Número 7Publicación para soñadores en tiempos de no soñar.

adabruja 08

Publicación para soñadores en tiempos de no soñar.

“EL FUTBOL, COMO EL AMOR, HIJO,

ES IMPREDECIBLE” Carlos Trápaga

AdaBrujaagosto 2013

Número 8

contenido

@revistaadabruja | adabruja@hotmail.com | adabruja.blogspot.mx

comunidad

AdaBruja

vip publicidad

María PérezSarmiento

Periodista, obrera de la vida y del amor.

Defensora de lo femenino pero nunca feminista.

Le gustan los gatos, la luna y las sonrisas.

subdirectora

Nayeli Acevedo

Viajera y exploradora incansable, estudió

mercadotecnia pero le va mejor la audacia. Tiene maestría en sociabilidad y un doctorado en hacer

amigos.

diseño

Erika Aguilar Alvarado

Diseñadora editorial de profesión, una apasionada

de la vida, soñadora. Futbol, Cruz Azul y Punto,

porque no hay más.

Las fotografías y demás gráficos tomados de otros sitios que sean expuestos aquí son sin fines de lucro y se citará la fuente en caso de ser requerido.

La hoja de Parra página 4La calle de LópezPor: Alfredeo Alejandro Parra

Editorial página 3

Atelier Mágico página 8 UtopiaPor: Paloma Bolet

Energía y transformación página 10Por: Bernardette Tristán

Historias verdaderas página 12Carlos Trápaga

director

Alfredo Alejandro

ParraPoseedor de un título

dudoso de poeta, autodi-dacta de la

vida y del eterno femenino. Asegura que no puede ser feliz porque su oficio no se lo permite.

vip marketing en línea

Gabriela Sánchez T.

Mujer, madre, pareja com-prometida, comunicóloga, creativa hasta en sueños, apasionada de internet, hechicera por herencia, siempre cómplice de la vida y de sus amigos.

Historias de concreto

6Dos gatos

Por: Adrián Lucifer

Visión es página 16 Retrospectiva de Carlos Trápaga

Buenas noches, no derroches página 22Por: Alfredo Alejandro Parra

Hechizos página 20 México TenochtitlanPor: Víctor Villela

El canto de la sirena

26Un baño de tina

Por: Walda

Sombras solidarias página 24Por: Silvia Sáyago

El gran monstruo de los once mil rostros página 25Por: José J. González

Recordando al “Niño”Por: Mary Pérez

Espectros página 14Por: Daniel Jiménez

Voy Leer página 30 Dioses menoresPor: Terry Pratchett

Con Ciencia página 28El gatoPor: Rodolfo Salazar

La puerta de atrás página 32 El último sacrificioPor: Adrián Lucifer

Entrevista18Entrevista18

editorial

Por la vida nos encontramos a diversas personas.

Unas llegan y se van pronto, otras, permanecen.Unas nos dejan enseñanzas valiosas, otras, mejor ni recordarse.

Esta vez AdaBruja quiere hacer un humilde recordatorioa un hombre, a un personaje, que de alguna manera,nos dejo un legado, algo de su paso por el mundo.

Carlos Trápaga Barrientos, fue ante todo un ser humanosensible, talentoso (aunque él mismo no se lo creyó nunca del todo),y lleno de contradicciones como todos los que de alguna manerasienten de más.

Hombre de gran visión periodística, supo transformar un estiloestático para renovarlo con otro más cercano al sentimiento.Sus crónicas, sus comentarios, sus recuerdos trasladados al papel,algún día serán valorados en todo lo que representan.

Hace cinco años que Carlos Trápaga partió.

La comunidad AdaBruja sabe que es una ausencia difícil de suplir.

Carlos, se te extraña.

Buenos días, no te rías

la hoja de parra

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Por: Alfredo Alejandro Parra

La calle de

Me gusta la calle de López,

la camina mucha gente, con sus ires y venires,

comienza -o termina- en la Alameda

y termina -o comienza- en Salto del Agua,

juntito al mítico Mercado de San Juan,

paralela a la "viva y venenosa" San Juan de Letrán,

vecina del barrio Chino,

circundada por el colegio de las Vizcaínas

-hoy bárbaramente comercializado-

y por el heroico San Salvador, el seco.

Me gusta la calle de López

pedacito de corazón bohemio del Centro Histórico,

llena de comercios y edificios Art deco en decadencia

-Hará algún tiempo, encontré a Carlos Trápaga en López, él vivió en esa calle. El encuentro nos alegró,

conversamos animosamente y me pidió que alguna vez le escribiera algo a su calle. Hoy cumplo el cometido,

quizá, como diría Joaquín Sabina “mal y tarde”.

-Hará algún tiempo, encontré a Carlos Trápaga en López, él vivió en esa calle. El encuentro nos alegró,

conversamos animosamente y me pidió que alguna vez le escribiera algo a su calle. Hoy cumplo el cometido,

quizá, como diría Joaquín Sabina “mal y tarde”.

la hoja de parra

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guarida de oficinistas, amas de casa, colegiales,

hijos pequeños de la calle y poetas descarriados.

Caleidoscopio multicolor que cambia infinito

con cada movimiento, con cada segundo.

Laberinto de aromas seductores o repulsivos,

espacio tan democrático que todo cabe;

hasta la soledad.

Me gusta la calle de López

en la mañana, a mediodía, al atardecer,

o cuando la luna seduce en la alta noche,

tiene sabor de mujer, de amor inalcanzable, de ausencia,

me recuerda, esa calle perdida de mi adolescencia

que aún llevo grabada en el corazón.

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historias de concreto

GATOSDOS

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historias de concreto

Por: Adrián Lucifer

Apenas se distinguían en la penumbra de la calle solitaria. A veces sin querer dos Dioses se encuentran.

