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5 LA LECTURA Oswaldo Romero M INTRODUCCIÓN La lectura es uno de los inventos humanos más sorprendentes. Nos permite conocer el pensamiento universal, más allá de la distancia y del tiempo. Como una poderosa herramienta intelectual que es, facilita la búsqueda de los conocimientos registrados en los documentos escritos. Sin embargo, en la sociedad, depositaria de la cultura, hay personas con serias limitaciones en la lectura. La mayoría de la población de nuestro país, al igual que en América Latina, no ha desarrollado el hábito de la lectura. Son pocos quienes alcanzan a comprender lo esencial de los mensajes o ideas contenidas en los textos. El problema es estructural y tiene su base en la forma cómo se orientó la lectura en los primeros años escolares. El documento escrito es el soporte material de la lectura. Si tomamos como referente el modelo instrumental de la comunicación, el texto es el canal del diálogo imaginario que se lleva a cabo entre el autor que codifica el mensaje y el lector que lo decodifica. El texto contiene tanto el ideario como la ideología del autor; al lector le corresponde el derecho de aceptar o rechazarlo. La lectura permite reconocer palabras que expresan conceptos, frases que exponen ideas y párrafos que describen pensamientos. Un nivel de lectura al que se llega luego de un período de constancia y esfuerzo, es el llamado metasemántico. La persona que lo adquiere, está en capacidad de captar significados ocultos, como puede ser la posición de compromiso del autor con respecto a la sociedad. Sostenemos que la habilidad de lectura se mejora con entrenamiento, esfuerzo y compromiso. Está al alcance de todos el desarrollar destrezas para ampliar el campo de reconocimiento visual, incrementar el ritmo y velocidad de lectura, mejorar los niveles de comprensión, así como la capacidad para retener las ideas. El lector entrenado puede mejorar su capacidad intelectual, al confrontar su pensamiento con las ideas de otros hombres, que se encuentran separados en el tiempo y en el espacio. Por esta razón el libro, base física de la lectura, ocupa y seguirá ocupando un lugar importante en la sociedad contemporánea, a pesar del sorprendente desarrollo de los medios audiovisuales, en los que la televisión ocupa un lugar destacado. El presente trabajo intenta caracterizar los elementos de la lectura, para tener una mejor comprensión de este proceso intelectual. Se ha considerado pertinente tomar como base los aportes de Lizardo Carvajal y Bernabé Tierno Jiménez, quienes

La lectura

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LA LECTURA

Oswaldo Romero M

INTRODUCCIÓN

La lectura es uno de los inventos humanos más sorprendentes. Nos permite conocer el pensamiento universal, más allá de la distancia y del tiempo. Como una poderosa herramienta intelectual que es, facilita la búsqueda de los conocimientos registrados en los documentos escritos. Sin embargo, en la sociedad, depositaria de la cultura, hay personas con serias limitaciones en la lectura.

La mayoría de la población de nuestro país, al igual que en América Latina, no ha desarrollado el hábito de la lectura. Son pocos quienes alcanzan a comprender lo esencial de los mensajes o ideas contenidas en los textos. El problema es estructural y tiene su base en la forma cómo se orientó la lectura en los primeros años escolares.

El documento escrito es el soporte material de la lectura. Si tomamos como referente el modelo instrumental de la comunicación, el texto es el canal del diálogo imaginario que se lleva a cabo entre el autor que codifica el mensaje y el lector que lo decodifica. El texto contiene tanto el ideario como la ideología del autor; al lector le corresponde el derecho de aceptar o rechazarlo.

La lectura permite reconocer palabras que expresan conceptos, frases que exponen ideas y párrafos que describen pensamientos. Un nivel de lectura al que se llega luego de un período de constancia y esfuerzo, es el llamado metasemántico. La persona que lo adquiere, está en capacidad de captar significados ocultos, como puede ser la posición de compromiso del autor con respecto a la sociedad.

Sostenemos que la habilidad de lectura se mejora con entrenamiento, esfuerzo y compromiso. Está al alcance de todos el desarrollar destrezas para ampliar el campo de reconocimiento visual, incrementar el ritmo y velocidad de lectura, mejorar los niveles de comprensión, así como la capacidad para retener las ideas.

El lector entrenado puede mejorar su capacidad intelectual, al confrontar su pensamiento con las ideas de otros hombres, que se encuentran separados en el tiempo y en el espacio. Por esta razón el libro, base física de la lectura, ocupa y seguirá ocupando un lugar importante en la sociedad contemporánea, a pesar del sorprendente desarrollo de los medios audiovisuales, en los que la televisión ocupa un lugar destacado.

El presente trabajo intenta caracterizar los elementos de la lectura, para tener una mejor comprensión de este proceso intelectual. Se ha considerado pertinente tomar como base los aportes de Lizardo Carvajal y Bernabé Tierno Jiménez, quienes

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han enfocado el tema de una manera que se ajusta a nuestros propósitos y esquema de trabajo.

Finalmente, queremos señalar que si se adquiere una base conceptual sólida, se

estará en capacidad de aprovechar las incontables riquezas que guardan los documentos escritos.

CARACTERIZACIÓN DE LA LECTURA

Por lectura se entiende la capacidad humana de interpretar los mensajes que traen los documentos escritos. Es tan importante desarrollar esta habilidad, que en todos los sistemas educativos se inicia con este gran objetivo. La lectura es consubstancial a la vida. Una persona que carezca de esta capacidad, no tiene cabida en el mundo contemporáneo.

El documento escrito

De acuerdo con Cota (1978), las obras expositivas son “...todas aquellas que declaran en forma objetiva el resultado de reflexiones, observaciones o investigaciones, manifestando los conocimientos que el autor tiene sobre el hombre y el medio que lo rodea”.

