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Publicación mensual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/ FLACSO-Guatemala. Nueva época, Año II, No. 14, marzo de 2002 Las opiniones expresadas en este suplemento son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. través del reciclamiento de activos de los ejércitos y de las guerril- las, se ha podido profesionalizar el servicio de seguridad ciudadana. No obstante, el mérito ha sido empañado por el involucramiento de algunos de los efectivos policiales en hechos delictivos. Es cierto que hay avances, pero es imposible negar que pudo haberse hecho mucho más. El problema fundamental deriva de una tarea inconclusa: la desmilitarización de la policía. En lo que respecta a Guatemala, prevalece la influencia militar originada por el peso de la Guardia Civil Española en la formación policial y por * René Poitevin Doctor en sociología por la Universidad de París. Exdirector de la FLACSO- Guatemala . Actualmente se desempeña como investigador de la FLACSO y Vicerrector Académico de la Universidad Rafael Landívar. Alexander Sequén-Mónchez Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Rafael Landívar, y ayudante de investigación de la FLACSO. Actualmente prepara su tesis doctoral para la Universidad de Utrech, Holanda. DESAFÍOS Y PROBLEMAS DE LA DEMOCRACIA EN CENTROAMÉRICA René Poitevin / Alexander Sequén-Mónchez * O frecemos al lector una parte del libro Los desafíos de la democracia en Centroamérica, el cual es fruto de una investigación realizada en colaboración por los autores durante los años 2000 y 2001 y próxima a salir a luz por la Editorial FLACSO. Es necesario tener presente que algunas de las afirmaciones contenidas en la parte que ahora se publica a manera de primicia, deberán ser entendidas dentro de una lectura del contexto global de la obra. LA REFORMA DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD PÚBLICA Uno de los logros de los acuerdos de paz suscritos en El Salvador y en Guatemala, ha sido la unificación de los cuerpos policiales en uno . Con todo y los defectos que significó el proceso de integración, efectuado a © Hugo de León

Diálogo 14 Nueva Época/ DESAFÍOS Y PROBLEMASDE LA DEMOCRACIA ENCENTROAMÉRICA

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DESAFÍOS Y PROBLEMASDE LA DEMOCRACIA ENCENTROAMÉRICA / Publicación mensual de FLACSO-Guatemala

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Publicación mensual de FLACSO Nueva época, Año II, No. 14, marzo de 2002 / 1

Publicación mensual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/FLACSO-Guatemala. Nueva época, Año II, No. 14, marzo de 2002

Las opiniones expresadas en este suplemento son de la exclusiva responsabilidad de sus autores.

través del reciclamiento de activos de los ejércitos y de las guerril-las, se ha podido profesionalizar el servicio de seguridad ciudadana.

No obstante, el mérito ha sido empañado por el involucramiento dealgunos de los efectivos policiales en hechos delictivos. Es cierto que hayavances, pero es imposible negar que pudo haberse hecho mucho más. Elproblema fundamental deriva de una tarea inconclusa: la desmilitarización dela policía. En lo que respecta a Guatemala, prevalece la influencia militaroriginada por el peso de la Guardia Civil Española en la formación policial y por

* René PoitevinDoctor en sociología por la Universidad de París. Exdirector de la FLACSO- Guatemala .Actualmente se desempeña como investigador de la FLACSO y Vicerrector Académico de laUniversidad Rafael Landívar.

Alexander Sequén-MónchezProfesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Rafael Landívar, y ayudante de investigaciónde la FLACSO. Actualmente prepara su tesis doctoral para la Universidad de Utrech, Holanda.

DESAFÍOS Y PROBLEMASDE LA DEMOCRACIA EN

CENTROAMÉRICARené Poitevin / Alexander Sequén-Mónchez*

Ofrecemos al lector una parte del libro Los desafíos de lademocracia en Centroamérica, el cual es fruto de una investigación

realizada en colaboración por los autores durante los años 2000 y 2001 ypróxima a salir a luz por la Editorial FLACSO. Es necesario tener presenteque algunas de las afirmaciones contenidas en la parte que ahora sepublica a manera de primicia, deberán ser entendidas dentro de una lecturadel contexto global de la obra.

