Espacios Públicos

ISSN: 1665-8140

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Universidad Autónoma del Estado de México

México

Alejandre Ramos, Gonzalo

La sociología en la modernidad: una metodología comprometida

Espacios Públicos, vol. 10, núm. 20, 2007, pp. 257-268

Universidad Autónoma del Estado de México

Toluca, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67602014

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Graciela Baca Zapata

Fecha de recepción: 8 de marzo de 2007Fecha de aprobación: 12 de abril de 2007

Gonzalo Alejandre Ramos*

RESUMEN

En el presente ensayo se expone una tesis sobre el papel de la Sociolo-gía, la cual corre paralela al llamado proyecto de la modernidad. Perola Sociología no sólo es una ciencia moderna, sino que funge comomodelo de metodología general sugerente para ordenar y guiar a lasociedad en el mundo moderno. No obstante los múltiples fenómenossociales contemporáneos le abren la posibilidad de erigirse en una cien-cia social más independiente.

PALABRAS CLAVE: Sociología, modernización, teoría, ilustración, razón.

ABSTRACT

In this essay we explain a thesis about the paper of the Sociology, itselfrunning in the same direction at the plan of modernity. But the Sociologyis not alone one modern science, its assume the function of generalmethodology model suggestive for to order and guide to the society inthe modern world. But the multiple hinder social phenomenon�s of todayand open the possibility of building in social science more independent.

KEY WORDS: Sociology, modernize, theory, reason.

La sociología en la modernidad:una metodología comprometida

* Doctor en Sociología, profesor de tiempo completo en el Centro Universitario UAEM Zumpango.Actualmente coordina la licenciatura de sociología y es líder del Cuerpo Académico �Actores, sujetos yprocesos sociales ante la modernización�, las áreas de estudio e investigación son los actores y los sujetossociales ante el proceso de modernización, así como la formación sociológica y las sociologías de la educa-ción y del trabajo.

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SOCIOLOGÍA Y UNIVERSALIDAD

MODERNA: UNA METODOLOGÍA

El estudio de la sociedad se convirtió en unanecesidad ineludible a partir de la apariciónhistórica del fenómeno de la modernidadindustrial,1 ésta, en su forma más ambicio-sa, fue la afirmación de que el hombre es loque hace (Touraine, 1992: 9). El conceptouniversalista de hombre fue el fundamentode gran parte de las ciencias sociales y lashumanidades que se desarrollarían a partirde la Ilustración y sus múltiples universa-les. La Sociología tiene sus orígenes en lasbases conceptuales universalistas, sin em-bargo, tales abstracciones en un mundo envertiginosa transformación material no po-dían dar cuenta de las acciones de los indi-viduos particulares o reales: hombres ymujeres comunes que poco a poco e inevi-tablemente ya no tienen cabida en el idealilustrado, en la palabra que nombra loconceptualmente perfecto, pero ya irreal.

A partir del fenómeno de la modernidademergen nuevas expresiones sociales, lascuales se verían matizadas por la sociedadindustrial del siglo XVIII, a partir de esemomento cobraron carta de naturalizacióny significaron toda una variedad de conduc-tas y de relaciones en comparación con lasformas preexistentes de acción y organiza-ción social premodernas.

La modernidad como fenómeno productorde bienes materiales, desde ese momento,fue la nueva expresión histórica general delser y del hacer de los individuos y de lascolectividades que posaban sus plantas so-bre la tierra; a partir de entonces se eviden-ció un cambio social general del mundo

occidental de magnitud inédita. Tal cambioprovocó la emergencia de la sociología comola ciencia social que se abocaría al ya paraentonces necesario estudio de los hechos yfenómenos sociales provocados o derivadosde esta nueva forma de hacer y de ser. Apartir de entonces se tornó relevante estu-diar y analizar lo social como objeto de es-tudio fundamental con una visión de futu-ro, que encararía los obstáculos y lasdificultades de la adecuación de lo que pue-de considerarse como el proyecto de la mo-dernidad, el cual implicaría las capacida-des y potencialidades de acción y reacciónsocial de los individuos constituidos en so-ciedad. De esta manera, se evidenció que elestudio de lo social sería el termómetro quemediría los efectos de la acción social comoalgo desde entonces inherente a la moderni-dad; por lo que la Sociología se encontraríadesde entonces indisolublemente ligada aldestino de la sociedad moderna.

