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Comentario al libro del profeta Oseas Fr. Sergio Navarro, mercedario 1. Introducción Siempre me impresionaron las imágenes que este libro utiliza para plantear las relaciones entre Yavhe y su pueblo. Pero estas sugerentes imágenes del matrimonio y sus hijos (c.1-3) y del hijo (c.11) solo adquieren pleno sentido teniendo presente el contexto histórico en que actuó el profeta, el ambiente de idolatría generalizada y búsqueda violenta de poder por parte de los gobernantes. Solo así el mensaje vuelve a tener para nosotros, hoy, toda su fuerza profética. Es por esto que intenté esbozar con claridad la época y los conflictos religiosos, internos y externos a los que se referirá constantemente el autor. De este modo, la estructura del texto, los gestos simbólicos y la vida misma del profeta adquieren pleno sentido. Por último, voy a hacer referencia a una interpretación, entre tantas, que actualiza y hace vigente el mensaje del profeta. 2. El profetismo del siglo VIII. Oseas y su contexto histórico. Lo que más sorprende de este siglo VIII es que los profetas dejan sus oráculos por escrito, para atestiguar lo anunciado. Son llamados “profetas escritores”, no poque hayan dejado ellos mismos algo por escrito, sino que con sus oráculos comenzaron a formarse los libros proféticos. Tienen un mensaje nuevo en comparación con los profetas anteriores. Lo nuevo es que rechazan la “reforma” de la situación actual, para dar paso a la idea de una “ruptura total” de las estructuras vigentes. Advierten que el sistema es injusto, cruel y esta podrido por dentro... Dios no volverá a perdonar a su pueblo. La única solución es que a partir de un castigo, Dios haga surgir algo nuevo. Estos profetas anuncian desgracias, pero dejan abierta una esperanza. Sorprende también que en medio siglo y en el norte esten reunidos cuatro grandes profetas: Amós, Oseas, Isaías y Miqueas. Por eso es llamado el siglo de oro de la profecía en Israel. Estos profetas responden, con diferentes acentos, a los problemas más graves de la época: 1. Política interna. Ambiciones y crueldad: Jeroboam II que pertenece a la dinastía de Jehú, reactiva la economía al conquistar territorios y extender los límites perdidos desde el reinado de David (2 Re 14, 25a). Pero este esplendor es solo aparente, porque aumentan las diferencias sociales y las injusticias. La dinastía de Jehú será víctima de una matanza. Zacarías será asesinado por Salum, que a su vez es asesinado por Menajén. Esto se produjo en el marco de una guerra civil sangrienta (2 Re 15, 16: Tifsaj es masacrada cruelmente por Menajén) que dividió al reino del Norte en lo que Oseas llama “Israel” y “Efraim”. En el fondo, los mayores fallos de los reyes no estan solo en su idolatría, sino en su ambición desmedida (que los motiva a coaliciones exteriores) y violencia criminal. 2. Política exterior. Temores y alianzas: Sube al trono de Asiria Teglatfalasar III (745-727), excelente militar y estratega, que rehace la unidad de su país con pretensiones imperialistas. Recibe los tributos de los reinos vasallos, pero cuando aparecen intentos de independencia, deshace las coaliciones y anexa los territorios, deportando a sus habitantes y reeemplazandolos por colonos 1 . Menajén, es el primero del los reyes en mantener contacto con Teglatfalasar, pagándole un tributo de mil talentos de plata cobrado a los notables del pueblo (2 Re 15, 19-20). Al parecer, no estaba obligado, fue un tributo voluntario más por conveniencia que por necesidad (por temor a ser destituido por el rey asirio) 2 . Pecajías sigue con la política de sumisión de su padre Jeroboam, pero por el descontento a raiz de los impuestos y por una conspiración antisiria, es asesinado por Pecáj. Pecáj formó una coalición antisiria junto con Resín de Damasco, Tiro, Sidón, Gaza, Edom y la reina árabe Zabibe. No sabemos si contaban con la ayuda de Egipto, aunque es muy probable. Samaría y Damasco intentan forzar un cambio en la dinastía de Judá para instalar un aliado antisirio (Is 7, 1-7). Pero el rey asirio interviene y toma la ciudad de Gaza, derrota a Damasco y se apodera de cuatro quintas partes del reino del norte, realizando la primera 1 Cfr. AA. VV. La Biblia y su entorno, Editorial Verbo Divino, ......, p. 178-179. 2 Cfr. José Luis Sicre, Los dioses olvidados. Poder y riqueza en los profetas preexilicos, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1979, p. 38-40. Es un estudio detallado con documentos extrabíblicos.

