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NOTICIARIO El enterramiento múltiple, calcolítico, de Camino del Molino (Caravaca, Murcia). Metodología y primeros resultados de un yacimiento excepcional The collective chalcolithic burial of Camino del Molino (Caravaca de la Cruz, Murcia, Spain). Methodology and the first results of an exceptional archaeological site Joaquín Lomba Maurandi (*) Mariano López Martínez (**) Francisco Ramos Martínez (**) Azucena Avilés Fernández (**) RESUMEN Se presentan los resultados preliminares de la excava- ción de un enterramiento múltiple en cueva que contiene restos de más de 1300 individuos, en lo que parece ser la representación completa de una población calcolítica de la segunda mitad del III milenio a.C. depositada durante un período continuado de unos 350-400 años. Una peque- ña parte de esa población se acompaña de un ajuar que in- cluye, entre otros elementos, algunos elementos metáli- cos característicos del horizonte campaniforme. También se documenta el enterramiento de cánidos acompañando a diversos inhumados. El carácter excepcional del hallaz- go y las circunstancias de la excavación han obligado a un desarrollo metodológico novedoso para este tipo de actuaciones. ABSTRACT The preliminary results of the excavation of a multiple burial cave are presented. Itt contains remains of more than 1,300 individuals, in what it seems to be the com- plete representation of a chalcolithic population of the second half of the third millenium B.C. deposited during a continuous period of approximately 450 years. A small part of this population is accompanied by grave goods that include some metallic elements typical of the bell-beaker horizon. Also dogs accompanyied various burials. The exceptional character of the find and the cir- cumstances of the excavation required the development of a new methodology for this type of excavation. Palabras clave: Calcolítico; Enterramiento; Campanifor- me; Radiocarbono; Sureste peninsular; Murcia; Cánidos; Ritual funerario. Key words: Chalcolithic; Burial grave; Bell-beaker; Ra- diocarbon; Southeast Spain; Murcia; Dogs; Ritual grave. 1. INTRODUCCIÓN El yacimiento de Camino del Molino (Carava- ca, Murcia) se localizó de manera fortuita durante las obras de una promoción de viviendas en el pe- rímetro suroriental de la expansión urbana de Ca- ravaca, en diciembre de 2007 (1). Inmediatamen- TRABAJOS DE PREHISTORIA 66, N.º 2, julio-diciembre 2009, pp. 143-159, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2009.09025 (*) Área de Prehistoria, Dpto. de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y CC.TT. Hcas, Facultad de Letras, Universidad de Murcia. Campus de la Merced. Santo Cristo 1. 30001 Murcia. Correo electrónico: [email protected] (**) Arqueología y Diseño Web S.L. (Grupo Entorno). Flo- ridablanca 14. 1.º D. 30800 Lorca. Murcia. Correos electrónicos: [email protected]; [email protected]; [email protected] Recibido: 6-IV-2009; aceptado: 1-IX-2009. (1) No sería justo obviar la encomiable actitud y buena dis- posición del promotor de las obras en las que se localizó el yaci- miento, D. Pedro Antonio Robles, quien no sólo paró inmediata- mente la obra e informó del hallazgo a las autoridades sino que, más allá de su obligación como ciudadano, asumió la cubrición y cerramiento del yacimiento para su ulterior excavación, así como numerosos gastos directamente relacionados con los tra- bajos de campo, tanto de contratación de personal como de alo- jamiento de parte del equipo.

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NOTICIARIO

El enterramiento múltiple, calcolítico, de Camino del Molino(Caravaca, Murcia). Metodología y primeros resultadosde un yacimiento excepcional

The collective chalcolithic burial of Camino del Molino (Caravaca de la Cruz, Murcia,Spain). Methodology and the first results of an exceptional archaeological site

Joaquín Lomba Maurandi (*)Mariano López Martínez (**)Francisco Ramos Martínez (**)Azucena Avilés Fernández (**)

RESUMEN

Se presentan los resultados preliminares de la excava-ción de un enterramiento múltiple en cueva que contienerestos de más de 1300 individuos, en lo que parece ser larepresentación completa de una población calcolítica dela segunda mitad del III milenio a.C. depositada duranteun período continuado de unos 350-400 años. Una peque-ña parte de esa población se acompaña de un ajuar que in-cluye, entre otros elementos, algunos elementos metáli-cos característicos del horizonte campaniforme. Tambiénse documenta el enterramiento de cánidos acompañandoa diversos inhumados. El carácter excepcional del hallaz-go y las circunstancias de la excavación han obligado aun desarrollo metodológico novedoso para este tipo deactuaciones.

ABSTRACT

The preliminary results of the excavation of a multipleburial cave are presented. Itt contains remains of morethan 1,300 individuals, in what it seems to be the com-plete representation of a chalcolithic population of the

second half of the third millenium B.C. deposited duringa continuous period of approximately 450 years. A smallpart of this population is accompanied by grave goodsthat include some metallic elements typical of thebell-beaker horizon. Also dogs accompanyied variousburials. The exceptional character of the find and the cir-cumstances of the excavation required the development ofa new methodology for this type of excavation.

Palabras clave: Calcolítico; Enterramiento; Campanifor-me; Radiocarbono; Sureste peninsular; Murcia; Cánidos;Ritual funerario.

Key words: Chalcolithic; Burial grave; Bell-beaker; Ra-diocarbon; Southeast Spain; Murcia; Dogs; Ritual grave.

1. INTRODUCCIÓN

El yacimiento de Camino del Molino (Carava-ca, Murcia) se localizó de manera fortuita durantelas obras de una promoción de viviendas en el pe-rímetro suroriental de la expansión urbana de Ca-ravaca, en diciembre de 2007 (1). Inmediatamen-

TRABAJOS DE PREHISTORIA66, N.º 2, julio-diciembre 2009, pp. 143-159, ISSN: 0082-5638

doi: 10.3989/tp.2009.09025

(*) Área de Prehistoria, Dpto. de Prehistoria, Arqueología,Historia Antigua, Historia Medieval y CC.TT. Hcas, Facultad deLetras, Universidad de Murcia. Campus de la Merced. SantoCristo 1. 30001 Murcia. Correo electrónico: [email protected]

(**) Arqueología y Diseño Web S.L. (Grupo Entorno). Flo-ridablanca 14. 1.º D. 30800 Lorca. Murcia.Correos electrónicos: [email protected];[email protected]; [email protected]

Recibido: 6-IV-2009; aceptado: 1-IX-2009.

(1) No sería justo obviar la encomiable actitud y buena dis-posición del promotor de las obras en las que se localizó el yaci-miento, D. Pedro Antonio Robles, quien no sólo paró inmediata-mente la obra e informó del hallazgo a las autoridades sino que,más allá de su obligación como ciudadano, asumió la cubricióny cerramiento del yacimiento para su ulterior excavación, asícomo numerosos gastos directamente relacionados con los tra-bajos de campo, tanto de contratación de personal como de alo-jamiento de parte del equipo.

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te se diseñó un proyecto de actuación que seacomodara a las necesidades de una excavaciónde urgencia de un enterramiento calcolítico múlti-ple caracterizado por la presencia de una grancantidad de evidencias antropológicas, iniciándo-se los trabajos de excavación en febrero de 2008y prolongándose hasta finales de noviembre delmismo año (2).

