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Los Mandalasy la gente mayorNuestra experiencia en residencias geritricas
Con la valiosa colaboracin de Graciela Soez
Los Mandalas y la gente mayor
2006 de la edicin espaola:
mtm editores, Massens, 57 Barcelona (Espaa)
[email protected] / www.mtm-editor.es
93 213 02 74
Recopilacin de textos: Mara Rosa Solsona
SEGUNDA EDICIN: Febrero de 2008
Cubierta y maquetacin:
mtm editores, Estudi Jordi Mestres
ISBN: 978-84-95590-92-3
Depsito legal: B-FALTA-2008
Impreso en Espaa Publidisa
los mandalas y 3 la gente mayor
Prlogode la Consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya,
Marina Geli
Me es muy grato participar, con la aportacin de estas lneas, en una experiencia
tan innovadora y til como es el taller de Mandalas de la Residencia Titus
de Arenys de Mar.
Se trata de una iniciativa interesante que da protagonismo a las personas
mayores, ayudndolas a sentirse mejor consigo mismas, ejercitando sus facul-
tades, motivndolas e incrementando su creatividad.
El taller, que desde hace dos aos se viene desarrollando en la Residencia
Titus, ha dado como resultado el libro que ahora tienen en sus manos. Una
publicacin en la que se recopilan los trabajos realizados por los mayores
los mandalas y 4 la gente mayor
que residen en el centro, a la vez que se dedica una parte extensa a la tcnica
para la realizacin de los mandalas.
Con la informacin recogida y la experiencia acumulada estoy segura de
que Los mandalas y la gente mayor se convertir en un importante manual
de trabajo para todos aquellos centros que se quieran sumar a esta impor-
tante experiencia. Algunas residencias ya lo han hecho y el resultado, segn
se explica en el libro, es plenamente satisfactorio.
Nuevamente, mi enhorabuena por esta iniciativa interesante, prctica y
de gran utilidad y beneficio para nuestros mayores, quienes, en definitiva,
son los principales protagonistas de esta experiencia.
MARINA GELI I FBREGA
Consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya
los mandalas y 5 la gente mayor
Presidente de la Asociacin Catalana de Recursos Asistenciales,Vicen Vicente
Me llena de orgullo poder participar en un libro que recoge la experiencia
de una actividad artstica y creativa con las personas mayores.
Desde ACRA, creemos firmemente que organizar actividades conjuntas
con las personas usuarias de una residencia geritrica es una excelente forma
de demostrar su potencial. Son gente mayor, s, pero en ningn caso, inac-
tiva. Como muestra evidente de que creemos en ello, anualmente convoca-
mos un concurso de postales navideas entre las residencias y centros
asociados, que se salda invariablemente con un xito de participacin.
Tenemos, pues, dos esperanzadoras y positivas pruebas de trabajo activo
con las personas mayores: este libro de mandalas, que tengo el honor de pro-
logar, y nuestro concurso de postales, que este ao llega a la quinta edicin.
Seguro que existen muchas otras experiencias reseables. Es el camino que
se debe seguir. Explotar las capacidades artsticas de las personas mayores,
fomentar actividades que las motiven, resultan frmulas infalibles para alcan-
zar el autntico objetivo de todos los que nos dedicamos a la atencin geri-
trica: mejorar su bienestar y calidad de vida.
VICEN VICENTE
Presidente de ACRA
los mandalas y 6 la gente mayor
ndice
Introduccin 9
1 PARTE ENFOQUE TERICOLa vejez 15Familia y tercera edad 19Mandalas 23Cmo se colorea un mandala? 27Observaciones generales 29
2 PARTE TESTIMONIOS: LOS MANDALAS EN LA VIDA REALRecopilacin de experiencias
La Residencia TitusGraciela Soez. Cosechando colores y sueos 35Marianne y sus mandalas. Una historia de vida 73La Residencia ImpalaEster Iglesias. La integracin generacional 77Las Residencias Clara y SagreraDavid Prats. Unirse por el bien comn 83Centro de da para gente mayor Bess-MinaLourdes Casas 87Experiencia en varias residenciasSandra Miss. Un taller de mandalas 97
Conclusin 105
Introduccin
Hace unos aos lleg a mis manos el primer libro de mandalas para colo-
rear, entonces un producto prcticamente desconocido en Espaa.
El autor del ejemplar era Christian Pilastre, procedente de una escuela
experimental fundada por Marie Pr, quien llevaba ms de veinte aos tra-
bajando e investigando sobre las propiedades de tales dibujos y sus posibles
aplicaciones.