Dos gatos malheridos, desgastados, con el desengaño en carne viva.

En medio de tanta basura, del frío que calaba hasta los huesos, nocturnales, escaldados, con el corazón lleno de acidez, teme-rosos; con el ánimo voluble y volátil.

Mañanas de pie, tardes hundiéndose, noches desesperada-mente insomnes, con la soledad desbordándoseles tan sin querer por los ojos, cuando la ausencia les duele en la mirada.

Maúllan, buscando unos brazos. Anhelan caricias, saberse vivos, necesitados, porque esta noche que les rodea sólo les trae oscuridad y frío.

Es que a veces sin querer, sin esperarlo, se llegan a encontrar.

Dos gatos. La piel se les eriza, quizá porque reconocen que a la distancia, el otro también comparte su incertidumbre, su aridez.

Son dos gatos malheridos, abandonados al desamor, sentencia-dos al olvido, sin haber importado la validez de sus sentimien-tos. Pero no están muertos, aunque se les haya condenado a la marginación, al menosprecio, a la brutal indiferencia.

Dos gatos. Ella se acerca, lenta, incierta, llena de dudas. Él la aguarda, la imagina, la espera, sin palabras le susurra que quizá, que tal vez...

Son dos gatos lastimados, atrincherados en la penumbra de su soledad, y que por una travesura de la vida se han encontrado entre la basura que tapiza su espacio solitario.

Quién no puede asegurar que el capricho de alguna suerte fue lo que los juntó para que se laman las heridas buscando curár-selas, y así, poder salir de este callejón desolado donde un día alguien, implacable, los fue a tirar, sin tomar en cuenta que aún pueden servir para amar a otro felino-corazón abandonado.

“Al fin y al cabo, somos gatos”. Maricela Falfán

atelier mágico

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UTOPÍAHubo una vez un hombre que soñaba con un mundo donde tuviésemos tanta fe, que terminá-semos nuestras plegarias con un “GRACIAS”.Un mundo donde no fuese ne-cesario estar al límite para pe-dir perdón. Un mundo donde estuvie-sen legalizados los medios de crecimiento y aprendizaje. Un mundo donde nunca se creyese que ya

es demasiado tarde.Un mundo donde se inda-gase en el interior en vez de buscar señales. Un mundo donde el dar no fuese un acto de desapego. Un mundo donde no se tuviese miedo a sentir. Un mundo donde nos en-orgulleciesen nuestras raíces. Un mundo donde no se culpase a otros por nuestra falta de carácter. Un mundo donde los in-dicadores de riqueza no fuesen banalidades. Un mundo donde se supiese decir NO o SI con determinación. Un mundo donde nunca se olvidase el maravilloso viaje que es nuestro paso por él. Un mundo donde se eligiese el camino correcto y no el más fácil. Un mundo don-de se escuchase más. Un mundo donde se le tu-viese respeto a cada manifestación de energía.

atelier mágico

Por: Paloma Bolet

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UTOPÍAHubo una vez un hombre que soñaba con un mundo donde tuviésemos tanta fe, que terminá-semos nuestras plegarias con un “GRACIAS”.

Un mundo donde el falso orgullo no guiase nuestras acciones. Un mundo donde

a cada paso se preguntase si ese camino tiene corazón. Un mun-do donde lo primero que se percibiese de los maestros fuese humildad. Un mundo donde no existiesen adjetivos calificativos. Un mundo donde se intentase dejar luz a nuestro paso. Un mundo donde se practicase el aprecio en todo momento. Un mundo donde se supiese abandonar todo para ir a don-de verdaderamente queremos. Un mundo donde cada día se eligiese la propia verdad. Un mundo donde se asumiese el cien por cien de responsabili-

dad. Un mundo donde se fuese menos indiferente. Un mundo donde nunca se dejasen de lado los sueños. Un mundo donde se anduviese con paso más lento y vista más larga. Un mundo donde nos deslumbrásemos ante el misterio de la vida. Un mundo donde se disfrutase únicamente el presente. Un mundo donde nos venciésemos solo a nosotros mismos. Un mundo donde los principales enemigos de quien busca no fuesen el miedo, la claridad, el poder ni la vejez. Soñaba con un mundo donde esta no fuese una utopía.

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Por: Bernardette Tristan

Somos energía y tenemos la elección de que esta sea benéfica y sana-dora o bien que nuestra energía se mueva por cargas negativas como la ira, el rencor, el odio. Pero más allá de a qué frecuencia decidamos conectar nuestra energía, esta nunca se pierde, se transforma.

Dedico este artículo a quienes ya han transformado su energía y todos aquellos que quedamos en espera de nuestra fusión con ellos nue-vamente, en un no tiempo y en un no espacio.

Utilizamos la energía a cada instante, cuando sanamos a nosotros o a otros, cuando limpiamos los objetos de la casa los infusiona-mos con nuestra energía, compartimos nuestra energía con nues-tros cristales, cartas, atames, amuletos, intercambiamos nuestra energía cuando compartimos con otros nuestras alegrías y nuestras horas de trabajo, intercambiamos energía con nuestros amigos y compañeros, intercambiamos energía s con solo caminar por una calle transitada don-de otras energías se cruzan en nuestro camino; intercambiamos energía con nuestros compañeros animalies; de igual manera intercambiamos nuestra energía cuando nos enojamos o excluimos a otros seres.

La energía es manifestación divina, a través de ella nos conectamos con nuestro espíritu, con nuestros ángeles con nosotros y nuestros senti-mientos y con nuestro planeta. Manejar nuestra energía es ser conscien-te de que semilla alimentamos, alimentar la semilla del amor en nosotros es tener una mejor capacidad de manejar la energía para ascender.

