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EL CAMINO HACIA LA LUZ EXEQUIALES EL CAMINO HACIA LA LUZ L a madre de Asiak sale si- lenciosa del iglú. Por pri- mera vez en su vida cami- na sin rumbo por el hielo. Ella sabe que es una anciana, pe- se a que su pueblo, los Inuit, no miden el tiempo por días, ni por meses, ni por años. En las boreales soledades del Polo solo hay una larga oscuri- dad seguida por una igual- mente dilatada clari- dad; y los hom- bres, las muje- res y los pe- rros son sombras lar- gas que aparecen y desapare- cen. Así que la madre de Asiak no tiene días, ni meses ni años, solo está anciana. Ella sabe que el tiempo exacto ha llegado y que debe abando- nar su cuerpo. Por eso se aleja del iglú sola. Y cuando no divisa más que blanco resplandor hacia todas las direcciones del hori- zonte, se sienta y espera pacien- temente morir. ¿Cómo saben los inuit cuándo deben morir?, Un antropólogo podría opinar que las mujeres que se quedan sin dentadura a causa de la vejez, ya no son úti- les para masticar y curtir pieles, por tanto, se retiran a morir, pe- ro aquel no es el caso de la madre de Asiak, ella todavía mantiene sus dientes; más bien, se ve impelida por una inexplicable fuerza inte- rior que, igual a un de- tonador mis- terioso e inexpli- cable, la empuja a confrontar serenamente su propia muerte. La muerte llega en paz cuando se la acepta. Y aceptar no es de- rrotarse, por el contrario, es en- tregarse al cumplimiento cabal Y la entrega a la muerte SUPLEMENTO COMERCIAL NOVIEMBRE / 2010 ¿Qué misterioso conocimiento brinda los Inuit la certeza de que el tiempo de acabar ha llegado? Por: Felipe Vega de la Cuadra * de lo que debe suceder con fluidez, de la misma forma como las aguas de un río se entregan a su cauce. La de- rrota es darse por vencido y eso im- plica pérdida. Lejos de conrformarse con su fracaso, el vencido luchará, si- lenciosa, soterradamente para no en- tregarse ni capitular. Las derrotas se sufren y derrotarse ante la muerte es sufrir con ella. La madre de Asiak, acepta su por- venir y lo cumple con sencillez, no in- terfiere con él en una lucha inútil, pues sabe que la muerte terminará imponiéndose, haga, la madre de Asiak, lo que hiciese para detenerla; y en su victoria final e inevitable, mien- tras más oposición presente contra su propio desenlace, mayor precio de sufrimiento y de dolor deberá pagar. Su familia, al contrario de lo que hacemos en el resto del mundo, man- teniéndose unida, la acompaña desde lejos sin interferir con aquel momen- to sagrado en el cual un ser humano se encuentra con su propia naturale- za luminosa. Nosotros, “al contrario”, proyectamos nuestros temores per- sonales en el moribundo e interveni- mos irrespetuosamente en ese paso crucial, luchamos contra la muerte y nos aferramos al ser querido, obligán- dolo, por amor, a sumirse en una ba- talla perdida y dolorosa contra su destino. Al no permitir que nuestro familiar acepte su propia muerte lo debilitamos, hacemos que su peque- ña reserva de energía se consuma en sostenerse en un mundo al cual ya no pertenece. * Psicólogo y Periodista Telf.: 098960549 LA LUCHA POR LA VIDA...

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EL CAMINO HACIA LA LUZE X E Q U I A L E S

EL CAMINO HACIA LA LUZ

La madre de Asiak sale si-lenciosa del iglú. Por pri-mera vez en su vida cami-na sin rumbo por el hielo.

Ella sabe que es una anciana, pe-se a que su pueblo, los Inuit, nomiden el tiempo por días, ni pormeses, ni por años.

