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antígenos leucocitarios humanos(Redirigido desde «HLA»)
Para otros usos de este término, véase HLA (desambiguación).
Los antígenos leucocitarios humanos —abreviados HLA (acrónimo inglés de Human leukocyte
antigen)— son antígenos formados por moléculas que se encuentran en la superficie de casi todas
las células de los tejidos de un individuo, y también en los glóbulos blancos (o leucocitos) de la sangre.
Basicamente, HLA es el MHC (complejo mayor de histocompatibilidad) que poseemos los seres
humanos. Posee algunas diferencias con el MHC de otros seres vivos, aunque ambos poseen la misma
función orgánica:
Índice
[ocultar]
1 Funciones
2 Sistema HLA
3 Compatibilidad
4 Enlaces externos
[editar]Funciones
Cumplen con la función de diferenciar lo propio de lo ajeno y aseguran la respuesta inmune, capaz de
defender al organismo de algunos agentes extraños que generan infecciones.
[editar]Sistema HLA
El "antígeno leucocitario humano" es un conjunto de moleculas implicadas en el reconocimiento
inmunológico y en la señalización entre células del sistema inmunitario. Las formas en que son
transmitidas de padres a hijos constituyen un sistema también denominado de complejo mayor de
histocompatibilidad (de histo, "tejido") o de la individualidad (para diferenciar lo propio de lo ajeno), el
denominado sistema HLA. Su descubrimiento ha permitido a la medicina dar un salto cualitativo en las
posibilidades de éxito de un trasplante, abriendo un camino prometedor cuyo gran escollo fue el
rechazo.
En la década de los setenta, descubierto el sistema HLA, se pudo comprender mejor el fenómeno del
rechazo y de la enfermedad del injerto contra el receptor y trasplantar con menos inconvenientes, según
criterios de compatibilidad.
También se ha podido descubrir la conexión entre determinados perfiles HLA y una mayor frecuencia
de enfermedades autoinmunes como el Lupus Eritematoso Sistémico, la Miastenia Gravis y el Síndrome
de Sjögren, u otras como la Espondilitis Anquilosante y la enfermedad celiaca.
Existen lugares estratégicos en el sistema HLA que sirven para examinar si una persona puede ser
compatible con otra en caso de injerto: HLA-A, HLA-B, HLA-C, HLA-DR y HLA-DQ.
El tipo de molécula antígeno presente en A, B, C, DR y DQ es lo que determina la posibilidad de
aceptación del tejido (órgano o médula ósea) de un donante por el organismo de un receptor.
[editar]Compatibilidad
Infografía donde se ilustra la convención utilizada en los dibujos para representar los haplotipos del sistema HLA.
Infografía ilustrando la forma en que los hijos heredan la mitad de haplotipos de cada progenitor.
Infografía. Se ilustra cómo los hijos podrán heredar cualquiera de las cuatro combinaciones del material genético
transferido por los padres en base al sistema HLA.
Para que dos personas sean compatibles los antígenos presentes en cada uno de esos lugares deben
ser idénticos o tener ciertas coincidencias. Esto se detecta a través de un análisis de sangre en el que la
muestra es sometida a varias técnicas de laboratorio y puede incluir el análisis de ácido
desoxirribonucleico, corrientemente designado como ADN.
Los antígenos se identifican por un número y pueden ser enormemente variados. Se conocen más de
300 para el lugar A, alrededor de 500 para B, más de 150 para C, 400 para DR y más de 50 para DQ.
Como la investigación es permanente, esos números se acrecientan en forma constante.
La imagen de la derecha y el resto del artículo e infografías, se referirán únicamente a las moléculas
antígeno presentes en A, B yDR a fin de facilitar la explicación.
Si se presta atención a esta gran cantidad de variedades, se puede tener una idea del alto número de
combinaciones que son posibles; y, por lo tanto, lo difícil que resulta que ellas sean coincidentes.
El ADN transmitido de padres a hijos se encuentra en el cromosoma del núcleo de las células de todo el
organismo incluidos losglóbulos blancos de la sangre. Está químicamente constituido por un
encadenamiento de elementos básicos que se podrían comparar con las letras de un alfabeto. Esos
elementos básicos o letras químicas se combinan en palabras que constituyen un texto organizado que
transmite un mensaje. En ese texto se pueden reconocer diferentes partes o secciones,
denominadas genes.
