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C O N A B 1 O EL VALOR ECOLÓGICO Y ECONÓMICO DEL CAPITAL NATURAL DE MÉXICO. PÁG: 7 LOS PECES INTERMAREALES: VIVIR EN LA TRANSICIÓN ENTRE LA TIERRA Y EL MAR. PÁG:13 ISSN: 1870-1760 BOLETIN Bit ¿T RAL DE LA COMISION NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSID AD - > r y2* 1 CIENCIA POR Y PARA LA SOCIEDAD El conocimiento de la naturaleza es el primer paso para su valoración, manejo y conservación. Para que sea útil, debe ser confiable, actualizado y estar disponible para los distintos usuarios de la sociedad. Recientemente, el acceso a internet y otros desarrollos tecnológicos han abierto nuevas oportunidades para expandir y construir este proceso de forma colaborativa, por medio de la ciencia ciudadana o ciencia participativa.

C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

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C O N A B 1 O

EL VALOR ECOLÓGICO

Y ECONÓMICO DEL

CAPITAL NATURAL

DE MÉXICO.

PÁG: 7

LOS PECES

INTERMAREALES: VIVIR

EN LA TRANSICIÓN

ENTRE LA TIERRA

Y EL MAR.

PÁG:13

ISSN: 1870-1760

BOLETIN Bit ¿T RAL DE LA COMISION NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSID AD

- > r y 2* 1

CIENCIA POR Y PARA LA SOCIEDAD

El conocimiento de la naturaleza es el primer paso

para su valoración, manejo y conservación. Para

que sea útil, debe ser confiable, actualizado y

estar disponible para los distintos usuarios de la

sociedad. Recientemente, el acceso a internet y

otros desarrollos tecnológicos han abierto nuevas

oportunidades para expandir y construir este

proceso de forma colaborativa, por medio de la

ciencia ciudadana o ciencia participativa.

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Todos somos

natura ¿lista ciencia por y para la sociedad

CARLOS GALINDO LEAL, ELIZABETH TORRES BAHENA, ROBERTO ARREOLA ALEMÓN, BRIZEL

MARTÍNEZ TREJO, CARLOS ALONSO TORRES Y GERARDO GONZÁLEZ BAUTISTA*

Muchos ciudadanos

tienen curiosidad y

vocación de científicos y

pueden participaren el

proceso de adquisición

del conocimiento. Foto: © Miguel Angel Sicilia

Portada: La mayoría

de los registros del

pequeño Dragón azul

(Glaucus atlanticus) en

México, se han hecho

a través de ciencia

ciudadana. Foto:©Bill Rudmann

¿Qué es ciencia ciudadana?

Es la participación del público, sin entrenamiento cien¬

tífico, en distintas etapas de la ciencia como: desde

identificar una pregunta, hacer observaciones, proponer

hipótesis, levantar datos, participar en un análisis, has¬

ta comunicar resultados. La ciencia ciudadana se inició

hace más de un siglo, con proyectos como el conteos de

aves (1900, https://www.audubon.org/) y de observación

de estrellas variables (1911,_https://www.aavso.org/).

Los proyectos de ciencia ciudadana pueden ir desde te¬

mas locales hasta mundiales.

En las ciencias de la biodiversidad, el conocimiento

de la distribución y la abundancia de las especies repre¬

senta una base muy importante y la ciencia ciudadana

ha ido contribuyendo cada vez más en este tema. Re¬

cientemente, la Infraestructura Mundial de Información

sobre Biodiversidad (gbif, por sus siglas en inglés)

documentó que a partir de 2017 la colaboración de la

ciencia ciudadana en el registro de especies superó el

50% de alrededor de mil millones de registros que se

han obtenido a nivel mundial.1

¿Cómo contribuye la ciencia ciudadana?

La ciencia ciudadana tiene la gran ventaja de promover

dos objetivos: la obtención eficiente y económica de in¬

formación a distintas escalas, y el involucramiento de la

sociedad en una actividad de aprendizaje y valoración. En

el área de las ciencias de la biodiversidad esto cobra gran

relevancia, ya que para resolver los problemas ambienta¬

les de este siglo se requiere la mejor información dispo¬

nible y la participación de una sociedad informada.2'3 4 5

Desde 2004, la conabio adoptó y adaptó la platafor¬

ma eBird desarrollada un par de años antes por el Labo¬

ratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell y la

Sociedad Audubon.6 7 En esta plataforma los aficionados

y profesionales de las aves comparten información de sus

avistamientos y al mismo tiempo generan una base mun¬

dial de datos. Recientemente (2013), la conabio adoptó y adaptó ¡Naturalist. Con la adopción y adaptación de estas

dos plataformas y el desarrollo de la plataforma Encielo-

Vida (www.enciclovida.mx) México se ha convertido en el

país que más información, confiable y actual, sobre biodi¬

versidad pone a disposición de la sociedad.

2

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^naturalista © G*rtV*»dMl W W+i V I* M-lM* 0 Rífirlt-iH

Naturalista es una plataforma en internet de ciencia ciudadana

sobre biodiversidad donde cualquier persona puede

participar contribuyendo con fotografías de plantas,

hongos y animales.

¿Qué es NaturaLista?

NaturaLista es una plataforma en internet de ciencia

ciudadana sobre biodiversidad donde cualquier persona

puede participar contribuyendo con fotografías de plan¬

tas, hongos y animales. Las fotografías se ingresan direc¬

tamente del teléfono inteligente con una aplicación móvil

gratuita o a través de una computadora, si las imágenes

fueron capturadas con una cámara. Los datos básicos

son fecha, lugar e identificación de la especie. Con la

adaptación de NaturaLista, México, a través de la Comi¬

sión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiver¬

sidad, se convirtió en el primer socio de la red iNaturalist desde 2013. Además de Estados Unidos y México, a la

fecha se han unido a la red, Canadá, Colombia, Portugal,

Nueva Zelanda, Australia, Ecuador y Panamá.

El primer paso fue incluir información relevante del

Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad de

la conabio a la plataforma NaturaLista. Se incluyeron

más de 70 mil especies con nombres científicos válidos,

la lista mexicana de especies en riesgo (Norma Oficial

Mexicana 059), las áreas protegidas federales, munici¬

pios, nombres comunes en español e idiomas indígenas,

entre otros. De igual forma, la conabio contribuyó en

el desarrollo de la App para teléfonos celulares de uso

gratuito y disponible para ¡OS y Android.

Tan sólo en seis años NaturaLista se ha convertido

en la red de ciencia ciudadana de la naturaleza más

grande en México y en Latinoamérica. A nivel mundial

ocupa el segundo lugar en iNaturalist con el mayor nú¬

mero de observaciones y especies fotografiadas. Ac¬

tualmente, México ha reunido más de 1.6 millones de

observaciones de más de 31 mil especies y con la parti¬

cipación de más de 57 mil usuarios. Cada mes se regis¬

tran en promedio más de 40 mil observaciones y 1169

observaciones al día.