La cantidad de restos antropológicos y su con-centración espacial, la entidad y variedad del re-gistro (ajuares, zooarqueología, antracología, etc.)y el hecho de encontrarse el yacimiento sujeto auna fuerte presión urbanística, obligó a la apli-cación de una metodología muy específica queafectaba tanto al trabajo de campo como a la pre-visión de esfuerzos investigadores que cubrieranunas necesidades sin duda especiales, orientadassobre todo a un registro muy detallado y precisodel yacimiento.

El equipo se estructuró en varios niveles, dife-renciándose la actuación directa sobre el yaci-miento de las tareas de laboratorio relacionadoscon él. Así, los trabajos de campo han pivotadoalrededor de la presencia continua en el lugar deuna antropóloga y dos técnicos arqueólogos, ade-más de un número variable de operarios y estu-diantes; durante la excavación se han retirado delyacimiento muestras para análisis palinológico yantracológico, edafología y sedimentología; sehan tomado anotaciones de tipo geológico y geo-morfológico; y se han derivado a diferentes espe-cialistas los estudios sobre restos faunísticos,huellas de uso en utillaje, análisis de dieta, pre-sencia de parásitos, detección de enfermedadesen restos de médula ósea, etc. El estudio antropo-lógico se lleva a cabo por una de las firmantes deeste trabajo, con la colaboración de diversos es-pecialistas (3).

2. LOCALIZACIÓNY CARACTERIZACIÓNDEL YACIMIENTO

El yacimiento de Camino del Molino consisteen un enterramiento múltiple calcolítico definidopor una cavidad con una planta circular de unos7 m de diámetro y paredes ligeramente acampana-das, de la que se han conservado en torno a los 2 minferiores en los que se acumulaba, prácticamenteintacto, el depósito arqueológico. La mitad superiorde la cavidad desapareció a inicios del siglo XX du-rante las tareas de aterrazamiento de la zona parasu explotación agrícola, con la fortuna de que apa-rentemente esa destrucción sólo afectó a la cubier-ta del enterramiento, pero no a su depósito. El ha-llazgo se produjo cuando una pala de grandesdimensiones afectó a un sector lateral de la cueva,suponiendo dicha intervención la destrucción deno más del 15 % del yacimiento.

Aunque el estudio geomorfológico indica quela oquedad formó parte de una cavidad natural enlos travertinos, tanto en las paredes como en lasuperficie del suelo se observan huellas claras demodificación antrópica de la cueva, de maneraque las paredes aparecían regularizadas en variossectores, mientras que el suelo se encontraba cla-ramente piqueteado.

A 400 m de distancia se localiza el pobladocalcolítico de Molinos de Papel (Lám. I), un hábi-tat configurado por cabañas circulares con zócalode piedra y gran cantidad de silos excavados so-bre el mismo cerro de travertinos en cuya laderase sitúa el enterramiento y en torno al cual el ríoArgos dibuja un meandro. Diversas actuacionesen el casco urbano (Pujante 1999, y otras en cur-so) han documentado las estructuras referidas, re-lacionadas con materiales calcolíticos entre losque se incluyen punzones de sección cuadrada,cerámica campaniforme y objetos de marfil, ade-más de algún enterramiento aislado amortizandoantiguas estructuras de uso doméstico excavadasen el suelo. La industria lítica del poblado, con unfuerte componente tabular, abundancia de lámi-nas fragmentadas y puntas de flecha mayoritaria-mente foliáceas y con aletas muy desarrolladas,

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(2) Los trabajos de campo se sufragaron mediante diferen-tes aportaciones de la Dirección General de Bellas Artes y Bie-nes Culturales de la Comunidad Autónoma de la Región deMurcia, el Excmo. Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, elpropio promotor de las viviendas que se iban a construir en ellugar, y la Universidad de Murcia.

(3) Los citados estudios corren a cargo de los diferentesinvestigadores: palinología (Dr. Carrión Martínez, área de Bo-tánica, UMU); edafología y sedimentología (Dra. DelgadoIniesta, área de Edafología, UMU); geología y geomorfología(Dres. Rodríguez Estrella, UPCT, y Belmonte Serrato, UMU);restos faunísticos (Dres. Vázquez Autón y Gil Cano, área deAnatomía y Embriología Animal, UMU); antracología(Dña. M.ª Soledad García Martínez, área de Botánica, UMU);huellas de uso en lítica, ósea y metal (Dra. Gutiérrez Sáez,UAM, y D. Ignacio Martín Lerma, UNED-Madrid); restos para-sitológicos (Dr. A. Osuna Carrillo-Albornoz, Universidad de

Granada); estudios de médula ósea vinculados a la detección deenfermedades (Dra. Galán Puchades, Universidad de Valencia);análisis de dieta (Dr. Trancho, UCM); y estudio de isótopos es-tables. Por último, se ha contado continuamente con el asesora-miento de los Dres. Walker, antropólogo, y E. Osuna Carrillo-Albornoz, médico forense, ambos de la Universidad de Murcia,para cuestiones relacionadas con sus respetivas disciplinas.

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ofrece grandes similitudes con la encontrada en elenterramiento.

3. METODOLOGÍA DE EXCAVACIÓN

Tras la delimitación en planta y alzado de lafosa, realizada de manera inmediata a su hallazgo(Lám. II), se procedió a su cubrición temporal conuna capa plástica que preservara los restos mien-

tras se diseñaban las estrategias de excavación y seerigía una estructura permanente que permitiesecontinuar los trabajos de forma ininterrumpida.

La enorme cantidad de evidencias antropoló-gicas en superficie, la previsión de que dicha den-sidad continuara en toda la secuencia –tal y comopodía observarse en la sección hecha por la exca-vadora– y la necesidad de acelerar los trabajos enla medida de lo posible por estar la construcción

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Lám. I. Fotografía aérea de Caravaca de la Cruz, con ubicación del hábitat(Molinos de Papel) y enterramiento (Camino del Molino) calcolíticos.

Lám. II. Vista general del yacimiento tras las primeras limpiezas. Obsér-vese la sección realizada por la pala y la planta de la cueva.

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de la promoción pendiente de los resultados de laintervención arqueológica, llevaron al diseño deuna metodología que aunara la máxima precisiónen el registro con la mayor rapidez posible delproceso de excavación.

En un primer momento se planteó la posibili-dad de diseñar una cuadrícula aérea que, sujeta a laestructura metálica que cubría el yacimiento, pro-porcionase una georreferenciación fiable del regis-tro, reticulando la superficie de excavación en uni-dades de 1 m2 y cada una de éstas, a su vez, encuatro sectores menores, siguiendo la metodologíapuesta en práctica en yacimientos similares comoMussol y Carritx (Lull et al. 2001) y descartandodesde el principio el dibujo directo de las eviden-cias, como en su día se hizo en San Juan Ante Por-tam Latinam (Vega 1999), pues no garantizaba lasuficiente precisión para este tipo de excavaciones.

Sin embargo, la adopción de un sistema fijo decuadrículas planteaba varios problemas. La altadensidad de restos antropológicos hacía fácil quemuchos individuos o paquetes óseos quedarandistribuidos entre varias unidades de registro con-tiguas y no en una sola unidad, como parecíaaconsejable. Además, una cuadrícula fija iba aobligar a realizar continuas comprobaciones, ra-lentizando de manera notable el trabajo de docu-mentación gráfica, del que a su vez iba a depen-der el de excavación.

