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Los Cuadernos de Asturias BREVE MUESTRA DE LA NUE POESIA BABLE José Luis García Martín H ace sólo una década que aparecieron los dos libros que suelen considerarse co- mo los iniciadores del actual renaci- miento de la literatura en lengua astu- riana, Cancios y poemes pa un riscar, de Manuel Asur, y Del arau a la pluma (significativamente subtitulado «Antoloxía d'una nueva poesía en bable»), donde colaboran, con poemas o traduc- ciones, el propio Asur, Xosé Lluis García Arias, Lluis Texuca y Faustino Femández Alvarez, en- tre otros; la lejanía estética de esos títulos pare- ce, sin embargo, infinitamente mayor. Su carác- ter reivindicativo, e incluso toscamente panfle- tario en más de una ocasión, si bien les dota de una importancia histórica indudable -marcan el surgimiento de un nacionalismo de izquierdas sin apenas tradición en Asturias-, merma en mucho sus valores literarios, casi inexistentes. En la misma sintonía ideológica, pero con mayor preocupación rmal, están las obras que constituyen la trilogía ndacional de la nueva literatura: Cam del cuma! nderu (1978), tam- bién de Manuel Asur, billa (1980), de Felipe Prieto, y Cam de señardaes (1980), de Xuan Xosé Sánchez Vicente, en las que se comienza a comprender que las buenas intenciones, por muy asturianistas que sean, no resultan sufi- cientes para huir del infierno de la mediocridad literaria. Tras la creación, a comienzos de 1981, de la Academia de la Llingua Asturiana, el proceso de normalización avanza considerablemente. La atención concedida por la revista de la Acade- mia, Lletres asturianes, a los nuevos autores po- sibilita el surgimiento de una generación joven por primera vez comparable, en lo que a la ri- queza y radicalidad de sus planteamientos es- tilísticos se refiere, con las aparecidas en cual- quiera de las otras lenguas del Estado. Con los nuevos poetas el asturiano deja de considerarse una lengua de andar por casa, ade- cuada sólo para un tópico menosprecio de corte y alabanza de aldea, para el costumbrismo entre burlón y nostálgico; en su opinión, se trata de un instrumento expresivo tan apto como cual- quier otro para satiscer todas las exigencias de la creación literaria. Los cuatro autores que mínimamente antolo- gamos a continuación han sido seleccionados con la intención de que resulten representativos de las últimas tendencias. 170 Concha Quintana (Llanes, 1952) no ha publi- cado aún libro alguno, encontrándose su obra dispersa en diversas revistas. Partiendo de un delicado lirismo becqueriano (y ejemplo de ello son los «Cincu poemas» aparecidos en Lletres asturianes, n.º 11, mayo 1984) ha conseguido una personalísima mezcla de pasión, distancia- miento e ironía que hace sus versos absoluta- mente inconndibles. Antonio García (Tuña, 1960), ndador y di- rector de varias revistas y colecciones poéticas, se muestra en su primer libro, toiru (1984), quizás en exceso deudor del poeta portugués Eugénio de Andrade, a quien ha traducido al as- turiano de manera magistral. Su título siguiente, Los ds repets, sólo parcialmente publicado, se aleja del neopurismo de los poemas anterio- res para buscar un nuevo tono, más directo y co- loquial (al magisterio de Andrade le sucede el de Gabriel Ferrater). Berta Piñán (Cangas de Onís, 1963) se estrena como poeta con Al abellu les besties (1986), un libro que entremezcla la herencia surrealista, el desendo y el ísmo de la «beat generation» con toques culturalistas y de poesía de la expe- riencia. Los poemas publicados posteriormente la muestran más inclinada a seguir este último camino. Xuan Bello (Paniceiros, 1965) es el más joven representante de la última generación y el pri- mero en darse a conocer con el libro Ne/ cuartu mariellu (1982); es también el que ha intentado mayor variedad de opciones estilísticas. Especial interés tienen sus ejercicios de traducción, que pueden considerarse parte de la propia obra, en los que recrea a Sa y a Arquíloco, a Pessoa y a Whitman. A punto de aparecer se encuentra su Llibro de las cenizas, en el que oece los resulta- dos de esa «Extraña alquimia» (así se titulaba el anticipo publicado por Lletres asturianes, n.º 20, mayo 1986) a que ha sometido la tradición poé- tica de las más diversas culturas. La bibliograa sobre la reciente poesía astu- riana no es muy abundante. Antonio García ha publicado dos breves antologías bilingües, «La poesía bable, hoy» (Hora de Poes, n.º 26, Bar- celona, 1983) y «Poesía última asturiana» (E/ Ciervo, n.º 421, Barcelona, marzo 1986). Roberto González-Quevedo traza un panorama general en su contribución a El estado de las poesías (monograa n.º 3 de Los Cuadeos del Norte, Oviedo, 1986), donde también se incluyen, con traducciones de los autores, poemas de Xuan Xosé Sánchez Vicente, Manuel Asur y el propio González-Quevedo. Entre los trabajos redacta- dos en bable destacan, «Diez años de Lliteratura asturiana (1974-1984)» (Lletres asturianes, n.º 19, marzo 1986), de Alvaro Ruiz de la Peña, y «La poesía asturiana» (en Lliteratura asturiana y fu- turu, Oviedo, Oficina de Política Llingüística, 1987), de Berta Piñán.