La energía puede ser tan sutil como el flujo del agua o el aire, el paso de nuestro andar cuando meditamos caminando, no por eso menos significativa; la energía es consciencia del ahora y cuando la aceptamos podemos dirigirla para crear sanación, para alimentar a nuestras plantas o bien para contactar con nuestra divinidad.

La energía tiene un ilimitado campo de posibilidades tal como el uni-verso, el universo es energía y la energía es uno con nosotros. Ser una persona energética Es tener una continua experiencia con la energía, es aprender de ella a cada instante, porque en ella viajan los sonidos y la información necesaria para trascender sin dejar nuestro cuerpo y servir a nuestra misión.

La energía entonces es universo en un flujo continuo listo para ser transformado por los canales espirituales, nosotros, todos los seres de luz, elementales, fericos, ángeles etc. Todos somos parte del flujo en movimiento y de nosotros depende usar la energía para el mejor estar de nuestras dimensiones o bien, el mal uso de la energía que da por resultado el detrimento de nuestro espacio.

Energía y Transformación

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Carlos Trápaga, a quien no tuve el placer de conocer, pero de quien he aprendido mucho en estos pocos días es un ejemplo de este continuo transformar de la energía, conectado con su espíritu, creciendo y flo-reciendo sin dejar de encontrar como ser herramienta de crecimiento y florecimiento de otros y en conexión con su centro a través del amor a sus animales compañeros, él es una energía que cuidó del universo, se hizo cargo de manejarla y permitir que la comunicación con divinidad se manifieste en sus instantes.

Lo más valioso de seres como él es que siendo unidad energética, podemos conectarnos a su energía en cualquier momento y aprender lo que vino a dejar como enseñanza. In memoriam.

Cuarto para las ocho...

Aquí estoy, de nuevo, cuarenta años después, en las mismas calles, bajo el mismo cielo y ante ese mismo reloj de cuatro caras, que da la hora para todos lados.Aquí estoy, en la media cuadra de Emilio Dondé, frente al número 8, donde nací y me crié, y desde donde ahora camino hacia Bucareli, para dar vuelta a la izquierda, exactamente por donde me llevabas a la escuela.Tú, con tu andar despacio, pero firme y seguro.Yo, con mis carreras y mis brincos, a la deriva de mis seis o siete años.De prisa.Atravesando mi infancia, como si fuera un cometa.

-Cuarto para las ocho.

Un grito de todos los días.El preámbulo para esa caminata en zigzag, por Bucareli, General Prim, Versalles, Londres, hasta llegar a Berlín, al número 19, donde estaba la "Miguel de Unamuno", hoy convertida en un edificio para oficinas, con un gran estacionamiento al lado.Tú, con tu serenidad y sabiduría.Yo, con mi uniforme azul, con lustre en los zapatos y bien peinado.Tú, conversador.Yo, escucha.Te encantaba contarme cosas...Que si París, que si Viena, que si Roma, que si Chopin, que si Mozart, que si Stravinsky. Nunca viajaste.Nunca saliste de aquí. Y, sin embargo, te sabías al dedillo, y como nadie, historia, lugares, anécdotas, personajes.Y, de idiomas, el francés.Y, todo, por lo que leías.Por los LIBROS.Y ahí ibamos.Tú, dándome 20, 000 buenas razones para leer.Yo, con mi imaginación a todo lo que daba, mirando al cielo para pintar en las nubes los rostros de aquellos personajes y lugares hermosos de los que me hablabas.

Cuarto para las ocho...

Aquí estoy, de nuevo, cuarenta años después, en las mismas calles, bajo el mismo cielo y ante ese mismo reloj de cuatro caras que da la hora para todos lados.Doy vuelta en la esquina.No es como en aquellos años.Ahora hay mucho tráfico.Y mucho ruido.No es como en aquellos años.Ahora, en esta esquina, ni siquiera existe el puesto de periódicos en el que todas las mañanas gastaba 60 centavos del peso que me dabas, al salir de la casa, al cuarto para las ocho.

(A la memoria de José Trápaga Figueroa 1900-1977 mi padre, por si hiciera falta decirlo)

Historias verdaderasPor: Carlos Trápaga Barrientos

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REVISTA

El espacioABIERTO

a las ideas ya la imaginación

Por: Daniel Jiménez

En Madero se quedaron atrapadas nuestras juveniles risasNuestras más astutas esperanzas, nuestros más revolucionarios anhelosEn las bancas de madero se ve bailar a nuestra nocturna nostalgiaNuestra enferma tristeza, nuestro temprano desamorTus últimos latidos y esos tercos suspiros míos

Madero es la calle de los contrariosAun se pueden ver amantes, novios e historias juntas

Pero también se ven fantasmas y espectros melancólicosSe notan peatones sin ganas, sin sonrisas

En Madero las noches son de desamor, son noches añejasSon noches cansadas de tanto beso equivocadoDe tanto corazón reprimido y olvidado.

Espectros(Madero, donde el amor inicia y termina en un mismo vagón)

A Alfredo Alejandro Parra, por la temprana inspiración e iniciarme en ESTO

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experiencia, tradición y confianzaAbarrotes Salazar

Oriente 30 #3708, Col. Merced Balbuena, Del. Venustiano Carranza

REVISTA

AdaBrujaEl espacioABIERTO

a las ideas ya la imaginación

@revistaadabruja revistaadabruja

poesía, relatos, cineentrevistas, reseñas, cuentos,

fotografía y más...

¡No te la pierdas!www.issuu.com/adabruja

adabruja.blogspot.mx

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visión es

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visión es

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entrevista

Me lleve varios días pensando en hacer algo para recordar a Carlos Trápaga, a cinco años de su deceso, mi jefe por 10 años, cuando empezamos la aventura juntos de asumir la dirección del periódico ESTO.

Desde el principio sentí ese cariño honesto, el respeto que siempre manifestó por las mujeres; podría estar enojado pero teniendo una mujer frente a él quedaba desarmado.