En las boreales soledades delPolo solo hay una larga oscuri-dad seguida por una igual-mente dilatada clari-dad; y los hom-bres, las muje-res y los pe-rros sonsombras lar-gas queaparecen yd e s a p a re -cen. Así quela madre deAsiak no tienedías, ni meses niaños, solo está anciana.Ella sabe que el tiempo exactoha llegado y que debe abando-nar su cuerpo. Por eso se alejadel iglú sola. Y cuando no divisamás que blanco resplandor hacia

todas las direcciones del hori-zonte, se sienta y espera pacien-temente morir.

¿Cómo saben los inuit cuándodeben morir?, Un antropólogopodría opinar que las mujeresque se quedan sin dentadura acausa de la vejez, ya no son úti-les para masticar y curtir pieles,por tanto, se retiran a morir, pe-

ro aquel no es el caso de lamadre de Asiak, ella

todavía mantienesus dientes;

más bien, seve impelidapor unainexplicablefuerza inte-rior que,

igual a un de-tonador mis-

terioso e inexpli-cable, la empuja a

confrontar serenamentesu propia muerte.

La muerte llega en paz cuandose la acepta. Y aceptar no es de-rrotarse, por el contrario, es en-tregarse al cumplimiento cabal

Y la entrega a la muerteSUPLEMENTO COMERCIAL NOVIEMBRE / 2010

¿Qué misterioso conocimiento brinda los Inuit la certeza de que el tiempo

de acabar ha llegado?

Por: Felipe Vega de la Cuadra *

de lo que debe suceder con fluidez,de la misma forma como las aguas deun río se entregan a su cauce. La de-rrota es darse por vencido y eso im-plica pérdida. Lejos de conrformarsecon su fracaso, el vencido luchará, si-lenciosa, soterradamente para no en-tregarse ni capitular. Las derrotas sesufren y derrotarse ante la muerte essufrir con ella.

La madre de Asiak, acepta su por-venir y lo cumple con sencillez, no in-terfiere con él en una lucha inútil,pues sabe que la muerte terminará

imponiéndose, haga, la madre deAsiak, lo que hiciese para detenerla; yen su victoria final e inevitable, mien-tras más oposición presente contrasu propio desenlace, mayor precio desufrimiento y de dolor deberá pagar.

Su familia, al contrario de lo quehacemos en el resto del mundo, man-teniéndose unida, la acompaña desdelejos sin interferir con aquel momen-to sagrado en el cual un ser humanose encuentra con su propia naturale-za luminosa. Nosotros, “al contrario”,proyectamos nuestros temores per-

sonales en el moribundo e interveni-mos irrespetuosamente en ese pasocrucial, luchamos contra la muerte ynos aferramos al ser querido, obligán-dolo, por amor, a sumirse en una ba-talla perdida y dolorosa contra sudestino. Al no permitir que nuestrofamiliar acepte su propia muerte lodebilitamos, hacemos que su peque-ña reserva de energía se consuma ensostenerse en un mundo al cual ya nopertenece.

* Psicólogo y Periodista Telf.: 098960549

LA LUCHA POR LA VIDA...

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E L C A M I N O H A C I A L A L U Z2

Esta es una publicación del Departamento de Revistas y Suplementos de EDIMPRES S.A. - EEddiittoorraa:: Rina Artieda V.- DDiisseeññoo:: Dpto. Gráfico /HOY FFoottooss:: Internet PPuubblliicciiddaadd:: -- GGeerreennttee:: Sonia Olea, Sandra Andrade -Silvia Núñez - Julia Díaz

Le invitamos a cerrar sus ojosvisualizando una extensa al-fombra verde bañada por eltibio sol del atardecer y, al-

rededor, muchas plantas matizadascon el iris del que se viste la natu-raleza. En medio de este apacibleescenario bucólico, un árbol: cre-ciente, frondoso y robusto, de raí-ces profundas que lo proyectancentenario. Un árbol, que se ofrececual promesa de tranquilidad, des-canso y paz.