Comentario Al Libro de OSEAS

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PROFETAS

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Comentario al libro del profeta Oseas Fr. Sergio Navarro, mercedario

1. Introducción Siempre me impresionaron las imágenes que este libro utiliza para plantear las relaciones entre

Yavhe y su pueblo. Pero estas sugerentes imágenes del matrimonio y sus hijos (c.1-3) y del hijo (c.11) solo adquieren pleno sentido teniendo presente el contexto histórico en que actuó el profeta, el ambiente de idolatría generalizada y búsqueda violenta de poder por parte de los gobernantes. Solo así el mensaje vuelve a tener para nosotros, hoy, toda su fuerza profética.

Es por esto que intenté esbozar con claridad la época y los conflictos religiosos, internos y externos a los que se referirá constantemente el autor. De este modo, la estructura del texto, los gestos simbólicos y la vida misma del profeta adquieren pleno sentido. Por último, voy a hacer referencia a una interpretación, entre tantas, que actualiza y hace vigente el mensaje del profeta.

2. El profetismo del siglo VIII. Oseas y su context o histórico.

Lo que más sorprende de este siglo VIII es que los profetas dejan sus oráculos por escrito, para atestiguar lo anunciado. Son llamados “profetas escritores”, no poque hayan dejado ellos mismos algo por escrito, sino que con sus oráculos comenzaron a formarse los libros proféticos.

Tienen un mensaje nuevo en comparación con los profetas anteriores. Lo nuevo es que rechazan la “reforma” de la situación actual, para dar paso a la idea de una “ruptura total” de las estructuras vigentes. Advierten que el sistema es injusto, cruel y esta podrido por dentro... Dios no volverá a perdonar a su pueblo. La única solución es que a partir de un castigo, Dios haga surgir algo nuevo. Estos profetas anuncian desgracias, pero dejan abierta una esperanza. Sorprende también que en medio siglo y en el norte esten reunidos cuatro grandes profetas: Amós, Oseas, Isaías y Miqueas. Por eso es llamado el siglo de oro de la profecía en Israel. Estos profetas responden, con diferentes acentos, a los problemas más graves de la época:

1. Política interna. Ambiciones y crueldad: Jeroboam II que pertenece a la dinastía de Jehú, reactiva la economía al conquistar

territorios y extender los límites perdidos desde el reinado de David (2 Re 14, 25a). Pero este esplendor es solo aparente, porque aumentan las diferencias sociales y las injusticias.

La dinastía de Jehú será víctima de una matanza. Zacarías será asesinado por Salum, que a su vez es asesinado por Menajén. Esto se produjo en el marco de una guerra civil sangrienta (2 Re 15, 16: Tifsaj es masacrada cruelmente por Menajén) que dividió al reino del Norte en lo que Oseas llama “Israel” y “Efraim”. En el fondo, los mayores fallos de los reyes no estan solo en su idolatría, sino en su ambición desmedida (que los motiva a coaliciones exteriores) y violencia criminal. 2. Política exterior. Temores y alianzas:

Sube al trono de Asiria Teglatfalasar III (745-727), excelente militar y estratega, que rehace la unidad de su país con pretensiones imperialistas. Recibe los tributos de los reinos vasallos, pero cuando aparecen intentos de independencia, deshace las coaliciones y anexa los territorios, deportando a sus habitantes y reeemplazandolos por colonos1.