Carvajal (1992), señala que el documento escrito es consustancial al trabajo

intelectual, porque constituye el antecedente en el proceso de búsqueda de nuevos conocimientos. Además, porque una vez logrado un nuevo conocimiento, el documento escrito es el medio que lo sintetiza y lo expone.

El trabajador intelectual, en su constante labor a lo largo de la Historia, ha

considerado el documento escrito, como un medio eficaz de información y exposición del conocimiento humano. El imaginario grupal lo ha asimilado como uno de sus valores más importantes en la dimensión de la cultura.

Sin embargo, en nuestro medio socio-cultural existen obstáculos que limitan la

lectura. Vamos a describir cada uno, atendiendo a las características más relevantes: Obstáculos económicos

La lectura, como actividad social está determinada, en sus características y circunstancias, por la época y las condiciones sociales en las que se desarrolla. La época actual se caracteriza, a diferencia de anteriores épocas, por una gran producción editorial, pero esta situación no es halagadora para los países dependientes, debido a las crecientes tendencias a la monopolización y por los costos, el documento escrito está considerado como artículo de lujo. Éstas son cadenas que obstaculizan la práctica de la lectura.

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Obstáculos educacionales

La sociedad concibe la Escuela como un medio de formación. Por supuesto, la enseñanza de la lectura es uno de esos medios y al mismo tiempo, el sistema educacional es un obstáculo para la práctica de la lectura científica, al ir creando barreras entre el lector y el texto. En efecto, el libro se manipula a diario, pero sin fundamento teórico y la lectura es una práctica empírica; se hace un culto al libro, al texto escolar, dando como resultado el rechazo del lector.

El libro como derecho cultural

La lectura es un derecho público cultural. Sin embargo, de acuerdo con Lizardo Carvajal (1992, p26), el Estado en los países de América Latina muy poco ha hecho para poner los libros al alcance de la población. Las bibliotecas públicas en los países latinoamericanos están en condiciones verdaderamente precarias, su fondo bibliográfico no se corresponde con los avances de la ciencia, la técnica o la creación artística y literaria; y, los servicios, si los hay, son muy artesanales.

Las bibliotecas de las universidades tienden a constituirse en islas de solución parcial frente a este problema.

La lectura como proceso informativo

De acuerdo con Carvajal (1992, p31), información significa dar forma o aspecto a algo, crear una idea o una noción. Se entiende que la información tiene que ver con el mundo objetivo, en el cual un determinado sistema, objeto o proceso logra transmitir, transferir o generar sus propiedades a otro sistema, objeto o proceso. En consecuencia, la formación de un individuo es, en gran parte, resultado de sus lecturas.

Características

En cuanto a las características de la lectura, resulta interesante mencionar las siguientes ideas de Carvajal (1992, pp 32-34):

La lectura es un proceso de información distribuida o multiplicada, desde el autor que genera el mensaje, hasta el lector quien lo asimila, pasando por el editor y el distribuidor del texto.

La razón de ser del documento escrito es el propio lector, con su reflexión y acción.

Las ideas se conservan en el tiempo y en el espacio, mediante diversos mecanismos documentales.

El texto es corriente de información, arrastra o no al lector, dependiendo de la fuerza del mensaje.

La información tiene densidad, en cuanto a la calidad y cantidad del documento.

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La lectura como proceso de comunicación

La lectura, a más de ser un proceso de información, es un proceso de comunicación social. En él se corresponden sus componentes. Se trata de un proceso complejo, que lo podemos graficar, para poder apreciar como concurren sus múltiples elementos:

Fig.1. La lectura como proceso de comunicación.

La lectura como proceso semiológico

La lectura a más de ser un proceso informativo, es un proceso semiológico, en cuanto requiere signo, como medio de transmisión del mensaje.

Se puede reconocer, siguiendo a Carvajal (1992, p35), tres clases de símbolos: los signos lógicos, los modelos y los símbolos con los que el lector enfrenta la interpretación de un lenguaje total o semiológico.

En la lectura están presentes el verbo y la imagen. Se articulan palabras, frases y oraciones con modelos y símbolos:

Fig. 2. La lectura como proceso de interpretación del lenguaje total o semiológico.

Fuente: Lizardo Carvajal (1992, p 37).

Referente / Tema

Emisor - Autor Receptor - Lector CANAL DOCUMENTO

Mensaje / Contenido

SIGNOS LÓGICOS MODELOS

LENGUAJE TOTAL O SEMIOLÓGICO

SÍMBOLOS

INTERPRETACIÓN DE TEXTO DE LECTURA

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TIPOS DE LECTURA

LECTURA

La lectura constituye el proceso de interpretación de un sistema de signos (lógicos, modelos, símbolos), cuyo objetivo es la transferencia de una determinada información o conocimiento.

Según Carvajal (1992, p41), en la lectura se pueden identificar dos niveles:

1. El nivel espontáneo de lectura, al que corresponden todas aquellas formas y situaciones de lectura en las cuales las condiciones externas dominan al lector.

2. El nivel metódico o lectura científica, caracterizado por la metodicidad, la dirección y el registro por parte del lector para lograr resultados, con objetivos y metas.

Lectura científica

Según Carvajal (1992, p42), el nivel de lectura científica, posee dos propiedades del método:

1. Previsión o planeación, mediante la cual la lectura científica resuelve el problema de su por qué y su para qué; o sea su necesariedad y sus objetivos.

2. Conceptualización, por la que el lector logra asumir una posición crítica, independiente y objetiva frente al mensaje que se quiere transmitir y a su vez interpretar.

Su carácter metódico hace de la lectura científica una actividad creadora, dinámica en la acción de interpretación de textos.

Características

1. La lectura científica es lectura dirigida

A diferencia de la lectura espontánea, la lectura científica resuelve el problema de sus objetivos, propósitos y metas con anterioridad a la acción de leer y no después. La dirección de la lectura en un nivel científico, significa que el lector debe fijar unas metas y unos objetivos en el marco de un plan.

