Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

  • Upload
    abb2010

  • View
    220

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    1/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 95

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURADE EL ARGAR. EL CONSUMO COMUNAL DE BÓVIDOS YOVICÁPRIDOS EN LOS RITUALES DE ENTERRAMIENTO

    POWER AND PRESTIGE IN ARGAR CULTURE SOCIETIES. THE COMMENSALCOMPSUMTION OF BOVIDS AND OVICAPRIDS DURING FUNERARY RITUALS

    GONZALO ARANDA JIMÉNEZ(*)JOSÉ ANTONIO ESQUIVEL GUERRERO (*)

    TRABAJOS DE PREHISTORIA64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    RESUMEN

    La fuerte normalización de los ajuares cárnicos en lassepulturas argáricas permite plantear que, como parte deritual funerario, se procedió al sacrificio de bóvidos y ovi-cápridos que serían consumidos en rituales de comensali-dad. Un trozo de carne de estas especies animales, siemprecorrespondiente a una de las extremidades, formaría partedel ajuar funerario, lo que supondría la participación sim-bólica del muerto en el propio ritual. La adscripción socialde los individuos determinaría el tipo de carne consumida.Los bóvidos serían sacrificados sólo como parte de la cere-monia de comensalidad de los sectores sociales más eleva-dos, frente a aquellos individuos de un nivel social inferiory con menor capacidad de amortización cuyo ritual inclui-rían el sacrificio y consumo de ovicápridos. En las socieda-des argáricas el ritual de comensalidad contribuiría a la crea-ción de un sentido de comunidad al tiempo que legitima ynaturaliza una situación de clara asimetría social. Cohesióny distancia social formarían parte del acto comensal argá-

    rico.

    ABSTRACT

    The regular appearance of meat offerings in Argaric pmbs enables us to point out that the slaughter and con-sumption of cattle and sheep or goat took place as a part of rituals of commensality. A portion of meat of theses ani-mals, always belonging to a leg, was introduced as gravegoods involving the symbolic performance of the death in

    the ritual itself. The type of meat consumed in these ritualwas linked to the social status of Argaric people. Cattlewould be slaughtered during the commensal practices as-sociated with the highest social groups in contrast to the performance developed in the lowest social levels that include goat or sheep but never cattle. The ritual of commensality in Argaric societies would contribute to maintainingthe social solidarity at the same time that it legitimated andnaturalised a clear situation of social asymmetry.Cohesionand social distance play an important role in the commensal practices of Argaric funerary rituals.

    Palabras clave : Edad del Bronce. Cultura de El Argar.Sudeste de la Península Ibérica. Ritual funerario. Comesalidad.

    Key words : Bronze Age. Argar Culture. Southeast of Ibe-ria. Funerary ritual. Commensality.

    INTRODUCCIÓN

    El ritual funerario argárico se caracteriza por riqueza de la información arqueológica que prporciona. Desde los inicios de las investigaciona finales del siglo XIX hasta la actualidad ha sid uno de los aspectos más significativos de estas sciedades, siendo utilizado de forma recurrencomo un elemento básico en la definición cultural de lo argárico . Actualmente se dispone dediversas necrópolis que han permitido una caraterización minuciosa del ritual funerario empledo, así como su ordenación espacio-temporal. Elas últimas décadas los estudios realizados sob

    (*) Dpto. de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Gra-nada. Campus Cartuja s/n. 18071 Granada. Correo electrónico:[email protected]

    Recibido: 13-V-07; aceptado: 10-IX-07.

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    2/24

    96 Gonzalo Aranda Jiménez y José Antonio Esquivel Guerrero

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-5638

    estas necrópolis han tenido como principal obje-tivo el análisis de la estructura social de estas po- blaciones. Características como el tipo de enterra-miento, la variabilidad cuantitativa y cualitativade los ajuares funerarios, las paleopatologías ypatrones de actividad de los individuos inhuma-

    dos han sido utilizadas para proponer una socie-dad fuertemente jerarquizada y organizada en cla-ses sociales (Molina 1983; Lull 1983, 2000; Lully Estévez 1986; Arteaga 1993; Cámara 2001;Aranda y Molina 2006). No obstante, en los últi-mos años han comenzado a desarrollarse nuevaslecturas de estas prácticas funerarias que ponen elacento en aspectos distintos como las diferenciasde género, edad o de identidad social (Sánchez2004, 2007 e.p.; Alarcón 2006; Sanahuja 2006,2007 e.p.; Miguel 2006; Montón 2007).

    Nuestro interés por avanzar en el significado delas prácticas sociales de la cultura argárica comoformula para conocer y comprender las formasque el poder adquiere y los mecanismos median-te los que se ejerce y en los que se fundamenta,nos ha conducido a plantear el desarrollo de ritua-les de comensalidad asociados al mundo funera-rio. En un reciente artículo (Aranda y Esquivel2006) hemos centrado nuestra atención en el aná-lisis de las evidencias arqueológicas que permitenplantear que como parte del ritual funerario argá-rico se procedió al consumo comunal de comiday bebida. Esta primera aproximación se ha basa-do principalmente en el análisis de los ajuarescerámicos argáricos y en su significación ritual.En el presente trabajo, y como complemento delanterior, se ofrece un análisis exhaustivo de otroelemento ritual de gran relevancia consistente enla documentación de restos faunísticos como partede los ajuares funerarios. Antes de avanzar en esta

    línea de investigación, es necesario introducir deforma sucinta algunos planteamientos teóricossobre la naturaleza de la comensalidad y sobre elpapel que el consumo comunal de carne ha teni-do en el desarrollo de determinadas fiestas y ce-lebraciones en diversos grupos sociales.

    Aunque existen diferentes matices en lasaproximaciones a la definición de comensalidadrealizadas por diversos autores, en términos gene-rales podemos destacar una importante coinciden-cia en las características básicas de este fenóme-no. En este sentido la comensalidad ha sidodefinida como una forma de actividad ritual pú- blica centrada en el consumo comunal de comi-da y bebida para un propósito u ocasión especial

    (Dietler 1996, 2001; Wiessener 2001; Clark2001, Bray 2003). El criterio que define el ritusería que son actividades simbólicamente difereciadas de las actividades realizadas diariamenten términos de forma de acción y propósito. Lcomensalidad es una particular forma de ritual e

    la que la comida y bebida constituyen el medio dexpresión y el consumo comunal constituye lenguaje simbólico (Dietler 2001).

    La unión de eventos sociales especiales, juntcon el consumo de comida y bebida, supone el maco inmejorable para la escenificación y naturalizción de las relaciones sociales. En ese contexto comensalidad debe ser entendida como uno de loprincipales dominios de la acción política, y supon un importante escenario para la representacióy manipulación de las relaciones sociales (Dietl2001). Aunque no hay que ignorar que los ritules sirven comúnmente para crear y mantener usentido de comunidad, recientemente se ha centrdo la atención en el rol que juega el ritual en creadefinir y transformar las estructuras de poder. Ela creación y mantenimiento de las diferentes fomas de dominación el desarrollo ritual es fundmental ya que es la forma mediante la cual la idelogía dominante es naturalizada limitando lpercepción de posibles alternativas o el reconocmiento de su arbitrariedad. Quien controla el rituposee el medio para imponer su propia visión dorden social protegiéndola de otros modos de pesamiento. El ritual, por tanto, es entendido como uinstrumento de dominación, como un lugar paranaturalización simbólica, para la mistificaciónpero también como un medio de contestación transformación del poder (Bloch 1989; Dietle1999, 2001).

