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    Evaluacin del lenguaje: BLOC(Screening-R)

    Miguel Puyuelo, Jordi Renom, Antoni Solanas y Elisabeth Wiig(2007)

    Barcelona: Elsevier Masson

    Una de las principales funciones de los psiclogos es construirinstrumentos con los que poder evaluar las capacidades intelectua-

    les humanas. Y una de las capacidades ms especficamente hu-mana, pero a la vez ms compleja, es el lenguaje. Su desarrollo alo largo de la infancia supone un proceso largo y complejo hasta elmomento en que el nio llega a dominar todos los componentesdel lenguaje, que son muchos y muy variados: fonologa, morfo-loga, sintaxis, semntica y pragmtica. No resulta por ello extra-o que muchos nios experimenten verdaderas dificultades en eldesarrollo del lenguaje, y especialmente graves en los casos detrastornos especficos del lenguaje. En otros muchos casos se tra-ta de dificultades menos graves, incluso simples retrasos del len-guaje, que con una buena intervencin logopdica se pueden co-rregir fcilmente, eso s, siempre que sean diagnosticados atiempo. Pero para ello es necesario contar con buenos instrumen-

    tos o tests que detecten esos trastornos, y, lo ms importante, quesean capaces de especificar los problemas concretos de cada nio,ya que las alteraciones lingsticas pueden ser muy variadas.

    La batera BLOC: Batera de Lenguaje Objetiva y Criterial ela-borada por el profesor Miguel Puyuelo y su equipo trata de res-ponder a esta necesidad de detectar las alteraciones del lenguajeinfantil, tanto en los casos graves como cuando se trata de un sim-ple retraso en el lenguaje. Pero adems, y eso es lo ms importan-te, est diseada con el objetivo de detectar en qu nivel concretose producen esas alteraciones o retrasos. Cuando se evalan las di-ficultades de lenguaje de un nio es muy importante averiguar enqu niveles o componentes del lenguaje se producen las mayoresalteraciones para poder focalizar el tratamiento en esos nivelesconcretos. El tratamiento de un nio con alteraciones morfolgi-

    cas es muy distinto al que se tiene que usar con otro nio cuyoprincipal problema es de tipo semntico. Y en la batera BLOCexisten tareas especficas para evaluar de manera independientelos cuatro componentes principales del lenguaje: morfologa, sin-taxis, semntica y pragmtica (para la fonologa existen otras bue-nas bateras en castellano), y eso permite descubrir los puntosfuertes y dbiles en el desempeo de cada sujeto.

    Adems esta batera, como buen ejemplo de supervivencia, haexperimentado una evolucin a lo largo de la ltima dcada des-tinada a hacerla ms funcional y manejable y a aprovechar lastecnologas actuales, ya que esta ltima versin incorpora unaaplicacin informtica (BLOC-INFO) que proporciona una co-

    rreccin instantnea de los datos. La primera versin de esta ba-tera se public en 1998, y estaba destinada a nios entre 5 y 14aos. Se compona de los mismos cuatro mdulos actuales y ca-da mdulo a su vez tena bloques con un nmero variable detems. En total, la batera completa BLOC-C estaba compuestade 580 tems.

    Como se trataba de una prueba excesivamente compleja parahacer una evaluacin rpida tipo screening, cuatro aos ms tardeelaboraron una versin reducida BLOC-S con 118 tems que tenacomo objetivo proporcionar un diagnstico orientativo del nio. Laidea era que si con esta versin el diagnstico quedaba claro se aho-rraran un tiempo considerable, y si quedaban dudas siempre se po-

    da completar con el resto de la batera. Cinco aos aplicando estaversin reducida dejaba evidencia clara que la versin screeningfuncionaba de una manera totalmente fiable y que era suficiente pa-ra conseguir diagnsticos precisos de las diferentes alteraciones oretrasos del lenguaje.

    Y es entonces cuando a partir de la prueba screening elabora-ron esta nueva versin de la batera que acaban de publicar, com-puesta de 144 tems, 47 para evaluar el nivel de morfologa, 45 pa-ra la sintaxis, 29 para la semntica y 23 para la pragmtica. Estanueva versin, denominada BLOC-SR, cuenta con importantesventajas sobre las anteriores. La primera de ellas es que dispone debaremos escolares propios ya que en la versin anterior utilizabalos correspondientes del BLOC-C. La segunda es que cuenta con

    una aplicacin informtica BLOC-INFO que permite la aplicacinmediante ordenador, lo que proporciona una correccin automati-zada de los resultados con los consiguientes clculos de los centi-les, as como un informe grfico del nio que se est evaluando.Adems, su posible exportacin a una base de datos permitir laactualizacin peridica de los baremos. Una tercera ventaja es quelas opciones de aplicar la prueba parcialmente de un modo flexi-ble contribuyen a hacerla ms verstil, especialmente cuando seutiliza con fines de investigacin.

