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Universidad Austral de Chile Facultad de Filosofía y Humanidades Instituto de Ciencias Ambientales & Evolutivas Escuela de Historia y Ciencias Sociales Profesor Patrocinante: Mg. Carlos F. Rojas Hoppe. Eventos de anegamientos en el sector urbano Barrios Bajos, Valdivia, Chile, 1985-2012. Seminario para optar al título de: Profesor de Historia y Ciencias Sociales y a los grados de Licenciado en Educación Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales. CLAUDIO ALEJANDRO ACUÑA FUENTEALBA VALDIVIA CHILE 2015

Eventos de Anegamientos en El Sector Urbano Barrios Bajos, Valdivia, Chile, 1985-2012

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Estudio sobre anegamientos en Barrios Bajos de la ciudad de Valdivia, Chile.

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  • Universidad Austral de Chile Facultad de Filosofa y Humanidades

    Instituto de Ciencias Ambientales & Evolutivas Escuela de Historia y Ciencias Sociales

    Profesor Patrocinante:

    Mg. Carlos F. Rojas Hoppe.

    Eventos de anegamientos en el sector urbano Barrios Bajos,

    Valdivia, Chile, 1985-2012.

    Seminario para optar al ttulo de:

    Profesor de Historia y Ciencias Sociales

    y a los grados de Licenciado en

    Educacin Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales.

    CLAUDIO ALEJANDRO ACUA FUENTEALBA

    VALDIVIA CHILE 2015

  • 2

    ndice

    1. Introduccin.............................................................................................................4

    1.1. DESCRIPCIN DE LA PROBLEMTICA....4

    1.2. HIPTESIS DE LA INVESTIGACIN..5

    1.3. OBJETIVO DE LA INVESTIGACIN6

    2. Marco terico.7

    2.1. REFLEXIONES TERICAS SOBRE EL DESASTRE NATURAL...7

    2.2. DESASTRES NATURALES EN EL PLANO SOCIAL.....10

    2.3. CONSECUENCIAS DE LA EXPANSIN URBANA SOBRE EL ESPACIO FSICO..16

    2.4. DESASTRES NATURALES DE TIPO

    HIDROMETEOROLGICO A NIVEL NACIONAL Y LOCAL.20

    3. Material y mtodo...24

    3.1. REA DE ESTUDIO.....24

    3.1.1. CIUDAD DE VALDIVIA.......24

    3.1.2. SECTOR URBANO BARRIOS BAJOS...29

    3.2. TRAYECTORIA DEL MEJORAMIENTO DE LA

    EVACUACIN DE AGUAS LLUVIAS EN LOS BARRIOS BAJOS, 1985-2012.....32

  • 3

    3.3. PROCEDIMIENTOS METODOLGICOS..........35

    3.3.1. ETAPAS DE LA INVESTIGACIN...35

    3.3.2. CRITERIOS METODOLGICOS...37

    4. Presentacin y discusin de resultados....44

    4.1. ANLISIS GENERAL DE PRECIPITACIONES, 1960-2012.44

    4.1.1. PRECIPITACIONES ANUALES.......................................................44

    4.1.2. PRECIPITACIONES BIESTACIONALES....46

    4.1.3. PRECIPITACIONES MENSUALES...51

    4.2. ANLISIS DE EVENTOS DE ANEGAMIENTOS, 1985-2012...54

    4.2.1. DIMENSIN TEMPORAL DE LOS EVENTOS.54

    4.2.2. PRECIPITACIONES RELACIONADAS CON LOS EVENTOS.63

    4.2.3. EVENTOS DE ANEGAMIENTOS

    Y PERODOS DE MAREA DE SICIGIA.65

    4.2.4. VERIFICACIN DE HIPTESIS..67

    5. Conclusiones de la investigacin.70

    5.1. SNTESIS DE LOS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIN70

    5.2. REFLEXIONES FINALES.71

    6. Referencias bibliogrficas.....77

  • 4

    1. Introduccin

    os desastres naturales, verdaderamente, no son naturales; ms bien, es el

    ser humano quien se asienta en lugares que son potencialmente

    peligrosos para su propia existencia. La naturaleza slo contina su propia

    dinmica (Ferrando, 2004; Musset, 1995; Lavell, 1993).

    1.1. DESCRIPCIN DE LA PROBLEMTICA

    Partiendo de la premisa anterior, esta investigacin aborda una problemtica

    histrica que ha afectado por dcadas a los habitantes de un sector de la ciudad de

    Valdivia, los llamados Barrios Bajos. Se trata de la reiterada ocurrencia de acumulaciones

    de agua de lluvia en distintos puntos crticos de dicho sector durante los meses de mayor

    precipitacin sobre la ciudad, particularmente en das de lluvias intensas. Vas de trnsito

    peatonal y vehicular, plazuelas, canchas, pampas, as como campamentos y el interior de

    viviendas han sido los receptores de anegamientos que han contribuido a establecer una

    determinada forma de vida para los vecinos de estos lugares.

    Se trata de una cotidianeidad marcada profundamente por el dao, y por ello es

    que el fenmeno se constituye en desastre. En este sentido, los efectos menos relevantes

    se relacionan con la dificultad del trnsito por el sector. Al otro extremo, se pona en

    riesgo continuo y prolongado la salud de familias enteras ante condiciones de altsima y

    constante humedad y suciedad, o, en varias oportunidades, de condiciones

    descaradamente insalubres, cuando los anegamientos eran producto de una mezcla de

    aguas lluvias y aguas servidas. A esto hay que agregar el deterioro o la prdida de bienes

    L

  • 5

    materiales de diverso rango de valor monetario y emocional, por efecto de la humedad,

    el barro y las aguas propiamente tales.

    ste desastre natural no inicia por una intencionalidad de la naturaleza. Son las

    personas las que deciden establecerse en entornos con dinmicas que presentan

    dificultades para el asentamiento. Los Barrios Bajos se desarrollan por la gradual

    expansin urbana sobre una zona geogrficamente deprimida post terremoto de 1960

    y aledaa a la rivera de un ro. Es un lugar donde las precipitaciones intensas y

    prolongadas son habituales e inciden en las crecidas de un curso de agua que, adems

    de tener una dinmica de crecida propia de los ros, es un estuario y sufre modificaciones

    de altura por mareas. Por otra parte, como sector de baja altura respecto al resto de la

    ciudad, se convierte en punto de encuentro de aguas lluvias provenientes de otros

    sectores urbanos situados a mayor altitud.

    Como problemtica histrica, el fenmeno incide en distintos mbitos de la vida

    humana y puede ser analizado desde diversas perspectivas. Aqu slo se estudia una

    parte de su mbito fsico relacionada con la generacin de anegamientos y su interaccin

    con precipitaciones y mareas. El propsito es servir como un aporte, pequeo pero

    necesario, para una aproximacin al estudio del riesgo de anegamientos en toda el rea

    urbana de Valdivia.

    1.2. HIPTESIS DE LA INVESTIGACIN

    Desde sus comienzos, el barrio se vio enfrentado a los anegamientos, y es natural

    pensar que este problema se fue intensificando a medida que el sector y toda la ciudad

    se fueron densificando. Por esto es que existe tambin una parte de su historia que desde

    los inicios del problema qued relacionada a la bsqueda del control de los factores que

  • 6

    en conjunto lo ocasionaban. Se trata de la construccin de diversas obras para contener,

    encauzar y drenar las aguas lluvias.

    Luego de dcadas de estudios e implementacin parcial de soluciones, fue el ex

    Presidente Ricardo Lagos quien, el 8 de octubre de 2004, coloc la primera piedra de

    primero de los colectores de aguas lluvias que se haban integrado como un sistema

    dentro del Plan Maestro de Aguas Lluvias, que abordaba la problemtica de manera

    definitiva. Desde el ao 2006, en que ya se encuentra operativo el primer colector, las

    noticias sobre los anegamientos daban cuenta de testimonios de vecinos que aseguraban

    notar claros cambios positivos en la ocurrencia de los eventos, y en la duracin de estos.

    Hasta el ao 2012, lmite de este estudio, ya se haban construido ntegra o

    parcialmente los otros cuatro colectores restantes. Con base en estos antecedentes, se

    plante la hiptesis de que los nuevos colectores, que conformaban junto a las antiguas

    vas un sistema de evacuacin de aguas lluvias, han contribuido a la disminucin de los

    eventos de anegamientos en el sector urbano Barrios Bajos.

    1.3. OBJETIVO DE LA INVESTIGACIN

    Analizar las fechas de ocurrencia de los eventos de anegamientos, las

    precipitaciones asociadas y los perodos de marea en que estos acontecieron, en el sector

    urbano Barrios Bajos de la ciudad de Valdivia, entre los aos 1985 y 2012. El propsito es

    caracterizar la dinmica del fenmeno durante el perodo y verificar si ha declinado hacia

    el final del mismo, y si tal disminucin se relaciona con la implementacin del nuevo

    sistema colector de aguas lluvias.

  • 7

    2. Marco terico

    2.1. REFLEXIONES TERICAS SOBRE EL DESASTRE NATURAL

    El desastre natural es un fenmeno con el cual mujeres y hombres han vivido

    durante toda su historia, y, por tanto, ha sido un importante objeto de estudio. De esta

    forma, el fenmeno ha sido teorizado para una mejor comprensin de ste. Un desastre

    natural, en una definicin lo ms amplia posible, es un evento que ocurre en cierto

    momento y lugar ocasionando daos para algn asentamiento humano (Cardona, 1993;

    Lavell, op. cit.). Por su parte, se puede entender el riesgo natural como la probabilidad

    de que suceda un desastre natural en algn lugar y perodo de tiempo (Pea, Tavares &

    Mardones, 1993). Existen dos factores que conforman el riesgo, el cual puede llegar a

    concretarse en un desastre natural: la amenaza, es decir, un evento, propio de la

    naturaleza, que en algn momento y lugar puede acontecer; y la vulnerabilidad, que

    expresa los elementos con los que la sociedad asentada cuenta para afrontar, de forma

    ms o menos eficiente, el evento latente (Romero & Maskrey, 1993; Mrquez, 2008). Lo

    anterior se ha sintetizado por medio de un mapa conceptual (Figura 1).

    En estos trminos, el desastre natural se entiende como la concrecin de un

    evento latente, el cual sucede cuando ciertas variables confluyen para que exista una alta

    probabilidad de dao para el asentamiento humano. La redundancia del uso de ciertos

    trminos, repetidos entre los conceptos mencionados anteriormente, sirve para presentar

    de mejor manera la idea de que el fenmeno del desastre natural puede ser entendido

    en dos planos temporales: por un lado, una vez ocurrido; y por el otro, antes de que se

    manifieste como tal. Ante la reflexin anterior, cabe hacer la siguiente consideracin:

    estableciendo que el desastre es un problema para el habitar humano, es necesario

    buscar soluciones. Si hablamos de dos tiempos para entender el desastre, podramos

  • 8

    tambin hacerlo para contrarrestarlo, es decir, de manera reactiva o de forma preventiva.

    Lgicamente, reaccionar una vez que ha ocurrido slo sirve para proseguir el habitar;

    volver al estado anterior al desastre. Es la segunda alternativa, prevenir, la que sienta

    verdaderas bases de mayor durabilidad para afrontarlo.