Esta es la nueva y sensible con-cepción de camposanto ecológicoque Monteolivo ofrece como unaopción de descanso eterno. El ár-bol descrito es solo uno de los dosmil destinados a custodiar los res-tos de los familiares ausentes.

Decidir a tiempo y en personaCon la evolución del tiempo, el

tema de enfrentar al momento dela muerte, antes bizarro y total-mente eludible, se ha convertidoen una de las primeras necesidadesde previsión. Nadie quiere que elfinal de sus días traiga consigo unasecuela de egresos económicos ypreocupaciones que aquejen, másaún, a los deudos. A la par, actual-mente las personas optan por la li-bertad de asumir esos gastos y de-

cidir personalmente sobre las con-diciones de su descanso eterno.

Opciones de descanso eternoLLaa ccrreemmaacciióónn..-- Si tradicional-

mente se acostumbró a inhumar

(sepultar) al cuerpo en una tumba onicho, la tendencia actual es tan omás importante que la primera de-bido a varios factores que comul-gan con el cuidado y preservacióndel ambiente, entre ellos: la opti-

mización del espacio urbano, lautilización de cofres de madera, laomisión de la formolización y ex-humación del cuerpo, la posibili-dad de disponer de las cenizas deacuerdo con la decisión familiar.

Estas consideraciones han motiva-do a que aproximadamente el 45%,de las decisiones de descanso eter-no (con tendencia a la alza) inclinenla balanza a favor de la cremación.En este caso, Monteolivo pone a sudisposición Columbarios (hasta 3cenizas), Árboles (2 cenizas) y Bos-ques Eterna Memoria (para gruposfamiliares de hasta 28 cenizas).

LLaa iinnhhuummaacciióónn..-- Totalmente res-petuoso de las tradiciones familia-res, culturales y afectivas del falle-cido y los deudos, en el caso de lainhumación, Monteolivo ofrece va-rias opciones: tumbas para dos acuatro cuerpos, nichos que puedenacoger cuerpos, grupos familiares,parcelas y, osarios para restos.

Un servicio efectivo, pero antetodo sensible

La ausencia del ser querido dueley lastima al punto de que impidepensar en algo más. Esa realidad esacogida y comprendida en Mon-teolivo por un recurso humano es-pecialmente capacitado para estoscasos.

Dado el momento, los deudosprácticamente no tienen que preo-cuparse por nada relacionado contrámites legales o logística, ya quetodo es asumido por Monteolivo.

Naturalezapara la paz y el descanso

Comprometido con las necesidades de varios sectores sensibles de laciudad, Monteolivo ha apoyado a programas de asistencia a niños con

Síndrome Down y a personas con discapacidad.

Afrontar la muerte conprevisión es una de las acti-tudes más responsables quepuede asumir una persona.Para facilitar esta gestiónnecesaria, Monteolivo con-templa montos y paquetesde inversión que se adecuana la necesidad y particulari-dades de cada cliente

Con la experiencia dequince años, Monteolivo, elúnico camposanto ecológi-

co del país, se rige por un le-ma que se ha convertido ensu dogma de servicio y devida institucional “Ceroerrores”. Este precepto ga-rantiza a sus usuarios unaatención, efectiva, oportunay sensible durante los mo-mentos difíciles y extremosque significan la pérdida deun ser querido.