    La eficacia del ritual en su relación con la

    estructuras de poder se relaciona con varias cracterísticas. Los más convincentes y efectivosímbolos o rituales son aquellos que no son abietamente políticos sino más bien tienden a basase en una cierta ambigüedad que mezcla intensas experiencias personales de identidad exitencial con las estructuras de poder. Esta seríla razón por la que eventos traumáticos comla muerte son utilizados como medio para edesarrollo de estas prácticas sociales (Cohe1979; Morris 1992; Dietler 1999). En este contexto la comensalidad es una formula particularmente poderosa de actividad ritual que ademes potencialmente visible en el registro arqueológico.

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    3/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 97

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    EL CONSUMO DE CARNE EN LOSRITUALES DE COMENSALIDAD

    Precisamente, el consumo comunal de carne hasido considerado como uno de los elementos prin-cipales que caracteriza el desarrollo de determina-das fiestas y celebraciones en diversos grupos socia-les (Bloch 1999). Efectivamente, en el análisis desociedades tanto pasadas (Kim 1994; Junker 2001;Nelson 2003; Ray y Thomas 2003) como etnográ-ficas (Hodder 1982; Bloch 1999; Clarke 2001; Par-ker 2000) el sacrificio y consumo de especies ani-males es una de las características más recurrentesde estas prácticas sociales. No obstante, existenimportantes diferencias en el estado actual de lainvestigación, muy desarrollada en los casos etno-

    gráficos en contraste con los estudios arqueológicosen donde las preocupaciones científicas han estadomás orientadas hacia la investigación de otros as-pectos culturales. Esta situación ha comenzado acambiar en los últimos años en donde el análisis delos diferentes contextos de preparación y consumode alimentos ha adquirido una considerable relevan-cia (Wiessener y Schiefenhövel 1996; Gosden yHather 1999; Wood 2000; Dietler y Hayden 2001;Parker 2003).

    En este nuevo contexto de la investigación ar-queológica el consumo de alimentos, y muy espe-cialmente de carne, forma parte fundamental en eldesarrollo de diferentes tipos de rituales de comen-salidad. Este es el caso, por ejemplo, de las socie-

    dades del Neolítico y Edad del Bronce de las IslBritánicas en donde los restos de fauna aparecen manera recurrente asociados a sepulturas y monmentos ceremoniales. Áreas de entrada y cámarde tumbas neolíticas, interior deenclosures y zan- jas, han proporcionado importantes cantidades restos de fauna que han sido considerados comresultado de rituales de comensalidad en dondeconsumo de carne jugaría un papel primordial diferentes estrategias tanto de integración como competitividad social (Davis y Payne 1993; Albrella y Serjeantso 2002; Ray y Thomas 2003).

    Posiblemente el mayor énfasis en la relevancde los rituales de comensalidad se haya centrado sociedades con registros pictóricos y textuales donde se alude directamente al desarrollo de es

    tipo de ceremonias. Sociedades como la sumer(Schmandt-Besserat 2001; Pollock 2003), egipc(Smith 2003) o griega (Halstead y Barrett 200poseen una rica documentación en donde uno de ltemas recurrente consiste en el desarrollo de cermonias festivas en donde el consumo de comidespecialmente de carne, forma parte consustancide estas prácticas sociales. Situación parecida documenta en las sociedades micénicas en dontanto las representaciones pictóricas como los tetos del Lineal B hacen referencia explícita a difrentes contextos de comensalidad (Bendall 2004Recientes investigaciones arqueológicas desarrlladas en el palacio de Nestor en Pilos han demotrado la gran envergadura que adquiere el cons

    Fig. 1. Mapa de distribución de necrópolis con ajuares cárnicos de El Argar. 1 Argar, 2 Fuente Álamo, 3 Gatas, 4 Ifre, 6 Los Cipreses, 7 La Bastida de Totana, 8 Cerro Negro, 9 Cerro de las Víboras, 10 Castellón Alto, 11 Cerro de la 12 Terrera del Reloj, 13 Fuente Amarga, 14 Cuesta del Negro, 15 Cerro del Culantrillo, 16 Cerro de la Encina, 17 Py 18 Illeta del Banyets.

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    4/24

    98 Gonzalo Aranda Jiménez y José Antonio Esquivel Guerrero

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-5638

    mo de carne en estas fiestas (Halstead y Isaakidou2004).

    Diferentes estudios etnográficos y etnoarqueo-lógicos han puesto igualmente de manifiesto comoel consumo ritual de carne en determinadas ceremo-nias es una de sus principales características. En

    sociedades como las del sudeste asiático son habi-tuales las fiestas en las que con diferentes motivoscomo bodas, funerales, nacimientos, recogida decosechas, construcciones que requieren una impor-tante movilización de trabajo etc. se produce el sa-crificio y consumo de diferentes especies animales.Dentro de las diferentes fiestas comensales queestructuran el ciclo de la vida de estos grupos socia-les, las organizadas con motivo de funerales sonposiblemente las más complejas en cuanto al núme-ro de animales sacrificados, participantes y dura-ción. Además es durante el desarrollo de estos ritua-les cuando emergen importantes diferenciasrelacionadas tanto con la exhibición de riqueza,como con las diferentes estrategias sociales de losgrupos que patrocinan estos acontecimientos festi-vos. Relaciones de reciprocidad, alianzas y obliga-ciones en asuntos dispares forman parte de las prác-ticas de adquisición de un determinado estatussocial que desarrollan estos grupos sociales (Clar-ke 2001; Wiessener 2001; Hayden 2003; Adams2004).En diferentes sociedades africanas, al igual queen las asiáticas, el consumo de carne en diferentestipos de ceremonias juega un papel central. Este esel caso de las sociedades Luo de Kenia en donde elprestigio y capacidad de influencia de cada gruposocial depende en buena medida de la ostentaciónmostrada en las fiestas organizadas con motivo delos funerales. En este contexto los bóvidos son laespecie más apreciada siendo utilizados como au-

    ténticos símbolos de poder (Dietler 2001). Estamisma situación se documenta entre los Tandroyde Madagascar, en donde los bóvidos poseen unaenorme importancia siendo un indicador de riquezay un símbolo en torno al que se articulan relacio-nes de género, de poder, así como diferentes tipode creencias religiosas y normas sociales. El sacri-ficio y consumo de los bóvidos es realizado sólo enrituales, muy especialmente funerarios (Parker 2000).

    Todas estas evidencias nos enfrentan no sólo ala importancia que los rituales de comensalidad hantenido tanto en sociedades pasadas como etnográ-ficas, sino también a cómo el consumo de carneposee una gran relevancia en el desarrollo de estas

    ceremonias. Las diferentes especies animales cuado participan de estos rituales poseen un sentidsimbólico e ideológico que transciende sus conntaciones estrictamente económicas, y en última intancia nutricionales. Incluso en muchas ocasionel sacrificio de grandes animales no es una activ

    dad diaria sino que queda reservada para ocasionespeciales como las fiestas. El consumo comunal carne, dependiendo de la ocasión ritual y del cotexto cultural en el que se desarrolla, posee implcaciones muy diferentes desde el establecimiende relaciones de cohesión social hasta diversas fomas de creación y mantenimiento de asimetríasociales pasando por el establecimiento de diferetes tipos de relaciones de reciprocidad, alianzaobligaciones en asuntos dispares etc.

    BÓVIDOS Y OVICÁPRIDOS EN ELRITUAL FUNERARIO ARGÁRICO

    En los ajuares funerarios argáricos se documen un elemento posiblemente no suficientemente vlorado, nos referimos precisamente a la presencde restos de fauna como parte del ritual de enterrmiento. La aparición de restos óseos de animal eel interior de las sepulturas es una característicritual de gran relevancia en las sociedades argárcas, aunque en muchas ocasiones ha pasado despercibida. Incluso en no pocas descripciones de lajuares funerarios se ha prescindido de incluirlocomo si las ofrendas cárnicas no formaran parte dritual o fueran elementos irrelevantes frente a loajuares cerámicos y/o metálicos.

