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2011 María Alejandra Pabón Renjifo Universidad de los Andes Bogotá, Colombia Mayo de 2011 La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema de Licencias de Conducción

La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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Page 1: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

2011

María Alejandra Pabón Renjifo

Universidad de los Andes

Bogotá, Colombia

Mayo de 2011

La Accidentalidad Vial en

Colombia Vista Desde su Sistema

de Licencias de Conducción

Page 2: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

1

Contenido Introducción .................................................................................................................................... 2

Factores de Riesgo ........................................................................................................................... 5

El Factor Humano ............................................................................................................................ 8

Error del Conductor ....................................................................................................................... 15

Conductores Jóvenes y Novatos .................................................................................................... 23

Percepción del Riesgo .................................................................................................................... 25

Teoría homeostática del Riesgo (THR)....................................................................................... 26

Caso Estudio Australia ............................................................................................................... 28

Proyecto SARTRE ....................................................................................................................... 31

Los Sistemas de Licencia de Conducción ....................................................................................... 37

El sistema de Licencias de Conducción por Puntos (PPS) .......................................................... 38

El Sistema Graduated Driver License (GDL) ............................................................................... 45

Caso Estudio Colombia .................................................................................................................. 52

Una Mirada a la Situación Actual de Accidentalidad ................................................................. 52

Las Acciones del Gobierno Frente a las Estadísticas: Educación Vial ........................................ 55

Actores en la Educación Vial de los Conductores ...................................................................... 57

Encuesta: Desde el Punto de vista de los Conductores ............................................................. 68

Conclusiones y Recomendaciones ................................................................................................. 78

Sobre el Sistema de Licencias de Conducción Actual ................................................................ 78

Sobre las Opciones de Mejora ................................................................................................... 80

Sobre los Centros de Enseñanza Automovilística ...................................................................... 81

Perspectivas Futuras de Investigación....................................................................................... 82

Anexos ........................................................................................................................................... 84

Encuesta .................................................................................................................................... 84

Bibliografía ......................................................................................................................................... 89

Page 3: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

2

Introducción

Debido al crecimiento acelerado de las ciudades alrededor del mundo, la necesidad de trasporte

de personas, objetos y mercancías ha aumentado en forma significativa, lo que a su vez ha

ocasionado un mayor uso del vehículo automotor como medio de trasporte. De igual forma, el

interactuar de vehículos, la infraestructura de las vías, los bajos niveles de control por parte de las

autoridades, la carencia de normas de tránsito claras y coherentes y una deficiente capacitación

de los conductores para que intervengan y participen de manera adecuada en el tránsito, son

entre otras las principales causas del incremento de accidentes de tránsito, convirtiéndose así en

un problema social de gran impacto en la salud pública de las ciudades.

Se conoce como accidente de tránsito todo hecho imprevisto que ocurre en las vías (calles,

avenidas, autopistas o carreteras, de uso público o privado), que envuelve e involucra acciones

involuntarias y reacciones de conductores, peatones y pasajeros, y del cual surgen o resultan

daños en las personas y/u objetos.

Por su parte, en un sentido un poco más jurídico, la palabra accidente recoge en cierta medida un

aspecto de casualidad, de caso fortuito de carencia de intencionalidad, que hace que los daños

causados por el acontecimiento no hayan sido originados de manera voluntaria implicando una

valoración exculpatoria.

Ahora bien, dentro de los posibles daños que pueden causar los accidentes de tránsito, se tienen

diferentes niveles de gravedad según el involucrado y el grado en que éste se vea afectado.

Existen entonces tres categorías de accidentes de tránsito por gravedad: con sólo daños

materiales, con heridos y por último, por muertos; cada uno generando millonarias pérdidas

materiales, miles de personas lesionadas y altos promedios de pérdidas humanas,

respectivamente.

Según el Informe Mundial sobre Prevención de los Traumatismos Causados por el Tránsito

publicado en el 2004 por la Organización Mundial de la Salud, más de un millón de personas

alrededor del mundo mueren en accidentes de tránsito y de veinte a cincuenta millones de

personas resultan heridas cada año. (Organización Mundial de la Salud, 2004). En el 2008, la OMS

inició la tarea de elaborar el Informe Sobre la Situación Mundial de la Seguridad Vial, que arroja

resultados apuntando a que los daños causados por accidentes de tráfico suponen, según el

experto de la OMS Etienne Krug, un “importante problema para los sistemas de salud pública, en

especial, en los casos de los países de ingresos bajos y medios, donde ocurre el 90% de las

muertes, pero sólo tienen el 48% de los automóviles del mundo” (Organización Mundial de la

Salud, 2009).

De acuerdo con lo anterior, el documento publicado en el 2008 especifica que las pérdidas

económicas globales por este tipo de accidentes en los países en vía de desarrollo se encuentra

alrededor de los 518.000 millones de dólares anuales, lo que para los Gobiernos representa un

costo de entre el 1 y el 3% del producto nacional bruto y mucho más de lo que muchos de ellos

reciben en asistencia al desarrollo (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - FLACSO, 2008).

Page 4: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

3

Figura 1 Comparación por gravedad, riesgo y exposición para países en desarrollo y desarrollados

Fuente: Anuario Estadístico de Accidentalidad Vial en Colombia. Años 2008 2009.

Posterior al informe del 2008, se presentó el Informe sobre el Estado de la Seguridad Vial en la

Región de las Américas, donde se afirma que los traumatismos causados por el tránsito son una de

las primeras causas de mortalidad en la Región, sobretodo en el grupo de 5 a 44 años, responsable

anualmente de 142.252 muertes y un número estimado de lesionados de más de 5 millones.

(Organizacion Panamericana de la Salud, 2009).

La accidentalidad vial es actualmente una de las principales epidemias de nuestra sociedad. De

hecho, según el mismo estudio señalado anteriormente, los accidentes de tránsito aparecen como

la séptima causa de morbilidad en el planeta y la perspectiva para el año 2030 es que ascienda al

quinto puesto. (Cámara de Comercio de Bogotá - Universidad de los Andes).

Tabla 1 y Tabla 2 Principales causas de muerte en el mundo. Año 2004 y proyección año 2030.

Fuente: Organización Mundial de la Salud. World Health Statistics Report. 2008.

Page 5: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

4

Para la directora de la OMS Margaret Chan, “la prevención es de lejos la mejor opción”, y para

lograr esto se debe llevar a cabo la construcción de vehículos y carreteras más seguras, el diseño

de infraestructura que contemplen la protección de peatones y ciclistas, reforzar el transporte

público y mejorar los comportamientos personales.

A continuación se estudiarán más a fondo los tres factores de riesgo de accidentes identificados,

con el fin de encaminar la investigación hacia la raíz del problema de la seguridad vial en nuestro

país de estudio: Colombia. País donde la accidentalidad vial representa la segunda causa de

muertes violentas con un 20% de participación.

Gráfica 1 Participación de los Accidentes de Tránsito Frente a Otras Causas de Muerte en Colombia

Fuente: Anuario Estadístico de Accidentalidad Vial en Colombia. Año 2010.

Homicidio1568162%

Transporte509620%

Accidental291912%

Suicidio16366%

2010

Page 6: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

5

Factores de Riesgo

Como se dejó evidenciar anteriormente, la gran cantidad de accidentes de tránsito en el mundo y en

especial en la Región de las Américas, es debida a un sinnúmero de causas que involucran la

infraestructura de las vías, fallas mecánicas de los vehículos y el factor humano, que entre otras

incluye la condición y comportamiento de los conductores en las vías.

La seguridad vial depende entonces del equilibrio que exista entre los tres factores mencionados: la

vía, el vehículo y el factor humano. De esta forma, para que se mantenga dicho equilibro es

importante que haya concurrencia copulativa de los tres elementos, basta que uno de ellos falle para

que se rompa el equilibrio y éste empiece a actuar como un factor desencadenante.

En un principio, la vía influye directamente en los accidentes de tránsito puesto que no sólo soporta el

tránsito vehicular sino que aporta y a veces de manera considerable, factores que permiten el

movimiento y detención de los vehículos. Ejemplo de esto puede ser el estado físico de las vías, la

calidad de su construcción y el estado del suelo, todos elementos que alteran de manera imprevista la

forma de conducir de las personas pudiéndose ver envueltas accidentes.

Las causas relativas a los vehículos son reguladas a través de obligaciones reglamentarias o legales

que determinan que éstos deben ser objeto de revisiones periódicas por parte del conductor antes de

ponerlos en movimiento. No obstante, pese a las obligaciones suceden desperfectos que escapan el

proceso normal de revisión técnico-mecánica razón por la cual se dan las fallas mecánicas que

provocan accidentes.

Finalmente, con respecto a las causas producto del factor humano resulta indudable que la mayoría

de los accidentes son productos de, como muchos dirían, la negligencia y/o de la imprudencia de las

personas. Todas las personas participan en el tránsito con sus virtudes y defectos, con sus aptitudes,

capacidades y limitaciones, ya sea que participe activamente como conductor o peatón, o

pasivamente como pasajero. Así, sin importar si fue por motivo de la vía o del vehículo, es la persona

quien toma las decisiones y es ella la que al final de la ecuación se hace responsable del accidente y

sus consecuencias.

El factor humano puede verse condicionado por un sinnúmero de factores que lo rodean y afectan el

comportamiento de las personas. Por esta razón se hace entonces importante la práctica de la

seguridad vial, que a través de varios mecanismos y herramientas apunta a instruir a los usuarios de

las vías y prevenir que resulten involucrados en accidentes.

En coherencia con lo anterior, los Gobiernos han implementado diferentes herramientas de control

de accidentes y mejoramiento de tasas de morbilidad y mortalidad, ejemplo de ellas puede ser la

política integral de Las Tres E’s (por sus nombres en inglés): Ingeniería, Educación y Cumplimiento

(Engineering, Education and Enforcement).

Desde el punto de la ingeniería ha habido avances considerables en cuanto a la construcción de

infraestructura se refiere. Las mallas viales son hoy en día mucho más extensas, seguras y confiables

permitiendo que los automovilistas conduzcan a altas velocidades por más tiempo y a lugares más

Page 7: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

6

lejanos; las intersecciones y sistemas de semaforización cuentan con diseños de alta tecnología que

segregan el flujo vehicular y permiten que éste sea menos congestionado, etc.

Por otro lado, la ingeniería también ha hecho de los automóviles un medio de transporte más seguro,

hoy en día éstos cuentan con mecanismos de seguridad que protegen a las personas bajo un amplio

rango de imprevistos y accidentes. Los cinturones de seguridad, barras de impacto lateral, control de

tracción de llantas, bolsas de aire y control de velocidad entre otros, son tan sólo unos ejemplos de las

características de seguridad que acompañan a los vehículos.

No obstante, uno de los mayores problemas que han traído consigo todos estos grandes avances en la

ingeniería es la noción de adaptación del comportamiento, por lo que actualmente las personas

tienen un mayor nivel de riesgo que están dispuestas a correr, dadas las seguridades que brindan las

vías y los vehículos. En otras palabras, las personas sienten que gracias a los vehículos que tienen y las

vías por las que transitan, pueden asumir más riesgos sin tener temor de sus vidas; investigaciones

muestran que por cada aumento de 20-30 cm en el ancho de una vía, los conductores aumentarán la

velocidad en 5 Kph. (UK Department of Environment - Road Safety).

La educación pública puede ser una herramienta efectiva que ayude a cambiar la actitud y

comportamiento de los conductores. La educación apunta a iniciar cambios por medio del

esparcimiento de información que ponga alerta a los peatones, conductores y pasajeros acerca de los

peligros potenciales en las vías, explicando los riesgos y persuadiendo a las personas a adoptar

comportamientos y actitudes más seguras. Tal vez esto último no se logrará tan fácilmente, pero al

menos las personas serán receptivas y estarán dispuestas a adoptar estrategias de seguridad vial para

la prevención de accidentes.

En las ciudades se ha desarrollado algo llamado la cultura vial. Ésta es el conjunto de normas y

sugerencias que un actor vial de cualquier clase debe acatar, con el objetivo de garantizar la movilidad

en la ciudad, el respeto y la sana convivencia. (Fondo de Prevención Vial). No obstante, a pesar de

todos los esfuerzos de los Gobiernos por educar y concientizar a la gente a través de la cultura vial, el

margen de efectividad de todas las campañas implementas en pro de la seguridad vial sigue siendo

cuestionable puesto que sólo han logrado sensibilizar a pequeños porcentajes de la población de las

ciudades.

La tercera y última herramienta de Las Tres E’s: la ejecución, apunta a reducir el comportamiento

peligroso e imprudente de los conductores a través de las legislaciones de tránsito y su ejecución. El

aumento en los niveles de cumplimiento de la ley pueden incentivar a los automovilistas a conducir

bajo los límites establecidos, o penalizar a todos aquellos que no lo hagan; sin embargo, este enfoque

es sólo eficaz cuando se aplican de manera estricta los mecanismos de control a través de las

autoridades.

Las autoridades de control son los responsables de obligar a los conductores a cumplir con la ley a

partir del uso de diferentes mecanismos de control como son las cámaras de límite de velocidad y las

pruebas de alcoholemia, entre otros. De esta forma, si el conductor infringe la ley la policía de tránsito

Page 8: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

7

tiene el deber de penalizarlo ya sea con la aplicación de multas o con la remoción de la licencia de

conducción, dependiendo de la gravedad de la infracción.

No obstante, en varios países y sobre todo en los países de la Región de las Américas, los mecanismos

de control no siempre actúan de manera correcta, ni las represalias aplicadas por parte de éstos son

lo suficientemente estrictas para fomentar el cumplimiento de la ley en los infractores. Por un lado, la

corrupción que todavía existe en los países en vía de desarrollo hace de la policía un ente fácil de

manipular y con poca autoridad; por el otro, los sistemas de penalización con que cuentan estos

países no castigan y condicionan de forma correcta a los infractores puesto que simplemente no los

impulsa a aprender luego de cometido el error.

Ahora bien, como se pudo evidenciar, cada uno de los tres elementos de Las Tres E’s tiene un punto

débil. Ya sea que los avances en la ingeniería incentiven a los conductores a correr más riesgos, o que

las campañas de educación de los Gobiernos no logran penetrarse en las mentes de las personas, o

que las leyes no son ejecutadas estrictamente por parte de los mecanismos de control o simplemente

no condicionan a las personas para que las cumplan asertivamente; las prácticas del manejo de la

seguridad vial necesitan ser estudiadas más a fondo hasta encontrar la solución a sus debilidades.

Page 9: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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El Factor Humano

Como se dio a entender anteriormente, el factor humano es entonces el elemento más

importante en los accidentes de tránsito. Bien sea conductor, pasajero o peatón, todos son

“procesadores de información” al momento de salir a las vías, y sus decisiones son elementos

determinantes pueden o no resultar involucrados en un accidente de tránsito.

Ahora bien, ha habido varios intentos por definir el error humano desde el punto de vista de la

seguridad vial, sin lograr aún una definición de carácter mundial. La gran mayoría de definiciones

se concentran en acciones, inesperadas e inapropiadas, que llevan a un resultado indeseado,

siendo la más aceptada y reconocida aquella desarrollada por Reason (1990) quien formalmente

define el error humano como “el término genérico que abarca todas estas ocasiones en las que

una secuencia de actividades mentales o físicas planeadas lo logran el resultado esperado”

(Salmon, Lenné, Stanton, Jenkins, & Walker, 2010).

Ampliamente, los modelos del error humano pueden ser categorizados como modelos de la

persona, que se enfocan en los errores cometidos a nivel operación del individuo, o modelos del

sistema, que se concentran en la interacción entre una gama más amplia de fallos sistemáticos y

los errores cometidos por operadores individuales.

El enfoque de la persona se centra en los errores que comete el individuo y que surgen de factores

psicológicos como aberrantes procesos mentales que incluyen olvidos, falta de atención, poca

motivación, descuidos, negligencia e imprudencia. Asimismo, el estudio de este enfoque apunta a

la identificación de la naturaleza y frecuencia de los errores cometidos por los individuos

complejos sistemas, con el objetivo final de proponer y desarrollar estrategias en función del

operador y medidas destinadas a reducir la variabilidad en el comportamiento humano (Salmon,

Lenné, Stanton, Jenkins, & Walker, 2010).

A su vez, la perspectiva del sistema trata el error como un fallo del sistema y no como la sola falta

del individuo. A diferencia del enfoque de la persona, el error humano ya no es visto como la

primera causa de accidentes, sino que es tratado como consecuencia de una serie de fallas

latentes creadas por las decisiones y acciones realizadas en todos los niveles del sistema

(Gobierno, autoridad local, administración, operación de primera línea) (Salmon, Lenné, Stanton,

Jenkins, & Walker, 2010).

De los dos enfoques anteriores, el más utilizado en cuestiones de transporte es el del sistema. La

noción que la seguridad es responsabilidad de los actores en todos los niveles del sistema es

prominente en las estrategias de seguridad vial en varias jurisdicciones. Ejemplo de esto es la

estrategia Visión Cero en Suecia, el enfoque de Seguridad Sostenible en Holanda y la Estrategia

Nacional Australiana de Seguridad Vial 2001-2010. Todas estas estrategias reconocen la falibilidad

de los operadores humanos y se basan en la idea que la responsabilidad de la seguridad es

compartida entre todos los actores de los diferentes niveles del complejo sistema socio-técnico

(por ejemplo, los reguladores, los responsables políticos, diseñadores, los gerentes de línea, los

fabricantes, los supervisores y operadores de primera línea); y no es sólo responsabilidad de los

Page 10: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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operadores de primera línea, es decir los usuarios de la vía (Salmon, Lenné, Stanton, Jenkins, &

Walker, 2010).

El error humano ha sido investigado en una amplia gama de diferentes contextos relacionados con

el transporte. Por ejemplo, la naturaleza y frecuencia de los errores de los conductores, los errores

y factores que contribuyen a los accidentes de tránsito, y los errores cometidos por diferentes

grupos conductores.

El estudio más citado es aquel realizado por Reason, Manstead, Stradling, Baxter y Campbell

(1990) quienes, a través de su Cuestionario del Comportamiento del Conductor probado en 520

conductores, lograron clasificar los errores y violaciones de los conductores en términos de niveles

de riesgo hacia otros (Tabla 1). Dicho cuestionario comprende las siguientes clases de conducta

aberrante de los conductores: equivocaciones (slips), deslices (lapses), errores (mistakes),

violaciones no planeadas (unintended violations) y violaciones deliberadas (deliberate violations).

Error del Conductor (rango según frecuencia Tipo

Exceso de velocidad sin saberlo (1) Equivocación

Haciendo cola, casi golpea el vehículo de enfrente (22) Equivocación

Maniobra sin mirar el espejo (22) Equivocación

No ver al peatón esperando (23) Equivocación

No ver al peatón cruzando la vía (28) Equivocación

No ver al peatón saliendo de la vía (41) Equivocación

Sólo la mitad del ojo en la vía (6) Equivocación

Distraído, tuvo que frenar con fuerza (7) Equivocación

Cálculo erróneo de la velocidad con que se aproxima otro vehículo (20) Equivocación

Perder la salida de la vía (26) Desliz

Carril incorrecto dentro de la glorieta (4) Error

Adelantar haciendo cola (14) Error

No dar paso a un bus (3) Error

Caso omiso a la velocidad de noche (2) Violación

Luces (13) Violación

Adelantamiento riesgoso (17) Violación

Adelantar por el lado interior (18) Violación

Seguimiento muy de cerca (21) Violación

Frenar muy rápido (30) Violación

Carrera por la brecha (43) Violación

Caso omiso a semáforos (47) Violación Tabla 3 Clasificación de Errores del Conductor

Fuente: Reason, Manstead, Stradling, Baxter y Campbell, 1990

Un estudio en los Estados Unidos identifico al error del conductor como causa probable del 93%

de los accidentes de tránsito (Stanton & Salmon, 2009). Por su parte, Treat, Tumbus, McDonald,

Shinar, Hume, y Mayer, Stansifer y Catellian (1979) categorizaron los errores del conductor en

errores de reconocimiento, errores de decisión y errores de desempeño. Los errores de

reconocimiento incluyen falta de atención, distracción y errores de “miró pero no vio”; éstos

Page 11: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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comprenden el 56% del total de accidentes investigados. Los errores de decisión encierran los

errores de cálculo, falsos supuestos, maniobras inadecuadas, exceso de velocidad, insuficiencia de

la señalización y conducir demasiado cerca; éstos tienen un 52% de participación en el total de

accidentes. Los errores de desempeño envuelven sobrecompensación, pánico, congelación y

control inapropiado de la dirección; éstos advierten el 11% de los accidentes. Algunos de los

accidentes abarcan una combinación de los tres tipos de error anteriores y ahí fue donde se

encontró que, en general, el error del conductor estaba presente en el 93% de los accidentes de

tránsito analizados (Salmon, Lenné, Stanton, Jenkins, & Walker, 2010).

Gráfica 2 Tipo de Error

Fuente: Stanton y Salmon, 2009

Treat, Tumbus, McDonald, Shinar, Hume, y Mayer, Stansifer y Catellian (1979) también pudieron

identificar cuatro grupos principales de factores causantes de accidentes de tránsito, siendo éstos

1) las condiciones y estados del ser humano (físico/fisiológico, mental/emocional, experiencia y

exposición), 2) causas humanas directas (errores de reconocimiento, de decisiones y de

desempeño), 3) factores ambientales (relacionados con la vía, con el entorno), y 4) factores

vehiculares (Tabla 4).

A. Físico/Psicológico B. Mental/Emocional C. Experiencia/Exposición

1. Condiciones y estados humanos

Estado de embriaguez Equivocación Experiencia del conductor

Abuso de drogas Malestar emocional Vehículo desconocido

Visión reducida Presión Familiaridad de la vía

Incumplimiento crítico Afán Vía/Área desconocida

2. Causas humanas directas

A. Errores de reconocimiento B. Errores de decisión C. Errores de desempeño

Fallo al observar Juicio erróneo Pánico o congelamiento

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

Recomocimiento Decisión Desempeño

Po

rce

nta

je

Tipo de Error

Page 12: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

11

Falta de atención Falsa asunción Control inadecuado de las direccionales

Distracción interna Maniobra inapropiada

Distracción externa Técnica de conducción inapropiada

Mirar inadecuadamente Técnica de conducción defensiva inadecuada

Retraso en el reconocimiento por razones diferentes o desconocidas

Exceso de velocidad

Seguir muy de cerca

Exceso de aceleración

3. Factores del entorno

Peatón entró en la vía

A. Relacionados con la vía B. Condiciones del entorno

Control de obstáculos Vía Resbaladiza

Signos y señales inadecuados Peligros especiales

Obstrucción de la vista Visibilidad limitada por el entorno

Problemas de diseño Variabilidad del clima

Problemas de mantenimiento

4. Factores vehiculares

Problemas de la llanta Visibilidad polarizada

Problemas de los frenos Problemas de luz del vehículo

Fallas en el sistema del motor Falta total de dirección

Tabla 4 Factores Causantes de Accidentes de Tránsito Fuente: Stanton y Salomon, 2009

Por otro lado, Wagenaar y Reason (1990) identificaron dos clases distintas de causas de accidentes

de tránsito: causas aleatorias y causas de tipo. Las causas aleatorias se refieren a las causas que no

son predecibles sino que son generadas por el accidente en sí, mientras que las causas de tipo

hablan de las causas que pudieron haberse presentado en el sistema por un largo periodo de

tiempo hasta finalmente resultar en un accidente. Wagner y Reason (1990) hicieron gran énfasis

en la importancia de concentrarse más en las causas de tipo y en el hecho que el análisis de

accidentes de tránsito debe extenderse más allá de la simple identificación de aquellos eventos

que preceden inmediatamente los accidentes. De esta forma, se estableció una serie de fallas de

tipo, siendo una de ellas la falta de entrenamiento adecuado de los conductores.

De acuerdo con Stanton y Salmon (2009), existen cinco categorías que causan el error del

conductor (Tabla 5) y diferentes condiciones inapropiadas que, atadas a los cinco tipos de causas,

afectan el comportamiento de los usuarios de vía de tal manera que puede conducir a la

ejecución todo tipo de errores (Tabla 4).

Page 13: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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Grupo Factor causante

Infraestructura de la vía Diseño de la vía

Objetos de la vía

Mantenimiento de la vía

Reglas de tránsito, policía y regulación

Vehículo Interfaz máquina humana

Mecánico

Capacidad

Uso inapropiado de la tecnología

Conductor Estado fisiológico

Estado mental

Entrenamiento y experiencia

Conocimiento, habilidad y actitud

Contexto

Incumplimiento

Otros usuarios de la vía Comportamiento de otros conductores

Influencia del pasajero

Comportamiento del peatón

Aplicación de la ley

Comportamiento de otros usuarios de la vía

Condiciones del entorno Condiciones climáticas

Condiciones de luz

Hora del día

Condiciones de la superficie de la vía

Tabla 5 Factores Causantes del Error del Conductor Fuente: Salmon, Lenné, Stanton, Jenkins, y Walker, 2010

Mecanismo psicológico subyacente Modo de error externo Ejemplo

Errores de acción

Ejecución de la acción Dejar de actuar No chequear el espejo retrovisor

Ejecución de la acción Acción errónea Acelerar en vez de frenar

Ejecución de la acción Acción a destiempo Frenar muy pronto o muy tarde

Ejecución de la acción Demasiada acción Acelerar demasiado

Ejecución de la acción Muy poca acción No acelerar lo suficiente

Ejecución de la acción Acción incompleta No girar el volante lo suficiente

Ejecución de la acción Acción correcta en el objeto incorrecto

Acelerar en vez de frenar

Ejecución de la acción, planeación e Acción inapropiada Seguir muy de cerca, carrera por

Page 14: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

13

intención la brecha, adelanto peligroso

Errores cognitivos y en la toma de decisiones

Percepción Falla perceptual No ver al peatón cruzando

Percepción Asunción errónea Asumir incorrectamente que el carro no va a entrar en el paso

Atención Falta de atención Casi estrellar al vehículo de adelante al hacer fila

Atención Distracción Distracción por hacer otra tarea

Evaluación de la situación Juicio erróneo Juicio erróneo de la velocidad de otro vehículo

Percepción Miró pero no vio Miró la vía pero no vio al peatón

Errores de observación

Memoria y recordación Falla al observar Falla en la observación del área en frente del vehículo

Memoria Observación incompleta Falla en la observación del punto ciego del espejo al cambiar de carril

Evaluación de la situación Observación correcta al objeto incorrecto

Falla en la observación del área apropiada

Memoria y recordación Observación a destiempo

Miró el espejo muy tarde al cambiar de carril

Errores de recuperación de la información

Evaluación de la situación Información mal procesada

Malinterpretación de la señal de tránsito

Evaluación de la situación Información mal entendida

Percepción correcta de la información pero mal entendida

Evaluación de la situación Recuperación incompleta de la información

Recuperación parcial de la información

Evaluación de la situación Recuperación errónea de la información

Lectura incorrecta de la información de una señal vial

Violaciones

Ejecución de la acción, planeación e intención

Violación intencional Adelantar por adentro, conocimiento de la velocidad

Ejecución de la acción Violación no intencional No saber cuál es la velocidad

Tabla 6 Taxonomía de Errores Genéricos del Conductor Fuente: Salmon, Lenné, Stanton, Jenkins, & Walker, 2010

De acuerdo a esta taxonomía, las condiciones no adecuadas de cada una de los cinco factores de la

tabla anterior pueden afectar y alterar el comportamiento del usuario de la vía de tal manera que

lo lleven a cometer errores que traigan como resultado accidentes de tránsito (Stanton & Salmon,

2009). Cada uno de estos factores puede ser descomprimido con el fin de identificar factores

causantes específicos; éstos se muestran a continuación:

Page 15: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

14

- Infraestructura de la vía: Condiciones inadecuadas que residen en la infraestructura del

sistema de transporte terrestre, incluyendo la apariencia, la señalización, el

mantenimiento de las vías y las normas y condiciones relacionadas con las políticas y

regulaciones de tránsito.