LA REFORMA DE LAS FUERZAS DE

SEGURIDAD PÚBLICA

Uno de los logros de los acuerdos de paz suscritos en El Salvador yen Guatemala, ha sido la unificación de los cuerpos policiales en uno . Contodo y los defectos que significó el proceso de integración, efectuado a

© Hugo de León

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CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO-GUATEMALA

Víctor Gálvez Borrell-directorVirgilio Álvarez/Walda Barrios-Klée /Silvel Elías/Gisela Gellert/Irene Palma/

Edgar Pape/Jorge Solares/Edelberto Torres-Rivas

CONSEJO HONORARIO■ Alain Touraine, Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París,

Francia. ■ Alejandro Portes, Johns Hopkins University, USA.■ Volker Lühr, Freie Universitat Lateinamerika-Institut, Berlín, Alemania.

■ Mitchell A. Seligson, University of Pittsburgh, USA.■ Guy Hermet, Instituto de Ciencias Políticas, París, Francia.

Secretario general de FLACSO

Wilfredo LozanoSan José, Costa Rica

es una publicación de FLACSO-Guatemalay de elPeriódico.

Tels: (502) 362-1431 al 33Fax: (502) 332-6729

Correo electrónico: [email protected]ágina web: http://www.geocities.com/athens/rodes/9162

Coordinación de edición: Hugo de LeónDiseño, edición y diagramación: Magna Terra editores

Esta edición es posible gracias al apoyo financiero de la agencia sueca dedesarrollo internacional ASDI / SAREC

la presencia del ejército en actividades de inteligencia e investigacióncriminal. Aunque se han dado pasos realmente importantes en el tema, quedaclaro que falta mucho para que la policía logre hacerse de la confianza pública.

En materia de seguridad ciudadana, Centroamérica es testigo deque el aparato policial está, cuantitativa y cualitativamente, atado de manospara enfrentar con eficacia al crimen. Sorprende comprobar, en todos lospaíses de la región, que la cantidad de los petrechos con que cuenta ladelincuencia sobrepasa el respaldo tecnológico con que opera la policía.Ante esta falta de seguridad, las personas han optado por comprar losservicios de policías privadas. Sobre el asunto diremos que este fenómeno–el de la privatización de la seguridad– es característico de una sociedadde posguerra, donde el tráfico de armas y de influencias permitió a muchosinvolucrados en cualquiera de los bandos (especialmente el ejército) hacersedel personal necesario para sus operaciones encubiertas. En todo caso,queda “asegurado” sólo aquél que puede pagar por ello.

En lo que respecta a Nicaragua y a Honduras, la actividad policial hasido una de las más criticadas por parte de la sociedad. Los casos de corrupción,brutalidad policial e ineficacia, revelan una estructura verdaderamenteinsuficiente para salvaguardar a los ciudadanos del flagelo de la delincuencia.Ello, aunado a los altos índices de pobreza, ha dado como resultado laproliferación de delitos menores que, sin embargo, no dejan de causar unsevero impacto en la paz social y, al no tener una respuesta del Estado, hancomenzado a debilitar la creencia social en el valor de la democracia. Existe

una especie de hartazgo que explica, en parte, la obsesión de muchoscentroamericanos por armarse o emigrar de sus países.

Costa Rica tampoco es la excepción. La ciudad de San José se havisto afectada seriamente por el fenómeno de la criminalidad. En lapercepción de este tema confluyen una serie de factores polémicos,centrados en el problema que representa, de una forma u otra, la inmigraciónnicaragüense. Si bien ésta fue utilizada como mano de obra barata en elmercado urbano, no ha recibido un tratamiento equitativo desde el puntode vista del salario y la seguridad social. La falta de oportunidades salarialesha dado como resultado el surgimiento de muchos jóvenes transgresoresde la ley que, a decir verdad, han ocasionado serios problemas a lademocracia costarricense. Hay que aclarar, empero, que no se trata decriminalizar un fenómeno lo suficientemente complejo como el de lainmigración; sin embargo, al no acceder a la ocupación laboral formal, elemigrante se ha convertido, por una parte, en una especie de surtidor parala delincuencia y, por otra, ha despertado un celo patrio muy cercano a laintolerancia.

En términos concretos, la seguridad en Centroamérica es una de lasfallas más visibles del proceso democrático. Los estados han sido incapacesde elaborar una política contra el crimen que le permita a sus sociedadesprever resultados a largo plazo, y esto constituye un reto urgente por solventar.

DEMOCRACIA Y JUSTICIA PENAL

Francisco Díaz, miembro del Consejo Nacional de la Judicatura de ElSalvador, al reflexionar sobre la justicia explica, por ejemplo, que ésta seexpresa únicamente cuando se imparte en un régimen democrático,1 deahí que para un reconocido abogado, si la justicia se regatea a losciudadanos, la democracia comienza inevitablemente a debilitarse. “Lajusticia es talón de Aquiles de la democracia”,2 ha escrito con certeza.