Respetuoso y con una sonrisa franca, enseguida te hacía sentir en confianza.

Así era Carlos Nicolás Trápaga Barrientos, Charlie, Nico, “Niño” como le decía el también fallecido Don Francisco Lazo, y que al paso de los años no cambio su manera de verlo.

Carlos, a pesar de ser alguien que aprendió de varios experimentados hombres distinguidos en el periodismo, nunca perdió piso, con gran sencillez atendía a cada uno que venía a visitarlo, ya sea como consulta de trabajo o simplemente amistad, una taza de café sin azúcar y un cigarrillo “Raleigh”, su marca preferida, fueron sus compañeros de toda la vida, noche a noche elegía personalmente que era lo que debía publicarse al siguiente día, exigente y disciplinado hacia del ESTO, el mejor periódico deportivo, personalmente opino que nunca habrá quien lo sustituya, dejó un hueco difícil de llenar.

Cuantas personalidades entraron en ese recinto solamente para venir a saludar-lo, Geña Valdez, Hugo Sánchez, Bora Milutinovic, Antonio Aguilar, Sayonara Miloc, Soraya Jiménez, Julio Cesar Chávez, grandes del box, beisbolistas, corredores de autos, siempre tuvo tiempo para quien quisiera hablar con él, famoso o no, era el mismo trato para todos, nunca dijo “no estoy “, absolutamente para nadie.

Por: Mary Pérez

RECORDANDO AL “NIÑO”

Carlos Trápaga, del que tuve la fortuna de aprender.

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entrevista

Él me dio la oportunidad de realizar mi sueño de escribir, me enseñaba y me corregía, diciéndome cosas como: “Mary, escribe como si lo estuvieras platicando, no trates de ser lo que no eres, solo sé tú misma y verás como poco a poco te sale mejor”, mi primera publicación fue resultado de la oportunidad que me brindo diciéndome que si tenía algo que decir, lo hiciera, que no me quedara con nada, “para qué lo quieres guardado, escribe todo lo que tengas que contar, así, como una historia más de tu vida”.

Le enojaban las injusticias, amaba a los animales sobre todo a los suyos, sus gatos, sus perros, como él decía; mis mejores compañeros de vida, siempre tuvo algo que enseñarme. Por haber sido empleado del ESTO desde los 16 años, apoyaba mucho a las personas que se querían desarrollar, por eso nos daba la oportunidad mostrándonos el camino. Muchos reporteros empezaron por ser mensajeros como él, poco a poco iban escalando hasta llegar a ser lo que cada uno quería, siempre se dirigía con honestidad y todo lo que sabía lo compartía, sobre todo su amistad, cuando tenía un amigo “era verdadero”.

Todos los que conocimos a Carlos Trápaga, como director del ESTO, periodista, columnista y como amigo, sabemos que lucho hasta el final como el gran “gue-rrero” que siempre fue, algunas veces llegaba triste, algunas contento, desguanza-do, incrédulo de que a él le estuviera sucediendo tal cosa, porque no le gustaba ir al médico, incluso si se decidió acudir al chequeo fue porque en una ocasión le dio un ataque de tos de más de 25 minutos sin parar, “Cuidado Carlos, le di agua, una pastilla de menta, café, no paraba de toser , sudaba, le daba golpecitos en la espalda, le decía levanta los brazos, y nada, esa tos no cedía, cuando por fin pudo controlar nuevamente su respiración me dijo, "Mañana sí voy al doctor Mary, te lo prometo", al día siguiente me dijo, “Ya vez porque no me gusta ir al doctor, porque si no estás enfermo, te enferman” y ahí empezó toda esa gran lucha contra el cáncer que él aseguraba como la batalla más grande de su vida y pretendía ganar, tenía unos deseos inmensos de vivir.

-Hay que saber distinguir Mary, “no todos los que se te acercan son tus amigos, pero si encuentras uno que no te pida nada a cambio de su amistad, consérvalo”.

Y con eso me quede, con sus consejos, con sus enseñanzas, con su cariño incondicional y su gran amistad, hasta pronto mi querido Carlos, que para allá vamos todos.

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hechizos

MéxicoTenochtitlan

Por: Víctor Villela

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hechizos

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Entre la niebla- humo de la ciudad,de la Ciudad de Méxicode principios de milenio(taxis con tiempo-distancia medidos,manifestaciones de inconformi-dad interminables,peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe)que me quita el sueño,siento latir la otra ciudad,quizá perdida para siempre(no olvidar la relatividad del tiempo),apenas recuperadapor el profesor en la cátedra,apenas resumidapor el vendedor de artesanías:México-Tenochtitlan,ciudad indígena surcada por calzadas:Tlatelolco, Tlacopan,Coyoacán, Iztapalapa.Ciudad hermanada a Tlatelolco,ciudad embriagada de flores,de perfume de cacao,de sabor a vainilla.

Por sus calles transita el mace-hual,apenas tenido en cuenta por el pil-li.Y el tecutli vigila sus hambresy el tlamacazqui su conducta,

que ha de lanzar rumbo a lo eterno.Hacia el anochecer,los pochtecas amarran sus canoasen sus muelles privados,en tanto que al albatodos sus habitanteshan barrido sus callescomo el barrer de sus conciencias,como el borrar hechicerías.

Es la ciudad un milagro viviente,donde el guerreroes padre de su enemigo conquis-tadoy éste su hijo más querido,a pesar de que un díale arrancarán el corazónpara aplacar al Sol.Donde el tlacotiprefiere ser esclavopara llevaruna vida más cómoda.Ciudad donde la serpientees devorada por el águila,y donde las rocas milenariascobijan las cenizasde los antepasados.