    Aunque en principio no se contempl la posibilidad de que es-ta batera fuera utilizada para la evaluacin del lenguaje en los ni-os con necesidades educativas especficas, lo cierto es que per-mite evaluar algunas de esas necesidades y orientar laintervencin. En muchos de estos casos, las puntuaciones, espe-

    cialmente las transformadas, slo tienen un valor orientativo, noobstante, son de gran ayuda. Se ha aplicado as a poblaciones dis-tintas de la que constituye la referencia de baremacin, tales comonios sordos, para los cuales es muy til el mdulo de morfologa;nios con sndrome de Asperger, para los que es muy til el m-dulo de pragmtica; nios con parlisis cerebral o nios afsicos,por un lado, y nios inmigrantes, maltratados, de contextos socia-les diferentes, por otro; tambin en adolescentes y jvenes con fra-caso escolar. Como reflejo de estas experiencias muy variadas seadjunta un libro a la batera que recoge aplicaciones a estas pobla-ciones y proporciona datos sobre los posibles usos alternativos delBLOC, lo que permite investigar los problemas, sistematizar la

    REVISIN DE LIBROS

    Psicothema 2008. Vol. 20, n 4, pp. 975-981 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG www.psicothema.com Copyright 2008 Psicothema

    Edited by Foxit ReaderCopyright(C) by Foxit Software Company,2005-2008For Evaluation Only.

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    evaluacin dentro de procedimientos no estandarizados y disearpruebas o protocolos alternativos o complementarios.

    En resumen, creo que en conjunto se trata de una prueba suma-mente til para evaluar los retrasos y alteraciones del lenguaje delos nios de habla hispana, tanto en el mbito aplicado como en elde la investigacin. Y la posibilidad de ir ampliando sucesivamen-te la base de datos gracias a los registros informatizados permitir

    disponer en pocos aos de amplios baremos que podrn ser subdi-vididos en funcin de las diferentes poblaciones, se refieran stas alos diferentes sndromes o a los diferentes contextos sociales.

    Revisado por:Fernando CuetosUniversidad de Oviedo

    Antropologa de la tartamudez

    Cristbal Loriente Zamora (2007)

    Barcelona: Edicions Bellaterra

    A veces, resear un libro exige situarse en un segundo plano yexaminar aspticamente sus argumentos. No es el caso. No sloporque est escrito con la tartamudez en el corazn, en la lenguay en la cabeza, ya que su autor, antes que filsofo y psiclogo, estartamudo, sino sobre todo porque expresa un conflicto entre la co-munidad tartamuda y el resto de la sociedad, que afecta en parti-cular a quienes nos dedicamos a investigarla y a tratarla. En su ver-sin ms amable, ese disenso se formula as por el autor: una delas conversaciones ms comunes de los tartamudos es la falta decomprensin de la naturaleza de la tartamudez por parte de la ma-yora fluida e incluso de los clnicos. Pero la realidad antropol-

    gica que nos acerca es mucho ms cruda: La evitacin del sufri-miento del estigma de la tartamudez arrastra a un modus vivendimarginal porque la respuesta social de descrdito invita a la huidapermanente.

    Lo que este libro postula es que la solucin clnica forma partedel problema, al convertir la tartamudez en una enfermedad y enuna conducta desviada de la norma social. La medicalizacin y es-tigmatizacin de la diferencia imponen as a la comunidad tarta-muda una carrera moral trayectoria vital en trminos de esti-ma pblica que gravita siempre en torno al tratamiento clnico.El autor critica a la mayora de los estudiosos de la tartamudez, en-tre los que destacan algunos tartamudos, en la medida en que sehan situado en una perspectiva que, mientras busca causas de lossntomas y mtodos para curarlos, exime al cuerpo mdico y so-

    cial de responsabilidad en el asunto y atribuye la gnesis de la pa-tologa al sustrato biopsicolgico del sujeto.

    Frente a este modelo dominante, Cristbal Loriente plante suinvestigacin doctoral, cuyos resultados expone en este libro, des-de una perspectiva afn a la antropologa construccionista, quecontempla la tartamudez como construccin sociocultural que es-tigmatiza a los tartamudos. Si la biomedicina concibe al hombrecomo unidad biopsicosocial, aqu se otorga prioridad al segmentosocio. Esta inversin epistemolgica implica tambin una inver-sin metodolgica, de modo que la investigacin la llev a cabomediante tcnicas de observacin participante en el seno de gru-pos de autoayuda y comunidades virtuales de tartamudos.

    Su propuesta cardinal es la desmedicalizacin de la tartamu-dez, porque considera que las ciencias de la biomedicina (me-dicina, psicologa y logopedia) otorgan carta de naturaleza cient-fica a un estigma social. Hay, por tanto, una llamada implcita a larebelin de los enfermos imaginados contra un conocimiento cien-tfico supeditado a la ideologa del poder, aunque lo que parecejuzgarse no es tanto la ciencia biomdica, como la prctica clnica

    que reproduce y ayuda a mantener los estereotipos socioculturales.As, discute criterios diagnsticos tales como que la alteracin dela fluidez interfiere el rendimiento acadmico y laboral (DSM IV-TR). Su respuesta a esta atribucin patolgica es contundente: aconsecuencia de la deshonra y vergenza pblica el tartamudo su-fre, se deprime e incluso abandona el escenario sociolaboral.

    Antes de proceder a la descripcin y anlisis etnogrfico de lospensamientos y los sentimientos de la comunidad tartamuda, quees el primero de los objetivos del libro, expone cmo se habranido construyendo socialmente. Dicha construccin coincidira conla historia de la concepcin clnica de la tartamudez, desde la an-tigedad hasta nuestros das. Por lo tanto, en un esfuerzo muy do-cumentado sintetiza este recorrido entre la ecuanimidad con lasaportaciones ms plausibles y cierto sarcasmo con las ms espe-culativas, aunque a fin de cuentas todas ellas determinan la cons-truccin de una identidad personal de los tartamudos marcada porel sufrimiento vital, habida cuenta su condicin de portadores depatologa y estigma.