Redes de tutores, espacios

multiplicadores y curadores

Para promover de una forma más eficiente el cono¬

cimiento y uso de la plataforma, además de múltiples

charlas, conferencias, eventos, promoción por radio y

entrevistas en televisión, se crearon la red de tutores,

Observaciones

0 ntnco 7F O

Palto de Cafar

□ — □

Mrl* Prift#-rtjiÉ tta-rifió 6*ríi SfcVÍ AfcuiiiJi CdA ár. CiLífiUrtuí

Ak&Éj Je Ljs ti1- Mexicano VmuiftnLxl»

CKlrifll AÚtoCl PiJfrfu Dijmér. |U¡ltnr*fUCur*íiJlra

Torda Sargento ZefJoteAtra tWtüKi ÍhtvííI» CefrtzünlItWwtefta

EslpmirteFSntoíu'Piwp

de curadores y de espacios multiplicadores. Para estas

importantes actividades hemos tenido como socio fun¬

damental a la Fundación Carlos Slim, para la cual la edu¬

cación sustentada en la tecnología ha sido un elemento

central. Con el apoyo de la fundación ha sido posible

crear y mantener tres redes.

Tutores

Distribuidos en la República, 18 tutores brindan talleres

de capacitación en sus regiones. Han sido selecciona¬

dos a través de NaturaLista como reconocimiento a su

alta participación y por el conocimiento de la plataforma.

A la fecha estos 18 tutores han impartido 319 talleres

y capacitado a 8 114 personas (https://www.naturalista.

mx/pages/ayudatutores).

En NaturaLista puedes

conocer inmediatamente

las especies comunes

de cualquier lugar a

través de sus fotos,

descripciones y mapas

de distribución.

3

Page 4: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

En una época en que la

fotografía se ha vuelto tan

popular, la participación

de la sociedad registrando

plantas y animales es

invaluable.

Fotos: © de izquierda a derecha

(fila superior): Jorge Valdez

Villavicencio y Matías Domínguez

Laso; (fila inferior): Juan Carlos Pérez

Magaña, Matías Domínguez Laso y

María Cecilia Álvarez Rícalde.

Espacios multiplicadores

Estos espacios se han seleccionado para la promoción

de NaturaLista en diversas regiones del país. A la fecha

ha sido posible capacitar y equipar con computadoras

y cámaras fotográficas a 60 espacios multiplicadores,

como museos de ciencia, jardines botánicos, áreas na¬

turales protegidas, comunidades, ejidos y organizacio¬

nes de la sociedad civil dedicadas a la conservación y

promoción ambiental.

Uno de los primeros socios en los espacios multipli¬

cadores fue la Comisión Nacional de Áreas Protegidas

(CONANP), con la que se firmó un convenio en 2014 para

dotar de equipos y capacitación a 18 Áreas Naturales

Protegidas (anp), de las nueve Regiones de conanp.

El personal de cada área protegida recibió dos equipos

fotográficos y una computadora para hacer registros de

observaciones de flora y fauna en NaturaLista.

Curadores

La red de curadores incluye un grupo de 16 especialistas

en taxonomía de diversos grupos (ej., moluscos, arácnidos,

plantas, escarabajos, libélulas, etc.) que apoyan en la iden¬

tificación de especies y llevan a cabo actividades de cura¬

ción en la plataforma. En conjunto, los curadores han veri¬

ficado 360 580 observaciones. Además, revisan y redactan

fichas sintéticas de especies de acuerdo con su especiali¬

dad. A la fecha, han desarrollado 1 525 fichas descriptivas

de especies para Wikipedia, que son utilizadas como una

de las varias fuentes de información de NaturaLista.

La Fundación Carlos Slim también colabora en la or¬

ganización de la “Alfombra verde”, un evento en el que,

año con año, se otorgan reconocimientos a los naturalistas

más destacados del país por sus valiosas aportaciones.

La plataforma permite la creación de proyectos de

cualquier escala espacial, desde la azotea verde de

CONABIO de 25 m2 hasta el planeta entero. En México se

han creado más de 2 000 proyectos, que incluyen Áreas

Naturales Protegidas, parques y bosques urbanos, eji¬

dos y comunidades, sitios arqueológicos, jardines botá¬

nicos, museos de ciencias y de historia natural, escue¬

las, universidades y bibliotecas, además de proyectos a

nivel estatal o municipal.

Casos de éxito

La información recabada a través de NaturaLista tiene

múltiples aplicaciones. Cada día aparecen datos relevan¬

tes para la conservación y manejo de la biodiversidad a

nivel local, municipal, estatal y nacional. Se ha reunido

información sobre especies en riesgo, especies priorita¬

rias, medicinales, ornamentales, maderables, textiles, etc.

Además, funciona como una herramienta de alerta tem¬

prana de especies invasoras, de vectores de enferme¬

dades, plagas agrícolas y forestales, y como un valioso

instrumento para el turismo de naturaleza.

NaturaLista reúne en un solo sitio a expertos, aficio¬

nados y sociedad en general interesados en el conoci¬

miento de la naturaleza. Gracias a la colaboración de

participantes ciudadanos y científicos se han documen-

4

Page 5: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

encielo VldO

ww.encíclovida,mx

tado alrededor de 200 especies que no estaban regis¬

tradas en México. También se han descubierto especies

que se creían extirpadas; con ampliación de distribución;

en riesgo; poco comunes; de importancia comercial y

médica, entre otras. Recientemente (2019), se docu¬

mentó la primera fotografía de un individuo vivo del co¬

nejo de Omiltemi, especie endémica del estado de Gue¬

rrero. En el caso de algunas especies, como el diminuto

dragón azul y el perico monje introducido de Argentina,

la mayoría de los registros provienen de la ciencia ciuda¬

dana. Muchos otros casos de éxito se pueden identificar

en proyectos de universidades y escuelas, de redes de

turismo comunitario, de proyectos relacionados a vecto¬

res de enfermedades, o de especies exóticas invasoras.

Ciencia ciudadana en Latinoamérica

En 2018 la CONABIO, junto con ¡Naturalist y National Geographic, organizó el primer Taller Latinoamerica¬

no sobre Ciencia Ciudadana para la Conservación

de la Biodiversidad. Su objetivo fue conocer el estado

de iniciativas de ciencia ciudadana en América Latina,

el intercambio de mejores prácticas y casos exitosos, y

la promoción de la plataforma de ¡Naturalist. Dicho en¬

cuentro logró reunir a representantes de 15 países de

América Latina, además de aquellos de las plataformas

¡Naturalist y eBird por parte de Estados Unidos y la red

de Tutores de NaturaLista de México. Los resultados del

exitoso taller pueden encontrarse en el sitio de Biodiver¬

sidad Mexicana (https://www.biodiversidad.gob.mx/Difu-

sion/cienciaCiudadana/tallerCC.html).