La realidad histórico-social moderna gene-ró una dinámica social inédita y es precisa-mente ahí donde surge esta ciencia socialcon pretensiones que van más allá del tiem-po fijo y del espacio histórico concreto. Asíel conocimiento de lo social iniciaría desdeentonces su labor de teorización social conpretensiones de universalización que reve-larían su origen ilustrado muy a pesar deque sus modelos de inspiración originariaestuviesen limitados a realidades socialesconcretas; sus pretensiones teóricas hundie-ron sus raíces en el universalismo ilustradoal igual que todas las otras ciencias y saberesque surgieron, o se relacionaron con lamodernidad. Sus principales creadores sehan nutrido e inspirado en las realidades

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sociales particulares como la sociedad ale-mana, la francesa, la inglesa etc., a lo queDurkheim denomina los tipos sociales(Durkheim, 1986: 126).

Así, lo moderno no sólo es un concepto ge-neral característico de los principios ilus-trados, sino que es principalmente el marcohistórico y cultural sobre el que se han con-formado las realidades concretas y las so-ciedades también concretas que han servi-do de modelos emergidos del letargoideológico medieval, como entidades vivasen un tiempo concreto; éstas son realidadesque han inspirado las teorizaciones en lasciencias sociales y se han proyectado conpretensiones de generalización de lo socialuniversal.

No obstante la tendencia a la universali-zación como la fuente original que subor-dina y somete a la particularidad, en lamayoría de las construcciones teóricashechas por la sociología, se observa unaproyección de lo real concreto como parti-cularidad hacia lo ideal, lo abstracto y logeneral, como un elemental procedimientometodológico en la modernidad. Esto es,que lo universal puede surgir de lo parti-cular en tanto modelo. Así lo moderno pri-vilegia lo real concreto y lo proyecta comomodelo de generalización, lo que en lapraxis social y económica de las socieda-des capitalistas modernas se convertiría enla más recurrente abstracción discursiva yprototípica para la constitución y concep-tualización de las nuevas realidades parti-culares �subdesarrolladas�, esto es comoun modelo subordinante de las nuevas so-ciedades o sociedades tardías, las cualescada vez aparecen menos relevantes, en tan-

to constituciones tardías y subordinadas aun mundo estandarizado por los modelosde la primacía universalizante y construc-tora del modelo lineal de progreso, el quese ha convertido en el modelo hegemónicoen el mundo moderno.

De esta manera, la modernidad se ha con-vertido en una forma de proceder y de or-denar todo el mundo, o mejor dicho, en laúnica y hegemónica forma de orden; elloimplica evidentemente una formametodológica, un procedimiento, o el cuasiúnico procedimiento dominante para orde-nar y producir el progreso moderno comoun valor general. Es también la moderni-dad una dinámica social, no sólo la creado-ra del método y de los procedimientosmetodológicos en las ciencias modernas yen las profesiones, sino también de lossaberes dignos de ser sabidos.

Así pues, la sociología en la modernidad seha erigido como la ciencia social que estu-dia y analiza a la sociedad moderna, y a lavez produce una metodología enfilada ha-cia el progreso o hacia el cambio social,hacia el conocimiento que supuestamentelo hace posible. De esta manera la sociolo-gía y su método surgen ligados a una diná-mica social occidental y, desde ahí puedeninterpretar y observar otras sociedades di-ferentes como las orientales. Así �la ideaoccidental de modernidad se confunde conuna concepción puramente endógena de lamodernización� (Touraine 1992: 18), o sea,con una forma de alienación universaliza-da, que despliega una acción compulsivaen la dirección del progreso y la transfor-mación moderna del mundo mediante ac-ciones calificadas de racionales, �raciona-

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lidad instrumental� donde el concepto deracionalidad se considera más universal,un imperativo ligado a la obtención positi-vista del máximo beneficio.

