bytesypapel

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  • LIC. CARLOS NERI

    Editando Lo Digital

    Carlos Neri, es psiclo-go; investigador en temassobre nuevas tecnologas,sujeto y sociedad.

    Profesor de la Univer-sidad de Buenos Aires,titular a cargo de la ma-teria Edicin Electrnica yMultimedia de la carrerade Edicin de la Facul-tad de Filosofa y Letrasy Prof. Adjunto de lamateria Inteligencia ycomputacin de la carre-ra de Psicologa de laFacultad de Psicologa.Profesor de maestras ycursos de posgrado en laUniversidad Tecnolgi-ca Nacional.

    Ha dictado semina-rios y conferencias envarios paises. Editor ydirector de la revistadigital La Puerta, co fun-dador de la comunidadvirtual Proyecto Infoedu.

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    Bytes y Papel

    NNNNN

    GGGGG

    AAAAAIIIII

    010

    rrrrr

    SSSSSeeeee

    lllllddddd

    VVVVV

    ooooo

    ccccc

    ggggg

    RRRRR

    IIIII

    sssss

    EEEEE

    LLLLL

    DDDDD

    aaaaavvvvv

    OOOOO

    nnnnn

    CCCCC AAAAA

    NNNNNVVVVV

    GGGGG

  • EDITORES DE LA EDICIN ELECTRNICA COMERCIAL:COORDINADORA: EDITORA NORA FABIANA GALIACOLABORADORAS: ADRIANA FRANCO, GRISELDA MARRAPODI YVERNICA MOUJN.

    LIC. CARLOS NERIBYTES Y PAPEL

    DERECHOS RESERVADOS

    2001ISBN: 987- 98726-0-6

    DATOS DE CATALOGACIN

    LIC. CARLOS NERIBYTES Y PAPELEDITANDO LO DIGITAL, BUENOS AIRES, 2001ISBN: 987- 98726-0-6MATERIA: EDICIN ELECTRNICAPGINAS: 99

  • Este l ibro esta dedicado:

    a Malena, que nace en un nuevo milenio y es el porvenir soado.

    a Diana,por lo construido juntos, y por la ms importante tarea que realizamos

    y que realizaremos entre genes trasmitidos y afectos a brindar.

    a Lucy,devoradora de libros y compaera de noches de escritura

    a Graciela y Viviana,que ayudaron a soar una ctedra desde una servilleta de un bar.

    a Jorge, por compartir los delirios, la msica y la literatura. Compinche

    entraable.

    a Narciso, Esteban e Illya por los caminos recorridos en elconocimiento.

    a Nora, Griselda, Vernica, Valeria y Adriana, que an creen en lavida acadmica. Y han hecho posible este libro.

    a Soledad y Alejandro, Celeste, Gustavo. Daniel, Lidia, Marisa,Melita, Paula, Carlos y Rocio y tantos otros amigos

    con los que hemos levantado una copa al porvenir.

  • PRLOGO

    Moderato clidoBuenos Aires. Enero de 2001. Calor y lluvias torrenciales. Un escenario

    que lleva la temperatura interna de la CPU a 56 grados. Calor en lo digital...Noches silenciosas, pocos autos sobre la avenida en la madrugada. Cincoventanas abiertas en el escritorio de Windows. Conectado a la Internet,baja el ltimo ejemplar publicado por Stephen King, The Plant. Dice queno escribir ms, los lectores no hemos pagado lo suficiente. Son las tres dela maana y en Espaa las 8 AM. Repaso rpidamente en otra ventana lasnoticias de El Pas. En la tercera ventana, borro cientos de mail no pedidos(spam) mientras me preparo a contestar tres importantes y separar 16 queno son urgentes. En la cuarta ventana sigo el chat con amigos en Miami,intercambiando datos sobre la crisis de las puntocom. La quinta ventanaes este prlogo en Word que se resiste a escribirse, a concluir esta nuevaapuesta que es Bytes y Papel.

    Escenas del siglo que fueLa publicacin de un libro es un momento de suspensin del desarrollo

    conceptual y de la prctica diaria. Particularmente Bytes y Papel, es un pro-ducto de cuatro aos de experiencias, desde la publicacin de Textos, tra-mas y dgitos.

    El escenario se ha ido modificando de tal modo que recursos que en esosmomentos pensbamos como experimentales, hoy estn disponibles al granpblico. De forma ms sutil muchos debates sobre lo digital van perdien-do sustancia en su aspecto instrumental, para mantenerse en el plano con-ceptual. Ms tecnologa en la gente, nuevos problemas, nuevas reflexio-nes. El fenmeno de la Internet se ha desarrollado en una fase instrumen-tal donde los recursos tecnolgicos van ponindose a disposicin de la gente

  • y renovndose constantemente. En 1997 la Internet an mostraba la im-pronta del tiempo acadmico, su segunda etapa despus de la militar.Esto implicaba que florecan intentos desde personas que de un modo uotro, estaban vinculados a la tecnologa. El concepto de usuario en gene-ral, va a llegar con el desarrollo y la consolidacin del aspecto comercial,las puntocom y sus derivados de tecnologa y conexiones a menor costo.Al escribir este prlogo siento que ha pasado casi un siglo real, sin contarque nominalmente a las fechas no se les antepone el 19 sino el 20. Releo lprlogo del libro de 1997 y me quedo con una frase que cobra nuevosbros. Decamos por entonces: escribir sobre software es escribir siem-pre sobre el ayer.

    Y sigue siendo vlido, cuando el recambio tecnolgico se produce cadavez en menor tiempo y la vejez de los entornos se hace crtica. Esta nuevapropuesta har una especie de columpio entre el ayer y el hoy. Se quedaren las reflexiones y tratar de pensar el futuro, en el sentido de las condi-ciones de necesidad para el desarrollo de lo que denominamos laconectividad de la gente. Corremos el riesgo una vez ms de publicar paraintentar un aporte a la reflexin. Aporte que se realiza en un entorno develocidades sin igual de la historia de los medios.

    Bytes y PapelUnidos en lo conceptual, muchos de los captulos de este libro fueron

    artculos o ponencias, vueltos a revisar, que marcan un derrotero por laexperiencia docente y la prctica con relacin a las tecnologas de la infor-macin y la comunicacin (TIC).

    La distancia entre Textos, tramas y dgitos, la produccin anterior y Bytes yPapel, es tambin la distancia entre una tecnologa incipiente en algunoscampos y el despliegue de tecnologa entre la gente. El 2001 la encuentracon una inmersin creciente con productos comerciales como el e-book de Kingcon una distribucin fabulosa en la red.

  • A modo de raconto histrico, en 1997 asum la titularidad de la materiaEdicin Electrnica y Multimedia de la carrera de Edicin, de la Facultadde Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Junto con VivianaFidanza y Graciela Caplan, armamos un equipo de trabajo que sintetizabauna vocacin acadmica con un trabajo concreto en el mundo del mercadoen los temas de Multimedia e Internet. El primer libro fue una apuesta asintetizar las experiencias de tres personas y proponerlas como material detrabajo a los alumnos. Mucha agua ha corrido desde entonces con algunoshitos significativos, que forman parte de captulos de este libro.

    En mayo de 1998 soy invitado a Barcelona al primer encuentro de Perio-dismo Digital. En el vuelo hacia Barcelona nace el primer modelo de la re-vista La Puerta. Una revista hipertextual experimental como un intento deaunar nuevas formas del soporte con un discurso que se corresponda. Re-vista generada ntegramente por teletrabajo y como sealbamos la defini-mos en el primer nmero:

    ... La Puerta no es una revista reversible, que puede hacerse en papel oen web, es una revista cuyo modelo se sostiene en los recursos de la red.Por eso cuenta con una lista de discusin asociada, sus artculos sonhipertextuales, conectados a la informacin disponible. Postularnosinteractivos es una palabra hoy ya trillada, intentaremos generar espacios,para que la revista, no quede en la revista sola y por medio de discusio-nes, en lista y online, avancen sobre la definicin de revista, concepto queheredamos de cinco siglos de cultura gutenberiana. Implica postular unautor que no quede en letra muerta, sino en contacto con los lectores, si esque an podemos seguir denominndolos as. No lo lograremos desde elprimer numero, dado que es un proceso en construccin permanente, entreeditores, autores y lectores.

    El experimento de La Puerta nos abri muchos caminos hacia laconceptualizacion de lo digital y de las potencialidades de los espaciosdigitales y las nuevas formas de comunicacin.

  • Entre los aos 1998 y 2000 se dan una serie de congresos, publicaciones,eventos, donde se me invita a debatir sobre los vnculos en la Internet, eltema del chat y los encuentros mediados por la tecnologa. Estos temastambin forman parte esencial de los artculos de este libro.

    El primer artculo del libro, es una reedicin ampliada del artculo Tex-tos, tramas y dgitos donde se realiza un recorrido conceptual sobre las no-ciones de texto e hipertexto y los contextos de cambio. Mantiene an hoysu vigencia por ser un anlisis de los caminos por los cuales se lleg alhipertexto y porque sus preguntas sobre el futuro de lo digital an no tie-nen respuesta.

    Los artculos Singularidad en la red y Escenas del chat, nos muestran elcontexto de la comunicacin y los afectos en la red. Forman parte de lasreflexiones para la tesis de doctorado en el tema Efectos de la tecnologa sobrela nocin de lo pblico y la subjetividad.

    Producto de los debates de ctedra, seminarios, entre docentes, y alum-nos y como una sntesis de la evolucin conceptual surge el artculo Haciauna epistemologa de la edicin digital, donde se recorren las problemticasque se generan en el trabajo en portales y en el desarrollo de materialesdigitales. Artculo sntesis entre la praxis y la teora.

    El Museo del Prado, una visita virtual refleja, el intento de ir ms all de laweb, pensando en visitas virtuales y aprendizajes grupales en la red, unartculo de apertura de los lmites del formato web y de recuperacin delas potencialidades en la comparacin entre espacios reales y espaciosvirtuales. Propuesta de interactividad que ha sido retomada en algunasuniversidades de Brasil, Cuba, y Espaa. Tomando como ejemplo la pgi-na web del Museo del Prado, propongo analizar sus contenidos en funcinde una experiencia de aprendizaje. Entendiendo la vivencia esttica rela-cionada con el desarrollo del sujeto y comparndola con la experiencia vi-sual ante el cuadro real. Una mirada epistemolgica abre preguntas acerca

  • de la virtualidad. Realizar una reflexin sobre el tipo de imgenes y susrelaciones con los textos que se presentan en las pginas web. Como con-clusin propongo, finalmente, el concepto de simultaneidad de aprendiza-jes narrando una experiencia de navegacin grupal por las pginas del Museodel Prado, donde sujetos de diferentes pases navegan simultneamente concombinacin de herramientas, comentarios y anlisis en lnea.

    Borges deca que uno publica para no seguir corrigiendo, Eco le atribuyedejos de vanidad al acto de publicar. Ambos tienen razn y yo agregara unopublica para detener el tiempo de la aceleracin que la tecnologa nos propone.