BREVE MUESTRA DE LA NUEVA POESIA BABLE · Antonio García (Tuña, 1960), fundador y di rector de varias revistas y colecciones poéticas, se muestra en su primer libro, Estoiru (1984),

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Page 1: BREVE MUESTRA DE LA NUEVA POESIA BABLE · Antonio García (Tuña, 1960), fundador y di rector de varias revistas y colecciones poéticas, se muestra en su primer libro, Estoiru (1984),

Los Cuadernos de Asturias

BREVE MUESTRA DE

LA NUEVA POESIA

BABLE

José Luis García Martín

Hace sólo una década que aparecieron los dos libros que suelen considerarse co­mo los iniciadores del actual renaci­miento de la literatura en lengua astu­

riana, Cancios y poemes pa un riscar, de Manuel Asur, y Del arau a la pluma (significativamente subtitulado «Antoloxía d'una nueva poesía en bable»), donde colaboran, con poemas o traduc­ciones, el propio Asur, Xosé Lluis García Arias, Lluis Texuca y Faustino Femández Alvarez, en­tre otros; la lejanía estética de esos títulos pare­ce, sin embargo, infinitamente mayor. Su carác­ter reivindicativo, e incluso toscamente panfle­tario en más de una ocasión, si bien les dota de una importancia histórica indudable -marcan el surgimiento de un nacionalismo de izquierdas sin apenas tradición en Asturias-, merma en mucho sus valores literarios, casi inexistentes. En la misma sintonía ideológica, pero con mayor preocupación formal, están las obras que constituyen la trilogía fundacional de la nueva literatura: Camín del cuma! fonderu (1978), tam­bién de Manuel Asur, Esbilla (1980), de Felipe Prieto, y Camín de señardaes (1980), de Xuan Xosé Sánchez Vicente, en las que se comienza a comprender que las buenas intenciones, por muy asturianistas que sean, no resultan sufi­cientes para huir del infierno de la mediocridad literaria.

Tras la creación, a comienzos de 1981, de la Academia de la Llingua Asturiana, el proceso de normalización avanza considerablemente. La atención concedida por la revista de la Acade­mia, Lletres asturianes, a los nuevos autores po­sibilita el surgimiento de una generación joven por primera vez comparable, en lo que a la ri­queza y radicalidad de sus planteamientos es­tilísticos se refiere, con las aparecidas en cual­quiera de las otras lenguas del Estado.

Con los nuevos poetas el asturiano deja de considerarse una lengua de andar por casa, ade­cuada sólo para un tópico menosprecio de corte y alabanza de aldea, para el costumbrismo entre burlón y nostálgico; en su opinión, se trata de un instrumento expresivo tan apto como cual­quier otro para satisfacer todas las exigencias de la creación literaria.

