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¡ MIGUEL COVARRUBIAS
El universitario de acero y miel
Siempre he considerado que el tesoro más preciado, la misión verdadera de la institución universitaria consiste en proveer a los hombres de un sentido de la vida…
Raúl Rangel Frías, Testimonios
I
A la Universidad de Nuevo León le tocó en suerte gozar de un guía forjado en acero y empapado en miel —allá por los años cuarenta del siglo XX, los años inciertos de la debutante casa de estudios que si bien apenas iba naciendo, contaba al menos ya con dos escuelas provenientes del siglo ante-rior. Para ese origen que no debiera asombrarnos (después de todo, a cualquier ser viviente lo pueden anteceder no sólo padres sino abuelos y bisabuelos surgidos como de la nada), señalado estaba por el destino o por una cadena de muy acertados enla-ces, un hombre providencial llamado Raúl Rangel Frías. Nacido hace exactamente cien años.
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II
Octavio Paz lo expresa con suma claridad: “Entre todo lo que dices, destaco una frase que me hace recordar nuestra juventud: ‘Nuestros maestros son los jóvenes’. Eso es lo que se olvida con mucha frecuencia en México —y en todas partes.” La carta que contiene esos renglones está fechada en París el 8 de diciembre de 1961, y responde al cumplimiento del mandato de Rangel Frías como gobernador de Nuevo León.
Por otra parte, una fotografía situada en el año de 1932 y en la ciudad de To-luca nos coloca ante el trío de inseparables amigos que son Juan Manuel Eli-zondo, Rangel Frías y José Alvarado. A un año del nacimiento de la Universidad de Nuevo León, los inquietos y talentosos jóvenes nuevoleoneses pulen sus ar-mas dialécticas. No tardarán en imponer sus fuertes personalidades al arreciar el combate ideológico por la Universidad y el México de sus sueños.
Pero será uno de los trece hijos del doctor Edelmiro Rangel —y de su esposa Josefina Frías— quien ingresará vigorosamente a la palestra cuando pronuncie una alocución en el Teatro Independencia frente a estudiantes, maestros y auto-ridades tanto académicas como civiles. La fecha: 13 de septiembre de 1934.
Este discurso será central en la vida personal de su autor e igualmente en la vida social y, sobre todo, el ámbito universitario de la región. En su libro Memo-rias, publicado a finales de 1990, el hombre que se acerca al ocaso lo identifica así:
A UN AÑO DEL NACIMIENTO DE LA
UNIVERSIDAD DE NUEVO LEÓN, LOS
INQUIETOS Y TALENTOSOS JÓVENES
NUEVOLEONESES PULEN SUS ARMAS
DIALÉCTICAS.
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La protesta universitaria en 1933. ¡Cómo maravilla encontrar en esas ocho páginas las ideas bien tejidas, la reciedumbre moral y la belleza en una expresión digna de la mejor literatura!
III
El vendaval revolucionario tenía que atemperarse para que pudieran los ilustrados hacer lo suyo. Las armas debían dar un paso atrás para que las letras pudieran ocupar las trincheras de vanguardia. El ímpetu del Ateneo de la Juventud y la cruzada de Vas-concelos habrían de desbrozar la ruta. Y caminando al lado de ellos, entreverándose, la necesidad de elevar la mira de la sociedad nuevoleonesa, la necesidad de proveerse de talentos bien adiestrados para mayor gloria de la industrialización febril que el desa-rrollo económico exigía sin tregua.
Pues bien, el joven Rangel Frías toma al toro por los cuernos y desmenuza la am-bición de la “universidad socialista” sin mencionar el empeño de “excluir toda doctrina religiosa”; igualmente aquello de combatir “el “fanatismo y los prejuicios”; o bien, lo que permitiría “crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.” Porque es en la transición del callismo al cardenismo cuando se ofrece, dentro del universo educativo, este asalto al modelo de creación y transmisión del sa-ber hasta entonces imperante.
