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La industria petrolera desarrolla su actividad en recónditos parajes. Muchos de los trabajadores del sector realizan sus labores en instalaciones alejadas de las grandes ciudades, por lo que llevan un particular estilo de vida. Hablamos con cuatro de ellos para conocer cómo es su día a día Empleo Texto TERESA JIMÉNEZ Y MARTA JURADO E TAGS TRABAJADORES / PLATAFORMAS / TESTIMONIOS INGENIEROS POR EL MUNDO

Empleo Texto TERESA JIMÉNEZ Y MARTA JURADOLanza no se esperaba lo que iba a encontrarse. De hecho, bromea con que, cuando habla con su predecesor, “le digo que esto no me lo había

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Page 1: Empleo Texto TERESA JIMÉNEZ Y MARTA JURADOLanza no se esperaba lo que iba a encontrarse. De hecho, bromea con que, cuando habla con su predecesor, “le digo que esto no me lo había

La industria petrolera desarrolla su actividad en recónditos parajes.

Muchos de los trabajadores del sector realizan sus labores en instalaciones alejadas de las grandes ciudades, por lo que

llevan un particular estilo de vida. Hablamos con cuatro de ellos para

conocer cómo es su día a día

Empleo Texto TERESA JIMÉNEZ Y MARTA JURADOETAGS TRABAJADORES / PLATAFORMAS / TESTIMONIOS

INGENIEROSPOR EL MUNDO

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Empleo Ingenieros por el mundo

L a vida de un expatriado no es fácil, pero tiene sus ventajas. Bien lo sabe Jorge Lanza, director de la

refinería de Whiting de BP. Español de nacimiento, su anterior destino había sido Madrid, donde había desempeñado el puesto de presidente de BP en España, llevando la “gestión del negocio. Nada que ver con lo que hago ahora”, indica.

En los 21 años que lleva trabajando en BP, Jorge Lanza ha tenido diferentes destinos. De hecho, es la segunda vez que recae en Estados Unidos, aunque ha cambiado la calurosa California por el frío de Whiting, Indiana, donde dirige la segunda mayor refinería de BP en EEUU.

Su aterrizaje en la refinería no fue tampoco caluroso. Además de coincidir con el frío invierno, con temperaturas que alcanzan los “30 grados bajo cero, lo que hace que algunos de los equipos se congelen”, se avecinaba la que sería la primera huelga de la industria petrolera estadounidense en los últimos 30 años.

Lanza no se esperaba lo que iba a encontrarse. De hecho, bromea con que, cuando habla con su predecesor, “le digo que esto no me lo había contado”. Tras su primer mes de contacto en Whiting, el nuevo director de la instalación pudo conocer bien la refinería, ya que pasó tres semanas “encerrado” en su interior. “No sabíamos si podíamos cruzar los piquetes. Son gente dura”, recuerda. Su

WASHINGTON D.C

INDIANA

prioridad era que durante la prolongada huelga, la actividad de la refinería no se paralizase. Según explica, en estos casos, que son “situaciones anormales”, los ingenieros encargados de proyectos a largo plazo se ocupan de operar la refinería, ya que no forman parte de las Unions (sindicatos).

Aunque la huelga duró cerca de cinco meses, sólo estuvieron viviendo durante tres semanas, “durmiendo en colchones, montamos una cocina e incluso un gimnasio para que la gente pudiese entrenar allí cuando no estaba trabajando”.

La negociación con los sindicatos es la parte “menos agradable” de su trabajo, pero su mayor preocupación es “la seguridad”.

“Cuando miro por la ventana veo todo hierros”, explica. “Muchos de los altos hornos que hay en la zona los fundaron

polacos, y creo que ha influido mucho en la cultura machista, del ‘yo sé lo que me hago’ que impera aquí”, apunta.