El ADN se hereda de los padres en una combinación que es peculiar para cada hijo. Los genes del
sistema HLA se transmiten casi siempre en bloque. Cada bloque se denomina haplotipo. El padre aporta
un haplotipo ("mitad del genotipo") y la madre otro, dando origen al genotipo HLA, perfil genético propio
del nuevo ser.
Es este perfil -o huella genética- el que debe coincidir en los lugares estratégicos para que dos tejidos
se acepten.
En el sistema HLA, el material genético se transmite de padres a hijos según lo explica el esquema que
se muestra a continuación:
Sistema HLA
Madre Padre
Haplotipo a Haplotipo b Haplotipo c Haplotipo d
Hijos
Combinación 1 Combinación 2 Combinación 3 Combinación 4
Genotipo a-c Genotipo a-d Genotipo b-d Genotipo b-c
Los hijos podrán heredar cualquiera de estas cuatro combinaciones del material genético transferido por
los padres.
En la imagen de la derecha se pueden apreciar los dos haplotipos del padre a b y los dos de la madre c
y d.
Cuál heredará cada hijo, depende del azar. Existen 50% de posibilidades de que 2 hermanos compartan
un solo haplotipo, 25 % de posibilidades de que no compartan ninguno y 25% de que coincidan en
ambos haplotipos.
Las personas con genotipo a-c; a-d; b-c, b-d descienden de progenitores que aportan los haplotipos a y
b, por un lado, y c y d, por otro, ya que un individuo está siempre constituido por material genético
proveniente de los seres que le dieron vida.
Cualquiera de las cuatro combinaciones posibles indica que ese ser proviene de los mismos padres.
Pero sólo ciertas coincidencias en la combinación heredada hacen que un hermano sea compatible con
otro dentro del sistema HLA. Según el tipo de trasplante, receptor y donante deberán compartir uno o
dos haplotipos.
Complejo mayor de histocompatibilidadEl complejo mayor de histocompatibilidad (CMH o MHC, acrónimo para el inglés major
histocompatibility complex), o complejo principal de histocompatibilidad, es una familia
de genesubicados en el brazo corto del cromosoma 6 cuyos productos están implicados en
la presentación de antígenos a los linfocitos T .
En humanos, los genes MHC conforman el denominado sistema HLA (por human leukocyte antigen),
porque estas proteínas se descubrieron como antígenos en los leucocitos, que podían detectarse
con anticuerpos. Los genes MHC son fundamentales en la defensa inmunológica del organismo frente a
los patógenos, y por otro lado, constituyen la principal barrera al trasplante de órganos y de células
madre.
La región del brazo corto del cromosoma 6 que contiene los genes del MHC posee la información de:
ciertas glucoproteínas de la membrana plasmática involucradas en los mecanismos de presentación
y procesamiento de antígenos a los linfocitos T: se agrupan en los genes de clase II (que codifican
las proteínas MHC-II) y los genes de clase I (que codifican las proteínas MHC-I)
así como citocinas y proteínas del sistema del complemento, importantes en la respuesta
inmunológica, pero que no tienen nada que ver con los genes del MHC; estos genes se agrupan en
la clase III.
Ambos tipos de moléculas participan en la respuesta inmunitaria, que permite la identificación de las
moléculas propias y de las extrañas (invasoras), para eliminar estas últimas mediante diferentes
mecanismos.