Los cuatro autores que mínimamente antolo­gamos a continuación han sido seleccionados con la intención de que resulten representativos de las últimas tendencias.

170

Concha Quintana (Llanes, 1952) no ha publi­cado aún libro alguno, encontrándose su obra dispersa en diversas revistas. Partiendo de un delicado lirismo becqueriano (y ejemplo de ello son los «Cincu poemas» aparecidos en Lletres asturianes, n.º 11, mayo 1984) ha conseguido una personalísima mezcla de pasión, distancia­miento e ironía que hace sus versos absoluta­mente inconfundibles.

Antonio García (Tuña, 1960), fundador y di­rector de varias revistas y colecciones poéticas, se muestra en su primer libro, Estoiru (1984), quizás en exceso deudor del poeta portugués Eugénio de Andrade, a quien ha traducido al as­turiano de manera magistral. Su título siguiente, Los díes repetías, sólo parcialmente publicado, se aleja del neopurismo de los poemas anterio­res para buscar un nuevo tono, más directo y co­loquial (al magisterio de Andrade le sucede el de Gabriel Ferrater).

Berta Piñán (Cangas de Onís, 1963) se estrena como poeta con Al abellu les besties (1986), un libro que entremezcla la herencia surrealista, el desenfado y el feísmo de la «beat generation» con toques culturalistas y de poesía de la expe­riencia. Los poemas publicados posteriormente la muestran más inclinada a seguir este último camino.

Xuan Bello (Paniceiros, 1965) es el más joven representante de la última generación y el pri­mero en darse a conocer con el libro Ne/ cuartu mariellu (1982); es también el que ha intentado mayor variedad de opciones estilísticas. Especial interés tienen sus ejercicios de traducción, que pueden considerarse parte de la propia obra, en los que recrea a Safo y a Arquíloco, a Pessoa y a Whitman. A punto de aparecer se encuentra su Llibro de las cenizas, en el que ofrece los resulta­dos de esa «Extraña alquimia» (así se titulaba el anticipo publicado por Lletres asturianes, n.º 20, mayo 1986) a que ha sometido la tradición poé­tica de las más diversas culturas.

La bibliografía sobre la reciente poesía astu­riana no es muy abundante. Antonio García ha publicado dos breves antologías bilingües, «La poesía bable, hoy» (Hora de Poesía, n.º 26, Bar­celona, 1983) y «Poesía última asturiana» (E/ Ciervo, n.º 421, Barcelona, marzo 1986). Roberto González-Quevedo traza un panorama general en su contribución a El estado de las poesías (monografía n.º 3 de Los Cuadernos del Norte, Oviedo, 1986), donde también se incluyen, con traducciones de los autores, poemas de Xuan Xosé Sánchez Vicente, Manuel Asur y el propio González-Quevedo. Entre los trabajos redacta­dos en bable destacan, «Diez años de Lliteratura asturiana (1974-1984)» (Lletres asturianes, n.º 19, marzo 1986), de Alvaro Ruiz de la Peña, y «La poesía asturiana» ( en Lliteratura asturiana y fu­turu, Oviedo, Oficina de Política Llingüística, 1987), de Berta Piñán.

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Los Cuadernos de Asturias

171

CONCHA QUINTANA

SERONDA

Y entovía mi presta la seronda, magar que tú sufres ataques graves de xacíu y a mí pónensemi de sópitu los años nel costazu.

Préstami del tardíu la lluz de los ochobres, l'arume de las hueyas pudriéndose nel suelu, el sele desnudase del paisaxe, y hástasa esos raros propósitos d'emienda que nos entran dempués de los desmanes del branu.

Lo que menos mi presta del tardíu é esi enhotu tuyu, esa cordura, esa manía estacional tan tonta d'escaeceme.

