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EL PROCESO COMUNICATIVO COMO ACTO DE VIDA Flga. Lina Sofía Gil Olaya Esp. en Pedagogía Docente UDES La comunicación es un acto sublime de interacción con el mundo circundante, con la naturaleza, con nuestras familias, con el otro, con el par, es la posibilidad de acceso al aprendizaje. Comunicarse es ser, amar, reír, llorar, argumentar, proponer, respetar, en consecuencia: VIVIR. Para interactuar se necesita de la disposición, de querer entrar en contacto, ya sea con los sonidos de la naturaleza, con la brisa, el libro, el papel, el lápiz, o sencillamente con el otro. También se necesitan unos elementos fundamentales, que permiten que la comunicación se desarrolle de manera eficiente. Estos elementos son: el mensaje, los interlocutores (emisor y receptor), el contexto, la retroalimentación, el ruido, el canal y los elementos paralingüísticos. Disponernos en la comunicación es la motivación interna que se tiene para acceder y entrar en el rol de emisor o receptor. Al iniciar la interacción como emisor, se tendrán que organizar las ideas, llevar a cabo una planeación de lo que se va a decir, acompañando esa producción con un lenguaje corporal, gestual, mímico y suprasegmental, lo que nos lleva a la producción de un mensaje. El mensaje debe contener una serie de elementos que aunque son inconscientes allí están y corresponden al código que se utilice para la situación comunicativa. Dichos elementos son: la sintaxis, la semántica, la fonología y la pragmática. La sintaxis hace referencia a la organización gramatical, a la estructuración de las partes de la oración para lograr una emisión clara y coherente. La semántica es el significado de cada uno de las palabras que tengo almacenadas y que me permiten llevar a cabo una producción rica en elementos. La fonología está compuesta por los elementos mínimos del lenguaje: el fonema; y es el almacenamiento de la producción y articulación de cada uno de ellos. Por último, la pragmática es el uso que se hace del lenguaje, para qué nos comunicamos, qué intención hay cuando se va a llevar a cabo el acto comunicativo, además de ser el elemento encargado de permitir la entonación de las emisiones, darle ritmo a lo que se dice, y manejar el cuerpo para acompañar el mensaje. La comunicación ocurre en un medio llamado contexto, que puede clasificarse en: físico, social, histórico, psicológico y cultural. El contexto físico hace referencia al lugar en el que se da la comunicación: salón de clase, sala de la casa, etc, éste marca la distancia física que existe entre los participantes de la comunicación. El contexto social incluye la naturaleza de las relaciones entre los participantes, es decir, si la comunicación se está dando entre familiares, amigos, novios o conocidos, los mensajes compartidos no serán los mismos, como tampoco lo es la forma de interactuar. El contexto histórico facilita la interacción actual entre los participantes, teniendo en cuenta contactos comunicativos ocurridos en el pasado, los cuales enriquecerán la comunicación actual. Por ejemplo: si un alumno no vino la clase pasada, no compartirá las mismas percepciones frente al tema como quienes asistieron. Éstos últimos tendrán una comprensión mayor de dicho tópico, por lo aprendido y compartido en la sesión anterior. El contexto psicológico brinda a la comunicación el ingrediente de humor, sentimiento y emoción a la comunicación. Y por último, el contexto cultural incluye las creencias, valores y normas que se comparten entre los grupos. Reflexiona un poco sobre cada uno de los contextos en tu comunicación diaria. ¿Los puedes describir? Existen unas rutas sensoriales utilizadas por el emisor para que su mensaje llegue a su destino final: el receptor, las cuales son conocidas como canales. La visión, la audición, el olfato, el tacto, o la combinación de ellas, son algunas de esas rutas sensoriales; entre más rutas sensoriales se utilicen, más efectividad tendrá el mensaje que queremos transmitir.

La Comunicación Como Acto De Vida

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EL PROCESO COMUNICATIVO COMO ACTO DE VIDA

Flga. Lina Sofía Gil Olaya Esp. en Pedagogía Docente UDES

La comunicación es un acto sublime de interacción con el mundo circundante, con la naturaleza, con nuestras familias, con el otro, con el par, es la posibilidad de acceso al aprendizaje. Comunicarse es ser, amar, reír, llorar, argumentar, proponer, respetar, en consecuencia: VIVIR.

Para interactuar se necesita de la disposición, de querer entrar en contacto, ya sea con los sonidos de la naturaleza, con la brisa, el libro, el papel, el lápiz, o sencillamente con el otro. También se necesitan unos elementos fundamentales, que permiten que la comunicación se desarrolle de manera eficiente. Estos elementos son: el mensaje, los interlocutores (emisor y receptor), el contexto, la retroalimentación, el ruido, el canal y los elementos paralingüísticos.

Disponernos en la comunicación es la motivación interna que se tiene para acceder y entrar en el rol de emisor o receptor. Al iniciar la interacción como emisor, se tendrán que organizar las ideas, llevar a cabo una planeación de lo que se va a decir, acompañando esa producción con un lenguaje corporal, gestual, mímico y suprasegmental, lo que nos lleva a la producción de un mensaje.