    El análisis del significado ritual y social de lorestos de fauna nos ha conducido en primer lugarevisar toda la documentación disponible sobre l

    necrópolis argáricas. El objetivo ha sido crear un base de datos con todas las sepulturas que contienrestos de fauna para establecer los posibles patronexistentes entre el tipo y características de los retos de fauna, y los ajuares funerarios no cárnicos,edad y sexo de las inhumaciones, su distribuciógeográfica y desarrollo temporal (Tab. 1). Como fácilmente imaginable la documentación manejades dispersa y bastante irregular. En muchas ocasines ha sido necesario cruzar datos de publicaciondiversas para completar la información necesariSe ha prescindido de incluir cualquier sepultura quaún presentando ajuar cárnico, no posea indicacines precisas de la especie a la que pertenecen lorestos óseos. Como resultado se han contabilizad

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    5/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 99

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    6/24

    100 Gonzalo Aranda Jiménez y José Antonio Esquivel Guerrero

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-5638

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    7/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 101

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    Tab. 1. Sepulturas argáricas con ajuares cárnicos. Leyenda:

    Sexo y Edad:M=masculinoF=femeninoN=niño/aJ=jovenA=adultoD=maduroS=senilY=año

    Ajuar: br=brazaleteco=collar cg=colgante

    cn=cuentas de collar pñ=puñalch=cuchillopc=puñal/cuchillodi=diademaes=espadaal=alabarda ha=hachape=pendientean=anillopa=pendiente/anillocl=coleteropu=punzónaf=alfiler

    or=ornamentoma=mango/pomovasija cerámica=vacp=copavc=Vasija carenadacu=cuenco/fuentect=cuenco lenticular bo=botellavg=vasija globular/ovoidevb=vasija bicónica/lenticular (Forma 6)vp=vasija pie de copala=laminas/hojas de sílexmm=mano molino

    ep=espátula de hueso hp= piedra pulimentadain=fragmento indeterminado

    Tipo de material:O=oroP=plataC=cobre/bronceM=marfilV=pasta vítreaN=piedraH=huesoZ=concha

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    8/24

    102 Gonzalo Aranda Jiménez y José Antonio Esquivel Guerrero

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-5638

    57 sepulturas pertenecientes a 9 necrópolis con unainformación suficiente para poder establecer valo-raciones sobre esta práctica ritual. Junto a lo datosprocedentes de las sepulturas publicadas se han in-cluido las necrópolis del Cerro de la Encina (Aranday Molina 2005, 2006) y de Cuesta del Negro (Dries-

    ch 1976) cuya información, parcialmente inédita,nos ha sido amablemente facilitada por los directo-res de las excavaciones. De esta forma en la tabla 1se ofrece toda la información disponible.

    No obstante, el volumen de sepulturas con res-tos de fauna es muy superior si atendemos a las in-dicaciones generales realizadas sobre la apariciónde estos elementos en necrópolis diferentes a lasincluidas en la tabla 1. Este sería el caso de necró-polis como la de El Argar en donde ya los herma-nos Siret aluden a la presencia de abundantes res-tos faunísticos de bóvidos y en menor medida deovicápridos (Siret y Siret 1890). Igualmente suce-de en el yacimiento de la Bastida de Totana en don-de, desde las primeras excavaciones realizadas por Inchaurrandieta (1870), es habitual la documenta-ción de huesos de animales en el interior de las se-pulturas, muchas veces dentro de las vasijas cerá-micas. Investigaciones más recientes como lasrealizadas en el Cerro de la Virgen han documen-tado 36 sepulturas en las que es también habitual laaparición de restos de fauna (Sáez y Schüle 1987).Similar situación se documenta en otras necrópo-lis como las correspondientes a los poblados de LaTerrera del Reloj o del Castellón Alto en donde lapresencia de ajuares cárnicos, principalmente deovicápridos, es una de sus características más rele-vantes (Molinaet al. 1986). Igualmente en la últi-ma campaña de excavaciones realizada en el yaci-miento de Peñalosa se han documentado variassepulturas con restos faunísticos (1). Toda esta in-

    formación, junto a la recogida en el presente traba- jo, dibuja un panorama en el que la presencia deajuares cárnicos en las sepulturas es una práctica ri-tual muy extendida en las sociedades argáricas.

    DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LASSEPULTURAS CON AJUARES CÁRNICOS

    La distribución de sepulturas con ajuares cárni-cos afecta a las diferentes áreas geográficas quecomponen el territorio de El Argar, muy especial-mente a aquellas zonas en donde se ha desarrollado un mayor volumen de investigación. La única co-marca con ausencia de este tipo de evidencias se

    corresponde con la fachada litoral granadina y almriense a excepción de la cuenca de Vera. La explicción habría que buscarla en la cualidad de la infomación disponible resultado en la mayoría de locasos de hallazgos casuales o de expolios. Ademáesta comarca ha permanecido en un segundo plan

    en las investigaciones que sobre la Cultura argárise han desarrollado en las últimas décadas. En la gura 1 se presentan todas las necrópolis que poseindicaciones de sepulturas con ajuares cárnicos.

    Las necrópolis incluidas en el presente trabaj(Tab. 1) se distribuyen por las principales áreas ivestigadas. Para la cuenca de Vera contamos fundamentalmente con la necrópolis de Fuente Álam(Liesau y Schubart 2004), aunque también se inclyen sepulturas de los yacimientos de Gatas y Argar (Siret y Siret 1890). Para la comarca murcina la más importante documentación procede de lnecrópolis de la ciudad de Lorca (Martínezet al.1996; Martínez y Ponce 2002) y de los Cipres(Martínezet al . 1996, 1999). Además, se ha tenidoen cuenta la información procedente del estudifaunístico de los restos óseos aparecidos en las spulturas de La Bastida de Totana (Cereijo 1992). Ela comarca de los Altiplanos granadinos destaca yacimiento de la Cuesta del Negro, que aporta unimportante documentación (2) (Driesch 1976), yasentamiento de Fuente Amarga (Fresnedaet al.1999). Finalmente, en el área de la vega oriental Granada se incluye la necrópolis del Cerro de Encina (Aranda y Molina 2006).

    Como primera conclusión habría que indicar qula aparición de restos faunísticos en las sepulturargáricas es un fenómeno muy extendido que afecpor igual a las diferentes comarcas estudiadas. Lmayor o menor incidencia de esta práctica rituparece estar más asociada al estado actual de la i

    vestigación y a la calidad de la información dispnible que a otro tipo de condicionantes. Ademádentro de las diferentes necrópolis el número dsepulturas con ajuares cárnicos es relativamenimportante, en el caso del Cerro de la Encina y Fuete Álamo los porcentajes son similares 35.2%

    (1) Comunicación personal Dr. Francisco Contreras.(2) I. de la Torre,El ajuar de la necrópolis argárica de la

    ‘Cuesta del Negro’ en Purullena, Granada. Memoria de licen-ciatura. Granada. En el caso de la Cuesta del Negro incluimossólo aquellas sepulturas en las que con seguridad los restoóseos documentados forman parte de los ajuares y no de intrusiones posteriores. Para ello se han tenido en consideración laindicaciones realizadas en el estudio faunístico (Driesch 1976) muy especialmente la documentación arqueológica de esta necrópolis.