Índice
[ocultar]
1 La región clases
o 1.1 Localización genómica
o 1.2 MHC Clase-I
o 1.3 MHC Clase-II
o 1.4 MHC Clase-III
2 Polimorfismo de los genes MHC-I y II
3 Funciones de las moléculas MHC-I y II
4 Las moléculas MHC en el rechazo de trasplantes
5 Referencias
6 Véase también
[editar]La región clases
[editar]Localización genómica
El análisis comparativo de la organización de la región MHC entre especies muy alejadas ha revelado la
presencia de reorganizaciones dentro de la región específicas de cada línea evolutiva y cambios en la
complejidad de los genes. La estructura de la región MHC se conoce al menos en siete especies de
mamíferos euterios (placentarios), dos de aves, cinco peces teleósteos y en los tiburones. Hay grandes
diferencias en la organización de la región MHC entre los mamíferos euterios y los no mamíferos. En
euterios, la región está ordenada a lo largo del cromosoma en las regiones clase I-II-III, es muy densa
en genes y ocupa una zona extensa. En los mamíferos, la región MHC generalmente contiene menos
genes y las regiones Clase I y II son adyacentes, a excepción de los teleósteos, donde las dos regiones
no están ligadas. De las regiones MHC secuenciadas completamente, la menos compleja es la del pollo,
que contiene sólo 19 genes en 92 kb.1
En humanos, los 3,6 Mbp (3.600.000 pares de bases) de la región MHC del cromosoma 6 contiene 140
genes flanqueados por los marcadores genéticos MOG y COL11A2.2 La región MHC es la región más
densa en genes y más polimórfica del genoma de los mamíferos, crítica para la inmunidad y para el
éxito reproductivo.
La región MHC en los marsupiales Monodelphis doméstica (Didelphimorphia gris de cola corta) está
flanqueada por los mismos marcadores, comprende 3.95 Mb y contiene 114 genes, 87 compartidos con
los humanos.1 La comparación entre la región MHC de humanos y marsupiales ha permitido analizar la
evolución de este conjunto de genes, ya que los marsupiales se encuentran entre los euterios y los
vertebrados no mamíferos, separados por 200 millones de años. Así, se ha identificado que los
marsupiales presentan una región MHC similar a la de mamíferos en tamaño y complejidad, pero
también presenta características de organización similares a la región MHC de los no mamíferos, lo que
revela una probable organización ancestral de esta región.
La región MHC está dividida en 3 subgrupos de genes:
Estructura de una molécula MHC de Clase-I.
[editar]MHC Clase-I
En euterios, la región Clase-I contiene un conjunto de genes cuya presencia y orden está conservada
entre especies. Estas moléculas se expresan en todas las células humanas, excepto en los glóbulos
rojos, las células germinales, las células de los embriones pre-implantación y el sincitiotrofoblasto(tejido
embrionario, no presente en la vida extrauterina: más detalles...).3 Algunas células, como las neuronas,
los monocitos y los hepatocitos, presentan niveles bajos de moléculas MHC-I (menos de 103 por
célula: ver datos).4
Los genes MHC de Clase-I (MHC-I) codifican glucoproteínas, con estructura de inmunoglobulina:
presentan una cadena pesada tipo α que se subdivide en tres regiones: α1, α2 y α3. Estas tres
regiones están expuestas al espacio extracelular y están unidas a la membrana de la célula mediante
una región transmembrana. La cadena α está siempre asociada a una molécula de microglobulina β2,
que está codificada por una región independiente en el cromosoma 15.
La principal función de los productos génicos de la Clase-I es la presentación de péptidos antigénicos
intracelulares a los linfocitos T citotóxicos(CD8+). El péptido antigénico se aloja en una hendidura
que se forma entre las regiones α1 y α2 de la cadena pesada, mientras el reconocimiento del MHC-I por
parte del linfocito T citotóxico se hace en la cadena α3. En esta hendidura conformada por las regiones
α1 y α2, se presentan péptidos de entre 8 y 11 aminoácidos, razón por la cual la presentación del
péptido antigénico debe pasar por un proceso de fragmentación dentro de la propia célula que lo
expresa.
En humanos, existen muchos isotipos (genes diferentes) de las moléculas de Clase-I, que pueden
agruparse en:
"clásicas", cuya función consiste en la presentación de antígenos a los linfocitos T CD8: dentro de
este grupo tenemos HLA-A, HLA-B y HLA-C.
"no clásicas" (también llamadas MHC clase IB), con funciones especializadas: no presentan
antígenos a los linfocitos T, sino que se unen a receptores inhibidores de las células NK; dentro de
este grupo se encuentran HLA-E, HLA-F, HLA-G.