  • Prlogo

    Textos, tramas y dgitos Introduccin

    El fin del libro o la bifurcacin de los jardines?Linealidad de la lectura y su desarrollo histrico

    El desafo de lo digitalEl campo digital: Hipertexto e Hipermedia

    Textos y SoportesLa secuencialidad como lmite

    La conceptualizacin del lenguajeHipertexto e Hipermedia

    Hipertexto, sus orgenesA modo de sntesis histricaEstructura del hipertexto

    HipermediaEl uso de los recursos mediales en las hipermediasLa narrativa hipermedialLos enlaces. De lo necesario a lo innovador

    Otros medios, otras lgicas?Encarta 2000

    Los recorridosA modo de cierreApndice: Libertango o como de Piazzola llegamos al Cabo de Hornos

    Singularidad en la red ...O el juego de estar cerca ylejos simultneamente

    IntroduccinUn poco de historiaReciclando vnculos

  • De lo real a lo virtual: viaje unidireccional?El tiempo y el espacio en el ciberespacio

    La identidad o lo no idnticoEnunciados a velocidadEl chatA modo de cierre

    Hacia una epistemologa de la edicin digitalIntroduccinLa tensinVisin Intuitiva o criterios editoriales

    Elementos de la TradaLos contenidosLa navegacin (el mapa de navegacin)La metfora grficaLa unidad de la trada

    El trabajo editorial-versin web

    El Museo del Prado: una visita virtualIntroduccinEsto no es un cuadroCerca de la Cibeles, botn izquierdo del mouseLa web del Prado, una mirada descriptivaTextos que acompaanSimultaneidad de aprendizajes

    Una noche entre Madrid, Brasil, Boston y la ArgentinaLa experiencia

    Consideracin para la utilizacin con educandos

  • Imgenes del chat. O el dilogo entre fragmentos deuna cultura de microondas

    IntroduccinFragmento 1Fragmento2: De la soledad a la desolacin. Non stopFragmento 3Fragmento 4Fragmento 5: Cinema variet 1Fragmento 6: Cinema variet 2Fragmento 7: Cinema variet 3Fragmento 8: El fin

    Eplogo

    Referencias Bibliogrficas

    Glosario

  • TEXTOS, TRAMAS Y DIGITOS

    Las palabras estn hechas de materialinflamable, se incendian al rozarlas con la

    maginacin.OCTAVIO PAZ

    IntroduccinEscribir sobre desarrollos compu-

    tacionales en los primeros das del 2001,implica realizarlo sobre un escenarioque aceleradamente ha ido convirtien-do todas las actividades en eventosdigitales y a su vez generando una fa-miliaridad con la tecnologa compu-tacional que se aleja del escenariodescripto por la ciencia-ficcin de losaos 50 y 60; tiempos en donde la tec-nologa se constitua en una relacin deexterioridad para el sujeto y arrastrabauna idea probablemente de gnesis ro-mntica, donde hombre y mquina apa-recan enfrentados. Hoy el desarrollo dechips biolgicos o ms explcitamentelos experimentos que utilizan ADN,como las computadoras biolgicas, pa-recen ser ya una realidad.

    Por primera vez en la historia de lahumanidad, nos encontramos con unatecnologa de carcter y alcance univer-

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    sal. Como seala Narciso Benbe-naste, la extensin de la tecnologacomputacional permite que se juegue concomputadoras, que se las incorpore enla educacin y se trabaje con ellas.1

    El carcter universal de la tecnolo-ga computacional tiene su asidero enla divisin de hardware y software. Enun mismo hardware se utilizan diferen-tes software; por el contrario, las tecno-logas precomputacionales fueron prin-cipalmente unilaterales con relacin a lastareas que realizaban.

    En el campo laboral, la incorpora-cin de la tecnologa reformula prc-ticas y hbitos en relacin con la pro-duccin de un determinado bien. Laecuacin eficiencia ms abaratamien-to de los costos gua a las transforma-ciones en las empresas.

    En el campo de la edicin de publi-caciones encontramos que, adems decompartir el efecto del impacto de la in-corporacin de la tecnologa, posee unafuerte imagen asociada a mediosprecomputacionales. Sin embargo, esteaspecto es en gran parte imaginario,dado que podemos sostener que todoproducto editorial es digital, indepen-dientemente de que su destino finalsea en bytes o en papel. Pero lo quenos interesa desarrollar en este art-culo son los aspectos ms invisibles,

    aquellos que involucran a la subjeti-vidad del acto de leer y la relacinde los sujetos con ese producto de-nominado libro.

    Podemos decir que, al menos, dosfuerzas se encuentran y dan batalla.Por un lado, est la tradicin de es-cribir donde an cuando utilicemosun procesador de texto, el cual nosbrinda mltiples opciones para sutratamiento, uno sigue escribiendode izquierda a derecha y piensa eltexto como una unidad de principio,medio y fin. Por el otro est la posi-bilidad que ofrecen los hipertextosy las hipermedias, donde la remisinde un texto a otro, de un texto a unaimagen y de un texto a un video oaudio, abren un universo de posibi-lidades que pueden ser el paraso delas significaciones o el sinsentido dela acumulacin de medios.

    El libro ha tenido en Occidente elcarcter de portador y representan-te de la cultura escrita, se le ha adju-dicado ser la herramienta contra laignorancia y ocupa aun hoy, cuandolos medios audiovisuales se incorpo-ran masivamente, un lugar de pres-tigio en relacin con la transmisindel conocimiento.

    El acto de leer, en su aspecto psi-colgico, parece an no poder diso-

    1 Benbenaste, Narciso.Sujeto=Tecnologa*Poltica /Mercado. Buenos Aires:Ediciones CBC, 1996.

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    ciarse de las experiencias tctiles yolfativas: las texturas y los olores delos libros acompaan esta prctica.La necesidad de tocar el libro, mar-carlo, dedicarlo, habla de prcticasde un orden ritual, en la representa-cin que los sujetos se hacen de l.Sin embargo, la aceleracin de la in-troduccin de la Internet y su modode lectura en pantalla abre nuevasformas de entender el campo de lalectura y la escritura.

    La psicologa, un campo bastantealejado de la produccin editorial,nos ofrece una perspectiva para re-flexionar sobre los cambios, cuandoexisten modos y costumbres tradi-cionales. Paul Duguid2 nos recuer-da las visiones y perspectivas sobreel futuro que atravesaron el siglo XXy tenan al 2000 como fecha mtica.Un ejemplo de esto son las puertasde entrada a una casa, segn las pre-dicciones stas en el 2000 deberanhaber sido accionadas por clulas fo-toelctricas. Pero slo en parte se cum-pli, especialmente en el mbito comer-cial, mientras que las casas hoy mantie-nen las bisagras, objeto que ha sobrevi-vido a las profecas e incluso aparece enproductos computacionales como lasnotebooks. Duguid, acertadamente, se-ala que una puerta no es slo un hecho

    fsico, sino un acto cargado de significa-do, en sus diferentes modos de abrirla ocerrarla. Representa una separacinentre el espacio pblico y el priva-do, que cada persona carga de con-notaciones psicolgicas. Abrir, entre-abrir o cerrar, es una operacin desentidos para quien la realiza y esall, donde la bisagra juega un papelfundamental.

    Lo mismo ocurre con el universo dellibro, que no se encuentra slo en elmodo de produccin, ni en el texto, nien el acto de leer, sino que es una con-juncin de todos estos elementos, quedenominamos objeto-libro.

    Podemos, entonces, hablar de unacomparacin entre productos en soportepapel y productos en soporte digital?Debemos seguir la lgica planteada porNicols Negroponte sobre la divisinentre tomos y bytes?

    Creemos que no es pertinenteposicionarse en extremos.

    A diferencia de otros campos, nopodemos hablar de una forma pre-computacional y de una formacomputacional del libro o de las pu-blicaciones peridicas. Las nuevasformas digitales de libros y publica-ciones peridicas, basados enhipertextos e hipermedias, slo tie-nen en comn con su antecesor el

    2Duguid, Paul. Cuestio-nes materiales: el pasadoy la futurologa del libro,en: El futuro del libro.Barcelona: Paidsmultimedia, 1998.

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    nombre. Por eso merecen un trata-miento diferente en su anlisis, queno busque compararlos con las for-mas en papel sino que intente encon-trar su propia lgica en un universocomputacional.

    Lo caracterstico de las nuevas for-mas del texto puede clasificarse en:

    a) Presentacin en hipertexto. Unapalabra o un grupo de palabras den-tro de un texto se encuentran resal-tadas de alguna forma y al oprimiro pasar sobre ellas con el cursor nospresenta otro texto o una imagen.

    b) Los textos vienen acompaadosde un sistema de recuperacin de lainformacin, generalmente por pala-bra clave y conectivos lgicos, a finde poder trabajar con inmensas can-tidades de textos.

    c) La incorporacin de fragmentosde videos, animaciones y sonidos,(que dado la capacidad creciente delos medios de almacenamiento comoson los CD Rom) hace que an enalgunos casos sin un sentido que lojustifique todo producto se presentemultimedial.

    Por otro lado, desde mitad de los90 hay una tendencia en relacin conla baja de precios de los elementosde almacenamiento: los discos rgi-

    dos de gran capacidad, las unidadesCD Rom y los DVD.

    Se suma a lo sealado el desarrollode veloces microprocesadores, ascomo las rebajas sustanciales de costoen elementos que permiten los funcio-namientos multimediales (por ejem-plo: las placas de sonido y video).

    Asimismo, desde la mitad de losaos 80 la empresa Microsoft realizauna operacin de desarrollo tecnol-gico y marketing, que concluye conla instalacin de un entorno operati-vo bajo la interfaz grfica Windowscomo un standard de la industria. ElMillenium Editor y la suite Office 2000,la forma ms actual de Windows, per-miten la realizacin de hipertextos enforma de documentos internos o pgi-nas web desde cualquiera de los pro-gramas, juntamente con los desarrollosalrededor del Explorer, comonavegador oficial de Microsoft en suapuesta a la Internet. Lo cual muestraque esta integracin entre sistemasoperativos, ediciones de textos eInternet, como un continuo, es una ten-dencia irreversible que avanza hacia laindiferenciacin de la mquina perso-nal y la red. El modelo hipermedial al-canza por primera vez en el Windowsuna interfaz de construccin, ya no sloamable, sino tambin standard.

    Decamos que el desarrollo tecno-lgico de Microsoft no se puede

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    deslindar de la estrategia de marke-ting, logrando que los excelentes apor-tes de las versiones 3.1, 95, 98 y MEparezcan novedades, cuando muchosde estos desarrollos ya tenan vigen-cia en otros entornos, como el de lasMacintosh (que incluso lleg a rega-lar un constructor de hipertextos -elHypercard- junto con las mquinas).

    En sntesis, toda operacin de mer-cado produce sus consecuencias: ge-nera usuarios y dependencias. Pero sibien en un momento la brecha entreusuarios de Apple y usuarios de PCDOS era inmensa, la misma no slose ha achicado sino que en algunosaspectos los desarrollos bajo Windowshan sido superadores. Sea por uno opor otro de los sistemas operativos einterfases existentes en el mercado, losdesarrollos han colocado a la edicinde textos hipertextuales y sus deriva-dos en posibilidad de competencia conlos productos de la galaxiaGutemberg (las revistas, los libros ylos diarios en soporte papel).

    El Fin del libro o labifurcacin de los

    jardines?A lo largo de la segunda mitad del

    siglo XX fueron varios los autores

    que diagnosticaron el fin de la eradel libro. El ms reconocido de ellos,Marshall Mc Luhan, en su monu-mental obra La galaxia Gutemberg3nos enfrenta con el fin de la era dellibro ante los medios audiovisuales.Este autor cierra cinco siglos desdela invencin de la imprenta por par-te de Gutemberg con una visinapocalptica en la que postula a losdesarrollos tecnolgicos como unaextensin de los sentidos, relaciona-dos con las distintas etapas de lahumanidad. Estas son pensadascomo una evolucin en las diferen-tes pocas, que mostraran un pre-dominio de lo oral, lo textual o lovisual.