- Vehículo: Condiciones inadecuadas que residen en los vehículos utilizados como medio de

transporte, incluyendo el diseño de la interfaz de interacción entre la máquina y la

persona, las características mecánicas del vehículo, el mantenimiento del mismo y las

condiciones tecnológicas con que cuenta.

- Usuario de la vía: las condiciones del usuario de la vía, incluyendo su estado psicológico y

mental, el nivel de entrenamiento, la experiencia, conocimiento y habilidad para conducir,

y las condiciones relacionadas con el contexto de la persona.

- Otros usuarios de la vía: las condiciones contribuyentes de los otros usuarios de la vía,

incluyendo el comportamiento de peatones, pasajeros y otros conductores, y la aplicación

de las leyes de tránsito por parte de la autoridad.

- Entorno: las condiciones ambientales que pueden afectar el comportamiento del usuario

de la vía, incluyendo el tiempo, iluminación de la vía, hora del día y las condiciones

relacionadas con la superficie de la vía.

Page 16: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

15

Error del Conductor

Con respecto al error humano por parte de los conductores, sería lógico considerar que debe

existir una gran diferencia entre ser conductor, pasajero o peatón cuando se trata del porcentaje

de “culpabilidad” que tiene el individuo en la producción de accidentes de tránsito. Mientras que

el pasajero no tiene bajo control los movimientos del vehículo y el peatón es considerado el

elemento más vulnerable a pesar de que sí puede ser el responsable del accidente; el conductor

será la mayoría de las veces el responsable de la causa del accidente precisamente por ser el ente

que toma las decisiones y realiza maniobras.

Investigaciones recientes sugieren que el error del conductor contribuye al 75% de los accidentes

de tránsito (Stanton & Salmon, 2009). En Colombia, de los posibles factores que intervienen en un

accidente de tránsito, con la mayor participación se encuentra el factor humano, donde el

conductor ocupa el primer lugar con un 88%, seguido del peatón con 5% y el conductor de

motocicleta o bicicleta con un 5% de incidencia; por último el pasajero con un 0,1% de

participación (Cámara de Comercio de Bogotá - Universidad de los Andes, 2009).

Gráfica 3 Responsable probable de la causa de accidente. Año 2009

Fuente: Secretaría Distrital de Movilidad y Policía de Tránsito de Bogotá, 2009.

Para un conductor, el accidente de tránsito no se produce de manera instantánea, sino que trata

de una evolución que se desarrolla en dos dimensiones físicas, en el espacio y en el tiempo. Esta

evolución es preciada en diferentes fases que empiezan en el momento en que el conductor

encuentra en la vía un obstáculo o peligro y terminan en el producto final resultado de la decisión

tomada.

Ahora bien, para analizar la evolución del accidente se plantean por lo general tres fases: la fase de

percepción, la fase de decisión y la fase de conflicto.

Conductor en General

88%

De la vía1%

Conductor de motocicleta o

bicicleta5%

Del vehículo1%

Peatón5%

Pasajero0%

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16

La fase de percepción es la fase donde cualquiera de los usuarios de la vía percibe un riesgo (Punto

de Percepción Posible) y asimismo el riesgo es comprendido como un peligro (Punto de

Percepción Real). Dependiendo de la persona, este último punto de percepción puede variar ya

que puede estar influido por reflejos motivados por sensibilidad especial o simplemente por la

práctica y experiencia, produciendo una rápida respuesta al estímulo sin que haya una percepción

exacta del peligro. Igualmente, se debe tener en claro que para un conductor que viaja a

determinada velocidad, su ángulo de visión será amplio y claro siempre y cuando pueda realizar

movimientos de la visión hacia los laterales, teniendo en cuenta que a mayor velocidad menor

capacidad para realizar dicho movimiento.

Luego de la percepción inicia entonces la fase de decisión. Esta fase comprende la reacción de la

persona frente al estímulo del peligro percibido o inminencia del accidente, es el punto donde ella

responde al estímulo generado anteriormente en la fase preceptiva e inicia una valoración rápida

de la maniobra a ejecutar para evitar o minimizar el accidente.

Durante el breve y rápido análisis que realiza la persona para seleccionar una maniobra se hace

uso de una cantidad de tiempo determinada (Tiempo de Reacción). Éste es el tiempo durante el

cual el conductor quién percibió el riesgo no ha ejecutado la maniobra a realizar y su vehículo

continúa en movimiento, recorriendo una distancia (Distancia de Reacción) equivalente al tiempo

de reacción (0,8 – 1,3 segundos para un persona en estado alerta).

Por ejemplo, un vehículo que viaja a 60 Km/h en condiciones normales de visibilidad, superficie de

asfalto seco y tiempo de reacción del conductor en un (1) segundo, el vehículo necesitará una

distancia mínima total de 34,00 metros para detenerse y evitar el accidente.

Luego de todo esto, se llega finalmente a la fase de conflicto en la cual se produce físicamente el

accidente. Sin embargo, entre mejor entrenado de encuentre el conductor, mayor experiencia

tenga en las vías y más altos niveles de precaución y atención maneje mientras conduce, más fácil

le será mantener los imprevistos bajo control y maniobrar de manera correcta a la hora de no

poder evadirlos; en resumen, tendrá menos probabilidad de resultar involucrado en accidentes.

Desde la perspectiva de Donald Norman (1981), las secuencias de acciones son provocadas por

estructuras de conocimiento (organizadas en forma de unidades de memoria y esquemas). La

mente contiene una jerarquía de esquemas que se invocan o activan si se cumplen determinadas

condiciones u ocurren ciertos eventos.

Neisser (1976) en su trabajo “Conocimiento y Realidad” afirma que los pensamientos humanos

están relacionados íntimamente con la interacción de las personas con el mundo. El argüía que el

conocimiento de cómo funciona el mundo (a partir de modelos mentales) permite que las

personas anticipen ciertos tipos de información, lo que a su vez direcciona el comportamiento de

las personas hacia la búsqueda de nuevos tipos de información y proporciona un medio fácil de

interpretación. Durante el curso de los acontecimientos la información sirve para actualizar y

modificar el esquema interno de conocimiento del mundo, que volverá a dirigir el

comportamiento hacia nuevas búsquedas.

Page 18: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

17

Ahora bien, el anterior ciclo perceptual puede ser utilizado para explicar el procesamiento de

información humano durante la conducción de un vehículo. Por ejemplo, el modelo mental de las

personas permitirá que éstas se anticipen a los eventos (por ejemplo, si es necesario frenar para

evitar colisionar con otros vehículos), que busquen pruebas que confirmen su raciocinio (por

ejemplo, si el frenado del vehículo se ajusta a las expectativas), que direccionen su forma de

actuar (por ejemplo, presionar más fuerte el freno cuando el frenado no es suficiente), y que

comprueben constantemente si el resultado obtenido es el esperado (por ejemplo, que se

mantenga la distancia de separación entre su vehículo y los demás vehículos). Cada vez que se

descubre nueva información con la que no se contaba, el modelo mental recurre a conocimientos

más amplios del mundo con el fin de encontrar posibles explicaciones que dirigirán futuras

actividades (Stanton & Salmon, 2009).

El esquema anterior es muy útil para explicar la manera en que actuamos en el mundo, de igual

forma es muy útil para entender por qué los errores ocurren de determinada manera. Pues, si la

forma de actuar está determinada por un esquema, un esquema defectuoso o la deficiente

activación de un esquema traerá como resultado acciones que llevan a conclusiones erróneas. Lo

anterior puede ocurrir al menos en tres formas: primero, la persona puede seleccionar el esquema

equivocado debido a problemas de interpretación, segundo, la persona puede activar el esquema

incorrecto ya que se asemeja a otros esquemas, y tercero, la persona puede activar el esquema en

el momento inapropiado: muy temprano o muy tarde (Tabla 7) (Stanton & Salmon, 2009).

Taxonomía Ejemplos de tipos de error

Errores en la formación de la intención (malinterpretación de la situación)

Errores de modo: clasificación errónea de la situación

Errores de descripción: especificación ambigua o incompleta de la intención

Errores que resultan de una activación errónea de esquemas (a causa de condiciones de activación similares)

Errores de captura: secuencia de acciones similar

Errores por activación de datos: eventos externos que provocan la activación de esquemas

Errores por activación de asociaciones: esquemas activos que activan otros esquemas con los que están asociados

Errores de pérdida de activación: esquemas que pierden la activación luego de estar activados

Errores que resultan de la deficiente activación de los esquemas activos (muy pronto o muy tarde)

Errores por mezcla: combinación de componentes de diferentes esquemas

Errores de activación prematura: esquemas que son activados muy pronto

Falla en la activación de errores: fallas de las condiciones de activación del esquema

Tabla 7 Taxonomía del Error Según Norman (1981) Fuente: Norman, 1981

Recordando un poco el estudio realizado por James Reason (1990), existen diferentes categorías

de clasificación del error de humano al conducir: equivocaciones, deslices, errores y violación. Las

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18

equivocaciones y los deslicen son catalogados como fallas de atención y memoria,

respectivamente; ambos son ejemplos de situaciones donde la acción no era deseada, mientras

que los errores son asociados a acciones deseadas pero mal ejecutadas. En el contexto de la

conducción, un ejemplo de una equivocación sería cuando un conductor que planea frenar

termina presionando el pedal del acelerador, o cuando el conductor, con la intención de dar señal

para tomar el siguiente giro hacia la derecha, termina activando el limpia-brisas. En ambos casos la

intención es correcta pero la ejecución es errónea. Los deslices incluyen olvidos de la persona tales

como apagar las luces del vehículo o poner seguro a las puertas, aunque la persona tenía la

intención de hacerlo. Por el contrario, un error ocurre cuando el actor lleva a cabo

intencionalmente una acción, pero ésta es la incorrecta; por ejemplo, cuando un conductor decide

acelerar siendo que la acción apropiada era frenar o simplemente desacelerar. La tabla siguiente

muestra la taxonomía descrita anteriormente.

Tipo de error básico Ejemplos de tipos de error

Equivocación (falla de atención) Mala percepción

Intrusión de la acción

Omisión de la acción

Inversión de la acción

Yuxtaposición de la acción

Acción a destiempo

Desliz (falla de memoria) Omisión de acciones planeadas

Pérdida de lugar en secuencia de acciones

Olvidar acciones intencionadas

Error (falla en la intención) Mala aplicación de un buen procedimiento

Aplicación del procedimiento incorrecto

Mala toma de decisiones

Falla en la consideración de alternativas

Exceso de confianza

Violaciones Violación intencional

Violación no intencional

Tabla 8 Categorías del Error Humano Fuente: Reason, 1990

En resumen, las equivocaciones y los deslices son el resultado de falta de atención (por ejemplo,

fallas a la hora de monitorear los momentos críticos mientras se conduce) o exceso de atención

(por ejemplo, monitoreo del desempeño en momentos equivocados durante la ejecución de la

tarea). Por el contrario, los errores por lo general se derivan de la mala aplicación de un buen

procedimiento o de la aplicación de un procedimiento erróneo (por ejemplo, desempeñar una

actividad que es “inadecuado, poco elegante o no aconsejable”) (Stanton & Salmon, 2009).

Desde el punto de vista de Jens Rasmussen (1986), los errores también se ven afectados por la

habilidad, la experiencia y la familiaridad con la situación encontrada. Los conductores con

Page 20: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

19

experiencia no tienden a cometer los mismos tipos de errores que los conductores principiantes.

La Figura a continuación muestra tres niveles de control cognitivo de comportamiento basado en

habilidades, basado en normas y basado en el conocimiento. La acción humana puede

ser altamente automática (basada en las habilidades), asociativa (basada en las normas) y análoga

o exploratoria (basada en el conocimiento). En tareas complejas tales como conducir, la acción

puede dirigirse a todos estos niveles al mismo tiempo.

Figura 2 Niveles de Control Cognitivo del Comportamiento

Fuente: Rasmussen, 1986

El modelo de control cognitivo pretende representar el nivel de habilidad que presenta el

conductor y tiene implicaciones en la cantidad de atención que requieren las tareas de

conducción. Los aspectos de ciertas tareas que son altamente conocidos o habituales serán en

gran parte automáticos (comportamiento basado en las habilidades), mientras que los aspectos de

ciertas tareas que no están familiarizados y que rara vez ocurren requerirán un esfuerzo y atención

mayor (conducta basada en el conocimiento).

Page 21: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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En el proceso de aprender a conducir, el individuo progresa de tener un comportamiento basado

en el conocimiento a un comportamiento basado en las habilidades de conducción, pasando antes

por un comportamiento basado en las normas. A pesar del hecho que el control del vehículo en

condiciones normales puede llegar a ser una habilidad altamente desarrollada, el conductor puede

estar operando en niveles de control cognitivo aún más altos en situaciones desconocidas, para

tareas como la navegación en nuevas rutas o maniobras de prevención de accidentes bajo pobres

condiciones climáticas o en tráfico pesado (Stanton & Salmon, 2009).

Ahora bien, habiendo revisado formalmente las tres perspectivas anteriores acerca del error

humano, se puede evidenciar que todas relacionan los errores cometidos por las personas con sus

mecanismos psicológicos subyacentes. La perspectiva del procesamiento de la información es

aparente y el grado de habilidad del conductor en este caso, influye en gran medida en el tipo de

error que se cometa.

Un estudio de 687 accidentes y organizado por Najm, Mironer, Koziol, Wang, y Knipling (1995),

confirmó las averiguaciones de Treat, Tumbus, McDonald, Shinar, Hume, y Mayer, Stansifer y

Catellian (1979) (Stanton & Salmon, 2009). Este estudio utilizó una taxonomía de factores

causantes con el fin de determinar cuáles eran las raíces de cada causa. Ésta comprende diferentes

tipos de error como aquellos cometidos por el conductor, impedimentos de la persona, defectos

del vehículo, superficie de la vía y visibilidad. Con respecto a los factores relacionados con los

errores del conductor, los investigadores construyeron la tabla que muestra a continuación, donde

los errores de reconocimiento y de decisión tienen la mayor participación de accidentes.

Tipos de error Descripción

Errores de reconocimiento Falta de atención

Miró pero no vio

Visión obstruida

Errores de Decisión Seguir muy de cerca

Adelantamiento inseguro

Juicio erróneo de brecha y/o velocidad

Exceso de velocidad

Tratar de vencer a otro vehículo

Acciones erráticas Falla en el control del vehículo

Maniobra evasiva

Violación de una señal de tránsito

Conducir deliberadamente

Diversos

Tabla 9 Tipos de Error Fuente: Najm, Mironer, Koziol, Wang, y Knipling, 1995

Luego de analizar los mecanismos psicológicos subyacentes que conllevan a cometer errores,

Brown (1990) estimó que aproximadamente el 40% eran debido a problemas de atención (por

ejemplo: falta de importancia, distracción y falta de atención), aproximadamente el 25% eran por

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21

motivo de problemas perceptuales (por ejemplo: “miró pero no vio”, error de cálculo de la

velocidad y la distancia), y aproximadamente el 15% es por problemas de juicio (por ejemplo: falta

de juicio y mala toma de decisiones) (Stanton & Salmon, 2009).

Por otra parte, Sabey y Taylor (1980) utilizaron la taxonomía de factores causantes de accidentes

realizada por Sabey y Staughton (1975) y concluyeron que el 28% de los accidentes se debían a

factores de infraestructura y entorno, el 8,5% se debía a factores relacionados con el vehículo y en

el 65% de los accidentes el usuario de la vía era el único contribuidor (Stanton & Salmon, 2009). La

taxonomía de errores humanos y factores causantes de accidentes se presenta a continuación.

Errores Humanos Factores contribuyentes del entorno y la vía

Errores Perceptuales Diseño adverso de la vía

Miró pero no vio Diseño inadecuado

Distracción o falta de atención Poca visibilidad debido al diseño

Juicio erróneo de la velocidad o distancia

Falta de habilidad Entorno adverso

Inexperiencia Vía resbaladiza, superficie inundada

Falta de juicio Falta de mantenimiento

Acción o decisión equivocada Condiciones climáticas

Forma de ejecución Marcas y elementos inadecuados

Deficiencia en las acciones: muy rápido, adelanto inapropiado, no mirar, seguir muy de cerca, carril incorrecto

Señales y marcas de la vía

Deficiencia en el comportamiento: irresponsable o deliberado, frustrado, agresivo

Luz de la vía

Deterioro físico y/o mental Obstrucciones

Alcohol Trabajos en la vía

Cansancio Vehículos parqueados, otros objetos

Drogas

Enfermedad

Estrés emocional

Tabla 10 Error Humano y Taxonomía de Factores Causantes de Accidentes Fuente: Sabey y Taylor, 1980

Finalmente, Wierwille, Hanowski, Hankey, Kieliszewski, Lee, Medina, Keisler y Dingus (2002),

presentaron una nueva taxonomía de factores contribuyentes de accidentes, condiciones latentes

y errores del conductor (Figura 3). De acuerdo a esta taxonomía, existen cuatro grupos de factores

que contribuyen a problemas en el desemempeño del conductor durante los accidentes:

conocimiento inadecuado, entrenamiento y habilidad, impedimentos, conducta dolosa e

infraestrucutra y entorno) (Stanton & Salmon, 2009).

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Figura 3 Taxonomía de Factores Contribuyentes de Accidentes

Fuente: Wierwille, Hanowski, Hankey, Kieliszewski, Lee, Medina, Keisler y Dingus (2002)

Page 24: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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Conductores Jóvenes y Novatos

Según Williams (1996), como grupo, los conductores jóvenes presentan un riesgo de accidentes

superior al de cualquier otro grupo de edad. La tasa de accidentes no mortales para los novatos de

16 años de edad es diez veces mayor que la de los adultos y casi tres veces mayor que la de los

jóvenes de 18 años. Las investigaciones han demostrado que estas tasas de accidentalidad varían

tanto con la experiencia, medida según la cantidad de conducción, como con la madurez,

calculada generalmente en función de la edad. De acuerdo a esto, existen varias razones para

creer que los factores relacionados con la experiencia juegan un papel muy fuerte en los primeros

años de conducción. La reducción de casi dos tercios en la tasa de accidentes de los 16 a los 18

años de edad pareciera atribuible a una curva inicial de aprendizaje que a una rápida maduración

por parte de las personas (McKnight & McKnight, 2002).

El análisis de Maycock, Lockwood y Lester (1991) de los índices de accidentalidad por edad de

obtención de la licencia y los años de experiencia en el Reino Unido reveló que, mientras la

probabilidad de un accidente se redujo en un 6% entre los 17 y 18 años de edad, ésta cayó en

promedio un 30% en el primer año de experiencia para cualquier edad. Por su parte, un estudio de

McCartt, Shabanova y Leaf reveló que dos tercios de la cantidad de accidentes disminuyen luego

de 500 millas recorridas con la licencia de conducción (McKnight & McKnight, 2002).

Con respecto a las conductas que contribuyen con mayor frecuencia a los accidentes en

conductores jóvenes, se tiene que la velocidad y distancia de espaciamiento entre vehículos son

los factores más determinantes. Un estudio observacional realizado por Boyce y Geller (2002),

encontró que el comportamiento de los conductores jóvenes está caracterizado por excesos de

velocidad y distancias de seguimiento más cortas.

Después analizados mil reportes de accidentes involucrando conductores entre los 16 y 19 años

(McKnight & McKnight, 2002), se pudo establecer que la mayoría de éstos eran resultado de fallas

a la hora de implementar prácticas de seguridad rutinarias y en el momento de reconocer el

peligro de realizarlas, antes que por motivos de imprudencia o conductas aberrantes. En cuanto a

la naturaleza de y frecuencia de las conductas de los conductores, se hallaron grandes semejanzas

con respecto al estudio realizado por Treat, Tumbas, McDonald, Shinar, Hume, Mayer, Stansifer y

Castellan (1979), en donde la búsqueda visual, la velocidad, la atención y las acciones evasivas, en

ese orden, lideran las categorías de factores causantes de accidentes. En la siguiente tabla se

evidencian los porcentajes de los accidentes atribuibles a deficiencias en determinados

comportamientos de conducción.

Porcentaje de accidentes atribuible a deficiencias en comportamientos de específicos al conducir

Comportamiento Porcentaje Comportamiento Porcentaje Comportamiento Porcentaje

Control básico 8,0 Búsqueda adelante 19,1 Ajuste de velocidad 20,8

Mantener el carril

2,6 Distancia 3,1 Condiciones de la vía/tráfico

8,7

Cambiar de camino

1,3 Lado de la vía 4,3 Curvas 6,1

Page 25: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

24

Frenar 1,3 Antes de hacer giros a la izquierda

4,8 Superficie resbaladiza

2,3

Velocidad de giro 0,7 Vehículo de adelante 3,1 Curva resbaladiza 1,5

Otro 2,1 Vehículos girando a la izquierda

2,9 Exceso de velocidad 0,7

Control del tráfico

5,6 Carril siguiente 0,9 Otro 1,5

Semáforos 1,7 Búsqueda al lado 14,2 Mantener el espacio

9,8

Señales de pare 1,3 Intersección cargada 7,7 Distancia de seguimiento

5,8

Uso del carril 1,5 Intersección privilegiada

5,5 Cruzar y entrar 1,4

Pasar 0,6 Vista obstruída 0,8 Espacio de lado 1,3

Otro 0,5 Otro 0,2 Adelanto 1,1

Atención 23,0 Búsqueda atrás 9,4 Otro 0,2

Mantener la atención

18,6 Desacelerar 3,0 Señales 1,2

Evitar distracciones

3,8 Frenar 2,1 Interpretación de señal

0,8

Buscar atención 0,1 Periodicamente 2,1 Intento de señalizar 0,3

Conductor-vehículo

6,3 Cambiar de carril 1,5 Precencia de señal 0,1

Abuso de alcohol 2,4 Otro 0,7 Emergencias 9,4

Cansancio 1,7 Otra búsqueda 0,9 Desviarse 5,6

Vehículo 1,5 Deslizamiento de recuperación

1,4

Otro 0,7 Frenar 1,0

Falla de la llanta 0,7

Falla de frenos 0,7

Tabla 11 Porcentajes de los Accidentes Atribuibles a Deficiencias en Determinados Comportamientos de Conducción Fuente: McKnight y McKnight, 2002.

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25

Percepción del Riesgo

La capacidad de identificar situaciones de riesgo durante la conducción es una habilidad

importante que permite al conductor superar demandas cognitivas complejas que el entorno del

tráfico impone. Esta capacidad se conoce como la percepción del riesgo. Mills, Hall, McDonald, y

Rolls (1998) definieron este concepto como la capacidad de leer la vía, y Horswill y McKenna

(2004) agregaron que dicha percepción puede considerarse como la conciencia que se tiene

de diferentes situaciones de riesgo. Dentro de este marco, los conductores novatos tienen

dificultades en la formación de un entendimiento holístico de su situación actual de

conducción (Borowsky, Shinar, & Oron-Gilad, 2010).

Al igual que cualquier habilidad, es razonable suponer que los conductores mejoran su capacidad

para detectar riesgos a medida que su experiencia crece. Investigaciones han demostrado

que los novatos son más lentos detectando el peligro y que a menudo detectan menos riesgos que

los conductores experimentados. Chapman y Underwood (1998) encontraron que los conductores

experimentados adaptan sus patrones de exploración visual para diferentes situaciones de vía,

mientras que los conductores novatos tienden a utilizar los mismos patrones de exploración

para todos los tipos de vía (Borowsky, Shinar, & Oron-Gilad, 2010).

En la teoría del comportamiento del conductor, el concepto de riesgo ha sido punto crucial de

discusión desde 1970, y diferentes medidas del riesgo han sido propuestas como la variable de

control más importante en el comportamiento del conductor. Los primeros estudios se centraron

en aumentar el nivel de desempeño del conductor y la disminución de exigencias del entorno,

haciendo caso omiso al hecho que los conductores tienen tendencias motivacionales diferentes a

la seguridad. Según Näätänen y Summala (1974), el camino elegido por el conductor es crucial

para la seguridad, antes que su máxima habilidad para conducir. Consecuentemente, en la

introducción de medidas de seguridad, se debe reconocer que el conductor se inclina a reaccionar

a los cambios del sistema de tráfico, ya sea en el vehículo, en el entorno, o en sus propias

habilidades o conductas; y que dicha reacción se realiza en concordancia con las motivaciones de

la persona. Este principio de adaptación del comportamiento, también llamado compensación del

riesgo, es un tema central de investigación en la conducta de los conductores (Summala, 1996).

Existen dos grandes aproximaciones que intentan explicar la adaptación del comportamiento

antes cambios en el sistema del tráfico, uno propuesto por Näätänen y Summala (1974, 1976) y

otro por Wilde (1974, 1975, 1976), quien utilizó el concepto del riesgo. Los primeros propusieron

un modelo de umbral bajo el supuesto que en la situación dinámica de la conducción, lo que

realmente controlan los conductores son los márgenes de seguridad en lugar de un cierto grado

de riesgo específico, y sólo cuando el riesgo o el umbral de miedo son superados, el

comportamiento es influenciado. De esta forma, Näätänen y Summala (1988) postularon el “riesgo

objetivo” o “monitor del miedo” que alarma e influye en las decisiones del conductor cuando los

márgenes y umbrales de seguridad son violados. Un aspecto de este enfoque es que a partir de

reiterados enfrentamientos, los conductores se adaptan a situaciones que al principio daban lugar

a una “respuesta al riesgo”, y conducen la mayoría del tiempo con patrones habituales basados en

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26

márgenes de seguridad sin preocupación por el riesgo; de ahí la teoría de “cero riesgo” (Summala,

1996).

Otro elemento importante en el modelo de Näätänen y Summala es el módulo de motivación,

utilizado para explicar la tendencia a acercarse al umbral de riesgo, que incluye motivos externos

provenientes del tráfico, internos relacionados con el viaje como el afán, y aquellos inherentes al

comportamiento del ser humano mientras se encuentra en movimiento, como mantener la

velocidad actual y la conservación del esfuerzo. En general, los conductores buscan oportunidades

para satisfacer sus motivaciones en el tráfico, lo que básicamente significa buscar brechas

suficientes para mantener la velocidad deseada (Summala, 1996).

Por su parte, Wilde (1974, 1975, 1976) formuló el concepto del riesgo como la medida más

importante para controlar el comportamiento del conductor y el concepto de riesgo objetivo,

determinado por las utilidades y des utilidades de conducir en el contexto de la teoría de utilidad.