    La radiografa sentimental que nos ofrece de la comunidadtartamuda constituye un autntico tratado sobre la indefensin, lavergenza, la culpa y el miedo humanos, analizando en profundi-dad los testimonios directos de las vctimas. Explica cmo el es-tigma social provoca en el tartamudo el pensamiento de ser un bi-cho raro y el deterioro de su orgullo, entendido como herida en elamor propio, ms all de las nociones psicologicistas de autoesti-ma o autoconcepto. Ante este complejo panorama la curacinpasara por una liberacin: dejar de hacer de la tartamudez el

    foco central de nuestra vida, como se propone en uno de los men-sajes analizados.A partir de aqu se abre la argumentacin sobre lo que consti-

    tuye el segundo de los objetivos del libro: plantear propuestas en-caminadas a dignificar la tartamudez y reducir el sufrimiento de lacomunidad tartamuda. Utiliza la expresin salir del armario pa-ra designar un conjunto de acciones personales y tico-polticasque persiguen dichos objetivos. Se trata de una propuesta en la quela comunidad tartamuda denuncia la discriminacin social y labo-ral que padece, el sufrimiento que conlleva y el conflicto perma-nente con la comunidad fluida: Salir del armario significa com-batir el estigma y el estereotipo, romper la inercia cotidiana deevitacin y encubrimiento e instaurar nuevas costumbres. Ellosupone relegar a un segundo plano la aspiracin a la fluidez, una

    trampa a la que est fatalmente encadenada la comunidad tarta-muda. La plataforma de esta accin colectiva son los foros virtua-les y grupos de autoayuda, que es donde se pone de manifiesto elconflicto intergrupal con la comunidad fluida y se genera un fa-voritismo endogrupal que compensa parcialmente la herida de latartamudez.

    El conflicto que refiere es asimtrico y unidireccional: los tar-tamudos sufren el agravio de los fluidos, pero no al revs. El cali-ficativo que designa los aspectos ms grotescos de este estereotipoes el de tartaja, aunque muchos sealan que la compasin soli-vianta incluso ms a la comunidad tartamuda. Critica a quienes atravs del cine y televisin buscan la risa ramplona y zafia de la

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    comunidad fluida, presentando una imagen del tartamudo que secorresponde con los atributos ms humillantes del estereotipo.Asociada a ste, se nos detalla tambin con testimonios de la co-munidad tartamuda otra manifestacin del conflicto: la omnipre-sente discriminacin social que sufren los tartamudos. Se denun-cia especialmente la discriminacin laboral: los responsables dela seleccin de personal discriminan a la comunidad tartamuda.

    Incluso existen limitaciones legales que impiden el acceso de lostartamudos a algunas plazas de funcionarios pblicos.

    La salida del armario es un proyecto de emancipacin que seinspira en una comparacin etnogrfica con la comunidad homo-sexual, tambin medicalizada y estigmatizada en el pasado. Mu-chos de los participantes en las comunidades y los foros virtualesconsideran envidiables las conquistas sociales de los homosexua-les y por ello plantean un proyecto de accin anlogo. Ello supo-ne la exposicin pblica de la tartamudez frente al intento perma-nente de encubrirla, que suele ser la actitud del tartamudo y de suentorno. Como seala otro de los mensajes reproducidos en el li-bro: El primer paso lo tenemos que dar nosotros, los tartamudos,tratando de no ocultar lo que nos ocurre, ni el trmino que lo defi-ne. Esta salida personal del armario, que es gradual, se ve facili-tada en su inicio por los grupos de autoayuda, espacios socialesdonde el estigma est ausente y que se llegan a convertir en unasegunda familia. En ellos emerge una biografa compartida queconstruye una identidad narrada a partir de experiencias y signifi-cados que se ponen en comn. La consecuencia es una rupturagradual de costumbres, acciones y actitudes, que permite hablarcon transparencia y dignidad, dejando atrs mentiras, silencios ysecretos.

    El tercer objetivo explcito del libro, que funciona como un leit-motiv a lo largo de todas sus pginas, es la desmedicalizacin,planteada como deconstruccin del estigma clnico con su do-ble dimensin de sntoma patolgico y descrdito social. La cons-truccin clnica clsica de la tartamudez se critica aqu como per-

    judicial para la comunidad tartamuda y beneficiosa para la fluida,que encuentra en ella una funcin normalizadora y de control so-cial. Al propio tiempo, la aceptacin de la tartamudez, tema muyconversado en los grupos de autoayuda y discutido en los forosvirtuales, se considera una utopa clnica. La alternativa que pro-pone Cristbal Loriente es la reconstruccin social de la tartamu-dez, que se concreta en lo que llama transfluidez, trmino queexpresa un hecho evidente: segn las circunstancias una personapuede mostrarse fluida o tartamuda. Con ello se superara la opo-sicin ontolgica dual que caracteriza a la prctica biomdica, re-chazando dos principios bsicos que articulan las prcticas de labiomedicina de la tartamudez: que las emisiones tartamudas seansntomas patolgicos y que comporten consecuencias clnicas.

