho a perc ib i r i ngresos m ayores porque t iene un títu lo de propiedad?

La pr imera pregunta corresponde a l p unto 18 -parti­c ipac ión en decis iones. La tendencia m undia l de i nter­vencion ismo estata l va l i m itando g radua lmente el p apel de los p ropietarios en l as decis iones de producción e i nver­s ión , sa lvo para aquel los que forman parte activa de l go­b ierno . El "derecho a l a p lusva l ía " es i ndependiente, por lo menos en la parte que corresponde a benefic ios d istri­bu idos , como se ve en el caso de l os acc ion istas s i n poder de decis ión . Es regu lab le por medidas f iscal es .

Las a lternat ivas t ienen nombres conoc idos: soc ia l is­mo, cooperativismo, capita l ismo de Estado, cap ita l ismo "corporac ion ista" o monopól íco , l iberal i smo , "nac ional is­mo económ ico" , etcétera .

A otro n ivel de prop iedad pr ivada , no productiva, es ' necesario regu la r exp l íc itamente las pos i b i l i dades d e uso, traspaso, destrucc ión , de :

v iv ienda ; b ienes durab les ; an ima les ; huerta ; producc ión creativa.

2 1 . Política regional. Aparte del la issez-fa ire, l a s a lter­nativas con respecto a d istintos aspectos son :

Producc ión :

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-Dejar reg iones en reserva , tras ladando sus poblacio-nes s i es necesario.

-Estimu lar la autonomía económica de cada reg ión . -Est imular l a d iv is ión de l trabajo entre reg iones. -Estimu lar o to lerar e l g iganti smo de a lgunas zonas

o c iudades . Ingreso: D ist intos grados de igualación , mediante

prec ios, impuestos o transferencias . Partic ipación : en decis iones reg iona les y naciona les .

D istintos grados de centra l ización y federa l ismo. Los s istemas de c iudades a l ud idos en 9 -Urban iza­

c ión- deben d istribu i rse regional mente según l as a l ter­nativas e leg idas para los puntos anteriores.

Sobre la def in ic ión m isma de reg ión se d iscute toda­vía mucho, pero en pocos países presenta dif icu l tades p rácticas serias , y l as que aparecen , pocas veces se re­sue lven con criterios genera les . La organización admi­n istrativa existente ha estimul ado ya una cierta d istribu­ción f ís ica de l as comun icaciones , energía y hasta de l a i nformación d ispon ib le , además d e un c ierto patriotismo local o conciencia reg iona l de los hab itantes.

Podemos suponer , pues, que l as conexiones de ser­vicios de i nfraestructura -fís ica e i nstituciona l- son me­jores dentro de cada reg ión que entre reg iones y que cada una de e l las posee a l go parecido a un s istema orgánico de c iudades (cuando hay más de uno es casi s iempre conven iente hab lar de subreg iones) .

22 . Libertad para cambiar de estilo y legado de re­cursos. Si un esti lo t iene c ierto éxito en ofrecer a cada grupo soc ia l lo que éste espera , o en cambiar sus aspira­c iones -mediante educación y propaganda- para que esté satisfecho con lo que se l e ofrece, es probab le que d icho est i lo perdure hasta que algún catac l ismo lo haga fracasar.

=-Según la imagen de l mundo e l eg ida , eso puede ser

deseable o no. Las a l ternativas , a i ntroducir mediante l a educación pr inc ipa lmente, son :

1 52

-Estancamiento : convencer a las nuevas generacio­nes de que guarden f idel idad a l esti l o .

-Evolución : promover e l espíritu crítico y creativo

con respecto al esti lo , y estimu lar e i nstituciona­l izar su actua l ización o renovación periód ica .

-Hay además una cuest ión eminentemente práctica , ya mencionada : si e l horizonte del Proyecto Nac ional es e l año 2000, debemos decid i r en qué condiciones dejare­mos el mundo para los que vivan más a l l á de esa fecha . ¿ Agotaremos todos los recursos natura l es? ¿ Co ntamina­remos 1 a atmós fera con smog o con radiactividad? ¿ Les dejaremos en herencia una deuda externa impagab le? Es evidente que estas decisiones afectan la l i bertad para cambiar de esti lo -y aun para sobreviv ir- de l as próxi­mas generaciones.

E l problema p ierde dramat ic idad por las revisiones que fata lmente sufre e l Proyecto Nac iona l , de m odo que toda imprevis ión muy grande puede ser correg ida a tiem­po. Pero con dramatic iclacl mayor o menor, es una deci­sión que se debe tomar en cada momento.

E l ejemplo más candente de este p unto es el control de l a nata l i dad, pues nuestras dec is iones de h oy están cambiando hasta la existenc ia de las generac i ones fu­turas .

Esta meta podría l lamarse " recursos f inales " , por ana­logía con los recursos i n ic ia les que encuentra d i s ponib les e l Proyecto Nacional a l comenzar a imp lementarse, y que deciden en gran parte su v iab i l idad . La percepción de la posib i l idad de cambiar de esti lo es sólo u n recurso f ina l más , como lo es i n ic ia l .

23 . Resolución de conflictos sociales. No e ntraremos a c las ificar confl ictos y figu ras del ictivas; nos l imitare­mos a seña lar que el cuerpo juríd ico-i nstituciona l debe reflejar a lguna de las grandes opciones :

Autorita rismo tota l . Normas d ictadas por un grupo soc ia l dominante, acep­

tadas por imposición y de cambi o d ifíci l . Normas d ictadas con part ic ipación general y d e cam­

bio fáci l . Prueba d e fuerzas en tre las partes e n confl i cto . Para los casos en que el confl icto es contra l a autori-

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dad o normas d ifíci les de carnb iar , se recurre por supuesto a esta ú lt ima opc ión , en todos los esti los .

Agreguemos que la imp lementación de l Proyecto Na­c iona l es una fuente constante de conf l i ctos , que pueden muy bien requeri r un mecan ismo espec ia l para tratarse · (como hoy la "anticonstituc iona l idad" ) .

Todas l as normas dadas deben cons idera r e l aspecto preventivo de conf l i ctos , aunque esto quedará determina­do pr inc ipa lmente por las características generales del esti lo .

Por ú lt imo, para los promotores de conf l i ctos y trans­gresores de normas, e l espíritu general de l esti lo permi­t i rá e leg i r entre las opciones c lás icas : reeducación, tra­tam iento médico, campos de trabajo , pr is ión , muerte, etcé­tera, pero aquí también hay ampl io campo para i nnova­ciones.

24. Población. Las po l ít icas de población requ ieren dec is iones con respecto a :

1 54

a) Tamaño y dens idad : fomento o contro l de l a na­ta l i dad, la morta l idad y las m igraciones externas . Puede ser d i sti nto por grupo socia l (B ) y de edad. De su d i str ibución reg iona l se hab ló en 21 (po­l ítica reg iona l ) .

b ) Estructura por edad deseada para cada época . Debe ser coherente con l a pol ít ica de nata l i dad y morta l idad, y es i nd ispensab le cons iderar p lazos muy largos . Es i mportante prever cómo será l a p i rámide por edades e n l a s próx i mas décadas para tomar a t iempo las medidas necesar ias si la tendencia no es deseada . Este aspecto es cu ida­dosamente descuidado por los que apoyan e l con­trol i rrestricto de la nata l idad.

e) Homogeneidad naciona l : po l ít ica con respecto a i ntegrac ión o autonomía de grupos l ingüísticos, o étn icamente muy d i stintos . Porcentaje deseado de extranjeros .

d) Movi l idad i nterreg iona l : puede o no adm iti rse que sea más a lta ele lo que conviene a l a po l ít ica re­g ional (2 1 ) . Puede l im itarse la l i bertad de v iajar.

e) Movi l idad socia l : desde estímu lo a través de d is-

ti ntos criter ios meritocráticos (éxito en ganar d i ­nero, popu lar idad , capacidad i nte l ectua l de a lgún t ipo, etcétera) , hasta i nmov i l idad completa (cas­tas ríg idas) .

25. Estructura instítucional, para l a atenc ión de ne­cesidades y la organización de l país .

Las personas acuden a c iertas inst ituciones para sa­t isfacer sus necesidades di rectas --hosp itales , escuelas , mercados , c l ubes, com ités po l ít icos- y requ ieren o so­portan otras que regu lan y coordi nan l a s activ idades de aqu é l l as y éstas .

Estas i nstituciones pueden estar organ izadas de t'na­neras muy d i ferentes, que so ref lejan en e l serv ic io que ofrecen a sus c l iente las y en sus costos de operac ión . No es lo mismo que un médico tenga su consulto r io en su casa que en un hosp ita l , n i que e l enfermo deba pagar cada consu lta o tenga derecho a e l la g ratuitamente o pa­gando una . cuota mensua l . No es lo m ismo comprar en una cooperativa de consumo, en un gran automercado o en un pequeiío a lmncén de barr io . Es pos ib l e tamb ién ima­g inar i nstituc iones po l ic ia les que no sean prepotentes , ejé rc itos que se dediquen a sus "funciones específicas" y hasta ofic i nas púb l i cas donde se ati enda a l o s concu­rrentes como si fueran seres h umanos .

Toda institución es un conjunto de roles y equipos organizados para cump l i r c i ertos objetivos exp l íc i tos, gas­tando para e ! lo los i nsumas necesar ios .

Los roles son desempeñados por e l personal y los objetivos se ref ieren a una clientela : personas u otras i ns­tituc iones . Debe darse satisfacción a ambos.

Las i nstituc iones, a su vez, están v incu ladas u nas con otras dando su estructura a l s istema soc ia l . Esta organ i­zac ión o estructura es uno de los recursos pr inci pa l es con que la sociedad cuenta in ic ia lmente , como un cap ital i ns­ta lado , y que puede y debe adaptarse a l as metas e legidas o no habrá v iab i l idad fís ica.

E l lo imp l ica un c ierto t ipo de i nvers ión en la c reac ión de nuevas i nstituc iones , y en l a amp l i ac ión , mantenimien­to y reconvers ión de las existentes, con d i ferentes costos seg(m la rigidez 'de cada institución y sus víncu los. Se

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tra�a de un típ ico pr.ob l��a de tecno logía soci a l , que de­ben.a,

ser a�acado C 1ent1f1camente por adm in istradores y soc 10 logos mteresados po l íticamente . Por ahora l o más cercano a est� es la " Manag�ment Science", que no puede l leg

_ar f!lUY l eJOS en el cammo que nos i nteresa , porque

esta onentada por criterios de rentab i l idad monetar ia de empresas a is ladas.

Nos resu l tará úti l c las ificar a l as instituciones en fres n ive les , s i n mucho r igor y con superposic iones : . Nivel 1. Unidades productivas : empresas de los d is-

tl�tos sectores económicos, escue las , hospita les , asenta­m ientos de reforma agrar ia , etcétera .

Un idades soc ia les : núc leo soc ia l básico, comunida­des, c lubes, b ib l iotecas popu lares.

Atien?en necesi?ades d i rectas de las personas o p:oducen msumos o Infraestructura fís ica para esas nece­S idades. Forman los s istemas p roductivo y consumidor en sus acepciones más c lás icas .

. Nivel 2. Organización socia l . I nstituciones que coor­d inan , regu lan , controlan y apoyan el funcionam iento de otras i nstituc iones , y en general v ig i l an la imp lantación de un p lan

, o. Proyecto Nacio�a l . Su persona l es , en su mayor

parte , t 1p 1camente burocratico. · . Ejemplos : Corporaciones de fomento, d i recciones na­

CIOna les de i ndustrias y otras actividades, bancos, centros d.e asesoram iento, juzgados , asociac iones gremia les , ins­titutos de contro l de ca l idad, h ig i ene i ndustr ia l , etcétera cajas de jub i laciones, recaudación de impuestos, etcétera : M uchas veces los m in isterios o sus secretarías están en este n ive l .

. Afivel 3 . Pol íticas e i deológicas. Presionan sobre los obJe� 1vos �e las i nstituciones y l a sociedad, y eva lúan su func10nam1ento .

. Ejen:p �os: poder ejecutivo y leg is lativo, partidos po l í-ticos •. of1cma c�ntra l de p lan ificación , i g l es ias , ejército, embaJadas, med1os de d ifusión.

En l a transic ión de un s istema socia l a otro -en la puesta en marcha de un nuevo Proyecto Nacional- está c laro lo que debe hacerse a n ive les 1 y 3 (aunque no s iem­pre se hace con la efic iencia debida) . El punto más oscuro Y que creemos cruc ia l , está en el n ivel 2, que es como

1 56

e l s istema nervioso de l cuerpo socia l . Sus r ig ideces pue­den i nterfer i r de manera decis iva en la i m p l ementac ión del Proyecto, pero no son fáci les de vencer. En rea l idad no se sabe muy b ien cuáles de sus funciones son verdadera­mente necesar ias en cada esti l o , y el crecim iento desor­denado que se le observa actua lmente en cas i todo e l mundo parece ser en buena parte inúti l , s i no perjudicia l . para e l mismo s istema que lo n utre. Su i nf luencia sobre lo que l lamarnos "acumulación reorganizativa" será dis­cutida en el capítu lo VI .

Un caso importante es l a coord inac ión y ajuste de insumas y productos.

Cada un idad productiva requ iere insumas, que deoen l legar le a t iempo; lo m ismo sucede a l os usuarios de sus productos. Los servic ios , concretos de transporte , a lma­cenam iento y reparto , o de asesoramiento , contro l y pu­b l i cidad, son rea l izados por otras un idades productivas -o l as mismas, si son grandes-, pero la regu l ación y coord i nación general de este p roceso corresponden a otro n ivel i nstituc iona l . Dónde y cuándo se p roduce cada pro­ducto, cuánto y dónde se a lmacena , adónde , cuándo y cuánto se transporta, son mu ltitud de dec is iones que hay que tomar, y l uego i mp lementar y contro l a r en su cumpl i­m iento , dando normas específ icas sobre l a m anera de hacer lo .

En l a teoría del s istema capital ista puro, esta regu l a­c ión es "espontánea" , a través de una i n stituc ión neutra , no i ntervencionista : e l mercado. Los p recios f i jados a l l í p o r acción de l a oferta y l a demanda -con la h ipótesis d e información perfecta e i nstantánea y m u lt itud de compe­t idores con igua l acceso a créd itos-, y e l deseo de maxi­m izar la ganancia de cada empresario i nd ividual , son su­f ic ientes para que todo ese comp lejo proceso se equ i l i bre . La base de formación de esos precios fue exp l i cada por Marx en su teoría de l valor, pero e l mecanismo regu lador es i ndepend iente de cuá l sea l a fuerza de trabajo : obreros, a rtesanos , caba l los, máquinas o duendes . En esencia, es l a descentra l ización total de decisiones , contro l ada por una especi e de selección natura l : e l que pierde dinero cambia de actividad o baja su p roducción . La " rea l imenta­c ión negativa " de contro l es, pues, a posteriori: por ensa-

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yo y error, l o cual debe por fuerza produc i r f l uctuaciones aun teóricamente, a menos que e l p roceso fuera i nstan­táneo .

Este s i stema no funcionó nunca en forma pura, n i s iqu iera e n pr imera aprox imac ión : s iempre neces i tó de regu ladores más fuertes, provistos por e l Estado en forma de cód igos de derecho cornerci a l , protecc ión aduanera, conquista de co lon ias , repres ión de mov im ientos red istri­but ivos , subs id ios y controles de prec ios , sum in istro de i nfraestructura , etcétera .

En esta forma muy impura e l s istema cap ita l ista v iene funcionando desde hace dos s ig los , de modo que no puede negársele c ierta capacidad de regu l ac ión , con tres obje­c iones b i en sabidas :

-El éxito de una empresa no depende tanto de l mer­cado como de su capacidad f inanciera .

-Es una regu lac ión muy defectuosa , que hunde a unas empresas , hace crecer a otras en forma des­comuna l , produce cr is is a veces muy serias (cuyo L!n i co remedio ha s ido s i empre la i ntervención de l Estado ) , exige guerras y repres ión y, en gene­ra l , no se cae pero anda a tropezones y s i n saber hacia dónde. Pregúntese a cua lqu ier empresario pequeño qué segur idad l e da este s istema de segu i r produciendo, aunque l a rentab i l i dad de su empresa sea teór icamente buena.

-El escaso equ i l i br io que se l ogra satisface a muy pocos : e l que no neces i ta d inero neces ita un psi­coana l i sta y puede fa ltar manteca , porque e l mer­cado -cuyo pr inc ipa l componente es e l Estado­exige cañones.

La descentra l ización tota l , donde cada empresa toma sus dec is iones por separado y " l i b remente" , es pues un mecan i smo de regu l ac ión de muy poca ef ic iencia .

E l otro extremo, l a centra l i zac ión tota l de todas l as dec is iones productivas , puede s i n duda evitar las deforma­c iones más graves de la producción y la d istr ibuc ión , pero no carece de i nconvenientes :

1 58

-,-Un s istema de control de todas l as un idades pro­ductivas que funcione en "t iempo rea l " , es deci r

que vaya tomando cada decis !ó n i n? ivi dua l en � 1 momento más oportuno no es ¡ mpos1b !e , pero ex i­

g i ría un t iempo áe gestación l a rg uís imo Y un e�­

fuerzo tremendo. Sólo e l control de errores sena

una tarea monumental . -Para no chocar con metas part ic ipac ionistas y crea­

tivas exig i ría que el órgano ejecutivo central �ar­

t ic ipara en l a d i scusión de todas l as suge�en? 1as ,

lo cua l aumenta aun más l as dific u ltades p ract1cas .

-La concentración de poder que p ermite p uede dar

l ugar a un prob l ema po l ít i co grave .

Hay muchas pos i b i l idades d e centra l izaci?n i nten:ne­

d i a . Una de e l las , adecuada para nuestro est 1 l o c reatiVO ,

cons i st i ría en : a ) A n ive l centra l : descri pc ión del P royecto N aciona l ,

sus metas y estrateg ias , con u n grado d e deta l l e

n o mucho mayor que e l que estamos prop?niendo

en este l ib ro . Estud ios de corto p lazo mas deta­

l lados sobre recursos escasos y metas de produc­

c ión sectoria les , no tanto buscando deci s iones es­

pecíf icas , s i no normas limitativas: u m b rales Y techos de producc ión y uso de recursos por

grandes grupos de empresas ,_

agrupadas por sec­

tor , reg ión , tecnología y tamano. . b ) Las empresas de cada uno de esos grupos , ?oord l­

nadas y contro l adas por i nstituc i on�s de mvel 2 ,

toman todas l a s dec is iones necesanas Y ensaya� todas l as modif icaciones deseadas , con l a sola l i ­

m itac ión de respetar en conjunto esas c otas.

Hay así una regu lación g ruesa a pri�ri , .te l e� lógic� ,

dada por los objetivos a cump l i r , y otra mas fma , loca l ,

que requ iere l a coord i nación de g rupos . d e empresas . Es5a

coord inación puede no ser perfecta, s 1 n que eso entran e

pe l ig ros graves para e l s istema tota l ; en e l l a hay una

buena dos is de ensayo y error . Vo lv iendo a l a estructura i nstituc iona l tota l , l as alte r-

nat ivas a l respecto son muchísimas , pero están orienta­

das por dos criter ios pr inc ipa les : la d i str ibució n de auto-

ridad y los métodos de control. . . E l aspecto autori dad es dob le : responsab i l idad Y po- ·

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der. La responsab i l idad es el grado de autonomía en las dec is iones que se perm iti rá a cada componente de l s iste­ma i-nstituc iona l ; acabamos de ver a lgunas formas de as ignar la . Abarca no sólo el grado deseab le de centra l i­zación -lo que inc l uye en particu la r el tam<:1ño óptimo de las i nstituc iones estata les-, s i no también el t ipo de d i · v is ión de l trabajo que se estimu lará , sea con respecto a l a d ivers idad de los productos de una m isma empresa o con respecto a su grado de i ntegrac ión vertical (produc­c ión de sus prop ios i nsumas) .

E l poder es autoridad para i mp lementar l as decis io­nes. En e l mercado actua l s ign i f ica esenc i a1mente capa­c idad f inanciera (o presupuesto, en el caso del sector púb l ico) . En general es autoridad para recabar los i nsumas necesarios para cump l i r sus objet ivos . Aquí hay l ugar para un gran mejoramiento de efic ienc ia mediante métodos modernos de tratamiento de i nformación basados en un p l an comp leto.

En cuanto al contro l , hay dos g randes a l ternativas: e l contro l a priori o s imul táneo -con gran " papeleo" y pér­d idas de t iempo para evitar transgresiones a las normas y errores de ejecución-, y la eva l uación a posteriori para correg i r o castigar s i es necesar io .

Aquí no parece funcionar muy b ien l a f i l osofía de " preven i r es mejor que curar" , por l os m ismos motivos que en la educación de un n i ño . De todos modos, tamb ién estos métodos pueden ser muy mejorados por un buen p rocesam iento de datos, con lo cual muchos de sus pro­b lemas actua les desaparecerán .

En cuanto a los cr ite rios para ana l izar y eva l uar i nsti­tuciones a i s l adas, mencionaremos só lo a lgunos.

a) Control de las decisiones de funcionamiento. Se refiere a l agente de decis ión y a su grado de autonomía. El agente puede ser el Estado , un ente extranjero, un em­p resar io i nd iv idua l , gerenc ia , d iversos s i stemas de ca­gestión , con partic ipación de l personal y de la c l i ente la (cooperativas de consumo) .

La autonomía máxima se da teór icamente en e l s is­tema l ibera l , de a l l í a l a p l an if icac ión centra l izada total hay muchas pos ib i l idades, que se ref ieren a l a organización de l s i stema i nstituc iona l , como hemos d icho ya .

1 60

b) Control del reparto de recompensas. Coi nc ide o no con e l control de funcionamiento y t iene sus m ismas categorías . Los sueldos se f ijan en buena medida en ins­tituciones espec ia les de n ivel 2. Otras recompensas -co­mo p restig io , prebendas, poder i nterno- se as ignan den­tro de cada institución .

a ) y b ) se resumen usua lmente en " propi edad del capita l ", y así los hemos menc ionado ya en 20, pe ro eso es i nsuficiente para tratar los n ive les 2 y 3. Dentro del sector públ ico estos dos puntos presentan muchas va­r iantes de i mportancia p ráctica : g rados de centra l ización , jerarquías y esca lafones, cogestión , etcétera .

e) Tecnología. I ntens iva en equipos, en trabajo o en organ ización . En un país como la Argent ina , el equipa­m iento -el capita l f i jo- no es un prob l e ma fundamenta l a n ivel 1 o productivo, y no hace fa lta recurr ir a tecnolo­g ías i ntensivas en trabajo. A n ive les 2 y 3 l a s i tuación camb ia un poco , pues todo esti l o con p lan i f icación efectiva requ iere manejar un vol umen de i nformación enorme, co­sa d i fíc i l de hacer s i n mecanizac ión . Como muchos han d icho ya, lo característico de esta etapa social no es su d ispon i b i l idad de energ ía -termonuclear o de c u alquier otro t ipo- s ino sus técn icas de procesam iento de datos.

Entra también aquí l a var iab le tamaño de las i nstitu­ciones .

d) Productividad o eficiencia. Hay i n stituciones que "funcionan mejor" que otras, pero no es fác i l defi n i r qué es eso. En general hay que optar entre los dos m étodos de eval uación con que ya nos hemos tropezado en e l capítu l o anter ior .

Uno es e l cr iter io empresar ia l de rentab i l idad : com­parar costos monetar ios con ventas , producción o benefi­c ios . Sabemos que esto l leva a absurdos c uando se trata de servicios púb l icos -como los transportes- que puede conven i r subs id iar como medida de red i str ibuc ión de in­gresos (e l problema se desplaza entonces a l a as ignación de "precios de cuenta" teóricos a l a producció n ) . Tiene además la d i fi cu ltad de que para gran número de i nstitu­c iones i mportantes es d ifíc i l med i r "beneficios" mone­tar iamente -ejérc ito, admin istrac ión púb l i ca , educación , etcétera- y hay que recurr i r a a rtimañas , a veces i nge-

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n iosas, a veces convincentes, casi s iempre capaces de demostrar lo que se deseaba demostrar .

E l otro criterio podría l l amarse más b ien "capacidad/ metas" : cons iste en defi n i r operac iona lmente pr imero l as metas de cada i nsti tuc ión y asegurar que se cumplan . M ientras no se cumplan no va le s iqu iera l a pena hablar de rend im ientos o productividad . Cuando se cumplen, se calcula l a "capacidad ociosa", o su equival ente, e l "exceso de recursos" : cantidad de recursos f ís icos (persona l , equipos, loca l , i nsumos) que podría ahorrarse s i n dejar de cump l i r l as metas .

Como los recursos son más fáci lmente cuantif icab les y pueden compararse entre e l los por su escasez relativa , este método es s iempre ap l i cab le .

E l m ismo criterio se usa para comparar dos i nstitu­c iones : a igua ldad de objetivos se prefiere la que usa menos recursos fís icos , va lorados por escasez. La com­paración de i nstituc iones de d i ferentes objetivos no t iene nada que ver con su productividad.

En este vo lumen no entraremos en deta l les a l res­pecto. Algunos de sus puntos están s iendo tratados acti­vamente por la "c ienc ia gerenc ia l" y los "ana l i stas de s i s­temas" , pero desde un punto de vista puramente empre­sar ia l , no apto para un Proyecto Naciona l .

Así por ejemplo , está de moda d i st ingu i r "efectivi­dad" de "efic ienc ia" : l a segunda s ign if ica cump l i r metas fijas con mín imo costo ; la pr imera se propone superar las metas de modo que aunque l os costos aumenten , e l benefi­cio aumente más. Se da por sentado que e l "ejecutivo" debe or ientar sus decis iones por criterios de efectividad ; l a s imp le efi c iencia ind ica fa lta de empuje, actitud con­formista , rut inar ia .

Esta preferencia por e l crec im iento de la empresa es racional en una soc iedad competitiva or ientada por e l l ucro , pero puede no ser lo cuando l as metas están dadas por un Proyecto Nacional que ha d istr ibu ido los recursos escasos. En ta l caso , un aumento de costos pOr una em­presa s ign if ica uso excesivo de recursos escasos, que puede i nterfer i r con e l cump l i m iento de otras metas por otras i nstituciones. Aquí , pues, l a "efectividad" sólo po­d ría cons i st i r en superar las metas usando l os mismos

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recu rsos . o · aprovechando recursos sobrantes, o al nivel del país entero.

H;tos" ·¡:¡r-oblemas se presentan ya hoy cuando se trata de d i str ibu i r el presupuesto nacional de l gobierno entre las d i st intas i nstituc iones del sector púb l i co (véase Ci­botti-S ierra [6 ] ) .

e) Características del personal. Cr i terios d e rec lu­tam iento; estab i l idad, escalafó n . Lea ltad , prestig i o de l a i nstitución ante su persona l ; g rado de co laborac i ón . Po­s i b i l idades de capacitación y reeducac ión . Grado de al ie­nación con respecto a sus tareas . Tipo de partic ipac ión en las decis iones.

Aquí corresponde d i ferenc iar , según e l trato dado a l persona l , entre i nstituc iones :

-Impersonales o eficientistas : escalafón jerarquiza­do, ascenso por criterios un iversa l istas, estab i l idad sólo garantizada por buen . rend i m iento ; persona l cambiante ; poca part ic ipación . Ejemplo : g randes empresas norteamericanas .

-Feudales : muy jerarqu izadas, con a l to sometim ien­to a l a autoridad ; ascenso l imitado por capas jerár­

: · qu icas, con cr iter ios particu lar ista s ; esta b i l i dad y 'i' ''senuridad garantizadas de por v ida ; pocos cambios

, de. personal . Ejemplos : ejé rcito, g randes empresas jé)ponesas ;

�Paterna les : pequeñas, trato fami l ia r entre todo e l persona l .

:.,.,-Burocráticas: personal agremiado efic ientemente · . para tratar cond ic iones de trabajo ; estab i l i dad ase-

. . 1 gurada por rtormas juríd i cas; ascenso por anti-güedad.

-Democráticas o raciona les : comprensión y aproba­c ión de los objetivos por el persona l ; amp l i a par­t ic ipac ión . Jerarquizac ión de rol es , pero con rota­ción del persona l . La estabi l idad dentro de una i nstituc ión es poco deseada, por p referi rse l a ro­tac ión entre i nstituciones , con estab i l idad g enera l .

En cuanto a " l ealtad" , es un térm ino discut ib le , que usaremos sólo para denominar las c inco a lternativas si­gu ientes, i mportantes sobre todo en la trans ic ión a un nuevo esti lo por sus efectos sobre la p roductividad :

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-Vena l idad : l ea ltad a i ntereses persona l es egoístas por encima de la i nstitución.

-Sabotaje : lealtad a otra i nstitución o sistema, de i ntereses contrarios .

-Indiferencia o carencia de l ealtades pertinentes ; a l ienac ión .

-Lealtad i rrac iona l : defensa de l os i ntereses de la i nstitución perc ib idos en forma d istors ionada, co­mo si fueran independientes del resto del s istema (por ejemplo, su crecim iento y prestig io , s i n impar· tar su función ) . A menudo vincu l ada al carisma de algunos d i rectivos de la i nstitución .

-Lealtad raciona l : defensa de los i ntereses de la sociedad a través de l funcionamiento adecuado de la institución. Comprensión del Proyecto Naciona l .

f ) Rigidez-flexibilidad, para adaptarse a cambios en los objetivos, modos de funcionamiento y organización del s istema institucional . Este es un problema central para la viabi l idad de un nuevo esti l o , hemos d icho, y está mal estud iado. Nunca se cumplen las promesas preelectorales de mejorar la admin istrac ión públ ica o el s istema edu­caciona l .

E s fác i l escr ib i r nuevos reg l amentos admin istrativos, organigramas, p lanes de estudio , pero no se ha calcu lado el esfuerzo necesario para que se apl iquen en su espfritu y no só l o en su l etra . H ay muchas descripciones y anál i­s is teóricos de l a "burocracia" , pero no se nos dice cómo hacer para reeducar a un m i l lón de funcionarios públ i cos , para convert ir los en partic ipantes activos , para que ad­qu ieran nuevas técnicas de trabajo, para e l im inar los vicios de todo tipo que los afectan (por ejemplo, la vena· l idad , que ha hecho fracasar más de un i ntento reformi sta ) .

Las r ig ideces fundamentales de l sector públ i co (véa· se Cibotti-Sierra [6 ] ) no deben buscarse en los problemas de financiación s ino en éstos.

g ) Relaciones con la clientela cuando ésta está for­mada por personas. Desde "e l c l iente s iempre tiene ra­zón" hasta la "tram itoged ia" de las ofic i nas públ icas, la atención al públ ico t iene variantes que no d if ieren mucho de los t ipos de a l ienación en el trabajo y están vincula· dos con e l l a .

1 64

Por otra parte · la c l i ente la puede ser estable , f luc­tuante e i nc luso i ntegrada, es dec ir que partic ipa de al­gunas de las tareas, como los m iembros de un club o s ind icato. Esto es también mater ia de dec is ión, con efec­tos que pueden ser i mportantes.

Sobre l a forma de retribución de los servic ios pres­tados ya hemos hablado en H (medios d e pago) .

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CAPfTULO IV

Ejem plos de estilos

" . . . que venga el mucamo corriendo apurado

y diga: Señora; araca, está el For. "

E. P. Maroni, " La mina del Ford", tango

consumista.

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l . Defin iciones a n ivel principista

Anal izaremos ahora, a manera de i l ustrac ión , cinco pos ib l es Proyectos Nacionales o Esti los , cuyos nombres abreviados son : CONS, CREA, AUTO, H I P y LUNA.

Este aná l is is no puede l legar muy l ejos , pues eviden­temente es una tarea superior a l as fuerzas de una sol a persona, pero esperamos que sea sufic iente para mostrar c la ramente de qué se trata, e i nc l uso para hacer a lgunas sugerencias concretas al pasar , por poco sistemáticas que sean .

De todos modos , l o esencia l en esta etapa es dar visi­b i l idad a los problemas dentro de un esquema i ntegrado, de modo que se fac i l ite su aná l isis comp leto posterior. Por eso, la mayoría de l as veces l iqu idamos los prob lemas d ifíc i l es haciendo un l lamado al talento c reativo de los demás.

Tomaremos como horizonte el año 2000 y, como hi­pótesis sobre l as "condiciones de contorno" , que en esos 30 años no ocurr irá n i ngún catac l ismo mund ia l : guerra nuclear , pestes incontrolab les o avances tecnológicos mu­cho mayores que los esperados por la mayoría de los futurólogos.

Se admite que prosigue e l p redomin io norteamericano en esta región del g lobo, pero con menos grados de l i ­bertad, por l a i nf luencia de las otras grandes superpoten­cias . Habrá que ensayar varias h i pótesis a lternativas so­bre e l pape l de Bras i l y Japón .

Dedicaremos e l capítu lo s igu iente a l est i lo CREA -lo más próximo a una sugerencia concreta a que se atreve a l legar e l autor , en su p ropósito de mostrar cómo se p lantea y estudia un Proyecto Naciona l-. Hue lga in­s isti r en las sa lvedades sobre e l derecho que ti ene cada uno d.e proponer a la d iscusión participante la imagen de la sociedad por la que está d ispuesto a l uchar -en algún nivel- y sobre l as pro bab les imperfecciones de toda pro­p-uesta e n estado naciente (hace ap'enas tres año-s que se

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In ic ió su estudio , en Caracas , véase [ 3 ] para los pr imeros pasos) .

Como contiene e lementos de d iversas utopías e ideo­logías populares, será m i rado con beneplácito o tolerancia por muchos, y podría conceb ib lemente servi r de ca!a l iza­dor para un proyecto más e laborado por g rupos po l lticos , pero ese no es su objetivo momentáneo: en este l i bro no se da prioridad a la préd ica en favor de un esti l o deter­m inado, s ino de la necesidad de tener un Proyecto Nacional y del método de ana l izar lo .

CONS, o esti l o "consumista" -que coincide en buena parte con e l "desarro l l ismo"-, es una extrapol ación op­tim ista de las tendencias de la sociedad argent ina actual , orientada cu ltura l y tecnológicamente por l a sociedad afluente norteamericana.

CREA -o esti lo "creativo"- es una pos ib le a lterna­tiva de cu ltura nacional en "aceleración evol utiva", como d i ría Darcy R ibe i ro, so l idar ia en vez de competitiva , Y so­c ia l i sta en su organ ización económica.

AUTO -o esti lo "autoritar io"- es una posibi l idad que nunca puede descartarse en América de l Sur , y e l pro­yecto bras i l eño actua l puede servi rnos como modelo .

H IP corresponde a una sociedad bucó l ica " hipp ie" , y LUNA a una probable colonia l unar. Se agregan só lo para i lustrar la d ivers idad pos ib le en este campo, y para evitar así el pe l igro de encerrarse en esquemas demasiado tri­l l ados.

Por supuesto , cada uno de estos est i los adm ite nume­rosas variantes que no le harían perder sus " rasgos esen­c ia les" , pero debemos conformarnos con presentar un arquetipo de cada uno, dejando al l ector la tarea de i ma­g i nar esas variantes, que son de i nterés para los estudios de viab i l idad. Ese estudio de variantes está hecho en al­gunos casos -como puede verse en [ 4 ]-, aunque no po­demos deta l l ar los aquí s i n aumentar desmesuradamente e l tamaño de este l i bro.

Lo m ismo ocurre con l os posib les esti l os i ntermedios entre éstos, y con a lgunos otros tota lmente dist intos (co­mo e l m ístico-teocrático, el m i l i tarista-imperia l , etcétera) . N o haremos por e l momento considerac iones d e viab i l idad . En este capítu l o y e l s igu iente los esti los son só lo expre-

1 70

1 1

í '

s iones de deseos, ta l vez i rrea l izables. Podemos ade lantar s i n embargo que el menos v iab le de l os tres pr imeros, para un país como l a Argent ina , parece ser e l CONS.

Cada est i lo debe p lantearse según lo estab lecido en nuestra Tes is 1 , del pr imer capítu lo : grado, forma y plazo para satisfacer las necesidades -de l a tes is 2- para cada grupo socia l . Son muchos objet ivos s i m u ltáneos -25 "d imensiones"- y sin duda deben presentar cierta coherencia entre e l l os : no t iene sentido i nventar esti los mezc l ando a l azar metas posib les para cada neces idad.

Esta coherencia está dada por ciertos ju ic ios genera­. les de va lor , c ierta i magen de l mundo abstracta , es dec i r j ustamente por aquel t ipo d e declarac iones que rechaza­mo,s en el pr imer capítulo por su m isma general idad y aiJstracción .

A l l í l as rechazamos porque no s i rven como guías de acción -no son sufic ientemente "constructivas"-, no

. perm iten decid i r entre diferentes proyectos específicos . Hay un salto demasiado grande entre ese nive l emotivo "pr inc ip ista" y el n ive l pragmático de un p lan , y con u n poco d e habi l idad e s pos ib le justificar cualqu ie r medida de corto p lazo apelando a aque l los pr i nc ip ios g enerales .

Por eso postu lamos l a necesidad y pos ib i l idad de u n n ive l i ntermedio de trabajo, te l eológico-raciona l , que s í s i rva como guía d e acción -es deci r q u e d é c riterios para tomar decisiones de construcción- pero que, a l l)l ismo t iempo, sea una interpretación f i e l del n ive l pri n­c ipista . Esta segunda exigencia garantiza la coherenci a

.· de todo Proyecto Nacional -si es que los princ ip ios mis­mos no resu l tan contradictorios- y hace que no sea una s imp le suma de metas independ ientes.

Por esa razón será úti l empezar por un breve e squema de l as d iferenc ias de los c inco esti los mencionados en términos de d ichos pr i ncipios genera les o criter ios ú lt i ­mos. E l l o nos evitará repet ir expl icaciones o dar las mo­tivaciones de cada meta por separado, e i ncluso e l im inar toda referencia a a lgunas metas cuyo conten ido es fáci l ­mente deduc ib le de esos princ ip ios y las demás m etas.

Organizaremos el esquema en forma de cuadro para fac i l i tar l as comparaciones. Los criter ios e legidos son d iscuti b les y no l os motivaremos. El cuadro tien{;1 só lo

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va lor heurístico, y n o debe tomarse muy e n serio mientras no esté acompañado por l a descripc ión de cada esti lo a n ive l de trabajo , en términos de neces idades h umanas .

Esti lo CONS

Con respecto a las alternativas g enera les A, . . . , H (ver capítu l o 111 ) tomaremos como defi n ic ión las s i gu ientes características.

E l n ive l de consumo mater ia l es el más a lto pos ib le en b ienes y servicios de toda c l ase. E l concepto de c iu· dadano se hace equ iva lente a " consumidor" . E l consum o suntuario es l a mejor medida de "status " y prest ig io .

Se est imu la l a d iversificac ión de modelos y sus cam· b ios ráp idos, de un año a otro. Los b i enes durab les son reemplazados mucho antes de terminar su vida úti l y for· man una oferta de bi enes usados para los grupos de bajos i ngresos, i ntroduciendo así en éstos n uevas necesidades materia l es sentidas.

Los bienes son típ icamente de consumo opu lento ; suntuarios y de a lto contenido superfl uo . Su venta se con· vierte en un r ito y el l ujo y e l eganci a en los comercios adqu ieren cada vez mayor importanc ia . La pub l i c idad se afi rma como l a activ idad "creativa" y " educativa" más di · fundida.

En cuanto a l cubr im iento , se lo desea amp l i o , pues e l estímu lo a l a producción v iene por e l l ado d e l a ofertcl para consumo "de cúpu la" , y es necesario amp l iar ese mercado l i m itado para no tener prob lemas de s uperpro· ducción. El n ivel de ingresos es en este esti lo el pr incipa l criterio para defi n i r grupos socia les , y s e adm ite en pri n· c ip io una a l ta movi l i dad socia l , aunqu e en l a práctica resu lte muy l im itada. De este modo se cana l izan las ener· g ías y aspi raciones de los g rupos de n ivel i ntermed io hac ia a ltas metas de consumo, favoreciendo l a viabi l idad po l ít ica.

Esta organizac ión socia l no permite i ncorporar a to . dos según estas pautas de consumo, y queda fuera u n g rupo creciente d e " marg ina les" , cuyo n ivel de vida es

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muy inferior a l resto de l a poblac ión . Esta d icotomía entre l os que están en la categoría de consumidores y l os marg i na les exi ste también en e l medio rura l .

Escasa part ic ipación d e l usuar io e n l a terminación de los bienes, ya que ésta es un aspecto importante de l con­sumo opu lento .

Las insufic ienc ias cual itativas sólo se notan cuando e l país l íder las resue lve; entonces se copia l a soluc ión . E l segu id ismo en las modas y hábitos de consumo es tota l . E l medio d e pago más i mportante s igue s iendo e l d i nero porque hay muchas transacciones pequeñas y pocos ser­vicios gratuitos . S in embargo, se d i funden cada vez más las cuentas bancarias , tarjetas ele crédito y s istemas de ventas a p lazos y abonos regu lares a servic ios (caso típ i­co : sanatorios) .

Estos medios de pago que s ign if ican un crédito a l consumidor só lo pueden ser f i nanciados por empresas grandes, y contri buyen a la desaparic ión de l os comercian­tes ind ividua les y a ensayos de cooperativismo.

E l efecto neto sobre l a población es aumentar l a d i­ferencia entre los marg i na les y los que logran ser acepta­dos por el sistema de créditos, lo que se convierte en importante criterio de i nteg ración socia l .

Metas por necesidades, para e l estilo CONS. Son una extrapolación veros ím i l ele las tendencias de

la sociedad opu lenta . 1 . Alimento y vestuario. Disminuye l entamente , s in

desaparecer, l a i nsufic iencia de nutr ic ión en los grupos de bajos ingresos . Puede inc l uso aumentar en los margi­na les , d ispuestos a ahorrar en estos gastos para adqu i r i r b ienes durables. Pros iguen sus efectos sobre l a morta­l idad y e l desarro l l o mental i nfant i l es .

Sa lvo para los marg i na l es , puede deci rse que no hay problemas de a l imentación básica . Se ahondan l as dife­rencias cual itativas entre a l imentos y vestuario de los d isti ntos n ive les de ingreso. Para los grupos de cúpula , comer y vesti r b ien son signos de presti g io , l o que da origen a una industria diversif icada, comercios espec ia les y toda una seudocu ltura.

Poco contro l b romatológico y médico de l a a l imenta­ción popu lar .

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Abaratam iento del vestuar io popu la r , por mejoras de productividad e innovaciones en mater ia l es , y por tra­tarse de un mercado todavía a l go competitivo.

El consumo promedio de estos items puede dup l icarse fáci lmente en 30 años -más en vestuar io que en a l imen­tación-, pero acentuándose las des igua ldades por nivel de ingresos . No hay po l íticas especia les para b i enes bá­s icos.

2 � Vivienda. Se sa lda cas i todo el déficit de l os gru­por marg ina les en 1 5 a 20 años, aunque con vivienda de ma la cal idad, servi c ios mín imos y manten imiento caro, en barrios atendidos por esfuerzo comun i tario y que cas i s iempre se convierten en ghettos .

Para l os g rupos rura les bajos, sigue predom i nando l a vivienda d ispersa: pocas comun idades rura les. A utocons­trucción en buena parte .

Para grupos urbanos bajos y medios se intens ifica l a prefabr icación , por empresas grandes, pero l a i nstalación sigue s iendo por empresas medianas, con costos altos . Aumentan a lgo los se 1·vicios colectivos pero e n forma i rregu l ar . Desaparece el déf ic i t en c i nco a d i ez años . Pau l at ino aumento de l confort habitac iona l .

Para los g rupos a l tos, s igue e l incremento d e barrios res idencia les perifér icos, bien urbanizados, con mayoría de casas fam i l iares y a lto costo de servic ios bás icos.

Subsiste el prob lema del valor de la t ierra u rbana. En resumen , este esti lo l ogra para la poblac i ó n gene­

ral un nivel de viviendas equival ente al doble (en costos de hoy) del actual . Pero las d iferencias entre grupos aumentan .

3 . Otros bienes durables. En 20 a ños, y pau latina­mente, automóvi l -o veh ícu lo equiva lente- prop io para e l 30 % de las fam i l ias . He ladera para el 50 % o más . Te levisor para e l 90 % .

Gran d iversificac ión en e l consumo de cúpu l a . Se i n­troducen novedades -detal ladamente descriptas por l a futurología usual- con ritmo controlado para mantener la demanda de esos grupos m i noritarios . La oferta se es­pec ia l izará aun más por grupos de edad y ocupación de los consumidores .

El mercado se amp l ía con venta a p l azos de p roductos

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nuevos y reventa de modeios usados. Ei s istema de cré­d itos renovados constituye una pequeña red istri bución de l ingreso, poco do lorosa para los empresar ios.

4. Salud. Baja pr ior idad a l a med ic ina preventiva , sa lvo para evitar pos ib les pel i gros genera les : control .de epidemias y contaminación ; i nmun izac ión , contro l de vec­tores . Se ati ende al enfermo-c l iente, no a la enfermedad. La f i losofía es curar o , más b ien , sati sfacer l a demanda de atenc ión méd ica , como en un mercado cualquiera de servic ios.

Las máx imas pr ior idades en i nvestigación y atención médica son l as que ofrecen a l paciente con d i nero l a má­x ima probab i l i dad de prolongar su v ida . Se lograrán adelantos importantes en geronto logía y órganos artifi­c ia les .

En segundo l ugar estará l a atención de neurosis y enfermedades menta les de todo t ipo, que constitu i rá un mercado ampl io .

Acces i b i l i dad : muy poca para los grupos rura les ba­jos, y de baja ca l idad para los urbanos marg i na les . Los asa lari ados estab les , aun los de bajos ingresos , serán atendidos por sus asoc iac iones gremia les , pero también con baja ca l idad.

E l consu l tor io privado perderá importanc ia , reempl a· zándose por c l ín icas pr ivadas. Los hosp ita l es g ratuitos quedarán reservados a l os marg ina les . D ifus ión grande de los s i stemas de abonos o pago por cuotas a grandes sanatorios privados.

Poderosas asociac iones grem ia les médicas controla­rán el p rogreso de la organización i nstituc iona l , el trabajo en �qu ipo, l as categorías adm is ib l es de personal auxi l iar , etcetera .

Tecnología i ntensiva en capital para los grupos de a ltos i ngresos : equipos de tratam iento y anál i s i s fís ico y químico con l as ú lt imas i nnovaciones extranjeras .

Como resu ltado, l a esperanza de v ida de los grupos de a l tos y bajos ingresos tenderá a d iferenc iarse cada vez más .

5 . Transporte. Se toman medidas restrictivas para los automóv i les privados en e l tráfico urbano y aumentan las fac i l idades de transporte colectivo, con preferencia por

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los subterráneos. No es pos ib l e tomar medidas serias para reduc i r los viajes necesar ios , m in im iza ndo las d istan· c ias entre vivienda y trabajo o escue la .

E l vehícu lo propio s igue s iendo una de las aspira­c iones más típicas de la poblac ión , fomentada por l a propaganda.

La mov i l i dad segu i rá s iendo uno de los sectores más "d inám icos" de l a economía y d i sminu i rá a l go l a p resión del desempl eo , justif icando la construcc ión de caminos y otras actividades i ntens ivas en trabajo.

Se desarro l l ará mucho el transporte i nterno de cargas, con buenas comunicaciones entre todos l os puntos del país , en busca de la amp l iac ión de mercados. No suce­derá lo mismo con el transporte a l exter ior , por p resión de l os monopol ios i nternac iona les de f l etes y por falt� de capita les ; poco aumento de l a f lota mercante m arítim¡:¡ y aérea .

· Comercio: segu i rá hab iendo varias etapas intermedias

de d i str ibución y comerc ia l izac i ón , de carácter monopól i · co. Dos grandes tendencias para l a atenc ión a l púb l ico: supermercados para g rupos med ios y bajos urbanos, y comercios pequeños con i nsta l ac iones de l ujo para g rupos a ltos . Comerc ios trad i c i onales en las zonas de baja den­s idad de pob l ac ión .

