Dolor y Memoria de España en el 2º aniversario de la muerte de José Antonio

8/14/2019 Dolor y Memoria de Espaa en el 2 aniversario de la muerte de Jos Antonio

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DOLOR Y MEMORIA DE ESPAA

LECCIONES DE JOS ANTONIO A LOS NIOS

Samuel Ros

Nios: hoy la leccin no es la de todos los das, hoy es la ms bella y conmovedoraleccin que podis escuchar... Estaros quietos y recogidos porque hoy podis alcanzartoda la ciencia en un instante si escuchis bien y aprendis mejor la leccin singular deJos Antonio Primo de Rivera.

Escuchad!

Habis perdido a vuestro hermano grande, pero podis recobrarlo en el amor a Espaa.

l est en las asignaturas que os hacen hombres para Espaa, particularmente en laGeografa e Historia de Espaa que l supo redimir del desmayo y la inercia para quevosotros jugaseis -con l por Capitn- al juego ms ambicioso y gallardo que puede

jugar un espaol de todos los tiempos: el juego de hacer Una, Grande y Libre a Espaa.

Capitn de vuestros juegos y Maestro de vuestro esfuerzo, Jos Antonio quiso la tierrade Espaa como un jardn ancho y hermoso, con sol de verdad para vuestras vidas y conluna de ensueo para vuestros anhelos. Quiso la tierra de Espaa con ros morosos queos enseasen el camino del cielo, y con bosques espesos y rumorosos donde el viento

pusiera la msica de vuestras canciones... y quiso la Historia de Espaa como un juegode espaoles que al jugar hiciesen la historia rigurosa y trascendente, justa y esforzada,

para que los mejores tuviesen jerarqua de Capitn.

Nios: all donde veis la Geografa de Espaa est Jos Antonio, vuestro hermanogrande. Est lo mismo en el puado de tierra que ser flor, que en la nube de cielo quefue mar. Est lo mismo en el taller que en la iglesia, lo mismo en el campamento que envuestro hogar. All donde est Espaa, para tocarla con vuestras manos, para verla comovuestros ojos o para adivinarla con vuestra inteligencia, all est y estar siempre vivo y

presente Jos Antonio.

Tambin en la historia escrita -que es el juego de los espaoles de otros tiempos-

encontraris la imagen de vuestro Capitn. La encontraris en el minuto del triunfo y enel siglo de desvelo; en el grito de conquista y la oracin de victoria; en el ardor deltrabajo y en la alegra del descanso; en la angustia de la lucha y la voluntad del premio yen la hermandad de la empresa. All donde est la Historia de Espaa, para admirarle ensu grandeza est vuestro Capitn Jos Antonio, y de all donde est la Historia deEspaa, para compadecerla por las traiciones ajenas o por los propios desmayos, allest tambin el dolor de vuestro Hermano Grande y est con su tesn alerta de nio-hombre para cambiar, cuando haga falta, el mal juego de abandono y derrota en buen

juego de fervor y victoria.

Nios! Todo lo podis olvidar, en la vacacin y el recreo, todo menos Jos Antonio,

porque l es Espaa misma con su Geografa y su Historia, porqu l es vuestro

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Capitn, en este juego que tenis vosotros la fortuna de hacer, al poner hoy viva y enmarcha la Historia de Espaa.

Un da Jos Antonio dej su casa, donde todo era bueno y amable, donde haba para lcalor y caricias... dej su casa para salir a la calle, donde haca fro, fro de odio y un

fro peor de indiferencia. No tena ms disciplina que la recta disciplina de suconciencia dispuesta a salvar a Espaa. Iba en llamas de rebelda contra todo loestablecido porque lo establecido desintegraba y deshonraba a Espaa.

Fue Jos Antonio en busca de las malas compaas, porque mientras ciertas gentesegostas despreciaban a las malas compaas, l las quera, a condicin de hacerlas

buenas, y saba bien que la nica forma de hacerlas buenas para los hombres, paraEspaa y para Dios era la de llegar hasta ellas mismas y conquistarlas por el amor, porla razn o por la fuerza. Fue Jos Antonio, con slo su nombre, quien tantos ttulos pudoostentar, y fue con slo su camisa azul, la primera camisa azul donde la jerarqua noestaba bordada, porque tena que ser el propio corazn de Jos Antonio el que la

abordase, hacindose antes el primer corazn espaol.

Fue vuestro Capitn y Maestro por pueblos y campos de Espaa para aprender y ensearsu leccin. Clav los pies de la tierra de Espaa con tal firmeza y coraje que se sinticomo unido por races a la tierra de Espaa y levant tanto su frente a los cielos deEspaa que se sinti coronado con fulgores de elegido, como Hroe de los altos cielosde Espaa.

Gran leccin sta que fue a aprender y a ensear vuestro Hermano Grande!... Granleccin sta que vosotros debis aprender hoy para ensearla maana!... y la debisensear con la misma disciplina en la conciencia y en las jerarquas establecidas por l y

por Franco, con la misma intransigencia que l tuvo, ante los demonios que pretendanseguir desintegrando y deshonrando a Espaa.

Jos Antonio, despus de hundir sus pies en la tierra y despus de hundir su cabeza en elcielo, dijo las primeras palabras de la revelacin... Fueron palabras de amor y palabrasde destino comn a todos los espaoles de la clase que fuesen y a todas las tierras deEspaa de las provincias que fuesen... porque en aquellos tiempos nios! ni loshombres podan ser hombres, ni los espaoles podan ser espaoles... tampoco lossoldados podan ser soldados ni los ingenieros ingenieros, ni los mdicos mdicos, nilos abogados abogados... ni siquiera, nios, fijaros bien, ni siquiera los nios podan ser

nios.Un grupo de camaradas surgi y se levant ante las palabras mgicas de vuestro Capitny Maestro. Fueron los primeros y mejores. Fueron las voces vivas que habanaprendido la leccin y la iban a multiplicar por los caminos de Espaa y por los caminosdel universo.

Muchos de aquellos camaradas de Jos Antonio y vuestros, cayeron abriendo camino asu jefe hacia la gloria. En el momento de morir eran santos y sabios. Santos porque lagenerosidad de su sangre habra a sus almas la puerta ms ancha y luminosa del Cielo, ysabios porque con ser tan sencillo haban aprendido las palabras ms difciles, ms

justas y precisas, aquellas palabras que necesitaba saber un joven espaol de aquellos

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tiempos que ambicionase la sabidura. Eran estas dos palabras, que encerraban yencierran en s toda la ciencia: Arriba Espaa.

El odio sigue los pasos de Jos Antonio, los sigui como un lobo feroz y hambrientoporque l era el amor y en su presencia todo renaca y se recobraba, todo se ordenaba...

y el lobo, que estaba acostumbrado al festn de la muerte, del abandono y el desorden,afil sus uas y perfil su saa para ir y matar al que haba nacido nuestro Salvador, alque era luz y verdad, al que abra todos los caminos para que nuestra Geografa fuese

bella y para que nuestra Historia fuese grande.

Fue el odio quien encarcel a Jos Antonio, a vuestro Capitn y Maestro, a vuestroHermano Grande, fue el odio quien encarcel al que haba aprendido y enseado laleccin mejor, al que hoy es leccin misma para vosotros.

Quien pudo tener los ms hermosos palacios prefiri la crcel, quien haba sembrado lasmejores miradas de comprensin fue mirado con las peores miradas de incomprensin.

El corazn de Jos Antonio se ensancha en la crcel, se ensancha tanto como Espaamismo y an rebas los lmites de Espaa con afn de Imperio. Era Jos Antonio en lacrcel como Espaa misma, cargado de dolores y de destino... y cuando ya estaba aqurecogido su corazn por nuestro Caudillo Franco, estallando su corazn en los gritosredentores y elevndose cada maana con el sol de nuestro glorioso e inmortalamanecer, all, en la otra Espaa que hoy es sombra y maana ser luz all, no loolvidis, todas las fuerzas de la anti-Espaa, todas juntas, inconscientes y malditas ycobardes mataron a vuestro Jefe, a vuestro Capitn, a vuestro Maestro, a vuestroHermano Grande.

Tena Jos Antonio treinta aos, un cuerpo noble y gallardo donde la sangre era feliz yse redima de las miserias de los hombres y tena un alma generosa, que subi a losluceros con sus ojos para continuar mirando desde all a Espaa con el mismo desvelo yla misma exigencia con que siempre la haba mirado.

Jos Antonio no ha muerto, nios; no ha muerto si queris vosotros que crezca envosotros y que se multiplique cada da en cada espaol que nace... Jos Antonio es unaleccin viva que nunca debis olvidar. Cuidad bien, nios, de sacar hoy el mejor omayor provecho de esta eleccin, porque, ya lo osteis, todo lo podis olvidar en lavacacin y el recreo, todo menos esta leccin de Jos Antonio, que aunque hoy empieza

pasa a ser infinita.Cuidad bien de que en el ltimo examen, en el examen definitivo de vuestras vidas,

podis superar la leccin que escuchis, esta leccin de Jos Antonio que no es letrasino accin, la accin viva y caliente que deben ser nuestras propias vidas con la gua ynorma de fidelidad a quien fue vuestro Capitn y Maestro, a quien fue el ms bellohroe que vieron los hombres y que acompaaron los ngeles.

Nios!, no lloris hacia fuera, porque l no llor nunca sino hacia dentro de s mismo,como buscando en su pena, como buscando en la aridez de su escondido llanto, lasonrisa clara y feliz que nos ofreci a todos los espaoles para enamorarnos de nuestro

destino.

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Nios!, no lloris, porque l no quera, pero meditad en l. Tened sed de Jos Antonioy ser como la fuente, que se bebe a s misma para devolver el agua.

Meditad en Jos Antonio para que vuestra meditacin devuelva en vosotros mismos ypara Espaa al Hermano Grande que habis perdido.

Nios!, un da os encontraris hombres, hombres de Espaa al servicio de Espaa yentonces gozaris de una alegra que vuestros mayores no pudieron gozar, la benditaalegra de miraros como hermanos todos los espaoles que crecisteis juntos.

Cuando la vida abra en abanico el grupo que hoy formis, os encontraris distantes unosde otros, os encontraris situados en mltiples direcciones pero tened la seguridad deque todas sern direcciones al servicio de Espaa y desde cualquiera de ellas podismirar a los que estn en la direccin de enfrente como aquellos que os completan...

Podis mirar a los otros espaoles, estn donde estn y sean quienes sean como

camaradas, para acompaar vuestra soledad de hombres y para compartir la carga devuestro dolor o de vuestra alegra, cuando la carga, triste o gozosa, se haga excesiva

para vuestros hombros.