    Quiz la liberacin que se defiende en este libro no hubiera exi-

    gido invocar tan a menudo el espritu de la posmodernidad. Quizno hara falta una peticin de principio existencialista para refutarel esencialismo de la tradicin biomdica. Ni asumir una interac-cin catica de variables para discutir el mtodo cientfico. Ni su-perar ideas de razn, ciencia y sujeto para vislumbrar la ausenciade certezas y la pluralidad de perspectivas. La tartamudez es un fe-nmeno complejo y no hay en ella nada ms controvertido que lapropia controversia que genera, como admite Cristbal Lorienteen sus conclusiones. Quizs, adems de ser el trastorno de lasmuchas teoras, sea la falacia de las muchas preguntas, donde ca-da incgnita se va sustituyendo por otra ms incierta hasta llegar ala famosa caricatura que se cita: Si reuniramos a diez logopedas,

    tendramos once definiciones de tartamudez. Cuando tanta teoray contrateora conducen a este tipo de absurdos, nos demuestranque la realidad podra ser ms austera, hecha de una multiplicacinde vergenzas propias y ajenas, cuyo resultado crece exponencial-mente hasta ocupar las veinticuatro horas con el tema dandovueltas a nuestra cabeza. El pensamiento posmoderno en que seapoya el libro se justificara as en este caso, y ante todo, como re-

    chazo de una trayectoria vital impuesta desde el orden social.Si esta resea parece abigarrada es en parte porque en el libro

    no hay un prrafo de respiro. De principio a fin se constituye enuna metfora o alegora de la vida de cualquier tartamudo, quetransmite su asfixia a los fluidos y su ruina a los clnicos. Podra-mos decir irnicamente que nos da a probar nuestra propia medi-cina y al mismo tiempo llama a los tartamudos a integrarse en es-pacios libres de la misma, los grupos de autoayuda, exentos declnica y estigma donde la tartamudez es algo que est all y nopasa nada. Con esa frase termina el libro y en ella se resume sujusto y sencillo propsito: los tartamudos quieren estar en el mun-do como los dems, sin tener que esconderse o aceptar resignada-mente que no son fluidos o que son enfermos o raros, siendo so-

    cialmente aceptados con sus diferencias, propias de la humanadiversidad y dignidad.La tartamudez es uno de los mayores retos que enfrentan las

    ciencias del comportamiento. Carecemos de trminos para compa-rarla y es difcil intentar comprenderla, sin embargo, algunas per-sonas que la sufren piensan que los problemas de la vida quepreocupan a los normales son cosa de risa. Por eso este libro tie-ne un valor especial, porque ms all de lugares comunes y tauto-logas clnicas tipo el tartamudo tartamudea, nos proporciona unconocimiento de primera mano, complejo y riguroso, justo y pro-vocador, sobre aspectos cruciales de un fenmeno que a partir deahora no podremos despreciar por ignorancia.

    Revisado por:

    Eliseo Dez ItzaUniversidad de Oviedo

    Dos naturalistas muy curiosos:Niko frente a Konrad

    Richard W. Burkhardt Jr. (2005)

    Patterns of behavior. Chicago-Londres: The University of Chicago Press

    Bajo el sello de los servicios editoriales de la Universidad de

    Chicago se ha publicado en 2005 el libro Patterns of behavior.Konrad Lorenz, Niko Tinbergen and the founding of Ethology, deRichard W. Burkhardt Jr., profesor de la Universidad de Illinois y,acaso junto con Robert J. Richards, uno de los ms prominenteshistoriadores de las ciencias de la conducta de nuestros das. Laobra, tal y como su ttulo lo anuncia expresamente, constituye unareconstruccin, minuciosa, detalladsima, del curso de desenvolvi-miento histrico de la etologa clsica a partir de las monumenta-les contribuciones de dos de sus ms destacados pioneros: KonradZachariah Lonrenz y Nikoolas Tinbergen. Como es bien sabido, elreconocimiento internacional recibido por estos dos investiga-dores de consuno con el zologo muniqus Karl von Firsch

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    bajo la forma del Premio Nobel de Fisiologa y Medicina conce-dido por la Academia de Ciencias Sueca y el Instituto Karolinskael ao 1973 se ha venido interpretando una y otra vez como la au-tntica carta de naturaleza que vena a certificar el ingreso enel seno de la Repblica de las Ciencias, con todo lo que esto su-pone, de una joven disciplina que, desde su establecimiento en ladcada de 1930, se habra visto envuelta en sonadas controversias

    con otros campos cientficos como pueda serlo la Psicologa detradicin funcionalista (en particular, el conductismo) ocupados,asimismo, en el estudio de aquellos mismos contenidos de los quela etologa pretenda tambin hacerse cargo. A saber: la conductade los organismos animales.

    Precisamente la querella etologa-conductismo, organizadaen torno a las nociones al parecer dilemticas de instinto yadiestramiento ha venido representando, como es de sobra co-nocido, la principal lnea de fractura abierta en el interior del cam-po categorial de las ciencias conductuales sin perjuicio, eso s, deque semejante escisin haya podido quedar hasta cierto punto di-fuminada (aunque no, sin duda alguna, solventada como pudie-ra suponerse de modo en exceso ingenuo) tras la crisis que el pro-pio conductismo hubo de experimentar en la dcada de 1970. Y nose trata desde luego insistimos de que la polmica haya con-cluido bajo la forma de una suerte de reparto amistoso entre losespecialistas en el hbito y los estudiosos del instinto queobligase a todos a admitir , armoniosamente, que la conducta esen parte innata y en parte aprendida, puesto que ni unos niotros parecen capaces de mostrarnos los canales gnoseolgicos in-ternos merced a los cuales pudiese trocearse de este modo lasoperaciones conductuales de los organismos animales, pero es, esos, en todo caso cierto que ni el modelo rgidamente hereditaris-ta del Mecanismo Desencadenante Innato lorenziano (en cuan-to que propenda enrgicamente a disolver el concepto de conduc-ta en trminos fisiolgicos y en el lmite a reducirlo entre loscontornos de la fisiologa-ficcin), ni tampoco el conductismo