2. La lectura científica es lectura registrada

Se entiende por registro el mecanismo mediante el cual una información se conserva tanto en el tiempo como en el espacio. El registro cerebral no es suficiente para

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efectos de una lectura técnica y densa en información, por lo que hay que recurrir a las diversas técnicas de registro de la lectura.

A buen registro, corresponde una buena calidad de la lectura y ésta será más provechosa y creadora en la medida que su registro sea más completo, coherente y objetivo. (Carvajal, 1992. p42).

Registro de lectura

Lizardo Carvajal (1992, p43) considera dos tipos de medios:

1. Los medios intelectuales de mayor importancia en la conservación de la lectura son el apunte o nota y el subrayado

2. Los medios materiales son múltiples, siendo importante el cuaderno de apuntes, la libreta, las hojas para enlegajar y la ficha o tarjeta de apuntes.

INTERPRETACIÓN DE TEXTOS

Karel Kosik citado por Carvajal (1992, p44), propone las siguientes reglas o puntos nodales en la lectura científica, dirigida y con propósitos investigativos:

1. No dejar puntos oscuros o inexplicados. La lectura debe explicar todos los elementos que componen el sistema textual del mensaje.

2. Comprender la obra en su totalidad. El texto total, no puede ser interpretado por una de sus partes, sino por las del conjunto, interrelacionadas y sujetas a un plan único del autor.

3. Especificidad del texto. Asimilación correcta, tanto en el tiempo como con

relación a las condiciones sociales, técnicas o científicas.

Lectura rápida

Mediante el recurso de lectura rápida, el lector puede formarse una idea general o global de la obra, tanto en su estructura como en su contenido; es la lectura veloz, sin vocalización o subvocalización. Se hace sin regresión.

Lectura denotativa

El recurso de lectura denotativa, según lo manifestado por Lizardo Carvajal en su libro La Lectura, Metodología y Técnica, está dirigido a la comprensión literal del texto y al conocimiento objetivo de su estructura intelectual. Se busca la síntesis o el esquema del cual partió el autor para la producción o creación de la obra. Los medios de registro de los que se vale el lector son: la nota de resumen, el esquema lingüístico, la gratificación de los pasajes, etc.

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Lectura connotativa

Mediante este recurso, el lector busca el significado indirecto, sugerido, implícito, no evidente, que el texto conlleva. El autor usa la metáfora, u otro recurso literario, para expresarse. La connotación permite descubrir entre líneas el sentido que el texto contiene.

Lectura intrínseca

El recurso de lectura intrínseca, lleva al lector a profundizar las ideas del autor, mediante sus propios argumentos e ideas. Las tesis planteadas por el autor, son explicadas o sustentadas por las propias ideas del autor contenidas en el texto.

Lectura extrínseca

Con este recurso, las ideas expuestas por el autor, son refutadas o sustentadas por las ideas de los otros autores o por las ideas del mismo lector. Esta lectura lleva a la consulta de nuevas fuentes para extrapolar y a más de ser un recurso, es una actitud del lector frente a lo que lee, considerando que la lectura es un proceso continuado y permanente.

TIPOLOGIA

El lector utiliza como instrumento de trabajo el documento escrito y debe poseer una concepción clara del documento que usa o que necesita: de su esencia, alcances y limitaciones, estructura, ordenamiento lógico, ubicación, etc. En una palabra, al decir de Carvajal (1992, p51), el lector debe ser un documentalista.

LA BASE FÍSICA DE LA LECTURA

EL DOCUMENTO EN GENERAL

Se llama documento en general a todo objeto, sistema o proceso que suministre información sobre algo. Por ejemplo: utensilios destinados a la producción, objetos domésticos, de distracción, juego y diversión, de defensa y de guerra, religiosos o mágicos, objetos políticos como banderas, emblemas, etc.

Pueden ser de naturaleza viva e inanimada. También se puede distinguir objetos documentales, iconográficos y audiovisuales. En consecuencia, la lectura no se realiza solo sobre documentos escritos.

Clasificación de los documentos escritos

Por el tipo de información que posean, los documentos escritos se clasifican en primarios y secundarios. (Carvajal, 1992, pp52, 53).

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El documento escrito primario es aquel que trata un tema, lo problematiza, lo

profundiza y lo resuelve. Por ejemplo las monografías o los artículos de revistas.

Documento secundario es el que tiene como finalidad remitir al lector a nuevos documentos en donde el tema es tratado con profundidad. Por ejemplo toda la literatura de consulta y referencia, como diccionarios, enciclopedias, etc. El libro como documento escrito

Según Carvajal (1992, p53), libro es un documento escrito con no menos de 48 páginas. Puede ser documento primario o secundario, de carácter científico o técnico, literario o recreativo.

De acuerdo a la forma en que tratan un tema se distinguen los siguientes tipos

de libros:

Compendio: abarca todas las partes de un tema.

Monografía: trata un tema con mayor profundidad.

Compilación: sistematiza varias monografías, ensayos, etc.

Memorias: reúne conclusiones y desarrollo de eventos.

Manuales: enseñan a construir o realizar algo.

Guías: documento secundario que orienta un documento primario. TIPOS DE PUBLICACIONES

Las publicaciones periódicas

La publicación periódica ha tomado un lugar de predominancia en la época contemporánea. Aparece bajo la forma de seriadas, revistas y prensa.

Publicaciones técnicas

Las publicaciones técnicas son un punto de apoyo para la investigación y en los procesos de comprensión de lectura, es una literatura específica dirigida a pequeños círculos y de alta tenacidad (Carvajal, L. 1992, p55).

Entre las publicaciones de este tipo se distinguen las siguientes:

Los catálogos técnicos

Los catálogos de empresas

Estándares y especificaciones

Patente

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Documentos Inéditos

Entre los documentos no impresos llamados inéditos, que interesa su lectura se cuentan los archivos, de instituciones o particulares, que contienen informaciones primarias y las tesis o disertaciones doctorales, que son el resultado de arduas labores de investigación.