Importanc ia s iempre creciente de l a pub l ic idad . Otros servicios : competirán con los b ienes d urables

como consumo de cúpu l a : atenc ión de la bel leza física, serv ic io cu l i nar io y doméstico d e a lta ca l i f icació n , d iver­sos métodos de escapismo, serv ic ios de seguridad perso­na l . etcétera .

6 . Solidaridad, seguridad social. Para los margi nales, habrá, en e l mejor de los casos, sol idar idad loc a l , tipo tri ba l , por medio de l desarro l l o comunitar io y l a ayud�;t i nterpersona l . L0 más p robab le es que se i ntens ifique la sensación de desamparo y anom i a , y e l espíritu de com­petencia por l os medios de v ida . Pro l iferación d e activi. dades i l ega les .

E l Estado dará c ierto apoyo a las i nstituc iones de desarro l l o comuna l .

E l estrato soc ia l formado p o r trabajadores s i ndical i­zados tendrá c ierta seguridad de trabajo , y para la vejez

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y enfermedad . Pero no a n ive les sat isfactorios, dado e l "efecto demostrac ión" d e los med ios masivos d e d ifus ión y pub l ic idad, que despiertan nuevas neces idades de con­sumo. Habrá so l idar idad g remia l pam defender sala,r i os y otros benef ic ios soc ia les .

Los grupos a itos se sentirán i nseguros por e l aumente de l a cr im ina l idad y de l a opos ic ión pol ít ica v io lenta , y por e l c l ima general de i nsatisfacc ión . Buscarán e l re­medio mejorando los servic ios de vi g i l anc ia y repres ión , cuyos costos l l egarán a tener l a misma magn itud que los de educación o sa lud . Pro l i ferarán los cuerpos privados de guard ia . No habrá seguridad espir itua l ni contra frus­tracrones. Se la buscará en la superst ic ión y en l a acti­vidad po l ít ica. Menos éxi to de la re l i g ión como consuelo espir itua l .

7 . Acceso a la información y la comunicación. Me­d ios de d ifus ión masivos contro lados por empresas pr i ­vadas , con censura o autocensura , f inanc iados por l a pu­b l i cidad.

Conten ido : más entreten im ientos que i nformación ge­nera l . Not ic ias se leccionadas por monopol ios i nternac io­na les de i nformación , i ncompletas y deformadas. Gran pr ior idad a deportes y espectácu los . Deformación no só lo de not ic ias s i no de conceptos y valores. Comerc ia l i zación de l os sentim ientos de todo t ipo , or ientado 'to,do hac ia e l aumento de l as ventas (ejemp los : "día de l am.igo" , venta de posters de revo l ucionar ios, uso del amor y el sexo en l a pub l ic idad, etcétera ) .

Mayor espec ia l ización de d i ar ios y rev istas por grupos socia les de l ectores . Esto conduce a d iferenciar la po­b lac ión en estratos cu l tura l mente homogéneos , pero poco miic ib les unos con otros. Só lo la te lev is ión pu'ede ta l vez tratar de segu i r alcanzando a l a población en general

' y sum in i strará e l l enguaje común que ya no i mparte ni s iqu iera la escue la (por la separac ión entre públ ica y privada) .

Predom in io de l os medios centrífugos : poco acceso de l a pob l ac ión genera l a l as i nformaciones deseadas (y poco estímu lo a esa necesidad) . Pocas oportun idades de co­mun icación "horizonta l ", entre l os d isti ntos g rupos, o dentro de un m ismo grupo, sa lvo loca lmente.

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8 . Núcleo social básico. Es un fuerte factor de i nvia­b i l idad soc ia l de este esti l o . Formalmente se mant iene a l a fam i l i a como núcleo básico o "molécu l a soci a l " , pero sus l azos i nternos se deb i l i tan mucho por la i nestab i l idad de l os matri monios en todos los grupos socia l e s y l a menor autoridad sobre los hi jos, que resu l ta d e l a inse­guridad acerca de los valores soc ia les que deben transmi­ti r les y de su i magen del mundo.

Se estimu l a a lgo e l pape l socia l izador de l a comuni­dad local y las asoc i ac iones vo l untari as "sanas" , como c lubes deportivos, en competenc ia con l as bandas y "pa­totas" juven i les . Pero queda s i n cump l i r e l pape l i ntegra­dor y estab i l i zador de l a fam i l i a .

Prol iferan comun idades espontáneas d e jóvenes , en general poco durab les .

E l l ugar de trabajo sigue s in serv i r como reempla­zante de l a un idad soc i a l .

9. Urbanización. Poca regu l ación de l crecim i e nto de las c iudades y de l a organ izac ión i nterurbana en s istemas jerárqu icos.

Intento de creación de a lgunos nuevos centros urba­nos, s i n mucho éxito .

En l a Argent ina : predom i n i o de l a mega lópo l i s La P lata-Buenos A i res-Rosario-Paraná.

Mejor equ ipamiento de c iudades pequeñas . Escasa remode lación de las g randes y medianas por el costo mo-netar io de l a t ierra . •

Buenos barrios res idenc ia les suburbanos. Parques i n­dustr ia l es mejor p laneados por exigenc ia de l a contami­nación en aumento . Los centros admin istrativos púb l icos y much0s privados continúan en el centro de las c i u dades.

Los grupos medi os y bajos habitan l a zona i ntermedia entre centro y suburbio residenc ia l .

Mejor regu l ación de l tráf ico, s i n que se resu el va por comp leto el problema porque requiere una p lan i f icación mayor que la to l erada por el est i lo CONS .

1 O . Igualdad. Aumentará e l i ngreso promed i o , pero también la d i stancia entre altos y bajos . Una parte del grupo de ingresos medios pasará a a ltos y será reempla­zado por e l ascenso de obreros y emp leados s i ndical i -

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zados . E l grupo marg ina l no d isminu irá su n ivel de vida , peíü quedará más a lejado de los otros.

En rea l idad , l a característica socia l más importante de este esti l o -sobre todo en un país no imperia l ista , que cuenta só lo con sus propios recursos y aun me­nos- es su i ncapacidad de incorporar a toda la pob la­c ión a l a actividad consum idora, y no por falta de recursos productivos s i no d istr ibutivos . En efecto , e l c ri te rio d e comportamiento rac iona l en esta sociedad -maxi mizar l a s uti l idades-- imp l i ca q u e l a s ún icas formas " correctas" d e perc ib i r ingresos son e l sa lar io y l a ganancia o i ntereses . Los subsid ios a los que no trabajan son imperfecciones de! s istema ; se tol eran de mala gana y se reducen al mí­n irno pos ib le .

Poro, por otra parte , maxim izar ganancias en rég imen de competencia requ iere reem plazar hombres por máqui­nas y , por lo tanto , se produce una tendencia a l desempleo no compensada por los aumentos de producción por efecto d i recto o ind i recto de esas máqu i nas . Como resu ltado de este tipo de raciona l idad crece entonces e l numeroso grupo socia l de l os marg i na les , cuyo or igen es la subocu­pación rural y la m igración masiva a las c iudades, pero que ahora s igue su d inám ica prop ia . Estos marg ina les no só lo tienen bajos ingresos s ino , sobre todo, son innecesa­rios para el p roceso productivo (sa lvo en medida muy pe­queña, como " ejército de reserva" de mano de obra para cubrir f luctuac iones) . En otras cond ic iones h istóricas, esos grupos emigrarían a países "nuevos" , pero esto es ya i mpo­s ib le , amén de que las masas humanas imp l i cadas son ahora demasiado grandes.

Los obreros s ind ica f izados y campesi nos con trabajo estab le pueden tener bajos ingresos , pero son necesarios al s istema y tienen entonces un poder de regateo que ha hecho sub i r, l enta pero aprec iab lemente, su n ivel de vida en los pa íses industria l izados . Los margina les rea­l izan tareas no ind ispensab les -subempleo o desempleo d isfrazado- y no pueden regatear s i no es a través de su voto e lectora l . lo que no pesa mucho. En rea l idad l a sociedad CONS se senti r ía muy a l iviada s i desaparecieran todos de un golpe. Como esto no sucede y el control de nata l idad es un remedio muy l ento e inseguro, CONS debe

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de converti r los en factor de i nestabi l idad po l ítica . abdicar sus pr inc ip ios y subsid i ar a esta gente , so pena

En este sentido, los idea les de CONS son contrad ic­tor ios , pues s i los subsid ios son bajos no hay viab i l idad po l ít ica, y s i son a l tos , los obreros de m enores i ngresos no verán n i ngún motivo para trabajar si no les conceden aumentos apreciab l es .

Para e l prestigio n o habrá cambio . E n lo esencia l estará dado por e l i ng reso monetario, expresado como con­sumo, y en segundo l ugar por la notor iedad a lcanzada a través de los medios de difus ión .

Dentro de cada grupo soc ia l l as normas de presti g io pueden var iar .

1 1 . Libertades individuales garantizadas. Las restric­ciones más sentidas pero menos visual izadas como pér­dida de l i bertad son las generadas por los bajos i ngresos . E l gran pri nc ip io regu l ador de esta soc iedad es l a l i bertad de gastar d i nero , de la que por supuesto só l o pueden gozar qu ienes lo tengan .

Aun para éstos, es necesar io recordar que esa l iber­tad ele gasto está enormemente restri ng ida por otra l i · bertad , que l lamaremos "de oferta" , o d e empresa, o ele mercado. La p roducción "a med ida" es muy reducida Y l i m itada a l os grupos de mayores ingresos. Los demás deben conformarse con e leg i r entre l as variantes que e l mercado ofrece y aun es8 e lección no es muy l i bre , pues sufre las enormes presiones de l a pub l i c i dad.

Así, l a " l ibertad de prensa" se reduce a e leg i r entre los pocos d iar ios capaces de f i nanciar esa costos a activ i ­dad . Hay también l i bertad de ed itar nuevos diar ios , siem­pre que se cuente con la f inanciación necesari a .

Hasta l a " l i bertad d e investigación " s e reduce en l a práctica para nosotros a e leg i r t;� lguno de los temas pues­tos de moda por los g randes centros c i entíficos i nterna­c iona les , y que por lo tanto son los ú n icos que tienen a lguna probab i l idad de ser f inanc iados. Lo mismo ocurre con la l i bertad de enseñanza y hasta la l i bertad pol ítica (e leg i r entre pocos partidos, todos defensores de l s is­tema) .

D isminuye la l i bertad de trabajo por endurec im iento de las asoc iac iones gremia l es frente a la competencia de

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los marg i na l es . Las asociaciones profesiona les se buro­cratizan aún más y estab lecen códigos de comportamiento ("ética profesiona l ") restrictivos. Aumenta la l i bertad se­xual y de entreten im ientos novedosos .

Hay l i bertad de movim iento dentro y fuera de l país . Aumenta todo tipo de contro les debido a l a i nseguri-

dad y a los confl ictos permanentes . Frecuentes abusos de autoridad. Perfecc ionamiento de l a autocensura . 1 2 . Tiempo líbre. La d istribución de l tiempo trabajado

no puede rac iona l izarse aprec iab lemente , ya que requeri­ría una p l an i ficación muy amp l i a de la producción . Vaca­ciones y semana labora l pros iguen pues s in g randes mod i­ficacibfles.

Se reduce poco y l entamente la jornada de trabajo , a medida que la producción se hace más i ntensiva en ca­p ita l : pasada una c ierta etapa de marg ina l izac ión , l os obreros superfl uos no pueden desped i rse porque lo impi ­den los s ind icatos.

Aumenta l entamente e l t iempo dedicado a l a ense­ñanza .

E l ocio se ded ica a l a recreación , que da origen a gran actividad productiva .

No d isminuye e l t iempo perdido por desorgan izac ión . 1 3 . Educación y entrenamiento. La educación se en­

tiende sobre todo en el sentido de "formación de re­cursos humanos" , o sea mano de obra adecuada para una i ndustria i ntens iva en capita l .

Aumenta l entamente la esco laridad d e los_ grupos ba­jos en pr imar ia y med ia (sobre todo artesana l y oficios) . La enseñanza técn ica, s in embargo, va pasando a manos de las grandes empresas -en escuelas de fábri ca- y por lo tanto quedan marg inados de e l la los grupos marg ina les , que sólo ti enen acceso a una escue la púb l i ca cada vez más descu idada en su ca l idad.

Los grupos medios logran acceso completo a l a uni­vers idad, donde adqu ieren preponderancia las carreras cortas.

Para los g rupos a l tos se crea una educación cuater­nar ia , de más prest ig io , en general privada . Hay g ran i n­cremento de los cursos de actua l izac ión para profes iona-

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les , pero se rea l izan pocos esfuerzos de educac ión y ree­ducación de adu ltos .

Se aumenta en genera l l a educación p reesco l a r y l as guarderías i nfanti les -buena parte en fábricas, para las madres-obreras-, sobre todo pa ra los grupos de i ng resos medios . Una vez afianzado e l est i lo CONS , la enseñanza se convierte en un mercado más -ol igopól i co, por s upues­to- y e! educando en un c l iente . Esto contribuye a que los conten idos soc ia l izantes y buena parte de la i nstruc­ción factual vaya quedando a cargo de l a educac ión asís­temática (a través de TV y otros medios de d ifus ión) , mien­tras la escue la se concentra o en el entrenamiento o en l a "cu ltura genera l ", según su c l i ente la .

La ideo logía del est i l o se enseña tanto en l a escuela como fuera de e l la , pero durante un buen t iempo -una dé­cada a l menos- subsisti rá en la escu e l a la enseñanza forma l de doctrinas menos hedon istas , e n contrad icción con CONS: por ejemplo en l as escuelas confesiona l es . Eso será un e lemento de inestab i l idad que se tratará de supe­rar por muchos métodos ; el más senci l lo , e l conoci m iento "en latado" -enseñanza por computadora , por c i rcuito cerrado de TV, etcétera-, fác i l mente centra l izab l e e in­c l uso importado para adecuarse mejor a la depe ndencia cu ltural aceptada .

Conten ido : es refl ejo de lo que se enseña en l os paí­ses l íderes . Se pone g ran énfasis en e l entrenam iento. Se hacen esfuerzos por l ograr l a adaptac ión del i nd ividuo al s i stema.

14 . Ocio recreativo. Aumenta mucho de importancia y se l e dedica atención especia l , pues el " qué hacer con el t iempo l i bre" se convierte en prob lema soc i a l serio.

S igue s iendo esenc ia lmente i nd ividua l , pero se co lec­tiviza a lgo para los grupos de bajos ingresos: tur ismo en grupos, c l uben depf.tivos de barr io .

D ifusión crecie�e. de d ivers iones pato l ógicas . · Entre los gastos de consumo, es e l que aumenta a

mayor ve locidad , sa lvo para los marg ina les. 15 . Ocio creativo. No estim u lado; l i m itado a l os gru­

pos a ltos y a ciertas actividades de desarrol lo comunal. Se fomenta en cambio un t ipo de creatividad. fác i l de .

comerc ia l izar, sobre todo la " expresión a rtística" i ndivi-

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dua l , que requ iere i nsumas aprec iab les y caros : p i nturas, i nstrumentos mus ica les . Más éxito -aunque menos pres­t ig io- tendrán probab lemente l os " hobbies" semicreati­vos : venta de componentes mecán icos o e l éctricos para armar.

1 6 . Imagen del mundo. La educación med ia ens.eña

una i magen más o menos rac iona l ista , l i bera l , i ndividua­l i sta, estática, con va lo res humanistas m uy genera les y un pos it ivismo i ngenuo.

La i magen predom i nante en l a sociedad, transmit ida por los medios de d ifus ión masiva, es típ icamente " un id i ­mens iona l " en e l sentido de Marcuse, y a l mismo tiempo confusa, i rrac iona l , hedoni sta , ah istór ica y fata l i sta, basa­da en l a competencia por l a segur idad y el prest ig io que dan los i ngresos a ltos .

Esta d icotom ía entre va lores dec larados y efectivos hará surg i r n umerosas m inorías con ideo logías y re l ig io­nes propias. La sa lvac ión y otros prob l emas espi ritua l es del "más a l l á" i ndiv idua l s iguen s iendo p reocupac ión esen­c ia l de una m inoría g rande , a la que este est i lo no da respuesta .

La pr inc ipa l creencia un i ficadora de esta sociedad es el va lor , neutra l i dad , pureza y un iversa l idad de la c ienc ia , Y sobre todo su poder , actual y potencia l . Se toma como a rquetipo la c ienc ia fís ica .

Se hacen grandes esfuerzos por d i fund i r l a creencia en que e l s istema soc ia l ya es satisfactor io en lo esenc ia l y só lo requ iere reformas y correcc iones menores.

'

1 7. Satisfacción en el trabajo. Mejorarán las condi ­c iones mater ia les del trabajo en las empresas g randes Y medianas : guarderías , mús ica funciona l , h ig iene y se­gur idad . Pero al cons iderarse al trabajo sólo como un me­d i o de ganar d i nero, no d ism inu i rá la a l ienación actua l de los trabajadores y produc i rá i nsatisfacc ión aun entre los que ganan buenos salar ios .

Esto es una probable fuente de confl i ctos socia les que los grupos dominantes tratarán de contro lar a travé� de los s i nd icatos, otorgando mejoras sa lar ia les , aumen­tando l as expectativas y neces idades sentidas mediante el "efecto demostrac ión" y haciendo notar cuánto peor están los marg ina les .

1 84

1 t 1 ¡

1 8 . Participación e n decisiones. N o habrá p articipa­ción popu lar verdadera en n i ng u na dec is ión de i mportanc i a para e l país . La partic ipación será cana l izada a los pro­b lemas comuna les, loca les , tanto para satisfacer en a lgún g rado esta necesidad como para lograr mano de obra wa­t is para reso lver d ichos prob l emas y, sobre todo, pa.ra descargar la responsabi l idad de resolver los sobre los mis­mos que l os sufren .

Probablemente habrá democracia forma l , l i mitada a e leg i r entre partidos compromet idos a

.. d.efender e l s iste�?

y contro lados desde arr iba; esto es, l i be rtad de oferta . El método más frecuente será e l voto secreto para

e leg i r entre a lternativas presentadas por dichos partido� . Los grupos soc ia les dominantes son los duenos y d i­

rectores de empresas , a l tos funcionar ios púb l i cos Y sus a l iados m i l i tares y po l íticos . Los d ir igentes s i nd i cales Y en parte l a "ar istocracia obrera" part ic iparán e n a lgo de ese poder . . . . . ,

Los pequeños empresar ios y rentistas d iS tn lll U J ran en número y en partic i pación rea l .

1 9 . Autonomía o dependencia. Autonomía pol ít ica formal , sometida a presiones externas i mportantes Y en general exitosas. .

A l i ento a l as i nversiones extranjeras y rec urso a fi-nanciación i nternac iona l como i nstrum entos favoritos d e po l ít ica (pauta bras i leña de desarro l l o p o r aporte extran­jero). Pérdida casi tota l de autonomía en las dec isiones económicas. Penetrac ión tota l del mercado por marcas extranjeras , por importación o p roducc ión en el país . Pol í­t ica de "amp l iación de mercados" por i nteg rac i ó n reg i o­na l y tratados de l i bre comercio que favorecen a las grandes corporaciones mu lti nac ionales .

Muy escasa autonomía tecnológica y cultura l (salvo vía fo l klor ismo) . E l país está tota lmente integrado a l a c ivi l i zación b l anca y forma parte d e un b l oque de naciones "occidenta les" en e l cual es satél ite, a u n reg iona lmente . Se acepta l a hegemonía bras i l eña en e l · subcontinente a cambio de ayuda externa para elevar l a tasa de creci ­m iento de l producto .

Esta po l ít ica exter ior , más las metas de producción y tecnología, hacen suponer que las exportac iones serán

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de tipo fam i l i a r y conocido en e l mercado mundi a l , s i n ventajas de orig i na l idad , de modo que só lo puede confiar­se en bajos precios para competi r con a lguna ventaja . Como esto es d i f íc i l en las cond ic iones soc ia les i nternas descriptas . es probab le que las exportaciortes s igan s iendo de tipo trad ic iona l en su mayor parte , con todas las im­p l icaciones socia l es y po l íticas que e l l o t iene .

20 . Propiedad personal. E l s i stema económico es un cap ita l ismo corporac ion ista , neo l ibera l . Por !o tanto da amp l ias garantías a l a propiedad i ndividua l , que inc luye l a de med ios de producción .

Es s i n embargo estatizante , en el sentido que los grandes servicios Je i nfraestructura -de rentab i l idad du­dosa- y a lgunas ramas de producc ión básica que requle­ren cap ita l es a ltos , pueden quedar a cargo del Estado.

En particu l a r es i mportante e l derecho a la propiedad persona l y a la herencia de d inero, b i enes durab les y vi­v ienda , en todos los grupos socia les . Se es dueño de todo lo que se pudo comprar.

2 1 . Política regional. Algunos intentos cl i r ig istas sin mayor s ign if icac ión . En genera l poco cambio, S8 1vo por motivos coyunturales imprevi s ib les .

Cada reg ión l uchará por su propio desarro l l o . D ismi­nu i rán las m ig raciones i nternas por fa lta de atractivo de las pos ib les metas y a lgún efecto estab i l i zador de l a po­l ít ica comunitarista ruraL En a lgunas reg iones se rea l i ­zará a lgún t ipo l im i tado de re forma agrar ia , con propie­dad i ndividua l ele 1 8 t ierra .

Poco federa l ismo práctico. 22. Libertad para cambiar de estilo. El esti lo COf\JS

no es exp l ícito, sa lvo de una manera mt,1y genera l ; no so lo puede l lamar un Proyecto f\Jaciona l . No estimu la por lo tanto l a crítica ni l a apar ic ión de 8 1ternativas , sa lvo entre m inorías i nte l ectua l es . Como hemos d icho , defiende l a tes i s de que l a sociedad ya es tan satisfactoria como la "natura leza hum8na" lo permite , y só lo requ i ere a lgunas reformas .

Tampoco se propone exp l ícitamente l egar c iertos re­cursos a las generaciones futuras, por el contrar io , pode­mos creer que no se tomarán medidas importantes para preserv8r recursos natur8 1es . En cambio , tanto l a insta la-

1 86

, ,

c1on de cap ita l como l a formación de r®cursos h.�man�s crecerán a i gua l o mayor r itmo que l a producc 10n , sm i nterrumpirse.

La satisfacción de las pr inc ipa les necesidades mate-r ia l es para todos los i ntegrados a l s istem a (e� dec i r , sal�o l os marg ina les , y eso supon iendo que e l esti lo fue:a. V Ia­b le ) , l a ex istencia de metas de consumo opulento V IS ib les y a lcanzab les por los más emprendedores, e l uso de drogas y otros métodos escap ist�s , y e l ! �vado de c.ere?�o cotid iano a través de los med iOS mas 1vos de d 1 fusiOn d i f icu ltan enormemente l a apar i c ión de m ovimientos rea l · mente i nconformistas popu lares o extend idos.

S i aparecieran , serían rápidamente · supri m idos con med idas "san itar ias" .

E l i nco�form ismo se instituciona l i za a través de a l .. gunos movi m ientos pol íticos seudo-opos i tores a � s is.tema , que dan desahogo a los senti m ientos de rebe ld 1 a s 1 11 po-ner lo en pe l ig ro .

2 3 . Resolución de conflictos sociales. E l s i stema se i rá haciendo cada vez más autoritario y rígido, sa lvo para cuestiones de distri bución del i ngreso entre l os grupos i ntegrados, dom�nantes o no, donde habrá cierta l ibertad de man iobra .

Los conf l i ctos socia les promovidos por los margi na-les serán repri midos por la v io lencia . Los que t:ngan su or igen en trabajadores s ind ica l i zados se trataran en l o pos ib le po r negociac ión . . .

Juríd icamente se otorgan amp l ios poderes a l EjecutiVO . 24. Población. Para l a Argentina, e l esti l o COf\JS no

adopta n i nguna pol ít ica exp l íc i ta · con respe?to a l tamaño y densidad ele la pob l ación , pero se perm1t.en . t?dos lo� métodos de contro l ele nata l idad , por e l pnnc 1 p 1 o de l i­bertad de oferta.

Probab lemente se verá ob l i gada a aceptar i m portan-tes i nmigraciones por p res ión de países vecinos con pro· b lemas de exceso de pob l ac ión marg ina l .

[\Jo habrá tampoco pol ít ica defin ida e n cuanto a es­tructura por edad. La p i rámide se i rá hac iendo cada

,v.ez

más pesada en l a punta , por i nf luenc i a de una �ol it 1ca san itar ia que prolonga mucho la esperanza de v1d� . de qu ienes l l eg: :m a l ¡¡¡ edad de ganar d inero , y tienen ex1to .

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�on respecto a l a mov i l idad social e i nterreg iona l , no habra trabas formales , pero resu l tará cada vez más d ifíc i l . l a segurida� q u e d a la afi l iac ión a un s i nd icato hará que pocos trabaJadores busquen otros horizontes, donde co­rren el r iesgo de marg inarse.

25 . Estructura institucional. A n ivel de las un idades productiva�

.se adverti rá g ran preponderancia de empresas

. grandes, fl f �a les de los g igantes mult inacionales, y que por razones de mercado producen para var ios países de la zona en conjunto .

. . La_s empres�s me.d ia_s_

y pequeñas, de vida azarosa por d �f1cu ltades de fJ �ancJacJon , se van conv i rt iendo en apén­d ice� . de

,l .as mas g randes, sumin istrándoles partes y

ser�JC Jos a 1versos y adaptando su producción a las ne­ces �d�?es de e l las , hasta perder toda i ndependencia de dec 1s 1on . Muchas �uscarán sa l ida en e l cooperativ ismo, sobre todo en med1os rura les, a través de una déb i l re­forma agrar ia .

La part ic ipación del Estado en la producc ión no es d�sp¡·ec iab le , co

.mo creador de economías externas para

d 1 chas corporaciones y proveedor de serv ic ios soc ia les para los grupos de menores ing ¡·esos .

A lgunas empresas grandes adoptarán e l s istema feu­dal "a la japonesa" : dar gran estab i l idad a sus empleados Y a sus fam i l ias (herencia de empleos) a cambio de l ea l ­tad a la empresa y conformismo.

Trabajan a gran capac idad ociosa y son poco flex i b les para .cambiar sus l íneas de producción . Hay c ierta ten­dencia a la automatizac ión tota l .

Las i n stituciones d e n ive l 2 (véase capítulo 1 1 1 ) serán m u�,

b.�

rocráticas e i nefic ientes, a pesar de su " moderni­zaclün . por compra de computadoras y otros equipos de tratamiento de datos . E l paso de la verba l ización a l a im­P!ementa_c ión les resu ltará muy largo. Las pr inc ipa les s.1 guen s 1endo las c lás icas del sector púb l ico adm in i stra­tivo Y las f inancieras. No s i rven para coord i nar la pro­ducc ión .

Las i nsti tuc iones de n ivel 3 de mayor peso serán las fuerzas armadas, c iertas embajadas, y las centra l es de empresar ios y trabajadores, d i rectamente o a través de part idos po l ít icos.

1 88

Habrá mucha act iv idad forma l de p l a n ificac ión , a la manera propuesta por los organ ismos internacionales, pero sin n i nguna autor idad efectiva. . Como s istema, las instituciones t ienen una organiza­c ión débi l , pero con subs istemas de gran interdependen­c ia . Ejemplo : industria automotriz , sus proveedores , agen­c ias de ventas, s i nd icatos obreros .

Estilo A UTti

Citamos textualmente nuestra pr imera descri pc ión l i­terar ia de este esti lo (ver [3 ] , donde l a acompaña una descr ipción numérica en térm inos de las var iables del mo­delo matemático) . " Los valores pr inc ipa l es son l a autori­dad y e l orden para e l manten i m iento (con c ierta dosis de modern ización) de l a sociedad trad ic ional . Se desea una nación fuerte, pero el rea l ismo ob l i ga a aceptar e l l ide razgo y padr i nazgo de uno de los g randes b l oques mund ia les . T iene que mantener pues un precar io equ i l i ­br io entre trad i ciona l ismo y modernismo. "

Aparentará u n naciona l ismo verba l , pero favorecerá las i nvers iones extranjeras. Creará fuerza m i l itar para segur idad i nterna, p rest ig io reg iona l y cooperac ión poten­c ia l con su metrópo l i , lo que aumenta su va lo r a los ojos de ésta .

"Su cu ltu ra es una mezcla de va lores trad ic iona les y segu id ismo. No fomenta mucho la educac ión y la va trans­f i r iendo a manos pr ivadas."

Aumenta su dependencia tecnológ ica por su retraso i ntelectua l , pero es capaz de restr ing i r sus importac iones porque no as igna a l to valor a l consumo masivo d iversif i ­cado. (Sa lvo para una m inoría m uy pequeña .)

"Creará i nfraestructura estratég ica (comun icac iones) e i ndustr ia pesada, aunque sea con cap i ta l extranjero."

" La productivi dad del trabajo aumenta l entamente. Los sa lar ios a r itmo a lgo menor."

" Las exportaciones aumentan poco, p ues no son com­pet iti vas en n i ngún sentido. Hay fuga de capita l es . "

" Existe una po l ít ica de crec i m iento de poblac ión , pero con poca efic iencia san itaria . "

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" Proceso de urbanización l ento: trabas a l a m igración rural-urbana ."

" Gran aparato burocrático y de segur idad ( interna y externa ) , p ropic iados por pres ión de l desempleo. Poca partic i pac ión de l Estado en l a producción , sa lvo en l a i n­dustria pesada y m i l itar . Pol íti ca i mpositiva regresiva."

"En el crec im iento de l producto e l factor más d i ná­m ico es el gobierno. Luego la construcción . I nd ustr ia y servic ios mantienen su par,t ic ipac ión y e l agro la d ismi· nuye a lgo ."

" Favorece ' l a creac ión de b loques reg iona les bajo su d i recc ión ."

Esta descri pción se i nsp i ró en l a i magen de una Ar­gentina b ras i l eñ i zada, tal como se la podía suponer en 1 968.

Podemos agregar que este esti lo tiene pos i b i l idades de absorber buena parte de la marg i na l idad, a costa de d isminu i r los i ngresos de obreros y emp leados. Todo e l grupo d e bajos ingresos s e hace pues más homogéneo, y aumenta l a d iferenc i a de su n ive l de v ida con e l de los grupos de ingresos a ltos y medios.

Se resue lven los problemas más graves de a l imenta­c ión y vivienda a n ive l s im i lar a l de l esti l o CONS para marg ina les .

G loba lmente, e l aumento de l n ive l de v ida mater ia l para los grupos a l tos es s im i l a r -en cantidad y conte­n ido-- al de CONS. El de los g ru pos medios, menor que el de CONS, y menos d ive rs ificado . E l de l os grupos ba­jos, a lgo mayor que e l de los marg ina les en CONS.

Los grupos dominantes son l os m i l itares a l i ados a las empresas extranjeras y l as grandes empresas nacionales (cas i todas de capital m ixto) . Contro lan a los s ind icatos y no dan casi n i ngún t ipo de partic ipac ión a los g rupos bajos ; ún ica excepc ión : desarro l l o comunitar io muy loca­l izado.

Las caracter ísticas de l i bertad ind ividua l , seguridad, sol idar idad y educación serían s im i l ares a l as del fasc ismo musso l i n i sta, con a lgo menos de pop u l i smo .

Este esti l o puede ser fís icamente v iab le m ientras l as i nvers iones extranjeras permanezcan en e l país. Más dudosa es su viab i l idad po l ít ica.

1 90

Estilo H I P

L o defi n i mos corno u n a sociedad basada e il l a sol ida·

r idad i nterpersonal -e l amor-, el rechazo al consum ismo

y la búsqueda de la " rea l izac ión persona l " por c�m.inos

prefer ib lemente no rac ionales s i no emot ivos , m 1st1cos,

que h i perexc iten la sens ib i l idad . , . Se busca l a creativi dad por eL lado a rt1st1CO Y arte­

s<ma l , pero l a de más prest ig io es una crea�iv idad . i �­

comun icab le , i nterna, a lcanzada en general con auxi l i O

de drogas y otras técn i cas , especi ales. , La actividad productiva es pr inc ipa lmente agncola Y

artesana l , pero el consumo es mucho más div�rs if icado

-por ejemp lo , las mismas drogas-, lo cua l reqU ie re f�er­

tes i mportaciones. Lo ún ico exportabl e e s l a. artesa11 1a. Y a lgo de servic ios o "software" -como lecciOnes a dis­

cípu los extranjeros--, de modo que el pode r de com p ra .e$

i nsuf ic i ente . No habría pues vi ab i l idad físi ca sa lvo grandes trans-

ferencias desde el exterior . Esto puede ocurri r cuando

esta soc iedad es de tamaño muy l imitado -"tri bus" de

no más de 1 0 .000 personas corno orden d e magnitud- Y recibe constantemente regalos d e sus am igos y par ientes

que viven en otro s istema soc ia l capaz de produc i r lo que

o H I P le fa lta . ·

Así pueden sati sfacerse l as necesidade� materi�le.s

de esta soc iedad (se i mportan i nc l uso los cu 1dados medi­

cas ; ver una s ituación análoga en el Apéndice de este

vol u men) y por supuesto l as cu l tu rales. No parecen resue ltos en cambio los prob l e m.as �e

segú ridad , espi r itual o fís ica . Contri buye a eso l a mexls­

tenc ia de un núc l eo soc ia l bás ico que reemplace a la fa­

m i l i a s i n extenderse a l a tribu entera . Serán víctimas fác i l es de grupos v io lentos , i nternos

o externos.

Estilo LUNA

Se trata de un esti lo de v ida adecuado a una colonia i nsta lada en ia Luna o Marte, y cuyo p r i ncipal o bj etivo,

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hasta e l horizonte de 30 años, es aprender a sobreviv ir en un medio tota lmente hosti l con la mín ima ayuda posi­ble desde l a Tierra.

Como faltan a l l í i n i ci a lmente los recursos natura les más importantes -ai re , agua, a l imentos s i lvestres-, e l los deben ser reemplazados por una capac idad i nsta lada de producción i n ic ia l -y "stocks "- que perm ita transformar e l medio ambiente. Esto s ign i fi ca muchas máquinas y m uchos conoc im ientos espec ia l izados por parte de l a poblac ión .

Es l a situación d iametra lmente opuesta a l esti l o H IP , pero a l comienzo se parece a éste en su dependencia económica : sin ayuda terrestre para i nsta lar esa capacidad i n ic ia l , e l p royecto es evidentemente i nv iab le . Sin em­ba¡·go , e l objetivo expl ícito y v iab le es independ izarse a corto p lazo de esa ayuda externa.

Esto exige una organ ización socia l y productiva efi­c ientemente p laneada por anti ci pado, y probablemente r íg ida durante varias décadas , hasta haber vencido e l problema de l a supervivencia .

Hasta c ierto punto los prob lemas socia les son aná lo­gos a los que encontraron todas las emigraciones coloni­zadoras de l a antigüedad que se i nsta la ron en un medio hosti l , só lo que aquí e l equi l ibr io es mucho más de l icado y por lo tanto la sol ida ridad soc ia l , la lea ltad , e l cumpl i ­miento estricto de cada función asumen una importancia nunca vista en l a h i storia .

L a viabi l i dad fís ica de este esti lo parece segura s i e l capital i nsta lado i n ic ia lmente es sufic iente . Es pos ib le , en cambio, que l a sensación constante de i nseguridad fí­s ica pueda produc i r i nv iab i l idad soc ia l .

1 92

CAPITULO V

El estilo ��Creativo"

"Moderarse en el comer y dejarse ele exceder. "

Hinócrates (citado por César Bruto)

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Ca racterísticas generales

La pa labra "creativo" ha s ido muy manoseada por po­l íticos y agentes de pub l ic idad, pero no hemos encontrado otra mejor , y só lo tomaremos l a p recaución usual de reem­p lazar la por su abreviatura -CREA- al referi rnos al es­ti lo Creativo , para recordar que e l l a es sólo el resumen de la ser ie de característi cas que se descri ben en este ca­pítu lo , y que son las que defi nen su s ign i ficado.

Para evitar d iscusiones que queremos posterga r has­ta el capítu lo X (viabi l idad pol ít ica) y el XI I ( l a trans ic ión) . y poder concentrarnos en la defi n ic ión del esti lo , haremos só lo unas h i pótesis vagas y optim istas sobre su " naci· miento" . Consideraremos solamente e l caso en que el movimiento po l ítico que propugna este Proyecto Nacional h izo una buena campaña previa de prédica : preparó a de� cuadamente a unos 500 " cuadros" en los objetivos y espí­ritu de l estilo , y l legó a gobernar con un poder efectivo s imi l a r a l de Onganía en 1 966, o inc luso a l go menor.

Una de l as actividades inmediatas e i ncesantes de esos cuadros in icia les es mu lti p l i carse a velocidad a lta pero s in superfic ia l idad, para l o cua l también supondre­mos que se ha preparado con tiempo un método d idác­tico apropiado.

Sobre l a situación i nternaciona l aceptamos las mis­mas h i pótesis que al comienzo del capítu l o anter ior : no hay guerras , y el predom in io norteamericano sobre este subcontinente prosigue, pero debil itándose . No hay tam­poco i nvenciones mi lagrosas.

En este " marco h istórico" �en e l que por ahora no ahondarnos más- . pasamos a dar las características del esti lo según el método de l capítu lo 1 1 1 , de la mqnera más · preve pos ible , aunque extendiéndonos a veces en deta l les

•· no esenciales cuando nos pqrece úti l para evitar mal­entendidos.

En su descripción a .nivel pr incipista -'-"ver cuadro de pág . 1 72- ya sabemos que este esti l o aspira a una socieclad soli daria, creativa, soqi a l ista, naciona l ista .

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Sus criterios genera l es de ti po A , . . . , H (véase cap í­tu lo 1 1 1 ) son l os s igu ientes :

A - N ivel de consumo mater ia l . Los bienes y ser­vicios que hoy son pagos , serán c las ificados en " básicos" y "excedentarios" (suntuarios o s uperf luos por su función o refi namiento) . Es defin itorio que esta c l as ificación sea hecha con amp l i a part ic ipación popu lar y renovada cada 3 ó 4 años para perfeccionar la . El Estado garantizará la oferta y distribución efectiva de los productos bás icos , de modo que no hay que cometer demasiados errores en su e lección .

. , La pr imera vez , sobre todo, se hará una amp l ia d iscu­

s ron -que s i rve al mismo tiempo como instrumento edu­c�tiv

_o , movi l izador y organ izativo- sobre l os argumentos

tecn rcos , médicos, soc io lóg icos y económicos en pro y en contra de cada candidato a " básico" . La d iscus ión ana­l izará . por separado los d isti ntos grupos de edad y las necesrdades reg iona les específicas.

Se asegurará a toda la pob l ac ión un ci erto umbral o n ivel mín imo, de a l imentación , vestuar io , vivienda trans­porte , sa lud , educación y seguridad. Es conveniente acla­rar que en países más pobres que la Argentina -a l a que tomaremos como punto de referencia concreta e n e� te capítu l o- este umbra l puede s e r muy bajo (pero s rempre mayor que e l consumo de subsistenc ia actua l ele_ los grupos de menores ingresos ) . En l a Argentina po­dr ra ser , al comienzo, equ iva l ente a lo que una fami l i a d e 5 personas puede comprar hoy e n Buenos Aires con e l equiva lente de 200 dólares por mes.

Ya en la segunda década, e l umbra l asegurado podría por l o menos dupl icarse. D icho umbral puede ser de producción nacional en más del 95 % , en la Argenti na. No así en otros países de la reg ión , que requerir ían importa­ciones no despreciab les .

Habrá también , como s iempre, una producción " case­ra", fam i l iar , artesanal -huerta , repostería , costura , ayuda educativa , eban istería , reparac ión , decorac iones, etcéte­ra- que no va al mercado general pero puede dar origen a un .i ntercambio local l im itado , donde no d isti ngu i remos entre básico y excedentar io , y que en este esti lo es mi � rada más bien con buenos ojos.

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B - La d istribución efectiva se ataca desde el com ien­zo como un problema grande y también con ayuda de mo­v i l ización popu lar . Cuando e l cubr imiento de un g rupo soc ia l o reg iona l no puede ser comp leto desde el comien­zo -vivienda, matrícu la escolar, sa l ud- se h ace part ic ipar a l grupo en la as ignación de l as pr ioridades , s iempre con d ifus ión previa de los criterios considerados más razona­b les por e l Movimiento po l ítico que tiene e l poder.

Las d iferencias en e l consumo de bienes básicos entre los grupos soc ia les d isminuyen muy ráp idamente hasta anu larse prácticamente en una década. No as í con e l con­sumo excedentario y opu lento, más l ento de errad icar, pero que sufr i rá una campaña de desprest ig io constante a través de la educación y l a propaganda .

En particu lar , los g ru pos marg i na les desaparecen en menos de 5 años, i ntegrándose como trabajadores de in­gresos bajos, pero con un papel socia l def in ido. Esta es una de l as met'as de mayor costo en recursos humanos capacitados para l a "tecnolog ía socia l " . Se l leva a cabo por asignación de empl eo estab le con entrenamiento en empresa, reeducación y movi l izac ión po l ít ica constante a través de campañas de salud, vivienda, participac ión en las decisiones ya mencionadas sobre productos bás icos, y el uso i nte l i gente de l os medios de difus ión . La reedu­cación inc luye normas de convivencia , organ izac i ó n del núcleo soc ia l básico y estímu lo a toda c l ase de tareas creativas, inc l uso las c lásicas de l "desarrol l o comuni­tar io" .

La movi l i zación tem prana de l os marg ina les es una condic ión importante para l a viabi l idad de este esti l o y no puede dejarse l i brada a la improvi sación y a l entus iasmo; debe p lanearse con e l m ismo deta l l e y antic ipac ión que cua lqu ier campaña m i l itar.

Los grupos rura les se reorgan izan total mente en 1 5 años, mediante una Reforma Agraria que contemp la los aspectos soc ia l es con e l m ismo interés que los econó­n1lcos. En particu lar se term inará con la vivienda a i s l ada -sa lvo para trabajos estacionales- y cada caserío podrá recib i r servicios de t ipo urbano y acceso fáci l a l a s ciu­dades.

El grupo de l os pequeños ahorristas y rentistas -pro-

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p ietarios de terrenos, l oca l es y departamentos en a lqu i ­ler- no perderá n ive l de ingresos, pero s í su poder de dec is ión , empezando por los b ienes improductivos, como terrenos que mantienen desocupados esperando su valo­r ización. Se los compensará según su edad y otros i ngre­sos, con medios de poca l i qu idez: garantías de segur idad y servic ios soc ia les , bonos especia les , etcétera . Los gru­pos de a ltos i ngresos verán d ism inu i r ráp idamente su consumo excedentar io y en espec i a l todo l o que i nf luya sobre e l ba lance de pagos.

C - La d iversif icación y cambio de modelos se hacen d isminu i r notab lemente, Cada cambio y cada nuevo pro: dueto -sa lvo los caseros- debe ser autorizado, y para e l lo estud iado p reviamente en sus efectos d i rectos e i nd i ­rectos sobre l a economía , los hábitos de consumo y las pautas cu ltura l es en genera l .

U na manera d e hacer lo e s as ignar "años d e renova­c ión" para cada rama i ndustri a l : las modificaciones de p roductos só lo pueden rea l izarse cada tantos años -3 ó 4 para vestuar io , 6 ó 7 para b ienes durab les , por ejemplo .

D - M uy escaso conten ido superf luo en los productos . Desaparece l a pub l i cidad comerc ia l y es reemplazada

por un anál is is púb l ico de cada producto , sus caracterís­t icas y defectos, maneras de mejorar lo y usarlo correcta­mente, exp l icación de sus costos rea l es y su papel en l a economía . S i e l i ngen io q u e actua lmqmte s e ded ica a ven­der cua lqu ier cosa se pone al servic io de este p roceso educativo -lo cua l requ ie t·e un cambio de menta l idad pub l ic itar ia nada triv ia l- puede i n i cia rse una toma de con­c iencia de los problemas rea l es por parte de l pueblo que d i fíc i lmente pueda l uego vo lver atrás.

E - Al mismo tiempo se esti mu la l a crítica a l a forma actua l de satisfacer todo t ipo de necesidades y la búsque­da de nuevas sol uciones, conceptuales y técn icas, sobre todo para prob lemas de t ipo organ izativo . Estas i nnova­c iones, dest inadas a remediar i nsuf ic iencias cual itativas se i ntroducen s i n apresu ramiento y p revio estud io de con� veni encia y pr ioridades, como se d i jo .

En genera l se buscará mayor innovac ión en l a tecno­log ía soC ia l que en la fís ica . Así l as I nstituc iones estarán

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en reorganización permanente durante l argo tiempo , hasta lograr su funcionamiento satisfactorio.

F - En términos general es, el énfas i s debe pasar del fa l so i nd iv idua l ismo actua l -que es en rea l i dad sobre todo a is lam iento y a l i enac ión- a un colectivismo equ i l i brado, extens ión de la actitud que se supone re i n a en una fam i l i a un ida .

Como esto se presta a exagerac iones cuyo costo soc ia l puede ser muy a lto, es preciso p roceder paso a paso, s iempre con carácter de ensayo, s i empre haciendo experiencias p i loto previas, y s iempre buscando l a máxi­ma partic ipación popu l a r pos ib le cada vez que se d iscute la co lectivi zac ión d� b ienes y servic ios específicos .

I remos dando ejemp los a l ocuparnos de cada neces i­dad por separado.

E l criter io guía es la h ipótesis de que las m ejores cua l idades i nd ividuales son estimuladas por la comunica­c ión estrecha con otras personas , la cooperación so l idar ia , e l trabajo en equipo; pero que eso no e l i m i na l a necesidad de tener tamb ién vida pr ivada.

G - Se estimula sin exageraciones la terminac ión de b ienes y serv ic ios por cuenta del usuar io , en su t iempo l i bre, tanto recreativo como creativo. Al pr inc i p i o esto puede ser i nc l uso ind ispensab le para aumentar con su­f ic iente ve loc idad la producción de artícu los de consumo bás ico , pero nunca debe l legar a convert i rse en una ex­tens ión de l a jornada de trabajo .

A este n ivel habrá i ntercambios entre vec i nos de d iferentes hab i l idades artesana les y artísticas, y partici­pac ión de todos los miembros de la fami l i a o núcleo socia l .

H -- En cuanto a l a f i nanciac ión de l consumo, e l esti lo CREA tiene po l íticas d iferentes para l os productos bási­cos y los excedentar ios .

Los b ienes declarados básicos serán todos de d istr i­bución gratu ita antes de dos décadas --con tarjetas de rac ionamiento o umbra l , m ientras no sean muy abundan­tes-. Durante la pr imera década, un i mportante i nstru­mento de po l ít ica será declarar gratu itos 3 ó 4 b ienes o servic ios bás icos por mes. Para el resto de los básicos se s igue una pol·ítica de prec ios tota l mente r íg ida : se darán todos los subsid ios necesar ios --o se importará l o

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necesario- para que sus prec ios no cambien n i haya escasez.

Los productos básicos pasan a ser responsabi 1 idad del Estado , como la defensa o la educación . Su escasez o ma la d istr ibuc ión se considera un costo soc ia l i nsopor­tabl e . Esto s ign if ica una aprec iab le tarea reo rgan izativa, pero su viab i l idad fís ica no es utóp ica : basta recordar que 200 dó lares mensuales por fam i l ia es menos de l a m itad de l PB I a rgentino , y actua lmente e l consumo tota l de las fam i l ias es mayor que eso, só lo que d istr ibu ido desigual ­mente y con demasiados componentes suntuarios.

Para e l consumo excedentar io l os criterios pueden ser f lexib l es y adaptados al p roducto. M ientras se use e l d i nero , sus precios pueden aumentar todo lo necesar io para compensar los subs id ios y otras med idas f i nancieras de l gobierno. Habrá pues i nf lac ión , pero donde só lo due le a m inorías de a ltos i ngresos . M uchos de estos b ienes i rán pasando a l a categoría de bás icos y otros desapa­recerán .

E l uso de d inero anón imo , en b i l l etes , se i rá re­duciendo, y l i m itándose a transacciones pequeñas y no rutinar ias . E l 90 % de las compras persona les se hará presentando e l documento de i dentidad, con "c lear ing" mensua l o qu i ncenal (o i nstantáneo para a lgunas transac .. c iones g randes) . Para e l lo cada c i udadano tendrá una ún ica c uenta bancar ia , cuyo haber se formará automáticamente con los i ngresos proven ientes de l trabajo , y que rec i be constantemente i nformac ión sobre gastos .

