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Este articulo, tiene énfasis respecto al maltrato infantil y diversos factores implicados, finalizando con el rol del Trabajador Social frente a dicha problemática.
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Por: César Palacios Calfiman Escuela de desarrol lo Soc ia l /Trabajo Social / 30 / Mayo / 2014
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APROXIMACIÓN Y PERCEPCIÓN DE LA
INFANCIA EN RIESGO
Autor: César Palacios Calfiman
Referencia: Cuso, Montse. Infancia en riesgo e infancia maltratada. 27 ed. Barcelona, España,
Dirección General de Atención a la Infancia, 1995, 87-97 p.
Conceptos Claves: Vulneración, Maltrato infantil, Rol profesional
RESUMEN
Cuando ocurre una vulneración en niños y niñas,
se puede evidenciar primeramente como un evento
que perjudica sus condiciones de vida y su
desarrollo como personas, en otras palabras, son
elementos que afectan el progreso biológico,
psicológico, social y afectivo de su crecimiento.
Es de suma importancia, considerar algunos de los
indicadores de riesgo que están implicados, ya que
estos señalan y tipifican el riesgo en que puede estar
un(a) niño (a). Existe una gran pluralidad de
factores que pueden estar involucrados entre ellos
se destacan:
Niños y niñas que han sufrido daños físico,
psicológico y sexual, ello en un contexto de
abandono o negligencia por uno ambos de los
progenitores, cabe destacar, que esta situación se
acrecienta cuando un progenitor padece algún tipo
de enfermedad física o psicológica o sufren
adicción a las drogas o alcoholismo. Otro
indicador que se suma, y es un factor estrechamente
vinculado con el entorno, es cuando niños y niñas
están insertos en la exclusión social, la
estigmatización, donde impera la delincuencia, en
faltas de condiciones físicas para vivir dignamente,
y la carencia de redes sociales. Todo esto impide
poder desarrollar su potencial relacional.
LOS MALTRATOS INFANTILES
Esto alude a la acción u omisión de los cuidadores
en la atención hacia los niños y niñas. Existen
diversas definiciones acerca del maltrato infantil
Por: César Palacios Calfiman Escuela de desarrol lo Soc ia l /Trabajo Social / 30 / Mayo / 2014
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desde la convención de los Derechos de la infancia
(cuyo objetivo principal es promover, defender y
proteger a los niños y niña en la infancia) y diversos
esclarecimientos por parte del Estado. Pero de
acuerdo con la definición que Hizo el Comité de
Ministerios del Consejo de Europa (citado en Cuso,
1995) sostiene que: “se consideran niños
maltratados aquellos que han sido objeto de
servicias corporales o que son víctimas de una falta
de afecto, o de una crueldad mental, de tales
características que comprometen su desarrollo
físico intelectual o afectivo (…).”
Este axioma se puede desglosar en tipologías de
maltratos de acuerdo con Cuso (1995, p. 89, 90)
existe diversas formas de clasificar este fenómeno
tales como:
1. El maltrato Físico.
2. Maltrato Psíquico o emocional.
3. Maltrato sexual (abuso sexual, explotación.
sexual.
4. Negligencia o abandono.
Casi culminado este resumen, el último punto que
se presentará es la atención a los niños y niñas
víctimas de malos tratos. Como eje central se
destaca que la intervención profesional debe partir
desde la prevención, es decir, antes de que ocurra
un maltrato que puede conllevar a un daño
irreparable. Este deberá ser un trabajo
multidisciplinario, con un tratamiento especifico
con terapeutas o el equipo correspondiente.
Cabe destacar que cada maltrato infantil es posible
detectarlo en cada uno de los estratos sociales, pero
la atención es mayormente notoria en los estratos de
sociales más desfavorecidos de la sociedad, ya que
estos sectores utilizan los servicios públicos y los
estratos sociales más elevados ocupan los servicios
privados.
REFLEXIONES Y COMENTARIOS
Como se atisbó en la aristas anteriores, es posible
aludir que el maltrato en es un hecho socialmente
inaceptable que posee consecuencias devastadoras.