EL DISCURSO LOGICO

ESTRUCTURA DEL DOCUMENTO ESCRITO

Todo documento existe por y para la idea. La estructura del documento escrito tiene dos dimensiones: por un lado la base material y por otro la estructura lógica que soporta a la idea. (Carvajal, 1992, p 61).

De una manera gráfica se puede representar de la siguiente forma:

Fig. 3. Estructura del documento.

Todo documento escrito constituye una ideoteca, que contiene el ideario o la

ideología del autor. La ideoteca, al decir de Carvajal, significa muchas ideas coordinadas entre sí.

Lenguaje y pensamiento

Tanto las ideas como los pensamientos se expresan a través del lenguaje, mediante palabras, frases y oraciones. Como se verá más adelante, las ideas están expresadas en los párrafos del texto: cada uno de éstos contiene una idea. La lectura es por lo tanto, el proceso de identificación de las ideas del autor, más allá de la simple reproducción de las palabras.

ESTRUCTURA LÓGICA

DOCUMENTO

ESTRUCTURA MATERIAL

IDEA

Existe por y para

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Concepto

Según Lizardo Carvajal (1992), concepto es un pensamiento concreto de cosas; por ejemplo, país, nación, suma, hombre, niño, etc. Un concepto expresa una idea, un objeto, un sistema o proceso, mediante el empleo de palabras o frases. Los conceptos pueden ser más específicos, por ejemplo transferencia de tecnología.

Palabra y frase A través de las palabras y las frases, el hombre expresa sus conceptos; o sea, esos conocimientos generales y concretos de las cosas. Carvajal (1992), ilustra con los siguientes ejemplos:

EXPRESIÓN

GRAMATICALMENTE

LOGICAMENTE

“TERMODINAMICA”

Palabra

Concepto

“AREA BAJO LA CURVA”

Frase

Concepto matemático

Fig. 4. Categorización gramatical y lógica de las expresiones.

Juicio

Al decir de Lizardo Carvajal (1992), juicio es un pensamiento que afirma o niega algo mediante palabras. Los juicios también pueden ser abstractos como por ejemplo “Este país pertenece al tercer mundo” o concretos, por ejemplo: “Esa suma es incorrecta”.

Los juicios, por su amplitud pueden ser universales, generales y particulares o

específicos.

La oración

La oración es el elemento básico del lenguaje escrito. Según Carvajal (1992), la oración puede ser considerada como un discurso lógico, pero todavía incompleto. La oración, además, es la expresión de un juicio y el lenguaje escrito aporta al sistema de juicios. El raciocinio

El raciocinio es una forma superior de pensamiento que permite inducir o deducir, a través del discurso lógico más complejo, ideas complejas ordenadas sistemáticamente en los párrafos del documento escrito. (Carvajal, 1992. pp64-65).

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El párrafo

Siguiendo a Carvajal (1992. p65), el párrafo es una secuencia sistemática y ordenada de ideas expresadas por oraciones. Dentro del documento escrito, el párrafo es la unidad básica del discurso lógico.

ESTRUCTURA FORMAL

De acuerdo con Carvajal (1992), la oración es un sistema de conceptos. El párrafo es un sistema de oraciones. El apartado es un sistema de párrafos. El capítulo es un sistema de apartados. La sección es un sistema de capítulos. Las partes contienen secciones. Los documentos, como por ejemplo un libro, están formados por partes.

En consecuencia, todo libro o documento contiene de mayor a menor amplitud:

partes, secciones, capítulos, apartados, párrafos y oraciones, las cuales expresan conceptos.

“Desde el punto de vista de su contenido, el párrafo a través de la Oración

Directriz, expresa la Idea principal y mediante las oraciones complementarias, las Ideas secundarias” (Carvajal, 1992. p69).

LECTURA Y ANÁLISIS DE UN LIBRO

Consideramos pertinente, integrar en esta sección las propuestas que plantea Bernabé Tierno Jiménez. Estamos de acuerdo con sus ideas, pues se ajustan a las características de nuestra población y a los objetivos de nuestro trabajo:

Cualquiera que sea el nivel educativo en que se encuentre el estudiante, saber

manejar y utilizar convenientemente un libro de consulta es de la mayor importancia, pues durante muchos años tendrá que enfrentarse a una serie de libros recomendados o necesarios para ampliar su formación.

Deberá estar entrenado para realizar previamente un examen rápido del libro en

general y de cada capítulo en particular, adoptando una actitud activa, haciéndose constantemente preguntas, para extraer las ideas fundamentales que necesita fijar, sistematizar y utilizar para un fin determinando.

Si únicamente se necesita tener una idea general sobre una cuestión determinada, será suficiente una lectura rápida, no excesivamente minuciosa; aunque es aconsejable, hacer una breve reflexión después de cada capítulo, para comprobar cómo la idea general expresada en el título del libro es completada, matizada y explicada por el autor.

Consideremos que el propósito consiste en lograr un conocimiento detallado,

sistemático y lo más completo posible sobre una materia concreta. Tras la primera lectura rápida, se deberá realizar una segunda y tercera lectura detenida y profunda. Es posible, entonces, llegar de las ideas y aspectos más relevantes a los de menor

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importancia, pero necesarios, para lograr ese conocimiento detallado que se persigue.

Pasos a seguir

Si solo se pretende obtener la respuesta adecuada a un problema concreto, lo más práctico es limitar el análisis a aquél capítulo, apartado o fragmento. En cualquier caso, es necesario seguir los pasos siguientes.

1. Vistazo general a los siguientes elementos: colección a la que pertenece, editorial, cubiertas, solapas, portada, contraportada, dedicatoria, del autor, agradecimiento a colaboradores, prólogo, introducción, índice general, sistemático o analítico, capítulos, glosario de términos técnicos, apéndice, anexos, resúmenes, tablas, cuadros, diagramas, ilustraciones, bibliografía, notas al margen o al pie de página, fe de erratas, epílogo.