1 Entrevista, San Salvador, agosto de 2000.2 César Barrientos Pellecer, El talón de Aquiles de la democracia, Magna Terra editores,Guatemala, 1997.

© Hugo de León

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La militarización de la justicia realizada por los distintos autoritarismoscentroamericanos, con la excepción de Costa Rica, tuvo una secuela queha repercutido en la conversión del aparato judicial en un ente de control yde sanción ideológica. Con los procesos de democratización se avanzó enel tema; sin embargo, todavía prevalecen la burocracia que se manifiestaen la organización judicial misma y la ineficacia que cobra vida en la tardanzade los fallos y en la ausencia, en muchos casos, del debido proceso.

A finales de la década de 1980, se gestaron importantísimos espaciospara la modernización de la justicia, auspiciados por la cooperacióninternacional. La eventual desmilitarización de los estados contribuyó a labúsqueda de normativas legales que hicieron posible el compromisodemocrático adquirido en los acuerdos de paz (para el caso guatemalteco ysalvadoreño). Así se reformaron, en primera instancia, los códigos deprocedimiento penal. Con la asesoría argentina, se inició el proceso de reformajudicial en Honduras, El Salvador, Costa Rica y Guatemala, que supuso eltránsito de un modeloinquisitivo –afín a laDoctrina de SeguridadNacional– a uno sur-gido de la adecuaciónde los principios pro-cesales del sistemaacusatorio, que no bus-can más que la carac-terización de sus accio-nes a partir de la éticay de la transparencia.Recién Nicaragua aca-ba de sumarse a la listade países interesadosen modernizar su sis-tema de justicia.

Como consecuen-cia, al interior de losestados se crearon es-pacios institucionalescomo el representado

cuya actuación ha seguido las pautas que le presenta el gobierno de ArnoldoAlemán.3

No obstante los limitados logros de la reforma judicial, es evidenteque en muchos casos ésta no ha logrado proporcionar los resultadosesperados. Como se dijo antes, la violencia política desmanteló la estructuraestatal sustituyéndola por el control militar y político de los ciudadanos. Sedebilitaron de esta manera los estados, y la estabilidad social que se buscaa partir de la aplicación del derecho fue seriamente limitada.

Por otro lado, paralelamente al reclamo de las sociedades, obser-vamos que en el interior de sus estados se reproducen fenómenos comolos ya descritos de la corrupción, el nepotismo, la formalidad y la burocraciaexcesivas, la politización de la garantía de imparcialidad, etcétera; sinmencionar las tradicionales deficiencias provenientes de la escasez derecursos económicos. En una palabra, el sueño de la construcción del Esta-do de Derecho en la región ha tenido que esperar más tiempo del que secreía iba a tomar con el fin de los conflictos bélicos y con el entusiasmo

que significó el procesode pacificación.

Si antes el podermilitar marcaba el itine-rario de la acción judicial,hoy desafortunadamentees el turno del oportunis-mo político, que ha pre-tendido hacer de la admi-nistración de justicia unode sus epicentros parasolventar compromisosrestrictivos a los intere-ses del partido oficial. Enla actualidad, la percep-ción que se tiene de laorganización judicial esbastante negativa.4 Esnecesario recordar que se

4 Expresada en múltiples encuestas de opinión realizadas por periódicos y en estudiosacadémicos.

© Ricardo Ramírez Arriola

por el Ministerio Público y la Defensa Pública Penal, a la vez que se proyec-taron cambios vitales como el relacionado con el desarrollo de la carrerajudicial, en aras de fortalecer el principio de la independencia de poderes.Tampoco podemos pasar por alto algunas tentativas que se han des-plegado a favor de la democracia y que tienen que ver con la profesionali-zación del servicio; es decir, con la idea de que la justicia es, ante todo,una prestación debida y que, por lo tanto, ésta debe caracterizarse por unnivel aceptable de calidad. Debemos hablar, incluso, de cierta tendencia afrenar, mediante un esfuerzo de reforma legal, la injerencia política delEjecutivo en la actividad judicial, trasladando la competencia para la eleccióny el nombramiento de sus funcionarios al Poder Legislativo. Esto es positivosiempre que dicha actitud se combine con una eficaz auditoría socialque controle e impida la manipulación de las mayorías legislativas.Exceptuamos el caso nicaragüense, donde la influencia política del partidooficial ha causado estragos en la credibilidad pública del sistema de justicia,

ha iniciado una configuración democrática de los espacios públicos yprivados, y en las que, además, la subjetividad fue dramáticamente afectada–el caso del genocidio en Guatemala, lo que provoca una visión de la justiciainmediatista, alimentada por la insatisfacción y la indignación crecientes.

