7
Escribí la siguiente poesía inspirada en un personaje del Evangelio que siempre admiré por su certeza, su valentía y su dulzura. Ella es “la hemorroisa”, una mujer que, según cuentan, sufría de fuertes hemorragias. Esto le impedía llevar una vida normal, y como era segregada por causa de este mal, nunca había podido tener una pareja, y menos aún hijos. Había visitado muchos médicos, y había gastado mucho dinero pero nada había dado resultado, y cada vez sufría más y se sentía muy sola. Así es que un día decide a ir al encuentro de Jesús, confiada en que con sólo tocar su manto se sanaría. Es interesante leer el relato en el Evangelio, y poder ir más allá de lo textual. El pasaje está lleno de detalles y de simbología. (Marcos 5, 21- 34) La hemorroisa vivía su tristeza en secreto. Por la naturaleza de su enfermedad no podía ser de otra manera en esa época. Cada vez que imagino la escena al presentarse delante de Jesús y entre toda la multitud, me lleno de admiración por su coraje y su certeza. No cree que va a ser curada con sólo tocar el manto. Lo sabe. Yo creo que Jesús no hacía milagros para mostrar su poder. Creo que nos mostraba nuestro poder, y ése era el milagro. Entrar en contacto con nuestra maravilla, con nuestra Verdad, con nuestro Ser, ése es el milagro. Yo siento, como dice la poesía, que Jesús nos mira a los ojos con Amor Incondicional, y entonces hace que nosotros nos miremos a nosotros mismos de la misma manera. Eso es “sanar”… Y sanar es mirarnos en nuestra Verdad. Es ser concientes de la energía del Cristo en nuestro interior. Jesús ya no es más afuera. Es adentro. Siempre.

El Maestro

Embed Size (px)

DESCRIPTION

El Maestro

Citation preview

Page 1: El Maestro

Escribí la siguiente poesía inspirada en un personaje del Evangelio que siempre admirépor su certeza, su valentía y su dulzura. Ella es “la hemorroisa”, una mujer que, segúncuentan, sufría de fuertes hemorragias. Esto le impedía llevar una vida normal, y comoera segregada por causa de este mal, nunca había podido tener una pareja, y menosaún hijos. Había visitado muchos médicos, y había gastado mucho dinero pero nadahabía dado resultado, y cada vez sufría más y se sentía muy sola. Así es que un díadecide a ir al encuentro de Jesús, confiada en que con sólo tocar su manto se sanaría.

Es interesante leer el relato en el Evangelio, y poder ir más allá de lo textual. El pasajeestá lleno de detalles y de simbología. (Marcos 5, 21- 34)

La hemorroisa vivía su tristeza en secreto. Por la naturaleza de su enfermedad no podíaser de otra manera en esa época. Cada vez que imagino la escena al presentarsedelante de Jesús y entre toda la multitud, me lleno de admiración por su coraje y sucerteza. No cree que va a ser curada con sólo tocar el manto. Lo sabe.

Yo creo que Jesús no hacía milagros para mostrar su poder. Creo que nos mostrabanuestro poder, y ése era el milagro. Entrar en contacto con nuestra maravilla, connuestra Verdad, con nuestro Ser, ése es el milagro. Yo siento, como dice la poesía, queJesús nos mira a los ojos con Amor Incondicional, y entonces hace que nosotros nosmiremos a nosotros mismos de la misma manera. Eso es “sanar”… Y sanar esmirarnos en nuestra Verdad. Es ser concientes de la energía del Cristo en nuestro interior.Jesús ya no es más afuera. Es adentro. Siempre.

Page 2: El Maestro

El Maestro¿Dónde está el Maestroque con su miradasana las heridasy acaricia llagas?

¿Dónde está el Maestroque con su presenciaenciende esa chispaescondida adentro?

Dicen que ese hombretanto amor irradiaque esa llama débilse hace llamarada,el fuego más dulcemezclado con agua,que limpia y transformaheridas del alma.

Mañana en la tarde,dicen sin dudar,pasará el Maestropor este lugar.

Cuando el sol despiertey sus rayos dormidosentren a mi cuarto,yo ya me habré ido.

Page 3: El Maestro

Antes de que el pájaro,con su canto nuevo,en la madrugadahaga su relevoal grillo cansado,que entrega la guardia,y cierra la nochecon canto apagado…estaré en la veradel camino abierto,esperando ansiosaque pase el Maestro.

Detrás de una piedraestaré escondida…me muero de miedo¡ésa es mi herida!

Sé que me señaloy así me señalan.Soy “la hemorroisa”,de mí todos hablan:aquella mujerque mientras caminatriste va dejandojirones de vida.

Y aunque quiero Vidaen mi “lugar de Vida”,tengo tanto miedoque pierdo la Vida.

Y toda esa fuerzaese potencial,se escapa y diluyesin fecundidad.

Page 4: El Maestro

Y me muero, Maestro,me muero de miedocuando veo afuerami mentira adentro.

Yo sé que es mentira,que es una ilusión,que nunca “Soy” solaque “Soy” sólo Amor.

Pero siento miedocuando me señalan,y también yo señaloeso que señalan…

¿Y quién no está enfermo,quién no tiene heridas?¿Y quién no caminaperdiendo la vida?

Muchos pierden sangre,algunos, la venden,o a otros la roban,y otros, la retienen.

Mostrame el regaloMaestro de Amor.¿Qué debo aprenderdel rojo dolor?

En el horizonte,una nube de tierraavanza envolviendomultitudes lentas.

Page 5: El Maestro

Te acercás Maestro…Te huelo en el viento.En mi corazóntus latidos siento.

Detrás de mi piedra,Maestro te espío.Recorre mi cuerpoel sudor más frío.

Y de miedo tiemblo,más siento valor.Me inunda y embriagael más dulce Amor.

Con un coraje impensadoabandono mi guarida,la de adentro y la de piedray voy en busca de la Vida.

Y entre aquella muchedumbreme pierdo encontrando Vida,me confundo entre los hombresque también buscan la Vida.

Y así, estirando mi brazo,logro tocar tu manto,y siento una fuerza de Amorque todo transforma en milagro.

Y sucede en ese instanteque se detiene la vida…

Me siento nacer de nuevo,ya no sangran mis heridas.

Page 6: El Maestro

Dándome la media vuelta,me abro paso, agradecida,henchida de Amor Divino,ese que me devolvió la Vida.

Pero la voz del Maestronítida se hace escuchar:“¿Quién ha tocado mi manto?Quiero saber la verdad”.

No entendiendo, sus amigos,se empiezan a preocupar:“Acaso, Jesús, no has notadoque esto de gente es un mar?”

Mirando a su alrededorJesús vuelve a preguntar:“¿Quién ha tocado mi manto?Sé que es alguien especial.”

Y le digo: “Yo Maestro…¡Jamás me iba a imaginarque en esta gran muchedumbremi amor ibas a notar!

“Es que es tan grande y tan puro,¿cómo no lo iba a notar?”,dice Jesús conmovido,“dejame a mí amarte igual”.

Yo tímidamente digo:“Maestro, si me mirás,yo me miro en tu miraday descubro mi Verdad.”

Y el Maestro me responde,mirándome con amor,esta frase que atesoroprofundo en mi corazón:

Page 7: El Maestro

2 |

“Cuando en mis ojos te miresy en los tuyos Yo me vea,verás la Tierra en el Cieloy el Cielo vendrá a la Tierra.Y abrazarás la Verdad:somos uno en el Amorpor toda la eternidad.”

Luz L.M.Noviembre 2008