No lo olvidis!, porque existi Jos Antonio, existe y existir una Espaa dondepodris miraros sin rencor los unos a nosotros; donde la Universidad ser como un tallery la ciudad como el campo; donde todo y todos sean envueltos por la misma msica queconvierta en coro acorde el acento peculiar de vuestra misin y de vuestro trabajo.

Nios!, hoy no es da de llorar, sino de pensar profundamente, adelantando vuestracabeza a la edad, para que templis vuestra alma y fundis vuestro cuerpo en el mismotemple y moldes que hizo Jos Antonio vuestro Capitn en el juego espaol, vuestroMaestro en el esfuerzo espaol y vuestro Hermano en la sangre espaola.

Sed valientes porque fue valiente Jos Antonio!

Sed alegres porque fue alegre Jos Antonio!

Sed generosos porque fue generoso Jos Antonio!

Y Sed constantes en el valor, en la alegra y en la generosidad, porque fue constante en

el valor, en la alegra y en la generosidad Jos Antonio!

Vivid como vivi Jos Antonio y para lo que vivi Jos Antonio, y morir como muriJos Antonio y para lo que muri Jos Antonio.

Vuestro Caudillo, Franco, os promete una eterna presencia en eterna primavera devuestro Hermano Grande, de vuestro Capitn y de vuestro Maestro, pero vosotros tenisque demostrar que la merecis... debis demostrar que sois capaces de haceros hombresde un golpe para defender a Jos Antonio.

Unid vuestros gritos y haced graves vuestros gritos en esta fecha que nace para no

perecer, en esta leccin que empieza para no terminar.

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Franco! Franco! Franco!

Arriba Espaa!

Jos Antonio Primo de Rivera: Presente!

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LECCIONES DE JOS ANTONIO

A LOS OBREROS ESPAOLES

Pedro Lan Entralgo

Camaradas: Detened por unos minutos el duro trabajo de vuestras manos; detenedlo yod, porque hace dos aos mataron en Alicante a un hombre que se llamaba JosAntonio Primo de Rivera.

Seguramente, ninguno de vosotros lo conoca. Muchos, ni siquiera habis odo hablar del hasta que, con la guerra, se derram la Falange por toda la tierra de Espaa. Algunos,

tal vez, todava conservis en vuestros odos el recuerdo de cuando le llamaban "seorito fascista " o " representante del capitalismo " por quienes decan hablar ennombre de la conciencia proletaria. A todos van dirigidas estas palabras: a los que no leconocais y a los que osteis palabras de odio contra l. Slo se os pide una cosa quevosotros, obreros espaoles, no podis negar nunca: escuchar con silencio y con respetolo que fue para Espaa y para vosotros un hombre que consagr su vida, hasta darlaentera, por un ideal alto y profundo.

Le osteis llamar " seorito fascista ". Recordis lo que con estas palabras se pretendadespertar en vosotros, cuando los que se decan vuestros jefes las pronunciaban? "Seorito fascista " es el que no trabaja, el enemigo del obrero, el que trata de paralizar larevolucin proletaria para continuar su vida cmoda y sus lucrativos negocios.Recordis, camaradas? Cuntos hermanos vuestros y nuestros empuaron las pistolasen aquel Madrid de los aos 35 y 36, cuando los mejores hombres de Jos Antoniovendan su peridico o gritaban sus consignas! Pero lo que no habis sabido nunca es lacontestacin que l dio a estos ataques, no slo como hombre entero y generoso, sinocomo jefe de una organizacin poltica. Od sus palabras, copiadas a la letra de las quel escribi por su mano: Los obreros son sangre y suero de Espaa, son parte de losnuestros. No les creis enemigos aunque griten contra nosotros, aunque nos apedreen,aunque sean capaces de disparar contra nosotros. No, camaradas, no son enemigos todoslos que os miran con malos ojos cuando voceis nuestro peridico, cuando reparts

nuestras hojas. Son parte misma de nuestra Falange." Llegar un da en que todos los espaoles nos abracemos con sincera emocin; un daa partir del cual ya no caern ms muertos, ya no habr ms luchas, ya no habr ms

partidos. Ese da veris, camaradas, cmo todos los que ahora consideris enemigoslevantan su brazo en signo de amor, en signo de Imperio, y tambin veris como esefrente rojo -ese poeta revolucionario, ese chulito comunista, ese banquero socialista-huye otra vez a sus antiguos menesteres de vicio, podredumbre y degeneracin. "

Para nosotros era el amor y la esperanza, aunque con odio momentneo algn obrerofuese capaz de disparar su pistola con nimo de herir. El desprecio y la lucha violenta

no podan dirigirse contra el albail o el pen, que dejaban en casa muchas veces unafamilia honrada o tal vez la triste rabia de un mes sin trabajo; el desprecio y la lucha

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iban contra el escritorcillo comunista que se dedicaba a hablaros de Lenin desde suconfortable redaccin de peridico, o desde el caf burgus; o contra el banquerocapitalista y amigo de Prieto, que con la red de sus empresas annimas hurtaba toda

presencia y todo dolor propios de su negocio; el mismo que te trataba como un nmeroen la fbrica o en el taller. No, camarada: Jos Antonio vino a la poltica de Espaa para

ensear a todos que el obrero es, simplemente, un hombre y un espaol. Por ser unhombre necesita una vida decorosa y digna que le libere de servir como esclavo acualquier tinglado capitalista de los que trajo como consecuencia el liberalismoeconmico y convirtieron a los obreros en un rebao injustamente asalariado, o acualquier tinglado comunista de los que ha trado como consecuencia el socialismo deMarx y Lenin, y ha convertido al obrero, cuando ms, en la mquina con ambicin y sinesperanza que es el " stajanovista ". Por ser un espaol, tiene que rehusar la revolucininternacional que le brinda el socialismo y la revolucin comunista que le ofrece elimperio sovitico; porque su misin est en hacer una revolucin ms nueva y mshonda, ms alegre y ms humana, ms justa y ms entera: la "Revolucin NacionalEspaola".

Quin nos dijo que Jos Antonio y sus hombres eran asalariados del capitalismo o queluchaban por las calles o por las serranas como la avanzadilla tctica del capitalantirrevolucionario? Es seguro que ninguno de vosotros conoca estas palabras

promulgadas por la mano y el corazn de Jos Antonio como norma, primero de sushombres y ahora -por decisin alta e irrevocable del Caudillo Franco- para todas lasgentes y para todos los aos de Espaa. He aqu las palabras de Jos Antonio, quecuantos vestimos camisa azul hacemos nuestra ley:

"Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares,deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes,

propicias a la miseria y a la desesperacin. "

Esto, camaradas, no es retrica ni afn de engao; no es una falsa bandera para atraerincautos ni una tctica nueva del propio capitalismo. No recordis quines eran losenemigos de Jos Antonio y de la Falange antes de la guerra? Por un lado, es cierto, lasorganizaciones llamadas proletarias, dentro de las cuales unos jefes a cubiertoempujaban a la huelga o al atentado a gente humilde que slo encontraba como fruto un

balazo o un arresto. Pero, por el otro lado, estaba aquel capitalismo torpe y sucio de losradicales o aquella enemiga sorda de las derechas, que vean a Jos Antonio comoadversario de su tranquilidad y de su lucro, y le condenaban al silencio de sus

peridicos o clausuraban sus centros cuando gobernaron con la C.E.D.A.El jefe socialista era enemigo suyo: saba que Jos Antonio predicaba una revolucinnueva, que recoga cuanto de bueno pudieran tener las reivindicaciones materiales delmarxismo y le privaba de su desarraigo humano y patrio; esa revolucin por la cual elobrero pasa a ser un pen en la mquina fra del Estado y un nmero sin color, niambicin, ni alegra que pueda llamar de veras suya, sobre el llanto inmenso del mundo.El jefe derechista, por el contrario, hablaba mucho de patria, familia, religin; tenasiempre en la boca conceptos sagrados y solemnes, pero se desentenda de ladesesperacin del paro forzoso, y de las noches sin lumbre ni intimidad del arrabal, yde la inmensa tristeza resignada del campesino encorvado sobre surco ajeno; ese jefe

derechista era tambin enemigo de Jos Antonio porque tema la Revolucin decidida,joven y alegre que Jos Antonio proclam. Cuntos de vosotros habrais quedado sin

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formar en sus filas de haber sabido antes que Jos Antonio os llamaba simplemente paraconvertir vuestro sindicalismo en nacional y vuestra Revolucin en Espaola? Yo osaseguro que cuantos sents honradez y hombra en el fondo de vuestro corazn hubieseisestado entre sus hombres y habis de estarlo con los que ahora continan en espritu ydisciplina, bajo el mando del Caudillo, la obra que comenz. Vosotros sabis acaso que

Jos Antonio fue juzgado en Alicante; lo que sin duda no os ha dicho nadie es esto quel mismo cuenta en su testamento:

"Ayer, por ltima vez, expliqu ante el Tribunal que me juzgaba lo que es la Falange.Como en tantas ocasiones, repas y aduje los viejos textos de nuestra doctrina familiar.Una vez ms observ que muchsimas caras al principio hostiles se iluminaban primerocon el asombro y luego con la simpata. En sus rasgos me apareca leer esta frase: " Sihubisemos sabido que era esto, no estaramos aqu! " Y ciertamente, no hubiramosestado all, ni yo ante un Tribunal popular ni otros matndose por los campos deEspaa. No era ya, sin embargo, la hora de evitar esto y yo me limit a retribuir lalealtad y la valenta de mis entraables camaradas, ganando para ellos la atencin

respetuosa de sus enemigos. "

Y ms todava estarais con l y con su doctrina, de haber vivido como obreros en elotro campo. Qu ha sucedido en la zona roja, donde se os prometa el triunfo completode la revolucin proletaria, y con ella el de todas las posibles reivindicaciones obreras?Mirad: las organizaciones de la C.N.T. han sido deshechas y sus jefes cazados comomalhechores -Os acordis de Pasajes, de Arnedo, de Casas Viejas, de Fgols?- por losmismos guardias de Asalto del capitalismo republicano, sobre el asfalto de las calles deBarcelona; el P.O.U.M. ha sido materialmente aniquilado y sus hombres juzgados porlos tribunales de Negrn con la misma saa que si fuesen " fascistas "; los gruposcomunistas arrastran por los ministerios su descontento de ver que el gobierno dirigems sus miradas a la burguesa Francia que a la prometida Rusia; los socialistas puroscontemplan a Largo Caballero, desplazado y perseguido, y las juventudes unificadasempujadas hacia el frente por unos dirigentes a quienes molestan; y, mientras tanto, enlos pueblos, en las casas humildes de la ciudad, en todas partes, el hambre, la miseria yla desesperacin, las colas para conseguir unos gramos de pan y los precios fabulosos,

para los que ningn jornal basta.