La propuesta me pareci muy interesante, pero realmente comprend de
qu se trataba al llegar a casa por la noche. Encontr en la cartera los cua-
dernos de muestra que me haban enviado. Sent curiosidad y comenc a
colorear uno de ellos con los puntafinas que siempre llevo encima, y sin
darme cuenta la actividad me absorbi de tal manera que tuve la necesidad
los mandalas y 9 la gente mayor
de levantarme para buscar ms colores y acabar mi primer mandala.
Aquella noche dorm como un angelito.
Por la maana tena bien claro que la experiencia se tena que probar y
cre una lnea editorial especfica para ellos.
Los libros de mandalas de mtm editores comenzaron a nacer, crecer y
multiplicarse con un impulso vital asombroso.
Observando los beneficios del coloreado, fund en octubre de 2004 el
Mandala Club Barcelona, una institucin de carcter libre y gratuito cuya
finalidad es facilitar un espacio para todos aquellos que quieren introdu-
cirse en el mundo de los mandalas.
Pedagogos, psiclogos, terapeutas o licenciados en Bellas Artes se en-
cuentran en este espacio con personas cuyas profesiones no tienen nada
que ver con los mandalas, e incluso asisten nios. Todos manifiestan igual
alegra.
En uno de estos encuentros conoc a Graciela Soez, y ella me refiri su
trabajo con mandalas para la tercera edad.
Fue como la primera vez: al escucharla supe que iba a crear y editar otro
libro sobre mandalas y que esta vez estara dedicado a la gente mayor por-
que la experiencia era de tal valor que mereca ser difundida.
La editorial tom contacto con distintas residencias geritricas y personas
que, a instancia de Graciela Soez, trabajaban con esta tcnica, observando
los mandalas y 10 la gente mayor
el nivel de participacin y el incremento de lazos sociales que la actividad
despertaba en los mayores, as como el clima de paz y armona que se ins-
talaba.
La palabra mandala, usada como sinnimo de crculo sagrado, smbolo
de sanacin y totalidad, nos remite al corazn del ser humano, a su centro.
As, este libro, que intenta brindar una herramienta til a quienes lo lean
y utilicen, habla desde el corazn para el corazn, intentando formar en
una gran ronda, el mandala de la familia humana.
JONI BRUGUS, EL EDITOR
los mandalas y 11 la gente mayor
1 parte
ENFOQUE TERICO
La vejez
Para todas las cosas hay sazn,
todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su tiempo.
Eclesiasts, 3:1
Cundo comenz el hombre a medir el tiempo?
En los comienzos de la humanidad, la vida simplemente transcurra
entre una sucesin de hechos naturales.
Al cazador primitivo, recolector de bayas y frutos, le sigui aquel que
aprendi a sembrar para obtener su alimento, y el tiempo apareci para
poder calcular los ciclos de las cosechas.
los mandalas y 15 la gente mayor
La vida comenz a regirse por pautas determinadas y la conciencia del
devenir se instal en la mente de ese ser que elevaba su postura y sus ojos
para medir su distancia con las estrellas.
Lentamente esta percepcin se instal en la memoria colectiva de la espe-
cie humana y fue considerada de diferentes formas. Una, como el proceso,
ntimo y personal, de cada existencia; otra, como el devenir histrico o
social del grupo al que perteneca.
La manera de entender la vejez fue variando de acuerdo con la poca y
cultura de cada pueblo. Para las sociedades ms antiguas, las personas de
edad avanzada eran los custodios de la experiencia y la sabidura. Existan
consejos de ancianos que tenan influencia en las decisiones que tomaba el
conjunto, y se les escuchaba con respeto. Tanta consideracin mereca una
edad avanzada que en los libros ms antiguos, como la Biblia, por ejemplo,
se agregaban aos a los patriarcas para acentuar su importancia. Lo mismo
suceda en relatos, que se han transmitido a travs de la tradicin oral, de
pueblos indgenas americanos.
La experiencia constituy un tesoro muy valorado por generaciones
anteriores.
Los ciclos vitales eran ms cortos y las edades consideradas avanzadas,
an en el siglo XIX, poca en que el escritor Alfred de Musset nos habla de
un ancianito de cincuenta aos, no se regan por los mismos parmetros
que tiene la sociedad actual.
los mandalas y 16 la gente mayor
Es verdad que en Occidente la medicina, las normas higinicas y la nutri-
cin han conseguido alargar el promedio de vida del ser humano en su
conjunto y que se investiga en forma permanente para sostener y prolongar
estos avances.