Rangel no incurre en bandazos. No abjura del laicismo y el racionalismo que sabe beneficiosos ni asume —ingenuamente a su manera de ver las cosas— el statu quo de la
“QUIENES POR LARGOS AÑOS DISFRUTAMOS DE
SU GENEROSA AMISTAD, Y POR MUCHOS TAMBIÉN
COMPARTIMOS ACTIVIDADES, RECORDAREMOS
AL LECTOR QUE, NO OBSTANTE SU DEFICIENCIA
VISUAL O LA GRAVEDAD DE SUS OCUPACIONES,
SOLÍA TENER SOBRE SU MESA DE TRABAJO HASTA
VEINTE O MÁS LIBROS EN CONSULTA Y LECTURA
SIMULTÁNEAS.”
ISRAEL CAVAZOS GARZA
EL ÍMPETU DEL ATENEO DE LA
JUVENTUD Y LA CRUZADA DE
VASCONCELOS HABRÍAN DE
DESBROZAR LA RUTA.
8
clase que proclama una filosofía conservadora a ultranza. “Por el cuerpo de la universidad corren subterráneas, imponiéndole una fisonomía peculiar, las estruc-turas de la sociedad en que se apoya. Contra este inevitable destino de la orientación social de la universidad se levanta la pretensión ‘socialista’, querien-do moldear estudiantes, que re-ciben una sociedad capitalista, la exigencia de una tarea deter-minada para un mundo prole-tario que sólo vive en la imaginación de estos apóstoles advenedizos. No queremos decir que el hombre sea incapaz de acoger un destino revolucionario, sino que la uni-versidad, como institución social, no puede a la vez aceptar y rechazar, ser sierva y enemiga de un mismo sistema social. Es ésta la fantasía más cruel e hipócrita de un trópico exuberante en demagogias y caudillajes.”
La afilada cuchilla intelectual del joven estudiante de jurisprudencia deja al descu-bierto los intereses que, al ser reptantes, ni deben ni pueden gobernar tal y como el raciocinio libre lo demanda sin descanso. Hay que entronizar pues a la inteligencia insobornable y a la emoción teñida de belleza. Hay que decirle no al esquematismo, a la fábrica de sistemas filosóficos rígidos. Porque para solicitar consejo en materias tan delicadas, habremos de dirigirnos a Atenea y no a Hermes, vale decir, a Minerva y no a Mercurio. Sin embargo…
IV
Cuánta razón tuvo Rangel Frías. Si los jóvenes son los maestros de sus mayores, y si unos y otros se igualan en la medida en que no se anquilosan, en que ejercen su derecho a la libertad intelectual y a la plenitud de su añoranza estética, bien podremos ufanar-nos de tenerlos a ambos, es decir, a Raúl Rangel de tan sólo veintiún años en medio de sus camaradas, y al maestro y rector del mismo nombre en un espacio abierto. Frente a la Torre de la Rectoría, uno puede contemplar al otro y quizás dialogan. Sin duda, el intercambio de ensueños e ideas se ha transformado en un continuum aleccionador.
LA AFILADA CUCHILLA IN-
TELECTUAL DEL JOVEN ESTU-
DIANTE DE JURISPRUDENCIA
DEJA AL DESCUBIERTO LOS IN-
TERESES QUE, AL SER REP-
TANTES, NI DEBEN NI PUEDEN
GOBERNAR TAL Y COMO EL
RACIOCINIO LIBRE LO DEMANDA
SIN DESCANSO.
"RANGEL PENSABA ASÍ. SENTÍA QUE ÉL ERA SU TIERRA
Y QUE ESTABA OBLIGADO A OBEDECER EL MANDATO
DE HACER HABLAR A LAS PIEDRAS Y DE CONSTRUIR
CON PALABRAS UN ESPACIO DE SIMPATÍA POR LA
VIDA QUE CRECE".
ARTURO CANTÚ
9
“CUALQUIER PRESENTACIÓN QUE PUEDA HACERSE DE ESTE
HOMBRE, ES PÁLIDA ANTE LA RECIEDUMBRE DE SU PERSONALIDAD
Y LA PROFUNDIDAD DE SU PENSAMIENTO. SI A ESO AGREGAMOS
LA EXCELENCIA DE SU LENGUAJE Y EL ESTREMECIMIENTO DE SUS
SINCERAS EMOCIONES, HABREMOS DE COMPLETAR EL RETRATO
DE UNO DE LOS ÚLTIMOS QUIJOTES DE NUESTRO TIEMPO.” ALTAÍR TEJEDA
RE
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