    Linealidad de la lecturay desarrollo histrico

    En Mc Luhan, el medio aparececomo un regulador de la condicinhumana, es all donde se compren-de su apuesta ms fuerte, su apues-ta estructural: independiente de lacivilizacin donde se aplique, lasconsecuencias seran las mismas.

    El libro impreso, como medio, nose limita a transmitir un mensaje,sino que es en s mismo el mensaje;de all la famosa frase el medio es elmensaje. Mc Luhan dialoga con los

    3 Mc Luhan, Marshall. LaGalaxia Gutemberg.Buenos Aires. EditorialPaids, 1994.

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    medios audiovisuales, ve en su in-terlocutor el fin de la cultura del li-bro, sus verdugos no son los desa-rrollos digitales, sino los efectos delos mass media4 . Sin embargo, elanunciado fin del libro en manos delos medios audiovisuales no ocurri,ambos, libros y medios audiovi-suales crecieron en produccin. Seestablece aqu una paradoja, como loha sealado Juan Faria, donde exis-te la mayor produccin de libros enla historia de la humanidad, sin queello implique un correlato con el cre-cimiento del nmero de lectores.

    El libro es un producto de opera-ciones textuales y de mercado. Es im-portante preguntarse cuando se ha-bla del fin del libro, a qu aspectosde este objeto se refiere: si al textocomo elemento o al soporte. En mu-chos autores esto no aparece claro.El libro como producto cultural es-tablece un modo de operar sobre eltiempo y el espacio. Carla Hesse, nosdice El libro es una forma lenta de in-tercambio. Es un modo de temporalidadque concibe la comunicacin pblica nocomo accin sino como reflexin. De he-cho el libro sirve para retrasar la accin,para acrecentar la diferencia temporalentre pensamiento y accin...5. En estadiferencia de temporalidad, Hesse

    ubicar un espacio para la reflexiny el debate.

    Si nos remitimos a Marcel Proust,este autor dira que el libro es unpunto de apoyo para crear espacio apartir del tiempo. Si seguimos la l-nea de Hesse y Proust, la preguntasera sobre qu tipo de operacinsobre el tiempo y el espacio se reali-zan los textos digitales; qu tipo decontinuidad y de discontinuidad senos presenta. Michel De Certeau nosacerca una idea de la necesidad deidentificar los elementos al hablar dela relacin entre lectura y texto, ...lalectura es el espacio producido por laprctica del lugar que constituye un sis-tema de signos: un relato.6

    El desafo digitalEn la ltima dcada, la amenaza

    al prestigio del libro como soportede conocimiento o entretenimientono provino del mundo audiovisualsino del campo digital. La computa-dora dej de ser solamente una he-rramienta para el trabajo y la inves-tigacin y pas a formar parte de lavida cotidiana.

    Aunque a nuestro entender la po-lmica sobre la muerte del libro estagotada, podemos citar algunas fra-

    5 Autores varios. Hesse,Carla, en El futuro dellibro. Madrid: editorialPaids, coleccin PaidsMultimedia, 1998.

    6 Autores varios. DeCerteau, Michel, en Elfuturo del libro. Madrid:editorial Paids, colec-cin Multimedia, 1998.

    4 Este planteo esretomado en forma crticapor Umberto Eco en sulibro Apocalpticos eIntegrados.

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    ses para ilustrarla. Desde un poloconservador, algn premio Pullitzer,nos deca . . .nadie leer en esaspantallitas..., hasta cientos de versio-nes vanguardistas como la enuncia-da por Ted Nelson, al decir: El pa-pel es un objeto que alguna informacinha diseminado en el pasado. Podemoscitar como un antecedente de esteconflicto la frase de uno de los per-sonajes de Vctor Hugo en El Joroba-do de Notre Dame, quien desde la cr-cel miraba la iglesia y sealando allibro como culpable deca Eso mata-r aquello. Si llevramos este enfren-tamiento a la actualidad sera la tec-nologa frente al libro. Sin embargoes bueno no slo recordar ese VictorHugo, de Notre Dame, sino aquelque adverta que los cementerios sellenan con lo que le llevamos. Muchosse adelantaron a matar al libro y sinmostrar las posibilidades de convi-vencia por un largo tiempo.

    Cuando el sentido comn piensaque las crticas a la cultura del librodeberan provenir de los mediosaudiovisuales, otros literatos, comolo era Mc Luhan, toman la posta yanalizan la relacin entre textos y de-sarrollos digitales: los hipertextos.En esta lnea se encuentran los tra-bajos de George Landow, que al

    igual que Mc Luhan proviene de laliteratura. Aqu los interlocutores deLandow van a ser los productoscomputacionales, el texto electrni-co y particularmente, el hipertexto.En su libro Hipertexto7 trabaja la re-lacin entre la teora crtica del len-guaje y los hipertextos y apuesta ala produccin de nuevas formas y asu relacin con la subjetividad:

    Tan bsicos y radicales son estos efec-tos que nos fuerzan a constatar que mu-chas de nuestras actitudes e ideas msqueridas y frecuentes hacia la literaturano son sino el resultado de determina-das tecnologas de la informacin y dela memoria cultural que proporcionaronel entorno adecuado para dichas actitu-des e ideas. Esta tecnologa, la del libroimpreso y sus parientes ms cercanos,que incluye la pgina impresa o meca-nografiada, engendra ciertas nociones depropiedad y unicidad del escritor que elhipertexto hace insostenibles. En otraspalabras, el hipertexto ancla en la histo-ria muchos de nuestros supuestos msdifundidos hacindolos descender delter de la abstraccin y parecer merasconsecuencias de una tecnologa dada,arraigada en un tiempo y lugar dados.

    Joaqun Aguirre, refirindose altrabajo de Landow, nos dice: No esLandow el nico que ha sealado el ca-

    7 Landow, George.Hipertexto. Madrid:editorial Paids, 1995.

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    rcter asociativo propio de ciertas obrasfrente a las limitaciones lineales de lastramas convencionales. MauriceBlanchot hablaba -refirindose a Prousty Joyce- de un conflicto entre un ordende conceptos jerarquizados y el desme-nuzamiento de las realidades sensi-bles[...]. En este sentido, la secuen-cialidad narrativa se ve condicionada porla necesidad de la linealidad secuencialdel discurso impreso. Aqu, Landow co-incide con los que han sealado la im-portancia decisiva de la imprenta en laformacin de la ciencia-racionalidadmoderna (Eisenstein, Ong, etc.) o en unafase anterior, la importancia de la formade racionalidad que la escritura amparafrente a las formas cognitivas y expresi-vas de una tradicin oral. Es decir, eldenominado pensamiento primitivo noest fuera de la lgica (irracionalidad),sino que trabaja sobre otras formas l-gicas diferentes. Aquello que nos pare-ce ms natural no escapa a la determi-nacin tecnolgica.8

    Lo que estos autores sealan coninsistencia es la dependencia entreel soporte fsico y la constitucin ps-quica del acto de leer. Sostienen quela forma del medio determina lasecuencialidad de la lectura. Estahiptesis deja al lenguaje en un pa-

    pel secundario, determinado por loselementos tecnolgicos. En cambio,nuestro trabajo enfoca a la nocin delenguaje como estructurante del su-jeto humano.

    Como sealamos al inicio de estecaptulo, la extensibilidad de la tec-nologa computacional y la tradicindel modo de apropiacin de conoci-mientos a travs de libros, no sontrminos de sustitucin simple, sloaquellos con intereses meramentemercantiles pueden augurar unaoperacin simple de sustitucin,cuando en realidad ante lo que nosencontramos es la interaccin de es-pacios tradicionales como son el li-bro, el lector y la biblioteca, que man-tuvieron una hegemona en la cons-titucin de la cultura literaria y ensus trminos asociados modos deproduccin y de distribucin, connuevos actores, objetos y espaciosproducto de lo digital.

    EL CAMPO DIGITAl:Hipertextos

    e hipermediasTEXTOS Y SOPORTES

    Para mostrar la pertinencia psico-lgica del acto del leer se hace nece-

    8Aguirre, Joaqun.Crtica a Hipertexto.Madrid: marzo de 1996.Espculo, revista litera-ria digital, n2. http://www.ucm.es/info/especulo/numero2/index.htm.

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    sario que separemos al soporte deltexto, sea este, en trminos deNegroponte, constituido por tomoso bytes. Esta divisin nos sirve paramostrar que cuando se habla dehipertextos en forma computacionaly se narra una historia de avancestecnolgicos, se hace referencia a lahistoria del soporte. La secuen-cialidad del texto a superar es lamaterialidad del soporte papel. Sinembargo cuando leemos, an en estesoporte secuencial realizamos opera-ciones de seleccin y cortes, nadielee un libro en su totalidad de la pri-mera letra a la ltima, hay saltos,idas y vueltas atrs. Operacionesmucho ms ricas que las que van aquedar fijadas en la nocin dehipertexto. Cuando leemos, no sloestamos leyendo ese libro puntual,sino que por el carcter polismicode la lengua se van generando aso-ciaciones con otras lecturas. Otrostextos son ledos-reledos en el actode leer un libro.

    Para Roland Barthes, En efecto leeres un trabajo de lenguaje. Leer es encon-trar sentidos y encontrar sentidos es de-signarlos, pero esos sentidos designadosson llevados hacia otros nombres; losnombres se llaman, se renen y su agru-pacin exige ser designada de nuevo: de-

    signo, nombro, renombro as pasa el tex-to...9. El tema principal de la lectu-ra no tiene que ver con lo textual,sino con los cortes que se realizan ylos recorridos posibles y singularesde un texto.

    A su modo, Sigmund Freud, conel concepto de asociacin libre pro-duce un giro copernicano que per-mite dar cuenta de una singularidadde la enunciacin. En un texto pro-pio atisba como un iceberg unsubtexto que el mismo sujeto desco-noce o se le presenta como un saberno sabido.

    Las relaciones entre arte y psicoa-nlisis han expandido esta veta deseparacin entre el texto comosecuencialidad y el placer del texto.

    La secuencialidad como lmite

    El tema de la secuencialidad comolmite en el texto aparece sistemati-zado en la dcada del 60 como pro-blemtica artstica a travs de diver-sas obras, entre ellas el trabajo deUmberto Eco, Obra Abierta10, dondese describe la apertura de lalinealidad en diferentes artes. A suvez, Julio Cortazar, en Rayuela,11 nosplantea una novela con alteracin dela secuencialidad. No es lo mismo

    9 Barthes, Roland. S/Z.Mxico: editorial SigloXXI, 1982.

    10 Eco, Umberto. ObraAbierta. Buenos Aires:editorial Ariel, 1974.11 Cortzar, Julio.Rayuela. Buenos Aires:editorial Sudamericana,1963.

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    leer Rayuela linealmente desde el ca-ptulo 1 al 56 donde 3 asteriscos enla primera edicin nos sealaban elfin o al intentar otro camino de lec-tura utilizando el de la gua que apa-rece en las primeras pginas, 73-1-2-116, etc.