En su libro “Why we Have Automobile Accidents” de 1942, De Silva explica que el grado de peligro,

o la cantidad de exposición, al cual un conductor está sujeto, está determinado por cuánto, dónde

y cuándo conduce. Chapman (1973), por su parte, señala que las oportunidades de accidente son

ocasiones en las que los vehículos cruzan sus caminos, cuando están siguiendo a otros o cuando se

está viajando solo. La exposición puede ser definida como el número de oportunidades de un

determinado tipo en cierta parte de la red vial y/o población de usuarios de vía. El riesgo también

puede ser interpretado como la propensión de un sistema a producir un accidente y puede ser

computado como frecuencias relativas si se llega a obtener un número suficiente de ensayos

similares. Por lo tanto, Hacking (1965) compara la probabilidad del sistema de tráfico a producir un

accidente con la probabilidad de obtener una “cara” al lanzar una moneda: la frecuencia en el

largo plazo con que se obtiene “cara” usando un dispositivo que lanza monedas depende de la

moneda y del dispositivo, la frecuencia en el largo plazo con que ocurre un accidente en un tramo

de una vía parece son propiedad de la vía y de aquellos que conducen por ella (Summala, 1996).

Sin embargo, el grado de peligro no sólo depende de cuánto, dónde y cuándo conduce una

persona, también se debe tener en cuenta cómo conduce ya que este factor es el que se relaciona

con el nivel de control que se tienen sobre los peligros potenciales (Summala, 1996).

Teoría homeostática del Riesgo (THR)

Como se evidencio anteriormente, Wilde desarrolló la teoría homeostática del riesgo (THR) que a

su vez está basada en la teoría de compensación del riesgo (TCR). El concepto básico es el de la

adaptación del comportamiento para compensar entre el riesgo percibido y el riesgo deseado.

Un estudio inicial del proceso de compensación de comportamiento en el tráfico fue el

desarrollado por Taylor (1964), quien describió la conducción como una tarea que se realiza al

ritmo propio de cada persona y que se rige por la tensión emocional y los niveles de ansiedad, que

representan una transformación de las experiencias fisiológicas del riesgo, que a su vez influencian

la tarea de conducir en un proceso de retroalimentación de espiral cerrado. Taylor (1964, 1976)

reportó que en antiguos puntos de accidente los conductores se compensaban conductualmente

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27

mediante el ajuste de los niveles de riesgo a un nivel subjetivo deseado. Más aun, los participantes

percibían algún peligro real o posible en el punto de un accidente y en consecuencia conducían

con más cautela mientras que sus respuestas galvánicas de la piel se mantenían estables. Este

hallazgo sugiere que las personas pueden percibir señales acerca de situaciones de riesgo sin un

conocimiento consciente, y que los conductores compensan con su comportamiento (por ejemplo:

exceso de velocidad, desaceleración) por aquellos niveles indeseados de riesgo percibido. Cownie

y Calderon (1966) formularon el principio de compensación y mostraron que a pesar que

desaceleran en los puntos de accidente, los conductores compensan el tiempo perdido acelerando

y continuando en exceso de velocidad (Trimpop, 1996).

Wilde (1976, 1978) formalizó esta idea mediante el diseño de un modelo de comportamiento de

los conductores, denominado la teoría de compensación de riesgos (TCR). El modelo se basa en

acciones de compensación, provocadas por la percepción de una discrepancia entre los niveles

observados y deseados de riesgo. Wilde (1982) amplió este concepto a la homeostasis del riesgo

argumentando que los conductores, en vez de compensar el riesgo per se, tratarían de mantener

un nivel subjetivo óptimo de riesgo tolerado (en lugar de riesgo deseado). En su teoría

homeostática del riesgo, Wilde hace referencia a un nivel fluctuante que incluye sólo en promedio

un cierto nivel objetivo de riesgo (Trimpop, 1996).

La compensación del riesgo y la homeostasis del riesgo funcionan ambas bajo los mismos

principios generales de percepción - proceso de evaluación con retroalimentación regulada del

ajuste del comportamiento, bajo la influencia de las capacidades individuales y las circunstancias

situacionales. Por ejemplo, si las personas están conduciendo por una vía y empieza a llover o

nevar, ellas desacelerarán para reducir la probabilidad de tener un accidente. Sin embargo, si el sol

vuelve a salir, ellas acelerarán hasta llegar a una velocidad a la que se sientan cómodas, lo que

representa su "nivel de riesgo objetivo". Según Wilde (1985, 1988), introducir medidas de

seguridad como los cinturones de seguridad o los sistemas de freno anti-bloqueo sólo tendrán

efecto luego de que los conductores hayan percibido las consecuencias. Una vez es reconocido el

aumento en la seguridad, el conductor se sentirá más seguro y compensará esto mediante su

transformación en ventajas de beneficio tales como menores tiempos de viaje o mayor comodidad

al poner menos atención (Trimpop, 1996).

La solución de Wilde (1982) a la aparente tarea imposible de reducción de accidentes se encuentra

entonces en la concentración en el nivel de riesgo. Mientras la experiencia subjetiva del riesgo se

mantenga igual, la motivación por compensar el comportamiento también permanecerá en el

mismo nivel. El nivel de riesgo depende de los costos y beneficios percibidos de las diferentes

alternativas de comportamiento seguro y arriesgado. Para reducir los accidentes, Wilde (1985)

sugiere aumentar el valor de conducir con un comportamiento cauteloso (por ejemplo: incentivos)

y evidenciar las consecuencias negativas del comportamiento riesgoso (por ejemplo: castigos).

También propone disminuir los beneficios del comportamiento riesgoso (el heroísmo, por

ejemplo) y desmentir las consecuencias negativas del comportamiento prudente (por ejemplo, la

pérdida de tiempo). Como resultado de esto, el nivel de riesgo disminuirá. Un menor nivel de

Page 29: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

28

riesgo debería conducir "objetivamente" a un comportamiento menos riesgoso como conducir a

velocidades más bajas y mantener altos niveles de atención (Trimpop, 1996).

De esta forma, Wilde conceptualiza el riesgo objetivo como el nivel de riesgo que el individuo

considera aceptable. Como se vio anteriormente, este nivel se fija en los valores de cuatro

“utilidades” relevante: los costos y beneficios de un comportamiento relativamente prudente y los

costos y beneficios de un comportamiento relativamente peligroso. Si uno o más de estas

utilidades cambian, se puede esperar que un cambio equivalente se lleve a cabo en el nivel de

riesgo objetivo. La homeostasis del riesgo, entonces, no se trata de la asunción de riesgos por sí

misma, sino más bien presenta un cuadro de las conductas de riesgo basadas en el concepto de

utilidad (Hoyes, Stanton, & Taylor, 1996).

La THR propone dos aproximaciones diferentes para mejorar la salud y la seguridad. La primera

aproximación se fundamenta en la noción de adaptación del comportamiento a un cierto nivel de

riesgo percibido, mientras que la segunda aproximación apunta a cambiar los aspectos

motivacionales del nivel de riesgo objetivo. Ambas ideas deberían llevar a cambios en el

comportamiento con el fin de alcanzar la seguridad y la salud toda vez que los peligros son

percibidos con mayor percibido en vez de ser subestimados, o el valor del comportamiento seguro

es incrementado y el comportamiento riesgoso es reducido. Para Festinger (1957), un supuesto

básico es el de reducir la disonancia cognitiva entre la conducta y los valores. Si la gente se

comporta de forma segura durante algún tiempo para obtener beneficios o evitar costos, entonces

sus valores, normas y creencias se pueden ajustar de igual forma. Por otra parte, la gente volverá a

ajustar su comportamiento con respecto a sus valores ya que parece ser imposible tener valores y

conductas disociadas durante largos períodos de tiempo (Trimpop, 1996).

Caso Estudio Australia

A pesar de que existe en Australia un gran número de medidas que apuntan al mejoramiento de

las habilidades para conducir de los conductores jóvenes, se ha logrado demostrar que dichas

medidas en realidad no han sido exitosas en cuanto a la reducción de accidentes que involucran a

este grupo de personas (Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

Según Wilde (1982), con el fin de reducir la tasa de accidentes de los jóvenes, es necesario

implementar primero medidas que disminuyan el nivel de riesgo antes que aumentar su habilidad

para conducir. Un factor que puede influenciar en el riesgo de accidentes es el método de

concesión de licencias para conducir. En el caso de Australia del Sur, los jóvenes pueden obtener

dicho permiso a través de uno de los dos métodos: a) entrenamiento basado en las competencias

del conductor, o b) evaluación a través de un examen que demuestre las habilidades de la persona

para conducir. Debido a estos dos métodos, se sugiere, se producen conductores con diferentes

actitudes y comportamientos a la hora de conducir.

Conducir un vehículo es una actividad riesgosa para las personas. Este hecho es especialmente

importante en el caso de los jóvenes ya que muestran altos niveles de accidentalidad y mortalidad.

Por ejemplo, en Australia de 1991, los jóvenes (17-25 años de edad) representaron el 31% del total

de muertes por accidentes de tránsito, pero tan sólo representaban el 14% de la población. No

Page 30: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

29

obstante, según varios estudios realizados en Europa, Norteamérica y Australia mencionados

niveles en los jóvenes no se deben solamente a las diferencias de exposición con respecto a otros

grupos, sino que corresponden al alto nivel de riesgo de accidente (Roach, Taylor, & Dawson,

1999).

Para Drummond, Triggs, Macdonald y Bowland (1993), existen tres maneras básicas en las que el

mejoramiento de la seguridad de conductores jóvenes puede ser lograda: aumentando la

habilidad para conducir, reduciendo la cantidad y/o tipo de conducción que se desempeña, o

aumentando la motivación de estar seguro. Tradicionalmente, la respuesta a los problemas de los

conductores jóvenes ha sido la intención de hacer que los conductores jóvenes estén más seguros

por unidad de exposición, a través de educación antes de conducir y estrategias de enseñanza de

conducción. Este acercamiento ha buscado elevar el nivel de habilidades de conducción de las

personas con el fin de producir mejores conductores, pero ha sido realmente poco efectivo

(Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

La razón de esto, según Svenson (1981), es que luego de preguntar a las personas qué tan buenas

se consideran conduciendo, la mayoría responde que se encuentra en un nivel por encima del

promedio. Consecuentemente, las personas ponen poca atención a las campañas de seguridad vial

ya que éstos no se sienten identificados con la información dirigida a los conductores en general,

pues se consideran más seguros y habilidosos que el resto de conductores (Roach, Taylor, &

Dawson, 1999).

Recientemente, las autoridades se han concentrado en hacer que la exposición de los conductores

sea menor alterando el tipo de conducción que ejecutan los conductores jóvenes y/o reduciendo

la cantidad de conducción. Esto por medio de la implementación de medidas que restringen

conducir de noche, la cantidad de pasajeros con que se puede transitar, la edad para obtener el

permiso de conducción y los niveles de alcohol permitidos en la sangre. Estas medidas han sido

incorporadas en los sistemas de licencias de conducción que pretenden hacer que los conductores

tengan más experiencia, aumenten su competencia y por ende, reduzcan las tasas de

accidentalidad (Roach, Taylor, & Dawson, 1999). Todo bajo condiciones que minimizan la

exposición al riesgo del conductor.

No obstante, Duncan, Williams y Brown (1991) demostraron que lo anterior, por más que suena

muy llamativo, puede tener varios defectos. Con un estudio, se afirmó el hecho que la experiencia

aumentan las habilidades para conducir y el control del vehículo, pero a la hora de llevar a cabo

patrones de exploración (ejemplo: chequear los espejos), maniobras de anticipación (ejemplo:

entrar a una intersección) y cumplimiento de márgenes de seguridad (ejemplo: mantener la

distancia), los conductores experimentados eran los que peor se comportaban mientras que los

aprendices sí realizaban los procedimientos anteriores (Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

Otro enfoque destinado a la mejora de la seguridad de los conductores jóvenes, es el esfuerzo de

cambiar la perspectiva de cada persona frente a la conducción por medio de lograr que las

personas jóvenes sean “mayores” o menos “riesgosas”. Como se vio anteriormente, Wilde (1982)

formuló la Teoría Homeostática de Riesgo (THR) para tener en cuenta el comportamiento frente al

Page 31: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

30

riesgo cuando se conduce. Wilde propuso que las personas se esfuerzan por mantener un nivel de

riesgo que busca maximizar el beneficio neto entre los costos percibidos y los beneficios de

diferentes comportamientos al conducir. Como no es probable que el nivel de riesgo sea cero, los

accidentes ocurrirán (Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

En este sentido, Wilde tenía razón ya que por más que el riesgo asociado a una conducta particular

sea minimizado, la tasa de accidentalidad no disminuirá porque la gente alterará dicha conducta

con el fin de maximizar los beneficios (Roach, Taylor, & Dawson, 1999). Disminuir el nivel de

accidentalidad sólo será posible si las personas aumentan su deseo de estar seguras, reduciendo

su nivel de riesgo. Esto puede alcanzarse ya sea incrementando los costos o reduciendo los

beneficios asociados a cada riesgo de accidente.

La gran cantidad de accidentes que involucran a jóvenes conductores puede ser explicada desde la

perspectiva de asunción del riesgo (Roach, Taylor, & Dawson, 1999). Evans y Wasielewski (1982,

1983) y Wasielewki (1984) usaron la distancia de seguimiento y velocidad, respectivamente, como

medida para la sunción de riesgo, y encontraron que los conductores jóvenes seguían más de

cerca y conducían más rápido que los conductores mayores y por lo tanto están más dispuestos a

correr riesgos. Todo como resultado de una utilidad adicional aparente asignada a conductas

peligrosas: autoestima, aceptación, formas de expresión, etc. (Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

Ahora bien, mientras que el nivel de riesgo ha sido propuesto como explicación de la gran cantidad

de jóvenes involucrados en accidentes, el sistema de licencias de conducción ha surgido como un

posible factor determinante de las actitudes y comportamientos al conducir (Roach, Taylor, &

Dawson, 1999). En el caso particular de Australia del Sur, existen dos métodos diferentes a través

de los cuales se puede otorgar una licencia de conducción provisional. Los conductores pueden

completar un curso de entrenamiento basado en las competencias del conductor, o aprobando un

examen práctico que demuestre las habilidades de la persona para conducir.

Luego del estudio realizado por Roach, Taylor y Dawson (1999), donde se involucraron 267

conductores jóvenes que vivían en Australia del sur, y se evaluaron los dos métodos de obtención

de los permisos de conducción, se pudo concluir que los conductores jóvenes tienen

comportamientos y experiencias similares sin importar cuál de los dos métodos llevaron a cabo

para obtener sus licencias de conducción (Roach, Taylor, & Dawson, 1999). De igual forma, los

sujetos estudiados sugirieron que las personas que consideraban ser mejores conductores

optaban por realizar el examen práctico, mientras que aquellas otras personas que eran menos

confiadas en sus habilidades de conducción preferían completar el curso de entrenamiento

(Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

En este estudio, mientras se encontraba que el método de obtención de licencias de conducción

tenía poco efecto en las actitudes, comportamientos y experiencia al conducir, se evidenció que

las personas que se consideraban más hábiles al conducir eran las mismas que transitaban por las

vías en exceso de velocidad. Sin embargo, esto no significaba obligatoriamente que éstas

resultaran en accidentes de tránsito con mayor frecuencia (Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

Page 32: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

31

En conclusión, para los autores, esta correlación indicaba que las percepciones propias acerca de

la seguridad y de las habilidades al conducir podían ser mejores indicadores de las tasas de

accidentalidad, que el método de obtención de licencias de conducción. Por esta razón, los

esfuerzos de la seguridad vial deben ser dirigidos hacia la formación de la percepción que tiene la

gente de sí misma al conducir, siendo una de las formas más efectivas los cursos de entrenamiento

basado en las competencias del conductor (Roach, Taylor, & Dawson, 1999).

Proyecto SARTRE

“El estudio de las actitudes es un tema fundamental en el ámbito de la seguridad vial, que no debe

olvidarse si se pretende entender qué puede llevar a los conductores a asumir posturas o

conductas de riesgo. Conocer las creencias, valoraciones y posturas frente a distintos aspectos de

la conducción, permite saber sobre qué aspectos es preciso incidir para intentar producir el

cambio deseado hacia conductas más responsables y seguras” (Sánchez Martí, 2005).

SARTRE es el acrónimo de Social Attitudes to Road Traffic Risk in Europe (Actitudes Sociales frente

al Riesgo vial en Europa). “El SARTRE es un proyecto paneuropeo, subvencionado por la Comisión

Europea, cuyo principal objetivo es estudiar las opiniones y las conductas frente al riesgo vial

asumidas por los conductores en diferentes países, así como valorar la evolución de las mismas

con el paso del tiempo y por la influencia de actuaciones en diferentes áreas de la Seguridad Vial”

(Sánchez Martí, 2005). Con este proyecto se pretende llegar a entender el hecho de que

actuaciones similares en diferentes países tengan resultados más exitosos o menos, para intentar

aprender de los que tienen mejores resultados. El estudio se basa en la realización de una

encuesta cada cinco años (desde 1991) a una muestra representativa de los conductores de cada

país participante. Se ha convertido en un observatorio de la evolución de las actitudes y el

comportamiento vial.

Cada país estudió a más de 1.000 conductores, en total se entrevistó aproximadamente a 24.000

conductores. Los estudios proporcionan información sobre las actitudes de los conductores, su

comportamiento y experiencias, como por ejemplo sobre las actividades para obligar a cumplir las

normas, y por tanto, proporcionan una excelente oportunidad para comparar a los conductores en

los distintos países y así identificar medidas que puedan mejorar el comportamiento y la

seguridad, tanto en cada uno de los países, como en toda Europa (Grupo SARTRE, 2004).

Este documento tiene como finalidad informar a toda Europa sobre los hallazgos más importantes

del estudio SARTRE. De manera específica compara las actitudes y comportamientos de los

conductores, analiza cómo se sienten éstos con respecto a las normas de tráfico, tiene en cuenta

cómo influyen en la seguridad los factores culturales y sociales y trata sobre las medidas que

podrían tomarse para hacer que los conductores europeos sean más seguros (Grupo SARTRE,

2004).

Los estudios de SARTRE 3 demuestran que la mayoría de los conductores se preocupan por la

seguridad vial, reconocen que el comportamiento de éstos es un elemento muy importante para

contribuir a la seguridad vial y también recoge que frecuentemente se ven implicados en

comportamientos peligros e ilegales. Esto quiere decir que si la Comisión Europea quiere alcanzar

Page 33: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

32

su objetivo de reducir a la mitad las muertes por accidentes de tráfico para el año 2010, todos los

conductores juegan una papel muy importante; el mensaje es que todos debemos poner de

nuestra parte y modificar nuestro comportamiento al volante (Grupo SARTRE, 2004).

Hasta la fecha se han realizado tres encuetas SARTRE: la primera en 15 países entre octubre 1991

y junio 1992, la segunda en 19 países entre octubre 1996 y abril 1997 y la tercera fase en 23 países

entre septiembre de 2002 y abril de 2003. El cuestionario utilizado en las tres ocasiones se ha

mantenido casi igual para así poder comparar los resultados, aunque de una fase a otra se han

hecho mejoras ya sea eliminando las preguntas que ya no tenían sentido o que habían resultado

poco válidas, y añadiendo otras sobre aspectos nuevos de la seguridad en la conducción (Sánchez

Martí, 2005).

Dicho “estudio trata de evaluar el grado de aprobación u oposición hacia normas o medidas,

estudiar los factores sociales y culturales que están en la base de ciertas conductas de riesgo,

conocer las conductas de riesgo más extendidas o aceptadas entre los conductores, así como sus

experiencias respecto al sistema de sanciones y los accidentes de tráfico” (Sánchez Martí, 2005)

La metodología es la misma en todos los países para poder realizar comparaciones entre ellos. Las

entrevistas se realizaban cara a cara con los conductores en su domicilio y el cuestionario

investigaba lo siguiente:

- Condiciones socio-laborales y estilo de vida de los conductores.

- Experiencia en la conducción y exposición al riesgo.

- Opiniones sobre los principales elementos de riesgo en la conducción y valoraciones

de las normas, nuevas tecnologías y armonización de actuaciones en Europa.

- Percepción y conductas asumidas en relación con el alcohol en la conducción.

- Percepción y conductas asumidas en relación con la velocidad en la conducción.

- Percepción y conductas asumidas en relación con la utilización de los teléfonos

móviles.

- Percepción y conductas asumidas en relación con los elementos de seguridad en los

vehículos.

- Experiencias de control y sanción de infracciones y accidentes sufridos.

Percepción del riesgo, opiniones y comportamientos asumidos por los conductores

según género y edad

En esta sección del informe sobre los resultados de la encuesta SARTRE 3 se presentan las

actitudes, valoraciones y conductas asumidas por los conductores respecto de los principales

temas de seguridad vial. “Los planteamientos de cada uno de los conductores, sus valoraciones,

actitudes y sus condiciones físicas y psíquicas marcan su manera de enfrentarse a la actividad de la

conducción” (Sánchez Martí, 2005).

En España, frente a la pregunta “en comparación con otros conductores, ¿considera que su forma

de conducir es… peligrosa?”, se obtuvieron las siguientes respuestas:

Page 34: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

33 Gráfica 4 Resultados a pregunta: “en comparación con otros conductores, ¿considera que su forma de conducir es…

peligrosa?” en España Fuente: Sánchez Martí, 2005

Gráfica 5 Resultados a pregunta “en comparación con otros conductores, ¿considera que su forma de conducir es un

poco y mucho más peligrosa?” en España, por edad y género Fuente: Sánchez Martí, 2005

Se estudió el perfil del grupo de entrevistados de 18-24 años que se consideran más peligrosos

que los demás. Se valoraron sus respuestas a otras preguntas del cuestionario, sobre todo las

referidas a las condiciones socio-laborales, de experiencia en la conducción, vehículo que

conducen y exposición al riesgo, para ver si tienen en común algunas características además de su

autovaloración y para tratar de entender su posición. En la muestra europea global SARTRE 3 se

encontró que los jóvenes de 18-24 años de este grupo de riesgo comparten las siguientes

características:

- Estudiantes

- Solteros

- Nivel de Educación Secundaria

Si se toma en consideración el género, los resultados indican que son más hombres que mujeres

quienes admiten pertenecer a ese grupo de riesgo. Los motivos que llevan a hombres y mujeres a

considerarse más peligrosos que los demás conductores pueden ser diferentes. Tales motivos son

explicables en términos de diferencias en experiencia y en exposición al riesgo. “Las mujeres son

probablemente más conscientes de que pueden encontrarse en situaciones conflictivas porque no

tienen mucha experiencia (infravaloran sus habilidades), mientras que los varones probablemente

están asumiendo un estilo de conducción arriesgada para sus condiciones (sobrevalorando sus

habilidades)” (Sánchez Martí, 2005).

Con respecto a las diferencias entre los jóvenes y los mayores que se consideran más peligrosos,

se encontró que dichas distinciones están relacionadas con su estilo de vida y su momento vital.

Los de mayor edad son sobre todo casados y trabajan.

Page 35: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

34

Otras conductas de riesgo estudiadas tienen que ver con el respeto de las distancias de seguridad,

la medida en que se cede el paso a los peatones y si se realizan adelantamientos apurados. “De

todas esas conductas, la posición más negativa aparece relacionada con ceder el paso a los

peatones; en España hay un grupo verdaderamente amplio que asume que nunca, raramente o

sólo a veces cede el paso. De igual forma, es preciso plantearse como se enseña o se integra la

norma que obliga a mantener la distancia de seguridad, ya que más de una cuarta parte de la

muestra contesta que “frecuentemente, muy frecuentemente o siempre” se acerca demasiado al

vehículo que circula delante” (Sánchez Martí, 2005).

Gráfica 6 Resultados a las preguntas: “¿Con qué frecuencia…?” en España

Fuente: Sánchez Martí, 2005

Sinimportar cuál sea realmente la distancia considerada “demasiado cerca”, es claro que el

“demasiado” implica que el propio conductor cree que debería dejar un poco más de espacio para

circular con seguridad o tranquilidad. El 27% que se acerca demasiado más frecuentemente

coincide con el grupo de conductores que piensan que conducir de esa manera nunca, raramente

o sólo a veces puede producir accidentes (27%) (Sánchez Martí, 2005).

En cuanto al grupo que asume que no cede el paso a los peatones en los pasos señalizados al

efecto (el 31% nunca, raramente, o sólo a veces) su amplitud resulta muy llamativa. España es el

país europeo con mayor proporción de conductores que asumen ese riesgo (Sánchez Martí, 2005).

Legislación en materia de tráfico para promover la seguridad

“Son muchos los factores que influyen en el comportamiento de los conductores, tanto

individualmente como en los distintos países. Uno de los factores es la forma en la que las leyes de

tráfico se implantan. Aquí, tanto el número real de medidas para obligar al cumplimiento de los

normas y la percepción por parte de los conductores de las mismas, así como el temor a ser

detectados y sancionados son importantes y ambas cosas varían de forma considerable según el

Page 36: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

35

país del que se trate” (Grupo SARTRE, 2004). El estudio SARTRE 3 permite comparar cómo controla

la policía de los distintos países las diferentes infracciones.

En general se admite que la percepción de los conductores de la actividad de implementación de

una norma es más importante que el número total de controles realizados, por esta razón la

institución de medidas que refuerzan el cumplimiento de la legislación es más eficaz entre más

visible y mejor divulgada se encuentre. La presencia de medidas que obligan a la consecución de la

ley como cámaras para el control de la velocidad y vehículos policiales camuflados, pueden

dificultar la evaluación por parte de los conductores del alcance de dicha actividad (Grupo SARTRE,

2004).

Armonización de la política de seguridad vial europea

La Comisión Europea estableció un objetivo para recudir la mortalidad en el tráfico a la mitad para

2010. Con el fin de alcanzar este objetivo, se hizo necesario que todos los Estados Miembros se

comprometieran a introducir y coordinar proyectos de seguridad en los ámbitos local, regional y

nacional, así como a introducir medidas en toda Europa en una amplia variedad de niveles

estratégicos. Esto incluye legislación y medidas dirigidas a obligar a su cumplimiento que

promuevan un mejor comportamiento por parte de los conductores, la introducción de más

sistemas de transporte inteligente y mecanismos de control (Grupo SARTRE, 2004).

La Comisión Europea propuso cuatro medidas principales:

- Reforzar el sistema sancionador

- Implementar programas educativos y mejorar la conciencia de los riesgos de la vía

entre los usuarios de la misma

- Introducir innovaciones tecnológicas en el equipamiento de los vehículos

- Introducir nuevas soluciones técnicas para las infraestructuras viales

Con respecto a la introducción del sistema de penalización por puntos, este es apoyado por un

72% de la totalidad de los conductores; algunos países ya tienen en funcionamiento sistemas de

este tipo. Los conductores en Irlanda son muy partidarios de este sistema, mientras que los

conductores de Suiza y Austria están menos de acuerdo con ellos (Grupo SARTRE, 2004).

El reto de mejorar el comportamiento de los conductores

Más de la mitad de los conductores entrevistados consideraban que su conducción era más segura

que la de otros conductores (Gráfica 7). Esto quizá muestre una confianza desmesurada en sus

propias habilidades para la conducción.