En estricto sentido, desde el paradigma dela modernidad se establece el punto de re-ferencia, con el cual se funda la base paracrear las nuevas generalidades abstractasmediante las teorías. De esta manera la so-ciología como ciencia moderna queda cons-tituida originalmente por el proceso histó-rico de la modernidad ilustrada, hegemónicae inspirada en tipos sociales universaliza-dos. Es entonces una fusión, por un lado,de una forma histórica concreta de socie-dades particulares modernas como la ale-mana, la francesa o la inglesa, donde cadauna de ellas intenta constituirse en la reali-dad y por otro el enfoque de cientificidad,el que, por cierto no puede fácilmente des-prenderse de las raíces ilustradas; lo quenos hace pensar en la utopía de la separa-ción del individuo o el hombre y sus crea-ciones como cosas aparte o independientesde su subjetividad, de donde se deriva laidea pretendidamente apabullante de que entoda construcción científica, la objetividades fundamental e ineludible.

El concepto gramsciano de hegemonía,nos da idea de lo vano que resulta querernombrar a la generalidad social a partirde particularidades concretas, aún de lasmodernas y de nuevo cuño; no obstanteser la modernidad, la época en que pode-mos considerar a las sociedades maduras yser, además, la época en la que las particu-laridades sociales son las únicas realidadesconcretas que se comportan mediante ac-ciones concretas, es la época donde predo-

mina lo que es vigilado de cerca por el de-ber ser metódico.

El conocimiento en general en los tiempos dela modernidad no autoriza la recurrencia ageneralidades abstractas a partir de cuales-quier modelo de realidad particular concreta,y menos si se trata de las nuevas realidadesque se incorporan a la práctica y realidadhegemónica, en tanto que son casos de reali-dad subordinada, y por tal, casos �menos re-presentativos� de la vida moderna.

La modernidad desde su nacimiento comodijera Marx nace con una contradicción, laque contiene el germen de su transforma-ción y muerte; los universales como susfundamentos epistemológicos chocan conlos particulares, pues son las realidadesparticulares donde se ordenan simbólica-mente las relaciones sociales prototípicasde la modernidad, los primeros aluden al�deber ser� mientras los segundos al �ser�,a lo que es, a las realidades tal cual soncomo un producto de la dinámica social yde la acción colectiva.

La modernidad puede considerarse comoun punto referencial decisivo en la medi-da que inaugura un nuevo tipo de socie-dad, una sociedad que se fundamenta enla acción de los individuos, una acciónguiada por la razón y por la pertinenciade la convivencia social. La modernidaddebe definirse entonces en el nivel de lopolítico (Mouffe, 1990: 87), este es unideal implícito en la propia Ilustración porlo que la Sociología lleva también implí-cito el procedimiento político como im-plemento metodológico mediado por larazón implícita en la relación social delos individuos.

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LA RAZÓN Y FILOSOFÍA MODERNAS

La razón como razón ilustrada, es induda-blemente un universal más, el cual se con-sideró en ese momento como el gran descu-brimiento de la época moderna, se erigiócomo el fundamento paradigmático para laconstrucción metodológica que explicara lasacciones de los individuos; además esta ra-zón daría pie a múltiples reflexiones filosó-ficas y teorizaciones sociales después de laRevolución Francesa. Los filósofos alema-nes como Hegel, consideraron que tal revo-lución significaba una enseñanza de la pri-macía de la razón y de las ideas, por lascuales se debería regir y guiar la humani-dad; Hegel relacionó su concepto de razóncon la Revolución Francesa, además de re-lacionar la razón con la filosofía de la his-toria al afirmar que �nunca desde que el solha estado en el firmamento y los planetashan dado vueltas a su alrededor, había sidopercibido que la existencia del hombre secentra en su cabeza, es decir, en el pensa-miento, por cuya inspiración construye elhombre el mundo y la realidad�Todos losseres pensantes comparten el júbilo de estaépoca� (Marcuse, 1986: 11-12). Kant porsu parte enjuició a la razón, como razónilustrada, la cuestionó tanto en su rigidezcomo en su practicidad mediante su Críti-ca de la razón pura, su Crítica de la razónpráctica y su Crítica del juicio (Hassner,1997: 549). Kant propone una razón me-nos rígida, más humana, considera que ennombre de la razón no se debe hacer la gue-rra ni la revolución, su concepción ordena-dora de la sociedad es pacifista. Hacia 1795concibió su �Proyecto filosófico de paz per-petua� (Touchard, 1987:337).