    Esta problemtica ha acompaa-do toda la literatura del siglo XX, enlas diferentes propuestas ruptu-ristas. Desde los trabajos deMallarm, pasando por el manifies-to suprarrealista y hasta las diferen-tes teoras sobre el montaje cinema-togrfico, se estableci un dilogoque se retroaliment con la literatu-ra. Cmo no pensar, entonces, a laluz de los actuales desarrolloshipertextuales en el Ulises,12 con suscitas literarias, sus fragmentos depera, sus chistes, sus sonidos; todosellos evocados por James Joyce paranarrar un da y sus bifurcaciones enla vida de Leopold Blum, su esposaMolly y Stephen Dedalus.

    Un ejemplo de esta alteracin dela secuencialidad nos lo ha dado his-tricamente el cine, cuando al alte-rar planos de presente y pasado, oproponer historias laterales al relatocentral, constituye una gramtica dela imagen que escapa al tiempo real.Alain Resnain es un especialista en

    trabajar el tiempo psicolgico y eltiempo cinematogrfico, como lo hahecho en Hace un ao en Mariemba nosmuestra mejor que ninguno el tiem-po del recuerdo y la forma de narraruna historia. Este recurso que ya lohaba utilizado en la magnficaHiroshima mon Amour, donde lostiempos de la narracin, de la acciny del recuerdo se entremezclan. .

    En estos trabajos, Resnain atisbauna idea hipertextual, en su produc-cin Smoke o no smoke, lleva esta ideaal terreno de dos pelculas, con igua-les inicios hasta un punto y a partirde all se producen sucesivas bifur-caciones. No es casual que JacquesDerrida suela utilizar para hablar deestas operaciones entre los textos, eltermino montaje, de origen cinema-togrfico. Estas referencias que he-mos citado ponen de manifiesto quela relacin secuencialidad o nosecuencialidad, e incluso las ideas deinteractividad, tienen un pasado an-clado en las artes.

    LA CONCEPTUALIZACINDEL LENGUAJE

    Para comprender el trmino textoy sus derivados como textualidad ointertextualidad hay que alejarse de

    12 Joyce, James. Ulises.Buenos Aires: editorialLumen, 1987.

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    la idea tradicional de soporte libro;que determina para el sentido co-mn un universo cerrado en s mis-mo. La relacin del lector con el li-bro y el acto de lectura dependerpara su conceptualizacin de la teo-ra del lenguaje que sostengamos.

    El lenguaje lo entendemos no slocomo un sistema de comunicacinsino tambin en los trminos estruc-turales que Ferdinand de Saussure lediera en su Tratado de Lingstica Ge-neral13 y que ms tarde fueronretomados y transformados por laescuela psicoanaltica francesa,principalmente por Jacques Lacan14,aplicado al campo de la subjetividad.Encontramos otros aportes en estesentido en la lnea estructuralista deRoland Barthes y Michel Foucault(luego negada por ellos), particular-mente en Arqueologa del Saber y en Laspalabras y las cosas de ste ltimo.

    El signo lingstico aparece comoarbitrario, entendiendo esta arbitra-riedad como la soldadura delsignificante y el significado sin queentre ellos medie ningn lazo denaturalidad. Esta arbitrariedad seconvierte en relacin estable me-diante el devenir histrico y se vuel-ve convencional. El aspecto que msnos interesa del aporte de Saussure

    es el del concepto de valor, por elcual el signo lingstico toma valoren relacin al resto de los signos deuna lengua. Esta caracterstica delsigno genera que un signo lingsti-co se defina por su negatividad (estodo lo que los otros no son) y que lalengua sea un sistema estructural.Desde este punto de vista el lenguajetiene dos dimensiones: la polismicaque alude a la relacin combinatoriade las palabras y la dimensin de c-digo que es esta soldadura, a la quehacamos referencia como resultadodel proceso histrico, donde un con-junto de sonidos se asocian a un con-cepto a travs de las prcticas socia-les y forman por convencin el sig-no. Esta ltima faceta del cdigo esmenos relevante en lo que hace a laconstitucin subjetiva del ser huma-no; en tanto la vertiente polismicaes la que permite la flexibilizacin dedicho cdigo y la apertura a los posi-bles sentidos de una lengua y los sin-gulares de un sujeto. El cdigo es unanocin asociada a lo fijo, as como demanera anloga en los animales lapredisposicin o instinto est asocia-do a conductas genticamente deter-minadas.

    Tradicionalmente se habla de se-mntica y retrica, aspectos que nos

    13 De Sausurre Ferdinand.Tratado de LingisticaGeneral. Buenos Aires:editorial Losada, 1986.14 Lacan, Jacques. Funciny campo de la palabra.Escritos I. Madrid: edito-rial Siglo XXI, 1971.

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    interesan para pensar el des-centramiento temtico, dado que lasemntica muestra el grado de rela-cin con el objeto que el sujeto tiene.Al definir un trmino, la riqueza se-mntica que un sujeto tenga va a es-tar en relacin a la prctica de estemismo. En la medida en que existauna real interaccin, el trmino es-tar ms definido al entrar en juegocon los dems. En el caso contrario,slo existe en el nivel de una seal.

    El acto de lectura y apropiacinde los elementos significantes pues-tos en juego, no es una mera repeti-cin, ni solamente un modo de lec-tura lineal. Es importante separar elsoporte fsico, que nos lleva a leersecuencialmente, del acto de lectu-ra donde desde una estructuracinpsquica el lenguaje hace a una di-mensin estructural y estructurantedel sujeto.

    HIPERTEXTO E HIPERMEDIAS

    Hemos realizado un acercamien-to a la problemtica del texto guia-dos por la idea de separar las nocio-nes de texto y soporte, linealidad ysecuencialidad, aspectos que se ha-

    cen necesarios dado que en lo quepodemos denominar el campo de lainformtica uno se encuentra con unsector importante que parece creeren una generacin espontnea delos conceptos, donde las ideas y te-mticas empiezan a existir en el mo-mento que se les da una formacomputacional. Algo de esto se en-cuentra cuando se habla dehipertextos como forma compu-tacional, donde se seala al texto nocomputacional como limitado, li-neal y secuencial. Por eso, la frasede Octavio Paz, que precede a esteartculo, remite poticamente a lafuncin polismica del lenguaje. Porlo tanto, la idea de que exista unhipertexto, como un texto que con-tiene otro texto, como una palabraque remite a otra, no es una nove-dad informtica. Se ha jugado mu-cho en la literatura con esta idea,con la posibilidad de imaginar tex-tos de este tipo. Barthes nos sealaSe dice que a fuerza de ascesis algunosbudistas alcanzaban a ver un paisajecompleto en un haba. Es lo que hubie-ran deseado los primeros analistas delrelato: Ver todos los relatos del mundoen un solo 15.

    En cierta medida, esta pretensinguarda relacin con las concep-

    15 Barthes, Roland. S/Z. Mxico: editorialSiglo XXI, 1982.

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    tualizaciones que el campo digitalnos acerca a travs de algunos teri-cos. Una de ellas es la utopa de untexto que se conecte a todos los tex-tos, con la pretensin de originalidadque da la dinmica de un campo so-cialmente avasallante, como es el delos desarrollos computacionales.

    HIPERTEXTO, SUS ORGENES

    Podramos decir que los hipertex-tosnacieron en 1939 y que la guerra de-mor su presentacin hasta 1945.Vannevar Bush fue el inventor de unamquina, que si bien nunca seimplement, es un antecedente de losdesarrollos actuales. Se trata de un de-sarrollo conceptual denominadoMemex. El origen del Memex se debe auna preocupacin que hoy mantieneuna vigencia asombrosa: el modo deacceder a grandes cantidades de infor-macin que a diario se generan en elmundo. Bush, en el artculo pionero delos hipertextos, As we may think, publi-cado en el Atlantic Monthly, seala losineficientes mecanismos de recupera-cin a travs de ndices alfanumricos.Bush entenda que la mente humanano funciona as sino por asociacin.

    Recordemos la inexistencia de losordenadores en el planteo de Bush,plenamente desarrollados a base depalancas, transparencias superpues-tas y microfilms, donde incluso sepoda realizar notas al margen. Laidea central de este dispositivo me-cnico es la de proveer nexos entrelos artculos, es decir, desde un art-culo se podra acceder a otro. Al re-correr las pginas escritas por Bush,se hacen evidentes las limitacionestecnolgicas de la dcada del 30,cuando el proyecto comenz a serpensado, encontrando por otro ladoun parentesco asombroso con losmodelos hipertextuales de la actua-lidad.

    En sntesis, el proyecto de Bushpropona :

    Extensin de la memoria huma-na (suplemento en trminos deBush); Conexin a una futura compu-tadora para la reposicin de lasmicrofichas; Recuperacin de la informacinpor mltiples ndices; Los usuarios pueden realizaranotaciones al costado de la p-gina, agregar nuevos microfilmso documentos enteros;

    Vannevar Bush

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    Agregar elementos de asocia-cin entre microfilms.

    Los cuatro elementos que definenel Memex son: nexos, conexin, tra-yectos y tramas. Nexos y conexionesson lo que ms adelante abordare-mos como nodos y linkeos, mientrasque trayectos son para Bush las po-sibilidades de conectar distintos ar-tculos. El conjunto de trayectos for-ma una trama.

    Existe una semejanza estructural,hasta podramos decir un dilogoentre el trabajo SZ de Barthes con sunocin de lexia y las propuestas deBush. Barthes dice de su concepto delexia: La lexia comprender a veces unaspocas palabras y otras algunas frases,ser cuestin de comodidad, bastar conque sea el mejor espacio posible dondese puedan observar los sentidos, su di-mensin determinada empricamente aojo, depender de la densidad de las con-notaciones.16

    Van a pasar ms de 20 aos paraque las palabras de Bush encuentrencontinuadores. A mediados de ladcada del 60 investigadores comoDouglas Egeibart sufrieron penuriaseconmicas e incomprensin, al in-tentar trabajar con un sistemahipertextual on line; en esa poca el

    uso de las computadoras estaba cen-trado en el clculo.17 Por ese enton-ces, Ted Nelson utiliz por primeravez la palabra hipertextos. Ambosforman parte de un proyecto no slotecnolgico sino poltico, dado quepiensan la utilizacin de las herra-mientas como modos de democrati-zacin y de acceso a la informacin.Bien podramos denominarlos disc-pulos de Bush, en tanto ste pensa-ba su Memex en funcin de los inves-tigadores, el proyecto Xanadu centra-ba la cuestin en la democratizacinde la informacin. Sintticamente di-ramos que el proyecto Xanadu tra-baja sobre la hiptesis de la conexinde todos los textos literarios bajo unsistema hipertextual, acceso on linea la informacin y una separacin en-tre la interfase del usuario y los ser-vidores con los datos. Paradjica-mente, no ser por las implicanciaspolticas que esto se lleva a cabo sinopor los desarrollos del mercado,como ya fuera sealado en la intro-duccin. Recin en los 80, juntamen-te con los desarrollos de Apple y losposteriores de Windows, el tema dela representacin digital del texto en-cuentra su mbito ms propicio enla conjuncin de interfases grficasy computadoras pensadas para un

    MEMEX

    16Las lexias, para Barthes,son unidades de lecturaque se relacionan con otrasunidades de lecturas,produciendo tramasintertextuales.

    17 Como lo seala AliciaDaz, en su artculo:Introduccin a los sistemasde multimedia/hipermedia.Buenos Aires:CompuMagazine, 1990.