La información reunida por las plataformas de AverA- ves y NaturaLista complementa la información científica;

cualquiera puede tener acceso a ella a través de Encielo- Vida y se ha integrado al Sistema Nacional de Información

sobre Biodiversidad (snib), que la conabio ha desarro¬

llado y mantiene por mandato oficial. En muchos casos,

la información que ha sido recopilada por los voluntarios

de la ciencia ciudadana sería altamente costosa para los

investigadores y en otros, imposible de obtener.

¿Y EncicloVida?

EncicloVida (www.enciclovida.mx) es una plataforma de

internet de consulta, creada por la conabio, sobre las es¬

pecies que viven en México. Interconecta y vincula infor¬

mación de conabio y de otras plataformas digitales sobre

alrededor de 70 mil especies de plantas, hongos y ani¬

males. De la conabio se reúnen descripciones, nombres

El perico monje,

una especie exótica

invasora, continuamente

es registrado por las

plataformas de AverAves

y de NaturaLista.

Foto: © Miguel Ángel Sicilia

Número de observaciones

científicos, sinónimos, nombres comunes en distintos

idiomas y lenguas indígenas, mapas de distribución po¬

tencial, registros de colectas, museos, proyectos locales,

fotografías, entre otros recursos.

Actualmente, se consulta la Norma Oficial Mexicana

059 (NOM 059) y se conecta con la Unión Internacional

para la Conservación de la Naturaleza (iucn) y la Con¬

vención sobre el Comercio Internacional de Especies

Amenazadas de Flora y Fauna (cites) para obtener

información sobre las categorías de riesgo y comercio

internacional a nivel nacional y mundial. También se en¬

cuentra conectada con la Encyclopedia of Life, la Biblio¬

teca Macaulay de la Universidad de Cornell (de donde

se obtienen fotografías, videos y audios) y el Jardín Bo¬

tánico de Missouri.

Aumento del número

de observaciones en la

plataforma NaturaLista

desde su inicio en

México.

5

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En EncicloVida se pueden realizar consultas de artí¬

culos científicos de Google Académico, ResearchGate,

Biodiversity Heritage Library y de la Bioteca de conabio.

Para la ciencia ciudadana se conecta con NaturaLista, lo

que permite visualizar todas las observaciones, nombres

comunes y fotos; también cuenta con un sistema de co¬

mentarios cuya retroalimentación es proporcionada por

los especialistas de los taxones en cuestión. Próxima¬

mente, EncicloVida estará disponible en aplicación móvil

para Android.

La participación de la sociedad es indispensable para

resolver los problemas ambientales de la actualidad y la

ciencia ciudadana brinda la oportunidad para que cola¬

boremos, nos apropiemos del conocimiento de la natu¬

raleza de México y contribuyamos juntos en la solución

de la crisis de la biodiversidad.

Bibliografía 1 Chandler, M., L. See, K. Copas, A. M. Z. Bonde, B. Claramunt

López, F. Danielsen, J. K. Legind, S. Masinde, A. J. Miller-

Rushing, G. Newman, A. Rosemartin and E. Turak. 2017.

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sity monitoring. Biological Conservation 213:280-294.

2 Finquelievich, S., y C. Fischnaller. 2014. Ciencia ciudadana

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mundial. Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad-CTS 9 (27): 11 -31.

3 Huddart, J. E. A., S. A. Thompson, G. Woodward and S. J.

Brooks. 2016. Citizen Science: from detecting pollution to

evaluating ecological restoration. WIREs Water, doi: 10.1002/

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4 McKinley, D. C., A. J. Miller-Rushing, H. L. Ballard, R. Bonney,

H. Brown, S. C. Cook-Patton, D. M. Evans, R. A. French, J.

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K. F. Stepenuck, J. F. Weltzin, A. Wiggins, O. D. Boyle, R. D.

Briggs and M. A. Soukup. 2017. Citizen Science can improve

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vironmental protection. Biological Conservation 208:15-28.

5 Fulton, S., C. López-Sagástegui, A. H. Weaver, F. Fitzmauri-

ce-Cahluni, C. Galindo, F. Fernández-Rivera Meló, S. Yee, M.

B. Ojeda-Villegas, D. A. Fuentes and E. Torres Bahena. 2019.

Untapped potential of Citizen Science in Mexican Small-Scale

Fisheries. Frontiers in Marine Science, doi.org/10.3389/

fmars.2019.00517

6 Berlanga, H., V. Rodríguez y H. Gómez de Silva. 2012. aVe-

rAves: la ciencia ciudadana para la conservación. Biodiver- sitas 100:7.

7 Iturriaga, L. J., H. Berlanga, E. Velarde, C. Meiners, L. Ji¬

ménez, H. Perales, R. Sanay, M. A. Lozano, H. A. Cabrera

Valenzuela y C. Anaya Cruz. 2016. Una historia de ciencia

ciudadana: el rabijunco pico rojo. Biodiversitas 124:8-12.

* Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.

[email protected]

Los avances de la

tecnología permiten que

todos colaboremos en

grandes iniciativas.

Foto:© Miguel Angel Sicilia

6

Page 7: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

El valor ecológico y económico del

CAPITAL NATURAL DE MÉXICO

FRANZ MORA1

El impacto humano a los ecosistemas no tiene preceden¬

tes. Desde el inicio del Antropoceno,1 la pérdida de espe¬

cies e interacciones es la mayor amenaza a la integridad

ecológica y a la permanencia de procesos ecológico-

evolutivos a largo plazo.2 Hoy en día, nos enfrentamos

a una sexta extinción masiva de especies, que puede

tener repercusiones catastróficas para la conservación y

uso de la biodiversidad, pero también para la provisión

de servicios de los ecosistemas. En la búsqueda de un

mayor desarrollo económico, la transformación del pai¬

saje natural ha sido la mayor causa de la degradación

ecológica y de la pérdida de la biodiversidad.3

El estado actual de deterioro ecológico a nivel mun¬

dial hace un llamado a una profunda reorganización de

las formas de producción de energía y de alimentos, así

como del aprovechamiento de los bienes y servicios de

los ecosistemas. Una aproximación sustentable al apro¬

vechamiento de los recursos naturales hace necesaria

una evaluación de la calidad y cantidad de los recursos

remanentes. La relación entre la calidad y cantidad de

recursos naturales conforman el capital natural de las

naciones. La evaluación de la condición (calidad y can¬

tidad) de los ecosistemas remanentes se ha convertido

en un aspecto crucial para la evaluación de la crisis ac¬

tual de la biodiversidad.

