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El sábado 29 se abrió un nuevo periodo político con la investidura del candidato a presidente del Gobierno pro-
puesto por el Partido Popular, gracias a los apoyos de C´s y PSOE. Se consolida el gobierno de centro-derecha en
un entorno económico con cifras alcistas y este cambio de escenario debería hacer cambiar las prioridades de sus
políticas y que estas se centren en las personas. El discurso de investidura, marcado por un "Que nadie se llame a
engaño" con el anunciaba sus líneas rojas y con la firme convicción de mantener todas las reformas perpetradas
por el gobierno de la X legislatura hace prever que el diálogo tan necesario para revertir las consecuencias sociales,
laborales y de recortes en libertades no se va a presentar como algo fácil, muy al contrario, el ya presidente reitera-
ba que el objetivo de las políticas económicas serán los "compromisos de déficit", o más claramente, los 5.500 mi-
llones de recortes que los nuevos presupuestos deben contemplar y que han sido consecuencia en su mayor parte
de las decisiones de su anterior gobierno.
La situación en que se encuentran las distintas fuerzas políticas del Congreso y la mayoría absoluta del Partido Po-
pular en el Senado pueden derivar en una legislatura de una impensable fuerza del partido del Gobierno que supon-
ga afianzar la mano firme y los recortes en derechos para la sociedad y la clase trabajadora. CCOO entendemos
que el papel de las fuerzas sindicales debe ser forzar al diálogo y la concertación sin olvidar las dificultades del ac-
tual momento político y teniendo presente la capacidad de movilización democrática de trabajadores y trabajado-
ras, por ello trabajaremos para el impulso de nuestra propuesta de 20 actuaciones urgentes para el progreso y el
bienestar social.
"La concertación debe ser real o no merecerá la pena. Debe ser bipartita y tripartita; y debe abordar desde la
negociación colectiva, los salarios o la contratación, hasta la reversión de las reformas laborales, la reducción
de las insoportables tasas de desempleo y precariedad, la necesidad de combatir la pobreza en sus múltiples
expresiones, impulsar la igualdad entre hombres y mujeres, recomponer los sistemas de protección social,
recuperar la calidad de los servicios públicos, garantizar el futuro del sistema público de pensiones o
enfrentar una nueva reforma fiscal para aumentar los ingresos del Estado en lugar de obsesionarse
una vez más con los recortes del gasto público."
Albert Rivera y Mariano Rajoy se saludan tras la
investidura. (Foto Juan Carlos Hidalgo/EFE)
Rajoy anunciaba, en la sesión de Investidura, sus líneas rojas y con la firme convicción de mantener todas
las reformas perpetradas por el gobierno. (Foto Juan Carlos Hidalgo/EFE)
Mariano Rajoy agradece la abstención de la
mayoría del Grupo Socialista a su portavoz,
Antonio Hernando, al fina de la sesión de
investidura. (Foto Juan Carlos Hidalgo/EFE)