Es importante hacer referencia al fenómeno de los linchamientos enGuatemala, principalmente en áreas donde el conflicto armado fue parti-cularmente despiadado –Cobán, Huehuetenango, El Quiché. Algunas perso-nas, movilizadas gracias a la impunidad de la masa, han tomado “la justicia”en sus manos, haciendo de la muerte de un sospechoso la forma más grá-fica de su rotundo rechazo a la ineficacia de un sistema que no da respuestaa la sed de justicia pronta y cumplida que campea en la cotidianidad de la

trata de sociedades queviven una época de pos-guerra, donde apenas se

3 Entrevista con Manuel Ortega Hegg, Managua, junio de 2001.

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mayoría de guatemaltecos. Cada linchamiento es una renuncia a la vidademocrática, por cuanto se legitima arbitrariamente el regreso de la venganzaprivada como el medio más rápido de acceder a la “justicia”.

Con respecto a la voluntad política de efectuar los cambios que anulenpaulatinamente este conjunto de problemas, lamentablemente éstos nohan podido pasar del discurso a la realidad. Por fortuna, uno de los aciertosde las reformas procesales en materia penal en Centroamérica fue introducirla noción de que un conflicto no se resuelve exclusivamente en la instanciajudicial, sino que puede repararse el daño (si éste no afectó el interés social)al margen del sistema, a fin de no saturarlo con pequeñeces; es decir, porla vía de la negociación y del arbitrio. Aun cuando la posibilidad ha quedadoabierta, es obvio que los tribunales de justicia no están lo suficientementepreparados para atender las demandas.

El mayor reparo que puede hacerse al sistema de justicia cen-troamericano es el de la ausencia de una política criminal que sintetice enun sólo proyecto –ajeno a las posturas y decisiones coyunturales de losgobiernos– una visión de la forma cómo los estados planifican prevenir,perseguir y castigar el crimen de acuerdo a los principios innovadores delderecho penal y del pleno respeto de los derechos humanos. Parafraseandoa Barrientos Pellecer, éste es otro “talón de Aquiles” de la democracia enCentroamérica: ni policías, ni jueces, ni abogados, han integrado sus tareasen función de una causa común. Sus gestiones transcurren más bienaisladas unas de la otras, sin la mayor comunicación ni el menor com-partimiento de planes y estrategias que, de efectuarse, le ahorrarían a lasociedad muchos problemas y, sobre todo, le aportarían al Estado unaimportantísima cuota de credibilidad.

La implementación de una carrera judicial permitiría la recuperaciónde uno de los espacios que han perdido el derecho y, por ende, los gobiernos:el sistema carcelario. En la actualidad, en Centroamérica, este apartadoconstituye una asignatura pendiente para la búsqueda de la democracia.

Los centros de reclusión existentes no pueden considerarse másque como espacios para la consolidación del crimen, una especie de círculovicioso inquebrantable que aumenta los peligros de la inseguridad a corto,mediano y a largo plazo. Además, muchas de las personas que seencuentran detenidas no han sido declaradas culpables por un tribunalcompetente; forman parte de esa categoría que algunos estudiosos delderecho penal han denominado “presos sin condena”, y que no es másque el resultado de la criminalización de la pobreza. Pareciera ser que hayprisa por llevar a la cárcel a cientos de miles de “peces chicos” cuando elgrueso de la criminalidad organizada no ha sido siquiera detectada. Esevidente la falta de criterio político para comenzar a reparar esta falla que,de postergarse por más tiempo, traerá consigo un posible colapso judicial.

El rezago en la administración de justicia abarca el campo de lainfancia. A pesar de los cambios en la materia que establece la Convenciónde Derechos del Niño, firmada en 1989, no ha podido pasarse del modelode la situación irregular –que prácticamente hace del menor infractor unconsumado delincuente– al modelo de la protección integral que otorga alniño su valor como persona y le confiere los derechos de los cuales essujeto. En Guatemala y El Salvador se han producido batallas infructuosaspor lograr dicho cambio jurídico. Habría que mencionar la especulación decarácter fundamentalista que ha manipulado la ignorancia popular,empañando la argumentación del debate. Al respecto, el aparato judicial

únicamente pone en práctica una creencia errónea de la sociedad: tratar alniño y al adolescente como objetos que carecen de derechos.

Para la instauración de una verdadera democracia se hace necesarioreestablecer la vigencia real de un Estado de Derecho, ligada alreforzamiento de la percepción de los ciudadanos sobre la legitimidad deese orden legal, de la necesidad del respeto a la norma como forma devida civilizada, y de la aceptación que éstas son, en definitiva, las mejoresgarantes del ejercicio democrático.