De este vistazo general, se habrá obtenido una idea aproximada del plan que se ha trazado el autor al escribirlo y el lector estará mejor preparado para una lectura más rápida y comprensiva.

2. La portada supone una forma de entrar en el libro. El tema general está expresado en el título y el nivel o enfoque vendrá en el subtítulo o en breves frases descriptivas. También en la portada y en la contra-portada encontraremos una breve reseña del autor, su titulación, experiencia, publicaciones.

3. Una vez dentro del libro es el propio autor quien en el prólogo o introducción presenta su propia obra. Dice por qué ha escrito el libro, a quienes va dirigido, la finalidad que persigue, la estructura que le ha dado y cómo nos aconseja utilizarla.

4. Es el momento del lector activo que ha de comenzar por una lectura-análisis detallada de los índices sistemático y analítico.

En el índice sistemático, el autor expone los temas principales y secundarios y ofrece una idea clara de la sistematización en capítulos, secciones y apartados. Es el momento de conocer las ideas y divisiones más importantes y la forma que se relacionan entre sí.

En el índice analítico se encontrará los temas ordenados alfabéticamente en una lista que suele ir al final del libro. Es de gran utilidad, ya que ofrece un temario pormenorizado y detallado con la página exacta donde encontrar lo necesario.

5. Emplear 15 ó 20 minutos en recorrer todas las páginas del libro con mucha atención, antes de iniciar la lectura, capítulo a capítulo, de la siguiente forma: leer los títulos, repasar rápidamente los breves resúmenes que trae cada capitulo y al final se presta atención a los mapas, gráficos, diagramas e ilustraciones al tiempo que se lee aquellas frases que el autor subraya o destaca de alguna manera. Ya se tiene una impresión general sobre el contenido

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6. Se debe empezar, pues, la lectura capítulo a capítulo, con muchísima atención pero concetrándola especialmente en el primer párrafo que suele ser una recopilación más amplia del contenido de todo el capítulo. Se puede realizar las anotaciones al margen y a pie de página que parezcan oportunas y anotar las dudas que surjan y las preguntas que vengan a la mente.

7. Confeccionar un esquema o diagrama en el que estén bien expresados los

puntos básicos de la lectura comprensiva que se acabó de hacer y resumir el contenido en 15 o 20 líneas. Se debe ir relacionando los contenidos de los capítulos.

8. Cuando se haya terminado de leer el libro, confeccionar el esquema o diagrama general ayudándose de los que se ha realizado después de la lectura de cada capítulo y redactar una síntesis de todo el libro, perfectamente estructurada y personalizada, en un lenguaje personal teniendo siempre como referencia el esquema general.

Estructura expositiva

Es muy importante descubrir lo antes posible la estructura o disposición de las ideas en un texto, para conocer en qué parte del desarrollo del tema se encuentran las ideas fundamentales. Esto permitirá ahorrar tiempo y que la lectura sea más eficaz.

Las estructuras expositivas más empleadas son:

Enumeración simple de los hechos

Mediante la cual el autor se limita a ofrecer datos de su propia experiencia o de la realidad observada.

Tesis demostración

Con los hechos y circunstancias que conducen a afirmar o suponer algo en concreto, (tesis). A la tesis sigue la demostración, punto por punto, que justifica lo afirmado.

Cuestión o problema a resolver

El autor comienza planteando una cuestión, continúa analizando una a una las posibles causas y termina ofreciendo las soluciones pertinentes. En este tipo de estructuras, la respuesta a cada cuestión va al final.

Formas organizativas de exposición

Las estructuras expositivas anteriores, son las más frecuentes; pero, no siempre aparecen en su estado puro, sino mezcladas y con ciertas variaciones. Queda, sin

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embargo, un tipo de estructura específica de los libros de texto y conviene descubrir su orden en cada asignatura; conocerlo, facilitará muchísimo la lectura.

La bibliografía

Es importante averiguar si la bibliografía reseñada por el autor, ha sido utilizada al escribir el libro o sencillamente se ha limitado a acumular una serie de títulos referidos al mismo tema.

No menos importante es averiguar si el libro que tenemos en las manos

constituye, un verdadero avance en el tema que trata y presenta con base firme el conocimiento que tiene su autor de cuanto se ha publicado sobre la cuestión trazada hasta el momento.

CONCLUSIONES

La unidad menor, pero esencial, en toda lectura de estudio es el párrafo. Cada párrafo es un eslabón en la cadena completa de ideas básicas de que se compone la lección o capítulo.

Si se llega a dominar a la perfección la localización de la idea central de cada párrafo y se logra enlazarla con las demás que conforman, unitariamente, los distintos apartados de que se compone cada capítulo, se comprobará, por uno mismo, que en la mitad del tiempo se aprenderá más y mejor.

El párrafo es aquella parte del escrito, que se halla comprendida entre dos

puntos y aparte; y, que casi siempre gira en torno a una idea fundamental. Cada párrafo ofrece una perfecta unidad de pensamiento y una vez desarrollada su exposición de la idea central, se inicia un nuevo período o párrafo.

Los párrafos están formados por una o varias frases que acompañan a la frase principal y se agrupan en frases secundarias que aclaran la idea central. Se entiende por idea o frase principal las palabras que expresan lo fundamental del pensamiento del autor. La idea principal Está contenida en una de las frases del párrafo que por contenerla, se llama frase principal o clave, pero ¿qué podemos hacer para encontrarla? Puede ir colocada al principio, en el medio o al final del párrafo. Cuando la idea principal va al principio del párrafo Comienza afirmando claramente algo esencial y después, en las ideas secundarias se aportan datos, razones y aspectos que confirman lo expresado en la idea principal.

