6
ANTROPOLOGÍA DE LA ANIQUILACIÓN O LA RESURRECCIÓN Ciertamente, ante la cuestión de la finitud de la existencia o la muerte son posibles varias respuestas fundamentales: aniquilación, resurrección y reencarnación. Existen más posibilidades y variaciones acerca de lo que sucede tras la vida pero lo esencial es el análisis riguroso, preciso y profundo de las mismas. Desde mi planteamiento estoy convencido de que la transmigración es excesivamente artificial y contradice los más elementales esquemas lógicos y ontológicos. Como escribe el teólogo H. Vorgrimler de un modo muy explícito y expresivo: «Es insostenible la suposición de que una princesa egipcia anterior a la era cristiana empiece en nuestro siglo una vida nueva en la región del Rhur, o que un clérigo de Westfalia sea un asno tunecino en su próximo grado de purificación.» A diferencia de lo que considera Lain Entralgo pienso que la aniquilación o la resurrección no son dos opciones con la misma fuerza racional ante una antropología de la mortalidad que pretende ser argumentativa y coherente en todos sus análisis. Estimo que desde una perspectiva científica y experimental posee más potencia explicativa y argumental la aniquilación frente a la otra alternativa. Independientemente de la plena libertad de los individuos para estar de acuerdo o creer también de un modo inequívoco en la resurrección. De todas formas, me parece que un planteamiento dicotómico y excluyente de las dos posiciones ante la muerte pueden ser superadas desde un enfoque que las trascienda desde la propia vida. Si se reafirma la plenitud de los instantes vitales se 1

Antropología de la aniquilación o la resurrección

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Antropología de la aniquilación o la resurrección

ANTROPOLOGÍA DE LA ANIQUILACIÓN O LA RESURRECCIÓN

Ciertamente, ante la cuestión de la finitud de la existencia o la muerte son posibles varias respuestas fundamentales: aniquilación, resurrección y reencarnación. Existen más posibilidades y variaciones acerca de lo que sucede tras la vida pero lo esencial es el análisis riguroso, preciso y profundo de las mismas. Desde mi planteamiento estoy convencido de que la transmigración es excesivamente artificial y contradice los más elementales esquemas lógicos y ontológicos. Como escribe el teólogo H. Vorgrimler de un modo muy explícito y expresivo: «Es insostenible la suposición de que una princesa egipcia anterior a la era cristiana empiece en nuestro siglo una vida nueva en la región del Rhur, o que un clérigo de Westfalia sea un asno tunecino en su próximo grado de purificación.» A diferencia de lo que considera Lain Entralgo pienso que la aniquilación o la resurrección no son dos opciones con la misma fuerza racional ante una antropología de la mortalidad que pretende ser argumentativa y coherente en todos sus análisis. Estimo que desde una perspectiva científica y experimental posee más potencia explicativa y argumental la aniquilación frente a la otra alternativa. Independientemente de la plena libertad de los individuos para estar de acuerdo o creer también de un modo inequívoco en la resurrección.De todas formas, me parece que un planteamiento dicotómico y excluyente de las dos posiciones ante la muerte pueden ser superadas desde un enfoque que las trascienda desde la propia vida. Si se reafirma la plenitud de los instantes vitales se produce una sensación de eternidad o de completitud que no es la expresión de una temporalidad simplemente acumulativa e imilitada. Lo que da origen a una nueva antropología del ser humano que destaca por la transformación de lo eterno en lo vivido o vivenciado como representación repetida en lo fundamental o esencial por las diversas generaciones a lo largo del tiempo.El propio Laín Entralgo escribe: «Pienso que la tesis de la aniquilación tiene mayor razonabilidad cosmológica: dentro de lo que sabemos acerca de la evolución del cosmos, la idea de la muerte es pura y simplemente la reincorporación de la materia individual a la total dinámica del universo, parece ser la más aceptable». Considero que es lo más plausible desde una interpretación racional de la realidad. Porque si se reflexiona sobre la pervivencia del alma o del pensamiento es cierto que parece lo más adecuado para el logro de una plenitud ontológica que supere la limitación temporal de la existencia humana en este mundo. Además es indudable, a mi juicio, que toda