LA CORRUPCIÓN Y LA FALTA DE

TRANSPARENCIA EN LA SOCIEDAD Y EL

ESTADO

Una de las características más evidentes de las sociedades centroamericanasson los continuos escándalos que la prensa local destaca con relación al usoindebido de los recursos públicos. La corrupción y la falta de trasparencia demuchos funcionarios, de diferentes categorías, se relacionan con lo que seha señalado como una concepción patrimonial del Estado, percibido pormuchos gobernantes como un espacio en el cual el lucro personal y laoportunidad de hacer negocios con provecho propio es constante. Lasnociones del bien común y la del espíritu de servicio están ausentes de unamanera clara.

© Ricardo Ramírez Arriola

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Esta idea del Estado patrimonialista obedece, por una parte, a un rezagode la clase política con respecto a las formas procedimentales del actuarpúblico, y por la otra, a una atenuación de la frontera entre lo público y lo privadocomo conceptos y como espacios delimitados para la actuación diferenciadade personas-funcionarios con roles y objetivos distintos. Se dice que estaconfusión es propia de los tiempos modernos y uno de los tantos efectos deuna concepción neoliberal que privilegia lo individual y lo privado.

La corrupción en el Estado también tiene otras fuentes, dentro delas cuales se encuentra la inserción del crimen organizado internacional,cuyo principal exponente es el narcotráfico, pero no es el único: elcontrabando de armas, vehículos y madera es otro dominio que se encuentraestrechamente asociado. En el área encontramos ejemplos de estecomponente en varios niveles de la sociedad y el Estado. Es en Guatemaladonde se encuentra más desarrollada esta presencia, y la asociación confuncionarios estatales representa un verdadero peligro para la expansiónde estos ilícitos. Esta presencia incide no sólo en la deformación del perfilestatal, sino también, como es obvio, en un mayor descrédito de la política.

imposible pasar por alto algunos pronunciamientos efectuados por laSociedad Interamericana de Prensa –SIP– y por el Relator de la Organizaciónde Estados Americanos –OEA– con respecto a la libertad de expresión, quecoinciden en que la represión no ha dejado de acechar la labor periodística.Prueba de ello es el asesinato en Costa Rica y en Guatemala,respectivamente, de Parmenio Medina, el 7 de julio de 2001, y de MynorAlegría Armendáriz, el 5 de septiembre del mismo año. Ambos periodistas,aun cuando no se han aclarado los móviles de los crímenes, habíandenunciado casos de corrupción. En El Salvador, entretanto, en febrero de2001, los tribunales de justicia archivaron el caso de la locutora LorenaSaravia, asesinada en agosto de 1997 luego de denunciar anomalías en elgobierno salvadoreño del entonces presidente Armando Calderón Sol.

Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua son, en la actualidad,escenarios donde el nivel de crítica política se ha extendido a situacionesque en los años 80 hubiesen sido imposibles siquiera imaginar. Lacircunstancia costarricense es distinta: su tradición política ha ido de lamano con la libertad de opinión. Está claro que la revolución de lascomunicaciones tuvo un impacto en la naturaleza de la prensa. Por unlado, imprimió un alto nivel de velocidad en la generación de la información,que se tradujo en un amplio espectro de cobertura. Pero, por otro, esavelocidad, que pertenece al campo de la cantidad: periódicos, programasradiales o televisivos, revistas, etcétera, no encuentra una correspondenciacon la calidad de lo que se dice, comenta o critica. En una palabra, la

DECIR LO QUE SE PIENSA:UN REPASO DE LA LIBERTAD DE PRENSA

Sin duda, uno de los logros más relevantes del proceso democratizadorfue que los centroamericanos comprendiéramos la importancia de la libreemisión del pensamiento. Una democracia se funda en el disenso de laopinión, en la libertad de prensa y, necesariamente, en la actitud crítica delos ciudadanos con respecto al poder y a quienes lo ejercen.

El papel de la prensa en nuestras sociedades ha cobrado un primerplano por la importancia que ésta tiene en la elaboración de las agendaspúblicas y en las formas de expresión de la opinión de los ciudadanos.Mucho se ha avanzado en materia de opinión política en el área, sin embargo,el mayor peligro no es el reaparecimiento de la censura o de la intolerancia,sino la generación por parte de la propia prensa de percepciones o agendasque no corresponden totalmente a la realidad o que no la reflejan adecua-damente, convirtiéndose entonces en generadoras de conflictos o deopiniones ciudadanas que permean toda la sociedad política y que seajustan a motivaciones, a veces, muy sectoriales.