    Figura 1. Teorizacin de la gnesis de un desastre natural

    Fuente: Elaboracin del autor.

    Por lo tanto, la variable que el ser humano puede manipular para hacerle frente

    no es la amenaza; pues es gobernada por la naturaleza misma, en general, escapa al

    control del hombre y, por lo tanto, no se puede inhibir; sino la vulnerabilidad. Cualquier

    medida que busque contrarrestar el desastre significa, en el fondo, disminuir la

    vulnerabilidad; o sea, mejorar los elementos que tiene la sociedad para que partes de su

    estructura de asentamiento no colapsen. Si esto ocurre, entonces se concreta el desastre.

    En el caso contrario, ya no hablamos de desastre, sino de una condicin de riesgo.

    Cualquier medida efectuada para mejorar las condiciones de vulnerabilidad en

    ningn caso servira para eliminar la amenaza y, por ende, la ocurrencia de un desastre

    AMENAZA NATURAL

    juntos

    conforman RIESGO

    se

    concreta en

    DESASTRE

    NATURAL

    VULNERABILIDAD

  • 9

    natural; en otras palabras, solamente se conseguira lograr reducir el nivel de riesgo, mas

    nunca eliminarlo (Mrquez, op. cit.). Tericamente, la reduccin del riesgo puede llegar

    hasta niveles muy bajos. Y el riesgo incluso podra permanecer en esos niveles por algn

    tiempo y, gracias a la experiencia adquirida, reducir los costos debido a prdidas

    producto de los eventos acaecidos; pero ello no significara haber eliminado la

    probabilidad del desastre (Gonzlez, 1987), slo dara cuenta de que, en aquella situacin,

    las condiciones de vulnerabilidad an estn acordes al nivel de amenaza. Pero si el nivel

    de amenaza aumentara en algn momento, y, para empeorar la situacin, se aadiera el

    factor de que la infraestructura en la que se sustenta la baja vulnerabilidad se deteriora,

    entonces la condicin de riesgo comenzara a aumentar, y con ello las probabilidades de

    su materializacin en un desastre natural. En fin, los asentamientos humanos, por diversas

    razones, pueden ser blanco de un desastre natural, siempre.

    El anlisis de los anegamientos, en primera instancia, como problemtica de

    desastre natural, y en concordancia a las reflexiones expuestas hasta este punto, conduce

    a precisar los conceptos de amenaza y vulnerabilidad. Pero antes de esto, es necesario

    definir el tipo de fenmeno en que se centra esta investigacin.

    De acuerdo a Ferrando (2006), un anegamiento [] se define como la

    acumulacin temporal de aguas lluvias en una determinada porcin de territorio. De

    esta amplia definicin, cabe sealar ya una distincin conceptual hecha por el mismo

    autor y citada por otros: distinto es un anegamiento de una inundacin, la cual no se

    centra en la acumulacin de aguas de lluvia, sino en las aguas de cauces hdricos, que

    debido a desbordes de diverso origen se vierten sobre terrenos aledaos (Ferrando, op.

    cit.). Los anegamientos son fenmenos propios del interior de las ciudades y su origen se

    halla en la interaccin de dos grandes variables entre las que se produce una situacin

    de desequilibrio: la cantidad de agua lluvia precipitada en un cierto lapso de tiempo y la

  • 10

    capacidad que tenga el suelo para evacuar esas aguas, ya sea de forma horizontal como

    vertical (Ferrando, op. cit.; Mrquez, op. cit.).

    La amenaza, desglosada de este fenmeno, en los trminos ya explicados, y para

    este caso de estudio, est constituida no por el anegamiento, sino por un evento propio

    de la naturaleza: la precipitacin intensa. Esta afirmacin adquiere sentido siguiendo la

    idea de que las manifestaciones del medio ambiente no son desastres en s mismos; se

    transforman en desastres cuando son conjugados con la variable que presentan en su

    conjunto las condiciones de un asentamiento humano para afrontar tal manifestacin:

    esta variable es la vulnerabilidad. La vulnerabilidad, entonces, abarca desde las

    condiciones materiales, fsicas, artificiales, cuya funcin es controlar los efectos sobre el

    asentamiento que pueda tener la manifestacin del medio ambiente, hasta los niveles

    socioeconmico, cultural, educacional, psicolgico y hasta religioso, que explican los

    diferentes tipos de respuesta de la sociedad ante la ocurrencia de un desastre (Lavell, op.

    cit.).

    2.2. DESASTRES NATURALES EN EL PLANO SOCIAL

    Se ha explicado que los llamados desastres naturales son catstrofes en la medida

    que ocasionan daos y una importante alteracin a la vida cotidiana de las personas

    asentadas en un territorio. El alcance social de los desastres naturales y es que no

    existiran estudios acerca de nada si no tuvieran un alcance social; es por tal razn que

    se estudia el mundo debiera ser la razn fundamental por la que se realicen

    investigaciones acadmicas en esta temtica. Sin embargo, se sabe que las reas del

    conocimiento estn ms veces separadas y delimitadas que integradas, y, debido a esto,

    los fundamentos previos al desarrollo de cada tipo de estudio muchas veces no

    trascienden el campo disciplinar, o, siendo menos severo, no se explicitan. Por lo tanto,

  • 11

    en este punto, sera conveniente dar a conocer algunas reflexiones que, si bien van ms

    all del tema especfico de este estudio y de los anlisis de datos, corresponden a bases

    tericas, esenciales, y en las que, en gran parte, se fundamenta el propsito de esta

    investigacin. Precisamente, estas bases tratan acerca de las implicaciones sociales de los

    llamados desastres naturales.

    Los diversos estudios realizados por distintas disciplinas ligadas a las ciencias

    naturales, sociales, humanistas, de la ingeniera, as como de estudios transdisciplinares,

    se iniciaron ligados a las llamadas ciencias naturales, las cuales colocaban el nfasis en el

    conocimiento de las amenazas. Posteriormente, se incorporaron las disciplinas

    ingenieriles, quienes, junto a especialistas de las ciencias naturales, se comenzaron a

    preocupar de la vulnerabilidad fsica, es decir, de la capacidad de soporte de los

    elementos expuestos a amenazas. En los estudios de desastres, quienes se han

    incorporado ltimamente son las ciencias sociales que han puesto el nfasis en las causas

    sociales de la vulnerabilidad (Cardona, op. cit.).

    Dentro de este ltimo campo, parece de importancia sealar, sin el nimo de

    profundizar pero claramente de explicitar, que el fenmeno del desastre natural, siendo

    antiguo en la historia humana, es, en el contexto de la modernidad, un fenmeno que se

    ha desarrollado y que ha sido ms recurrente a raz del desarrollo del capitalismo, y la

    incidencia de esto en el desarrollo de polticas de asentamiento y crecimiento urbano que

    favorecen el progreso tecnolgico por medio del desarrollo industrial y empresarial

    (Mrquez, op. cit.). Son los segmentos sociales de menores recursos los que no tienen

    opciones a la hora de elegir los lugares de asentamiento, puesto que en la planificacin

    urbana los suelos han adquirido el carcter de bienes, y por tanto, estn sujetos a que les

    sean asignados valores que se traducen en costos monetarios que sectorizan el

    asentamiento; los sectores ms baratos son los que se encuentran en lugares donde las

    condiciones de riesgo son ms altas que en aquellos sectores ms caros, donde el riesgo

  • 12

    es mucho menor. Y mientras los segmentos sociales que pueden pagar ms y,

    consiguientemente, elegir el lugar dnde habitar, van mejorando sus calidad de vida,

    ocurre lo contrario con los segmentos econmicamente, y luego socialmente, ms

    deprimidos.

    En general, la poblacin con menores recursos se asienta en lugares expuestos a

    amenazas sin fiscalizacin ni intervencin por parte de las autoridades de turno, o eligen

    un lugar de asentamiento de acuerdo a sus posibilidades econmicas, lo que los conduce

    nuevamente a zonas donde el suelo es ms barato porque el lugar tambin es ms

    riesgoso. A modo de ejemplo de lo que ha ocurrido y que contina sucediendo en la

    actualidad, en un estudio realizado hacia el ltimo tercio de la dcada de 1980, respecto

    a la ocurrencia de inundaciones, se analiza la problemtica sobre la recurrencia de estos

    eventos y lo que ha significado para los grupos de personas que las sufran, las cuales se

    haban asentado en un lugar ribereo del ro Biobo, especficamente en la localidad de

    Hualqui (sureste de Concepcin) y, al momento de la investigacin, ya no era viable la

    opcin de su erradicacin, puesto que se haba establecido una red de servicios bsicos,

    en un asentamiento que se define en el estudio como un poblamiento semiconsolidado

    (Morales, 1987). De esto se infiere una omisin en la labor restrictiva sobre los usos

    residenciales del suelo que las autoridades practicaron hacia esa poca; adems, cabe

    agregar que este estudio se realiz por la Secretara Regional Ministerial de Vivienda y

    Urbanismo de la Regin del Biobo del perodo.

    En fin, se podra establecer un patrn de asentamiento capitalista, el cual asegura,

    o, de forma menos tajante, promueve, sobre todo, el mantenimiento de las condiciones

    no favorables en la calidad de vida y, por consiguiente, de las condiciones sociales de

    aquellos bajos sectores sociales; esto es, de las brechas que son inherentes al modelo

    capitalista de concentracin de bienes. As, esto viene a ser otra arista del anlisis del

  • 13

    modelo capitalista, dentro de un marco terico que podra bien llamarse como teora del

    riesgo y del desastre natural, a nivel social.

    De hecho, hablando en trminos socioeconmicos, se ha verificado en distintos

    estudios sobre la temtica que, verdaderamente, la poblacin que habita los sectores

    afectados por desastres naturales, presenta, en su mayora, condiciones que dan cuenta

    de un alto grado de necesidad. Volviendo al caso de Hualqui, en el mismo estudio se

    evidencia que la mayor parte de la poblacin afectada por las inundaciones presenta, en

    una clasificacin propia de la investigacin, condiciones socioeconmicas del tipo medio-

    bajo, y el resto, de tipo bajo (Morales, op. cit.). En otro estudio, publicado en la misma

    fecha de la investigacin citada en el ejemplo anterior, un anlisis efectuado para la

    ciudad de Talca revela que la misma situacin de baja condicin socioeconmica era la

    que presentaba la mayora de las personas afectadas por inundaciones, y que estaban

    asentados en las cercanas de los cauces que se desbordaban (Gonzlez, op. cit.). Para

    ejemplificar con un estudio ms reciente, en la ciudad de Osorno, el sector ms afectado

    por inundaciones y anegamientos, histricamente, ha sido Francke Norte. El lugar colinda

    con la ribera del ro Rahue, y presenta, en su mayor parte, altas necesidades en trminos

    socioeconmicos. Se concluy, adems, que eran los hogares con mayores ndices de

    carencias los que se vean ms afectados por los anegamientos. Poniendo an ms

    nfasis en la idea, la zona de alcance de un posible desborde del ro iba a abarcar, en

    gran medida, a las viviendas ms necesitadas (Mrquez, op. cit.).