Ante esta situación, se optó por una soluciónnovedosa que logró aunar la mayor velocidad po-sible de excavación con un registro de la máximafiabilidad. Para ello se construyó un bastidor me-tálico móvil de 1 m de lado y dotado de cuatropequeñas patas bajo sus vértices, que constituiríala unidad mínima de registro, y se instaló de ma-nera permanente una estación total, así como unordenador y una impresora a color en una casetaaneja a la excavación, procediéndose del siguien-te modo:

1. Excavación de un área cualquiera del yaci-miento siguiendo para ello conexiones anatómi-cas o agrupaciones significativas de huesos.

2. Colocación del bastidor metálico sobre esasuperficie, sin atender a ninguna orientación pre-determinada y cuidando de mantenerlo en unaposición aproximadamente horizontal (4).

3. Con una cámara digital instalada en el extre-mo de una pértiga telescópica y accionada conmando a distancia se fotografía cenitalmente elbastidor (5), otorgándole a la fotografía una nume-ración que se corresponde con su número de cua-drícula, correlativa respecto a las imágenes previasy sin relación alguna con su ubicación concreta.

4. Con la estación total se georreferencian loscuatro vértices del bastidor (6).

5. El archivo de la imagen fotográfica, asícomo los datos de los cuatro vértices, se exportanal ordenador.

6. Con un programa de ortocorrección (7) sealtera la imagen, de manera que el bastidor recu-pera la forma de un cuadrado perfecto (obvia-mente, los límites de la fotografía adquieren for-ma trapezoidal), corrigiéndose así la distorsióninicial de la imagen.

7. Corregida la imagen, se marcan los cuatrovértices del bastidor en la fotografía y se propor-ciona a Autocad la georreferenciación exacta delos mismos.

8. Desde Autocad se importa la imagen, quese coloca automáticamente en el lugar que le co-rresponde gracias a la georreferenciación de losvértices.

9. Con la ayuda de una tabla de digitalización seprocede al dibujo arqueológico del cuadrado fuerade la excavación y como labor independiente de lacontinuación de los trabajos de campo (Lám. III).

10. La imagen ortocorregida se imprime en co-lor, se anota el número del cuadro, la fecha y lascoordenadas de sus cuatro vértices, y se procede allevantamiento de las evidencias fotografiadas, ha-ciéndose sobre el papel anotaciones de cota refe-ridas a las mismas, de forma que queden refleja-das las diferencias que puedan existir en el interiordel cuadro, si un hueso está horizontal o inclina-do, etc., así como si hay restos de cultura material.

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(4) El bastidor se construyó con pletina metálica hueca desección cuadrada y 1,5 cm de anchura, pintándose los decíme-tros en bandas rojas y blancas alternas. En cuanto a las patas, seoptó porque fuesen fijas, complementándose a veces con la co-locación en su base de tacos de madera para lograr una estabili-

dad óptima; se desechó la posibilidad de patas telescópicas porla pérdida de tiempo que podía suponer la regulación de las mis-mas para cada caso.

(5) Se buscó una cámara digital que tuviese una definiciónaceptable pero que al mismo tiempo fuera muy manejable, pesa-ra poco y tuviese accionamiento a distancia. Se optó en este casopor una cámara Pentax A40 de 12 Mpx.

(6) La estación, modelo TopCom GPT-7005, se instaló cer-ca del área a excavar, a una distancia de entre 5 y 9 m, segúnsectores.

(7) Se utilizó el programa Perspective Rectifier v.3.3, quese comercializa con dos versiones, una profesional para trabajosde arquitectura, y otra más sencilla cuya licencia es realmentebarata (50 euros en 2008), que fue la empleada en este caso ycuyas prestaciones cubrían con creces nuestras necesidades.

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De este modo se logró un registro actualizadode la excavación y muy fiable tanto en su defini-ción como en su georreferenciación, y el ritmo deexcavación no estuvo sujeto a la lenta labor de di-bujo, por otra parte ampliamente superada en cuantoa su precisión, pudiendo excavarse simultánea-mente diversos sectores del yacimiento. La exhu-mación de restos se hizo siempre bajo la supervi-sión directa de una antropóloga que iba anotandoen la impresión a color del cuadro cuantas observa-ciones estimaba convenientes, así como el númerode inventario, y marcaba el ritmo de los trabajos.

Respecto al inventario de evidencias, a loshuesos aislados y sin conexión anatómica se lesasignó una numeración única (un hueso, un nú-mero), mientras que cuando formaban paquetes oestaban en posición anatómica se dio un númeroal conjunto; obviamente, los restos se empaqueta-ron de igual modo, anotándose en la caja los nú-meros que contenía, agrupándose las bolsas a su

vez en una mayor que acogiera todos los restosóseos del mismo individuo y/o del cuadro. Con lacultura material se obró como es habitual, indivi-dualizando las evidencias.

Durante el proceso de excavación se separarony/o recogieron además diversas muestras que pre-viamente se habían catalogado como de interéspara el estudio del yacimiento, principalmente desedimento para diferentes estudios (paleodieta,granulometría, sedimentología, parasitología, etc.)y concentraciones de carbones. Además, se apar-taron para su ulterior flotación y estudio antraco-lógico 5 m3 de sedimento.

Con respecto a los medios materiales emplea-dos durante la labor de excavación, aparte del usocotidiano de punzones de madera y pinceles finosque minimizasen el daño sobre el registro óseo,la limpieza de las áreas de trabajo y la retiradade sedimento se realizó casi exclusivamente me-diante el empleo de cinco aspiradores industriales

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Lám. III. Proceso de dibujo a partir de una imagen digital cenital ortocorregida.

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móviles y con velocidad regulable; su uso permi-tió agilizar enormemente el trabajo de excavacióny solucionar muchos problemas de extracción desedimento entre huesos, así como disponer conti-nuamente de una superficie limpia y susceptiblede ser fotografiada en condiciones óptimas.

Al término de la campaña se habían otorgadoalgo más de 1700 números de cuadro. Sirva comodato indicativo del volumen de trabajo que losrestos óseos, una vez embalados, se almacenaronen cajas de cartón que sumaron 500 m3, mientrasque la cultura material cupo en sólo 10 cajas quesumaron cerca de 1,5 m3. Estos datos permitendar una idea del volumen de material recuperadoy de la infraestructura necesaria que han genera-do los trabajos. Finalizada la excavación, y dadoque el yacimiento iba a ser desmontado de mane-ra inminente, se efectuó un escaneo 3D de todala cavidad, tarea realizada por un equipo de laUniversidad de Granada que se ofreció a colabo-rar en esta fase de documentación final del yaci-miento (8).