Un s i stema así para toda l a pob lac ión urbana argen­tina puede ponerse en funcionamiento en menos de 5 a ños, s i l a industria e lectrón ica se reorgan iza con sufi­c iente ve locidad (esta i ndustr ia no requ iere i nversiones muy grandes s i no p lan if icación y coord i nac ión) . Comienza por supuesto por l a estatizac ión i nmediata de todos tos bancos y demás i nstituc iones f i nancieras, y su unif ica­c ión en un so lo s i stema, no muy centra l izado.

Los medios de pago dejan pues de ser mercancías ; no pueden acumu larse ; l a tasa de i nterés desaparece. E l c réd ito sólo podría ser necesario para consumo exceden· tar io caro, y por lo tanto no es i nd ispensab le .

Las nuevas i nvers iones son cas i todas púb l icas, de

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�!

modo que e l créd ito i nterno es automát ico : está e n rigor reemp lazado por la p l an ificac ión . Para l as pocas empre­sas privadas nuevas de l período de trans ic ión, el interés estará reemplazado por normas sobre funcionamiento y márgenes de ganancia.

Las metas específicas. Segui remos e l orden d ado en la Tes is 2 , aunque ta l vez sería preferi b l e para a lgunos l ectores comenzar por 1 6 : I magen del m u ndo. D escr ib i re­mos aquí las metas de mediano y l argo p l azo, dej ando las de corto p l azo para e l capítu lo XI I -" La transici ón"-, sal­vo a lgunas acotac iones rea l izadas al pasar. Repetimos que esta no es una propuesta completa , y las m uchas lagunas que muestra son consecuencias natura l es de las l i m itaciones de l autor ; sólo se aspira a mostrar el uso de un esquema i ntegrador, que otros pueden completar y correg i r.

1 . Alimento: medidas ráp idas para e l im i nar d esnutri­c ión de todo t ipo, especia lmente i nfanti l . En los p r imeros 5 años , el n ivel de a l i mentac ión de los g rupos marg inales y bajos sube al dob le . A 20 años, toda la pob lac ión con­sume tanto a l i mento como los g rupos a ltos hoy, con me· nos d ivers i dad (pocos artícu los suntuar ios) pero cump l ien­do con todos l os requ is i tos nutri tivos, méd icos y b roma­to lóg icos.

Se ha d i cho ya cómo hacer la l ista de a l imentos bás i ­cos , ga t·antizados, y cuá l es su d i stri bució n . Su producción no puecfe estatizarse de inmed iato por l a gran cantidad de empresas pequeñas que partic i pan . Se socia l i zarán l as mayores y se i rén i nsta lando nuevas fábr icas e statales grandes, b ien d i stri bu idas reg iona l mente .

Vestuario : po l ít ica análoga . 2 . Vivienda: desapar ic ión de l défic i t de l os g rupos

margi na les y bajos en 4 años con vivienda precar i a , y en 1 5 años con t ipo bueno, de 20 años més de v ida media (para entonces se espera una revo luc ión tota l en ar­qu itectura ) , con servic ios comp l etos, sem iterm inada , con u rban ización preparada para comp letar com unalmente.

Comunidades rura les en asentamientos de reforma agrar ia , con servic ios completos .

Desde e l comienzo, l as nuevas viviendas estarán adap� tadas a l t ipo de núc leo soc ia l básico deseado ,.,..,.de 20 a

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40 fam i l ias , ver 8-, sea como b loque de departamentos subdividido por núc leos, o como conjunto de casas cerca­nas (especia lmente en zonas rura l es ) , de modo de compar­t i r e l máximo número de servicios y responsab i l i zarse de su manten im iento o contro l .

Servicios comunes : agua, luz , gas , te l éfono, e l im ina­c ión de res iduos (por métodos que no los desperd ic ien ni contaminen el ambiente). b ib l ioteca , guardería i nfanti l , sa la y parque de entreten im ientos , l avandería , un idad sa­n itaria mín ima , a lmacenaje de b ienes perecederos esen­c ia les , sala de reuniones, etcétera .

A part ir de l a segunda década : acceso a l a i nforma­c ión centra l , a i re acond ic ionado, cocina y comedor comu­nes, huéspedes, etcétera , Estos servicios comunes no se mult ip l ican i ndefi n idamente, pues no se trata de crear i s las i ncomun icadas con e l resto de la sociedad, s i no sólo de colectivizar tareas que se hacen usualmente en a is la­m iento aun mayor.

Estas viviendas básicas son de uso g ratu ito , a costa de l excedente de ingresos de los grupos a ltos , que a lcanza y sobra para e l l o . E l mecan ismo exacto de redistribución f inanciera depende de l poder po l ítico que se tenga in i ­c ia lmente . Hay muchas pos ib i l idades.

Se constru i rán pocas viviendas de tipo intermedio y a l to en l a pr imera década ; en este n ivel se usarán las ya existentes, con a l gunos gastos de remodel ac ión . A par­tir de l a segunda década los arqu itectos tendrá p lena l ibertad para crear viviendas popu lares prestando atencíón a cuestiones no esenc ia les .

Se decl ara ptJb l ica toda la tierra urbana desde e l co­m ienzo . Se diseñan barrios res idencia les -de vivienda básica- junto a parques industria l es y centros admin is­trativos.

Se agrupan l as empresas constructoras pequeñas pafa poder encat·ar en común obras grandes. Se est imu la el desarro l lo de técn icas de prefabricación e i nsta l ac ión , nue­vos materia les y d iseño.

3 . Otros bienes durables : producción en crecim iento l ento y amp l i a reorganización durante la pr imera década . Se toman de i nmediato medidas para evitar l a i ntroducción de nuey()§ .blenes o nuevos rnode!os desde e l exterior:

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esto se hace e l im i nando exageraciones de l efecto demos­tración y usando la pub l icidad en sentido i nverso a l actua l . La educac ión hará comprender que se p uede v iv i r muy cómodamente s in TV en colores, n i ascensores con memoria e lectrónica, y que esos pequeñísimos sacrificios son e l costo de poder e levar e l n ivel de vida de la ma­yoría .

La d iversificación de mode los aptos para el m ismo f in (tamaños, term inac ión , "d iseño" , deta l l es de funciona­m iento) dejará de hacerse en fábricas. Se estim ulará a los usuarios que dan i mportancia a este t ipo de cuestiones a que partic ipen e ll os mismos en l a terminación , armado y modificaciones ,de d iseño, en sus horas de oc io . Se obtendrá así una d iversidad más personal y una gran d isminución de costos por s imp l if icación de la producción y economías de esca l a .

En a lgunos casos puede ser necesario un cambio drástico de modelos y tecno logías antes de esta b i l i zar l a producción . E l caso más típ ico es e l automóv i l , cuyo d iseño actua l es tota l mente i rracional e n un esti l o como e l CREA. Puede ser conveniente volver a un mode lo más antiguo -como la Estanciera I KA , depurada de a l gunos defectos- cuyo motor senci l l o permita l a reparación sem i­artesana l , no exija naftas especia les , que a su vez requie­ren costosas tecnologías para ser producidas en el país , sea uti l itar io , no exija caminos perfectos , como l os autos de carrocería baja, y se produzca con una tecnología que ya se conoce b ien y puede mejorarse en el pa ís .

4. Salud: dicho en forma más genera l , e l objetivo es mantener sana a l a poblac ión y, por lo tanto, "más va le preven i r que curar" . Si bien en e l acto de la aten­c ión médica personal s igue va l iendo que "no exi sten en­fermedades s i no enfermos" , para e l p l anteo de po l íticas san itarias el punto de vista es exactamente opuesto , y se rechaza la idea de basar la en el enfermo-c l iente que vie­ne al mercado sanitario a adqu i r i r un servic io . La pre­vención ocupará más recursos que la curación .

Se trata de l mismo tipo de a l ternativa que l a de per­segui r a los cr imina l es versus e l im inar l as cond ic iones soc ia l es que faci l itan su aparic ión , y en e ste est i lo ambos p roblemas se atacan de la m isma manera .

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Por lo tanto , los ind icadores de l estado san itario de l país no serán so lamente e l grado en que l a oferta satis­face a la demanda de atención médica , o los índ ices de i nsati sfacción de l os enfermos y sus parientes. Mucho mayor importanc ia tendrán los ind icadores d i rectos : nú� mero o tasa de muertes y de enfermos-días graves en cada grupo soc ia l y de edad .

E l objetivo ideal a l que debe tenderse en e l muy l ejano p lazo es en cambio mucho más " i ndiv idual ista" :

" Defi n i r un estado fís ico y mental ópt imo para cada edad y hacer que cada persona se aparte de él lo menos pos ib le . "

Este objetivo puede ser muy ambic ioso, pero sugie­re a lgunas med idas inmed iatas para acercarse a é l de manera s ign ificativa : educación sanitaria , control conti nuo, nuevas pr ioridades para l a i nvestigación médica.

Para las dos primeras décadas , l as metas pueden sin­tetizarse así :

a) E l im i nar las endemias . D isminu i r l a frecuencia de aparición de l as enfermedades y defic iencias fís icas y menta les más comunes hasta el mín imo pos ib i l i tado por los conoc imientos c ientíficos . Dism inu i r l a probab i l idad de apar ic ión de ep ide­mias conocidas o nuevas .

b) D isminu i r la probabi l idad ele muerte en cada t ipo de enfermedad, comenzando por las que más muertes causan hoy entre las personas activas y los n i ños .

e ) Disminu i r e l t iempo d e incapacitación por enfer­medad y las molestias más g raves.

d) Rehab i l itación ópt ima una vez pasado e l período agudo.

Este orden da la pr ior idad. Recordemos que cada me­ta se da por separado para cada grupo soc ia l y de edad. Así, en l a Argenti na uno de l os pr imeros objetivos es d is­m inu i r l a morta l idad infant i l en los g rupos de bajos ingre- 1 sos y e l i m inar c iertas endemias reg iona les , inc luso l a en• demia de psicos is de las c l ases medias de Buenos A i res , y Ja endem ia general de reducción de inte l igencia produ­cida por desnutr ic ión en la pr imera i nfancia .

204

. .. 1 ...

Instrumentos : Como toda soci edad p l anif icada , el es­t i l o CREA fac i l ita la ap l icación de grandes medidas pre­ventivas que requieren organización a escala g l oba l : nu­tr ic ión correcta desde la primera i nfanc i a , viv ienda sal u­bre descontaminación en todos sus aspectos, h i g i ene in­du�tri a l , prevención de accidentes, creación de un c l ima soc ia l que frena las neurosis y psicos is , y sobre todo tres instrumentos que esti mamos de importancia cruc ia l :

-Educación sanitar ia . A través de l a escue l a y de l a enseñanza asisternÉltica ,' cAda persona debe apren­der a cu idar su propia sa l ud y la de los demás. Las pos ib i l idades de este instrumento parecen ser enor­mes s i se organ iza de manera práctica y no pura­mente formal .

-Control sanitario conti nuo : aná l i s i s quím i cos y fí­s icos senc i l los , fáci lmente automatizados o rea l i ­zados por estud iantes y auxi l iares médicos , cues­tionarios sobre s íntomas c l aves e incluso examen c l ín ico sumario a interva los cortos . Cada persona tendría así una ficha c l ín ica cont inua , al d ía , que podría anal izarse por m étodos automáticos para au­mentar la probab i l idad de d iagnóstico preco� � de­tectar insufic iencias y anormal idades, y sena mva­luab le para la i nvestigación médica .

-Nac im iento en buenas condiciones : el control pre­nata l y la atención perfecta du rante el parto no sólo d isminu i rán la morta l idad, s i no -más impor­tante aún- disminu irán l a frecuencia de efectos no­civos sobre la capacidad menta l y f ís ica que muchas veces son luego irreversib les . Esto puede incl u i r ap l icaciones c la ras ele l a genética .

En cuanto a la atención médica mencionaremos sólo a lgunos aspectos : ,

D istri bución y f inanciac ión : antes de una d ecada l a ..... medic ina estará tota l mente socia l izada , e n e l s i gu iente

sent ido: , a) Será gratuita : Todo e l personal sanitar io será pu-

b l i co (sobre e l s istema de recompensas a este persona l , ver 25) y no podrá cobrar por sus serv ic ios al enfermo. L

_a

organ ización de este s istema abarcará a l 50 % d e los me­d icas en dos años, y a l a tota l idad en d iez .

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b) Los medicamentos bajo receta serán gratu itos. Habrá además una l ista de med icamentos básicos, de uso general y frecuente, gratu itos o a p recios muy subsid ia­dos. Esto se imp lementará antes de tres años .

e) La atención será acces ib le : Número suficiente y ubicación racionalmente d istribu ida por todas las regio-

-nes, de los centros de atención médica . Éstos formarán s istemas jerarqu izados, con un idades de pr imeros auxi­l ios m ín imas en toda comun idad rura l , y en la vivienda de todo núcleo socia l básico, además de instituciones in­termedias con personal numeroso. Los actua l es consulto­rios privados l l enarán esta función en los barrios no re­modelados.

. Los equipos e i nstrumentos más especial izados es­

taran en los centros mayores , con d istri bución reg iona l y red de_ transpor!e.s que permitan e l acceso rápido, cuando las un 1dades m 1 n 1 mas o las intermedias lo requ ieran .

_La organización de estos s istemas puede l levar hasta

5 ano� y s� hará por zonas, buscando por ensayo y error e l mejor metodo.

Métodos y organ izac ión . Los puntos pr incipales son: a ) Creación de categorías semimédicas con d iversos

grados. de entrenamiento y experienc ia , para rea l i ­

za r l as tareas que no están a l a lcance de los en­fermeros actua les , . pero que son rut inarias . Se agregarían al actua l persona l paraméd ico �bio­ana l i stas , k ines ió logos, anestes istas , etcétera­que tamb ién debe incrementarse,

bl Trabajo en equipo bien coord i nado. Parte i mpoH tante es e l acceso a l a i nformación -tanto a l a h istoria c l ín ica de l paciente como a l a experiencia mundia l pert inente- y su manejo cómodo ( inc luso d iagnóstico pre l i m i nar automático ) .

· . e) �as un i.dades s�;�n itarias rnín im(:ls estarían atendi-

das por semimédicos. · ·· · · d): La i nte;nación �n hospita les será m ín ima, pues · · cada nuc l eo soc ia l básico tehdrá su unidad san i'­

. taria y educación suficiente para l aatención de l. en� fermo una vez . superada l a fase más aguda . He?rgan i_zaci?.

n de l a enseñanz� profesional y de la 1nvest¡gac10n para adaptarse a estos .criterios.

Todo estudiante trabaja desde e l com ienzo como au­xi l iar en un equipo médico. En real idad �como s e expl i ­ca en e l párrafo sobre educación� en n i ngún m omento se produce una d iscontinu idad en sus estudios o en su trabajo : en aquél los va profundizando cada vez más y ac­tua l i zando sus conoc im ientos (educación continua ) , y en el trabajo va adqu ir iendo cada vez 'mayores responsabi­l idades.

La i nvest igación deberá aprovechar las fac i l i dades que le da esta socia l ización de l a med ic ina , y organ izarse en equipos que puedan usar a l a pob l ac ión entera para verifi car l eyes causa les .

5 . Transportes. Puramente colectivo en el centro de las c i udades , con amp l io estímu l o a la i ntroducc ión pau­lat ina de nuevos tipos de veh ícu los, veredas m óvi les y otros s istemas . S in embargo los prob lemas de congestión de tráfico urbano se atacarán a fondo mediante medidas más reorganizativas que materi a les : pau l at ina descentra l i ­zación de actividades , cambios e n las horas de entrada y sa l ida de l trabajo, y -más lentamente- optimización de

·· las d i stancias vivienda-trabajo-escuela. E l transporte para tur ismo y recreac ión se organ izará

en parte con vehículos fam i l iares en a lqu i l e r o as ignados a los núcl eos . soc ia les para usar por turno .

· El transporte de mercaderías se s i m p l ificará por l a menor d ivers idad de productos , descentra l ización del co­mercio y regu larizac ión de l a demanda , que perm i te cal­cu lar mejor los stocks y e l im ina los problemas de fi nan­ciación.

Comercio. E l Estado se hace cargo de las pr imeras etapas de la i ntermed iac ión en forma i nmediata : adquisi­c ión de cosechas y ganado; frigoríf icos, m ataderos y si los . Se est imulan l os merc.ados comunales cooperativos , y de compra y a l macenaje en común por cada núcleo . soc ia l ,

6 . Solidaridad, seguridad social . . Se estimu la l a solí" dmidad soc ia l ¡;¡mpl ia , raciona l , preventiva , en vez de l a caridad , tanto a n ivél coinuna l como nac ionaL Se des­prestig ia y se hace i nnecesaria la l ucha competit iva, tra- ··

. tandó de sustitu ir la por el espíritu de equ i po; Esté es un proceso lento, que se va afi rmando sólo a medida que _ la . . fam il i a l im itada se integra a un núcleo socia l más amplio

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con e l mismo grado de lea l tad y sol idaridad, pero con muchas más pos ib i l idades.

Seguridad tota l por vejez, fa l ta de trabajo y acciden� tes . Desde el pr imer d ía e l Estado se declara comprome­tido a asegurar a todos l os c i udadanos que nunca queda­rán desamparados y propondrá a d i scusión pC1b l ica -siem­pre con gran d ifusión p revia de ·los argumentos perti nen­tes- l as medidas i nmediatas a tomar y la partici pación activa de los interesados en su imp lementac ión y control .

No habrá seguridad con respecto a l os privi leg ios an­teriores . Sin embargo, durante l os pr imeros años deberá segu i rse una po l ít ica espec ia l para no desalentar a los pequeños empresarios , cuya producción es muy d ifíci l de reemplazar ráp idamente, y cuya estatización exigi ría re­cursos humanos inexistentes para rea l izarse s in conf l ic­tos graves. La estrategia de soc ia l i zación es aquí que e l Estado aparezca como i ntermed iar io : ún ico comprador -pero comprador seguro- de lo producido por esas em­presas, para poder así l l evar una po l ít ica de precios fle­x ib le y l i m itar l as ganancias ofreciendo a cambio seguri­dad . De todos _modos e l papel de estos pequeños empre­sarios i rá d isminuyendo rápidamente : pocos de sus hi jos querrán segu i r desempeñando esa función socia l , que no dará presti g io n i ventajas mater ia les apreciab les .

S igue habiendo c ierto contro l po l ic ia l por i nseguridad pol ít ica, pero con una po l icía renovada, y constantemente educada y contro l ada . S i no hay fuerza po l ítica para hacer esta renovación, que permita un control s i n abusos , nada parecido a un Estado pol ic ia l , el Proyecto no es viab le .

D isminuye poco a poco l a crim ina l idad, por i nnece­saria.

Aumenta la seguridad contra l a frustración y e l a is la­mento por mayor part ic ipación , y respaldo de l r. úcleo soc ia l amp l i o .

Seguridad espi ritua l : suficiente, po r tener una doctri na con objetivos exp l ícitos y en construcc ión común : el Prc·­yecto Naciona l .

7 . Información y comunicación. Propiedad púb l ica in­mediata de todos los medios centrífugos masivos : d iar i0s , revistas, TV, rad io , c ine . Para e l contenido a transmit ir , véase 13 , educación.

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Mejoría lenta del ac:ceso centrípeto a la información, por su costo e levado, pero l l egando antes de dos déca­das a l des ideratum de tener acceso d i recto desde cada núcleo socia l básico al Banco Central de Información. Este Banco requ iere una de las tareas creativas conjun­tas más importantes y d ifíci les : es una de las grandes em­presas que só lo pueden atacarse con éx ito por este esti lo de desarro l lo , y s i fracasa puede hacerl o inviab l e . Se pretende que l l egue a contener toda la experienc ia popu­lar relevante para esta visión de l mundo, organ izada de muchas maneras diferentes -tantas como se p ropon­gan- y de " recuperación" o acceso fáci l , para a mp l iar e l hor izonte de creatividad.

Estímu lo a l a comun icación horizonta l , i ntercom unal , por medios de difus ión especia les y por vis itas p ro lon­gadas entre núc leos básicos. Al comienzo, campañas de movi l ización para apoyar a l Proyecto Naciona l , a través de la d iscus ión de los puntos ya mencionados en que se pide partic ipación popu la r ( l i sta y prec ios de b ienes bá­s icos, inc luso vivienda; sa lud , m étodos de seguridad so­c ia l . etcétera) . Este t ipo de comun icac ión dif icu l ta l a censura i nterna .

Desaparece e l efecto demostración d e consum o opu­lento a la manera de los países "desarro l lados" , as í co­mo la comerc ia l izac ión de sentim ientos , va lores y con­ceptos, por ejemplo, e l sexo. Desaparece l a pres i ón para converti r a l c i udadano en consumidor.

8. Núcleo social básico. La fami l ia ya no puede se­gu i r s iendo la " molécu l a soc ia l " , por lo m enos durante las pr imeras décadas, y debe ser i ntegrada en un "po l ímero" de mayor tamaño. Hay para e l lo m últ ip les razones de peso :

La sol idaridad l i m itada a padres e h ijos es demas iado estrecha y mezqu ina ; más b ien un egoísmo extendido que verdadera so l idaridad humana . Corresponde a l a eta­pa h i stórica de lucha por la vida , de competencia entre los hombres , de i nseguridad.

La fami l ia es también demasiado pequeña para ser­vi r de estímu lo -de " ca ldo de cu ltivo"- a una c reativi­dad que pretenda ir más a l l á de superfic i a l idades y fol klo­r ismo, y que por lo tanto requ iere intercambio de ideas, críticas, i ntersubjetividad , trabajo en equ ipo , con bastante

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conti nu idad. Este t ipo de i ntercomun icación sólo se consi­gue hoy -cuando se cons igue- en el l ugar de trabajo, oero como ya muchos han señalado --desde Marx� el �ump l im iento de l as tareas necesarias para e l funciona­miento de la sociedad no es la ocas ión más prop ic ia para e l desarro l lo óptimo de las pos ib i l i dades creadoras , pues cons iste casi s iempre en e iecutar i nstrucciones. (Es pro­bab le que hasta las i deas pára innovar en los métodos de producción y las cond ic iones de trab�jo que t ien�n los obreros surjan en sus momentos de oc 1o , cuand? p i ensan en su trabaio en vez de estar atentos para eJecutar lo . ) Por eso es que hasta ahora la creación ha s ido monopo l io de profesiona les : c i entíf icos, artistas .

La educación de los h ijos por l a fam i l i a actua l es un fracaso rotundo y , aun s i eso se debiera só lo a que l os padres t ienen todos los defectos , l i m itac iones y enferme­dades i ncu lcadas por l a soc iedad actual , es evidente CJL�e durante un par de décadas más, por l o menos, l a mayo�� � de l os matr imonios habrán s i do educados en esta soc ie­dad y no habrán a lcanzado a transformarse en " hombres nuevos". Pero es probab le que i nc l uso los hombres nue­vos sean i nsuf ic ientes , por separado o de a parejas , para socia l izar a los n iños de la nueva sociedad, y que eso requiera, además de la educac ión s ist�1�ática y los medios de d ifus ión , e l contacto personal e mt1mo con un grupo grande de adultos, no demasiado homogéneo (como 1?� es la fam i l ia carnal extend ida) , y un grupo grande de n mos de todas las edades .

Esto fac i l i ta e l proceso de soc ia l i zación . como lo muestran cas i todas las sociedades organ izadas por c la­nes o tribus pequeñas. Pero hay una d i ferencia esenc ia l : esos c lanes estaban adaptados a una s ituación de equ i l i ­br io estático entre hombres y natural eza -que por su duración secu lar l es perm it ió i r a lcanzando una efic iencia notab le con respecto a ese objetivo de adaptación-, m ientras que el est i l o C REA es por defi n ic ión d i námi?o (véase su i magen del mundo, 1 6) , de modo �ue l a socl�­l ización requerida inc l uye estímu lo y adaptac ton a l camb1o permanente . . Por c i erto que la organ izac ión ópt ima para estos fmes y su "armado" y puesta en marcha son temas para antro-

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pó l ogos, soc ió logos y psicólogos, pero por el m omento no hay que esperar de e l los aportes muy positivos . Con­ceptos como exogamia , matri l i nea l idad, jerarquías , catexis o capacidad para postergar gratif icaciones no p rometen ser muy úti les ; en cambio, su experienc i a práct ica puede seña lar d iversos pe l i g ros que los legos no visua l izamos .

Se trata de un verdadero desafío a l a creativ idad, y aunque sea extra l im itarnos con respecto a los objetivos de este l i brito, daremos a lgunas características de su funcionamiento que nos parecen p laus ib les , y que están s iendo ensayadas en comunas a is ladas en todas partes de l mundo.

E l máx imo nC1mero de m iembros del núc leo debe estar dado por la neces idad de que todos pueden cono­cerse con la i nt im idad de parientes cercanos. Esa i nt imi­dad es la base de los sentim ientos de l ea l tad, so l idaridad , confianza, seguridad que dan cohesión a l g rupo. E l óptimo estará probablemente entre c ien y doscientas personas .

Se mantiene -aunque no es obl igator ia- l a organ i ­zac ión por matrimon ios con sus h ijos, p ero la responsa­b i l idad con respecto a l os n i ños se reparte entre todos los adu ltos. Los i ngresos se uti l izan para las neces idades co­munes como en una fam i l ia actua l .

La vivienda -como hemos d icho- se adapta a este núcleo soc ia l : t iene un máximo de servi cios comunes -guarderías , d ispensar ios , l avanderías , a l macenes , b ib l io­teca , entreten im ientos , etcétera- que son atend idos en genera l por c iertos m iembros de l grupo, s i se trata de trabajos espec ia l izados , y por turnos entre todos para lo� no espec ia l i zados . Todos co laboran, desde la edad más temprana pos i b le , en "cuidar la casa".

La mayoría de los adultos del grupo trabaja en insti­tuciones d iversas , en las cua les se los hace a lternar l o más pos ib le con miembros d e otros grupos . Con e l m i smo f in de no cerrar horizontes, los n iños rec ibe n buena parte de su educac ión en escue l as donde tienen por can­d iscípu los a n i ños de otros núc leos y n i nguno del suyo propio y de l a m isma edad .

Este método de rec ib i r estímu los externos es rehrz1-do por un s istema de v is itas pro longadas . Los m iembros de cada núcleo pasan por lo menos un mes por año como

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huéspedes de otro núc leo , s ituado de preferencia en a lg�J­na reg ión d iferente . 0€: @ste modo se l ogra una ampl ' a d ifus ión horizonta l de experiencias.

La actividad de más prestig i o en el núc leo es l a d is­cus ión de los acontec i mientos po l íticos y cu ltura les , so­bre todo de aque l los en cuya conducción l e toca partici­par de a lguna manera. El n úc leo no es una cé lu la pol ítica, pues no tiene por qué resu ltar más homogéneo en ese sentido que una fam i l i a usua l , pero sí es una pr imera etapa de d iscusión de cua lqu ier proyecto.

La educación, sa lud fís ica y psíqu ica, y re laciones socia les en cada núc leo, son vig i ladas y asesoradas por miembros semiprofesiona les del mismo núc leo, y �antro­ladas menos de cerca por profes i ona les . En particu lar en cada núcleo se l l eva la ficha médica conti nua de todos los miembros, mencionada en 4 .

E l contro l de l as re laciones soc ia les será crítico du · rante e l pr imer par de décadas , pues aunque se s igan cri­terios de compati b i l idad al se l eccionar los miembros de un nuevo núc leo y se tome la precaución de adoctr inar los c laramente haciéndoles ver las posib les fuentes de con­f l i cto, es d ifíc i l creer que adu ltos educados en esta socie· dad van a adaptarse s i n d if icu l tades al cambio de perso­na l idad que esta nueva estructura socia l exige. Será ne­cesario para e l lo un esfuerzo continuado y consistente a través de todos los med ios educativos y de d ifus ión , pero , además, se requer i rá a l comienzo la presencia en �ada núcleo de m iembros con entrenamiento en psicolog1a Y socio logía ap l i cadas.

En la pr imera década, no más del 1 0 % de la pobla­ción u rbana y e l 20 % de l a rural (en l as comunidades y asentamientos de reforma agraria) l l egarán a estar orga­n izados de esta manera. A parti r de entonces el creci­m iento será acelerado por el efecto demostración.

9. Urbanización. P lan ificación física racional tota l , con s istemas jerárqu icos d e c iudades y estud ios teóricos de la organ ización de cada una de éstas, pero ap l i cado a una o dos reg iones durante l a pr imera déc�da, a l a ma­nera de proyectos p i l oto, y para dar tiempo a que se con-

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fi rmen las características genera l es del est i lo antes de to­mar decis iones i rrevers i bles.

Se frena por comp leto e l crecimiento de la mega ló­po l is centra l qu itándo l e partic ipación en las invers iones .

D isminuye rápidamente l a población dispers a , pero aumenta la rura l y sem i rrura l , organ izada en comun idades -núcleos básicos rura l es- y pueblos pequeños , dota­dos de muchos servic ios y de b uenas comunicaciones con e l s i stema de ciudades a que pertenecen . La forma de vida en estas comunidades rura les es lo que constituye el aspecto soc ia l de la reforma ag rar ia , que tiene p r ioridad y determinará en buena parte sus aspectos económ icos, y no a l revés.

Se favorecerá l a p ro l iferac ión de centros urbanos me­dianos -de treinta a c ien m i l habitantes- ubicados según p lan , tolerándose no más de una docena de c i udades mayores. No se estimu la rá la d ivis ión de l trabajo y espe­c ia l ización por s istemas de c iudades o reg iones -aunque sí dentro de cada s istema- salvo cuando l a geografía lo justif ique. Se admiti rá l a mayor l ibertad compati b l e con e l cump l im iento de las metas.

Se tiene in mente que los p rocesos de mayor creati­vidad en la h istoria -Grecia c lás ica, e l Renacim iento y l a revo l ución cientificotecnológica- se d ieron e n condi­ciones de competencia i nte lectua l y pol ítica entre Esta­dos-c i udades veci nos, pequeñís imos en comparac ión con los g randes i mperios, y con bastantes e lementos cu ltura­l es comunes . Y aunque por supuesto no se cree en una re lación causa-efecto, s í parece razonab le creer q u e esas cond ic iones son más favorables que las contrari a s .

L a remode lación de c iudades se hará l entamente por la cantidad de recursos que insume. Se prefer i rán las ciudades extendidas -no discuti remos su forma , pero con a l gún " centro", aunque sean l i nea l es- con ed ifica­c ión de mediana a ltura en med io de zonas verdes . En e l centro , las i nstituciones admin istrativas y cultura l es co­munes a toda l a c iudad y a los pueblos m enores depen­d ientes, y en la perifer ia sectores a lternados de pa rques i ndustr ia les , barrios residencia l es y otras instituciones.

Esta descri pción puede sufr i r muchos cFJmbios sin que se a ltere el espíritu del est i l o .

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1 O. Igualdad. Se t iende no só lo a l a igua ldad de opor­tun idades s i no a l a de n ivel de vida mater ia l y satisfac­c ión de l as demás necesidades atendidas por la socie­dad . Las d iferencias entre l os i ndividuos se verán en l a manera d e aprovechar esos recu rsos igua l mente d ispo.n i ­b les , pero no habrá mayor interés en destacar las .

Como se ha d icho a l hab la r de l umbra l m 1 n 1 1110 ase­gurado, los grupos de bajos ingresos lo e levan muy rá­pidamente, por aumento de producción de b ienes básicos, a expensas de los b ienes de consumo opu lento .

En términos de l a contab i l idad nacional usua l , e l con­sumo de l as personas asciende en la Argent ina a unos 500 dólares anuales por habitante , lo cua l da en prome­dio 200 dó lares mensuales por fam i l i a de 5 personas . Como además no hay cue l los de bote l l a en l a producción de a l imentos y vestuario , hay personal médico y docente en cantidad suficiente, y l as escaseces de materia l es de construcción no son graves, se t iene una base real firme para p lantear de i nmediato el p rob l ema de la redi

,s­

tr ibución de l i ngreso; las d if icu ltades pr inc ipa les seran po l ít icas y organ izativas .

Pueden l anzarse rápidamente campañas efectivas de nutr ic ión , salud, educación y vivienda para los grupos de bajos ingresos en todo e l país.

En la segunda década deben desaparecer en lo esen­c ia l l as des igua ldades de nivel de vida materia l .

Se cuidará que l os medios de d ifus ión no asignen demasiado prest ig io a n i nguna actividad profesional en especia l . E l ta lento i nd ividual se reconocerá , pero dán­do le el carácter de un bien soc ia l , que todos aprovechan , y no e l d e un arma para jerarqu izar a su poseedor.

1 1 . Libertades individuales. Muchos contro les i n ic ia­l es a los grupos de a ltos ingresos : ahorro forzoso, proh i­b ic ión de enviar d i nero a l exterior , contro l de activida­des pol ít icas.

Li bertad general de trabajo mientras esté satisfecha la demanda de mano de obra, pero dando ori entaciones generales a l os i nsat isfechos.

Libertad de e leg i r e l núcleo soci a l básico -siempre que éste acepte- y de "d ivorc iarse" de éL

Li bre acceso a l a i nformación y a l conoc im iento .

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Libertad para d isent ir , cr it icar y proponer cambios de esti l o .

Derecho a tener vida pr ivada. 1 2 . Tiempo libre. No se reduce la jorn8da l abora l

hasta l a segunda década , pero desaparece de i nmed iato el trabajo i nfant i l .

Mejora poco a poco l a organizac ión del t i empo tra­bajado -a decid i r con part ic ipac ión popu lar-: por ejem­p lo , semana larga -1 1 días , con tres d ías com p letos cla descanso y no los m ismos para todos- y vacaciones más l a rgas, aprovechables para reeducació n .

E l desempleo ab ierto desaparece en e l curso de l o s dos pr imeros años, y e l subempleo en c i nco. S e c;rgJ n i ­zan brigadas de trabajo , con remunerac iones m ateria les y no mater ia les de t ipo espec ia l , que se as ignan en pr i ­mer l ugar para asegLi rar l a producción y d istri buc ión de l os b ienes de consumo básico. Parn e l lo reciben educac ión y entrenamiento constantes y se capacitan po i ít icamente en l a comprensión del Proyecto Naciona l .

1 3 . Educación, entrenamiento. Aceptando e l cuádru­p le conten ido de la educac ión --ideo log izar, soc i a l i zar, i n ­formar y entrenar-- se trata de decid i r qué i mportanc ia relativa tendrá cada uno de e l los en cada edad y grupo soc ia l , y por qué vías se transm it irá : s istemátic a (escue­las) o asistemáticas . Téngase en cuenta que en este es­t i l o hay una nueva e importante pos ib i l i dad de educac ión asi stemática : l a que se cump l e en e l n úcleo social bá­sico, enorme paso adel ante con respecto a la educació n hogareña actua l .

E l conten ido de l a educac ión ideo lóg ica se d a en 1 6 ; es la or ientac ión básica frente a l mundo, las caracterís­ti cas esenc ia l es del esti l o . Hasta la adolescenc ia inc lu­sive, se enseña ind i rectamente , asistem áticamente , a tra­vés de las actitudes de héroes l iterar ios y de l a aproba­c ión del núc leo básico y del comentar io de los m aestros . A parti r d e l a adolescencia , s in embargo, s e comienza a enseñar " ideología comparada" , a través de l a h i stor ia y l a antropo logía cu ltura l . Queda para los adu l tos jóve­nes i n ic iar el estud io s istemático de l a s ideo l ogías, i n­c lus ive l a propia y su pos ib l e evo luc ión futura .

La soc ia l ización o enseñanza del comportam iento so-

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cia l , normas integrativas , formas de part ic ipación , forma­ción del carácter, actitudes soc ia lmente aprobadas, etcé­tera , corresponde pr inc ipa lmente también a la educación asistemática , sobre todo al núc leo bás i co . M ientras és­tos son escasos, pasará a ser responsab i l idad de las guar­derías i nfanti l es y escuel as pr imar ias , y también de las i nstituciones comuna les o de barr io que frecuenten los n iños . Todo adolescente debe haber visto funcionar con sUs propios ojos , y con partic ipación propia en a lguna me­d ida, los pr inc ipa les mecanismos socia les : fábricas, agri­cu ltura , hospita les · y todo tipo de instituciones, ten iendo una idea de la d if icu ltad de cada uno y l a comp lej idad de l s istema tota l .

Con respecto a estos dos aspectos , l a escue la ten­drá pr incipa lmente una tarea de contro l . Los maestros de­ben percatarse si a l gunos n i ños están s iendo insuficien­temente educados y sugeri r las medidas correctivas ade­cuadas .

La i nformación necesaria para comprender e l mundo natura l y soc ia l se rec ibe pr inc ipa lmente a través de l a educación s istemática, pero fuertemente apoyada en l a as istemática para todos l os aspectos anecdóticos y des­criptivos e lementa les : geografía , escenas h istóricas, ani ­ma les , vegeta les y m inera les, aparatos, fábr icas , saté l i­tes , etcétera .

Antes de los 6 años se da poca i nformación que no sea referente a l núc leo básico, y toda a través de juegos y láminas . Puede enseñarse a l eer y contar .

Durante l a n i ñez fa i nformación es pr inc ipa lmente des­cri ptiva : se trata de desarro l lar el espíritu práctico, fa observación y la i ntu ic ión . El espíritu deductivo no se des­cuida en esta edad, pero se est imu la a través de l os jue­gos con reg las como axiomas .

En fa adolescencia se enseña a través de la h istoria de las cu lturas y civi l izaciones (en esca la logarítm ica de t iempo). Se hace h incap ié en fa revo luc ión tecnofísica que permitió el dom in io de la Natu ra l eza, y cómo e l lo no fue suficiente para resolver los prob lemas soc ia les . Se busca desarro l l a r el espíritu crítico, por aná l is is compa­rativo. Se inc l uye fa s ituación mund ia l actua l .

Para los jóvenes, e l aprendizaje axiomático y a fondo

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d e una gran rama (B io logía , Sociología , Físico-Química) con una especia l ización teórica o ap l icada . Cas i exclus i ­vamente s istemática , en un ivers idadés .

Para los hombres maduros : actua l ización cont inua de sus conocim ientos, profundizac ión en su especia l i dad, am­p l iac ión de su cu ltura a otras ramas. S istemática .

E l entrenamiento para e l trabajo se hac.e desde edad muy temprana en el hogar (fa m i l ia o núcleo bás ico) Y f uego de manera s istemática en l a escuela , pero sobre todo en los m ismos f ugares de trabajo , donde se real iza un verdadero aprendizaje. Estudio y trabajo son siempre simultáneos o con alternancias frecuentes.

El cubr im iento de la educación sistemática h asta los 15 afíos será total de inmedi ato , para todos los grupos soc ia les . Hasta los 20 años, en una década de p l azo. Con­t inua tota l , hac ia fin de s ig lo .

Para e l período de trans ic ión , e l p rob lema p r i ncipal no lo constituyen los n i ños sino tres g ru pos de adu ltos : marginados , funcionarios y activistas .

Los actua les adultos s in i nstrucción n i entrenam iento espec i a l , inc l uso ana lfabetos -hombres y mujeres- son un porcentaje apreciab l e de l a poblac ión , y sus fuertes asp iraciones a mejorar su nivel de vida no inc l uyen ha­cer e l esfuerzo de educarse. A l fabetizados no cuesta mu­cho, pero s ign ifica m uy poco ; los métodos usua l es de enseñanza resu ltan poco eficaces : no saben asumir e l papel de "a l umnos".

Aquí deberá ensayarse la educación asiste mática, a , través del trabajo y l a recreac ión dir ig ida . Esto es ine­

ficaz como m étodo para transmit ir i nformación sobre e l mundo , pero en este caso l a pr ioridad l a tienen l os otros tres conten idos . Es probab le que un buen instrumento sea a l gún t ipo de institución aux i l iar como la brigada de trabajo , donde la convivencia en camaradería con perso­nas más instru idas y fa neces idad de rea l izar l as tareas asignadas pueden dar buenos resu ltados . De todos mo­dos, es poco lo que se sabe de esta s i tuación p edagó­g ica , que tiene un l ejano sím i l en la vida de cuarte l de los conscriptos .

Los funcionarios o cuadros adm in istrativos y técni­cos , entrenados bajo el s istema precedente -la b urocra-

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c ia- , son en genera l un tremendo lastre para e l cambio de esti lo , y pueden retardar m uchos años su funciona­miento eficaz o deformar lo para s iempre . No se adaptan por sí solos a las nuevas ideas ni s i enten la necesidad de reeducarse, pues forma lmente ya son "graduados ;', . Un ejemplo en pequeño -no tan en pequeño- lo tene­mos en el cuerpo docente frente a reformas nada pro­fundas de currícu lum .

La mov i l izac ión y reeducación de estas masas hu­manas de tremenda i nerc ia , acostumbradas a viv ir cui ­dando sus i ntereses persona les , grem ia les , de esca lafón , capaces d e i r a l a hue lga s i se s ienten ofend idos o les io­nados en sus prerrogativas bu rocráticas o tecnocráticas , es una de las tareas que requ ieren más pensamiento creativo desde ahora. Es probab le que sea necesario em­p lear un método dob l e : dejar que se autoc las if iquen en amigos y enem igos de l nuevo est i l o , estab l ec iendo para los amigos la ob l igación de reeducarse vo luntariamente, Y desp lazando a los demás a otras tareas, o reeducándo­los autoritariamente . De todos modos , aun para qu ienes tengan buena vo l untad para reeducarse , no se d ispone de textos u otros i nstrumentos pedagóg icos ad hoc.

Más cruc ia l aún es la educación de los activistas y pred icadores de l nuevo esti lo que entran en actividad an­tes que éste se insta l e en el poder, y l ue�JO ejercen las d isti ntas man ifestac iones de ese poder. Famosos ejem­p los h istór icos de burocrat ismo, bandoler ismo o s imp le i nefic ienc ia su ic ida nos i nd ican que la educación de es­tos activistas t iene una importancia cruc ia l . Por reg la general está íJ cargo de l mov im iento po l ít ico que pro­pone e l nuevo esti lo , y se efectúa mediante una l itera­tura a veces m uy efectiva -como el "libro rojo" de Mao­en e l corto p l azo, pero cuya compati b i l idad con e l esti l o CREA y o n o sería capaz de demostrar.

Personal necesario. Este esti l o adopta a fondo la má­x ima " toda persona, desde su i nfanc ia , no sólo aprende s i n i nterrupción , s i no que debe enseñar a otros, también s in i nterrupc ión" . Se trata pues de organ izar este enor­me potencia l docente de modo de aprovecharlo con con­t inu idad , y no só lo ocas iona lmente, como en a lgunas cam­pañas a l fabetizadoras .

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La tarea de enseñar e s fundamental e n e l esti l o C REA : es u na de l as princ i pa l es man i festaciones de l a so l idaridad humana -o puede serlo, m ejor d i cho , si no se hace como s imp le forma l idad- y es una e sp lénd ida ocasión de emplear e l espíritu creativo y crít ico . Se en ­seña durante e l t iempo l ibre, como " oc io creativo" ; se enf.eña en e l l ugar de trabajo , para dar entrenam iento a l os estud i antes (que, recordérnos lo, estud ian y trabaja n s imu ltáneamente) . se enseña en e l núc l eo bás ico, por con­tacto personal o de manera a lgo más s i stemática y, por supuesto , se enseña como p rofes ión .

Esto s ign ifica que una buena parte de l a educac ión consist irá en enseñar a enseñar, pues esta tarea no pue­de dejarse l i brada a la i nsp irac ión i nd iv idual . Eso se hará en gran parte en la p ráctica contro lada , como para cual­qu ier otro trabajo .

Só lo una ínfima proporc ión de l personal profesion a l será d e ded icación excl usiva, pues no puede correrse e l r iesgo de que se a l ejen del resto del mundo y vuelva a entron izarse l a actua l esquizofrenia escuela/rea l idad que l os n i ños de hoy i ntuyen con tanta c l ar idad .

E l número tota l de estos profes iona les será tal vez i nferior al actua l , pues toda la parte ruti naria y semirruti ­nar ia de sus tareas será efectuada por los auxi l i a res más jóvenes, estudiantes y trabajadores . E n la escue la -co­mo en el hosp ita l- se trabajará en equipo o rganizado por espec i a l idad y experienc ia

Parte de las tareas más rut inar ias -como algunas memorizac iones i nevitab les- podrán ser ejecutadas con ayuda de máquinas cuando éstas abunden. Buena parte de la i nformación descriptiva, como hemos d icho , se su­m i n istrará por TV, c ine , etcétera , inc l uso fuera de la es­cue la . Pero como norma genera l se desconfiará de estos m étodos masivos de educac ión . La homogene idad men­tal sería fata l para e l est i lo C REA, y por lo tanto es pre­fer ib le que a lgunos experimentos de f ís i ca no sa lgan tan bien -o no se hagan-, pero . muestren difi cu l tades i n­d iv iduales y admitan l a partic i pación. N ada hay más an­t icreativo, más un id imensiona l , que la recepción pas iva de i nformación depurada y perfecci onada, exactamente igual para toda la población .

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Los textos se sa lvan en parte de este defecto por­que son menos comp letos : dejan por fuerza más a cargo del l ector y es fáci l , además, d iversif icar los mucho.

De todos modos, e l método prefer ido es e l contacto persona l con educadores, muchos y variados en carácte·r y experiencia , para que e l educando aprenda a comparar y crit icar y tenga así estímu lo para crear.

El costo de este s i stema educativo no es muy a lto , pues ahorra personal espec ia l i zado uti l i zando a l os es­tud iantes y el t iempo l ibre de los trabajadores. Aun cuan­do requiere parte del t iempo de trabajo -para entrena­m iento de aprend ices-, eso puede ser compensado en buena parte por el aporte de estos aprendices, si la or­gan ización es buena. Por otra parte se detiene la actua l ten�encia a l uso i ntensivo de equipos sof ist icados , caros de I mportar y d ifíc i les de sustitu i r . Como tampoco se busca que los estud i antes pasen el d ía en las escuelas no habrá grandes neces idades de construcc ión .

'

Para los pr imeros años de trans ic ión , esta f i l osofía educativa da a l gunos criter ios importantes. Poca TV edu­cativa , nada vía saté l i te , ob l igación de los profesores de preparar textos trabajando en equipos s imu l táneos y adap­tados a l esti l o que se qu iere imponer. Todas las i nstitu­c iones educativas deben ser púb l i cas , gratu itas y abiertas a todos. Los estudiantes organ i zan sus grupos de estu­d io que cont inuamente i ntercamb ian experiencias y deci­den e l los m ismos su " promoción " , con asesoramiento de sus docentes y compañeros . La verdadera prueba de co­noc im ientos y responsab i l idad ocurre en el entrenamien­to para el trabajo . Aqu í no hay autopromoción, pues es un r iesgo para toda la sociedad: la l i bertad term i na don­de empieza l a necesidad de produc i r lo que el Proyecto Naciona l ha fijado como metas, m ientras e l las se acepten .

Desde e l comi enzo, e l camb io más aparente será l a mayor part ic ipación de l os estud iantes como auxi l iares docentes, en todos los n ive les . Como la ob l igación de exp l icar a lgo es la mejor manera de aprenderlo b ien , es muy p robab le que este s i stema mejore la preparac ión de los estudiantes en vez de hacer les perder t iempo.

Para concretar con un ejemp lo , esbocemos la orga­n ización de la enseñanza un ivers itar ia .

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Universidad. Entre los 1 7 y los 22 años (todas las cifras son tentativas) , toda persona t iene l a ob l i g ac ión de trabajar dos días completos por semana -con suelde normal- y el derecho de acud i r a una instituc ión l la­mada U para aprender lo que cree necesario para su tra­bajo y su cu l tura.