    Esto ocurre porque el segmento pobre de la poblacin presenta altas

    vulnerabilidades de distinto tipo. Asimismo, en general, no slo habita los lugares ms

    peligrosos, debido a la alta exposicin a amenazas; adems, carece de estructuras fsicas

    que soporten eficientemente los eventuales desastres (Romero & Vidal, 2012). Existe as

    una directa proporcionalidad entre la vulnerabilidad socioeconmica y el grado de

  • 14

    exposicin a riesgos; los altos riesgos estn relacionados con altos ndices de necesidad,

    mientras que el riesgo disminuye a medida que decrecen las condiciones de carencia.

    En trminos generales, no slo es claro que la pobreza, y, con ella, la alta

    vulnerabilidad, potencia o facilita la materializacin del riesgo, o sea, la ocurrencia de

    desastres; de modo inverso, tambin es patente que los desastres naturales incrementan

    la pobreza (Ferrando, 2004). Para el caso de Osorno, por ejemplo, la reiteracin, y la

    constancia en la concrecin, de las condiciones de riesgo, han llevado, de forma

    tautolgica, a un subdesarrollo urbano de ciertos sectores afectados; por otra parte,

    adems, tal repeticin hace que los eventos sean asimilados como normales, comunes, y

    parte rutinaria de la vida cotidiana de las personas perjudicadas (Mrquez, op. cit.).

    De esta manera, las actuales polticas de asentamiento no slo son uno de los

    tantos elementos que amplan las brechas entre la poblacin a nivel socioeconmico,

    manteniendo a personas de escasos recursos en una situacin constante de necesidad;

    tambin la brecha se ampla en un sentido cultural, en trminos de todo lo que asimila

    una persona, una familia, una poblacin, y todo un segmento social, desde el diario vivir

    y sus significados, y cmo estos van, paulatinamente, ao tras ao y generacin tras

    generacin, conformando una comprensin del mundo, y sobre todo, de la posicin que

    cree tener cada protagonista en ste. Encontrarse cada ao con una lluvia intensa que

    anega calles; prepararse un tiempo antes frente a la amenaza, asumiendo un desastre

    potencial como parte natural de la vida; afrontar el desastre y cambiar por das, semanas,

    meses las rutinas mientras las calles estn intransitables; secar pisos en comedores, baos,

    dormitorios y acomodarse a vivir por un perodo de la forma menos mala posible;

    aprender a convivir con el desastre y ensear lo aprendido a los hijos, a tomar decisiones

    y crear mtodos de sobrevivencia, por ejemplo, cuando, muchas veces, los

    anegamientos, a pesar de tener un origen pluvial, se producen, adems, por el colapso

    de colectores de aguas servidas, y, si ya se cuidaba la salud, se debe triplicar el esfuerzo;

  • 15

    en fin, todo esto conlleva a tener una actitud determinada frente a la vida misma, frente

    a otros que sufren lo mismo, y a diferenciarse de quienes no lo viven.

    Adems de lo anterior, las personas van manteniendo su condicin de vulnerables

    en trminos de conciencia social y de desarrollo cultural. Es decir, cada desastre no slo

    es un obstculo para algn tipo de mejoramiento de las condiciones de pobreza; es, al

    mismo tiempo, una traba para que la conciencia de s mismo se eduque hacia una mejor

    consideracin personal y colectiva; si bien, se va consolidando, seguramente, una actitud

    de esfuerzo y trabajo; es cierto que al sumar la condicin de pobreza material ya no

    queda tiempo para preocuparse de otras necesidades que nutren al ser humano:

    simplemente se trata de sobrevivir. Sobrevivir, en otras palabras, viene a significar

    conservar y volver al estado de calidad de vida que ya era bajo que se tena previo al

    desastre.

    Es lgico pensar que quienes sufren un desastre, continan sus vidas pensando y

    preparndose frente a la repeticin del mismo un ao ms tarde. Por ejemplo, en la

    comuna de San Bernardo, en la Regin Metropolitana, los habitantes que haban sufrido

    eventos de inundacin recurrentes posean una actitud de resignacin ante un fenmeno

    que crean se repetira en los aos subsiguientes, y tal determinacin estaba asociada,

    mayoritariamente, al nmero y a la intensidad de las experiencias vividas (Rovira &

    Latorre, 1986).

    En la otra cara de la moneda, quienes no sufren estos problemas, ni con este nivel

    de recurrencia, no cambian su estado, no retroceden, y slo pueden mantenerlo o

    mejorarlo; es el tiempo que no se ocupa en secar, limpiar, reforzar techos, preocuparse

    y pensar en soluciones, el que se puede invertir en leer, cultivarse, distraerse, respetarse.

    Y es que no slo se ensea a la descendencia a sobrevivir, sino tambin a considerarse

    de una determinada manera, y a tener expectativas, o no, de distintos grados de

    superacin.

  • 16

    Es un hecho que los desastres naturales pudieran concebirse como formas

    transversales de impacto a la estructura de asentamiento de la sociedad, en la medida

    que son grupos sociales con distintos niveles de recursos econmicos quienes los sufren,

    pues, la sociedad est segmentada y hay otros estratos socioeconmicos adems del ms

    vulnerable, el cual, por cierto, no posee la exclusividad de afrontar los desastres; estos

    afectan a todos. No obstante lo anterior, no impactan a todos por igual: el poseer un

    cierto nivel de recursos, ya sean de tipo econmico, educativo, o cualquier otro, implica

    tener un cierto grado de vulnerabilidad, que es inversamente proporcional al nivel de

    recursos (Romero & Vidal, op. cit.).

    Esto origina distintos niveles de respuesta frente al desastre, en el sentido de la

    capacidad para volver al estado previo al evento; y de lo que significa para uno y otro

    segmento social la prdida de recursos ocasionados por el desastre ya enseaba Jess

    que los ricos, a pesar de haber ofrendado mucho dinero, haban dado menos que la

    mujer pobre, que slo entreg dos monedas, pero tal cantidad era todo lo que tena1; en

    el mismo sentido, no es lo mismo que un vagabundo pierda una moneda que le ocurriera

    lo mismo al dueo de un banco.

    2.3. CONSECUENCIAS DE LA EXPANSIN URBANA SOBRE EL ESPACIO FSICO

    La relacin entre pobrezaalta vulnerabilidad con el fuerte impacto de los

    desastres naturales, es una situacin que se prev continuar agravndose en los pases

    subdesarrollados. Mientras las grandes ciudades de pases en desarrollo tardan entre 12

    y 15 aos para duplicar su tamao, la poblacin pobre que habita en ellas lo hace en 7

    aos (Ferrando, op. cit.); en otras palabras, por ejemplo, aproximadamente en 14 aos,

    cuando una ciudad sea el doble de grande, la poblacin pobre que la habita lo ser el

    1 Referencia bblica en Marcos 12:41-44 y en Lucas 21:1-4 (versin revisin Reina-Valera 1960).

  • 17

    cudruple. As, se puede pensar que una de las razones que ayuda a comprender el

    origen de la promocin de la expansin de una ciudad es el crecimiento de la poblacin

    que la habita, especialmente la poblacin pobre.

    Durante la segunda mitad del siglo XX, la expansin urbana del Gran Concepcin,

    ha ido abarcando espacios que presentan condiciones desfavorables de habitabilidad y

    con exposicin a amenazas naturales, tales como inundaciones, anegamientos y

    tsunamis; adems, del total de la poblacin comunal pobre (estrato E)2, un 86% est

    asentado en lugares expuestos a algunas de las amenazas antes mencionadas; del total

    de estrato ABC1, slo el 18% (Romero & Vidal, op. cit.). Al parecer, como se sigan

    expandiendo las ciudades siguiendo las actuales polticas de asentamiento, siempre habr

    un rea importante habitada por personas en condiciones de alta vulnerabilidad, que,

    probablemente, estarn ocupando las zonas ms riesgosas y las construcciones menos

    robustas.

    A esto se suman, con respecto a la amenaza, las afirmaciones de expertos sobre

    cambio climtico, pronosticando para el siglo XXI un incremento en la frecuencia, en la

    duracin y en la intensidad de las condiciones extremas de tipo hidrometeorolgico, y

    con ello, un aumento en la probabilidad de la ocurrencia de sequas, incendios forestales,

    tormentas, inundaciones, aludes, avalanchas (Ferrando, op. cit.).

    Adems, las consecuencias negativas que conlleva la expansin urbana en el

    aumento de las condiciones de riesgo, por los cambios en el sistema natural, el deterioro

    de las estructuras artificiales de contencin y por la aparicin de nuevos focos de riesgo;

    todo lo anterior conlleva a pensar que la situacin slo puede ir empeorando debido al

    aumento sostenido de la vulnerabilidad. En fin, por un lado, la amenaza se intensifica; y

    2 Segn clasificacin de la poblacin en estratos socioeconmicos realizada por los autores, siguiendo

    metodologa propuesta por Adimark. La poblacin fue dividida en 5 grupos, desde el mayor al de menor

    nivel socioeconmico: ABC1, C2, C3, D y E.

  • 18

    por el otro, la vulnerabilidad, que es la variable a intervenir y que debiera disminuir,

    tambin aumenta: escenario propicio para los desastres.

    La vulnerabilidad aumenta porque lo hace el segmento pobre de la poblacin, el

    cual demandar ms espacio, y esto significar la modificacin y el deterioro de las

    condiciones de los asentamientos debido a la expansin urbana.

    sta urbanizacin se expresa, por ejemplo, por medio de la intervencin en cauces

    fluviales en la forma de rellenos, cambios en su direccin y forma, o simplemente la

    eliminacin de los mismos; adems de disminuir las reas de cobertura vegetal, y, con

    esto, de la capacidad de infiltracin del suelo ante las aguas lluvias (Romero & Vidal, op.

    cit.).

    Por ejemplo, en la ciudad de Santiago, su expansin ha eliminado algunos cauces

    que servan como vas de salida de aguas provenientes de la precordillera, adems del

    reemplazo de reas de infiltracin por otras de impermeabilizacin (Ferrando, 2006). En

    el caso del Gran Concepcin, la situacin es similar a la anterior; producto de la expansin

    de la conurbacin Concepcin-Talcahuano, el aumento de zonas urbanas ha ocupado

    otras que eran, por ejemplo, lechos de inundacin fluvial, lo que ha significado

    modificaciones drsticas en las redes hidrogrficas, y, con ello, en el normal flujo del ro,

    provocando un aumento en los eventos de inundacin y de anegamiento (Romero &

    Vidal, op. cit.). En Valdivia, se ha reconocido la presencia de paleocanales y bordes de

    paleolagunas sobre las llanuras fluviales, pero la ubicacin de su emplazamiento no es

    tan clara debido a rellenos artificiales que datan de diversa poca. Los rellenos artificiales

    tambin se han efectuado con el fin de emparejar y prolongar los bordes de la terraza

    de acumulacin fluvial, la que es muy irregular en sectores interiores donde se encuentran

    emplazados ciertos barrios. Pero el aumento en la superficie de la terraza mediante

    rellenos significa, al mismo tiempo, restarle superficie a los humedales y llanuras de

    inundacin locales, que son extensos en estos barrios. A veces, estos rellenos artificiales

  • 19

    funcionan como tabiques insertos en las llanuras fluviales locales, cuando se hacen sobre

    caminos en la forma de terraplenes sobre estas llanuras, las que alojan adems

    humedales. (Rojas, 2004).