4. DESCRIPCIÓN DE LA ESTRUCTURAFUNERARIA

Originalmente el yacimiento consistió en unacueva natural formada en los travertinos por diso-lución y derrumbamiento progresivo de parte desus paredes, retocándose posteriormente tanto és-tas como el suelo hasta darle una apariencia simi-lar a un fondo de cabaña (Lám. IV). La base, pla-na y con una inclinación apenas perceptible, teníaun diámetro próximo a los 7 m, y la altura com-pleta de la cavidad se estima en 4 m de los quesólo se conservan los dos inferiores. En el centrode la cubierta, hacia la que convergían las pare-des, debió existir una abertura de unos 2-3 m dediámetro por la que penetró directamente agua delluvia a lo largo de toda la secuencia de uso dellugar, como se ha podido constatar en el estudiosedimentológico del depósito situado en el centrode la cueva. Tanto por esa abertura como por almenos dos pequeños sifones laterales penetraronademás aguas de escorrentía que aportaron unasedimentación con acumulación de gravas de di-verso gramaje, en mucha menor medida lodos,dándose la particularidad de que el lugar debió

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(8) Agradecemos la disponibilidad del Dr. Esquivel, delDepartamento de Prehistoria de la Universidad de Granada, quese ofreció a realizar esta tarea.

Lám. IV. Vista aérea del enterramiento de Camino del Molino una vez finalizada la excavación.

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anegarse con frecuencia durante su dilatado usocomo área sepulcral.

El suelo presentaba un piqueteado que afecta atoda su superficie, sobre el cual se extendió unafina capa de arcilla amarilla de 1-2 cm de espesor.Encima de este suelo se realizaron tres fuegosque generaron una capa homogénea de carbonesde igual espesor, sobre los que se colocaron frag-mentos de cerámica en posición horizontal, nor-malmente correspondientes a vasijas de almace-naje, formando un pavimento continuo a partirdel cual se inició la colocación de los cadáveres.

Además, en el suelo se identifican diversasperforaciones cilíndricas de diámetro variable. Lamayor de ellas, de 35 cm de diámetro y 55 de pro-fundidad, se ubica en el centro geométrico de lacueva, mientras que el resto parece dibujar un im-perfecto semicírculo paralelo a la pared septen-trional de la cavidad y distante de ésta en torno a1 m, y algunos agujeros de poste más aparecenpegados a la pared en ese mismo sector. Provisio-nalmente entendemos que todas estas perforacio-nes pudieron sustentar una estructura de maderaque facilitara el acceso a la cueva desde la abertu-ra superior, ya que la propia sedimentación y lapotencia estratigráfica del enterramiento hacenque descartemos una entrada lateral que habríaquedado totalmente colapsada. Durante la exca-vación se localizaron varios fragmentos de barrosendurecido con improntas de maderas y otras fi-bras vegetales, que pudieron formar parte de esaposible estructura de acceso.

5. SECUENCIA DE ENTERRAMIENTO

La fosa albergaba en su interior un depósitode 1,70 m de potencia, no observándose en lasección hecha por la excavadora la existencia dehiatus, sino más bien una secuencia continua de de-posición de restos humanos, frecuentemente in-tercalada por breves y localizados episodios deinundación parcial por aguas de escorrentía y, a losumo, dos posibles momentos de regularizaciónde la superficie, quizás vinculados a sendos epi-sodios de pequeños derrumbamientos que, porotra parte, se produjeron también esporádicamen-te a lo largo de toda la secuencia. Aunque la mi-tad superior de la cueva desapareció a inicios delsiglo XX, parece que apenas se alteró el depósitode su interior, por lo que la secuencia parece com-pleta.

Las primeras dataciones absolutas, así como lacolocación de los individuos y la ulterior reubica-ción de parte de los mismos, permiten plantear unuso del lugar como lugar de deposición continuade individuos completos, muchos de ellos sujetosa fenómenos de recolocación, al margen de otrotipo de movimientos postdeposicionales que pu-dieron producirse de manera fortuita o intencio-nal, como veremos.

Bajo este marco general, conviene insistir entres cuestiones que consideramos fundamentalespara la comprensión del yacimiento: el númerode inhumados, la composición de los mismos y laescasez de elementos de ajuar.

A falta aún de un estudio detallado, actual-mente en curso, se ha hecho una estimación pro-visional a partir del recuento de cráneos humanosque permite calcular un NMI de 1300, cifra queescapa a cualquier tipo de comparación con otrosyacimientos de igual cronología a nivel peninsu-lar y europeo. A estas evidencias antropológicashay que sumar restos de, al menos, 50 cánidoscompletos que también formaron parte del ritualde enterramiento.

Un segundo rasgo destacable es la composi-ción de ese registro antropológico. A tenor de lasobservaciones preliminares hechas durante la ex-cavación, estamos ante la representación de unapoblación calcolítica completa. A falta de los re-sultados definitivos, en torno al 30 % correspon-de a población infantil (Infantil 1 + Infantil 2,esto es, menores de 14 años), incluidos neonatos,mientras que el resto de evidencias pertenece atodos los sectores de edad y tanto a mujeres comoa hombres.

La tercera cuestión relevante, que supone tam-bién un rasgo distintivo del yacimiento, es laescasez de elementos de acompañamiento. Lacomparación con cualquier otro enterramientomúltiple nos lleva a afirmar que, desde este puntode vista, el ajuar es muy escaso y que la inmensamayoría de inhumados no se acompañaron deningún objeto. Téngase en cuenta que el enterra-miento no está expoliado y que, exceptuando ese15 % destruido durante su descubrimiento, la ex-cavación ha afectado a un registro aparentementeintacto desde un punto de vista arqueológico.

Se inicia la secuencia depositando individuoscompletos sobre el suelo de la cámara pero deforma mayoritariamente perimetral, junto a lasparedes de la misma, documentándose pequeñasrecolocaciones en forma de desplazamientos late-

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rales para la acomodación de sucesivas deposi-ciones y quedando libre de restos toda la zonacentral de la oquedad.

Dicha dinámica se prolonga en el tiempo, rea-lizándose sucesivas colocaciones sobre las áreasen las que previamente ya se habían depositadootros individuos (Lám. V). Aparentemente, con-forme dicho anillo perimetral experimenta unaacumulación excesiva de restos (salvo que existauna causa ritual que se nos escapa), numerososrestos de individuos ya no sólo son desplazadoslateralmente sino que se reubican directamente enel centro de la cavidad. De este modo se inicia undoble proceso de acumulación:

a. Por una parte, se colocan restos “en prime-ra inhumación” sobre todo junto a las paredes yjunto o encima de individuos anteriores, generán-dose una cierta estratigrafía vertical a base de co-locaciones en horizontal de individuos.

b. Al mismo tiempo, algunos de los restos deindividuos anteriores, como consecuencia de lareestructuración de los espacios, son parcial ocompletamente reubicados –ya no hablamos dedesplazamientos laterales– en el centro de la cá-

mara, dispuestos sin orden aparente. Estos restos,en disposición caótica, sufren un índice de astilla-miento muy superior a los ubicados cerca de lasparedes, abundando las fracturas por flexión enhuesos largos, que atribuimos al tránsito sobreellos, documentándose incluso aplastamientos dealgunos cráneos, si bien es cierto que la mayoríade ellos se reubican y preservan junto a las pare-des del sepulcro (Lám. VI).