No entraremos en e l prob lema de la orientac ión vo­caciona l . Aunque el s i stema de rotac ión del trabajo d is­m inuye su i mportanc ia , es i ndudable que la prim e ra elec­c ión i nfl uye mucho sobre el resto de l a vida , y debe hacerse con cu idado. Cuando el nuevo esti lo esté fun­c ionando regu larmente -cosa que aceptaremos en estos párrafos- l a vocac ión ya habrá ten ido ampl ias oportu­n idades de manifestarse, a través de l íntimo contacto con todas las actividades soc ia l es , que es uno de los objetivos de l a enseñanza primar ia y media . Eso, más el consejo "fam i l iar" de l núcleo socia l bás ico, más la de­manda de mano de obra para l a producción perm iti rán as ignar de manera aceptable e l pr imer trabajo , que no debería camb iarse -sa lvo excepc iones- hasta h aber s i ­do dom inado en todos sus aspectos.

Por e l asesoramiento de su g rupo de trabajo y de su núcleo bás ico , más l o aprend ido en la escue la media , cada persona t iene una idea bastante c lara de lo que neces ita y desea obtener de la U. A lguna3 entrevistas i n ic ia l es con l a Recepción de estudiantes term i nan de dec id i r cuá les son l os pr imeros cursos que l e conviene segu i r para esos f ines .

E l aprend izaje de cada curso usa los sigu ientes ins­trumentos : - Contacto personal conti nuo con asistentes , que son a l umnos más adelantados y asp i rantes a p rofes iona les de la enseñanza. Reuniones de d i scusión, t ipo sem inar io, con profesores. Estudio en grupos. - Textos y otros mater ia les escritos, aud iovisua l es o en bancos de datos . - En lo pos i b le , ap l icaciones a l trabajo . Además, prác­ticas "artif ic i a l es" ( laboratorio) y asistenc ia a p royectos re lac ionados con su vocación genera l , si no con su trabajo.

Como d i j imos, hay "autopromoción", con asesoramien­to de docentes y de l os compañeros de estudio . Pero e l

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mejor co�trol rad icará en l a obl igación de desempeñarse temporanamente como asistente en los m ismos cursos que cree haber as im i l ado, pues sus a lumnos le servi rán de críticos imparc ia les .

De todos modos , e l criterio general de eva l uación de lo aprendido p rovendrá de sus compañeros de traba­jo, que esperan ver los efectos en su rend im iento .

No hay p rofesores "fu l l-time" : todos trabajan en a l ­g�.

na empre.sa p roductiva -que puede ser de investiga­Cion p rofes iOna l ; no se confunda con e l ocio creativo­y con rotaciones periódicas.

Después de los 22 años, e l rég imen es aná logo y e � derecho de as isti r a l a U se conserva durante toda l a v1da . . La diferencia está e n que e l t iempo d e trabajo ob l i ­gatono es mayor , hasta a l canzar l a edad de reti ro E l ún ico "pago" por esta enseñanza es -como en l as �nte­r iores- l a ob l igación de enseñar a su vez a l os menos ade lantados.

Sabemos ya que en e l marco de un Proyecto Nacio­na l los prob lemas de "f inanciamiento" son reemplazados por la cond ic ión de que l os recursos humanos a lcancen p�ra e�tas tareas y las demás que e l P royecto p l antea s 1mu ltaneamente , esto es , que haya viab i l idad fís ica.

14 . . Ocio recreativo. Amp l i o apoyo a l deporte , que se pra�t1?a en

r c lubes

, comunal �s . y de barrio, y en e l nú­

c leo bas 1co. ...,ada nucleo part 1c 1pa con equi pos propios �n competencias comuna les para reforzar la sol idaridad 1 nterna, y da sus mejores deporti stas a equipos de zona para no l im itar l a demasiado en su a lcance.

No �abrá deporte p rofesiona l . Los más dotados pue­den ded1car a esta actividad su t iempo de ocio creativo pues serán creadores en a l guna medida. Pueden ademá� trabajar enseñando deporte , para l o cual deber¿n cono­<::e r también sus aspectos teór icos.

Este pape l , así como e l de los artistas de entrete­n im ientos, será menos importante cuando e l est i lo se afian­ce, pues la gente no querrá l im itarse a observar pas iva­mente a otros , salvo cuando se trate de ta l entos excep­c iona les.

·�stímu lo a vacaciones turísticas en e l país , por i nter­cambio comuna l y con part ic ipac ión en actividades loca les .

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Se aprovechan también -sobre todo en los jóvenes­para campañas de uti l idad naciónal como relevam ientos geológicos y sanitar ios y estadísticas de todas c l ases .

Buena parte del t iempo de recreación y descanso transcurre "en fam i l i a " , en e l núc leo soc ia l bás ico , y en c l ubes comuna les .

1 5 . Ocio creativo. Se l o considera como la activi­dad que da sentido a la vida de l indiv iduo ; se trata de no dar le un carácter demasiado indiv idua l ista , s i no de encarar la en c ierta medida como actividad de g rupo.

Los campos en que se puede expresar l a creatividad cubren todas las actividades humanas y no habrá moti­vos para que unos tengan más p resti g i o que otros -co­mo ocurre hoy con e l " arte"-, con una sola excepción : l a c iencia pura y ap l icada. Esto se exp l i ca porqu e en l a i magen del m undo d e este est i l o es fundamenta l e l es­fue rzo humano por comprender al hombre, la soc iedad y el mundo ; por saber "adónde vamos" y por u n deseo de tomar parte activa en el p roceso evol utivo , lo que requ iere vastísimos conocimientos ; muchos más que los que poseernos actua lmente .

Hay pues una creatividad "p romete ica" , que ayuda a dominar el futuro , y otra or ientada a d isfrutar mejor e l p resente -aunque sus obras sean a veces perdura­b les y sigan ayudando a generaciones futuras a d i sfrutar de su proo io presente-. Para el esti l o CREA, e ntre a l ­canzar . las estre l las y crear una nueva forrna musica l t iene s in duda más p restig io l o pr imero, aunque procu­rará hacer ambos.

Hay también una creatividad tecno lóg ica, de mucho prestig io al com ienzo porque ayuda tam bién a vencer e l t iempo. D isminu i r l as horas d e trabajo necesar ias para l a producc ión , encontrar nuevos métodos de aprendizaje , prolongar l a duración de la v ida activa , son actos crea­tivos que la sociedad agradecerá en forma espec ia l , por su " efecto m ult ip l icador" : t ienden todos a aprovechar me­jor el potenc ia l creador humano.

En part icu lar , para todo e l período de trans ic ión ha­c ia este esti l o , es fundamenta l que tenga éxito la inno­vación en el campo p roductivo , i ncl uyendo aquí no só l o l as maqu inar ias y m étodos físi cos , s i no l a organ ización

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y empleo de l os recursos humanos. Una h i pótesis fun­damenta l en l os estudios de viab i l idad es que en el p la­zo de 1 O a 1 5 años este es ti l o será capaz de generar un notable aumento de productividad y una o la de innova­ciones en métodos, técn icas y productos (tal vez más " blandos" que "duros" , en term ino logía computac iona l ) . que inc l uso i nteresen m ucho a l resto de l mundo y nos eviten la necesidad de sustitu i r casi todo lo que hoy im­portamos.

La mayor parte de estas i nnovaciones seguirán ha­ciénd?se profesiona l mente, o sea, en horas y l ugar de trabaJO , pero las horas de ocio creativo deben ser un complemento i mportante, porque l a fa lta de metas con­cretas y de p l azos fijos da más amp l itud y tranqu i l idad para pensar. Reemplazaría , por ejemplo , a lo que hoy es la "c ienc ia-juego", l lamada " l i bertad de i nvestigación" , Y que e s e n rea l idad ocio pago, pues nada t iene que ver con los prob lemas soc ia les de los próx imos 30 años.

Los núc leos soc ia les y l as i nstituc iones comunales organ izarán ta l leres de todo t ipo, donde puedan rea l izarse estas actividades, como hoy lo hacen para el deporte los c lubes de barr io .

1 6 . Imagen del mundo. En este d ifíci 1 tema es con­veniente separar cuatro n ive les :

- l mag(i)n de l a sociedad actua l y su evo lución h is­tórica .

- Imagen de la sociedad futura y su s istema de va­lores.

- Imagen " cósm ica" : qué somos, adónde vamos. - Imagen de los m étodos de conoc im iento y, en es-

pec ia l , la c ienc ia . Aquí só lo haremos un breve resumen. Algunos de

los puntos mencionados se volverán a tratar en el capí­tu lo XI I I .

a) Imagen d e l a sociedad actua l . E n l íneas genera­l es coincide con el marxismo, sobre todo en dos puntos crucia les :

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- El s istema de va l ores y l a i magen de l mundo de un s istema soc ia l -hasta ahora- no son resu l ­tado de una l ey natura l o d iv ina , s ino instrumen-

1 1 ¡ 1 � ¡ i i ·.�

, . '

tos de l as c lases dominantes para justif icar y de­fender su predomin io .

- El control de las fuerzas p roductivas de la econo­mía es a la larga el que otorga poder y predominio , y exp l ica los confl ictos socia les q ue han l l evado a los cambios sociales más profundos .

Con respecto a los efectos concretos de esos dos puntos, rechaza la sociedad actua l y sus tendenc ias visi­bles en los países más "desarro l l ados" , por demente, in­moral y suic ida :

Demente por desfigurar, ocu ltar o i gnorar s i stemáti­camente la rea l idad cuando está en contra de sus va lores dec larados y ocultos . Por tener su m ora l práctica en constante contradicc ión con esos va lores y d i s i mular lo h ipócritamente . Por desarro l l a r herramientas fís i cas po­derosís imas junto con menta l i dades irra c iona les ; por es­timu l ar s imu l táneamente la c ienc ia y l as superstic iones . Por padecer de manía persecutor ia , achacando a enemigos internos o externos la responsab i l idad de sus prob lemas . Por tener m iedo a l a l i bertad . Por un id imensiona l .

I nmoral por tol erar l a m iser ia dentro de l a abundan­cia y sobre todo por i mped i r a m i les de m i l lones de se­res humanos desarro l lar sus potencia l idades no anima­les : pensar, va lorar, crear. Por justifi car l a exp l otación de unos hombres por otros y de unos pa íses por otros. Inmoral por crue l , por est imul a r la guerra, el genocidio, y la represión v io lenta en todas sus formas, físicas y men­ta l es : torturas , odios rac ia les .

Por ensa lzar l a competenc ia , la lucha por e l tri unfo en l a carrera de ganar d i nero . Por degradar y deformar a través del comercio y la pub l i c idad todo lo que e l hom­bre tiene de bueno y de ma lo ; por usar el amor y e l sexo para promover ventas, po r hacer h asta de l a ima­gen de l Che un pretexto para ganar d i nero. Por favore­cer l a crim ina l idad y l a marg ina l idad de todo t ipo . Por a l i enar y hacer infe l i ces no só lo a los p obres s i no tam­bién a los r icos.

Suic ida no sólo por haber creado armas capaces de destru i r a l a humanidad , o ¡::¡or saturar i rresponsab lemen­te al g lobo terráqueo con sus desperd i c ios s ino por te­ner como meta -aunque no declarada- una sociedad

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estancada , satisfecha con un c ierto n ive l de b i enestar materi a l .

Todas l as sociedades han s i do hasta ahora demen­tes e i nmora les. La novedad de la nuestra es su capa-c idad de su ic idarse, por muerte o fos i l i zac ión . ·

Se considera a l m undo actua l d iv id ido en tres cam­pos : grandes potencias capital istas , grandes potencias socia l i stas y tercer mundo depend iente . Aunque las s im­patías natura l es de este est i l o se inc l i nan hac i a l os paí­ses que por lo menos han dado un pr irner paso hac ia l a raciona l idad e l i m i nando e l s i stema capita l i sta d e organ i­zac ión soc ia l , no l os toma en absoluto como modelo . Su pr inc ip io gu ía es la i ndependencia cu l tura l : rechaza el desarro l l ismo l i nea l y busca su camino prop io . Para e l lo se apoya en una h i pótesis de viab i l idad :

" Las técn icas de producc ión , e l conocim iento de la natura l eza y l a comprensión de la evo lución h i stórica son hoy suf ic ientes para que la vo luntad nacional de un país mediano sea de l ejos el factor más importante para su futuro. Todas l as l i m itac iones fís icas y económicas , e i nc luso las geopo l ít icas , son de segunda importanc ia . "

Por supuesto , esa voJuntad nacional no surge de l a nada : t iene u n a h istor ia , y requ iere c i ertas "cond ic iones objetivas" para surg i r . Pero cuando aparece --cata l i zada por la préd ica de a lgunos grupos- es capaz de rea l izar Proyectos muy ambic iosos.

b) Imagen de la sociedad futura : está dada por e l Proyecto Naciona l que estamos descri b iendo.

e) " Cosmovis ión" . E l un iverso no fue hecho para e l hombre n i a seme­

janza del hombre, y no sabemos s iqu iera s i las pregun­tas y conceptos con que e l hombre l o ana l iza -tiempo, materia, bueno, malo , qué somos, adónde vamos- se le ap l ican o t ienen sent ido. Pero queremos saber lo .

No sabemos qué es l a vo l untad , o s i hay l i bre a l be­drío, pero los ejercemos , y lo que no nos gusta , tratamos de cambiar lo .

E l fenómeno más s ign if icativo f i losóficamente es l a

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evol uc ión organ izadora , "antientróp ica" , a part i r de un un iverso i n i c i a l ind iferenciado, un caos homogéneo.1

Esta evo l ución p rocedió por grandes etapas , en d is­ti ntos n iveles organ izativos. Pr imero, creación de átomos y de moléculas o rad ica les senc i l los , a n ivel este lar ; des­pués, creación de s i stemas geo lógicos , molécu l as com-­p lej as y v ida , a n ivel p l anetari o ; l uego , l a evo l uc ión b io­lóg ica , y por f in �hasta ahora� la evo lución socia l o humana.

En cada etapa se proced ió por selecc ión natural -o "azar y necesidad", como está de moda dec ir- probán­dose muchís imas pos i b i l idades y perdurando a l gunas po­cas. Esta d ivers idad de estab i l idades o "vidas medias" de l os dist i ntos s istemas que e l azar i ba probando con los componentes d isponi b les en cada momento , es un he­cho básico, una ley natural genera l y fundamenta l .

Para a lgunas de esas etapas parece n ya haberse en­sayado casi todas las posib i l i dades -aunque aun hoy estamos fabricando nuevos átomos, por ejemp lo- 'f e l proceso evo l utivo se agota a ese nive l , dejando como re­su l tado los " ladri l los" con que se procederá en e l nive l s igu iente .

Puede sospecharse que en este momento se ha ago­tado ya en lo esenc ia l i nc luso l a etapa de evo luc ión b i6-lóg ica . La apar ic ión de espec ies rea lmente nuevas --no d igamos ya de órdenes o "f i l a "- parece hoy depender de la i ntervención humana , sea a través de la i ngen iería genética o de l i nvento de máqu inas autorreproductoras autónomas . El hombre es hoy un exce lente cata l izador evo l utivo.

Para a l gunos pes im i stas -y todos los conform istas--­lo m ismo ha ocurrido va con l a evo luc ión soc ia l . La e : v i l ización i ndustr ia l habría ten ido ta l éxito y estaría tél i l anqu i losada y fa lta de estímu lo , por haber venc ido a l a natura l eza , que es una masa i nerte impos ib le de cambiar , sa lvo a través de un ho locausto mund i a l suic ida .

1 L a importancia d e la evolución como componente i deológico­ético tiene muchos defensores, desde Darwin y M arx : Spencer, Berg­son, Tei lhard de Chard in , l-laldane, Waddington . Ha s ido tambié•1 muy criticada como " an i mismo", "falacia naturalista", etc. Para un anál is is ele estas críticas ver e l capítulo XI I I .

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El esti lo CREA rechaza esa vis ión , pero acepta que es una pos ib i l idad que hay que evitar. No se trata de ca lcu lar su probab i l idad, s ino de d isminu i rl a , como pro� yecto humano, te leológícamente . El eje de su cosmovi­sión es su voluntad de influir sobre el futuro de la evo­lución.

Como punto de partida : el estancamiento es mal :.; , l a evolución e s buena . N o viéndose todavía n i nguna eta­pa superior evo lu tiva , que use como " l adr i l los" a las so­c iedades , para constru i r s istemas más complejos -corr�IJ l as sociedades con respecto a sus m iembros o de a lguna otra manera que aún no sabemos visual izar-, se propu · ne forzar s i es necesario l a evol ución de l as sociedades m ismas, y cata l izarla mediante la vo luntad para evitar !a fos i l ización de la sociedad actua l , aunque fuera en un estado donde todos sus m iembros se declarasen fel i ces y sati sfechos , cosa que evidentemente no está por ocurrir.

Por lo tanto se trata , en e l peor de los casos , de usar e l ta lento humano para crear a n ive l soc ia l lo que el azar no pudo: nuevas pos ib i l idades " arti f ic ia les" -co­mo los átomos transurán icos, l os pol ímeros industr ia les , las nuevas variedades de cerea les o perros- que perdu­rarán o no, ya se verá . No l i m itarse a esperar que apa­rezcan nuevas cu lturas, s ino part ic ipar conscientemente en e l p roceso de crear las .

Como esto requiere ensayar muchos caminos dist in­tos, para que pueda actuar l a ley de d iversidad y tener una buena probabi l idad de que a lguno esté en la buena d i rección (es dec i r , que no l l eve a un cal l ejón sin sa l ida) , aparece de i nmediato una conc l usión práctica : hay que ser naciona l i sta , o por lo menos, " regional ista" .

En efecto, aceptar una cu ltura un iversal es , desde este punto de vista , poner todos los huevos en una ca­nasta ; un riesgo que no debe correrse , pues aunque au­mente a lgo la probabi l idad de ganar , hace i nf in ito el costo de perder. Por otra parte , el g igantismo reduce la flexi­b i l idad, la capacidad de adaptación a cambios inespe­rados.

CREA ve al p laneta -o a l os p lanetas- dividido en sociedades con un grado de autonomía mucho mayor que e l actual . No se trata de un a is lamiento que de todos

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modos sería i mpos ib le mantener , s ino s imp lemente ele una res istenc ia a admit ir "cuerpos extraños" hasta no haberlos estud iado, adaptado, d igerido, asim i l ado .

Se puede ser naciona l i sta, pues , no sólo por senti­m iento sino también por razones teóri cas.

Resum iendo : de manera aná loga a l as espec ies ani ­males , los pueblos ti enen tres destinos posib l es : desa­parecer, fos i l izarse o evolucionar .

Desaparecer es malo; no hay discusión. La primera l ey de un pueblo es sobrevivir , aunque para e l l o deba sufrir una m utación socia l , una revo luc ión profunda, que sí haga desaparecer su estructura social, pero reempl a­zándo l a por otra.

Fos i l izarse es a lgo que centenares de sociedades han logrado durante mi len ios , como es b ien sab ido . Muchas personas -los verdaderos "conservadores"- lo miran con buenos ojos , con tal que e l estancamiento se pro­duzca a un n ivel "satisfactorio " para e l l os. Ese n ive l n i s iqu iera precisa ser muy a lto como l o demuestran l as tribus prim itivas que l legaron a un equ i l ibrio con la na­tu ra l eza poco superior a l de subsistenc ia y, s i n embar­go , vivieron satisfechas hasta su desaparició� por cata­c l ismos o por su as im i lación por pueb los mas fuertes.

Este m ito de l a fel icidad estática p resenta un gran atractivo para quienes ven amenazados sus privi l eg ios. E l esti lo CREA lo descarta d e p lano, por a lto y duradero que sea el n ive l de fe l i cidad en que se log¡-e e l estanca­m iento. Es el ideal sueco y s u izo.

E leg ir la evoluc ión -progresiva o a saltos- es una decis ión l ibre. Como f in ú l t imo no necesita una justif i ­cación forma l . Pero no es a rb i trar io : no es l a evolución por l a evoluc ión misma lo que se e l ige , ún icamente. Co­mo s iempre, estas decis iones están cond icionadas y ob l i­gadas por l o que uno no quiere ; por lo que rechaza , y esto sí , viscera l mente. La evoluc ión -o revolución- hoy e s necesaria porque rechazamos v iscera lmente l a sociedad actua l , cuyos defectos no hace fa lta que vo lvamos a enumerar. La evoluc ión es necesaria m añana porque te­nemos m iedo de que los cambios que p roponemos con­tengan tamb ién consecuencias imprev is i bles que recha­zaríamos; l a nueva sociedad será superior a ésta, pero

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i mperfecta , por sa l i r de nuestras ignorantes manos. y l a evo lución nos parece necesaria más ade lante , ya no para buscar l a perfección soc ia l -que sería l a sati s fac­c ió� co� lo que se t iene, la fe l i ci dad- sino por otra razon vrscera l : el orgu l lo o la cur iosidad.

· Rechazamos vivi r s in saber para qué hemos hecho todo este cam ino . C i nco m i l m i l lones de años de evo­l uc ión nos parecen un desperd i cio si su coronación ha �e ser c inco m i l m i l lones de hombres sonrientes y sa­t rs!echos per secula secu/orum. Esto no puede term inar as r . Una vez que hayamos dom inado las fuerzas socia­

l es en e l g rado en que dom inamos hoy las natura l es , queremos ponernos en serio a aver iguar de qué se tr8ta . Queremos comprender.

, ?abe�os _ya l o que es capaz de dar l a comprensión ':l '�trca s rmp l rsta de este prob lema : es amp l iamente su­f rcr ente para a lgunos, pero i ntransm is ib l e a l os demás . L_a compr�n� ión rac iona l es un camino que no da segu­ndad de exrto , pero que no está agotado : por lo tanto hay que segu i r exp lorándo lo , para ver adónde l l eva. y puede , haber otros cam inos que hoy n i i mag inamos, pero que solo podremos encontrar s i nos mantenemos en mo­vimiento, insatisfechos. Los que ya han d ivisado la ver­dad a través de la fe pueden ayudarnos por so l idaridad. . Para e l es� i l o CREA e l i nd iv iduo no es , pues, un s rmp le envoltor ro de mater ia l genético para conservar la especie, n i un s imp le envoltor io carnal de un espíritu o a lma para devolver a D ios . . Su . mis ión es mantener en movim iento l a cu ltura_ �ue Io nutre, y para éso es q · 1e debe desarro l l ar a l maxrmo su capacidad creadora . Es un generador de ideas para a l imentar l a cu ltura . ,

La soc iedad j usta e i g ua l i ta r i a resu l ta entonces no solo un f in en s í m isma, s i no una necesidad para no desperdic iar l a capacidad creador·a que todos los i nd ivi· duos tienen en potencia y que la sociedad actua l cercena inh ibe y deforma. '

, Que esa sociedad c readora es i ncompatib l e con e l afan d e l ucro , con u n a organ ización productiva basada en la empresa privada, con la existenc ia de c lases do­m inantes y dom inadas, lo damos p·or amp l i.amente. demos-

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' ., '" -fl •1

trado, reconociendo también que eso tuvo un pape l h is­tórico creador , hoy agotado.

d) C iertas ideas generales sobre e l mundo son in­separables de nuestra " fa lac ia natura l i sta" -com o l a l l a­man a lgunos f i lósofos que no han com p rendido e l signi-f icado del vol untarism o .

- El r iesgo y l a i ncertidumbre son características d e todas nuestras decis iones, desde l as cot id ianas h asta las de las c ienc ias más abstractas .

- Pueden y deben coexi sti r muchas culturas y so­c iedades. Cada una de e l las valora y hasta perc ibe l as cosas de manera di-ferente : da sus prop ias normas jurí­d icas y éti cas, fija la i m portanc ia de l as cosas, e stab lece reg las -en genera l no escritas- para censurar y de­formar la i nformación , y trata de que todos sus miem­bros acepten esos criterios. Pero e l los no son a bsolutos , y hasta ahora han s ido i mpuestos s iempre a l a sociedad por un grupo o clase soci a l dominante para proteger sus propios intereses.

- Los mayores problemas son com p l ejos ; no se re-suelven con recetas ni i ntu ic iones, aunque no son i rre­sol ub les . Nuestra experienc ia cotid iana -y por lo tanto nuestro l enguaje común- no nos prepara para intu i r l as cuestiones d e fondo , n i en Física n i e n Socio logía . Por eso es esencial en c iencia l a i ntroducción de l engua­jes i ntermedios -si m ból icos , formal es- para constru i r teorías o modelos d e esos m undos ajenos, n o i ntll ib les , s i n perd�r e l poder de inf lu i r sobre e l los .

- La sociedad i ndustri a l , que pos i b i l ita abundanci a y ocio para todos ,· e s .una etapa cump l ida en l o esencia l ; una herencia de que puede d i sfrutar todo el p l aneta . A parti r de a l l í , l a d ivers idad cu ltural se da en u n a etapa superior, referida más a l manejo de la i nformación que de l a energía . Su herramienta típica no es e l m otor s ino la computadora; su factor d inám ico no es l a fuerza ind i ­vidua l en competenc ia , s ino la p l anif icaci ón ; su esqueleto es fuerte , no tanto por sus m ateria les como p o r su es­tructura ; su método p roductivo no es el hombre s i rviente de la máquina s ino l a máqu ina usada por una organiza­c ión ; la d ia léctica se transforma en teoría de s i stemas .

- La c i.enc ia humana no es objetiva ni n eutral . E l i -

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ge ideológicamente l os prob l emas de que se ocupa -co­mo se ve c lara mente en el colon ia l ismo científico de n uestros países- y l es asigna pr ior idades por medio de recursos f inancieros controlados por i nstituciones i nte­resadas en mantener c i erto s istema soc ia l . Pero incluso sus cr iterios de verdad y de objetividad c ientífica están viciados, sa lvo en algunas c iencias típ icamente experi­menta l es o puramente deductivas : e l estado actua l de las c!encias humanas, y buena parte de las b io lógicas, perm rte que se pueda creer· en lo que se desea creer. Esto, sin hab lar de la i nf luenc ia de nuestros mecanismos cerebra les , n uestros ó rganos de percepción y nuestra gé­nesis psicológica, n i nguno de los cua l es puede cal if i­carse de e lemento neutro.

- A pesar de todo eso, l a c iencia es l a mejor he­rramienta que tenemos para saber y para cambiar las cosas, s iempre que rechacemos todo pr inc ip io de auto­ridad i nternacional para l a e lección de métodos y pro­blemas.

1 7. Satisfacción en el trabajo. Se busca , por su­puesto, desa l i enar a l máximo el trabajo. Para esto no hay recetas seguras, y durante m uchos a ños será necesario dedicar le buena parte del ta lento creativo popu l a r.

Se supone que el aumento de part ic ipación en todo tipo de decis iones referentes a l trabajo, la faci l idad de recib i r entrenamiento para cambiar de tarea , la e l im ina­c ron d� condic iones desagradab l es ·-pel ig ro de acciden­tes , ru rdos, oJores, esfuerzos demas iado agudos o pro­l ongados, etcetera-, la m ejor organización de turnos va­caciones, horarios y distr ibución de tareas en el pro�eso de p roducción , e l im inarán m uchos inconven ientes desde e l comienzo. S i n embargo, la experiencia de otros países muestra que la pr imera reacción de muchos obreros ante una d isminución de la autoridad patrona l es el ausentis­mo, e l desgano, e l trabajo interrumpido por i nterm inables asamb leas y en general una baja productividad. Es una reacción muy expl icab le a l hastío cuando no a l odio , pro­v?cado por esa ob l igación cot id iana pesada , hum i l lante, ajena.

¿ Cómo convert i r rápidamente esa actitud hosti l en un interés auténtico y sati sfactorio por p rotlucir? La p�fa.

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1 \

bra c l ave aquí es " ráp idamente" . Teór i camente podrá lo: g rarse demostrando a l trabajador que realmente. �e esta en un nuevo t ipo de soc iedad , donde su productrv rdad va. en benefic io de todo e l pueb lo y es i mprescind i b l e para el pueblo . H asta qué punto se puede convencer rápida­mente a una persona de esto , depende de dos factores pr incipa les : uno, la manera como l l egó al poder e l nu�vo esti lo , que puede dar muy disti nto peso a los l l a mamren­tos hechos por e l gobierno en nombre de la nueva so­ciedad. Segundo, e l g rado de preparac ión prev i a de los activistas de l nuevo esti lo con respecto a este p roblema : poder lo atacar s in i mprovisaci ones, s i n pérdida de tiem· po, con i nstrumentos adecuados de propagand� (una pro­paganda estúp ida puede perjudicar por l a rgo t rempo esta s i tuación) .

En CREA no se reconoce una "condición obrera" in ­mutab le , y organ izará una rotación en las tarea s que no ate n i a leje definit ivamente a nad ie ?e l tr�bajo ma��a � . Pero esto es a med iano p lazo . En lo r nmed 1ato , es drfrc r l que se tenga tiempo para pensar en estos p roblemas cuando toda l a atención estará d ir ig ida a soc i a l i zar las empresas grandes sin desqu ic iar l a p roducció n .

Este es t a l vez u n l ugar adecuado para observar q u e ese pos ib le y temido "desqu ic io" d e l a producción, que l leva por u n ti empo a l a escasez e inc luso a l hambre -fá­bricas cerradas , sabotajes, obreros ded icados a l a activ i ­dad po l ít ica , etcétera-, ese d esquici o , dec imos, no e s tampoco e l f in de l mundo. M uchos pa íses han sufrid o desquicios peores -y e n nombre d e guerras q u e en nada i nteresaban a sus pueb los- con destrucción masiva d e fábr icas y vidas, s i n que su población s e haya

.�eja?o

ap lastar por e l lo . A l contrar io , esa misn;a destruccron � ��­ne a l menos l a ventaja de e l i m inar remoras y permrt r r u n a reconstrucción a fondo. L a ú lt ima g uerra m u nd ia l t ie­ne Dbundantes ejempl os de este fenómeno, que ya ha de­jado de l lamarse " m i l agro" por lo repetido . ·

Este es un nuevo l lamado de atención a l o s " revolu­c ionarios" que siguen viendo todo a través del p risma de la producc ión . No pueden postergarse lo� objetivos de

· tipo soc ia l con e l argumento de que producirán escase�es , salvo en casos muY extremos. Es muchísimo lo qUe pode-

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mos reducir nuestro n ivel de vida s i n l l egar aún a l os sacrifi cios que costó , por ejemplo , nuestra guerra de l a i ndependencia y organ ización naciona l .

En resumen, a corto p l azo, l a satisfacc ión e n e l tra­bajo debe proven i r pr inc ipa lmente de estímu los po l íticos . Esto no dura mucho, y antes de un qu i nquenio deben usarse otros estírnu los , de los cua les uno importante es l a ro­tación y la redistr ibución de l t iempo trabajado.

Las horas no trabajadas pueden reun i rse en un pe­ríodo continuo l argo de vacaciones -disminuyendo el ocio cotidiano y semanal dura nte el período de trabajo- du­rante las cua les puede prepararse todo para cambiar de tarea o de l ugar de trabajo e l a iío s igu iente .

Esto , más la comprensión de l papel socia l de l trabajo rea l izado , y el estímu lo a Jos sentim ientos so l idar ios , pue­de producir f a desa l i enación deseada . Pero por suerte no hace fal ta que tengamos hoy la receta comp leta : en este problema es mucho Jo que agregarán todos los trabaja­do¡·es al part ic ipar en su d iscus ión .

1 8 . Participación. E l pr inc ipa l objetivo a este respecto es que la part ic ipación sea profunda, es decir , que cada persona d isponga de l os e lementos informativos necesa­rios para comprender el prob lema, y que el debate previo sea ampl io y c laro . Logrado esto, las características for­ma les de la partic ipación importan menos y serán deci­d idas en cada caso, con partic ipac ión de Jos interesados .

D icho objetivo s in embargo presenta d ificu ltades téc­n icas aun en condic iones idea l es , pues es típ ico de los problemas de decisión el hecho de que no se d ispone de p lazo i nfin ito para tomar la . Por l o tanto, esos debates am­p l ios , esa i nformación d isponib le -pero que l l eva tiempo consu lta r- pueden ser i lusorios s i no se ha estudiado el prob lema de la decisión colectiva bajo urgencia. Se trata de un metaprob lema, cuya so luc ión , aunque sea aproximada y a mejorar gradua l mente , es previa .

Este problema se p resenta más agudamente en los tiempos de trans ic ión , cuando l a información está poco d isponib le , la pob lación está poco acostumbrada a esta actividad -sa lvo en aspectos formales como e leg i r por votación entre A y B- y la urgencia y gravedad de las decis iones es s iemp.re grande.

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Una dosis de paternal ismo parece pues inev itable a l comienzo. S e trata d e que n o vaya más a l l á d e �o �ec�­sario y , sobre todo, de que no perdure. Es aden�as IneV I­tabl e que aun s i se organizan asambl eas d� . fabri:,as Y barrio desde e l com ienzo, l a voz de l os mi l i ta nte ... d� l movimiento po l ítico defensor de l nuevo es�i l o �enga mas peso, por la autoridad que les da su expenenc 1 a Y sobre todo el éxito en haber tomado el poder .

Todo i rá b ien desde este punto de vista si e l Movi­m iento tiene fuerza suficiente para part ic ipar en todas l�s asambleas popu l ares y "dar l a l ínea" d e manera convm­cente . Eso no es necesariamente así, y puede� produ­c i rse numerosas desviaciones, cuyas consecuenc iaS pue­den resultar i mportantes.

· Por ú l t imo , está e l prob lema de l a partic i pación en

decis iones muy técnicas. Es, otra vez, un prob lema de l corto p lazo. A la larga, no es que todos estarán en con­d i ciones de opi nar sobre cua l q�i er co�a ; eso ya �o p;1e�e ocurrir en una sociedad postmdustna l ; pero S I esLaran capacitados para reconocer sus propias l imitac iones téc­n icas cuando se las demuestra con argumentos fuertes , Y para abstenerse de op inar s in senti rse frustrados o domi­nados. En e l corto p l azo, l a so l ución es otra vez �at�rna­l ista, basada en la confi anza y el respeto en el mov1 111 1ento po l ít ico. De todos modos, este paterna l ismo p�ede . s.er muy l im itado , pues l a capacidad popu la r de em1t 1 r opmiO­nes sensatas se subestima demasiado.

En las condiciones actua les de vida , · en que todo e l mundo está sumergido constantemente en u n o céano .de sugestiones y presiones para comprar esto y hacer Jo otro, ni los obreros ni los intelectuales y tecnócratas puedtn

estar muy orgullosos de sus op in iones. No vemos que l o s técn icos tengan mucho éxito con e l l as , n i que compren­dan que dentro de este sistema soc ia l no pueden l le�¡a 1· a tener lo.

En cond ic iones d iferentes, cuando l os prob l emas se s ienten como propios y rea l es -no como preguntas en u n concurso te l ev is ivo, o en un' examen por "mu l t i p l e choi­ce"- parecería que el sentido común puede ser un arn1a nada despreciab le frente a las d i ficu ltades¡ rwe t18 pre­sentan en esa etapa.

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Un esqu�ma �e partic ipación en decis iones ap l icab le en m uc�as s rtu�c�ones -no en tod&ls- es e l s igu iente (como ejemp lo t rp rco tomemos una comun idad o barrio de d?� o tr�s r:n i l persona�, aunque estamos pensando tam­b.ren en '!lstrtucrones mas específicas, como fáb ricas, par­

trdos pol rticos , escue las , etcétera) : a ) Hay u n organ ismo, loca l i zab le por todos, donde se

l leva a cabo �1 proceso. Es una instituc ión con muy esca­so pe_rso�a l frJO, l ugar para reun iones (en el futuro. acceso por �r r.cu rto cerrado de TV) , banco de i nformación o acce­so �aprdo a uno, y un medio de difus ión , que según el ta­mano de la comun idad puede ser desde una carte l era g�a�de Y V!s ib l e hasta un transmisor de radio o un s istema raprdo de rmpres ión y d istr ibuc ión . Esta i nstitución puede l lamarse " gobierno" .

b ) Todo m iembro de la comunidad tiene derecho a p la�tear prob �emas de todo t ipo. Para e l lo concurre a l gob!.

erno Y deja expuesto e l p rob lema e n " mesa d e entra­das

,' donde se le ayuda a dar le una forma c lara y breve

s�gun normas decid idas previamente por la m isma comu� n r�ad para . fac i l itar l a tarea (y que pueden cambiar) ; metodo rud!mentar io : formu lar ios. De i nmediato e l pro­b lema se d r funde por e l medio d ispon i b l e : s i es el más barato , se pone una copia en carte l era . S i el p roponente lo d�sea, J �n�o con la expos ic ión "depurada" puede di­fundrr su orrg rna l , como garantía contra censura.

.,. e) Otra copia pasa de i nmediato a "masticación ". Es .. e es un secretarrado de unos seis m iembros rotativos , q�� se renuevan .mensualmente por tercios y deben ser r��rdame�t� loca l rzab les . Este comité hace la c las ifica­? ron p re l r�rnar de l prob lema y l e as igna tentativamente r mportancra , urgencia, campo y n ive l técn ico � i

,e l prob lema es ca l ificado como de , ;extrema ur­

gencra .' �s.te m is�o cor:n,ité toma una decis ión a l respecto Y �ace rn rc rar su ejecucron . S imul táneamente d ifunde una

senaf de a lerta entre todos los m iembros y convoca a los que corresponda. S i e l prob lema es además i mpor­tante, c

.onvoca a to�os a sesión permanente , en l a cual

s� empreza por e l eg r r un com ité de emergencia para que srga tomando las decis iones i nmediatas y l uego se d iscu­ten los cr,iterios a que debe ate nerse este com ité.

Para casos intermed ios de u rgencia e importanc ia , los mecanismos son intermedios entre éste y e l que sigue .

S i e l prob lema no es u rgente , e l secretariado s e l imita a difundir sus conc lus iones pre l im inares, propon iendo un p lazo pat·a e l paso s igu iente .

d) El problema pasa entonces a " asamblea" : todo m iem bro de l a comun idad puede opinar acerca de todos l os aspectos de l prob lema, y e n particu la r acerca de la c las ificación p ropuesta por e l secretar iado, e l p lazo dado y la neces idad o no de hacer i nterVen i r un comité espe­c ia l izado; puede además suger ir soluciones. Se van crean­do, con e l t iempo, métodos para que estas intervenc iones puedan ser b reves y accesib les .

A todas se l es da l a misma difus ión , de modo que la asamblea -sea que se reúna f ís icamente, sea que cada ind ividuo pase por la sede del gob ierno cuando le conviene y examine la carte l era- está informada de todas las pro­puestas .

Pasado e l p lazo, se vota s i se amp l ía . Si no , se vota s i debe pasar a com is ión técn ica, y e n ta l caso, a cuá l .

e ) Las comisiones técnicas son pocas y de n u merosos miembros . Al rec ib i r un prob l ema de la asamblea des ignan, de su seno o no, un grupo asesor "ad hoc", adecuado a las características particu l ares de l caso. Este grupo asesor ana l iza el p rob lema, requir iendo, si es necesario, i nforma­ción extra hasta un costo y p l azo fijados por la asamblea y la com is ión técnica g rande. D iscute l as diversas so­luc iones pos i b l es y l as presenta a la asamblea de manera comprens ib le , enunciando además cuál es serían los cri­terios más perti nentes para eva l uar las y cómo se ordenan según cada uno de e l l os por sepat·ado. ·

f) La asam blea cons idera este informe -reu n ida o a través del medio de d ifusión- y agreg a otras posib les soluciones o criterios de eva l uación. Luego adopta una ponderación para cada criterio y los com bina de esa ma­nera para e leg i r la so lución más ventajosa desde todos esos puntos de vista . Esto se hace por votac ión genera l en un p lazo dado.

g) Si la asamblea lo estim a necesar io -por ejemp lo , s i l a votac ión no es muy dec is iva -se requ iere ampl ia­c ión de aná l is is a las comisiones técn icas, autor izándolas

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EVALUACION de actos. normas F-·��K""

y personas

I M PLEMENTACION Producto f inal instrucciones

'

238

D E C I S I O N Provisoria o f ina l . Parc ia l o compl eta

NO

SECRETAR I ADO C lasif ica. Propone

p lazos de d iscusión

Asigna recu rsos y plazos a: COM ISION t-----J

TEC N I CA ampl ia

a aumentar l os costos y p lazos . Se fija un plazo máximo para tomar una decis ión .

h) Una vez tomada l a dec is ión se hace la eva l uación del p roceso para ver si es necesario i ntroduci r modifica­ciones al mecanismo, criticar el comportamiento de las com isiones, agradecer a los m iembros que hayan hecho sugerencias úti l es y amonestar a los que a ju ic io de l a gran mayoría hayan ocasionado pérdidas d e ti e m po inne­cesarias.

En e l gráfico de pág. 238 damos un "d i agrama de flujo" de l proceso de part ic ipación en una i nstitución cua lquiera.

1 9 . Autonomía nacional. La creatividad requ ie re nece­sariamente l a máxima autonomía de pensamiento y cu ltura , y por lo tanto l a máxima i ndependencia po l ítica , económica y tecnocientífica que es posib l e lograr en un mundo tan pequeño. Ya hemos d icho que esa autonomía no es des­preciab le y que es además un objetivo estrechamente l igado a los f ines ú lt imos del est i lo CREA (véase 1 6) .

Si no hay nuevas guerras mund ia les será re lat ivamente fác i l conservar y aun aumentar l a soberanía territorial y l a i ndependencia pol ít ica . En l a actua l i dad , las g randes potencias con vocación de dom in io mund ia l parecen ser cuatro : EE . U U . , U . R .S .S . , China y Japón. M ientras se equ i ­l i bren, hay c ierta garantía de no intervención v iolenta . Europa occidental y sus apéndices ang losajones actúan además como e lementos estab i l izadores , pero de todos modos las fuentes potencia les de conf l i ctos son muchas y comp lejas .

La inf l uencia norteameri cana en América de l Sur perderá peso relativo, pues esta potenc i a está dec l i nando su l iderazgo m undia l en todos l os terrenos , aunque eso no s ign if ica que no puede haber coletazos , actos irracionales , i ntervenciones anacrón icas, durante muchos años todavía . Otro factor de i nestab i l idad es l a aparic ión de Bra s i l como seudopotencia con pretensiones de dom i n io reg ion a l : t iene c ierta viab i l idad tipo fascismo, por basarse en una a l ianza m i l itar-fi nanciera -aunque con capita les extranjeros- y es d i fíc i l predecir su evo lución .

Pero eso m ismo ob l iga a l a Argentina a b uscar su i ntegración máxima con los países cultu ra lmente más afi­nes, que puedan compartir e l esti lo e leg ido : Uruguay, Chi l e

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y ta l vez Paraguay ( hay cas i tantos paraguayos en Buenos Aires como en Asunción) , y a estimu lar un b loque " incai­co", o inc luso un i rse a é l .

Las i n iciativas de i ntegración l at inoamericanas serían descartadas. Desde nuestro punto de vi sta , eso exig i ría como paso previo -impos ib le de dar en la prácti ca- f a formulación de un esti l o o Proyecto común . S i n é l , s e está aceptando imp l íc itamente el desarro l l ismo, que sólo puede favorecer a las g randes corporac iones, ún icas capaces de aprovechar las economías de escala pos ib les en un merca­do ampl iado " por arri ba" . En las condic i ones actuales , l a i ntegrac ión es la pérd ida defin i tiva de l a i ndependencia .

Como s iempre , e l acto más pe l i g roso e s la naciona l i ­zación de las empresas extranjeras. Esta debe ser total e i nmediata, pues es absurdo l anzar un Proyecto Nacional a lgo d ist into de l esti lo actua l s in tener p leno poder nacional de decisión sobre las actividades económicas.

La compensación por estas expropiac iones debe hacer­se sobre la base de una estimación tota l de las i nversiones fís icas y las remesas de benefic ios a lo largo de toda l a h istor ia d e cada empresa, lo cual s ign if ica cas i s iempre no compensar.

¿ Merecería e l est i lo CREA una i ntervención de l os marines? Depende más que nada de l a forma como se to­mara e l poder. De todos modos lo creemos poco probab le .

La autonomía económica es fác i l de lograr en la Ar­gentina ; mucho más que en otros países sudamericanos, gracias a sus recursos humanos y de capital i nsta lado. Al i mentac ión , vestuar io , vivienda, educación y salud son neces idades que pueden satisfacerse en grado más que aceptab le para toda l a población , con i mportaciones i n­s ign if icantes , en cuanto se ¡·enuncia a l consumo suntuar io . Incluso puede prosegu i r la producción de muchos b i enes durables , aunque con a lgunas medidas previas de reorga­n ización (ejemplo típico , la i ndustr ia e l ectrónica) .

Basta ponerse como ejerc ic io l a h i pótes is de que e l resto de l mundo se vea envuelto en una guerra que nos a ís le comerc ia lmente, para l legar a la conclusión de que podemos segu i r adelante s in ajustarnos demasiado e l c in­turón.

Eso no s ign ifica que deba buscarse la autonomía eco-

240

nómica tota l . El comercio i nternacional puede fac i l itamos mucho l as cosas . Pero no dependeremos de é l .

E n e l campo tecnocientífico es donde l a autonomía re­su lta más d ifíci l de lograr e i nc l uso de comprender . Nos refer imos a lo d icho a este respecto en el cap. 1 1 y en [8] , y a reca lcar que el esti lo CREA promete produci r i nnova­c iones en c ienc ia pura y apl icada que no serán s i empre aceptadas por los demás países. E l lo puede suceder por­que sus resu l tados serán respuesta a prob l emas nuestros , va lorados con nuestros propios cr i terios d e i mportanc ia , es dec ir , con autonomía cu l tura l .

20. Propiedad personal. N o se adm ite la p rop iedad privada de los medios de producción, pero sí la de úti les y herramientas para toda forma de oc i o creativo, que puede incl u i r parte de "producción casera" . Hemos d i cho , s i n embargo, que los empresar ios pequeños perdurarán tal vez una década, dada la dificu l tad de o rgan izar s u reem­p lazo por otras formas productivas . Se supone que esta excepción tendrá poca i m portanc ia porque sus act ividades estarán controladas en cuanto a decis iones y uti l i dades, y no habrá l ibertad automática para insta lar nuevas e mpresas de este t ipo.

Esto va l e también en e l medio rura l , donde la R eforma Agrar ia debe comenzar por la co lon izac ión de latifundios . Pero a l l í, l os benefic ios socia l es que e l l a puede ofrecer al pequeño agricu ltor -y a su fam i l ia- son tantos , que no es d ifíci l su i ncorporación vo l untaria y ráp ida al pro­ceso , lo que i m pl icará mayor costo en organizadores .

D icha Reforma Agraria rechazará la p ropiedad p rivada de l a t ierra, pero postergará las d iscusiones formales sobre el tema lo más pos ib le , dedicándose en cambio a o rgani­zar el trabajo en común , la cogestión comp leta , l a d istri­bución igual itar ia de los ingresos -igua lando el cap ita l in ic ia l de los compañeros de asentamiento mediante sub­s id ios no l íqu idos-, la lea ltad al Proyecto Nac ional y sobre todo l a vida comuna l en todos sus aspectos socia les i ntegradores y no competitivos.

Se perm it i rá l a posesión personal de b ienes du rab les, aunque es probable que este problema se desp lace al lllJ­cleo social básico. Por ejemplo, l a propiedad de l a viv ienda por el núcleo que la habita puede l l egar a ten@r c ie rta im-

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portancia po lémica. Son temas que es prefer ib le no decid i r de antemano s i no l levar a d iscus ión part ic ipante .

2 1 . Política regional. Grado aprec iab le de p lan ificación regiona l desde e l comienzo , basado en estudios hechos an­tes de la toma de l poder. Aquí parece necesaria una dos is de paterna l ismo d i rig ista, pues e l tema es de d ifíci l d is­c�sión popu lar , dados l os natura les intereses local istas que sol� pueden superarse con una visión profunda de l Proyecto . Nac.IOn� l . Como l as medidas urgentes de reorganización J nstJtuciOna l y Reforma Agraria requ ieren una po l ít ica re­g iona l previa , no es pos ib le esperar su aná l is is parti ci pante a fondo.