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Si se encuentra en el centro del párrafo

Se comprueba que el principio sirve de introducción, preparación o preámbulo de la idea central a la que anuncia. En la última parte del párrafo el autor aclara o amplía la idea principal.

Cuando está al final

Se observa que tanto las primeras frases, como las del medio: aportan datos, ofrecen razonamientos y constituyen una amplia introducción o preámbulo, que termina con la idea principal como conclusión, donde se completa toda la argumentación de un párrafo que, evidentemente, es inductivo.

En los párrafos inductivos, es importante leer con gran atención las frases

previas que conducen a la frase final, en la que aparecen bien claros todos los conceptos.

Es bastante frecuente que cada autor mantenga constante su tendencia a

expresar la idea principal en una parte determinada de la estructura del párrafo y es importante descubrir esta inclinación en las primeras lecturas. Esto permitirá aumentar la velocidad y la comprensión de lectura en los capítulos que queden por leer.

La idea principal, a veces, no se expresa de manera explícita y clara en ninguna frase o palabra clave, sino que va implícita a lo largo de todo el párrafo. En estos casos debemos saber extraer toda la exposición del pensamiento del autor, que parece perderse entre sinónimos y rodeos, dándole forma con nuestras propias palabras.

Otro tanto ocurre cuando la idea principal no se encuentra en un solo párrafo, sino que el autor la ha desarrollado en dos o más. En ese caso se deberá formar un todo en la mente encajando perfectamente las distintas piezas o trozos de pensamiento como si se tratara de un rompecabezas.

Se puede encontrar párrafos que contienen más de una idea principal y los llamados de transición, que no contienen ninguna idea importante y no tienen otro fin que servir de eslabón (enlace) entre un párrafo y otro.

La frase principal

Expresa una afirmación más amplia y genérica donde quedan incluidas y resumidas las demás frases.

Es la más abstracta y de mayor comprensión.

Es la verdaderamente imprescindible dentro del párrafo. Si se la suprime, el pensamiento del autor queda incompleto, sin verdadero sentido.

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Las frases secundarias

Son una simple repetición de la frase principal con distintas palabras.

Ofrecen detalles, matizan y aportan argumentos que prueban lo expresado en la idea principal. Si se suprimen las frases secundarias apenas se altera el sentido general del párrafo. Sólo se pierden ciertos matices que no afectan al contenido esencial.

El capitulo

Un capítulo o lección está encabezado por un título genérico que abarca los diferentes apartados de que consta; sus diversos párrafos forman una unidad de pensamiento.

Los párrafos

Sintetizando, podemos manifestar que estas unidades de pensamiento:

Favorecen la concentración mental.

Obligan a la comprensión y captación de lo fundamental.

Por ser un texto escrito, siempre estarán a nuestro alcance.

RECOMENDACIONES

El saber abordar los libros de texto, de consulta, literarios, históricos, filosóficos y de cualquier tipo es una habilidad útil, y hasta imprescindible, para los estudiantes que deben pasar mucho tiempo dedicados a la lectura de diferentes publicaciones, intentando extraer, comprender, fijar, sistematizar, y utilizar para sus propios fines las ideas fundamentales que contienen.

Un examen previo seguido de un análisis minucioso de la estructura del libro facilitará la velocidad y comprensión de lo leído.

Examinar el libro

En cualquier libro se llega por la portada. De una rápida ojeada, en breves segundos se podrá informarse sobre: el tema general, expresado en el título, el nivel o enfoque, que suele estar contenido en el subtítulo o en las breves frases descriptivas, el nombre del autor, su experiencia, publicaciones y la fecha y editorial de la publicación.

Una vez dentro del libro, el prólogo es una breve presentación que casi siempre hace el propio autor de la obra. Nos dice por qué lo escribió, a quienes va dirigido, que finalidad persigue, cuál es la estructura de su obra y cómo debe utilizarse. Tan

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solo la lectura del prólogo da la idea de si vale la pena leerlo y también, de la necesidad de realizar una lectura profunda o superficial.

El tercer paso es examinar detenidamente los índices sistemático y analítico.

Por cuanto en el índice sistemático el autor expone los temas, principales y

secundarios, y ofrece una idea precisa de cómo está organizado el documento en capítulos, secciones y apartados, se debe examinarlo para descubrir los temas claves que aborda y la forma como éstos se relacionan con otros.

Al ofrecer el índice analítico los temas ordenados alfabéticamente en la lista que

trae al final el libro, se puede encontrar la referencia que se busca, sin pérdida de tiempo.

Antes de empezar

Es importante, en primer lugar, recorrer todas las páginas del libro, desde la primera a la última, durante unos 5-10 minutos, tiempo dedicado a “hojear” y “ojear” con gran atención, para leer los títulos de cada capítulo y sus apartados y repasar los resúmenes que suelen contener al final; observar detenidamente los mapas, gráficos, ilustraciones, diagramas... y leer alguna que otra frase de cada capítulo empleando la lectura de salteo y en zigzag.

Esta ojeada superficial permitirá completar esa primera impresión general sobre su contenido, para leerlo con verdadero aprovechamiento. El tiempo que se invierta en el examen de un libro tal y como se ha indicado, será muy bien empleado cuando se aborde la lectura detallada, capítulo a capítulo.

Se debe prestar atención al primer párrafo: Casi siempre ofrece el autor una

síntesis de lo que sigue. También al último párrafo: es como un sumario de lo que ha dicho. Si se mantiene como constante esta idea general clara, obtenida tras el examen previo del libro, será fácil ligar de una manera nítida y precisa los nuevos conceptos que aparecen tras la lectura detenida. Este es el camino para leer un libro con aprovechamiento.

Descubrir su estructura

Todo texto responde a una determinada estructura o disposición de las ideas. El lector debe descubrirla durante la pre-lectura, para que al realizar la lectura detallada, sepa en cada momento en qué parte del desarrollo del tema se encuentra.