All, en la zona roja, ha fracasado la revolucin que llamaban proletaria. Nosotros, losnacionalsindicalistas que seguimos a Jos Antonio y a Franco, apenas hemoscomenzado la nuestra. A ella nos llamamos con el mismo fervor hondo del que muri, y

con toda la fuerza militar del que ahora nos manda. Hemos de ir todos juntos hacia lagrandeza de Espaa, por la cual sern libres y fuertes todos los espaoles: obreros yestudiantes, combatientes y campesinos. Lo mismo que hace tres aos gritaba laFalange:

"Basta de izquierdas y derechas. Basta de egosmos capitalistas y de indisciplinaproletaria. Ya es hora de que Espaa unida, fuerte y resuelta, recobre el timn de susgrandes destinos. Eso quiere y para eso os llama a todos la Falange Espaola de lasJ.O.N.S. Estudiantes, campesinos, labradores, trabajadores, gentes mozas de cuerpo yespritu: desdead los llamamientos que os lanzan desde un lado el odio y desde otrolado el egosmo y la pereza; agrupaos bajo nuestra bandera, que es la bandera liberadora

de la revolucin nacionalsindicalista."

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Cuando la guerra acabe y vengan de los frentes nuestros camaradas; cuando lleguen anuestro campo los hombres honrados que equivocadamente luchan en el otro; cuandodesaparezcan para siempre la lucha torpe y suicida de lo que el liberalismo llamderechas e izquierdas, entonces se abrirn nuestros ojos a la luz que en aos anterioreshaba empeo en ocultaros. No os queremos marxistas, porque nuestra Revolucin ha

de ser espaola y no rusa; pero mucho menos os queremos domesticados, sin vigor nirabia. Os queremos segn el espritu de esto que escribi Jos Antonio:

"El socialismo quiere ser materialista y cae casi siempre en un espiritual misticismoconfuso y delirante. Las derechas acumulan todas las seales de un espiritualismoaparencial, hablando de la religin, la tradicin, la patria o la familia, peroespiritualismo huye por tortuosos caminos materialistas y capitalistas, con su secuela deegosmo y corrupcin moral. Las derechas que quieren ser espiritualistas y caen casisiempre en un materialismo, en un egosmo obtuso y bajo. Las izquierdas en general sonel error, y las derechas la falsificacin. Las izquierdas se valen de grandes mentiras paradefender el gran fondo de verdad y justicia que se opone a las injusticias sociales; las

derechas se valen de grandes verdades para defender el gran fondo de mentira einjusticia que se opone a la verdad y justicia sociales. "

Os llamamos en nombre de Jos Antonio el que muri sin que le conocierais, y deFranco, el que os ha prometido ganar la misma revolucin nacional. Venid a nosotroscon el mismo vigor revolucionario de siempre. Para vencer para siempre el capitalismoliberal, ahora que se vence en el campo de batalla al marxismo internacional ydeshumanizado, os llamamos a nuestras filas. Para que juntos obreros y campesinos,estudiantes y soldados, para que todos los hombres jvenes de Espaa podamos hacerlagrande y libre, gritad conmigo:

Por la Patria, el Pan y la Justicia!

Arriba el Caudillo!

Arriba Espaa!

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LECCIONES DE JOS ANTONIO

JOS ANTONIO Y EL CAMPO

Antonio Tovar

Hoy hace dos aos, Jos Antonio Primo de Rivera caa atravesado por las balas delcobarde pelotn de ejecucin rojo.

Al conmemorar hoy con luto nacional su muerte, queremos que tengan vida, y vidacontinuada y operante, sus consignas, a sus rdenes. Porque las consignas de JosAntonio le eran dictadas por la ms grande generosidad, por el ms profundo amor a

Espaa. Y sera la mayor de las tragedias que estas consignas, que estas rdenes derevolucin nacional, de liberacin de Espaa, se perdiesen. Porque entonces otra vezEspaa se metera en un camino de siglos de inutilidad, de cobarda, de renuncia, desumisin.

El testamento poltico de Jos Antonio es el de nuestra guerra, el de nuestra revolucin.Vosotros, campesinos, labradores espaoles, llevis sobre las espaldas demasiado pesode incomodidades, de abandonos, de desventajas. Vosotros, obreros del campo, habissido mil veces engaados por los dirigentes marxistas, que en ltimo caso a quien tenaninters en favorecer era a su clientela electoral en las ciudades, a esos obreros queganaban jornales de tres, de cuatro veces los vuestros y que trabajaban mal ocho horas.Vosotros, labradores, que tenis una pequea labranza, habis sido mil veces explotados

por los caciques y los usureros, que tambin tenan su clientela electoral a quinfavorecer y que os esperaban en Madrid junto al gobernador de la capital para que lesllevaseis vuestro tributo a costa de alguna migaja de mentido favor que os arrojaban.Vosotros, todos, obreros y patronos del campo, erais las vctimas del capitalismo

bancario, que se cobraba un inters superior al de la renta de la tierra, de un Estado quecobraba las contribuciones pero os daba mala o ninguna escuela para vuestros hijos, nose preocupaba de que las plagas del campo destruyesen vuestra cosecha vuestras vias ovuestros rboles, no se acordaba de las aldeas y los pueblos para hacer llegar a ellos lasventajas de las ciudades, absorba para la vida proletaria de los bares de la ciudad a los

mejores hijos del campo...Entre vosotros, campesinos, estn aquellos de los que Jos Antonio dijo que " tenanhambre de siglos ".

Y para cumplir el testamento de Jos Antonio, para que la guerra donde han muertotantos espaoles labradores y campesinos no se pierda, para que la victoria de Franco,nuestro Caudillo, no sea intil y estril, tenemos, labradores de Espaa, que conservar yuna tras otra ir aplicando las consignas de Jos Antonio.

A cuento de esto viene esta leccin de aniversario sobre Jos Antonio y el campo.

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Cuando Jos Antonio funda la Falange, desde los primeros das comenz a predicar enel campo. Pero no con tono de grandes voces y grandes promesas que ha sido siempre elhablar de los polticos ante la gente del campo. Jos Antonio tena demasiada vergenza

para hacer promesas que no se pudieran cumplir. Jos Antonio hablaba clara ysencillamente en los pueblos de Espaa. Abri su corazn y comunicaba a la gente del

campo sus preocupaciones, los mismos temas de sus grandes discursos en las ciudades.

Porque saba que no bastaba con hablar en Madrid, ni en las dems capitales espaolas.Jos Antonio fue el que dijo " el campo es Espaa ". Y mientras otros polticos osdespreciaban o se limitaban a traficar agrariamente con vuestros intereses, Jos Antoniohablaba en Carpio de Tajo, en Trujillo o en Tordesillas, porque saba que a quien msinteresaba el destino de la Patria era a vosotros, labradores de la tierra, porque tena laconciencia de que el verdadero primer personaje de la poltica espaola, el cultivador dela tierra, se esconda aqu, en los pueblos y en las aldeas.

Jos Antonio se haba entregado al campo y saba comprender esa desesperacin de los

labradores de Espaa, que se han visto siempre abandonados y burlados por lospolticos. Jos Antonio se avergonz una vez de llegar con un buen automvil y un buenabrigo a una de las aldeas espaolas donde la miseria domina.

Y porque sinti esta vergenza, era capaz de amar como nadie a los labradores y a loscampesinos de Espaa. Y por eso pudo decirles con sinceridad que si no cumpla laFalange su promesa de elevar la vida del campo, que cogieran los campesinos su mejorsoga, se la atasen al cuello y colgado de un olivo le tirasen de los pies.

Pues Jos Antonio se haba entregado con tal decisin a su obra, que saba que nosaldra de ella vivo. Y poda decir sinceramente estas cosas sencillas, mientras los cucosesperaban, esperaban, como esperan an.

Por eso, campesinos, labradores de Espaa, queremos una vez ms repetiros lasconsignas de la revolucin nacionalsindicalista prometida por Jos Antonio Primo deRivera y asegurada al precio enorme de su vida.

Repasemos los artculos, los discursos, los peridicos, los papeles de Jos Antonio. Y detodo ello sacamos no un programa agrario, no una serie de soluciones concretas, no unartculo atractivo para cazar incautos. De todos ellos queremos que vosotros, labradoresde Espaa, campesinos de Espaa, saquis doctrina para vuestras reclamaciones,

enseanza para vuestro camino, hasta que lleguis a ocupar en la patria el puesto que oscorresponde.

Sentimos nosotros el mismo rubor que una vez sintiera Jos Antonio de verse bienabrigado y en automvil mientras aquellos campesinos se quedaban en una aldeahrrida, sin luz, sin escuela, sin iglesia, sin nada de lo que sirve para enriquecer unavida. Y porque sentimos este rubor no vamos a exhibiros el programa de Jos Antonio

para engaaros una vez ms. Hablamos aqu para que sepis lo que podis exigir y loque debis exigir.

Slo as se har la revolucin nacionalsindicalista.

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Jos Antonio arranc la triste verdad de la Espaa republicana. Jos Antonio seencontr con que el pueblo espaol llevaba mucho tiempo esperando su revolucin, conque el 14 de abril fue una gran estafa de la que se aprovecharon elementos que tenansobre s un pasado turbio, vergonzoso y traidor.

Jos Antonio tena que estar contra los dos bienios. Contra el bienio criminalsocialazaista, que prometi una reforma agraria y lo nico que hizo, mientrasimportaba trigo extranjero, fue una burocracia y un Instituto de reforma compuesto deabogados. Y contra el bienio estpido de los radicocedistas, que negaron la necesidad dela revolucin y no vieron venir en medio del tedio y de la torpeza de sus das degobierno, la catstrofe de 1.936, que iba a llevarse la vida de Jos Antonio, como iba allevarse la de tantos hijos vuestros, la de tantos hijos de los campos de Espaa.

Jos Antonio vena contra todos. Contra los tinglados de la poltica parlamentaria dederechas e izquierdas, de republicanos y monrquicos. Contra reformas agrarias ycontra los agrarios sin reforma.

Y ah queda su sentido humano de los problemas del campo, para que vosotros, loslabradores, exijis y vigilis que estas consignas se cumplan. Nada de acudir a los

polticos, nada de esperar las cosas de las capitales, nada de suplicar humildemente paraque los polticos se ran de vosotros, la era de los caciques del campo ha terminado.Vosotros debis ser fuertes. La poca de los sindicatos de caciques de derecha y decaciques marxistas ha terminado. Los sindicatos del campo habrn de organizarse por smismos como elementos creadores y productores, no como instrumentos de agresinmarxista o de defensa caciquil.