Por otro lado, surgiría la idea de la razóncomo una razón conservadora que aterri-zaría en el positivismo comtiano; la So-ciología tuvo su origen en ese positivis-mo y, a través de su influencia, sedesarrolló en una ciencia empírica inde-pendiente (Marcase, 1986:19-20) a la quese exigió que toda experiencia tendría quepasar por la criba de la razón; con lo quecapitulaba el pensamiento, no obstanteque la razón podía poseer connotacionesdiferentes, tanto desde la posición con-servadora como de la liberal, lo que dioorigen a una propuesta de creación de larazón práctica ad hoc con la modernidad;una razón instrumental enraizada más enla realidad cotidiana que en las ideas ylos conceptos, una razón que se concebi-ría como medio y no como fin alienante yprefigurado, esta razón se convertiría enla nueva guía universal del hacer huma-no moderno, en su guía metodológica yen la gran �verdad inmutable� de los ne-gocios y el mercantilismo.

Desde el punto de vista de la herencia de lafilosófica kantiana y de la razón ilustrada,como la razón de la supremacía del saber orazón pura, según Kant, ésta es una razónque creó, se apoyó y justificó en lo colecti-vo; concepto con un matiz más político equi-parable al de democracia que presenta gran-des ambivalencias y dificultades para sudefinición precisa y denotativa; estos con-ceptos generalmente no se definen, simple-mente se dan por existentes, por verdade-ros, al ser nombrados e invocados desde elliberalismo, acción que tiene el efecto qui-zá no intencional de ocultar más que de es-clarecer (Moulain, 1984: 314).

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Así, un componente de la Ilustración comoel Liberalismo y su forzada derivación endemocracia, devienen de los fundamentosde la razón instrumentalizada, los cuales yase han convertido en dos tradiciones quecomo ha mostrado Macperson, vinieron aarticularse en el siglo XIX (Mouffe, 1990:86) y que no están por ello en modo algunonecesariamente relacionados entre sí; sualusión indiferenciada en el discurso de lamodernidad los ha estatuido y convertidoen estrategias que por aludidas repetidamen-te se han considerado como aspectosprototípicos de la modernidad en cualquiertiempo posterior y desde otros enfoques yperspectivas teóricos. Este hecho ha gene-rado efectos políticos que se encaminan apreservar los principales signos y mecanis-mos de la dominación, como una domina-ción de clase social, la cual finalmente esabanderada por un Estado en el que se cris-taliza el orden social aludido por el discursode la democracia y por la ideología liberal.

La posible alternativa de la razón, que fuerala razón práctica kantiana como una razónno condicionada, es la que considera al hom-bre y su dignidad humana como el núcleopara el logro de la paz social y la felicidadhumana; ya pueden esperar pacientementeaquí en la tierra el advenimiento de la paz(Hassner, 1997: 549-550); no obstante, talespera no es en calidad de mientras, sinoque ha generado una situación histórica per-manente, que ha derivado en una elabora-ción funcional hacia la modernidad, una mo-dernidad que no acaba, que no se concluyey que contradictoriamente ya es obsoleta,pero que deja vigente su metodología de pro-greso como modelo prototípico.

MODERNIDAD, ACCIÓN COLECTIVA

Y TEORÍA SOCIAL

Si la Sociología surgió inmersa en el com-promiso de tratar de explicar la sociedadoccidental cuando ésta se tornó moderna, einició el proceso de cambio ytrasformaciones vertiginosas como un pro-ceso nunca antes visto a través de la indus-trialización, no es que la sociología quedeatrapada ahí, como tampoco la sociedadoccidental permanece inalterada y sin mo-vimiento como algo en abstracto, la socie-dad occidental no es un concepto monolítico,es ante todo un despliegue de realidad so-cial constante que mediante procesos histó-ricos produce realidades socialesdiversificadas y concretas.

La Sociología y la sociedad se desenvuel-ven en los campos concretos derivados dela acción social moderna como algo múlti-ple, esto es, en y mediante la dinámica so-cial. La sociedad occidental se ha caracte-rizado históricamente, no precisamente porser pasiva, quieta y subordinada, en ella hapredominado el sentimiento y predisposiciónde rebeldía y de cuestionamiento a casi cual-quier forma de autoridad y de poder y a suspretensiones de legitimación, esto quieredecir que en la sociedad occidental ha habi-do un proceso de racionalización permanen-te, sobre todo expresado mediante los gran-des movimientos sociales y colectivos quecuestionan cualesquier tipo de orden socialo de reglas enmarcadas en una racionali-dad de poder, la cual tiene pretensiones depermanencia y de verdad absoluta y paratodos los tiempos. De hecho, esta caracte-rística ha sido fuente importante de lateorización en sociología, además fuente de

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diversas explicaciones y modelos de orga-nización social y de modelos de construc-ción científica.