    radical skinneriano, por sorprendentes que hayan sido sus xitostecnolgicos en lo relativo al adiestramiento animal, &c, pare-cen mantenerse en nuestros das en un estado excesivamente bo-yante. Y ello sin perjuicio de que, efectivamente, muchas de lassoluciones de compromiso recorridas por los tericos a lo largode las ltimas dcadas (conductismos propositivos, neoconductis-mos varios, etologa cognitiva, etc.) hayan tendido a recaer curio-samente en el tipo de mentalismo pre-darwiniano que tanto laetologa como el conductismo radical habran procurado, cadacual a su manera, mantener rigurosamente a raya; con lo que, di-ramos, el problema de la definicin gnoseolgica de la escala dis-ciplinar apropiada al estudio cientfico de la conducta de los ani-males sigue, con todas sus incomensurabilidades, abierta de par enpar en nuestros das.

    Pues muy bien. Como historia de la etologa clsica el volumende Burdkhardt representa un estudio slido, erudito, cuya lecturamorosa resulta imprescindible para todos los interesados en el des-pliegue de las ciencias de la conducta durante la fase clsica de sudesenvolvimiento. A este respecto, la obra que reseamos da cuen-ta detenida de los hitos esenciales que resultan imprescindibles enlo tocante a la reconstruccin de esta misma trayectoria, acercn-dose a los problemas arrastrados por esta joven ciencia a travs delas circunstancias biogrficas de sus fundadores.

    En esta direccin, pongamos por caso, la exposicin que Burk-hardt ofrece de los orgenes pre-lorenzianos de la etologa re-sulta verdaderamente extraordinaria, arrojando nuestro autor trata-

    mientos cuidadsimos de las aportaciones debidas a figuras talescomo el ortogenista Charles Otti Whitman con sus estudios so-bre la conducta de las palomas desde una perspectiva filogentica,Wallace Craig en su trabajo con aves canoras, o Edmund Selous ysus detenidas observaciones de campo acerca de la conducta decortejo y nidificacin en distintas especies de aves, pero tambin,y como no poda ser de otro modo realmente, de Oskar Heinroth,

    distinguido ornitlogo muniqus, cuya prefiguracin (incluso en elsentido de lo que el filsofo espaol G. Bueno ha llamado des-cubrimiento material) de conceptos tales como puedan serlo el deimpronta, ritualizacin o acciones instintivas especie-espe-cficas, tambin del procedimiento conocido como experimen-tos Kaspar Hauser, &c, le hicieron merecedor, tal y como nos lorecuerda Burkhardt en su libro (p. 141) de ser considerado a ttulode fundador de la etologa por parte de uno de los ms aventa-jados de entre sus discpulos: Konrad Lorenz. Y es que, en efecto,es justamente lo que el propio Lorenz sola denominar punto ar-quimdico del campo etolgico, es decir, la aproximacin com-parativa (darwiniana) a las conductas a esto se ha denomi-nado precisamente etocaracteres de diferentes especiesanimales en el estudio de su evolucin (p. 17) casi como si deestructuras anatmicas, homlogas o anlogas se tratasen, loque sirve en todo momento, rindiendo por lo dems provechososfrutos histricos a este respecto, de hilo conductor de la exposicinde tales figuras por parte de nuestro autor, una exposicin que, porlo mismo, vale calificar de sistemtica, crtica y no , en modo al-guno, meramente rapsdica como suele ser el caso en la mayorparte de manuales al uso.

    Mencin aparte merece, sin embargo, la exposicin que nues-tro autor realiza de las contribuciones esenciales de las dos figu-ras que cabe considerar por derecho propio como protagonistas detoda la narracin puesta a punto por Patterns of behavior. Nos re-ferimos obviamente a Konrad Lorenz y Niko Tinbergen. En estadireccin, Burkhardt repara tanto en los hallazgos experimentales

    debidos a la colaboracin de estos dos naturalistas curiosos en laprimavera austraca de 1937 (experimentos sobre la rotacindel huevo del nsar comn, conductas de evitacin del polluelo depavo frente a la presentacin de diversos modelos predatoriosaviares, etc.), como, decisivamente, en las inconmensurabilidadesque muy pronto comenzaron a mediar entre las perspectivas man-tenidas por ambos pioneros as como el alcance de tal dialcticaentre los dos fundadores de la etologa en lo referente a la pues-ta a punto de la etologa inglesa (Hinde, Thorpe, David Lack,etc.); una segunda etologa cuyos compromisos con el inna-tismo hereditarista lorenziano habran ya comenzado a disolver-se. En este sentido, merece efectivamente citarse la circunstancia,reseada por Burkhardt (p. 428) de la participacin de Tinbergenen la Conferencia organizada por Frank Beach en Palo Alto en

    1957 en la que tambin tomaron parte investigadores como pue-dan serlo Robert Hide, Baerens o Danniel Lehrman. Justamentetales avatares histricos llevaran a Tinbergen a apartarse progre-sivamente de la tradicin lorenziana, muy en particular tras sumarcha a la Universidad de Oxford, estableciendo unos compro-misos con el ambientalismo (por caso: con el ambientalismo deLehrman o incluso con el de Kuo, etc.) que Lorenz siempre ten-di a interpretar a la manera de una traicin por parte de sucompaero.