    MEMEX (VISTA INTERNA)

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    universo de usuarios. Tengamos encuenta, que con limitaciones, losmenes Help de Windows tienenformato hipertextual. De all, al desa-rrollo de los recursos multimedialespor medio de tarjetas sonoras y eladvenimiento de los CD Rom comosoporte, aunado al abaratamiento delos costos, se produce que el pasajede hipertextos con recursosmultimedias se convierta en el stan-dard de la industria.18

    El auge del trmino hipertexto amediados de los 80 vuelve a tomarconsistencia debido a la misma pro-blemtica sealada por Bush: la can-tidad de informacin a recuperar. Ladiferencia en esta poca es que yaexisten los ordenadores y la cantidadde datos se multiplic al infinito.Este fenmeno ha sido concep-tualizado como information glut,cuya traduccin ms correcta seraatosigamiento. Este concepto se re-fiere a la cantidad de informacinexistente en el mundo, a la que unono podra acceder en formasecuencial ya que requerira algnmodo de representacin que permi-ta la organizacin y conexin entretemas.

    Cuando observamos los resulta-dos del presente (sobre todo en los

    productos de desarrollo masivocomo son los diccionarios y las enci-clopedias computacionales) y relee-mos las consideraciones de Bush, ensus caracterizaciones de los desarro-llos cientficos durante la postguerra,vemos que la carencia de tecnologacomputacional, no impidi que pen-sara en ella como necesaria.

    A MODO DE SNTESISHISTRICA

    Al realizar un recorrido histriconos encontramos con que propues-tas como la de Bush o el mismo pro-yecto Xanadu, brillan ante los desa-rrollos alcanzados en la actualidad,donde si bien se han multiplicado losrecursos tecnolgicos, en relacin alas ideas, parece haber una planiciede la investigacin o un achatamien-to por la lgica del mercado.

    Realizaremos un breve recorridocronolgico sobre los principales hi-tos en la historia de la construccinde hipertextos.

    1945 Vannevar Bush desarrolla elMemex.1965 Ted Nelson crea el trminohipertexto.1968 Douglas Engelbart desarro-lla NLS, un sistema de hipertexto.

    18 En 1987 se realiz laprimera conferenciamundial de hipertextos,asistiendo ms de 500personas.

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    1975 ZOG (ahora KMS), un siste-ma distribuido de hipermedia ini-cia su funcionamiento en la Uni-versidad de Carnegie-Mellon.1978 Se presenta en el MIT elAspen Movie Map , primervideodisco de hipermedia. Fuedesarrollado por el MITsArchitecture Machine Group.1981 Ted Nelson introduce el con-cepto Xanadu, una base de datoscentralizada de documentos dehipermedia.1984 Telos presenta Filevision, unabase de datos hipermedia paraMacintosh.1985 Janet Walker crea TheSymbolics Document Examiner.1985 Intermedia, un sistema dehipermedia, es propuesto porNorman Meyrowitz en la BrownUniversity.1986 OWL presenta GUIDE, unbrowser de documentoshipermedia.1987 Apple presenta HyperCard.1987 Tiene lugar en Carolina delNorte (EEUU) The Hypertext 87Workshop.1989 Autodesk se une al proyecto

    Xanadu.1989 Tim Berners-Lee presenta el

    proyecto World-Wide-Web.1990 Se realiza la European

    Conference on Hypertext (ECHT).

    1992 Autodesk abandona el pro-yecto Xanadu.

    1993 La pelcula de los BeatlesHard Days Night es la primera entranscribirse a formato hipertextosobre compact disc.

    1993 Tiene lugar la InternationalWorkshop on Hypermedia andHypertext Standards, en Amsterdam(Holanda).

    1993 La National Center forSupercomputing Applications desa-rrolla el NCSA Mosaic 1.0 for XWindows .

    1993 La primera conferencia deDesarrolladores de World-Wide-Webtiene lugar en Cambridge,Massachusetts (EEUU).

    1993 Tiene lugar en Seattle(EEUU) la Hypertext Conference, conTed Nelson como invitado de honor.

    1994 El trfico de red del World-Wide-Web sobrepasa al del Gopher enla NSFnet.

    1994 Tiene lugar en Ginebra (Sui-za) la International World-Wide WebConference . Jim Clark y MarcAndreessen fundan Mosaic Commu-nications Corporation, la que ms tar-de cambiara su nombre a NetscapeCommunications Corporation.

    1994 Tiene lugar en Vancouver(Canada) la World Conference onEducational Multimedia and Hypermedia.

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    1994 Tiene lugar en Edimburgh(Escocia) la European Conference onHypermedia Technology.

    ESTRUCTURA DEL HIPERTEXTO

    Para analizar la estructura de loshipertextos nos vamos a valer de unpequeo artculo que habla de lamecnica de los cielos y la tierra entiempos de Aristteles, donde se de-sarrolla el tema de los diferentes ti-pos de movimientos. El fragmentodel texto comienza diciendo: La teo-ra aristotlica es hasta Newton la mscompleta ...

    La palabra subrayada completa aloprimirla nos abre otro texto que ha-bla sobre los tipos de movimientos enla mecnica aristotlica. Este tipo de

    texto es no secuencial. Uno puede op-tar o sigue leyendo secuencialmente uoprimir el mousse y desviarse haciaotros textos. As, se abren otros nivelesde lectura.

    Como lo muestra el siguiente grfi-co, los elementos que componen loshipertextos son: nodos, linkeos y redes.

    Nodos y linkeos o enlaces consti-tuyen los elementos que permitenhablar de hipertextos. Un nodo es unpunto de partida que puede ser al-guna de estas palabras marcadas.Aunque una imagen o un botn uotras referencias tambin pueden sernodos. El nodo siempre es un corteen el nivel secuencial de lectura, algoque hace referencia a otra instancia.En los textos no computacionaleseste tipo de cortes eran las llamadas

    LINK

    artculo 3 palabra

    NODO

    artculo 2 palabra

    artculo 1 palabra

    NODO NODO

    ! !

    ""

    comentariob

    !

    comentario

    artculo 4

    ! !

    !

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    a pie de pgina o referencias al finalde un captulo.

    El trmino linkeo puede tradu-cirse como puente, una unin entreun nodo y otro, o dos niveles, unomayor y uno menor de un nodo. Unnodo puede linkearse a otro nodo delcual parten otros linkeos, o puede seruna ampliacin del contenido delnodo y all termina.

    Las uniones pueden ser del tipounidireccional, bidireccional omultidireccional. En el grfico se en-cuentran cuatros nodos. Cada unode los nmeros representa un nodoy la conexin son los linkeos. Se ob-servan aqu las diferentes posibilida-des de conexin, no slo entre nodos,sino por ejemplo dos nodos quelinkean a un lugar comn. Un nodopodra estar conectado mediante unlink a un breve comentario aclarato-rio como lo hemos visto en el ejem-plo de Aristteles donde se abre uncomentario y se regresa al punto departida. Pero tambin, este comen-tario puede estar conectado a otrosnodos que lo requieran.

    La idea de pgina que se mantie-ne para la Internet y algunos progra-mas como Toolbook poco tiene quever con la pgina precomputacional,sin embargo, siguiendo esta termi-

    nologa podramos decir que unnodo es un punto en el interior deuna pgina. Un nodo puede conec-tar a otra pgina y no volver a la deorigen. Podemos pensarlo como unpasaje a un nivel superior o un cam-bio de temtica. Link es el enlace, elenganche, el puente. Una metforaposible es un ro y sus dos orillas,donde un nodo es una orilla, el otronodo es la otra orilla y el link, elpuente. Una red de nodos es la co-nexin entre diferentes nodos quepresenta una semejanza con la no-cin de red conceptual, pero no es lomismo.

    Navegacin es el trmino que seutiliza para indicar la circulacin pordentro de estos hipertextos. Puedeocurrir que, si un hipertexto no estabien hecho, una persona se pierdasaltando de nodo en nodo o que sepierda en aspectos secundarios delos conceptos centrales. El trminonavegacin est muy en boga en es-tos das, dado que la Internet, a par-tir de las pginas web se organiza so-bre un modelo hipertextual dondese busca la informacin ya no sloen un documento sino a travs detoda la red; independientemente delpas en el que se encuentre la infor-macin hipertextual volcada. Nave-

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    gacin es el correlato de lectura parael campo digital.

    La terminologa a veces vara en-tre programas o entornos. Los linksen la Internet son traducidos al es-paol como enlaces entre pginasweb, mientras que el programaconstructor de hipermediasToolbook mantiene el trmino link,pero a los nodos cuando son textua-les, los denomina hotword (pala-bras calientes).

    Es de destacar, que tanto para estesoftware como para otros una de lasmaneras ms comunes de generarelementos de navegacin son los bo-tones o grficos que al ser oprimidosnos conectan a otra pgina.

    HIPERMEDIAS

    La denominacin hipermedia esutilizada por muchos autores comola conjuncin de productoshipertextuales con imgenes, soni-dos, animaciones y videos. Al co-mienzo de este artculo hacamoshincapi en los desarrollos dehardware y de software que han per-mitido disponer de esta conjuncinde elementos en mquinas para elhogar. Una dcada atrs, el vdeo oel procesamiento de sonido estaba

    reservado a sistemas de gran com-plejidad, eran los tiempos de la PCpensada desde la trada: procesadorde texto, base de datos y planilla declculo. Los recursos multimedialeshan familiarizado la nocin deinterfaz dado que una tarjeta de so-nido es una interfaz, una placa devdeo es una interfaz y su funcines la de convertir lo analgico endigital.

    EL USO DE LOS RECURSOS MUL-TIMEDIALES EN LAS HIPERMEDIAS

    En el artculo de Benbenaste y Fa-ria 10 consideraciones acerca de lasmultimedias 19 se sealan algunasproblemticas interesantes respectodel enlace de diferentes medios pre-sentes en las hipermedias. Estas ob-servaciones articulan las dos vertien-tes que hemos expuesto: las posibi-lidades hipertextuales y los recursosmultimediales.

    Cuando los recursos multimediales seutilizan en una hipermedia se debe con-siderar el equilibrio entre el desarrollolineal y los saltos lgicos. Se debe consi-derar la cantidad de linkeos que puedenayudar a enriquecer la lnea central deltexto, cuidando de no extraviarse de ellapor aspectos secundarios.

    19 Benbenaste, Narciso;Faria, Juan. 10 consi-deraciones acerca de lasmultimedias. BuenosAires: CompuMagazine,especial multimedia,abril de 1993.

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    Esta consideracin plantea clara-mente la problemtica de los produc-tos hipermediales que, de las tres ca-ractersticas con que los definimos enla introduccin, priorizan la capaci-dad de almacenamiento sin ponercuidado en el diseo de las conexio-nes entre los artculos. La enciclope-dia computacional hereda las carac-tersticas de la precomputacional:grandes cantidades de datos y dedispersin temtica, a los cuales seagregan los recursos multimedialesque hacen a la lgica del atractivo yal universo de la seduccin. Podra-mos decir que ha terminado con elreinado y la tirana del clsico prin-cipio-medio-fin pero no ha alcanza-do an un desarrollo propio, que noemule al libro precomputacional nise acerque a la mala televisin.