Tal es la ciudad que yo siento latir:bañada por el torrente de mi sangre,revivida en mis letrascuando repitola señal.

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Por: Alfredo Alejandro Parra

Eran finales de 1997.

Yo era lector asiduo de ESTO, legado periodístico de mi padre. Me gustaba leer algo que se llamaba BUENOS DÍAS, NO TE RÍAS, que firmaba un tal Carlos Trápaga.

Su estilo desenfadado, coloquial y a veces con cierto dejo de romanticis-mo y añoranza le daban sabrosura a sus escritos.

Yo ya tenía el vicio de emborronacuartillas y este personaje me enseñaba un nuevo camino en esta chamba de enlazar palabras, compartíamos, sin conocernos siquiera, afinidades en esto de la escribidera.

Un día se me ocurrió, por pura puntada como dirían los hoy no tan chavos, mezclar el tema del futbol con algo de poesía y más por curiosidad que con otra intención se lo hice llegar a Carlos Trápaga.

Grande fue mi sorpresa cuando días después el escrito aparecía en las páginas del periódico sepia.

Al cabo de unos días acudí a las instalaciones de ESTO para agradecerle el detalle y con un poco de nervios y mucha expectación de mi parte, un hombre delgado, parco pero amable, me dio la mano en señal de saludo y bienvenida a un cómplice de la letra escrita.

Buenas noches, no derroches.(De cómo conocí y traté a Carlos Trápaga)

“En este oficio, como en la vida, hijo, hay que tener las maletas listas. Hoy publicamos, mañana quién sabe.”

Carlos Trápaga Barrientos

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Buenas noches, no derroches.(De cómo conocí y traté a Carlos Trápaga)

Conversamos largo rato, como viejos camaradas, de gatos, de libros, de amores frustrados, de las soledades que acompañan siempre a los que tenemos el defecto de amar de más, y sobre todo a quienes no debemos, y al final, Carlos, con una generosidad impagable me ofreció un espacio en ESTO.

-¡Carlos, yo no soy periodista, soy aspirante de poeta!!! -Le contesté-Periodistas tenemos muchos, poetas ya no hay. Es por eso que te ofrezco el espacio. Me dijo con cierta sonrisa.

Así comenzaron esos diez años de proyectos, de vivencias, de alegrías y de penas, que tuve la oportunidad de vivir gracias a Carlos Trápaga, que visualizó antes que yo, todo lo que se podía dar entre la poesía y el futbol.

Fueron diez años de libertad, de aprender, de buscar, de experimentar, de innovar, de locura y pasión por las palabras.

Todo ese tiempo bajo el respaldo de Carlos Trápaga, que sin desperdiciar palabras, sólo me corregía el camino cuando era necesario con frases contundentes.

Carlos ya no está, un cáncer maldito se lo llevó antes de tiempo, la brega aún sigue, pero tenemos las maletas listas por cualquier cosa que pudiera suceder.

Y de vez en cuando al crepúsculo, cuando nos toca caminar por su vieja calle de López (que tanto le gustaba) no evitamos una sonrisa de añoranza al recordar ese último encuentro con él, cuando Carlos dejó de ser por un rato el Director de ESTO y compartimos el pan y la sal en el emble-mático mercado de San Juan, y entonces volvió a ser el cómplice de letras que tuve la fortuna de conocer y tratar aquella lejana noche de noviembre de 1997.

Las sombras son mi tema recurrente: flotantes me envuelven

y me encierran entre sus pliegues.

En este diálogo que tenemos donde lo digo todo

y tu escuchas, inerme, no será una revelación

mi triste condición; el eterno presentimiento trágico,

la inamovible actitud que vuelca mi alma gris

en melancólicas palabras y actos.

En todo, esas sombras son solidarias.

Hoy tu tierra se vistió de luto: lloró por sus muertos.

Las sombras sollozaron y supe que hoy debo acompañarte. pues tengo en el corazón la herida que tu guardas.

Este día, por esa razón, la pena me embarga.

(Homenaje a las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004, España)

SOMBRAS SOLIDARIAS

Por: Silvia Sayago

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Autor: José J. GonzálezTítulo: el gran monstruo de once mil rostros: México, DFMedidas: 11 x 15Técnica mixta: lápiz, lápiz de color, acrílico y sellados de poliuretanoColección: Transmutación de la locura.

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Un baño de tina

Por: Walda

el canto de la sirena

Se acaba de quitar sus pantaletas, totalmente desnuda y cubierta con una toalla se dirige al baño. Ya con la puerta cerrada, retira la toalla y de reojo se mira en el pequeño espejo que esta arriba del lavabo. Con 80 kilos de peso y apenas un metro con 60 centímetros, Cassandra se dispone a abrir las llaves para que se llene la tina de agua caliente, con cuidado deposita pequeñas perlitas para su baño relajante y prende 3 velas aromáticas,... es su momento, es su ratito con ella misma. En ocasiones también lleva al baño una pequeña copa de tinto y un buen libro, ahora no, ahora quiere consentirse de otra forma, quiere disfrutarse. La tina esta llena, sumerge sus pies, disfruta el calor del agua y el aroma de las velas. Poco a poco su cuerpo entra en el agua, ella se estremece, siente pequeños escalofríos en todo el cuerpo que la piel resiente erizando sus pequeños bellos.

Orgullosa de sus caderas y de sus breves pechos, empieza a acariciarlos con una suave esponja que remoja y frota por todo su cuerpo, le gusta su cuerpo, le gustan sus curvas, le gusta acariciarse y sentirse toda. Sus pies pequeños y regordetes son su primera obsesión, con todo cuidado los frota con un cepillito para que queden lisos y suaves. Después sus piernas, anchas, grandes, pero como si fuera una esbelta modelo, Cassandra las admira, le gustan sus piernas.