    La intervencin en el entorno fsico producto de la urbanizacin tambin es

    notoria en cuanto a dificultar la infiltracin que, en pocas palabras, es el proceso de

    absorcin de agua en el suelo. La infiltracin se da de forma natural en el suelo no

    intervenido, y contribuyen a esto todos los tipos de orificios que en el suelo existen por

    diversas razones: espacios entre partculas de suelo, grietas naturales consecuencia de

    sequas, tneles excavados por animales, cavidades que fueron alguna vez ocupadas por

    races de plantas, entre otras ms.

    A esto hay que aadir el papel de las plantas que se encuentran sobre el suelo;

    esta cobertura vegetal absorbe parte del agua precipitada (interceptacin), y tambin

    ocasiona que esa agua lluvia precipite con una menor fuerza e intensidad, preservando

    las cavidades del suelo. Cuando la lluvia cae muy deprisa no logra penetrar el suelo y

    comienza a escurrir sobre ste, siguiendo, hacia abajo, la direccin de la pendiente

    (Strahler & Strahler, 1994; Romero & Vsquez, 2005). A pesar de la importante funcin

    anterior, la expansin urbana, adems de compactar el suelo, va transformando las

    coberturas vegetales, muchas veces modificando la disposicin nativa de tres estratos

    (arbreo, arbustivo, herbceo) al reforestar las reas (quedando solamente el estrato

    arbreo), o, simplemente, eliminando las coberturas vegetacionales y reemplazndolas

    por coberturas de cemento, desfavoreciendo de esta manera el proceso de infiltracin

    (Ferrando, op. cit.).

    La cobertura impermeable que se construye sobre los suelos, adems, afecta el

    proceso natural de evapotranspiracin. A travs de ste, ocurren dos mecanismos por el

    cual el agua, una vez estuvo contenida en el suelo, se evapora hacia la atmsfera. El

    primero se trata de la evaporacin del agua directamente hacia la atmsfera, que ocurre

  • 20

    primeramente en la superficie del suelo y, gradualmente, continuando hacia el interior de

    ste. Favorece a esta evaporacin el ingreso y salida del aire por el suelo, por medio de

    sus porosidades. El segundo mecanismo es la transpiracin. Consiste en la absorcin que

    hacen las plantas del agua contenida en el suelo. Esta agua sube por la planta, y, al llegar

    a las hojas de la misma, se evapora hacia la atmsfera (Strahler & Strahler, op. cit.; Romero

    & Vsquez, op. cit.).

    Es obvio entonces lo que significa, para estos procesos, la implantacin de un

    cubierta de alta impermeabilidad sobre el suelo, y la remocin conjunta de una cobertura

    vegetacional; difcilmente el agua se infiltrara en el suelo, y, mucho menos, el agua se

    evaporara, a travs de una cobertura compacta e impermeable como es, por ejemplo,

    un material de cemento; y todava menos si no hay ningn tipo de planta que colabore

    en las etapas de interceptacin o de transpiracin.

    En fin, la expansin urbana no slo modifica los cauces, sino adems reduce las

    reas verdes que actan de manera natural como puntos de alta infiltracin de las aguas

    lluvias, reemplazndolas por zonas de construcciones y de caminos compactados o

    asfaltados que actan de manera inversa: como focos que cambian de manera negativa

    la permeabilidad del suelo, es decir, que obstaculizan la penetracin del agua en las

    cavidades del ste (Ferrando, op. cit.).

    2.4. DESASTRES NATURALES DE TIPO HIDROMETEOROLGICO A NIVEL

    NACIONAL Y LOCAL

    Existe, asimismo, ms informacin relevante sobre la ocurrencia y los daos

    provocados por los desastres naturales que tambin sirve para fundamentar la

    importancia del estudio de estos fenmenos, y que viene a complementar la entrega de

    datos y reflexiones ya expuestos.

  • 21

    Los desastres naturales de origen hidrometeorolgico son los tipos de eventos

    catastrficos que ocurren en mayor cantidad y que causan las mayores prdidas

    econmicas. Adems, son los principales causantes de vctimas en todo el mundo; esto

    es lo afirmado, por ejemplo, para el perodo entre los aos 1992 y 2001, cuando fueron

    la causa de ms de 620.000 vctimas fatales, y del perjuicio de ms de 2.000.000.000 de

    personas (Rojas, op. cit.).

    De hecho, en Chile, respecto a los efectos de las inundaciones, histricamente

    (1574-2012) han provocado daos a la vivienda; esto se da en un 66% de casos

    importantes registrados y analizados. Este alto porcentaje, adems, est relacionado con

    asentamientos situados en las zonas aledaas a los cauces fluviales. En un recorrido

    latitudinal de los daos de las inundaciones en Chile, se aprecia que en el extremo norte

    del pas las crecidas afectan las escasas viviendas, los caminos, y los emplazamientos

    agrcolas y mineros. En la zona central, hay destruccin de viviendas y de estructura vial.

    En el extremo sur, adems de daarse caminos, se ve afectada la actividad ganadera en

    su conjunto. Todo esto ha significado importantsimas prdidas econmicas, as como del

    perjuicio a la calidad de vida para las personas (Rojas, Mardones, Arum & Aguayo, 2014).

    Los estudios de riesgos de tipo hidrometeorolgico para el sur de Chile son

    escasos, en comparacin a los realizados para la zona central (Rojas & Mardones, 2003).

    Entre algunos de los desastres ms graves y frecuentes de tipo

    hidrometeorolgico ocurridos en la Regin de los Ros, cabe mencionar los aluviones y

    las crecidas fluviales durante los meses de invierno, que han ocasionado la inutilizacin

    de caminos y, por consiguiente, el aislamiento de ciertos poblados, como sucedi en la

    provincia de Valdivia durante el invierno del ao 2000. Tambin, debido a precipitaciones

    intensas y prolongadas, el desborde de ros, principalmente el Valdivia y el Bueno, lo que

    ha afectado a los asentamientos prximos. Asimismo, las inundaciones por aumento del

    espejo de agua de lagos, sobre pueblos asentados en sus riberas, debido a agudas

  • 22

    precipitaciones invernales, como ha ocurrido en el lago Panguipulli (Rojas & Mardones,

    op. cit.).

    Las intensas precipitaciones son de importancia tanto para la generacin de

    inundaciones como de anegamientos. Una de las principales causas de las inundaciones

    en el Gran Concepcin es la intensidad diaria y la distribucin espacial de las lluvias; se

    estima que los eventos de inundacin estn ligados a umbrales de intensidad sobre los

    140mm, medidos en un perodo de tres das consecutivos de lluvias. Esto mismo se ha

    medido para los eventos de anegamiento (Romero & Vidal, op. cit.). Se ha concluido,

    para el perodo que hay entre 1965 y 1992, que la generacin de anegamientos

    importantes en la comuna de Talcahuano estaba relacionada a precipitaciones diarias

    que superaban los 80 mm de lluvia, y los 140 mm cuando se trataba de tres das previos

    con lluvias consecutivas (Pea, Tavares & Mardones, op. cit.).

    En el caso de la ciudad de Osorno, los desastres naturales son eventos peridicos

    y, por lo tanto, tienen gran impacto e importancia para el asentamiento; de 116 casos de

    desastres registrados durante la segunda mitad del siglo XX (1950-1999), 88 corresponden

    a inundaciones por lluvia; y 37 eventos del mismo tipo slo en los primeros aos del siglo

    presente (2001-2007). Y respecto a la espacialidad del fenmeno, estos eventos se

    concentran en zonas deprimidas y colindantes con los ros. Como ejemplificacin de la

    poca planificacin de las autoridades en el emplazamiento de nuevos focos de

    urbanizacin, cabe sealar que uno de los sectores ms afectados se encuentra junto al

    ro Rahue, y slo est separado de l por una barrera de tierra, artificial, de 2,5 m de

    altura. La construccin de este muro, al finalizar la dcada de 1990, tuvo como objetivo

    contener el desborde del ro y, de esta forma, proteger las viviendas y a sus familias de

    las aguas del Rahue. Pero lo que solucion un problema origin otro nuevo: la

    acumulacin de aguas lluvias que generan anegamientos, producto de que dicha barrera,

  • 23

    si bien impidi que las aguas del ro se salieran de su cauce, tambin comenz a dificultar

    la evacuacin de las aguas lluvias hacia el ro (Mrquez, op. cit.).

    En la trayectoria histrica de los desastres naturales de la ciudad de Valdivia, desde

    su fundacin, los eventos ms recurrentes han sido los terremotos, las inundaciones y los

    anegamientos (Rojas, op. cit.; Rojas & Mardones, op. cit.).

    Los sectores ms afectados por anegamientos, en la ciudad de Valdivia, son

    aquellos que se encuentran a menos de 2 m por sobre el nivel de las aguas del ro, y

    corresponden a llanuras de inundacin. Esto se deriva, en parte, de la subsidencia del

    terreno, en aproximadamente 1,8 m, como consecuencia del terremoto sucedido en la

    ciudad en 1960. Como estos terrenos son planicies de inundacin, se da una combinacin

    de gran cantidad de agua superficial, con una alta humedad del suelo y la elevacin del

    nivel fretico, por lo que es casi imposible la infiltracin natural del agua en el suelo.

    Algunos barrios de Valdivia han sufrido histricamente anegamientos y permanencia del

    agua estancada, con regularidad cada invierno, debido tambin a la confluencia de

    factores como precipitaciones intensas y prolongadas, el colapso del sistema de

    evacuacin de aguas lluvias y crecidas del ro (Rojas, op. cit.; Rojas & Mardones, op. cit.).

    Uno de los sectores de esta ciudad afectados histricamente por problemas de

    anegamientos ha sido Barrios Bajos. A veces, los anegamientos ocurridos en este lugar

    han combinado sus efectos con los de inundaciones por desbordes del ro (Rojas &

    Mardones, op. cit.).

  • 24

    3. Material y Mtodo

    3.1. REA DE ESTUDIO

    3.1.1. CIUDAD DE VALDIVIA, CHILE

    El rea de estudio se emplaza dentro de la ciudad de Valdivia, capital de la

    comuna y la provincia homnimas, pertenecientes a la Regin de Los Ros, Chile. La

    ciudad se ubica a 39 49 latitud S y 73 14 longitud W (Figura 2). Segn cifras calculadas

    para el 30 de junio de 2015 por el Instituto Nacional de Estadsticas, la comuna de Valdivia

    presenta una poblacin estimada en 167.421 habitantes (INE Regin de Los Ros, 2015).