De este modo se fue originando en el centrode la cámara una acumulación anárquica de res-tos humanos y animales, así como de algunos ob-jetos de ajuar. Desde un punto de vista sedimenta-rio hay que destacar que este sector central de lacavidad está definido por una textura grumosa,con numerosos huecos entre los huesos; interpre-tamos estos rasgos en relación con el posible granorificio central de la cubierta. Conforme se va ge-nerando esta acumulación central va aumentandoigualmente la cota a la que se siguen colocandorestos humanos en disposición primaria junto alas paredes, donde además se van recolocando lamayor parte de los cráneos de los individuos re-movidos anteriormente, siendo éste un rasgo tan

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150 Joaquín Lomba Maurandi et al.

Lám. V. Vista general del enterramiento de Camino del Molino en pleno proceso de excavación. Obsérvesela densidad de restos antropológicos, así como el alto índice de astillamiento en la zona central del mismo.

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destacable a nivel general como la acumulaciónanárquica de huesos, muy fracturados, en el cen-tro del sepulcro.

Ambos procesos –amontonamiento central ysucesivos depósitos primarios laterales– generanla progresiva colmatación de la cavidad medianteuna estratigrafía apenas visible en la sección he-cha por la excavadora, pero muy evidente si aten-demos a las características del registro horizontal.Esta propuesta es además coherente con el plan-teamiento de una entrada a la cámara desde unaposición elevada y que permitiera el acceso direc-to al área central, que actuaría como lugar desdeel cual se redistribuyen los restos, tanto los de losúltimos finados como los anteriores, siguiendo ladinámica ya comentada.

Conviene llamar la atención sobre el hechode que en la zona central, aunque la mayor par-te de restos carece de conexión anatómica y pre-senta un alto índice de fragmentación por fle-xión/aplastamiento, también encontramos otrosque aún mantienen articulaciones parcialmente y,en unos pocos casos, algunos que configuran alindividuo casi completo. En la base de esta zona,

además, sí que encontramos algunos individuosen posición primaria.

De forma preliminar podemos decir que la reu-bicación de restos hacia el centro de la cámara, olos desplazamientos laterales en el área perimetral,se producen en muchas ocasiones cuando aún per-manecen sin descomponer totalmente los tejidosblandos, pues se mantienen parcialmente las co-nexiones anatómicas. Además, queda abierta laposibilidad de que el mantenimiento de ciertas co-nexiones y posturas se deba a que aún se conserva-ban elementos que hicieran las veces de mortaja,siendo especialmente ilustrativos los casos en losque un individuo aparece con las piernas estiradasen direcciones diferentes pero manteniendo aún laconexión anatómica, mientras que brazos y ante-brazos permanecen aún muy flexionados y adosa-dos a restos de la caja torácica.

Esta dinámica se mantiene en la práctica tota-lidad de la secuencia, alterándose en su fase final,cuando la superficie completa de la fosa presentaindividuos (humanos y cánidos) en posición ana-tómica y las remociones podrían deberse exclusi-vamente a fenómenos de tipo tafonómico.

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Lám. VI. Junto a las paredes de la cueva se acumulan los cráneos, junto con una mayor presen-cia de individuos en posición.

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Durante la excavación se ha detectado una altapresencia de pequeños carbones, e incluso en algu-na ocasión restos óseos que han sufrido de maneramuy puntual la acción directa del fuego. A falta deque se proceda a la caracterización de los restosantracológicos, planteamos la posibilidad de queformen parte de teas que mantuvieran a las alima-ñas alejadas del enterramiento, que participasen dealgún tipo de estrategia profiláctica o que simple-mente facilitaran la visibilidad en el interior de lacueva.

Provisionalmente no se observan diferencias enla cultura material entre el último momento de usoy los anteriores, mientras que sí que ha cambiadola dinámica deposicional, de forma que la diferen-ciación entre la acumulación central y las disposi-ciones laterales queda desdibujada en el últimomomento de uso del enterramiento, mientras quese sigue apreciando un aspecto grumoso en el sedi-mento ubicado en el área central del sepulcro, quese correspondería con la abertura cenital, por loque de ser correcta esa reconstrucción su existen-cia sería común a toda la vida útil de la cavidad.

En cuanto a la disposición de los restos indivi-duales, la colocación primaria responde mayori-

tariamente a la posición clásica de cuerpo flexio-nado con los brazos y antebrazos plegados sobresí y apoyados sobre el tórax, con las manos entreel mentón y el esternón, y las piernas flexionadassobre el abdomen, menos la derecha que la iz-quierda, apoyándose todo el cuerpo en el suelosobre este último costado. Sólo tenemos certezasobre posiciones primarias en este tipo de dispo-siciones, mientras que el resto pueden ser tam-bién debidas a movimientos postdeposicionales,destacando entre éstas la de algunos individuoscon piernas articuladas pero sin posición determi-nada, mientras que brazos y antebrazos permane-cen flexionados sobre el tórax. De forma minori-taria se localizan individuos que se disponen enposiciones que entendemos como atípicas, tum-bados e incluso boca abajo. Particular es el casopeculiar, por ejemplo, de un individuo depositadoen los primeros momentos de uso funerario dellugar, colocado boca abajo directamente sobre elsuelo de la cámara y con los brazos cruzados so-bre el sacro a la altura de las muñecas, adoptandouna postura que se corresponde perfectamentecon la característica de un individuo maniatado ala espalda (Lám. VII).

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Lám. VII. Individuo n.º 123, situado directamente sobre la base de la cavidad, en una posiciónoriginal anómala y con los brazos cruzados a la espalda (Camino del Molino, Caravaca).

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Además del registro antropológico, es un ele-mento a destacar la presencia de cánidos comple-tos (Lám. VIII), que encontramos a lo largo detoda la secuencia y sujetos a las mismas dinámi-cas que los restos humanos. Dichos individuosaparecen completos en la mayoría de ocasiones, oestando recolocados muestran evidencias de ha-ber estado completos en su estado original, inde-fectiblemente en posición flexionada. Se docu-menta este tipo de ritual en el último momento deuso de la fosa, pero también en niveles inferiores,e incluso en la base de la secuencia.

6. CULTURA MATERIAL

Uno de los rasgos más llamativos del enterra-miento de Camino del Molino es la gran escasezde ajuar funerario. La mayoría de inhumados ca-rece de bienes de acompañamiento: varias dece-nas de vasijas cerámicas; 30 puntas de flecha,otras tantas láminas, un puñal y diversas tabletasretocadas, en sílex; en torno a 30 punzones y vari-llas planas, en hueso; 5 hachas pulimentadas; di-versas cuentas de collar pertenecientes a unos po-cos collares; y en metal 17 punzones de sección

cuadrada (uno de ellos aún enmangado en unatibia de perro) (Lám. IX), una punta y un magní-fico puñal de lengüeta de 32 cm de longitud. Que-dan fuera de este cómputo, obviamente, los frag-mentos cerámicos empleados para el pavimentode base del enterramiento.

Entre las vasijas del ajuar destacamos variaspiezas carenadas que formalmente responden a loque habitualmente consideramos como tulipas ar-gáricas, de dimensiones muy reducidas, situadasen la parte superior de la secuencia (Lám. X), yde las que encontramos paralelos en el enterra-miento calcolítico de Cueva del Calor (Cehegín)(Martínez Sánchez y San Nicolás del Toro 1993),en los Abrigos del Pozo (Calasparra) (MartínezSánchez 1994) y en el megalito de Murviedro(Lorca) (Idáñez 1987), interpretados hasta ahoracomo intrusiones argáricas, algo que a tenor delos hallazgos en Camino del Molino debe poner-se en tela de juicio, pues queda constatada suvinculación a contextos claramente calcolíticos.Los yacimientos citados están, respectivamente, ados horas, a una y a dos jornadas de camino a pie.No hay cerámica decorada, a excepción de unvaso con chevrons horizontales incisos (Lám. XI)cuya silueta es idéntica al conocido vaso de

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Lám. VIII. Cánido completo y en posición primaria.