Sigue con sus brazos, con todo cuidado y delicadeza, pasa la esponja una y otra vez para dejarlos suaves, las manos son al final, tienen un tratamiento especial.

Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible.

(Plutarco)

Un baño de tinael canto de la sirena

Sus senos son la siguiente parada, son breves pero sensibles, disfruta acaricián-dolos, y rosándolos con la esponja en ocasiones, y en otras con las manos, no sabe si su calor es por la temperatura del agua o por sus caricias que poco a poco bajan a su abdomen ondulado, caricias que recorren una y otra vez su pecho, sus piernas, sus caderas y su abdomen. Disfruta acariciándose, sintién-dose, admirándose porque es feliz con lo que tiene.

Las caricias llegan a sus nalgas carnosas... también las goza sintiéndolas en su volumen, en su suavidad. La espalda es difícil de accesar, así que se ayuda con un cepillo de cerdas suaves pero que logran estimularla. Sólo un rato mas pasa en la tina, las siguiente etapa es con un pequeño rastrillo rosa el cual le sirve de herramienta para podar sus claros vellos púbicos, no le gusta tener una sel-va en ese lugar... pero en esta ocasión ha elegido quitarse todo y verse como cuando era una niña... el sólo pensar en la imagen se excita, ya desea sentirse. Ayudada de varios espejos dispone sus piernas a los lados sentada en el borde de la tina, con un espejo al frente, logra verse toda, enjabona su pubis, toma su rastrillo y con mucho cuidado lo pasa dejando sin vello sus labios....

Le gusta lo que ve. Como si fuera una pequeña, ya no le estorban los vellos y se vuelve más sensible. No puede contenerse y empieza a explorarse. Siente su clítoris y se extrémece todo su cuerpo. La estimulación no ha sido poca, y su cuerpo le pide que introduzca sus dedos. Al cabo de una serie de caricias, Casandra logra tener un placentero orgasmo, que la deja agotada. Cumplió lo que deseaba; disfrutarse.

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Por: Biol. Rodolfo Salazar

con ciencia

"Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre."

Víctor Hugo

"Los gatos tienen una absoluta honestidad emocional; los seres humanos, por una razón u otra,

pueden ocultar sus sentimientos, pero el gato, no." Ernest Hemingway

Los gatos eligen a los humanos creativos, sensibles, nada posesivos, y por sobre todo, que amen y defiendan su libertad tanto como ellos. Los es-critores suelen tener estas características, son observadores y detallistas, personales y profundos. Curiosamente a casi ningún personaje ligado con el poder le gustan los gatos, ni los gatos gustan de ellos. Un gato jamás acepta-ría ser un verificador de ese poder. Los gatos son grandes compañeros, los escritores cuentan que en las largas horas de trabajo creativo siempre los tienen al lado, silenciosos y contemplativos, ellos velan su obra.

Así habrá muchos dichos sobre los gatos, pero para comprenderlos se ne-cesita tener en cuenta su historia. Una leyenda cuenta que Noé, en el Arca, observó que los ratones se habían reproducido a un ritmo vertiginoso, poniendo con ello en peligro la duración de las provisiones. Invocó pues la ayuda del Señor, quien le indicó que debía acariciar tres veces la cabeza del león. Este último estornudó, y de sus fosas nasales surgió una pareja de gatos que de inmediato pusieron manos a la obra, restableciendo el equilibrio en la embarcación; se tiene por cierto que los egipcios veneraban a Bastet, la diosa-gata, se solía representar como una gata sentada o como una mujer con cabeza de gata, que en la mano lleva un sistro (instrumento musical parecido a un sonajero). Ante todo, era la protectora de los niños de la familia real.

En la mitología egipcia, Bastet defendió a Ra, el dios-sol, de los ataques de la serpiente Apofis, deidad que personifica las fuerzas del mal en el más allá. Hija y esposa de Ra, Bastet representa la dulzura maternal y la feroz defensa de los hijos, así como el placer, la feminidad y la alegría. Además

GatoEl

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con ciencia

era la diosa de la música y la danza. Los antiguos egipcios pensaban que los gatos después de siete reencarnaciones encarnaban en un ser humano, de allí el dicho que el gato tenía “Siete vidas”. El maui egipcio que es uno de los antepasados más directos del gato doméstico actual, tiene su nombre porque es el sonido que hacía el gato al “hablar”.

Los felinos son una familia de rápida evolución de los mamíferos que com-parten un antepasado común, incluyen, además de los gatos domésticos, leones, tigres, pumas, y muchos otros. Dentro de esta familia, los gatos do-mésticos son parte del género Felis, que es un grupo de pequeños gatos que contienen aproximadamente siete especies. Los miembros del género se encuentran en todo el mundo e incluyen el gato de la selva del sureste de Asia, gato montés europeo, gato salvaje africano, el gato montés chino y el gato del desierto de Arabia, entre otros. Los felinos se remontan a unos 55 - 25 millones de años, entre el Eoceno y Oligoceno, a partir de unos ma-míferos muy pequeños que ya presentaban muelas carniceras y que dieron origen a todos los carnívoros: los Miacidos.

aLa familia Felidae se originó hace unos 35 millones de años, siendo su representante conocido de mayor antigüedad un pequeño mamífero de cuerpo alargado llamado Proailurus. Desde entonces los felinos no han su-frido cambios de importancia. Un estudio genético reveló en 2007 que los gatos domésticos son descendientes de africanos monteses de hace 8000 A.C. De acuerdo a la revista Scientific American, los gatos son la mascota más popular en el mundo, y ahora se encuentran en casi todos los lugares donde vive la gente.