Page 37: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

36

Gráfica 7 Porcentajes de conductores en cada país que piensan que su conducción es menos peligrosa que la de los

demás conductores Fuente: Grupo SARTRE, 2004

Los estudios revelan unos hábitos de conducción y conductas asumidas muy distintas en cada país,

algunos de estos comportamientos representan serios problemas con respecto a la mejora de la

seguridad. Aunque muchos de nosotros reconocemos que a veces conducimos de manera

peligrosa, muchos no admiten los riesgos que corren. Lo cual supone un problema a la hora de

mejorar la conducta del conductor (Grupo SARTRE, 2004).

Conclusiones

- El estudio SARTRE 3 revela que una gran proporción de conductores europeos están

concienciados sobre la seguridad vial. Además, reconocen que el comportamiento de los

conductores es un factor de riesgo importante en los accidentes. En general, están de

acuerdo con de que se haga cumplir la legislación e incluso de que se impongan multas

más severas.

- Se han hallado grandes diferencias en cuanto a las actitudes, comportamiento,

percepciones y experiencia relativa a las medidas para hacer cumplir las normas así como

a la implicación en accidentes. Al planificar las medidas de seguridad en el ámbito europeo

es importante tener en cuenta estas diferencias. Además de estas diferencias, es

necesario considerar la distinta legislación en materia de tráfico existente en cada país, así

como el contexto social, económico y cultural en el que se mueven los conductores.

Page 38: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

37

Los Sistemas de Licencia de Conducción

Los sistemas de licencias de conducción son los encargados de evaluar a los conductores antes de

de permitirles participar de forma activa en las vías, y el ente encargado de hacer efectiva dicha

evaluación es el Gobierno. Los Gobiernos, y más específicamente los Ministerios de Transporte de

cada país, deben designar un departamento que se dedique única y exclusivamente a la

producción de licencias de conducción y a la evaluación y calificación de personas aptas para

conducir, tras haber aprobado satisfactoriamente un número de pruebas y luego de cumplir

determinados requisitos que permitan concluir que el individuo se encuentra preparado para ser

usuario de las vías.

Diferentes países implementan diferentes sistemas de licencias de conducción, unos pareciendo

mejor estructurados y más efectivos que otros, dadas las estadísticas de accidentalidad con la que

cuenta cada país. En Latinoamérica, los niveles de morbilidad y mortalidad son alarmantes con

respecto a los niveles que se tienen en la Unión Europea, pudiéndose asociar dichas cifras a los

sistemas de licencias de conducción que se utilizan en cada continente. Estudios han revelado que

América Latina, incluido el Caribe, tiene la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito más alta

del mundo (26.1 muertes por cada 100 mil habitantes), mientras que en otras regiones las tasas de

muertes por cada 100 mil habitantes son de: 19.2 para el Oriente Medio y África septentrional; 19

para Europa Oriental y Asia Central; 12.3 para África subsahariana; 10.9 para Asia Oriental y el

Pacífico y 10.2 para Asia meridional. (Cámara de Comercio de Bogotá - Universidad de los Andes).

Por un lado, cada vez son más los países de la Unión Europea que se unen al uso de distintas

modalidades de un sistema de licencias de conducción conocido como el Penalty Point System

(PPS) o Sistema de Puntos, que ha arrojado resultados interesantes en estos países luego de

implementado. Por el otro lado, en Latinoamérica hasta ahora se está pensando en la posibilidad

de adoptar la misma estrategia en algunos países, pero en general el funcionamiento del sistema

podría decirse sigue siendo muy rudimentario; poco efectivo a la hora de medir las aptitudes de

los conductores y aún entorpecido por la corrupción que se filtra en los Gobiernos. Como

resultado de esto se puede ver a continuación cómo las ciudades Latinoamericanas superan en

gran medida las tasas de mortalidad por accidentes de tránsito de algunas ciudades europeas.

Gráfica 8 Muertes debido a accidentes de tránsito por cada 100 mil habitantes en algunas ciudades del mundo

Fuente: Asociación Luchemos por la vida, Asociación de fábricas de automotores ADEFA, Gerencia de Transporte Urbano de Lima GTU, Dirección general de tráfico DGT, Concejo de seguridad vial CSV, Asociación nacional de promoción de

seguridad del tráfico NFT, Swedish Road Administration VV

Page 39: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

38

La gráfica anterior ilustra la tasa de muertes en accidentes de tránsito por cada 100 mil habitantes

en distintas ciudades del mundo. En comparación con Buenos Aires y Lima, la tasa de Bogotá es

más baja. De la misma manera, a escala nacional, reporta una menor tasa de muertes en relación

con ciudades como Medellín y Cali. Comparada con ciudades líderes en seguridad vial como

Londres y Estocolmo, Bogotá presenta una situación bastante deficiente, con tasas cuatro veces

por encima de dichas ciudades (Cámara de Comercio de Bogotá - Universidad de los Andes).

A grandes rasgos, el Sistema de Puntos mencionado anteriormente es un mecanismo de control

que busca reducir el número de infracciones a las normas de tránsito producidas por los

conductores. No sólo se enfoca en una estricta evaluación de las habilidades y conocimientos de

los conductores en el momento de conducir por las vías de una ciudad o carretera, sino que

también hace seguimiento de las infracciones que los conductores cometen y guarda un historial

de ellas, de manera que si la persona sobrepasa un límite específico, ésta no sólo será penalizada

monetariamente sino también su licencia le será revocada.

Por el contrario, los sistemas de licencias de conducción utilizados en los países Latinoamericanos

no evalúan correctamente al conductor antes de otorgarle su licencia ni tienen en cuenta el

historial de infracciones del mismo, siendo estos dos elementos razones válidas por las cuales se

tienen tan altos niveles de accidentalidad. Colombia registró en el 2009 más de 5 mil muertos y

más de 39 mil heridos en accidentes de tránsito, lo que corresponde a una tasa de 12.5 y 87

muertos y heridos por cada 100 mil habitantes, respectivamente. (Fondo de Prevención Vial y

Universidad de los Andes, 2010). Lo anterior, nos ubica por encima de: Perú, Chile, Uruguay y por

debajo de Argentina, Venezuela, Bolivia, Brasil y Ecuador. (Cámara de Comercio de Bogotá -

Universidad de los Andes).

Ahora bien, con base en todo lo anterior se podría partir entonces de la hipótesis que en países

como Colombia la gran cantidad de accidentes de tránsito se debe en principio al factor humano

de las personas involucradas en dichos accidentes, y sobre todo al hecho que la mayoría de los

conductores no cuentan con la capacidad y habilidad necesaria para conducir de manera

adecuada, evitando el riesgo de generar accidentes de tránsito.

Asimismo, la investigación se basa en la afirmación que el sistema de licencias de conducción

colombiano no lleva a cabo una estricta evaluación de la habilidad y conocimiento de las personas

para conducir, lo que trae como resultado un porcentaje importante de conductores no calificados

y peligrosos en las calles y carreteras del país. Por otro lado, el mismo sistema no se encarga de

aplicar estrictas y fuertes sanciones (ej. multas y remoción de la licencia) que incentiven y a la vez

obliguen a los conductores a modificar su comportamiento en las vías.

El sistema de Licencias de Conducción por Puntos (PPS)

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) fundada en 1961, agrupa a

34 países comprometidos con el fomento de políticas que mejoren el desarrollo económico y el

bienestar social de personas en todo el mundo. A través de foros únicos, los Gobiernos de los

diferentes países participantes tienen la posibilidad de comparar experiencias, buscar respuestas a

problemas comunes, identificar las mejores prácticas y trabajar para coordinar políticas

Page 40: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

39

económicas y sociales tanto a nivel nacional como internacional (Organización para la Cooperación

y el Desarrollo Económicos (OCDE) ).

Entre los países de la OCDE, el principio básico detrás de la mejora de la seguridad vial ha

evolucionado progresivamente desde la mejora de infraestructura y seguridad de los vehículos

hasta la vigilancia y monitoreo de las conductas y comportamiento de los conductores, además del

castigo otorgado por las ofensas y violaciones cometidas (Bourgeon & Picard, 2006). En particular,

las medidas adoptadas por países como el Reino Unido, Países Bajos, Noruega y Suecia han

resultado en una reducción de la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito a menos de 7

muertos por cada 100 mil habitantes, mientras que la cifra promedio de todos los países de la

OCDE es de 12,5 muertes por cada 100 mil habitantes. Estos resultados fueron obtenidos luego de

haber llevado a cabo una vigilancia más estrecha del comportamiento de los conductores y tras la

aplicación estricta de sanciones y la privación de licencias de conducción.

Existen tres justificaciones principales por la cuales los Gobiernos anteriores recurrieron a este

tipo de políticas públicas tan agresivas, siendo la tercera el cuestionamiento acerca de la

capacidad de los conductores para evaluar el riesgo de accidentarse debido a los limites cognitivos

de los mismos o su optimismo poco realista acerca del riesgo personal (Bourgeon & Picard, 2006).

En efecto, los accidentes son relativamente poco frecuentes y es muy difícil para los conductores

evaluar la distribución de probabilidad de los costos de los accidentes de tránsito sobre la base de

experiencias personales. No obstante, sí son competentes para evaluar el costo que trae consigo la

violación de las normas de tránsito.

Los castigos por infracciones leves de la normativa vial pertenecen a dos categorías: sanciones

monetarias (multas y pago de seguros) y la privación de la licencia de conducción (suspensión o

remoción). Se podría pensar que las sanciones monetarias son preferidas por los Gobiernos ya que

terceras personas son beneficiadas a partir de los ingresos generados por estas políticas, mientras

que la revocación de un permiso de conducción no beneficia a nadie. Sin embargo, el efecto de las

multas depende de la capacidad económica de los conductores; además algunos de ellos son

crónicamente irresponsables, y solo con estrategias de incapacidad como la remoción de la

licencia se puede disminuir su número en las vías (Bourgeon & Picard, 2006).

En muchos países hoy en día, las privaciones de las licencias de conducción se basan en los

mecanismos por puntos. La implementación de estos mecanismos varía de un país a otro (como se

verá más adelante), pero sus principios generales de funcionamiento son los mismos.

Dependiendo de la gravedad, las infracciones se castigan con la pérdida de puntos hasta que en un

momento dado en que la persona ya no tiene más “crédito de puntos” y pierde el permiso de

conducción.

Estos sistemas pueden analizarse desde la perspectiva de la maximización del bienestar social,

suponiendo que la conducción prudente aumenta el bienestar general social y que la conducción

irresponsable conduce a lo contrario. Conjuntamente, un sistema óptimo de puntos debe permitir

al Gobierno eliminar de las vías a los individuos intrínsecamente irresponsables, mientras

introduce a personas que conducen con cuidado. Así, las licencias de conducción por puntos

Page 41: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

40

juegan un doble rol: por un lado es un dispositivo de selección e incapacitación y por el otro, es un

mecanismo de disuasión.

Dentro de este sistema se hace la discriminación de dos tipos de conductores: unos llamados

conductores imprudentes y los otros llamados conductores normales. En primera instancia, los

conductores imprudentes son aquellos que no son sensibles al sistema de puntos debido a su falta

de cuidado al conducir. Por el contrario, los conductores normales son los que cumplen con las

normas de circulación en las vías cuando el incentivo para hacerlo es lo suficientemente grande

(ej. multas) (Bourgeon & Picard, 2006).

Ahora bien, como dispositivos de invalidez, las licencias de conducción actúan de dos maneras.

Primero, los conductores que han perdido todos sus puntos tendrán que pasar un examen para

obtener de nuevo dicho permiso (después de haber cumplido un periodo de restricción

obligatoria) y algunos conductores imprudentes pueden ser detectados y privados por completo

de sus licencias. Segundo, los conductores irresponsables pierden sus puntos más rápidamente

que los conductores normales, lo que resulta en una disminución en la proporción de individuos

imprudentes en comparación con los normales.

Por el otro lado, como mecanismo de disuasión e incentivo, el Sistema por Puntos logra disuadir a

los conductores normales de infringir las normas de tránsito, incluso si esto es costoso en términos

psicológicos o monetarios (Bourgeon & Picard, 2006).

En referencia a las multas por infracciones, se tiene que éstas deben estar establecidas en el

máximo permitido legalmente cada vez que un conductor es sorprendido cometiendo un delito en

la vía.

Con respecto a los conductores novatos (mayormente jóvenes), el sistema está diseñado para

hacerlos demostrar su habilidad para conducir durante un periodo de prueba. Si

no logran cruzar esta fase transitoria, sin acusación formal, se les puede otorgar entonces una

licencia con “crédito de puntos” reducido.

Caso Estudio España

Luego de realizado un estudio sobre los niveles de accidentalidad en países europeos, se concluyó

que España era uno de los países con tasas de morbilidad y mortalidad más altas de la comunidad.

En términos de indicadores de riesgo, 3823 personas murieron en las vías españolas en el 2007

(Castillo-Manzano, Castro-Nuño, & Pedregal, 2010), lo que equivale a 8,6 muertes por cada 100

mil habitantes. De acuerdo al mismo estudio, España se encontraba a la par con Italia, después de

Portugal (9,2), Bélgica (10,1) y Grecia (14,9), pero mucho antes los grandes líderes europeos como

Holanda (4,3), Gran Bretaña (5,0) y Francia (7,5). La tasa de mortalidad por cada 100 mil vehículos

en España para ese mismo año fue de trece, valor más bajo que el de otros países como Grecia

(24) y Portugal (18), pero significativamente mayor que el nueve de Francia y Alemania (Castillo-

Manzano, Castro-Nuño, & Pedregal, 2010).

Page 42: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

41

Los grandes costos sociales y económicos debido a las muertes, lesiones y daños, se convirtieron

en un tema importante de estudio para los españoles; los costos llegaron a representar el 13,5%

del Producto Interno Bruto (PIB) del país (Castillo-Manzano, Castro-Nuño, & Pedregal, 2010).

Además, los estudios más recientes mostraban que todos los elementos apuntaban al factor

humano como explicación de la gran mayoría de accidentes, razón por la cual el Gobierno español

se vio en la obligación de buscar medidas e iniciativas que buscaran una solución ante el eminente

problema. Consecuentemente, de todas las medidas e iniciativas encontradas, el Sistema de

Puntos (o mejor conocido por su nombre en ingle: Penalty Point System (PPS)) era el más

recomendado por una numerosa suma de instituciones envueltas en el tema de seguridad vial.

El proyecto de ley fue aprobado el 16 de julio del 2005 y el sistema como tal fue implementado el

1 de julio del 2006. Con su aplicación e implementación, la Dirección Nacional de Tráfico (DGT)

apuntaba a lograr, por un lado, cumplir con las metas establecidas por la Comisión Europea del

2001-2010 de reducir en un 50% el número de accidentes de tránsito, y por el otro, reducir los

tradicionales niveles de accidentalidad registrados en España (Castillo-Manzano, Castro-Nuño, &

Pedregal, 2010).

En términos generales, el PPS es un sistema a través del cual las autoridades de la seguridad vial

asignan un punto a cada conductor que comete alguna infracción de tránsito. El punto puede ser

positivo o negativo dependiendo del país en el que se implemente y la gravedad de la ofensa

cometida. De esta forma, cuando el total de puntos sumados o restados alcanza el límite

permitido, la licencia de conducción es suspendida o revocada. Los sistemas basados en la

acumulación de puntos (Demerit Point System (DPS) por su nombre en inglés) se utilizan hoy en

día en países como Japón, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, varios estados de los Estados Unidos,

el Reino Unido, Irlanda, Dinamarca, Noruega y Alemania, mientras que en países como Francia, e

Italia es más frecuente sustraer puntos de un crédito inicial con el que cuenta cada conductor

(PPS) (Castillo-Manzano, Castro-Nuño, & Pedregal, 2010).

En España, el sistema otorga un número inicial de puntos (12) que son progresivamente sustraídos

a medida que el conductor comete infracciones de tránsito. Dicho sistema define tres grupos de

conductores: conductores profesionales, novatos (con permiso de conducción menor a 3 años)

and el resto de conductores. Los puntos son revocados de la licencia de conducción individual de

cada persona mas no del tipo de licencia o de la licencia del vehículo que la persona se encontraba

conduciendo a la hora de la violación. Finalmente, para aquellos conductores que agotan su

crédito, las licencias son suspendidas o revocadas y son obligados a realizar un curso de

rehabilitación y re-educación.

A continuación se muestra una tabla que evidencia el análisis de efectividad del sistema de

licencias de conducción por puntos para diferentes países.

Page 43: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

42

Autores Lugar Tipo de método Principal conclusión

Bartil & Stummvoll (2000)

Austria Recopilación y descripción sistemáticas y análisis cualitativo de expertos

Reducción del 19% en accidentes como resultado de la introducción combinada del sistema por puntos y un límite de alcohol inferior para los conductores novatos

Basili & Nicita (2005)

País hipotético

Funciones de utilidad

La introducción del sistema por puntos debe aumentar la disuasión general por el cumplimiento cada vez mayor por parte de agentes no disuadidos. Sin embargo, estos efectos no se cuantifican.

Bourgeon & Picard (2007)

País hipotético

Maximización del bienestar social

No hay cuantificación

Butler y otros (2006)

República de Irlanda

Análisis estadístico usando un análisis de varianza de dos factores

La evidencia preliminar sugiere una reducción de los accidentes de tráfico. El primer año evidenció una caída en las muertes, sin embargo en el segundo año, el número de muertes aumentó

Chen y otros (1995) Columbia Británica

Regresión logística

Los resultados mostraron un aumento de accidentes de conductores en el post-periodo, con el aumento de números en el pre-periodo de accidentes y en infracciones.

Deshapriya & Iwase (1997)

Japón Análisis de series de tiempo

Estudio conjunto de varias intervenciones judiciales destinados a disuadir conductores ebrios. No hay cuantificación

Diamantopoulou y otros (1997)

Victoria (Australia)

Modelos estadísticos multivariados

El porcentaje de visitas a la sala de Urgencias fue 12% menor durante el año anterior. El número de admitidos a hospitales fue 16% menor, y una reducción del 4% también se observó en el número de muertes (aunque este último resultado no alcanzó significación estadística suficiente).

Farchi y otros (2007)

Región Lazio (Italia)

Modelos Poisson

La tasa de visitas a la sala de Urgencias fue de 0,87, la tasa de admisiones a hospitales fue de 0,87, la tasa de muertes fue de 0,93. Sin embargo, el efecto fue menor al esperado y disminuyó con el tiempo

Gebers & Peck (2003)

California (EEUU)

Análisis de regresión lineal múltiple

Un enfoque de correlación canónica teniendo en cuenta el accidente subsecuente y las tasas de citación produjeron simultáneamente una mejoría del 14.9% en la precisión de clasificación o "tasa de éxito" para la identificación de los conductores involucrados en accidentes.

Hauer y otros (1991)

Ontario, Toronto (Canadá)

Regresión múltiple

Los autores concluyen que utilizando un modelo estadístico multivariado para identificar a los conductores que tienen más probabilidad de tener un accidente en un futuro próximo, se puede hacer mucho mejor que usando un DPS en el que se asignan puntos a los delitos sobre la base de

Page 44: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

43

su percepción de gravedad.

Healy y otros (2004)

República de Irlanda

Análisis estadístico retrospectivo

En los primeros 6 meses de uso del sistema, hubo 140 muertes en comparación con 208 en el año anterior. En los segundos 6 meses en la observación, la reducción no se mantuvo.

Hussain y otros (2006)

República de Irlanda

Evaluación comparativa de datos

El número de operaciones de cirugía maxilofacial disminuyó en un 61% durante el primer año de aplicación del PPS.

Lenehan y otros (2005)

República de Irlanda

Estudio retrospectivo de datos

Una vez que el sistema entró en vigor, hubo una reducción del 37% en el número de ingresos por accidentes de tráfico en la sala de emergencia.

Masten & Peck (2004)

California (EEUU)

Técnicas de meta-análisis

De las intervenciones de mejoramiento de conductores estudiadas, la suspensión de la licencia o su revocación fue, por mucho, el tratamiento más efectivo tanto en accidentes como en infracciones.

Meewes & Weissbrodt (1992)

Alemania Análisis de secuencia del tiempo

Un efecto de prevención general se demostró en el primer año después de la implementación del DPS, con una disminución en la participación de accidentes de alrededor del 5% en el grupo objetivo o partes de él.

Nallet y otros (2008)

Francia Análisis múltiple de correspondencia

El análisis de correspondencia ha demostrado que el peligro, las sanciones y los delitos están vinculados en la representación mental del curso que tomaron.

Elvik y otros (1997) citado por Nolén and Östlin (2008)

6 países de la UE

Análisis descriptivo de varios estudios

El PPS reduce los accidentes de tráfico en un 12% y las lesiones en un 17%, en promedio.

Poli de Figueiredo y otros (2001)

Brasil Análisis empírico de datos

Hubo una reducción global del 21,3% en el número de accidentes y un 24,7% de reducción en el número de muertes inmediatas. Las admisiones a emergencia relacionadas con accidentes de tránsito disminuyeron en un 33,2%.

Redelmeier y otros (2003)

Ontario, Toronto (Canadá)

Estudio de caso cruzado

El riesgo de un accidente fatal en el mes después de la condena era de aproximadamente 35% menos que en un mes sin condena al mismo conductor. El beneficio disminuyó sustancialmente después de dos meses y no fue significativa entre el tercer y cuarto mes. El beneficio fue mayor para las infracciones por exceso de velocidad.

Simpson y otros (2002)

Gran Bretaña Encuesta y análisis empírico de datos

Los resultados de un nuevo PPS para los conductores novatos no se ha traducido en una disminución significativa en los accidentes en el primer año y sólo llevó a un ligero cambio en el segundo. Hubo una disminución en el porcentaje de conductores (de 4,8 a 4,5) infractores en su segundo año de conducción después de la prueba de la legislación que se introdujo.

Wong y otros (2008)

Hong Kong Modelo logit multinomial

El aumento de las sanciones por puntos y la evaluación de las multas tuvo un efecto positivo en las infracciones por pasar el semáforo en rojo (ambas con un nivel

Page 45: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

44

de significancia del 1%).

Zambon y otros (2008)

Región Veneto, Italia

Regresión de Poisson

La introducción del DPS asociado a fuertes multas llevó a un efecto positivo sobre el aumento del uso del cinturón de seguridad a corto a largo plazo.

Tabla 12 Resultados de Estudios Recientes en Diferentes Países Luego de Implementado el PPS Fuente: Castillo-Manzano, Castro-Nuño y Pedregal, 2010

Para el caso de español, un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla (US) y de la

Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) realizó un estudio para determinar la efectividad de la

medida aplicada en el país, a través del uso de diferentes modelos econométricos que tenían en

cuenta diferentes variables relacionadas con la seguridad vial. “Estudiamos cada medida de

reducción de siniestralidad de forma individualizada y estimamos el porcentaje de reducción que

le corresponde al carné por puntos, una reforma legal que entró en vigor en España en verano de

2006 y de la que ya existían experiencias previas en numerosos países como Austria, Japón o

Irlanda”, explica José Ignacio Castillo Manzano investigador de la US y coautor del estudio (Servicio

de Información y Noticias Científicas (SINC), 2010).

Los efectos de esta medida se analizaron sobre cuatro variables diferentes: muertos en carretera,

muertos de accidentes en ciudad, heridos en carretera y heridos en accidentes en ciudad.

Como conclusión del estudio, el nuevo sistema de licencias redujo en un 12,6% el promedio de

muertes en carretera durante los dos años siguientes a la entrada en vigor de la ley (luego de un

impacto inicial en el primer mes del 16,3%); y en referencia a los heridos en ciudad y carretera, el

sistema provocó un impacto inicial similar, pero los efectos desaparecieron rápidamente en menos

de un año (Castillo-Manzano, Castro-Nuño, & Pedregal, 2010).

Sobre el cuarto indicador de seguridad vial correspondiente a los muertos en accidentes urbanos,

los investigadores no encontraron ningún efecto provocado por la explicada reforma. “Para el caso

de muertos en ciudad se deben diseñar reformas específicas para la reducción de los mismos

puesto que es una variable que sigue una dinámica totalmente diferente a las demás”, subraya el

experto (Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), 2010).

Lo interesante del asunto es que el impacto de la medida del PPS en España está claramente por

encima del promedio de otros países mencionados con anterioridad. Con esto se pudo observar

que la medida era alternativa con gran impacto pedagógico en prensa y televisión, pero a la hora

de la verdad sus efectos eran tan sólo temporales y de duración muy reducida. Por el contrario, en

la mayoría de los otros países se habla de una reducción inferior a los seis meses frente a los dos

años de España y con resultados más alentadores para el largo plazo (Castillo-Manzano, Castro-

Nuño, & Pedregal, 2010).

Por otro lado, los investigadores calcularon también el efecto de la obligatoriedad del cinturón de

seguridad. Se estudió la manera en que esta medida afectaba a las mismas variables que el PPS y

se dio evidencia de que desde junio del 1992 la obligatoriedad del uso de cinturón supuso una

reducción de entre el 12% y el 13% tanto en muertos en carretera como en heridos en carretera y

Page 46: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

45

en ciudad. Porcentaje que se ha mantenido constante en el tiempo hasta finales de diciembre de

2007.

Lo anterior permitió que los investigadores concluyeran que de todas las medidas, las que

realmente provocan cambios profundos y estables en la siniestralidad son las que introducen

elementos de seguridad en el coche y se hacen obligatorias, como el uso de cinturón (Servicio de

Información y Noticias Científicas (SINC), 2010).

El Sistema Graduated Driver License (GDL)

Caso Estudio Nueva Zelanda

Situación Previa a la Implementación del Actual Sistema de Licencias de Conducción

Según el Ministerio de Transporte (1985), en 1985 la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito

para los jóvenes neozelandeses de 15-24 años, fue de casi 48 por 100.000 habitantes. En 1986, del

total de muertes causadas por el tráfico de vehículos en Nueva Zelanda, el 39% involucraba a los

jóvenes entre los 15-24 años de edad; aunque éstos tan sólo representaban el 18% de la población

total. Los conductores jóvenes de 15-19 años registraron sólo el 8% del kilometraje anual, pero

comprendieron el 27% del total de conductores involucrados en accidentes de tránsito con

lesiones.

Antes de la implementación del actual sistema de licencias de conducción DLG (por su nombre en

inglés Graduated Driver License) en 1987, cualquier persona de 15 años de edad podía aplicar y

obtener un permiso de conducción sin ninguna restricción. Para lograr esto, el individuo debía

pasar un examen estándar de conducción que incluía exámenes de visión y oído, un cuestionario

de 25 preguntas, 5 preguntas orales y un examen práctico de conducción.

Antes de esto, otros esquemas de licencias de conducción fueron probados. En 1996, se instituyó

un sistema probatorio donde todas las personas con licencias de conducción recién otorgadas,

tenían que permanecer en prueba por un periodo de 2 años. Las condiciones de este sistema

probatorio consistían en lo siguiente: las personas debían mostrar una etiqueta con la letra “L”, la

velocidad máxima de conducción era de 50 kilómetros por hora, no podían enseñar a otra persona

a conducir, y no podía maniobrar ambulancias, autobuses escolares o vehículos para el transporte

público de pasajeros. Sin embargo, después de 4 años una evaluación de este régimen

mostró que dicho sistema había tenido poco o ningún efecto sobre la tasa de accidentes, por

lo que fue revocado en 1971 (Begg & Stephenson, 2003).