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carena baja y con decoración oculada de LosMillares, y algún fragmento cerámico con po-sibles triángulos incisos rellenos de puntos im-presos (9). Excepto las citadas tulipas, el resto devasijas presenta un elevado índice de fragmen-tación, acorde con los movimientos postdeposi-cionales detectados en el registro antropológico.Provisionalmente, y a la espera de finalizar su es-tudio, podemos estimar que quizás se alcance lacifra de dos centenares de vasijas.

Entre los elementos de sílex destacan diversaspuntas de base cóncava de cronología campani-forme, así como algunas de apéndices invertidosque también se consideran tardías (Soler 2002),en un contexto en el que predominan las foliáceasy las puntas de pedúnculo y aletas muy desarro-lladas. Otro elemento de sílex de interés es un pu-ñal o alabarda sobre tableta de más de 30 cm delongitud (Lám. XII), cuyos bordes presentan unretoque simple profundo y bifacial que da lugar asendos filos rectilíneos que convergen en un ex-tremo aguzado. Este tipo de soporte tabular esabundante tanto en el enterramiento como en el

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Lám. IX. Punzón de cobre de sección cuadrada, enmangado en una tibia de perro (Camino del Molino).

Lám. X. Vasito carenado, con cocción deficiente y de re-ducidas dimensiones (Camino del Molino).

(9) Actualmente se está procediendo a la limpieza e inven-tario de materiales, por lo que el trabajo de definición de vasijascompletas está aún en curso, de manera que provisionalmenteno es posible aportar más información en este sentido.

Lám. XI. Vaso con pseudocarena, en la base de la se-cuencia, con decoración de chevrons horizontales y líneaincisa marcando la inflexión de la pared (Camino del Mo-lino).

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hábitat asociado, en forma de fragmentos de pu-ñales y alabardas, así como de piezas retocadassin adscripción tipológica clara. El uso de ta-bletas de sílex y calcita es relativamente frecuen-te en yacimientos del interior murciano, sobretodo en fechas avanzadas del Calcolítico, pu-diendo proceder de diversos afloramientos delárea de Archivel, a una jornada al oeste del yaci-miento, o de Jumilla, a dos jornadas hacia el este.Junto a estos materiales encontramos una treinte-na de láminas completas, dos de ellas raspadores,así como diversos fragmentos laminares y nume-rosas lascas de sílex de pequeñas dimensiones ysin retoque, un rasgo éste característico de nu-merosos enterramientos calcolíticos de la zona(Lomba 1995).

Con respecto a las cuentas de collar, la mayo-ría presentan la tipología habitual plana de sec-ción de cilindro, estando confeccionadas en con-cha y piedra, destacando un conjunto formadopor unas 50 piezas tubulares realizadas en huesode ave, trabajadas en sus extremos, y que apare-

cieron concentradas principalmente sobre el tóraxde un individuo.

Actualmente todo este material se encuentraen proceso de estudio, por lo que la informacióndisponible es aún escasa.

7. CRONOLOGÍA

Durante el proceso de excavación se han en-viado nueve muestras para datación radiocarbóni-ca, tres de ellas ya fechadas, y en los próximosmeses se enviarán quince más. Las tres sirvenpara datar provisionalmente el inicio y final de lasecuencia, así como un momento intermedio dela misma (Tab. 1). La primera muestra correspon-de a un hueso humano de la base del enterramien-to y, por tanto, se asocia al inicio de la secuencia;la segunda, sobre astrágalo, se tomó a +83 cmrespecto a esa base, y la tercera, sobre el mismotipo de hueso, a +104 cm. Así, y a la espera deconfirmación con el resto de muestras, desde elinicio de la secuencia y hasta que el depósito al-canzó una potencia de 105 cm transcurrieron ape-nas 300 años. Otro dato interesante es la proxi-midad de dos de las fechas, 3950 � 40 BP y3990 � 40 BP, entre las cuales median 38 cm envertical, a pesar de lo cual se plantea una ciertaincoherencia por ser la de cota superior 50 añosanterior a aquélla que se encuentra por debajo.Aunque el margen de error permitiría admitir eseposible desfase cronológico, hemos de valorarque éste tenga un origen postdeposicional en rela-ción con el fenómeno de acumulación progresivade huesos en el centro de la cámara, de forma quees posible que la última fecha se correspondarealmente con un momento de inhumación sin-

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Lám. XII. Alabarda de sílex tabular.

Dataciones absolutas (Camino del Molino, Caravaca, Murcia)

MuestraBP

13C/12C 15N/14NCal (a 2 sigmas)

media convenc. ANE BP ANE BP

Beta-244973 4170 � 40 4260 � 40 –19.4 +9.5 29202870

48704820

28002780

47404730

Beta-244974 3850 � 40 3950 � 40 –19.0 +10.2 25702510

45204460

25002340

44504290

Beta-244975 3900 � 40 3990 � 40 –19.5 +8.5 25802460

45304410

– –

Dataciones absolutas (Camino del Molino, Caravaca, Murcia)

MuestraBP

13C/12C 15N/14NCal (a 2 sigmas)

media convenc. ANE BP ANE BP

Beta-244973 4170 � 40 4260 � 40 –19.4 +9.5 29202870

48704820

28002780

47404730

Beta-244974 3850 � 40 3950 � 40 –19.0 +10.2 25702510

45204460

25002340

44504290

Beta-244975 3900 � 40 3990 � 40 –19.5 +8.5 25802460

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Tab. 1. Datos de las tres fechas C14, sobre hueso humano, procedentes del yacimiento. Todas las fechas de las últimascuatro columnas son a 2 sigmas.

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crónico o ligeramente anterior al de la fecha de3850 � 40 BP. El estudio detallado de los indivi-duos datados está actualmente en curso, junto conel de otras 18 dataciones de las que áun no tene-mos resultados.

De las tres fechas disponibles, la más antiguade ellas corresponde al inicio de la secuencia y seubica en un momento precampaniforme, pues enel entorno geográfico del Sureste sólo una fechavinculada a campaniforme (Los Millares XIX) esanterior a la de Camino del Molino. Las otras dosestán perfectamente dentro de lo que se esperapara los materiales a los que se asocian, esto es,horizonte campaniforme, que en el caso que nosocupa se traduce en los punzones de sección cua-drada, el puñal de lengüeta y algunas puntas desílex.

Dado el carácter preliminar de este trabajo,preferimos no profundizar en la interpretación deestas fechas hasta que no conozcamos el resto dedataciones y hayamos procedido al estudio deta-llado del registro material. En esa línea, la refe-rencia a algunas dataciones de otros yacimientosno pretende ser una relación exhaustiva sino tansólo un marco general de referencia. No obstante,sí que pueden plantearse algunas cuestiones rela-tivas a la interpretación general del yacimiento.