El concepto de capital natural

El capital natural se conceptualiza como cualquier conjun¬

to de recursos naturales o ambientales que proveen en la

actualidad, y en el futuro, un flujo de bienes y servicios que

son críticos para un uso sustentable.4 5 En este contex¬

to, el capital natural crítico o insustituible (cnc) se define

como “la porción del capital natural que facilita funciones

ecológicas importantes, además de la condición por la que

cualquier cnc se asocia a cada función”. De esta manera,

“no existe ningún tipo de sustituto del capital natural o he¬

cho por el hombre, que pueda adoptar la misma función,

es decir, el CNC no es sustituible respecto a la función en

cuestión”.6 Desde el punto de vista ecológico, el capital na¬

tural crítico es aquella porción del capital natural que debe

mantenerse para que ciertos procesos ecológicos preva¬

lezcan a largo plazo.4 5 El capital natural crítico es así el

legado ecológico-evolutivo para futuras generaciones, y

es ahí donde radica su mayor valor ecológico.

Selva alta perennifolia

de la Reserva de la

Biosfera Montes Azules,

Chiapas.

Foto:©Fulv¡o Eccardi

7

Page 8: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

El concepto de capital natural como una

medida de la cantidad (%) y la calidad (%)

de los ecosistemas.7 La calidad se reduce

a través de la degradación ecológica, y la

cantidad se reduce a través de la pérdida

de ecosistemas o hábitats. El resultado de

la interacción de ambas medidas constituye

el índice de capital natural (icn).

100

90

70

60

g 50

| 40 cc o

30

20

10

0

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Cantidad (%)

Degradación

del hábitat (0.52%)

ICN= 32.8%

Pérdida de

hábitat (32.7%)

i—i—r

La integridad ecológica como

el indicador de la calidad de capital natural

Para una mejor toma de decisiones sobre la conservación

y uso del capital natural, es indispensable entonces contar

con una serie de indicadores del capital natural, y espe¬

cialmente para la identificación del capital natural crítico.

Estos indicadores deben no solamente hacer una evalua¬

ción cuantitativa de la cantidad de recursos remanentes,

sino principalmente de la calidad de los recursos7. La con¬

dición (calidad) de los ecosistemas se refiere a la capa¬

cidad de mantener funciones ecológicas fundamentales

y proveer de manera sustentable servicios y recursos.8

El índice más importante que se asocia directamente a

la condición de los ecosistemas surge a partir del con¬

cepto de integridad ecológica, como una integración de la

condición de naturalidad, estabilidad y autoorganización

de procesos e interacciones, en donde la magnitud de la

degradación ecológica y la cantidad del paisaje natural

transformado se suman a la evaluación de la condición o

“calidad” de los ecosistemas.9 De esta manera, los índi¬

ces de integridad ecológica se pueden usar como la base

para la evaluación de los impactos antropogénicos, cuan¬

do la calidad o condición es necesaria para evaluaciones

que requieren una toma de decisiones.10

En el desarrollo de políticas de conservación y mane¬

jo, la noción del capital natural conlleva adicionalmente la

necesidad de conocer su valor. El valor ecológico se mide

en términos de la condición (integridad) del funcionamien¬

to de los ecosistemas.4 8 El valor económico requiere de

la cuantificación de valores de uso y no-uso para la condi¬

ción y la extensión de los ecosistemas, y generalmente se

expresa en unidades monetarias.4'1t 12 En la actualidad,

existe una creciente necesidad para evaluar el capital na¬

tural desde los dos sistemas de valores, ya que así se

puede incluir en los sistemas de cuentas nacionales, y

permite explorar su papel en la sustentabilidad y el bien¬

estar social, donde se pueden identificar diferentes nive¬

les de sustentabilidad.1314 Así, en estas evaluaciones es

necesario considerar la dimensión espacial de los recur¬

sos ecológicos en función de su calidad, cantidad y valor

para establecer metas de sustentabilidad en la planeación

y toma de decisiones.15'16

El capital natural de México

El capital natural de México puede evaluarse hoy en día

con la integración de diferentes marcos conceptuales

que en primera instancia consideran: (a) la calidad de la

condición remanente de los ecosistemas, a través de los

indicadores de integridad ecológica; (b) la cantidad de

recursos remanentes con el uso de diferentes modelos

geográficos; y (c) el valor económico, a través de esque¬

mas de valoración de bienes y servicios ecosistémicos.9

En el Sistema de Información Espacial para el So¬

porte de Decisiones sobre Impactos a la Biodiversidad

(SIESDIB-conabio) se han desarrollado los marcos con¬

ceptuales que integran el sistema jerárquico de evalua¬

ción de la integridad ecológica a partir de geoindicadores

de la condición de naturalidad, estabilidad y autoorgani¬

zación de interacciones de especies clave (interacciones

depredador-presa). Esta evaluación está asociada a pro¬

cesos ecológico-evolutivos1718 que, al integrarse al marco

del índice de capital natural (icn), determina la condición

general de los ecosistemas remanentes a partir de la inte¬

gración de medidas de calidad y cantidad de los ecosiste¬

mas. La condición del capital natural se evalúa entonces

con un esquema global de valores monetarios,1219 lo que

permite su valoración en el esquema global de uso de

bienes y servicios ecosistémicos. La valoración ecológica

y económica del capital natural remanente en México se

basa en estimaciones cuantitativas derivadas a partir de

información geográfica que puede implementarse en sis¬

temas de información geográfica, o en sistemas de sopor-

8

Page 9: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

te de decisiones. Así, la información generada cumple un

objetivo primordial en metas de evaluación estratégicas

de recursos naturales. De acuerdo con estas evaluacio¬

nes, México cuenta con un 33% del capital natural (ICN =

0.33), es decir, sólo un tercio del capital natural potencial

es disponible para satisfacer las necesidades de la pobla¬

ción a través del uso de bienes y servicios del ecosiste¬

ma. El análisis por tipos de ecosistemas (ecorregiones)

muestra que la mayor proporción del capital natural re¬

manente existe en los Desiertos de Norteamérica (22.6%)

y en las Sierras templadas (16.4%). El capital natural en

Selvas tropicales es ~7%, y en Selvas secas caducifolias

es del 9%. Sin embargo, el mayor valor económico sigue

estando presente en ecosistemas tropicales, tanto en su

valor monetario del capital natural actual como en el valor

alcanzable después de una restauración ecológica.