    Emplazada a orillas del ro Calle-Calle/Valdivia, la ciudad de Valdivia se sita en

    un rea que posee un clima templado lluvioso con influencia mediterrnea (Rojas &

    Mardones, op. cit.). El promedio de las precipitaciones anuales durante los ltimos 50

    aos (especficamente entre 1960 y 2012), ha sido de 2.298,1 mm, oscilando entre un

    mnimo de 1.393,6 (ao 1997) y un mximo de 3.140,2 (ao 2002). Se registran

    precipitaciones durante todos los meses del ao. La mayor cantidad de lluvia cae entre

    los meses de mayo y julio, perodo en que precipita aproximadamente el 62% del total

    anual. El mes menos lluvioso ha sido febrero, en el que las lluvias, en promedio, superan

    los 59 mm. En el otro extremo, la mayor cantidad de lluvias precipita durante junio, con

    un promedio de ms de 389 mm; no obstante, se han registrado montos mensuales

    notablemente ms altos, como los 650,1 mm en mayo del ao 1981; los 778,3 mm en julio

    de 1978; 786,5 mm en julio de 1969; o los 934,8 mm en junio del ao 2000.

  • 25

    Figura 2. Ubicacin de la ciudad de Valdivia en el contexto nacional y local

    Fuente: Rojas (2010).

  • 26

    El ro Calle-Calle/Valdivia, as como sus tributarios, posee un rgimen de carcter

    pluvial, con regulacin de los lagos situados en su cuenca alta. El tramo inferior del ro,

    donde se emplaza la ciudad de Valdivia, corresponde a un estuario, de mezcla parcial y

    con un rango de tipo micromareal. La influencia de las mareas en la altura del ro es

    ejercida hasta 50 km hacia el interior, desde la desembocadura del mismo situada en la

    baha de Corral. All, la amplitud media de las mareas es de 0,8 m, con una fluctuacin

    entre 1,48 m (mareas de sicigia) y 0,53 m (mareas de cuadratura), si bien esta amplitud

    disminuye hacia aguas arriba. Ya sea a causa de las mareas y/o debido a las crecidas del

    ro, cada cierto tiempo se producen inundaciones en algunas reas ribereas de la ciudad

    cuya altura es inferior a los 2 m sobre el nivel del Calle-Calle/Valdivia (Rojas & Mardones,

    op. cit.).

    La ciudad de Valdivia se emplaza a una altura que flucta entre 0 y 15 m sobre el

    nivel del ro, pero en algunos sectores alcanza hasta 20 m. Gran parte del sitio de

    emplazamiento de la ciudad, la que se ha desarrollado a una altura promedio de 9 m

    sobre el nivel del ro, corresponde a terrazas de acumulacin fluvial (Rojas, 2010), siendo

    el elemento predominante respecto a la geomorfologa del asentamiento urbano, el que

    tambin presenta, adems de las terrazas mencionadas, paleocauces, llanuras de

    inundacin fluvial, as como humedales y rellenos artificiales (Figura 3) (Rojas, 2004, 2010).

  • 27

    Figura 3. Unidades geomorfolgicas en la ciudad de Valdivia: sector cntrico y sector

    nororiental de la isla Teja.

    Fuente: Rojas (2004).

  • 28

    Las terrazas de acumulacin fluvial presentan una amplitud que flucta entre 6 y

    20 m sobre la cota normal de los ros. La transicin entre estas alturas ocurre de forma

    gradual, sin presencia de cortes bruscos. Respecto a su composicin, estn formadas por

    un material de arenisca, combinada con otros de origen volcnico, y que se conoce con

    el nombre comn de cancagua. Las terrazas se encuentran delimitadas y separadas de

    las dems unidades geomorfolgicas, situadas a menor altura, por medio de escarpes,

    los cuales tienen un contacto directo y discontinuo con el ro slo en secciones muy

    localizadas. As, en su mayor parte, no sufren de la accin presente del principal curso de

    agua de la ciudad, ni se ven afectadas directamente por los desbordes del mismo (Rojas,

    op. cit.).

    Los sectores de la ciudad ubicados a alturas inferiores a los 5 m corresponden a

    la llanura de inundacin del ro. Se trata de reas sujetas naturalmente al desborde del

    ro. Aqu, tanto la alta humedad del suelo como el nivel fretico cercano a la superficie

    contribuyen a disminuir importantemente la capacidad de infiltracin del agua en el suelo,

    y durante los meses ms lluviosos del ao estos sectores han sido, a menudo, afectados

    por anegamientos iniciados a raz de intensas precipitaciones (Varela, 1976; Rojas, op.

    cit.). Los sectores bajos ribereos han experimentado, histricamente, no slo

    anegamientos, sino tambin inundaciones por desbordes del ro, y, en algunas

    oportunidades, ambos eventos de forma simultnea (Rojas, op. cit.).

    En cuanto a otras unidades geomorfolgicas de importancia para la ciudad, cabe

    mencionar los humedales y los rellenos artificiales. Los humedales constituyen parte del

    paisaje caracterstico de la ciudad. Hacia el ao 2002, se determin su superficie en 800

    hectreas dentro de los lmites de la ciudad, y Rojas (2004) los clasifica en dos grandes

    grupos: riparianos, que estn ubicados en las riberas de los ros y tienen un carcter

    fluvio-pluvial; y de sitios anegadizos, situados en valles interiores insertos en la terraza de

    acumulacin fluvial, de carcter pluvial.

  • 29

    Respecto a los rellenos artificiales, la superficie que ocupaban estos sectores, hacia

    el ao 2007, era mayor al 5% del rea urbana de la ciudad de Valdivia (Rojas, 2010), y

    corresponden, principalmente, a terrazas de relleno antrpico, en los casos en que su

    realizacin tuvo por finalidad prolongar la terraza de acumulacin fluvial, adems de

    rectificar o emparejar los bordes de la misma; y a una llanura de acumulacin antrpica,

    cuando no slo se intervino cerca del borde de la terraza, sino tambin en una gran parte

    de su seccin hacia el interior de la ciudad, especficamente la localizada en el sector

    cntrico de la urbe, proceso que se inici a mediados del siglo XIX con el fin de elevar su

    cota. Este relleno se hizo empleando limo, arena, ripio, maderas, basura orgnica y otros

    escombros. De forma particular, el relleno artificial efectuado en la Avenida Costanera

    junto a la ribera del ro, post terremoto 1960, se realiz empleando esquistos micceos y

    restos de edificios destruidos por el cataclismo (Rojas, 2004).

    La realizacin de los rellenos en los bordes de la terraza no slo prolong aqulla,

    sino redujo, al mismo tiempo, superficies de humedales (Rojas, op. cit.). Esto es

    importante ya que los humedales funcionan como importantes reas receptoras y

    contenedoras de aguas pluviales, y por lo tanto, como coadyuvadores en la disminucin

    del escurrimiento superficial que deriva en anegamientos en los sectores ubicados en las

    cotas ms bajas de la ciudad.

    3.1.2. SECTOR URBANO BARRIOS BAJOS, VALDIVIA

    El sector urbano Barrios Bajos se ubica al sur del centro histrico de la ciudad de

    Valdivia (Figura 4) y es uno de sus barrios histricos. Presenta un uso del suelo

    predominantemente residencial. Por otra parte, la poblacin que la habita corresponde,

    mayoritariamente, a sectores socioeconmicos bajos (Contreras, 2009).

  • 30

    Dentro del rea urbana de la ciudad, en trminos geomorfolgicos, el sector

    urbano Barrios Bajos se emplaza sobre terrenos que corresponden a lechos de

    inundacin, con una altura inferior a 5 m, y con un promedio de 2 m de altura.

    Histricamente, los lmites del sector han sido calle Cochrane, por el norte; calle Bueras,

    por el sur; el lado occidental de calle Anbal Pinto, el este; y la ribera oriental del ro

    Valdivia, por el oeste (Varela, op. cit.). A efectos de este trabajo se ha incorporado al

    anlisis las calles Yerbas Buenas, Beneficencia y Bertolotto (Figura 5), por ser cercanas al

    sector Barrios Bajos histrico, situarse a alturas inferiores a 5 m, y ser recurrentemente

    afectadas por anegamientos. Adems, dentro del Plan Maestro de Aguas Lluvias, el

    proyecto de construccin de cinco colectores que pretende dar solucin definitiva al

    problema de los anegamientos en los Barrios Bajos, considera como puntos crticos

    tambin a dichas calles.

  • 31

    Figura 4. Sector urbano Barrios Bajos en el contexto de la ciudad de Valdivia

    Fuente: Plan Maestro de Aguas Lluvias 2012/Modificacin del autor.

  • 32

    Figura 5. Sector urbano Barrios Bajos y calles importantes

    Fuente: Plan Maestro de Aguas Lluvias 2012/Modificacin del autor.

    3.2. TRAYECTORIA DEL MEJORAMIENTO DE LA EVACUACIN DE AGUAS

    LLUVIAS EN LOS BARRIOS BAJOS, 1985-2012

    En relacin con la hiptesis planteada en el objetivo de esta investigacin, se

    revisaron exhaustivamente las noticias en las que se haca alusin a cualquier aspecto

    relacionado con la problemtica de los anegamientos en los Barrios Bajos, especialmente

    con la gradual construccin, mejoramiento e implementacin de vas de encauzamiento

  • 33

    y evacuacin de aguas lluvias. De esta lectura, fue posible establecer algunos hitos que

    sirvieron para dividir el perodo de estudio en funcin de este proceso de construccin e

    implementacin. El punto de referencia para establecerlos fue el mejoramiento realizado

    en calle Clemente Escobar, debido a la importancia de los cauces que all se sucedieron

    y su impacto en una parte importante del sector, lo que por lo menos se expresaba en

    las distintas noticias.

    En una primera etapa, entre los aos 1985 y 1995, existe en todo el sector una

    serie de vas por donde se desplazan las aguas lluvia y, generalmente, se evacan

    directamente hacia el ro. Entre los conductos se mencionan, principalmente, canales a

    tajo abierto, colectores y alcantarillas. En relacin con esto, cabe sealar que durante esta

    fase la evacuacin de las aguas lluvias se realiza, en general, de forma combinada junto

    a las aguas servidas. En fin, se trata de un conjunto de conductos, de diversa ndole, que

    cumplen una funcin localizada, pero no integrada. Por otro lado, gran parte de las calles

    del sector se encuentran sin asfaltar, aunque comienzan los primeros levantamientos y

    pavimentaciones de aceras. Adems, en estos aos ya se realizan obras localizadas de

    construccin y mejoramiento de cauces, como se hizo, por ejemplo, en tramos de calles

    Goycolea y Dr. Labb. De forma particular, en calle Clemente Escobar existe un canal a

    tajo abierto. En esta primera parte del perodo, es comn la obstruccin de cauces por

    efecto de las hojas de otoo, lo que agudizaba una situacin que ya era difcil. En fin, es

    una etapa que viene de un estado anterior que no ha cambiado mucho, con leves

    mejoras para solucionar problemas puntuales de cada ao.

    Una segunda etapa se establece desde 1996, ao en que se ha reemplazado el

    canal a tajo abierto de Clemente Escobar por un colector de aguas lluvias, hasta 2005. En

    esta parte la caracterstica ms importante es que se trata de una etapa de mejoramiento,

    en la cual se ejecutan obras tanto de colectores de aguas lluvias como de aguas servidas.