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El gato doméstico se clasificó por primera vez como Felis catus por Carolus Linnaeus en la décima edición de su Systema Naturae en 1758. Sin embargo, debido a la filogenética moderna, los gatos domésticos están generalmente considerados como otra subespecie de gato salvaje, Felis silvestris. Esto ha resultado en el uso mixto de los términos, como el gato doméstico puede ser llamado por su nombre de la subespecie, Felis silvestris catus. En 2003 la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica fijo el nombre para gatos como F. silvestris. El nombre más común en uso para el gato domés-tico permanece F. catus, a raíz de un convenio para los animales domésticos de la utilización del primer sinónimo propuesto. A veces, el gato doméstico ha sido llamado Felis domesticus y Felis doméstica, según lo propuesto por el naturalista alemán JCP Erxleben en 1777, pero estos no son nombres taxonómicos válidos y se han utilizado raramente en la literatura científica, ya que la binomial de Linneo tiene prioridad.

Morfológicamente el gato posee 32 músculos en cada oreja. Además, fun-cionan como antenas parabólicas y se dirigen hacia la fuente del sonido Las fosas nasales del gato tienen 19 millones de terminaciones nerviosas. Las del hombre poseen sólo 5 millones. A los gatos se los identifica por su nariz. El ser humano tiene huellas dactilares únicas. La nariz del gato es su “huella dactilar”. Los bigotes se caen periódicamente y vuelven a crecer. Su desaparición afecta al movimiento y al sentido de orientación del animal. Por eso, es importante no cortarlos. Cada gato tiene su propio maullido y ronroneo. Pueden que dos gatos tengan un ronroneo parecido pero a pe-sar de todo siempre existe alguna diferencia. Las manchas de los Siameses en las patas, cola, orejas nariz y boca es donde tienen la temperatura del cuerpo más baja que en la parte que son blancos. Los gatos son similares en anatomía a los otros felinos, con los cuerpos fuertes, flexibles, los refle-jos rápidos, las garras retractables agudas, y los dientes adaptados a matar a la pequeña presa. Los sentidos del gato se adaptan a una crepuscular y depredador nicho ecológico. Los gatos pueden oír sonidos demasiado débiles o demasiado alto de la frecuencia para los oídos humanos, tales como los realizados por los ratones y otros animales pequeños. Pueden ver en la oscuridad cerca. Como la mayoría de los otros mamíferos, los gatos tienen peor percepción de los colores y un mejor sentido del olfato que los humanos. . los gatos son capaces de tolerar temperaturas muy elevadas: Los seres humanos por lo general comienzan a sentirse incómodos cuando su temperatura de la piel pasa a unos 38 C, pero los gatos no muestran nin-guna molestia hasta que su piel llega a alrededor de 52 C, y pueden tolerar temperaturas de hasta a 56 C. si tienen acceso al agua.

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Los gatos conservan el calor mediante la reducción del flujo de sangre a su piel y pierden calor por evaporación a través de su boca. Ellos no sudan y pantalón para el alivio del calor sólo a temperaturas muy altas. La temperatura del cuerpo de un gato no varía durante todo el día, lo que es parte de los gatos: las heces son relativamente secas y su orina es altamente concentrada, ambas características son adaptaciones que permiten a los gatos retener tanto líquido como sea posible. Sus riño-nes son tan eficientes que pueden sobrevivir con una dieta que consiste solamente en la carne, sin agua adicional, e incluso se pueden rehidratar con agua de mar.

Los gatos tienen una excelente visión nocturna y puede ver a sólo una sexta parte del nivel de iluminación requerido para la visión humana. Esto es en parte porque los ojos del gato tienen un tapetum lucidum, que refleja cualquier luz que pasa a través de la retina en el ojo, lo que aumenta su sensibilidad a la luz tenue. Otra adaptación es la dilatación de las pupilas de los ojos de los gatos. A diferencia de otros grandes felinos, como tigres, los gatos domésticos tienen pupilas. Las pupilas pueden enfocar la luz brillante sin aberración cromática, y las de los gatos domésticos son mucho más grandes, en relación con sus ojos, que las de los grandes felinos.

En efecto, en los niveles bajos de luz las pupilas de un gato se expandirán para cubrir la mayor parte de la superficie expuesta de sus ojos. Sin embar-go, los gatos domésticos tienen bastante pobre visión de los colores y tie-nen sólo dos tipos de conos, optimizado para la sensibilidad al azul y verde amarillento, tienen una capacidad limitada para distinguir entre el rojo y el verde. Un artículo de 1993 encontró una respuesta a mediados de longitu-des de onda de un sistema distinto de las barras de lo que podría ser, debi-do a un tercer tipo de cono. Sin embargo, esto parece ser una adaptación a bajos niveles de luz en lugar de representar la verdadera visión tricromática. Los gatos domésticos, especialmente los jóvenes, son conocidos por su amor por el juego. Este comportamiento imita la caza y es importante para ayudar a que aprendan a acechar, capturar y matar a sus presas.

Los gatos también participarán en lucha contra el juego, entre sí y con los seres humanos. Este comportamiento puede ser una manera para que los gatos puedan poner en práctica las habilidades necesarias para el combate real, y también puede reducir cualquier temor que asocian con el lanza-miento de ataques de otros animales. Debido a la gran similitud entre el juego y la caza, los gatos prefieren jugar con objetos que se asemejan a la presa, tales como juguetes pequeños peludos que se mueven rápidamente, pero pierden rápidamente el interés en un juguete que han jugado antes.

Si desea saber más en la red encontraras a Observe a su gato de Desmond Morris, ayuda a quitarse la duda del por qué los gatos hacen una u otra cosa, como es porqué ronronean, porqué les gusta que los acaricien, afilar las uñas en el sofá, enterrar sus heces, etc. Otro lugar para saber más es Felinos: las siete vidas de un gato son nueve, exposición en el museo de His-toria Natural y Cultura Ambiental (http://www.sma.df.gob.mx/mhn/index.php?op=01hola&op01=acercade_felinos).