Menajén, es el primero del los reyes en mantener contacto con Teglatfalasar, pagándole un tributo de mil talentos de plata cobrado a los notables del pueblo (2 Re 15, 19-20). Al parecer, no estaba obligado, fue un tributo voluntario más por conveniencia que por necesidad (por temor a ser destituido por el rey asirio)2. Pecajías sigue con la política de sumisión de su padre Jeroboam, pero por el descontento a raiz de los impuestos y por una conspiración antisiria, es asesinado por Pecáj.

Pecáj formó una coalición antisiria junto con Resín de Damasco, Tiro, Sidón, Gaza, Edom y la reina árabe Zabibe. No sabemos si contaban con la ayuda de Egipto, aunque es muy probable. Samaría y Damasco intentan forzar un cambio en la dinastía de Judá para instalar un aliado antisirio (Is 7, 1-7). Pero el rey asirio interviene y toma la ciudad de Gaza, derrota a Damasco y se apodera de cuatro quintas partes del reino del norte, realizando la primera

1 Cfr. AA. VV. La Biblia y su entorno, Editorial Verbo Divino, ......, p. 178-179. 2 Cfr. José Luis Sicre, Los dioses olvidados. Poder y riqueza en los profetas preexilicos, Ediciones Cristiandad, Madrid,

1979, p. 38-40. Es un estudio detallado con documentos extrabíblicos.

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deportación (2 Re 15, 29). Los israelitas aceptan el asesinato de Pecáj por manos del usurpador Oseas (homónimo del profeta), que es apoyado por el rey asirio.

Oseas paga tributo a Teglatfalasar para mantenerse en el trono. Sube Salmanasar V, y hay un nuevo entusiasmo antisirio. Oseas hace alianza con Tafnajte, príncipe (o general) egipcio de Sais, quien en realidad no puede apoyarlo. Salmanasar reacciona asediando Samaría, que cae el 722, realizando la segunda deportación.

Lo importante es notar como avanza el poder asirio sobre Siria y Palestina, donde Israel es un pueblo más que intenta sobrevivir pagando tributos o aliándose con reinos vecinos y pidiendo una ayuda egipcia que no puede ser efectiva. Los profetas de esta época reaccionan duramente contra la ambición desmedida de los reyes y sus alianzas. 3. Problema religioso. Idolatría y culto vacio:

Cuando Israel comienza a instalarse en palestina, pasando de una vida seminómade a actividades agrícolas, sufren una crisis religiosa. Yavhe era un Dios de pastores, guerrero, volcánico. No conciben que pueda responder a las necesidades de lluvias, buenas estaciones y cosechas fecundas, poderes atribuidos al dios cananeo Baal. Tenía cultos orgiásticos de fecundidad (prostitución sagrada), que chocan fuertemente a la Ley de Israel.

Esto genera la crisis más grande del yavhismo, salvado por Elias y la revolución de Jehú. Oseas criticará los modos sangrientos de imponer la fe en Yavhe, solo desea que el pueblo conozca Dios y se convierta.

En el fondo, lo más grave es que el culto a Yavhe termino siendo vacio. La fe en Yavhe no arraiga por desconocimiento de la Ley, lo que origina el tratar de manipularlo, dejando de lado las exigencias de justicia y queriendo contentarlo con sacrificios, peregrinaciones y oraciones. Los cuatro profetas reaccionaran duramente.

3. Oseas, su persona. De Oseas no conocemos ni el año, ni el lugar en que nació ni la profesión que ejerció. Pero

podemos rastrear algunos datos de su existencia fundándonos en su contexto histórico. • Por su actividad desarrollada exclusivamente en el Reino del Norte (entre Samaría, Betel y

Guilgal), lo más probable es que haya nacido en el norte, y no sabemos si marchó a Judá antes o despues de la caida de Samaría (721)3.