Jos Antonio, en 1.935, dijo: " El campo es Espaa; el que en el campo espaol seimpongan unas condiciones de vida intolerable a la humanidad labradora en su contornoespaol, no es slo un problema econmico; es un problema entero, religioso y moral...

por eso es monstruoso que quienes se defienden contra la reforma agraria aleguen solottulos de derecho patrimonial, como si los de enfrente, los que reclaman desde suhambre de siglos, slo esperasen a una posesin patrimonial y no a la ntegra

posibilidad de vivir como seres religiosos y humanos."

Y de cerca inspiradas en estas palabras son las pginas de una especie de manifiesto queapareci el mismo ao en el semanario de Falange Arriba, en las que se seala un "Esquema de una poltica de aldea ".

A este manifiesto corresponden estos prrafos, que vamos a repetir:

"Las "grandes capitales" y "los grandes capitales" -superurbanismo y gran capitalismo-siguen siendo los enemigos de la humanidad labradora. El labrador se jugaba conesfuerzo heroico su cosecha a las vueltas del tiempo en la rueda del ao. Pero en estaruleta de las cuatro estaciones, en este tablero al cual pone su vida el labrador, la ciudady la Banca tienen los ceros. El campo es una vctima de los favores de la ciudad y de laBanca. La mayor parte de la riqueza espaola y de las fuerzas de resistencia contra lacrisis, vienen del trabajo campesino. Luego la riqueza espaola se reparte con una

prodigalidad suicida en las ciudades y con una usura suicida en el campo."

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... "Pero, ni siquiera en esta poltica agraria, buena y completa, que realizaremos, seagotar nuestro desvelo por la humanidad labradora, en su humana totalidad hacia launidad de destino, porque sta no se agota en problemas tcnicos, administrativos yfinancieros."

... "En el estado nuestro habr una Carta de las aldeas y pueblos campesinos, una CartaPuebla de las gentes labradoras de Espaa.

"Y all se empezar por algo que no nos compete del todo a nosotros, al Estado; perotambin por algo que el Estado debe regular en su libertad y ayudar en su dignidad yesplendor. En realidad se empezar por la ayuda de Dios, con la organizacin delmundo moral, por la elevacin del orden religioso. Es necesario que el centro espiritualde la idea sea la parroquia, como rgano supremo de su moralidad. Defenderemos las

parroquias de aldea con ms tesn que las Universidades. "

... "Tras el robustecimiento de la parroquia viene la reforma de la escuela, y de la

escuela con Cristo, que debe ser el enlace cordial e intelectual, de la moral y la culturaciviles con la moral y la cultura de la iglesia.

"Esta escuela de la aldea reformada, elevada a un alto sentido moderno y de vuelta a unalto sentido tradicional, se prolonga en organizaciones de tipo premilitar y deportivo,con un complemento de cultura de la juventud. La radio y el cine y las misionesambulantes de cultura completarn y facilitarn esos objetivos.

La educacin premilitar acaba en una restauracin de las milicias campesinas, queform en su da Cisneros y que en nuestras aldeas se compondrn de la juventud

premilitar (antes del paso por los cuarteles) y de los veteranos (despus del paso por loscuarteles). No slo se har esto por incremento de la potencia de la Patria, sino por sualta funcin educativa."

... "Ni en eso acabar la poltica de la aldea. Har falta adems, entre otras cosas, unafuerte ofensiva de sanidad y particularmente una poltica del nio, una poltica deinfancia."

... "Entonces tendremos la aldea de Falange."

Esta aldea, con religin, cultura, milicia, trabajo y salud, ser la base de la grandeza de

Espaa el ms sano fundamento de la libertad nacional, la seguridad de permanencia enla poltica nacionalsindicalista. Y no os decimos esto, labradores, del modo como los polticos dicen desde siempre consignas electorales. Os decimos esto porque segnsabemos que vuestros hijos fueron los primeros en empuar el fusil para emprender laliberacin de Espaa, sern los mismos combatientes de Castilla, de Navarra, deGalicia, de Aragn, los que defendern los intereses humanos del campo, el derecho atrabajar por una Patria ms grande, el de ser redimidos, vosotros, los pequeosahorradores, como los pequeos industriales, los pequeos comerciantes, "de las garrasdoradas de la usura bancaria " y de las garras no tan doradas de los polticos

profesionales y los caciques.

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Porque os conoca, Jos Antonio senta sobre s algo de vuestros dolores, de vuestrasdificultades econmicas, de las faltas de respeto contra vuestra dignidad. En su primerdiscurso de fundacin de la falange, Jos Antonio Primo de Rivera dijo:

"Cuando recorramos esas tierras y veamos esas gentes y las sabamos torturadas por

pequeos caciques, olvidadas por todos los grupos, divididas, envenenadas por predicaciones tortuosas, tenamos que pensar de todo ese pueblo lo que l mismocantaba del Cid al verle errar por campos de Castilla, desterrado de Burgos: Dios, qu

buen vasallo si hubiera buen seor! "

Jos Antonio admiraba " esos pueblos en donde, cada da bajo la capa ms humilde, sedescubren gentes dotadas de una elegancia rstica que no tiene un gesto excesivo ni una

palabra ociosa, gentes que viven sobre una tierra seca en apariencia, con una sequedadexterior, pero que nos asombra con la fecundidad que estalla en el triunfo de los

pmpanos y de los trigos ".

Y senta el dolor de los braceros, de los jornaleros, de esos hombres que "de sol a sol sedoblan sobre la tierra, abrasadas las costillas, y que ganan en todo el ao, gracias al libre

juego de la economa liberal, setenta u ochenta jornales de tres pesetas ". Y JosAntonio senta tambin la tragedia de los que " han de alquilar, por unas horas, lasfuerzas de sus propios brazos, han de instalarse, como yo los he visto, en esas plazas delos pueblos de Andaluca, soportando el sol, a ver si pasa alguien y los tome por unashoras a cambio de un jornal".

As de generosamente Jos Antonio senta vuestros dolores y vuestras angustias. De lamisma manera que el Caudillo Franco acudir a ponerlas remedio; porque Franco sabelo que es el campo, porque l ha convivido tambin con los soldados campesinos,

porque l ha dormido, como ellos, durante aos, en el santo suelo de las campaas defrica.

No dej Jos Antonio Primo de Rivera un programa acabado para resolver losproblemas del campo. Ni falta que hace, porque nosotros no creemos en los programas,sino en los hombres y en el sentido que algunos hombres tienen de las cosas. Para llegara la reorganizacin del campo espaol, a la mejora en la vida de los labradores, de lostrabajadores del campo, lo primero que hace falta es tener sentido de la necesidad deesta mejora. Esto es, sentir el dolor de la vida del campo espaol tal como un siglo de

poltica liberal y los aos de marxismo la han dejado.

Jos Antonio senta este dolor, parta de l para desear esta mejora. Y as dijo en unaocasin:

"El Estado nuevo tendr que reorganizar, con criterio de unidad, el campo espaol. Notoda Espaa es habitable: hay que devolver al desierto y sobre todo al bosque, muchastierras que slo sirven para perpetuar la miseria de quienes las labran. Masas enterashabrn de ser trasladadas a las tierras cultivables, que habrn de ser objeto de una

profunda reforma econmica y una reforma social de la agricultura. "

Porque le falta a nuestra economa la reorganizacin, la modernizacin, la tcnica. Y la

reforma de todo esto, la reforma de la economa agrcola espaola es el primer paso para

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llegar a la reforma social, a la reforma que satisfaga a los que tienen " hambre de siglos".

Esto es lo que Jos Antonio Primo de Rivera quera para el campo de Espaa. Esto eralo que l, de vivir, hubiera luchado hasta el fin por hacer.

Pero no hemos venido a hablaros de lo que se hubiera podido hacer si Jos Antonioviviera. Venimos a deciros que estas consignas estn vivas que la Falange mantiene ensus Banderas estas consignas y que el Caudillo Franco, al mandar sobre todos nosotros,ha tomado estas banderas con todo lo que significan.

Por la elevacin de nuestra vida, porque los labradores y campesinos participen de lasventajas de pertenecer a una Patria Grande, porque las aldeas y los pueblos se sientansin olvido ni desprecio dentro de la unidad de los espaoles!

Por la Revolucin Nacional que dirige Franco, el Caudillo victorioso!

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LA SEMANA DE JOS ANTONIO EN LA RADIO NACIONAL

CONFERENCIA DE EUGENIO MONTES

(11 de noviembre de 1938. III Ao Triunfal)

El prximo domingo inicia la Radio Nacional la Semana conmemorativa de JosAntonio Primo de Rivera, por cumplirse en la madrugada del da 20 el segundoaniversario de su asesinato a en la crcel de Alicante.

Sonar la "radio", con crespones de luto y todas las voces tendrn el mismo eco en estasemana de duelo nacional.

Fue Jos Antonio Primo de Rivera el ndice que puso en marcha la rueda de la nuevaHistoria de Espaa.

Poltico: la palabra designa una de sus actitudes, pero no resume toda su abarcadoraalma espaola. La poltica era para l un modo de realizacin del espritu y un cauce pordonde poda ir el ro de Espaa, no la muerte, sino la vida, pero actitud que l tomforzado por las circunstancias y obligado por toda la pesadumbre de una decadenciaespaola que llevaba tres siglos echando arena sobre nuestros ojos y echando desiertossobre nuestro prodigio, en donde su palabra mgica haba de hacer alumbrar el aguasaturada de alegra de Espaa. " A la alegra por el dolor ", dice el tema de las sinfonasde Beethoven. En esta gran sinfona que tiene como preludio el himno magistral de laFalange, fue la voz de Jos Antonio aquella que hizo adentrar ms el alma delicadaespaola en el fondo de nuestra congoja, en lo hondo de nuestra tragedia, para que,empapndonos de pena, pudiramos llegar todos a la claridad de una alegra colectivaque ahora vamos conquistando a punta de lanza.

Creador del movimiento histrico, lo que es ms que uno poltico, porque la polticaacaba. Creador de un movimiento histrico, es decir, de un nuevo ser espaol, y tal vez

creador de una nueva poca histrica. Apoyado en la necesidad y fatalidad de la polticacontempornea, manejando la tcnica del Estado en nuestro tiempo, el utilizaba comoinstrumento aquellas realidades, pero no se dejaba dominar y abarcar por ellas.

Creador de un movimiento histrico, es decir, de una nueva poesa, de un nuevo arte, deun nuevo estilo, en fin, de una nueva manera de ser.