Esa partic ipación va aumentando ráp idamente y condu­ce a un federa l ismo auténtico . Se estimu l a mucho a las c?m�nidades rura les y se frena todo desarro l l o de mega­lopo l l s . Esas comun idades son l os núc leos básicos de l a sociedad campesina y deben encararse desde e l com ienzo como una revol ución en e l esti lo de vida rura l . La conexión con la vida u rbana no se buscará sólo a través del trans­porte fís ico s i no, sobre todo, de la atención de c iertas n.e?esi??des ��c ia les gruesas, como educación , sa lud , par­t Jc JpaciOn pol 1t 1ca. Los s istemas i nstitucionales que atien­den estas necesidades deberán organ izarse con descentra­l ización jerarqu izada, equ ipos móvi l es y otros medios a estud iar.

No �e fomenta espec ia lmente l a d ivis ión de l trabajo entre reg iOnes, sa lvo por motivos geográficos contundentes, en los casos ya bien conocidos.

No se deja n i nguna zona importante "en reserva" · n i s iqu iera l a Antárt ida.

'

. 22 . Libertad para cambiar de estilo. Ampl i a , dada l a 1 m

,a�en d e l mundo descripta en 1 6 . S e estimu la e l espíritu

Crit iCO. Este prob lema, por supuesto, ni se menciona durante

la pr imera década. A part ir de entonces se revisa , actua l iza Y reforma e l Proyecto Nacional cada c i nco años -siempre con un horizonte de 30 años más- con participación pro­funda.

Se procurará que los recursos finales -existentes a l l l egar al horizonte- sean suficientes para continuar con e l mismo esti lo otros 30 años.

242

23 . Resolución de conflictos sociales. El cuerpo ju­ríd ico se va formando con normas d ictadas con participa­c ión general d i recta . A l comienzo esas normas pueden ser no escritas s ino basarse en la i nterpretación d e l espí­ritu general de l esti l o por tribuna les popu l ares . Se rechaza todo autoritar ismo.

H abrá a lgunas excepciones i n ic ia lmente, como l as ga­rantías dadas a los empresarios pequeños para est imular su producción , que deben ser c laras y expl ícitas .

Los confl i ctos generados por imperfecciones d e l nuevo s istema , o por aspiraciones superiores a las metas del Proyecto por parte de a lgunos g rupos de trabajadores, de­ben ser resue ltas desde l a base , a través de l movim iento po l ít ico que i ntrodujo e l nuevo esti lo . S u arma pr i ncipal es l a comprens ión del Proyecto .

Sólo pueden produc i rse confl ictos soc ia l es importantes si ese Mov im iento comete errores garrafal es o traiciona e l espíritu de l est i lo , formando un nuevo g rupo o c l ase do­minante . En ambos casos , · la ún i ca soluc ión es e l derroca­miento de ese nuevo poder, probab lemente por l a fuerza .

Se está suponiendo, evidentemente, que los grupos an­tes dominantes han perdido casi todo su poder, y que e l transcurso d e l tiempo completará esa pérdida, dado el éxito probab le del est i l o y su énfasis por lograr compren­s ión y partic ipación genera l . I ntentos de retomar e l poder conducen, por supuesto, a pruebas de f uerza. Conf l ictos menores promovidos por esos g rupos son tratados por tri­bunales popu lares .

En e l orden individua l , se define el cr imen contra la so l idari.dad soc ia l -maltrato a l públ ico o a máq u i nas, i n­terferencias en e l funcionamiento de i nstituciones , desde sabotaje hasta neg l igencias inexp l icables- castigado más con la desaprobación general y l ocal que con sentencias de tri buna les .

Para los casos más graves se organ izarán br igadas de trabajo y reeducación , que reemp lazarán por comp leto a l as pr is iones, y estarán contro ladas por as i stentes socia les.

24. Población. N o habrá contro l de n ata l idad . La Ar­gentina es u n país poco poblado, que i nc l uso arriesga ver i nvad ida parte de su territorio por vecinos con pretensiones i mperia les y exceso de población real o aparente .

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No se esperan cambios importantes en la estructura P?r edad hasta,

f in de -� i g lo , n i se los busca. Se presta

sm embargo mas atenc10n a la morta l idad i nfanti l que a la sen i l .

No hay problemas étnicos o l i ngüísticos. N o se busca e��ecia lmente la d ive�s idad cu ltural -en sentido antropo­log¡co- dentro de l pa 1s , pero si aparece espontáneamente se la apoya con moderac ión . Parece más probab le y de­s�able , _la as im i lación cu ltura l de los pocos grupo� b i l i n­gues ex1 stentes hoy.

_ No �e fomenta l a i nm igrac ión . Se la acepta en peque­nas cantidades y con c riter ios muy selectivos de afin idad con el Proyecto Naciona l .

. �a Reforma Agrar ia detiene l a m igración rura l -urbana. D1smmuye la movi l idad reg iona l permanente , pero aumentan los contactos i nterreg iona les por vis itas frecuentes en vacaciones.

No hay problemas de movi l i dad soc i a l pues van desa­pareciendo las d i ferencias entre los grupos. . �5 . Estructura institucional. Aparecerán muchas ins-

t� t�c lones nuevas de n ive l 1 , sobre todo l i gadas a ac­tiVIda?es de part ic ipación y de ocio creativo , muy mal atend1das en la actual idad .

. La �o.vedad mayor, de todos modos, será e l núcleo soc1a l bas!co mult i fam i l i a r descripto en 8.

. f!'- n ivel 3 l os partidos pol íticos se convert irán en ins-titUCiones para p romover redefin ic iones del esti lo 0 su tran

_sformac �ón tota l . � l los y las asambleas de partic ipación

� nlv,e l

_ nac10n a l seran los focos instituc ionales a n ivel

1 deolog 1co aunque, por supuesto, no serán los ún icos l u­gares donde estos temas se d iscutan : escuelas núcleos básicos, etcétera .

'

, E l movim iento po l ítico i nstaurador del esti l o tiene ade,

';J�S, durante la pr imera década por lo menos, las tareas t 1p 1cas del gobierno ejecutivo. Sobre su o rgan izac ión no hablaremos en este vo lumen. �a reorgani�ación más u rgente es a n ivel 2 , que debe funciOnar �on c 1e_rta ef ic i

_encia ya durante todo e l período

de trans ic ión �pnmer qumquenio) y es el que sufre Jos n:ayores camb1os en cuanto a los cr iter ios a ap l icar y ac­titudes de su persona l . Sus p rinc ipa les funciones son :

244

-Coord i nación de la producción: asegurar q u e cada un idad productiva reciba a tiempo l os insumas, e l persona l y los equipos necesarios, y su producción se ret i re a t iempo y se d i stri buya adecuadamente . Este f lujo de mater ia les y personas debe organi­zarse de manera mucho más efic iente que por el s istema actua l de contratac ión en el mercado. In­c luye la centra l i zación de l as compras y ventas en el exterior , prob lema muy complejo a l com ienzo por las espec if icaciones aparentemente muy críticas de las importac iones de cada empresa . Esta coord i nación pueda i ntroduc i rse paso a paso (por ejemplo , por sector de origen ) .

-Coord inación d e servic ios socia les y cultura l es : edu­cación , sa lud, part ic i pac-ión , recreación, etcétera , son atendidos por instituciones de n ive l 1 que pueden d isminu i r enormemente sus costos si coor­d inan e l uso de locales, equ ipos y personal auxi l iar . E l aprovechamiento de vacac iones j uven i les para le­vantar censos, cartas geo l óg icas , etcétera , requiere también una coord inación especia l .

-Asesoramiento a todo t i p o d e i nstituciones : in­formación específica, cr iter ios de raciona l i zación entrenamiento de persona l , normas para manten i­m iento de maqu inarias, desarro l lo de innovac iones .

-Eva luación y control de cal idad, productividad , capa­c idad ociosa, condic iones de trabajo, d istr i bución efectiva de los b ienes f ina les, etcétera .

-Asistencia soc ia l : expertos en re lac iones sor; ia les, psicología y educación para integ rar y reeducar a l persona l de otras i nstituc iones -inc l uso los núcleos soc ia les básicos rura les y urbanos- y d ifund ir los objetivos y métodos del esti lo .

-Plan if icación de corto p l azo. -Regu lac ión : normas de producción , de todo t i po . -Información bás ica para las m ismas i nstituc iones de

n ivel 2 y 3. Ya hemos d icho que sólo el manejo efic iente de esta información puede garantizar e l éxito d e u n esti lo plan if icado . Así l a contab i l idad de cada empresa ·-en términos reales: recursos usados y bienes produc idos- debe ser accesible

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rápidamente a las i nstituciones de p lanif icación y coord inación, cosa impos ib le s in un buen s istema de p rocesam iento de datos .

Pero este Proyecto Nacional cuenta con a lgunas venta­jas para hacerlo b ien . El l evantamiento verídico de datos en la fuente es garantizado por l a partic ipación de l per­sonal de cada i nstitución y l a vig i lancia de l movim iento po­l ít ico. Puede i nstaurarse fác i lmente la identificac ión única para cada persona y un idad productiva , en todas sus ac­tividades.

El s istema bancario se convertirá -como hemos d i­cho- en una ún ica institución de contabi l idad donde se reg istra d ía a d ía la producción e insumas de cada fábrica o asentamiento agrario , de cada escue la y hospita l , y se compara periódicamente con las cantidades indicadas por el p lan de corto p l azo. El costo de este s istema no tiene por qué ser mayor que el del s istema bancar io actua l . '

G ran parte de l costo actua l de las transacciones está destinado a dar garantías contra fraudes y robos , y contra el fracaso de las empresas que p iden créditos . Todo este inmenso peso muerto puede desaparecer , ya que el país como un todo puede soportar pequeñas f l uctuac iones y e rrores mucho mejor que una empresa o un banco a is lados. E l contro l puede entonces hacerse "a posteriori " s in gra­ves inconvenientes .

En un mercado p l an ificado, además, las empresas y las personas pueden tener proveedores permanentes , que conocen sus necesidades normal es , sin correr por e l lo el r iesgo de abusos monopól i cos, ya que i nterviene s iempre a l guna institución coord i nadora . Y por supuesto , la viabi­l idad f ís ica de l esti lo asegura el equi l i br io entre las de­mandas conjuntas y la oferta producida, o importada a t iempo.

Las características i nternas de las i nstituc iones son c laras: para su funcionam iento eficaz no se pone el én­fasis en e l equipamiento técn ico -con l a ún ica excepción de l a i nformación mecanizada- sino en l a reorganización de sus tareas y la desa l i enación de su persona l . Ya nos hemos referido al p rob lema de la reeducac ión de cuadros (ver 1 3) . Se busca la f lex ib i l idad y adaptac ión a nuevos

246

requeri mientos y se persigue l a burocratización, �o r _me� i o

de campañas pol iticoeducativas , con el apoyo de mstltUCIO­

nes especia les de as istencia soc ia l . E n l os años d e transición s e contro l a mucho l a ve�a­

l idad, la i rresponsab i l idad y por supu_esto el sabota¡e :

son crímenes contra l a sol idar idad socw l . . Es cruc ia l para esto el problema de las rem uneraci O­

nes , por sus efectos sobre l a productivid�.d , y �s �uy

d ifíc i l de resolver. Muchas de las crít icas practicas a l

socia l ismo s e basan e n que s i n e l a l ic iente . de ganar

d inero, l a gente educada en el s istema · ante� �o r ,no se

esfuerza por trabajar b ien . El v is ib le uso de est 1mulos

mater ia les" en muchos países social istas va en .a�oyo de

esta tes is . En a lgunos sectores, como l a med 1 C 1 �a, los

mismos usuarios prefi eren tener l ibertad de paga� ll}as, con

ta l de asegurarse los servicios de ci ertos espec 1 a l 1 stas de

su confianza . d d d · Puede recompensarse un iformemente a to o s , es e

un tr�bajador no ca l i f icado hasta un ci rujano o abogado de

habi 1 idad excepcional ? A largo p l azo esto es muy probab le , p�es e l a�mento

grande del número de profes iona les del m a_s � l to ll iVe l , l a

d isminución d e l as d i ferenc ias de conoc1m1entos �ntre

e l los , sus auxi l iares y el púb l i co en genera l , el trab�¡o �n equipo y el acceso fác i l a la i

_nforma?ión Y_ a la expenenc1 a

d e l os demás , harán q u e nad 1e s e s 1enta meemplazable Y no pueda entonces pretender pr ivi l egios (esto no es verdad

para l os "genios" , pero éstos justamente no _se p reocupan

mucho por l os estímülos mater ia les: son mcapaces de

trabajar a desgano) . Los t ipos conocidos de recompensas o estím u l os son

muchos : -Sueldo . -Premios especia les. -Goce de autoridad . -Prestig io dentro o fuera de la i nstitución . -Seguridad de d iversos t ipos (ver 6) . , -Aprobación de los compañeros : camaraden a , esp í-

ritu de cuerpo, respeto . -Mística l ea ltad El l Proyecto Naciona l . -Aproba� ión por e l prop io núcleo básico y otr�s.

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--Temor a sanciones y castigos. -Faci l idad para ensayar las i n i ciativas creativas . -Satisfacción con e l trabajo rea l izado. -Temor a ser ¡·eemplazado. De éstos , aprobac ión y prestig io son l as pr incipa les

compensaciones que pueden ofrecerse a qu ienes desempe­ñan tareas de importancia espec ia l cuando no existe el estímulo monetario ni es fác i l reemp lazar los . Los partida­rios entus iastas del Proyecto no necesitan compensaciones.

De todos modos parece evidente que durante una ge­neración por lo menos, habrá confl icto entre e l objetivo de igualar e l n ive l mater ia l de vida de toda la pob l ac ión y los sentim ientos de qu ienes creen que su trabajo va­le más . Estos conf l ictos deberán ser atend idos prác­tica y teóricamente por las instituciones de as istenc ia soc i a l .

Viabilidad física. Como confi rman l os experimentos numéricos , los dos recursos más escasos para la viab i l i ­dad de este esti lo son :

Personal apto para tareas de reorgan ización y reedu­cación en el nuevo esti l o .

S istemas de procesamiento y relevamiento de datos . N inguno de e l los es d if íc i l de consegu i r, en pri nc ip io ,

pero ambos requ ieren decis iones y gestación previos a l a toma de l poder.

248

1'

CAPíTULO VI

los recu rsos d isponibles

Si en vez de 100tificos y 1000itares tuviéramos 1000tíficos y 1 00itares . . .

M i amigo el Eric

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' 1

r· .

l . Sign ificado del cálcu l o de viabilidad

Se trata ahora de aver iguar s i un esti lo �-defi nido a través de las 25 d imensiones que hemos propuesto, u otras más adecuadas- es rea l izab le . Hemos divid ido ese problema en tres : v iab i l i dad fís i ca , soci a l y pol ít i ca . Son i nterdepend i entes, pero t ienen suf ic ientes d i ferenc ias como para que convenga , en una primera aproxi mación, ana l izar­l as por separado.

La viab i l idad fís ica anal iza l as dif icu ltades que nos im­pone l a natu ral eza del mundo fís ico y b i o l óg ico. S i un es­t i l o es fís icamente i nv iab le , es i núti l seg u i rl o propon iendo : sus objetivos no se pueden lograr -en los p l azos da­dos- aunque toda la pob lac ión olvide sus conf l i ctos y ponga todos sus esfuerzos en esa tarea .

Ac laremos que esta afirmación -com o todas l as que hagamos- sólo tiene s ign i ficado estadíst ico. S iempre es pos ib le imaginar cond ic iones externas no contro l ab l es que resue lvan l as d if icultades norma lmente i nsolub les : puede aparecer un fabu loso invento i nesperado , una guerra mun­d ia l puede converti rnos en árb itros del comerc io i nterna­ciona l ; los marc ianos pueden ven i r a ayudarnos. Esta actitud no es absurda en un jefe de fam i l i a que compra u n b i l lete de l otería para salvar sus esperanzas , pero só lo porque e l p recio de l b i l lete es muy barato frente a lo q u e está en juego. La probab i l idad de rom per la pared ele una cárce l a cabezazos no es cero, pero ese método no es raciona l porque el amor a la prop ia cabeza no es mucho m enor que e l amor a la l i bertad . Arriesgar a un país en un Proyecto condenado estadísticamente al fracaso se parece más bien a l a segunda s ituac ión . Veremos más ade lante cómo se puede hacer este cá lcu lo de ganancias y pérd idas alea­tor ias .

Cuando no hay v iab i l idad fís i ca , pues, corresponde ser más modesto en los objetivos -por ejemp lo , a largando los p l azos para cump l i r los o bajando algo sus nive les-. S i l os cambios no son "grandes" , podemos decir que s.e trata

25 1

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de una variante del mismo esti lo , pero hay cambios que s i gn ifican pasar a un est i l o d iferente.

E�te prob lema es de importancia po l ítica -inc luye , po; ejemplo , e l derecho que t ienen c iertos partidos 0 pa 1ses a autodenominarse "soc ia l istas"- y nos i nteresa m.uch? en este capítu lo por el s igu i ente motivo . Las C 1enc1as Socia les no son exactas . No só lo porque no se conocen sus l eyes y hay a l gunas variab les i mportantes que n.o se contro lan , s i no porque hay m uchas variab les P?co. I mportantes que no se toman en cuenta , que a veces n.1 S iqU iera se perc iben -"var iab l es ocultas"- y que t 1enen un efecto acumu lado que podríamos l lamar "ru ido de fondo", a veces tan grande que deforma tota lmente l os r.e�u ltados p revistos. U n esti lo , entonces, no se debe de­fi n i r con gran prec is ión ; aunque pudiera hacerse , no va le l a pena porque es impos ib le cump l i r l o a l p ie de l a l etra . lnc lus? . sería impos ib le verif icar s i se ha cump l i do -por las ? 1 f 1?u l tades de medici ón-, aun si ta l m i l agro se consigUiera .

Esto e s más c ierto cuanto más nos a lejamos d e l pre­se�te . L_?s probables resu ltados de nuestras acciones a tremta ano.s de p l azo son poco previs ib les (a pesar de lo cua l perm1ten tomar decis iones fundamenta les) . Inc luso cuando tenemos muy c laramente defin ido un objetivo -co­mo l a vivienda perfecta- no somos capaces de estab lecer gr�n d iferencia entre a l canzarlo dentro de 30 años o de 25. As1 como en e l comerc io se ap l i ca una tasa de descuento a toda promesa para e l futuro, l a mente humana d isminuye l a . i mportancia de los deta l les para sucesos y objetivos l ejanos en el t iempo.

En resumen, cuando hab lamos de un esti lo , entonces, n? debemos p�nsar en una propuesta precisa y rígida , smo en e l conjunto de todas las var iantes que no tra i­cionan el "espír itu" de ese esti l o .

. Como esto es cuestión de defin ic ión , no introduce di-f icu ltades concep�ua les : � i una variante de l esti lo X parece a a l gunos demas1ado a lejada de ese espír itu, se la toma como otro esti l o : Neo-X, o Seudo-X o Z ; y los que lo de­seen pueden considerar a ambos como s im i l a res o equ iva­lentes o distintos .

252

/ .

Otra cosa es, por' supuesto , cuando e l nombre de un est i l o es por s í solo un capital po l ít ico , pero de eso no nos ocuparemos en este capítu l o .

Analogamente, cada estrateg ia o po l ít ica economíco­socia l , que se ensaye para ver si permi te a lcanzar los objetivos de l esti lo , debe ser cons iderada e n conju nto con sus modificaciones menores ; l os resultados que p roduce no son ún icos , s i no toda una gama de posib i l idades debida a l os ruidos de fondo y a d iversas a lternativas probables de las variab les "exógenas" no contro l ab les -como e l c l ima , los prec ios externos , las novedades tecno l óg icas , etcétera .

Consecuentemente, nuestro cr iterio de viabi l idad tiene que ser también f lexi b le , cual itativo . Descartaremos to­ta l mente un est i lo X só lo cuando n inguna de sus variantes sea a l canzab le mediante n ingún probab le resultado de n i nguna estrateg ia .

Un gráfico puede ac larar lo que está en juego:

r - - - - -, ....,.--:-- - ------� �(1--f------ -- - .-:.--(§) �¿0)

1 ' 1 �

- - - - - - - -r---- - -i- - - ·- - - - - - - - - - - - -· ESTILO ¡>, 1 : '1 1

��....:--..o

1 '" 1 - - - - - - - � + - -1, - -j - ·· - -- - � - - - -· -1 \ J 1

Espacio de estrategias

L..._�'":,. - .....L -----���_,_,-Mocklu

El conjunto de la derecha es el resum en de las 25

necesidades a lo l argo de los 30 años: cada uno d e sus puntos debe interpretarse como l a descr ipc ión exacta de lo que ocurre en ese l apso con todas l as neces idades, sea en la rea l idad futura, sea en nuestras pred icciones bajo c iertas h i pótes is , sea en nuestros deseos. Cuando es esto ú lt imo, cada punto representa una variante exacta do un esti lo . Cada estilo y sus var iantes aparece entonces

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como un subconjunto de este "espacio de futuros" , y he­mos d i bujado dos: A y B .

A la izqu ierda está e l "espacio de estrategias " : cada punto debe interpretarse como una descripción completa de una pol ítica econom icosocia l a l o largo de 30 años. Cada estrateg ia con sus modif icaciones menores es entonces un subconjunto de ese espacio, y hemos d ibujado tres : E1 , E2 y E3 . ·

E l efecto de cada estrateg i a se reve l a en l a h istoria futura . Si todo fuera exacto , a cada punto del espacio de estrategias correspondería un punto de l espacio de fu­turos. Pero por todo lo que hemos d icho , este resu ltado no es ún ico : hay muchas pos ib i l idades, dadas por las var iables exógenas, l as var iab les ocu l tas y la in­defin i?ión de la estrateg ia . A éstas se suma además que, aun S I todo eso fuera exactamente conocido, no tenemos una bola de cr ista l que nos pred iga el futuro, s ino que de­bemos ca lcu lar lo de a lguna manera. Por eso aparece esa caja i ntermed ia l l amada Modelo , que representa el método de cá lcu lo de los resu ltados de cada estrategia, y que i ntroduce una imprec is ión más.

En resumen, a cada estrateg ia -ampl iada con sus mo­d if icaciones no esencia les- corresponde un conjunto de pos ib les futuros , de los que só lo se toman en cuenta los que tienen una probabi l i dad no muy desprec iab le . Si l a estrateg ia se l l amaba Ei . a sus pos ib l es resu l tados los l l a­mamos REi . El g ráfico nos dice que el esti lo A es viab l e , porque con l a estrategia E 2 -cua lqu iera que sea su resu l ­tado exacto entre los probables- se a lcanzan l os objetivos de A en a lguna de sus vari antes .

E l est i lo B es de v iab i l idad dudosa . Es pos ib le , pero · no seguro, que la estrateg ia E3 l o rea l i ce ; no podemos saber lo sin mejorar el mode lo y la i nformación . De este cá lcu lo podemos sacar s i n embargo muchas enseñanzas úti l es : cuá les son l as condiciones favorab les y l as desfavo­rables ; qué factores ponen en pe l i g ro l a v iab i l idad; y s i e l l os no parecen muy costosos de contro lar , podemos adop­tar el esti lo tomando las medidas necesarias para que su inf luencia sea neutra l izada (s i es muy costoso hacer lo , no s i rve, pues i mpediría cumpl i r otras metas) .

Este método parece razonab l e en e l pape l . Lo que

254

parece utóp ico es que todos estos cá lcu los puedan hacer­se para todas las var iantes del es ti lo y todas las estrate­g ias , cuando será dudoso para m uchos que puedan h acer· se s iqu iera para una so la . ���í i nterviene e l método de trabajo . Antes de l a a�anc1on de las computadoras, este p lan habría s i do ri­d icu lo . Hoy es facti b le --aunque hasta ahora haya sido h�cho muy pocas veces- integrar en un programa de cal

_cu lo todas las metas con sus requ is itos y efectos, y

deJar que l a máqu ina compute e l resu ltado (de todos mo­dos, no se prueban todas las variantes s i no un n úmero suf ic iente para dar confianza en las conc lusione s · ver nota 2 del capítu l o 1 ) .

'

Pa�a eso es necesario hacer una i nversión p revia : constru i r ese programa de cálcu l o i nc l uyendo todos los factores y re lac iones que se cons ideran importantes . Este es un trabajo l aborioso y nada triv ia l , pero sabemos por experiencia que puede ser l levado a cabo en plazos razo­nab les . En e l capítu lo XIV se darán más deta l l es a l res­pecto .

Lo bueno es que , una vez constru ido e l program a de cálcu lo , el aná l is is de cada var iante sólo requ iere cambiar los datos, y puede entonces repeti rse para muchas , con poco costo marg i na l , en recursos y tiempo.

.. : .�: :.: . . :·� ·\ L'f.\'\"! >(; -_: .. ¿.:1 d0 • . L ', " i) .;_ �)', )�

2. Métodos de producción'

Para produc i r cada b ien o servic io requer ido por l as me­tas , hacen fa l ta d istintas c lases y cantidades de recursos

-:-hombres, máqui nas, materias pr imas-, pero no sue ltos , smo organizados por un método de producción o tecnolo­gía . U n método describe el funcionamiento de u n pro­ceso productivo rea l . Es un paquete de recursos -tantos hombres de ta les habi l idades, tantas máqu inas de ta les ti· pos, c iertos i nsumas, etcétera-, más un manual de ins­trucc iones de operac ión . Es un s istem a d inámico , con su e ntrada , su se. l lda y sus com ponentes re lacionadas de c ierta manera.

Casi s iempre puede funcionar en d i st intas escalas,

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manten iendo aprox imadamente su estructu ra y las propor­c iones de los recu rsos , pero nada obsta para que a d is­t intos tamaños del m ismo paquete les pongamos nombres d isti ntos , y así podemos pensar que cada método t iene un tamaño norma l , correspond iente a c ierto vo lumen de producc ión por un idad de t iempo.

. Una fábr ica o un idad productiva que usa un c ierto mé­todo puede entonces aumentar su producción i nsta lando un paquete mayor o var ios paquetes juntos -muchos te­l a res en una fábrica text i l� o haciéndo los trabajar más horas por año, o aumentando su producción por hora . Cada fábr ica tiene entonces un tamaño medido por l a parte de la producc ión total que l e corresponde. Una tarea estadís­tica e lementa l prevía a todo cambio de esti lo es conocer ínt imamente la " p i rámide de tamaños" o sea la l i sta de fábricas de un sector ordenadas de mayor a menor. Las más grandes requ ieren atención i nd iv idua l . Las menores pueden ser tratadas en b loque s i n mucho error .

Hay d iferenc ias fundamenta les entre estas maneras de aumentar l a esca l a : s i un país puede fabr icar una máqu ina de c ierto tamaño, puede seguramente fabr icar c ien i gua les a e l la , pero no s iempre puede fabr icar una c ien veces ma­yor. Es relativamente fác i l aumentar el t iempo trabajado, hasta c ierto l ím ite . Es más d ifíc i l mejorar la productividad, pero eso puede rend i r mucho.

En genera l , e l método no es ún ico para cada producto , Y l a e lección entre las d isti ntas pos ib i l idades constituye la estrategia tecnológica del esti lo .

En a lgunos casos -como en educac ión-, e l método ya está especificado en las metas , porque puede i nf lu i r mucho sobre l a cal idad y conten ido de l serv ic io . Pero en general la defin ic ión de cada meta deja bastante f lexi­b i l idad. Vestuar io y ca lzado son ejemplos típicos por l a var iedad d e mater ia les y técn icas que admiten . Lo m ismo pasa con l a mayoría de los b i enes básicos.

Los productos más nuevos , recién i nventados , t ienen poca f lexib i l idad de producc ión : hay en genera l una sola �anera de hacerlos, con var iantes menores. Con e l t iempo , S I e l producto perdura , aparecen n-uevos y mejores métodos (otro motivo por el que un país s i n muchos recursos no debería apresurarse a i ntroduc ir novedades) .

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C lásicamente, los d isti ntos métodos que s i rven para produ� i r un m ismo b ien o serv ic io se comparan en pri­mer termino por sus requerim ientos de maqu inarias y mano de obra. Se hab la así de métodos " intens ivos en t rabajo" versus métodos " intens ivos en capita l " , con sus casos ex­tremos: la producción artesanal por un lado y l a a utoma­c ión por el otro.

Esta d isti nc ión es muy importante cu<mdo la d i f i cultad de consegu i r ambos tipos de recursos es muy d istinta . En u n país subdesarro l l ado típ ico , con desempleo , déficit de comercio exter ior e i ncapaci dad de fabr icar máqu inas, parece natural a pr imera vista h u i r de los métodos i nten­s ivos en capita l , pues aumentan el desempleo y l as im­portaciones.

Afi rmaciones parc ia les como ésta deben ser tomadas con precauc ión . Si en vez de i nsta lar una i nmensa fábrica text i l automática se reparten ruecas y te l a res de mano, se p roduc i rá la m isma cantidad de te la y se dará trabajo a numerosos desempleados , s in duda . Pero para un pa ís con un P royecto Nacional donde se p ropone hacer muchas otras cosas además de esos metros de tela , esta solución puede ser fata l , pues puede dejarlo s i n mano de obra suf ic iente y ob l i gar lo a automatizar otras actividades , tal vez a mayor costo que l a text i l . Esto sólo puede saberse cuando e l Proyecto Nacional es expl ícito y completo .

Este prob l ema puede parecer r idícu lo en nuest1:o sis­tema neocapíta l í sta -es dec i r , con empresas pr ivadas y bastante i ntervencion ismo estatal- ya que la escasez de mano de obra parece una pos i b i l idad tan lejana que a nadie l e preocupa.

Hay que reconocer que dentro de este s istem a social , el problema reformista más urgente es dar trabajo , pues las otras maneras de d istri bu i r e l i ngreso no son aceptadas . Pero aun así se presentan d ificu ltades típ i cas del s istema. En pr imer l ugar , s í l as ruecas y te lares de mano no se fabr ican en e l país, habrá que i mportar las o importar má­�u inas para fabr icarlas y el costo puede ser mayor que msta lar la tejeduría automática (a lgo así sucedi ó en la I nd ia ) . Súmese a eso la d ificu ltad de f inanciar a l os arte­sanos para que puedan comprar sus herram ientas d€ tra­bajo -eran desempleados y por lo tanto s i n d i nero- y

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se verá que es casi impos ib le evitar que a l guna empresa pr ivada i nsta le l a fábr ica automática que podrá producir en condiciones tan competitivas .

La aparic ión de nuevos métodos de producción que no só l o ahorran mano de obra sino también capital (por un idad de producto) ejerce una p resión enorme sobre los empresarios privados , or ientados por l a ganancia . No usar­l os es i r en contra de l a esencia m isma del s istema, y e l resu ltado es que se usan, y e l desempleo aumenta .

Estos ejemplos de artesanado intensivo en capita l y automatismo barato deben hacernos comprender que las decisiones sólo pueden ser tomadas a l a l uz de un Proyecto tota l , que i ntegre todas las neces idades y recursos y pueda ca lcu lar dónde hace más falta e l automati smo -con su correspondiente gasto de d ivisas- y cómo se usará toda la mano de obra existente .

Una c las ificación menos habitua l , pero i mpresc ind ib le para p lan if icar l os pr imeros años de un Proyecto Nacional revo lucionario, se basa en la acces i b i l idad de los métodos:

Métodos fam i l iares , que ya se estén usando en e l país . Métodos conocidos en e l extranjero pero no usados

aún en el país, c lasif icados según la faci l idad de su transferencia : con secretos i ndustr ia les , l i b res pero difíci l es de aprender, l i bres y s imples , caros y baratos.

Métodos en desarro l l o , aún no probados en l a práctica . Métodos que convendría i nvestigar y desarrol l a r en e l

país (necesidad de i nnovación) . De este modo se tiene una primera idea sobre l as dif i­

cu l tades de aumentar la producc ión : t iempos de gestac ión de nuevas fábr icas, p robab le necesidad de importar " know­how " -comprándo lo o yendo a aprender lo-, recursos que deben desti narse a investigación tecno lóg ica , etcétera. Una observación académica: este p lanteo de l a producción mediante " paquetes" -métodos cual itativamente d istin­tos- se a leja del viejo concepto de "función de produc­c ión" y coincide forma lmente con e l de asi gnación de re­cursos entre actividades d iferentes. Eso está de acuerdo con el criterio general de escapar a l as fa l acias cuanti­tativas.

258

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3 . Capacidad instalada y su increme nto; inversiones.

La acumulación organ izativa

E l conoc im iento de l a capacidad máx i m a de producción pe�m itida por l as maqu inarias y equipos i nsta lados en e l pa 1 s para cada producto es un p rob lema d ifíci l , i nc luso conceptua lmente . Pero s in resolver lo , aunque sea s i n mu­cha exactitud , no podemos hacer n ingún p lan , n i nguna estrategia . Es una información fundamenta l .

E� p:imer l.ugar, l a capacidad no está dada · só lo por !as maqUJ.nas, s rno por todo el paquete hombres-máquinas­r n�umos- mfraestructura -organización, que constituye un metodo de producción . Pero se ha cons iderado s iempre que �1 fa.ctor l im itativo , e l más d ifíc i l de consegu i r , es l a maq� r n�r ra o , para dec i r lo monetar iamente , e l capita l . Para lo� r.deo logos capita l i stas este énfasis p resenta l a ventaja ad rc rona l de suger ir que e l d i nero es el p r i ncipal factor de desarro l l o . Pero también los países soc ia l istas reconocen que la "acumu lac ión de capita l " es el factor c lave.

Así es como metas muy modestas de consu m o para l as c �ases bajas han deb ido ser postergadas en var ias re­voluc rones soc ia l istas para insta l a r primero nuevas fábri­cas, no de b ienes de consumo, s ino de máquinas. En esta et�r�a l ucha entre e l consumo y la invers ión hay que dar pnorr�ad � e.sta ú ltima , parece evidente , pues s i n máqui­nas , srn fabrrcas, de todos modos nunca habrá bastante para consum i r. Es cuestión de apretarse el c inturón, o de "postergar g ratificac iones ", como prefieren dec i r los soció logos.

Só l�, con ayuda de muchas máquinas puede lograrse

produccron abundante y en poco tiempo. Oué cosas se van a produci r y qué hará uno con e l

ti.�mpo l ib re son prob l emas p revios -es nuestra pos i­cron- pero separados : sin máquinas n i s iquiera se pre­sentan ; se produce lo que se puede y el t i empo l ib re no lo t ienen n i los n iños.

Pero cuando estamos embarcados en l a rea l i zación concreta de un Proyecto Naciona l , estas consideraciones genera les pueden ser engañosas, pues todo depen de del punto de partida , del estado in ic ia l del país. Por lo menos

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debemos d istingu i r tres grandes casos : países in ic ia lmen­te pobres , r icos e i ntermedios .

País pobre es para nosotms e l que t iene muy escasa capacidad de p roducción , con la pos ib le excepción de a lguna industr ia extractiva exportadora . No hay fábricas, no hay técnicos ; la agr icu ltura es trad ic iona l y la i ndustria artesana l . Si tiene un Proyecto regu larmente ambic ioso, l a ún ica estrateg ia posib le es dedicar g randes esfuerzos en los pr imeros años a consegu i r máquinas , i nsta lar fá­bricas, entrenar técnicos, crear i nfraestructuras.

Es el proceso l l amado "acumulac ión in ici a l " , or ig i ­naria o pr im itiva , descri pto por M arx para l a sociedad ca­p ita l i sta , y reestud iado por Preobrayenski y otros para l a Un ión Soviética ; e s l a etapa p revia a l "despegue" de Rostow. Representa inmensos sacrific ios para l a población, l o que en genera l ob l iga a mantener un rég imen pol ítico autoritar io . En esta etapa, sin duda e l cue l lo de bote l la son las máquinas , pero no sólo e l l as : existen innumerab les ejemplos de máquinas desaprovechadas o inc l uso estro­peadas porque después de insta lar las con tanto sacrif icio no se l as sabía manejar. Pocos países o lvidan hoy este hecho; nadie descu ida l os " recursos humanos" .

La situación es tota l mente d isti nta para un "país r ico", donde por defin ic ión hay fábricas sufic ientes para otorgar un a l to n ivel de vida materia l a toda la población (aunque eso no ocurra por defectos de distribución) y al mismo tiempo constru i r máquinas suficientes para mantener y aumentar esa capacidad.

Si un país r ico t iene un proyecto consumista , continua­c ión de su esti l o actua l , sus prob l emas pr inc ipa les no son de acumu lación de capita l , sino de d istribución de ingresos . Otra cosa puede ocurr i r s i e l Proyecto adoptado s ign if ica un cambio muy grande de esti l o , porque entonces es posi­b l e que la tecno logía i nsta l ada no sea muy apta para los nuevos objetivos y haya que proceder a una inmensa re­conversión de fábricas y de menta l idad de los tecnólogos (p iénsese en lo que costaría reconvert i r toda l a i ndustr ia suntuaria y bé l ica de los EE . U U . y la enseñanza de sus uni ­vers idades y escue l as s i tri unfaran a l l í los cuáqueros) .

Pero e l caso que nos i nteresa no es n i nguno d e estos dos. La Argentina, Ch i l e , U ruguay, no son países pobres ni

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r icos. No podrían a lcanzar de i nmediato a l tos objetivos de consumo e i nvers ión (en máqui nas) , pero t ienen u n a apre­c iab le capacidad de producción i nsta lada , tanto que la ma­yoría de los sectores tienen capacidad ociosa: no p roducen más sólo por i nsufic iencia de mercados . Podrían s i n mayo­res d ificu ltades abastecer una demanda cercana a l dob le de l a actua l , en cantidad.

Afi rmamos por eso que en estos pa íses intermedios el factor limitativo no es la maquinaria sino la falta de pla­nificación y racionalización , la ma l a organizac ión soc ia l y de l trabajo y, por l o tanto y en ú l t ima instanc ia , e l factor hu­mano.

D i remos entonces que estos países ya han s uperado la etapa de la acumu lac ión in ic ia l de capita l y deben en­trar de l l eno a lo que l lamaremos etapa de "acumulación organ izativa" , o mejor d icho, " reorgan izativa".

Pero no l im itaremos e l s ign ifi cado de esta acumu lación organ izativa al aprovechamiento de l a capacidad oc iosa, s i ­no que pretenderemos que l l egue más a fondo . Para eso debemos tener en cuenta que en cada fábr ica -o en cada un idad productiva en genera l , pues lo m i smo sucede en e l campo, e n una escue la o e n un hospital- hay tres n iveles i nteresantes de actividad :

N ivel h i stórico: l a producción rea lmente a lca nzada en l os ú ltimos t iempos y debida más a motivos de coyuntura económica que tecno lóg icos. N ivel "norma l " : producción a l canzable s i n d i ficu ltades especia les , trabajando en l as cond ic iones para las cuales fue d iseñada la fáb ri ca . La d iferencia entre e l n ivel norma l y e l h istórico es l o que se l lama capacidad ociosa. N ivel "máximo" : es la máxima capacidad de producción que pueéle a l canzarse mediante un aprovechamiento i nte l igente de todos los factores (y por lo tanto s in d isminu i r muy drásticamente la vida út i l de l as maquinarias) :

raciona l ización a fondo de l trabajo , óptimo número de horas trabajadas por año, pequeñas i nvers iones com p lementar ias para e l im inar

cue l los de bote l l a , coord i nación perfecta con p roveedores y c l i entes , conoc im iento antic ipado de l a demanda , actitud positiva de los trabajadores ,

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entrenamiento adecuado. s imp l if icación del método productivo por e l im inación

de etapas no esenc ia les (term inación, d ivers if ica­ción de mode los) ,

introducción de i nnovaciones baratas que aumentan la productividad,

emp leo de i nsumas de ca l idad ópt ima , espec ia l atención a l manten im iento y reparaciones de

los equipos, etcétera . Este n ivel máximo es d ifíci l de med i r exactamente , pe­

ro s in duda es mucho más a lto que el normal (basta recor­dar que e l nivel norma l es usua l mente a dos turnos o menos, de modo que una organización que permita trabajar a tres turnos ya s ign if ica un aumento aprec iab le) .

La etapa de acumul ación organ izativa cons iste en acer­carse l o más pos ib le a este n ivel máximo , aprovechando no sólo la capacidad ociosa sino sobrepasando el n ive l normal .

Las i nvers iones pr inc ipa les no se hacen entonces en máquinas y edif ic ios sino en organización de i nstituciones de apoyo y en capacitación de hombres que puedan d ise­ñar y desempeñar esas tareas organ izativas . Este mejora­m iento del n ivel humano es además un fin en sí m ismo, y exige muy pocas d ivisas y máquinas .

Se aumenta así l a capacidad de producción aprove­chando mejor las i nsta lac iones existentes, y la pmducción o compra de nuevas maqu inarias se dedica pr incipa lmente a mejorar la situación de los sectores atrasados, la i nfraes­tructura -que nunca es suficiente- y la reconversión de a l gunas fábricas de Qroductos que no interesan a l nuevo esti l o .

Se trata por supuesto de una etapa que en un aspecto es transitor ia . La duración de las máquinas sometidas a un trabajo intenso no es eterna -por b ien que se l as mantenga v repare- y en a lgún momento deberán ser sustituidas. Pero l a organización queda, y se gana un t iempo p recioso para estudiar y p lanear la nueva generación de métodos pro­ductivos que reemplazará a la actua l , herencia de otro sis­tema soc ia l y por l o tanto poco adecuada para el nuevo.

Recuérdese, por otra parte , que la i nstalación de ca­pacidatl productiVa no es instantánea : requ ie re un tiempo

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de gestación o madurac ión, desde la concepción del pro­yecto hasta l evantar l os edific ios e insta l a r las máquinas , poner a punto e l método y organ izar la l l egada de i nsumas y la d istribución del persona l . Más aún s i las máquinas deben ser a su vez producidas en fábricas que todavía no están instal adas. Por lo tanto e l t iempo que se gane nunca es demasiado.

Pero hay otro t iempo de gestación más largo que éste y que no se toma en cuenta en l a práct ica -aunque se l o menciona cada vez más en los "p lanes de desar ro l lo"-: l a formación de personal de todos los n ive les, l a c reación de i nstituc iones coord i nadoras eficientes , l a orga n ización de l país. S in esto las fábricas no r inden l o que debieran , por muy modernas que sean. Y es justam ente en este as­pecto donde obra con mayor eficacia l a acumulac ión orga­n izativa, de modo que hay hartos motivos para creer que es la estrateg ia de inversión más racion a l .

Esta organ izac ión debe hacerse en l os tres n ive les instituciona l es mencionados en e l capítu lo 1 1 1 . E n particu­lar en e l n ivel de p lan ificación naciona l-regional y coord i­nación de i nstituciones de apoyo por una parte , y en e l n ive l d e l a organ ización del trabajo e n cada un idad pro­ductiva por otra .

Debemos acostumbrarnos a cons iderar l a o rganiza­c ión como una forma de capita l i nsta lado, a l a pa r de l as maquinarias y edific ios, y del entrenam iento de recursos humanos.

Como e l los , es un factor de producción ind ispensab l e -aunque n o en proporciones fijas-; s e l a produce e n ins­tituciones especiales -casi todas las que hemos l l amado de n ive l 2, y las que i nsta lan , d i señan o racional izan fábri­cas-; tiene un tiempo de gestación no desprec iab l e y una vida úti l que puede ser muy l a rga . Se l a desar ro l la me­d iante investigaciones espec ia les , con fundamentos que deberían ser c ientíf icos, pero que aún rayan en el empi­r ismo .

La organización de un proceso productivo es una i n­vers ión para l e l a -aunque en genera l menor- a l a instal a­c ión de sus máqu inas . La organ ización a nivel 2 �coor­d i nación , regulación, contro l , p lan ificación , f inanciación�

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es más b ien una i nvers ión en i nfraestructura de t ipo i ns­titucional que produce economías exte rnas.

Lo menos c laro es la med ic ión de este factor . Las propuestas más conoc idas se basan en la "cantidad de i n­formación" i ntroducida por las vincu laciones entre com­ponentes que la organ ización imp l ica . Lo que se m ide así es , pues, l a comun icación i nterna del s istema y, en el mejor de los casos , su coord i nac ión . Fa lta n ada menos que la adecuación a los objetivos .

Estas cuestiones abren desde ya un amp l io campo de i nvesti gación a los i ngen ieros y soció logos socia l i stas , o por lo menos p lan i ficacion istas ; campo hasta ahora só l o abordado , d e manera parc ia l y deformada , p o r l a " Mana­gement Science" y por a l gunos i nstitutos de p l an i fica­c ión .

A n ive l de organización de l trabajo abundan ya en América de l Sur las empresas de asesoría técnica, "aná· l is i s de s istemas" y raciona l i zac ión -orientadas por l a opt im ización de l a ganancia monetar ia- y , aunque buena parte de sus actividades consiste en vender computado­ras , hacer aná l is is de mercados y resolver prob l emas ad­m in i strativos superfl uos , se ha logrado acumular cierta exper iencia en métodos úti les (PERT-CPM , procesam iento de datos , programación matemática , s imu lac ión) .

Los efectos más fác i l es de consegu i r se logran , s in embargo, s i n grandes conoc im ientos técn icos, asesorando a empresas pequeñas, que por su falta de i nformación desperdic ian esfuerzos de manera i ncreíb l e . Máquinas ma l aprovechadas y estropeadas s in necesidad, materias pri­mas inadecuadas , mala i nformación sobre lo que ofrece el mercado , pérdidas de t iempo i nnecesarias , son e l coti­d iano mentís a la " rac iona l idad" de l s istema de l ibre com­petenci a , y exp l ican el tr iunfo de las e mpresas grandes tanto corno l as economías de escal a o l a f inanciación .

Veremos un poco más adelante cómo estas vagas con= s iderac iones pueden uti l izarse para calcu la r la viab i l idad de un esti lo .

En resumen , sea en l a etapa de acumulación i n ic ia l u organizativa , o después, cada i nvers ión en un Proyecto Nacional t iene que contemp la r l os s iguientes aspectos:

a) Estudios previos sobre la conveniencia soc ia l (en

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economías empresarias : rentabi l idad) de una nue­va un idad productiva, o ampl iac ión , recon versión o manten imiento de una unidad ya existente. Sus características genera les : tamaño, forma del pro­ducto , loca l izac ión , tecno logía , aprovechamiento de "economías externas", etcétera .

b ) Estudios de organ izac ión o reorgan izac ión . Ante­proyectos y proyectos def in itivos .

e) Maquinar ias y equipos ( i nc luso automotores) pro-ducidos o producib l es en el país .

d) ídem, no producib les en e l país a corto p l azo. e) Loca les y otras construcciones . f) Necesidades d e i nfraestructura o invers i ones de

soporte genera l para m uchas un idades produc­tivas : Parques i ndustria les. Energ ía y agua. Transporte y comunicaciones. Producción de l os insumos necesarios. I nformación y asesoram iento. Formación del persona l (entrenam iento , actitud ,

sa lud) . I nvest igación y desarro l lo ; cienc i a apl icada y bá­

s ica . I nstituciones de apoyo : compras y distr i buc ión en

el país y el exter ior ; coord inación, seguridad . P lan if icación o créd ito . Reg u l ac ión y contrb l .

4 . Recursos h u manos

En todo s istema soc ia l racionalmente organizado los hombres son e l recurso más escaso, o aun más , la reduc­

. c ión de l tiempo trabajado es uno de los objetivos princi­pa les .

E l gasto en trabajo -"soci a lmente necesar io"- es tomado por el marxismo como m ed ida de l valor de lo pro­ducido, recordando que también l as máq u i nas son p roduc­to del trabajo y la i mag inación humanos a través de los tiempos, empezando por la mano como ú n ica herramienta . Por l o tanto se justif icaría habla r en extenso de este tema .

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No lo haremos porque las genera l idades ya las hemos repetido a lo l argo del vo l umen y l os aspectos de deta l l e están b i e n expuestos en numerosas obras técn icas.

Só l o ins ist i remos en que la fuerza de trabajo no es homogénea -no cualquier persona puede desempeñar hoy cua lqu ier papel en la producc ión- y que aun para los esti los que se proponen hacer la l o más homogénea po­s ib le , como el CREA, se trata de un objetivo de muy l argo p lazo. Los que han ten ido la suerte de nacer en fami l ias de ingresos a ltos o medianos t ienen hoy una ventaja i n­mensa en entrenamiento profes iona l , educación genera l , costumbre y hab i l idad para segu i r aprend iendo e i nc l uso -colmo de l as i nj ustic ias- la casi seguridad de no haber sufrido menoscabos en su capac idad menta l por defectos de nutr ic ión o atención en la pr imera i nfancia (que no sepan qué hacer con esas ventajas y terminen en manos de ps icoana l i stas es otra i rrac iona l idad más de esta so­c iedad ) .