En 1985, el Ministerio de Transporte propuso que un nuevo sistema de licencias de conducción

fuera introducido. Dicho sistema debía tener en cuenta las siguientes consideraciones:

a) Mejorar la preparación de los conductores jóvenes e inexpertos.

b) Fomentar el entrenamiento adecuado y formal de los individuos.

c) Alentar a las personas en proceso de aprendizaje a adquirir habilidades y actitudes más

seguras.

d) Recompensar la conducción responsable y segura.

Page 47: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

46

e) Las licencias de conducción para motocicletas no deben ser más llamativas que las

licencias para automóviles.

f) El sistema debe ser simple y de fácil aplicación.

g) Hacer evaluaciones acerca de nuevos sistemas que se lleguen a conocer.

Por otro lado, El Ministerio incluyó en el paquete de medidas mejores entrenamientos para los

instructores de conducción, formas de incentivo a los aprendices a contar con entrenamientos

formales, mejorar el estándar de las pruebas, entre otras.

De esta forma, las estrategias mencionadas anteriormente serian vistas como alternativas más

constructivas ya que apunta a hacer frente a la combinación de falta de experiencia y juventud.

Para el Ministerio de Transporte, la implementación del nuevo sistema era la forma más probable

de contribuir a una mejora en la seguridad vial del país (Begg & Stephenson, 2003).

El Sistema GDL en 1987

Luego de consideradas las recomendaciones anteriores, el sistema GDL fue implementado en

Nueva Zelanda en el año 1998. La característica más importante de este sistema es el hecho de

tener tres etapas progresivas que permiten que los conductores novatos obtengan las habilidades

necesarias para conducir antes de entrar a operar en actividades de conducción más retadoras.

Todo bajo condiciones de poco nivel de riesgo mientras los conductores maduran tanto física

como psicológicamente (Lam, 2002).

Como bien lo explican Begg y Stephenson (2003), este sistema consiste en un proceso de

otorgación de licencias de tres etapas aplicado a todos los nuevos conductores entre los 15 y 24

años de edad. La primera etapa de dicho proceso, el permiso de aprendiz, puede ser obtenido a

los 15 años luego de aprobar un examen escrito, un examen teórico oral y un examen de visión.

Con un permiso de aprendiz, la persona debe conducir siempre acompañado por alguien mayor a

20 años, con licencia de conducción completa y mayor a dos años, tener siempre consigo el

permiso de conducción y respetar el límite de alcohol en la sangre de 0,03 mg%. La duración de

este permiso es de 6 meses, pero puede ser reducida a 3 meses si el conductor toma y aprueba un

curso de conducción.

La segunda etapa del sistema GDL sigue siendo un permiso de conducción restringido que se

obtiene luego de pasar un examen práctico. Las restricciones de este permiso son: toque de queda

desde las 10pm hasta las 5am (a menos que se esté acompañado de un supervisor), no viajar con

pasajeros menores a 20 años (a menos que se esté acompañado de un supervisor) y límite de

alcohol en la sangre de 0,03 mg%. Este permiso de conducción restringido tiene un periodo de

validez de 18 meses, pero con la posibilidad de reducirlo a 9 meses si se completa el Curso de

Conducción Defensiva o Curso de Conducción Avanzada.

Luego de completar la etapa anterior, el conductor puede aplicar y obtener el permiso de

conducción completo sin tener que realizar más pruebas. Bajo el sistema GDL una persona puede

comenzar a conducir a los 15 años y tener una licencia de conducción sin restricciones a los 16

años si pasa los cursos requeridos. Las violaciones a las condiciones del GDL pueden penalizarse

Page 48: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

47

con la extensión de 6 meses de la licencia que tenga la persona en el momento; las infracciones a

las normas de tránsito son penalizadas de manera regular.

Evaluación del Sistema GDL

El primer estudio que examinó el impacto del sistema GDL en los accidentes de tránsito en jóvenes

fue el realizado por Firth y Perkins (1992). Este estudio se concentró en el grupo de personas entre

los 15 y 19 años de edad y comparó las tasas de accidentalidad del grupo con las tasas de un grupo

de personas con edades mayores a los 25 años.

En primera instancia, los resultados de Firth y Perkins (1992) mostraron una reducción en la tasa

de accidentalidad en jóvenes por cada 100 mil habitantes, en el número de heridos admitidos a

hospitales y la diferencia entre los accidentes de los jóvenes de 15 a 19 años y los accidentes de

mayores de 25 años. Aunque el efecto se disipó luego de transcurridos 2 años (1992), hubo una

continua reducción del 8% en la proporción de accidentados entre los 15 y 19 años de edad.

Con respecto a los resultados, se temía que la introducción del sistema GDL pudiera haber

resultado en un aumento de la conducción sin permiso. Sin embargo, luego de examinado el

status de los conductores involucrados en accidentes, se observó que no había presencia de

ningún incremento en dicho parámetro. Por el contrario, se evidenció una disminución en la

cantidad de jóvenes que aplicaban al examen práctico de conducción, lo que implicó una

disminución en el número de licencias de conducción producidas (Begg & Stephenson, 2003).

Por otro lado, Langley, Wagenaar, & Begg (1996) estudiaron la cantidad de heridos admitidos en

hospitales por accidentes de tránsito. Los resultados mostraron una reducción del 23% en el

número de heridos admitidos entre los 15 y 19 años de edad, una disminución del 12% para el

grupo de 20-24 años y una baja del 16% para el grupo de mayores de 25 años. Para evaluar la

validez de los resultados, se examinaron posibles tendencias con respecto a otro tipo de lesiones

no relacionadas con el transporte y se evaluaron factores económicos como el desempleo. Al final

se obtuvo que del 23% de reducción en heridos admitidos para el grupo de 15-19 años, 7% pudiera

atribuirse al sistema GDL.

De lo anterior, se puede concluir que el mayor impacto del sistema GDL fue la gran reducción en la

cantidad de conductores jóvenes, lo que a su vez disminuyó su exposición a accidentes de tránsito.

Evidencia de esto fue descenso repentino en el número de licencias de jóvenes entre los 15 y 19

años con licencias de conducción luego de introducido el sistema. No obstante, aunque hubo una

baja inicial del número de permisos entre los jóvenes, luego de algunos años el nivel normal fue

recuperado. Al mismo tiempo, el número de accidentes con jóvenes involucrados continúo

decreciendo, dando como resultado menores tasas de fatalidad y admitidos en hospitales por el

número total de licencias de conducción (Begg & Stephenson, 2003). Para confirmar esto, Begg,

Stephenson, Alsop y Langley (2001) realizaron un nuevo estudio donde se concluyó que las

restricciones propuestas por el sistema GDL, y en particular el toque de queda para los jóvenes

durante la noche, habían hecho contribuciones positivas en la reducción de accidentes de tránsito

en los jóvenes.

Page 49: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

48

Para 1999, luego de una extensa revisión por parte de la Autoridad Europea de Seguridad en

Transporte Terrestre (LTSA pos su nombre en inglés), se llevaron a cabo un número de

modificaciones al sistema GDL. Dentro de estas modificaciones se tiene lo siguiente: el sistema

debe aplicarse a todos los conductores novatos y no solamente a los jóvenes, la licencia de

aprendiz debe durar como mínimo 6 meses; y el permiso restringido debe tener un periodo de

duración de 18 meses para los jóvenes (con posible reducción a 12 meses luego de realizar y pasar

un curso de conducción preparado por la LTSA) y de 6 meses para los conductores de más de 24

años de edad (con posible reducción a 3 meses). Finalmente, para obtener la licencia de

conducción completa, las personas ahora deben pasar un examen basado en habilidades de

conducción y reconocimiento de situaciones peligrosas (Begg & Stephenson, 2003).

En las gráficas que se muestran a continuación, se puede ver el impacto que tuvo la

implementación del sistema GDL en el nivel de accidentes graves que se presentaron en Nueva

Zelanda entre los años 1980 y 1998. La primera se hizo con respecto a la población y la segunda

por respecto al número de licencias de conducción.

Gráfica 9 Tasa de Mortalidad y de Hospitalización por casa 100 Mil Habitantes en Nueva Zelanda. 1980-1998

Fuente: Begg y Stephenson, 2003.

Gráfica 10 Tasa de Mortalidad y de Hospitalización por casa 100 Mil Licencias de Conducción en Nueva Zelanda. 1980-

1998 Fuente: Begg y Stephenson, 2003

Page 50: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

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Caso Estudio California

El sistema GDL reduce las muertes en jóvenes por accidentes de tránsito ya que disminuye las

horas de conducción en edades tempranas y mejora las habilidades para conducir de las personas.

La ley del primero de julio de 1998 referente al sistema GDL de California es una de las leyes más

estrictas en comparación con otros estados de Estados Unidos. Como se observa en la Tabla

siguiente, la ley obliga a los jóvenes a completar durante un año un proceso de tres etapas hasta

obtener el permiso de conducción sin restricciones. Sin embargo, si la persona decide esperar

hasta tener 18 años de edad, puede obtener la licencia de conducción sin cumplir los requisitos.

Requisitos mínimos para obtener la licencia de conducción para adolescentes "antes y después de la aplicación de la Ley del sistema GDL"

Antes del GDL

El programa anterior de licencias de conducción de California, implementado el 1 de octubre de 1983, incluye los siguientes requisitos para solicitantes menores de 18 años:

• Permiso de instrucción de 1 mes que permita conducir estando supervisado por el padre o tutor, cónyuge, o un adulto de 25 años de edad o más.

• Completar satisfactoriamente los cursos de educación y entrenamiento en conducción.

• Certificación de los padres donde se establezca que el adolescente completo satisfactoriamente los ejercicios de la guía Padre/hijo y que tiene las habilidades suficientes para aprobar el examen de conducción DMV.

• Programa de control de violaciones durante el primer año de concesión de la licencia.

Bajo el GDL (Código de Vehículos de California Sección 12814) desde el 1 de julio de 1998:

Etapa 1. Permiso de aprendiz (mínimo 6 meses):

• El padre o tutor certifica que el conductor adolescente ha completado 50 horas de práctica detrás del volante (10 horas de noche) supervisado por el padre o tutor, cónyuge, o un adulto de 25 años de edad o más.

• Completar satisfactoriamente los cursos de educación y entrenamiento en conducción.

• El conductor adolecente, salvo en determinadas circunstancias, no puede manejar entre la medianoche y las 5am ni transportar pasajeros menores de 20 años, a menos que esté supervisado según lo definido anteriormente.

Etapa 2: Licencia provisional (12 meses, o hasta que cumpla los 18 años)

• Licencia de conducción provisional concedida al estudiante si es mayor de 16 pero menor de 18 años de edad, y aprueba el entrenamiento avanzado de conducción y el examen práctico de conducción.

• A menos que esté acompañado por un conductor mayor de 25 años de edad, el estudiante no puede manejar entre la medianoche y las 5am ni transportar pasajeros menores de 20 años de edad.

• Las enmiendas, efectivas el 1 de enero de 2006, extendieron la prohibición de manejar de noche entre las 11pm y las 5am y transportar pasajeros menores de 20 años de edad a 1 año (en vez de 6 meses).

Etapa 3: El estudiante obtiene la licencia de conducción completa luego de haber completado los pasos anteriores.

Tabla 13 Requisitos para la Obtención del Permiso de Conducción sin Restricciones Fuente: Departamento de Vehículos Motorizados de California, 2006

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Según estadísticas del Departamento de Vehículos Motorizados de California (2006), se tiene que

la proporción de conductores de 16 años de edad pasó de 22,0% antes de implementada la ley del

sistema GDL a 18,2% después de aplicada la ley, y para los conductores de 17 años de edad, la

proporción cambió de 39,6% a 37,1%; mientras que la proporción de conductores de 18 años de

edad aumentó de 54,0% a 55,6&, y la de los conductores de 19 años de edad creció del 64,2% al

66,3% (Males, 2007).

Luego de realizado un estudio (Males, 2007) donde se observaron los cambios de tasa de

accidentalidad para los conductores jóvenes entre los años 1995 y 2005 (siendo 1998 el año en

que se implementó el sistema GDL), se obtuvo como resultado que luego de implementada la ley

los niveles de fatalidad entre las edades 16 y 17 se redujeron, mientras que para las edades 18 y

19 la misma tasa se incrementó (Tabla 14).

Muerte en conductores por accidentes de tránsito en la vía pública y tasa por cada 100 mil habitantes antes y después de la implementación de la ley del sistema GDL, por edad

Edad Periodo anterior a la Ley del GDL Transición Periodo después de la Ley del GDL

Periodo Muertes Habitantes 000

Tasa Periodo Periodo Muertes Habitantes 000

Tasa

16 1/95-6/98 75 1.625,90 4,61 7/98-6/99 7/99-12/05 133 3.364,40 3,95

17 1/95-6/99 146 2.089,90 7,01 7/99-6/00 7/00-12/05 201 2.838,50 7,12

18 1/95-6/00 282 2.548,60 11,06 7/00-6/01 7/01-12/05 328 23.050,00 13,96

19 1/95-6/01 361 3.029,00 11,92 7/01-6/02 7/02-12/05 272 1.867,30 14,57

Tabla 14 Tasa de Fatalidad en Accidentes de Tránsito para las Edades entre los 16 y 19 años, Antes y Después de Implementado el GDL Fuente: Males, 2007

De igual forma, es estudio (Males, 2007) mostró que luego del sistema GDL la proporción de

conductores muertos sin licencia de conducción aumento del 23% al 34% para las personas de 16

años de edad, y del 22% al 29% para las personas de 17 años de edad. Las personas de 16, 17 y 19

años de edad sufrieron incrementos sustanciales en las tasas de fatalidad para conductores sin

permiso de conducir, después de aplicada la ley del GDL.

Por otro lado, en lo referente a las prohibiciones a los nuevos conductores menores de 18 años de

conducir solos o con pasajeros adolescentes sin supervisión adulta, se evidenció una reducción en

muertes con conductores de 16 años con pasajeros del 15%. No obstante, para el grupo de

conductores de 18 y 19 años de edad, este número aumentó en un 38% y 26%, respectivamente.

Las personas de 18 años de edad experimentaron 42% más fatalidades al conducir sin compañía

(Males, 2007).

Así, siete años después de su promulgación, el sistema GDL no se asocia en general con la

reducción de muertes entre los conductores adolescentes sometidos a sus requisitos y parece más

bien estar ligada a mayores tasas de mortalidad (Males, 2007).

Ahora bien, los resultados anteriores sugieren dos alternativas de hipótesis. Primero, conducir a la edad de 18 y 19 años implica un menor riesgo por kilómetro recorrido que conducir a la edad de

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16 y 17 años, no intrínsecamente por mayor madurez a mayor edad, sino debido a la experiencia adquirida por conducir a edades más tempranas. El incremento en los accidentes fatales luego de implementado el sistema GDL, insinúa que los jóvenes mayores recién “graduados” del sistema pueden carecer de experiencia realista con situaciones riesgosas que fue una vez adquirida a las edades de 15, 16 y 17 años. De ser esto correcto, se puede considerar que los 16 años de edad son más seguros para empezar a conducir que los 18 o más años de edad, tal vez porque en esta edad existe aún una fuerte supervisión familiar y porque la curva de aprendizaje es más rápida en edades tempranas. Así, mayores restricciones o prohibiciones en cuanto a la edad mínima legal para empezar a conducir tienen como potencial mayores incrementos en los riesgos de accidente para los nuevos jóvenes conductores sin experiencia. Por el otro lado, la segunda hipótesis consta de la posibilidad que el sistema GDL es ineficiente en términos de reducción de riesgos para los conductores jóvenes ya que apunta a todo el grupo de jóvenes en general, en vez de concentrarse en la categoría con mayor riesgo de accidentes (Males, 2007).

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Caso Estudio Colombia

Una Mirada a la Situación Actual de Accidentalidad

Como se pudo evidenciar en páginas anteriores, los accidentes de tránsito en Colombia

representan la segunda causa de muerte violenta en el país después de los homicidios. Este tipo

de accidentalidad representa el 20% de las causas de muerte violeta en el país, convirtiéndose en

un problema de salud pública tanto para el Gobierno como para los propios ciudadanos.

Los accidentes de tránsito generan un impacto negativo en la economía nacional por cuanto toda

la sociedad paga directa e indirectamente las consecuencias que éstos traen consigo. Para el 2007,

Colombia perdió cerca de 3 billones de pesos por siniestros viales, mientras que en Bogotá, esta

cifra superó los 821 mil millones de pesos (Cámara de Comercio de Bogotá - Universidad de los

Andes). Estos valores “evidencian, por una parte, el dramático problema de salud pública que

representa la accidentalidad vial y por otra, la urgencia en la ejecución de medidas que frenen las

tendencias actuales y que mitiguen este fenómeno que se ha convertido en un factor de fuerte

impacto no sólo en términos humanos sino también económicos en todo el mundo y en el país”

(Cámara de Comercio de Bogotá - Universidad de los Andes). Así, esta situación obliga a su análisis

desde el punto de vista epidemiológico como un problema de salud pública (Secretaría Distrital de

la Movilidad).

El análisis mostrará a continuación que la situación parece no haber cambiado significativamente

con el paso de los años y con los cambios producidos por la legislación al sistema. La siguiente

gráfica expone el crecimiento del parque automotor, el aumento en las licencias de conducción

expedidas y la evolución de los accidentes de tránsito desde el año 2003 hasta el año 2010,

haciendo evidente que no se han presentado cambios importantes en la reducción de los

accidentes de tránsito, aun cuando ya han entrado en vigencia medidas para desacelerar el

crecimiento.

Gráfica 11 Datos históricos de accidentes, muertos, heridos, parque automotor y licencias de conducción, tomando

como base 100 el año 2003 Fuente: Anuario Estadístico de Accidentalidad Vial en Colombia. Año 2010.

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Accidentes 100 109 88 89 88 89 85 70

Muertos 100 97 96 96 96 96 100 98

Heridos Graves 100 98 103 95 122 125 107 107

Parque automotor 100 105 114 129 147 169 183 196

Licencias de Conducción 100 102 111 125 140 158 174 208

6585

105125145165185205

Page 54: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

53

En cuanto al número de licencias de conducción y el parque automotor, se puede ver una

tendencia exponencial de crecimiento desde el año 2003 hasta el año 2010. En este último año

cada indicador llega a valores de 208 y 196 respectivamente. Con respecto a la cantidad de

accidentes hasta el año 2004 se evidencia una tendencia de crecimiento similar a la de las licencias

de conducción y a la del parque automotor, sin embargo, a partir del mismo año se nota una

drástica disminución en dicha cantidad. Desde el 2005 hasta el 2009 el número de accidentes de

tránsito se mantiene prácticamente constante (alrededor de 88). Luego, en el año 2010 se nota

nuevamente una reducción drástica hasta llegar al valor 70 (Fondo de Prevención Vial -

Universidad de los Andes, 2010). Por su parte, los índices de heridos graves y muertos reflejan

grandes fluctuaciones entre el 2003 y el 2010, mostrando incrementos y reducciones (Fondo de

Prevención Vial - Universidad de los Andes, 2010).

Lo anterior permite resaltar que los esfuerzos más recientes del Gobierno por disminuir los niveles

de accidentalidad de Colombia no han sido lo suficientemente asertivos, pues no han permitido

obtener resultados significativos en el tema y evidencian grandes falencias en diferentes aspectos

relacionados como las inversiones en infraestructura, los mecanismos de control y el más

importante para nuestra investigación, el sistema de licencias de conducción implementado en el

país.

Ahora bien, al analizar las tasas de morbilidad y mortalidad por cada 100 mil habitantes para el

año 2010, se tiene que de cada 100 mil colombianos 100,7 resultaron heridos y 12,1 resultaron

muertos en un accidente de tránsito (Fondo de Prevención Vial - Universidad de los Andes, 2011).

Adicionalmente, en cuanto a la vulnerabilidad de las personas según el rango de edad, se

evidencia que los jóvenes son lo que más resultan heridos y el segundo grupo que más resulta

muerto, después de los ancianos. Esto puede relacionarse con el hecho de que sistema de licencias

de conducción colombiano no impone ningún tipo de restricción a los conductores novatos luego

de otorgado su permiso de conducción por primera vez.

Gráfica 12 Tasa de morbilidad normalizada por cada 100.000 habitantes en Colombia

Fuente: Anuario Estadístico de Accidentalidad Vial en Colombia. Año 2010.

0-4 5-910-14

15-19

20-24

25-29

30-34

35-39

40-44

45-49

50-54

55-59

60-64

65-69

70-74

75-79

80 YMÁS

Total 17,9 32,7 36,8 77,4 138 151 134 121 105 96,9 90,6 91,1 80,8 82,1 82,4 71,7 66,2

Hombres 20,9 37,2 41 92,5 187 212 186 160 143 130 116 116 97,3 111 110 97 103

Mujeres 14,8 28 32,4 61,5 86,9 91,2 84,3 83,8 70,6 66,5 67,8 68,6 65,9 56,3 59,6 51,7 39,7

0

50

100

150

200

250100,7 112,6

60,3

Total Hombres Mujeres

Page 55: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

54

Gráfica 13 Tasa de mortalidad normalizada por cada 100.000 habitantes en Colombia

Fuente: Anuario Estadístico de Accidentalidad Vial en Colombia. Año 2010.

Al hacer una comparación con respecto a otros países de América (Gráfica 14) se evidencia que

Colombia es uno de los Estados con niveles de mortalidad más bajos. No obstante, al hacer el

mismo ejercicio con Europa (Gráfica 15) se tiene que el país aún tiene oportunidades de mejora,

sobre todo si se adoptan medidas que hayan probado ser eficaces y efectivas en los diferentes

tipos de sistemas de licencias de conducción implementados en otros países.

Gráfica 14 Colombia frente a países americanos Muertes por 100 mil habitantes

Fuente: Datos países disponible año 2007; Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial: es hora de pasar a la acción. OMS, 2009

0-4 5-910-14

15-19

20-24

25-29

30-34

35-39

40-44

45-49

50-54

55-59

60-64

65-69

70-74

75-79

80 YMÁS

Total 1,6 2,5 2,5 8,6 17,5 18,1 17,6 15,6 14,6 14,4 13,6 15,6 15,9 17,7 23,9 28 38,8

Hombres 1,8 2,9 3 13 29 32,3 30,7 27 24,3 25,1 24,6 25,8 25,6 25,8 35,6 43,7 69,4

Mujeres 1,4 2 2 4 5,6 4,4 5,1 4,9 5,8 4,5 3,7 6,3 7,2 10,5 14,1 15,5 16,3

0

10

20

30

40

50

60

70

80

21

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21

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20

,75

19

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18

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17

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16

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15

,64

15

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14

,22

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13

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12

,80

12

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12

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12

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12

,31

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9

8,5

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40,00

5,00

10,00

15,00

20,00

25,00

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00

mil

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b.

12,119,6

4,8

Total Hombres Mujeres

Page 56: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

55

Gráfica 15 Colombia frente a países europeos Muertes por 100 mil habitantes

Fuente: Datos países disponible año 2007; Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial: es hora de pasar a la acción. OMS, 2009

Partiendo de estos indicadores y lo discutido en capítulos anteriores acerca del papel que juegan

los conductores en los accidentes de tránsito, es necesario estudiar en detalle el sistema de

licencias de conducción implementado en Colombia con el propósito de encontrar falencias en el

sistema y luego proponer mejoras en aras de alcanzar cambios significativos en las cifras de

accidentalidad vial. Para lograr esto, primero se mostrarán las políticas que el Gobierno ha

desarrollado en torno a la seguridad vial y la forma en que los diferentes organismos del Estado

llamados a participar han puesto en práctica sus funciones; luego se hará un análisis de la

legislación colombiana en lo referente al sistema teniendo en cuenta sus diferentes

modificaciones; y por último se dará evidencia de si en realidad los conductores respetan esas

normas y de la opinión que tienen con respecto al sistema.

Las Acciones del Gobierno Frente a las Estadísticas: Educación Vial

En el año 2008, la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) apoyó la iniciativa de la Administración

Distrital de implementar una política que definiera acciones concretas en torno a la prevención,

investigación y gestión de la accidentalidad vial. Esta política contempló la intervención en cuatro

áreas principales: formulación del Plan Distrital de Seguridad Vial (PDSV), estudios de puntos y

tramos críticos de accidentalidad, auditorías y mediciones en seguridad vial y comportamiento

ciudadano en Bogotá D.C. (Cámara de Comercio de Bogotá - Universidad de los Andes).

Una de las acciones de esta política fue la contratación de una empresa consultora para que

realizara una encuesta sobre conocimiento de las normas donde se preguntó a los diferentes

usuarios de la vía acerca de las señales de tránsito, los límites de velocidad, el respeto al peatón, el

comportamiento de los ciclistas y otros temas como la alcoholemia (Secretaría Distrital de

Movilidad). Dentro de los resultados obtenidos con la encuesta se resalta lo siguiente:

- El 91% de los ciclistas no sabe o conoce qué elementos de seguridad utilizar.

- El 68% de los peatones no sabe cuándo el vehículo debe ceder el paso.

25

,24

15

,12

14

,66

14

,64

13

,59

13

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12

,65

12

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r 1

00

mil

ha

b.

Page 57: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

56

- El 64% de los ciclistas no sabe cuándo el vehículo debe ceder el paso.

- El 92% de los usuarios no sabe cuál es la distancia mínima de separación entre vehículos.

- El 43 % de los usuarios no conoce las señales de obra.

- El 24 % de los conductores no sabe utilizar una glorieta.

- El 16 % de los usuarios no sabe que pasar en amarillo es infracción.

- El 58% de los conductores considera que circular en reversa es permitido.

- El 42% de los usuarios no reconoce las señales reglamentarias.

- El 75% de los usuarios no sabe qué significa la señal SR-28ª.

- El 25% de los usuarios no sabe que debe detenerse antes una señal de “Pare”.

A partir de estos resultados se pudo identificar que la problemática de la seguridad vial debía

tratarse teniendo en cuenta cuatro principios: infraestructura vial, atención a víctimas,

normatividad y pedagogía y prevención. Luego de esto, se formuló finalmente el PDSV y se

pusieron en práctica diversos proyectos teniendo presente que uno de los objetivos específicos

fuera el fortalecimiento de la educación y pedagogía vial.

De acuerdo a lo anterior, se estipuló dentro del PDSV la “formación y divulgación de la seguridad

vial” (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2010) como uno de los ejes estructurales del plan. Dentro de

éste se plantearon como líneas de acción el fortalecimiento de la formación y educación en

seguridad vial por medio del “diseño e implementación de las acciones necesarias que contribuyan

a ampliar el conocimiento y generar la conciencia de la responsabilidad de todos los usuarios del

sistema de movilidad en los conceptos y valores básicos de la cultura ciudadana” (Alcalde Mayor

de Bogotá D.C., 2010); y el mercadeo intensivo de la seguridad vial donde se asegure “el

posicionamiento del tema de la seguridad vial entre los tomadores de decisión a nivel

intersectorial y entre los ciudadanos en general, así como la implementación de campañas de

seguridad vial de larga duración, campañas intensivas de educación ciudadana y programa

permanente de difusión masiva” (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2010).

