Chasqui Martin Serrano 2011

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    cartaa

    loslectores

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    Este nmero extraordinario y doble de Revista Chasquiest dedicado en su totalidad a la vasta obra delproesor espaol Manuel Martn Serrano. Por qu?Porque desde el idioma castellano, este investigadorsocial ha establecido mtodos, herramientas y teoraspara analizar no solo la comunicacin sino al mundo ensu totalidad y en todos sus sentidos.

    En esta doble edicin encontramos la evolucin delpensamiento y la obra de este epistemlogo de lacomunicacin, quien ha procurado establecerla comociencia social y por ende, sus estudios e investigacionesestn orientados hacia ello: seguir deniendo a lacomunicacin como una ciencia con todas sus letras,su objeto de estudio y su mtodo.

    Padre de la mediacin social, el proesor Manuel MartnSerrano es heredero de una tradicin acadmica querecupera la importancia de Comte y desde all supensamiento y teora se van encaminando hacia lacomprensin social de la realidad desde la perspectiva

    comunicacional, sin olvidar que es parte de un sistemasocial, econmico, poltico, generacional De all elgran aporte de la obra del proesor Martn Serrano, queno asla a la comunicacin como un hecho meramentemeditico o reerencial, sino que lo conronta con lasdems realidades cientcas para poder establecer unanlisis completo de la realidad.

    No solo La mediacin social, que ha tenido mucho ecoen Amrica latina, es su contribucin a la conguracinde la Comunicacin como ciencia, sino tambin laaplicacin permanente de un pensamiento dialctico

    para encontrar una superacin constante de suspropuestas. Producto de ello tenemos las publicacionesProduccin Social de la Comunicacin y Teora de laComunicacin. La comunicacin la vida y la sociedad,en donde podemos encontrar una evolucin constantedel pensamiento y propuesta tericometodolgicadel proesor Manuel Martn Serrano para analizar larealidad comunicativa humana, social y pblica.

    Agradecemos la coordinacin de Francisco Bernete,quien tom a su cargo la recopilacin de textos y uequien propuso a los autores a sumarse a este nuevomonogrco, pues ya en la dcada pasada la revista

    Anthropos realiz un ejercicio similar, pero con ladierencia de que ahora renovamos la mirada del autory recabamos la opinin y el anlisis de investigadoresacadmicos de nuestro continente.

    De esta manera, Revista Chasqui entrega a sus lectoresun nmero doble que ser muy apetecido por docentese investigadores para comprender mejor an, la obra

    y el pensamiento en constante evolucin del proesorManuel Martn Serrano.

    Conamos en que el contenido remitir a proundizarlos conceptos y teoras de este madrileo que desdela Universidad Complutense ha ormado a variasgeneraciones de investigadores de la comunicacin,tanto europeos como latinoamericanos.

    El editor.

    Estimados lectores, estimadas lectoras

    Cartaa los lectores

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    En esta edicinDE LOS COORDINADORES

    La creacin cientca de ManuelMartn Serrano, cuando el mundose virtualiza

    Autobiograa intelectual: Lostiempos que han trado nuestro

    tiempo

    MEDIACIONES

    Voz Mediacin

    Las mediaciones

    Libro de reerencia: La MediacinSocial

    El itinerario que enlaza la teora dela mediacin con las mediacionescomunicativas

    Le conit entre innovationtechnologique et changementculturel resea

    De la sociedad de la abundancia ala de la redundancia. La mediacincultural que ha preparado laglobalizacin

    La Globalizacin es ungigantesco mecanismo demediacin social

    La mediacin social y los enoquesde la teora de la comunicacin

    Mediaciones tecnolgicas en lacomunicacin

    La mediacin de las narracionescomunicativas

    La estructura de la narracinicnica en la televisin narracionescomunicativas

    La gesta y la parbola en losrelatos de la comunicacin pblica

    Las tres ormas de empleo de la

    comunicacin resumen

    Sobre las ormas de empleo de lacomunicacin

    Mediacin cognitiva y estructural

    Las relaciones entre las mutacionessociales y los cambios en lasrepresentaciones

    La accin social puede serdialctica, pero la mediacincomunicativa nunca lo es

    COMUNICACIN

    La comunicacin, reundadacomo teora autnoma para elestudio de todas las ormas deinteracciones comunicativas, desdesus orgenes evolutivos hasta susmaniestaciones culturales

    El lugar de la teora de lacomunicacin entre los saberes

    La sociogentica de la Teorade la Comunicacin rente ala paleontologentica de laComunicacin Humana

    Sobre los usos precomunicativos ycomunicativos de la inormacin

    Las acciones que implican a otros:complicaciones e interacciones

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    El origen evolutivo de lacomunicacin

    [Accin ejecutiva/comunicacin] enel universo del comportamiento

    Accin / comunicacin en la obrade Manuel Martn Serrano

    Actos ejecutivos y actos expresivos

    La transerencia de la ejecucin a laindicacin en los comportamientoshumanos

    Antropognesis y comunicacin:Teora de la comunicacin. lacomunicacin la vida y la sociedadde Manuel Martn Serrano

    Lo especcamente humano en laobra de Manuel Martn Serrano

    Epistemologa y anlisis de lareerencia

    Los orgenes de la epistemologa dela comunicacin

    El concepto cientco de lainormacin en la Teora de laComunicacin de Manuel Martn

    Serrano

    El modelo dialctico de lacomunicacin

    La pregunta undacional de lateora de la comunicacin: cmoes posible que la comunicacin seaposible resumen

    La produccin social decomunicacin Resea de la terceraedicin

    La produccin social decomunicacin Texto de portada enla primera edicin

    En los nuevos medios se unen hoylos annimos intereses mundialescon las necesidades privadas de losindividuos impotentes

    Presentacin de La teora social dela comunicacin

    Desarrollo y quiebra de la ormavigente de producir comunicacinpblica

    Innovaciones tecnolgicasde la comunicacin. Cambiosuncionales y sociales previsibles

    Las utopas, cuando lacomunicacin se globaliza

    METODOLOGA

    La renovacin metodolgica de lasciencias sociales

    Mtodos actuales de investigacinsocial

    Los mtodos para la investigacinde las transormaciones de las

    sociedades

    Epistemologa de la dialcticasocial

    Aplicaciones cientcas de lametodologa dialctica sinopsis

    Epistemologa del realismosociolgico sinopsis

    Aplicacin de la teora y el mtodosistemtico en ciencias sociales

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    Las Ciencias Sociales son lasciencias de la verdad del sujeto

    Historia y tica en los mtodoscientcos de las ciencias sociales

    Comte, el padre negado.Orgenes

    de la deshumanizacin en lasciencias sociales

    La humanizacin, criterio devalidez para la Produccin Social deComunicacin

    Libertad y prediccin en lasciencias sociales, analizadas desdeuna perspectiva ciberntica

    Propuesta de un modelo delespacio y la relacin para investigar

    el cambio social, y aplicacin delanlisis sociolgico del complejo deEdipo

    Sociologa del milagro

    El milagro, la bola de nieve y elestudio de las representaciones enlas comunidades

    Diseos para investigar laproduccin social de comunicacin

    Un protocolo para llevar a caboestudios paradigmticos de laproduccin social de comunicacinsinopsis

    Los modelos de la mediacin seidentican mediante su puestaa prueba con modelos lgicosSinopsis

    Nuevos mtodos para la

    investigacin de la estructura yla dinmica de la enculturizacinsinopsis

    El anlisis articular creado porManuel Martn Serrano y ladierencia alsa entre anlisiscuantitativos y cualitativos

    Un mtodo lgico para analizar elsignicado sinopsis

    INVESTIGACIONES

    Los proesionales en la sociedadcapitalista

    La investigacin que prueba lateora y la teora que undamenta la

    investigacin

    Consenso y benecio: a propsitode otra crisis y de la mediacinsocial de Manuel Martn Serrano

    Crisis socioeconmicas y recurso alas mediaciones sociales

    Edades, gneros y sus identidadescuando cambia el mundo

    Tres visiones del mundo para

    cuatro generaciones de jvenes

    La naturaleza de la comunicaciny de sus eectos en los niossinopsis

    Capacidades de los nios parareconocer la objetividad de lacomunicacin

    Produccin social de identidades enla obra de Manuel Martn serranogeneracionales y de gneroCarcter y destino

    De la juventud como naturaleza a lojuvenil como producto

    La ansiedad de mantener un cuerpojoven

    Modelos arquetpicos de lasmujeres en la televisin resumen

    La produccin y reproduccin de

    dierenciaciones generacionales enla socializacin: investigaciones deManuel Martn Serrano

    Inorme juventud en Espaa 2000sinopsis

    Los cambios histricos y lastransormaciones generacionales

    Violencias generacionales y degnero en las investigaciones deManuel Martn Serrano

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    Conductas violentas entre jvenessinopsis

    Signicado que tiene la vinculacinque se ha establecido entrejuventud y violencia sinopsis

    Transormaciones previsibles de lasviolencias que padecen las mujeressinopsis

    La comunicacin pblica y loscambios socioculturales en la obrade Manuel Martn Serrano

    El uso de la comunicacin social porlos espaoles. resumen

    La colonizacin comunicativay la transculturizacin en el

    pensamiento de Manuel MartnSerrano

    El colonialismo cultural se analizainvestigando las relaciones entreaccin y comunicacin resumen

    Presentacin tde la comunicacinpblica y la supervivencia

    Cuando la eliminacin del idiomapropio hace de la accin elmodo de narrar nico o principalsinopsis

    El colonialismo se convierteen neocolonialismo cuandologra integrar el comercio y latransculturizacin en una nica redresumen

    Utopas y contrautopas en la obrade Manuel Martn Serrano

    Epistemologas iberoamericanasen ciencias de la comunicacin. Lacontribucin estratgica de Manuel

    Martn Serrano al pensamientotransormador latinoamericano

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    En el siguiente nmero

    Ensayos

    Portada

    AMARC y su aniversarioLas redes sociales

    Observatorios y veeduras

    de medios en AmricaLatina

    AlonsoGumucioDagron

    Personaje

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    De los coordinadores8

    Manuel Martn Serrano, catedrtico de la UniversidadComplutense de Madrid, es un cientco quegoza de gran reconocimiento internacional. Se le ha

    caracterizado como un pensador de talante renacentista

    por lo que su obra tiene de innovadora; porque vincula

    la creacin terica con la invencin metodolgica y las

    aplica a la investigacin de enmenos emergentes que

    estn cambiando el mundo. Y sobre todo, porque opera

    al tiempo en las dimensiones loscas, cientcas y

    sociales del conocimiento.

    La calidad y diversidad de los autores que participan en

    la redaccin de este nmero extraordinario de CHASQUI

    es una muestra de ese reconocimiento y de la inuencia

    que ejerce Manuel Martin Serrano en diversos camposdel saber. Vase: COLABORAN EN ESTE NMERO.