Por l o tanto es necesario c l as if icar a l a fuerza de trabajo en g rupos más homogéneos, y l os criterios de homogeneidad que nos i nteresan se ref ieren a l a v iab i l i ­dad de l esti l o :

Homogeneidad de l a demanda : c las i ficación de los empleos según las hab i l i dades especia les que se requ ieren para desempeñar los.

Homogeneidad de la oferta : d iversos t ipos de entre­namiento ofrec idos por e l s istema educativo, y de exper ienc ia ofrecida por l a h i storia de l a fuerza de trabajo .

Homogeneidad de l a d i stri buc ió n : grupo socia l en e l cual se ubica a cada trabajador para as ignación de metas e i ngresos .

Homogeneidad de l a re lac ión trabajador /trabajo : con­d ic iones de trabajo (fís icas , forma de propiedad , d i sc ip l i na , etcétera) y actitud de l trabajador.

E l prob lema más conocido es e l de compati b i l izar los ' dos pr imeros cr iter ios, pues s i b ien están más o menos c la ras l as categorías de empleo por sector productivo (por ca l i f icac ión : no ca l i f icados, ca l i f icados, técn i cos y profe­s iona les . Por t ipo de actividad y rég imen l ega l : obreros, ofic ini�tí'J�1 peones, serVic io , Ventletldres , cuenta p rop ia ,

ejecutivos, empresar ios , profes iones l i bera les, funciona­r ios púb l i cos con regímenes especia les, etcétera) no está nada c laro que las categorías educativas se adapten a e l l a s : basta recordar l a preparación amb igua otorgada por la escuela secundaria común.

Ese es e l p rob lema de la " formac ión de recu rsos hu­manos" que tanto preocupa a las i nstituc iones i nternacio­na les , y que trata de resolverse parcia lmente con escue­las de ofic ios , tecnif icación de la escue l a secundar ia , ca­rreras un ivers i tar ias i ntermedias o entrenamiento en e l trabajo.

Para qu ienes i ntentan rea l i za r un P royecto N ac iona l , l a s categorías d e empleo deben ser m á s o m enos las s igu ientes :

a ) Emp leos que requ ieren escasos conoci m ientos generales y un entrenamiento de pocas s emanas que puede darse en el m ismo l ugar de trabajo . " No ca l i fi cados" .

b ) Empleos que requieren a l guna costumbre de estu­d io para poder perfecc ionarse poco a poco, y u n entrenamiento de a lgunos meses como aprendices, y con parte de ra enseñanza tamb ién fuera del trabajo . "Ofic ios" .

e ) Empleos con entrenamiento de dos o tres años -incl uso a lgunos estud i os teór icos- y conoci­m ientos generales t ipo escue l a secundar i a para segu i r estud i ando. "Técn icos". ·

d) Empleos como e) , que requ ieren además 3 ó 4 años de exper iencia en e l trabajo , con estudios para l e los espec ia l izados . " Profes iona les" .

e) Empleos que requ ieren 5 a 1 O a ños de entrena· m iento después de estud i os secundarios, y ta l ento especi a l . " Líderes".

E l entrenamiento está dado s i empre en parte por e l s i stema educativo y e n parte por l a experienc ia en e l trabajo , en d ist intos g rados. Es evidente l a poca adapta­c ión de la educación s i stemática a esta demanda, l o cua l hace d ifíc i l ca lcu lar las brechas y escaseces.

Sin embargo; en un país como l a A rgent ina parece probable qué e l ún ico cue l lo de bote l l a ser io estará en e) , que i nt: luy'é no solo las tareas de i nnoVabión en te'Cnolo.

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gfa , organ izac10n y pol ít ica, s ino l a enseñanza superior, gran insum idora de persona l .

E n rea l idad, n i ngún est i lo verdaderamente ambic ioso, revo l ucionar io , puede tener éxito s i no se reúne en él una "masa crítica" , un c ie rto mín i mo -en cantidad y ca­l idad- capaz de d ifund i r con su ejemp lo y ayuda una pauta de comportam iento responsab l e , de productividad a l ta , y una actitud innovadora . S i existe este ejemplo desde arr iba , y s imultáneamente la mayoría de los traba­jadores están po l ít icamente motivados para prestar le aten­c ión , todo es pos ib le .

Esta ú l t ima condic ión es l a que corresponde a l ú lt imo de l os cuatro cr iter ios de homogeneidad seña lados, que i ntroduce una c las if icación cruzada con la anter ior , y que en los pr imeros años de l Proyecto se reduce s imp lemente a saber qu iénes están en favor, en contra o neutra les en d istintos grados. En la época de trans ic ión , l a actitud de l obre ro i nf luye más que su ca l if icación en la productividad y puede introduc i r obstáculos i nc luso en e l camino a l soc ia l ismo a l cua l formal mente adh ieren.

La homogene idad por grupos soc ia les es necesaria para poder v incu lar la producc ión con la organ izac ión so­c ia l . Es tan i mportante que en la práct ica se procede a l revés : e l t ipo de ocupación se u s a como uno de l os cr i ­ter ios pr inc ipa l es para c l asif icar la sociedad en g rupos .

Una vez defin ido cua l itativamente e l problema me­d iante una c las i ficación en estas categorías u otras , es pos ib le cuantif icar por separado l a demanda y l a oferta.

Cada método de producción exige cump l i r una c ierta cantidad de rol es de cada categoría . La cantidad de per­

. sanas que se requ ieren para desempeñar esos roles de­pende de :

268

1 ) Número de horas que cada persona debe trabajar por año, según l o estab lec ido en l as metas de l Pro­yecto . · Puede i ntroduc i rse para esto una un idad convenciona l : e l HAN, o " hombre-año normal " que es ese número de horas para un emp leado medio en la actua l idad (a l rededor de 2 .000 horas por año). Un empleo temporar io como la cosecha requ iere menos de un HAN por rol . Una fábr ica que funciona a tres turnos a l año , requ iere más de

tres HANES por ro l . La mayoría de las pe rsonas trabajan hoy más de un HAN , en d istintos roles . Una meta razonable podría ser q u e todos trabajen 0 ,75 HANES (unas 1 .5000 horas por año) hac i a 1 990.

El "todos" se refi ere a la pob l ación activa, so­bre la cual tamb ién hay que tomar una d ecis ión : edades mín ima y máxima para trabajar, pape l de l as "tareas domésticas" , sobre todo para e l sexo femenino ; actividades que reducen la fuerza de trabajo (estud io , servic i o m i l itar) . E l más difíc i l de estos probl emas es, por supuesto, e l de las amas de casa, cuyos serv ic ios son ind ispensabl es s i no se organ iza e l nC1c leo soc i a l básico de otro modo que la fam i l ia actua l , pero que deber ía inte­grarse de mejor manera a la sociedad .

2 ) Número de horas por año que trabajará cada uni­dad productiva y su d ist1· i bución estac iona l (a l o largo de l año) .

3) Organ ización de l trabajo ; raciona l ización . 4) Actitud de los trabajadores : entus iasta , c reativa ,

i nd iferente , desgano, sabotaje . Estos tres ú lt imos están v i ncul ados con l a decis ión

de tt abajar a n ive l h istór ico, capac idad normal o capacidad máx ima , y sus grados i ntermedios.

Veremos l uego cómo esta mu ltitud d e datos se resu­men en aprox imación grosera pero suf ic i ente , en "pro­ductividades " o "coef ic i entes de trabajo " .

5. Recursos naturales

Este tema inc l uye categorías muy d i ferentes y hete-rogéneas :

t ierras, aguas, m inera les , especies b iol óg icas , fuentes de energía, c l ima ,

cada una de las cua les debe subdividi rse en d i st intos t i -

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pos que, por otra parte , deben estud iarse no sólo por se­parado s ino integrados en s istemas ecológicos -"am­b iente" y su contaminación , cuencas h idro lógicas, etcé­tera.

De cada recurso nos interesan los s igu ientes as·­pectos :

a ) Acces ib i l idad. Existencias o reservas en e l país , según estimaciones actua les : seguras y probab les . Costos (fís icos) para loca l izar o producir nuevas reservas , y para poner las en condic iones de ser uti l i zadas en e l p roceso productivo .

b) Desgaste, eros ión y contam inación de d ichas reser­vas. Costos para evitar los .

e) Demanda actua l y futura ; pos ib i l idades de susti­tuc ión por mater ia les artific ia les o por i mporta­c ión .

No comentaremos estos aspectos, pues parecen imp l i­car menos prob lemas conceptuales que e l resto del ca­p ítu lo . Sólo va l e la pena recordar que el " mapa" de estos recursos no está ni l ejanamente completado para la Ar­gentina , y eso puede l l evar a decis iones muy equ ivocadas al p lan if icar para el l a rgo p lazo. Es que los costos en per­sonal espec ia l izado y equipos son muy a ltos, y suben ace­l e radamente a medida que los fís icos i nventan nuevos métodos de prospección , que requ ieren instrumentos de­l icados , aviones, conoc im ientos m uy espec ia l izados . El conocim iento de l os recursos natura l es es una típ ica in­vers ión de infraestructura organ izativa , de t iempo de ges­tación muy largo para completarse (aunque puede dar resu ltados pos itivos en cua lqu ier momento) . y es natura l e l deseo de uti l izar estos métodos modernos que ace leran notab lemente los p l azos , además de dar mayor seguridad.

Pero eso no s ign if ica renunciar a l os m étodos " arte­sana les" . Por e l contrar io , es cada vez más pos ib le y conveniente aprovechar, por ejemp lo , e l t iempo de ocio -vacaciones, tur ismo juven i l- para rea l izar una cantidad de tareas fáci l es de explorac ión , censos y aná l is is que permitan l uego emplear los métodos más modernos en menor cantidad y con mayor eficacia . Es mucho lo que puede hacerse de esta manera, y se obtiene un subpro-

270

l

dueto nada despreciable con la educación de los partici­pantes .

6. Rectu:ios de capita l físico

Comprenden maqu inarias, equ ipos, i nstrumentos y las construcciones donde se insta lan .

--Una pri mera clas if icación de estos b ienes es por su accesibilidad, en el m i smo sentido que los métodos de producción. No repet imos las categorías a l l í menciona­das (pgf. 2 ) .

Recalquemos que la acces i b i l idad total de una máqui­na puede lograrse en varias etapas : empezando por el ar­mado de partes importadas, la p roducción en el pa ís de esas partes, poco a poco, pero con materia les a veces importados (aceros especia les , por ejemplo) . h asta la producción nacional tota l . Es un proceso pel igroso , que nos mantiene atados al extranjero hasta que se completa , y só lo debe admit irse en casos excepciona les y con extre­mas precauciones. N uestra i ndustria e l ectrónica -tan importante para el esti lo CREA- es muy vu lnerab le desde este punto de vista, pues se ha estancado en l a etapa de l a rmado.

Otra c l as if icación i mportante está dada por el grado de especific idad de los equipos .

S in duda es conven iente hacer accesib les pr i mero los equipos de uso genera l --motores , ca lderas, tornos y otras máqu i nas-herramientas , i nstrumentos comu n es de medic ión , desti l adores , mol inos, hornos, máquinas de es­cri b i r, computadoras . etcétera-, pero debemos hacer una advertencia : muchas veces l a " genera l idad" de estas ma­qu inarias es sólo apa rente, ya que se fabrican con una variedad sorprendente de tam años y especificac iones . U n país med iano no t iene más remedio que rac iona l izar este campo i ntroduciendo a lgún g rado de estandar ización adecuado.

Eso es muy difíc i l cuando las empresas n ecesitan hacer mod if icaciones en sus productos para poder compe­t ir en e l mercado, aunque sea pub l icitaria mente.

Un caso especial por su importancia y poca accesibi-

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l idad son las computadoras. S in su ayuda es muy d i fíc i l ha­cer "tecno log ía soc ia l " y rea l i zar cua lqu ier ti po de reorgani ­zación ampl ia , sobre todo a n ivel de coord inación, p lan ifi­cación y d istri bución. Pero son pocos l os países que pue­den hoy produc i r los m icroe lementos, c i rcu itos i ntegrados, memorias, mecani smos de la perfección i ncreíb l e de las i m¡Jresoras ráp idas, l ectoras de d iscos , c i ntas, tarjetas , etcétera . Muchos creen que nuestra partic ipación debe l i m itarse al "software", haciendo programas, lenguajes y s istemas de operac ión adaptados a nuestras necesidades, e i nc l uso exportables. Sin embargo, no reso lveríamos con eso nuestra dependenc ia esencia l de la importac ión de los equipos fís icos .

Es pos ib le que estemos tam bién aqu í sesgados por e l espíritu desarro l l i sta , actual izador, que nos hace p re­tender lo mejor, los ú lt i mos modelos. Es muy probab le que computadoras aná logas a l as de " segunda g enera­c ión" -que sí podríamos fabr icar nosotros- fueran su­f ic ientes para nuestras neces idades más i mportantes. So­bre todo que al dec i r " análogas" estamos dejando abierta la pos ib i l idad de agregarles toda una ser ie de mejoras que no dependen de técn icas fís i cas del i cadas o mater ia les especia les , s i no más b ien de la organizac ión del s istema, como e l trabajo en para le lo .

También en este d i fíci l problema, pues, una ju ic iosa combinación de un paso atrás en tecnología fís ica y otro ade lante en tecnología organizativa puede darnos el ún ico resu ltado que nos i nteresa : viab i l idad de l Proyecto Na­cional (por supuesto , s iempre que ese Proyecto no pro­ponga como objetivo tener una tecnología fís ica de avan­zada ) . Con los m ismos c riterios , deberíamos esperar mu­cho más antes de i ntroduc i r tecnologías "pesadas" como la de reactores nucleares, i nacces ib l es para nosotros du­rante mucho t iempo todavía , caras de i mportar y que pue­den ser sustitu idas por otros proced i m ientos s in esas desventajas.

Otro aspecto esencia l del capita l fís ico es su dura­c ión , vida úti l , obsolescencia .

Los cálcu los muestran de i nmediato que l a po l ítica de reemplazo es decis iva para l a v iab i l idad. Todo aumento de vida úti l es importante.

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Ahora b ien , es m ucho lo que puede hacerse a este respecto. Los equipos son reemp lazados por dos motivos pr inc ipa les : desgaste y obso l escencia d e l producto. E l segundo depende d i rectamente de las metas d e l esti lo : s i se tiende a l consumo d ivers if icado -y más todavía en un s istema de competencia pub l i c itaria pa ra vender- es esenc ia l que aparezcan constantemente cambios de mode­l os Y productos novedosos. Las máquinas que fabr icaban l os p roductos anteriores quedan así inut i l i zadas a ntes de ser i nuti l izab les. Esta so la causa hace i nviable e l esti l o CONS en casi todos l o s países del Tercer M u ndo. En cuanto a l desgaste, no es necesario tampoco a ceptarl o como u n a fata l idad i mpostergab le . E l a rte d e l manten i ­miento y la reparac ión de equ ipos está ya más adelan­tado en nuestros países que en los más i ndustr i a l izados , Y s i l o pudiéramos convert ir en cienc i a desaparecerían muchos de nuestros problemas. Eso imp l i ca tratar e l pro­b lema en g ran esca l a y con personal adecuado . La des­apar ic ión de la empresa privada faci l itaría la o rganiza­C ion de esta nueva industr ia , tan comú n hoy a n ivel a r­tesana l .

S i s e v a a emplear este t ipo d e estrateg i a tecnoló­gica -reparación antes que reposición- aún se h ace más importante med i r correctamente la vida úti l de l as ma­quinarias .

Está c laro que l o que nos i nteresa n o es su medida usual -la amortizac ión-, sino un concepto aná logo al de esperanza de vida a una edad dada , usado en demo­grafía. Dec imos análogo porque no debe ca lcu larse sobre la base de las "tab las de morta l idad" a ctua les , s ino de acuerdo con lo que se espera para el futuro. En otras pal abras, para cada máquina existente hoy debemos esti­mar cuántos años más se la podrá usar a l ritmo de tra­bajo esperado y con la po l ítica de manten im iento especia l p laneada.

Pero cada método de producción i n c l uye numerosas máquinas, cada una de e l las con una esperanza de vida d iferente . ¿Qué durac ión asignaremos al método en su tota l idad? Esta pregunta no es muy i nteresante , salvo c�ando e l método inc luye a lgún equipo i rreem p lazable y VIta l , y en este caso l a respuesta es evidente . En l os de-

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más casos, l a duración de un método puede ser conside­rada eterna con tal de ir repon iendo las partes que van muriendo. Lo que interesa es este p l an de repos ic ión , que d ice en qué fechas se estima necesario contar con una nueva máqu ina de c ierto tipo. La po l ít ica de reparación que estamos ana l i zando s ignif ica a lejar esas fechas mu­cho más a l l á de lo acostumbrado, en l a pr imera época de l nuevo esti l o , reponiendo só lo l o i nd ispensable y , en l o pos ib le , por orden d e acces ib i l idad. . Si l as máquinas pudieran medirse con una umdad común , estas necesidades de repos ic ión se expresarían cómodamente por medio de un coeficiente de desgaste : fracción del total que debe reponerse cada año; de a lguna manera tendremos que hacer eso para l os cálcu los g l o­ba les . Cuando la un idad comú n es a lgún t ipo de va lor monetar io , se trata de l c lás ico concepto de amortización, que en la práctica nada y ene que ver con lo que . r�,

a l ­mente interesa : l a duracion, y e l esfuerzo de repos 1c 1on .

La duración de cada máqu ina importante es, s in em­bargo, un dato que deberá recabarse y tene;se. en cue�ta al hacer los p l anes deta l l ados . Para las maqumas estan­dar, de las que hay g ran cantidad, es pos ib le hacer una "p i rámide de edades" -cuántas hay de cada edad- Y sobre esa base calcu la r qué fracción deberá reponerse, dado e l t ipo de manten im iento empleado.

Los m ismos prob lemas de desgaste , manten imiento y reposic ión aparecen para l as construcciones existentes -incluso viviendas-, pero, en pr inc ip io , con mayor f le­xib i l idad en las so luc iones. La función de proteger de l ambiente externo puede ejecutarse con d isti ntos materia­les y d istintos métodos, y es de esperar que, por lo me­nos las nuevas construcciones , s i están p l an i ficadas de antemano y asignadas con t iempo a l as empres�s . cons­tructoras , tra i gan notab les mejoras en sus requ 1s 1tos Y resu ltados .

Aquí también es pos ib le que una estrategia basada en construcciones rápidas y precarias pero baratas (en re­cursos necesarios) durante la pr imera década, mientras se estudian métodos y mater ia les b ien adaptados a nues­tras cond iciones , permita l uego reempl azar todo lo malo cou tranqu i l idad y efi ci encia

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7. l�ecu rsos exf·ernos, o capoddad de im porta r

Ya se ha tratado este punto en el capítu lo 1 1 . Sus bien conoc idos aspectos , manejables por separado, son :

a ) Sustitución de importaciones, en sus diversos gra­dos pos ib les , desde autonomía tota l hasta máxima d iv is ión del trabajo, a n ive l mund ia l o reg iona l .

L a nutonomí1:1 tota l no es utópica, s i no sólo i n conve­n iente. Si desaparec ieran todos los países menos éste , no pereceríamos n i recaeríamos necesar iamente en l a barbari e , pero deberíamos renunciar a muchas cosas. U n l ím ite razonab le puede ha l larse imag inando u n a guerra mund ia l ortodoxa y l a rga en la que fuéramos n eutra les , situación que conocemos por experiencias no m uy anti­guas .

Por otra parte , s i e l nuevo esti lo es muy d iferente del actua l , es probab le que la sustituc ión sea forzosa, pues pocas cosas de las que se fabrican en e l hem isfe­rio norte serán adecuadas para n uestros nuevos objetivos. Como ya hemos d icho, l a afi rmación de que " e l p roceso de sustituc ión de importaciones está agotado" es vá l ida só lo si aceptamos el desarro l l ismo segu id ista , en modas y tecnolog ía .

En este momento, los pr inc i pa les rubros d e i mporta­c ión son:

B ienes i ntermedios ( legal y contrabando) . B ienes de capita l ( legal y contrabando) . B ienes de consumo ( legal y contrabando) . F letes y uso de puertos y aeropuertos extranjeros. Seguros y otros servic ios ; com isiones . Turismo en e l exter ior . Retribuciones por uso de patentes y métodos de pro-

p iedad extranjera. Retr ibuciones por uso de marcas extranjeras . Sueldos a técnicos extranjeros. Gastos de estud ios en e l exterior. Cuotas a i nstituc iones extranjeras o i nternacionales.

Y otros igua lmente importantes, que no se a costum-bra l l amar importaciones , como :

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Remesas de benefic ios de l as empresas extranje­ras i nsta l adas en el país .

Fuga de capita les : i nvers iones en e l exterior, remesas hechas por res identes o s imp le atesoram iento de d ivisas extranjeras.

Servic io de l a deuda externa : i ntereses y amortiza­c iones.

Todos estos items representan grandes cantidades de d ivi sas pero, aunque parezca mentira, no se conocen sus va lores exactos , s i bien se t ienen c i fras de gran preci­sión (prec is ión es dar muchos dec ima les ; exactitud es estar cerca de la verdad) . Se trata de un negoc io dema­s iado i mportante para d ifund i r g ratuitamente la i nforma­c ión al respecto.

Varios de sus aspectos son i lega l es aun dentro de l s i stema neocapita l ista . La fuga de cap ita les es penada por muchos gobiernos, pero no hay país sudamericano cu­yos empresar ios "naciona les" no tengan cuentas en ban­cos su izos, acciones del mercado norteamericano o parti­c ipación en empresas de otros países . Los montos son desconocidos, pues todos los grupos de presión t ienen i nterés en que no se i nvestiguen . Para la Argentina se cree que equiva len a unos c inco años de exportaciones.

No se conocen b ien s iqu i era las cantidades de b ienes importados. Parte de la i mportación es completamente i l ega l -el contrabando, que t iene una magnitud notab le en a lgunos países y movi l iza g randes recursos e i nf luen­cias--, pero aun la parte forma lmente l ega l -cuyo vol u­men fís ico puede conocerse porque pasa por aduanas-, tiene un va lor f ict ic io debido a la sobrefacturación y otras tretas habitua l es en los importadores para dejar sa ldos en e l exterior. No se l l evan sstadísticas c laras de l as uti l i ­dades y amortizaciones de l as empresas extranjeras , n i d e l endeudamiento d e l as empresas privadas nacionales.

Estas sangrías son tan vita l es para e l país , que es i nevitab le e l control completo de los gastos en e l exterior mediante algún organ ismo especia l , tarea necesaria sea o no socia l ista e l esti l o que se e l i ja .

Pero esta no es una empresa fác i l . Ya se ven en organ ismos de comercio i nternaciona l -como ALALC-

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las d i ficu ltades de contro lar los muchos m i les de produc­tos que se i ntercambian , y a eso hay q u e sumar e l trato inte l i gente con los p roveedores extranjeros, pues no es cuestión de que roben e l los con prec ios exces ivos, l o que i mpedi mos robar a nuestros importadores p rivados . S i n duda e l control tendrá que afi narse paso a p aso, em­pezando por l os items más gruesos.

Casi todos los rubros de i m portac ión pueden redu­c i rse drásticamente. Están l l egando inc luso muchos bienes de cap ita l superfluos , que contribuyen a aumentar nues­tra capacidad ociosa en sectores no s iempre interesantes . El fetiche que los tecnócratas desarro l l i stas han hecho de las i nvers iones es aprovechado por l os traficantes -la mayoría de los empresarios- para consegu ir créd i tos ba­ratos , reducciones i mpositivas y otras ventajas y, aunque usan buena parte del d inero así obten ido en especu lar y sacar d ivisas de l país , no t ienen más remedio q u e impor­tar equipos para cumpl i r con los requis itos forma les . Esto es otro factor más para exp l icar e l fenómeno d e l sobre­equ ipamiento y la capacidad oc iosa en nuestras i n dustrias modernas.

Un gasto d ifíc i l de d ism i n u i r es e l de fletes . Cons­tru i r una f lota prop i a es un p royecto g rande ; por otra parte , no se trata só lo de tener barcos, s i no de competi r con los grandes trusts f leteros , tan inescrupulosos como las compañías petro leras , y ta l vez en m ejores condicio­nes aún para hacer presión sobre un pa ís de abundante comercio exter ior.

Por supuesto que la reducción de l a s importaciones , con e l correspondiente descenso de l a s exportaciones , d ism inu i rá e l prob lema de f letes, pero eso no es para e l corto p lazo.

Una observación más sobre remesas de beneficios . Las grandes corporaciones mu lt i naciona l e s no están siem­pre i nteresadas en enviar ráp idamente l as uti l id ades a sus países de origen . Su pol ít ica de largo p lazo es cubri r e l m undo, y eso exige rei nverti r en cada país q u e tenga cond ic iones favorab les . Como esa actitud mejora nuestro ba lance de pagos, no hay que o lvidar que éste n o es un f in en sí m ismo , s ino só lo un recurso más para l ograr los objet ivos de l Proyecto , entre los cua les probab lemente

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estará .conservar a lgún grado de autonomía nacional en las decisiones económicas . Esa autonomía se p ierde s i hacemos e l buen negocio de permiti r crecer en nuestro país ese cuerpo extraño, con intereses propios -ya n i s iqu iera d e l todo coinc identes con su país d e or igen, de l cua l se s i rven en lo pos ib le como instrumento--, que son las grandes corporac iones.

b ) Excedentes exportables y sus mercados . Este pro b lema también debe ser atacado centra l i zadamente . Sólo e l gobierno t iene l a capacidad organizativa para estud iar e l mercado mund ia l , p rever los excedentes de producción pos ib les , eva luar sus costos rea l es para e l país y dec id i r cuánto hace fa lta vender, dadas las i mportaciones pre­vistas por e l Proyecto Naciona l . En segundo térm ino ese contro l es necesario también para evitar los c lás icos pero i ncreíb l es abusos de l os traficantes en exportaciones , hoy estimu l ados en su i ngenio por las complejas medidas de fomento que pueden aprovechar, y por l a toma de conciencia pC1b l ica de los grandes negociados de las de­va l uaciones, sangría tan tremenda y burda que ha debido auto! i mitarse.

Só l o un organismo centra l izador puede, además, te­ner una po l ítica de precios naciona l : es decir , que indepen­dice los precios externos de los internos ( l o que equiva l e forma lmente a crear un tipo d e cambio espec ia l pam cada producto exportab le , con grandes diferencias entre unos y otros) . Debemos repeti r una vez más que en nuestro esquema económico, el orden rac iona l es :

Ca lcu lar cuánto debe produc i rse e importarse para satisfacer las necesidades de la pob lac ión en el grado previsto por el Proyecto pma ese año.

Calcu lar qué y cuánto (y cuándo, s i hay pos ib i l idad de consegu i r créd itos) podemos produc i r y vender a l os mejores prec ios del mercado mund ia l para pagar esas im­portaciones, y las que hagan fa lta para esta producción excedente. S i es pos i b le fís icamente la producc ión de todo esto, e l p roblema de f i jac ión de prec ios es concep­tualmente c la ro : los precios externos están fijados con escasa partic ipación nuestra ; s i son bajos , exportaremos mayor cantidad y esto sólo estará l im itado por nuestra ca­pacidad de producción (aparte de la demanda) . Los pre-

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c ios internos no t ienen absol utamente nada que ver con eso, aunque, s i ref lejaran bien l os costos fís icos, serían llti les para e l eg i r qué es lo que conviene exportar -al pa ís- entre todos l os posib les excedentes cuando se puede elegir. Sean a ltos o bajos , estén o no compensados por i mpuestos o subsid ios, son instrum entos de d i stribu­c ión interna del ingreso del pa ís . Los p recios m u ndia les ref lejan l a ganancia del país en su total idad . Lo mismo sucede en cualquier empresa donde, a igualdad de ga­nanc ia , l os precios i nternos -sueldos y otras remunera­c iones- sólo s i rven pa ra distri bu i r la entre su "pob l ación" , y l os precios externos m iden lln icamente e l esfuerzo que deberán rea l izar los trabajadores , produc iendo más o me­nos para lograr la m isma gananc ia .

e) I ngresos de capita l : i nversiones extranjeras , prés­tamos, transferencias .

Este tema es ta l vez el m ejor tratado hoy por los economistas de izqu ie rda, preocupados por e l problema de la dependencia . E l l o nos exim e de ana l izar lo .

8. I n fraestructura institucional

Ya nos hemos refer ido en el cap ítu l o 1 1 1 a l a s i nstitu­c iones del n ivel 2, que coord inan , regu l an , eva l úan , ase­soran y asisten a las un idades p roductivas y otras de nive l 1 , seglln e l Proyecto Nacional y demás n ormas e stableci­das a nivel 3 . A ese s istema i nstituc iona l de apoyo l o l lamaremos " i nfraestructura i nstituciona l ", y es a l l í donde debe real izarse la tarea más i m portante y d ifíc i l de la acu­mu l ac ión organ izativa .

En efecto, no es pos ib le p retender que cada unidad productiva a lcance su capacidad máxim a por sus propios medios, como tampoco por el uso de recetas g enera les recomendadas por tecnoburócratas. La reeducac ión de l persona l , l a raciona l ización de l p roceso de produ cción, e l manten im iento perfecto de las máquinas y l a i ntroducción de i nnovaciones baratas que e l i m i nan cue l los d e botel l a , requ ieren i nformación , asesoramiento y asistenc ia soc ia l d i recta por parte de l as i nstituciones de i nfraestructura.

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Éstas son , además, ind ispensables para eva l uar toda modif icac ión propuesta por una fábr ica , con los criter ios de recursos escasos y metas genera les a cumpl i r. No menos i mportante es la coord i nac ión , s i n errores , del f lujo de insumas y productos , y su control de ca l idad. ·

En e l s istema soc i a l actua l , esta i n fraestructura exis­te , pero más que un apoyo parece ser un estorbo para la producción . Su parte más importante se refiere a l n ive l monetar io : i nstituciones f inancieras, recaudación de d is­t intos t ipos de i mpuestos , asesoram iento lega l y contab le , i nspecc iones d iversas, etcétera . Muchos de éstos son i n­necesarios en un s i stema soc i a l i sta, s i b ien no s iempre desaparecen , convi rtiéndose entonces en rémoras .

De estas i nstituc iones de n ive l 2 , l as menos fam i l i a­res son las de "as istenc ia soc ia l " para reeducación , i nte­g ración soc ia l , d i fus ión de los objetivos naciona les . Los comisar ios po l ít icos de la pr imera época soviética fueron un i ntento muy empír ico en este sentido. En nuestros países tenemos un ejemp lo parc i a l en las i nstituciones de "desarro l l o comunitario" , que con apoyo de soció logos, po l itó logos , i ngenieros y educadores y fuerte f i nanc ia­m iento -muchas veces extranjero- tratan de i ntegrar y pacif icar a los grupos de bajos ingresos . La "sociología i ndustria l " t iene actividades s i m i l a res, con l a i ntención de d ism inu i r l a i nsatisfacc ión del obrero con su trabajo.

Estas tareas parc ia les , i nc ip ientes y d ispersas -y or ientadas a l manten i m iento de l s i stema soc ia l actual­deben desarro l la rse hasta constitu i r un s istema de tama­ño comparab le a l educativo o san itar io , íntimamente v incu­lado al pr imero pero casi seguramente i ndependiente de él en la década de trans ic ión , por l os prob l emas urgentes y espec ia les que deberá tratar .

Hay aqu í l ugar de sobra para todos l os actua les estu­d iantes de socio logía y antropología y muchos más, y necesidad de todo tipo de i deas nuevas .

9. Capacidad de innovar y crear

Está basada , por supuesto , en l a ex istencia de recur­sos humanos , i nsta lac iones y equipos adecuados. Pero

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11

el factor más i mportante no es materi a l s ino i d eo lógico ,

y puede resum i rse p id iendo una comprens ión y adhesión

profundas a l Proyecto Nacion a l , y una po l ít ica técnic?­

c ientífica adaptada a é l . Pero esta ú ltim a es consecuenc ia

de l o pr imero e i núti l s i fal ta esa actitud favorab le , que

pocas veces se da en l a v ida de los pueb los. Los . recur­

sos humanos "adecuados" exi sten en todos los mveles ,

y no s iempre es conven iente reuni r los en i nstituciones

espec ia les . Todo depende de los d isti ntos grados �e g�­

nera l idad y abstracc ión de l os problemas ; desde c1enc 1 a

básica -modelos teór icos, metodología- hasta e l desa­

rro l l o de pequeñas i nnovaciones parti cu lares. Hay que tomar aquí var ias dec is iones de g ran tras­

cendenc ia , que comentaremos con más deten i m iento en

e l capítu lo X I I I (véase también [8] ) : a ) E l desarrol lo d e l a c i enc ia básica ¿se rá guiado

por los criter ios mund i a l es de i m portanc ia � va­

lorac ión , será c reación l i bre i nd iv idual , o sera es­

t imu lado func iona lmente por las neces i dades de l

Proyecto Nac iona l ? E n particu lar , ¿ s e as ignarán más recurs?s �

l as c iencias físicas o a l as h u manas (orgamzat l -

vas) ? b) El desarro l l o tecno lóg ico ¿se or i entará h acia e l

i nvento d e nuevos productos , o nuevas formas de

presentac ión , o de maneras más efic i entes de

produc i r l os ya conocidos , o de mejorar l as co_n­

d ic iones de trabajo , y eso, en genera l o segun

los sectores ? e) La tecnolog ía organizativa ¿se hará a n ive l de ra­

ciona l ización dentro de la empresa, de ef ic ienc i a de l os servic i os púb l i cos y l a i nfraestructura. o de

l a p l an ificac ión imperativa , gu i ada por u n Proyec­to Nac iona l ?

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CAPfTULO V I l

Viabil idad física

''Con paciencia y con saliva . . . " Del refranero argentino

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l . U nidades de medición

El costo fís ico de satisfacer una meta en e l grado -cuanti y cua l i tativo- estab lec ido por el Proyecto Na­ciona l debe ca lcu larse a part i r de los métodos de pro­ducción que se uti l izarán, existentes o a i nsta lar . La defi­n ic ión misma de cada método i nd ica qué cantidad de re­cursos de cada clase requ iere : trabajo, i nsumas, b ienes de capita l , i nfra�?structura , etcétera, y sus partes impor­tadas .

Para los b ienes p roducidos o uti l izados, las u n idades fís icas que m iden su cantidad son las natura les : número de p i ezas, metros, tone l adas, l i tros, etcétera .

Para los servic ios -salud , pe luquer ía o préd i ca re l i ­g iosa-, la medida natura l e s e l cubrim iento: número d e personas servidas. En ambos casos , l a especificación cua l itativa previa debe ser comp leta . Si la producción de viv ienda se m ide en metros cuadrados cub iertos , es fác i l cump l i r metas con trampa construyendo ga lpones ; s i s e mide e n número de hab itaciones, haciéndo las m u y peque­ñas. En el caso de los servic ios es aun más fáci l a umentar e l cubr imiento a expensas de l a ca l idad : el n úmero de pacientes atendidos puede e l evarse d i sm inuyendo l a du­rac ión de la consulta; la relac ión cubrim iento versus pe­netración no está muy estud i ada para l a p rédica re l ig iosa , pero sí para l a pub l ic idad , donde se han hecho l o s inten­tos más costosos de cuantif icar monetariamente estos prob lemas . Penetrac ión , ca l idad , conten ido , son expresio­nes que denotan e l efecto que se desea lograr con e l serv ic io , y que es l o que l o define cua l i tativamente.

La med ic ión fís ica parece requeri r h omogeneidad de l producto, pero esto es muy d ifíc i l de consegu i r , aun den­tro de una m isma un idad productiva. U na fábr ica text i l p roduce te las de diferentes ca l idades, una fábr ica de za­patos produce d istintos modelos , un mismo médico atien­de pacientes de d isti nta gravedad. Como no s e pueden sumar peras y manzanas, se i ntroducen eval uadores o pre­c ios para homogeneizar . Dando precios a cada modelo

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o cal idad, se puede calcular el va lor tota l de lo producido , como s i fuera homogéneo ( l i nea lmente : a l mult ip l icar ca­da cantidad por su precio y luego sumar , se está haciendo lo que en álgebra se l lama una combinación lineal de esos productos) .

E n rea l idad, a l sumar peras y manzanas estamos dán­doles igua l p rec io , de modo que estos eva l uadores i nc lu­yen en part icular la cuantif icación fís ica ingenua. Se ve , pues , que s i se está decid ido a homogeneizar l i nealmente , el problema no es conceptual s i no práctico : ¿cómo se fijan esos precios? Es evidente que s i i m ponemos como meta a una fábr ica de zapatos produc i r por va lor V, a c i ertos prec ios , y hay un mode lo que tiene as ignado un precio demasiado bajo , d icho modelo no se producirá , aunque sea e l más deseable desde otms puntos de vista . Nos encontramos de nuevo con una fa lacia cuantitativa .

La solución es usar precios que reflejen f ie lmente los objetivos de l esti lo . Cómo puede hacerse , se verá más adelante. Por ahora nos i nteresa señalar un caso i mportante en e l cual es pos ib le presc i nd i r de los precios, o aun más, es i nd iferente qué p recios se usan , de modo que podemos segu i r en el p lano físico.

Es e l caso de estructura constante de la producción. Si por cada pera se van a produc i r s iempre dos manzanas, es ind iferente que se m ida la p roducc ión total por e l nú­mero de peras o de manzanas, o de ambas sumadas , o eva l uadas a precios cua lesqu iera -pero s iempre los m is­mos- con tal que no se camb ie de criterio sin avisar . Las fábricas no cambian su estructura de producción a cada momento : se fijan un p lan que s iguen durante perío­dos más o menos prolongados. Con mayor razón ocurre así donde ese p lan de producción es fijado o aprobado por una instancia superior . Puede suponerse , por ejemplo, que toda fábrica t iene una estructura de producc ión que varía poco durante cada año aunque puede var iar más de un año para otro .

En condic iones de estructura constante , pues, cual­quier un idad constante -ki los o p recios- perm ite med i r fís icamente la producción .

Por otra parte , cada m étodo de producción t iene a su vez una estructura constante de compos ic ión : una "anato-

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J

mía ' " fija , en pr imera aproximac10n . Puede incl u i r d istin­tos tipos de máqu inas , pero 8n p roporciones fijas -como una receta de cocina- y eso también val e , aunque me­nos , para las d i stintas categorías de mano de obra . Por suouesto muchas veces esta " pri mera aproximac ión" será grosera, si b ien s iempre menos engañosa que s i se la reemplaza por el costo monetar io de los equipos , que depende de c ien factores f inancieros, i mpositivos Y co­yu11tura les. 1

2. Coeficientes técn icos desag regados

Ahora debemos defi n i r los coefic ientes técn i cos que permit i rán calcular los requis itos de cada p lan de p roduc­c ión : coef ic ientes de i nsumos , de capita l y de trabajo, di­ferentes según e l p roducto y e l método de producción.

Supongamos que se están producie ndo anua l mente N pares de zapatos por el método Z y que queremos au­mentar esa p roducción en un 1 0 % . Debemos d istingui r tres casos típ icos:

a ) Se está trabajando con más del 1 O % de cap:acidad ociosa. En este caso la puesta en marcha del a umento es cas i inmed iata --tiempo de gestación n u lo- pues sólo hay que aumentar los i nsumas -cuero, te l a , goma, c l avos , e lectric idad, etcétera- y las horas trabajadas, en la mis­ma proporción : 1 O % . Se dice que la elasticidad de los insumos y la mano de obra es i gual a uno con respecto a la producción .

Esto es só lo aproxi mado : no todas las categorías de trabajadores son i gual m ente el ásticas: probablemente los empleados admin istrativos no tengan que aumentar sus horas de trabajo (elasti c idad igua l a cero) . y el pe rsonal técn ico a lgo menos del 1 O % (e lasticidad entre cero y uno) .

S i esto se cumple con suf ic iente aproximac ión , pue­de s imp l if icarse todavía más la expres i ó n algebraica del problema i ntroduciendo los coeficientes medios : si se gastaron C toneladas de cuero para fabr icar los N pares de zapatos, el coefic iente C/N (toneladas por zapato) se l l ama el coef ic iente de i nsumas o de Leontiev, de origen cuero y desti no zapatos . Para saber cuánto cuero se ne-

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casita para producir NN zapatos, basta mult ip l i ca r ese coeficiente por NN.

Del mismo modo si h ic ieron fa lta H H i (horas-hombre de categoría i ) para p roduc i r N pares, e l coc iente H H I/N se l lama " coef ic iente de trabajo" , de categoría i , y basta mu lti p l i car lo por NN para saber cuántas horas-hombre se neces itarán para p roduci r NN pares, s iempre que se trate de una categoría con e lasticidad uno. Para saber cuántas personas se necesitan , basta d iv id i r e l número de horas-hombre por l a duración del HAN (hombre-año-nor­ma l , defin ido en pág. 268) .

b) No hay capac idad ociosa, pero se está a más del 1 0 % de l a capacidad máx ima . En este caso puede obte­nerse el aumento deseado s i n constru i r nuevas fábricas , aunque debe procederse a una reorgan izac ión , que l l eva a lgún tiempo y recursos . El t iempo de gestac ión no es cero pero es de l orden de pocos meses, dependiendo de l a existencia de personas e i nstituciones adecuadas para esa reorganización , que forma parte de lo que hemos l lamado " infraestructura i nstituc iona l " . Las tareas a rea l i ­zar pueden consist ir en raciona l izar l a forma de trabajo, organizar un nuevo turno, dar un curs i l lo de capacitac ión espec ia l a l persona l , agregar a lguna máqu ina para e l im inar un estrangulami ento, etcétera.

Si l a organ ización puede real izarse con persona l de la m isma empresa p roductiva, se l e as igna como costo e l t iempo ded icado a esa tarea , más los i nsumas espec ia les que hayan s ido necesar ios . Ese costo se c las ifica como una i nvers ión .

S i part ic i pó otra instituc ión -de asesoramiento o rac ional izac ión- mediante un equ ipo técn ico , l a i nvers ión es e l número de horas que requ i ri ó ese serv ic io .

Para los i nsumas y mano de obra se s igue e l m ismo procedim iento que en e l caso a ) .

E l persona l e insumas d e manten im iento y reparacio­nes tendrán ahora una e l astic idad mayor que uno, y hasta es pos ib le que se requie ran los serv ic ios de a lguna i ns­t itución espec ia l .

e ) S e está trabajando a capacidad máxima. E s ne­cesar io entonces insta l a r nuevas fábr icas , lo cual implica un t iempo de gestac ión de l orden de un año, como m ín imo .

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Rara vez se insta lará una capacidad qlJe a lcance exacta­mente para el aumento deseado, porque h emos d i cho que cada método es un "paquete" de tamaño mín imo fijo, y porque no hay n ingún i nterés espec ia l en mantenerse funcionando al máximo.

Cada "paquete" de l método Z d ice por defin i c ión cuán­tas máquinas de cada c lase y cuántos m etros cuadrados cub ie rtos de c ierta c lase requ iere . Si un p aquete p roduce, a capacidad norma l , NZ zapatos por año y requ iere Mj máqu inas de t ipo j , puede defi n i rse un " coefic iente nor­mal de i nvers ión/capacidad" para j, d ivid iendo Mj/NZ que en real idad sólo tiene i nterés a un n ivel mayor de agre­gac ión , pero s i rve para comparar " i ntens idades d e capi ­ta l ". Dada l a estructura "anatóm ica" constante de cada método, podemos dar p recios a todos los equ i p os de Z y a l l oca l , y s i INV es e l valor tota l del paquete Z a esos precios , l lamamos "coeficiente de cap ita l " al coc iente JNV/NZ.

Si se i nsta lan dos paquete de Z, la i nvers ión será el dob l e en todos sus aspectos m ateriales : construcciones, equ ipos. La e lasticidad es pues igual a uno, aproximada­mente .

Pero la i nsta lación de una un idad p roductiva requie­re además estud ios p revios , puesta a p unto y d iversos otros servic ios , que en general t ienen una e last icidad mucho menor que uno, lo cual es otro motivo para no ha­cer i nsta laciones mín i mas .

Estas nuevas inversiones pueden ser necesar i as ade­más por desaparic ión de fábr icas o máqu inas ya dema­s iado v iejas (desgaste, obsolescencia) . S i n l legar a eso, en l os tres casos hay, como d i j imos, un costo en repara­c iones y manten imiento que tam bién puede exp resarse por un coef ic iente técn ico .

Lo que hemos d icho para fábricas de zapatos va le también para productos menos materia les .

3 . Casos d e servicios sociales

La enseñanza esco lar puede hacerse también por d iversos métodos de p roducción . Cada uno de e l los es

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también un " paquete" con d iversas ca racterísticas ma­ter ia les y organ izativas : s imple o doble escolaridad o i n­ternado y, según eso , edif ic io con comedores y dormitorios, o sólo au las , y de éstas e l número y capacidad. I nstru­mentos y equipos var ios , número y ca l i dad de maestros, as istentes, personal auxi l iar , etcétera .

Hay también capacidad h istór ica, normal y máxima -aunque en este caso es frecuente que la h istórica esté por encima de la normal·--, pero como en casi todos fos servicios, la ca l idad de l "producto" puede bajar mucho s i se trabaja a a lta capacidad, a menos que se:1 tomen me­d idas organizativas especia les .

No hay inconven iente en defi n i r coefic ientes de ca­p i ta l , trabajo o i nsumas para cada método, si se lo es­pecifica como hemos d icho. Lo m ismo puede hacerse en e l sector sa lud , separando pr imero las d iversas activida­des san itar ias y Juego Jos d iversos métodos de producir­las . Así, cada t ipo de campaña de inmun ización, cada ti­po de hospita l , tendrá sus propi os coeficientes .

Lo m ismo puede hacerse para necesidades como la parti cipación , oc io creativo, i magen del mundo , autono­m ía y otras cuya cuantificación parece improbable . E l método es s iempre e l mismo: se hace pr imero e l aná­l is is cual itativo de las posib les formas o métodos para satis7&cer esas necesidades . Se verá que con pocas ca­tegorías se cubren las modal idades más típ icas y que los casos intermedios, inevitables , pueden as im i larse s in ma­yor d i ficu ltad a a lguno de Jos típ icos . Estos métodos tí­p icos pueden ser descriptos como paquetes de ro les, lu­gar, muebles , equ i pos, i nsumes, con los cuales se puede cubr i r " normalmente" a N personas, es decir , p restar les el servic io s i n d if icu ltades especia les y con la cal idad deseada . Estos datos s i rven de base para calcular cUán­to más de cada recurso se requ iere pam aumentar el cu­br imiento a i gua ldad de cal idad. Para e l lo , es verdad, hay que hacer a lguna est imación de las elast ic idades que he­mos introducido antes , cosa que puede hacerse por com­paraciones h istóricas e internacionales y por consenso de expertos, como expl i caremos más adelante .

Nótese que lo que se cuantif ica e n cada caso son Jos recursos y no Jos efectos . Éstos vienen dados de an-

200

temano por la descripción cua l i tativa del servic io Y sólo se cuantif ican en su cubr im iento .

Así, s i un esti lo se propone i nculcar c ierta i m agen del mundo t iene en pr imer lugar que defi n i r con c ierta c lar idad e l

' servic io que qu iere produci r : e n qué cons iste

esa imagen del mundo, con qué p rofundidad desea que s� comprenda y que se comparta. Luego comparará los di­versos métodos de producción : l i b ros, p red icadores en las esquinas, te lev is ión , carte les cal lejeros, maes�ros, etcétera . Cada uno de estos m étodos , pa ra produc i r el efecto deseado tendrá costos d istintos y u na capacidad normal de cub

,r imiento d isti nta . E l "paquete" formado

por un pred icador cal lejero, un megáfono y un cajón , tie: ne recursos muy fác i lmente cuanti ficab les , Y un. cubn­m iento calcu lab le , según la esqu i na donde � red 1que, o en promedio . Pero seguramente no alcanzara el efecto deseado a menos que se haya s ido muy modesto e n los objetivos .