El mensaje debe contener una serie de elementos que aunque son inconscientes allí están y corresponden al código que se utilice para la situación comunicativa. Dichos elementos son: la sintaxis, la semántica, la fonología y la pragmática. La sintaxis hace referencia a la organización gramatical, a la estructuración de las partes de la oración para lograr una emisión clara y coherente. La semántica es el significado de cada uno de las palabras que tengo almacenadas y que me permiten llevar a cabo una producción rica en elementos. La fonología está compuesta por los elementos mínimos del lenguaje: el fonema; y es el almacenamiento de la producción y articulación de cada uno de ellos. Por último, la pragmática es el uso que

se hace del lenguaje, para qué nos comunicamos, qué intención hay cuando se va a llevar a cabo el acto comunicativo, además de ser el elemento encargado de permitir la entonación de las emisiones, darle ritmo a lo que se dice, y manejar el cuerpo para acompañar el mensaje.

La comunicación ocurre en un medio llamado contexto, que puede clasificarse en: físico, social, histórico, psicológico y cultural.

El contexto físico hace referencia al lugar en el que se da la comunicación: salón de clase, sala de la casa, etc, éste marca la distancia física que existe entre los participantes de la comunicación. El contexto social incluye la naturaleza de las relaciones entre los participantes, es decir, si la comunicación se está dando entre familiares, amigos, novios o conocidos, los mensajes compartidos no serán los mismos, como tampoco lo es la forma de interactuar.

El contexto histórico facilita la interacción actual entre los participantes, teniendo en cuenta contactos comunicativos ocurridos en el pasado, los cuales enriquecerán la comunicación actual. Por ejemplo: si un alumno no vino la clase pasada, no compartirá las mismas percepciones frente al tema como quienes asistieron. Éstos últimos tendrán una comprensión mayor de dicho tópico, por lo aprendido y compartido en la sesión anterior. El contexto psicológico brinda a la comunicación el ingrediente de humor, sentimiento y emoción a la comunicación. Y por último, el contexto cultural incluye las creencias, valores y normas que se comparten entre los grupos.

Reflexiona un poco sobre cada uno de los contextos en tu comunicación diaria. ¿Los puedes describir?

Existen unas rutas sensoriales utilizadas por el emisor para que su mensaje llegue a su destino final: el receptor, las cuales son conocidas como canales. La visión, la audición, el olfato, el tacto, o la combinación de ellas, son algunas de esas rutas sensoriales; entre más rutas sensoriales se utilicen, más efectividad tendrá el mensaje que queremos transmitir.

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Todo proceso comunicativo tiene como fin provocar una respuesta en el receptor, la cual debe estar acorde con el mensaje y es en últimas lo que garantiza que éste ha sido entendido por el interlocutor, dicha respuesta se conoce como retroalimentación. Algunas veces, la retroalimentación se ve afectada por interferencias ambientales, mentales o semánticas, impidiendo que el mensaje llegue al receptor de la forma correcta. Las interferencias ambientales son todos los ruidos externos que desvían la atención del receptor y lo alejan del mensaje, tales como: los pitos de los carros, los gritos de las personas, el timbre del celular, etc. Los ruidos mentales son todos aquellos pensamientos presentes en el receptor mientras el emisor está llevando a cabo la emisión del mensaje. Por ejemplo: en este momento podemos estar pensando en otra cosa y nos estamos alejando del mensaje original, eso es el llamado ruido mental. Por último los ruidos semanticos son todos aquellos significados que no son del todo claros para el emisor y que el receptor los interpreta de otra manera, afectándose el significado del mensaje.

La comunicación como acto de vida debe ser utilizada de manera eficiente y debe permitir expresar experiencias de manera correcta, clara y coherente.

Si el mundo gira alrededor de múltiples actividades humanas que suceden de diferente modo, no podemos hablar de mundos iguales sino de mundos disímiles; entonces el uso que se hace de la comunicación va en concordancia con cada mundo que el hombre se representa; y esa comunicación que el hombre utiliza ayuda a la construcción del yo.

El sujeto se construye en un mundo de relaciones, de interacciones, de transacciones verbales. Con la comunicación el individuo se muestra tal como es, desnuda sus sentimientos, creencias, experiencias, aprehende del otro, del texto, de los contextos, altera las situaciones, reflexiona, critica, en fin…la comunicación lo es todo en la constitución de los sujetos pensantes, creativos y axiológicos en la posibilidad de los mundos subjetivos, objetivos y creativos.

El hombre no es un individuo absoluto sino una persona que conjuga diferencias específicas con características universales de orden biológico y cultural frente a otras personas en la actividad social conjunta. Todo ello lo conduce a desarrollar competencias relacionadas con vivencias, emociones, afectos y sentimientos, con actitudes, posiciones y decisiones, con valores como la responsabilidad, la tolerancia y la participación como fundamento de la convivencia social; con ideologías que orientan la praxis vital de las personas.

Es por la comunicación que las personas aprenden, es una responsabilidad personal desarrollar las habilidades como: leer, escribir, hablar y escuchar, acercarse a ellas y explorar su riqueza, para abrir el pensamiento a la reflexión, a la crítica y a la creación, siendo un hermoso acto de vida.