    Escriben 41 destacados especialistas, pertenecientes a 9

    pases. Proceden de las Ciencias de la Comunicacin; de

    las Ciencias Sociales, de las Humanidades, de las Ciencias

    de la Vida, de la Epistemologa y las Metodologas. Este

    monogrco orece tal vez la descripcin ms completa

    que hasta ahora se haya publicado, sobre el contenido

    y la relevancia de las innovaciones cientcas que le

    debemos al Proesor. Dicha labor creativa est expuesta

    en cuatro partes:

    1: LA MEDIACIN. Manuel Martn Serrano es el creador

    del paradigma de las mediaciones, que relaciona los

    ajustes y desajustes entre inormacin, organizacin

    y prcticas sociales. Este planteamiento ha hecho

    escuela desde hace varias dcadas para estudiar

    solidariamente las transormaciones de las ormas

    de vida, las mentalidades y la comunicacin. Los

    especialistas que se han ocupado de esta parte de la obra

    describen cundo y por qu MMS invent este enoque

    epistemolgico; las diversas aplicaciones mediaciones

    sociales, comunicativas, tecnolgicas y las operaciones

    mediadoras que ha identicado en esos mbitos. Tambin

    nos muestran la creciente incidencia que el paradigma

    de las mediaciones tiene: se ha adelantado y ha abierto

    el camino a los trabajos de otros clsicos del estudio de lacomunicacin en Europa, Latinoamrica y EE.UU.

    2: LA COMUNICACIN. En este campo del saber

    ha reormulado la concepcin que se tena de la

    naturaleza de la comunicacin y a partir de ello ha

    establecido el lugar especco que ocupan los estudios de

    la Comunicacin entre los saberes Se propuso elaborar,

    y lo ha hecho, teora bsica, que sirve de undamento

    para todas las maniestaciones comunicativas: animales,

    humanas, institucionales; teora que se atiene al mtodo

    La creacin cientcade Manuel Martn Serrano.

    Cuando el mundo se virtualizaComo est expuesta su obra y descrito su magisterio,

    en este monogrco de CHASQUI

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    cientco porque es susceptible de ser vericada por la

    investigacin. Como es la parte ms amplia de la obra

    de MMS, y segn los analistas, la ms importante, se

    ha organizado la exposicin en tres apartados, que se

    corresponden con los ttulos de tres de sus libros ms

    conocidos: 2,1, La comunicacin, la vida y la sociedad.Se da constancia de la ingente tarea que ha llevado a

    cabo para asentar la Teora de la Comunicacin sobre losms slidos cimientos. Se detalla cmo se ha esclarecido

    la naturaleza de la comunicacin, sus orgenes y

    evoluciones; as como los orgenes y la naturaleza

    especca de la comunicacin humana. 2.2 Teora de lacomunicacin epistemologa y anlisis de la reerencia.En 1981 Manuel Martn Serrano plantea en el libro del

    mismo nombre la pregunta undacional de la teora

    de la comunicacin. Este recurso socrtico viene muy a

    propsito en esta obra, que ha contribuido a la ormacin

    de muchas promociones de estudiantes espaoles

    y latinoamericanos. La respuesta que el Proesorproporciona le da pie para desarrollar sus originales

    concepciones de cmo son los sistemas comunicativos

    y de cmo uncionan cuando estn aectados por los

    designios humanos. Es el conocido modelo dialctico

    de la comunicacin. Los lectores de Chasqui podemos

    enterarnos, en la exposicin de los especialistas, por qu

    es este el libro sobre comunicacin, de ms penetracin en

    lengua castellana y el que ms ha enriquecido el estudio y la

    investigacin de la misma, adems de renovar su prctica.

    2.3 La produccin social de comunicacin. Con este

    texto Manuel Martn Serrano ha abierto el espacio para losestudios sociohistricos de la comunicacin. A ese espacio

    le da el nombre de Teora Social de la Comunicacin.

    Con ella analiza los vnculos entre los cambios histricos

    de las sociedades y las modalidades de comunicacin

    pblica que han aparecido y desaparecido, desde la

    comunicacin asamblearia hasta la comunicacin por

    redes inormticocomunicativas; identica los usos de

    las actuales capacidades tecnolgicas que son posibles

    y los que son probables y plantea los consiguientes

    escenarios histricos que cabe prever. Los analistas han

    realizado para Chasqui una exposicin muy completa de

    los estudios de la produccin social de comunicacin,

    porque han contribuido decisivamente a que la

    comunicacin orme parte de las ciencias sociales.

    3: LAS METODOLOGAS.Existen paralelismos entre el

    Renacimiento y los inicios de la Globalizacin, en cuanto

    a los estmulos para la creacin cientca. Ahora como

    entonces, la innovacin en el plano terico requiere la

    invencin metodolgica; y los creadores de paradigmas

    han sido al tiempo los diseadores de nuevas ormas y

    tcnicas de investigacin. La obra de Manuel Martn

    Serrano es un testimonio de esa manera de hacer ciencia.

    El Proesor ha destacado que en la actualidad, por primera

    vez la humanidad tiene los recursos para intervenir/

    condicionar/desorganizar la mayora de los sistemas

    naturales, sociales, del conocimiento. En consecuencia

    el uncionamiento del mundo ya es inseparable de

    la accin social. Y cuando ese uncionamiento estnalizado por la intervencin humana, hay que desarrollar

    nuevas metodologas para averiguar sus leyes y prever

    sus eectos. Son

    creadas por MMS y magncamente descritas para los

    lectores de Chasqui, por muy destacados especialistas;

    quienes recuerdan que han sido consideradas una de las

    aportaciones ms importantes que se han hecho a la teora

    de la metodologa. Continuando con las homologas

    histricas: en el Renacimiento se recurre al lenguaje

    de las matemticas para describir el uncionamiento

    de un mundo regulado por las leyes sicas. ManuelMartn Serrano muestra que en el mundo intervenido

    por la accin humana, solamente los lenguajes lgicos

    sirven para prever sus posibles estados. Y consecuente

    con esta nueva visin de las tcnicas, disea los

    primeros modelos lgicos que se han aplicado en la

    investigacin de temas sociolgicos y comunicativos. En

    este monogrco podemos conocer aplicaciones para

    analizar los contenidos de cualquier clase de narracin,

    oral, escrita, en imgenes; por ejemplo, en los medios de

    comunicacin.

    4: LA INVESTIGACIN. Manuel Martn Serrano ha

    realizado investigaciones para vericar la teora, o probar

    la metodologa. Pero adems aplica teora y mtodo al

    estudio de dinmicas sociales emergentes; y es de notar

    que este compromiso con los temas de nuestro tiempo,

    tambin recuerda al proceder de los investigadores

    renacentistas. Uno de esos campos emergentes est

    en las dierenciaciones generacionales y de gnero. El

    Proesor demuestra que en base a ellas, se perpetan

    en la actualidad las divisiones sociales. Otro tema

    que l mismo ha hecho relevante, es la produccin y

    reproduccin de mentalidades e identidades, sobre todo

    en la comunicacin y en la enseanza. Prueba que tales

    representaciones mediadas, socializan en la conormidad

    y realimentan las violencias estructurales. Los analistas

    aclaran por qu estas investigaciones de MMS y las otras

    de las que se ocupan en este monogrco han ejercido

    tanta inuencia en varios campos de las ciencias sociales.

    5: UTOPAS Y CONTRAUTOPAS. Las obras que aportan

    conocimiento paradigmtico presuponen una losoa

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    de la ciencia que les proporciona coherencia y alcance

    y tambin valores de reerencia. Manuel Martin Serrano

    escribe que la teora acertada se relaciona con la prctica

    justa. Es una declaracin epistemololgica con las que se

    compromete personalmente. Recuerda que las ciencias

    sociales nacieron con el propsito de orientar los

    descubrimientos cientcos y sus aplicaciones tcnicas,

    a la construccin de nuevas sociedades donde vivir mslibres y elices. Los proyectos Iluminista y Marxista tienen

    en comn que incorporan la utopa como reerencia

    del cambio sociohistrico undado en la solidaridad.

    Manuel Martin Serrano actualiza el valor cientco del

    pensamiento utpico, al poner en relacin la solidaridad

    con la antropognesis y la sociognesis. Establece el

    vnculo entre tica y ciencia, cuando muestra que el

    humanismo es determinante de nuestra evolucin. La

    importancia que adquiere la comunicacin en la obra de

    MMS, se corresponde con el papel que dicha actividad ha

    cumplido y sigue cumpliendo, en la humanizacin; ya seacomo soporte de la visin utpica o contrautopica del

    uturo. En la medida que utopa /contrautopia orienten

    las prcticas sociales, tienen que ser tomadas en cuenta

    por todas las ciencias cuyo objeto est aectado por la

    accin humana. El proesor Jose Antonio Younis aporta

    un anlisis ascinante de dicho giro terico.

    * * * * *

    Este nmero de Chasqui va a ser a partir de ahora

    reerencia imprescindible para el conocimiento de unautor y de una obra de tanta transcendencia; entre otras

    cosas, por la inormacin que incluye sobre el papel

    transormador que cumple en Amrica Latina vase: la

    obra de Manuel Martin Serrano vista desde Latinoamrica).

    Pero, adems, Chasqui est aportando un texto de

    historia de la creacin cientca nico en su gnero.

    En estas pginas se desvela como, por qu, para qu

    se ha ido armando el conocimiento que actualmente

    undamenta las ciencias de la comunicacin, al calor

    de las demandas que procedan de otras ciencias de

    la vida, humanas y sociales. Y, sobre todo, se describenlas circunstancias reales en las que se llev a cabo esa

    extraordinaria produccin cientca. Son los tiempos que

    han trado nuestro tiempo. En la Autobiograa intelectual

    con la que se abre este monogrco, Manuel Martin

    Serrano relata, desde la excepcional experiencia vivida,

    cambios histricos que conguran el presente y van a

    conormar el uturo. Muestra las transormaciones de la

    cotidianeidad, de la cultura y de las visiones del mundo en

    la sociedad espaola, cuando se convierte de agraria en

    industrial y luego se incorpora a la economa globalizada,

    ormando parte de la Unin Europea. Los avataresexistenciales e intelectuales de unas generaciones que

    protagonizaron la Revolucin de Mayo, el derrocamiento

    de la dictadura ranquista y que persisten en la deensa

    de los derechos y libertades rente a la contrarrevolucin

    neoliberal y neocolonialista. Recrea la gran aventura

    epistemolgica y cultural vivida en las universidades de

    Francia, cuando al tiempo alcanzaron su cenit, marxismo,

    estructuralismo, psicoanlisis, semiologas, sociologas

    crticas. Es el relato de cuando el mundo se virtualiza.