(Lletres asturianes, n.º 15, mayo 1985)

DESÉU

Ciegu pexe abisal nalando pel mio fondu, qué nuevas exixencias, qué fornes s'esconsoñan esta nueche, qué voracidá estraña trescala tos agallas. Por qué buscas la lluz, el tactu d'ocla d'esi cuerpu ñácare, si la lluz yá va tiempu qu'escaeció estas sábanas y estos brazos tendíos y esta ufierta son un biecu sarcáticu, una burlla cruel de tan baldíu trabayu. Caltente na solombra, querencia submarina: quiciabis otru tiempu y un mar más pacetible nos devuelvan -«párvoles y desnudos»- a la playa.

(Lletres asturianes, n.º 24, mayo 1987)

OTOÑO

Y aún me agrada el otoño, a pesar de que tú sufres ataques graves de formalidad y a mí se me ponen de pronto los años a la espalda.

Me gusta del otoño la luz de los octubres, el aroma de las hojas que se pudren en el suelo, el suave desnudarse del paisaje, y hasta esos raros propósitos de enmienda que nos entran después de los desmanes del verano.

Lo que menos me gusta del otoño es ese empeño tuyo, esa cordura, esa manía estacional tan tonta de olvidarme.

Page 3: BREVE MUESTRA DE LA NUEVA POESIA BABLE · Antonio García (Tuña, 1960), fundador y di rector de varias revistas y colecciones poéticas, se muestra en su primer libro, Estoiru (1984),

Los Cuadernos de Asturias

DESEO

Ciego pez abisal nadando en mi fondo, qué nuevas exigencias, qué hambres se despiertan esta noche, qué voracidad extraña atraviesa tus agallas. Por qué buscas la luz, el tacto de alga de ese cuerpo de nácar, si la luz ya hace tiempo que olvidó esas sábanas y estos brazos tendidos y esta oferta son un gesto sarcástico, una burla cruel de tan baldío trabajo. Mantente en la sombra, querencia submarina: quizás otro tiempo y un mar más apacible nos devuelvan -«desnudos e inocentes»- a la playa.

172

ANTONIO GARCIA

L'ALCOBA

Nel espeyu del roperu mirábate cola sorpresa d'atopanos xuntos ya medrosos, de conocenos tanto. lQué podía decite pa escampar aquella angustia que t'envolubrara? lOnde alcontrar palabres axeitades? Nun yera quién falate del amor que tanaína yo nun conocía. Yera inmensa !'alcoba yal silencio. La lluz yera poco ya adivinar los nuesos cuerpos nel foscor bastaba pa que el tiempu se fora de les manes. Mentres me vestía (iba amanecer) cuántes coses tenía de decite, cuántes palabres si tu m'ascuchares. Mas dormíes sin el pesu de l'alma.

PALABRES

Agora yá lo entiendo: importa más la vida que esta montonera versos, que les palabres todes si l'amor (o cualquier otra cosa que festexes)nun ye más que un xestu que cada díaesperes con impaciencia. Importamás la vida ya caminar sin priesasabiendo que atrás queden les palabresdiches, l'amor consumíu. El tiempudexa escrito de nós ente el silenciobien poques coses. La memoria mientecuando pasa, saluda ya diz: volvoagora pa que celebres los díesfelices d'entós. Di-y que non, d'aquellonamás queden zalegos que l'olvidunun quixo devorar. Nada que importe.

(Los díes repetías, inédito)

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Los Cuadernos de Asturias

LA ALCOBA

En el espejo del armario te miraba con la sorpresa de encontrarnos juntos y asustados, de conocernos tanto. lQué podía decirte para despejar la angustia que acababa de envolverte? lDónde encontrar palabras adecuadas? No era capaz a hablarte del amor puesto que aún no lo conocía. Era inmensa la alcoba y el silencio. Escaseaba la luz y adivinar nuestros cuerpos en lo oscuro bastaba para que el tiempo se fuera de las manos. Mientras me vestía, casi al amanecer, cuántas cosas tenía que decirte, cuántas palabras si tú me escucharas. Pero dormías sin el peso del alma.