Precisamente, reducir los accidentes, “no he tenido ninguno grave”, es una de las prioridades que se ha marcado, junto a rentabilizar la refinería, que es la instalación en la que BP ha realizado una de las mayores inversiones de su historia para ser capaz de procesar el pesado crudo canadiense de las arenas bituminosas. “Quien lo consiga tiene una ventaja competitiva”, afirma Lanza.

Éste es su principal reto. Aunque Jorge Lanza había desarrollado la mayor parte de su vida laboral en el área de negocio de downstream, su paso por Madrid le llevó a pensar que sus siguientes destinos estarían más relacionados con la gestión. Sin embargo, “cuando te lo pide el Consejero Delegado de BP, no dices que no”.

Ahora tiene por delante el reto de hacer rentable esta inversión. “Hay bastantes esperanzas depositadas en esta refinería, que es responsable del 25 por ciento de los resultados de BP en downstream”.

De momento, el futuro de Jorge Lanza pasa por Indiana, “aún me quedan unos años aquí”. Aún así, no olvida su tierra natal: “Pienso que me jubilaré en España, pero no tengo ninguna prisa”.

O liver Omar García del Río no sólo lleva toda su vida laboral ligado a Petróleos Mexicanos (Pemex),

sino que antes de acabar sus estudios ya comenzó a trabajar en la compañía que le ha llevado a estar en una de las plataformas tecnológicamente punteras de la petrolera estatal mexicana, la plataforma de Campeche.

De hecho, una de las cosas que García del Río destaca de su experiencia es el hecho de que ha visto evolucionar el área de trabajo del que hoy es responsable, mantenimiento de instrumentos de la plataforma. “He visto evolucionar las plataformas desde una época en la que no había sistemas de control electrónico, todo era neumático. Ahora todo es al contrario, el sistema es electrónico. La empresa se ha ido actualizando, ahora tenemos la última tecnología de sistema de control electrónico”.

Desde el principio, los equipos con los que está dotada la plataforma cautivaron a este ingeniero petrolero. Aún estaba estudiando en la Universidad cuando puso por primera vez un pie en la plataforma de Pemex, ya que se incorporó para realizar prácticas. “Me impactó ver los equipos de compresión. Al ver los equipos, las turbinas, las emociones eran demasiado grandes, intensas por el tamaño de los equipos

CAMPECHE

MÉXICO DF

que se están manejando”. Hoy en día, parte de la responsabilidad

de que esos equipos funcionen es suya. Al igual que sus compañeros, García del Río realiza dos mudanzas al mes: 14 días está en alta mar viviendo en la plataforma, y otros 14 días descansando en su casa o “de vacaciones haciendo otras actividades”.

La vida en una plataforma petrolífera, si todo va bien, transcurre de una manera programada. Nada más llegar a la plataforma, “hablamos con el máximo responsable de la plataforma y con el coordinador de mantenimiento, con el que planificamos las actividades que vamos a realizar en los próximos 14 días”, explica.

Aunque las actividades estén programadas, García del Río no cae en la rutina. “Todas las actividades son diferentes e interesantes”. Pero, sin lugar

a dudas, lo que más le motiva a este ingeniero petrolero, de nacionalidad mexicana, es planificar el mantenimiento de los equipos para que no afecte al proceso productivo. “Unas veces tenemos que intervenir equipos críticos para que continúe la producción y otras veces tenemos que hacer propuestas de mantenimiento sin que afecte al proceso. Esta última parte es la más interesante”, asegura.

En su dilatada experiencia en la plataforma, García del Río sólo ha vivido una fuga de gas que le dejó marcado. “Hubo una fuga de gas cuando había unas 400 personas trabajando. No estaba muy cerca, pero sí dentro del área industrial desde la que se podían observar las rutas de evacuación. Me impactó que la gente no tomara las medidas de seguridad que se deberían”.

Como en otros ámbitos, la seguridad también es un aspecto que ha ido mejorando con el paso de los años. “La mayor preocupación de la empresa es que vuelva sano y salvo a mi casa”, apunta.