    Nuestra poca, que tiene en comn con la renacentista,

    la interrelacin que existe entre las historias personalesy colectivas y los horizontes que sus protagonistas han

    abierto para las ciencias.

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    Esta autobiograa esclarece el sentido que tiene lacreacin cientca en la vida de Manuel MARTNSERRANO y al hacerlo, revela cmo estamos concernidospor la aventura del conocimiento, las gentes que ahoracompartimos y antes compartieron con l, la mismapoca existencial. MMS sugiere que nuestro tiempose ha conormado por el transcurso de dos pocasdierentes: En Espaa la primera de ellas abarca la

    dictadura ranquista y la transicin democrtica, queconcluy hacia 1982. Es Del tiempo del silencio al de laesperanzaLe sigue la segunda poca, en la que estamosdesde entonces: Del tiempo de la esperanza al de lahumanizacin Es nuestro presente y previsiblemente seprolongar durante generaciones. Dice el Autor que sondos periodos indisociables; y que sin embargo el trnsitode uno al otro ha supuesto una rotura histrica.

    Manuel MARTN SERRANO describi Del tiempo delsilencio al tiempo de la esperanza en el monogrcoque le dedic la revista Anthropos en 1984. La vivencia

    de aquel ascinante proceso, se recoge resumida, perosin ninguna adenda. Del tiempo de la esperanza al de lahumanizacin completa su autobiograa intelectualhasta la echa y est escrito para este monogrco quele dedica la revista Chasqui. El testimonio de MMS ahoracuando su obra est alcanzando los mayores logrosproporciona una perspectiva amplia y abierta de cmose ha hecho nuestro presente: muestra ormas de crear y

    de transmitir el saber, que son opciones requeridas paraesclarecer nuestro uturo.

    PARTE PRIMERA: DEL TIEMPO DEL SILENCIO ALTIEMPO DE LA ESPERANZA

    Por Manuel Martn Serrano

    Resumen del texto publicado en la Revista Anthropos,nmero 4142: Monogrco dedicado a Manuel MartnSerrano. Barcelona, 1984

    De los coordinadores

    intelectual deManuel MartnSerrano

    Autobiografa

    Los tiempos que han trado

    nuestro tiempo

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    1. Frente al espejo

    Cualquier biograa, como el espejo, slo devuelveuna imagen; y la autobiograa es imagen en unespejo poco ro. Enrentado yo con el espejo de mipropia historia, me reconozco, pero no me identicocon estas lneas biogrcas: mero relato de un modode mirar que, como cualquier otro, sustituye al sujetopor un signo de s mismo. Pienso yo, que de la miradaautobiogrca slo tiene inters para ti, lector, la ormade mirar del otro, porque a veces, en la mirada reexivade la autobiograa, se desvela que la produccinintelectual tiene un sentido ineable para el pblico; almenos ese otro sentido que el propio sujeto atribuyea su experiencia. [...] Porque la obra cientca, cuandoes respetuosa con el lector, desvela una visin delmundo, pero en el silencio de entrelneas; slo si suautor es lo bastante inoportuno y presuntuoso puede,en ocasiones, pregonar algn mensaje. [...] Si su

    curiosidad y su cortesa le animan a seguir leyendo,encontrar en estas lneas datos de una experienciavital individual, y, sin embargo, comn con otraspersonas de mi edad y de mi entorno. Generacinllamada de posguerra, que para mi desaparecidoamigo Martn Santos, lo ue del tiempo del silencio,cuyos protagonistas, como los Trobiant de Sartre, cadacual a su manera trat de hacer algo consigo mismo apartir de lo que con nosotros se hizo. . [...]

    2. Protomitos y mendelismo

    Nac en Madrid en 1940. Mi primera inancia meproporcion una experiencia que pocas personasde mi edad han conocido desde dentro. He vividoen una comunidad donde todava regan lasrelaciones sociales del eudalismo. Mis abuelos eranadministradores de una enorme nca en la sierra deCrdoba, junto a otra en la que pas largas temporadasOrtega y Gasset. Catorce amilias vivan a la luz delcandil, sin otro medio de transporte que la caballerao la tartana, bajo un rgimen de prestacin deservicios mutuos, en el que circulaba poco el dinero, yan menos los medios de comunicacin. El domingonos ponan de limpio, para recibir al seor cura que

    apareca con un bonete rojo en una calesina tirada porcuatro caballeras, arrojando bendiciones y caramelosa los nios, para decir la misa en la misma iglesia dela que ue cannigo, en siglo ms prspero, don Luisde Gngora y Argote. En el buen tiempo, alguna vezvenan a cazar personas procedentes de otro mundo,que traan grandes jauras de perros; seores a quienesse les besaba las manos y para quienes los gaanes dela nca preparaban gigantescos peroles de arroz conla carne de la caza. El resto del tiempo aquel parasoera nuestro: nuestros los enormes bosques luegodesorestados, donde aprend el nombre rabe de las

    plantas que luego olvid; nuestros los palomos y losconejos domsticos, que me dedicaba a cruzar paracambiar su color, siendo este experimento el primeroque hice, pero no del que me siento menos orgulloso.Cuando anocheca, junto al ogn de la cocinacomunal, o cuando las mocitas pelaban las avellanasen un patio emparrado, se contaban historias quenadie ha recogido, en las cuales el sexo, el trabajo, lariqueza y la muerte, a dierencia de lo que ocurra enla vida cotidiana, no torcan su naturaleza ni ante Diosni ante los poderosos.

    3. El asalto a la Razn

    [...] Cuando esa propiedad cambi de dueo, misamiliares emigraron a Crdoba y para m se cerraronlas puertas del paraso inantil. Un pariente cura meconsigui una beca para estudiar en el colegio de SanAntn de Madrid. Las clases todava tenan las rejas

    de su anterior uso como prisin; por las maanascantbamos el Cara al Sol el himno de la Falangeoamos misa, comulgbamos a cambio de unos valesque resultaban imprescindibles para renovar la beca, ytenamos un breve recreo, en patios separados los depago y los gratuitos, donde la renada crueldad dela que son capaces los nios rustrados, se ensaabaen los dbiles y en los dierentes. De aquellos aosamargos slo puedo hacer regresar a mi memoria elespacio prohibido de la clausura, cuyas galeras llenasde cuadros del XVII y XVIII me ascinaban; y el tiempoempleado con aquellos amigos Jos Manuel, Ramn

    en deendernos de la asxia vital de las aulas y de lamiseria moral de la enseanza. . [...]

    Al traspasar la puerta del colegio, nos dbamos debruces con el entorno galdosiano de la calle de laFarmacia, poblado de personajes de carne dolorida yhueso enteco. Fabricbamos un peridico clandestinoque se llamaba El ltimo rebuzno del cura para el que,por primera y ltima vez en mi vida, trabaj comoreportero, entrevistando con la audacia de los doceaos a la vendedora de castaas, las prostitutas de lacalle de la Ballesta, a la vieja marquesa loca de peloteido de rosa, que era la madrina del colegio; y el

    da de san Antonio Abad, a los arrieros de Hortaleza,que todava conducan sus asnos para entregarlesal bautismo animal en la uente de los Dos Delnesy para que se reocilasen con la paja bendecida.Aquellas gentes de trapo respondan a nuestroinocente descaro con asombro o regocijo, pero nuncacon desdn ni irritacin; salvaron con su tolerancianuestra dignidad y autoestima, como no supo hacerlocon su rigidez ninguno de nuestros proesores. Evocoesta ancdota intrascendente, porque muestra cmoel nio es capaz de reinventar el surrealismo parareducir al absurdo una realidad castrante. . [...].

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    4. La voz a ellos debida

    Al terminar las clases, ya cumplidos los catorceaos, estudiaba en la biblioteca pblica que existaen el Hospicio de la plaza de Tribunal. Por algunamaravillosa negligencia los ondos acumuladosdurante la Repblica ni haban sido destruidos niarchivados. Un bibliotecario anciano me los prestababajo otra rbrica, en el caso de que consideraseque su lectura me iba a ser beneciosa, lo cualsuceda todas las veces. As ue como, en aquellastardes silenciosas, lea obras que a veces no podacomprender, pero que iban desbastando mi toscahechura de colegial a golpes, a veces dolorosos, deotras ideas que no venan en los textos. Le a Darwin,a Freud, a Espinoza, a Voltaire, a Rousseau, a Goethe,a Baudelaire, a Rimbaud; y a Caldern, Alarcn,Garcilaso, Boscn, Galds, Lorca, Baroja y Valle Incln.Aquel vicio prohibido me cost, cuando cumpl los

    quince aos, la expulsin del colegio: se descubri enmi pupitre As hablaba Zaratustra. La condena se meimpuso despus de ser sometido a un juicio sobre miiniquidad que ya no poda tocarme.

    Termin el bachillerato en el instituto pblico CardenalCisneros, donde descubr otra imagen distinta de mmismo. En el Instituto se estimulaban esas mismasaptitudes y actitudes que tantos problemas me habanocasionado en el colegio. A los diecisis aos terminel preuniversitario de letras y de ciencias, pero sobretodo, haba aprendido a respetarme a m mismo.

    En el curso nocturno del Instituto hice amistadcon compaeros mayores que yo. Nos reunamostodos los domingos, y lo seguiramos haciendodespus durante varios aos, en el Ca Viena, dondemantenamos una tertulia potica y losca tandecimonnica como el local. All leyeron sus primerosversos algunos Adonais, discutieron del origen delhombre varios catedrticos de universidad, y asomla rebelda de otros entraables amigos, ms sensiblesque los dems, que se perderan en el camino de lalocura o de la muerte.

    Las circunstancias amiliares me obligaban a haceruna carrera universitaria corta. Ignorante de miineptitud, me matricul en aparejadores. [...] Sinembargo, traicion desde el principio de curso mispropsitos de dedicarme por entero a un aprendizajeinstrumental. Mi primer ao de universidadtranscurri embebido en adquirir otra ormacin:la direccin teatral. Haba hecho amistad con CsarLpez y con Jos Triana, reugiados cubanos desdeel asalto al Cuartel de Moncada, y luego, directordel Teatro Nacional cubano el primero, y premioCasa de las Amricas el segundo. Csar haba

    estudiado direccin escnica en el Actor Studio, ymont en Espaa varias obras de autores americanos,temindome a m como ayudante y ensenndomegenerosamente la tcnica de Stanislavski. El lectorque conozca las metodologas que he elaboradopara el anlisis de los relatos, descubrir cilmenteen ellas la huella de aquellas descomposiciones delos roles teatrales en uncin de los objetivos de laaccin dramtica; aunque entonces yo estuviese lejosde sospechar que mi preparacin para la direccinteatral iba a prolongarse por otros usos tan dierentes.