E l método de los l i bros t iene costos ca lcu lab les , que deben i nc lu i r la neces idad de autores adecuados. Su ca­pacidad normal de cubrim iento no es grande , �ero s.u ca­pacidad máxima es mucho mayor s i se hacen mvers 1ones "organ izativas" corno la publ ic idad .

En el método te lev is ivo , una sola " un idad p roduc­tiva" puede tener un cubr imiento ampl ís imo , pero e n este caso hay una l im itación de i nfraestructura : el número de receptores y canales i nstal ados . Como los cam inos , el agua corriente o la po l icía, la te l evis.ión es i�fr�estructu­ra pues puede ser usada para produc 1 r muy d1st 1 11tos ser­vicios , no sólo entreten im iento .

Las necesidades de i nfraestructura son a veces cal­culables a part i r de los métodos de producción o de los objetivos mismos : El r iego es función de l tipo Y ca�!i­dad de producc ión ag rícol a ; el agua potab l e es .f_unc1on del tamaño y d istr ibución reg iona l de la poblac10 n . En otros casos , como los caminos , es prefer i b l e ca lcu la rlas en función de la actividad general de cada zona, con al­gunas consideraciones cual itativas sobre el tipo de esa actividad. Su e�tud io se hace como los G randes P royec­tos que veremos en el parágrafo 5 .

291 l.,_..'

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4. Coeficientes h istóricos

. • L.os eoeficientes técnicos que hemos calcu lado son h rstoncos : se basan en lo ocurrido en el pasado · cercano. Pero n� eran los m ismos en e l pasado l ejano, y no hay por que suponer que esos va lores serán los mismos en e! futuro, sobre todo cuando e l esti lo imp l iC[-1 transforma­ct?nes ge�era l es profundas de fa sociedad . Así, para un m rsmo metodo es pos ib le que los coefi cientes de tra­bajo vayan modif icándose a medida que los trabajado" res t?man otra actitud y reci ben otro entrenamiento . La c� l �dad de los i nsumas y las máqu inas puede var iar tamb1en, cambiando su p roductividad.

Más aún, pueden aparecer nuevos métodos , sobre los que

, no tenemos experiencia h istórica d i recta . · Cuá­

l?� seran s�s coef ic ientes? ¿ Cómo cambiarán los¿

coe­ftc��ntes an�rguos? Es

,ta.s � í son cuestiones t íp icas de

fa prospectrva tecnologrca que l a l ucha entre las gran­des corporaciones ha ob l igado a desarro l l ar, aunque sea de manera inc ip i ente .

Sup?� iendo que estos efectos no existen, y que l os coefrc tentes de cada método permanecerán constan­tes Y no habrá métodos nuevos , el cá lcu lo de requis itos es conceptua lmente senci l lo .

. Se e l i�e u,na estrategia de producción, es deci r , se

dec1d� que m�to?os se usarán -año tras año- para cumpf tr los

,objetrvos . Sab.iendo cuánto debe produci rse

con cada metodo, y conocrendo sus capacidades in icia­l e

_s -y por lo tanto cuántos nuevos "paquetes " cada

ano-, pod�mos usar . los coefic ientes técn icos para ca lcu lar cuanto se requ rere de cada t ipo de i nsumo de ca?a catego.ría de mano de obra , de cada c lase de

'má­

quma para t nsta lar nuevos "paquetes " . �e tie�en así l�s demandas tota les a cada industr ia d.e b 1enes } ntermedros y de cap ita l cada año. Éstas sa­tJs�acen solo �na parte de d icha demanda, en genera l , Y tr�nen ademas que satisfacer l a que su propio funcio­na'!l r.ento requ iere; E l_ l ím ite _está dado por su capacidad maxrma . (que vana ano a ano según lo ind icado por la es trateg ia ) . El resto debe importarse , y s i estas impor­tae iones son demasiado a ltas , no hay viabi l idad fís ica .

292

Pero los efectos de las condiciones de vida y de trabajo , e l entrenamiento, la i nvestigación , modi fican esos coefic ientes y por lo tanto las demandas y la ca­pacidad. Esos efectos son fundamenta l es : a través de e l los se expresa el progreso técnico; la posibi l i dad de aspirar a objetivos ambic iosos ; l a viabi l idad del Proyec­to Naciona l , en f in . Su cálcu lo es e l p unto más débil de todo anál is is de v iab i l idad . Lo que puede hacerse se verá en e l parágrafo f ina l d0 este capítu lo .

5. La agt·egación por sectores y tecn o logías

El cá lcu lo producto por producto y m étodo por mé­todo que acabamos de descr ib i r , no es i rreal iza b l e para el gobierno de un país mediano como e l nuestro s i se uti l izan bien los sistemas de procesamiento de datos existentes ya hoy, y parecerá lo más natural en e l fu­turo cercano. Hay en l a Argentina unas 200.000 un ida­des p roductivas ; en promedio, cada una de e l l as puede descri b i rse bastante bien con unos m i l datos numéri· cos . El manejo de 200 m i l lones de datos -que no es n inguna utopía- nos daría una v isión d e l s istema pro· ductivo tan deta l l ada como la que hemos descripto .

Pero hoy, y sobre todo fuera de l gob ierno, es i rreal p lantearse estudios tan ambiciosos. Hay que a horrar­se deta l les, hay que " ag regar" , es dec i r , considerar en conjunto muchas un idades productivas. No todas ; ya hemos dado bastantes a rgumentos para rechazar eso co­mo fa lacia cuantitativa , pero s í agrupándo las en conjun· tos t"elativamente homogéneos en cuanto a su p roduc­ción, sus requ is itos y sus efectos , actua les y futuros .

E l "grado de agregación" a e leg i r pasa a ser un prob lema central empírico, y la manera de trabaja r con estos conjuntos, que só lo son homogéneos grose ramen­te, pasa a ser un prob lema central metodo lógico. Cuan­do se agrupan l as un idades p roductivas ten iendo en cuenta pr inc ipa lmente el uso de sus productos , se o btie· nen agrupaciones l lamadas "sectores". La más g rosera de las c l asif icaciones de este t ipo muestra tres sectores: Agricu ltu ra, I ndustria y SerVic ios , l lamados también Pri-

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mario , Secundario y Terc iar io (sa lvo que Pr imar io , por trad ic ión , i nc luye M i nería ) . Las Naciones Un idas han p ropuesto una C las i f icación I nternacional Un iforme -CI U­muy d i fundida , que se abre a d istintos n ive les . Lo más frecuente es usar a l guna de sus var iantes en 20 a 30' sec­tores como n ive l bás ico para presentac ión de estadísti­cas y una más f ina , que puede ir desde 50 ó 60 hasta más de 400 sectores, para cá lcu los deta l lados .

No es d i fíc i l adaptar estas c las i f icEJciones a nuestra l i sta de �ecesidades s i empre que no se sea muy exigen­te. Un ejemplo concreto se t iene en l a Nota 1 de este cap ítu lo .

L�s pr inc ipa les defic iencias consisten en que nosotros necesitamos sectores espec ia l es para l as actividades "cua­ternar ias" de organ ización, coord inación y p lan if icación -que deberíamos por ahora i nc l u i r en "Servic ios a em­presas"-, y separar en cada sector de consumo los b ie-nes bás icos de los suntuar ios.

· Pero donde esta c las if icación se rnuestra más i nsufi­

c iente es en el cálcu l o de requ is itos , pues cada uno de sus sectores es demasiado heterogéneo y cambiante en su estructura tecno lóg ica . Así es como los i nsumas de un mi3�mo secto

_r

_varían bastante de un país a otro , y todavía

mas los coef1c 1entes de capita l y de trabajo . La importancia de esto para el cálculo de v iab i l idad es tan grande que nos o? l i�a a . subd iv id i r cada sec

_tor . Como mín imo habría que

d 1stmgU 1 r en cada uno dos t1 pos de empresas : por un lado las modernas, grandes (en p roducc ión ) . i ntens ivas en ca­p l�a l y , por el otro, l as demás . En general ocurre que l a m 1tad o más d e l a producción d e un sector s e produce en unas pocas empresas , identif icab les i nd iv idua lmente, l o cua l fac i l ita l a i nterpretación d e l as estad íst icas y l a s me­d i das de contro l .

E l criterio que segu i remos aquí es subdiv id i 1· cada sec­tor en cuatro t ipos tecno lóg icos : en un extremo se encuen­tr

,an los q

_ue l lamaremos Grandes Pmyectos, aunque ya es­

ten termmados. Son aque l las obras de i nfraestructura g rande� fábr icas y a veces instituciones de servic ios qu¿ por su 1 mportanc1a deben ana l izarse i nd iv idua lmente y re­qu ieren l abor iosos estud ios de "pre invers ión" y antepro­yectos . Grandes represas, complejos s i derúrg icos y de

294

otras i ndustri as pesadas, construcción d e ��a nueva c iu­

dad , organ ización de un s istema de contab 1 l 1dad general .

son ejemplos típ icos . . , En e l otro extremo está l a producc 1 0n artesat"Ja l , l l e-

vada a cabo por i nd iv iduos por cu,enta prop i a

_o con l a sola

ayuda fam i l i a r. Abundante todav1� en l a . agncu l tura y<>

l�s

serv ic ios , está d isminuyendo en l a 1 11dustna. Esta_ a r tesama

puede a veces exi g i r cantidad a preciab le de eqU i pos .

Las otras dos categorías se d ividen de modo que l,a

más a l ta -empresas mediano-grandes- conte�g a_ �n n�­

mero manejab le de empresas importantes, l nd lvldua l l-

zab l es . Con este criter io sabemos que podemos contar con

datos s ign if icativos para las dos categorías más a ltas -res­

ponsab les de la mayor parte de la producción- Y que las

dos más bajas no pueden suf r i r �a1'l!b ios brus?os , Y pue­

de conf iarse en que sus caractenst1cas tendran un com­

portamiento estadíst ico más regu lar, ya que son un gran

número de un idades pequeñas. Los coef ic ientes técn icos de cada t i po no se conside­

ran fijos, pero sus var iaciones son menos d ifíc i l es de pre­

ver si se s igue esta c l asif icac ión . Cada G ran Proyecto es como uno de n uestros m étodos

de producc ión anter iores . Tiene estructura co�s�ante de

producción y tecno logía y, por l o t�nto, sus r�qu 1 S 1 tos pu�­

den darse como lo h i c imos, medwnte coef1c1entes o di-

rectamente . Para los otros tres tipos se nos presenta el p roblema

de sumar objetos heterogéneos , pero esta vez la h ipóte··

s i s de estructura constante está más a lej ada de l a rea l idad .

Este prob lema de l a agregación -como tratar juntas

cosas d iferentes- es uno de los más típ icos y m olestos

de las c iencias socio-económicas . Se presenta poco en Fí­

s ica , Quím ica , o inc l uso en tecnología i ndustrial .

6 . Pr�eios y coeficientes ag regados

E l ún ico método p ráctico que se ha encontrado es e l de cuanti f icar por medio de precios. , A cada producto y requ is ito se le f i ja una ponderaclon,

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evaluador o prec io , l o que permite dar e l "va lor" de cada tota l que se necesi te : p roducción tota l , total de i nsumas provenientes de ta l sector, tota l de equipos, de construc­c iones, de servicios organ izativos. Sólo con las categorías de empleo no se procede así porque son pocas y convie­ne no mezclar las .

Pero, por supuesto, s i la estructura no se mantiene constante, la e lección de los precios a usar resu lta de l a mayor importancia . E l i nd icador de volumen de producción aumentará más de lo debido si se va dando preferencia a los productos de precios más a ltos . En estas condiciones puede ser conveniente no mantener constantes los pre­c ios de un año a otro (esto ya se hace cuando se ana l i zan series largas de PBI en países de estructura m uy cam­b iante) . Queda además el prob lema de asignar precio a l os nuevos productos que aparezcan .

, �o existe hoy n ingún s i stema comp leto de precios. E l un ico que se acerca a eso es el de l os precios de mer­cado, aunque no abarca una cantidad de serv icios a cargo del gobierno y varía no só lo en el t iempo s i no de un lugar a otro, y esas variaciones pueden ser v io l entas , d i fíci les de prever , y a veces, de expl icar. En los países de econo­m ía p lan ificada , los precios se fijan por a lguna autoridad centra l , perm itiéndose o no fluctuac iones menores por acción de oferta y demanda. Cómo puede hacerse racio­na lmente esa fijación de precios se verá en el parágrafo s igu iente ; por ahora supongamos que de a lguna manera he­mos e legido un s istema de precios.

Podemos entonces redefin i r los coef ic ientes técn icos refi r iéndolos a los sectores de la c las ificación e leg ida . L lamando " M$" (1\Aegapeso o m i l lón de pesos) a l a unidad de va lor , se tendrá : -Coefic ientes de Leontiev, o de i nsumas: l lamaremos

CL (i_, j ) s iendo i y j los nombres de dos sectores, a l va lor de los insumas p rovenientes de l sector i necesarios para pmduci r un M$ de los productos de l sector j , en promed io .

-Coeficientes de capita l : l l amaremos CK ( i , j , T) -siendo i y j dos sectores y T uno de los t ipos tecno lógicos del sector j-, a l val o r de l os bienes o serVic ios provenlen­tés de i que en promf::ltl!t> apareten fbrmandt> parte de

296

, ,

una nueva un idad productiva d e l sector j , tipo T , capaz de produc i r por va lor de un M $ por año , a capacidad norma l .

Debería l lamarse, más precisamente , coef ic iente de capital marginal bruto . -Coeficientes de trabajo : l lamaremos CT (e, j , T) . s i endo

e una categoría de empleo (ver cap . VI) al número d_e hombres-hora de categoría e necesarios para p roducir un M$ del producto j , en empresas de l t ipo T. · Sería más exacto suponer que también l os coefic i entes

de Leontiev dependen de la tecnología de l sector d e des-tino.

Para b ienes i ntermedios o maquinari as que no se pro-ducen en el país , supondremos también f i jado un P.r�cio por a lgún método . Hará fa lta entonces dar otro coeficien­te que permita ca lcu lar el equ ival ente en moneda extran· jera de ese precio : un ti po de cambio que, como vemos , no tiene por qué ser el m ismo para todos los product?s .

E n cuanto a l a vida úti l de las un idades p roductivas, la agregación nos obl iga a medir la m ed iante un conjunto de "coeficientes de reposic ión o desgaste"; CR (j , T) será la fracc ió.n de la capacidad normal del sector j , tecno logía T, que deja de funcionar durante e l año por haber term inado su vida úti l . Se refiere, como hemos d icho a ntes, a l as ma· quinar ias a reponer de l a unidad productiva , y no pe rmite expresar e l g rado de aprovechami ento pos i b l e de l as que todavía no han "muerto" .

Análogamente se expresan por coefic i entes l os cos-tos de manten imiento y reparac iones. Los l lamaremos "coefi c ientes de manten im iento" -CM ( i , j , T)- Y d eben darse por eector de origen y desti no, y tecnología

. de

destino .

7. Costos y beneficios

Debemos ahora enfrentar el problema de la decis ión: con qué criterios e leg i r entre vari�s pos ib i l idades ; c?mo eval uar las para saber cuá l es l a m e¡or. Una manera d i rec: ta de hacerlo, apta para decis iones de corto p lazo, s e y�ra en e l capítulo XI I . En éste nds ocuparemos de las dec iS IO·

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nes referentes a l a v iab i l idad fís ica de un Proyecto Nacio­nal tota l . Los problemas son de dos t ipos : si e l Proyecto es v iab le , cómo e leg i r entre las d iversas variantes viables (ver capítu lo VI , 1 ) o entre las d iversas estrategias que lo hacen v iab le . S i e l p royecto no es v iab le , cómo eleg i r otro que no sea "demasiado" d i fe rente .

T�camos con estos temas la pe l ig rosa provincia de la teona del va lor , campo de bata l l a ideológico desde hace más de un s ig lo en economía , y desde que e l hombre es hombre en ética . Pero como tenemos un problema muy concreto entre manos y no pretendemos p lantear las cosas en su máxima genera l idad pos ib le , nuestro camino parece no presentar demasiadas d if icultades de aquel t ipo.

P�r� , aclarar.: no ne;:es itamos d iscuti r , por ejemplo,

la �OSIC IOn marx 1st� segu� la cual e l va lor de un producto r�s 1de en el trabajo soc 1a lmente necesar io para produ­C i r lo . �reemos que es en esencia correcta , aplicada a la humamdad .en su conjun�o -pues nos parece evidente, que es e l trabajo, manual e I ntelectua l , e l que nos trajo desde la nada hasta las pos i b i l i dades de abundancia de hoy-, pero como nosotros estamos i nteresados en la construc­c ión de Proyectos Nacionales , no s iempre será esa la m�­d ida más úti l .

E n efecto, aquí n o estamos m i rando hacia atrás s ino hacia e l futuro, partiendo del presente , y usando toda fa herencia de l pasado como un dato i n i c ia l . No nos interesa la ."esencia" del va lor s i no , s implemente, aver iguar si los objetivos que nos p lanteamos son a lcanzables . No sólo e l trabajo humano entonces, s ino también los otros recursos d ispon ib les pem no i nf in i tos , t ienen que ser tomados en cuenta a l eva l uar . Y cuando se trata de un país, l a existen­c ia de un " resto del mundo" hace i nterven i r de manera esencia l un nuevo recurso : la capacidad de i mportar . S i l os precios de nuestras exportac iones aumentaran cien veces , o s i las naciones r i cas se s intieran ob l igadas a pa­garnos un tributo de cien m i l m i l lones de dó lares anuales o cua lqu ier otro sueí'ío s i m i la r (como es casi l a rea l idad para a lgunos su ltanes petro leros ) , podríamos rea l izar cua lqu ier est i lo no a lérg ico a las importaciones, cas i s i n trabajar , comprando en e l exter ior todo lo que nos hace fa lta (véa­se el Apéndice para un ejemplo teór ico) . En este caso lo

298

' ' ' más p ráctico es tomar e l prec io internac ional como eva-

l uador de cada producto, independientemente de que ese

prec io refleje o no e l conten ido en trabajo . . . Cuando la Un ión Soviética comenzó s u vida , e l prrncl­

pal criterio de evaluación era la escasez de b ienes de ca­

p i ta l . El regu lador de la economía era el " princip� de acu­

mu lación soc ia l i sta" . Los costos se estaban rn 1d 1 endo en

rea l idad por los prec ios de escasez, corno era lóg i co, y no

por los del mercado . Y el recurso más escaso era la ca-

pacidad insta lada. , , . En una colonia lunar el recurso mas escaso sera ta l

vez e l oxígeno, y por lo tdnto se dará preferenci a a lo� mé­

todos que consuman menos oxígeno, aunque requ1eran

más trabajo humano. Sin duda , en pr inc ip io es posib le

reduc i r todo a un idades de trabajo, si se desea . Un recur­

so escaso puede reemplazarse por otro s i se trabaja Y pien­

sa lo sufici ente ; pero esto puede requer i r un P!a�o mayor

que los adm itidos en nuestro P royecto . Y po� u l t�mo, que

a lgo sea pos ib le no s ign ifica que sea lo mas cornodo Y práctico.

Vayamos ahora a l p rimero de los dos prob lemas men­

c ionados : cómo eleg i r entre d iversas pos i b i l idades de va-

r iantes y estrategias cuando el est i lo es v iab le . . Se ve entonces que debemos disti ngu i r entre dos t i ­

pos de eva luación: a ) Comparación de variantes del esti lo , o sea de pe­

queñas modif icaciones de los objetivos. ¿Prefer imos un

poco más de A a camb io de un poco menos de 8 o al con­

trar io? b) Comparación de estrategias : ¿ preferimos tecnolo­

gías que usan más del recurso C o del D? ¿Qué recursos

debemos ahorrar más? En el pr imer caso se trata de compa ra r satisfacciones

causadas por las metas : se trata entonces de preferencias,

uti l idades o valor de uso de los productos . En e l segundo se desea ahorrar los recursos más es­

casos . Son valores de escasez.

En n inguno de ambos casos se trata de "va lor de cam­

b io" , pues éste no se refiere al n ive l fís ico s i no al d is­

tributivo. Dos aclarac iones. Hablar de va lo r de uso no s ig­

n ifica aceptar la dudosa teoría de la uti l i dad , clás.iGI?, o ¡no-

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d�rna. No se tra�a de p�eferencias i ndividuales s ino so­<;: ra les , ,Y no,

se trene�

la r ngenua pretensión de comparar tod�: s rno so!o �equenas variac iones a l rededor de una me­ta frJa (en, term r nos .de curvas de ind iferenc ia , por ejem­p l_o, no sena n�cesarro creer que existe toda fa curva, s in·o solo un pequeno arco de e l l a ) .

, Y .en c�anto a l os recursos escasos podría creerse que estan rnc lu rdos en a), ya que entre los objetivos del esti lo debe especif ic�rse qué reservas de cada recurso se dejan P�;a la posterrdad. Un esti lo viab le no t iene, por defin i ­eron, _escaseces absolutas de n i ngún recurso . Pero como l�s calcu los que pueden hacerse d istan mucho de ser pre­c.rsos, todo recurso que está cerca del l ím ite , aunque teó­rrcamente a lcance, debe ser cons iderado más escaso que los que t�rminan con reservas mayores que las deseadas . En especra l , hay recursos que t ienen que crearse para que a lcancen (capacidad, recursos humanos) . Todo recurso t iene pues una doble eva l uación: como meta, su vo lumen fina l tiene un va lor de uso: como re­curso, .todos sus vol úmenes uti l izados a l o l a rgo de l Pro· yecto trenen un valo r de escasez, var iab le en e l tiempo.

8. la evaluación

. . La forma de rea l izar estas eva l uaciones es en prin­c rp ro senc i l l a , aceptando este p lanteo. . �ara cada meta se dan l as desviac iones que no fa tra rc ro�an cua l i tativamente . Por eso mismo no habrá i n­

�onve� rente en defin i r una desviac ión mín ima apreciab le paso (o quantum , s i se desea ser pedante) por debaj� de . l a cua l las diferencias no se notan n i s iqu iera cuantí­t�trvamente, Y que se toma como u n idad. Puede ser p0r e�emplo , una vari�c i.ón de l 1 % en l a cantidad de � i�rtos b�enes o e l cubrrm rento de c iertos servic ios b ien defi · n rdos . -

. <?ua lqu i�r técn ica de cuant if icac ión conocida en fas c rencras soc ra les es aceptab le aquí, pues no nos aparta­mos de un conten ido cua l itativo dado . . Cpda variante de un est i l o cons iste entonces en mo-

309

(l. '(;

dif icar cada meta en c i erto número de pasos, h acia un lado u otro.

Uno de estos pasos puede e l egirse como u n idad de va l or. Para todos los esti los creativos que requ ieren tiem · po l i bre y, por lo tanto , dan i mportancia centra l a l t iempo trabajado, esa unidad puede ser una red ucción de l 1 °io

en las horas anuales trabajadas . Los demás pasos se eva lúan con respecto a esa uni­

dad. Es una decisión sobre preferencias marginales que se efectúa con los mismos métodos y la misma partici­pación con que se eligió el Proyecto Nacional. E n rea l i­dad, puede ser una decisión menos part ic i pante , pues se trata de modificaciones, cuya i m portanci a es secundari a frente a las características cua l i tativas de l esti l o .

D e esta manera cada paso rec ibe un prec io , que l lamaremos "valor de uso marg ina l " , abreviado VU M . Con e l l os es pos ib le asignar un va lor a cada variante , suman­do l os VUM positivos o negativos correspondientes a los pasos en que se desvía cada meta.

Repetimos una vez más que esta cuantif icación tr i-v ia l es pos ib le porque ya estaba dada la ubicac ión cua­l itativa . En ana logía geométrica : es perfectamente jus­tif icab le reemplazar un pequeño arco de circunferenc ia por su cuerda o un segmento de tangente, pese a que es absurdo reemplazar toda la c ircunferenc ia por una recta . Métodos que no tienen val idez g lobal pueden ser ap l i cados l oca lmente y l uego i ntegrados para resolver el prob lema g lobal .

Hue lga decir que estos VU M se ref ieren a cada me-ta por separado , para cada año por separado, pues l a urgencia de ciertas metas puede var iar con e l ti empo .

Para comparar dos estrateg ias , vamos a defi n i r una no-c ión de riesgo :

Riesgo de una estrategia viable es e l míni m o costo -medido en VUMs- de bajar 1 % (un paso) todos los recursos iniciales y todas l as h ipótes i s sobre variables exógenas.

" B ajar" qu iere deci r aquí variar , en el sentido en que d if icu l ta e l cump l im iento de las metas . " Costo" t iene el s igu iente sentido:

A l d isminu i r l os recursos, es probab le que e l Pro-

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yecto Nacional deje de ser v iab le , e i ncluso que la estra­tegia en estud io no pueda apl i carse exactamente . Pero como las modificaciones han s ido peqUeñas , se adm ite que pequeñas variaciones en las metas y la estrategia pueden volver a lograr l a viab i l i dad . S i as í ocurre esas variaciones de metas , m ult ip l icadas por los VUM res­p�c·ti�os, _ ?an una eva l uación de lo que se p ierde por la d 1smmucron de recursos . "Costo" será entonces la mí­nima pérd ida , lograda ensayando d iversas variaciones de metas y de estrategi a .

S i n i nguna variación pequeña de metas y estrateg ia v�elve � dar v iab i l i dad, e l r iesgo de la estrategia es infi­mto . Sr las metas s iguen s i endo viables a l bajar los re­cursos, e l riesgo de la estrategia es cero. . Dos estrategias se comparan s implemente por el

nesgo que imp l ican . �a l fada as! l a estrateg ia de m ín imo riesgo, podemos

repet1 r este calculo d i sm inuyendo un paso sólo uno de los . r�c.�rsos . El costo en VUM que e l lo imp l ica será por defm1c1on e l valor de escasez, marginal , de ese recurso . Lo l lamaremos VEM.

. Lo que hemos hecho corresponde a l cálculo de "pre-CIOS sombra" en programación matemática .

De este mo?o resolvemos nuestro pr imer prob lema. E l segundo cons r ste en eva l uar las d iferencias entre dos Pr?y�c·�os cual itativamente d istintos ; por Jo tanto , en pnnc1p_ro debemos rechazar la conveniencia de hacerl o por metodos cuantitativos. Sólo cuando estemos seguros de que las d iferencias entre dos Proyectos se deben so­lamente a d i ferencias cuantitativas entre a lgunas de sus metas , podemos i ntentar i m itar los métodos anteriores pa�a comparar los.

�sí , s i tenemos los esti los 1 y 2 , cada uno de e l los tendra sus VUM para cada meta -VU M 1 y VUM2- que pueden suponerse comparables , eva luando la un idad de uno con respecto a la de l otro . Entonces , para cada me­ta en que las d iferencias cons i sten sólo en un número de "pasos ", como los defin imos más arr iba, es pos ib le e�al uar esa d i f:erencia as ignando a cada paso como pre­CIO el promed1o de los dos VUM correspondientes . S i esto puede hacerse para todas l as metas , se tendrá un

302

va lor numerrco para l a d i ferencia entre los dos esti los. Esto es genera lmente apl icable al caso en que un Pro­yecto no es v iab le , sa lvo una reducción d rástica d e me­tas de consumo usua l . Entonces las diversas pos i b i l ida­des de reducción s imu ltánea de metas pueden ser com­paradas mediante los precios VUM .

Teniendo los precios VEM para los recursos n atura­les, se puede calcular los costos de todos los b ie�,es i ntermedios y f inales para cada método d e producc1on. Se tiene así una manera de comparar métodos.

9. Efectos de las metas e instrumentos

Aparte de la satisfacción de necesidades y del efecto d i recto cons igu iente sobre sus propios costos , cada meta puede tener efectos sobre los va lores de m uchos otros parámetros , coef ic ientes e indica dores . Ejemplo típ ico es la i nfl uencia de las m etas educativas sobre la productividad de l trabajo en todos los s ectores. Típico también es e l efecto de la diversificac ión exagerada del consumo, sobre la productividad del capital (economías de esca la desperd iciadas), sobre las importaciones Y so­bre la vida úti l de los equipos.

Otros son más dif íc i les de medir, s in que nad i e pue­da negar su i mportanc ia . Así, el t iempo perd ido por huel­gas, o ganado por una actitud pos itiva hacia e l trabajo, es i ndudablemente efecto de la i nsatisfacción o sati sfac­ción general con "el estado de cosas".

Cualquier medida g rosera de esa sat isfacc ión será probablemente menos g rosera que no tomar la en cuenta , como s i el efecto no existiera . Es pos ib le introduc i r in­d icadores de " satisfacc ión" para cada g rupo soc i a l , ba­sados en las d iferencias entre expectativas y logros con respecto a cada meta o instrumento . Cada grupo tiene su propia opin ión sobre sus derechos con respecto a ca­da necesidad, y cuando e l la no coinc ide con lo que e l est i lo le ofrece, puede aparecer un e lemento de insa­tisfacción, de d i ferente importancia según la meta .

Estos efectos sobre la actitud de los g rupos soc ia le.s se anal izan en e l cap. X (viab i l idad po l ít ica) , Aqu í sólo

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expondremos a lgunas genera l i dades sobre el método de anál is is .

Los parámetros que más nos i nteresan , entre los que sufren cambios en sus tendenc ias h istór icas por efecto de cambios de esti lo , son : Coefic ientes de cap i ta l . Coef ic i entes de trabajo. Coefic ientes de i nsumas d iversos . Coefic ientes de vida úti l o desgaste de b ienes de cap i­

ta l ( repos ic ión y manten im iento) . Coefic ientes de importaciones, de b ienes o servi cios d i ­

versos. Coefic ientes demográfi cos : nata l i dad, morta l idad, morbi­

l idad, pob l ac ión activa , m igraciones. Coefic ientes de escolari dad: matrícu la , deserc ión , tiempo

de graduación . Productividad de la reorgan ización de cada clase. Productivi dad de la i nvest igación tecnológ i ca . Productividad de l a propaganda y prédica de l esti lo , y

otras. Cantidad y composic ión de l as exportaciones. Productividad de las reformas i nstitucionales . Grado de satisfacc ión de cada grupo socia l . Ind icadores de opos ic ión po l ít ica y confl i cto. Ind icadores ele poder y grado de control de d isti ntos ti pos .

Para su anál i s i s es cómodo usar una serie de cua­dros de dob le entrada -uno para cada qu i nquen io o año futuro- donde cada columna es uno de los parámetros que queremos estudiar y cada fi l a es una de las metas, pol ít icas o estrategias, que i nfluyen sobre e l los . Cada cas i l l a ind icaría entonces para el parámetro de esa co­l umna qué modificac ión debe esperarse, con respecto a lo que su tendencia histórica indicaría para ese aí'ío , por efecto del cambio de la fi l a respectiva (con respecto a su prop ia tendencia h istórica) .

Debe estimarse previamente, pues , como base, e l va lor que tendría cada parámetro y cada meta -en e l año en cuestión- por extrapolación estadística de su tendencia h istórica de l os últimos años , como hace la Futuro logía usua l .

S i l os efectos de d iferentes f i las no pueden separar-

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se porque actC1an en conjunto , es preferib le agruparlas en una sol a .

Para cada coeficiente tendremos as í una l i sta -co· lumna- de los efectos que sufre , pos it ivos y negativos, y de magnitudes diferentes, que en

, general se �u ponen

adit ivos, o pueden combinarse segun reglas mas com­plejas s i parece necesario. Con el efecto total se co-rr ige el va lor básico extrapolado. .

El valor numérico que se coloque en cada cas i l l a como corrección a la tendencia h i stórica debe ser ca lcu­lado actualmente por consenso de expertos Y co�p�ra­c iones h istóricas e i nternaciona les , pues los conoc imien­tos teóricos no son todavía suf ic ientes para dar reglas genera les . Recordemos que esto no es . u�a con��a? ic­c ión : e l hecho de que los expertos , espec 1a l 1stas o Cien­tíf icos" no puedan ponerse de acuerdo para estab lecer una teoría, o ley genera l , vá l ida para todos los casos, no s ign i fi ca que lo mismo va a suceder cuancl.o se concen­tran en un caso parti cu lar. Por el contrano, puede lo­grarse entonces bastante unan im idad, Y es de .esperar que de la acumulac ión de estos acuerdos part i cu lares surja a lgún d ía la ley genera l . .

Por otra parte, el cuadro o matriz permite usar cn­ter ios comparativos que fac i l itan las estimaciones y, a veces -cuando se trata de metas cua l i tat ivas y efectos poco estud iados-, es �asi el ún i co i nstrumento que se t iene para hacerlas . Las cas i l l as que se va� l l enando dan cotas para l os valores de l as otras, que as1 van que­dando determi nadas en una primera aproximac ión nada despreci ab le .

Se l lena primero l a fi la mejor conocida, correspon-d iente a a lguna meta o i nstrumento cuantif icab le o bien estudiado. Se toma l uego la co l umna más fam i l iar , Y usando como referencia el va lor de la cas i l l a ya calcu­lada (en la f i l a anter ior) , se l lenan las demás, por orden de confiabi l idad.

Con estas f i l a y co lumna como referencia , se s iguen l lenando las demás cas i l las de la matriz , también por or­den de fam i l i ar idad , y usando todos los valores previa­met'lte estimados en sus respectivas f i las y col umnas pa­ra acotarlas en pr imera aproximación . Una vez l l ena la

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matriz, se l a revisa para ajustar los valores que por co­herencia i nterna resu lten insatisfactmios. Estos ajustes pueden hacerse matemáticamente si se dan las relacio­ne3 de magnitud o de cua lqu ier otro t ipo que se desee respetar, sean i gua ldades o s imp lemente des igua ldades (para este procedi miento matemáti co, el autor d iseñó un mtodo que puede verse en [2 ] , capítu lo 1 1 ) .

Al anal izar los efectos d e cadn meta , e s necesario tener en cuenta como marco de referencia todas las ca­racterísticas del esti l o . Por ejemp lo , no da igual i ncre­mentar la educación superior -en cubrim iento- en un marco de segu id ismo tecnulógico que en uno de auto­nomía . Esto es lo más cerca que podemos l legar por ahora a medir "efectos de orden super ior" .

También desorociaremos las i nfluencias mutuas en­tre coef ic ientes :

'e l grado de satisfacc ión i nf l uye sobre

casi todos los parámetros ; lo mismo la p roductiv idad de la investigac ión

. tecnológ ica ; e l coef ic iente de cap ita l i n­

f luye sobre e l de trabajo, etcétera.

1 O . Elasticidades

Cuando se trata de cambios no muy g randes en las metas (variantes de un esti lo ) o en los i nstrumentos (va­r iantes de una estrateg ia ) , es conven iente ir i ntroducien­do en estos cálcu los el concepto de elasticidad -o de­rivada logarítmica , b ien conocido en Economía- que, a med ida que aumente l a experiencia con estos métodos, perm it irá d isminu i r l a arb itrariedad actua l de muchas es­t imaciones.

Las e l asticidades son números abstractos, i ndepen­d ientes de l as un idades de medic ión y cuyos valores tie­nen entonces una interpretación i ntuitiva i nmediata, que faci l ita l as comparaciones entre todo t ipo de fuentes .

Cuando todas l as ma�¡n itudes son cuantificables, la e lastic idad de un coef ic iente C con respecto a una rne­ta M -o cua lqu ier otra variab le- es l a variación por­centua l que su fre C cuando M se mod ifi ca en 1 % ,1 con

1 Como se ve, no somos partidarios de dar defi n iciones " rigu-

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el s igno que corresponda, a igua ldad de los demás fac­tores . Con las s igu ientes observaciones : � Cuando M no es estrictamente cuantif icab le , pero se ha pod ido defi n i r e l " paso" o var iación m ín i ma apreciable de que hablamos más a rr iba , se sustituye e l "1 %" por d icho paso, que se tratará de expresar en lo pos i b l e en térm inos re lativos , es decir , i ndependientes de l as uni­dades usadas para M . - Si M es una magnitud compuesta de var ias otras , sus camb ios y pasos se entienden a estructu ra constante (vectori a lmente : en la m isma d i rección de l vector base) . - Si no t iene sentido l a cond ic ión de ceteris paribus, por­que toda var iación de M es s iempre acompañada por otros camb ios corre l ac ionados , entonces no t iene tampoco in­terés defi n i r l a e l astic idad de C con respecto a M sola, sino con respecto al conjunto de metas que varía n jun­tas (en e l l enguaje de l Aná l i s i s : las e l ast icidades , que son derivadas parc ia les logarítm i cas, se ca lcu lan según c iertas d i recc iones en el espacio de las M , que no s iem­pre coinciden con los ejes ) . - Se adm ite que haya d i ferenc ia numérica -no só l o de s i gno- entre e l efecto de aumentar 1 % o d ism in u i rlo ; es decir , puede haber una e lasticidad hac i a arriba y otra hacia abajo, d i ferentes . - Se supondrá que hay linealidad local ( logarítm ica ) : 2 , 3 ó 4 pasos en l a misma d i rección producen efecto do­b le , tr ip le o cuádruple que uno so lo . O sea , mientras e l cambio en M sea "pequeño", su efecto s e obtiene mul­t ip l icándolo por la e lastic idad. Si e l camb io es g rande, puede ser necesario d iv id i r su recorrido en varias partes y usar en cada una una e l astic idad d iferente.

Cuando la e last ic idad puede considerarse constante es porque la representac ión gráfica de C en func ión de M es una recta , en papel logarítmico. Esta l i nea l i da d lo­garítmica es más frecuente entre variab les b io lóg i cas y socia les que la l i neal idad d i recta de l a Fís ica .

rosas" en el sentido del Anál is is : hablar d e infinitésimos no tiene ningún sentido para variables socioeconómicas , esencialmente dis­c retas. Si 1 % es un quántum demasiado grosero en a lgunos casos, supondremos que el usuario comprenderá que debe usar uno menor.

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Otro uso senci l l o de l as e l ast ic idades es l a compa­ración de cas i l las de la matriz de efectos a que nos re­fer imos en el parágrafo anter ior . En genera l hay menos inseguridad al dar sus va lores relativos -la cas i l l a x debe va ler E veces más que l a z- que sus va l ores abso­l utos -la cas i l l a x vale tanto-; y si los efectos se miden porcentua lmente , E es la e last ic idad re lativa de x con res­pecto a z Conocidas todas las e l astic idades relativas y uno solo de l os efectos , se los puede ca lcu lar todos .

Por ú lt imo, es a veces conven iente dar l as e last ic i ­dades de l os efectos no con respecto a los cambios de metas o instrumentos , s i no con respecto a los cambios de uso de recursos que eso imp l ica .

Cada cambio de po l ít ica con respecto a l a tendenci a h istór ica s ign ifica un costo extra en recursos -que pue­de ser negativo-, que se ca lcu l a como ya hemos visto, mediante los coefic ientes cuyas modif icaciones estamos anal izando. No hay s imu ltaneidad porque los efectos es­tán desplazados hacia el futuro con respecto a l os cos­tos (y sí la hub iera , se la reso lvería por aprox imaciones sucesivas) .

Sí un ci erto cambio D M , en l a meta M , produce un cambio OC en el valor de l coefic i ente C para e l año pró­ximo, y requ iere un i ncremento DA en el uso del recurso R, podemos e l i m inar la necesidad de cuantif icar D M , pa­sando d i rectamente de los DA a l os OC .

Esto s ign if ica cons iderar e l cambio en M corno "un proceso tecno lóg ico para produc i r cambios en C" , y los cocientes DC/DR serán l os aná logos de los coefi­c ientes de insumas, trabajo o capital de una un idad pro­ductiva cua lqu iera. DM pasaría a ser só lo el nombre de un método para cambiar C, que requ iere c iertos recursos . Es l a i nterpretación "desarro l l i sta" de l as metas educa­tivas : son un método para mejorar la productiv idad, a c ierto costo .

En m icroeconomía, cuando una empresa decide au­mentar la product iv idad del trabajo raciona l i zando más su organ izac ión , no neces ita defi n i r una meta M de ra­ciona l i dad y cuantif icar su camb io , s ino só lo est imar e l costo extra que eso requ iere.

A esca l a nacional esto no se hace. M uchas veces

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se obtienen efectos i mportantes con costos rea l es casi nu los : hay metas de partic ipación que so lamente requie­ren p reparar y f i rmar u n decreto . Se usan en esto recur­sos humanos de un n ive l que no se p resta a l a cuanti­f icación , a pesar de que es b ien sab ido que e l tiempo de l os l íderes es un recurso muy escaso, y que la nece­s idad de redactar muchos decretos s imu l táneamente pro­duce errores o al menos retrasos que pueden ser g mves.

Véase la Nota 2 al f ina l del capítu lo , para un ejemplo.

1 1 . Un caso iiustrotivo

Aunque los resu ltados sobre v iabi l idad obten idos con estos métodos se ana l i zarán en el capítu lo X I , ade lanta­rnos a títu l o i l ustrativo un resumen muy b reve de a l gunos exper imentos l levados a cabo en CENO ES -véase [ 4]­sobre datos correspond ientes a Venezue l a .

S e anal izan dos esti los, l l amados también CONS y CREA, que co inc iden aproximadamente con los que he­mos descripto aquí con esos nombres, lo cual no es ca­sua l idad. La d i ferenc ia más i mportante es que C R EA es­tá defin ido en forma más tím ida que aquí , ten i e ndo en cons i deración por ade l antado su v iab i l idad pol ít ica en Ve­nezue la : así , t iende hac ia el soc ia l ismo con gran l entitud Y no l lega a a l canzar lo en 30 años. Tiene todavía g ruesos defectos de d istr ibuc ión , pero de todos modos l as dife­rencias con el otro esti lo resu l tan c laras .

En e l cuadro adjunto presentarnos u n resumen de los i nd icadores socioeconómicos pr inc ipa les . Para más deta­l les sobre l as variab l es y l as metas, y una descr ipción del modelo matemát ico usado en e l cá lcu lo , ver la pu­b l i cac ión c itada, o un resumen previo de e l l a con resu l ­tados prel im inares [3] .

La d i ferente v iab i l i dad de ambos esti l os se n ota es­pec i a lmente en el monto de l os serv ic ios de l a deuda externa (en CONS l lega a ser el 78,7 % de las exporta­c iones) , e l desahorro de los grupos de b ajos ingresos, y e l desf:}rnpleo y subempleo (rnarg ina l idad ) . Por otra par­te , l as metas de consumo propuestas para cada uno de los cuatro g rupos soc ia les son más satisfactor ias en C R EA que en CONS para los grupos de bajos i n g resos.

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w � o

I N DICADORES PRiNCIPALES DE LOS EXPER IMENTOS BASE FI NAL:

CONS ( 1 79) V CREA ( 1 78)

INDICADOR 1975 CONS 2000 1975 CREA 2000

PB! : tasa media de crecimiento, % PBI por habitante (en Bs de 1 966) 5.792

Productividad : tasa media de crec im. , % Desocupación, en % de pobl. activa 5 ,3

Participación del subempleo urbano en % de la ocupación total 7,3

Inversión bruta, en % del PBI 22,6

% importado de la inversión en equipos 90,6

Salario promedio (en Bs 1 966 por mes) 745

Relación entre máximo y m ínimo salario medio sectorial 1 0 ,2

Participación del trabajo en el ingreso nacional, en % 43,3

--------,�·� .. -- .. 4

w

Distribución del ingreso por tramos:

A: % de familias. 8: % ele/ ingreso

A

Altos (más de Bs 3.000 por mes) 7,3 Medio Altos (Bs 1 .500 a 3.000) 1 6, 1

Medio Bajos ( Bs 500 a 1 .500) 50,5

Bajos (menos de 500 por mes) 26,1

(Los umbrales se hacen crecer a l mismo ritmo que e l PBI por habitante]

Ahorro de las fami l ias por tramos en % del ingreso después de impuestos

B -

34,0

25,8

34, 1

6,2

Altos 3 1 ,9 Medio Altos 2,6

Medio Bajos - 22,1

Bajos - 47,4

Déficit de viviendas, en mi les Medio Bajos 640,1

Bajos 556,0

Superávit total del gobierno, en % de sus ingresos 1 8 ,6

Importaciones en % del PBl 1 2 ,3 Servicios de la deuda externa, en % de

las exportaciones 2,4

5,2

9.306 5.7 1 7

1 ,9

1 7,3 2,4

1 3 ,9 4,9

23,2 1 9 ,7

83 ,6 87,6

1 .244 779

5,4 9 ,1

5 1 ,4 46,4

.·,·.-� :..i"v_ . .i-.;.�.·-··. :· · -,. • • . ·�.-=...�.

A B A B

2,2 2 1 ,4 7,0 29,8

1 3 ,0 23,0 1 6 ,6 26,5

61 ,9 50,6 52,5 37,5

22,9 4,9 24,0 6,2

58,2 L! ! ,6

4,7 1 i ,5 - 1 0,2 - 23 , 1 - 74,3 - 1 25,2

257,0 572,0

1 98,0 335,0

., n v,O 1 5,3

8 ,2 1 1 ,6

78,7 0 ,9

5.9

1 1 .603

2,0

- 0,3

2,1

2 1 ,0

67,5

1 .656

3,3

65,7

A B

0,7 2,0

6,9 9,8

81 ,4 82,1

1 1 ' 1 6 , 1

56,3

33,6 20,5

- 22,3

o o

1 ,9

6.9

1 ,5

. ,,, .. �"""-····'�·"'··· · - · · : r> PrP· .. & ;oq

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Notas a l capítu lo V i l

Nota 1 . Desagregación sectorial utilizada en el estudio de Venezuela

El modelo matemático usado en el estudio venezolano [ 4] tiene una desagregación apreciable.

Producto: está desagregado en 19 sectores, muchos de l os cuales se subdividen a su vez, según técnicas ele producción, tamaño de empresas u otros criterios sugeridos por sus nombres. La l ista completa es:

Sector 1 : Agricultura. Subsectores:

Sector 2: Petróleo Sector 3 : Resto el e la Mineria Sector 4 : A liment. bebidas, tabaco

Sector 5 : Textiles y Confección

Sector 6: Bienes intermedios

Sector "!: Resto del Consumo

Sector 8 : Industria mecánica

Sector 9 : Construcción ele vivienda

Secta¡· 1 0 : Resto de construcción

Sector 1 1 : Servicios básicos Sector 1 2 : Transporte, etc. Sector 1 3 : Comercio y finanzas Sector 14 : Serv. person. y a empr. Sector 1 5 : Esparcimiento Sector 1 6 : Salud Sector 1 7 : Educación Sector 1 8 : Gobierno

Sector 1 9 : Propiedad de vivienda

Empresar ia l . R ef o r m a agraria. Subsistencia .

Extracción. Refinación.

Gran industria. Intermedia . Ar­tesana l . G r a n industria . Intermedi a . Ar­tesanal . Gran industr ia . l ntem1edia. Ar­tesana l . G r a n industria. Intermedia . Ar­tesanal . Gran industr ia . l ntenneclia . Ar­tesana l . Industria l izada. Tradiciona l . Ayu­da propia. Locales e infraestructura. Mante­n i miento. E lectricidad. Gas. Agua. Carga. Pasajeros. Comunic. G rande. Pequeño. Ambulante . G rande. Pequeño. No organiz. G rande. Pequeño. PC1b l ica. Privada. Públ ica. Privada. Centra l . Estados y Municipios. Institutos autónomos.

E l modelo permite además, tratar individualmente las obras de gran envergadura que podrían deforma r demasiado la estructura i nterna del sector r.orrespondiente.

Mano de obra. Cuatro nive les de cal ificación o entrenamiento : 1 ) Profesionales y adm in istrativos de a lto n ive l . 2) Técn icos o subprofesionales 3) Empleados y obreros cal ificados 4) Empleados y obreros no cal ificados

3 1 2

Hay otra c lasificación por su papel en las relaciones ele producción: 1 ) Patrones 2) Trabajadores por cuenta propia 3) Asal ariados 4) Ayudantes fami l iares

No reproducimos la d esagregación por propiedad del capita l , grupos sociales (4 niveles d e ingresos) . tipos el e endeudamiento , etcéte¡·a. Pueden verse en la obra citada .