El capital natural por estados y municipios

La evaluación del capital natural también puede reali¬

zarse con modelos geográficos asociados a la toma de

decisiones. Así, la condición del capital natural puede

ayudar a establecer metas estratégicas en los planes de

desarrollo nacionales y estatales. Al analizarse por esta¬

dos, es evidente que un alto porcentaje de la población

en México vive en condiciones de alta vulnerabilidad a la

condición del capital natural. Sólo el 22% de la población

Valor de los servicios de los ecosistemas

Quintana Roo

Baja California

Campeche

Tabasco

Chihuahua

Sonora

Coahuila

Sinaloa

Yucatán

Tamaulipas

Durango

Chiapas

Veracruz

Nayarit

Oaxaca

Guerrero

Zacatecas

Jalisco

San Luis Potosí

Nuevo León

Michoacán

Puebla

Guanajuato

Hidalgo

México

Colima

Querétaro

Aguascalientes

Morelos

Tlaxcala

CDMX

0.0 50,000,000,000.00 100,000,000,000.00 150,000,000,000.00

El valor económico

del capital natural de

México estimado a partir

de las unidades de valor

(US$/año) reportadas

globalmente.19

| Valor del CN después de la restauración

US $ / Año

Valor del CN actual Valor del CN degradado

9

Page 10: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

Indice del capital natural

índice del capital

natural en México. La

distribución del capital

natural se muestra por

municipios. Valores

inferiores al 0.25

muestran condiciones

no sustentables; entre

0.25 y 0.4 muestran

condiciones de capital

natural en riesgo;

valores superiores a 0.4

y hasta 0.8 muestran

condiciones de capital

natural sustentable, y

valores superiores a

0.8 muestran el capital

natural con capacidad

de ser un legado

ecológico-evolutivo (o

irremplazable).

vive en condiciones donde su capital natural es susten¬

table, y cerca del 68% habita en condiciones de capital

natural en riesgo o no sustentable.9 Los estados con

mayor riesgo son aquellos que han agotado su capital

natural, como el Estado de México, la Ciudad de México,

Veracruz y Tlaxcala, y que tienen una gran cantidad de

población.

El análisis por municipios muestra que el stock ac¬

tual del capital natural (cn) puede ser insuficiente para

las generaciones futuras. Así, se puede observar que

-65% de los municipios tienen una condición de CN no

sustentable, con escaso valor de servicios de ecosis¬

tema (con excepción de municipios como El Carmen

en Campeche); 15% de los municipios del país tie¬

nen una condición de sustentabilidad en riesgo, con

aún un alto valor económico en el municipio de Cent-

la (debido a los servicios de los pantanos de Centla

en Tabasco). Sólo 16% de los municipios tienen una

condición sustentable del capital natural, con el mayor

valor económico en municipios como Felipe Carrillo

Puerto en Chiapas. Aún existen municipios con una

condición de capital natural irremplazable (2%), como

en Isla Mujeres, Quintana Roo, aunque su valor eco¬

nómico no es muy alto. El 65% de los municipios tie¬

ne una condición no-sustentable del capital natural, y

-16% tiene capital natural en riesgo, lo que representa

que más del 80% del territorio nacional tiene condi¬

ciones que no pueden satisfacer las necesidades de

bienes y servicios del ecosistema. Sólo cerca del 18%

de los municipios pueden obtener bienes y servicios

ecosistémicos de manera sustentable, y únicamente

el 2% del territorio nacional conserva capital natural

con un alto valor ecológico para mantener procesos

ecológico-evolutivos a largo plazo.

Adicionalmente, la condición del capital natural en Mé¬

xico no necesariamente está ligada al nivel del bienestar

de la población. Según los datos del índice de desarrollo

humano (idh) desarrollado por el Programa de Naciones

Unidas para el Desarrollo (pnud) y la condición del capital

natural (icn), se observa que la mayoría de los municipios

en el país que se encuentran en condiciones de CN no

sustentable (cerca de un 78%), presentan un idh medio

a muy alto, es decir, las necesidades de bienes y servi¬

cios ecosistémicos se satisfacen con recursos fuera de

su entorno ecológico. Sin embargo, los municipios que

han agotado su capital natural, y presentan condiciones

de bajo desarrollo humano, representan el 14% del país.

Éstos son municipios que no tienen el capital natural para

mejorar la condición de la población. Además, sólo el

13% de los municipios que tienen una condición de ca¬

pital natural sustentable han alcanzado una condición de

desarrollo humano mayor a la condición media. La trans¬

formación del paisaje natural y la pérdida del CN que ha

llevado a los municipios a tener niveles de capital natural

no sustentables no asegura que se haya visto reflejada

en una mejor condición de desarrollo humano. Sólo un

18% de los municipios que han agotado su capital natural

alcanzaron in idh muy alto, o un idh alto (17%).

10

Page 11: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

Condición del capital natural

índice de transformación antropogénica

Capital natural y sustentabilidad

México es signatario de convenios internacionales para

la conservación y sustentabilidad de sus recursos na¬

turales y la biodiversidad. Sin embargo, la condición

del capital natural no es sustentable en la mayoría del

país: casi el 65% de los municipios del país tiene su

capital natural agotado. Los niveles de transformación

del paisaje natural en México no sólo han derivado en

la pérdida del 38% de su capital natural, sino que han

dado como resultado la degradación ecológica de cer¬

ca del 50% de los recursos naturales remanentes. Es

indiscutible que la pérdida de la condición natural de

los ecosistemas y la degradación ecológica son los te¬

mas más importantes del manejo de recursos natura¬

les. Desafortunadamente, la magnitud de la crisis de

sustentabilidad del país no se refleja en la planeación

del desarrollo o en las evaluaciones estratégicas de im¬

pacto ambiental. Hoy en día, se sigue apostando a la

transformación y degradación de la integridad ecológi¬

ca como promotoras del desarrollo económico. Es indu¬

dable que esta visión pone en riesgo la sustentabilidad

de la mayoría de los territorios geográficos de México,

y, además, no deja espacio para el legado ecológico-

evolutivo de nuevas generaciones.

La condición del capital

natural en función

de la transformación

antropogénica por

estados de la República

Mexicana. El tamaño de

las esferas representa el

tamaño de la población

en cada estado.

(b) Capital natural y valor de los servicios del ecosistema La condición del capital natural y la

transformación antropogénica por

municipios de México. El tamaño de las

esferas es proporcional al valor de los

servicios ecosistémicos del capital natural

remanente en cada municipio.

índice de transformación antropogénica

O No sustentable o En riesgo o Sustentable o Insustituible

11

Page 12: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

Campos de cultivos en

la cuenca del lago de

Pátzcuaro, Michoacán.

Foto: © Fulvio Eccardi

Bibliografía 1 Steffen W., J. Grinevald, P. Crutzen & J. McNeill. 2011. The

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10.1126/science. aam9712

3 ipbes. 2019. Nature’s Dangerous Decline ‘Unprecedented’

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4 De Groot, R. S., R. Alkemade, L. Braat etal. 2010. Challen-

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valúes in landscape planning, management and decisión

making. EcológicaI Complexity 7:260-272. doi: 10.1016/j.

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5 Brand, F. 2008. Critical natural capital revisited: Ecological

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7 Czúcz, B,, Z. Molnár, F. Horváth et al. 2012. Using the

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jnc.2011.11.002

8 Roche, P. K. & C. S. Campagne. 2017. From ecosystem

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10.1016/j.cosust.2017.12.009

9 Mora, F. 2019. The use of ecological integrity indicators

within the natural capital índex framework: The ecologi¬

cal and economic valué of the remnant natural capital of

México. Journal for Nature Conservation 47:77-92. doi:

10.1016/j.jnc.2018.11.007

10Reichert, P, S. D. Langhans, J. Lienert & N. Schuwirth.