    Los recursos multimediales debenser cuidadosamente incluidos y noincorporarse como un simple valoragregado. Retornando a Benbenastey Faria en el artculo mencionadonos aportan una observacin que, sibien se orienta a los productos edu-cativos, es de amplia validez paramuchos desarrollos hipermediales:El uso de programas de multimedia eneducacin necesita resolver la cuestinnada trivial de la proporcin entre la

    estimulacin sensorial y la capacidad deabstraccin. Es sabido que las estimu-laciones sensoriales constituyen unatractivo para el sujeto pero el excesodificulta el uso de su capacidad de abs-traccin.

    La psicologa cognitiva norteame-ricana ha descripto bajo el nombreoverheard un fenmeno que se re-fiere al umbral de tolerancia que unsujeto tiene ante diferentes mediossimultneamente. Podramos decir,que se produce un embotellamien-to de la comprensin, realizndoseuna especie de zapping continuo sinque el sujeto encuentre un anclajeque le de sentido. Esta cantidad dedatos, imgenes y sonidos, se aproxi-ma a una experiencia realizada porSigmund Freud en uno de sus pri-meros trabajos, El proyecto para unapsicologa para neurlogos retomadoluego por no pocos tericos de la in-teligencia artificial. All Freud noshabla de las barreras antiestmulo.

    LA NARRATIVA HIPERMEDIAL

    Como planteamos en un principio,cuando hablamos de las condicionesde posibilidad de lo digital, diremosque todo lo digital es combinable:desde cualquier elemento en una

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    multimedia nos podemos conectara otro. Estas combinaciones son lasque producen los ritmos de narra-cin multimedial y que sint-ticamente las resumimos entreotras en:

    de texto a texto, en la mismapgina de texto a texto en otra pgina de texto a aclaracin textual pe-quea denominada popup de texto a imagen de texto a recurso multimedial,video, sonido, animacin de imgenes a recursosmultimediales: video, sonido,animacin de imgenes a cualquier tipode texto combinaciones reversibles ounidireccionales entre todas lasmencionadas salida exterior a la Internet

    La combinacin de la herramien-ta a utilizar y sus posibilidades, conlas potencialidades de las conexio-nes, genera un tipo de narracindonde los tiempos de lectura y losbucles de conexiones van gestandoun ritmo.

    Un hipertexto puede tener una na-rracin lineal o ramificada; de relato

    paralelo o de relato concntrico; conjerarquas o retculas o tambin unacombinacin mixta todas ellas.

    Al partir de esta trama labernticaotros elementos como son las met-foras de pantalla, las imgenes o losque nos simulan situaciones delmundo, aparecen tapando esta es-tructura narrativa; no dejando verla carretera de recorridos y llevandoal lector a opciones, como son losmapas de ubicacin.

    Los enlaces. De lo necesario a lo in-novador.

    Qu es lo nuevo ante una recrea-cin del medio? Para tomar un ejem-plo, la mayora de los enlaces exis-tentes en los artculos en la Internet,no surgen como necesidad de unanueva forma de la textualidad, sinoque se inspiran y presuponen el li-bro precomputacional. Los desarro-llos en multimedia se combinan enpedir lgicas prestadas; algunos seacercan ms al libro, mientras queotros lo hacen a la narracin inspira-da en medios audiovisuales.

    Este tipo de desarrollo est rela-cionado con las condiciones de lossoftware de construccin dehipermedias. Si pensamos en unaveta proveniente de productos como

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    HACIA UNA EPISTEMOLOGA DE LA EDICIN DIGITAL

    Toolbook, la metfora que organizala pantalla es la de un libro y suspginas. Mientras, que si los desa-rrollos estn basados en productosde la empresa Macromedia como serDirector, la metfora es el story-board del cine donde en lugar de laspginas tenemos escenas a compo-ner con un tiempo de duracin.

    Es notable como una eleccin desoftware de autora nos condicionael producto final, encontrndo en elcaso de los productos de Ma-cromedia, una orientacin hacia elimpacto visual, con menores posibi-lidades de manipulacin de los tex-tos; mientras que Toolbook histri-camente, ha priorizado los textos ylos enlaces entre ellos en sus proce-sos de automatizacin.

    Teniendo en cuenta que estamosejemplificando con sistemas de autoraque nos brindan una gran libertad peroa su vez nos restringen, podemos decirque para todos los casos estas cuestio-nes nos plantean modos de narrar, quecondicionan la navegacin del lado dellector. La eleccin de un soporte tieneconsecuencias en la narracin; como astambin el peso de la novedad, la moday los estilos postmodernos

    A partir de la nociones dedesconstruccin de Derrida, y los

    aportes realizados por Landow, ensus trabajos sobre hipertextos, pare-ce existir una creencia en las posibi-lidades a infinito de estos medios,que podramos sintetizarlas en:

    1- Una creencia en la independenciade los textos, como instancias que amodo de fractales se reproducen a infi-nito, enlazndose sin que medie instan-cia de mercado o social. Una variantede esto es reducir las implicancias so-ciales a meros discursos, a modo deejemplo la asociacin de las nociones deenlace con libertad.

    2- La de la Internet como ente au-tnomo, con posibilidad de vida en elciberespacio, independientemente dela posicin del sujeto en el mundo real.

    Esto conlleva, un propagandizacinde las virtudes de estos medios, ms cer-canos a la creencia religiosa que a la po-tencialidad real. No es que no tenganposibilidades de generar instancias nue-vas e interesantes de expresar, pero noen el sentido de una manifestacin de fe.

    Otros medios,otras lgicas ?

    En nuestro recorrido hemos teni-do como interlocutor al libro. La

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    mayor parte de los autores seala-dos tienen como referencia al libroprecomputacional. Al pasar dehipertextos a hipermedias se suman ala competencia del libro y al hiper-texto, los dems medios.

    La suma de todos estos elementoscomienza a generar nuevos productos,los que ya no pueden analizarse bajola lgica del libro sino como una lgi-ca de seduccin masiva. sta, se en-cuentra en relacin con la nocin dezapping e implica mantener a travsde imgenes y sonidos al televidentefiel a una pantalla. Estas estrategias deseduccin parecen deslizarse al cam-po de los productos hipermediales, demodo que la nocin de impacto sobreel espectador predomine sobre laprofundizacin de una temtica. De-beramos pensar en el surgimiento deun nuevo sujeto sujetado a estos me-dios. El sujeto destinatario de las prc-ticas precomputacionales o unilatera-les, recibe nombres tales como lector,televidente, cinfilo, melmano, etc.Cmo denominaremos a este sujetoque en uso de la tecnologa conjugatodos los antes mencionados? La sumade los estmulos no genera auto-mticamente ventajas comparativas,por lo que se hace necesario pensar laconjuncin de los medios y no reali-

    zar una aceptacin pasiva, que a ve-ces se realiza en oposiciones del tipoms atractivo o menos atractivo.

    ENCARTA 2000TOO MUCH TOYS NOT ENOUGH TIME

    TO PLAY WITH THEM ALL20

    A modo de ejemplo analizaremoslas nociones de nodo, link y navega-cin utilizando la Encarta 2000 deMicrosoft. Como la mayor parte delas enciclopedias computacionalestiene diferentes formas de navegar,pero independientemente de la em-presa, todas cuentan con un meca-nismo de bsqueda de la informa-cin. Proponemos la versin en es-paol de la Encarta 2000, la cual nose trata de una mera traduccin sinode un adaptacin para el mercadolatino. No analizaremos la totalidadde posibilidades de esta enciclope-dia hipermedial, sino que, a travsde la bsqueda de una palabra ana-lizaremos las posibilidades de co-nexin con otras temticas.

    Arbitrariamente seleccionamoscomo tema de origen el nombre delcompositor musical Astor Piazzola.En el apartado para bsqueda de laEncarta escribimos: Piazzola.

    20 Demasiados juguetes ypoco tiempo para jugarcon ellos. Annimopopular.

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    Nos remite a una pantalla (pgi-na) con un texto de carcter biblio-grfico sobre el msico. En la enci-clopedia Encarta, los nodos o pala-bras para enlaces estn indicados concolor rojo. Aqu encontramos 3 co-nexiones que hacen referencia a :

    su formacin con Nadia Bou-languer. su formacin con AlbertoGinastera. su participacin en el film Elda que me quieras con CarlosGardel.

    Estos tres nodos: Ginastera,Boulanguer y Gardel, implican unrecorte sobre todas las dems po-sibilidades de conexin. Cuandodecamos que los hipertextos sonuna forma reduccionista del carc-ter polismico del lenguaje, nos re-feramos a estas formas de selec-cin de lo que es nodo y lo que estexto llano. Esta primera pgina in-cluye un fragmento musical deLibertango (Piazzola, 1994) a modode ilustracin.

    Podemos ubicar estos tres nodos enlo que denominaremos el nivel 1, en-tendiendo a ste como la primera aper-tura desde nuestra bsqueda inicial.

    En ambos casos el color rojo conel que se encuentran sealadas laspalabras son el punto de partida ha-cia otras pginas. Desde la inicialtenemos 3 posibilidades de alterar lasecuencialidad de la lectura. Reali-zaremos algunos recorridos que, amodo de sntesis, presentaremos enel apndice, estructurado como unared de nodos.

    Si tomamos como camino el nodode Alberto Ginastera, nos remite asu pgina bibliogrfica acompaadatambin de un breve fragmento mu-sical del Malambo perteneciente a suobra Estancia. Dentro de la breve bio-grafa nos encontramos con los si-guientes nodos :

    1- Buenos Aires2- Manuel Mujica Lainez3- Opera4- Teatro Colon.

    Desde la posicin del artculo dePiazzola, los nodos que se despren-den de Ginastera corresponden alnivel 2.

    El primero de ellos corresponde auna ubicacin geogrfica, el segun-do a la biografa del autor del textode la pera Bomarzo, el tercero al con-cepto de pera y el cuarto a la histo-ria del Teatro Coln.

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    Si uno observa el texto, completonotar que existe una mencin alcompositor musical Aaron Coplan,que no est sealado como nodo,asimismo, cuando uno desdePiazzola selecciona el camino deNadia Boulanguer, se encuentra quedentro de sta s hay un nodo queconecta a Aaron Coplan. Esta co-nexin tambin se encuentra desdeel nivel 2, sin embargo y pese al pa-ralelismo temtico, la conexin en larealidad existi.

    Esto nos hace reflexionar que la or-ganizacin de los datos es parcial-mente hipertextual, dado que si pen-samos en una red de nodos debera-mos poder acceder a Coplan desdecualquier mencin que se le realice.

    Quedara por despejar si se tratade un error de tipo informtico o deanlisis semntico de las obras. Sipreviamente alguien analiz lo di-verso, para establecer las conexiones

    o slo se trabaja sobre un nivel 2 deexpansin del texto. Si pensamos enlas palabras de Bush y en la nocinde trama, diramos que hay una tra-ma no armada entre Ginastera yCoplan y que desde un punto de vis-ta histrico o musical existi.

    Este tipo de anlisis debe aplicar-se en la construccin de hipertextos,para poder realmente aprovechar lodigital, dado que si slo la variablealmacenamiento es la que se poneen juego, en realidad, a pesar de uti-lizar medios digitales, no dudamosen decir que son caractersticasprecomputacionales.

    LOS RECORRIDOS

    En el ejemplo elegido, se hanpriorizado algunos recorridos. Algu-nos forman parte de una textualidadque podramos denominar del ordende lo artstico: msicos, escenarios,estilos musicales y en otro orden unalnea que denominaremos de inclu-siones y que nos ubica en la geogra-fa. Mientras que avanzando por loslinkeos de las biografas de msicos,accederemos a las definiciones deltipo musical, como son cancin, can-to gregoriano e incluso llegando acontrapunto accederemos a una con-juncin de imagen y sonidos.