1

Page 2: Antropología de la aniquilación o la resurrección

antropología y con mayor razón la relativa a la cuestión de la aniquilación o la resurrección consiste en reflexiones y análisis que pueden ser abordados desde una perspectiva metafísica, fenomenológica, hermenéutica y religiosa en función de los motivos epistemológicos de cada pensador.Como escribe Laín Entralgo el propio Jesús aunque afirma claramente y de modo rotundo la resurrección no explicita de forma detallada y precisa como será la auténtica realidad de esa vida supraempírica: «En su disputa con los saduceos se limita a decir que “cuando resuciten de entre los muertos ni los hombres se casarán, ni las mujeres se darán en matrimonio, sino que serán como ángeles en el cielo”; esto es, no necesitarán tener descendencia y serán inmortales. La vida de los resucitados no será la simple continuación de la vida actual; será algo esencialmente distinto de ella, aunque misteriosamente la asuma». Este planteamiento de Jesús de Nazaret, en mi opinión, deja innumerables líneas interpretativas abiertas ya que es la plasmación de una intención divinizadora de la esencia humana expresada en los individuos que participan en cierta forma de una vida divina que no se parecerá a la terrena del mundo empírico. De hecho y a diferencia de lo que sostiene la filosofía platónica la muerte no supone para Jesús y San Pablo la separación de un alma inmortal y un cuerpo corruptible sino produce otro fenómeno que trasciende las limitaciones físicas de la realidad humana en este mundo.En contraste con este planteamiento espiritual de los que dieron origen al cristianismo las reflexiones contemporáneas desde diversas corrientes filosóficas al tomar en consideración los conocimientos de las ciencias poseen un campo de valoraciones y análisis más amplio, profundo y riguroso.Ciertamente, como también dice Laín Entralgo respecto a Zubiri: «acabó pensando y afirmando que la psique es por naturaleza mortal y no inmortal, de modo que con la muerte acaba todo en el hombre o acaba el hombre del todo». Lo que pone de manifiesto que desde la ciencia está claro lo que sucede con la muerte aunque el deseo de inmortalidad es un deseo natural del ser humano que no quiere desaparecer en la nada o el no ser más absoluto y radical. Algo que expuso magníficamente Unamuno en El sentimiento trágico de la vida y en otras obras y escritos. Para Zubiri lo que sobrevive o se recrea es la sustantividad humana entera o lo que es lo mismo el hombre y no el alma. Además como reitera Laín: «Lo que si sostenía Zubiri, pero ya como creyente cristiano y como teólogo, es que también todo el hombre resucita, si merece esta gracia de Dios por la promesa de Jesús…». El gran problema es entender la acción recreadora o resurreccional de la divinidad respecto al ser humano. Evidentemente es algo que forma

2

Page 3: Antropología de la aniquilación o la resurrección

parte del misterio del cristianismo y en general de las creencias espirituales o religiosas que afirman la inmortalidad. La posible deiformación de la existencia humana en el mundo empírico es una de las alternativas que propicia, a mi juicio, una divinización de la realidad vivida por los seres humanos en un sentido similar al propuesto por la filosofía zubiriana.Además como escribe Laín Entralgo en relación con una explicitación más precisa de la significación posible de la superación de la muerte: «Resurrección del cuerpo-ha escrito el teólogo W. Breuning- significa que el hombre ante Dios no sólo reencuentra su último instante, sino toda su historia». Quizás es una forma de revelación cognoscitiva que supera las categorías temporales de un modo que es incognoscible desde la limitada inteligencia humana en comparación con la divina. Estas cuestiones de la pervivencia después de la muerte han sido objeto de innumerables especulaciones a lo largo de la historia del pensamiento fundamentalmente por causa de ser creencias, y no algo evidenciable por los sentidos. Por tanto, como indica Laín no es extraño que las dudas o la incertidumbre estuviesen presentes incluso en algún gran pensador: «Cuentan que San Alberto Magno, un santo de la cristianísima Edad Media, no del secularizado y desgarrado tiempo actual, solía preguntarse en su vejez: Numquid durabo?, “ ¿Es que voy a perdurar? ”». Aunque es cierto que las creencias religiosas pueden superar las dudas especulativas de la inteligencia razonadora acerca de la existencia supramundana.En conclusión, desde mi reflexión considero que es factible la elaboración de una antropología de la muerte pero unida a lo que representa la propia vida. Quizás la forma de lograr una superación positiva y gratificante del hecho inevitable del morir es la deiformación de lo real que es una vía de acceso a lo divino que es el fundamento último de todo. La intensificación y plenificación de la existencia por parte de los seres humanos es un trayecto de recreación resurreccional que se proyecta en este mundo al menos. Y si bien no es en sentido estricto y riguroso un modo de inmortalidad y pervivencia nos aproxima a algo relativamente parecido. Estimo que lo más deseable sería que desapareciera este dualismo entre la aniquilación o la resurrección, pero es extremadamente difícil por numerosas razones desde un planteamiento que se fundamente en argumentos y juicios profundos. Ante el avance de las ciencias que se dedican a investigar el cerebro, y también de otras disciplinas relacionadas con la computación y la inteligencia artificial se abren en el presente y en el futuro posibilidades nuevas que también investiga la filosofía de la mente y la psicología cognitiva. En cualquier caso, existen límites éticos desde la perspectiva de la Bioética actual que pueden ser objeto de

3

Page 4: Antropología de la aniquilación o la resurrección

análisis y discusión por parte de los investigadores. Ya que los nuevos descubrimientos y aplicaciones para extender la consciencia humana después de la muerte de una forma artificial a través de nuevos sistemas neuronales u otras complejas técnicas que imiten la identidad consciente de cada individuo plantean serias dudas ante su realizabilidad en un futuro, y sobre todo respecto a sus consecuencias éticas en relación con la dignidad humana y el respeto a una existencia natural en este mundo.

4