    Pero en la medida que se trabaja para mejorar, se va provocando, transitoriamente, una

  • 34

    continua obstruccin de los colectores y otros cauces existentes debido a la tierra y al

    barro producto de las obras. El mejoramiento no slo construye nuevos colectores, sino

    tambin repara antiguos, tanto como para los de aguas lluvias como para los de aguas

    servidas. Adems, el mejoramiento que se est llevando a cabo en Clemente Escobar y

    otras calles ya tiene una mentalidad integradora. Se realizan los primeros estudios serios

    de ingeniera. Se plantea que la finalizacin de las obras de colectores de aguas servidas

    servir para separar su transporte del de aguas lluvias. Se trata de una primera etapa de

    transicin entre la anterior y una futura en que debiera funcionar un sistema integral para

    la evacuacin de las aguas.

    La tercera y ltima fase comienza en 2006, con el inicio de un proyecto de

    construccin de cinco colectores que pretenden dar solucin definitiva a los Barrios Bajos,

    y estando pensados de manera integral, siendo parte de un Plan Maestro de Aguas

    Lluvias que pretende abordar los problemas de anegamientos en los puntos ms

    conflictivos de la ciudad. Las aguas son evacuadas a una laguna de alivio ubicada en el

    sector Miraflores, desde la cual llega al ro mediante un sistema de compuertas. De estos

    cinco colectores, ya se encuentra construido el ubicado en Clemente Escobar, donde se

    ampli y mejor el ya existente. Los vecinos comienzan a dar testimonios sobre la menor

    duracin de los anegamientos en las calles gracias al nuevo colector. En el transcurso de

    estos ltimos aos, tambin se construye un colector en Philippi, y tambin se entuba el

    estero Catrico. Mientras que en calle Philippi se finaliza y se implementa el colector, en el

    Catrico las obras se paralizan por alrededor de dos aos. Hacia el ao 2011, las obras de

    este ltimo se encuentran avanzadas en un 40%. Tambin comienzan a promoverse por

    los vecinos y el municipio propagandas de limpieza de barrio para el cuidado de los

    nuevos colectores. Sera, en fin, una segunda etapa de transicin, puesto que hasta el

    ltimo ao del perodo de estudio an no se ha concluido el proyecto de solucin

    definitiva frente a los anegamientos invernales.

  • 35

    3.3. PROCEDIMIENTOS METODOLGICOS

    3.3.1. ETAPAS DE LA INVESTIGACIN

    Lo primero que se realiz consisti en la lectura de artculos cientficos

    especializados relacionados con la temtica de desastres naturales. El objetivo era

    conocer los estudios que existen al respecto de la temtica de la investigacin y sus

    principales lineamientos conceptuales, as como metodolgicos, relacionados con el

    estudio de desastres naturales, en los planos terico y prctico, y a escala nacional y local,

    examinando anlisis de casos. El fin de esta revisin fue establecer, ms o menos, un

    estado actual acerca de este tipo de estudios y, de esta manera, tener una base terica y

    metodolgica validada que sirva como argumento de respaldo para planificar y llevar a

    cabo la investigacin.

    Son tres las fuentes de informacin que fueron esenciales para llevar a cabo el

    anlisis de los eventos de anegamientos. La primera de estas fuentes, y la ms importante,

    fue el Diario Austral, de Valdivia, peridico local de emisin diaria, probablemente el

    nico registro fechado de los anegamientos importantes que se han generado en la

    ciudad, y, sobre todo, en el sector Barrios Bajos que histricamente ha sido afectado por

    el fenmeno. Por lo tanto, primeramente, se hizo una revisin de esta fuente, abarcando

    los das que transcurren desde el inicio del mes de abril hasta el final del mes de agosto,

    es decir, los meses ms lluviosos en la ciudad mayo a julio, y aadiendo en cada

    extremo un mes adicional abril y agosto; esto ltimo para prever la ocurrencia de algn

    evento de anegamiento que pudiera haber fuera del rango estadstico comn de perodo

    de lluvias intensas en la ciudad y ser de importancia para el estudio. El empleo de esta

    fuente implic la revisin de 4.7403 ejemplares. De aqu se obtuvieron las fechas de

    3 La revisin debera haber contabilizado exactamente 5.124 tomos diarios, pero la cifra final resulta de los

    ejemplares faltantes en el archivo de la Biblioteca Municipal de Valdivia, donde se encuentran guardados.

  • 36

    ocurrencia, as como las descripciones de cada uno de los eventos de anegamiento, y

    cualquier otra informacin que se intua sera til para posteriormente complementar si

    la cantidad, calidad y continuidad de tales descripciones haca posible que la inclusin de

    dicha informacin se efectuara de manera rigurosa y provechosa, el anlisis del

    fenmeno de la acumulacin de las aguas lluvias.

    Posteriormente, estas descripciones fueron relacionadas con informacin exacta y

    oficial sobre precipitaciones y mareas en Valdivia. Para lograr esto fue necesario trabajar

    con otras dos fuentes de informacin.

    En el caso de las lluvias, se revis el registro de precipitaciones, que existe

    producto de la medicin de stas que se ha realizado en las estaciones meteorolgicas

    pertenecientes a la Universidad Austral de Chile, entre el ao 1960 y el ao 2012. Hay que

    precisar que los registros hasta el 31 de enero del ao 2011 corresponden a los

    pesquisados en la estacin Teja, ubicada en la isla del mismo nombre, con pluvimetro

    convencional. Para el resto del ao 2011 los datos fueron registrados en la estacin Santa

    Rosa, ubicada en el fundo de nombre anlogo, mediante pluvimetro digital. El registro

    de precipitaciones del ao 2012 se hizo en la estacin Miraflores, ubicada en el campus

    universitario homnimo4. De la observacin de este registro, se obtuvo la cantidad oficial

    de mm de lluvia cada para las fechas de los eventos de anegamientos obtenidos de la

    revisin anterior hecha en el peridico.

    Por ltimo, para analizar la importancia de las mareas de sicigia, se revis la

    informacin que existe en http://astropixels.com/ephemeris/phasescat/phasescat.html,

    en donde es posible revisar la informacin correspondientes a las fases lunares para un

    perodo que comprende 6.000 aos.

    4 Informacin sobre los registros de las estaciones meteorolgicas pertenecientes a la UACh, de acuerdo

    al profesor Robert Brmmer, del Instituto de Ciencias Ambientales & Evolutivas de la misma universidad.

  • 37

    Los datos obtenidos de cada una de estas fuentes fueron ordenados y tabulados

    para un posterior anlisis.

    3.3.2. CRITERIOS METODOLGICOS

    Para presentar de la mejor manera posible los resultados y la discusin respectiva

    es imprescindible hacer ciertas precisiones. stas se relacionan, en parte, con algunos

    rasgos de dos de las fuentes usadas en el anlisis: fundamentalmente las noticias sobre

    anegamientos y los datos de precipitaciones. Las particularidades de cada una aportaron

    a la definicin de los criterios que subyaceran al anlisis de los datos. Con esto, al mismo

    tiempo, quedan explicitados los trminos en los cuales debe ser entendido el objeto de

    estudio.

    Se ha constatado que aproximadamente el 62% de las precipitaciones anuales

    promedio corresponde a las lluvias acaecidas durante los meses de mayo, junio, julio y

    agosto. Como primer criterio, en este anlisis se ha revisado los eventos de anegamientos

    ocurridos durante estos meses, a los que se ha aadido abril y septiembre. De este modo,

    el perodo de estudio, que comprende desde el ao 1985 hasta el ao 2012, abarca 28

    aos, y cada uno de estos implica 6 meses, los cuales, entre 1960 y 2012, han aportado el

    76,1% del promedio de precipitaciones anuales.

    Es importante sealar que las noticias revisadas mencionan, en general, tres tipos

    de espacio en los que se producen anegamientos recurrentemente: vas de trnsito

    vehicular y peatonal, correspondientes a calles y aceras; terrenos abiertos y de cierta

    planitud, referentes a pampas, plazas y canchas; y el interior de casas, especficamente a

    nivel del suelo. Este estudio analiza los anegamientos acaecidos slo en calles, puesto

    que se trata del espacio ms recurrente, a travs de estas vas escurre el agua de lluvia, y

    se emplazan por la totalidad del sector de estudio, al cual, adems, delimitan. Esto

  • 38

    constituye un segundo criterio. Como excepcin, slo un lugar, Plazuela Pastene, no

    corresponde a este tipo de territorio, pero es uno de los puntos ms conflictivos y

    recurrentes; adems, es aledao y se encuentra al mismo nivel de altura de otras calles

    del sector de estudio.

    Un tercer criterio apunta a que los eventos de anegamientos se hayan considerado

    a una escala sectorial y no como sucesos de anegamiento particulares, aislados y

    localizados a una zona concreta. Por lo tanto, en este anlisis un evento de anegamientos

    es la ocurrencia de cualquier suceso de acumulacin de agua de lluvia en alguna

    localizacin del sector, pudiendo tratarse de una extensa zona continua cubierta de agua,

    de varios anegamientos bien delimitados, o de un rea muy acotada y puntual. Esta

    determinacin resulta de la irregularidad en el detalle de las descripciones que presentan

    las noticias sobre los eventos, las cuales algunas veces contienen descripciones muy

    detalladas, pero otras veces la informacin es somera. Adems, al ser una fuente

    periodstica y no cientfica, carece de sistematicidad para otros parmetros de medicin

    que hubieran sido importantes, como, por ejemplo, los datos horarios exactos de inicio-

    trmino o duracin de los anegamientos, que no existen en ninguna de las noticias

    revisadas. A causa de esto, no es factible efectuar un seguimiento histrico a cabalidad

    de la totalidad de las calles, secciones de calles, u otros puntos sensibles afectados. Por

    otro lado, tambin hay que pensar que, independientemente del nivel de detalle de las

    descripciones, se debe desconfiar de la cobertura, en trminos periodsticos, de la

    totalidad de los anegamientos ocurridos; es decir, se presupone que la informacin alude,

    primordialmente, a los anegamientos ms interesantes desde el punto de vista noticioso,

    y, por lo tanto, puede dejar fuera otros. Por todo lo anterior, se analizan los anegamientos

    considerndolos como un conjunto, en el que el sector Barrios Bajos acta como

    elemento homogeneizador, en tanto terreno geogrficamente deprimido.

  • 39

    Derivado de la mencionada falta de informacin sobre el inicio, el trmino y la

    duracin de los anegamientos, un cuarto criterio es que se considera un evento de

    anegamientos al conjunto de sucesos particulares que ocurren durante un da, y en

    cualquier momento de ste. Porque una idea es considerar los anegamientos como un

    conjunto, pero otro aspecto importante, y que es indeterminable, es cuntos eventos se

    generan en un da. Por ejemplo, las calles pueden sufrir anegamientos, luego escurrir sin

    dificultad una vez que las lluvias acabaron, y debido a que vuelve a precipitar durante el

    da las calles nuevamente se aneguen; en otra situacin, mientras algunas calles pueden

    haber escurrido rpidamente una vez amainaron las lluvias, otros lugares pueden

    continuar anegados durante unas horas, e inclusive continuar hasta el da subsiguiente.

    As, ante condiciones sujetas a una diversidad de combinaciones, se opta por establecer

    que cada evento, cuando se registre su ocurrencia, se corresponda con un da. En fin, un

    evento de anegamientos corresponde al conjunto de sucesos de anegamiento que

    ocurren durante un da; en otras palabras, referirse a un evento de anegamientos es

    equivalente a referirse a un da de anegamientos.