En Centroamérica este tema lleva un significado incuestionable, yaque sirve de parámetro para medir el grado de democracia existente.Durante y al final de los períodos autoritarios, caracterizados por el itinerariode guerras civiles y de la contrainsurgencia, la prensa desempeñó unafunción de denuncia permanente que fue reprimida con violencia. A pesarde que todavía no se han esclarecido algunos de los asesinatos deperiodistas –como el caso de la guatemalteca Irma Flaquer, los informadoressiguen siendo objeto de cierta coacción, que va desde la confrontaciónabierta con el poder político, pasando por la estrategia de la cooptación,5

hasta las amenazas provenientes de sectores que defienden interesesilegítimos y sectarios. Esto dicho desde una óptica general. Pero es

5 Aunque también ello sucede en los demás países centroamericanos, la administración delpresidente Alfonso Portillo en Guatemala, se caracterizó en un inicio por la incorporación deperiodistas al gabinete de gobierno, o bien al servicio exterior. © Ricardo Ramírez Arriola

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tecnología de punta de los mass media, característica de la globalización,no ha tenido un alcance correlativo en cuanto a la calidad de la informaciónque reproduce. La abundancia en el dominio de la prensa no ha sidosinónimo de pluralidad ni de incidencia total.

¿Puede caracterizarse una prensa centroamericana? La respuestaes ambigua: mientras las realidades o contextos sociopolíticos son cadavez más distintos, hay una especie de hilo conductor que no es difícil rastrear.Así, la prensa se nos presenta como sector que ha sido atravesado por laslógicas de la modernización empresarial y de la política. En el primer aspectopara bien; en el segundo es obvio que algunos medios de comunicaciónmantienen una actitud favorable al interés político. Esto no es de extrañar,recordemos que uno de los principales diarios de Honduras es propiedad,precisamente, del expresidente Carlos Flores.

Por otra parte, la prensa ha evolucionado en la ocupación de espaciosque no habían sido tradicionales, desde la televisión hasta internet. Noobstante, hay diferencias radicales: mientras la prensa televisiva de ElSalvador es audaz y está dotada de una saludable versatilidad, laguatemalteca es prácticamente inexistente. El control político de losnoticieros quedó al descubierto gracias a la polémica que sostuviera, através de los canales de televisión, el gobierno de Alfonso Portillo–específicamente el entonces ministro de Comunicación y Obras Públicas,Luis Rabbé– con la prensa escrita. La información manejada por losprogramas televisivos distaba de la verdad, y provenía de una mezcla deintereses políticos y empresariales, nacionales e internacionales.

Retomando la comparación con El Salvador, Guatemala no ha podidodesplegar un verdadero profesionalismo periodístico de tipo televisivo.Mencionamos el periodismo salvadoreño pensando en la insistente críticaque han desarrollado algunos periodistas como Mauricio Funes y otros.Igual situación se observa en Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Salvo enGuatemala, el estilo del talk-show va en aumento. La opción, con sersaludable, no deja de ser cuestionable. Así, por ejemplo, Roberto Turciosy Carlos Fernando Chamorro,6 dos reconocidos periodistas cen-troamericanos, opinan lo siguiente: “En El Salvador el papel de la prensaha sido muy positivo. Se vivió una transformación de una prensa pocoprofesional, poco independiente, muy preocupada por portarse bien anteel poder, a una prensa con mayor visión...”; mientras que Chamorro explicaque: “En los últimos años, la prensa se ha convertido en una de lasinstituciones más confiables de la sociedad... es la institución que realmenteestá fiscalizando al gobierno”. Como vemos, tanto para los salvadoreñoscomo para los nicaragüenses, el factor periodístico ha sido uno de losmotores más importantes de la democracia.

Para los hondureños, por otro lado, según Ramón Custodio, la prensaha desempeñado un papel positivo: “Con todos sus excesos, en Hondurasla prensa siempre tiene algo que decir... y eso ha generado confianza entrelos ciudadanos, porque la verdad, en general, no se queda sin ser dicha”.7

Lo mismo para los costarricenses, donde el uso de la libertad de opinión hasido una práctica histórica. Sin embargo, un agudo sociólogo nos previene:

“A veces el contenido de los noticieros de televisión y de radio, de losperiódicos, es de los más pobres, tanto desde el punto de vista periodísticocomo desde el punto de vista intelectual. A veces no hay sobre qué informary todo se convierte en nota roja. Hay un tratamiento amarillezco de lainformación... El periodismo de investigación se agota en ciertos nichos...Hay mediocridad.”8