Quizs la pregunta que debemos hacernos es cunto ha mejorado la cali-
dad de esa vida, y mirar sin prejuicios pocas pasadas y presentes, para
obtener lo mejor de cada una en beneficio de la sociedad.
Hay una vejez biolgica, marcada por signos externos e internos que son
innegables, pero tambin es cierto que no slo se ha prolongado la vida,
sino que los cuidados y avances en materia de salud hacen que los mismos
signos de envejecimiento aparezcan aos despus. Claro que, lamentable-
mente, esto es uno de los privilegios de las sociedades ms avanzadas, a
diferencia de lo que sucede con los menos favorecidos.
As, volvemos a observar que el concepto sobre la edad vara de acuerdo
con el lugar de nacimiento y al acceso de cada individuo para obtener unos
beneficios que no se distribuyen equitativamente.
Venimos al mundo con una carga gentica que es nuestro patrimonio.
Pero el lugar donde nos desarrollemos ser de importancia capital para que
esta opere a favor o en contra.
Sin embargo, la biologa y las posibilidades que puede brindar la ciencia,
an en forma discriminada, no lo son todo.
los mandalas y 17 la gente mayor
La soledad y la falta de integracin social constituyen elementos funda-
mentales en la problemtica de la vejez en los tiempos presentes.
los mandalas y 18 la gente mayor
Familia y tercera edad
Nuestra poca se caracteriza por la prdida de certezas y por la gestacin
de nuevas maneras de concebir el mundo.
La sociedad actual pone el nfasis en lo individual, en el xito social y
econmico.
La imagen corporal es hipervalorada y concentra gran parte de las ener-
gas vitales, potenciada por los medios de comunicacin.
El consumismo aparece como el dispensador de una felicidad hueca,
vaca, que acenta las diferencias socioeconmicas.
El ocio, el esparcimiento, la educacin, se realizan de maneras muy dife-
rentes a las de antao, en parte por la incorporacin masiva de medios
audiovisuales e informticos.
los mandalas y 19 la gente mayor
La juventud es considerada como un bien que debe preservarse a costa de
cualquier esfuerzo. Buena cuenta de ello dan las crecientes demandas de
cirugas estticas, pastillas milagrosas y todo tipo de recursos puestos a
disposicin de esta premisa.Es un modelo de sociedad que desplaza su aten-
cin de los valores familiares y comunitarios, para centrarse en el individuo.
En este campo de cambios constantes, se produce la paradoja del resur-
gimiento religioso cruzado con elementos mgicos o exticos, que rompe
con esquemas anteriores o los modifica sustancialmente.
La incorporacin de la mujer en el mercado laboral y las posibilidades de
evitar embarazos indeseados conllevan un retraso en la edad de formar
pareja. Se tiene el primer hijo a mayores edades y hay un creciente nmero
de gente sola.
La familia, antes amplia, donde coexistan tres generaciones, es casi im-
posible de imaginar con el ritmo de vida actual. El tejido social se compo-
ne de familias nucleares, muchas veces monoparentales. Alojadas en espa-
cios casi siempre reducidos, con menor nmero de integrantes y con ocu-
paciones que llevan a los adultos a permanecer fuera casi todo el da, queda
poco lugar para la persona mayor.
La diferencia de rol del anciano es muy acusada porque ahora, en lugar
de constituir un apoyo, es considerada, en mltiples ocasiones, como un
estorbo o una carga a asumir.
los mandalas y 20 la gente mayor
Pero tambin es verdad que se buscan e intentan diversas soluciones para
paliar los conflictos derivados del cambio. En muchos lugares del mundo
existen sistemas diseados para cuidar y atender a los ancianos cuando la
familia est imposibilitada o no desea hacerlo.
Por otra parte, en comunidades existentes en Holanda, Canad y Estados
Unidos, se experimenta con modelos diferentes, como el llamado cohou-
sing, que se asemeja al modo de vida integrado donde convivan varias
generaciones, tal como suceda en las familias antiguas.
Al elevarse el promedio de vida y restringirse los nacimientos, las pobla-
ciones envejecidas se han incrementado y continan aumentando. Por ello
hay que tener una mirada muy atenta sobre el tema.