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    9/24

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    10/24

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    11/24

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    12/24

    106 Gonzalo Aranda Jiménez y José Antonio Esquivel Guerrero

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-5638

    comarcales documentados en el uso de según quepartes anatómicas son específicos de cada especieo generales para los ajuares cárnicos. Para ello se haaplicado de nuevo el testx 2 sobre una muestra de 49sepulturas en donde están representadas todaslas necrópolis analizadas. Los resultados indican

    que existen diferencias estadísticamente signifi-cativasα

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    13/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 107

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    sepultura 21 del Cerro de la Encina se encontró enposición anatómica un húmero de bóvido junto a suradio y cúbito.

    VALORACIÓN CRONOLÓGICA DE LOSAJUARES CÁRNICOS

    La variable temporal es sin duda uno de los ele-mentos básicos a la hora de entender o tratar de in-terpretar cualquier proceso histórico, o como en elcaso que nos ocupa una determinada norma ritual.A pesar del importante avance registrado en los úl-timos años (Castroet al . 1993-94), la principal di-

    ficultad a la hora de establecer valoraciones procedede la falta de cronologías absolutas asociadas a se-pulturas. De la muestra analizada en el presente tra- bajo tan sólo 7 sepulturas poseen dataciones abso-lutas calibradas. En dos casos, Fuente Álamo 75 yMadres Mercedarias 11, las dataciones son doblescon lo que el número total de fechas asciende a 9(Tab. 1) (5). Los enterramientos fechados se con-centran en necrópolis de la comarca costera alme-riense-murciana, muy especialmente en Fuente

    Álamo con 5 dataciones, seguido de Madres Mecedarias con 2 e Ifre y Los Cipreses con 1 (Castroet al . 1993-94; Lull 2000; Pingel 2004). Si considermos la serie radiométrica de estas 9 dataciones co una amplitud de 1σ de intervalo las sepulturas conajuares cárnicos ocuparían buena parte del tiempargárico, al menos en el área almeriense-murcian(Fig. 7).

    No obstante, el escaso número de dataciones y sconcentración espacial requiere la consideración otras variables como la cronología relativa de lasepulturas o la asociación de los restos de ofrendcárnicas con elementos de ajuar bien situados crnológicamente. En el primer caso el único yacimieto con un importante desarrollo temporal y suficiete número de sepulturas con ajuares cárnicos eFuente Álamo. Los enterramientos con este tipo dajuar se distribuyen de forma indistinta por los cutro primeros horizontes del yacimiento, correspo

    dientes a todo el desarrollo del tiempo funerario agárico; sin que, además, se puedan establecediferencias de orden temporal en la documentacióde restos faunísticos de bóvido o de ovicáprid(Schubart 2000; Liesau y Schubart 2004). En FuenÁlamo, por tanto, las sepulturas con ajuares cárncos aparecen desde los momentos más antiguos y mantienen a lo largo de toda la secuencia desaparciendo durante el denominado Bronce Tardío, mismo tiempo que el propio ritual funerario.

    En cuanto a las asociaciones de elementos dajuar con restos faunísticos el desarrollo de un importante programa de dataciones de sepulturas juto a otras evidencias ha permitido, especialmenpara la cuenca de Vera, establecer patrones de c

    Fig. 6. Representación de la edad de muerte de bóvidos yovicápridos por categorías (N=neonato, I=Infantil,J=Juvenil, SA=Subadulto, A=Adulto) en las tumbas argá-ricas.

    Fig. 7. Intervalos de calibración a 1 sigma de las sepulturargáricas con ajuares cárnicos.

    Encina.(5) Todas las dataciones, a excepción de la sepultura 3 de Los

    Cipreses realizada sobre madera, han sido obtenidas a partir demuestras de huesos humanos. El programa utilizado para las cali- braciones ha sido CALIB 3.0. (Castroet al. 1993-94; Pingel2004).

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    14/24

    108 Gonzalo Aranda Jiménez y José Antonio Esquivel Guerrero

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-5638

    rácter temporal en determinadas expresiones mate-riales del ritual funerario (Castroet al . 1993-94).Desde esta perspectiva la documentación de ajua-res cárnicos desde los primeros momentos estaríaasegurada si se tiene en cuenta su asociación conelementos como las alabardas situadas cronológi-

    camente en las sepulturas más antiguas. Su conti-nuidad durante el desarrollo del periodo argáricoquedaría igualmente atestiguada gracias a su rela-ción con ajuares como las hachas o determinadasformas cerámicas que poseen cronologías muchomás recientes. En términos generales las diferentesevidencias que se poseen para valorar el desarrollotemporal de esta norma ritual confluyen en consi-derar a los ajuares cárnicos como elementos queaparecen desde el primer momento y se mantienensin cambios, al menos en sus aspectos formales, alo largo de toda la secuencia argárica. De igual for-ma la aparición de ofrendas de bóvidos o de ovi-cápridos tampoco posee una lectura temporal sinoque su asociación a según que sepulturas debe in-terpretarse desde una perspectiva social, tal y comose valorará en el siguiente apartado.

    PATRONES SOCIALES Y AJUARESCÁRNICOS

    Una vez valoradas las características de los ajua-res cárnicos, y establecida su normalización ritual,el siguiente objetivo ha consistido en analizar losposibles patrones sociales existentes en la deposi-ción de las dos principales categorías de ajuarescárnicos, a saber, bóvidos y ovicápridos. En estesentido, tres son las variables fundamentales con-sideradas: sexo, edad y condición social. Las valo-raciones sociales que a continuación se realizan

    consideran a los ajuares cárnicos como un patrónritual que se mantiene fijo en sus aspectos forma-les básicos sin que las variables temporal y espacialsean determinantes en la definición de sus elemen-tos esenciales, y por tanto en la comprensión de lospatrones sociales que a continuación se plantean.

    Para el análisis de la relación entre los ajuarescárnicos y el sexo de las inhumaciones se han con-siderado sólo las sepulturas con inhumaciones indi-viduales, ya que en las sepulturas dobles no existeseguridad en la asociación entre ajuares faunísticose individuos concretos. En total la muestra aparecenintegrada por 28 sepulturas (Tab. 1). La aplicacióndel test dex 2 indica que no existen diferencias es-tadísticamente significativas (x 2 =0.030, gl=1 y

    α =0.863), lo que supone que hombres y mujeres asocian indistintamente a bóvidos y ovicáprido(Tab. 5).

    Tab. 5. Frecuencias obtenidas y esperadas entre el tipo dajuar cárnico y el sexo de las inhumaciones en tumba argricas.

    La situación es diferente cuando se analiza ldistribución de tipos de ajuar cárnico por edadeEn este caso la muestra analizada consta tanto de lsepulturas individuales con identificación de ledad como aquellos otros enterramientos dobles edonde los dos individuos pertenecen a la mismcategoría de edad. En total la muestra asciende a 4sepulturas. Las categorías de edad utilizadas son lsiguientes: infantil I de 0 a 6 años, infantil II de 712 años, juvenil de 13 a 20 años, adulto de 21 a 4años, maduro de 42 a 60 años y senil de 61 en adlante. Las dos categorías de individuos infantile han sido agrupadas en una sola en la figura 8.