Realmente seremos dignos de l conmemorando su muerte por un modo deaproximacin a la ejemplaridad de su vida. Ejemplaridad de una vida sin un momentode desmayo, sin un minuto de duda, que termina en el testamento redactado en esanoche triste para Espaa, menos triste para l porque la hora de la muerte es la hora de

la verdad, y l ya la estaba dando plenamente en este testamento, escrito sin solemnidadreligiosa y donde una vida joven se despidi de la vieja vida espaola, sabiendo que al

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caer sobre la tierra haba de hacer florecer con eso, con su sangre de martirio, una nuevaEspaa.

Crcel de Alicante! El triste destino de toda la grandeza espaola encuentra all sueplogo, pues todo lo grande de Espaa, durante nuestros siglos tristes, ha tenido que

salir de la crcel. El Quijote Jos Antonio, metido tambin como un Quijote a novelasde caballeras, a novelas que ahora son carne viva, realidad de historia. Yo le comparuna vez a Amads de Gaula, porque en l reaparecan innmeras percepciones y a laapostura juvenil de su temple corresponda la apostura esplendorosa del alma y lainteligencia cabal, y la sensibilidad piadosa y la emocin que tan intensa se ocultaba lmismo a veces, a s propio. Y este Amads de Gaula con una Oriana sin par, que estabacautiva como estaba Espaa en la cueva del Frente Popular, significa, con su lanzaideal, el expolique para que nosotros continuemos su labor, y el acicate para que elnuevo Estado sea tambin una historia de caballera, sea un Estado caballeresco quesocorra al indigente, que sea amparo para el humilde, escudo para el necesitado yvaliente, decidido y fiero contra la injusticia.

l glos ms de una vez unas palabras que yo le dije al recordar una expresin de Niezsche sobre Espaa. Recordaba el pensador alemn aquella escena en que DonQuijote entr en el castillo de los Duques y parecan confederarse todas las envidias,todos los resentimientos, para mantearle. Manteado el tambin en la vida espaola porla furia de las izquierdas y la sonrisa lejana de algunas derechas, ascenda, como donQuijote en el castillo de los Duques, hasta esa estrella lejana que le estaba predestinada.Supo de molinos de viento, supo de bacas de barbero, pero supo poner como elcaballero andante, en todo, un ideal. Y ese ideal mueve hoy con un viento de victoria lasaspas de este molino que es Espaa, bien clavado en nuestra tierra y bien aireado portodos los nuevos ideales.

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CONFERENCIA DE DIONISIO RIDRUEJO

(15 de noviembre de 1.938. III Ao Triunfal)

Odos de toda la geografa de las Espaas: camaradas de todas las Falanges.

Con el temblor y la fe que se acude siempre a cosas difciles, acudo yo esta noche, sinms armas y ayuda que un guin vacilante, elaborado en el trabajo, a hablaros de JosAntonio Primo de Rivera. Estamos haciendo una manera de ejercicios espirituales paraque nos conduzcan en intimidad religiosa, profunda y sincera, al encuentro de aquella

fecha triste, de aquella fecha terriblemente definitiva, en que Espaa vio sepultado bajoel polvo el cuerpo hermoso y joven de su primer jefe, el fundador de la era que estamosviviendo. Con el temblor de las cosas difciles, porque para hacer moldes con la

palabra, del smbolo total de Jos Antonio, histrico y permanente, estn an demasiadocerca aquellas emocionantes etapas de presencia en que nos dej contemplar la serenalimpieza de sus ojos, en que nos permiti erguir el corazn con el ala de su voz! Y

porque a travs de las inquietudes de una guerra, a travs de las inquietudes de unaRevolucin, est demasiado lejano, se ha hecho demasiada piedra y monumento aquellafigura que la amistad y la jerarqua han elevado en el corazn de algunos espaoles conardor tan profundos que a la hora de descubrirse esos corazones sobre la faz de Espaa,toda Espaa se ha levantado tras ellos en una agitacin de hembra enamorada, parahacer el canto de nostalgia y esperanza del gran amor de la juventud espaola.

Era en 1.933 cuando Jos Antonio Primo de Rivera, liberndose de su incgnita juvenil,liberndose de su apellido, excesivamente popular, alz la voz de la fundacin de la

Nueva era espaola. Hablaba en aquel instante el poeta de Espaa. El poeta formulasiempre, hace verbo aquella emocionada sensacin de angustia que los hombres tienenen el alma, sin poderla expresar. En el principio fue el Verbo. Antes era el caos, porqueDios no haba pronunciado su palabra. Slo cuando Dios pronunci su palabra, el caosse convirti en creacin. El mundo surgi, la luz alumbr, el agua y la tierra sesepararon. Era el caos en Espaa hasta que habl el Verbo, hasta que se alz la palabra

milagrosa, dando forma a la tierra, palidez de astro a las estrellas, separando las tierras ylas aguas, porque tierras y aguas en Espaa estaban confundidas. Se oy casi como vozen el desierto. Pero en el desierto haba tiernos y frescos oasis juveniles. Por losrincones ms olvidados de la Patria estbamos todos, con nuestra voluntad impaciente,nuestra sensibilidad a punto, con el tremendo antojo de un destino que nos atrevamos adesafiar. La mayor parte de nosotros no habamos tenido la fortuna de estar en torno aun hombre, y un peridico; de formar un grupo ni comunidad, de haber encontradoexpresin ni poesa. Estbamos sobre la tierra de Espaa, al aire, a la intemperie, solos,abandonados y llenos de pasin. Cuando surgi la voz de Jos Antonio, el 29 deoctubre, desde el Madrid que hoy secuestran todos los piratas del mundo, nuestrocorazn encontr la medida, el ritmo exacto con que haba de regular la sangre. Desde

aquel momento, surga en Espaa un haz gigantesco y alto, combativo, valiente yalegre; surga en Espaa la Falange de los espaoles; es decir, la unidad de los

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espaoles. Y as, cuando esos pocos que le haban odo y haban sabido encontrar en suvoz la brjula que les llevase hacia el mar en su destino; cuando esos pocos espaolesque le haban odo y entendido pudieron hablar de Espaa, cuando esos espaoles

pudieron hablar, toda Espaa entr en la comunidad de la Falange y pasaron de golpe,de ser masa abandonada y estril, a ser milicia ardiente, disciplinada y operante.

Jos Antonio no poda hacer otra cosa que la unidad de Espaa. Y as, en una Espaapartida, desgarrada, el alz la sntesis de todos los espaoles. De una parte tena unajuventud que luchaba para salvar aquellas cosas que no quera dejarlas ir de entre lasmanos para salvar el orgullo de una historia: la expresin de una Patria, la firmeza enuna conviccin religiosa, la nobleza de las cosas espirituales. En el otro lado, las

juventudes de Espaa tenan que acampar en las tiendas de los traidores, porquenacieron a la intemperie, porque vivieron una vida de miseria, porque vivan por elcamino de sus propios msculos, por el camino de su ayuno de pan y de justicia que leshaban sido negados. Y as Jos Antonio no se avino a enrolarse, como hubiera sidofcil, en un partido cualquiera. Jos Antonio vino a Espaa con un destino trgico, para

morir crucificado.

Y a esta delicada arquitectura de hombre, a este verbo capaz de fundir todas lasEspaas, le asesinaron un da, en Alicante, unos pobres bandidos a sueldo de las patriasforasteras. Ellos quisieron matar la unidad. Y ahora el cadver de Jos Antonio, el almaerguida ya definitivamente de Jos Antonio, nos exige tomar aquella tierra que fueregada con su sangre, nos exige tomar a aquellas gentes que no supieron entenderle,

para que la obra de los traidores no tenga realidad, para que la unidad que ellosquisieron fusilar se levante otra vez como el ciprs sobre la tumba.

Jos Antonio tena, junto a esta calidad de poeta, junto a esta calidad de hombre entero,junto a la calidad caballeresca deportiva que le haca entender Espaa por entero, unacalidad humana de hombre amoroso; todas las pasiones de los hombres que siguen aJos Antonio son pasiones de amor.

Porque el amor es la ansiedad de los seres por completarse, por fundir en s mismos su propia unidad hacia unidades superiores. Y Jos Antonio nos hace entrar en estacualidad suprema de hombres para servir la unidad total de todos los hombres, en eldestino de una patria.

Y, ahora, camaradas: Jos Antonio no puede ser un mito inoperante, lejano. En torno a

su memoria, a su doctrina, a su voluntad; es decir, en torno a Espaa, debemos estarreunidos, apretados y fuertes los hombres que han conocido su palabra, que hanestrechado su mano, que se han asomado a sus ojos, porque no tenemos derecho ahacerle un duelo romntico. Deca Jos Antonio Machado, el gran poeta traicionado ytraidor:

" Quiero un duelo de trabajo y esperanza.

Yunques: sonad. "

Pues bien, camaradas de Espaa: no hagamos un duelo estril y flojo.

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No hagamos una pantomima de dolor por Jos Antonio. Que suenen los yunques.Trabajemos, camaradas, para que Jos Antonio no sea el lucero lejano propicio a lacontemplacin en las noches tristes. Luchemos, camaradas, para que Jos Antonio, consu cuerpo y su alma, d forma y continuidad al cuerpo y alma de Espaa, martirizada.Camaradas: En torno a Jos Antonio, con Jos Antonio, porque Jos Antonio -y uso la

misma metfora de nuestro Caudillo-, camaradas, ha puesto prcticamente arriba elnombre de Espaa. Arriba Espaa!

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CONFERENCIA DE AGUSTN DE FOX

(16 de noviembre de 1.938. III Ao Triunfal)

En un Madrid todava de Espaa y en un otoo como en ste, bajo este cielo de fro y demelancola de noviembre, posando estas hojas de los platanales que se abarquillansiempre a la sombra de las estatuas de piedra en la plaza de Oriente de Madrid como enel Espoln de Burgos, descenda yo hace tres aos con Jos Antonio por la calle deDiego de Len. l me dijo:

-La revolucin ganar las prximas elecciones.

Le objet: -Y la Falange?

-Ya es tarde. Se han perdido dos aos estrilmente.

-Qu podemos hacer an?

Inici una sonrisa amarga y luego con aquella irona un poco triste que era su defensacontra la incomprensin de todos me asegur:

-Llegaremos hasta el final. Pero, quienes os salvis de la catstrofe, celebrad misasgregorianos por mi alma.

