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COLUMNA. Entre maestros y alumnos El derecho a la educación se ha firmado a lo largo de la historia de México con sangre, no sólo de quienes entregaron su vida en la lu- cha para que esta fuera accesible, sino por la de aquellos que fueron mantenidos, oprimidos y mallugados en la ignorancia. Esta caracterís- tica enemiga del progreso y la justicia, que ha sido utilizada desde las épocas más antiguas. En “el jardín del Edén” por ejemplo, “Satanás” con toda alevosía y ventaja, manteniendo en secreto el “conocimiento” de lo que ocurriría si Adán y Eva comían del “fruto prohibido” los engaño y los utilizo para implantar su reino e ideología. En México la educación tiene sus propios matices, además de cierto paralelismo con el desarrollo de esta en otros países. Podemos re- cordar que incluso antes de la conquista por los españoles, las culturas existentes determi- naban limitaciones para el acceso al conoci- miento, una de estas era la clase social a la que pertenecía el individuo, si era “noble” tendría oportunidad de desarrollarse en diversas áreas como astronomía, matemáticas, religión, etc., pero quienes no provenían de cierto linaje so- lamente se dedicaban a aprender el oficio de su padres. La educación siempre se ha intentado su- primir para mantener a una “elite” o grupo de personas para ejercer control sobre las masas. En el México colonial la educación solamente estaba destinada a quienes pertenecían al linaje español y formaban parte del clero. Condenan- do a los indígenas a las fábulas y supersticio- nes religiosas. En esas condiciones siempre ha nacido la “revolución educativa”, donde hom- bres y mujeres iluminados por el conocimien- to comprenden que todos los hombres somos hermanos, además de el progreso armonioso del pensamiento que la ciencia produce en la mente y la vida cotidiana. Hoy en medio de tantas plataformas que fa- cilitan la asimilación y la comunicación de la información la educación es un derecho que aunque constitucional, es un privilegio para ciertos grupos, y no me refiero a quienes tie- nen acceso a las tecnologías y quiénes, sino de quienes desarman a la educación y la dejan sin armas ante la manipulación comercial que rea- lizan los medios. Con el fin de que las masas mantengan sus roles se les enseñan fábulas y se les crea necesidades para que mentalmente se mantengan impulsados por la parte primitiva del cerebro, la del impulso, la no racional. En el marco del día del maestro, trató de re- cordar y agradecer a aquellos que renunciando a sí mismos se han determinado escribir las líneas de la verdadera educación con su vida misma. A los alumnos quienes en esta genera- ción disfrutan del privilegio de la educación, entiendan que lo que es cotidiano para uste- des ahora. Los libros, las tareas y maestros, an- teriormente lo cotidiano era la esclavitud del servilismo tirano. Y terminó citando un texto: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará li- bres”, si no procuramos educarnos nunca sere- mos verdaderamente libres. Por Rabí Hernández

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COLUMNA. Entre maestros y alumnosEl derecho a la educación se ha firmado a

lo largo de la historia de México con sangre, no sólo de quienes entregaron su vida en la lu-cha para que esta fuera accesible, sino por la de aquellos que fueron mantenidos, oprimidos y mallugados en la ignorancia. Esta caracterís-tica enemiga del progreso y la justicia, que ha sido utilizada desde las épocas más antiguas. En “el jardín del Edén” por ejemplo, “Satanás” con toda alevosía y ventaja, manteniendo en secreto el “conocimiento” de lo que ocurriría si Adán y Eva comían del “fruto prohibido” los engaño y los utilizo para implantar su reino e ideología.

En México la educación tiene sus propios matices, además de cierto paralelismo con el desarrollo de esta en otros países. Podemos re-cordar que incluso antes de la conquista por los españoles, las culturas existentes determi-naban limitaciones para el acceso al conoci-miento, una de estas era la clase social a la que pertenecía el individuo, si era “noble” tendría oportunidad de desarrollarse en diversas áreas como astronomía, matemáticas, religión, etc., pero quienes no provenían de cierto linaje so-lamente se dedicaban a aprender el oficio de su padres.

La educación siempre se ha intentado su-primir para mantener a una “elite” o grupo de personas para ejercer control sobre las masas. En el México colonial la educación solamente estaba destinada a quienes pertenecían al linaje español y formaban parte del clero. Condenan-do a los indígenas a las fábulas y supersticio-nes religiosas. En esas condiciones siempre ha nacido la “revolución educativa”, donde hom-bres y mujeres iluminados por el conocimien-to comprenden que todos los hombres somos hermanos, además de el progreso armonioso del pensamiento que la ciencia produce en la

mente y la vida cotidiana.Hoy en medio de tantas plataformas que fa-

cilitan la asimilación y la comunicación de la información la educación es un derecho que aunque constitucional, es un privilegio para ciertos grupos, y no me refiero a quienes tie-nen acceso a las tecnologías y quiénes, sino de quienes desarman a la educación y la dejan sin armas ante la manipulación comercial que rea-lizan los medios. Con el fin de que las masas mantengan sus roles se les enseñan fábulas y se les crea necesidades para que mentalmente se mantengan impulsados por la parte primitiva del cerebro, la del impulso, la no racional.

En el marco del día del maestro, trató de re-cordar y agradecer a aquellos que renunciando a sí mismos se han determinado escribir las líneas de la verdadera educación con su vida misma. A los alumnos quienes en esta genera-ción disfrutan del privilegio de la educación, entiendan que lo que es cotidiano para uste-des ahora. Los libros, las tareas y maestros, an-teriormente lo cotidiano era la esclavitud del servilismo tirano. Y terminó citando un texto: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará li-bres”, si no procuramos educarnos nunca sere-mos verdaderamente libres.

Por Rabí Hernández