• La predicación de Oseas transcurre entre los últimos años del reinado de Jeroboam II (783-743), Zacarías hijo de Jeroboam (743) que es asesinado a los seis meses de reinar por Sal-um (743), que a sus vez es asesinado al mes por Menajen (743-738); le sucedió al trono su hijo Pecajías (738-737), asesinado por Pecaj (737-732) que a su vez fue asesinado por Oseas (732-724) último rey de israel antes de la caida de Samaría (721)4. Podemos fechar sus últimos oráculos en el 725. Por tanto, nació y creció en uno de los pocos momentos de esplendor económico para Israel bajo Jeroboam II, pero prescenció y predicó en los años más conflictivos: una sucesión de seis reyes, cuatro de los cuales ocupan el trono por asesinato, que continuamente buscan alianzas con Egipto o Asiria (problema político interno y externo) y culto del pueblo a dioses extranjeros de la fecundidad (problema religioso). El problema económico-social, no está ausente, pero ante los conflictos de guerra, quedan para el profeta como en un segundo plano5.

4. El libro del profeta Oseas. El que más a estudiado el libro en su formación (crítica literaria) fue Yee6. Señala: 1. Fuente (H=Hosea): originario del mismo Oseas, de los años de la guerra sirioefraimita.

Comprende básicamente Os 2-13. La madre denunciada es Raquel, y los hijos son las tribus del norte. El adulterio simboliza a las alianzas con extranjeros.

2. El Compilador (C): discípulo de Oseas, que escribe probablemente en Judá entre los años 722-721, bajo el reinado y la reforma de Ezequías. Compone Os 1 para legitimar a su maestro, y cambia el mensaje: Raquel es ahora Gomer. Crea la metáfora del matrimonio entre Yavhe e Israel y añade esperanza al mensaje del profeta con un nuevo matrimonio.

3 José Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, España, 1992, p. 274-275. 4Tomo las fechas registradas en la biblia de Jerusalen, que estan en contradicción con las consignadas por Sicre. 5 José Luis Sicre, Con los pobres de la tierra. La justicia social en los profetas de Israel, Ediciones Cristiandad, 1984,

p.169. 6José Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, España, 1992, p. 206-207.

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3. El primer redactor (R1): actualiza la tradición incluyendo a Judá (4,15; 5,5b; 6,4.11a). Tiene una ideología deuteronomista (4,1-2: preocupación por la Ley; 4, 6; 8, 1.12: acusaciones; 8,1; 9,15: solo admite el santuario de Jerusalén; 4,15; 9,15. Protesta contra la peregrinaciones a Betel y Guilgal; 5,6; 9,10: le preocupa el sincretismo del culto). Reinterpreta la “prostitucion” de Israel (que hasta entonces era por alianzas con extranjeros) como idolatría. Culmina con la redación del c.10, donde Jeroboam es culpable por sus peacdos de la caida del reino del norte.

4. El segundo redactor (R2): deuteronomista, pero con la perspectiva del exilio. Realiza los principales cambios de estructura general del libro e interviene con juegos de palabras para mitigar, cambiar o ampliar la tradición. Es responsable del principio y del final (1,1 y 14,10) y añade c. 3; 11 y 14 dando al libro una estructura triparita.

Más alla de la formación del libro, hay diferentes formas de estructurar el libro7. En general

siguen una estructura tripartita, y este esquema sigue la Biblia de Jerusalén: I. 1-3. Oseas, su matrimonio y sus hijos. II. 4-13. Acusaciones a Israel y anuncios de castigo. III. 14. Conversión de Israel y vuelta a la gracia.

Hans Walter Wolff8 se aparta de estas estructuras tripartitas, y títulos muy sugerentes.

5. El profeta Oseas, sus símbolos y su mensaje. Solo teniendo en cuenta el contexto histórico y la vida del profeta adquieren toda su riqueza de

sentido los oráculos. Vamos a abordar los principales temas que toca el profeta 9. 1. Oseas, su matrimonio y sus hijos (Oseas 1-3).