Por otro lado, dentro del eje de “formación e información para la seguridad vial” (Alcalde Mayor

de Bogotá D.C., 2010) se establecieron programas de seguridad vial en la educación no formal,

como lo es la capacitación en la actividad de conducir, se gestionaría “la inclusión del terna de

seguridad vial en los cursos de conducción impartidos por los Centros de Enseñanza

Automovilística” (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2010) y se realizaría concretamente “la gestión

con las entidades competentes a nivel nacional con el fin de trabajar conjuntamente en la

reorientación de los contenidos de los cursos de las escuelas de conducción en los centros de

enseñanza automovilística” (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2010).

En resumen, se podría decir que en el ámbito pedagógico y de prevención el PDSV propuso planes

de acción desde dos acercamientos diferentes pero que se complementan, uno a través de

campañas de educación vial gestionadas por el Fondo de Prevención Vial, y otro por medio del

Ministerio de Transporte que utiliza las normas establecidas en el Código Nacional de Tránsito

Terrestre de Colombia, y que a su vez rigen las diferentes partes que componen el sistema de

licencias de conducción del país, siendo una de ellas todo lo referente a los Centros de Enseñanza

Page 58: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

57

Automovilística. Es así como el Gobierno plantea una transformación en la actitud y

comportamiento de los conductores como medida que busca una reducción en los índices de

morbilidad y mortalidad por accidentes de tránsito.

Actores en la Educación Vial de los Conductores

Fondo de Prevención Vial

El Fondo de Prevención Vial (FPV) es una organización de derecho privado, creada por la Ley 100

de 1993. El Fondo de Prevención Vial y el Ministerio de Transporte tienen como finalidad la

realización conjunta de campañas de seguridad vial en coordinación con las entidades estatales

que actúan con el mismo propósito, a capacitar a los conductores, a hacer más seguras las vías, a

mantener en buen estado de seguridad los vehículos, a ejercer un eficaz control de los infractores,

a capacitar y fortalecer las entidades de control y a actualizar y divulgar masivamente las normas

en materia de tránsito (Secretaría Distrital de la Movilidad).

De esta forma según el Fondo de Prevención Vial, la seguridad vial implica acción entre 4 frentes

(Fondo de Prevención Vial, 2008):

- Una infraestructura que cumpla con mejores estándares de seguridad vial, de manera que

los errores de quienes conduzcan no se reflejen en víctimas.

- Contar con equipo y vehículos de buena calidad, de manera que se proteja la integridad de

los actores viales.

- Las reglas de juego y la institucionalidad deben promover un entorno más seguro, un

esquema sancionatorio adecuado y creíble.

- El comportamiento de los usuarios debe estar orientado a la seguridad y para ello se

requiere pedagogía y control.

Con respecto al último numeral expuesto, el FPV viene desarrollando desde hace ya varios años

campañas de seguridad vial que apuntan a capacitar a todos los usuarios de la vía en cuestiones de

cultura vial y educación en tránsito. Campañas como “Las estrellas negras”, “Inteligencia vial”, “Si

vas a tomar, entrega las llaves”, entre otras (Fondo de Prevención Vial), son tan sólo algunos

ejemplos de los esfuerzos por concientizar a cada uno de los actores viales acerca de la

vulnerabilidad que cada uno corre al ser partícipes del tránsito. Sin embargo, no existen estudios

que demuestren la efectividad real de dichas campañas en relación con los niveles de

accidentalidad vial que se presentan en el país, pues las mediciones que se hacen en referencia a

las campañas son “mediciones de recordación, de aceptación de la campaña y demás; ya hacer

una alusión que alguna campaña bajó niveles de accidentalidad en algún porcentaje no se hace

porque la disminución de la accidentalidad es atribuible a muchos factores, la dificultad es la

ponderación de qué tipo de medida en que cantidad influyó sobre el fenómeno” (Vargas Castillo,

comunicación personal, abril de 2011).

Las campañas anteriores están dedicadas a instruir a los conductores, no obstante, se hace

necesario ahora dar una mirada hacia la normatividad que regula la manera en que éstos obtienen

sus licencias de conducción. Adicionalmente, se mostrarán los resultados obtenidos de un sondeo

Page 59: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

58

experimental realizado a un grupo de estudiantes de la Universidad de los Andes, con el fin de

evidenciar la forma en que las personas cumplen los requisitos establecidos en la ley y su opinión

con respecto a diferentes elementos del sistema de licencias de conducción en el país.

Ministerio de Transporte y la Legislación Colombiana: Código Nacional de Tránsito

Terrestre de Colombia

Licencias de Conducción y los Centros de Enseñanza Automovilística

A partir del Articulo 1 del Decreto 2053 de 2003: “El Ministerio de Transporte tiene como objetivo

primordial la formulación y adopción de las políticas, planes, programas, proyectos y regulación

económica en materia de transporte, tránsito e infraestructura de los modos de transporte

carretero, marítimo, fluvial, férreo y aéreo y la regulación técnica en materia de transporte y

tránsito de los modos carretero, marítimo, fluvial y férreo” (Ministerio de Transporte).

Específicamente, la Subdirección de Tránsito se encarga de cumplir con las siguientes funciones

(Ministerio de Transporte):

- Planear, coordinar, ejecutar, controlar y evaluar la formulación de políticas y la regulación

técnica en materia de tránsito en los modos carretero, marítimo, fluvial y férreo.

- Ejecutar los planes, programas y proyectos en materia de tránsito, tráfico y seguridad de

los modos de su competencia.

- Expedir los actos administrativos pertinentes para el diseño y asignación de la placa única

nacional, licencias de conducción y especies venales; clasificación y reclasificación de los

Organismos de Tránsito, autorización de funcionamiento de las sedes operativas y

supresión de permisos, cuando dichas funciones no estén asignadas o delegadas a otra

entidad.

- Expedir los actos administrativos necesarios para las autorizaciones y demás

requerimientos relacionados con el tráfico y tránsito carretero, marítimo, fluvial, y férreo.

- Expedir los actos administrativos pertinentes para la autorización, constitución,

funcionamiento y clasificación de los Centros de Enseñanza Automovilística.

- Dirigir y coordinar los estudios para la fijación de la política, planes y programas sobre

seguridad vial en los modos de su competencia.

A partir de este conocimiento, se realizó una entrevista a la Dra. Betty Esperanza Herrera García,

ex Subdirectora de Tránsito y actual asesora de la Dirección de Transporte y Tránsito, con el

propósito de esclarecer las funciones del Ministerio de Transporte en relación con las licencias de

conducción, el código y normas de tránsito y los Centro de Enseñanza Automovilística.

La Subdirección de Tránsito es la habilitación de todos aquellos entes de apoyo al Tránsito como lo

son los Centros de Enseñanza Automovilística, los Centros de Reconocimiento de Conductores, los

Centros de Diagnóstico Automotor, los Organismos de Tránsito que son las autoridades que tienen

funciones en las jurisdicciones a las que corresponden, entre otros (Herrera García, entrevista

personal, abril de 2011).

Page 60: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

59

En lo referente al sistema de licencias de conducción, el punto de partida y el soporte legal se

encuentra en el capítulo 2 del Código Nacional de Tránsito Terrestre de Colombia expedido luego

de la Ley 769 de 2002 (Ministerio de Transporte, 2002).

Con respecto a la otorgación, el Artículo 4 de la Ley 1383, por el cual se modifica el Artículo 17 de

la Ley 760 de 2002, estipula: “Otorgamiento. La licencia de conducción será concedida por primera

vez a quien cumpla con todos los requisitos descritos en el Artículo 19 del Código, por la entidad

pública o privada autorizada para el efecto por el Organismo de Tránsito en su respectiva

jurisdicción.” (Ministerio de Transporte, 2010).

El Artículo 2 de la Ley 1397 de 2010, que modifica el Artículo 18 de la Ley 769 de 2002, dice:

“Facultad del titular. La licencia de conducción habilitará a su titular para conducir vehículos

automotores de acuerdo con las categorías que para cada modalidad establezca la reglamentación

que para el caso adopte el Ministerio de Transporte, estipulando claramente si se trata de un

conductor de servicio público o particular.

Parágrafo. El Ministerio de Transporte en un plazo no mayor a treinta (30) días reglamentará el

examen teórico y el examen práctico de conducción, que serán obligatorios aprobar por quien

aspire a obtener por primera vez, a recategorizar o a refrendar una licencia de conducción.

El examen teórico se presentará ante los Centros de Enseñanza Automovilística que se encuentren

inscritos ante el RUNT.

El examen práctico se podrá presentar ante los Centros de Enseñanza Automovilística, ante los

Organismos de Tránsito, o ante los particulares que se encuentren debidamente habilitados para

ello e inscritos ante el RUNT de acuerdo a la reglamentación que para el caso adopte el Ministerio

de Transporte” (Ministerio de Transporte, 2010).

El Artículo 3 de la Ley 1397 de 2010, por el cual se modifica el Artículo 19 de la Ley 769 de 2002,

contempla: “Requisitos. Podrá obtener una licencia de conducción para vehículos automotores,

quien acredite el cumplimiento de los siguientes requisitos:

Para vehículos particulares:

1. Saber leer y escribir.

2. Tener dieciséis (16) años cumplidos.

3. Presentar un certificado de aptitud en conducción otorgado por un Centro de

Enseñanza Automovilística inscrito ante el RUNT.

4. Aprobar un examen teórico de conducción y un examen práctico de conducción para

vehículos particulares que realizarán los organismos descritos en el parágrafo del

artículo 2° de la presente ley, que cumplan la reglamentación que expida el Ministerio

de Trasporte.

5. Presentar Certificado de aptitud física, mental y de coordinación motriz para conducir

expedido por un Centro de Reconocimiento de Conductores habilitado por el

Ministerio de Transporte, de conformidad con la reglamentación que expida el

Page 61: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

60

Ministerio de Transporte y debidamente acreditado como organismo de certificación

de personas en el área de conductores de vehículos automotores. Para vehículos de

servicio público: Los mismos requisitos enumerados anteriormente, pero referidos a la

conducción de vehículos de servicio público, conforme a la reglamentación que expida

el Ministerio de Transporte. En la cual se debe tener en cuenta que los conductores de

servicio público deben recibir capacitación en competencias laborales y tener por lo

menos dieciocho (18) años cumplidos.

Parágrafo 1°. Para obtener la licencia de conducción por primera vez, o la recategorización, renovación, y refrendación de la misma, se debe demostrar ante las autoridades de tránsito la aptitud física, mental y de coordinación motriz, valiéndose para su valoración de los medios tecnológicos sistematizados y digitalizados requeridos, que permitan medir y evaluar dentro de los rangos establecidos por el Ministerio de Transporte según los parámetros y límites internacionales entre otros: las capacidades de visión y orientación auditiva, la agudeza visual y campimetría, los tiempos de reacción y recuperación al encandilamiento, la capacidad de coordinación entre la aceleración y el frenado, la coordinación integral motriz de la persona, la discriminación de colores y la phoria horizontal y vertical” (Ministerio de Transporte, 2010).

En primer lugar, dado lo estudiado en capítulos anteriores acerca de la accidentalidad en los

conductores jóvenes al compararla con otras personas más experimentadas y maduras, debería

ser revisado el hecho que el sistema de licencias de conducción del país no precise un periodo de

prueba para las personas que obtienen su permiso de conducción por primera vez, donde se le

permita a éstos adquirir habilidades necesarias antes de incurrir en actividades de conducción más

desafiantes, como lo son el conducir sin compañía de alguien experimentado, manejar durante la

noche y transportar a pasajeros, entre otros.

Por otro lado, según la ingeniera Ana Patricia Herrera Medina de la Dirección de Seguridad Vial y

Comportamiento del Tránsito de la Secretaría Distrital de Movilidad de Bogotá,

“desafortunadamente, la expedición de la licencia no garantiza que el poseedor posea las

habilidades y destrezas necesarias para desenvolverse con seguridad en la vía y en tal sentido se

entiende que los Centros de Enseñanza Automovilística deben estar legalmente autorizados para

la prestación del servicio de capacitación en conducción de vehículos” (Herrera Medina,

comunicación personal, abril de 2011). Las escuelas de conducción tienen la responsabilidad de

capacitar a todos los futuros conductores e introducir en las vías sólo a aquellos que demuestren

ser lo suficientemente competentes, no obstante la realidad muestra que lo anterior no ocurre

puesto que hoy en día se encuentran en la calle personas que provocan accidentes de tránsito ya

sea por simple falta de conocimiento de las normas, o peor, por incurrir en actitudes y

comportamientos aberrantes que atentan contra la vida de otros usuarios.

Para la Dra. Herrera García es justo en este artículo donde comienzan las falencias del sistema de

licencias de conducción en Colombia. “Yo pienso que el primer actor en esa cadena es

efectivamente el Centro de Enseñanza Automovilística, la responsabilidad más importante radica

en la tarea que ellos hacen. Lamentablemente tiene uno que reconocer, a estas alturas, que las

escuelas de conducción tienen como prioridad más el negocio que la formación. Ellos venden

Page 62: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

61

certificados de conducción, no imparten capacitación a los conductores” (Herrera García,

entrevista personal, abril de 2011). Esto se evidencia toda vez que una persona acude a un Centro

de Enseñanza Automovilística con el propósito de obtener su certificado de conducción y se topa

con una empresa que atrae clientes no por su calidad en formación, sino por ofrecer bajos precios

y formas rápidas para la obtención del certificado sin necesidad de cumplir con la ley en cuanto a

los cursos de capacitación y la evaluación del estudiante.

“En el Tránsito hay muchas actividades que requieren capacitación y uno pensaría que los

primeros llamados a impartir dicha capacitación serían los Centros de Enseñanza Automovilística.

Pero bajo las condiciones en que hoy están todavía no es posible pensar en esto” (Herrera García,

entrevista personal, abril de 2011). Los Centros de Enseñanza Automovilística, movidos por la

parte económica, no se especializan en entrenar tanto práctica como teóricamente a sus futuros

conductores, ni los sensibilizan en términos del nivel de responsabilidad que encamina la actividad

de conducir. Proponen cursos en los que enseñan a las personas a maniobrar un vehículo, pero

fallan a la hora de implementar programas que enseñen realmente a conducir sin poner en riesgo

la vida de los otros usuarios de la vía. Por esta razón, se lleva a cabo en estos momentos un

proceso de homologación de las escuelas de conducción donde se pretende poder eliminar a

todos los Centros de Enseñanza Automovilística que no cumplan con la Ley 769 de 2002 que

actualmente contempla la obligatoriedad de que éstos se transformen y se conviertan en

entidades de carácter docente.

El Capítulo 1 Artículo 12 del Código Nacional de Tránsito Terrestre de Colombia establece:

“Naturaleza. Todo Centro de Enseñanza Automovilística, es un establecimiento docente de

naturaleza pública, privada o mixta, que tenga como actividad permanente la instrucción de

personas que aspiren a obtener el certificado de capacitación en conducción, o instructores en

conducción” (Ministerio de Transporte, 2002). De esta forma ya no podrán existir las conocidas

“escuelas de garaje” que se sirven tan sólo del dinero para mantener su actividad y será

obligatorio que todas estas entidades cumplan con los estándares de calidad que se requieren por

ser de carácter docente. Adicionalmente, en el artículo 14 el mismo código se establece:

“Capacitación. La capacitación requerida para que las personas puedan conducir vehículos

automotores y motocicletas por las vías públicas deberá ser impartida por los Centros de

Enseñanza Automovilística legalmente autorizados” (Ministerio de Transporte, 2002). Así, a partir

de estos artículos se inició un trabajo en conjunto con el Ministerio de Educación para hacer una

reglamentación donde se contemplaran los parámetros que éste tiene trazados para las entidades

docentes y que a su vez servirán de herramienta para certificar o no la legalización de cada escuela

de conducción. Como resultado de esta labor hoy existen dos actos administrativos que regulan el

funcionamiento de las escuelas: el Decreto 1500 del 2009 y la Resolución 3245 de 2009, dentro de

los cuales se determinaron unas reglas de juego muy especiales ya que inicialmente la Ley 769

estipulaba que los Centros de Enseñanza Automovilística eran instituciones de educación para el

trabajo y desarrollo humano y no establecimientos docentes.

Por un lado, el Decreto 1500 de 2009 es el documento “por el cual se establecen los requisitos

para la constitución, funcionamiento y habilitación de los Centros de Enseñanza Automovilística,

Page 63: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

62

se determina su clasificación y se dictan otras disposiciones” (Ministerio del Interior y de Justicia,

2009). Por el otro, la Resolución 3245 de 2009 es el documento por el “cual se reglamenta el

Decreto 1500 de 2009 y se establecen requisitos para la habilitación de los Centros de Enseñanza

Automovilística” (Ministerio de Transporte, 2009). A partir de estos actos administrativos se

reglamentaron los requisitos que se deben cumplir para que una escuela de conducción sea

considerada legalmente Centro de Enseñanza Automovilística y también se parametrizaron las

características que éstos deben tener desde el contenido de los cursos de capacitación hasta los

tipos de vehículo con los que se debe contar, entre otros.

Actualmente existen 449 Centros de Enseñanza Automovilística activos en el Registro Único

Nacional De Tránsito (RUNT) a nivel nacional (Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT)), de los

cuales tan solo 21 de ellos se encuentran habilitados bajo el Decreto 1500 de 2009 (Registro Único

Nacional De Tránsito (RUNT) ). De igual forma, se espera que con la nueva reglamentación el

número de Centros de Enseñanza Automovilística activos se reduzca a la mitad ya que no todos se

encuentran en condición de cumplir con todos los requisitos (ej. escuelas de garaje). Para muchos,

este hecho es un punto de gran discusión debido a que con el cierre de la mitad de las escuelas de

conducción muchas personas perderían sus trabajos, “pero lamentablemente la seguridad está

por encima y nosotros necesitamos verdaderos educadores” (Herrera García, entrevista personal,

abril de 2011).

A pesar de que lo único que se busca es un control sobre los Centros de Enseñanza Automovilística

para lograr mejoras en el sistema de licencias de conducción en cuanto a los niveles de

accidentalidad, las escuelas de conducción han venido ejerciendo un fuerte rechazo ante el

Decreto y la Resolución ya que pretenden no tener que someterse a todo el proceso (Herrera

García, entrevista personal, abril de 2011). Por ser entidades docentes el Ministerio de Educación

las obliga a implementar ciertos programas, cumplir con determinados requisitos de instalaciones,

capacitar la calidad de su personal, etc.; sin embargo, esto no es algo conveniente ni positivo para

las escuelas puesto que significa que éstas dejarían de vender simplemente una certificación de

conducción y tendrían que realizar grandes inversiones para poder modificar y corregir su

estructura de operación, y así cumplir con la ley.

Dado al fuerte rechazo y a la estructura actual de los Centros de Enseñanza Automovilística, podría

cuestionarse si éstos son los establecimientos adecuados para impartir la capacitación completa

en conducción. Las escuelas de conducción ofrecen programas de entrenamiento en la operación

de un vehículo, mas no contemplan la importancia que tiene la parte teórica en cuanto a la

peligrosidad que conlleva el no comprender y respetar las normas de tránsito. Los Centros de

Enseñanza Automovilística son de gran ayuda a la hora de aprender a maniobrar un aparato, pero

no están lo suficientemente facultados para enseñar a una persona a conducir y que luego ésta

pueda transitar libremente por las vías cerciorando la seguridad vial de todos los usuarios de la vía.

Pero no todo recae sobre el contenido de los cursos de conducción, gran parte de la

responsabilidad también está contenida en los exámenes práctico y teórico que los futuros

conductores deben presentar para demostrar su habilidad para conducir y conocimiento en

seguridad vial. Para demostrar que una persona sabe realmente conducir se le debe hacer una

Page 64: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

63

medición no sólo desde el punto de vista práctico, sino también considerando el grado de

conocimiento de las normas de tránsito, la actitud y comportamiento que se adquiere en la vía, la

percepción que se tiene del riesgo. etc. Al hacerlo se evidencia que hoy en día “muchos

conductores saben maniobrar el aparato, pero no conocen las normas, no dimensionan la

responsabilidad, no tienen en su cabeza ni siquiera la conciencia del efecto que tiene el hecho de

salir a la calle a conducir un vehículo. Esta es una actividad riesgosa que atenta contra la vida del

usuario y este es el punto más vulnerable” (Herrera García, entrevista personal, abril de 2011).

Desde la expedición de la Ley 1397 de 2010, se dejó de hablar de un examen teórico-práctico y se

comenzaron a tratar dos exámenes independientes: uno teórico que debe ser presentado en un

Centro de Enseñanza Automovilística, y uno práctico que debe realizarse ya sea en una escuela de

conducción, en un Organismo de Tránsito o en el particular en quien se delegara (Ministerio de

Transporte, 2010). Según la Dra. Herrera García el examen teórico debe ser similar al examen

estilo ICFES donde las personas se preparan en un colegio y después viene un tercero que hace

una evaluación y determina la calidad de la formación que los estudiantes recibieron. Al ser un

tercero quien realice la valoración, las escuelas de conducción podrán hacer parte de un ranking

de posiciones donde se evidencia que aquel conductor que efectivamente recibió una muy buena

formación será el que tenga la certeza de aprobar el examen (Herrera García, entrevista personal,

abril de 2011).

Efectivamente, si se terceriza por completo la realización de los exámenes no sólo se logrará la

honestidad absoluta por parte de los Centros de Enseñanza Automovilística ante los resultados de

sus estudiantes, sino también se fomentará la calidad como motor importante dentro de la

función y operación de las escuelas de conducción. Aquel establecimiento que capacite y eduque

adecuadamente a sus futuros conductores, logrará que éstos obtengan buenos resultados en sus

exámenes y a su vez alcanzará un buen posicionamiento en comparación con la competencia que

le traerá como resultado mayores clientes y más altos ingresos. Por esta razón existe hoy en día un

proyecto de ley donde se ha propuesto realizar una modificación para que sean los Organismos de

Tránsito u otra autoridad del Estado, los entes encargados de realizar dicha evaluación.

En la Resolución 1600 de 2005 se contemplan los requisitos y los procedimientos para hacer el

examen teórico y el examen práctico de conducción, estando éstos diseñados, parametrizados,

vigilados y supervisados por el Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT). Sin embargo, esta

Resolución no se implementó porque, a pesar de que el RUNT nació con la Ley 769 de 2002, tan

sólo empezó a operar a finales de 2009 imposibilitando el funcionamiento de la Resolución. Este

atraso fue producto de una inconstitucionalidad hallada en la Ley 769 que luego fue solucionada

por la Ley 1006 de 2006. Una vez expedida esta última ley, se dio inicio a todo el proceso de

estructuración del proyecto y de contratación para la formación del RUNT.

Vale la pena aclarar que el Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT) es un sistema de

información que permite registrar y mantener actualizada, centralizada, autorizada y validada la

misma sobre los registros de automotores, conductores, licencias de tránsito, empresas de

transporte público, infractores, accidentes de tránsito, seguros, remolques y semirremolques,

Page 65: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

64

maquinaría agrícola y de construcción autopropulsada y de personas naturales o jurídicas que

prestan servicio al sector. El RUNT es un sistema que aportará al Estado la información para la

adopción de políticas en materia de transporte y tránsito terrestre e igualmente para controlar y

planificar la actividad del sector. El objetivo del RUNT es entonces centralizar, unificar y la vez

mejorar la calidad de la información de: el Ministerio de Transporte, Direcciones Territoriales (DT),

la Superintendencia de Puertos y Transporte, las Autoridades de Tránsito y Transporte y

Organismos de Tránsito (OT) (Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT) ).

Ahora bien, para el momento en que la Resolución 1600 podía entrar en vigencia se expidió la

anterior Ley 1397 de 2010 donde el RUNT ya no sería el ente encargado de realizar los exámenes

teórico y práctico de conducción, sino lo harían los mismos Centros de Enseñanza Automovilística

que formaron al conductor. Con esta modificación entró en juego el debate de qué tanto la

escuela de conducción deja de ser un juez evaluador de la habilidad y conocimiento de los

conductores, para convertirse en la ayuda que éstos necesitan para aprobar dichos exámenes y

lograr, efectivamente, la expedición de sus licencias de conducción. En palabras de la Dra. Herrera

García: “Una escuela que lo forma y lo evalúa a uno, ¿hasta dónde se está convirtiendo en juez y

parte? ¿Qué garantía hay? La escuela no va a reconocer que no está impartiendo capacitación a

sus usuarios” (Herrera García, entrevista personal, abril de 2011). Toda la imparcialidad y

honestidad que se esperaría de las escuelas de conducción como establecimientos docentes se

pierde y vuelven las prácticas de corrupción e impunidad que facilitan el negocio y entorpecen la

función primordial del sistema de licencias de conducción, que en últimas pretende el avance en

una cultura del respeto a la vida y las normas de tránsito.

Aproximándonos nuevamente a lo estipulado en el Código Nacional de Tránsito Terrestre de

Colombia, el Artículo 6 de la ley 1383 de 2010, con la cual se cambió el Artículo 22 de la Ley 769 de

2002, especifica: “Vigencia de la licencia de conducción. Las licencias de conducción para vehículos

de servicio diferente al público, tendrán una vigencia indefinida. No obstante, cada cinco (5) años,

el titular de la licencia deberá refrendarla, para lo cual se practicará un nuevo examen de aptitud

física, mental y de coordinación motriz, que permitirá establecer que se mantienen las aptitudes

requeridas para conducir” (Ministerio de Transporte, 2010).

En referencia a las causales de suspensión o cancelación el Artículo 7 de la ley 1383 de 2010, por el

cual se modificó el Artículo 26 de la Ley 769 de 2002, dice: “Causales de suspensión o cancelación.

La licencia de conducción se suspenderá:

1. Por disposición de las autoridades de tránsito, basada en imposibilidad transitoria, física o

mental para conducir, soportado en un certificado médico o en el examen de aptitud

física, mental o de coordinación expedida por un Centro de Reconocimiento de

Conductores legalmente habilitado.

2. Por decisión judicial.

3. Por encontrarse en estado de embriaguez o bajo el efecto de drogas alucinógenas

determinado por la autoridad competente de conformidad con lo consagrado en el

artículo 152 de este Código.

Page 66: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

65

4. Por prestar el servicio público de transporte con vehículos particulares, salvo cuando el

orden público lo justifique, previa decisión en tal sentido de la autoridad respectiva.

La licencia de conducción se cancelará:

1. Por disposición de las autoridades de tránsito basada en la imposibilidad permanente

física o mental para conducir, soportado en un certificado médico o en el examen de

aptitud física, mental o de coordinación expedida por un Centro de Reconocimiento de

Conductores legalmente habilitado.

2. Por decisión judicial.

3. Por muerte del titular. La Registraduría Nacional del Estado Civil está obligada a reportar a

los sistemas creados por los artículos 8 y 10 del presente ordenamiento, el fallecimiento

del titular.

4. Reincidencia al encontrarse conduciendo en cualquier grado de estado de embriaguez o

bajo el efecto de drogas alucinógenas determinado por autoridad competente, en

concordancia con el artículo 152 de este Código.

5. Por reincidencia en la prestación del servicio público de transporte con vehículos

particulares sin justa causa.

6. Por hacer uso de la licencia de conducción estando suspendida.

7. Por obtener por medios fraudulentos la expedición de una licencia de conducción, sin

perjuicio de las acciones penales que correspondan.

Parágrafo. La suspensión o cancelación de la licencia de conducción implica la entrega obligatoria

del documento a la autoridad de tránsito competente para imponer la sanción por el período de

la suspensión o a partir de la cancelación de ella.