Preparar al anciano para una buena insercin en la sociedad actual, impli-
ca promover una actualizacin de su cultura social, propiciar la solidaridad
intergeneracional, respetar y valorar su papel de custodios de la memoria
colectiva, alentarlos a conservar su autosuficiencia y a cuidarlos cuando la en-
fermedad los golpee, con el respeto por la dignidad que cada persona merece.
Estos conceptos hacen que actualmente se lleven a cabo mltiples tcni-
cas de apoyo que ayudan al anciano a sentirse mejor consigo mismo, ejer-
citando sus facultades.
Cultivar la mente y el espritu fomentando tertulias, lecturas, asistencia a
lugares propicios para estar al da con los nuevos conocimientos, as como
los mandalas y 21 la gente mayor
los mandalas y 22 la gente mayor
participar en reuniones grupales y actividades que beneficien la actividad
fsica, como el yoga y las caminatas, entre otras, hacen que la persona
mayor se sienta estimulada hacia la vida y, por lo tanto, mejor integrada en
su entorno.
La experiencia nos ha demostrado que una herramienta excelente para
centrar la atencin, contrarrestar el nerviosismo e incrementar la creativi-
dad es realizar una actividad pictrica organizada alrededor de un centro,
o lo que es lo mismo, colorear mandalas.
Los resultados de esta experiencia son tan interesantes que nos han lle-
vado a hacerla pblica y a compartirla con el lector.
Para profundizar ms en el conocimiento de los mandalas sugerimos la
lectura del libro Mandalas y pedagoga de Marie Pr (mtm editores)
donde se ampla la parte terica.
Esta misma editorial ha publicado el libro para colorear Mandalas para
la gente mayor, especficamente pensado para ellos.
Pero por qu mandalas?
Porque la experiencia con los mandalas nos demuestra que no es lo
mismo colorear un dibujo cualquiera, que un mandala. El hecho de colo-
rear un dibujo centrado, adems de mejorar la atencin y la precisin,
moviliza en el individuo todo un universo de sensaciones positivas. Y todo
ello redunda en una mayor autoestima y una mejor adaptacin al entorno.
los mandalas y 23 la gente mayor
Mandalas
Siglos atrs, cuando las palabras tenan el brillo y la vitalidad de todo lo que
nace, se comenz a usar en la India el trmino mandala. En idioma sns-
crito, mandala significa crculo, pero representa mucho ms. Es un sm-
bolo que nos transmite la idea de la totalidad, de la integridad que se orga-
niza en torno a un centro.
Los budistas tibetanos dicen que el mandala es una matriz o modelo de
un universo perfecto. Y lo cierto es que, a poco que observemos, percibi-
remos tanto en nuestro medio ambiente, como en nosotros mismos, las
formas circulares del mandala.
Los tomos, los cristales, las ondas del sonido, las constelaciones, en
un solo acorde que va desde lo ms pequeo hasta lo ms grande, repiten
el patrn de un centro simtrico que se expande en forma circular.
Es que como deca el gran escritor Goethe: Toda criatura no es sino un
modelo a escala de una totalidad armoniosa y grande.
Las plantas, animales y seres humanos estamos formados por diminutas
clulas. Estas clulas ofrecen el mismo diseo antes citado. Al agruparse de
diferentes modos, muestran la riqueza de texturas y colores que todos
vemos. Es como contemplar variados tapices, diferentes en apariencia, pero
urdidos con los mismos hilos.
Las culturas ms antiguas utilizaron la forma circular y espiral para pin-
tar escenas rituales o construir en piedra asombrosos observatorios astro-
nmicos desde los que intentaban descifrar el universo.
Danzas que llegan a nuestros das arrancadas a lo profundo del tiempo,
continan aportando su mensaje de energa y espiritualidad. Ejemplo de una
de ellas, la sardana del pueblo cataln, que nos muestra en el crculo, el deseo
de comunin y trascendencia. Uniendo las manos en ronda, las personas se
integran bailando su msica y transmitiendo un mensaje, que pasa de gene-
racin en generacin, ya que simboliza, con su forma, el Uno, lo eterno.
Unirse para ser uno en el mandala colectivo.
Hay en todos los continentes construcciones sagradas realizadas por el
hombre; y por dispares que parezcan sus modos expresivos, todas ellas tie-
nen presente el centro.
los mandalas y 24 la gente mayor
Desde los mandalas de arena de los budistas tibetanos, hasta las pinturas
de los indios navajos o los esplndidos rosetones de las antiguas catedrales,
esta forma se repite una y otra vez con el mismo significado.