    El siguiente criterio tiene relacin con las lluvias asociadas a cada evento de

    anegamiento, lo que enlaza con la segunda fuente sealada: el registro de datos de

    precipitaciones. Para explicarlo de buena manera, habra que comenzar reconociendo y

    diferenciando dos tipos de da: el da natural y el da de registro. El primero es el da

    comn que comienza a las 00:00 horas y en el cual acontecen las lluvias, mientras que el

    segundo corresponde a un da de medicin de esas precipitaciones. Y en este caso, como

    la medicin ha sido sistemticamente realizada en 3 horas concretas del da: a las 08:00,

    a las 14:00 y a las 19:00 horas; cada da nuevo de registro comienza a las 08:00 horas. De

    esta manera, no existe una sincrona plena entre ambos tipos de da, pues entre estos se

    produce un desfase de 8 horas. Por lo tanto, un da de registro contiene slo 16 horas de

    precipitaciones del da natural en que aconteci el evento, ms 8 horas de precipitaciones

    del da natural subsiguiente. Esta relacin se ha graficado en la Figura 6.

  • 40

    DR (24H)

    08:00 16:00 00:00 08:00

    DN (16H) DN SUBSIGUIENTE (8H)

    Figura 6. Relacin entre da de registro (DR) y da natural (DN)

    Fuente: Elaboracin del autor.

    Sin embargo, ya se ha sealado que las descripciones de anegamiento no

    precisan, de forma regular, el momento del da en que ocurren los eventos. El problema

    surgido de esto es que como los anegamientos pueden acontecer durante la madrugada,

    la revisin y el anlisis de lluvias asociadas no pueden conformarse solamente con el da

    de registro respectivo, pues ste excluye las precipitaciones de las primeras 8 horas del

    da natural. Este desfase de 8 horas entre ambos tipos de da tuvo que ser solucionado

    de una manera en que el da natural en que haya ocurrido un evento pudiese ser revisado

    completamente en el registro. Para hacer esto, entonces, se determin un quinto criterio:

    asociar a un da de anegamientos las lluvias correspondientes a su da de registro, pero

    aadiendo, adems, el da de registro inmediatamente anterior. Con esto se incluyen las

    8 horas que faltaban en una primera instancia (Figura 7).

  • 41

    DR (PREVIO) (24H) DR (24H)

    08:00 16:00 00:00 08:00 16:00 00:00 08:00

    DN (PREVIO) (16H) DN (24H) DN (SUBSIGUIENTE) (8H)

    Figura 7. Relacin final entre da de registro (DR) y da natural (DN), para cada evento

    de anegamiento

    Fuente: Elaboracin del autor.

    En resumen, cada evento de anegamiento queda asociado a una cantidad de

    lluvia diaria. sta corresponde a 24 horas de precipitacin del mismo da en que ocurri

    el anegamiento, ms 16 horas de precipitacin del da natural previo a dicho evento y 8

    horas ms del da natural subsiguiente; en total, 48 horas de lluvia contenidas en dos das

    de registro de precipitaciones.

    Aunque lo siguiente no se deriva de las peculiaridades de las fuentes de datos,

    tambin se determin, como sexto criterio, que a cada evento de anegamiento, adems

    de las 48 horas de precipitaciones vinculadas directamente a ste, se le relacionaran

    tambin las lluvias de 1 da anterior de registro. stas se incluyen como una cifra aparte,

    y tienen importancia en tanto dan cuenta de una saturacin previa del suelo.

    Cabe sealar que el da, como unidad temporal de anlisis, no solamente estaba

    sujeto a ser dividido en distintos momentos (maana, medio da, tarde, noche), sino

    tambin a ser prolongado hacia un da posterior. Es decir, los sucesos de anegamiento

  • 42

    no solamente podan iniciar y terminar en un mismo da, sino que incluso poda iniciar en

    uno y continuar el subsiguiente, como ya se ha mencionado. En este sentido, tambin es

    factible pensar que si los anegamientos podan abarcar ms de un da, la unidad temporal

    correspondiera tambin a un lapso mayor a 24 horas, para as no excluir de un evento

    los sucesos particulares que hubiesen trascendido el da en que se generaron. Teniendo

    en cuenta que lo que se pretende conocer son las caractersticas asociadas al origen de

    los eventos de anegamientos, no a la continuacin de estos o de parte de estos, se

    estableci un sptimo criterio: un evento de anegamientos sera no slo el conjunto de

    sucesos de anegamientos particulares ocurridos en el sector de estudio, durante un da,

    sino tambin aqul que no fuera precedido inmediatamente por un evento-da de

    anegamientos previo. Al mantener el da como unidad temporal de anlisis, la

    prolongacin de un evento hacia un da posterior implicara considerarlo como otro

    evento, distinto, pero como estara antecedido de un evento previo, no podra ser

    tomado en cuenta. Este criterio se justifica por el hecho de que los atributos de cualquier

    evento inmediatamente posterior se remontaran de igual manera al evento inicial, en el

    cual se encontraran sus antecedentes. Por otro lado, teniendo en cuenta los criterios

    sobre precipitaciones asociadas, se evita el excesivo solapamiento de datos entre cada

    uno de los eventos, especialmente en circunstancias de noticias sobre anegamientos

    registrados durante una serie de das continuos. Por ltimo, y lo ms importante, se

    asegura que las calles, al momento de la ocurrencia de los eventos, no presentaron

    acumulaciones de agua. En fin, se tuvo especial cuidado en discernir los acontecimientos

    que concernan a eventos originales de aqullos derivados de, o relacionados

    estrechamente con, eventos anteriores.

    Finalmente, un ltimo criterio es que se toma en cuenta la dinmica de mareas en

    las fases de luna nueva y luna llena (mareas de sicigia o vivas) como un factor con

    posibilidades de incidencia en la formacin de anegamientos. stas tienen incidencia en

    las crecidas del ro, debido a que el Calle-Calle/Valdivia, en su tramo inferior, es un

  • 43

    estuario. Es tal la relacin entre mareas y crecidas del ro que el 80% de las inundaciones

    histricas en la ciudad de Valdivia (1899-2002) ocurri en perodo de marea de sicigia

    (Rojas & Mardones, op. cit.). De esta manera, con mareas vivas, se presentara otra

    dificultad para la evacuacin de las aguas lluvias hacia el ro (Rojas, op. cit.). Para el anlisis

    de este factor, se ha considerado al perodo de mareas vivas aadindole un da previo

    y otro posterior, de acuerdo al criterio aplicado por Rojas & Mardones (op. cit.) en la

    determinacin de la misma variable en relacin a los eventos histricos de inundacin en

    la ciudad de Valdivia.

  • 44

    4. Presentacin y discusin de resultados

    4.1. ANLISIS GENERAL DE PRECIPITACIONES, 1960-2012

    Anteriormente, se ha explicado que el anegamiento es el tipo de desastre natural

    que es objeto de este estudio. Y se precis que la amenaza, por tanto, estaba constituida

    por las precipitaciones intensas.

    Por esta razn, las precipitaciones constituyen una parte fundamental de la

    investigacin. El anlisis del fenmeno requiere considerar las precipitaciones que estn

    implicadas en la generacin de los anegamientos. Siguiendo esta idea, aqu se presentan

    resultados derivados de un anlisis general de las precipitaciones acaecidas entre los aos

    1960 y 20125, que sirven como un contexto donde situar el anlisis de los eventos de

    anegamiento, as como las conclusiones que resulten de ste.

    4.1.1. PRECIPITACIONES ANUALES

    Segn Rojas & Mardones (2003), de una revisin del monto anual de

    precipitaciones en Valdivia, desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XXI,

    se deduce una tendencia a la disminucin. Esto se ha corroborado para el perodo que

    comprende desde el ao 1960 hasta el ao 2012. Cabe sealar que, para este ltimo

    perodo de poco ms de medio siglo, esta tendencia, si bien es a la baja, no es tan

    5 Se ha excluido del anlisis general de precipitaciones los aos 1972 y 2011, debido a que el registro de las

    precipitaciones que ha hecho la estacin meteorolgica Teja, de la UACh que ha sido la fuente principal

    de informacin para este anlisis presenta importantes vacos en ambos aos. Especficamente, la falta de

    datos se manifiesta de esta forma: desde el 01 de agosto hasta el 03 de septiembre de 1972 y desde el 11

    de octubre hasta el 31 de diciembre de 2011, no hay datos.

  • 45

    pronunciada. Esto quiere decir que la tendencia a la disminucin no es tan considerable

    como para afirmar, de forma categrica, que anualmente llueve cada vez menos en

    Valdivia. De hecho, el promedio anual de lluvias de este perodo es de 2.298,1 mm,

    presentando una desviacin estndar de 389,0 mm, lo que representa una variabilidad

    de slo un 16,9% respecto al promedio (Figura 8).

    MONTOS ANUALES DE PRECIPITACIN EN VALDIVIA, 1960-2012

    Figura 8. Promedio, rango y fluctuacin de precipitaciones anuales en Valdivia

    (1960-2012)

    Fuente: Elaboracin del autor.

    1.200

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    1.600

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    2.000

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    3.200

    1960

    1962

    1964

    1966

    1968

    1970

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    1975

    1977

    1979

    1981

    1983

    1985

    1987

    1989

    1991

    1993

    1995

    1997

    1999

    2001

    2003

    2005

    2007

    2009

    2012

    mm

    AOS

    PRECIPITACION ANUAL Y TRAYECTORIA PROMEDIO PRECIPITACIONES

    RANGO PROMEDIO DE PRECIPITACIONES TENDENCIA PRECIPITACIN ANUAL

  • 46

    A partir de las cifras de promedio y desviacin estndar, se puede establecer una

    amplitud normal de precipitaciones anuales en Valdivia, entre 1960 y 2012. Dicho rango

    promedio flucta entre 1.909,1 mm y 2.687,1 mm. Los montos que rebasan estos lmites

    podran considerarse como precipitaciones que salen de la normalidad. As, durante el

    perodo, aos de precipitacin abundante han sido: 1961 (2.711,8 mm), 1965 (2.712,5 mm),

    1969 (2.936,9 mm), 1980 (2.739,9 mm), 1993 (2.835,1 mm), 2000 (2.713,3 mm), 2002

    (3.140,2 mm; monto anual de lluvia mayor del perodo), 2005 (2.787,3 mm) y 2006

    (2.946,6 mm); mientras que aos escasos fueron: 1962 (1.752,3 mm), 1974 (1.896,6 mm),

    1983 (1.896,1 mm), 1988 (1.438,8 mm), 1989 (1.768,9 mm), 1996 (1.573,4 mm), 1998 (1.393,6

    mm; monto anual de lluvia menor del perodo) y 2007 (1.732,3 mm).

    Aunque la media anual de precipitaciones tiene una dispersin que no representa,

    en general, una gran variabilidad, con base en los datos de los aos extremos antes

    mencionados es posible notar que los montos anuales estn sujetos a variar

    importantemente de un ao a otro (Figura 8). Esta ltima conclusin ya haba sido

    expuesta para el perodo 1960-1976 (Reyes, 1981), lo que indica que el comportamiento

    o trayectoria anual de las precipitaciones se ha mantenido.