Oseas, hijo de Beerí, es enviado por Yavhe a casarse con “una mujer dada a la prostitución” (Os 1,2), llamada Gomer. Tendrá con ella tres hijos, a los que pondrá nombres dados por Yavhe: un hijo llamado Yizreel (“Dios-siembra”, fue el lugar donde Jehú mató cruelmente a la mujer y los descendientes de Ajab), una hija llamada “No-compadecida” y un hijo llamado “No-mi-pueblo”. Este es mensaje único formado por cuatro actos simbólicos. Este mensaje es de grán valor simbólico para quien lo interpreta. Pero para el profeta que lo vive, es trágico. Este matrimonio y estos hijos contituyen la clave teologica de Oseas como revelación de los planes y sentimientos de Dios.

a) Los hijos del matrimonio con Gomer (Oseas 1). Desde el principio es desconcertante la orden de Yavhe: “Ve, tómate una mujer

dada a la prostitución...”, pero es para significar algo: “...la tierra se esta prostituyendo enteramente...” (1,2). Esto se acentúa con los nombres de los hijos el profeta, que va marcando la ruptura entre Yavhe y su pueblo.

Hay en la secuencia de los hijos un avance incontenible del malestar y lejanía de Dios. Pasa de una crítica a Jehú (Yizreel), a una amenaza a todo el Israel (No-compadecida) y termina con una ruptura de la alianza (No-mi-pueblo): “... no sois mi pueblo y no soy para vosotros El-Que-Soy.” (1,9).

Sin embargo, la ruptura no es absoluta. En 2,1-3 se repiten las promesas a Israel, y cambian los nombres de los hijos: “No-mi-pueblo” pasa a ser “Hijos-de-Dios-vivo”, y “No-compadecida” es ahora “Compadecida”, porque llegó el “día de Yizreel”: tiempo simbólico de fertilidad: “Dios siembra”, y nacerá un pueblo nuevo (2,24-25). b) El matrimonio con una prostituta (Oseas 2 y 3).

El c.1 y 2 relata el matrimonio con Gomer, mientras que el c.3 vuelve Yavhe a ordenar a Oseas que se despose con “una mujer que ama a otro”. ¿Se trata de la misma mujer o de otra?. Los autores no se ponen de acuerdo sobre estos tres primeros capítulos. Hay cuatro posturas:

i) Son una pura ficción literaria, sin ninguna base real. ii) Oseas realmente recibió la orden de casarse con una prostituta. iii) Gomer era una mujer normal al casarse, fue infiel a Oseas y lo abandona

por otro hombre. iv) Hubo una mala interpretación de sus discípulos.

7 Cfr. José Luis Sicre, Con los pobres de la tierra. La justicia social en los profetas de Israel, Ediciones Cristiandad,

1984, p. 171. 8 Hans Walter Wolff, Oseas hoy. Las bodas de la ramera, Ediciones Sígueme, Salamanca, 1984, p. 207. 9 José Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, España, 1992, p.174-176; 274-278. Dennis J. McCarthy, sj, Comentario Bíblico “San Jerónimo”, Ediciones Cristiandad, tomo I, Madrid, 1971, p. 681-704.

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La más probable parece la (iii). La experiencia trágica de su vida le sirvió al profeta para comprender la fuerza del amor de Dios a su pueblo (2, 8-25: Yavhe es como un esposo amante que lucha por el amor de su esposa, que solo le responde con traiciones). El pueblo es como una esposa infiel que abandona a su esposo Yavhe, para correr a prostituirse con su amante (Baal) o sus amantes (Asiria y Egipto).

El poema 2,4-25 indica las tres opciones que tiene Oseas (Yavhe) ante la conducta de Gomer (el pueblo):

i) 2,8-11: “Cerraré su camino con espinos” para que no persiga a sus amantes. Habla al parecer de castigos pasajeros para convertirla.

ii) 2,12-15: Va a castigarla públicamente con dureza, como prescribe la Ley para las adúlteras. “... descubriré su verguenza a los ojos de sus amantes”. Porque su conversión es superficial “como rocío matinal” (5,15b-6,6).

iii) 2,16-25: Pero dice el profeta: “Voy a seducirla... hablaré a su corazón”. La perdona y vuelve a seducirla para que regrese a su primer amor, desposándola de nuevo. “Yo te desposaré conmigo para siempre... en amor (jésed)... y tu conocerás a Yavhe” (2,21). Triunfa el amor del esposo aunque la esposa no este completamente arrepentida. Dios también parece luchar consigo mismo hasta que la misericordria vence a la cólera. Acá se manifiesta con toda su fuerza el amor gratuito de Dios.