2015. The conceptual foundation of environmental decisión

support. Journal of Environmental Management 154:316-

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12Costanza, R., R. D’Arge, R. de Groot etal. 1998. The valué

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14Azqueta, D. & D. Sotelsek. 2007. Valuing nature: From envi¬

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15Blaschke, T. 2006. The role of the spatial dimensión within

the framework of sustainable landscapes and natural ca¬

pital. Landscape and Urban Planning 75:198-226. doi:

10.1016/j.landurbplan.2005.02.013

16 Fath, B. D. 2015. Quantifying economic and ecological sus¬

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10.1016/j.ocecoaman.2014.06.020

17 Mora, F. 2017a. A structural equation modeling approach

for formalizing and evaluating ecological integrity in te¬

rrestrial ecosystems. Ecological Informatics 41:74-90. doi:

10.1016/j.ecoinf.2017.05.002

18 Mora, F. 2017b. Nation-wide indicators of ecological integri¬

ty in México: The status of mammalian apex-predators and

their habitat. Ecological Indicators 82:94-105. doi: 10.1016/j.

ecolind.2017.06.030

19Costanza, R., R. S. de Groot, P. Sutton etal. 2014. Changes

in the global valué of ecosystem Services. Global Environ¬ mental Change 26:152-158.

1 Sistema de Información Espacial para el Soporte de Decisiones

sobre Impactos a la Biodiversidad, Comisión Nacional para el Uso

y Conservación de la Biodiversidad (siesdib-conabio);

[email protected]

12

Page 13: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

LOS PECES INTERMAREALES: vivir en la transición entre la tierra y el mar ARTURO RAMÍREZ VALDEZ1, GORGONIO RUIZ CAMPOS2,

PALOMA SALAZAR ARAUJO3, DEIVIS PALACIOS SALGADO4

Paisaje de la zona

intermareal rocosa en

la costa de Mlchoacán,

México.

Foto: © Paloma Salazar Araujo

Vivir entre la tierra y el mar puede sonar muy atractivo para

los humanos, sin embargo, para las especies que habitan

estos ambientes representa un gran reto de adaptación.

Las especies que residen en esta zona de transición han

tenido que desarrollar adaptaciones morfológicas, fisio¬

logías y etológicas que les permiten resolver presiones

en ambos ambientes. Los peces que habitan las pozas

intermareales son especies evolutivamente adaptadas a

la continua variación ambiental pero vulnerables a la pér¬

dida o perturbación del hábitat. Una de las consecuencias

del cambio climático es la elevación del nivel medio del

mar que generará fragmentación y pérdida de ambientes

costeros. Estas especies de peces intermareales enfren¬

tarán posiblemente el mayor de sus retos evolutivos en el

futuro escenario del cambio climático.

Se le llama zona intermareal a la banda paralela a la

costa que se forma entre el límite superior de la marea

más alta y el límite inferior de la marea más baja del

año. Durante la marea alta, estos microhábitats quedan

sumergidos y expuestos a condiciones totalmente mari¬

nas, mientras que durante la bajamar esta banda queda

expuesta a la intemperie. En marea baja se forman po¬

zas aisladas del mar que están sujetas a las variaciones

climáticas, a las que se les llama pozas de marea. Algu¬

nas de estas variaciones son cíclicas, como los periodos

maréales, diales y estacionales, mientras que otras son

resultado de características propias de las pozas como

la dimensión, el tipo de sustrato, el relieve de la costa y

su ubicación, entre otros factores. Las pozas de marea

son pequeñas islas de agua dispersas en la banda de la

zona intermareal.

Adaptaciones

Los peces de pozas de marea presentan adaptaciones

morfológicas que favorecen su estancia en este medio

físicamente hostil.1 En comparación con el mar abierto,

la zona intermareal está expuesta a mayor turbulencia

y limitada en espacio. Poseer un cuerpo grande re¬

presentaría una desventaja al bajar la marea. Por ello

la mayoría de las especies que habitan las pozas son

relativamente pequeñas (menores a 20 cm), con cuer¬

pos alargados, bajos, delgados y flexibles, adaptados

a vivir en reducidas grietas. Algunas de las familias de

peces mejor adaptadas a estos hábitats, como Blennii-

dae, Labrisomidae y Gobiesocidae, presentan cuerpos

semicomprimidos que facilitan encontrar refugio en con¬

chas vacías de moluscos, tubos de balanos, debajo de

rocas y objetos hundidos. Para aumentar la flexibilidad

13

Page 14: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

de sus cuerpos y tener mayor maniobrabilidad, muchos

de estos peces carecen de escamas (Blenniidae, Go-

biesocidae), las tienen muy pequeñas (Pholidae, Cotti-

dae, Labrisomidae) o firmemente adheridas (Gobiidae).

También para aumentar la maniobrabilidad, algunos de

estos peces han desarrollado aletas pectorales grandes

y flexibles que les permiten cambios de dirección o ma¬

niobrar en espacios reducidos.

La movilidad al interior de las pozas es también

ejemplo de las interesantes adaptaciones de estos pe¬

ces. Muchos de ellos permanecen posados o incluso

adheridos al fondo, mientras que otros limitan su nado

a pequeños y rápidos desplazamientos entre grietas o

algas. Las especies asociadas al fondo han desarrollado

flotabilidad negativa que les permite permanecer sin es¬

fuerzo sobre el fondo donde encuentran refugio inmedia¬

to y menor turbulencia. Algunas especies logran mante¬

nerse en el fondo al carecer (Gobiesocidae, Blenniidae)

o tener una reducida vejiga natatoria (Gobiidae), que es

el órgano que permite a los peces regular su flotabilidad

y nadar fácilmente. Además algunas de estas especies

han desarrollado aletas modificadas en forma de ven¬

tosa (Gobiidae) o disco (Gobiesocidae); en el caso de

estas últimas les permite mantenerse adheridas a las ro¬

cas incluso en las condiciones más severas de oleaje. El

disco de succión en los peces chupapiedras (Gobieso¬

cidae) les permite mantener una fuerza adhesiva hasta

230 veces el peso corporal del pez.2

Habitar estos ambientes intermareales supone la

ventaja de reducir la depredación por especies marinas,

sin embargo, quedan expuestos a depredadores terres¬

tres y aves. Debido a ello, los peces intermareales han

desarrollado estrategias y estructuras especializadas de

camuflaje para eludir la depredación. Algunas de estas

especies presentan coloraciones que semejan a algas

que usan como sus refugios (Gibbonsia spp., Paraclinus

spp.); otras son capaces de cambiar su coloración para

asemejar más al sustrato (charrasco lanudo, CUnocottus

analis; mapo panámico, Bathygobius ramosus) y otras

más poseen cirros en la cabeza y el cuerpo que confun¬

den a depredadores. Estudios han demostrado que el

cambio en la coloración de estos peces es resultado de

la respuesta sensorial a un cambio de hábitat (camufla¬

je), pero también a un cambio de estado en el pez, como

apareamiento o agresividad. La llamativa coloración en

algunos de estos peces, además de su interesante ca¬

pacidad de camuflaje, han generado interés en la indus¬

tria del acuarismo.