    Haba hecho una eleccin errnea en los estudios,porque crea yo entonces mi verdadera vocacin eraescribir. Decid cambiar la Escuela de Aparejadorespor la Facultad de Filosoa y Letras, el nico centrodonde supona que los estudios estaran prximos amis intereses. El verano de 1957 trabaj en una minade antracita de Fabero, y ahorr lo suciente paraseguir el siguiente curso mi inclinacin, sin cargosde conciencia respecto a mi amilia. Fue en la mina,y no en el aula, donde me descubrieron a Brechtunos hombres que crean en la palabra, pero queno pensaban que slo nos quedase la palabra. Mehicieron una pregunta embarazosa que hasta ahora

    no he olvidado: y todo eso que t escribes, para qunos sirve? [...]

    La Facultad de Filosoa y Letras de Madrid no eraprecisamente un centro de innovacin cultural ni deoposicin poltica. No obstante, el SEU SindicatoEspaol Universitario, al que pertenecamos todos losestudiantes por decreto tena recursos econmicos yla suciente permeabilidad para que uesen posiblesalgunas iniciativas atrevidas. [...] Dirig el teatrouniversitario de la Facultad y estren, entre otrascosas, El crculo de tiza, Esperando a Godot, La ltima

    El teatro ue una de las acetas

    que Manuel Martn Serrano

    desarroll en su juventud. A

    partir de su ormacin escnica,se ha desarrollado, tambin, su

    teora de la comunicacin como

    espacio de roles, de actores

    y de un libreto que se puede

    congurar.

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    cinta de Krapp, as como dos obras mas. La asistenciaa aquellas representaciones era masiva, y creo queactividades culturales como aquellas, entonces muynumerosas, ueron el ermento de los posterioresmovimientos estudiantiles.

    5. Pars no era una esta

    Aunque no estaba aliado a ningn partido poltico,no era esa la opinin de la polica, y al concluir elsegundo curso me ui por primera vez a Pars. [...] Lasprimeras noches me reugiaba con mi saco de dormirentre los juncales que haba a la orilla de lago de la BoisBoulogne. [...]. De esta situacin tan crtica me sacaronun grupo de trabajadores espaoles e italianos, algomayores que yo, que habanrecalado en Pars por diversasrazones, desde las minas dela Mosle. Se reunan en el

    Quai du Vert Galant, ayunos dealimentos y de sexo, discutiendolas rmulas ms inverosmilespara sobrevivir al da siguiente.Me consiguieron trabajo porlas noches, primero comodescargador en el mercadode Les Halles, luego comoempleado de la limpieza enlas ocinas de L AssegurationeGenerali. Por la tarde siempreque poda sortear a la Madame

    de tumo cualquiera de aquellosamigos me prestaba su cama.Corresponda a su proteccinsirvindoles de intrprete:ellos hablaban entre s y conlos ranceses, en un espaolenguachado que reejaba,en los nuevos modismos, lahostilidad al idioma que lessegregaba: decan embuchar,la chambra, el merde por el trabajo, lahabitacin o el patrn. Apuntaba cuidadosamenteesos trminos, con la idea de escribir alguna vez una

    novela en el obligado estilo del realismo sociolgico,nico que era de recibo por aquel entonces entre losintelectuales espaoles, desde que Snchez Ferlosioescribi El Jarama. Esa es la novela inacabada que,como todo espaol, guardo en un cajn que nuncase abre.

    Pude matricularme en La Sorbona y segu dosexcelentes cursos, uno de enomenologa y otro delgica; los dems me parecieron retricos. En realidadla losoa viva no haba pasado por la Rue des coles;se debata con la condicin de aquel tiempo que,

    aunque inhumano, todava recordaba el absurdo dela inmolacin, en las cavas o en los cas. Yo no podarecuentar esos templos del existencialismo, ni meatraa el aburrimiento ritual que se deslea como elazcar hasta que el ca adquiriese el sabor de la nada.Cumpl mi viaje de adoracin a la Kaaba de Montmartrepara conocer a Sartre, y no me pareci entregado ala Nusea, como sus discpulos, sino a la militanciaantiestalinista. Me impresion la solidez moral dela persona, pero mucho ms, su obra. De hecho, miaproximacin primera al marxismo ue a travs de laCrtica de la razn dialctica, donde la necesidad detransormar la sociedad se encuentra con la libertaddel sujeto; y creo que ese origen existencialista de milectura de Marx ha perdurado hasta ahora.

    6. No siempre se pone el huevodonde se lanza el grito

    Cuando regres a Espaael teatro universitario meestaba ya vedado. Con penay sin ninguna gloria, tuveque con vencerme de quemi carrera teatral habaconcluido. En la especialidadde Filosoa Pura me esperabaun tomismo militante, esdecir, conscientementereaccionario. Sin embargo,[...] Desde mi heterodoxia

    terrible heterodoxia deentonces, existencialista,enomenolgica, es decir,epistemolgica, y por lotanto, la ms peligrosavea la Escolstica como elesuerzo ms prolongado delpensamiento humano paraconseguir que el movimientode las ideas se correspondiese

    con el movimiento de la naturaleza; conanzamedieval en la razn que sintonizaba con mispropias necesidades intelectuales, y que sigue en m

    arraigada: [...] la pasin por descubrir la armona queexiste entre el ser y el conocer, que nos leg la obrade Lulio.

    Ni entonces, ni despus, ui capaz de seguir enlos estudios la lnea recta. Me matricul tambinen medicina, consciente de que no me interesabael ejercicio de esa proesin; con la motivacin,tal vez ideolgica, de que era necesario conocerel uncionamiento biolgico para comprender elcognitivo[...] Pero a veces buscando las Indias por elcamino ms corto, el explorador se topa con Amrica.

    La Escolstica medieval

    est arraigada en el

    pensamiento de Manuel

    Martn Serrano, pues esta

    poca ue la que ms

    prolong el pensamiento

    humano para conseguir

    que el movimiento de lasideas se correspondiera

    con el movimiento de la

    naturaleza.

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    En Medicina, conoc por primera vez los criterios dediseo y de prueba que se utilizan en los experimentoscontrolados de la gentica o de la histologa. Lossistemas de clasicacin estructural y uncional queemplea la anatoma o la qumica orgnica no slo eranormalmente casi perectos; adems permitan guiar laprctica de la investigacin cientca. Esa orientacinde los mtodos me impresion precisamente porqueya tena una buena ormacin lgica. [...] El mtodoque segu para identicar los modelos lgicos queexisten en toda representacin, era el mismo queutiliza el qumico para identicar un productodesconocido: consiste en ir sometiendo el objetode estudio -en este caso los relatos- a reaccionescontroladas con reactivos conocidos; en este caso, losmodelos lgicos de organizacin de los conceptos.Aunque hace mucho tiempo que mi trabajo selleva a cabo en el campo de las ciencias sociales, heconservado el modo de arontar la investigacin que

    aprend en las ciencias biolgicas[...]

    7. El crepsculo de Akademos

    [...] La universidad era el nico espacio donde sepoda seguir incubando el huevo del conocimientoespeculativo, que madura al calor de la propiainsatisaccin intelectual; yo no saba si era ecundo, niqu especie terica tena dentro. Encontr mi primeracomodo como ayudante del proesor Lisarrague, enla ctedra de Filosoa Social de la Facultad de Polticasy Econmicas. El nombramiento me proporcionaba

    una audiencia dos veces a la semana de doscientosalumnos, y un jee aable, que me anim a modicarsu programa para ajustarlo, segn l deca, a mi propiaormacin [...] Quien me contrat, me advirti de quehaba dado el primer paso hacia las cotas ms altasdel saber desinteresado. Para que estuviese claroque ese amor a la sabidura no responda a groserosintereses materiales, la universidad nos pagabamenos de dos mil pesetas al ao la decima parte delsalario mnimo de la poca [...]

    8. Buscando a Dios en las cacerolas

    Con la gloria de mi nombramiento subsista elproblema de comer cada da. Las personas queestaban en mi caso -ormndose para ser catedrticosen un lejano uturo que poda retrasarse veinte oms aos- necesitaban disponer de otro empleo queles proporcionase un trabajo honorable: es decir,el acomodo y el tiempo libre sin el cual es sabidodesde los griegos que nadie llega a sabio. Obligadopor la uerza de la necesidad a disociarme entre unempleo del que vivir y una vocacin intelectual parala que vivir, y muy acongojado con el vaticinio dequienes me advertan que terminara renunciando

    a la universidad, por atiga, por alta de realimentocientco, o por los cantos de sirena del dinero, mepuse a buscar trabajo. Por exclusin slo lo podaintentar all donde se necesitase cierta competenciaen la redaccin. Escrib unas cartas ingenuamenteacadmicas a editoriales, peridicos y empresas depublicidad. Para mi asombro me contrataron comoredactor de textos a prueba en una agencia depublicidad. [...] Logr trabajar slo media jornada,lo cual me permita estudiar y atender a mis clasesen la universidad. Present mi tesis doctoral enFilosoa sobre las relaciones entre el origen social,las aptitudes y actitudes de los jvenes espaoles,en cuya organizacin y ejecucin me beneci de laexperiencia adquirida en las agencias para disearlas investigaciones de mercado. Hice la Diplomaturaen la recin estrenada Escuela de Psicologa yPsicotecnia.

    Supongo que para evitar el desdoblamiento depersonalidad que supona mi doble condicin deproesor universitario y le tcnico en una agencia,segu el consejo que Santa Teresa dio a aquellahermana alejada de la capilla por las obligaciones dela cocina: transer al objeto con el que me ganabala vida los intereses a los que me habra gustadodedicarme en exclusiva. Tena en el estudio de loscomportamientos de consumo, cuando la sociedadespaola haba abandonado la moral de la autarquapor la del desarrollo, un laboratorio de observacin y derefexin que la universidad no poda proporcionarme.

    Durante bastante tiempo me ocup en investigar losmecanismos de la persuasin. [...] Este tema lo inicipor la va de la psicologa social y concluy llevndomea la economa poltica. Trabaj en el uncionamientode los valores (de uso y de cambio que resultabanalterados como eecto de la aparicin de la publicidaden el sistema de mercado, investigando las uncionessociales y cognitivas de los objetos.

    El estudio de los valores en el mercado, me condujo alprimer encuentro serio y sistemtico con Marx, en elque persist durante ocho aos, incluso cuando habaabandonado la publicidad[...]