Enseguida cambio de tono, porque posea el pudor del herosmo. Todo aquello se hacumplido implacablemente. No imaginbamos entonces que tres aos despus bamos ahacerle cristianos funerales, no sus amigos, sino la propia Patria reconquistada con elCaudillo a la cabeza y en esta area y voladora Catedral burgalesa que escapaba de la

preocupacin de la tierra. As sera como sta la noche de su muerte. Pero acuciada porel desasosiego vital del mal y la dulce tentacin de las palmeras de Alicante. Se senta

joven, vigoroso. Era inteligente, tena mpetu, delicadeza, equilibrio ntegro, ternura ycoraje. An guardaba consignas definitivas. Y era preciso abandonarlo todo. Se leescap del corazn la frase: "No es alegre morir a mi edad." Y an ante la muerteencontr el adjetivo preciso, su conformidad, siempre decorosa. As fue su muerte comosu vida. Todo era en l decoro, elegancia. No el rosal romntico, sino el laurel hermano

del tmulo y de la estatua. Porque l amaba la sencilla claridad de la luz. Frente a lahorda, la milicia. Para el verso, el terceto. Para el agua, el cauce. Tena aversin por lascosas partidas e incompletas. Como el poeta, pensaba que con el nmero dos naca la

pena, y buscaba afanosamente la unidad de los hombres y la unidad de Espaa. JosAntonio no quiso tomar a la Patria con el brazo derecho ni con el izquierdo, sino conambos brazos, toda entera, como se abraza a la mujer que queremos, o se levanta al hijo

para que vea el desfile sobre la muchedumbre. Antes que l, hombres representativos denuestra decadencia, con espritus anticuados, tambin haban amado a su modo la Patria,

pero fsicamente, con un fcil costumbrismo cadencioso, sin comprender ni ahondar enel alma eterna y castellana de Espaa. Jos Antonio inflam en amor aquel simpledeseo, porque entenda el alma metafsica de su pas y su segura vocacin de Imperio.

Por eso, adivinando la virtud de la gaita quejumbrosa, de la guitarra o sardana y losaurreskus y zorzicos que desembocaron en la sangre fratricida del separatismo, l puso

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el recuerdo emocionado y difano de la Patria como unidad de la Patria, como unidad dedestino. Jos Antonio esculpi en el corazn y la cabeza de su juventud unas cuantasverdades absolutas e invulnerables, al servicio de la negacin, y para las que la muerteera un simple acto de servicio. Agudamente deca que los pueblos que son capaces deamor y odio no son nunca sujetos de conocimiento. Saba que unas papeletas en una

urna de cristal no pueden mover la rueda de hierro enorme y hermosamente terrible dela historia, y que hoy, como hace veinte mil aos, las patrias se construyen con lossignos, con banderas, con rezos, con espadas, con siglos y con muertos. Era portador deun alto y abrumador mensaje y bien denotaba esa pesadumbre en la melancola de sumirada. Vena a predicarnos el sentido militar y religioso de la vida. A la tarea de unaPatria gobernada con diputados, con financieros, con periodistas comprados, l quisoincorporar a los soldados, a los sacerdotes y a los poetas. Por eso figuraron en sus filasgentes hasta entonces, por asco y por decadencia, alejadas de la poltica. Naci en l unsentido espiritual y religioso que faltaba en la vida espaola. Los propios partidoscontrarrevolucionarios se haban impregnado del materialismo marxista, cuyo evangeliocomienza con una tediosa definicin de la mercanca. Jos Antonio crea en la primaca

de los valores, porque veinte siglos de cultura no pueden pasar en vano, y el destino delhombre es algo ms trascendental que la vida de un animal. Resueltamente, lleno dehumanidad, quera liberar de la miseria a un pueblo. Por eso era nacionalsindicalista, yah estn sus veintisis puntos. El poeta tena adems, y sobre todo, una vocacin. Enuna Europa en plena decadencia, Espaa iba a decir las grandes verdades definitivas y ainventar la frmula que hiciera posibles las exigencias de un orden autoritario, con

profundo respeto al alma del hombre, portador de valores eternos y capaz de salvarse ode condenarse. A la intoxicacin del marxismo, de luchas, de pugnas, de obreros y

patronos, Jos Antonio opona sereno el imperio de la autoridad y la armona de lasclases. Bien comprendimos sus camaradas de aquellos das que no era un jefe polticoque haca una propaganda liberal de su programa, sino una serena apologa de unadoctrina total.

Porque los afiliados a los antiguos partidos no tenan ms nexo entre s que la relacinde su organizacin, pero la Falange creaba una comunidad entre todos los camaradas yera de una manera de ser y una profesin entera ante la vida y ante la muerte. JosAntonio fue el primer poltico espaol que afirm que a los pases los hacan los poetas.l satur de poesa su doctrina, y sus luceros, sus rosas, entraas, sangre y vida hicieronque la poltica se convirtiera en historia. Una vez nos haba sorprendido diciendo: "Elcamino ms corto entre dos puntos pasa por las estrellas." Y era verdad. Para navegar es

preciso mirar a la estrella polar y tomar la altura. El fogonero del barco no sabe adnde

va, porque no ha sentido entre sus manos, tiznadas de carbn, el temblor de la brjula dela rosa de los vientos. En eso se diferencia del capitn. Y Espaa no navegaba porquedesde haca siglos no miraba a las estrellas que saben de rutas y sealan derroteros. Paradecirnos todas las verdades, Jos Antonio cre un estilo maravilloso, una oratoria llenade sencilla y elegante sorpresa. Era un estilo limpio, de justeza arquitectnica y finametfora, moderado como una primavera de Castilla, sin retricas, directo. Ese estiloest en su himno de guerra, que habla de amor, de estrellas y de cinco rosas; est en susdiscursos, en sus consignas y en ese Arriba Espaa sorprendente de exactitud, con elredoble metlico de sus erres castellanas, que nos har ganar la guerra. Con ese estilo yal servicio de su idea, Jos Antonio puso en circulacin todas las consignas que el

jonsismo y la conquista del Estado haban acumulado. Milagro del estilo que hizo surgir

un ideario de la biblioteca.

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Hoy hace dos aos, en una noche como sta, le fusilaron. Jos Antonio, jefe, camarada,amigo mo, aqu va mi voz emocionada desde esta noche cristalina de Burgos, a tutumba desconocida, junto al tibio mar de Alicante que tu sangre ha vuelto a hacer latino.Un da tus camaradas pasarn detrs de la espada victoriosa de Franco a reconquistar tucuerpo. Hace dos aos, todava nos diste la ltima leccin de serenidad y elegancia, en

el yeso ya sepulcral de tu celda alicantina. Mientras se desgaitaba, entre trapos rojos,fusiles y puos cerrados, la plebe en torno a tu crcel, ya torre de fortaleza y de espritu,t mirabas, sin duda, con tus tristes ojos, sereno a lo inevitable y catlico, construas yforjabas tu testamento con el rasgo y la limpia justeza del ms pulido soneto castellano.

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CONFERENCIA DE SAMUEL ROS

(Da 17 de noviembre de 1.938. III Ao Triunfal)

En los umbrales de este 19 de noviembre y en trance de dirigiros la palabra, debemostender a lo ms difcil, a lo ms exigente ante Jos Antonio y ante nosotros mismos;debemos equilibrar el desequilibrio de nuestros cuerpos en llanto y de nuestras almas engozo... porque slo as, trenzando juntos el gozo y el llanto y hacindolos una mismacosa, serviremos fielmente a nuestra verdad y alcanzaremos la justa expresin y sentidode esta fecha que se salva as misma en cada ao, para hacerse de todos los aos, que yaest clavado en el tiempo, con la serenidad y firmeza con que se clavan en la Historia delos pueblos aquellas cifras que anclan y echan races en lo eterno.

Cara a dos vertientes, la del recuerdo y la esperanza, tiene el 19 de noviembre una fazde desconsuelo y otra faz de alegre jbilo... Tiene dolor en carne viva y gozo tambin enalma viva... Porque, si el hombre llora al hombre entre los hombres, perdidoirremediablemente, el espaol re a la gloria de quien hoy es el primer hroe nacional,recobrado inexorablemente en ese paraso de Dios donde las almas alcanzan el premiode sus propsitos cumplidos.

Propsito de Jos Antonio fue salvar y recobrar Espaa, y esto es precisamente lo quese est cumpliendo por el genio y la espada de nuestro Caudillo Franco.

Y como este equilibrar el desequilibrio es precisamente el primer secreto de JosAntonio y de l tenemos aprendido la leccin, debemos poner el 19 de noviembre bajoeste signo feliz que conjugue en una misma direccin y sentido lo opuesto y armoniza loimpar. Esta es la frmula redentora que encontr a Jos Antonio para los males deEspaa y aun para los males del tiempo y del Universo...

Porque slo Falange supo hacer la poesa lo mismo que la realidad, y la pobreza lomismo que la riqueza, y el trabajo lo mismo que la ciencia... y por ello hoy se nos es

permitido a los camaradas de la Falange sentir con igual plenitud el llanto del cuerpo,por el cuerpo cado, y el gozo del alma por el alma ascendida.

Cae cada da el Sol para que se levante la Luna y el mundo tiene eterno dolor de noverles jams juntos en el cielo y as el da aora la noche como la noche aora el da,

pero en ciertas fechas, nacidas por el milagro y para el milagro aparecen en el Cielo delos pueblos hombres singulares que consiguen equilibrar el desequilibrio para ofreceruna poltica donde el sol de la verdad est junto a la luna del ensueo, donde se atiendea la exigencia del cuerpo con la misma justicia con que se atiende a la exigentesuperacin del alma... este milagro fue Jos Antonio y este sentido tiene el 19 denoviembre... fecha a la que han de venir a parar de rodillas y en contricin, los que en laotra Espaa pierden la carne por defender el cuerpo, pierden la vida por no creer en lamuerte... porque es aqu, en la Espaa de Franco, donde se salva el cuerpo por defender

el alma, y donde se gana la vida por creer en la muerte y donde encontrarn nuestros

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adversarios la mxima generosidad, al devolverles el alma de nuestro propio JosAntonio.

El tiempo tiene secretos escondidos entre sus pliegues que slo con el mismo tiempoalcanzan a ver los hombres. As, cuando Jos Antonio soaba con unos pocos espaoles

en la salvacin de Espaa -enamorando de sacrificio y de poesa a una juventud- sinsaberlo armaba el brazo invicto de Francisco Franco. Y en la sonrisa de Jos Antonioestaba ya simbolizada la victoria que hoy se nos depara.

Fue la sonrisa clave del prximo destino, la forma humana de un nuevo estilo, la actitudque equilibraba las contradictorias tendencias y sentimientos del tiempo actual. Fue lainspiracin de Dios para salvar a Espaa en la sonrisa de un hombre que ense asonrer a una juventud.

Es posible que los enemigos de Espaa conocieran nuestra fuerza y esperasenvencernos, pero ignoraban la fuerza infinita de esa clara sonrisa que haba iluminado a

toda una generacin. Slo dentro de ella se pudo convertir en unidad lo mltiple...Porque la Falange es la ordenacin jerrquica de una sociedad en la que cada uno ocupasu puesto exacto, como los astros en el firmamento, sin que unos se estorben a otros, sinque el brillo de unos sea a costa de los dems...