La Sociología toma como modelo para susexplicaciones científicas a las acciones so-ciales, de las cuales esta disciplina ha deri-vado los análisis sobre identidades socia-les y sobre las acciones colectivas entre losindividuos de una sociedad. La Sociologíase ha preguntado qué es lo que ocasiona quelos individuos emprendan en determinadascircunstancias ciertos tipos de acciones demanera conjunta, que compartan un inte-rés. Qué es lo que ocasiona que un indivi-duo se una a una acción colectiva, cómo esque se da la conexión entre la decisión indi-vidual y la colectiva (Tilly, 1991: 150), ac-ciones que en ocasiones pretenden estable-cer un paradigma organizacional y deacción, un procedimiento general que apun-ta hacia el cambio de un orden social.

La historia de la ciencia se ha visto influidapor una serie de corrientes de pensamiento,lo que ha dado origen también a una seriede construcciones teóricas muy diferencia-das unas de otras; podemos mencionar alllamado individualismo como la fuente ori-ginaria de las acciones colectivas en lascuales participan los individuos a partir desus proyecciones e intereses personales, estacorriente de pensamiento ha pretendido es-tablecer un paradigma interpretativo y ex-plicativo de las acciones colectivas y en ellase han posicionado grandes científicos comoPopper y Watkins o conservadores comoHayek, quienes ponen en duda los funda-mentos de lo social y de acciones colecti-vas, las que son reducidas a las simplesexpresiones del interés de cada individuo

(Lukes, 1975: 137-150) a tal corriente depensamiento la han denominado individua-lismo metodológico en la idea de propo-nerlo como una forma de explicación de larealidad histórica de las acciones colecti-vas, con ello niegan la posibilidad de quetales acciones tengan un fundamento sólidoen lo social.

Al respecto, el decano del Grupo Michigan,Charles Tilly, ha intentado resarcir débil-mente la teoría del individualismometodológico aduciendo problemas de iso-morfismo que separa a la teoría de la evi-dencia, con lo que sugiere que el individua-lismo metodológico que ha perdido terrenorespecto del desarrollo de otras teorías, creeque es necesario reconsiderar algunas de suspremisas fundamentales, entre las que des-taca una inadecuación de los modelos ex-plicativos de la Sociología en relación conrelación la acción colectiva; él afirma queexiste una fractura en los modelos explica-tivos disponibles que obliga a los analistasa dar un salto desde la observación de lasdisposiciones de los individuos, hasta lasdisposiciones de los grupos, sin ofrecer nin-gún mecanismo que conecte causalmenteambos extremos (Moscoso, 1992: 81-82).

Tilly afirma que la teoría queda por detrásde los datos disponibles y ubica a las prin-cipales dificultades en 1) Lagunas en losmodelos disponibles; 2) Empleo de mode-los de un solo actor; 3) Uso de modelosestáticos; 4) Énfasis en las justificacionescausales de la conducta más que en lasintencionales. Para demostrar sus objecio-nes a estos modelos generales que causanexplicaciones perniciosas analiza accionescolectivas en concreto, tanto de manera con-

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tinua como discontinua, para lo cualejemplifica con movimientos sociales his-tóricos dados en distintos tiempos (Tilly,1991: 149-178).

Habrá que considerar que tanto la Sociolo-gía como los modelos de organización so-cial y los de la acción colectiva que aludena una forma de cultura occidental son unlegado de la Ilustración y su consecuentemodernidad como forma de acción concre-ta, lo que ha dado origen en el campo de laciencia social a las distintas teorizacionessobre la sociedad; evidentemente los mode-los explicativos han causado contraposicio-nes teóricas y metodológicas, pero la reali-dad concreta construida en la mayoría delas veces sin previa teoría en cuanto a loshechos históricos trascendentales, tampocoha logrado eliminar las ambigüedades teó-ricas, la Sociología no es la excepción .