Barudy, Dantagnan (2002 p, 2), plantean que las
innumerables investigaciones han demostrado que:
“los trastornos psíquicos y los problemas de
comportamiento de niñas, niños y jóvenes a menudo
son las consecuencia de una carrera de niños
maltratados.”
El 4° estudio realizado por Unicef en Chile (2012)
señala, en sus resultados que, el 71% de los niños y
niñas recibe algún tipo de violencia de parte de su
madre y/o padre, por ende tan solo el 29% no es
víctima de violencia. Del 71% que es maltratado, el
19,5% solo recibe violencia psicológica; un 25, 6 %
violencia física leve y el 25.9% de los niños y niñas
sufre violencia física grave.
Es posible concluir respecto a este estudio que la
violencia afecta a un gran número de niños y niñas,
si bien es cierto, que en nuestro país existen
programas destinados a tratar esta problemática, aún
las cifras siguen siendo elevadas y preocupantes.
Por: César Palacios Calfiman Escuela de desarrol lo Soc ia l /Trabajo Social / 30 / Mayo / 2014
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Pero a pesar de estas cifras desfavorables, ¿Es
posible disminuir el maltrato infantil? De igual
manera cabe preguntar, ¿Cuál es el rol del Trabajo
Social en esta Problemática?
Cabe señalar, que este fenómeno es intervenido
directamente por el Estado y sus colaboradores, no
obstante, la cifras no son muy esperanzadoras en lo
que atañe a la violencia o maltrato infantil. Será que
es posible, que la función y profesionalidad del
Trabajador Social en este campo no está dando
resultados, producto que se han transformado los
profesionales de este campo como señala Louis
Altthusser (citado por De Robertis 2009 p, 202) en
“Los aparatos del Estado, dividido en dos categorías
represivos e ideológicos”. Estas perspectivas tienen
en común el dominio el funcionamiento prevalente
de la ideología.
Respecto a lo anterior en la praxis intracurricular es
posible visualizar situaciones donde la represión o
el poder coercitivo parecieran ser que es necesario
para que los usuarios asistan a este servicio que
ofrece el Estado. Y esto ocurre con frecuentes
llamados de atención, cuando el usuario rechaza
asistir a los programas de intervención,
señalándoles que serán derivados nuevamente a
tribunales de familia si rehúsan presentarse.
Se observan casos, donde la resistencia es notoria
por parte de los padres o perpetradores para acceder
a estos servicios, ¿otras razones? Probablemente lo
que señala Cuso, (1995 p, 94, 95)” La vieja idea de
que los hijos son propiedad de los padres, y de qué
están bajo su única responsabilidad (…)”. O puede
ser que los usuarios no confían en estos servicios ya
que constantemente están cambiando o algunos
programas pierden su licitación y eso implica que el
proceso de intervención no pudo ser culminado por
los profesionales y el usuario vuelve a comenzar el
mismo proceso en un nuevo programa y así
sucesivamente.
No quedan dudas que el Trabajador Social en su
área respecto a esta temática del maltrato infantil se
encuentra en un punto donde se debe al Estado o la
institución pública a la que pertenece y esto implica
cumplir con una estructura burocratizada; con
procedimientos desgastantes que incluso perjudican
el proceso de intervención.
Pero a pesar de ello, los principios éticos tienen
vital importancia en esta situación y no se pueden
soslayar, son los valores de la profesión que hacen
que sea centrada en la persona, principios
comprometidos con una idea basada en el bienestar
y la dignidad de las personas. Por eso el rol del
Trabajo Social es mirar a las personas no como
números, sino como personas humanas y, desde
ahí construir un vínculo con el usuario. Es allí
donde el proceso de intervención efectivamente será
más eficaz y eficiente, con una fuerza
transformadora que se entrelaza e interactúa con
elementos metodológicos que obtendrán resultados
que permitan disminuir el maltrato infantil,
partiendo por un cambio a nivel micro social desde
una mirada cualitativa.