    4.1.2. PRECIPITACIONES BIESTACIONALES

    Si la media de precipitaciones anuales vara, en promedio, un 16,9%, la situacin

    no es muy diferente al revisar los montos por estaciones. En efecto, al dividir el ao en

    dos partes, una que comprende desde el mes de septiembre hasta el mes de febrero

    (Primavera-Verano) y otra que va desde marzo hasta agosto (Otoo-Invierno); se

    constata que la media correspondiente al conjunto Primavera-Verano es de 649,7 mm,

    con una desviacin estndar de 168,1 mm que representan una variabilidad de un 25,9%;

  • 47

    mientras que para Otoo-Invierno, el promedio es de 1.648,4 mm, con una desviacin

    estndar de 310,0 mm y una variabilidad de un 18,8% (Figura 9).

    PROMEDIOS Y RANGOS DE PRECIPITACIONES BIESTACIONALES EN VALDIVIA, 1960-2012

    Figura 9. Comparativa de promedios, rangos y homogeneidad de precipitaciones

    Primavera-Verano y Otoo-Invierno en Valdivia (1960-2012)

    Fuente: Elaboracin del autor.

    Como se puede observar, el promedio de precipitaciones Primavera-Verano

    presenta un mayor porcentaje de variabilidad que la media correspondiente a Otoo-

    Invierno. Es decir, el promedio correspondiente al primer conjunto es menos

    representativo que el promedio del segundo grupo; el primero es menos homogneo,

    481,6 1.338,42.298,1 649,7 1.648,4817,8 1.958,4

    25,9%18,8%

    0%

    10%

    20%

    30%

    40%

    50%

    60%

    70%

    80%

    90%

    100%

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    1.000

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    1.500

    1.750

    2.000

    2.250

    2.500

    Anual Primavera-Verano Otoo-Invierno

    PO

    RC

    EN

    TA

    JE

    mm

    SECCIN DEL AO

    LMITE MNIMO RANGO PROMEDIO PRECIPITACIONES PROMEDIO DE PRECIPITACIONES (MM)

    LMITE MXIMO RANGO PROMEDIO PRECIPITACIONES COEFICIENTE DE VARIABILIDAD (%)

  • 48

    pues, en proporcin al mismo, presenta cifras ms dispersas. Sin embargo, la variabilidad

    sigue siendo relativamente menor y, tal como ocurre con los montos anuales, ya se ha

    explicitado que, en general, la cantidad de lluvia que precipita durante Primavera-Verano

    y Otoo-Invierno no ha variado grandemente entre 1960 y 2012. Es oportuno mencionar

    tambin que, tal como a nivel anual, los montos biestacionales pueden estar sujetos a

    variaciones importantes de un ao a otro (Figura 10).

    MONTOS BIESTACIONALES DE PRECIPITACIN EN VALDIVIA, 1960-2012

    Figura 10. Promedio, rango y fluctuacin de precipitaciones biestacionales por ao,

    Primavera-Verano (PV) y Otoo-Invierno (OI), en Valdivia (1960-2012)

    Fuente: Elaboracin del autor.

    0

    200

    400

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    800

    1.000

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    1960

    1962

    1964

    1966

    1968

    1970

    1973

    1975

    1977

    1979

    1981

    1983

    1985

    1987

    1989

    1991

    1993

    1995

    1997

    1999

    2001

    2003

    2005

    2007

    2009

    2012

    mm

    AOS

    PRECIPITACIN PV PRECIPITACIN OI PROMEDIO PRECIPITACIONES PV

    PROMEDIO PRECIPITACIONES OI RANGO PROMEDIO DE PRECIP. PV RANGO PROMEDIO DE PRECIP. OI

  • 49

    En cuanto a la participacin promedio de cada grupo de estacin en las

    precipitaciones anuales, las lluvias de Primavera-Verano constituyen el 28,3%, mientras

    que en Otoo-Invierno precipita el 71,7% (Figura 11).

    PORCENTAJE DE PRECIPITACIONES BIESTACIONALES EN VALDIVIA, 1960-2012

    Figura 11. Proporcin porcentual entre el promedio de precipitaciones de

    Primavera-Verano (PV) y de Otoo-Invierno (OI) (1960-2012)

    Fuente: Elaboracin del autor.

    En general, esta proporcin, como ha sido manifestado, es estable, salvo algunos

    casos en los que el balance ha cambiado. Se trata de 14 casos en los que las proporciones

    de precipitaciones han variado ms marcadamente. Esto se puede verificar revisando los

    datos de la Tabla 1, en la que, adems, han sido destacados los casos mencionados con

    negrita y cursiva.

    28,3%

    71,7%

    PRIMAVERA-VERANO

    OTOO-INVIERNO

  • 50

    Tabla 1. Promedios anuales y porcentajes de precipitaciones de

    Primavera-Verano (PV) y Otoo-Invierno (OI), Valdivia (1960-2012)

    AO Precip.

    anual

    %

    precip.

    PV

    %

    precip.

    OI

    AO Precip.

    anual

    %

    precip.

    PV

    %

    precip.

    OI

    AO Precip.

    anual

    %

    precip.

    PV

    %

    precip.

    OI

    1960 1.964,0 24,7% 75,3% 1978 2.611,8 30,2% 69,8% 1995 2.082,1 17,5% 82,5%

    1961 2.711,8 26,5% 73,5% 1979 2.345,4 31,5% 68,5% 1996 1.573,4 26,4% 73,6%

    1962 1.752,3 30,5% 69,5% 1980 2.739,9 21,2% 78,8% 1997 2.619,2 30,6% 69,4%

    1963 2.529,9 31,9% 68,1% 1981 2.380,0 25,0% 75,0% 1998 1.393,6 20,4% 79,6%

    1964 1.967,7 35,1% 64,9% 1982 2.550,3 29,0% 71,0% 1999 2.080,0 26,9% 73,1%

    1965 2.712,5 31,1% 68,9% 1983 1.896,1 28,9% 71,1% 2000 2.713,3 29,3% 70,7%

    1966 2.491,7 21,1% 78,9% 1984 2.337,9 31,2% 68,8% 2001 2.245,7 20,0% 80,0%

    1967 2.620,5 28,7% 71,3% 1985 2.237,2 25,9% 74,1% 2002 3.140,2 40,3% 59,7%

    1968 2.112,7 43,5% 56,5% 1986 2.450,9 28,8% 71,2% 2003 2.305,0 36,5% 63,5%

    1969 2.936,9 25,5% 74,5% 1987 2.079,2 27,3% 72,7% 2004 2.463,0 28,2% 71,8%

    1970 2.270,1 25,3% 74,7% 1988 1.438,8 28,6% 71,4% 2005 2.787,3 21,0% 79,0%

    1971 2.540,3 28,7% 71,3% 1989 1.768,9 30,7% 69,3% 2006 2.946,6 29,5% 70,5%

    1973 2.055,1 24,5% 75,5% 1990 2.183,4 29,6% 70,4% 2007 1.732,3 31,1% 68,9%

    1974 1.896,6 25,1% 74,9% 1991 2.141,8 36,4% 63,6% 2008 2.423,8 14,8% 85,2%

    1975 2.488,5 25,0% 75,0% 1992 2.278,5 32,2% 67,8% 2009 2.387,7 29,3% 70,7%

    1976 2.128,2 29,7% 70,3% 1993 2.835,1 20,3% 79,7% 2010 2.056,8 29,4% 70,6%

    1977 2.625,6 29,2% 70,8% 1994 2.261,8 29,7% 70,3% 2012 1.911,7 39,0% 61,0%

    Fuente: Elaboracin del autor.

    Estos casos, como se ha afirmado, son expresin de una mayor fluctuacin entre

    el aumento y la disminucin de los porcentajes de precipitacin Primavera-Verano y

    Otoo-Invierno respecto a los porcentajes promedio del perodo 1960-2012. De los 14

    casos mencionados, 10 de ellos se encuentran, aproximadamente, en los ltimos 20 aos,

    especficamente, entre 1991 y 2012. En 4 de estos 10 casos, han sido las estaciones

    Primavera-Verano en donde el porcentaje de precipitaciones ha aumentado su

    proporcin respecto al total anual; mientras que en 6 de los 10 casos, el aumento

    porcentual ha sido en Otoo-Invierno. Por ltimo, en estas ltimas dos dcadas, los 4

    casos en los que el porcentaje de precipitaciones Otoo-Invierno est por debajo de su

  • 51

    participacin histrica, han acontecido entre 1991 y 2012, ocurriendo, en promedio, cada

    7 aos; mientras que los 6 casos con porcentaje de lluvias Otoo-Invierno superiores a

    su participacin histrica, han sucedido entre 1993 y 2008 y, en promedio, han ocurrido

    cada 3 aos.

    Se puede afirmar que, en Valdivia, la proporcin de lluvias por estaciones, si bien

    no ha variado importantemente en poco ms de medio siglo (1960-2012), en los ltimos

    20 aos ha presentado mayores fluctuaciones, especficamente desde 1991. Y entre este

    ao y 2012, los casos en que Otoo-Invierno ha aumentado claramente su participacin

    en las precipitaciones anuales, tienen una recurrencia de ms del doble que la de aquellos

    casos en los cuales las mismas estaciones presentan una clara disminucin porcentual,

    comparada con su participacin histrica en el perodo 1960-2012.

    4.1.3. PRECIPITACIONES MENSUALES

    En sntesis, para el perodo 1960-2012, se ha afirmado que tanto los promedios

    anuales como biestacionales son, en general, homogneos respecto a sus montos por

    ao correspondientes. Al analizar los montos a nivel mensual, empero, la situacin es

    diferente; los promedios para cada uno de los meses presentan variaciones notoriamente

    ms pronunciadas que los promedios de precipitacin anual y biestacional (Tabla 2).

  • 52

    Tabla 2. Promedios mensuales de precipitaciones, desviacin estndar,

    y coeficientes de variabilidad, Valdivia (1960-2012)

    MES

    Promedio de

    precipitaciones

    (mm)

    Desviacin

    estndar

    Coeficiente

    de

    variabilidad

    MES

    Promedio de

    precipitaciones

    (mm)

    Desviacin

    estndar

    Coeficiente

    de

    variabilidad

    ENE 61,9 45,4 73,4% JUL 376,7 147,8 39,2%

    FEB 59,2 51,8 87,6% AGO 316,7 109,3 34,5%

    MAR 80,6 48,7 60,4% SEP 180,3 71,0 39,4%

    ABR 157,8 98,7 62,6% OCT 147,9 84,7 57,3%

    MAY 327,1 157,0 48,0% NOV 105,4 68,4 64,9%

    JUN 389,5 140,0 36,0% DIC 95,0 75,8 79,8%

    Fuente: Elaboracin del autor

    Al revisar los datos de la tabla anterior, es posible notar el alto grado de variacin

    de las precipitaciones mensuales comparado con los coeficientes de variabilidad de los

    promedios biestacional y anual. El promedio del perodo 1960-2012 del mes de agosto

    es el que presenta la menor variabilidad entre todos los promedios mensuales, siendo de

    un 34,