Podemos afirmar que ni la Revolución Fran-cesa como una expresión ideológico-políti-ca con sus principios fundamentales que haninfluido a todo el mundo moderno, aun consus excesos de rigurosidad y esquizofrenia;ni la revolución de octubre en Rusia ni elnazismo alemán o el franquismo español ytodas sus consecuencias, en cuanto a lasacciones colectivas derivadas de ellos; ni elconservadurismo, el liberalismo o el comu-nismo como corrientes ideológicas del si-glo XX, han logrado constituirse en la fór-mula única que permita eliminarambigüedades y diferenciaciones teóricas;ni establecer un tipo de orden social, un tipoidóneo de Estado o un tipo único de proce-dimiento metodológico para conocer y ana-lizar lo social. De hecho, no se ha logradoexplicar la contradicción metodológica en-

tre lo individual y lo social, éstos son defi-nidos de facto como contraposiciones demanera excluyente y temas recurrentes dela sociedad moderna.

Gran parte de los sociólogos desde Tönnies,Weber o Simmel por ejemplo, han propues-to dos modelos para el estudio de lo socialmoderno que puede sintetizarse en los tiposdel Gesellschaft y el Gemeinschaft, el pri-mero puede entenderse como un individua-lismo el segundo como una fórmula más decooperación entre individuos. Tönnies, porejemplo, da más énfasis a la relación de tipoGesellschaft, que tiene lugar cuando hay unintercambio voluntario entre las partes y seproducen obligaciones normativas limita-das. Su origen radica en la búsqueda delpropio interés y se caracteriza por un altogrado de individualismo e impersonalidad.Al contrario, la relación de tipoGemeinschaft es más intensa y fuerte y pue-de denominarse de tipo no racional, está másbien basada en consideraciones de tipo afec-tivo, emocional o tradicional; muy contra-riamente de la Gesellschaft que tiene unacarga más racional que se basa en el cálcu-lo racional (Moscoso, 1992: 122).

En un parangón semejante en cuanto aclasificación de lo social, ya lo encontra-mos en las posiciones teóricas previas a laRevolución Francesa, como sería el caso deMontesquieu y de Rousseau, ubicados enla corriente del iusnaturalismo. TantoRousseau como Montesquieu concibierona la comunidad como una fuerza realmenteexistente y capaz de generar un cambio, elcual se daría orientado por el modelo ilus-trado, que surgiera por la percepción de lacrisis de la época previa y que estaba dan-

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do nacimiento a una nueva época de des-pertar al conocimiento de las propias fa-cultades y capacidades humanas concebi-das desde la Ilustración; pero cabepreguntarnos si dichas capacidades ¿sonatributo individual o colectivo?

En el caso de Monstesquieu, éste fundamen-ta sus argumentos básicamente en su escri-to principal que es El espíritu de las leyes,obra en la cual expone que los hombres sedeben sujetar a las leyes como cosa emergidade la propia razón humana, define a las le-yes en el sentido más alto, como las rela-ciones necesarias que se derivan de la natu-raleza de las cosas. Las leyes son relaciones(Lowenthal, 1993: 487); aquí Montesquieuno apoya la corriente de pensamiento quefortalece al individuo, ni su interés centra-do en las acciones o relaciones individua-les, sino en las leyes que son un productode un orden natural.

Rousseau emprende un ataque contra laIlustración y para ello comienza su plan-teamiento iusnaturalista con El contratosocial, documento en el que expone su ideamás apegada al individualismo, ello se dejaver en la primera frase de su libro El hom-bre nació libre y por doquier está en ca-denas, Rousseau reconoce por principio decuentas que los individuos tienen un estatusnatural que antecede a la sociedad civil,su planteamiento está centrado en el indi-viduo y sus razones e intereses (Bloom,1993: 529-537).

La Ilustración fue evidentemente una ac-ción colectiva que tuvo como fundamentoel idealismo, pero fue la base de sucesivasacciones, entre ellas la de mayor relevancia

fue la Revolución Francesa, primera acciónrevolucionaria paradigmática que ha sidoel referente principal de la historia occiden-tal y ha influido de manera decisiva en losmodelos de organización y de reproduccióndel mundo moderno contemporáneo.