    Boulanguer

    Piazzola

    Ginastera Gardel

    NIVEL 0

    NIVEL 1

    TeatroColn

    MujicaLainez

    peraAaronCoplan NIVEL 2

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    Hemos agregado como apndiceun grupo de recorridos, partiendodesde la biografa de Piazzola. Ellink a Ginastera, forma parte del ni-vel 1, con esto entendemos que seencuentra a una distancia de 1 pgi-na del trmino original, pero nosiempre desde los linkeos la situa-cin es reversible, s lo es desde unmodo de pginas secuenciales.Ginastera naci en Buenos Aires yde all la conexin a la pgina de laciudad de Buenos Aires. Desde Bue-nos Aires como ciudad hay un linkeoa Argentina, que conecta a Ro de laPlata, a Virreynato. De all podra-mos salir a Sudamrica o buscar lo-calidades de Argentina. En este lti-mo ejemplo, se agregan a las fotos ylos sonidos: grficos poblacionales ymapas. Este recorrido que va abrien-do nodos cada vez ms lejanos de lapalabra inicial, debe ser tomado amodo de ejemplo de cmo deberadisearse un material para este tipode productos.

    En esta versin de Encarta, encon-tramos una organizacin hipertex-tual de los artculos. En el fragmentoque hemos tomado detectamos dife-rentes organizaciones de los linkeos.Si pensamos en un modelo de ejeshorizontales y verticales, donde ubi-

    camos en la vertical, el hilo conduc-tor de un artculo (linkeos como el deBuenos Aires, Argentina, Suda-mrica) se ubica en una relacin deinclusin. Mientras que los datos so-bre la formacin de Piazzola nos ex-panden hacia una horizontalidad po-blada por otros msicos. Dicho nivelde horizontalidad, nos remite a esti-los de msica y en el caso del linkeosobre Nadia Boulanguer (con quienPiazzola se forma) nos remite a unartculo sobre Boulanguer, sus disc-pulos y su maestro Gabriel Faure. Asu vez el artculo de Faure hace men-cin a sus composiciones o pequeascanciones que linkean a las cancionescon sus variantes folklricas o can-tos gregorianos. Este ltimo linkeoconecta con Iglesia Catlica y la au-sencia de mujeres en la organizacinde las voces. Para una ejem-plificacin, hemos armado a modo deuna red conceptual este segmento deartculos y linkeos, donde se observaalgunas aperturas, as como artculosfinales, que no remiten a ningn otroartculo.

    Hemos recortado el recorrido enforma de imgenes, pero armaremosun mapa de linkeos partiendo des-de Piazzola. Cada una de estas uni-dades, que siguiendo la terminolo-

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    ga que se impone desde la Internetdenominamos pginas, est com-puesta por partes textuales y partesmultimediales, de sonido, o de vi-deo o de grficos.

    Este sealamiento entre pgina enla Internet y artculo en la enciclo-pedia, tiende a disolverse dado quela misma enciclopedia viene prepa-rada para conectarse a la Internet,permitiendo ampliar de este modola cantidad de informacin.

    La eleccin azarosa de Piazollacomo punto de partida, nos ha lle-vado por nodos textuales y con so-nidos o textuales con imgenes o, enel caso de los pases textuales deimgenes y con sonidos de cancio-nes populares o sus himnos patrios.En este camino, no hemos encontra-do videos o animaciones con las quela enciclopedia cuenta. Encarta 2000entre las formas de recuperacin dela informacin, apela a una organi-zacin temtica denominada recorri-dos, que implica agrupar un sectorde la informacin disponible, porejemplo Deportistas del siglo.

    A MODO DE CIERRENo son pocas las revistas naciona-

    les e importadas, que acompaan su

    ejemplar con un CD Rom compu-tacional. Esta tendencia se vaincrementando, junto a los libros quecomienzan a incluir un agregado enCD Rom. Mayoritariamente, estas re-vistas versan sobre temas compu-tacionales. Sin embargo y analizan-do el modo en que el resto de la pro-duccin grfica comienza a editarproductos textuales con el agregadode videos o compact musicales, es deesperar que en todo el horizonte depublicaciones se agreguen CD Romcomputacionales.

    Algunas de ellas muestran la con-tradiccin vigente, editan en papello mismo que reproducen en el CDRom, pero en una versin sin ele-mentos multimediales. Este ejemplode conversin de un soporte en otro,es el resultado de una etapainmadura del medio, donde se pien-sa el producto en formato papel yluego se busca convertirlo ahipermedia. Otra forma de esta pre-sentacin es la revista en papel y elCD Rom con 640 Mb de programas,algunos importantes, otros regularesy la mayora absolutamente de relle-no. Donde una vez ms la capacidadde almacenamiento es la variablepara la eleccin del soporte.

    El resultado de esta operacin esuna sumatoria donde no aparece lo

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    autnticamente digital. La presenciade tecnologa computacional no ne-cesariamente genera un universodigital en sentido estricto, dado quepueden existir programas cuya apli-cacin se base en una lgicaprecomputacional, por lo cual el resul-tado sera slo formalmente digital.

    Para hacer hipermedias, hay que de-sarrollar desde el momento 0 un trabajohipermedial. Esto implica pensar conlinkeos, con imgenes, con sonidos, convideos.

    Mientras esto no ocurra, tendre-mos productos mixtos, productostextuales que sern reforzados conelementos multimediales. Esto im-plica que en la actualidad, muchosproductos son pensados con lgicastextuales y a partir de all se le agre-gan imgenes, sonidos y videos.

    La historia de los medios, nos hamostrado las consecuencias de cam-bios de este tipo. Cuando el cine rea-liz el pasaje de mudo a sonoro,abundaron las situaciones sonoras:cientos de puertas se abran y cerra-ban, muchos truenos anunciabannoches de terror y los actores canta-ban. Todo de un modo exagerado, deun modo que retroceda en los avan-ces que el cine mudo haba logrado,pero que recordaba la problemtica

    de las primeras pelculas, donde o el me-dio anterior -el teatro- impona su lgicagenerando escenas de cmara fija, cono-cidas como teatro filmado o era el docu-mental el que organizaba las imgenes.El tren entrando a la estacin de Lyon o Lasalida de la fbrica con que los hermanosLumiere nos mostraban el invento intil.Lo que no impidi que George Melies,que haba sido uno de los primeros ob-servadores privilegiados de un film, nosiguiera necesariamente el camino do-cumental y creara El viaje a la luna. Elcamino tomado por Melies con la expe-riencia adquirida en espectculos demagia, logra un enfoque diferencial enlos albores del cine, imponiendo algu-nos criterios an vlidos.

    De teatro a cine mudo, de cine mudoa cine sonoro, de blanco y negro a color,cada cambio produjo una resistencia almedio anterior. Sin embargo, el cine fueencontrando su propio discurso.

    Cada nuevo surgimiento sirve a ve-ces para realizar una apertura en el me-dio al que aparentemente viene a su-plantar. Tal es el caso de la relacin dela pintura, ante la aparicin de la foto-grafa, permitiendo a la primera esca-par a su mandato retratista y testimo-nial y acceder a otras posibilidades.

    En el tema que nos convoca: los de-sarrollos hipermediales, vemos que

  • TEXTOS, TRAMAS Y DGITOS

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    an no han alcanzado su propio len-guaje y todas las referencias aparecencomo tomadas prestadas de otros cam-pos. Pero en el interior de lashipermedias aparecen productos pro-pios del campo informtico como lasimgenes sintticas, absolutamenteproducidas con tecnologa digital.

    Mientras tanto el campo del texto,como producto final, an las referencias,los miedos, las posibilidades parecen or-ganizarse en el universo que en los lti-mos 5 siglos ha generado en Occidenteel libro. Las hipermedias se encuentranen la sntesis de diferentes procesos y estees un camino con final abierto.

    APNDICE: LIBERTANGO O CMO DE PIAZZOLLA LLEGAMOS AL CABO DE HORNOS

    GINASTERABOULANGER GARDEL

    PIAZZOLA

    Dodecafonismo

    Premio PullizerMsica Folklrica

    Biografa Pllizer

    CoplandMonteverdiCarter

    Billztein

    fragmento de Libertango

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    biografa!

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    Faure

    Msica deCmara Ravel

    Wagner

    Mujica Lainez Teatro Colnpera

    Renacimiento

    Argentina

    Sudamrica

    fotos y texto

    Cabo de Hornos

    Canto llano

    Canciones Aida Verdi Buenos Aires$

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    Iglesia Catlica

    Canto Gregoriano

  • SINGULARIDAD EN LARED...O EL JUEGO DE

    ESTAR CERCA Y LEJOSSIMULTNEAMENTE

    Nuestros inventos son lindos juguetes quedistraen nuestra atencin de las cosas serias. Nos

    apuramos mucho para construir un telgrafomagntico de Maine a Texas, pero puede ser que

    Maine y Texas no tengan nada importante quecomunicar

    THOREAU, 1884.

    INTRODUCCINEn este artculo plantearemos las re-

    laciones entre subjetividad y tecnolo-ga, particularmente en el uso de laInternet como mediadora entre los su-jetos. Si bien nuestro anlisis se centraen la red, existen condiciones para se-alar que esta fragmentacin que va-mos a describir, se repite en muchosotros ejemplos en los sujetamientos ala tecnologa. Gergen Kenneth, en sulibro El yo saturado1, seala que la mul-tiplicacin de las relaciones mediadaspor tecnologa va haciendo desapare-cer los encuentros cara a cara para pro-

    1 Gergen, Kenneth. El yosaturado. Buenos Aires:editorial Paids, 1995.

  • SINGULARIDAD EN LA RED

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    ducir una cultura que denomina demicroondas, metaforizando el con-cepto de aplicar calor intenso para ob-tener de inmediato alimentos y lo tras-lada a los vnculos mediados por lotecnolgico. En nuestro recorrido nosconcentraremos en la red y sus re-cursos y el modo en que es utilizadapor los grupos, entendiendo que seproducen particularidades con res-pecto a otros vnculos. Asimismo,nos preguntamos qu tipo de rela-ciones se presentan en los gruposque intercambian mensajes, que in-tegran comunidades virtuales, quecrean una verdadera necesidad deleer y contestar diariamente y si, apriori, podramos decir, desafiandolas palabras de Thoreau, que creentener algo importante para comunicar.

