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Yo hago: Encargado de reclutamiento Liquidaciones Subgerente de operativo Supervisor de Anden Jefe de personal abordo Âyudante

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Yo hago:

Encargado de reclutamiento

Liquidaciones

Subgerente de operativo

Supervisor de Anden

Jefe de personal abordo

Âyudante

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Reporte sobre El Señor de Las Moscas.Francisco Javier Rocha Muro

“Hicimos todo lo que hubieran hecho los adultos”.

Escudos que eran demasiado grandes para ser usados, lanzas que sólo servían para ser apuntaladas sobre la tierra, eran algunos objetos hechos para simbolizar un pacto social entre las tribus, que inspirarían toda una visión contractualista del estado, desde Rousseau a Levi-Strauss. En la película, el rol de estos símbolos está presentificado en la caracola y en la cabeza de cerdo. Estos símbolos no son efectivos por sí mismos, sino que han de ser constituyentes, en el caso de la caracola, esta constitución no se logra mas que parcialmente dentro del grupo, pues es el momento donde la organización parece articularse sobre dos fines al fondo, el primero es regresar a la civilización donde la caracola y el título de sargento tiene algún sentido y el segundo es el de crear una nueva civilización, que finalmente dará la distribución de los dos grupos a partir de la distribución del trabajo: los niños cazadores y los niños que buscan regresar a casa; esta distribución establece entonces ciertas relaciones de poder que colocan a los cazadores como dominantes, sobre la naturaleza y sobre sus otros, que lleva a los cazadores a apropiarse de los medios de supervivencia de los otros. El tótem de la nueva comunidad parece quedar constituido cuando el mundo de los adultos parece haberse desvanecido sólo para retornar en la forma de una cabeza de cerdo.

Quizá lo que más me llama la atención y que no logro delucidar de ninguna manera son los rituales con los que se establece la nueva civilización en la isla, particularmente el ritual en el que los niños cazadores se dan caza representando cerdos y cazadores a su vez, recordando que Piggy, Cerdito, queda también sacrificado al señor de las moscas. El señor de las moscas parece ser una metáfora de esa violencia del orden del mundo de los adultos y este ritual un proceso instructivo de los niños al arte de la guerra.