De cara al futuro, García del Río tiene claro qué camino quiere tomar. “Estaré unos siete años más en plataforma, pero luego me gustaría ir a un puesto en tierra. Quiero poder enfrentarme a otros retos, otros rumbos”, indica.

JORGE LANZA. Director de la refinería de Whiting

BP EEUUOLIVER OMAR GARCÍA DEL RÍO. Responsable de mantenimiento de instrumentos plataforma de Campeche

PEMEX MÉXICO

“Cuando te pide el consejero delegado

de BP que vayas a un puesto, no dices que

no”

“La primera vez que pisé la plataforma,

me impresionó el tamaño de los

equipos”

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Empleo Ingenieros por el mundo

C arlos Foyaca, geólogo español de 33 años, ha tenido la oportunidad de trabajar en dos entornos muy

diferentes de la mano del grupo ACS. Primero en México, donde estuvo dos años como técnico de perforación en Tamaulipas; y recientemente en Estados Unidos, donde ha visto de cerca la industria de perforación en Texas.

Poco después de terminar su Licenciatura en Geológicas se trasladó a Monterrey para trabajar en la perforación de pozos petroleros. “Técnicamente mi función era la de geólogo de operaciones. Me encargaba de buscar la localización para perforar y de hacer un seguimiento. Allí llegamos a perforar más de 50 pozos en un año”, explica Foyaca a Energía 16.

La empresa además invirtió en completar su formación en lo que se conoce como “capacitación de Ingeniero Petrolero”, que forma parte de la adaptación a las funciones del terreno en un nuevo entorno, un nuevo país. “El enfrentarme a mi primera experiencia laboral en un país desconocido fue uno de los mayores retos. Un desafío que luego se convirtió en una ventaja al descubrir que nada es cómo imaginabas. Eres capaz de superarlo, enfrentarte a buscarte una casa, un coche, adaptarte a sus normas, y convertirte en una persona válida fuera de tu círculo de confort”.

Focaya comenta también la importancia

MÉXICO DF

EE.UU

TAMAULIPAS

ODESSA

de conocer el entorno regulatorio del país en el que se opera. “En México trabajábamos para la petrolera estatal Pemex. A principio de año el Gobierno autorizaba perforar 50 pozos y nosotros los perforábamos”, recuerda. “Si lo comparamos con EEUU, funciona de forma diferente. Allí es más autónomo. Tú tienes tus equipos de perforación e intentas buscar clientes a quienes hacer el trabajo a comisión”, explica.

Por eso, “creo que tendría que ser exigible que un ingeniero conozca otros lugares del mundo. De cada país, te llevas cosas buenas y malas, por ejemplo en México se trabaja muchas horas; en Estados Unidos son un poco desastre desde el punto de vista medioambiental... Pero para saber cómo hacer las cosas bien, has tenido que vivir muchas experiencias, en muchos países, en muchas compañías”.

De su labor en México valora

positivamente la gran responsabilidad que delegaron en él. “Tenía a mi cargo a todo un equipo de perforación y toda la parte geológica pasaba por mí. Incluso terminé llevando dos equipos a la vez”, añade. “Te sientes muy reconocido como profesional, hasta el punto que te llaman ingeniero, no te llaman por tu nombre”, apunta.

En Estados Unidos, su experiencia laboral ha sido totalmente diferente. “Ya vine como project manager y nuestra labor ha sido contratar equipos de perforación antiguos y restaurarlos para ponerlos a operar y conseguir contratos en la zona de Texas”, dice. Allí ha pasado los dos últimos años de su vida y se ha encargado también del plan de negocio, el flujo de caja, etc. En Texas ha podido vivir además la realidad del fracking. “Allí se ha perforado todo y desde hace más de 100 años. Así que hay un registro de millones de pozos en los que te aseguran en qué zonas puedes hacer una fractura hidráulica y en cuáles no”, explica en relación con el mapa de perforaciones de la Railroad Commission de Texas. “La mejor información que puedes tener a la hora de hacer fracking, es tener pozos perforados al lado”. Esa información es una más de las que ha ido incorporando a su mochila de experiencias “Ya conozco la realidad de EEUU y de México. Ahora a otro país”, concluye.