    9. Cortar para reanudar

    Para un observador distinto de m mismo, laorma en la que se haba ido organizando mivida no poda ser ms satisactoria: trabajaba conprovecho econmico, segua estudiando segn misinclinaciones, publicaba, investigaba y enseaba.Ahora ya eran muy numerosos los proesoresuniversitarios que estaban en mis circunstanciasy, por la tanto, lo sensato habra sido prolongar esamisma situacin hasta que en la universidad se

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    convocasen oposiciones y an despus de ganarlas.Sin embargo el coste que estaba pagando pormi disociacin entre la dedicacin en la empresa,que no me interesaba, y en la universidad, que nome permita atender a mis necesidades primarias,se refejaba en las escasas horas de sueo, en lapropia insatisaccin con mi rendimiento cientco,y, a la larga, en la quiebra de mi matrimonio. Meera imprescindible recobrar la distensin sica ymental que haba perdido en esos aos. Tuve unaocasin de refexionar, completamente ortuitaque me alej de la cotidianeidad. El uno de mayode 1968 me envi a Pars la compaa en la quetrabajaba, con el encargo de negociar la asociacincon la multinacional Havas. Las conversacionesse prolongaron bastante, y me dejaron sobradotiempo para meterme como espectador en mediode aquella Fronda, entre cuyos actores tena amigos.Yo no me senta nada convencido del porvenir

    poltico de aquella revolucin de estudiantes; peroen cambio me identicaba con sus anlisis ticos.Cuando sub al avin de regreso, apagados ya losecos de las maniestaciones, haba tomado unadecisin. [...] Obtuve una beca de la UNESCO parapereccionamiento del proesorado; y me traslada Strasbourg, nuevamente como estudiante, ahorapara realizar una tesis de Doctorado de Estado.

    En Strasbourg encontr esas condiciones para eltrabajo intelectual que hasta entonces me habanaltado. Sin ninguna compulsin, las largas noches

    invernales de los Vosgos me rendan una cosechade pginas que por primera vez me parecan claras.Me puse a la tarea que ms necesitaba: sistematizar,relacionar los estudios tan diversos en los que mehaba ocupado los doce aos anteriores, recolectadoscon la escasa economa intelectual de quien noconcibe las ciencias como un rbol, sino como unterritorio. Un cmulo de circunstancias y de rasgospersonales haba determinado el que nalmenteaplicase en las ciencias sociales lo que haba aprendidoen la losoa, en la medicina, en la psicologa, o en laeconoma poltica. A mi avor tena las herramientasde la ormacin lgica, matemtica y estadstica,

    una experiencia muy til en investigacin aplicada,tanto en lo que entonces se llamaban estudioscuantitativos como cualitativos, adquirida enla empresa. Con este bagaje me pareci posiblearticular, en torno a la bsqueda metodolgica enciencias sociales, tanto el anlisis de sus undamentostericos, como el desarrollo de nuevas tcnicas deinvestigacin. Acord con el Proesor Abrahn Moles,mi director de tesis, un tema que convena a este ny aprovech la oerta acadmica del momento paracompletar mi inormacin. El primer ao pas lostres primeros das de la semana en Pars, siguiendo

    los cursos de Lacan, Barthes, Moscovici y Chombartde Lauve. El resto de la semana acuda a Strasbourg alos cursos de comunicacin, y me incorpor al grupode psicoanalistas ortodoxos que trabajaban en elHospital General.

    10. EI tiempo de la esperanza

    Mi tesis de Doctorado de Estado se titul LOrdredu monde a travers La TV. 1974 Haba conseguidomi objetivo acadmico con la mejor calicacin ytena la opcin de regresar a Espaa o de quedarmedenitivamente en Francia ejerciendo comoproesor en la misma universidad donde me habadoctorado. La vuelta a mi pas no slo era un regresoa otro espacio, sino tambin a otro tiempo[...] enel teatro, en los poemas, en las revistas y los libros,all donde me haba dirigido pblicamente a losdems, no ocult mi respeto por esos valores que

    nos conciben a los hombres como sujetos: creenciaspoco apreciadas en aquel Leviatn de liliputiensesque era la llamada democracia orgnica espaola.Por lo tanto los uncionarios encargados de velar por de las ciencias y lasartes, me honraron recuentemente con una muyatenta lectura. Alguna obra ma se qued inditadespus de tan experta cata; otras gozaron de lacorreccin de ideas y de estilo de aquellos recatadoscensores, dispuestos siempre a negociar, como si desu propia castidad se tratase, la porcin de que me podan permitir a cambio de

    , o de lo que [...]

    Finalmente, y sin ninguna razn convincenteque darme a m mismo, regres a Madrid y a misclases en la Facultad de Polticas y Sociologa. Conla perspectiva del tiempo, el motivo creo que ueparticipar en un cambio histrico que tena unplanteamiento con el que me identicaba. Porqueen Espaa, desde los comienzos de los setenta, laesperanza en instaurar las libertades que as sedeca era motor de la accin poltica y urdimbrede la cohesin social. Ciertamente se daba por

    descontado la recuperacin de las libertadesormales que haba abolido el ranquismo. Peroeran las libertades reales el principal tema y latrabazn que uni en los movimientos ciudadanos,a tantas personas sin partido ni experiencia poltica.Movimientos de trabajadores, intelectuales,artistas, mujeres, estudiantes, vecinos, cristianos,e incluso sacerdotes y militares. Era una dinmicade liberacin marcusiana concebida por H.Marcuse si reparamos en quienes participaban yen cmo se organizaban. Pero tambin lo era porlos objetivos: se pretenda que en la vida cotidiana

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    existiesen las condiciones que son necesarias parapoder ejercer esos derechos que reconocen lasconstituciones democrticas. Represin sexual,alienacin cultural, enajenacin de los sujetos ensus trabajos y en sus bienes, estaban reconocidascomo dimensiones constitutivas de la explotacineconmica y social. Ese propsito de transormar altiempo las instituciones polticas y las costumbrestena un antecedente evidente en los movimientosdel ao 68. Pero la estrategia de la Revolucin deMayo estaba pensada para ser llevada a la prcticaen sociedades con libertades y excedentes. Eraotra irona de la historia que donde realmente seintent aplicar, uese en pases subyugados por lasdictaduras y por las necesidades primarias. Antesque en Espaa, en Portugal; y despus, en Grecia.

    La longevidad del dictador pospuso el cambio deRgimen poltico, pero no logr soocar la libertad

    de pensamiento. Por ejemplo, era surrealista quelas editoriales espaolas en la Espaa todavaranquista, se convirtiesen en las mayorestraductoras y diusoras de textos marxistas, de todaslas corrientes, incluidas las que no se podan leeren los pases socialistas; y al tiempo, de las obrasestructuralistas, uncionalistas, psicoanalticas, etc.sin restriccin ideolgica alguna.

    Encontr una Facultad plena de vitalidad. Meincorpore para explicar la asignatura de CambioSocial; un encargo que implicaba, por accin u

    omisin, ineludible inuencia en las ideas de losestudiantes. [...] En aquellos cursos ue donde herecibido una compensacin intelectual mayor pormi trabajo docente. Comprob que un tratamientoriguroso de las ideas, incluso en aquellascircunstancias tan proclives a la simplicacin,segua siendo la nica orma en la que un intelectualpuede asumir un compromiso poltico. Expliqu lateora marxista del cambio y adems, las de Comte,Durkheim, y los tericos del conicto, utilizandoexclusivamente las uentes originales, respetandoescrupulosamente la terminologa tallada en encinaque caracteriza a Marx. Sin embargo, a estas clases

    tan duras, acudan de todos los cursos ms alumnosde los que caban en el aula. Ningn oyente mepregunt por mi liacin poltica, ni yo mostr jamslas pruebas de limpieza de sangre democrtica,con las que otros compaeros compraban labenevolencia pero no siempre el respeto. Enaquellos aos conoc como alumnos a varias de laspersonas que ahora son mis compaeros de trabajoen el mismo Departamento.

    Contrariando m naturaleza independiente y msdada a la reexin que a la accin, me pareci que

    en aquel momento, para contribuir al esuerzode tantos otros comprometidos para restaurarlas libertades en nuestro pas, no poda continuarsiendo un rancotirador. Como se deca entonces,me . Cuando el trabajo poltico seconvirti en una actividad legal y proesionalizada,tambin como tantos otros, me sal de ese escenario,para volver a desempear mi papel en el mo; sinabandonar ninguna de las convicciones ticas ysociolgicas en las que entonces crea y ahora sigocreyendo[...]

    En 1976 se convoc el concurso para ocuparla ctedra de Teora de la Comunicacin por elprocedimiento de la oposicin. La obtuve y conella, la estabilidad de un empleo vitalicio, quepermite proponerse objetivos de investigacin yde creacin terica a largo plazo. En lo institucional,la responsabilidad y la ocasin de undar un

    Departamento, seleccionar y contribuir a ormar suproesorado y aportar los contenidos de un campode estudios nuevo en la Universidad espaola. Erala cara universitaria y cientca que para mi tena eltiempo de la esperanza.

    PARTE SEGUNDA: DEL TIEMPO DEL SILENCIO ALTIEMPO DE LA HUMANIZACIN

    Por Manuel Martn Serrano

    11. De la libertad para hacer ciencia y de la ciencia para

    la libertad.

    Por aquel entonces en Espaa alcanzaba su clmaxel rearme intelectual y tico que se haba producidopara derribar al ranquismo. Haba lugar paratrasladar ese talante a la Universidad. En mi caso,tuve claro cul era el modo de hacer ciencia y deensear con el que me identicaba y me proponaseguir aplicando en la uncin acadmica que seme encomendaba. Me detendr lo justo en esosorgenes y en las experiencias existenciales que conellos se relacionan.

    Los estudiantes que nos ormamos en el bullir delos encuentros epistemolgicos entre marxismo,existencialismo, psicoanlisis y estructuralismo,tenamos la siguiente visin: los conocimientossobre los seres humanos y sus sociedades siempretienen consecuencias prcticas, porque anteso despus se aplican; ya sea para controlar, yasea para emancipar. Asumimos que la creacincientca es una actividad que contribuye a laliberacin individual y colectiva. Ahora, cuando esten curso una de las renovaciones de las ciencias yde las tecnologas ms determinante del uturo, me

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    rearmo en el valor que tiene esa percepcin deltrabajo cientco. Considero que es un legado quetenemos que transmitir a quienes nos hereden.

    El vnculo que existe entre abrir los grados delibertad de las ciencias y ampliar las opciones delibertad real, era una obviedad, al menos paraquienes utilizbamos las nuevas metodologasciberntica, anlisis de sistemas en el estudiode los comportamientos. Y la demostracin deque tiene consecuencias prcticas utilizar elconocimiento que libera para criticar los usos de los

    conocimientos que oprimen, se encuentra en la viday milagros de la generacin del 68. Las ideas sobrecmo cambiar las relaciones personales y socialesque estaban en los libros de psicoanlisis y en losmanuales de economa poltica, pasaron a la vidacotidiana. Proporcionaron razn y argumento a losmovimientos juveniles. Inspiraron reivindicacionesque siguen vigentes. Una de ellas, que lasrevoluciones cientcotcnicas se aplicasen areducir las penurias y el embrutecimiento causadospor la explotacin econmica. Y popularizarondiagnsticos reudomarxistas de la rustracin,que tambin son validos. Por ejemplo, cmo la

    autorrepresin del gozo converta a nios elices,creativos y tolerantes, en adultos heridos, banalesy agresivos. Aquel movimiento antirepresivo y porconsiguiente, antidepresivo expres su vitalidaden la orma ldica que adoptaron las accionesjuveniles, cuando pararon la guerra de Vietnam;cuando colocaron a la dictadura espaola rente asus propios demonios.

