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El radical dualismo cartesiano implica otra novedad. Hasta aquí los personajes de las teorías del conocimiento eran dos: sujeto y objeto. En Descartes el sujeto ya no es uno, individuo, sino dos, sujeto físico extenso y sujeto espiritual inextenso, mientras que el objeto subsiste siendo uno. P:243 ¿Qué se podría decir del objeto? De él, nada, puesto que no se lo conoce. Toda afirmación sobre el objeto es, en realidad, una afirmación sobre las impresiones que de él tenemos. Tampoco puede afirmarse nada con certeza acerca del sujeto. ¿Qué puedo decir yo sobre mi mano o sobre mí mismo? En última instancia, nada. Sólo puedo hablar del conjunto de sensaciones e imágenes que tengo de mí mismo y de lo que me rodearía. Tanto el objeto como el sujeto no serían otra cosa que tales sensaciones e imágenes. P245 Los psicólogos y filósofos ingleses se lanzaron ávidamente sobre el primero de estos caminos y basaron su concepción de lo psíquico en torno a la noción de experiencia, razón por la cual se designa con el nombre de empirismo a la doctrina de Hobbes, Locke y Hume que elaboraron sus obras principales entre 1640 y 1770... En esta doctrina se ve claramente que el énfasis está puesto sobre el objeto, fuente de las sensaciones que impresionan y van configurando al sujeto. p246 Decíamos recién que en el empirismo el énfasis está puesto en el objeto que es objeto de la experiencia y fuente de sensaciones. Pero esta afirmación debe ser matizada. En efecto, en Locke (1690) se encuentra una distinción entre las "cualidades primarias" y las "cualidades secundarias" de las sensaciones. Las primarias corresponden a las cosas mismas, a los objetos, y son la extensión, la figura, el movimiento, el reposo, la situación y el número que tienen una realidad ajena a los sujetos que las perciben en una "res extensa" que es la materia. Las cualidades secundarias, por su parte, son aquellas tales como el color, el sonido, el olor o el gusto que no existen más que en el sujeto que las percibe, que no tienen realidad material. P247

Descartes Platon

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resumen de las ideas de Descartes

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Page 1: Descartes Platon

El radical dualismo cartesiano implica otra novedad. Hasta aquí los personajes de las teorías del conocimiento eran dos: sujeto y objeto. En Descartes el sujeto ya no es uno, individuo, sino dos, sujeto físico extenso y sujeto espiritual inextenso, mientras que el objeto subsiste siendo uno. P:243

¿Qué se podría decir del objeto? De él, nada, puesto que no se lo conoce. Toda afirmación sobre el objeto es, en realidad, una afirmación sobre las impresiones que de él tenemos. Tampoco puede afirmarse nada con certeza acerca del sujeto. ¿Qué puedo decir yo sobre mi mano o sobre mí mismo? En última instancia, nada. Sólo puedo hablar del conjunto de sensaciones e imágenes que tengo de mí mismo y de lo que me rodearía. Tanto el objeto como el sujeto no serían otra cosa que tales sensaciones e imágenes. P245

Los psicólogos y filósofos ingleses se lanzaron ávidamente sobre el primero de estos caminos y basaron su concepción de lo psíquico en torno a la noción de experiencia, razón por la cual se designa con el nombre de empirismo a la doctrina de Hobbes, Locke y Hume que elaboraron sus obras principales entre 1640 y 1770... En esta doctrina se ve claramente que el énfasis está puesto sobre el objeto, fuente de las sensaciones que impresionan y van configurando al sujeto. p246

Decíamos recién que en el empirismo el énfasis está puesto en el objeto que es objeto de la experiencia y fuente de sensaciones. Pero esta afirmación debe ser matizada. En efecto, en Locke (1690) se encuentra una distinción entre las "cualidades primarias" y las "cualidades secundarias" de las sensaciones. Las primarias corresponden a las cosas mismas, a los objetos, y son la extensión, la figura, el movimiento, el reposo, la situación y el número que tienen una realidad ajena a los sujetos que las perciben en una "res extensa" que es la materia. Las cualidades secundarias, por su parte, son aquellas tales como el color, el sonido, el olor o el gusto que no existen más que en el sujeto que las percibe, que no tienen realidad material. P247

Lo anteriormente expuesto no se presenta para continuar con la discusión de los filósofos empiristas que estaban ya en condiciones de liquidar la problemática del sujeto y el objeto y de comenzar a buscar en otra dirección la respuesta a la pregunta ¿cómo es posible el conocimiento científico? P:248

Pero, a su vez, no es la experiencia la que puede ser tratada analíticamente, sino el lenguaje, las proposiciones, a través de las cuales el sujeto habla de su experiencia.250

Explícitamente declaraba concordar con la teoría platónica de las ideas y rechazar la doctrina empirista aristotélica de la tablilla vacía: "Es siempre falso decir que todas nuestras nociones vienen de los sentidos llamados exteriores, pues las que yo tengo de mí y de mis pensamientos y, por consiguiente, del ser, de la sustancia, de la acción, de la identidad y de muchas otras, vienen de una experiencia interna" (Leibniz, Discurso de metafísica [1685], 27)” p:251

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Kant no duda de la realidad del objeto de la experiencia; simplemente, sostiene que esa experiencia es organizada y estructurada por el sujeto cognoscente en función de sus propias categorías.

Kant no duda de la realidad del objeto de la experiencia; simplemente, sostiene que esa experiencia es organizada y estructurada por el sujeto cognoscente en función de sus propias categorías. Por tal razón, sostiene, la cosa en sí, tal como existe fuera de nosotros, es incognoscible. Ella se nos presenta exclusivamente bajo la forma de fenómenos que son objeto de nuestro sentido externo. El conocimiento aparece cuando la actividad de nuestro intelecto, entendido como sentido interno, impone sus marcos categoriales a la realidad empírica. Este resultado de la intuición pura de nuestro intelecto se acerca bastante a la concepción platónica de las Ideas, si bien Kant rechazaba con energía que se lo calificase como un "idealista" (Prológomenos..., 13) o pedía para su filosofía la designación (le "idealismo trascendental". Nuevamente vemos en esta filosofía el énfasis sobre la idea, el sujeto, lo innato, la intuición, etc., en desmedro de sus contrarios especulativos: la materia, el objeto, lo adquirido, la experiencia.

La filosofía kantiana representaba, sin embargo, un cambio imprescindible para que el idealismo se sostuviese ante el adelanto de las ciencias por cuanto renunciaba a los presupuestos teológicos que hasta entonces lo venían trabando (piénsese en Leibniz), si bien Kant reintroducía luego a Dios sobre la base de las "necesidades prácticas de la razón pura". De este modo la filosofía trascendental se aseguró una nutrida progenie entre los filósofos occidentales de los siglos xix y xx. Y esta filosofía se duplicaba necesariamente con una psicología idealista que se desarrollaba a través de su enfrentamiento con la vertiente positivista

los autores de los que hemos venido hablando han postulado sus doctrinas filosóficas a partir de una de las vertientes ofrecidas por el dualismo cartesiano. Todos ellos subrayan la importancia de los órganos de los sentidos, de las sensaciones, del cuerpo, de la experiencia, en una palabra, de la res extensa. ¿Qué sucedió, entre tanto, con la res cogitans? El idealismo, que habíamos visto surgir con Platón, tuvo también sus herederos.