El campesino y el estudiante, el obrero y el sabio, el poeta y el hombre de negociossonren con la clara sonrisa de Jos Antonio y se encuentran hermanados e iguales en laambicin de sus destinos... El secreto estriba en no medir esas actitudes por su valor endinero, sino por su aportacin a la gran armona de la vida... Pan lo mismo que poesa,trabajo lo mismo que ciencia.

Los jvenes espaoles, en el invierno desolado y triste de una poltica sin ambicin, ocon la ambicin bastarda del egosmo personal, aprendieron a morir por el ambiciososueo que les prometi la Falange... slo sabe morir quin vivir espera.

Jos Antonio Primo de Rivera!, en este 19 de noviembre, aniversario de tu holocaustopor Espaa, all donde ests, te acompaa la sonrisa amplia e infinita de una juventudenamorada. Nuestro corazn empuja su sangre hacia ti, para mecer la cuna dondeduerme tu sueo espaol. En ese sueo que vigilan cuatro arcngeles con la espadadesnuda, los mismos que t inventaste en las jambas de las puertas del Paraso.

Jos Antonio, ayer ramos seis en tu ambicin de Historia y hoy se contempla esaambicin por todo el mbito de las Espaas.

En tu recuerdo ponemos juntos el gozo y el llanto, porque de ti aprendimos la frmulaque lo concilia todo.

Jos Antonio Primo de Rivera: Presente!

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CONFERENCIA DEL CONDE DE MAYALDE


Es una empresa de tremenda emocin y de gran dificultad esta que nos hanencomendado a seis amigos de Jos Antonio de escribir en la semana que el Caudillo dela Falange Espaola Tradicionalista y de las J.O.N.S. dedican al recuerdo de su muerte.De tremenda emocin, porque los que hemos convivido de cerca con Jos Antonio, ysupimos de aquella amistad suya, tan entraable, por muchos aos que pasen, lollevaremos siempre en el corazn. Alguna vez pudimos darnos cuenta de toda lagrandeza de su genio. Sentimos, tal vez en alguna hora, flaquear la fe en la certeza de su

profeca, pero desde los aos estudiantiles, hasta cuando en el duro empeo de la guerra

sobamos con angustia en su ausencia, yo estoy seguro que el amor y la admiracinpor la belleza de su alma no flaquearon nunca en los que ntimamente le conocamos.

El amor de Jos Antonio hacia los suyos era una de las pocas cosas que podan debilitarsu imponente autoridad de conductor y jefe. Su generosidad era en ocasiones excesiva,

por lo que entero se entreg a la Falange. Otros camaradas hicieron la apologa de sufigura y de su obra, o hablaron con ms autoridad de su doctrina, pero yo quiero ahoratratar de algunas ancdotas suyas y de la transformacin que se fue operando en JosAntonio a travs de su vida asctica y ejemplar. Recuerdo su desvo hacia las luchas dela vida poltica, su falta de apetencia de poder, y en cambio, su vocacin de abogadoque le hizo, muy joven, maestro en la profesin que haba escogido. Recuerdo en lasfastuosas fiestas de los aos de la dictadura, cuando estaban pendientes de cmo seapartaba del bullicio para hablar de las letras o explicar cmo aquella copla de cantoflamenco tena un profundo sentido helnico, y cmo aquella otra que barajaba lamuerte y el amor, traa un lejano eco del Cantar de los Cantares. Su alma serena dehombre maduro desde muy joven, tena, sin embargo, una sencillez de nio. Por esoodiaba la maldad, y por eso se senta feliz en las sierras de Castilla y por eso admiraba aPascal.

Luego vinieron los aos de las traiciones a su padre, y entonces se decidi a la lucha,pero slo para exigir la justicia a la memoria de aquel hombre grande y bueno. Cubri

su ternura con las corazas de una terrible irona y aquel ardiente sentido crtico que uspara s mismo, primero como poltico y luego como hombre de accin.

Ms tarde cre la Falange, que era camino de renovacin y sacrificio, cuando ms lesolicitaban los placeres de la vida, cuando se senta ya seguro de s mismo y superior alos dems hombres de su tiempo. Pero no era ambicin de mando; la ternura de su almale at para siempre a su obra ante el primer muerto de la Falange. Cuando cay MatasMontero, Jos Antonio escribi aquellas lneas maravillosas que haban de quedargrabadas en el corazn de los falangistas espaoles y que fueron publicadas delante delartculo escalofriante que sali de la cartera del camarada en el juzgado de guardia. Senublaron sus nobles ojos claros que saban encenderse con dureza de santa indignacin

y nos dej su mandato diciendo: "Ante la figura pensativa de nuestro hermano muerto,nosotros vamos desfilando en silencio hacia el irrenunciable triunfo de Espaa. "

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Ante este acto supremo y definitivo de servicio que es la muerte, Jos Antonio dio a laFalange la leccin de su vida exacta. Nuestro camarada sali para una empresa de la queno se vuelve. Saba lo que vala la sangre de cada uno de los suyos, y su postreraoracin desde la tierra fue para pedir a Dios que su sangre fuera la ltima que se vertieraen la contienda.

Una noche, en un momento de pasajero desaliento, en 1.934, me dijo que solamentesegua la lucha porque le llevaban a ella los muertos de la Falange. Por eso nuestrohomenaje en este aniversario, lo es tambin a la memoria de aquellos primeros Cadosque condujeron por el camino de martirio a Espaa hacia la maana triunfal de lagrandeza patria. Se deca entonces que Espaa no poda ser nunca objeto de larevolucin nacionalsindicalista. Se deca que los obreros habran de mirar con recelo aun intelectual que no proceda del proletariado. Pero Jos Antonio era un formidablehombre de accin, y supo ganarse, no slo la inteligencia, sino el corazn de los suyos,

porque era el ms fuerte y el ms audaz.

En el ltimo ao, el 33 de su vida, cuando los hombres capaces de sentir en Espaa vanhacia l de vuelta de todos los errores, y cuando las opiniones espaolas buscan el caucede la Falange, perseguida y aparentemente deshecha por el Frente Popular, es cuandoJos Antonio representa el amanecer de la victoria, y su figura alcanza su dimensindescomunal y sobrehumana. En las largas horas de crcel, desde donde trata deorganizar a los que quieren luchar con l en la cruzada por Espaa, es cuando adquierela absoluta seguridad en s mismo y en su obra, y su alma se reviste de inmensaserenidad. El da 15 de julio le vi por ltima vez y march para llevar su voz de guerraal otro extremo de la pennsula. Jos Antonio daba sus rdenes como los grandes jefesen las batallas. Hace dos aos, y, sin embargo, an parece como si escuchara su voz y se

percibieran de sus labios las consignas exactas por las que combate el ejrcito victoriosode Espaa, estos alfreces y estos voluntarios que, sin haberle odo, y algunos de ellossin haber ledo siquiera sus discursos piensan, viven y mueren como Jos Antoniohubiera querido que lo hicieran. Y mientras nosotros combatamos sin l, Jos Antoniotuvo en Alicante la muerte serena de los santos. Y ahora, en estos mismos das en quefervorosamente la conmemoramos, Franco hace el ms formidable, el postrero esfuerzocontra los enemigos de la grandeza, la unidad y la libertad de Espaa. El frente asiticoy torvo, que l anunci se desmoronaba, y en las ciudades deshechas de la Patria y ensus campos yermos, empiezan a encenderse las luminarias de la victoria final.

Porque tenemos la palabra del Caudillo de recoger el legado sacro de Jos Antonio, que

ofreci que su sacrificio y el de los suyos no sera estril; porque tenemos la voluntadresuelta de los mejores; porque es la vida de la grandeza de Espaa, sabemos que sehar su revolucin nacionalsindicalista.

Camaradas de la Falange Espaola Tradicionalista y de las J.O.N.S.: no pensemos conmelancola en Jos Antonio ms que cuando no estemos seguros de que vamos bien. Enlas horas de duda, si tratamos honradamente de seguir el camino que l hubiera tomado,acertaremos siempre. Que su recuerdo sea en nuestro corazn canto de esperanza, y ennuestra mente, propsito firme e irreductible de vencer.

Arriba Espaa!

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CONFERENCIA DE JULIN PEMARTN


No slo nos dej sealados los rumbos, sino que su genio proftico, como si adivinaratodas las coyunturas, nos dej normas infalibles. Nos dej normas exactas unas veces enlas consignas exigentes de su verbo imperativo, y otras como si quisiera fraternalmentedisimular el magisterio y la capitana por medio de sus actos.

Y como desde el principio saba que cumplido el tiempo nosotros tendramos un da quedecir su presente, quiso tambin desde el principio dejarnos la leccin de ese momento,que ya ha dispuesto Dios que nos llegase.

En noviembre del 33 pas Jos Antonio por Jerez de la Frontera, patria de su padre, ysus primeras palabras a los jerezanos en multitud fueron para decir el primer presenteque sali de sus labios, el presente de vencedor de Alhucemas, el presente de su propio

padre.

All nos dijo que los hroes no mueren. Y, en realidad, los hroes no mueren nunca deltodo por la Patria. Si Dios se los lleva a su lado, desde all nos miran para que si nosmiramos en ellos sigamos su ruta.

Aquel da, Jos Antonio, nos diste la leccin de entereza que ahora nosotrosnecesitamos. Ya sabemos cmo deberamos hablar de ti si fusemos como t. Pero

perdname ahora que, aunque tratando de obedecerte, a veces se turben mis ojos y mipensamiento.

Jos Antonio salv a muchos, redimi a muchos que, ganados totalmente por el mal, alservicio del mal legislaban; pero tambin levant a otros que quiz estuvieran todavams a punto de perderse para siempre: los que no estaban resueltos al sacrificio del bieno del mal, los que nos creamos solos al servicio de nuestras propias vidas; los que sindefender ni profesar doctrinas liberales practicbamos el peor de los liberalismos: latarea de nuestra albedro, que creamos totalmente desatado; los que, partidarios de la

autoridad, vivamos en completa anarqua de nuestra libre vocacin cotidiana; los quecreamos terminados nuestros deberes pblicos.

A todos stos, tan difciles de exigir en una rotunda direccin redentora, salv JosAntonio de manera singular con sus palabras y, sobre todo, con su ejemplo. Con su

palabra nos ense que la vida es milicia y hay que vivirla en perpetuo servicio; quenadie es ms libre que quien renunci a una parte de su libertad; que slo alcanza lacompleta libertad el que se aviene a formas disciplinadas en el cumplimiento de unagran empresa. Y nos demostr con palabras que la libertad del navo bajo el viento esten sus ataduras.