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COMO DESARROLLAR LA VELOCIDAD LECTORA

La velocidad ideal sería la del pensamiento. Es decir, que las palabras se conviertan en ideas de forman instantánea.

Las ventajas de la lectura rápida son muchas porque permite adquirir una información general sobre un tema en brevísimo espacio de tiempo o encontrar un dato concreto de forma rápida y eficaz.

Sin embargo, no siempre es lo más conveniente y correcto leer a gran velocidad, tal es el caso de la lectura reposada y serena que precisa un texto bello o demasiado intrincado y profundo. Entonces, la lentitud sería lo adecuado.

Por eso, el buen lector jamás es monótono. Sabe siempre adaptar la velocidad al tipo de lectura y a los fines que pretende.

El lector medio lee al 50% de sus posibilidades. Si toma un libro y comienza a leer, es muy probable que su velocidad de lectura sea de 240 a 250 palabras por minuto (ppm), pero con un poco de entrenamiento, logrará leer 100 palabras más por minuto. Con ejercicio continuado, al cabo de un tiempo razonable, estaría muy próximo a las 500 ppm sin descender la comprensión.

¿Por qué algunos leen más deprisa?

Nuestro cerebro es solo capaz de conocer las palabras cuando los ojos se quedan quietos durante ese brevísimo espacio de tiempo. En cada fijación de los ojos sólo quedan perfectamente enfocadas cuatro o cinco palabras con absoluta claridad, mientras que a uno y a otro lado del foco no se ven con tanta precisión las palabras, pero el cerebro las reconoce y capta.

El número total de palabras que puede reconocer el cerebro de cada persona se le llama haz de reconocimiento o campo de visión. Quienes pueden captar una línea entera de una sola hojeada tienen un haz de reconocimiento máximo y en pocos segundos se beben una página. Quienes, por el contrario, disponen de un haz de reconocimiento de tan sólo una o dos palabras necesitarán varias fijaciones para leer un renglón y su lectura será muy lenta.

Defectos característicos

En general, casi todas las personas presentamos, en mayor o menor grado, alguno de estos defectos:

Campo de visión muy pequeño, si sólo se captan de un vistazo una o dos palabras como máximo.

Demasiadas fijaciones o detenciones, de la mirada en cada línea.

Vocalizaciones, tal y como se leía de niños en la escuela primaria. Apenas practican la lectura silenciosa, leen como hablándose a sí mismos.

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Regresiones o vuelta atrás, porque se pierde el rastro de la lectura, olvidando el comienzo de la frase antes de llegar al final. Se detiene tanto que se pierde el hilo y se debe comenzar nuevamente.

Al no poseer hábitos de lectura, la mayoría de las personas presenta uno o más de los defectos señalados. Esto significa que no se sabe leer. Para superar esta deficiencia, es necesario reconocer las propias limitaciones y hacer el esfuerzo para progresar constantemente, día a día, reentrenando la habilidad. A continuación, se presentan algunas sugerencias:

Desarrollar la velocidad

Una forma de conseguirlo es practicar con:

Ejercicio para regular el ritmo.

Se debe Intentar leer a toda velocidad los textos pero empleando un solo golpe de vista para cada grupo de palabras en que se divide cada línea. Cuantas más palabras se conozcan y más se esté familiarizado con ellas, más rápidamente se podrá identificarlas.

Amplitud de vocabulario

A menor número de fijaciones, mayor velocidad en la lectura. Pero el tiempo de una fijación depende de la rapidez con que identifiquemos las palabras comprendidas en nuestro haz de conocimiento y la identificación siempre vendrá dada por la familiaridad de las palabras.

En cualquier caso, la lectura será más veloz si la amplitud de nuestro léxico es notable. Se recomienda por tanto, hacer uso del diccionario, así se descubrirá también el significado de la palabra por el contexto y se podrá saltar palabras que resulten redundantes.

Salud y estado de ánimo

En principio, cualquier defecto de visión influye en el descenso de la velocidad en la lectura, por lo que la visita al especialista es obligada. Además, cualquier situación de cansancio, falta de energías o estado de debilidad general o cansancio físico momentáneo lógicamente producirá descenso notable en la velocidad y rendimiento de la lectura.

No se debe leer en un vehículo porque se forza demasiado la vista. Se debe

procurar estar bien descansado y relajado físicamente y muy concentrado para aprovechar al máximo, realizando una lectura perfectamente comprensiva.

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TIPOS DE LECTURA Y NIVELES DE COMPRENSIÓN

Adaptado de Bernabé Tierno Jiménez

El buen lector domina a la perfección los distintos tipos de lectura, en función de los objetivos propuestos, al abordar cualquier tema objeto de estudio. En otras palabras, nuestra forma de leer varía según el tipo de lectura empleado y el fin que nos proponemos. Los siguientes son los tipos de lectura:

Global

El fin que se pretende es tomar contacto con los contenidos fundamentales, para formarse una idea general o de conjunto, muy clara, aunque sin descender a detalles.

Este tipo de lectura puede y debe hacerse a bastante velocidad, forzando la mente a ceñirse exclusivamente a lo esencial.

Selectiva o de abeja

Es una lectura de búsqueda de aspectos muy concretos de interés para el lector. Descubre lo que le interesa, lo extrae del resto de la información y lo hace suyo para utilizarlo cuando lo necesite. En este caso, prescinde por completo de aquello que no es de su interés.

Crítica

Con este tipo de lectura intentamos entender que es lo que quiere comunicar el autor del escrito y lo contrastamos con nuestras ideas ya formadas al respecto sobre el mismo tema. De ese contraste surge un reajuste de nuestros conocimientos, pues la información recibida nos hace ver con mayor precisión, claridad y riqueza de datos. Requiere bastante tiempo y reposo.