    El análisis de la distribución de tipos de ajuacárnico por edades supone que los individuos infatiles se asocian en exclusividad con ovicápridosdiferencia de lo que sucede en el resto de categoríde edad. Este patrón podría deberse o bien a queedad es un condicionante en el tipo de ajuar cárnco usado en el ritual, o bien a que las sepulturas dlos individuos analizados se asocian a un sectosocial específico, y por tanto, la muestra no es rpresentativa de la potencial variabilidad social exi

    tente en la sociedad argárica. Esta última posibildad parece poco probable ya que las sepulturaanalizadas se caracterizan precisamente por suimportantes diferencias de ajuar. En este sentido incluyen desde tumbas como la 87 de Fuente Álmo sin ningún elemento de ajuar hasta sepulturcon ajuares de considerable entidad como el enterramiento 101 de Fuente Álamo que incluye upuñal, un punzón y varios elementos de adornentre ellos dos anillos de plata, o la sepultura 6 dLos Cipreses que presenta un puñal y un brazalede cobre/bronce además de dos vasos carenadoJunto a estas tumbas que suponen los extremos dla muestra, la mayoría de los enterramientos analzados poseen un ajuar de una o dos vasijas cerám

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    15/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 109

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    cas. Las sepulturas incluidas en el presente traba- jo serían por tanto representativas de las categoríasde ajuar y de su correlatos sociales recientementeanalizados para la población infantil de la necrópo-lis de El Argar (Lullet al . 2004) o de forma gene-ral para toda la cultura argárica (Sánchez 2007 e.p.)

    La documentación por tanto de sepulturas conajuares de riqueza muy variada supone que la aso-ciación entre individuos infantiles y ajuares de ovi-cápridos no posee relación con la adscripción socialde los individuos infantiles, sino que sería la edadde los individuos, y no su posición social, el crite-rio determinante en el tipo de ajuar cárnico al que seasocian. Además, dentro de la muestra analizada, la

    edad de muerte de los diferentes individuos infan-tiles no es unitaria sino que estarían representadosdiferentes segmentos con edades diversas desdeindividuos con edades de muerte entre los 0 y 3 años hasta niños/as que alcanzan los 10 años. Este hechorefuerza el planteamiento de que la asociación en-tre individuos infantiles y ovicápridos no sólo no tie-ne relación con la posición social sino que dentro dela categoría de infantil la edad tampoco es un criteriorelevante. Aunque sin duda es necesario ampliar la base empírica para confirmar o matizar este patrónritual, la documentación actualmente disponiblepermite plantear que para la edad infantil existe unafuerte normalización en el tipo de ajuar cárnico,excluyéndose cualquier especie animal que no sean

    ovicápridos, siendo este, además, un fenómentransversal a los diferentes sectores sociales.

    Este patrón no se repite con el resto de segmentos de edad en las que se documenta la presencindistinta tanto de ovicápridos como de bóvidoLas relaciones entre las variables tipos de ajuar

    cárnicos y categorías de edad o bien son difíciles establecer por el escaso número de individuos qulas integran, este es el caso de los individuos juvniles o seniles, o bien no poseen diferencias relvantes, como sucede en la categoría de individuadultos en donde la presencia cuantitativa de bóvdos y ovicápridos es similar. Quizás el elementmás destacado sea precisamente la fuerte concetración de ajuares cárnicos en individuos adultoque suponen el 46% de la muestra analizada frete a la escasa representación de individuos jóvenque sólo representan 4.8%. El resto de las categrías de edad se mantienen en porcentajes que supran ampliamente el 10%, situándose en torno 20% en el caso de los individuos infantiles. Valorar estos datos requiere una base empírica cuantativamente superior y, sobre todo, contrastar incidencia de ajuares cárnicos por grupos de edacon las curvas de mortalidad generales para las dferentes necrópolis argáricas lo que supera amplimente los objetivos del presente trabajo.

    De lo hasta ahora expuesto en este apartado, pr bablemente las conclusiones más relevantes seaen primer lugar, la relación entre ajuares cárnicy sexos en donde no existe ningún patrón especíco, ya que tanto en las sepulturas de los hombrecomo en las de las mujeres se documentan ajuarde bóvidos y ovicápridos en cantidades similareEn segundo lugar destaca la exclusión de los bóvdos de los ajuares cárnicos de individuos infantilereservándose su uso para individuos mayores de

    años. La edad, en este caso, marcaría una normritual según la cual los individuos infantiles se ascian de forma exclusiva con ovicápridos, frente aque sucede en el resto de categorías de edad en dode bóvidos y ovicápridos aparecen indistintamete. Para estos casos, la edad ya no juega un paprelevante, siendo otro tipo de condicionantes sociles los que determinan su asociación con una u otespecie, tal y como a continuación se analizará.

    Para el análisis de la relación entre el tipo de ajucárnico y la condición social de los individuos s han desarrollado dos líneas de análisis, una de crácter cuantitativo y otra que pone el acento en apectos cualitativos. De esta forma, en primer lugse ha valorado la asociación entre bóvidos y ov

    Fig. 8. Relación entre el tipo de ajuar cárnico y las catego-rías de edad en tumbas argáricas.

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    16/24

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    17/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 111

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    En la función discriminante 2 se ordenan 4 va-riables en sentido positivo que son por orden deimportancia otros, herramientas, cerámicas y herra-mientas/armas frente a las 4 variables restantes que

    poseen valores negativos. En términos generalesesta función enfrenta a las variables compuestas por elementos que pueden definirse como útiles con una función productiva frente a las armas, adornosy la presencia de plata y oro. La función 2 distribu-ye, por tanto, a los ajuares en sentido decrecientesituando en la parte positiva a las sepulturas queposeen algún elemento de la categoría otros queposee un peso significativo, caso de los enterra-mientos 3 y 9 Los Cipreses ó 30 de Cuesta del Ne-

    gro. En el extremo contrario se sitúan ajuares endonde los adornos y armas tienen una mayor rele-vancia como por ejemplo en las sepulturas 54, 58 ó111 de Fuente Álamo.

    La inclusión de la variable tipo de ajuar cárnico

    en esta distribución permite valorar un claro patróen donde los bóvidos se asocian a las sepulturas qposeen una mayor amortización cuantitativa de elmentos de ajuar, frente a los ovicápridos cuya tedencia es la contraria (Fig. 9). No obstante, talcomo se indicaba anteriormente, es necesario co

    trastar estos resultados con el análisis de las sepulturas individuales para establecer el grado dincidencia de los enterramientos con más de uninhumación en la relación entre tipo de ajuar cárniy la cantidad de elementos amortizados en el rituaDe esta forma se ha repetido el análisis discriminate para una muestra de 31 sepulturas individualobteniéndose unos resultados similares, es decir, l bóvidos se asocian a los enterramientos con maycantidad y variedad de elementos de ajuar frentelo que sucede con las ofrendas de ovicápridos quaparecen en sepulturas con una menor amortizacide ajuares. La presencia de más de una inhumaciópor sepultura no supone un cambio en la relacióentre el tipo de ajuar cárnico y la cantidad de elmentos amortizados.

    Por tanto, como conclusión se puede establecque las desigualdades existentes en el consumo rtual poseen una clara correspondencia con el tipo ajuar cárnico. Los bóvidos se asocian a ajuaredonde se incluyen la mayor cantidad y diversidade elementos, frente a los ajuares cárnicos de ovcáprido donde la tendencia es la contraria, formaparte de sepulturas en donde el consumo ritual reducido. No obstante, y a pesar de que esta tendecia es muy acentuada, existen determinadas seputuras en donde las ofrendas cárnicas de bóvidosovicápridos se asocian a ajuares en donde las catidades de elementos amortizados son parecidaDe todas formas la valoración de los posibles patrnes existentes en la asociación de ofrendas cárnic

    con otros elementos de ajuar requiere del análiscualitativo de estos objetos rituales, es decir, ntodos ellos debieron poseer el mismo peso, ni misma consideración social.