    Para mayor enseanza de quienes acabaramosocupados en las paradojas de la comunicacin:suceda que el mensaje atreverse a ser elices era

    revolucionario, pero quienes lo diundieron no loeran. Lleg a asociarse con los jvenes porque losmedios de comunicacin as se lo propusieron. Lapublicidad vendi elicidad de ser joven comovalor atribuido a productos que, supuestamente,rejuvenecen los cuerpos y las almas. La obscenaeconoma de mercado, que saca benecio de loque la niega, convirti en iconos a los cantantesde la cancin protesta, en moda los trajes hippies.Ciertamente, esa recuperacin para el mercado, delas seas de identidad de los movimientos juvenilesacabara vaciando su contenido contestatario. Peroen su momento, ampli el sentimiento de que elgozo era posible y adems liberatorio.

    Para asombro y desilusin de quienes creyeronque Mayo del 68 era el inicio de la revolucinpermanente, cinco aos despus -a partir de ladepresin econmica del 73- nuestros reerentes

    europeos ya estaban inmersos en la reconversineconmica; cuyo desenlace sera la instauracindel modelo llamado neoliberal. El neoliberalismoacaba con Completa la entrega del control sobrelos recursos materiales y sociales al capitalismonanciero, especulativo, por n globalizado, esdecir monoplico e imperialista. La reconversinneoliberal ha ido haciendo realidad la pesadillaque teman los rankurtianos: consuma lamercantilizacin de la cultura y el control dela produccin social de comunicacin para el

    dominio. De esa inmersin en la cultura que des-ilustra no se ha salvado ninguna sociedad; lo mismoque de la codicia especulativa no se ha libradoeconoma alguna. Sin embargo, en Espaa lasutopas de Mayo tuvieron una moratoria porqueestaban entreveradas con la transicin poltica ala democracia. Ese periodo de gracia concluyen 1982, cuando el pas tuvo que reconvertirsepara poder ingresar, cuatro aos despus, en laUnin Europea. El desembarco en U.E era unanhelado destino durante la larga travesa hacia laslibertades. Y para quienes quedaron exhaustos, ueel momento de un merecido descanso. La sociedad

    civil volvi pgina y lo pasado encontr su lugar enel pasado.

    La esperanza segua dando aliento a la generacinde proesores universitarios a la que yo perteneca.Hubo otro tiempo anterior de la esperanza, cuandose instaur en Espaa la Republica. Los intelectualesilustrados se propusieron . Misin que consista en vincular lateora con la investigacin y con la docencia; y todoello, con la transormacin de la sociedad. Fue unproyecto que no se pudo llevar a cabo en Espaa

    Mayo del 68 ue una revolucinestudiantil con mucho mpetu,pero que cinco aos ms tardese diluy. Todava quedan ecosde esa gesta parisina, pero lodems termin en la reconversinneoliberal que prim en Europa,algo a lo que la Escuela de Frankurt

    tema y vea como pesadilla.

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    por la Guerra Civil. Pero se exili con Giner de losRos y sus compaeros a Mxico y encontr en laUNAM y en el Colegio de Espaa ahora de Mxicoun nuevo destino. Medio siglo despus con lavuelta de la democracia tan noble concepto de laocupacin acadmica conservaba su valor. La partedocente de esa regeneracin quedaba restablecidaal poder ejercer la enseanza en libertad. Y a mse me depar ocasin de llevar ese principio a laprctica en el nuevo espacio acadmico que estabacreando. Tener libertad para hacer ciencia y docenciaes el supuesto imprescindible y no negociableque puede consumir gran parte del esuerzo de losuniversitarios. Pero esa lucha se asume, sabiendoque es la condicin y no el n de las regeneracionesacadmicas. El objetivo consiste en crear ciencia

    para la libertad. Una posibilidad poco recuente que,sin embargo, a veces cabe llevar a cabo en algunoscampos del conocimiento. Y como aqu contar,

    volva a presentarse en la misma Universidad en laque ensearon los intelectuales republicanos, queera la ma, otra ocasin y un nuevo campo cientcodonde ejercer esa visin de la ciencia.

    Ciencia para la libertad puede ser una consignaacientca, del mismo corte que Sin embargo tambin esel enunciado que dio origen a las ciencias sociales.Haba aparecido precisamente en oposicin a lasteologas: para armar que el destino no estabaestablecido por designios divinos y que los propios

    actores podan tomar en sus manos la conormacinde su uturo personal y el de sus sociedades. LosPadres undadores creyeron actible orientar losdescubrimientos cientcos y sus aplicacionestcnicas, a la construccin de nuevas sociedadesdonde vivir ms libres y elices. Sociedadesdeseables, viables y necesarias; por lo tantohistricamente previsibles. Es decir, han propuestoutopas, si recuperamos el valor ejemplar quetiene el recurso a estas abulaciones. De hecho lasutopas ya han servido como gua de precedentesmovimientos sociales. Bastar con recordar el papelque desempearon los programas enciclopedistas

    en la revolucin rancesa. Los primeros cientcossociales saban que las alternativas utpicas estnconstreidas por organizaciones mentales einstitucionales que tienen que ser desactivadas. Poreso los cambios histricos deseables requieren queexista la ciencia y no solamente la conciencia dela liberacin. Llamaron sociologa al estudio queserva para identicar la naturaleza y las causas deesos impedimentos y para averiguar cmo podanser removidos. Y la apedillaron crtica cuando elimpulso liberador de la utopa embarranc en elcamino; toda vez que el conocimiento de cmo

    operan los impedimentos mentales e institucionales,tambin se puede utilizar para reorzar los controlesque dicultan la liberacin. Se haba aprendidodesde los primeros pasos de la Revolucin Francesa,que el uso de la Razn est condicionado por losintereses contrapuestos que se enrentan en el senode las sociedades. A partir de entonces y hasta ahora,parece que sin ciencias sociales puede existir lautopa, pero carente de la razn y del conocimientoque la hace realizable y en ocasiones de la eticidadque la hace deseable. Y resulta igual de cierto, quesin pensamiento utpico cabe hacer ciencia, perono de los cambios sociales; se requiere de la utopaque proporcione los escenarios donde representarlas opciones polticas, ticas, racionales de laaccin social.

    El proyecto de hacer ciencia para la libertad en elespacio de la comunicacin que es donde est mi

    puesto acadmico pudiera haber sido otra ms delas iniciativas voluntaristas que desaparecieron enla vorgine neoliberal que nalmente penetrara enlas Universidades. Pero he podido continuar en esepropsito hasta ahora, porque la comunicacin esactividad social indisociable de la construccin delpresente y de la transormacin del uturo. Y porquelos estudios de la comunicacin tienen undamentocientco. Segn me pareca y parece las cienciasde la comunicacin pueden alcanzar la dimensinantropolgica y la proyeccin histrica necesariaspara mejorar nuestro destino.

    12. Latinoamrica en el imaginario y en el encuentro.

    Cuando estaba yo en estos empeos la MediacinSocialcomenzaba a tener una muy buena acogidaen Latinoamrica. Con anterioridad se empleabanotros textos mos, e incluso se haban reproducido,para ensear mtodos de investigacin. En cambio,este libro lleg como una reerencia epistemolgica.Proesores en universidades latinoamericanas quevinieron a visitarme, me sugirieron que organizaseen Madrid un encuentro de directores de carrerasde comunicacin, porque exista un amplio

    consenso en Latinoamrica de que convenarehacer los planes de estudios. EL ICI Instituto deCooperacin con Iberoamrica nanci un eventoen el que compart visiones y trabajo con proesorasy proesores de Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador,Mxico, Per, Puerto Rico; todas y todos, relevantespersonas y desde entonces, de mi mayor aprecio.Los resultados de esa reunin que ue pionera,estn publicados en un pequeo libro titulado Laenseanza de la Comunicacin en Latinoamrica.Me qued claro que las dierencias socioeconmicasy polticas a uno y otro lado del Ocano,

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    encomendaban al estudio de la comunicacinaplicaciones dierentes. En Latinoamrica hacatiempo que se saba, y se viva, que para bien y paramal la comunicacin pblica orienta los cambioshistricos. Esta perspectiva generaba la demandade teoras . Tal vez esa es la utilidad que sele encuentra a la Mediacin Social, que sirve paraestudiar cmo se relacionan comunicacin, accinsocial y organizacin social. Las Universidades deMadrid y de Barcelona no se haban sumado a lareconversin de las enseanzas comunicativas paraormar en habilidades instrumentales, que estaba enmarcha en otros centros universitarios europeos. Elenoque que corresponda a este propsito,se reejaba en la penuria terica y la ascinacinpor las nuevas tecnologas. Dej escrito que esasuniversidades europeas no eran conscientestodava, de hasta qu punto la comunicacin iba acambiar las ormas de vida y los comportamientos,

    en ese uturo del conocimiento y de la inormacin,que ya se vaticinaba y ahora es nuestro presente.

    Otro resultado de aquel encuentro ue el comienzode los cursos para proesores e investigadoresde Latinoamrica que pusimos en marcha en miDepartamento. Primero el ICI, ms tarde el Ministeriode Educacin y con el tiempo las institucioneseducativas de varios pases de Latinoamrica y ahoratambin de la Unin Europea, han proporcionadolas becas. Esta es la primera iniciativa que se lleva cabo en Espaa en el campo de la comunicacin,

    para abrir la universidad a ambos mundos.

    Durante los aos de lucha por las libertades sehaba ido raguando una imagen de Latinoamricabasada en la solidaridad rente a la opresin; ledaen la novela, oda en la msica, vista en la artesana.Esa aproximacin reverdeca el imaginario espaol,que siempre tuvo su principal reerencia en la otraorilla. Y mi imaginario personal tambin tuvo quever con esas iniciativas de encuentro. En la ramagallega de mi amilia, se haban ido a hacer lasAmricas, generacin tras generacin, una sagade antepasados que eran los segundones de un

    ttulo nobiliario, por lo tanto pobres y buscadoresde honras, todos ellos perdidos en quien sabe quevorgines desde Terranova a la Patagonia. Y mimitologa americana venia de tiempo atrs. Hubouna poca en la que andaba interesado en el papeldesempeado por los mitos del Renacimiento, en laprimera emigracin espaola a las Colonias y en suorganizacin poltica.