Transcurridos tres años desde la cancelación, el conductor podrá volver a solicitar una nueva

licencia de conducción” (Ministerio de Transporte, 2010).

Con respecto a este último artículo del Código, cuando se estaba tramitando el proyecto de ley de

la hoy instaurada Ley 1383 de 2010, el Ministerio de Transporte implementó la Licencia de

Conducción por Puntos e hizo la propuesta ante el Congreso de la República en el 2008. Dicho

proyecto de ley no fue finalmente aprobado y posterior a eso se aprobó la Ley 1383 de 2010 que

implementó los cambios ya presentados en los diferentes artículos de la Ley 769 de 2002.

Ahora bien, las causales de suspensión de la licencia de conducción contaban con un numeral más

antes de ser modificadas por la Ley 1383 de 2010. Dicho numeral exponía que el permiso de

conducción sería suspendido “por reincidir en la violación de la misma norma de tránsito en un

período no superior a un año. En este caso la suspensión de la licencia será por seis meses”

(Ministerio de Transporte, 2002). No obstante, este numeral del original Artículo 26 fue eliminado

por la Ley 1383, “ello por error y falta de confrontación en el congreso cuando estaban ajustando

el proyecto de acuerdo a lo manifestado por la Corte Constitucional en respuesta a las objeciones

presentadas” (Herrera García, comunicación personal, abril de 2011). En la propuesta que el

Ministerio de Transporte había presentado, se implementaba para ese numeral en concreto el

Page 67: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

66

sistema de licencias de conducción por puntos y al eliminar los artículos que hablaban de puntos

se eliminó el numeral y no se restableció el que existía, por tanto hoy en día no se cuenta con esa

causal.

Como se evaluó en capítulos anteriores, la implementación de la Licencia de Conducción por

Puntos ayudaría a controlar quién está cometiendo infracciones y quién no. Cuando una persona

reincide en la infracción de la misma norma de tránsito, su licencia de conducción debería ser

suspendida. Luego de aprobado dicho periodo de suspensión, si la persona nuevamente comete

una infracción del mismo tipo entre un lapso de tiempo específico, su licencia de conducción

debería ser cancelada por completo. Pese a esto, cuando uno escucha en las noticias que hubo un

accidente de tránsito y la autoridad encargada hace una revisión del historial del ciudadano

conductor y encuentra que la persona debe al Estado 20 millones de pesos por infracciones de

tránsito, se demuestra la poca responsabilidad por parte de los Organismos de Tránsito (quienes

son los que otorgan las licencias de conducción) y el objetivo económico que se esconde detrás de

la Ley 1383 de 2010 a partir de la eliminación de la anterior causal de suspensión y cancelación de

la licencia de conducción.

En la actualidad, a los Organismos de Tránsito les atrae más la atención el hecho de recaudar

dinero a través de conductores reincidentes en las infracciones de tránsito, que disminuir los

niveles de accidentalidad vial de Colombia y así mejorar la seguridad vial del país. El hecho que la

norma no suspenda o cancele los permisos de conducción de los conductores que cometen

infracciones de tránsito con determinada frecuencia, evidencia de manera clara y concisa que el

sistema de licencias de conducción en el país se mueve más por motivos económicos, que por

motivos de seguridad para los ciudadanos y usuarios de la vía. Este es el punto de partida para

cuestionar la responsabilidad y rectitud de los Organismos de Tránsito. El hecho que el sistema de

licencias de conducción por puntos permita tener un control efectivo del número de infracciones

que los conductores cometen y los tiempos en que realizan dichas infracciones, es un gran valor

agregado del sistema porque, como se dijo anteriormente, ayuda a eliminar de las vías a los

individuos intrínsecamente irresponsables, mientras introduce a personas que conduzcan con

cuidado. Además, al estar este sistema conectado con el RUNT, el control de pérdida de puntos,

suspensión y cancelación de permisos de conducción estará parametrizado y sistematizado, para

así poner en primer lugar la seguridad vial de las personas y dejar de lado el factor económico que

viene rigiendo en el sistema actual de licencias de conducción.

Los Organismos de Tránsito expiden licencias de conducción sin antes comprobar que las personas

cumplan el total de los requisitos solicitados en la norma (ver resultados encuesta en el capítulo

sigueinte). “Esta administración ha centrado su atención en los Organismos de Tránsito, pues ellos

han terminado delegando sus funciones a particulares desdibujando la concepción de autoridad

que contempla la Ley 769. Los Organismos de Tránsito tienen una responsabilidad muy grande en

cuanto a la sensibilización de la ciudadanía y en cuanto al proceso de educación” (Herrera García,

entrevista personal, abril de 2011), responsabilidad que ni el Gobierno ni la ciudadanía misma

hacen respetar. Funciones como la destinación de parte del dinero recaudado por multas a

Page 68: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

67

inversiones en seguridad vial, señalización, instrucción y concientización ante el tema de Tránsito

simplemente no se llevan a cabo, demostrando así que lo único que les interesa es la parte

monetaria.

En cuanto a las infracciones de tránsito, el problema más relevante es la no educación. Los

conductores cometen tantas infracciones simplemente porque no conocen las normas de tránsito

ni son conscientes de la responsabilidad que conlleva la actividad que ellos realizan. La

problemática de la accidentalidad vial en Colombia es debida mayormente a la falta de educación

y por esta razón, para contrarrestar este hecho, existe hoy en día una modalidad de pago de las

multas por infracciones de tránsito que consiste en una reducción del 50% del valor del

comparendo si el conductor decide asistir a un curso educativo de seguridad vial. De esta manera

se enseña a los conductores ignorantes y se reeduca a aquellos que simplemente conducen

deliberadamente y tienen una muy alta percepción del riesgo. Del mismo modo, se excluye el

propósito netamente monetario detrás del recaudo de multas y se reorienta el sistema hacia una

reducción significativa de los índices de accidentalidad.

Por otro lado, los agentes de tránsito son los encargados de imponer las multas, pero en realidad

no se conoce cuál fue la formación que tuvo esta persona ni cuál es su honorabilidad, rectitud y

principios que lo acompañan. Es menester afrontar el hecho que muchas infracciones de tránsito

que no quedan registradas porque el agente de tránsito se deja sobornar o el ciudadano soborna

al agente. Si, en lugar de aumentar los precios de las sanciones, “nosotros implementáramos entes

educativos y fuéramos inflexibles, todo sería muy diferente. Se requiere una mano dura que ayude

a implementar esas herramientas que obligue a las personas a capacitarse” (Herrera García,

entrevista personal, abril de 2011). No habría cabida para la corrupción y la impunidad, pues la

única forma de pagar las sancionas sería a través de la educación.

Por todo esto es importante el paso de la modificación de la Ley 769 exigiendo que el sistema de

licencias de conducción en Colombia gire en torno a la educación desde todas sus ópticas. Sin

embargo, todavía existe un gran problema en el sector debido a la poca autoridad que ejerce la

Superintendencia de Puertos y Transporte sobre los Organismos de Tránsito y los demás entes de

apoyo al Tránsito, como lo son los Centros de Enseñanza Automovilística y los Centros de

Reconocimiento de Conductores. Como bien se puede evidenciar en el Artículo 2 de la Ley 1383 de

2010, por el cual se modificó el Artículo 3 de la Ley 769 de 2002: “Las Autoridades, los organismos

de tránsito, las entidades públicas o privadas que constituyan organismos de apoyo serán vigiladas

y controladas por la Superintendencia de Puertos y Transporte” (Ministerio de Transporte, 2010),

no obstante, pareciera que ésta no cuenta con las herramientas ni la autoridad suficientes para

ejercer dichas funciones. “Si la Superintendencia de Puertos y Transporte impusiera sanciones

ejemplarizantes a los Organismos de Tránsito que hoy el Ministerio de Transporte tiene

identificado que cometen un sinnúmero de irregularidades e ilegalidades, esta situación tendría

otro comportamiento” (Herrera García, entrevista personal, abril de 2011). Pero la falta de control

permite que el sistema dé su mano a torcer y nuevamente se dificulte el avance hacia una

sociedad que respete las normas y la seguridad vial de todos los usuarios. Es necesaria la acción de

Page 69: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

68

un ente regulador, sin la presencia de éste las prácticas de corrupción e impunidad encontrarán

cabida dentro del sistema y los esfuerzos por mejorar los índices de accidentalidad simplemente

no mostrarán resultados positivos.

“La Superintendencia de Puertos y Transporte es un organismo de carácter administrativo y

técnico, adscrito al Ministerio de Transporte, goza de autonomía administrativa y financiera

encargada de cumplir las funciones previstas en la Ley 01 de 1991 y las delegadas en los Decretos

101 y 1016 de 2000, modificados por el Decreto 2741 de 2001” (Superintendencia de Puertos de

Transporte). Su misión es “ejercer por delegación Presidencial la vigilancia, inspección y control del

sector de transporte y tránsito y su infraestructura, para el cumplimiento de las políticas públicas y

normatividad nacional e internacional, de forma que se generen condiciones de competitividad,

desarrollo económico y bienestar social” (Superintendencia de Puertos de Transporte). Pese a

esto, la cara débil que expone la Superintendencia de Puertos y Transporte frente a los

Organismos de Tránsito y de apoyo al Tránsito, ha permitido que éstos no cumplan a cabalidad

con sus funciones e “invita a que otros hagan lo mismo con la confianza de que no va a pasar

nada” (Herrera García, entrevista personal, abril de 2011). Es responsabilidad de la

Superintendencia sancionar las irregularidades en que incurran los organismos ya mencionados, si

no se hace una estricta vigilancia, supervisión y control de la manera ellos desempeñan su función,

los cambios y mejoras al sistema de licencias de conducción nunca se podrá evidenciar.

Encuesta: Desde el Punto de vista de los Conductores

Para conocer más de cerca la forma en que las personas obtienen sus licencias de conducción en

Colombia y conocer la opinión que tienen con respecto al sistema, se realizó una sondeo

experimental a 136 estudiantes de la Universidad de los Andes.

Dicho sondeo consiste de 39 preguntas cerradas (ver Anexo 1) que, por un lado, buscan indagar

acerca de los procedimientos que los conductores siguieron antes de recibir sus licencias de

conducción y, por el otro, conocer la posición de los mismos con respecto a los niveles de

accidentalidad vial y la seguridad vial en el país.

El 54% de los encuestados fueron hombres y el 46% restante eran mujeres. El 31% vive en estrato

5, seguido de un 26% que vive en estrato 6, otro 26% en estrato 4, un 13% en estrato 3 y

finalmente, un 3% que vive en estratos 0, 1 y 2. El 76% son jóvenes adultos entre los 19 y 24 años

de edad, el 32% adultos entre los 25 y 40 años, el 21% jóvenes entre los 16 y 18 años, el 6%

adultos mayores entre los 41 y 59 años y el 1% menores de 16 años de edad.

Ahora bien, de las 136 personas encuestadas, se trabajó con las respuestas de 116 de ellas ya que

las otras 20 no poseían una licencia de conducción. De este nuevo grupo de 116 personas, el 42%

había obtenido su permiso de conducción hace más de 5 años, el 41% entre 2 y 4 años, el 15%

hace menos de un año y el 3% hace un año exactamente.

En lo referente a los requisitos estipulados en el Código Nacional de Tránsito Terrestre de

Colombia para la obtención de una licencia de conducción, se preguntó si las personas habían

presentado algún tipo de certificado de conducción y/o algún certificado de de aptitud física,

Page 70: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

69

mental y de coordinación motriz para conducir, ante algún Organismo de Tránsito. Como resultado

a estas preguntas se tiene la gráfica a continuación.

Gráfica 16 Según lo pide el Ministerio de Transporte dentro de los requisitos para obtener una licencia de conducción,

¿Presentó un certificado de conducción y/o un aptitud física, mental y de coordinación motriz para conducir, ante algún Organismo de Tránsito?

Como se puede ver, el 61% de las personas presentó ambos certificados exigidos por el Ministerio

de Transporte, mientras que el 11% no presentó ninguno. De este último 11%, el 55% pagó a un

tramitador para que se encargara de la obtención de la licencia, el 27% obtuvo el permiso a través

de la escuela de conducción y el 18% restante acudió a algún familiar o amigo de la familia. Es

interesante resaltar el hecho que haya personas que no presentaron ningún certificado y

recibieron la licencia de conducción por medio de un Centro de Enseñanza Automovilística, lo que

evidencia falencias en la vigilancia y control que se le hace a estas organizaciones.

Gráfica 17 Si no presentó ningún certificado, ¿cómo consiguió el permiso de conducción?

Con respecto al grupo de encuestados que sí presentaron el certificado de conducción, se

preguntó si habían acudido a algún Centro de Enseñanza Automovilística para su obtención y si

habían realizado el curso práctico y/o teórico de conducción junto con sus respectivo exámenes;

Sólo Certificado Conducción

22%

Sólo Certificado

Médico7%

Ambos61%

Ninguno10%

Pagó a un tramitador

55%

Familiar9%

Amigo de la familia

9%

Escuela de conducción

27%

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70

según lo reglamentado en el Código. Entonces, de las 97 personas que presentaron el certificado

de conducción, el 90% acudieron a un Centro de Enseñanza Automovilística y el 10% restante lo

obtuvo por medio de un tramitador, empresa, amigo o familiar. Luego, se muestra la siguiente

gráfica con los resultados obtenidos en lo referente a los cursos práctico y teórico de conducción.

Gráfica 18 ¿Cuáles cursos de conducción realizó en el Centro de Enseñanza Automovilística?

De esta gráfica, es importante resaltar que sólo la mitad de los encuestados realizaron el curso de

capacitación completa en conducción (es decir ambos cursos), lo que demuestra que la otra mitad

de las personas tuvieron como máximo una capacitación parcial antes de obtener la licencia de

conducción. Por otro lado, es menester tener en cuenta que el 18% del grupo no tomó ningún

curso, es decir, una quinta parte de la población analizada obtuvo su permiso de conducción sin

tener una capacitación profesional que le enseñara las herramientas básicas para evitar un

accidente.

A pesar de que el 73% de las personas tomó al menos el curso práctico donde se enseña a

maniobrar un vehículo, un porcentaje menor (61%) tomó al menos el curso teórico donde se

enseña todo lo referente a seguridad vial, conocimiento de la señalización, reglamentación y

normatividad, etc. Esto permite ver que, efectivamente, un gran porcentaje de la gente se capacita

de manera adecuada en la manipulación de un vehículo automotor, pero que a su vez sólo la

mitad (o un poco más) aprende correctamente los elementos básicos de seguridad vial.

Por su parte, de las personas que realizaron el curso de conducción, el 68% consideró que el curso

ayudó mucho en el aumento de las habilidades para conducir, el 26% consideró que el curso

ayudó poco y el 6% consideró que no ayudó en nada. Con respecto al curso teórico, el 51% de las

personas que lo realizaron considera que éste si ayudó en la mejora de las habilidades para

conducir, mientras que la otra mitad (49%) considera lo contrario.

Lo anterior permite evidenciar que la mayoría de las personas que realizaron el curso de

conducción vieron mejoras en sus habilidades para conducir, aunque una tercera parte no resultó

satisfecha con el curso ofrecido por el Centro de enseñanza Automovilística. Por otro lado, tan

sólo la mitad de los encuestados vieron algo positivo en el contenido del curso teórico, mientras

Sólo Curso Práctico

21%Sólo Curso

Teórico9%

Ambos52%

Ninguno18%

Page 72: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

71

que la otra parte no vio ningún provecho, lo que demuestra que tal vez sea importante revisar la

manera en que los Centros de Enseñanza Automovilística desarrollan el curso para así poder

proponer mejoras y reforzar los resultados positivos.

Ahora bien, con respecto a los exámenes prácticos y teóricos se tiene la siguiente:

Gráfica 19 ¿Cuál examen de conducción tuvo que presentar y aprobar?

Sólo el 29% de los encuestados presentó y aprobó los dos exámenes que se exigen en el Código

como requisito para la obtención de una licencia de conducción. Es preocupante ver que casi la

mitad de las personas (44%) no presentaron ningún examen y aun así recibieron el certificado de

conducción, este hecho muestra que los Centros de Enseñanza Automovilística no tienen como

prioridad la capacitación y evaluación de las personas antes de permitirles conducir en la vía, sino

que simplemente se concentran en la expedición deliberada de certificados de conducción sin

cumplir con los requisitos que exige la norma.

Cuando se preguntó a las personas que presentaron al menos alguno de los dos exámenes de

conducción, si consideraban que éstos evaluaban correctamente que los conductores tuvieran el

conocimiento mínimo para transitar libremente sin correr el riesgo de accidentarse, se encontró

que el 59% de las personas que presentaron el examen práctico respondieron positivamente a la

pregunta y que el 57% de los encuestados que realizaron el examen teórico respondieron

negativamente a la pregunta. Esto refleja una opinión dividida entre los conductores que hace

pensar que tal vez es necesario revisar y evaluar los contenidos de cada uno de los exámenes con

el fin de fortalecer el criterio evaluativo de las pregunta y obtener mejores resultados.

Adicionalmente, el 100% de las personas que presentaron el examen práctico de conducción lo

aprobaron en el primer intento y el 97% de la gente que presentó el examen teórico lo pasó

también en el primer intento.

En resumen, de 116 personas encuestadas con licencia de conducción, solamente 18 de ellas

siguieron y cumplieron con todos los requisitos establecidos en el Código Nacional de Transporte

Terrestre de Colombia, con el fin de obtener su permiso de conducción. El resto de los

Ambos29%

Sólo Examen Práctico

19%

Sólo Examen Teórico

8%

Ninguno44%

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72

encuestados no cumplieron o cumplieron de manera parcial con dichos requisitos y aun así

obtuvieron su permiso de conducción, demostrando así el gran número de falencias con que

cuenta el sistema de licencias de conducción implementado en Colombia desde muchos frentes.

Por un lado los Centros de Enseñanza Automovilística no se encargan realmente de capacitar a los

futuros conductores, sino que se concentran en expedir certificados para hacer rentable el

negocio. Por el otro lado, los Organismos de Tránsito no verifican que las personas que aspiran a

obtener un permiso de conducción hayan cumplido previamente con todos los requisitos

necesarios de forma correcta.

Como bien lo dijo el general Rodolfo Palomino, comandante de la Policía de Carreteras, “en otros

países, para que una persona pueda manejar tiene que pasar pruebas muy rigurosas. Aquí en la

capital, ¿a quién se le niega una licencia?” (El Tiempo, 2011). Evidencia de esto se encuentra en el

muestreo experimental anterior y en una encuesta efectuada por la Dirección de Tránsito y

Transporte a 1.200 conductores del país, donde “se demuestra que los problemas al volante

comienzan en el momento en que se aprende a manejar. El 75,6% aseguró haberlo hecho de

forma autónoma o inducidos por algún familiar” (El Tiempo, 2011). Como se vio, los futuros

conductores no se capacitan de forma profesional en la actividad y muy pocos son obligados a

presentar los correspondientes exámenes práctico y teórico antes de recibir el certificado de

conducción.

Se sabe que los Centros de Enseñanza Automovilística que imparten la capacitación son los

mismos que avalan el grado de conocimiento de sus estudiantes, razón por la cual casi el 100% de

las personas aprueban los exámenes al primer intento. No hay forma de verificar o asegurar que

los estudiantes no estén siendo ayudados por sus profesores, lo que permite que haya en la calle

personas que no tienen ni la capacidad ni las habilidades suficientes para conducir. Como se

expresó anteriormente en la entrevista con la Dra. Herrera García y de acuerdo con el general

Palomino, los futuros conductores deberían ser capacitados en las escuelas de conducción, pero

evaluados por terceros (El Tiempo, 2011).

Desde la perspectiva de la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional, una de las

proyecciones para el 2011 es ser más exigentes con los requisitos de otorgamiento de las licencias

de tránsito a los conductores del país. Se espera poder hacer mayor exigencia y comprobación de

los conocimientos, destrezas, competencias de los conductores para seguir con la tendencia de

reducción de accidentalidad y fatalidad. En palabras del general Palomino, “que no se esté

feriando esa licencia” (La Patria, 2011). Para que esto sea realidad, el general Palomino tiene en

mente presentar un nuevo proyecto de ley en el que se proponga un nuevo Código actualizado.

“Una persona en estado de alicoramiento es un riesgo mientras está en ese estado, pero aquel

que no conduce bien, que es un torpe, que no tiene las condiciones físico-anímicas y mentales

para conducir con responsabilidad, es un riesgo permanentemente” (La Patria, 2011), expresa el

general Palomino.

Además de los cambios en materia de capacitación, el general Palomino propone que las escuelas

de conducción deban asumir su responsabilidad cuando, por culpa de una instrucción inadecuada,

Page 74: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

73

los conductores incurran en malos comportamientos al volante. "Ellos deberían entrar a responder

cuando la falla haya sido humana, porque una persona mal educada termina por cometer

infracciones graves de tránsito" (El Tiempo, 2011).

Ahora bien, habiendo estudiado la parte de los procedimientos y requisitos que los conductores

siguen y cumplen a la hora de obtener sus licencias de conducción, es posible continuar con el

análisis de algunas preguntas de opinión que se realizaron en el muestreo experimental.

Gráfica 20 Luego de haber recibido la licencia de conducción usted:

Pese a que varios de los encuestados no siguieron a cabalidad el procedimiento normal para

obtener una licencia de conducción, un gran porcentaje (54%) considera que tan pronto obtuvo el

permiso ya contaba con el conocimiento suficiente para realizar la mayoría o todo tipo de

maniobras con el fin de evitar situaciones de riesgo de accidente. El 17% admite saber maniobrar

un vehículo automotor más no conducir sin provocar situaciones de riesgo de accidente y el 3%

admite ni siquiera saber operar el vehículo al momento de recibir la licencia. Estos resultados

afirman la auto-indulgencia de la mayoría de los conductores y su nivel de percepción del riesgo.

Por lo general, las personas creen ser buenos conductores y casi siempre piensan que conducen

mejor que las otras personas, sin embargo no identifican el hecho que saber operar un vehículo es

diferente a saber conducir. Conducir implica tener el completo conocimiento acerca de las normas

de tránsito y la señalización de la vía, significa saber cuándo se debe dar prioridad a peatones y

ciclistas, respetar los límites de velocidad en las diferentes zonas de la ciudad y la carretera, etc.

Asimismo, también se preguntó a los encuestados cuál creían que era la mayor causa de

accidentes de tránsito y el 55% de ellos respondió que era la poca habilidad y conocimiento de los

conductores. Entre el 22% que respondieron “otro”, se obtuvieron respuestas como la

imprudencia, irresponsabilidad, descuido y falta de tolerancia y paciencia por parte de los

conductores y los peatones; la falta de conciencia humana y respeto por la vía, el exceso, de

velocidad y abuso de alcohol y drogas en los conductores, el no seguimiento de las normas y leyes

de tránsito, la falta de cultura ciudadana y el mal estado de las vías.

16%

38%26%

17%

3%

Tenía las habilidades y el conocimiento suficientes pararealizar todo tipo de maniobras con el fin de evitarsituaciones de riesgo de accidenteTenía las habilidades y el conocimiento suficientes pararealizar la mayoría de maniobras con el fin de evitarsituaciones de riesgo de accidenteTenía las habilidades y el conocimiento suficientes pararealizar algunas maniobras para evitar situaciones deriesgo de accidenteSabía operar el vehículo mas no tenía las habilidades y elconocimiento suficientes para conducir sólo por las vías yevitar situaciones de riesgo de accidenteNi siquiera sabía operar el vehículo

Page 75: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

74

Gráfica 21 ¿Cuál es la mayor causa de accidentes de tránsito?

Dado que la gran mayoría de respuestas a la pregunta anterior tenían como punto central la

capacidad, conocimiento y actitud de los conductores, se preguntó a éstos si hubieran preferido

que su licencia de conducción pasara por un periodo de prueba durante el cual se tuvieran ciertas

restricciones que les permitieran conducir bajo condiciones de poco nivel de riesgo mientras

adquirían mayor experiencia (ej. estar acompañado de una persona con licencia de conducción, no

viajar con pasajeros, no conducir de noche, 0 (cero) grados de alcohol en la sangre). No obstante,

contrario a lo que se esperaba, el 62% de las personas dijeron que no y el 38% restante

respondieron positivamente. Esto afirma el hecho que cada persona considera ser mejor al

volante que los demás y por ende, no es responde de manera positiva ante restricciones

temporales que buscan parametrizar el comportamiento y evolución de todos.

Respecto a las restricciones mencionadas, se postularon algunas alternativas implementadas en

diferentes países y se preguntó a las personas con cuáles de ellas estarían de acuerdo. Los

resultados obtenidos se muestran a continuación.

Gráfica 22 Al obtener la licencia de conducción por primera vez, ¿Usted hubiera preferido…?

9%

55%

13%

1%

22%

Fallan los controles policiales

La poca habilidad y conocimiento de losconductores

El estado de las calles

El estado de los vehículos

Otro

27%

14%

31%

28%

Tener que conducir siempre acompañado de unconductor experimentado con licencia de conducciónmayor a 2 años

Que le fuera prohibido conducir con pasajeros menores a20 años

Que le fuera prohibido conducir de noche entre las 10pmy las 5am

Que tuviera un límite de alcohol en la sangre de 0,03 mg%

Page 76: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

75

Como se puede evidenciar en la gráfica, entre las cuatro opciones propuestas la opinión de las

personas se encuentra dividida. Tal vez las dos restricciones más aceptadas son la que obliga al

conductor novato a conducir acompañado de otro conductor experimentado y la que prohíbe

conducir durante las horas de la noche. Por un lado, la primera alternativa permite al nuevo

conductor a adquirir experiencia a través de los consejos del otro conductor experimentando y por

el otro lado, la segunda alternativa reduce las posibilidades de que las personas conduzcan bajo la

influencia de alcohol o drogas.

Según el papel que tienen los Centros de Enseñanza Automovilística en la capacitación de los

conductores y teniendo en cuenta la naturaleza de éstos según lo estipulado en el Código, se

encontró que el 60% de los conductores no los consideran entidades educativas adecuadamente

capacitadas en la formación de futuros conductores. Aunque las escuelas de conducción deben

estar avaladas por la Secretaría de Salud (Ministerio de Transporte, 2009), la opinión de las

personas demuestra que éstas no se comportan como establecimientos docentes, invitando así a

organismos como la Superintendencia de Puertos y Transporte a hacer una revisión de sus

operaciones.

Por otro lado, el 40% de los encuestados opina que la capacitación que imparten los Centros de

Enseñanza Automovilística no tiene como principal objetivo la seguridad vial de todos los usuarios

de la vía, seguido de un 39% que piensa que los cursos de capacitación de las escuelas de

conducción sí pretenden la seguridad vial de sus conductores. El 21% restante no tiene una

opinión concreta el respecto.

Gráfica 23 ¿Cree que la instrucción que hacen los Centros de Enseñanza Automovilística a los conductores

colombianos tiene como objetivo la seguridad vial de todos los usuarios de la vía?

Como alternativa para fomentar y cultivar la seguridad vial en los actores de la vía, el 75% de la

gente está de acuerdo en que la educación vial haga parte del plan de enseñanza en los colegios.