8. UNA PRIMERA VISIÓNDEL YACIMIENTO: PROPUESTASDE TRABAJO

Varios son los rasgos que convierten a Caminodel Molino en un yacimiento excepcional, no sólopor las evidencias que lo conforman sino tam-bién, y quizás principalmente, por los interrogan-tes que plantea.

El primer elemento que llama la atención es elelevado número de inhumados. Aunque se tratede una cifra provisional, 1300 individuos escapana toda comparación: en San Juan Ante PortamLatinam (Laguardia, Álava) los restos represen-taban a 289 individuos (Vega 1999), y más le-jos aún quedan los en torno a 200 de Can Marto-rell (Barcelona), también calcolíticos (Mercadal yAgustí 2003; Petit y Pedro 2005), y ya en la Edaddel Bronce, los de Mussol y Carritx, en Menorca(Lull et al. 2001; Rihuete 2002). Ciñéndonos alNeolítico y Calcolítico, y hechas las referidas ex-cepciones vasca y catalana, lo habitual es que losenterramientos múltiples, en recintos megalíticos

o en cuevas, alberguen grupos de en torno a 5,20-30 individuos, sobre 50, y muy excepcional-mente por encima del centenar de sujetos.

El ritual de enterramiento múltiple y extramu-ros, característico del Calcolítico de la zona, esinterpretado comúnmente como resultado de lapreponderancia del sentimiento de pertenencia algrupo (Matthers 1984) frente a la individualidadque veremos reflejada en la Edad del Bronce através de las inhumaciones únicas, raramente do-bles y excepcionalmente triples, habitualmente enel interior de los poblados y con mucha frecuen-cia bajo o junto a las viviendas. La reutilizaciónde silos en el Calcolítico escapa obviamente aesta dinámica de enterramientos múltiples y ex-tramuros, pero también es cierto que se adscribe aunas circunstancias muy concretas en las queaquí no podemos profundizar. No hay duda deque en esa ya larga relación de enterramientosmúltiples está además presente solamente, comoocurre en época argárica, un pequeño sector de lapoblación: “faltan” inhumados si comparamos elregistro funerario con los hábitats con los que serelacionan. En Camino del Molino el panoramaes muy diferente.

Además, aunque los datos sean provisionales,todo apunta a que están representados en ampliasproporciones ambos sexos y todos los segmentosde edad, algo que parece indicar que no estamosante una selección sino ante la totalidad o prácti-ca totalidad de la población de Molinos de Papel(en el hábitat se han localizado unos pocos en-terramientos individuales amortizando silos). Lahorquilla cronológica que indican las datacionesabsolutas del enterramiento, combinada con elnúmero de inhumados, podría estar apuntando, deser cierta la hipótesis de que está representadocasi el 100 % de fallecidos, una población de al-rededor de 70-80 personas que debieron depositara sus finados durante cerca de 350 años.

El registro arqueológico del hábitat marcapautas similares a las observadas en el ente-rramiento, esto es, cronologías de finales del Cal-colítico, con presencia de elementos del horizontecampaniforme, y ausencia por el momento deevidencias que permitan inferir grandes dife-rencias económicas y sociales, aunque se docu-mentan tareas de índole colectivo de cierta enti-dad como la excavación de grandes fosos o laerección de estructuras que podrían interpretarsecomo defensivas, pero que en algunos casos sonfosas por las que parece haber circulado agua. El

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referido horizonte campaniforme en el poblado setraduce en unos pocos elementos metálicos (pun-zones de sección cuadrada y puntas Palmela),también siguiendo el modelo del enterramiento.

La comparación entre hábitat y enterramientopermite provisionalmente plantear como hipóte-sis de trabajo que Camino del Molino albergó sino a toda, sí a buena parte de los antiguos pobla-dores del hábitat de Molinos de Papel, un asenta-miento basado en actividades agropecuarias en elque, salvo algunos elementos aislados de metalque apuntan en otra dirección, la cultura materialmuestra una gran uniformidad. El estudio detalla-do de enterramiento y hábitat, en la perspectivamencionada, es la primera de las distintas líneasde investigación que se abren tras los resultadospreliminares de la excavación del enterramiento.

Desde esa misma perspectiva debemos señalarque en el hábitat, que se excava actualmente si-guiendo los ritmos de urbanización de la zona, enalgunas estructuras domésticas abandonadas seha documentado un fenómeno de amortizacióncomo depósito funerario traducido en inhumacio-nes individuales con nulo o escaso ajuar, salvo unindividuo que portaba un importante conjunto demarfiles con perforaciones en V (10). También sehan localizado algunos restos de cánidos.

La ausencia o escasez extrema de ajuar, la pro-pia disposición flexionada de los inhumados y laaparición de cánidos como parte del ritual funera-rio son tres elementos que abren una segunda lí-nea de trabajo: cómo compaginar que un hábitatcalcolítico, con un área sepulcral extramuros per-fectamente definida y que parece aglutinar a lapráctica totalidad de inhumaciones, realice inhu-maciones intramuros con similar rito de enterra-miento, salvando el hecho de que en un caso setrata de un enterramiento múltiple y en los otrosde individuales ¿Está reflejando este hecho elmomento de tránsito de la inhumación múltiple yextramuros a la individual y efectuada en el inte-rior de los asentamientos? Las inhumaciones ensilos y fondos amortizados de Molinos de Papel,¿deben interpretarse como intramuros o quedan

fuera del área doméstica una vez que ese sector seabandona en favor de otro adyacente y, en esecaso, sigue manteniéndose la dinámica de deposi-tar a los fallecidos fuera del asentamiento, aunqueaportándose como novedad el carácter individualdel enterramiento? ¿Puede establecerse algún tipode relación entre los individuos acompañados decánidos aparecidos en el asentamiento y aquellosdocumentados en el enterramiento múltiple deCamino del Molino? ¿Por qué asistimos a una di-ferenciación ritual tan notable a la hora de selec-cionar el lugar de enterramiento? El hecho de queencontremos en la cavidad objetos de elevadovalor añadido (los elementos metálicos, el pu-ñal-alabarda de sílex, y probablemente tambiénlos cánidos) pero que al mismo tiempo la propor-ción de ajuares sea muy baja descarta que sóloesté depositado un sector de la población.

Otro rasgo importante para la investigación esla documentación de inhumación de cánidos noen estructuras domésticas amortizadas para usofunerario sino en un sepulcro múltiple en toda re-gla y ubicado extramuros. Los paralelos de ritua-les funerarios que incorporan cánidos son ya nu-merosos en la mitad meridional de la PenínsulaIbérica, pero siempre se circunscriben a silos yfondos de cabaña amortizados, pudiendo acom-pañar a inhumaciones individuales o de unos po-cos individuos, e incluso se conocen casos de en-terramientos exclusivamente de cánidos en loscascos urbanos de Lorca y Monteagudo, en Mur-cia. No son estos los únicos animales que parecenparticipar en las exequias como parte del ritual,pues también hay documentados en otros yaci-mientos ovicápridos, bóvidos e incluso équidos,si bien en Camino del Molino sólo hay cánidos,además de algún resto aislado de otras especies.