Estudiando estos signos, el psicoanalista suizo-alemn Carl Gustav Jung
(1875-1961) realiz una investigacin sobre el mandala en todas las cultu-
ras del mundo, y lleg a la conclusin de que este era una forma arquetpi-
ca universal. Descubri que crear mandalas constituye una herramienta
muy til para el autoconocimento y un modo de curacin del propio ser
interior. Por este motivo dijo: Quien mira hacia fuera suea, quien mira
hacia dentro despierta.
Los mandalas pueden ser simples o complejos, reflejando a quien los crea.
Las formas, los smbolos y los colores que elegimos para realizarlos tienen
un profundo contenido que brota de las races de nuestro ser.
Lo importante para crearlos es permanecer tranquilos, con la mente en
reposo, para permitirnos fluir a travs del diseo y del color.
Como est demostrado en mltiples experiencias, nios, jvenes y adul-
tos se benefician con su prctica. Pero hay un campo donde se pueden
observar resultados especialmente significativos, y es en la tercera edad.
Interesados en ello, hemos recogido el testimonio de quienes componen
equipos interdisciplinarios y trabajan con esta tcnica, y tambin de los
propios mayores.
los mandalas y 25 la gente mayor
Experiencia en varias residenciasSandra Miss. Un taller de mandalas
SANDRA MISS es psicloga de varias residencias de tercera edad.
As describe su experiencia:
Hasta el ao 2004, nunca haba odo hablar de los mandalas.
Coincid con Graciela Isabel Soez en una residencia para la tercera edad
y me los dio a conocer.
Me explic que los mandalas estn por todas partes: los rosetones de las
catedrales, las mariposas, las flores
Al poco tiempo me invit a concurrir a la exposicin de su amiga
Marianne Amport, que expona sus mandalas en un centro cvico de Vila-
nova del Valls.
los mandalas y 97 la gente mayor
Mi marido y yo, al entrar all, nos sorprendimos de lo que veamos. Fue
nuestro primer contacto con mandalas. Cada uno de ellos nos produca una
sensacin diferente. Unos eran envolventes, otros te expulsaban hacia fuera,
otros te llamaban a la concentracin y a la meditacin, otros tenan un efec-
to calmante. Los haba de colores muy suaves o muy rotundos, claros y oscu-
ros, presentados en solitario o en forma de triloga. Todos eran preciosos.
Conseguimos hablar con Marianne y nos transmiti los beneficios para
el cuerpo y la mente que supone estar en contacto con los mandalas.
Al da siguiente coment con Graciela la exposicin y decidimos adquirir
varios ejemplares para colorear de mtm editores, con el fin de implementar
una actividad sociocultural en el centro. Inmediatamente pensamos que
bamos a ser los primeros en Espaa en tener nuestro taller de mandalas!
Para los residentes fue toda una motivacin y enseguida observamos los
beneficios a corto plazo: increment tanto la participacin en esta activi-
dad, que tuvimos que improvisar nuevas mesas. Nos faltaba espacio!
Adems participaba gente que normalmente tiene una actitud bastante pasiva.
Durante el coloreado, fluan buenas energas: concentracin, conversacin
entre personas incompatibles
El taller de mandalas se convirti en una actividad de ocio que los pro-
pios residentes demandaban incluso cuando no haba ninguna actividad
programado. As que tuvimos que ampliar el taller a dos das a la semana.
los mandalas y 98 la gente mayor
Al cabo de pocos meses la coleccin era tan grande que decidimos hacer
una exposicin e invitar a Marianne, que nos anim a seguir con la actividad.
Mi experiencia personal con los mandalas
Cuando mi marido y yo regresamos de la exposicin de mandalas de
Marianne Amport, sentimos una fuerte necesidad de pintar mandalas.
Pensamos que si a Marianne le haba ayudado a superar sus crisis, tambin
a nosotros nos ayudara. As que decidimos comprar los mandalas para
colorear, lpices de colores y a mandalear!
El primer mandala lo pintamos en solitario. Despus lo hicimos conjun-
tamente. Cada uno coloreaba el suyo, pero nos hacamos compaa. Habl-
bamos asertivamente, como nunca antes. Fluan los pensamientos libre-
mente, sin contaminacin, sin ansiedad ni temores. Me ayud a reorgani-
zar mi mente, y con las ideas ms claras pude tomar decisiones muy impor-
tantes y trazar el camino que quera seguir. Me redescubr a m misma.