    Para abordar este objetivo el punto de partida hasido las categorías de ajuares planteadas por LullEstévez (1986). El estudio estadístico de las asociciones y diferencias existentes en el valor social dlos objetos que formaron parte de los ajuares funrarios permitió a estos investigadores establecercategorías a partir de una muestra de 396 sepulturaaunque sólo las tres primeras categorías contabacon significación estadística suficiente (Lull y Etévez 1986). A partir de esta información en la prmera categoría se han incluido todas aquellas sepu

    Tab. 6. Matriz de estructura de las dos funciones discrimi-nantes en tumbas argáricas.

    Fig. 9. Relación entre el tipo de ajuar cárnico y la distribu-ción de sepulturas del análisis discriminante en tumbas ar-gáricas.

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    18/24

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    19/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 113

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    ovicáprido pertenezca en este caso a la mujer por loque no existiría una relación directa entre los ajua-res de la primera categoría y el ajuar cárnico de ovi-cáprido. Independientemente de este elemento queno deja de ser excepcional y cuyas explicacionespueden ser muy variadas, la norma para la primera

    clase social sería su clara asociación con rituales enlos que los bóvidos jugarían un papel relevante.Otro elemento importante sería el hecho de que

    en esta primera categoría se incluyen las sepulturasde más alto nivel social documentadas en cada unade las principales necrópolis de la muestra analiza-da. De esta forma destacan las sepulturas 7, 9, 54,75 ó 111 de Fuente Álamo o el enterramiento 3 deLos Cipreses para el área costera del sudeste. En lasnecrópolis del interior sobresalen las sepulturas 8y 31 de Cuesta del Negro ó 9 y 21 del Cerro de laEncina. Por tanto y de manera independiente a laposición de cada poblado y necrópolis en la orga-nización jerárquica del poblamiento, la clase domi-nante de cada asentamiento se asocia con el consu-mo ritual de bóvidos, convirtiéndose este elementoen característico y definitorio de este grupo social.Así los ajuares de bóvido puede ser consideradoscomo una norma transversal a los sectores socialesdirigentes de los diferentes poblados de la geogra-fía argárica, siendo este un aspecto ritual que debió jugar un papel destacado en los rituales de enterra-miento, como se propone en este trabajo a partir desu participación en rituales de comensalidad.

    La siguiente clase social se corresponde conmiembros de pleno derecho de la comunidad, y vie-ne representada por la tercera categoría de ajuares.En este caso no existe una relación significativaentre los ajuares de bóvido y ovicáprido y los indi-viduos de esta categoría. Aunque la asociación deesta categoría es mayoritaria con las ofrendas de

    ovicáprido (66% de la muestra) se documentan toda una serie de sepulturas en donde el ajuar cárnico secorresponde a bóvidos. El análisis discriminanteindividualizado para esta categoría permite avan-zar en nuevas consideraciones. El 100% de la va-rianza en la distribución de los datos se agrupa ensólo dos funciones discriminantes. La matriz deestructura permite observar como en la primerafunción discriminante el mayor peso en los valorespositivos viene determinado por la variable otrosfrente a los valores negativos en donde las sepultu-ras se organizan a partir de la cantidad de herra-mientas/armas, adornos y plata (Tab. 7). En la se-gunda función discriminante las variables cerámicay plata son las que mayor importancia poseen.

    Dentro de esta categoría la asociación del tipo dajuar cárnico en la distribución de sepulturas quproporciona el análisis discriminante permite platear como las ofrendas de bóvidos se asocian dforma mayoritaria a los ajuares que mayor cantid

    de elementos amortizan, entre los que destacan elmentos de adorno en muchas ocasiones realizaden plata (Fig. 11). Este es el caso por ejemplo dsepulturas como Fuente Álamo 52 ó 68, MadreMercedarias 12 ó del Cerro de la Encina 18. Signficativamente asociadas a este grupo aparecen dosepulturas que amortizan importantes cantidades elementos pero cuyo ajuar cárnico sin embargo de ovicáprido. Nos referimos a las sepulturas 10de Fuente Álamo y Los Cipreses 6 que pertenecea individuos infantiles, hecho que explicaría sajuar de ovicáprido debido precisamente a su edde muerte. Por el tipo de ajuar incluido en estos eterramientos, muy posiblemente a estos individuoles hubiera correspondido un ajuar de bóvido encaso de haber superado la edad infantil.

    Tab. 7. Matriz de estructura de las funciones discriminantes de la 3 categoría de ajuares en tumbas argáricas.

    Por tanto, dentro de la tercera categoría las sepu

    turas con ajuares de bóvidos se situarían de formmayoritaria en la parte alta de este grupo social. Eselemento es de gran interés ya que supone que detro de los miembros de pleno derecho existen impotantes diferencias entre aquellos individuos coajuares normalizados de útiles o herramientas/amas con o sin cerámicas y aquellos otros que admás suman determinados elementos característicde la primera categoría, en especial adornos, play ofrendas de bóvido. En este último caso se tratría de individuos destacados cuya capacidad damortización reflejaría un intento de asumir un ppel social más relevante. La inclusión de ajuarecárnicos de bóvidos supondría mejor que ningúotro elemento la capacidad del ritual como medi

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    20/24

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    21/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 115

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    tentes entre los ajuares de bóvidos y ovicápridos. Elconsumo ritual de uno u otro tipo de ajuar cárnicodepende de dos criterios fundamentales: la edad delos individuos y su adscripción social. Las ofrendasde bóvido son excluidas de las sepulturas de indi-viduos infantiles, reservándose su uso para los ma-

    yores de 12 años. La edad sería el primer elemen-to determinante a la hora de incluir uno u otro tipode ajuar cárnico. En el resto de categorías de edady de sexo la aparición de bóvidos y ovicápridos res-pondería a la posición que los individuos ocupan enla escala social. De esta forma los bóvidos se aso-cian a ajuares donde se incluyen la mayor cantidady diversidad de elementos, frente a los ovicápridosdonde la tendencia es la contraria, forman parte desepulturas en donde el consumo ritual es reducido.Así los bóvidos se asociarían a los ajuares de la cla-se social dominante, aunque también forman par-te de un reducido número de individuos de plenoderecho que asumen determinados elementos de laprimera clase social. Los ovicápridos, por su parte,se relacionan tanto con los individuos de la segun-da clase social que menor capacidad de amortiza-ción poseen, como con los sectores sociales que os-tentan una posición social reconocida aunque en una situación de clara dependencia.

    Todas estas consideraciones, junto con las con-clusiones expuestas en un reciente trabajo (Aranday Esquivel 2006), nos han permito avanzar en elsignificado de las prácticas rituales desarrolladaspor estas sociedades. Los ajuares funerarios argári-cos han sido considerados tradicionalmente comoofrendas que pertenecían a un universo de creenciasdifícilmente accesible, lo que ha sido aceptado sin una valoración crítica. En el mejor de los casos es-tas ofrendas eran interpretadas como elementos re-lacionados con la vida de ultratumba. Frente a esta

    hipótesis, planteamos que al menos una parte de losajuares formaron parte o son el reflejo de prácticasde comensalidad en las que participaría de formatotal o parcial el resto de la comunidad. Más queofrendas cárnicas para su consumo en el más allá, laaparición de ajuares faunísticos fuertemente norma-lizados en las sepulturas argáricas supondría que,como parte de ritual funerario, se procedió al sacri-ficio de bóvidos u ovicápridos que serían consumi-dos en rituales de comensalidad. Un trozo de carnede estas especies, siempre correspondiente a una delas extremidades, sería introducido como parte delajuar funerario, lo que supondría la participaciónsimbólica del muerto en el propio ritual de comen-salidad.