La presencia de cánidos se ha interpretado enrelación con la ganadería (Cámara 2001: 108), unaactividad que experimenta un incremento destaca-ble conforme avanza el Calcolítico y que se con-vierte en una notable actividad económica durantela Edad del Bronce. Que documentemos este ritualen un enterramiento múltiple y extramuros puedeestar reflejando el reconocimiento del valor de esetipo de actividad económica en el seno de las co-munidades calcolíticas del último tercio del III mi-lenio a.C., y su inclusión en el sepulcro podría va-lorarse como un auténtico bien de prestigio, en unafase inmediatamente anterior al cambio de rito, demúltiple a individual y de extramuros a vinculadoa estructuras domésticas diferenciadas de la colec-

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(10) Para un estudio detallado de dicho conjunto se puedeconsultar López Padilla, J.A. (e.p.): “Dinámica de la Produccióny consumo de marfil en el Sudeste y área Centro-Meridional delLevante Peninsular entre c. 2200 BC - c.1200 BC”. En T.X.Schuhmacher y J.A. López Padilla (ed.): Marfil y Elefantes enla Península Ibérica y el Mediterráneo, MARQ, Museo Ar-queológico de Alicante (26 y 27 de noviembre de 2008). Ibe-ria Archaeologica 16 (1). Deutsches Archäologisches Institut -MARQ. Diputación de Alicante.

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tividad del conjunto del asentamiento. Esta es unatercera línea de investigación vinculada a los resul-tados de la excavación.

Las fechas radiocarbónicas, pero sobre todolos movimientos postdeposicionales y la presen-cia de diversos sedimentos de escorrentía interca-lados en la secuencia, descartan la posibilidad deque estemos ante un momento único de inhuma-ción, algo que podría haber explicado la enormecantidad de individuos e incluso la extrema esca-sez de bienes de acompañamiento. Sin embargo,aunque sean escasos, los hay, y si bien los obje-tos de hueso, metal y sílex, así como las cuentasde collar, podrían interpretarse como “elementosportables”, esto es, que podrían simplemente for-mar parte del fardo funerario en tanto que puedenser parte del adorno o de la panoplia personal, noes posible explicar del mismo modo los reci-pientes cerámicos, necesariamente depositados exprofeso en el interior de la fosa.

No obstante, sigue siendo atípica tanto la can-tidad de individuos como el hecho de que aparen-temente pueda estar depositada en Camino delMolino la práctica totalidad de la población. Escierto que tendemos a interpretar este fenómenocomo reflejo de un cierto tipo de sociedad, que eneste caso incluiría a individuos señalados (losacompañados de perros y de elementos metáli-cos) pero en la que, por las razones que sean, pri-ma la pertenencia al grupo del conjunto de habi-tantes del poblado, que básicamente no presentanuna diferenciación social (práctica ausencia deajuar o ausencia absoluta de éste), sea porque ladiferenciación no es significativa, porque no esun elemento a tener en cuenta en el enterramien-to, o simplemente porque no existe. En la idea deprofundizar al respecto, se han diseñado una se-rie de estrategias con el fin de intentar detectardiferencias entre los inhumados: estudio de lahelmintofauna –trematodos, cestodos y nemato-dos– de la población humana, análisis molecu-lares orientados a la detección de parasitosis sis-témicas a partir de los restos de médula ósea,análisis de dieta mediante elementos-traza, y es-tudio de isótopos estables.

Desde una perspectiva más estrictamente ar-queológica son varios los dilemas que plantea elyacimiento, sobre los cuales debemos hacer tam-bién algunas propuestas iniciales. La interpre-tación del yacimiento debe conjugar la cons-tatación de “colectivismo” que hace prevalecer elconcepto de pertenencia al grupo, con la presen-

cia de elementos que claramente diferencian a al-gunos individuos. Si es cierta la vinculación deinhumaciones de cánidos junto a algunos indivi-duos con la actividad ganadera, sin duda ésta tuvouna importancia notable entre los habitantes delpoblado de Molinos de Papel, pues tanto en algu-nos silos amortizados en el área de asentamientocomo en el propio sepulcro múltiple de Caminodel Molino hallamos esta modalidad funeraria.

Aunque la cultura material es real y propor-cionalmente escasa, plantea algunas cuestionesde interés, más allá de las ya comentadas en rela-ción con unos u otros objetos en concreto. Una deellas es la presencia de pequeñas vasijas carena-das que formalmente nos remiten directamente alconcepto de tulipa argárica, una de ellas localiza-da en superficie y por tanto fuera de contextopero proveniente del último momento de uso delenterramiento, mientras que la otra se vincula es-tratigráficamente a materiales del horizonte cam-paniforme y dataciones absolutas en torno a 3950BP. Estando fuera de toda duda su contextualiza-ción, la aparición de esta última es una óptima su-gerencia a indagar en el origen real de algunosmorfotipos propios del mundo argárico en uncontexto de Calcolítico Final en el que están aúnvigentes todas y cada una de las formas y mane-ras preargáricas, tanto en lo que se refiere al mo-delo de enterramiento como a los materiales quese acompañan, sobre todo las puntas de flecha ensílex, uno de los grandes ausentes en los contex-tos de la Edad del Bronce, y las varillas planas dehueso. De momento queda abierta también la po-sibilidad de que estas vasijas sean alóctonas yprovengan de lugares en los que ya se ha desarro-llado lo que entendemos por complejo argárico,en cuyo caso deberíamos interpretarlas como ele-mentos significados por su valor añadido, sin queentremos de momento en mayores consideracio-nes, pues dicho valor podría estar basado en la ra-reza de las piezas en el contexto geográfico de lastierras del interior, pero también podría justificar-se si se relacionan con individuos de procedenciaforánea, que se han enterrado también en Caminodel Molino y que por tanto han penetrado en lared social de esa comunidad.

Con respecto al tratamiento dado a los restoshumanos, en la fase en la que se encuentran lostrabajos poco podemos decir. No obstante, sí queconviene insistir en que se mantiene esa ciertanorma de deposición primaria en posición flexio-nada y habitualmente sobre el costado izquierdo,

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sujeta con frecuencia a remociones parciales ocompletas que parecen tener que ver con una ade-cuación del espacio que permitiera la continua-ción de los enterramientos pero, obviamente, ga-rantizando el mantenimiento del vínculo espacialde los recién fallecidos con sus antepasados ycongéneres, de ahí que aparentemente parezcaque la totalidad de los restos, removidos o no,permanezcan en el interior de la fosa. En princi-pio descartamos fenómenos de segunda inhuma-ción y de selección de restos para constituir pa-quetes funerarios que, por otra parte, no se hanlocalizado.

El hallazgo de Camino del Molino abre nue-vas líneas de investigación en el Calcolítico de lazona. Por primera vez contamos con un registropoblacional prácticamente completo que permiti-rá, entre otros, estudios detallados sobre pirámi-des de muerte y rasgos antropológicos y paleopa-tológicos de una muestra muy significativa y queincluye ambos sexos y todas las edades de unapoblación durante unos 350 años, además delanálisis detallado de su ajuar y de rasgos relacio-nados con dieta y salud de esa población. Estetrabajo tiene la pretensión de presentar el hallaz-go, los primeros resultados y las orientacionesque están rigiendo su investigación.

BIBLIOGRAFÍA

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El enterramiento múltiple, calcolítico, de Camino del Molino (Caravaca, Murcia)... 159