En el capítulo 3, Oseas recibe la orden de tomar de nuevo por esposa a Gomer, “mujer que ama a otro” (según la interpretación má directa). Con esto se sella lo dicho en el poema anterior: Oseas, que por Ley podría mandar a apedrear a Gomer por adúltera, no quiere retenerla con astucias, ni por violencia, sino por amor y en el perdón. No parece tener este matrimonio un carácter público, es más, es mu íntimo por cuanto ella pasará años “sin prostituirte” con ningún hombre (3,3), así como el pueblo pasará sin entusiasmos: “... sin rey ni príncipe, sin sacrificios ni estela...” (3,4).

2. Acusación de Yavhe a los poderosos por la prosti tución de Israel. Las acusaciones comienzan con un oráculo, que sintetiza lo que desarrollara posteriormente el

libro. Es un juicio que cae sobre todo el pueblo, pero en especial contra los poderosos: sacerdotes, príncipes y el rey.

• Oráculo programático (4,1-3). i) 4,1: Yavhe tiene pleito con Israel, porque no es fiel (‘emet) y dejó de amar

(hesed), olvidando asi el “conocimiento de Dios”, su Ley. ii) 4,2: han olvidado la Ley y siguen girando en un círculo de violencia. iii) 4,3: “Por eso, la tierra esta en duelo...”, es decir, el objeto de la alianza, la

tierra misma, se marchita por la ruptura de Israel. Todo Israel es entonces responsable por cayeron en idolatría e injusticia, pero más culpables

son los que tienen poder y gobiernan, pues no cumplieron con su misión. Vamos a ver con más detalle las acusaciones. No podemos separarlas, porque van muy unidas.

La prostitución como idolatría y como búsqueda de alianzas con extranjeros son un único pecado. En el fondo, es el pecado de desconfianza en el poder de Yavhe. A grandes rasgos, distingo:

b) Prostitucion religiosa: vaciamiento del culto e idolatría. i) 4,4-19: La condena está ya dictada contra los sacerdotes y los falsos

profetas, porque no enseñaron el camino de Yavhe y han corrompido el culto, han hecho culpable al pueblo de “falta de conocimiento”, permitiendole prostituirse tras los ídolos.

ii) 5,1-7: También condena a la “casa de Israel” (los jueces), que debían actuar justamente, no solo administrando los juicios civiles, sino tambien siguiendo un orden moral y religioso según la Ley. Han arrastrado al pueblo con su “espíritu de prostitución”, con su arrogancia, injusticia e idolatría.

iii) 6,1-6: Por su culpa el pueblo es culpable. Oseas pone en boca del pueblo palabras de arrepentimiento (6,1-3), pero para Yavhe no son sinceras (v.4b), su juicio expresado por los profetas es luz que evapora su falso amor, que es “rocío matinal” (5b). Por eso, Yavhe rechaza el culto vacio de justicia (v.6), el sacrificio sin conversión sincera (“amor”, “conocimiento de Dios”).

c) Conflictos políticos internos: la injusticia de los poderosos y su castigo. i) 5,8-12: Israel esta internamente dividida en lo que el profeta llama “Israel” y

“Efraim”, y además sufre los ataques de sus hermanos de Juda. El v.8 menciona a ciudades fronterizas entre Israel y Judá, que probablemente

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sufrieron un ataque de Juda cuando el norte estaba defendiendose de Asiria (cfr. 2 Re 16; Is 7,-9).