H ace ocho años que Joaquín García abandonó la tierra firme para pasar la mitad de su tiempo a bordo de

una plataforma petrolera. Este español, que reconoce que en este tipo de instalaciones “tienes poco tiempo, la atención es permanente”, es el encargado de que todo funcione en la plataforma de Casablanca (Tarragona, España) de Repsol.

Junto con la falta de tiempo, porque su trabajo como supervisor de la instalación no le permite desconectar en los 14 días que pasa en ella, uno de los inconvenientes de vivir en una plataforma en medio del mar durante dos semanas seguidas es la falta de intimidad. “Trabajamos en turnos de 12 horas. Una plataforma marina no deja de ser un lugar confinado, los pozos los tienes en la misma plataforma, pero también tienes menos libertad de movimiento”.

Esas características del trabajo también se trasladan a la vida extralaboral que tienen los trabajadores. “Aquí nos conocemos todos, pero más allá de eso, para estar aquí las personas tienen que tener una condición especial para saber llevar, entre otras cosas, la ausencia de la familia”, indica. Y eso hace que “no surjan muchos conflictos en las relaciones personales. Los trabajadores están concienciados”.

La principal preocupación de García

TARRAGONA

MADRID

a bordo de la plataforma es la seguridad del personal que tiene a su cargo, pero los retos logísticos están en su día a día. “Hay que gestionar a la gente, organizar los turnos, el transporte con barcos...”, explica. Además, García no deja de mirar la evolución del precio del petróleo, que “afectará al sector, ahora se miran mucho más las inversiones”.

Sin embargo, no es sólo por las inversiones futuras en la plataforma Casablanca por lo que su supervisor se preocupa del precio del crudo y de la estabilidad de los mercados petroleros internacionales. García comenzó su carrera profesional en la industria de los hidrocarburos en Libia, país en el que se formó. Y, ahora en la región, la inestabilidad está asegurada. “Es la zona más insegura del sector ahora seguramente”, analiza recordando sus inicios. “El lugar donde uno se forma deja

huella, y mis inicios fueron en el desierto de Libia. Allí empezamos a montar todos los equipos que ahora utilizamos aquí”, rememora.

A pesar de que en ese momento todo era nuevo para el supervisor de la plataforma de Casablanca, en su actual destino también se ha ido desarrollando y viendo cómo evoluciona el sector. “No había visto nunca la puesta en marcha de un pozo submarino nuevo, utilizando tecnología punta. Vi cómo es el montaje y puesta en marcha de una bomba de 1.000 kilovatios en medio del mar”, indica. Y es que una de las cosas que más le llama la atención de su actual puesto es que la plataforma Casablanca de Repsol “cuenta con la tecnología más moderna”.

De hecho, García considera que el futuro del sector petrolero, por lo menos a corto y medio plazo, está en el mar. “En las plataformas marinas el avance es más rápido, ahora mismo es más atractivo”, apunta.

A pesar de llevar gran parte de su vida laboral en instalaciones que implicaban estar lejos de su Andalucía natal, García tiene claro que no cree que “durara en una oficina, me considero un técnico de campo. Por supuesto que aquí tienes parte de trabajo de oficina, pero soy un técnico de campo”.

CARLOS FOYACA. Geólogo de operaciones

ACS MÉXICO Y EEUUJOAQUÍN GARCÍA. Supervisor de la plataforma de Casablanca

REPSOL ESPAÑA

“Creo que tendría que ser exigible que

un ingeniero conozca otros lugares del

mundo”

“No duraría en una oficina,

me considero un técnico de campo”