    No obstante, sera algo excesivamente simple no advertir en es-te punto que tal desplazamiento por parte de Tinbergen, muy lejosde constituir una mera capitulacin ante el conductismo nortea-

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    mericano, representaba, como el libro de Burkhardt nos hace ver,la misma crtica desde la etologa de los principios desempeadospor Lorenz con su modelo del Mecanismo Desencadenante Inna-to, unos principios a la luz de los cuales la conducta quedaba, has-ta cierto punto, desfigurada en su fisionoma propia, as como ensus conexiones con la supervivencia de los organismos en su me-dio. En efecto, cabe preguntarse en este punto, tiene algn senti-

    do aproximarse, como pretenda Lorenz, a los repertorios etogra-mticos de los animales como si fueran rganos?, no es estotanto como reducir la etologa a la fisiologa (aunque fuese, enefecto, a una imposible fisiologa del comportamiento) perdien-do de paso con ello, el pie del propio concepto de conducta? Nonos parece, en manera alguna, una hiptesis disparatada la que si-ta en esta masa de cuestiones, tan agudas como insoslayables, al-gunas de las ms importantes razones gnoseolgicas que pudieronlatir en el fondo de la perenne querella que atraviesa la historia en-tera de las ciencias de la conducta.

    Y es que, ciertamente, estas controversias entre los dos padresfundadores de la etologa ayudan por lo dems a entender el hechode que justamente la temtica diramos ecolgicadel valorde supervivencia de la conducta de los animales representara entodo momento un tema muy caro a Tinbergen (como, por ejemplo,lo han venido subrayando otros estudios recientes sobre el trabajodel etlogo holands),1 pero no en modo alguno a Lorenz muchoms preocupado, en la estela de Von Ueskll y otros, por los me-canismos de causacin de las conductas heredadas haciendo abs-traccin del medio en el que tales conductas juegan, inevitable-mente, un papel central y decisivo en la lucha por la vida. En estesentido, no nos parece de ninguna manera descabellado interpretarla monografa de Burkhardt a la manera de una suerte de reivindi-cacin, darwiniana, de Tinbergen frente a Lorenz.

    En resumidas cuentas nos encontramos ante una obra contun-dente y valiossima cuyo estudio resulta ms que recomendable.

    Revisado por:igo Ongay de FelipeProfesor de Filosofa en el Colegio Andrs de Urdaneta en Loiu

    (Vizcaya)

    Handbook of Instructional Resourcesand their Applications in the

    Classroom

    Antonio Valle, Jos Carlos Nez, Ramn G. Cabanach,Julio Antonio Gonzlez-Pienda y Susana Rodrguez (Eds.)

    (2008)

    Nueva York: Nova Science Publishers

    Hay que celebrar la publicacin de este manual en ingls, co-ordinado por los profesores universitarios del rea de PsicologaEducativa, Antonio Valle, Jos Carlos Nez, Ramn G. Caba-

    nach, Julio Antonio Gonzlez-Pienda y Susana Rodrguez, y en elque participan nada menos que cuarenta y dos autores espaoles.Esto es una buena muestra del nivel alcanzado por nuestros inves-tigadores, pues no es nada fcil que una editorial de prestigio ame-ricana como es Nova Science Publishers tome la decisin de pu-blicar un manual de este calibre escrito por autores espaoles. Esadems un paso en la direccin adecuada para que la psicologa es-

    paola, en este caso en el mbito educativo, aumente su cuota devisibilidad internacional, pues somos muchos los que creemos queel buen nivel de la psicologa espaola actual no est reflejado ade-cuadamente en el contexto internacional. Por todo ello est de en-horabuena la psicologa espaola en general, los autores y editoresdel manual en particular, y lo que es ms importante, los lectores,bien sean profesionales, psiclogos, pedagogos, profesores, orien-tadores escolares, estudiantes de grado y postgrado e investigado-res; todos ellos se beneficiarn de la lectura de este nuevo manual.

    El objetivo fundamental del manual es proporcionar un con-junto de recursos instruccionales para su utilizacin en el aula. Yade entrada el libro tiene la virtud de integrar en un solo volumennumerosas tcnicas y procedimientos que se encuentran habitual-mente dispersos en la literatura, lo cual ser muy bien recibido porlos lectores.

    El manual est organizado en cuatro amplias secciones, la pri-mera relativa a los aspectos aptitudinales (cuatro captulos), la se-gunda a la dimensin estratgico-cognitiva (ocho captulos), la ter-cera a los aspectos motivacionales y afectivos (siete captulos), y lacuarta centrada en las necesidades educativas especiales (cuatro ca-ptulos). Para quienes se adentran en la comprensin global del ren-dimiento acadmico de los estudiantes y su conducta en el aula, es-te manual cubre de forma rigurosa las dimensiones esenciales queel alumno despliega a distintos niveles en el acto de aprender. Eneste sentido este manual constituye un excelente complemento sim-bitico de otro recientemente publicado por la misma editorial,School Improvement: International Perspectives, coordinado por

    los profesores John Chi-kin Lee (The Chinese University of HongKong) y Michael Williams (University of Wales Swansea).La primera seccin, relativa a los aspectos aptitudinales, se ar-