ii) 7,3-7: Condena la injusticia y maldad de “los príncipes” (cortesanos encargados de la administración civil y militar) que siguieron tras el derrocamiento de la dinastía de Jehu.

iii) 13,9-11: Por eso, el profeta se burla del rey y los príncipes, porque estan lejos de Yavhe y no escaparan ala destrucción.

d) Prostitución con extrajeros: alianzas como idolatrias. i) 5,13-14: Las dificultades entre el norte y el sur y las amenazas exteriores

motivan a los gobernantes a buscar alianzas con extranjeros (Asirios o Egipcios), agravando la enfermedad, la situación de pecado (v.13). Estos pecados motivan la terrible e inevitable intervención de Dios, significado con la imágen del leon furioso que desgarra (v.14).

ii) 7,8-12: Con ingenuidad Israel hace alianzas oportunistas con Egipto o Asiria. Esto motiva la condena de Yavhe, porque intentan asegurarse la salvación lejos suyo (12,1-2).

iii) 8,8-10: De hecho, Israel termina “tragado” por Asiria, deporta a sus habitantes. Este pasaje es posterior a la caida de Samaría.

3. Motivos de esperanza para Israel. Aunque Yavhe es un león que desgarra, lo hace “hasta que se reconozcan culpables y busquen

mi rostro.” (5,15). La imagen más sugerente de esta esperanza es la Israel como “hijo de Yavhe”. Si se arrepiente de su pecado, puede esperar de Yavhe la salvación.

a) El amor de Yavhe que vence el desprecio de su hijo (Os.11). i) 11,1-6: Yavhe ama a Israel desde niño, llamándolo de Egipto (v.1). Pero se

alejó sin darse cuenta que Yavhe lo cuidaba (v.3). Por eso volveran a Egipto (v.5), a una nueva esclavitud, y serán aniquilados.

ii) 11,7-9: Pero “¿Cómo voy a dejarte, Efraim, cómo entregarte, Israel?” (v.8). Se estremecen las entrañas de Yavhe, y no se deja llevar por su ira, mostrando así que es “el Santo” (v.9).

iii) 11,10-11: Por eso pueden volver los exiliados como en un nuevo éxodo, redimidos porque “rugirá como un leon” (v.10).

b) Conversión de Israel y vuelta (Os. 14) La estructura del capítulo es de un rito penitencial, idéntico al 6,1-3 donde

irónicamente destacaba el falso arrepentimiento. Pero aca el arrepentimiento es sincero, y la respuesta de Dios, definitiva. i) 14,2-4: El profeta exhorta a la conversión (v.2-3a) y toma la palabra de

parte del pueblo, intercediento ante Dios (3b-4). ii) 14,5-9: El profeta responde al pueblo, de parte de Yavhe, que su amor

permanece fiel. “... los amaré graciosamente... seré como rocio para Israel: él florecerá...” (v.5-6).

6. Influencias y actualidad del mensaje de Oseas. El libro de Oseas tuvo profundas influencias en los profetas siguientes (sobre todo en Jeremías), que exhortan a una religión del corazón capaz de responder al amor gratuito de Dios. Su original imagen de una relación matrimonial entre Yavhe y su pueblo es repetida por Jeremias, Ezequiel y el deutero-Isaías. El Nuevo Testamento cita con frecuencia a Oseas, y la primera comunidad ha aplicado la imagen del desposorio entre Jesús y su Iglesia. La mística cristiana de todas las épocas ha insistido en esta imagen, como metáfora de la relación entre el hombre redimido y Cristo. Voy tomar una actualización sugerente, de las muchas posibles10. Xavier Pikaza11considera a Oseas como uno de los más antiguos y profundos profetas de la cautividad, en cuanto que denuncia el proceso de autoesclavización del hombre por la idolatría. Israel, al instalarse en la tierra prometida, se deja seducir por los dioses cananeos que prometen fertilidad. Hay acá una doble dimensión de la idolatría. Por un lado tiene un carácter naturalista, como fascinación por las cíclicas fuerzas de la vida, que se manifiestan en las estaciones, la agricultura y la sexualidad. Pero otra tendencia es la cultural, en cuanto que el ídolo

10 Una muy buena actualización: Hans Walter Wolff, Oseas hoy. Las bodas de la ramera, Ediciones Sígueme,

Salamanca, 1984. 11Xabier Pikaza, Anunciar la libertad a los cautivos. Palabra de Dios y catequesis, Ediciones Sígueme, Salamanca

1985, p. 11-121.