Para la Sociología el problema científico ymetodológico es un problema permanenteque se enfrenta al reto de aclarar si la So-ciología es el estudio de las relaciones delos individuos a través de formas efectivasde comunicación entre éstos, o es el estudiode la acción social como una capacidad ensí misma, como un espíritu colectivo(Lhumann, 1998: 12-15).

Desde una concepción sociológica menosortodoxa, se concibe que la Sociología nonecesariamente contrapone de manera ex-cluyente e irreconciliable al individuo conlo social, Bourdieu expone que es el am-biente externo contenido en los campus querodea al individuo, el que es introyectado oabsorbido por éste, de tal manera que sefusionan produciendo el habitus. PeroLahire en su Teoría del habitus (1998), ydespués en L�homme Pluriel afirmaría quelas relaciones entre individuos es el campusdonde existe un contexto que puede confor-mar nuevos habitus, sugiere no undeterminismo rígido, sino una posibilidadde cambio y transformación, donde el indi-viduo es una forma plegada de lo social, elque históricamente tiene la vocación de des-pliegue, acción de la que va conformándo-se lo social. Así pues lo social no es ni es-trictamente lo individual ni lo social por símismo, tal y como se construyen estos con-ceptos inducidos por la herencia devenidade la Ilustración.

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De esta manera nos enfrentamos a un nuevoconcepto, una prefiguración paradigmáticaen torno al concepto de individuo y de socie-dad, en la que el individuo no es entendidode manera distinta o contraria a lo social,sino que es lo social potencial en la medidaque en él se encuentra lo social de forma ple-gada. Así se infiere que el estudio de la so-ciedad puede también hacerse desde el es-tudio de los individuos de manera particular,ya que éstos no son en ningún grado extra-ños a lo social.

Pareciera ser que un obstáculo epistemológicoen cuanto a la conceptualización de los acto-res y de los sujetos sociales, es que éstos sonmatizados conceptualmente por las abstrac-ciones inherentes a la Ilustración, conceptosque refieren los universales, los que no sonmotivo de revisión, son, en sí, verdades queno ha sido necesario revisar o poner en tela dejuicio

es indispensable desarrollar una teoría delsujeto en cuanto a agente descentrado ydestotalizado, un sujeto construido en elpunto de intersección de una multiplicidadde posiciones-sujeto. Ello implica una po-sición revolucionaria, una posición radicalen la forma de conceptualización de los ac-tores y de los sujetos que pone en tela dejuicio el universalismo de la Ilustración,pues toda afirmación de universalidad es-conde un repudio o nace a contrario a loparticular, de un rechazo a la particulari-dad (Mouffe, 1990: 89).

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Con el advenimiento de la modernidad sehan producido germinalmente toda una se-rie de condiciones que harían cada vez más

recurrente en el ámbito del análisis social ypolítico la sospecha de una realidad com-pleja y múltiple, la que cada vez da mayo-res visos de pretender expresarse.

La Ilustración con sus conceptos universa-les, dominantes o cuasi únicos, ha desple-gado históricamente una función de oculta-miento de la realidad real generada por unamodernidad guiada por la idea de progreso,la cual requirió de la ciencia moderna e ilus-trada el apoyo necesario para su desarro-llo. La Sociología que naciera en ese ambien-te regido por las ideas de direcciona- lidadpositivista de ese mundo moderno, hoy se vefuertemente transformada a la par de la trans-formación de la sociedad industrializada ytecnologizada, la Sociología que empieza adescubrir lo oculto que subyace en los concep-tos universales, los nuevos actores y sujetossociales ya no encuentran representatividad enlos conceptos como, por ejemplo, de hom-bre, ya que éste no se encuentra en ningúnlado físicamente, además de que sólo hacealusión a una generalidad abstracta y, hoyse viven los tiempos y las acciones concre-tas de los sujetos y actores concretos, hechoque ha generado la ineficacia en el uso de laideología como forma de control y de ordensocial y político.

La sociedad contemporánea se mueve en laoperancia de un instrumental más técnicoque no puede privilegiar el control social ypolítico, de hecho se observa un rebasamien-to de las formas tradicionales de control yde orden social y político, lo que estaríadando cuenta de que las mentalidades quebuscan el orden, el control y la dominaciónsocial no han cambiado a pesar de que lasociedad ya marcha en otros ritmos y por

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senderos más mecanizados que requieren deun instrumental y de replanteamientos acor-des a las nuevas necesidades. La tentaciónpor el poder obnubila la razón y por ende lapráctica política.