Y tambin no salv con su ejemplo. Este ejemplo que nos dio durante los ltimosinstantes de su existencia, rosario continuo de renuncias contra su propia vida.

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Fernndez Cuesta nos ha dicho que el testamento de Jos Antonio es de clidaenseanza; pero es, sobre todo, armonioso. Su inteligencia singular estaba bien pintadasobre un fondo de sentimientos, buscaba la verdad filosfica, la exactitud cientfica;

pero tambin escuchaba la voz entraable de la sangre y de la carne. Su naturaleza eraprivilegiada por la calidad de sus elementos, pero era el conductor ejemplar de que nace

plenamente con una perfecta construccin lgica y tambin en un rato de juego como unnio. La vida para l era como don maravilloso.

Hace ya muchos aos -haban de pasar todava ms de cinco aos sin que naciese laFalange-, Jos Antonio conversaba en una breve reunin. Haba all una persona en que

parecan concurrir todas las fortunas, pero que se empeaba en mantener un criteriopesimista de la existencia.

Jos Antonio le objet impetuoso. Para l, en cambio, la vida era tan fecunda que todoslos das daba gracias a Dios sinceramente por haber puesto aquel raudal entre susmanos. Pues aquella vida gozosa, sus vocaciones ms preciadas, sus predilecciones ms

sentidas fueron sacrificadas en holocausto.

Bien conocida es ya su inclinacin a la profesin que tanto am, a la que momentosantes de morir todava dedica palabras de cario.

Recordemos ahora tan slo del maestro los emocionantes prrafos en que afirma latragedia interior entre su propia vocacin intelectual y sus servicios a la Patria. Nosdeca: "Muchos de los que se alistaron hubieran preferido solo, sin prisa ni arrebato, lavocacin intelectual. Nuestro tiempo no da cuartel. Nos ha correspondido un destino deguerra en que dejar el regalo a la pelea. Todo esto es amargo y difcil, pero no serintil. "

No; no ser intil, Jos Antonio: aquellos que tu salvaste, todos aquellos que t metistecon tu palabra y con tu ejemplo en el servicio y en el sacrificio, te juramos que jams sesaldrn de ello, que jams olvidarn tu leccin, que ya nunca nuestras vidas sern deltodo nuestras, porque en todo momento, en toda ocasin, obedecer fervorosamente

para cumplirlas las rdenes de nuestro Caudillo.

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CONFERENCIA DE JOS ANTONIO JIMNEZ ARNAU


Sobre la tierra salada que guarda, los restos de Jos Antonio, podran escribirse elepitafio que hizo esculpir sobre el mrmol de su tumba aquel poeta hngaro enterradocerca de las aguas del Balatn: " Slo el cuerpo."

Slo el cuerpo fue tocado aquella madrugada de noviembre. Las balas pudieron romperaquella amplia y noble frente; pudieron destrozar aquellos ojos melanclicos yluminosos; entraron por la boca, de la que sali tantas veces la norma y la profeca; seclavaron en las manos, agresivas unas veces en la lucha viril de la Falange callejera;

generosas otras en el caer sobre el hombro del camarada que senta en aquel peso lamejor recompensa del servicio prestado; las balas, en fin, pudieron morder las piernascansadas de andar todos los caminos de Espaa, en aquella predicacin que durara tresaos, ya acabada cuando el cumpla los 33..., pero slo el cuerpo cay ante el crimen.Lo que no pudieron las balas, ni la sentencia arrancada por la violencia de una pistola aun jurado hundido en la duda por la elocuencia del defensor de s mismo, lo que no

pudo ni el crimen, ni el plomo, fue rozar el espritu del Fundador de la FalangeEspaola.

No fue ste, de dar su cuerpo a la muerte, el mayor sacrificio de los que Jos Antoniohiciera a Espaa. Dar la muerte es quiz ms fcil -ms corto por lo menos- que dar lavida. Y l haba dado. l -amante como pocos del silencio fecundo- haba ido a la calle,a la tribuna y a la popularidad, slo porque Espaa lo peda. l, enamorado de su

profesin de abogado, para la que su temperamento y formacin clsicas le hacan unelegido, sali a vivir en otros ambientes, en que, en lugar de togas, haba chaquetasclaras de socialistas en traje dominguero; dej el discutir profundamente en la rigurosaseriedad del Foro, para lanzarse al escenario sofista y chabacano de un Parlamento en elque sus palabras eran escuchadas con un silencio nacido ms de la incomprensin quedel respeto.

l, que deseaba ardientemente ver proyectadas su sangre y su carne en su propia

descendencia, tuvo que renunciar a tener otra que la de aquellos hijos del pensamiento.Y una vez que, por conocerlos, los am, an tuvo que cumplir para Espaa el durosacrificio de rselos entregando.

Haba renunciado por Espaa a su vocacin, a su vida privada, a su silencio y a susmejores camaradas. Pero Espaa necesitaba an ms y l lo exigi una maana denoviembre en Alicante, sin ninguno de los mnimos consuelos que, en los dems casos,

podran darse. Muri sin saber lo que pasaba fuera de los muros de su prisin, sin sabersi su sangre poda servir para salvar a Espaa, sin saber siquiera si su cuerpo, tras ladescarga, iba a caer sobre tierra viva de la Patria, o si la misma Patria era ya un cadversobre el que el suyo caa.

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Es su espritu el que, ante el miedo humano a tirar por un camino honesto que puedeconducir a la imputacin de traicin advierte as: " Los das de un movimientorevolucionario tienen obligacin de soportar, incluso, la acusacin de traidores. La masacree siempre que se la traiciona. Nada ms intil que tratar de halagarla, para eludir a laacusacin. "

Es su espritu el que, ante la fatiga, afirma: " Nos ha correspondido un destino de guerra,en el que hay que dejarse sin regateos la piel y las entraas. "

Es su espritu el que nos manda no sestear en el camino y avanzar siempre, el que nosmanda adivinarla, que no copiar ley; el que nos lega algo ms, mucho ms que un

programa; nos deja un modo de ser, una manera de entender la vida, al lado de unosimperativos concretos, que claman la unidad de Espaa, en la tierra y en el hombre, enel pan y en la justicia.

Por eso fracasaron los engendros aquellos que, al romper la vitalidad, la juventud y la

promesa de Jos Antonio, creyeron enterrar con l el signo ms destacado de larevolucin pendiente.

Francisco Franco lo tiene en sus manos y Espaa lo tiene en su voluntad. Nos quitaronel hermano mayor que saba hacer de padre y de confidente y de gua, pero su espritu,el ms grande que hace tres siglos conociera Espaa, contina vivo y operante.

Sobre su tumba pudiera escribirse: " Slo el cuerpo ", que su espritu escribir otrascosas, grandes cosas, en el largo y frtil futuro que la sangre de los Cados conquist atan duro precio.

Por eso, camaradas de Espaa, en el eterno renovar de nuestro llanto, el 20 denoviembre de cada ao, pensad que llegamos a la muerte de un cuerpo. El alma de JosAntonio sigue impasible peregrinando por los campos de Espaa. Y as ha de continuar

por siglos, llenando pginas gloriosas de nuestra Historia y ganando las mejoresbatallas, como Rodrigo Daz despus de la muerte de su cuerpo.

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CONFERENCIA DE ERNESTO GIMNEZ CABALLERO


Ha muerto el Rey! Viva el Rey! -clam siempre el pueblo, en las supremas horasmonrquicas de sucesin a un cetro: a un bastn de mando.

Ha muerto un Caudillo! (Oh Jos Antonio!) Viva el Caudillo! Franco! -proclamoyo hoy en nombre de nuestro pueblo; y en esta hora que no es de muerte sino deresurreccin. Que no es de duelo sino de aclamaciones. Y en que el grito de guerraespaol Viva la muerte! -se acaba de hacer smbolo nacional: el de la muerte viva.

* * *

Hasta el 20 de noviembre de 1.938 Jos Antonio haba sido para Espaa una Ausencia.Es decir: algo as como un misterio dantesco y alucinante. En el que sentamos,sobrecogidos, vagar su cuerpo y su alma y rpidamente, como por las zonascrepusculares e inciertas de un purgatorio. Entre la tierra y el paraso. Sentamos sucuerpo y su alma sin despejarse de lo terrenal, en una lejana misteriosa, como si tuvieraen su alma y su cuerpo trabadas las despegadas uas egostas de los que queranconvertir su abnegada ausencia en una presencia prctica y poltica.

Durante dos aos el sacrificio puro de Jos Antonio ha permanecido como semivelado:en esa zona purgatorial y oscura donde no lleg ni una sola misa, una honda patria, unasimple oracin fnebre, ofrendadas a su sangre de cristiano.

* * *

El 20 de noviembre de 1.938 ha sido el da de la liberacin nacional de Jos Antonio, desu asuncin espaola al cielo de nuestra inmortalidad.

Franco -que con toda su ansia magnnima no pudo llegar a tiempo de liberarle de sucrcel terrenal- pudo, al fin, ser ese da 20 de noviembre de 1.938, su liberador hacia las

regiones inmaculadas y divinas. Y Espaa, al fin, pudo convertir por Jos Antonio, suslgrimas en estrellas de altos cielos: sus bayonetas en cirios ardientes: sus suspiros enincienso: sus plegarias en voltear de campanas: su sangre en bandera alzada parasiempre. Y hasta las cinco espadas de Virgen Dolorosa clavadas en el corazn simblicode Pilar, ese da pudieron ya transverberarse en flechas de oro y luz sobre su pechodolorido de paloma que camina hacia la santidad.

* * *

Mientras la ms jerrquica voz de nuestra iglesia lea el testamento de Jos Antonio antela faz de Cristo y de Espaa -y todos de rodillas entrecortbamos nuestros sollozo- yo vi

a Pilar cerca de m, como la imagen del dolor hecha mujer, tambin exttica pero sinllegar. Qu bella estaba! Pareca traslcida. Con una belleza interior, alabastrina y

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transparente. Sin llorar. Sometida con resignacin beatfica al trgico destino de suestirpe. Esa estirpe de los Primo de Rivera creada por Dios para servirle a su mayorgloria y a la mayor lealtad de Espaa.

Yo vi a Pilar volver de vez en cuando sus ojos extticos hacia la figura del General

como si en aquel momento viera en el General la figura de su propio padre, la figura desu propio hermano.

* * *

En cambio, yo vi humedecerse los ojos del Caudillo. Yo vi llorar a Franco mientrasrezaba por Jos Antonio junto al altar y mientras la obra de Jos Antonio descenda enforma de Espritu Santo sobre la testa del Caudillo urgindole de continuidad y de

bendicin.

* * *

El da 20 de noviembre de 1.938

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Dolor y Memoria de España en el 2º aniversario de la muerte de José Antonio