Comprensiva

Es la lectura del lector responsable y trabajador que no queda tranquilo, hasta estar seguro de haber entendido perfectamente todo el contenido de la lectura. A veces, el texto se resiste un poco a que entremos a desentrañar todo el mensaje que encierra y es necesario ser muy persistentes y sagaces para hacerlo totalmente nuestro.

En este tipo de lectura (que presupone lógicamente la lectura global) es

fundamental que el lector se haga todas las preguntas lógicas posibles sobre el contenido, tratando de dar cumplida respuesta. “A la comprensión se llega por la

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interrogación”. Se debe preguntarse, una y otra vez, sobre lo que se ha leído, hasta estar convencido de que se puede responder todo.

Reflexiva

Es la lectura del pensador, del filósofo, del hombre profundo. Mientras se lee de forma lenta y reposada, se produce una lluvia de ideas de gran calidad y riqueza de contenido que el lector va cotejando, jerárquicamente y relacionando, buscando todas las afinidades, aproximaciones y contrastes. Requiere más tiempo que ningún otro tipo de lectura, pues constituye el grado más elevado de abstracción y reflexión del que se alimenta el pensamiento realmente creativo.

LOS DISTINTOS NIVELES

Se ha señalado que, en toda lectura, es imprescindible captar el mensaje que encierra el texto. Pero, leer es también una forma de diálogo sin palabras, de pensamiento a pensamiento, con un interlocutor presente sólo intelectualmente en su propia obra, en el libro.

Ese es el poder mágico de la lectura: hacer posible que nuestro pensamiento se ponga en contacto con otras formas de pensar, profundice en los mensajes, los analice, valore y cale en ellos a distintos niveles de comprensión.

Los autores señalan los siguientes niveles de comprensión de cualquier tipo de mensaje: Cero o fonético La lectura convierte los signos escritos en fonéticos. Se identifican perfectamente las letras y las palabras, sin llegar a captar su significado. La comprensión es prácticamente nula. Literal o decodificación primaria Es el grado elemental de la lectura que se caracteriza por una comprensión superficial del mensaje del autor. La mayoría de los estudiantes no superan este nivel literal de captación del mensaje y constituye la causa determinante del fracaso escolar.

Difícilmente accede el alumno a profundizar, entender y dominar las ideas

básicas de la lectura y el aprendizaje; y, las sesiones del estudio son una carga pesada y aburrida. El aprendizaje literal o memorístico a que recurren termina por hacerles odiar el estudio y desistir, por ello, en no pocos casos.

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Nivel profundo o categorial

Es una lectura más de ideas y de contenidos que de palabras, que permite profundizar en el pensamiento del autor hasta captarlo y dominarlo en toda su plenitud, pero sin ir “más allá”, sin trascenderlo totalmente.

Nivel crítico, metasemántico o metatextual

Este nivel de comprensión presupone el nivel profundo o simbólico, ya que se pasa de los hechos o ideas a sus consecuencias. En la valoración de lo leído se distinguen claramente los hechos, de las distintas opiniones, injerencias y conclusiones claves a que puedan llegar sobre estos hechos los distintos autores.

El lector debe poseer, sobre el tema de estudio, unos conocimientos previos suficientes, que le servirán como referencia válida para emitir su propio juicio con objetividad. Ha de saber trascender el texto: ir un poco más allá de él.

Nivel literario

Este nivel de comprensión, de signo marcadamente culto, pretende analizar y descubrir la belleza del lenguaje, la calidad de estilo, la riqueza expresiva, si se trata de un género doctrinal, satírico o de humor, etc., más que profundizar en el contenido del texto en sí. Es evidente que el estudiante que prenda obtener excelentes resultados en el estudio ha de ejercitarse cada día más en la lectura con niveles de comprensión profundo y crítico; y, de ser posible, literario o estético.

DEFECTOS DE LA LECTURA

Es importante que el estudiante averigüe si comete en su lectura alguno de los defectos que están señalados a continuación:

Dispersión mental

Incapacidad para centrar la atención, interrumpiendo la lectura con preocupaciones ajenas al libro. Basta un disgusto, o una tensión por un tema personal para que se pierda el hilo. La vista se desliza por la página sin captar el contenido.

Inconstancia

El trabajo intelectual requiere repetición, insistencia. La lectura como aportación diaria al aprendizaje es insustituible. El lector inconstante o circunstancial nunca llegará a ser un buen estudiante.

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Pasividad

Jamás un libro se entrega del todo al lector que mantiene ante él una actitud pasiva. Es preciso releer, extractar, subrayar, esquematizar, contrastar, preguntarse sobre lo leído, con mente activa y despierta.

Hipercriticismo

Actitud opuesta a la pasividad que adoptan algunos lectores con prejuicios frente a ciertos libros o autores. Imposibilita profundizar en los contenidos de forma absolutamente imparcial.

Actitud Dubitativa

Cuando en la lectura aparecen datos, alusiones y cuestiones cuyo sentido se nos escapa, permanecer en la duda equivale a bloquear el proceso del aprendizaje. Es la actitud del estudiante perezoso e irresponsable.

EJERCICIOS QUE AMPLÍAN EL CAMPO DE VISIÓN

Procura fijar la mirada en el punto central de cada renglón tratando de captar todas las palabras de un solo vistazo.

Si

procuras

sintetizar

con precisión

y gran amplitud

muchas más palabras

sin duda podrás aumentar

hasta límites insospechados

tu actual haz de reconocimiento

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Dos golpes de vista por línea

La propiedad fundamental

de la percepción es la de ser

selectiva esto significa

aquello a lo que se atiende

mientras que el resto de

los estímulos pasan

desapercibidos por nuestros …

Tres golpes de vista por línea

Cuiden padres y educadores

que la luz natural o

artificial entre la izquierda

en sujetos diestros y

por la derecha en los zurdos.

tampoco permitan al estudiante

acercar la vista al libro

a más de treinta centímetros

BIBLIOGRAFÍA

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