    ticula en cuatro captulos. El primero (Juan L. Castejn, RaquelGilar y Nlida Prez) plantea de forma clara y sinttica el proble-ma de los distintos enfoques de la inteligencia y sus implicacionesen el aula. El captulo resulta analtico y ponderado, lo cual seagradece, sobre todo teniendo en cuenta los planteamientos super-ficiales y confusos que suelen leerse con frecuencia en relacin conlas inteligencias mltiples, emocionales, prcticas y otras, resulta-do seguramente del desconocimiento de una tradicin investigado-ra centenaria en psicologa de la inteligencia. Slo un reparo me-nor, sorprende sobremanera que investigadores espaoles sobre lainteligencia no recojan la tradicin de Mariano Yela en este cam-

    po, por no hablar de otros investigadores actuales. Yela escribi p-ginas difcilmente superables sobre la Psicologa de la Inteligencia,vase, por ejemplo, Yela (1987), siendo el nico espaol que Ca-rroll (1993) recoge en su herclea sntesis. El segundo captulo(Pedro Hernndez) aborda el problema clsico de integrar el fun-cionamiento cognitivo dentro de un marco general que tenga encuenta los aspectos emocionales. El tercer captulo (Jos C. Nez,Julio A. Gonzlez-Pienda, Luis lvarez, Ana Bernardo, Pedro Ro-sario, Antonio Valle, Ramn G. Cabanach, Susana Rodrguez yJuan L. Castejn) trata el problema clave de las relaciones entre lasaptitudes intelectuales, los estilos de pensamiento y el rendimientoacadmico. Los autores aportan datos empricos de gran inters so-

    1 Vase Kruuk, H (2003),Nikos Nature. A life of Niko Tinber-gen and his science of animal behavior, Oxford: Oxford Uni-versity Press.

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    bre las relaciones de estos tres constructos. Como era de esperar, lavarianza de rendimiento acadmico explicada por las aptitudes in-telectuales medidas segn el modelo de Sternberg (STAT) y por losestilos cognitivos no es muy elevada. Por un lado, el STAT deSternberg no es una prueba tan potente como otras clsicas para es-timar las aptitudes, y, por otro, aspectos clave para la determina-cin del rendimiento, tales como las dimensiones de personalidad

    de los estudiantes, o factores externos como calidad de los profe-sores, caractersticas del centro, padres, familia o entorno socio-cultural, no se incluyeron en el trabajo, dado que no era se su ob-jetivo. El cuarto captulo (Pablo Fernndez Berrocal, NatalioExtremera y Raquel Palomera) se centra en el papel de la inteli-gencia emocional en el contexto escolar. Los autores exponen lasposibilidades y lmites de la inteligencia emocional en el aula, pro-poniendo algunas prcticas concretas y haciendo sugerencias defuturo muy pertinentes. Con la inteligencia emocional ocurre comocon las salsas en la cocina, en su justo punto potencian el plato, pe-ro si se abusa tienden a sustituir y enmascarar el alimento. Comoes bien sabido a estas alturas, en la explicacin del rendimientoacadmico los parmetros bsicos son las aptitudes y el esfuerzo(Rendimiento = Capacidad Esfuerzo), mientras que la inteligen-cia emocional, al igual que otros aspectos orcticos, constituye unavariable moduladora que puede explicar aparentes anomalas en elfuncionamiento de los dos parmetros citados, as como potenciarla combinacin de ambos.

    La segunda seccin, centrada en la dimensin cognitivo-estra-tgica, se compone de ocho captulos. En el captulo cinco (JulioA. Gonzlez-Pienda, Ana Bernardo y Cristina Roces) se hace unapresentacin clara y articulada de las estrategias de aprendizaje:qu son, cmo se clasifican y cmo se adquieren. Es un captuloclave para entender el resto de la seccin. El captulo sexto (PedroRosario, Rosa Mourao, Jos C. Nez, Julio A. Gonzlez-Pienday Paula Solano) plantea de forma novedosa la utilizacin de na-rraciones para promover el aprendizaje autorregulado de los estu-

    diantes. En esta misma lnea, en el captulo siete (Pedro Rosario,Rosa Mourano, Jos C. Nez y Paula Solano) los autores anali-zan el uso del trabajo en casa para potenciar el aprendizaje auto-rregulado de los estudiantes. Las estrategias cognitivas implcitasy explcitas son abordadas en el captulo ocho por Miguel ngelCarbonero y Jos Mara Romn. Los autores presentan datos muypositivos sobre la enseanza de estrategias de aprendizaje y pro-ponen pautas concretas para su enseanza. En el captulo nueveSoledad Gonzlez-Pumariega y Luis Castejn proponen distintosprocedimientos para mejorar las estrategias de lectura, claves parael aprendizaje. Proponen estrategias que deben utilizarse antes deempezar a leer, estrategias mientras se est leyendo, y estrategiaspara despus de leer. El captulo diez (Jess Nicasio Garca y Ra-quel Fidalgo) revisa y aporta nuevos datos sobre la importancia de

    la autorregulacin en la mejora de la composicin escrita. Luz P-rez y Jess Beltrn presentan en el captulo once unas experienciaspedaggicas dentro del marco de un modelo educativo amplio quetoma en consideracin los aspectos constructivistas, la autorregu-lacin, interactividad y tecnologa. Tras la descripcin del mode-lo, los autores describen algunas experiencias pedaggicas desa-rrolladas en este marco. Esta seccin termina con el captulo doce(Mara Carmen Gonzlez Torres y Fermn Torrano), en el que sedescriben los mtodos e instrumentos para medir el aprendizajeautorregulado.