La violencia política heredó un tejido social compuesto por una masade personas que tienden a la homogenización de sus gustos. La sensibilidady la inteligencia sociales fueron sustituidas por la búsqueda del escándalo,de la imaginería popular y del mercado. Aun así, sostenemos que la prensaha fortalecido la expectativa democrática de nuestras sociedades. Cabeesperar que el relevo generacional de los espacios sea aprovechado afavor de la democracia, porque el peligro ya no es en sí la amenaza queemana del poder, sino la propia mercantilización de los servicios de prensaque, si ceden a la tentación de vender por sobre todas las cosas, le habránrestado a sus sociedades los usos de la crítica, de la reflexión y de laconstrucción de ciudadanía desde la responsabilidad de informar y de serinformado.

El predominio del interés particular y empresarial, en detrimento delpapel orientador de carácter público de la prensa, es un peligro que hayque señalar. Este peligro es mayor en sociedades que, como las nuestras,no tienen un tejido social fuerte y carecen de una institucionalidad probada.En el plano político la prensa ha substituido en muchos casos a los partidospolíticos, en defecto de éstos, pero ello conlleva también el peligro delprotagonismo y de la mezcla de intereses en instituciones cuya misión esdistinta. En unas es servir de mediadoras para un proyecto político de losciudadanos, y en otras es informar y orientar a la opinión pública. Si todoesto se mezcla, el resultado puede ser la confusión o desorientación de laopinión, o la sumisión de lo público a versión particular. Lo anterior seexpresa muchas veces en un predominio del análisis coyuntural que haceque se pierda la perspectiva del largo plazo y de los grandes intereses delEstado. Esto último es un papel que nuestra prensa todavía no asumeplenamente.

Finalmente, no queda sino agregar que el rol desempeñado por laprensa centroamericana en los señalamientos de corrupción y malosmanejos de los distintos gobiernos del área ha sido algo positivo y deter-minante para avanzar en la creación de una nueva ética pública, que vienea ser una necesidad impostergable para el avance de la democracia ennuestros países.

Problemas como los ya señalados, tales como el patrimonialismodel Estado, la concepción privada de la gestión pública y sus problemasconcretos –la corrupción y las conexiones con el crimen organizadointernacionalmente, no son sino algunos aspectos de la nueva agenda dela globalidad, en los cuales el papel de la prensa ha sido más que deseable,en denunciarlos.

6 Entrevistas realizadas en mayo y agosto de 2000, en las ciudades de San Salvador y Managua.7 Entrevista a Ramón Custodio.

Nota: Las fotografías de Ricardo Ramírez Arriola fueron tomadas del libro Los que aquí estamos,publicado recientemente por el grupo editorial Porrúa, en México.

8 Entrevista a Abelardo Morales, San José de Costa Rica, mayo de 2000.

Publicación mensual de FLACSO Nueva época, Año II, No. 14, marzo de 2002 / 7

1987-2002:QUINCE AÑOS DE EXISTENCIA

DE LA FLACSO-GUATEMALA

De 1987 a la fecha, la FLACSO-Guatemala ha realizado 210 inves-tigaciones, publicado y reeditado más de 160 títulos, e impartido variosdiplomados y cursos superiores (en Relaciones Internacionales, Foresteríacomunitaria, Sociología ambiental, Liderazgo de jóvenes y mujeres mayas,entre otros). En colaboración con la Universidad Rafael Landívar ofrece unaMaestría en relaciones internacionales, y recientemente inició otra Maestríacentroamericana en ciencias sociales.

La Facultad Lati- noamericana deCiencias Sociales–FLACSO– es un or-ganismo internacio-nal, regional y autó-nomo, integrado porlos países latinoame-

ricanos y del Caribe parapromover la enseñanza e investigación de

las ciencias sociales, que se creó en 1957 ainiciativa de la UNESCO. En los 45 años transcurridos desde entonces, laFacultad cuenta con unidades académicas en diez países: Argentina, Brasil,Costa Rica, Cuba, Chile, El Salvador, Ecuador, Guatemala, México yRepública Dominicana. Constituye el programa regional más antiguo eintegrado de ciencias sociales en América Latina y el Caribe.