El mundo moderno contemporáneo es pro-tagonizado por una sociedad más abierta ydesordenada en cuanto a fines yprospectivas de tipo ideológico, sus necesi-dades son más inmediatistas. Ante tal fenó-meno, la Sociología que tuvo como base losrecursos ideológicos para la construcciónde teorías y de posiciones metodológicaspara el estudio, análisis y orientación de losocial, hoy atestigua la emergencia de unasociedad complejizada que ha incrementadoel recurso de la ciencia aplicada y la tecno-logía, hecho que está trastocando las for-mas tradicionales de acción y reacción delos individuos y de las colectividades.

El positivismo comtiano y la sociedad quele diera origen, hoy se ha complejizado yestá rompiendo con las camisas de fuerzaque representan los modelos de orden polí-tico, social e incluso científico; hay puesrevoluciones en la ciencia como diría Khun.Los tiempos del neoliberalismo presuponenun orden más plural, como reacción a laavasalladora tendencia homogeneizadoradel mundo actual a partir de la técnica y lamedición de los diversos fenómenos socia-les y, contrariamente, se observan crecien-tes expresiones de una pluralidad culturalderivada de las pretensiones fallidas de do-minación y de control por parte del Estadoy su clase política.

La sociedad moderna como escenario y pro-ducto de la acción social devenida en rela-ciones sociales contemporáneas está desbor-

dando la capacidad de control tanto del pa-radigma ilustrado como del utilitarismo.

Hoy la sociología moderna tiene la oportu-nidad de revolucionar, de emanciparse delcompromiso explicativo y precautorio, pro-ducto de los miedos del progreso y el cam-bio social positivista. La modernidad ha in-augurado el mundo de la complejidad y dela pluralidad, este hecho pone a las cien-cias, en general, en una posibilidad noutilitaria de los resultados científicos. Porsu parte, la Sociología se allega la posibili-dad de ser realmente moderna al enfrentarla dualidad individuo colectividad y sobretodo con una menor carga de compromisode ser la conciencia tutelar que marca elcamino a recorrer por las sociedades, pueséstas son hoy múltiples y variadas con todoy la pretendida homogeneización del mun-do contemporáneo, hoy ya no existe un sólomodelo prototípico de sociedad, al menosya no hay razón para afirmarlo, la diversi-dad es fundante de la complejidad socialcontemporánea, ello es posible en la medi-da en que hoy el mundo observa una crisisde los modelos sociales.

Hoy día asistimos a la emergencia de unasociología más libre de compromisos conel Estado y con la ética cívica. Durantemucho tiempo la sociología difícilmentepodía desprenderse de sus �obligaciones�,tenía que observar las disfunciones socia-les y cuando algo no funciona bien, la pre-gunta viene directa hacia la sociología yhacia los sociólogos y éstos se han culpadode múltiple maneras: Qué hemos hecho mal,qué se ha salido de control, qué no se haprevisto. Pero gracias a la pluralidad delmundo contemporáneo, hoy nos estamos

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La sociología en la modernidad:una metodología comprometida

liberando de la Sociología como camisa defuerza, como ciencia de compromiso social.

La crisis de la sociedad trae consigo la cri-sis de los modelos de las ciencias, esta cri-sis será finalmente positiva, tanto para lasciencias sociales en general como para lasllamadas ciencias naturales. Pero con estarevolución la más beneficiada resultará serla Sociología, pues su objeto de estudio,impuesto desde la modernidad, poco a pocola está liberando de sus ataduras que no lahan dejado definirse y rehacer su objeto deestudio de manera más autónoma.

NOTAS

1 Si bien la modernidad surge como una reno-vación de las ideas y de las prácticas subor-dinadas pertenecientes a un orden social es-tructurado hacia el siglo XVI, desde la lógicadel poder tradicional en el que la iglesiacristiana ocupaba el lugar preponderante;tal cambio o renovación iniciado con lasformas de pensar, empezó a dar frutos en elplano material a partir de la industrializa-ción del mundo occidental como una ex-presión concreta de la autonomía del pen-samiento, el que derivó hacia los productosen el orden material, al producir bienes parala vida terrenal.

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