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es una producción humana, manipulable y que ofrece seguridad... dominar la naturaleza y las relaciones con los otros pueblos significa poder. En el fondo, la idolatría como ambición de seguridad, engaña al adorador: el idólatra se hace siervo de lo que adora (de las fuerzas cósmicas o de su propia producción o poder). Pero Yavhe ama a su pueblo aunque este le abandone para ir tras los baales, legitimando así su servidumbre ante la naturaleza y las potencias extranjeras. Pierde de este modo el valor de la justicia, y acaba destruyendose con violencia y falsedad a si mismo. Este es el pecado: ruptura de la alianza con un Dios que ofrece siempre su fidelidad, para correr tras los placeres o los poderosos de este mundo. La idolatría naturalista, como vuelta pasiva a las fuerzas de la naturaleza, incapacita al hombre para crear un orden justo, humano, y en definitiva conduce a la destrucción cultural de la lucha del hombre contra el hombre. Estas son las consecuencias que vive Israel por su idolatría: sufrir la deportación hacia Asiria o Egipto (9,3; 11,5). Siguiento esta interpretación, el mensaje del profeta nos dice hoy que la vuelta del hombre a las fuerzas vitales como “salvadoras” (al margen o en contra de un Dios “represivo”), nos lleva al intento de construir una cultura autónoma, sin Dios, ni libertad ni trascendencia. Asi se busca solo seguridad en las propias obras, en el propio poder, y en definitiva queda el campo social y político como espacio de dominación de unos sobre otros. Pero esta absolutización de los propios deseos, y de las propias obras y del propio poder solo termina como la torre de Babel... Solo la vuelta al amor incondicional de Dios, como único absoluto, permite la libertad creativa de construir un orden justo, humano y fraterno.

7. Conclusión personal. Teniendo alguna claridad acerca del contexto del libro, y leido en clave de “cobrar conciencia”

de nuestras nuevas “prostituciones” personales y sociales, este profeta ofrece un mensaje crítico y esperanzador muy vigente.

El pueblo aún sigue sufriendo la violencia y ambición de los poderosos, que se olvidan de la justicia prostituyéndose, aliandose con “los poderosos de este mundo”. A su vez, como pueblo corremos “tras Baales” (pequeñas migajas de confort que reemplazan al Absoluto), dejando de lado la confianza en el Dios que nos sigue prometiendo salvación... salvación de la vida aún de las situaciones de injusticia y de dolor más inhumanas...

Es en medio del clamor del pueblo sufriente que vuelve a vivir la fidelidad, que Él nos sigue invitando a la esperanza. “Asiria no nos salvará... y no diremos más ‘Dios nuestro’ a la obra de nuestras manos... yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente...” (Os. 14,4-5). Bibliografía consultada: • José Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, España, 1992. • José Luis Sicre, Introducción al Antiguo Testamento, Editorial Verbo Divino, España, 1996. • A. Robert - A. Feuillet, Introducción a la Biblia II, Editorial Herder, Barcelona, 1970. • José Luis Sicre, Los dioses olvidados. Poder y riqueza en los profetas preexilicos, Ediciones

Cristiandad, Madrid, 1979. • José Luis Sicre, Con los pobres de la tierra. La justicia social en los profetas de Israel, Ediciones

Cristiandad, 1984. • Hans Walter Wolff, Oseas hoy. Las bodas de la ramera, Ediciones Sígueme, Salamanca, 1984. • Xabier Pikaza, Anunciar la libertad a los cautivos. Palabra de Dios y catequesis, Ediciones

Sígueme, Salamanca 1985.