    Me ascinaron aquellos iluminati ranciscanos,que huyeron desde Guadalajara en Castilla a laNueva Espaa, para buscar entre los naturales

    la pureza que no encontraban en sus paisanosoprimidos por credos leyes y reyes; y sobre todo,el prometeico Vasco de Quiroga, que quiso probarque las tecnologas llevadas a Mxico de alarera,metalurgia, carpintera, labranza podan evitar laexplotacin, saciar los estmagos y la creatividadde los pueblos indgenas. Fueron Rusonianos antesque Rousseau, Falanstricos antes que Fourier yWaldenistas antes que Thoreau. Brevemente, hansido los primeros hombres de la Modernidad que seatrevieron a intentar realizar la Utopa. Esos empeosy sus resultados, son lecciones de la historia repletasde enseanzas para las ciencias sociales, que vale lapena estudiar y no solo admirar.

    Una dcada despus de la publicacin de LaMediacin Social ueron apareciendo en Amricalos primeros escritos sobre mediaciones, en loscuales, otros estudiosos proponen sus propios

    planteamientos y objetos de estudio. Es la utilizacinde una obra que ms honra a su autor porque laconvierte en reerencia paradigmtica. El campoque comenc yo mismo cuando resida en Francia,se desarroll en Latinoamrica; donde tambin sehan realizado los trabajos ms importantes sobremediacin y recepcin. De este lado del mundolos anlisis de las mediaciones se han aplicadosobre todo al papel que cumple en la producciny la reproduccin de las representaciones y lasmentalidades, de los sistemas de comunicacin, de

    las ormaciones sociales

    13. Cuando la comunicacin encuentra su sitio en lahistoria y entre los saberes

    La comunicacin tiene proyeccin histrica, puestoque est implicada en la existencia del presente y laconstruccin del uturo. Para explicar esa proyeccinhay que comenzar averiguando cmo se relacionanlos cambios sociales con las innovaciones de lossistemas comunicativos. As se identican las etapasde la produccin social de comunicacin, desde susorgenes asamblearios hasta las transormaciones

    virtuales que estn en curso. En el libro que lleva esettulo se analizan, tanto los actores socioeconmicosque han promovido las innovaciones tecnolgicasde la comunicacin, como la incidencia que dichasinvenciones han tenido y tienen en la modicacinde las sociedades.

    Desde que aparece la imprenta el desarrollo de lastecnologas comunicativas est vinculado con lasormas de transormarse que tiene el capitalismo,transormando las sociedades. Tales relaciones sonlo bastante determinantes, como para identicar

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    algunas leyes histricas, que estn enunciadas ydescritas en dicha obra. Por existir leyes que regulanlas maneras en las que las ormaciones socialesincorporan las innovaciones comunicativas, puedeexistir una ciencia social de la comunicacin. Elconocimiento de esas regulaciones se utilizapara realizar anlisis prospectivos. La prospectivarelaciona lo que se sabe porque ya ha sucedidocon lo que puede acontecer. Y como el acierto oerror de tales previsiones sobre el uturo, se acabacomprobando con el paso del tiempo, la prospectivaes metodologa vericable, cientca.

    Del estudio de la produccin social de comunicacinnace una ciencia social (de la comunicacin).Tiene por objeto explicar cmo la comunicacinpblica participa en la reproduccin y en elcambio de las sociedades. Para interpretar cmouncionan las interdependencias comunicacin

    sociedad, cuando estn institucionalizadas, hayque generar el correspondiente soporte terico. EnLOrdre du Monde a travers la T.V y en posteriorespublicaciones, haba propuesto un criterio delque partir: las instituciones comunicativas operancon la inormacin que transorma las visiones delmundo. Por su parte, las organizaciones socialesintervienen con las actuaciones que transormanel estado del mundo. En 1981 publiqu Teorade la comunicacin, epistemologa y anlisis de lareerencia (conocido como ). Untexto escrito con el propsito de que la teora uese

    materia enseable. Con ese objetivo didctico,incorpora tres captulos relativos al estado del arteen el campo de los estudios de la comunicacin,en los que dieron a conocer sus primeros escritosotros miembros de mi departamento. En expongo la teora que conciernea aquellos sistemas comunicativos (SC) queestn nalizados por las intervenciones de lasorganizaciones sociales (SS) y vinculados con losuniversos reerenciales (SR). Es una teora social delas comunicacin, que se refeja en el tan diundidomodelo dialectico.

    Esas interacciones institucionalizadas solamenteexisten en las sociedades humanas. Y sin embargo,para explicar su naturaleza resulta imprescindibleteorizar sobre cuestiones bsicas. En distingo entre actos ejecutivos yexpresivos, entre comunicaciones instrumentalesy reeridas a los eectos, e identico cules sonlos componentes que orman parte de todos lossistemas de comunicacin. La teora social de lacomunicacin requiere que se tenga claro, qu esla comunicacin, cmo y para qu existe. Reclamala existencia de LA TEORA DE LA COMUNICACIN

    (con mayscula) que undamente todas las ormasde comunicarse.

    En dicho libro reitero que los estudios comunicativostendran un lugar propio, cuando exista teorade la comunicacin y no meramente sobre lacomunicacin. Cuando escribo estas lneas yaexiste. Es especco de la teora de la comunicacinel campo de los comportamientos expresivos,o si se preere, indicativos, que son aquellosque hay que llevar a cabo para reerirse a cuantopueda ser mencionado. Pero quienes en aquellostiempos se ocupasen de los undamentos tericosde la comunicacin, recordarn que se viva deprestado. La materia estaba troceada y en ocasionesdisputada, entre mltiples perspectivas tericas:inormacionales, lingsticas, cognitivas, estticas,culturales, econmicas, y algunas ms, todas ellasimportantes y ninguna especica.

    La Teora de la Comunicacin tiene su lugar enel espacio del conocimiento donde conuyenlas ciencias de la vida y del hombre. Existasobrada evidencia de que los comportamientoscomunicativos son un palier, primero de la evolucinnatural y ms tarde de las transormaciones sociales.A ms abundamiento: en la comunicacin humanalas dimensiones naturales y culturales operan altiempo. Lo haba comprobado cuando estudiabalas regresiones y los mecanismos de conversin.De hecho la primera vez en la que hice reerencia a

    dinmicas comunicativas, ue en artculos basadosen estudios de psicologa clnica Ese trasladoepistemolgico requera la reundacin terica delos estudios de la comunicacin.

    As era de ascinante, el horizonte de creacincientca que se oreca hacia 1980 en el campo de

    La comunicacin es

    esencial en el desarrollo

    de las sociedades, por ello,

    debe tener un espacio

    importante en el estudio de lasciencias sociales, pues manejarla,

    comprenderla y estudiarla es

    necesario para que las sociedades

    se reproduzcan y muten.

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    los estudios de la comunicacin, a quienes tentaseexplorar territorios desconocidos. Una ocasin paranavegantes tocados del tanto de locura que senecesita, para embarcarse en un viaje epistemolgicoen el que era grande el riesgo de perderse.

    14. Para explicar cmo es posible que la comunicacinsea posible.

    Lo que segua era desarrollar el trabajo tericoque estaba proponiendo. Haba anticipado cmopensaba que poda hacerse la reundacin terica delas ciencias de la comunicacin en el libro blanco.Lo cuento en el captulo sobre los biologismos y losidealismos comunicativos. Ambos paradigmas sonantropocntricos, ya que establecen una divisoriainranqueable entre las capacidades humanas yanimales. Pero el antropocentrismo haba dejadode ser el undamento de las ciencias del hombre y

    ese derrumbe se llevaba por delante, las teoras dela comunicacin que habamos recibido.

    Mi propuesta para hacer teora de la comunicacinera que donde estaba el antropocentrismoestuviese la antropognesis. La antropognesis esel resultado de los procesos que nos han convertidoen seres humanos. La humanidad se gest en laevolucin del medio natural y, desde que existe,contina humanizndose con la transormacin delas sociedades. La comunicacin es parte de esosprocesos desde sus orgenes y lo seguir siendo

    mientras que permanezca nuestra especie.

    Comenc en 1982 una obra en la que explicabalos orgenes de la comunicacin, sus uncionesevolutivas y las transormaciones que dieron lugar ala comunicacin humana y con ello a la humanidad.Diez aos ms tarde, tena escrito un texto quehabra podido editar, si ya se hubiesen dado lascondiciones cientcas que hiciesen posible suvalidacin. Haba que esperar a que se cumplieseese requisito, que era indispensable, ya que lasteoras que se producen con criterios cientcostienen que ser vericables. Las ciencias de la vida

    y la paleontologa aportaron la evidencia empricay las metodologas que eran necesarias para ponera prueba esa propuesta terica hace muy pocotiempo. Que ue cuando publiqu Teora de lacomunicacin. La comunicacin la vida y las sociedad(2007. Es el libro en el que creo que puedo explicar,como es posible que la comunicacin sea posible.

    Fundar la teora de la comunicacin en laantropognesis es un giro cientco, pero tambinaxiolgico. Proporciona bases objetivas a lasticas humanistas. En Teora de la comunicacin,

    la comunicacin la vida y la sociedad se descubreque la solidaridad es un actor selectivo. Porquelas comunidades que han llegado a ser humanasdurante la evolucin y han perdurado como tales,se organizaron en base al altruismo y al empeoen humanizar sus sociedades rigindose porvalores. Este resultado desmiente la explicacindel origen de la humanidad que comparten losdarwinismos sociales, que se lo atribuyen, al imperiode la ley de los ms uertes. Por lo que digo que laantropognesis tiene una dimensin tica, la cual hasido desde siempre, el Humanismo.

    La antropognesis transorma el mundo paraque nuestras sociedades permanezcan; y cambianuestras sociedades para que el mundo perdure.Esa dicil orma de supervivencia ha uncionadohasta ahora, porque la comunicacin mantiene elvinculo solidario entre ser en s mismo / y ser con los

    otros. En sntesis, la comunicacin evolucion comootra orma de asegurar la vida. La proteccin deaquellos que la Naturaleza habra eliminado, ha sidoen primera instancia, la razn por la que tenemosvalores y cultura. Est explicado en el libro y esperohaber sabido demostrarlo.

    15. Hacer ciencia de la comunicacin cuando el mundoes reerencia y la existencia se virtualiza.

    Nuestra especie tiene la capacidad de controlar suentorno y sus propias comunidades. A partir de la

    industrializacin, los eectos de tales acciones estnreorientando los procesos naturales y sociales.La participacin de esas intervenciones en elestado del mundo comienza a ser consideradapor la epistemologa. Hasta el punto de que laantropognesis est en el horizonte cientco detodas las ciencias que toman en cuenta sistemasaectados por las actuaciones humanas. Porejemplo, si se ocupan de ecosistemas, poblaciones ydemograa, sistemas comunicativos, tecnolgicos;de la produccin de cosas materiales y objetossimblicos. En estos temas las Ciencias de laNaturaleza conuyen con las de la Vida y de las

    Sociedades. Son transormaciones epistemolgicasque establecen nuevas relaciones entre losconocimientos.