Nota 2 . Ejemplo d e matriz d e efectos

A simple títu lo i lustrativo, definamos grosemmenw un estilo "desarrol l ista" incompleto, variante reformista del est i lo actu a l . Sus di­ferencias respecto de las tendencias históricas ele los ú ltimos años son :

a ) M ayor fomento de l a moclemización tecno lógica i mitativa y aumento general de la inversión en equi pos.

b) Crecimiento especi a lmente rápido ele los sectores ele indus­t¡· ia básica pesada.

e) Aumento del ahorro interno y externo, y por cons igu iente menor consumo ele los grupos bajos a corto y m ediano plazo, y cm­cimiento lento del consumo de los grupos altos .

el) Aumento del presupuesto educativo y de investigación, pem sin var iar su contenido seguid ista .

e) Apoyo a las exportac iones industria les competitivas . f) P lan de viviendas ampl io pero de tipo c lás ico y "autofi llan­

ciables " , o sea fuera del a lcance de marginales. Queremos estimar los efectos de estos cambios de m etas e

instrumentos . Suponemos que los demás no presentan variaciones grandes, para s impl ificar. De l os parámetros afectados inclu i m o s sólo los coeficientes de trabajo, de capita l , ele importaciones, y el grado de satisfacción ele los grupos socia les .

La mat¡·iz se presenta en el cuadro adjunto, cuyas tms pr i meras columnas deberían clesagregarse por sectores productivos. Esta mn­triz se refiere al pi·imer decenio solamente.

Efectos por fila. Tomaremos por ejemplo la f i l a a). de pol ítica tecnológica.

En una primera ojeada se ve que tiene efectos grandes sob1·e casi todos los coefic ientes ele capita l , de trabajo, ele importac iones y también de vida úti l (no inclu ido) , sobre todo en e l sector de bienes intermedios, que es e l que más cambia en este esti lo . El coeficiente ele capital de este sector podría tomarse como base, y l lenar la matriz con elastic idades relativas a é l (véase pgf. 1 O) . La moderniza­ción tendrá también efectos g randes sobre l¡¡¡s exportaciones , a su­marse a los producidos por e ) .

El grado ele satisfacción ele l o s g rupos altos a u mentará por esta pol ítica, ya que en este marco de referencia su i d.:JOiogía s erá mo­dernizante. Lo mismo sucederá con l os grupos m edios, pero para éstos el efecto positivo de a) estará compensado por los negativos de e) .

3 1 3

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El model o , al calcular la distri bución de ingresos, i ntmduce unEl corrección i m po rtante a estos primeros cálculos de SEttisfacción.

Efectos por columnas. RecEtpitu l emos a l o l a rgo de una c:o lum­na -por ejemplo e l coefic:iente de trabEtjo de los obreros industri ales cal ificados- los efectos calculados por f i las .

La modernización tecnológica aumentará su productividEtd, como d ij i mos, y sobre todo en el sector de bienes i ntermedios exportables. La pol ítica b) produce un efecto adicional en e l mismo sentido , para los sectores afectados. e) en este mareo , siun ifica ahorro forzoso para l os trabajEtdore s , po¡· lo tEtnto i nsatisfacción, y por lo ta11to dismi­nución de productividad por hora trabajada y dismi nución --por huelgas- de horas trEtbajadas. f) t iene un efecto contrario, pues esas viviendas pueden estar a l alcm1ce de los o b reros cal ificados. d) y e) tienen efecto positivo sobre la p roductividad.

En primera aproximación podemos suponer que los efectos de a ) , b) y d) son los mayores , y de magn itud s i m i l a r. el y e) tienen la m itad del efecto. f) menos ali n : 1 /3 .

Por supuesto, para hacer estas comparaciones p o r columna con a lguna seriedad sería necesario defi n i r mejor los cambios supuestos en las metas e instrumentos que definen el esti l o .

No olvidemos que estos efectos s e s u m a n a los estimados por extrapolación de l a tendencia h i stórica. As í , por ejemplo, ésta puede indicar una gran disminución de horas trabajadas -por los con­fl ictos generados por mala d istri bución d el i n g reso- y es posi­ble entonces que e l efecto neto positivo producido por esta va­riante desarro l l i sta no a lcance a compensar la tendencia h i stórica negativa.

E l modelo mostraría entonces una d i screpancia entre l a meta de jornada laboral -o tiempo l i b re- y las horas de trabajo efectivo, que disminui ría la via b i l idad f ís ica.

Coefic. Coefic. Coefic. Grado ele satisfacción de ele de Ex port.

capital trabajo import. Altos Medios Bajos -------

a) 1 1 1 - 0,5 1 .1 0,2 -0,2 - 0.4 0,1 --------

b) - 0,5 ------- ------ - ·---- ----� --

e) 0,25 o -0,2 - 1 0,5 -- - - - - ----- --- --- ----

d) - 0,5 -- - ---- ---- -- --- ·------

e) - 0,25

f) - 0, 1 5

Matriz de e lasticidades relativas de l o s efectos. E l efecto d e a) sobre l os coefic ientes de capital se tomó como u nidad.

Se deja a cargo del l ector l lenar las demás casi l l as , como ejer­cicio de imaginación.

3 1 4

r\ ,

APÉNDICE

Mcmox: fábula c:uontificable

1 . Para i l ustrar nuestro método s i n sa l i r d e l nive l pretécnico de este volumen, no podemos deta l l a r n ingu­no de los mode los ele países rea l es que hemos usado en sus escasas ap l icaciones prácticas (ver modelo C ENDES en [ 4] y modelo CEPAL en [ 5 ] ) . Descri b i remos en cam­b io un caso espec ia l muy s imp l if icado, l o que nos servi­rá de paso para ac larar c iertos conceptos económicos que ya d iscutimos en l os capítu los 1 y 1 1 .

N uestro ejemplo será un arquetipo d e país co lon izado monoprocluctor. Está en c ierto modo en la l ínea de ejem­p los arti f ic ia les i n ic iada c lásicamente con la " economía ele Rob inson Crusoe", pero creemos que reproduce es­tructu ra l mente los aspectos más signif icativos de la re­a l idad.

2 . MONOX La is la Monox produce unas perlas muy apreciadas ,

y tuvo la suerte de que eso se descubr iera en é poca y c i rcunstancias que h ic ieron i m posib le una co lon i zación bruta l y an iqu i l adora . Varias potencias i nteresadas se vi­g i laban mutuamente y ob l igaban a respetar a lgunos de­rechos humanos para no dar pretexto a i ntervenc iones . Gracias a eso, Monox pudo mantener c ie rta independen cia po l ít ica formal y comercia l izar sus per las en condi­c iones in ic ia lmente no muy ma las .

La cons igu iente fac i l i dad de importar h izo que poco a poco sus hab itantes abandonaran sus cu ltivos y ocu­paciones trad ic ionales, dedicándose exc l u s ivamente a l a pesca de perlas por prefer ir l os b ienes importados . Su estructura soc i a l fue adaptándose gradua l mente a esa base económica .

Hoy Monox tiene una pob l ac i ón "nativa" formada por dos c l as¡3s soc ia les : dueños de bancos de ostras y bu­ceadores que las extraen. A lgunos de los dueños se ocupan también del gob ierno de la i s l a , que se l i m ita a

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tratar con los extranjeros y mantener a lgunos antiguos r itos tri ba les.

Tradic iona lmente, de las ostras se ocupaba e l c lan DU , que así adqu i r ió un derecho " legít imo" a converti rse en dueño. Los restantes clanes , OB , tuvieron que acep­tar e l papel de obreros .

Todo lo que consume la i s l a es sum i n istrado por l a gran empresa extranjera EE. Absol utamente todo : a l i men­tos, vivienda, maestros , médicos , jueces, po l ic ía , recau­dadores de i mpuestos , payasos y te l evisores (que reci ­ben sólo canales extranjeros , vía saté l i te ) .

Monox paga esas importac iones con sus per las, que se pescan s imp lemente zambu l léndose, arrancando una ostra g i gante con las manos y l l evándola a la costa , don­de se l a abre con una p iedra.

3 . E l PBI de Monox es fác i l de ca lcu lar , s i despre­c iamos la escasa actividad gubernamenta l : es el número de perlas recog idas durante el año, que des ignaremos NPER. Pues os lo ún ico que se produce y no requ iere insumo a lguno.

Hay una moneda interna -el peso- y una extema ---el dó lar-. La empresa EE paga PX dólares por perta . Trad ic ionalmente , e l p rec io interno de una per la era PP pesos . E l PBI "va le" entonces PX . N PER dó la res o PP . NPER pesos . Realmente : NPER per las . Es muy fáci l pasar de precios corrientes a prec ios constantes cuando PX o PP varían .

Las relaciones de producc ión son las s igu ientes : Cada banco de ostras está exp lotado como "empre­

sa naciona l " EN , con sus dueños y obreros . Los bucea­dores OB de EN entregan todas las per las , a cambio de un sala rio de SAL pesos por HAN (hombre-año norma l , o sea, 8 horas d iarias , 6 d ías por semana, 50 semanas por año). Cada fam i l i a 08 trabaja en promed io TTF HANES, y cobra TTF . SAL por año .

Las empresas EN entregan a su vez todas las per las a EE, que les acred i ta en su favor e l tota l de PX.NPER dó­lares en un BANCO, admin istrado por EE , como todo.

Este BANCO entrega pesos a las EN , a razón de TC pesos por dólar acred itado .

Las EN , con esos TC . PX . NPER pesos pagan los sa-

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l ar ios -en tota l SALTOT pesos-, pagan IMPU pesos al gobierno en concepto de i mpuesto , entregan en total UTIL pesos a los DU en concepto de uti l i dades, y aho­rran l a d iferenc ia .

Los "nativos" y su gobierno pagan a EE en pesos todo lo que consumen . EE los depos ita en el BANCO, que se los acred ita en dólares al cambio TC (a veces se hab la de un cambio d iferente para las i mportaciones) .

4 . Desde hace l a rgos años p reva lece en M onox e l "esti lo Colon i a l " de v ida : las fam i l ias OB bucean un HAN por año (TTF = 1 ) , dedican e l t iempo l ibre a l oc io recrea­tivo consumen entre todas un " paquete" de b i enes Y ser� i c i os PAOOB, que inc luye todo, rec i ben seguridad esp ir i tua l a través de l os r itos trad ic iona les y só lo part �­c ipan en dec is iones negándose a trabaja r cuando hay ti­burones o tormentas .

Las fam i l ias DU consumen un paquete PAODU , Y ade­más hacen tur ismo en el extranjero, que es un i mportan­tís imo s igno de status, y les permite i nverti r a l l í unos dólares. Gastan en eso TURISMO pesos, que el BANCO les convierte en dólares a l camb io TC.

El gob ierno consume otro paquete PAOGO por año, en v ig i l ancia y otros servic ios estatales, que contrata con EE. Defiende l a dependencia económica y cu ltura l , l a pro­p iedad privada y las trad ic iones re l ig iosas . No ha creado n inguna i nstitución de n ive l 2, pues de todo se encarga EE . El m ismo gobierno es la ún ica instituc ión de n ive l 3 .

Cobra un ún ico i mpuesto , de l T IT por ci ento de las exportaciones, a las EN . Los paquetes de consum o pue­den suponerse va l uados en " per las a p recios ext�rnos constantes" , pues se adquieren ínteg ramente a traves de EE. Su costo en pesos no depende só lo de TC s i no so­bre todo de los márgenes de ganancia que se as igna EE, y es, para cada caso :

COB = PEE . PAOOB

CDU = PEE . PAODU

CGO = PEE . PAOGO

donde PEE está fijado por EE (e incluye los cambios ele precios externos) .

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5 . Flujos de fondos. Los pagos descri ptos pueden re-: o : o : o sum i rse en una matr iz de f lujos : _¡ (/') 00 :::> · :::> z o <( : <C

o : o LU . U.J <( O Cl LU o CQ . r:il w · W . En cada cas i l l a de esta matriz f igura l o que l a f i l a 1- 0 o o · O (!) o o · (.'J o · o 0 <( <( <( : <C <( <( <( : <( <( : <( paga a l a columna respectiva. Las cas i l l a s divid i das en 1- t:l. c.. a.. . a.. 0.. c.. c.. . c.. c.. . o.,

dos corresponden a cuentas en dos monedas : sobre l a

· () l ínea punteada están l os pagos en pesos ; por deba jo , en · ¡.... : ¡;2 dólares (son en real idad dos matrices superpuestas) . La . ......._

: o : -...... columna f ina l se forma con las sumas de cada f i l a : son : :2 , (/) · O l os pagos o egresos . La f i l a f ina l se forma con las s umas , (/) . <( w · w

ca :::> : o: o • 1- w ' LU de cada co lurnna: Está c laro l a w o o . ::¡ o : z o : (!) son l os ingresos . que

LU () () w � : � l a • 1- () · > suma de todos l os ingresos debe ser i gu a l a suma de todos los egresos , en pesos y en dólares por separado.

EXPOR es el va lor de las exportaciones en dó l a res : o o 2 (f) : o PX . NPER . () � <( . o: <( · <( VENTAS es e l va lor de las i mportaciones en z 0: 1- : 2 00 · oo pesos : <( :::J z o : o l.W : x COB más CDU más CGO . ca 1- > � : � · LU

Restando l os ingresos a los pagos tendremos e l dé-f ic it DEF de cada actor económico , por separado para pe-o e: y dólares : ._

o sos Q) :e :J 0 0.. o :2 o 0 � 0 8 : DEFOB = CO B - S,l\LTOT UJ D U : DEFDU = CDU + TU R I S M O - UTI L .22 u EN : DEFGO = SALTOT + UTIL -1- I M PU - EXPOR.TC ro 1·-e: o 0: GO: DEFEN =� CGO - I M P U

'(.3 o z BANCO: DEFBA = EXPOH. TC - VENTAS - TU R ISMO ro z

0.. l.W EE: DEFBAD = TU R ISMO/TC + VENTAS/TC - EXPOR >< CJ w w z DEFEE = VENTAS - COB - CDU - CGO = O

: ü = EXPOR ·- TUlliSMO/TC - VENTAS/TC · 1-. ........ SAL = COB/(NFOB . TTF) UJ · O o : :::2: : o IC: ::J Q) : � . :::J Se ve que el BANCO tiene un déficit total nu l o , pues :::> -1 o · o o ¡:: · O: o : o :::J : :::> z : � e l de pesos se compensa exactamente con e l de dó l a res, . 1-

como era de esperar por su papel de s imp le agenc ia de cambios .

UJ 1- La cuenta en pesos de EE sa lda siempre tamb ién . Su o ._ o cuenta en dól ares es el ba l ance comerc ia l de Monox. Q) 1- ca ._ ca -1 o o <( (!) Si hay NFOB fam i l i as obreras , entonce s : (f) �

SALTOT = NFO B . TTF . SAL

o (f) Los i mpuestos val en : u -1 o

z � 0: ca :::> z o <(

ca I M PU = TIT . EXPOR . TC o o w o o w (!) ca w 1- ()

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6. Viabilidad física. El esti lo Colon ia l t iene por me­tas consum i r PAOOB, PAODU y PAOGO; hacer tur ismo por va lor de TURISMO pesos -para los DU- y trabajar 1 HAN, para l os OB . Como todo lo que se consume se importa , la v iab i l idad fís ica cons i ste s imp lemente en .te­ner con qué pagar esas i mportaci ones, s in trabajar más de lo p laneado.

Los ingresos del país por sus exportaciones, en pe· sos , son :

I N G P = NPEn . PX . TC Los egresos:

EGRP = TU R ISMO -+- P E E . ( PAOOB + PAODU --/- PAOGO)

Por lo tanto, el número de per las extraídas por año debe ser como mín i mo :

N PER = EG RP /(PX . TC) que, como vemos, depende no só lo de las metas s ino de los precios externos PX y PEE , que no contro l a Monox.

Si l as metas de consumo son cada año más ambi­c iosas, o s i s imp lemente aumentan a l m ismo ritmo que la población, entonces -a preci os externos constantes­NPER tiene que i r aumentando a ese m ismo ritmo. Este aumento de oferta de per las puede ser pretexto para que EE d i sminuya su precio PX, lo cua l exige un NPER mayor ,. aún. Lo mismo sucede s i aumenta e l precio PEE de l as i mportaciones. Todos estos efectos desfavorab les de los " términos de l i ntercamb io" se reflejan exc l us ivamente en e l aumento de l volumen de l as exportaciones. Pero m ien· tras ese número NPER pueda a lcanzarse -si n trabajar demasiado- la v iab i l idad del est i lo no sufre.

En particu lar , esta v iab i l i dad no tiene nada que ver con la "competit iv idad " de los costos monetarios i nter­nos (sa lar ios , i mpuestos) . S i l as NPER per las se pueden producir , las metas se pueden a lcanzar. Si PX baja de­masiado, no habrá v i ab i l idad .

7. La "un idad productiva " de perlas es esenc ia lmen­te e l buceador, pues cada uno trabaja i ndependientemente y s i n equipo. Si trabajando normalmente ( 1 HAN) recoge PEROB perlas por año, ese número es su productividad,

320

y su i nverso es e l coefic i ente de trabajo . E l coeficiente d� cap ital es cero.

A 1 HAN por fam i l ia , el total de per las será PEROB. N FOB. S i cada fam i l i a trabaja TTF HANES por año , en pri· mera aprox imación ese total será PERO B . NFOB . TTF.

Esta h i pótesis l i neal no es muy creíb le , porque tra­bajar más de un HAN s ignif ica a lguna d isminuc i ón del rend im iento por hora , e i nc luso el trabajo de jóvenes an­tes de la edad norma l . Esta d ism inución de rend im iento puede expresarse med iante una e lastic idad ETTF , cuyo valor es razonab le que esté entre 0 ,5 y 1 , y puede cafcu­l arse con más prec is ión consu ltando a l os buceadores de más experi encia . Resu ltará entonces , en tercera aproxi­mac ión , que ese va lor depende de si TTF se aparta poco o mucho de l o norma l , 1 .

En resumen, e l númem de perlas recogido s erá :

N PER = N FO B . PEROB . [ 1 --1- ETTF .(TTF - 1 ) ]

S i con un TTF todavía aceptab le para e l esti l o -di­gamos, menor que 1 ,05- se consigue el NPER necesa­r io , hay v iab i l idad . Supongamos que no .

Otra estrategia para aumentar NPER sería a umentar NFOB -número de fam i l ias 08- haciendo que trabajen tamb i én a l gunas fam i l i as DU en la reco lección . Como es fác i l prever que esto comp l i ca rá la v i ab i l idad po l ítica , y de todos modos los DU son pocos , descartamos ése remedio . M i rando hac ia el futuro l ejano , se podría i n iciar una po l ítica de fomento de la nata l idad , para que haya más trabajadores a su debido t iempo. Pero eso d ificul­taría la v iab i l idad fís i ca durante las dos primeras déca­das , pues hay que atender a esa poblac i ó n extra.

N FOB puede aumentar tamb i én trayendo buceadores de i s l as vecinas : i nmigrantes . Para ver s i esto conviene se compara la producci ón de cada nueva fami l ia -PEROB perlas , s i t ienen la m isma productividad que los monoxa­nos- con su consumo rea l : PAOOB/NFOB (y no con su sa lar io) . S i PEROB . PX es mayor que PAOOB/NFOB, ca­da i nm igrante costea su consumo, y la d i ferenc ia , p lusva­l ía rea l , contr i buye a costear los consumos de los DU y e l gobiemo. Lo m ismo estaba sucediendo con los bucea­dores loca les , por supuesto .

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Puede proponerse que los i nm igrantes consuman me­nos que los OB l oca les , cosa que pueden estar d ispues­tos a aceptar s i sus cond i ciones de vida anteriores eran mucho peores. Esto podrá o no hacerse según el esti l o e n vigenc ia . Supondremos q u e l a cu ltura trad ic ional de Monox rechaza a los i nm igrantes , y en resumen, NFOB resulta un factor ríg ido, que no s i rve como instrumento de po l ítica económica (eso estará exp l i c itado en la po-l ítica de pob lac ión) .

· 8. La estrategia restante es aumentar l a productivi­

dad PEROB. Para e l l o hay muchos métodos pos ib les : - Mejorar l a técnica de buceo, hac iendo que los mejores zambu l l idores den l ecciones a l os demás, e inc l uso l i be­rando de trabajo a los más inte l igentes para que obser­veo , p iensen y descubran mejores maneras de bucear. - Hacer cr iaderos de ostras , sembrando a l gunas de és­tas en l ugares acces ib les sin neces idad de bucear. e i n­vestigando las mejores cond ic iones para que se desarro­l len s in trop i ezos y produciendo per las de i gual ca l idad. - Comprar equi pos de buzo.

Cada uno de estos cambios de método productivo tiene un c ierto costo en recursos : deben exi sti r los maes­tros de buceo, los i nvestigadores de cri aderos artif icia­l es , los recursos externos para comprar equipos. E l los producen además efectos d istintos sobre las reservas de ostras (agotamiento de los bancos natura les) , la sa­t isfacc ión con el trabajo, etcétera.

En este caso particu lar l a e lección es inmed iata : la dependencia cu ltura l de Monox l es impide s iqu iera per­c i b i r l a existencia de las dos pr i meras posi b i l idades, y sus asesores extranjeros no tienen d if icu l tad en "vender­les" e l método i ntensivo en capita l . Les queda la l i bertad de e leg i r entre los d isti ntos modelos de equipos para buzos que contienen los catá logos de EE .

La comparación entre los d istintos modelos puede hacerse en pr i nci p io por costos y benefic ios , pues son cuantif icabl es en pr imera aproximación.

E l costo monetar io de cada modelo es dato : l a em­presa EE se compromete a insta l ar los , mantenerlos , re­ponerlos durante c ierto número de años, a cambio de I NV pesos por año (cuotas no necesariamente igua les) .

322

, f

.1 :t :1

1 .l

La m isma EE d ice haber ca l cu l ado que con este equi­pamiento, cada fam i l ia OB podrá recoger PEROB2 perlas por Han (PEROB2 depende del modelo e l eg ido) , a u n te­n iendo en cuenta l a neces idad de ded icar a lgunos hom­bres a manejar el equ ipo de superfic ie .

E l coefic iente de cap ita l -o invers i ón/capac idad­se obtiene d iv id i endo la i nvers ión total (descontando man­ten im iento y reposic ión) por NFO B . PEROB2, capac idad de producc ión ele perlas por año. Lo l lamamos CK.

Asoma con CK una nueva fa lacia empresar ia l . En rea l idad, el aumento de capac idad es N FO B . (PEROB2 -PEROB) y en este e! denominador que debería usarse pa­ra ca lcu lar C K -que es marg ina l- con l o cual resu l taría mucho más a lto . En efecto , como el método ant iguo deja de uti l izarse, pues todos los 08 pasan a trabaja r en e l nuevo, lo que se gana es l a d i ferencia. Este razonamien­to no interesa a un empresario i nd ividual de nuestra so­c iedad, a menos que para insta l a r su nueva fábrica tenga que destru i r una anter ior que todavía funcionaba.

Con estos INV y PEROB2, puede ca lcu la rse para cada mode lo , año a año, el NPER que puede p roducir, y e l ne­cesar io para pagar las importaciones, inc luso INV. Si pa­ra a lgCm mode lo la comparación es favorab l e , se l o e l ige.

En segunda aprox imación las cosas no son tan fá­ci les . E l cá lcu lo de PEROB2 puede ser i nteresada mente defectuoso, los equipos pueden l l egar en malas condi­ciones porque los encargados de contro l a rl os no saben o no desean hacer b ien su tarea . Los b uceadores OB pueden ser reacios a encerrarse en un traje de buzo, por su educación y pautas cu ltura les , y d ism inu i r su rendi­m iento por i nsati sfacc ión . Pueden además no estar bien entrenados para ese nuevo ofic io . Pueden ser descuida­dos con las máquinas, por falta de hábito , y dejar que se estropeen ráp idamente, etcétera .

Así, s i PEROB2 es e l rend im iento teór ico de u n buzo de l pa ís de EE , debemos calcu l a r con los métodos men­cionados en el capítu lo V I l los cambios en PEROB 2 que pueden esperarse debido a las d i ferencias de esti l o en­tre ese país y Monox. Si estas d i ferencias son muy gran­des, no nos servi rán e last ic idades y habrá que hacer un estud io desde el pr inc ip io . Dicho estud io se fac i l ita bus-

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cando ejemplos de otros países de l mundo que tengan s im i lar idades con Monox y ya hayan usado esos equ ipos .

Como en Monox no hay recursos humanos para ha· cer estos estudios, es seguro que aceptará la estrateg i a tecno lóg ica propuesta por EE , y se encontrará con déf ic it de comerc io exter ior . Esto l l evará a reduc i r l as impor­taciones, o sea, el consumo real de a lgunos. El esti l o Colon ia l h a fracasado, y debe s e r sustitu ido por otro d e metas más modestas en consumo materia l , s i n o se qu ie· re cambiar l as metas po l iticocu ltura les .

9. Viabilidad social. Supongamos que durante a l gu­nos años hay v iab i l idad fís i ca , es dec i 1· , que trabajando normalmente (TTF cercano a 1 ) se producen l as perlas sufici entes para pagar todas l as i mportaciones, Debemos exam inar ahora s i la d i str ibución del ingreso es correcta en sentido formal , es decir , si los ingresos de l os grupos soc ia les son sufic ientes para pagar sus gastos ( l a desi­gua ldad de esos gastos, o sea, l a d i stri bución rea l , es una meta imp l íc ita del esti lo Colon i a l , expresada por PAOOB, PAODU y TU R ISMO) .

La insati sfacción de los grupos soc ia les eón lo que consumen -y en general con las metas del est i l o- po­dría cons iderarse tamb ién dentro de la v iab i l idad soc ia l , pero como su expres ión es casi s i empre po l ít ica l a deja­mos para este punto. Só l o conviene hacer excepción con aque l las necesidades -como segur idad, so l idar idad, fun­c ionamiento de l núc leo social bás ico- cuya insatisfacélón puede produc i r anomia y otros fenómenos que perturban e l func ionam iento de la sociedad , i ndependientemente de a lcanzar o no expresión po l ít ica. En Monox, s in embargo, estos prob lemas son poco ser ios .

Usaremos los défi c it ca lcu lados en e l parágrafo 5. Para que s i rvan tamb i én cuando hay i nvers iones, supon­dremos que éstas se hacen a través de l gobierno y están inc lu idas en CGO, y las empresas l as pagan mediante IMPU .

En pr imer l ugar , l a h ipótes i s de v i ab i l idad fís ica exi­ge que la cuenta de EE debe sa ldar : DEFEED = O pues se producen las per las necesar ias , y no más.

La cuenta de l BANCO sabemos que salda s iempre en tota l , y ahora también por sepa1·ado , en dó lares y pesos .

324

'f 1 1 '¡'

La cuenta de los OB saldará s i e l sa l a r i o fam i l i a r cum-p le : SALTOT ' = COB, o sea:

SAL = COB/(NFOB . TTF)

Para los DU , DEFDU '=0 s i UT IL = C D U -\- TU R ISMO. E l gobierno no tendrá déf ic i t -n i superávi t- s i :

I M PU = CGO

Por la igua ldad entre e l tota l de i ngresos y e l total de gastos (ambos son igua les a la suma de todas las cas i l l as de la matriz de pagos) , si todas l as cuentas me·· nos una sa ldan, l a restante tamb ién debe sa ldar. La cuen­ta de las empresas nacionales tampoco t i ene défic i t en­tonces, como es fáci l convencerse reemp lazando en DE­FEN, a SALTOT, UTI L , I M PU y EXPOR por sus nuevos va­lores.

Se conf i rma pues que s iempre es pos i b le as ignar sa­lar ios , uti l idades e impuestos de ta l manera que todos los agentes económicos puedan pagar sus consumos , sean cuales fueren éstos. Así, si al gob ierno le fa lta d inero pa.ra pagar sus gastos, es porque a a lgún otro actor económico l e está sobrando. Si este actor no es e l extranjero (y no l o es cuando hay v iab i l idad fís ic� ) . ún i co no controla· b le , pueden evitarse todos los endeudam ientos med iante ajustes de sa lar ios, i mpuestos y uti l idades. Cada hab i ­tante podrá estar más o menos satisfecho con lo que le toca en b ienes y serv ic i os rea les , pero por lo m enos su situación no t iene por qué empeorar por deudas mone­tarias ; lo m ismo va l e para el gobierno y l as empresas nacionales.

1 O . Emisión. Supongamos que los i mpuestos no a l · canzan para pagar los gastos de l gobierno , y éste tiene un défic it DEFGO · = CGO - TIT.EXPORT.TC , y no hay otro agente con déficit posit ivo . Lo l óg ico es buscar a quién le sobra d ine ro . Si son sólo l os DU, la medida redistri· butiva natura l sería aumentar TIT hasta que desaparezca DEFGO. Las empresas entonces d isminu i rán l as uti l ida­des d istribu idas , UTI L, y esta d i sminuc ión será exacta­mente lo que l es sobraba a los DU . Hay una tras l ación de i ngresos de dueños a gob ierno.

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S i e l gobierno no se s iente con fuerzas para eso, puede en cambio emitir d inero. E l BANCO le entrega DEFGO pesos, con los cuales sa lda su deuda con EE. A EE no l e i nteresa de dónde sa l ió ese d inero, pues lo ún ico que hace con é l es cambiar lo por dólares a TC en e l BANCO.

E l problema está en lo que hagan los DU con los DEFGO pesos que les sobran (por h ipótesis son los ún i ­cos con superávit y por lo tanto éste t iene que ser igua l a l ún ico défic it) . S i los depositan en e l BANCO, todas las cuentas sa ldan , como puede verse agregando a la matriz de f lujos los nuevos pagos : DEFGO de BANCO a GO, y DEFGO de DU a BANCO.

S i los atesoran en sus casas, l os DU segu i rán con superávit. que por el momento no les s i rve para nada, y el BANCO tendrá un défic it igua l , que no mol esta porque no es un endeudamiento con nad ie . El BANCO no paga i ntereses por e l d inero que em ite .

Pero s i en a lgún momento deciden gastar los -en i mportaciones , que es lo ún ico que se puede comprar­destruyen e l equi l i br io del ba lance de pagos , o sea, l a v iab i l idad fís ica . Los D U aumentan su consumo, y EE t iene DEFGO pesos más, que no puede cambiar por dó­lares en el BANCO porque a l l í sólo hay los proven ientes de las exportaciones.

El problema puede arreg larse si EE posterga ese cambio , o sea , si presta DEFGO/TC dólares al BANCO. Entonces todas las cuentas vue lven a saldar , pero en adelante habrá que pagar intereses y por lo tanto la via­b i l idad será más d i-Fíc i l .

E n vez de eso, entonces, EE puede aumentar sus pre­c ios PEE de venta, de modo que en ade lante, por el m is­mo costo en pesos , COB y CGO contendrán menos b ienes y servic ios. La tasa de aumento de precio es DEFGO/ VENTAS, de modo que OB y gob ierno verán d ism inu idos sus consumos rea l es en ese porcentaje.

Los DU tamb ién , pero por otra parte lo aumentan en proporc ión DEFGO/CDU , que es mayor.

Por lo tanto , esta po l ít ica em isora del gobierno i m­p l ica que las deudas de éste las pagan los OB d isminu­yendo su consumo.

326

Por supuesto, esto no es forzoso . EE podría haber aumentado só lo los p recios de PAQD U -lo q u e consu­men los DU-, y entonces e l efecto red istri but ivo sería como con el aumento de impuestos. Pero no se ven mo­t ivos para que EE s iga una po l ít ica "d i scrim inator ia" con­tra sus mejores c l i entes . La " i gualdad" t iene s uficiente p rest ig io como para que no haya confl i ctos s i se la ap l ica a un aumento homogéneo de p recios.

De paso, nótese que Monox puede arreg larse �o� muy pequeña cantidad de d i nero c i rcu lante, pues es fac� l organ izar e l pago semanal de sa lar ios , i mpuestos y ut i­l idades , de modo que los m ismos b i l l etes den 52 vueltas por afio y s i rvan para transacciones 52 veces mayore� en e l año. En rea l idad, es una s ituación ideal para e l i ­m i nar e l d inero por completo : basta entregar a E E l a nó: m i na de sue ldos, etcétera , para que se les abra a l l l un créd ito equ iva lente (como ocurre todavía en obrajes y otras empresas a is l adas en nuestros países) .

Desaparece entonces l a emis ión como i nstrumento red istri butivo y las cosas quedan más c laras . Si las i ns­trucciones a EE son que cada actor t iene derecho a com­prar por e l importe de sus i ngresos nominales, nad i e puede tener défic it , y e n part icu lar e l gobierno debe l i­m itar sus gastos. Las metas no se cump len -por invi ab i­l i dad soc ia l- a menos que EE decida dar préstamos' por su cuenta . Los que t ienen superávit p ueden e n cambio ·gastarlo s in inc·onven ientes .

Pero s i e l esti lo Colon i a l fuera un Proyecto Naciona l expl ícito, n o habría n i nguna excusa para dar esas instruc­c iones: si PAOOB es l a meta de consumo para los OB, se ordena a EE que les entregue esa cantidad de b ienes y servic ios; no habrá tampoco défic it para l as metas -bue· nas o malas , se cum p l i rán.

1 1 . Viabilidad política. Las fuerzas coinc iden in ic ia l ­mente con los actores económicos [podemos e l im inar a l BANCO) . pero l uego pueden aparecer nuevos wupos s i hay cond ic iones de insatisfacción y conf l i cto .

De estas fuerzas , l a más poderosa es de l ejos E E . Luego las EN y D U : n o conviene mezclar a e stas dos , porque l os D U son fam i l ias completas , que pueden no ser homogéneas po l ít icamente . Así, los frecuentes v iajes de

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tur ismo hacen que a lgunos JOVenes absorban las ideas revoluc ionarias de moda , aunque sea por esnobismo.

El gobierno tiene gran fuerza fís ica -el cuerpo de vi­g i l ancia- siempre que no entre en conf l icto con EE , que es qu ien lo organ iza y d i ri ge efectivamente (está formado por mercenarios no monoxanos) .

Los O B t ienen potencia lmente más fuerza que los demás, pero no l a usan po l ít icamente , por fa l ta de orga­n izac ión y de " conciencia de c lase" : percepción correcta de la estructura soc ia l de Monox, de pos ib les a l ternativas más igua l itar ias , y de su papel para a l canzar las . Tienen sin embargo una sol i daridad interna g rande, y an imosidad contra los DU, por proven i r de tr ibus d i ferentes .

Hay frecuentes confl i ctos gremia les , cuando los DU exi gen un TTF mayor, amenazando con rebajas de sa lari os o inc luso con l a repres ión fís ica . Los OB se defienden trabajando a desgano y declarando hue l gas .

Su fuerza po l ít ica, es en resumen , pequeña, pero con una gran e lastic idad con respecto a la préd ica eventua l por cua lqu ier grupo esclarecido.

1 2 . D igamos a lgo sobre l a satisfacc ión con e l esti lo Colon i a l .

La gran mayoría d e l o s DU están p l enamente satis­fechos con todos los aspectos del esti lo , y en especia l con su pos ic ión d e c lase dom inante y l a pos ib i l idad d e hacer tur ismo. E l tur ismo t iene un enorme p rest ig io por­que no está a l a lcance de n ingún OB y es una actividad completamente d istinta , m ister iosa i nc l uso para los OB , y que perm ite conocer y cop ia t· las costumbres de los pode­rosos extranjeros ,

E l gobierno está sat isfecho en genera l , pero comienza a tener c ierta inseguridad por el futu ro , en v ista de la ten­dencia de los "términos de l i ntercambio" : baja PX y sube PEE. Estarían d ispuestos a aceptar a l gunas variantes en el esti lo para d ism inu i r las importac iones , sobre todo d is­m inuyendo e l consumo de los OB y aumentando TTF, y tocando lo menos posib le TUR ISMO, a qu ien asignan e l máximo VUM (va lor d e uso marg i na l ) .

E E está relativamente satisfecha , sa lvo que desea au­mentar l a pmducción do pel'!as, y en generá l vender más

cosas a Monox; por ejemplo , b ienes de capita l . Le inte­resa pues tecn ificar el p roceso de recoger perla s .

Para l os O B , e l est i l o n o t iene vis i b i l i dad comp leta . No sólo no pueden est imar sus perspectivas futuras , sino que no perc i ben c laramente l as condic iones de v ida del otro grupo soc ia l . Así, la i nsatisfacción con sus condicio­nes materia les de vida -PAOOB- no es muy g ra nde in i ­c ia lmente , pues son superiores a las que tenían antes de l a l l egada de EE. Puede cuantificarse por comparación con PAODU, que es lo que más perc iben corno a l terna­t iva pos ib le (TU R ISMO l es resu lta i ncomp rensib le) .

La satisfacción con l a jornada labora l puede medirse por 1 -TTF.

Su actitud frente a l a dependencia de EE es a mbigua : od ian a l cuerpo de v ig i l ancia mercenari o , pero ap recian la variedad de b ienes y servic ios que EE les ofrece . Esto va cambiando a medida que PAOOB d i sm inuye , pero e l antagonismo contra EE t iene un l ímite, pues se ha per­d ido l a costumbre de trabajar l a tierra y nad i e sabría siquiera cómo a l imentarse si dejaran de l l egar l as impor­tac iones. EE es entonces fuente de seguridad m ateria l . E l antagonismo entre OB y DU puede en cambio aumentar mucho.

Está c laro entonces que en condic iones norma les los OB no pueden sa l i r de su estado de exp lotació n , y el est i l o Co lon ia l es rel ativamente estab le , aunque con me­tas en pau lat ino deter ioro . De tanto en tanto los OB dan escape a su insatisfacción y antagonismos con l os DU mediante actos de v io lencia sorpres iva , rápidamente re­pr im idos por e l cuerpo de vig i lancia . Pueden l legar in­c l uso a e l im inar fís icamente a l os DU --a lgo coherente con sus tradic ionales r iva l idades tr iba les- pero éstos se­rían entonces reemplazados d i rectamente por emp l eados de EE.

Sin embargo, s i l a s i tuac ión i nternaci ona l imp ide a EE ped i r refuerzos , y a lgunos OB se han organ izado parami­l i ta rmente , es pos ib le que tomen el pode r fís ico, destru­yendo también a l cuerpo de vig i lanc ia , y formando su pro · p io gob ierno.

Pero eso no les dará l a l i beración, pues dependen de EE para sus necesidades m<:ttoria les má(;l inmediatas .

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No basta pues con toma r el poder ; hay que tener previstas por lo menos l as medidas más u rgentes para después.

Pero tampoco basta con eso. 1 3 . Un futuro. Un empleado de EE entab ló amistad

con un OB y le p ropuso un buen negocio : venderle de contrabando l o que consume -PAOOB/NFOB, que abre­v iaremos 0- a cambio de O per las (o más exactamente , 0/PX perlas : recordemos que los b ienes importados es­tán eva l uados en "per las constantes" ) .

Como era menos de la qu inta parte de l o que é l pescaba por año -PEROB perlas-, e l OB aceptó e l trato s i n dudar lo . No tuvo n inguna d i f icu ltad en sustraer esas perlas porque la v ig i lanc ia era escasa : las per las sólo se usaban como adorno en Monox, y su prec io trad ic ional PP era baj ís imo (no era igua l a PX.TC) .

E l hecho s e d ifund ió , y a l poco t iempo había una do­b le organ izac ión -en EE y en M onox- que comerciaba pel'las por su cuenta en un mercado negro muy satis­factor io . Hasta que por supuesto, un día todo se descubr ió , los empleados de EE fueron repatriados y los OB " l a­d rones" castigados con azotes .

Se implantó un cu idadoso control de perlas y se inten­s ificó la v ig i l ancia en genera l , con el cons igu iente aumento de costos CGO, y todo volvió aparentemente a la nor­ma l idad.

Pero e l cap ital organ izativo de los OB había aumen­tado de dos maneras :

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-Aprend ieron e l valor de su trabajo y de la p l usva l ía . Antes, e l uso de d i nero d isfrazaba la rea l idad: l os 08 vendían su trabajo por SAL pesos ; entregaban PEROB perlas a los D U , y compraban O b ienes y serv ic ios con SAL ·= PEE.O. La i njust ic ia no era cho­cante porque e l va lor en pesos de las perlas -PP. PEROB- era muy bajo ; menor que SAL Ahora podían i nterpretar e l proceso en términos de per las: perc ib ieron que a camb io de las PEROB per las , los DU l es entregaban en rea l idad e l equival ente de O perlas -menos de l a qu i nta parte- y se guarda­ban el resto . Era evidente que con sólo no entregar las per las que recogían , los OB podían consum i r nmcho más.

-Las activ idades i legales del mercado negro les ha­b ían enseñado a lgunos pr inc ip ios de organ ización ; e l va lor de hacer p lanes, la v io lencia de l a repre­s ión , la i njustic ia de ser l lamados " ladrones" por retener parte de lo que e l los m ismos pescaban, y e l poder tota l de EE para contro lar l a s ituació n . Aprendieron también q u e E E no e ra la ú n ica em­presa en e l mundo interesada en sus per las, pues las de l mercado negro eran vend idas luego a otros países.

Así comenzó a organizarse el Mov i m iento de Libera­c ión , que aprendió a fabr icar armas, hacer p réd ica y p lanes para e l futuro, y tomó contacto con l a empresa U U , r ival de EE, para cuando l legara el momento.

Cuando se dió la oportun idad, e l M L tomó el poder , quemó EE, y logró obtener los b ienes más ind ispensables a través de U U . Luego propuso al pueb lo un Proyecto Nacional de autonomía económ ica y soc ia l ismo.

Ese Proyecto no contenía mayores prec is iones. Pero estaba fresco e l recuerdo de todo lo que ofrecía e l esti l o anter ior -aunque casi todo l o ofrecía só lo a l o s DU- y las aspi rac iones de M onox se concretaban en consegu i r para todos aquel las maravi l l a s , y sobre todo aque l miste­r ioso TURISMO, de tanto prest ig io . · Los l íderes del M L pusieron todos sus esfuerzos en pos de esos objetivos indiscutidos; pero como kdemás te­nían como meta la i ndependencia , debi e ron comenzar a producir en Monox l os b ienes básicos. No los b ienes bá­s icos trad ic ionales , s i no los que EE había impuesto como básicos, y que requerían fábr icas modernas para ser pro­ducidos, además de trabajar la t ierra .

Muy pocos se opusieron a la i ndustria l izac ión rá­p ida , pues también el tu r ismo mostraba palpab lemente que Monox e ra subdesarrol lada , y el ún i co cam i n o vis ible para a lcanzar a l resto del mundo era i nsta lar máqu inas y un iversidades.

Así , poco a poco se dejó de importar buena parte de PAOOB, pero en cambio se compraban fábricas enteras, l os insumos que e l l as necesitaban , y los técn i cos que las i nsta la ran . Las un ivers idades enseñaban a manejar esos equipos y soñaban con produc i r c ientíf i cos que pudieran

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a lgún d ía produci r los en e l país y reemplazar a los técn icos extranjeros.

Para i mportar todo eso había que exportar más perlas que antes, pues las fábricas de Monox, por s imp le cues­tión de economías de esca la , requerían más recursos qúe las de EE para igua l p roducc ión .

Había que recoger más per las , y además trabajar en e l campo y l as fábricas .

Algunos comenzaron entonces a preguntarse : "Si l o que buscamos es consum i r l o m ismo que antes,

o a lgo · s im i l a r , o más de lo m ismo, ¿ para qué h ic imos l a revo luc ión?" " S i todos nuestros háb itos van a s e r imi · tac ión de los extranjeros ¿para qué queremos l a i ndepen· dencia económica?" "S i dejáramos de estar h ipnotizados por el resto de l mundo ¿cuáles serían nuestros objetivos propios?" " ¿Seríamos capaces de a l canzarlos por nuestro prop io esfuerzo? "

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1 �1

Introducción

Capítu lo 1 Planteo general

1 . Los pr inc ip ios básicos de l método 2. Objetivos y necesidades humanas 3 . Las necesidades humanas 4 . Viab i l i dad fís ica 5. Viab i l idad soc i a l 6. Viab i l idad pol íti ca 7. Func ionamiento del método 8 . " lsmos" y esti los 9 . Resu l tados

Capítu lo 1 1 Las falacias del lenguaje económico

1 . El doble lenguaje de la econom ía 2. El i ngreso y su tasa de crec imiento 3. Costos, precios , rentab i l idad 4 . E l f inanciamiento y el ahorro 5 . Las exportaciones competitivas 6 . El déficit del gob ierno 7 . El desempleo 8 . La modernizac ión tecno l óg ica 9. Desarro l l o y subdesarro l l o

1 0 . En los economistas "de izquierda"

2 1

23 32 33 4 1 45 50 54 60 62

7 ! 73 76 83 90 96

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Capítu l o 1 1 1 Las necesidades sociales. Criterios generales ele

definición 1 1 g

Alternativas genera les 1 22 Alternativas específicas para cada necesidad 1 29

Capítu lo IV

Ejemplos ele estilos

1 . Defin ic iones a n ivel pri nc ip ista Esti lo CONS Esti lo AUTO Esti lo H I P Est i l o LUNA

Capítu lo V

El estilo "Creativo"

Características genera l es

Capítu l o VI

Los recursos disponibles

1 . Signif icado del cá lcu lo de v i ab i l idad 2 . Métodos d e producción 3 . Capacidad i nsta lada y s u i ncremento ; i nvers io-

nes. La acumulac ión organ iza·t iva 4. Recursos humanos 5. Recursos natura les 6 . Recursos de capital fís ico 7. Recursos externos , o capacidad de i mportar 8 . ln'fraestructura i nstituciona l 9 . Capacidad d e i nnovar y crear

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Capítu l o VI l

Viabilidad física

1 . Unidades de med ic ión 2 . Coef ic i entes técn i cos desagregados 3. Casos de serv ic ios socia les 4. Coef ic ientes h i stóricos 5. La agregación por sectores y tecno logías 6 . Precios y coefic i entes agregados 7 . Costos y benef ic ios 8 . La eva l uación 9. Efectos de l as metas e i nstrumentos

1 O. E lastic idades 1 1 . Un caso i lustrativo

Apéndice

Monox: fábula cuantificable

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' . . Obras citadas en el tomo 1

[ 1 ] Calcagno A. E . , Sá inz P . y De Barbier i J . , " Programas de gobierno y desarro l l o po l ít ico : un mode l o de aná­l is is" , en : (2) . cap. VI l .

[ 2 ] Ca lcagno A. E . y Varsavsky o � (comp.) . Modelos Mate­máticos: ensayos de aplicación de modelos de expe­rimentación numérica a la política económica y las ciencias sociales, Santiago de Ch i l e , Editor ia l Un iver­s itar ia , 1 971 .

[ 3 ] CENDES - Grupo de 1\/lode los Matemáticos (J . B ianciot­to, L. Lea l , D . Leiva, L. Marzu l l i , J . P . Pérez Casti l l o , O. Varsavsky, L . Yero) . " Esti los de Desarrol lo" , en : Trimestre Económico, n . 1 44 , México, 1 969, pág . 5 1 7-576. Reproducido en : (2) cap. V .

[4] CENDES - G rupo de Modelos Matemáticos (J . P . Pérez Casti l lo , J. B ianciotto, J. Carantoña , N . Lugo, L. Leal y L . Yero) , Estilos de desarrollo: análisis comparativo de políticas a largo plazo, 3 val s . , Pub l icación pre l i ­m inar , CENDES , 1 97 1 .

[ 5 ] CEPAL, Un modelo para comparar estilos de desarrollo o políticas económicas optativas. Documento de i n­formación para el XIV período de sesiones, 1 97 1 .

[6] Cibotti R . y S ierra E . , El sector público en la planifi­cación del desarrollo, México, S ig lo XXI , 1 970.

[7] Varsavsky 0., " Largo p lazo, ¿ un solo esti l o?" a pu­b l icarse en Trimestre Económico.

[8] Varsavsky 0 . , Ciencia, política y cientificismo, Buenos Aires, Centro Editor de América Lat ina , 1 970 .

[ 9 ] Varsavsky 0 . , " Re lati ons tri p l es dans les programmes l i néa ires généra l isés" , en : Comptes Rendus de Acad. Se. , n . 259, París , 1 964. p. 2 .585-2 .588. ·

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