Mi experiencia profesional en Llar Dosrius y Xanel Centre Geritric
Graciela me propuso montar un taller de mandalas en las residencias
para la tercera edad donde trabajo. Como prueba piloto la inici en Llar
los mandalas y 99 la gente mayor
Dosrius, porque varios residentes presentaban graves bloqueos emocio-
nales.
Se desarroll en dos sesiones y en ambas record el origen de los man-
dalas y su prescripcin teraputica.
El ambiente del taller fue el natural en el pueblo: silencio, canto de los
pjaros, algn coche Cantaron Pintor de Antonio Machn a varias
voces e imitando el sonido de los instrumentos. Fue increble. Estos son
algunos de los comentarios que recog:
Me gusta. Me distrae de los problemas y me concentro en m misma.
(M.M.)
Es sencillo. Con cualquier color combina. Me siento ms segura cuan-
do pinto un mandala que en el resto del da. (E.)
Nunca haba pintado un mandala y me gusta. El resultado es vistoso.
Se lo regalar a mi nieto. (A.)
Todos son iguales pero no parecen el mismo. (M) Se refiere a que
todos colorearon el mismo mandala pero la combinacin de colores hace
muy diferentes los unos de los otros.
La directora de este centro colore un mandala con el ordenador, pero
los efectos no son tan inmediatos. Creo que no es una buena tcnica para
colorear mandalas con un fin teraputico.
los mandalas y 100 la gente mayor
Con posterioridad tambin present en Xanel Centre Geritric una sesin
de mandalas como prueba piloto porque muchos residentes tienen proble-
mas de falta de iniciativa propia. Y recog comentarios similares.
Adems ambientamos la sala con msica de Luis Cobos, y rein el silen-
cio. Todo era concentracin. No haba preguntas, no interrumpan para ir
al lavabo. Ninguna de ellas se levant de la silla hasta que no acab de colo-
rear su mandala; pero, curiosamente, todas me pidieron que lo guardara en
lugar de regalarlo.
Preguntas y respuestasQu decir ante?:
Qu color pongo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .El que ms te agrade.
Qu color combina? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Todos. Fjate en el arco iris.
Aqu me he equivocado . . . . . . . . . . . . . . . . . .Nadie es perfecto.
Te gusta cmo me est quedando? . . . . . . . .Y a ti? Y a tus compaeros?
Me est quedando apagado . . . . . . . . . . . . . . .Ests triste hoy? Busca el
contraste con colores ms
alegres.
Esto lo he hecho yo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Debes estar muy contenta
(elogios).
los mandalas y 101 la gente mayor
Comentarios
Al final de la sesin, tengo por costumbre mostrar todos los mandalas
orgullosamente, y los propios artistas se suelen quedar con la boca abierta
ante la combinacin infinita de colores. Es un buen tnico para la autoes-
tima y la creatividad. Se sienten muy satisfechos de su creacin.
Se valoran socialmente, algo difcil de imaginar sin los mandalas.
Un aspecto muy importante y que hay que mimar es la ambientacin del
lugar: a veces te apetece pintar en silencio, otras con msica, otras con velas
o incienso. Cada detalle influye.
Adems, no puedes parar de colorear. Quieres acabar tu creacin y mos-
trarla al que tienes al lado y a tus familiares y amigos. Muchas veces, te ape-
tece regalarla.
He observado que existe una tendencia en todas las personas a escoger
unos cuantos colores como bsicos para sus mandalas. En el fondo, debe
tener una significacin psicolgica, as como la combinacin lograda, su
ubicacin en el mandala o su proporcin. Intuyo que, por un lado, se
podra analizar la personalidad y, por otro, el estado de nimo actual.
Recomiendo a todo ser humano, desde nios hasta mayores, que colo-
reen mandalas cada vez ms complejos y que aprendan a dejarse llevar, a
decidir las cosas que realmente deseen hacer, a saber meditar, a tener
los mandalas y 102 la gente mayor
momentos de relajacin, a disfrutar de las obras de arte, a crecer en autoes-
tima y respeto hacia los dems y, sobre todo, a ser menos egostas.
En un futuro prximo en el Xanel Centre Geritric vamos a volver a
proponer el taller de mandalas. Y en Llar Dosrius ya tenemos en proyecto
un mvil para colgar y un atrapasueos.
Posiblemente tambin lo implante en otras dos residencias donde trabajo
directamente con las personas mayores.
los mandalas y 103 la gente mayor
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