    UN POCO DE HISTORIAA principios de los 90 en un BBS

    se me ofert la posibilidad de armaruna consultora psicolgica va e-mail, que tena por objetivo orientara los que consultaran, para luegoderivarlos a instituciones pblicas oprivadas. La mayora de las consul-tas que me llegaron se encuadrabanen lo que se denominan trastornos

    obsesivos compulsivos (TOC) que hansido maravillosamente descriptos einterpretados en la pelcula Mejorimposible por el actor Jack Nicholson.All observamos un conjunto defobias y trastornos que afectan elcontacto con el otro y los desplaza-mientos fsicos en el mundo. Lo in-teresante del caso es que estas per-sonas en el ciberespacio gozaban deuna amplia libertad, eran comuni-cativas, alegres, como si la distan-cia entre la pantalla y el otro los li-berara. Tambin, cabe sealar, queen el caso de los TOC se puede pro-ducir el efecto contrario, es decir, elreforzamiento de los sntomas so-portados por una tecnologa que loshace ms egosintnicos. Esta situa-cin me llev a pensar que la redcumple una funcin de reciclaje, yano slo de la patologa, sino tambinde lo que la ciudad real y el tiempohistrico expulsan. La red as apa-rece como la fuente de los deseos,donde todo es promesa y el anoni-mato y la distancia virtual-real nosfunde en otras distancias, nos dupli-ca. Convertidos en clones digitales,somos los mismos, somos otros. Deeste modo, la heterognea Internetcrea millones de ciudades distintasque sern complemento o sustituto

  • SINGULARIDAD EN LA RED

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    de la ciudad real. Queda abierta lapregunta sobre la caracterstica deestos vnculos y su relacin de con-tinuidad o discontinuidad de lo vir-tual con lo real.

    RECICLANDO VNCULOSPodramos decir que, en la medi-

    da que los espacios reales fragmen-tan y segregan, nuevas redes fundanciudades virtuales recreando lazos. Lacontinua tendencia a la privatizacinde los espacios urbanos, la retraccina lo privado, la falta de seguridad enlas megaciudades, alientan un priva-do como es la red, donde estar cercaimplica estar lejos y mediados. Es-tos nuevos tipos de vnculos mere-cen un anlisis a la luz de las rela-ciones entre espacios virtuales, pro-ductos de lo digital y virtualizacinde espacios pblicos, producto de laprivatizacin, la globalizacin y laconcentracin econmica. Un dete-rioro histrico en los vnculos se ob-serva en las grandes ciudades a tra-vs de la perdida constante de per-tenencia. Los barrios van desdi-bujando su perfil de particularida-des para ajustarse a los modelos decomercializacin, de este modo, cadabarrio empieza a perder las caracte-

    rsticas que lo hacen singular. Estefenmeno se observa en las multipli-caciones de opciones de centros, cadauno similar a otro, donde a modo deanillos se conectan y desconectan. Lapresencia de una tecnologa como laInternet nos muestra las nuevas lo-calizaciones de las personas, que re-ciclan sus desventuras y desu-bicaciones en las ciudades reales, paraconvertirse en habitantes de un espa-cio de anonimato, donde, paradjica-mente, si bien presenta las caracters-ticas de no lugar, este aspecto de re-cuperacin de identidades perdidasse convierte en un lugar.

    Sealbamos en la introduccin elcaso de las patologas denominadasTOC y el modo en que encuentranen la red, un lugar donde la circula-cin no est restringida. Pero msque una demostracin patolgica,nuestra intencin es mostrar que estoocurre tambin con otros grupos.Podemos decir, por ejemplo, queexisten muchas ciudades virtuales,entre otras:

    - La de los sueos de los 70, don-de los nufragos de las ideaslibertarias se reciclan en nuevas cau-sas, agiornadas, pero que mantienenel halo de solidaridad.

  • SINGULARIDAD EN LA RED

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    - La de los solitarios que buscanrealizarse en amores virtuales.

    - La de los cuentapropistas que,expulsados del proceso productivo,buscan un lugar en el teletrabajo.

    - La de los perversos, que ven enel anonimato una posibilidad paradesarrollar su patologa, sin una r-pida condena social.

    - La de los autoritarios que bus-can imponer sus puntos de vistassobre el de los dems.

    - La de las cmaras y los rostrosque devuelven otros rostros.

    - La del chat y sus miles de nom-bres que esconden identidades.

    - La de los miembros de las listasy foros, habitantes de comunidadesvirtuales.

    Estos son algunos de los rostros yagrupamientos que se reciclan en laInternet y que da a da buscan comu-nicarse con el otro. Partiendo de la exis-tencia de estos grupos, an a sabiendasde que en pases como el nuestro es unfenmeno limitado, creemos importan-te indagar las condiciones psicosocialesy las manifestaciones de estos grupospor tres motivos:

    a) en la clnica comienzan a apa-recer algunos fenmenos, relaciona-

    dos con el uso y el abuso de laInternet.

    b) existe una reproduccin de fe-nmenos similares en otros pases,que tienen impronta tecnolgica msfuerte.

    c) en gran parte, la denominadaglobalizacin econmica est soste-nida en redes informticas.

    DE LO REAL A LO VIRTUAL: Viaje unidireccional?El ciberespacio tiende a crear per-

    tenencias fuertes y relaciones que,con la velocidad de lo digital, fluyena un tiempo mayor que las relacio-nes cara a cara. Esta condicin pare-ce extenderse y crear un nuevo tipode vnculos donde desde las panta-llas, por texto, voz o cmaras, diver-sos narcisismos se comunican. El fu-turo deber mostrarnos hasta dondeexiste o existir un continuo entre lovirtual y lo real. Estaremos ante unnuevo modo de relacin donde hay con-tinuidad, o existir la duplicacin deespacios sin comunicacin entre ellos?Es posible pensar que la tendencia acomunicarse a travs de la pantalla,para muchos, sea un modo de rela-cin que no involucre nunca el en-

  • SINGULARIDAD EN LA RED

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    cuentro con el otro en la realidad.Este fenmeno se nota en las convo-catorias en vivo de las listas de dis-cusin donde pocos se animan a ver-se las caras pero, en cambio, estndispuestos a vivir gran cantidad dehoras diarias con los otros en la red.Mucha gente sostiene que elciberespacio es independiente delmundo real. Yo tiendo a pensar enformas propias, que reproducen elmundo real a mayor velocidad, sinque implique una continuidad abso-luta sino, ms bien, reproduccionesfragmentadas.

    Algunos fenmenos de afecti-vizacin se han desplazado de lo reala lo virtual, como los sentimientos depertenencias, por llamarlos de algnmodo, en asentamientos virtualescomo son una cuenta de e-mail, unapgina web, un grupo de chateo, unalista de discusin, etc., como ocurraafectivamente con la vieja idea de ba-rrio y sus alrededores.

    El tiempo y el espacio en elciberespacio

    Dos temas puntuales sern nues-tro eje de anlisis: la intensidad dela respuesta, en trminos de veloci-

    dad y la cuestin de la identidad eneste contexto.

    Entendemos que la intensidad dela respuestas es una variable quecambia segn el medio que se esteutilizando, generando usos y cos-tumbres. Qu es el tiempo en una co-munidad virtual? Cmo est definido?Qu lo constituye? Qu emergenciaslo alteran, cules lo aceleran, cules loretardan? Ya Marshall McLuhan sos-tena que la velocidad de la electrici-dad tiende a abolir el tiempo y el espacioen la conciencia. Existe una diferen-cia en la temporalidad y el ritmo en-tre lo que sucede en una lista de dis-cusin o foro y en el inmediatismodel ICQ, IRC, o Netmeeting. Asmis-mo, entre estos ltimos se los puedediferenciar por la posibilidad de con-tactos simultneos. Una de las dife-renciaciones se corresponde, enton-ces, con la velocidad real de respues-ta en los distintos programas, la otracon la velocidad subjetiva y la no-cin de temporalidad, cuando se esten una situacin de inmersin tec-nolgica. No es lo mismo lasubjetivacin del tiempo y la veloci-dad en dispositivos asincrnicos,como el e-mail, que en la sincronadel chat. Al constituirse un espacioyo- no yo, la temporalidad del mun-

  • SINGULARIDAD EN LA RED

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    La PupilaLa PupilaLa PupilaLa PupilaLa Pupilado real se pone en suspenso y el rit-mo de las palabras, la rapidez o len-titud de las respuestas van generan-do un tiempo propio. Un efecto si-milar se observa en los video-games,donde el tiempo del juego sujeta aljugador de tal modo que el tiemporeal sigue trascurriendo, pero en unaescena por fuera de l. Esta puestaentre parntesis del tiempo real,constituye un dispositivo que plan-tea reglas propias y que revertir no-ciones de funcin y significado, tanapreciadas por la modernidad. Estazona que hemos denominadomicroclima tecno-ldico en relacina los video juegos, es donde el espa-cio se nutre de las relaciones entrerealidad y fantasa. Este espacio esuna construccin artificial entre lossujetos y el medio. Para quienes he-mos pasado por dispositivospsicoanalticos, sea como pacienteso como terapeutas, es comn reco-nocer este espacio que, en la clnica,Sigmund Freud denomin la pro-duccin de una neurosis artificial. Re-currimos al dispositivo psicoanalti-co porque encontramos en l muchascuestiones que aparecen como nove-dad en la vida del ciberespacio, peroque en realidad existen en el otroespacio y que tienen que ver con unaconceptualizacin del yo y de la

    identidad como un punto de llega-da, siempre fragmentado, ms quepunto de partida o elemento dado einmutable. De all que esta relacinentre el tiempo y la identidad sea uneje por dems interesante para tra-tar de acercar claridad al campo delas producciones en la Internet.

    La idea del yo est en el centro dela cuestin. De un yo social y un yoindividual, de un ser, de un deberaser y un quisiera ser, como subver-sin del mandato Kantiano: teres, t debes. Una visin en casitodos los tericos de la vida en elciberespacio es el de sealar la libe-racin del yo de los mandatos. Enrealidad, la estructura de mercado ysu globalizacin van generando frag-mentos del yo, producto de la gene-ralizacin de la circulacin de mer-canca, de la aceleracin del circuitode los objetos para la venta. All, elyo, atrapado como un objeto ms enla serie, cae en la doble funcin: deobjeto real y deseado, como cual-quier otro objeto. Se desprende deesto una posibilidad de multiplici-dad de identidades que encuentranen la Internet un campo propiciopara relacionarse con otros yo realeso producto de sus fantasas, sin queimporte mucho la diferencia. Estaidea, llevada al extremo, la encontra-

  • SINGULARIDAD EN LA RED

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    mos en Mediamrfosis2, de RogerFidler, cuando futuriza: Al hacersems rpidas y poderosas, las redesinformticas tendrn mayor posibilidadde incorporar programas que funcionencomo sustitutos humanos. Al modo delos programas ELIZA, smil de terapeu-ta. Con las futuras cibertecnologas pue-de ser que no sepamos y ni siquiera nosimporte si la persona con la que estamoses otro ser humano o un ente digital.Esto terminar acercando los chats alos video-games de aventuras, cues-tin que por otra parte ya est fusio-nada en los MUDS. La transforma-cin aqu sera que si los MUDS seconstituyeron para darle soportehumano a las aventuras, entoncescon la automatizacin total se cierrala brecha donde el hablar con otropasa a ser el centro de la cuestin,aunque el otro sea un autmata.Quizs en este modelo de futuro estla explicacin de muchas frustracio-nes virtuales. El otro no es.

    LA IDENTIDAD o lo no idntico

    El problema de la identidad pue-de ser pensado de dos formas: como

    preservacin de la identidad real,para permitirse licencias, o comocambio constante de identidades.Esta tensin descripta por SherryTurkle en Vida en la pantalla 3, aludea las posibilidades de romper laidentidad, en el sentido de totalidad.El soy tal, mi gnero es tal, mi edades tal y mi ocupacin social es tal,pasa a una flexibilizacin, entendi-da por la autora, producto de lasdesconstrucciones propuestas por lascorrientes postmodernas. Sin embar-go, estas fragmentaciones tambin sedan en el mundo real, pero con unnivel de censura social mayor. Loque hace que los marcos de referen-cia de la realidad aparezc