Algunos de estos peces intermareales pudieron ha¬

ber desarrollado mejor adaptación a la vida entre mar

y la tierra que algunas especies de anfibios. Los peces

chupapiedras (Gobiesocidae) que habitan en el Alto Gol¬

fo de California pueden sobrevivir hasta 93 horas fuera

del agua si la humedad ambiental es suficiente y tolerar

pérdida de agua corporal superior al 60%.3 Tal pérdida de

agua supera la que soportan la mayoría de los anfibios

estudiados hasta ahora. A diferencia de la mayoría de los

animales intermareales, los peces de fango (Gobiidae) se

mantienen activos fuera del agua e incluso pueden estar

hasta el 90% de su vida en tierra. Para lograrlo, estos pe¬

ces son capaces de respirar oxígeno vía aérea.

El conjunto de peces de pozas marea, llamado co¬

munidad, puede estar conformado por especies que

habitan permanentemente, o temporalmente; por ello se

Colectando peces en

una poza de la zona

intermareal en la costa

de Mlchoacán, México.

Foto: © Paloma Salazar Araujo

14

Page 15: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

ha propuesto clasificarlos en tres categorías: 1) especies

residentes permanentes, que se encuentran constituidas

principalmente por especies bénticas que pasan toda su

vida en este ambiente y exhiben adaptaciones morfo¬

lógicas, como las pertenecientes a las familias Blennii-

dae y Gobiidae; 2) especies residentes temporales, que

pasan sólo una parte de su ciclo de vida en este há¬

bitat, haciéndolo frecuentemente como juveniles, como

aquellas de las familias Pomacentridae, Holocentridae

y Kyphosidae; y 3) especies visitantes ocasionales, que

incursionan a las pozas con fines alimenticios, reproduc¬

tivos o bien accidentalmente, como las de las familias

Atherinopsidae, Carangidae y Muraenidae.4 Algunas

especies residentes temporales o visitantes están bien

adaptadas a vivir en las pozas de marea, sin embargo, el

espacio es una limitante en estos ambientes y, por ello,

al crecer residen aguas más profundas.

Alimentación

La zona intermareal constituye un espacio donde abun¬

da el alimento, tanto de origen marino como terrestre,

no obstante al interior de las pozas puede existir fuerte

competencia por éste. Estudios han revelado que estos

peces se han adaptado a fin de aprovechar diferentes

fuentes de alimento y reducir de esta manera la com¬

petencia. La mayoría de las especies de peces inter-

mareales son carnívoras, algunas más son omnívoras

y unas pocas son estrictamente herbívoras.5 Entre las

especies carnívoras, algunas se especializan en anima¬

les que habitan el fondo de las pozas (carnívoros bénti-

cos), mientras que otras se alimentan de zooplancton en

la columna de agua (carnívoros pelágicos). Pequeños

crustáceos (anfípodos), moluscos y poliquetos se en¬

cuentran entre las presas preferidas por los carnívoros,

mientras que las algas verdes y rojas lo son para las

especies herbívoras. Algunas de estas especies cam¬

bian de modo de alimentación a lo largo de su vida, de

forma que pueden ser carnívoras en su etapa juvenil y

omnívoras en su etapa adulta. Puede existir cierto tras¬

lape en su alimentación, sin embargo, al considerar la

comunidad en su conjunto parece existir un acomodo

para disminuir la competencia.

Reproducción

Aunque las estrategias reproductivas en peces pueden

ser muy diversas, en la mayoría de los peces interma-

reales el modo de reproducción es similar. El ritual inicia

cuando el macho selecciona un sitio de resguardo, en

muchos casos dentro de su “territorio” protegido. Poste¬

riormente las hembras son atraídas con movimientos de

cortejo que pueden ser muy específicos para cada espe¬

cie. Las hembras dejan una puesta de huevos sobre el

sustrato que el macho protege hasta que eclosionan. Por

lo general, es el macho quien protege los huevos; en al¬

gunas especies la tarea es de la hembra, y en otras pocas

especies ambos protegen los huevos. El cuidado paren-

tai pone a salvo los huevos de los depredadores y evita

que sean arrastrados por el oleaje. En la mayoría de las

especies de peces intermareales las larvas se desarro¬

llan en mar abierto después de eclosionar, y posterior¬

mente retornan a la costa como postlarvas. Se desco¬

noce el mecanismo que utilizan para retornar a la zona

intermareal, sin embargo se ha propuesto que utilizan

señales químicas y se ayudan de las ondas internas.1

En algunas otras especies, las larvas permanecen muy

cerca de la costa, resistiendo la corriente que tienden a

dispersarlas hacia altamar.

Estudios en México

En México son contados los estudios de estas comu¬

nidades de peces de pozas de marea. Se conocen es¬

tudios realizados en la costa de Guerrero, Michoacán,

Sinaloa, Sonora, Veracruz, Quintana Roo y la península

de Baja California. También algunos listados de peces

han incluido componentes del intermareal, como los rea¬

lizados para la Bahía de Ensenada, de la isla Guadalupe

y el archipiélago de Cedros, en Baja California; para Mi¬

choacán; y de Acapulco, Guerrero. El primer estudio de

peces intermareales en México se realizó en Ensenada,

El trambollo de

Sonora (Malacoctenus

gigas), de la familia

Labrisomidae.

Foto: ©Arturo Ramírez Valdez

El chupapiedras de

Cortés (Tomicodon

boehlkei) es una especie

endémica del Golfo de

California.

Foto: ©Arturo Ramírez Valdez

El mapo panámico

(Bathygobius ramosus)

en las pozas de marea

de Los Cerritos, Baja

California Sur, México.

Foto: ©Arturo Ramírez Valdez

15

Page 16: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

Escena de la marea

baja en la playa de San

Juanlco, Baja California

Sur, México.

Foto: ©Arturo Ramírez Valdez

donde fue posible reconocer 13 especies, de las cuales

6 son residentes permanentes de las pozas.5 Posteriores

investigaciones se realizaron en la costa de Guerrero,6 en

la península de Baja California7 y de Michoacán,8 siendo

este último el registro con mayor número de especies para

el Pacífico Oriental Tropical, con 52. Sin embargo, aún es

escaso el conocimiento de estas comunidades de peces

en nuestro país, y son necesarios estudios de línea base

para entender la respuesta de estos peces a los cambios

ambientales y alteraciones en su hábitat.