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Fábula fantástica, irreverente y sarcástica, sobre las aventuras del MUNDODISCO, el planeta plano y circular que navega por el espacio sobre el lomo de cuatro elefantes y una tortuga gigante.

La historia tiene lugar en tierras desérticas. Era el año de la serpiente nacional, o doscientos años después de la declaración del profeta Abismo, lo cual quiere decir que la llegada del octavo profeta era inminente, eso era lo bueno de la iglesia del gran Dios OM, que tenía unos profetas muy puntuales.

Y ocurrió entonces que el gran Dios OM habló a BRUTHA, el elegido. BRUTHA titubeó, no cabía duda de que algo le había hablado desde el aire, quizá fuera un de-monio. El hermano NHUMROD, maestro de los novicios le había hablado ya sobre el tema de los demonios. BRUTHA hizo el signo con el que el profeta ISHKIBLE había ahuyentado a los demonios.

-Atrás demonio- Murmuró.-Ya estoy detrás de ti- respondió OM.

BRUTHA se volvió moviéndose muy despacio. El huerto estaba vacío. Huyó. Muchas historias comienzan antes del principio y la de BRUTHA tuvo su origen miles de años antes de su nacimiento.

En el mundo hay billones de Dioses. Hay más Dioses que mosquitos en un pantano. La inmensa mayoría de ellos son demasiados pequeños para verlos y nunca llegan a

Dioses menoresPor: Terry Pratchett

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ser adorados, al menos por nada más grande que las bacterias, las cuales nunca dicen sus oraciones y no son lo que se dice demasiado exigentes en cuestión de milagros. Son estos los Dioses menores, los espíritus de los lugares donde se cruzan los caminos de dos hormigas, los Dioses de los microclimas que hay entre las raíces de las hierbas. Y la mayor parte de ellos se quedan así. Porque les falta FE.

Un puño de ellos , no obstante, terminan subiendo de categoría. El cambio puede ser provocado por cualquier cosa. Un pastor busca una oveja perdida, la encuentra entre los zarzales y dedica un par de minutos a levantar un montoncito de piedras en señal de agradecimiento general a cualquier espíritu que pueda haber por ahí, o un árbol de forma peculiar llega a ser asociado con una cura para la enfermedad, o alguien talla una espiral encima de una roca solitaria. Porque lo que necesitan los Dioses es que crean en ellos y lo que quieren los humanos son Dioses.

La cosa suele detenerse ahí, pero a veces va más lejos, más rocas son añadidas, más piedras son levantadas, un templo es edificado allí donde antes se alzaba el árbol. El Dios se vuelve más fuerte y la fe de sus adoradores lo impulsa más arriba como mil toneladas de combustible para cohetes. Para unos cuantos el cielo es el límite, y a veces ni siquiera eso.

BRUTHA es un muchacho sencillo y analfabeta que se enfrenta a terribles proble-mas. Un Dios le ha hablado y se ha convertido en el elegido. Quiere terminar con una iglesia poderosa y corrupta, quiere evitar una horrible guerra santa, quiere paz, pero por encima de todo, lo que realmente quiere ¡Es que su Dios elija a otro!

El asunto se complica porque el Dios OM ha regresado reencarnado en una tortuga, que ya ha sido vista por un águila que la quiere para un buen almuerzo y debe convencer a BRUTHA que no es un demonio, para poder regresar a su templo y recuperar sus poderes que están totalmente disminuidos.

Randon House Mondadori, S.A350 P.P 2004

la puerta de atrás

El últimosacrificioPor: Adrián Lucifer

El espejo humeante, caminaba lento una ciudad devastada.

Era el crepúsculo del 13 de agosto de 1521. Todo había terminado. los viejos Dioses ya habían abandonado el lugar que alguna vez tuvo el nombre del OMBLIGO DE LA LUNA.

Sólo el espejo humeante, con paso cansado, deambulaba los vestigios de lo que alguna vez fue una esplendorosa ciudad.

"La soberbia acaba con los seres humanos y con todas sus obras por grandiosas que sean" Murmuró.

La sangre azteca alimentaba los canales, las ruinas atestiguaban una lucha que había sido cruenta y al final, vana para los habitantes de la otrora señorial Tenochtitlan.

¡COATLICUE, está tierra ha dejado de ser tu hogar ¿dónde te refugiaras ahora? ! ¡TLALOC derrama sus lágrimas por la derrota, siento cómo se evaporan al tocar mi rostro!

¡HUITZILOPOCHTLI nos has abandonado en los brazos de MICTLANTECUHTLI, ahora el caracol suena con canto pesaroso antes de callar para siempre!

¡QUETZALCOATL se ha diluido, nada quedará de nuestra gente, de nuestras costum-bres, de nuestros amores!

La oscuridad llegaba, el espejo humeante, OMETEOTL, TEZCATLIPOCA manifestado en la tierra, Dios de la noche y del norte, supo que era tiempo de un último sacrificio.

En medio del lago teñido de rojo, COYOLXAUHQUI, la Diosa Luna, parecía esperarlo para por fin amarse por siempre. Antes de hundirse en el lago en busca de su amada, miró por última vez el templo que albergó tanta comunión entre ellos, los Dioses, y los mexicas. Ahora una tosca cruz de madera se apoderaba de sus voluntades, amparada en un cúmulo de mentiras para sojuzgar y castigar a quienes se atrevieran a rebelarse a sus mandatos e infamias.

Desde entonces CIHUACOATL, la abandonada, llora por sus hijos, pero un día, el Espejo humeante resurgirá y esta ciudad de tezontle y ceniza, se hundirá para siempre, en castigo por haber renegado de sus viejos Dioses.

En el firmamento COYOLXAUHQUI esbozará una sonrisa socarrona, de venganza consumada...