*Gerente Monteolivo

Una inversión amigable

SERVICIOS EXEQUIALES

Nada por qué preocuparse•Siete salas de velación•Horno crematorio•Unidades de sepultamien-to

•Cafetería y florería•Capilla•Traslados dentro y fuera•Ceremonias religiosas•Autocarrozas•Libro record y tarjetas deagradecimiento

•Servicio religioso y acom-pañamiento musical

•Asesoría en trámites lega-les

•Cofres y urnas

Guía de trámites, una necesidad

Si bien es cierto que los servicios exe-quiales se encargan de ellos, es necesarioque usted conozca sobre los trámites derigor en casos de fallecimiento. A saber:

Deceso enfermedad o muerte natural1. Informe estadístico de defunción.-

Emitido por el médico que ha determinadoel deceso. (formato del INEC)

2. Cédula de identidad o pasaporte delfallecido.

Los documentos citados son indispensa-bles para inscribir el fallecimiento en el Re-gistro Civil que, a su vez, emite un Certifica-do de inhumación y sepultura.

Deceso accidental o por agresión11.. Informe estadístico de defunción22.. Cédula de identidad o pasaporte del fa-

llecido

33.. Informe de la autopsia emitido por laPolicía Nacional.

En casos de cremación∑ Autorización de la Dirección Provincial

de Salud (la obtiene el camposanto respec-tivo).

En casos de expatriación11.. Informe estadístico de defunción.-

Emitido por el médico que ha determinadoel deceso. (formato del INEC)

2. Cédula de identidad o pasaporte delfallecido.

3. Certificado forense que señale deceso(lo emite el hospital o la funeraria del paísde fallecimiento).

4. Apostilla que certifica la defunción emi-tida por el Ministerio de Relaciones Exterio-res del Ecuador.

Por: *Dr. Xavier Drouet

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De manera conscien-te o inconsciente,siempre invocamosa estos seres para

que nos ayuden a encontrar lapaz y la tranquilidad nece-sarias en nuestra vida yespíritu. Convencidos de supresencia, los aclamamos:“¡Dios mío, ayúdame¡ ¡Ángelde la Guarda! ¡Virgencita!”

Como mensajeros de Dios,los ángeles, seres de amor y

luz, se presentan cuando losllamamos. Muchos de ellos semanifiestan a través de perfu-mes o brisas en el ambiente,de destellos luminosos o demensajes... Uno de ellos,cumple con una misión muyespecial: facilita la partida deesta vida, y muestra el cami-no de luz que conduce a laspersonas hacia un plano máselevado: Azrael, el Ángel de lamuerte, el Ángel de la partida.

EL rol de Azrael

Oscura en su significaciòn,la muerte difícilmente podríaasociarse con un ángel; sinembargo, es así. Se conocentestimonios de muchas quehan referido la presencia deun ángel que les conduce dela mano por un camino de luz,que han visto una luminosi-dad de la que se desprendeeste ser e, incluso, que han es-cuchado coros celestiales.Claro está, Azrael no puedeser visto por nadie más quepor aquel quien va a partir. Supresencia se evidencia en laprofunda paz y alegría que serevela en el rostro de sus guia-dos. En casos excepcionales,cuando la persona debe re-gresar de aquel viaje porqueaún no ha llegado su hora,testifica sobre su existencia ysobre la encomienda de tenerque cumplir una misión másen la vida.

El Ángel de la PartidaDios, como el ser supremo, los santos ó los ángeles, Arcángeles, Querubines, Serafines...son los entes celestiales que nos ayudan a alcanzar la paz y la tranquilidad interior.

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Tita fue, a su vez, el regalodel sexto cumpleaños demi hijo menor y la primeramascota que tuvimos en

casa. Siendo tan pequeñita resulta-ba gracioso verla con sus cejas,barba y bigotes blancos y abulta-dos, características imprescindiblesde una schnauzzer.

Desde su llegada en nosotrossurgió una sensibilidad diferenteacompañada por el deseo de pro-teger a aquella “cuatro patas” a laque tuvimos que poner un collarcon cascabel para evitar pisarla.