De acuerdo a esto, el 28% de los conductores cree que la mejor forma de evitar accidentes de

tránsito es a partir de una ley que haga que la educación vial sea obligatoria de los colegios. Cabe

resaltar que dentro del 9% que respondió “otro”, la mayoría propuso que tanto la formación de los

conductores como los exámenes que éstos deben presentar sean más exigentes y discriminen en

De acuerdo 39%

Ni de acuerdo ni en

desacuerdo21%

En desacuerdo

40%

Page 77: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

76

realidad a aquellos conductores que no tengan ni el conocimiento ni las habilidades suficientes

para transitar libremente en las vía.

Gráfica 24 ¿Cuál piensa que es la mejor forma de evitar que haya accidentes de tránsito?

Finalmente, se preguntó si las personas estaban de acuerdo con el sistema de licencias de

conducción implementado en Colombia. La mayoría de ellas (73%) expresó estar poco satisfecho,

el 14% dijo estar muy satisfecho y el 13% opinó estar nada satisfecho.

Con base en estas preguntas de opinión realizadas en el sondeo experimental, se puede concluir

que las personas están en un 50% de acuerdo con que la mayor causa de accidentes viales es la

falta de habilidad y conocimiento de los conductores. Del mismo modo, el 60% de los conductores

están de acuerdo en que los Centros de Enseñanza Automovilística no se comportan como

establecimientos docentes, cuyos cursos y exámenes de conducción procuran capacitar

adecuadamente a las personas en la actividad de conducir y evitar que personas incompetentes

obtengan una licencia de conducción.

Sin embargo, a pesar de que reconocen el factor humano como mayor causante de accidentes, las

personas se encuentran poco dispuestas a ser partícipes de un sistema de licencias de conducción

progresivo en el que tengan que pasar por un periodo de prueba que les permita ganar las

habilidades necesarias para conducir, antes de entrar a operar en actividad de conducción más

retadoras. Esto se evidencia en el hecho que menos del 50% de las personas hubieran preferido

tener restricciones temporales luego de obtenido el permiso de conducción por primera vez; sólo

una quinta parte del total opina que dichas restricciones serían la mejor forma de evitar que haya

niveles tan altos de accidentalidad vial en Colombia.

La mayoría de las personas afirma saber conducir tan pronto recibe la licencia de conducción, no

obstante la gran mayoría no cumple correctamente con los requisitos establecidos en la ley. Los

cursos práctico y teórico de conducción tienen como propósito fundamental la educación y

capacitación de los conductores tanto en la operación de un vehículo como en la compresión de

28%

24%19%

20%

9%

Haciendo una ley para que la educación vial sea obligatoria entodas los colegios del país

Haciendo más campañas para concientizar a la gente

Realizar controles policiales estrictos en las calles

Que los conductores novatos tengan que pasar por un periodode prueba que les permita ganar las habilidades necesariaspara conducir, antes de entrar a operar en actividades deconducción más retadorasOtro

Page 78: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

77

normas de tránsito, todo con el fin de formar conductores que no pongan en peligro la vida de

otros al momento de ser partícipes de la vía. Sin embargo, se observa que muchos de los

conductores no acuden a los Centros de Enseñanza Automovilística para ser entrenados por

profesionales, sino que aprenden ya sea con la ayuda de otros conductores y por sus propios

medios, lo trae como resultado los altos niveles de accidentalidad vial por error humano.

Finalmente, es importante tener en cuenta que una tercera parte de las personas piensa que los

Centros de Enseñanza Automovilística no tienen como objetivo primordial la seguridad vial de los

actores de la vía ya que demuestra que parte de la inconformidad de las personas con respecto al

sistema de licencias de conducción puede ser por motivo de la forma en que operan dichas

escuelas de conducción. Igualmente, el hecho de que el alrededor del 50% de los conductores vea

como alternativa de mejora en la cantidad de accidentes de tránsito la educación en seguridad vial

(en los colegios y a través de campañas), permite ver que los esfuerzos por disminuir los niveles de

accidentalidad vial en el país deben concentrarse en acciones y políticas que se encarguen de

cerciorar la educación a todos los actores de la vía.

Page 79: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

78

Conclusiones y Recomendaciones

Sobre el Sistema de Licencias de Conducción Actual

El sistema de licencias de conducción en Colombia es un sistema precario, que no permite el

avance en una cultura del respeto a las normas de conducción y que en últimas se convierte en un

negocio que fomenta prácticas de corrupción e impunidad. Las personas tienen la opción de

obtener su permiso para conducir sin cumplir a cabalidad con los requisitos establecidos en el

Código Nacional de Tránsito Terrestre de Colombia; además los Organismos de Tránsito permiten

que éste sea irrespetado y el Gobierno no ejerce correctamente su función de inspección,

vigilancia y control sobre el sistema.

Tan sólo un pequeño porcentaje de la población colombiana recibe el curso práctico y teórico de

conducción antes de obtener el permiso de conducción. La falta de habilidad y conocimiento de

los conductores se ven reflejados en los altos índices de accidentalidad vial en el país, siendo el

conductor el actor principal el 88% de las veces. De igual forma, al ver que los Organismos de

Tránsito no castigan a aquellos que incumplen los requisitos, se vuelve aceptable entre la sociedad

la impunidad y el hecho de no tener que entrenarse adecuadamente para recibir la licencia de

conducción. Además, la falta de autoridad del sistema y sus organismos permite que las personas

no identifiquen el nivel de responsabilidad que implica el acto de conducir.

Hoy en día, la ley establece que los Centros de Enseñanza Automovilística son los entes que se

encargan de capacitar y evaluar a los futuros conductores antes de otorgarles el certificado de

conducción. No obstante, al permitir que la persona que capacita y forma al conductor sea la

misma que evalúe sus habilidades y grado de conocimiento, se está logrando que el certificado de

conducción pierda credibilidad y validez; no hay forma de comprobar que el estudiante no haya

sido ayudado por sus propios instructores.

El Código determina que los Centros de Enseñanza Automovilística son establecimientos de

carácter docente, lo que indica que si una persona no demuestra las habilidades y conocimiento

suficientes, deberá ser reprobada y obligada a repetir su capacitación. En la realidad, se podría

afirmar que nunca una persona se ve obligada a repetir su entrenamiento ya que aprueba ambos

exámenes de conducción al primer intento. Esto demuestra que el objetivo de las escuelas de

conducción no es certificar sólo a quienes sean competentes, sino expedir certificados con el

propósito de general altos ingresos.

Junto con la Ley 1383 de 2010 se eliminó el numeral del Código que establecía que por quebrantar

la misma regla en un tiempo determinado la licencia sería suspendida o, dependiendo del caso,

cancelada; y luego de un año de vigencia no se ha hecho nada al respecto. Actualmente, reincidir

en la violación de la misma norma de tránsito no se contempla como causa suficiente para la

suspensión o cancelación de la licencias de conducción, permitiendo así que los conductores

cometan deliberadamente la misma infracción sin la preocupación de perder su permiso. Por esta

razón se encuentran personas con licencias de conducción vigentes, a pesar de estar debiendo al

Estado varios millones de pesos en comparendos.

Page 80: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

79

Lo anterior sirve también de argumento para demostrar la poca responsabilidad por parte de los

Organismos de Tránsito y el objetivo económico que se esconde detrás de la Ley 1383 de 2010. Las

sanciones monetarias son preferidas por el Gobierno puesto que benefician a terceros gracias a

los ingresos generados, mientras que la revocación de un permiso de conducción no beneficia a

nadie. Sin embargo, está demostrado que en Colombia el efecto de las multas depende de la

capacidad económica de los conductores y que además algunos de ellos son crónicamente

irresponsables. De esta forma, los posibles ingresos obtenidos a través de comparendos están

siendo perdidos en el creciente número de vidas humanas y daños materiales que cobran los

accidentes de tránsito.

Ello se debe en gran parte a la forma en que la Superintendencia de Puertos y Transporte ha

venido ejerciendo su papel. Es responsabilidad de este órgano del Gobierno vigilar, inspeccionar y

controlar el sector de Tránsito y Transporte, sin embargo su poca autoridad ha permitido que los

Centros de Enseñanza Automovilística y otros Organismos de Tránsito desempeñen sus funciones

para fines alternos a la seguridad vial de las personas.

De otro lado, si se piensa desde la perspectiva de la maximización del bienestar social, se supone

que la conducción prudente aumenta el bienestar general social y que la conducción irresponsable

conduce a lo contrario. Sin embargo, el sistema de licencias de conducción en Colombia no tiene

forma de hacer una distinción entre los conductores aberrantes y los conductores prudentes, pues

no lleva un registro histórico de la cantidad de penalidades que comete cada persona (contrario al

Sistema por Puntos). Puede que el sistema castigue adecuadamente a las personas que comenten

infracciones de tránsito por error humano, mas no hace lo mismo con aquellas personas que

reinciden en la violación de las normas de tránsito deliberadamente. Simplemente no es posible

eliminar de las vías a los individuos intrínsecamente irresponsables, mientras se introduce a

personas que conduzcan con cuidado.

A nivel mundial existe el cuestionamiento acerca de la capacidad de los conductores para evaluar

el riesgo de accidentarse debido a los limites cognitivos de los mismos o su optimismo poco

realista acerca del riesgo personal (Bourgeon & Picard, 2006). No obstante, el sistema colombiano,

al no hacer una separación entre los conductores novatos y los experimentados, no considera

importante el hecho de que la experiencia y práctica supervisada es directamente proporcional al

aumento de las habilidades de las personas. Los altos índices de morbilidad y mortalidad en los

jóvenes colombianos demuestran que a éstos se les debería dar un trato diferente mientras

adquieren mayores habilidades y conocimiento para conducir; estas tasas de accidentalidad varían

tanto con la experiencia, medida según la cantidad de conducción, como con la madurez,

calculada generalmente en función de la edad. Así, se puede concluir que los factores relacionados

con la experiencia juegan un papel muy fuerte en los primeros años de conducción.

La mayoría de accidentes involucrando conductores jóvenes son el resultado de fallas a la hora de

implementar prácticas de seguridad rutinarias y en el momento de reconocer el peligro de

realizarlas, antes que por motivos de imprudencia o conductas aberrantes. La falta de restricciones

para los jóvenes en el sistema de licencias de conducción colombiano evidencia la veracidad de

Page 81: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

80

estas fallas y hace necesaria la implementación de ciertas modificaciones de acuerdo a las

experiencias internacionales.

Sobre las Opciones de Mejora

El problema de la accidentalidad vial es la no educación. Los conductores incurren en tantas

infracciones de tránsito simplemente porque no conocen las normas ni son conscientes de la

responsabilidad que conlleva la actividad que ellos realizan. En Colombia, donde hay tanta

corrupción y donde hay tanta ausencia de control en materia de Tránsito, es necesario

implementar medidas que fomenten la pedagogía de las personas y rechacen la impunidad por

falta de autoridad. Ejemplo de esto sería la institución de multas que sean 100% pedagógicas que

busquen enseñar a los conductores ignorantes y corregir las actitudes y comportamientos de las

personas que conducen irresponsablemente. Igualmente, al no tener como sustento el recaudo de

dinero, el soborno no será un elemento válido dentro del sistema.

Con el propósito de hacer que la ley se cumpla y que se respeten los objetivos pactados en el

Código Nacional de Tránsito Terrestre de Colombia en lo referente a la seguridad vial de las

personas, es de vital importancia afianzar la autoridad de todos los mecanismos de control del

sector de Tránsito y Transporte. De acuerdo a esto, es necesario llevar a cabo una revisión e

instrumentar la manera en que la Superintendencia de Puertos y Transporte hace la vigilancia,

inspección y control de las Autoridades, los Organismos de Tránsito y las entidades públicas o

privadas que constituyan organismos de apoyo; todo con el fin de encontrar falencias en el

sistema que puedan ser mejoradas y lograr la reestructuración del mismo.

El gran problema del sistema de licencias de conducción no radica en los requisitos establecidos

por la norma para el permiso de conducción, sino en las razones por las cuales los futuros

conductores no sienten la obligación de cumplirlos; las condiciones para la impunidad están dadas

debido a la facilidad con que una persona puede obtener una licencia de conducción sin la

absoluta necesidad de cumplir con los requisitos legales. Por esta razón es importante hacer que

los Organismos de Tránsito hagan cumplir la norma antes de iniciar los procesos de otorgación de

licencias de conducción.

Asimismo, es deber de la Superintendencia de Puertos y Transporte inspeccionar que los Centros

de Enseñanza Automovilística impartan de forma adecuada su capacitación y evalúen

correctamente a sus estudiantes antes de certificarlos. Gran parte de los Centros de Enseñanza

Automovilística son escuelas de garaje que venden el certificado de conducción a personas que no

realizaron ningún tipo de curso ni presentaron los respectivos exámenes. Debido a esto se

esperaría que la Superintendencia no sólo revisara que todas las escuelas se encuentren

registradas en el Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT), sino que también llevara a cabo

visitas técnicas a los establecimientos donde se conozcan las instalaciones, las estructura de los

cursos y las metodologías de examen a los estudiantes. Así, todas las escuelas de garaje serían

cerradas y el gran número de escuelas de conducción se reduciría.

En lo referente a los exámenes práctico y teórico de conducción, se recomienda que un tercero

debiera ser el encargado de evaluar a los conductores y no los mismos Centros de Enseñanza

Page 82: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

81

Automovilística. Al adoptar los mecanismos de evaluación ICFES utilizados en colegios y

universidades para evaluar tanto el grado de conocimiento de las personas, como la calidad de

formación que éstas reciben, no sólo se está certificando que quienes obtengan un permiso de

conducción serán personas competentes y responsables en la actividad, sino también se estará

impulsando a las escuelas de conducción a que tengan altos niveles de enseñanza y capacitación.

Este mecanismo ayuda a posicionar a las escuelas de conducción porque aquel conductor que

efectivamente recibió una muy buena formación, tendrá la certeza de aprobar dichos exámenes.

De un lado, con respeto a las causales de suspensión y cancelación de la licencia de conducción, es

necesario hacer una nueva reforma al Código donde se restituya el siguiente numeral eliminado:

“la licencia de conducción se suspenderá por reincidir en la violación de la misma norma de

tránsito en un período no superior a un año” (Ministerio de Transporte, 2002). A partir de este

numeral se evitará que los conductores acumulen comparendos sin límite alguno y se hará que las

personas respeten las normas de tránsito. Además, si se instaura en conjunto el Sistema por

Puntos de licencias de conducción, se podrá contar con un registro histórico de las infracciones

que cometan las personas con el propósito de eliminar de las vías a los conductores imprudentes,

mientras se corrigen los errores que cometen el resto de conductores. Asimismo, si aquellas

personas que pierden su permiso de conducción desean volver a recuperarlo, serán obligadas a

realizar un nuevo curso de conducción y aprobar un examen que les permitirá reconocer la

peligrosidad de su conducta para luego reformarla e introducirla nuevamente a las vías.

Por otro lado, se recomienda imponer un sistema de licencias de conducción progresivo y por

etapas donde los conductores novatos estén sujetos a diferentes restricciones que irán perdiendo

a medida que van ganando madurez y experiencia al conducir. Restricciones como no conducir sin

supervisión adulta, no transportar pasajeros menores de edad, no conducir de noche y un límite

de alcohol en la sangre muy bajo, pueden ser de gran provecho a la hora de disminuir los índices

de accidentalidad en los jóvenes.

Finalmente, se propone que la educación en seguridad vial sea obligatoria en los colegios de

acuerdo a lo contemplado en la Ley 769 de 2002. Parte de los altos niveles de accidentalidad vial

se debe a una falta de conciencia en el riesgo que acarrea consigo la actividad de conducir, de

manera que si desde joven se educa a la gente mejores comportamientos y actitudes se podrán

encontrar en las vías. Adicionalmente, una buena instrucción en normas y señales de tránsito

puede disminuir los niveles de accidentalidad toda vez que permite que los usuarios de la vía

conozcan y entiendan cuáles son sus derechos, deberes y responsabilidades como actores viales.

Sobre los Centros de Enseñanza Automovilística

Como primera medida, en necesario lograr que los Centros de Enseñanza Automovilística dejen de

comportarse como simples organizaciones privadas, cuyo único objetivo es alcanzar la mayor

utilidad posible por medio de la expedición de licencias de conducción. Tal y como lo establece la

ley, las escuelas de conducción son establecimiento docentes encargadas de capacitar y educar a

los futuros conductores con el propósito de afirmar su seguridad y la de los otros actores viales.

Para lograr esto, se debe entrar en acción desde dos perspectivas diferentes: por un lado,

Page 83: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

82

logrando que se cumpla la ley y por el otro, exhortando a estos centros a mejorar su calidad como

empresas competitivas.

Con respecto al cumplimiento de la ley, el papel que desempeña la Superintendencia de Puertos y

Transporte es de vital importancia. La vigilancia, control e inspección que hace este órgano del

Estado deben ser más estrictos, de tal manera que ningún Centro de Enseñanza Automovilística

pueda si quiera existir sin antes cumplir los requisitos para su constitución, funcionamiento y

habilitación dictados en el Decreto 1500 de 2009. Hacer una revisión de la manera en que la

Superintendencia ejerce su función sería una ayuda para encontrar falencias a corregir y así lograr

cambios que permitan identificar a aquellas escuelas de conducción que deban ser selladas.

No obstante, para conseguir que los Centros de Enseñanza Automovilística cumplan con las

normas y leyes se debe dar al mismo tiempo un incentivo que las invite no sólo a estar en regla

con el Estado, sino también a mejorar su calidad de operación y así mejorar su reputación, lograr

un posicionamiento y aumentar sus utilidades. Por esta razón, se recomienda que las escuelas de

conducción implementen un plan de gestión de calidad que determine y aplique políticas de

planificación, organización y control del desarrollo del sistema y otras actividades relacionadas. El

plan definiría las acciones fundamentales que se van a llevar a cabo, quién las va a ejecutar,

cuándo van a comenzar y cuando se complementarán.

Finalmente, el Ministerio de Educación debe parametrizar los cursos de conducción que deban

impartir los Centros de Enseñanza Automovilística y hacer que terceros se encarguen de la

evaluación de los estudiantes. De esta forma, las escuelas de conducción podrían tener su propio

ranking e ir subiendo en posición y reconocimiento de acuerdo al desempeño de sus alumnos y los

resultados que obtengan en sus exámenes. La popularidad que alcancen las escuelas de

conducción gracias a la calidad de formación que brinden a los futuros conductores atraerá a su

vez más clientes y las utilidades serán mayores.

Perspectivas Futuras de Investigación

En el documento se planteó una problemática referente al papel que desempeña la

Superintendencia de Puertos y Transporte frente a los Centros de Enseñanza Automovilística. Se

recomendaría llevar a cabo una investigación de las funciones de la Superintendencia con el

propósito de conocer la forma en que la ésta trata el tema de inspección, control y supervisión de

los Centros de Enseñanza Automovilística. De igual forma, a partir de esta investigación se podría

esclarecer un poco mejor el porqué de la situación actual de los niveles de accidentalidad en

relación con la formación de los conductores y se podrían diseñar mejoras y alternativas que

logren en resultados finales una disminución en los accidentes de tránsito vial por culpa de los

conductores.

Adicionalmente, se podría llevar a cabo una investigación acerca del mismo tema pero esta vez

desde la perspectiva de las funciones que desempeña la Policía Nacional de Carreteras. Las

Autoridades tienen un papel fundamental dentro del sistema de licencia de conducción como

entes que controlan y hacen cumplir las normas, sin embargo se han convertido en un elemento

que fomenta la corrupción y la impunidad ya que permiten que los conductores cometan

Page 84: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

83

infracciones de tránsito sin ser penalizados y que prefieren sobornar al agente antes de asumir las

consecuencias de sus comportamientos y actitudes en la vía.

Finalmente, la educación en seguridad vial es la herramienta más importante en la disminución de

la accidentalidad vial, por esta razón una nueva investigación puede estar encaminada a la

educación en los colegios. Estudios que establezcan si esto ayuda o no a modificar la conducta de

los futuros conductores puede ser de gran utilidad para alcanzar reducciones importantes en los

índices de morbilidad y mortalidad por un accidente de tránsito.

Page 85: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

84

Anexos

Encuesta

Sexo:

1. Femenino

2. Masculino

Estrato

1. 0

2. 1

3. 2

4. 3

5. 4

6. 5

7. 6

Edad (años)

1. menor de 16

2. 16 a 18

3. 19 a 24

4. 25 a 40

5. 41 a 59

6. 60 mayor

¿Tiene licencia de conducción?

1. Si

2. No

¿Desde hace cuánto tiempo tiene su licencia

de conducción?

1. 0 a 3 meses

2. 4 a 6 meses

3. 7 a 9 meses

4. 10 a 12 meses

5. 1 año

6. 2 años

7. 3 años

8. 4 años

9. 5 años o más

¿Ha sufrido algún accidente de tránsito

siendo el conductor del vehículo?

1. Si

2. No

Según lo pide el Ministerio de Transporte

dentro de los requisitos para obtener una

licencia de conducción, ¿Presentó un

certificado de conducción ante algún

Organismo de Tránsito?

1. Si

2. No

¿Acudió a algún Centro de Enseñanza

Automovilística (CEA) para obtener el

certificado de conducción?

1. Si

2. No

¿Cómo obtuvo el certificado de conducción?

1. Pagó a un tramitador

2. Familiar

Page 86: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

85

3. Amigo de la familia

4. Other ____________________

¿Realizó algún curso práctico de conducción

en el Centro de Enseñanza Automovilística

(CEA)?

1. Si

2. No

¿Cuántas horas del curso práctico de

conducción hizo?

1. Menos de 10

2. 10

3. 15

4. 20

5. Más de 20

¿Ya sabía conducir antes de tomar el curso

práctico de conducción?

1. Si

2. No

El curso práctico de conducción era:

1. Obligatorio

2. Opcional

¿Cree que el curso práctico de conducción

aumento sus habilidades para conducir?

1. Mucho

2. Poco

3. Nada

¿Le fue obligatorio presentar y aprobar algún

examen práctico de conducción en el Centro

de Enseñanza Automovilística para obtener

el certificado de conducción?

1. Si

2. No

¿Cuántas veces presentó el examen práctico

hasta aprobarlo?

1. 1

2. 2

3. 3

4. Más de 3

¿Cree que el examen práctico evaluó de

manera adecuada si Ud. tenía las habilidades

mínimas para transitar libremente por las

vías sin correr riesgo de accidentarse?

1. Si

2. No

¿Realizó algún curso teórico de conducción

en el Centro de Enseñanza Automovilística

(CEA)?

1. Si

2. No

¿Cuántas horas del curso teórico de

conducción hizo?

1. Menos de 10

2. 10

3. 15

4. 20

5. Más de 20

El curso teórico de conducción era:

Page 87: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

86

1. Obligatorio

2. Opcional

¿Cree que el curso de conducción teórico

aumento su conocimiento para conducir?

1. Si

2. No

¿Le fue obligatorio realizar y aprobar algún

examen teórico de conducción en el Centro

de Enseñanza Automovilística (CEA) para

obtener el certificado de conducción?

1. Si

2. No

¿Cuántas veces presentó el examen teórico

hasta aprobarlo?

1. 1

2. 2

3. 3

4. Más de 3

¿Cree que el examen teórico evaluó de

manera adecuada si Ud. tenía el

conocimiento mínimo para transitar

libremente por las vías sin correr el riesgo de

accidentarse?

1. Si

2. No

Según lo pide el Ministerio de Transporte

dentro de los requisitos para obtener una

licencia de conducción, ¿Presentó un

certificado de aptitud física, mental y de

coordinación motriz para conducir ante

algún Organismo de Tránsito?

1. Si

2. No

¿Acudió a algún Centro de Reconocimiento

del Conductor (CRC) para obtener el

certificado de aptitud física, mental y de

coordinación motriz para conducir?

1. Si

2. No

¿Cómo obtuvo el certificado?

1. Pagó a un tramitador

2. Familiar

3. Amigo de la familia

4. Médico particular

5. Other ____________________

¿En el Centro de Reconocimiento del

Conductor le realizaron las siguientes

pruebas?

1. Aptitud Psicológica y mental

2. Fonoaudiología

3. Fotometría

4. Aptitud Física

5. Coordinación Motriz

6. Ninguna

7. Other

¿Cómo consiguió el permiso de conducción?

1. Pagó a un tramitador

2. Familiar

Page 88: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

87

3. Amigo de la familia

4. Other

Luego de haber recibido el permiso de

conducción Ud.:

1. Tenía las habilidades y el

conocimiento suficientes para realizar

todo tipo de maniobras con el fin de

evitar situaciones de riesgo de accidente

2. Tenía las habilidades y el

conocimiento suficientes para realizar la

mayoría de maniobras con el fin de

evitar situaciones de riesgo de accidente

3. Tenía las habilidades y el

conocimiento suficientes para realizar

algunas maniobras para evitar

situaciones de riesgo de accidente

4. Sabía operar el vehículo mas no tenía

las habilidades y el conocimiento

suficientes para conducir sólo por las

vías y evitar situaciones de riesgo de

accidente

5. Ni siquiera sabía operar el vehículo

¿Hubiera preferido que su licencia de

conducción pasara por un periodo de prueba

durante el cual Ud. tuviera ciertas

restricciones que le permitieran conducir

bajo condiciones de poco nivel de riesgo

mientras adquiría mayor experiencia? (ej.

estar acompañado de una persona con

licencia de conducción, no viajar con

pasajeros, no conducir de noche, 0 (cero)

grados de alcohol en la sangre).

1. Si

2. No

¿Hubiera preferido…?

1. Tener que conducir siempre

acompañado de un conductor

experimentado con licencia de

conducción mayor a 2 años

2. Que le fuera prohibido conducir con

pasajeros menores a 20 años

3. Que le fuera prohibido conducir de

noche entre las 10pm y las 5am

4. Que tuviera un límite de alcohol en la

sangre de 0,03 mg%

¿Cree que los Centros de Enseñanza

Automovilística son entidades educativas

adecuadamente capacitadas en la formación

de conductores?

1. Si

2. No

¿Cree que el la instrucción que hacen los

Centros de Enseñanza Automovilística a los

conductores colombianos tiene como

objetivo la seguridad vial de todos los

usuarios de la vía?

1. Totalmente de acuerdo

2. Muy de acuerdo

3. De acuerdo

4. Ni de acuerdo ni en desacuerdo

5. En desacuerdo

6. Muy en desacuerdo

7. No sabe/No responde

¿Ud. cree que la educación vial debería ser

obligatoria en los colegios?

1. Si

Page 89: La Accidentalidad Vial en Colombia Vista Desde su Sistema

88

2. No

¿Cuál piensa que es la mejor forma de evitar

que haya accidentes de tránsito?

1. Haciendo una ley para que la

educación vial sea obligatoria en todas

los colegios del país

2. Haciendo más campañas para

concientizar a la gente

3. Realizar controles policiales estrictos

en las calles

4. Que los conductores novatos tengan

que pasar por un periodo de prueba que

les permita ganar las habilidades

necesarias para conducir, antes de

entrar a operar en actividades de

conducción más retadoras

5. Other

¿Está satisfecho con el sistema actual de

licencias de conducción?

1. Mucho

2. Poco

3. Nada

¿Cuál cree Ud. que es la mayor causa de

accidentes de tránsito?

1. Fallan los controles policiales

2. La poca habilidad y conocimiento de

los conductores

3. El estado de las calles

4. El estado de los vehículos

5. Other

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