Estructura de una molécula MHC de Clase-II.
[editar]MHC Clase-II
Estos genes codifican glicoproteinas con estructura de inmunoglobulina, pero en este caso el complejo
funcional está formado por dos cadenas, una α y una β(cada una de ellas con dos dominios, α1 y α2,
β1 y β2). Cada una de las cadenas está unida a la membrana por una región transmembrana, y ambas
cadenas están enfrentadas, con los dominios 1 y 2 contiguos, en el exterior celular.5
Estas moléculas se expresan sobre todo en las células presentadoras de antígeno (dendríticas y
fagocíticas, así como los linfocitos B), donde presentanpéptidos antigénicos
extracelulares procesados a los linfocitos T cooperadores (CD4+). El péptido antigénico se aloja en
una hendidura formada por los dominios α1 y β1, mientras el reconcimiento del MHC-II por parte del
linfocito T cooperador se hace en la cadena β2. En esta hendidura conformada por las regiones α1 y β1,
se presentan péptidos de entre 12 y 16 aminoácidos.
Las moléculas MHC-II en humanos presentan 5-6 isotipos, y pueden agruparse en:
"clásicas", que presentan péptidos a los linfocitos T CD4; dentro de este grupo tenemos HLA-DP,
HLA-DQ, HLA-DR;
"no clásicas", accesorias, con funciones intracelulares (no están expuestas en la membrana celular,
sino en membranas internas, de los lisosomas); normalmente, cargan los péptidos antigénicos
sobre las moléculas MHC-II clásicas; en este grupo se incluyen HLA-DM y HLA-DO.
Además de las moléculas MHC-II, en la región Clase-II se encuentran genes que codifican moléculas
procesadoras de antígenos, como TAP (por transporter associated with antigen processing) y Tapasin.
[editar]MHC Clase-III
Esta clase contiene genes que codifican varias proteinas secretadas que desempeñan funciones
inmunitarias: componentes del sistema del complemento (como C2, C4 y factor B) y moléculas
relacionadas con la inflamación (citoquinas como TNF-α, LTA, LTB) o proteínas de choque
térmico (hsp).
La Clase-III tiene una función completamente diferente que las clases- I y II, pero se sitúa entre los otros
dos en el brazo corto del cromosoma 6 humano, por lo que son frecuentemente descritos en conjunto.
[editar]Polimorfismo de los genes MHC-I y II
Expresión codominante de los genes HLA / MHC.
Los genes MHC se expresan de forma codominante. Esto quiere decir que los alelos (variantes)
heredados de ambos progenitores se expresan de forma equivalente:
Como existen tres genes Clase-I, denominados en humanos HLA-A, HLA-B y HLA-C, y cada
persona hereda un juego de cada progenitor, cualquier célula de un individuo podrá expresar 6 tipos
diferentes de moléculas MHC-I.
En el locus de Clase-II, cada individuo hereda un par de genes HLA-DP (DPA1 y DPA2, que
codifican las cadenas α y β), un par de genes HLA-DQ (DQA1 y DQA2, para las cadenas α y β), un
gen HLA-DRα (DRA1) y uno o dos genes HLA-DRβ (DRB1 y DRB3, -4 o -5). Así, un
individuo heterocigoto puede heredar 6 u 8 alelos de Clase-II, tres o cuatro de cada progenitor.
El juego de alelos presente en cada cromosoma se denomina haplotipo MHC. En humanos, cada alelo
HLA recibe un número. Por ejemplo, para un individuo dado, su haplotipo puede ser HLA-A2, HLA-B5,
HLA-DR3, etc... Cada individuo heterocigoto tendrá dos haplotipos MHC, uno en cada cromosoma (uno
de origen paterno y otro de origen materno).
Los genes MHC son enormemente polimórficos, lo que significa que existen muchos alelos diferentes
en los diferentes individuos de la población. El polimorfismo es tan grande que en una población mixta
(no endogámica) no existen dos individuos que tengan exactamente el mismo juego de genes y
moléculas MHC, excepto los gemelos idénticos.