Tita andaba de aquí para allá,mordiendo todo, oliendo todo,marcando sus huellas en ese, suterritorio. Sus minùsculos ladridosprovocaban risa y ternura a la vez.Desde entonces, llegar al hogar ad-quirió un sabor diferente. La “nena”de la casa, la “hermana menor” nosesperaba alegre, tierna y escanda-losa . Tita creció y con ella nuestraexperiencia y la responsabilidad detener junto a nosotros, no a unamascota, sino a un miembro másde la familia: el veterinario, las va-cunas, las “bolas” de comida, la pe-luquería, las caminatas, los paseos…

Los paseos… Cómo olvidar aquel,el último. Tras cruzar en tarabita elencañonado del Agoyan, la solta-

mos para que estire sus patas(habíamos olvidado la correa).Mascota citadina como era, hastaese día desconoció lo que era unagallina. Al encontrarse con una, elinstinto le ordenó perseguirla. Denada sirvieron nuestros gritos. Denada la carrera que emprendimospara detenerla. Seguramente, unanueva e inenarrable emoción su-mada a su naturaleza de cazadora,les daba más velocidad a sus ágilespatas. El último salto, seguramenteel que le hubiera permitido alcan-zar a su presa, fue muy largo, extre-madamente largo, tanto, que la lle-vó al cielo de los perros cuya puer-ta se escondía a borde de aquelprofundo encañonado. Despuès,llegaron la desesperación, la impo-tencia, el llanto, la búsqueda infor-tunada, el regreso… Un regreso si-lencioso, vacío, inacabable...

En casa nos esperaba el vacío do-loroso de un duelo nunca experi-mentado. En su desasociego, mi hi-jo adolescente se negaba rotunda-mente a la posibilidad de otra mas-cota. El pequeño, con las lágrimasabrillantando sus mejillas pedía elregreso de Tita.

Sin embargo del impacto que nosprovocó la pérdida de un ser tanpuro, generoso y leal, todo ese do-

lor no era más que la evidencia delcúmulo de afecto que todos guar-dábamos en el corazón. Entonces,comprendimos que ese amor nopodía quedarse trunco, que era de-masiado para dejarlo guardado deforma conscientemente egoísta.Supimos que el afecto siempre tie-ne un nuevo destino y que siemprehay alguien más que se lo merece.Tita se fue un sábado y Misty, a suimagen y semejanza, llegó a nues-tras vidas cuatro días después pararomper aquel silencio con sus mi-núsculos y graciosos ladridos. RA.

En el cielo de los perrosMi mascota

CONSEJOS PARA SUPERAR EL DUELO

La pérdida de una mascota afecta, especialmente a niños yancianos y supone un proceso que contempla varias fases:• FFaassee ddee nneeggaacciióónn ((iinnccrreedduulliiddaadd)): cuando se niega constante-mente la pérdida.

• FFaassee ddee llaa iirraa oo eennoojjoo: cuando afloran sentimientos de rabia yfrustración por la pérdida.

• FFaassee ddee nneeggoocciiaacciióónn: cuando la ira disipa y se afronta lo suce-dido.

• FFaassee ddee ddeepprreessiióónn:: cuando se siente la pena por la separacióndel ser querido.

• FFaassee ddee aacceeppttaacciióónn:: cuando se acepta la pérdida y se recobrala esperanza en la vida. Aunque la muerte de la mascota sea reciente, se recomienda

pasar el duelo y no demorar mucho la adquisición de otra. Estadecisión puede ser una buena medida para recuperarse delgolpe.

Elisabeth Kübler Ross, psiquiatra

El duelo no es exclusividad de los seres humanos. El cariño que seestablece entre nosotros y los animales, o entre ellos, marca lapauta de la aflicción que declina el sentimiento en el caso de que,uno u otro, lleguen a faltar.

Azrael obra con sabiduría,amor y caridad durante elpaso de la vida a la muerte.En el día y la hora que deter-mina el destino, corta el Cor-dón de Plata que une a lapersona con su vida terrena.Conduce al alma durante suproceso de transición que lolleva hacia un elevado nivelde paz y luminosidad.