Conservación

Las comunidades de peces intermareales representan un

importante eslabón para el mantenimiento de los ecosiste¬

mas costeros. Estos peces depredan y son presas a su vez

de animales marinos y terrestres. Son parte importante de

la compleja red trófica de la zona intermareal, e interactúan

con especies de interés comercial que habitan o visitan

estos ambientes (entre ellos pulpos, peces mayores, lan¬

gostas, cangrejos). La estrecha dependencia de estas es¬

pecies en el mantenimiento de su hábitat, las pozas de ma¬

rea, han hecho que estas especies sean propuestas como

bioindicadores de perturbaciones o daño de hábitat.4 Los

cambios en la composición de la comunidad y la abundan¬

cia o dominancia de algunas especies pueden ser conse¬

cuencia de alteraciones naturales, como acumulación de

algas por tormentas, o inducidas, como la transformación

de la costa debido a desarrollos turísticos.

Como resultado del calentamiento climático, debido

a la emisión de gases de efecto invernadero, se ha ob¬

servado el continuo calentamiento del océano que ha

generado su expansión térmica y el derretimiento de los

casquetes polares. Desde 1880 al presente, el nivel me¬

dio del mar ha incrementado 20 centímetros. Si se toman

en cuenta las proyecciones de calentamiento global más

conservadoras, se estima un aumento de entre 42 a 143

centímetros para el año 2100.9 Tal nivel de incremento

en el nivel medio del mar no sólo inundará los actuales

ambientes costeros, también generará erosión y pérdida

de hábitat para una gran diversidad de especies; las que

tengan poca o nula capacidad de migración y un estre¬

cho vínculo a características específicas del hábitat serán

las más susceptibles, incluidos los peces intermareales.

En suma, estos peces han desarrollado adaptaciones que

son un verdadero ejemplo de éxito evolutivo, pero ahora

enfrentan una presión —originada por el ser humano—

que puede exceder su potencial de adaptación.

Bibliografía 1 Horn, M. H., K. L. M. Martin & M. A. Chotkowski. 1999. Inter-

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4 Ramírez-Valdez, A. 2009. Ecología y biogeografía de las

comunidades de peces del intermareal rocoso en la costa

occidental de la Península de Baja California, México. Tesis

de maestría. Facultad de Ciencias Marinas, Universidad Au¬

tónoma de Baja California, Ensenada, México.

5 Ruiz-Campos, G. 1986. Estructura, composición y dinámi¬

ca de la comunidad íctica de las pozas de marea durante

otoño-invierno en la playa rocosa de Granada Cove, Bahía

Todos Santos, B.C., México. Tesis de maestría. Centro de

Investigación Científica y de Educación Superior de Ense¬

nada, Ensenada, México.

6 Ramírez-Valdez, A. 2005. Composición taxonómica y ecoló¬

gica de la comunidad íctica del intermareal rocoso de Gue¬

rrero, México. Tesis de licenciatura. Universidad Autónoma

de Guerrero, Acapulco, México.

7 Ruiz-Campos, G., A. Ramírez-Valdez, S. González-Guz-

mán, A. F. González-Acosta, J. L. Castro-Aguirre & J. de

la Cruz-Agüero. 2010. Composition, density and biogeogra-

phic affinities of the rocky intertidal fishes on the western

coast of the Baja California península, México. California

Cooperative Oceanic Fisheries Investigations Reports, 51.

8 Salazar-Araujo, P. 2012. Composición taxonómica y aspec¬

tos ecológicos de la ictiofauna del intermareal rocoso de la

costa de Michoacán, México. Tesis de licenciatura. Universi¬

dad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, México.

9 Stocker, T. F., D. Qin, G. K. Plattner, M. Tignor, S. K. Alien, J.

Boschung, A. Ñauéis, Y. Xia, V. Bex & P. M. Midgley. 2013.

Climate Change 2013: The Physical Science Basis. Contri-

bution of Working Group I to the Fifth Assessment Report of

the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambrid-

ge-Nueva York: Cambridge University Press.

1 Scripps Instítution of Oceanography, Universidad de California

en San Diego, La Jolla, California, Estados Unidos.

[email protected]

2 Facultad de Ciencias, Universidad Autónoma de Baja California,

Ensenada, Baja California, México.

3 Posgrado de Ciencias del Mar y Limnología-Unidad Académica

Mazatlán, Universidad Nacional Autónoma de México, Mazatlán,

Sinaloa, México.

4 Escuela Nacional de Ingeniería Pesquera (enip-uan), San Blas,

Nayarit, México.

16

Page 17: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

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Categoría 9-11 años 3QLUGAR

1Q LUGAR 2Q LUGAR

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Page 19: C O N A B 1 O - ia803205.us.archive.org

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“Mi tierra, mi mundo” Adela maría González Zarate

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“Nosotros mismos” Daniel Erasmo Jiménez García

14 años - Estado de México

3Q LUGAR

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13 años - Estado de México

Categoría 15-17 años

3a LUGAR

Ia LUGAR

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Alimentar a México sin deforestar

El territorio de nuestro país cuenta con casi todos los ecosiste¬

mas del mundo: selvas, bosques templados, bosques lluviosos,

desiertos, manglares, mares y costas. Esta riqueza natural se ha

visto modificada hasta contar con un sistema de paisajes produc¬

tivos que van desde las terrazas y chinampas prehispánicas,

agriculturas tradicionales en laderas y altiplanos hasta grandes

valles de agricultura industrializada, extensas superficies de pro¬

ducción bajo invernadero, granjas acuícolas y pesquerías. Du¬

rante décadas, la sociedad mexicana y los diferentes gobiernos

se han planteado el mismo problema: cómo utilizar el capital na¬

tural, conservándolo para las generaciones futuras y al mismo

tiempo erradicar el hambre, combatir la desnutrición, la pobreza

y la desigualdad sociales.

Con este propósito, después de cumbres internacionales, en¬

cuentros entre sociedad civil y gobiernos, diagnósticos y líneas

base, se logró la firma de un Acuerdo por la conservación de

bosques y selvas y por el fortalecimiento de la seguridad alimen¬

taria en 2016. El Acuerdo derivó en modificaciones a la Ley Ge¬

neral de Desarrollo Forestal Sustentable. Por primera vez, Méxi¬

co cuenta ahora con un instrumento sólido para detener la

deforestación originada por políticas públicas y subsidios para la

producción de alimentos contradictorias con las políticas de con¬

servación del capital natural. En el presente libro, se detalla el

proceso y las características del Instrumento de Información que

le confiere al país una capacidad de avanzada a nivel mundial en

esta materia.

La misión de la conabio es promover, coordinar,

apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento

de la diversidad biológica, así como a su conservación

y uso sustentable para beneficio de la sociedad.

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