La FLACSO inició sus actividades en Guatemala en 1986 por iniciativade un grupo de profesores e investigadores de las universidades de SanCarlos y Rafael Landívar. En 1987, el Congreso de la República emitió elDecreto 96-87 por el que Guatemala se adhería al acuerdo constitutivo dela FLACSO, formalizando así las funciones académicas de la Facultad en

el país. En la actualidad realiza actividades de investigación, docencia yextensión en las siguientes áreas académicas:

Actividades

Investigación

Docencia (cursos, diplomados ymaestrías)

Extensión (foros, conferencias,publicaciones)

Áreas académicas

Estudios económicos

Estudios étnicos

Estudios de género y de juventud

Medio ambiente y desarrollo sostenible

Estudios de seguridad

Estudios urbanos, de población ymigraciones

A CINCO AÑOS DE LA FIRMA

DE LA PAZ EN GUATEMALA:UN BALANCE CRÍTICO

DEBATE 51188 PÁGS.

Q57.00CARLOS F. CHAMORRO

LUIS PÁSARA

ALBERTO FUENTES K.RAQUEL ZELAYA

RUBÉN ZAMORA

FRANCISCO LEAL BUITRAGO

EDELBERTO TORRES-RIVAS

Los siete ensayos que integran la publicación número 51 de estaserie debate, corresponden a las ponencias que sus diversosautores presentaron en el foro interno de FLACSO-Guatemalatitulado: “A cinco años de la firma de la paz en Guatemala: unbalance crítico”. El mismo se realizó a finales de noviembre de2001 en esta capital, y contó con el apoyo del International PeaceResearch Institute –PRIO– de Oslo. Al publicar estas sieteponencias, FLACSO-Guatemala espera reactivar la reflexión yel debate sobre el tema de la paz en Guatemala, y su abordajedesde perspectivas distintas de las que tradicionalmente se hanaplicado al mismo.

NoVEdaDeS

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NoVEdaDeS

LOS DESAFÍOS DE LA DEMOCRACIA

EN CENTROAMÉRICARENÉ POITEVIN

ALEXANDER SEQUÉN-MÓNCHEZ

164 PÁGS.

Próximas publicaciones

GÉNERO Y BIODIVERSIAD

EN COMUNIDADES INDÍGENAS

DE CENTROAMÉRICA374 PÁGS.

Este trabajo es el resultado de una preocupaciónpor estudiar la realidad centroamericana comoun todo. Desde luego, la tarea no fue fácil a causade la heterogeneidad que caracteriza a unconjunto de países cuyas dinámicas soncomplejas, debido a procesos históricos distintos.Precisamente, el examen de las diferenciaspermitió comprender y, en algunos casos,interpretar, aquellos rasgos y situaciones en lasque no existe más distinción que la que esta-blecen las fronteras.

La región centroamericana se caracteriza porcontener una alta biodiversidad producto de suprivilegiada posición como puente biogeográficoentre dos grandes masas continentales que leconfieren características propicias para la exis-tencia de una gran diversidad de genes, especiesy ecosistemas. Eso significa que en un espacioreducido, comparado con otras regiones delmundo, se presenten múltiples condicionesecológicas que hacen posible que algunasespecies hayan adquirido condiciones genéticaspara establecerse en diferentes pisos altitudinaleso regiones climáticas, como sucede con el maízo el frijol, por ejemplo.

Sin embargo, esa riqueza de biodiversidad nodepende sólo de las condiciones que le confierenlas características biogeográficas del área. Laexistencia de muchas especies, cultivadas o no,ha sido posible gracias a la intervención deli-

berada de las comunidades, que han encontrado en ellas motivos suficientes paraasegurar su reproducción y mejoramiento.

SER INDÍGENA EN CIUDAD DE GUATEMALA

MANUELA CAMUS396 PÁGS.

Ser indígena en Ciudad de Guatemala es unesfuerzo por reflejar la diversidad de formas enque deriva la identidad étnica en el ámbitocapitalino. Su protagonista es la deslegitimadapoblación indígena residente, que ha sidotachada como “contaminada”. Este acer-camiento a su vida, sus experiencias y suspalabras, pretende darle el espacio que se haganado y se merece con el reconocimiento dela indianización de la ciudad capital y de sussectores populares.

SEGURIDAD DEMOCRÁTICA EN GUATEMALABERNARDO ARÉVALO

PATRICIA GONZÁLEZ

MANOLO VELA

248 PÁGS.

Esta investigación discurre sobre los retosque representa el proceso de transformaciónde un Estado débil, autoritario y con crisisde seguridad interna, a un Estado de-mocrático en el que se reformule la anteriorDoctrina de la Seguridad Nacional –DSN–por de Seguridad Democrática.

Los autores nos presentan conceptos, ante-cedentes históricos, la evolución, diagnós-tico y debates de posguerra sobre SeguridadDemocrática.