Las regiones polimórficas de cada alelo se encuentran en la zona de contacto con el péptido que va a
presentar al linfocito. Por esta razón, la zona de contacto de cada alelo de molécula MHC es muy
variable, ya que los residuos polimórficos del MHC forman hendiduras específicas en las que las que
sólo pueden introducirse cierto tipo de residuo del péptido, lo cual impone un modo de unión muy
preciso entre el péptido y la molécula MHC. Esto implica que cada variante de molécula MHC podrá unir
específicamente sólo aquellos péptidos que encajen adecuadamente en la hendidura de la molécula
MHC, que es variable para cada alelo. De esta manera, las moléculas de MHC tienen una especificidad
amplia para la unión de péptidos, puesto que cada molécula de MHC puede unir muchos, pero no todos
los tipos de péptidos posibles. Esta es una característica esencial de las moléculas MHC: en un
individuo concreto, bastan unas pocas moléculas diferentes para poder presentar una vasta variedad de
péptidos.
Por otro lado, dentro de una población, la existencia de múltiples alelos asegura que siempre habrá
algún individuo que posea una molécula de MHC capaz de cargar el péptido adecuado para reconocer
un microbio concreto.La evolución del polimorfismo de MHC asegura que una población será capaz de
defenderse frente a la enorme diversidad de microbios existentes, y que no sucumbirá ante la presencia
de un nuevo patógeno o un patógeno mutado, porque al menos algunos individuos serán capaces de
desarrollar una respuesta inmune adecuada para vencer al patógeno. Las variaciones en las secuencias
de MHC (responsables del polimorfismo) resultan de la herencia de diferentes moléculas MHC, y no son
inducidas por recombinación, como ocurre con los receptores de los antígenos.
[editar]Funciones de las moléculas MHC-I y II
Ambos tipos de moléculas presentan péptidos antigénicos a los linfocitos T, responsables de la
respuesta inmune específica para eliminar el patógeno responsable de la producción de dichos
antígenos. Sin embargo, las moléculas MHC de Clase-I y II corresponden a dos vías diferentes de
procesamiento de los antígenos, y se asocian con dos sistemas diferentes de defensa inmunitaria:5
Tabla 1. Características de las vías de procesamiento de antígenos
Característica Vía MHC-II Vía MHC-I
Composición del complejo estable
péptido-MHC
Cadenas polimórficas α y β, péptido unido a ambas
Cadena polimórfica α y microglobulina β2, péptido unido a cadena α
Tipos de células presentadoras de antígenos (APC)
Células dendríticas, fagocitos mononucleares, linfocitos B, algunas células endoteliales, epitelio del timo
Casi todas las células nucleadas
Linfocitos T capaces de responder
Linfocitos T cooperadores (CD4+) Linfocitos T citotóxicos (CD8+)
Origen de las proteínas antigénicas
Proteínas presentes en endosomas o lisosomas (en su mayoría internalizadas del medio
extracelular)
Proteínas citosólicas (en su mayor parte sintetizadas por la célula;
pueden entrar también del exterior mediante fagosomas)
Enzimas responsables de la generación de péptidos
Proteasas de los endosomas y lisosomas (como lacatepsina)
El proteasoma citosólico
Sitio de carga del péptido sobre la molécula MHC
Compartimento vesicular especializado Retículo endoplásmico
Moléculas implicadas en el transporte de los
péptidos y carga sobre las moléculas MHC
Cadena invariante, DMTAP (transporter associated with
antigen processing)
Los linfocitos T de un individuo concreto presentan una propiedad denominada restricción MHC: sólo
pueden detectar un antígeno si éste viene presentado por una molécula MHC del mismo individuo. Esto
se debe a que cada linfocito T tiene una especificidad dual: el receptor del linfocito T
(denominado TCR por T cell receptor) reconoce algunos residuos del péptido y simultáneamente
algunos residuos de la molécula MHC que lo presenta. Esta propiedad es muy importante en
el trasplante de órganos, e implica que, durante su desarrollo, los linfocitos T deben "aprender" a
reconocer las moléculas MHC propias del individuo, mediante el proceso complejo de maduración y
selección que tiene lugar en el timo.