    La tercera seccin del manual se centra en la dimensin moti-vacional afectiva, y consta de siete captulos. En el captulo trece

    (Antonio M. Prez Snchez y Juan L. Castejn) los autores pre-sentan datos sobre los cambios cognitivo-motivacionales de los es-tudiantes cuando cambian de nivel educativo de Primaria a Secun-daria. En el captulo catorce Antonio Valle, Ramn G. Cabanach,Susana Rodrguez, Isabel Pieiro, Mara Garca e Ingrid Mosque-ra desarrollan un programa de intervencin para mejorar las metasacadmicas de los estudiantes. Aparte de la eficacia del programa,

    es de notar que los estudiantes valoraron muy positivamente elprograma, lo cual resulta sumamente importante cara a evaluar lavalidez de este tipo de intervenciones. En esta misma lnea, Ra-mn G. Cabanach, Antonio Valle, Susana Rodrguez, Isabel Piei-ro, Mara Garca e Ingrid Mosquera presentan en el captulo quin-ce un programa de intervencin para la mejora del autoconceptode los estudiantes, una variable moduladora clave en el rendi-miento. En el captulo diecisis Jess Nicasio y Ana Mara de Ca-so exploran las vas de motivar a los estudiantes para que lleven acabo composiciones escritas. En este sentido potenciar la autoefi-cacia parece ser una va prometedora. En el captulo diecisiete Al-fredo Goi explora las implicaciones del desarrollo social y perso-nal en la intervencin psicoeducativa. Jess de la Fuente, en elcaptulo dieciocho, estudia las relaciones entre algunos aspectosde la personalidad y la motivacin de logro en estudiantes univer-sitarios. Esta seccin termina con el captulo diecinueve de RamnG. Cabanach, Antonio Valle, Susana Rodrguez, Isabel Pieiro,Mara Garca e Ingrid Mosquera, en el que los autores analizan elproblema del estrs en estudiantes universitarios: concepto, origendel estrs y las distintas formas de superarlo.

    La cuarta seccin del manual se centra en el mbito de las ne-cesidades educativas especiales. Luz Prez y Jess Beltrn (captu-lo veinte) presentan algunas intervenciones educativas con estu-diantes excepcionales en el marco de las inteligencias mltiples deGardner. Los autores adoptan de forma entusiasta y un tanto acrti-ca el planteamiento de Gardner, dejando de lado un volumen muyimportante de investigacin clsica generada en el mbito de la in-

    teligencia-personalidad. Ana Miranda, Rafaela Marco, Mara JessPresentacin y Rosa Garca (captulo veintiuno) describen con sol-vencia y rigor los ltimos avances en la investigacin sobre el dfi-cit de atencin con hiperactividad. En cuanto a la intervencin, losautores abogan por la prevencin y tratamientos de amplio espec-tro. El captulo veintids (Luis lvarez, Paloma Gonzlez Castro,David lvarez y Ana Bernardo) trata el importante problema de lamejora de los procesos atencionales. En cualquier proceso deaprendizaje son fundamentales los procesos atencionales, pues sinellos nada entra en el sistema, o entra de forma poco eficaz. Lo pri-mero es centrar la atencin, luego viene todo lo dems. Los auto-res, tras plantear de forma clara y rigurosa el problema, aportan da-tos tras la aplicacin de un programa de intervencin para mejorarla atencin selectiva y sostenida de estudiantes entre los cinco y

    diecisiete aos. Esta puntera lnea de investigacin abre perspecti-vas de futuro muy prometedoras. Finalmente, en el captulo veinti-trs, Luis Castejn estudia el problema de las actitudes hacia laspersonas con alguna discapacidad, aportando datos de gran interssobre la actitud de los profesores hacia los nios tartamudos. Lasactitudes constituyen el color del cristal a travs del cual se mira larealidad, por tanto, conocerlas con precisin es fundamental paracomprender de forma cabal la conducta de los profesionales res-pecto a su campo de actividad, permitiendo adems el diseo deprogramas dirigidos a modificar actitudes que puedan interferir conun tratamiento adecuado de los problemas. De poco valen progra-mas de intervencin tcnicamente bien hechos si se aplican en con-

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    textos, o por personas, cuyas actitudes divergen de la filosofa y ob-jetivos de los programas de intervencin.

    En suma, estamos ante un manual excelente y muy oportuno enel tiempo que pone a disposicin de los profesionales, profesores,psiclogos, pedagogos, orientadores escolares, terapeutas, estu-diantes de grado y postgrado, amn de investigadores, todo unconjunto de recursos variados para su utilizacin en el mbito edu-

    cativo. Adems deja entrever por dnde van a discurrir las lneasde futuro, lo cual es de agradecer. Slo resta, por tanto, darle nues-tra ms sincera bienvenida, y felicitar a los editores y autores porsu trabajo, dejemos ahora el libro en manos de los lectores, es suturno, suya es la palabra.

    Referencias citadas:

    Carroll, J.B. (1993).Human cognitive abilities: A survey of fac-tor analytic studies. Cambridge: Cambridge UniversityPress.

    Yela, M. (Ed.) (1987).Estudios sobre inteligencia y lenguaje. Ma-

    drid: Pirmide.

    Revisado por:Jos MuizUniversidad de Oviedo

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