PALABRAS

Ahora ya lo entiendo: importa más la vida que este montón de versos, que las palabras todas si el amor (o cualquier otra cosa que celebres)no es sino un gesto que cada díaesperas con impaciencia. Importamás la vida y caminar sin prisasabiendo que atrás quedan las palabrasdichas, el amor gastado. El tiempodeja escrito de nosotros entre el silenciobien pocas cosas. La memoria mientecuando pasa, saluda y dice: Vuelvoahora para que celebres los díasfelices de entonces. Dile que no, de aquellosólo quedan restos que el olvidono quiso devorar. Nada que importe.

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BERTA PIÑAN

ELIONOR

Nun güeyarás más les brunes lloses d'Aquitania pero besarás les sos torres en ca besu mío.

(Al abellu les besties)

CIUDA

Llueve. Imaxe abrugada hasta l'aburrimientu. Detrás de la ventana llueve y la ciudá alluénxase si acesmo. Agora yo tamién sé qué manera tien l'hibiernu d'imponer el so dominiu.

CIEBU

Nun tien solombres esti llugar qu'invento entrín pasa la nueche, la so quietude próxima, furtiva, nun tien solom-

[bres. Equí sedrá siempre la estación de los figos, la so violencia qu'espalma y priende na piel mayada, nas guedeyes, talu un cuerpu ufre'l so secretu nutru cuerpu extrañu. Y tamién, seique, esta zuna más torpe colas años de buscar les palabres nel ciebu escuru onde miendren los

[sueños, ridículo y piesllu.

(Adréi, n.º 2, 1987)

ELEONOR

No mirarás más las oscuras tierras de Aquitania pero besarás sus torres en cada beso mío.

CIUDAD

Llueve. Imagen manoseada hasta el aburrimiento. Detrás de la ventana llueve y la ciudad se aleja si la observo. Ahora también yo sé la manera que el invierno

[tiene de imponer su dominio.

DESVAN

No tiene sombras este lugar que invento mientras pasa la noche, su quietud próxima, furtiva, no tiene sombras. Aquí será siempre la estación de los higos, su violencia que florece y prende en la piel mojada, en los cabellos, igual que un cuerpo ofrece su secreto en otro cuerpo extraño. Y también quizá esta manía, cada vez más torpe, de buscar las palabras en el desván oscuro donde crecen

[los sueños, ridículo y cerrado.

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Los Cuadernos de Asturias

XUAN BELLO TRISTÁN

Daré santu ya seña: quien me quixo amóse nu pareisu. L'amáu ya l'amada fora yo -como nel poema d' Anacreonte­más d'una nueche,que nunca consentí muchu tiempuingriente la espada ente los cuerpos.

PALEISOS DE CONÍMBRIGA

Dalquién afux. Remembra con tristura

aquella caricia que fora cuasi encesa, la treme caricia d'otrora ente les afarades ruines.

Dalquién arrastra les alcordances ya'la escucha -poniendo nello mucha atención­repite un nome ensin tener el de so por respuesta.

Dalquién afux. Dalquién que sabe'l so apiellu encarnadume de les sos mancades carnes, d'una fracasu común.

Y a ensembre, abertable, trafitto da un raggio di so/e, n'abertal tresbilda les sos alvízores

el branu.

(Llibro de las cenizas, inédito)

TRISTAN

Daré el santo y seña: quien me quiso se amó en el paraíso. El amado y la amada he sido yo -como en el poema de Anacreonte­más de una noche,que nunca consentí mucho tiempoardiente la espada entre los cuerpos.

RUINAS DE CONIMBRIGA

Alguien huye. Recuerda con tristeza

aquella caricia que fue casi encendida, la trémula caricia de otro tiempo entre las esquilmadas ruinas.

Alguien arrastra los recuerdos y a la escucha -poniendo en ello mucha aten­

[ción­repite un nombre sin tener el suyo por respuesta.

Alguien huye. Alguien que sabe su llamada bálsamo de las heridas carnes, uno que escarba en las grises cenizas de un fracaso común.

Y de repente, abierto, trafitto da un raggio di so/e, a la intemperie desparrama sus dones

el verano.

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