Las moléculas MHC sólo pueden presentar péptidos, lo que implica que los linfocitos T, dado que sólo
pueden reconocer un antígeno si viene asociado a una molécula MHC, sólo pueden reaccionar ante
antígenos de origen proteico (procedentes de microbios) y no a otro tipo de compuestos químicos
(ni lípidos, ni ácidos nucleicos, ni azúcares). Cada molécula MHC puede presentar un único
péptido cada vez, dado que la hendidura de la molécula sólo tiene espacio para alojar un péptido. Sin
embargo, una molécula MHC dada tiene una especificidad amplia, porque puede presentar muchos
péptidos diferentes (aunque no todos).
Procesamiento de péptidos asociados a moléculas MHC-I: proteínas presentes en el citosol son degradadas por
elproteasoma, y los péptidos resultantes son internalizados por el canal TAP en el retículo endoplásmico, donde se
asocian con las moléculas recién sintetizadas de MHC-I. Los complejos péptido-MHC-I pasan al aparato de Golgi,
donde son glucosilados, y de ahí a vesículas secretoras, que se fusionan con la membrana celular, de forma que los
complejos quedan expuestos hacia el exterior, permitiendo el contacto con los linfocitos T circulantes.
Las moléculas MHC adquieren el péptido que presentan en el exterior de la membrana celular durante
su propia biosíntesis, en el interior celular. Por tanto, los péptidos que presentan las moléculas MHC
provienen de microbios que están en el interior celular, y ésta es la razón por la cual los linfocitos T, que
sólo identifican péptidos cuando están asociados a moléculas MHC, sólo detectan microbios asociados
a células y desencadenan una respuesta inmune contra microbios intracelulares.
Es importante resaltar que las moléculas MHC-I adquieren péptidos que provienen de proteínas
citosólicas, mientras que las moléculas MHC-II adquieren péptidos de proteínas contenidas en vesículas
intracelulares. Por ello, las moléculas MHC-I presentarán péptidos propios, péptidos virales (sintetizados
por la propia célula) o péptidos procedentes de microbios ingeridos en fagosomas. Las moléculas MHC-
II, por su parte, presentarán péptidos procedentes de microbios ingeridos en vesículas (este tipo de
moléculas sólo se expresan en células con capacidad fagocítica). Las moléculas MHC sólo se expresan
de forma estable en la membrana celular si tienen un péptido cargado: la presencia del péptido
estabiliza la estructura de las moléculas MHC, las moléculas "vacías" se degradan en el interior celular.
Las moléculas MHC cargadas con un péptido pueden permanecer en la membrana durante días, el
tiempo suficiente para asegurar que un linfocito T adecuado reconozca el complejo e inicie la respuesta
inmunitaria.
En cada individuo, las moléculas MHC pueden presentar tanto péptidos extraños (procedentes de
patógenos) como péptidos procedentes de las proteínas propias del individuo. Esto implica que, en un
momento dado, sólo una pequeña proporción de las moléculas MHC de una célula presentará un
péptido extraño: la mayor parte de los péptidos que presente serán propios, dado que son más
abundantes. Sin embargo, los linfocitos T son capaces de detectar un péptido presentado por sólo el
0,1%-1% de las moléculas MHC para iniciar una respuesta inmune.
Los péptidos propios, por otro lado, no pueden iniciar una respuesta inmune (excepto en los casos de
las enfermedades autoinmunes), porque los linfocitos T específicos para los antígenos propios son
destruidos o inactivados en el timo. Sin embargo, la presencia de péptidos propios asociados a las
moléculas MHC es esencial para la función supervisora de los linfocitos T: estas células están
constantemente patrullando el organismo, verificando la presencia de péptidos propios asociados a las
moléculas MHC y desencadenando una respuesta inmune en los casos raros en los que detectan un
péptido extraño.