    El orden social que est vigente en cada poca,tambin se puede caracterizar por la orma enque solvente la reorganizacin de los saberes.Cabe mostrar que la globalizacin es, a escalaepistemolgica, mbito de conrontacin entreopciones humanizadoras y deshumanizadoras. Y asse cae en la cuenta de la transcendencia que tienedicha conrontacin, en las aplicaciones sociales

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    que se hagan de de los recursos comunicativos/inormativos

    El tenaz empeo puesto desde el siglo XV en utilizarla innovacin comunicativa como instrumentodel progreso humano, alcanza en la actualidad susobjetivos. Ha llegado a trmino con la apropiacinreerencial del mundo, seguida por la virtualizacionde la existencia. La apropiacin reerencial delmundo signica que cualquier persona puede tenernoticia, en imgenes y sonidos y al momento, decualquier cosa que exista o que pase en cualquierlugar. He denominado ndex en honor a Pierce alos signos que reproducen imgenes perceptibles/ audibles de lo que hay o acontece, al tiempo queexiste o sucede aquello a propsito de lo que secomunica. La virtualizacion de la existencia suponeque se puedan realizar en el espacio cibernticointeracciones y actividades que anteriormente solo

    caba llevar a cabo presencialmente, en el espacioreal. La comunicacin reerencial en principioabre un escenario donde lo que acontece puedeser conocido y comprendido sin depender deltestimonio de los mediadores proesionales. Y lavirtualizacin en principio aporta el acceso a lasredes, la apertura a cualquier contenido, producible,reproducible, transormable, utilizable, por cuantasinstituciones y personas sean virtualizables.

    Comunicacin reerencial y virtual son invencionesrelacionadas con la utopa iluminista del acceso

    universal a la inormacin; y con la utopa comunistadel uso compartido del conocimiento. Fueron losIluministas quienes desde hace 250 aos queranconstruir una sociedad del conocimiento, dondelas tecnologas de la comunicacin se utilicen paraponer al alcance de todos la inormacin que ilustra;que es aquella que saca de la ignorancia y del temor.Por su parte los movimientos comunistas asumieronque los avances cientcos acilitaran que cada cualpudiese poner lo que saba a disposicin de todos losdems y recibir de ellos, cuanto necesitase saber. Enresumen: son tecnologas que pueden ser utilizadaspara globalizar la ilustracin y la solidaridad.

    Sin embargo, estas invenciones tambin sirven parausos que limiten e incluso invaliden las capacidadeshumanizadoras de comunicativo.Tal ambivalencia hace posible la aparicin devisiones contrarias sobre el uso de las innovacionestecnolgicas, que se estn enrentando desde elprincipio de las revoluciones cientcotcnicas.Por eso, al mismo tiempo que renacen las utopas,regresan las contrautopas. El neoliberalismoha recuperado la contrautopia tecnocrtica. Esuna concepcin que aparece

    con la revolucin industrial. Considera necesariodesmontar ahora se dice desconstruir las utopasy la crtica social. Supuestamente, los avancestecnolgicos realizan las primeras y cancelan lasegunda; bastara dicen que el uncionamiento delas sociedades se ajuste al de las tecnologas y no alrevs. Es la expresin de la mitologa burguesa de unmundo unicado por el mercado y controlado porlas mquinas.

    La contraposicin de los modelos utpico/contrautpico se maniesta en la gestin cotidiana.As, en el mbito de la comunicacin reerencial secontraponen producciones que objetivan, con otrasque enajenan el valor de las cosas y de las personas.Y las aplicaciones de la virtualizacion que renena las gentes para intervenir en actos colectivos, seconrontan con otras que desactivan la participacinreal en las actividades que controlan las sociedades.

    Nuevamente se pone en juego si el uso social delconocimiento y de las tcnicas deber de basarse encriterios antropolgicos o instrumentales. La utopade la reconstruccin que humanice la sociedad,tiene su contrapunto en la contrautopia de ladeconstruccin, que la instrumenta. Reconstruccin/versus/ deconstruccin, son operacionesmediadoras que esclarecen u obscurecen losvnculos: los vnculos entre naturaleza y sociedad,entre el individuo y la comunidad; entre loprivado y lo pblico; de la creacin y la coercin;

    de la comunicacin respecto a la intervencin.Finalmente, de la razn con la tica.

    Tanto el pensamiento utpico como el contrautpicose maniestan en relatos donde se relaciona el estadodel mundo con los valores y las necesidades. Losrelatos de la comunicacin pblica, estn dedicadosen gran medida a la construccin/desconstruccinde nuestras creencias, esperanzas, deseos. Sonmodelos para guiar la accin y al tiempo, paraconormar las identidades individuales y colectivas.Operan ligando en el desarrollo narrativo, lo quecabe hacer, con lo que se considera adecuado creer,

    esperar, desear. En LOrdre du Monde a travers la T.Vpresento las metodologas lgicas que sirven paraconocer las estructuras de los modelos mediadores.Desde entonces hasta ahora, se ha acumulado yeditado, un volumen de anlisis de las medicacionescomunicativas que abarca ms de medio siglo.

    El seguimiento de los relatos contrautpicos muestralos rasgos que comparten y les distinguen. Uno deellos es el presentismo: se centran en Cortan o silencian los vnculos que tiene lo que hay olo que sucede con y los que tendr con

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    Si bien se mira, elpresentismo se correspondecon la reconversin neoliberalque, a partir de la crisis de los70, ha ido desconstruyendo lasseguridades. Es la operacinmediadora que legitima laspolticas que desmontanla estabilidad del empleo,la viabilidad de la vida enamilia, la perduracinde las ideas y valores. Esadesconstruccin ha dejadosin contenido el discursoreerido al porvenir quese ha transmitido desde losinicios de la industrializaciny en Espaa hasta haceunos aos en los hogares

    y en las aulas. Con ello elpapel de amilia y escuelaen la socializacin de niosy jvenes se ha erosionando

    irreversiblemente. A partir los aos 70 la mediacincomunicativa asume la uncin socializadoraprincipal. Este dominio es muy explicativo deluncionamiento de la reproduccin social a nivelde las identidades juveniles. Por eso, llegu a laconclusin de que el vnculo entre mediacincomunicativa y socializacin, era un objeto deestudio estratgico.

    Tal vnculo poda ser objeto de investigacin. Porejemplo, se poda averiguar si la desconstruccinen los relatos audiovisuales, de los personajesjuveniles, tena su correlato en la vida, las relacionesy en las identidades de los jvenes. Los estudios dejuventud que llevamos a cabo la Proesora OliviaVelarde y yo mismo, dieron seguimiento a variasgeneraciones de jvenes, entre ellas, las que ibanllegando a su mayora de edad en la dcada delos ochenta, que ueron las primeras que habannacido cuando el televisor ormaba parte del medioamiliar. Nuestros inormantes no haban ledo a

    los autores de la desconstruccin, que proponanpasar de la historia, vivir sin proyecto y mantener elcarcter espordico y provisional de los aectos y lasrelaciones. Pero esa actitud presentista era un rasgodistintivo de estas promociones juveniles; y cada vezms generalizado en las que han seguido.

    16. La medicin comunicativa en la construccin deluturo

    La mediacin comunicativa participa en laproduccin/reproduccin de conocimiento, de

    organizacin y de comportamientos sociales. Hevenido dando seguimiento a como lo hace, porqu y con cuales consecuencias, desde que existela televisin. Para m, ese trabajo metodolgico,terico, sociohistrico, se completa y cierra con unlibro que publicar Alianza editorial en unos meses,sobre la virtualizacion de la comunicacin reerencialy la construccin del uturo. Obra escrita, como lasque la preceden, con el propsito de poder preverpara saber hacer. Ese objetivo al tiempo cientcoy tico, racional y utpico recurre al mtodo deanlisis prospectivo utilizado en La produccinsocial de comunicacin

    17. Los caminos hacia la inacabada, inacabable,humanizacin de la sociedad

    Los iluministas valoraban el estado segn el progreso hacia el humanismo.

    Creo que es esclarecedor continuar haciendo esareexin. Yo dira que la humanizacin se estintegrando en el hacer de las ciencias y en cambiose va desincorporando cada vez ms de las prcticassociales. Lo primero arma el avance de la razn y losegundo, el poder de la explotacin.

    Cuando la sociedad entra en su cuarta revolucintecnolgica, el progreso de conocimiento ennumerosos campos, ir al paso que marque el avancede la antropognesis. Son las ciencias que se vanhaciendo al tiempo que se rehace una humanidad

    cada vez ms humana. Necesitaban un nombre y lashe denominado praxeolgicas. Y tambin es cuandose estn utilizando las acrecentadas capacidades queorecen las tecnologas para la comunicacin mediada,en contra de la utilizacin social del conocimientoque ilustra y emancipa. Funcin de control a cargo delas instituciones que inorman y socializan, que estncontroladas por poderes polticamente opresivos yeconmicamente desalmados.

    Siguiendo con el proceder ilustrado: ese conictoentre los avances del conocimiento que humanizay el uncionamiento deshumanizador al que estn

    sometidas las personas y las organizaciones, sera eltema de nuestro tiempo. Y en realidad, tambin lo esde todas las pocas ahormadas por los usos socialesde las tecnologas. Marx ya adverta que el triunode la ciencia se paga con un dcit de humanidad.Cabe aadir que, ahora, la prdida de humanidadpuede bloquear el desarrollo del conocimiento y nosolo de la existencia.

    Los cientcos en general y los cientcos socialesen particular podemos continuar con la tarea deilustrar contribuyendo a que sean visibles tales

    La humanizacin

    se est integrando

    en el hacer de

    las ciencias y en

    cambio se va

    desincorporandocada vez ms de las

    prcticas sociales.

    Lo primero

    arma el avance

    de la razn y lo

    segundo, el poder

    de la explotacin.

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    disociaciones; y sus causas comprensibles. Es cosade quienes estamos en esta movida, hacer saber lasambivalentes capacidades que tienen los actualessistemas inormativos y comunicativos. Ilustrahacer saber que, desde que existen las tecnologasaudiovisuales y virtuales, han renacido las utopas. Yque lo que se haga con la comunicacin y desde lacomunicacin, contribuir en mucho a la realizacinde las dos utopas del progreso iluminista y marxistasin duda las ms nobles que nos ha propuesto laModernidad. E ilustra hacer saber que tambines el tiempo de las mediaciones comunicativascontrautopicas. Cuando en la comunicacin pblicase diunde ms banalidad que conocimiento, msdesinormacin que inormacin; se contribuye msa la violencia que a la tolerancia, ms a la sumisinque a la liberacin.

    Las mediaciones comunicativas contrautopicas

    utilizan las acrecentadas capacidades de lossistemas de comunicacin, para reorzar controlescognitivos y culturales que esos mismos progresoshacen innece