    Junto al sacrificio y consumo de carne de deteminadas especies animales, la producción de contenedores cerámicos específicos para el ritual, cyas características formales y decorativas enfatizfuertemente sus aspectos visuales, apoya igualmete su uso en prácticas sociales que van más all

    de un acto ritual íntimo del núcleo familiar. Soconjuntos cerámicos realizados para ser mostrdos y exhibidos como auténticos símbolos. Ademson cerámicas que se relacionan con la presentacióy consumo de alimentos y bebidas. En algunos csos incluso de forma especializada como sucedcon las copas. La documentación en el interior dalgunas de estas vasijas de restos de bebidas y sutancias narcóticas reforzaría la hipótesis de su uen rituales de comensalidad. Otros datos de caráter contextual como la existencia de ajuares funrarios al exterior de las sepulturas o incluso la rotuintencionada de cerámicas apoyarían igualmenteargumentación planteada (Aranda y Esquive2006).

    Por tanto, todas estas evidencias apuntarían hcia el desarrollo de prácticas rituales de comenslidad que tendrían unas determinadas característcas dependiendo de la adscripción social de loindividuos. De esta forma, los sectores más elevdos gozarían de un banquete funerario caracterizdo por el consumo de carne de bóvido, junto a otrelementos que reforzarían la exhibición de poderriqueza. Frente a esta situación, el ritual de comesalidad de aquellos individuos con un nivel sociinferior pertenecientes a la segunda y tercera catgoría social consistiría en el sacrificio y consumde ovicápridos. Dentro de esta estricta normalizción ritual tan sólo un reducido número de indivduos de pleno derecho, aunque no pertenecientesla clase dominante, incluirían entre sus ajuares tr

    zos de carne de bóvido lo que reflejaría una situción de evidente conflictividad social. La capacidade amortización adquirida por determinados grupsociales o familias llevaría a la adquisición de dterminados símbolos de la clase dominante comforma de contestación y desafío social. El sacrifcio y consumo comunal de bóvidos jugaría un ppel clave como medio de expresión de una situacióde confrontación social.

    La elección de la muerte en las sociedades argricas como episodio para el desarrollo de rituales comensalidad se debería a la necesidad de justifcar ideológicamente y de naturalizar el acceso dferenciado a los bienes de producción. La comesalidad en el contexto del ritual funerario argáric

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    22/24

    116 Gonzalo Aranda Jiménez y José Antonio Esquivel Guerrero

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-5638

    serviría primeramente para distinguir socialmentea los diferentes individuos a partir de la cantidad ycalidad de los elementos asociados; todo ello a pe-sar de que el consumo de bebida y comida en el ri-tual sea un vínculo que cruza transversalmente laslíneas sociales y, por tanto, crea y potencia relacio-

    nes de solidaridad e interdependencia. El consumocomunal de alimentos contribuiría a la creación de un sentido de comunidad y de conexión con losancestros al tiempo que legitima y naturaliza unasituación social claramente beneficiosa para cier-tos sectores sociales. Cohesión y distancia socialformarían parte del acto ritual de comensalidad.

    BIBLIOGRAFÍA

    ALARCÓN, E. 2006: “Aproximación a la vida cotidiana delas poblaciones argáricas: el caso de Peñalosa”. Ar-queología y Territorio 3: http://www.ugr.es/local/ar-queol/docencia/doctorado/ArqyT/presents.htm.

    ALBARELLA, U. y SERJEANTSON, D. 2002: “Passionfor pork: meat consumption at the British late Neoli-thic site of Durrington Walls”. En P. Miracle y N. Mil-ner (eds.):Consuming Passions and Patterns of Con-sumption. McDonald Institute. Cambridge: 33-49.

    ADAMS, R.L. 2004: “An Ethnoarchaeological Study of Feasting in Sulwesi, Indonesia”. Journal of Anthropo-logical Archaeology 23: 56-78.ARANDA, G. 2001:El análisis de la relación forma-con-tenido de los conjuntos cerámicos del yacimiento ar-queológico del Cerro de la Encina (Granada, España).British Archaeological Reports. International Series927. Oxford.

    – 2004: “Craft specialization in pottery production duringthe Bronze Age in south-eastern Iberia”. Journal of Iberian Archaeology 6: 157-79.

    ARANDA, G. y MOLINA, F. 2005: “Intervenciones ar-queológicas en el yacimiento de la Edad del Bronce del

    Cerro de la Encina (Monachil, Granada)”.Trabajos dePrehistoria 62(1): 165-80.– 2006: “Wealth and Power in the Bronze Age of South-

    east of Iberia Peninsula: the Funerary Record of Cerrode la Encina”.Oxford Journal of Archaeology 25(1):47-59.

    ARANDA, G. y ESQUIVEL, J.A. 2006: “Ritual funerarioy comensalidad en las sociedades de la Edad del Broncedel Sureste Peninsular: la Cultura de El Argar”.Traba- jos de Prehistoria 63(2): 117-33.

    ARTEAGA, O. 1993: “Tribialización, jerarquización y

    Estado en el territorio de El Argar”.Spal 1: 197-208.BAXTER, M.J. 1994:Exploratory Multivariate Analysis in Archaeology. Edinburgh University Press. Edinburgh.

    BENDALL, L. 2004: “Fit for a King? Hierarchy, Exclusion,Aspiration and Desire in the Social Structure of Myce-

    naean Banqueting”. En P. Halstead y J.C. Barrett (eds.):Food, Cuisine and Society in Prehistoric Greece. Ox-bow. Oxford: 105-35.

    BLOCH, M. 1989: Ritual, History and Power: Selected Papers in Anthropology. Athlone. London.

    – 1999: “Commensality and poisoning”.Social Resear-ch 66: 133-49.

    BRAY, T.L. 2003: “The Commensal Politics of Early States and Empires”. En T.L. Bray (ed.): The Archaeolo-gy and Politics of Food and Feasting States and Empi-res. Plenum. New York: 1-16.

    CÁMARA, J.A. 2001:El ritual funerario en la Prehistoria Reciente en el Sur de la Península Ibérica. British Ar-chaeological Reports. International Series 913. Oxfor

    CASTRO, P.V.; CHAPMAN, R.W.; GILI, S.; LULL, V.MICO, R.; RIHUETE, C. y SANAHUJA, M.E. 199394: “Tiempos sociales de los contextos funerarios argricos”. Anales de Prehistoria y Arqueología 9-10: 77-106.

    CEREIJO, M. 1992: “Las sepulturas de la Bastida de Totna”. En M.M. García (coord.): La Bastida de Totana:estudio de materiales arqueológicos inéditos. Univer-sidad de Murcia. Murcia: 207-210.

    CLARKE, M.J. 2001: “Akna Feasting: An Ethnoarchaelogical Perspective”. En M. Dietler y B. Hayden (edsFeasts. Archaeological and Ethnographic Perspectiveson Food, Politics, and Power . Smithsonian Institution.Press Washington and London: 147-167.

    COHEN, A. 1979: “Political symbolism”. Annual Reviewof Anthropology 8: 87-113.DAVID, S. y PAYNE. S. 1993: “A barrow full of skulls” Antiquity 67: 12-22.

    DIETLER, M. 1996: “Feast and Commensal Politics in thPolitical Economic: Food, Power and Status in Prehistory Europe”. En P. Wiessener y W. Schiefenhöve(eds.):Food and the Status Quest . Berghahn Books.Oxford: 87-125.

    – 1999: “Rituals of commensality and the politics of staformation in the “princely” societies of early Iron AgEurope”. En P. Ruby (ed.): Les princes de la protohis-toire et l´émergence de l´état . Centre Jean Bérard. Na-ples-Roma: 135-152.