Por supuesto, se respeta aquienes movidos por el ex-cepticismo niegan la existen-cia angélica; sin embargo, enmomentos de necesidad yangustia aquella venda queles cubre cae por fin, mos-trando la ternura infinita desu corazón.

Por; Ximena EstrellaSanación reconectiva

Telf: 08 265 7698

Una guía hacia la luz

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La primera fase o de shock.- Secaracteriza por sentimientos de in-credulidad, negación, falta decomprensión sobre lo sucedido yde preocupación por la pérdida dela persona amada. La tristeza in-conmensurable se evidencia a tra-vés de llanto frecuente. En la ma-yoría de los casos, esta expresiónde dolor se desata en la ceremoniadel entierro o funeral, cuando elmuerto es separado físicamentede los vivos.

La segunda fase o de desinte-rés.- Muy aguda en el duelo, estaetapa está caracterizada por el do-lor de la separación y por el desin-terés que el entorno provoca en eldeudo. Se mezclan la irrealidad delo sucedido con los deseos de re-cuperar a la persona perdida yaque los vínculos entre uno y otrose presentan en cada sitio, situa-ción y circunstancia. Esta desazónque genera angustia y dolor va dis-minuyendo con el paso del tiempocotidiano y aflora en circunstan-cias especiales como: aniversarios,cumpleaños, navidad y finados.

La tercera fase o de acepta-ción.- Al aceptar la pérdida comoalgo definitivo, el deudo inicia unareconexión gradual con la vida dia-ria. No obstante los recurrentesmomentos depresivos, los recuer-dos del ser querido, quien ya gozade la paz del camposanto, evocansentimientos cariño y tristeza quesuplantan a los de dolor agudo ynostalgia.

La cuarta fase y final.- Una vezasumida la pérdida, los deudos seadaptan al entorno donde falta elser querido, aprenden a vivir sinesa persona y su energía emocio-nal se reinvierte en nuevas relacio-nes.

La reseñada, es una evoluciónnormal en la mayoría de los casos;no obstante, un considerable por-centaje de los deudos pierde elcontrol de sus emociones agudi-zando el problema. En estos casos,lo recomendable es acudir a laayuda profesional, no solo por elbien del deudo afectado, sino, porel de sus allegados.

Fuente: Centre Londres 94

ellos se vanCuando

IImmppoossiibbllee eevviittaarreell nnaattuurraall ddeecclliivvee eemmoo--cciioonnaall eenn eell qquuee nnooss ssuummeellaa ppaarrttiiddaa ddee uunn sseerr qquueerriiddoo.. TTaallppaarreecceerrííaa qquuee llaa aafflliicccciióónn nnoo ttiieenneeffiinn,, eessppeecciiaallmmeennttee,, ccuuaannddoo nnuueessttrraa rreellaa--cciióónn hhaa eessttaaddoo mmeeddiiaaddaa ppoorr llaazzooss ddee ppaa--rreenntteessccoo,, ggrraaddoo ddee ddeeppeennddeenncciiaa,, ggéénneerrooddee llooss ssuuppeerrvviivviieenntteess yy ffee rreelliiggiioossaa..

SSii bbiieenn eess cciieerrttoo qquuee llaa mmaanniiffeessttaacciióónneexxtteerrnnaa ddeell lluuttoo eess eell dduueelloo,, ttaammbbiiéénn ppuuee--ddee eexxpprreessaarrssee aa ttrraavvééss ddee:: llllaannttoo,, iirraa,, vviioo--lleenncciiaa,, ddeepprreessiióónn yy oottrroo ttiippoo ddee rreeaacccciioo--nneess qquuee,, ddaaddaass llaass cciirrccuunnssttaanncciiaass,, ssee ccoonn--ssiiddeerraann nnoorrmmaalleess ppuueess ffoorrmmaann ppaarrttee ddeeuunn pprroocceessoo nnaattuurraall..

Fases del duelo