[editar]Las moléculas MHC en el rechazo de trasplantes
Las moléculas MHC se identificaron y nombraron precisamente por su papel en el rechazo
de trasplantes entre ratones de diferentes cepas endogámicas. En humanos, las moléculas MHC son los
antígenos de los leucocitos (HLA). Llevó más de 20 años comprender la función fisiológica de las
moléculas MHC en la presentación de péptidos a los linfocitos T.6
Como se ha indicado antes, cada célula humana expresa 6 alelos MHC de clase-I (un alelo HLA-A, -B y
-C de cada progenitor) y 6-8 alelos MHC de clase-2 (uno HLA-DP y -DQ, y uno o dos de HLA-DR de
cada progenitor, y algunas combinaciones de éstos). El polimorfismo de los genes MHC es muy
elevado: se estima que en la población hay al menos 350 alelos de los genes HLA-A, 620 alelos de
HLA-B, 400 alelos de DR y y 90 alelos de DQ. Como estos alelos pueden heredarse y expresarse en
muchas combinaciones diferentes, cada individuo expresará probablemente algunas moléculas que
serán diferentes de las moléculas de otro individuo, excepto en el caso de los gemelos idénticos. Todas
las moléculas MHC pueden ser dianas del rechazo de transplantes, aunque HLA-C y HLA-DP tienen un
bajo polimorfismo, y probablemente tengan una importancia menor en los rechazos.
En el caso de un trasplante (de órganos o de células madre), las moléculas HLA funcionan
como antígenos: pueden desencadenar una respuesta inmunitaria en el receptor, provocando el rechazo
del trasplante. El reconocimiento de los antígenos MHC en células de otro individuo es una de las
respuestas inmunes más intensas que se conocen. La razón por la que los individuos reaccionan contra
las moléculas MHC de otro individuo se comprende bastante bien.
Durante el proceso de maduración de los linfocitos T, éstos son seleccionados en función de la
capacidad de su TCR de reconocer débilmente complejos "péptido propio:MHC propio". Por ello, en
principio, los linfocitos T no deberían reaccionar frente a un complejo "péptido extraño:MHC extraño",
que es lo que aparecerá en las células transplantadas. Sin embargo, parece que lo que ocurre es un tipo
de reacción cruzada: los linfocitos T del individuo receptor pueden equivocarse, porque la molécula
MHC del donante es similar a la propia en la zona de unión al TCR (la zona variable del MHC se
encuentra en la zona de unión al péptido que presentan). Por esta razón, los linfocitos del individuo
receptor interpretan el complejo presente en las células del órgano trasplantado como "péptido
extraño:MHC propio" y desencadenan una respuesta inmune contra el órgano "invasor", porque lo
perciben de la misma manera que un tejido propio infectado o tumoral, pero con un número mucho más
elevado de complejos capaces de iniciar una respuesta. El reconocimiento de la molécula de MHC
extraña como propia por los linfocitos T se denominaaloreconocimiento.
Pueden producirse dos tipos de rechazo de trasplantes mediado por las moléculas MHC (HLA):
rechazo hiperagudo: se produce cuando el individuo receptor presenta anticuerpos anti-HLA
preformados, antes del trasplante; esto puede deberse a la realización previa de transfusiones de
sangre (que incluye linfocitos del donante, con moléculas HLA), a la generación de anti-HLA
durante el embarazo (contra los HLA del padre presentes en el feto) y por la realización de un
trasplante previo;
rechazo humoral agudo y disfunción crónica del órgano trasplantado: se debe a la formación de
anticuerpos anti-HLA en el receptor, contra las moléculas HLA presentes en las células endoteliales
del trasplante.
En ambos casos, se produce una reacción inmune contra el órgano trasplantado, que puede generar
lesiones en el mismo, lo que conlleva la pérdida de función, inmediata en el primer caso y progresiva en
el segundo.
Por esta razón, es fundamental realizar una prueba de reacción cruzada entre células del donante y
suero del receptor, para detectar la presencia de anticuerpos anti-HLA preformados en el receptor
contra las moléculas HLA del donante, y evitar el rechazo hiperagudo. Normalmente, se verifica la
compatibilidad de las moléculas HLA-A, -B y -DR: a medida que aumenta el número de
incompatibilidades, la supervivencia a 5 años del transplante disminuye. La compatibilidad total sólo
existe entre gemelos idénticos, pero en la actualidad existen bases de datos de donantes a nivel
mundial que permiten optimizar la compatibilidad HLA entre un donante potencial y un receptor.