    – 2001: “Theorizing the Feast: Ritual of ConsumptionCommensal Politics, and Power in African ContextsEn M. Dietler y B. Hayden (eds.):Feasts. Archaeolo-gical and Ethnographic Perspectives on Food, Politics,and Power . Smithsonian Institution Press. Washingtonand London: 65-114.

    DIETLER, M. y HAYDEN, B. (eds.) 2001:Feasts. Ar-chaeological and Ethnographic Perspectives on Food,Politics, and Power . Smithsonian Institution Press.

    Washington and London.DRIESCH, A. von den 1976: “Die tierischen Beigaben den Gräbern der Siedlung “Cuesta del Negro” bei Purullena/Granada”.Studien über Frühe Tierknochenfundevon der Iberischen Halbinsel 6. München.

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    23/24

    PODER Y PRESTIGIO EN LAS SOCIEDADES DE LA CULTURA DE EL ARGAR 117

    T. P., 64, No 2, Julio-Diciembre 2007, pp. 95-118, ISSN: 0082-563

    FRESNEDA, E.; RODRÍGUEZ-ARIZA, O.; LÓPEZ, M. yPEÑA JM. 1999: “El asentamiento argárico de Fuen-te Amarga”. Actas del XXIV Congreso Nacional de Arqueología (Cartagena, 1997): 231-40. Murcia.

    GOSDEN, C. y HATHER, J. 1999:The Prehistory of food:appetites for change. Routledge: London.

    HALSTEAD, P. y BARRETT, J.C. (eds.) 2004:Food,Cuisine and Society in Prehistoric Greece. Oxbow.Oxford.

    HALSTEAD, P. y ISAAKIDOU, V. 2004: “Faunal Eviden-ce for Feasting: Burnt Offerings from the Palace of Nestor at Pylos”. En P. Halstead y J.C. Barrett (eds.):Food, Cuisine and Society in Prehistoric Greece. Ox-bow. Oxford: 136-54.

    HAYDEN, B. 2003: “Were luxury foods the first domesti-cates? Ethnoarchaeological prespectives from South-east Asia”.World Archaeology 34(3): 458-69.

    HODDER, I. 1982:Symbols in action. Ethnoarchaeologystudies of material culture. Cambridge UniversityPress. Cambridge.

    INCHAURRANDIETA, R. 1870: “Estudios pre-históricos.La Edad del bronce en la provincia de Murcia”. Bole-tín-Revista de la Universidad de Madrid 13. Madrid.

    JUNKER, L.L. 2001: “The Evolution of Ritual FeastingSystem in Prehispanic Philippine Chiefdoms”. EnM. Dietler y B. Hayden (eds.):Feasts. Archaeologicaland Ethnographic Perspectives on Food, Politics, and Power . Smithsonian Institution Press. Washington andLondon: 267-310.

    KIM, S. 1994: “Burials, Pigs, and Political Prestige in Neo-lithic China”.Current Anthropology 35(2): 119-41.KRZANOWSKI, W.J. 1988:Principles of Multivaria-

    te Analysis. A User´s Perspective. Oxford StatisticalScience Series 3. Clarendon Press. Oxford.

    KRZYSZTOF, J.; SOKOLOWSKI, A. y BOCK, H. (eds.)2002:Classification, clustering, and data analysis:recent advances and applications. Springer. Berlin.

    KUNTER, M. 2000: “Los restos de esqueletos humanoshallados en Fuente Álamo durante las campañas de1985, 1988 y 1991”. En H. Schubart, V. Pingel y O. Ar-teaga (eds.): Fuente Álamo. Las excavaciones arquo-lógicas 1977-1991 en el poblado de la Edad del Bron-ce. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.Sevilla: 265-82.

    – 2004: “Die Menschilichen Skekettreste aus den gra-bungskampagnen 1996 und 1999 in Fuente Álamo”. Madrider Mitteilungen 45: 88-96.

    LIESAU, C. y SCHUBART, H. 2004: “Grabanlagen undbeigaben aus organischem material im bestattungsritusvon Fuente Álamo”. Madrider Mitteilungen 45: 97-107.

    LULL, V. 1983: La cultura del argar. Un modelo para el

    estudio de las formaciones sociales prehistóricas. Crí-tica. Barcelona.– 2000: “Argaric society: death at home”. Antiquity 74:

    581-90.LULL, V. y ESTÉVEZ, J. 1986: “Propuesta metodológica

    para el estudio de las necrópolis argáricas”. Homena- je a Luis Siret (1934-1984). Consejería de Cultura de laJunta de Andalucía. Sevilla: 441-452.

    LULL V.; MICO, R.; RISCH, R. y RIHUETE, C. 2004“Las relaciones de propiedad en la sociedad argáricUna aproximación a través del análisis de las tumbas dindividuos infantiles”. Mainake XXVI: 233-72.

    MARTÍNEZ, A. y PONCE, J. 2002: “Excavación arqueolgica de urgencia en el subsuelo de la antigua iglesia dconvento de las Madres Mercedarias (C/ Zapatería-C/ LCava, Lorca)”. Memorias de Arqueología 10: 90-137.

    – 2005: “Evidencias de la metalurgia argárica en Lorcel enterramiento de un hombre del poblado de los Cpreses (Lorca, Murcia)”. En J.A. Antolinos y J.I. Manteca (eds.): Bocamina. Patrimonio minero de la regiónde Murcia. Ayuntamiento de Murcia. Museo de laCiencia y el Agua. Murcia: 29-38.

    MARTÍNEZ, A.; PONCE, J. y AYALA, M.M. 1996: Las prácticas funerarias de la cultura argárica en Lorca(Murcia). Caja de Ahorros de Murcia-Ayto. de LorcaLorca.

    – 1999: “Excavaciones de urgencia del poblado argáricde Los Cipreses, Lorca. Años 1992-93”. Memorias de Arqueología 8: 156-82.

    MIGUEL, M.P.de 2006: Les dones en els contextos funeraris prehistòrics. Aportacions des de l’osteoarqueología. En Les Dones en la Prehistòria. Diputación deValencia. Valencia: 91-104.

    MIRACLE, P. y MILNER, N. (eds.) 2002:ConsumingPassions and Patterns of Consumption. McDonaldInstitute. Cambridge.

    MOLINA, F. 1983: La Prehistoria. Historia de Granada 1. De las primeras culturas al islam. Don Quijote. Grana-da: 11-131.

    MOLINA, F.; AGUAYO, P.; FRESNEDA, E. y CONTRERAS, F. 1986: “Nuevas investigaciones en yacimientos de la Edad del Bronce de Granada”. Homenaje a Luis Siret (1934-1984). Consejería de Cultura de laJunta de Andalucía. Sevilla: 353-60.

    MOLINA, F.; CARRASCO, J. y TORRE de la F. 1975“Excavaciones en el yacimiento de la Cuesta del Neg(Purullena, Granada). I. La necrópolis”.En Actas del XIII Congreso Nacional de Arqueología(Huelva,1973): 387-392. Zaragoza.

    MONTÓN, S. 2007: “Interpreting archaeological continuties. An approach to transversal equality in the ArgarBronze Age of South-east Iberia”.World Archaeology39(2): 245-261.

    MORRIS, I. 1992: Death-Ritual and Social Structure inClassical Antiquity. Cambridge University Press. Cam-bridge.

    NELSON, S. 2003: “Feasting the Ancestors in Early Chna”. En T.L. Bray (ed.): The Archaeology and Politicsof Food and Feasting States and Empires. Plenum.New York: 65-89.

    PARKER, M. 2000: “Eating money. A study in the Eth

  • 8/15/2019 Consumo Comunal en Los Rituales de Enterramiento

    24/24