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 SARAH s. POLLACK La nada y sus contextos la ausencia de la obra en  l libro vacio  de Josefina Vicens El libro vacío  1958) de la  novelista osefina  Vicens 1911-1978)  es  una obra rara  en el  contexto  de la  novelística  mexicana de  su  generación. Ha sido analiza- da por la crítica principalmente  como ejemplo  de una naciente corriente feminis- ta y en  relación  al existencialismo. El presente ensayo, sin embargo, propone una relectura estableciendo  L is  resonancias  que existen entre  esa novela  y la obra de Maurice  Blanchot en  particular  Le livre à venir El libro por venir)  1959), impreso  un año  después  de la novela de Vicens pero que reúne ensayos publicados previamente. Ambos textos analizan la experiencia literaria como un  proceso inacabado y en constante  transformación,  borrando las frontera entre el libro y el lenguaje  literario.  El protagonista de la novela de Vicens, osé  García, apunta en su diario intuiciones  sobre  el acto  literario y sobre  una novela que nunca  llega  a escribir pero que hace  eco  d e  las ideas  d e  Blanchot.  En sus notas, como en  los  en - sayos  del teórico y narrador francés, el  texto  literario  surge  de un lenguaje que  se articula como  exterioridad  pura, siguiendo aquí el  trabajo  de Michel  Eoucault. A más de cincuenta años de su publicación, atender a  los ecos  q u e  reverberan  en los vacíos q u e son centrales  a  esta  importante  obra  de la narrativa mexicana sirve para  reconocer  a Vicens la modernidad de su  texto  y  su  posición adelantada en la tradición latinoamericana contemporánea. En el mundo literario mexicano, el 2008 podría ser llamado el año de Carlos Fuentes, por la coincidencia del octogésimo cum- pleaños del autor y el medio siglo de  La región más transparente.  Este puntual doble aniversario ameritó notas y dossiers conmemorativos en las publicaciones más destacadas del país:  Confabulario,  el suplemento cultural de  E l  Universal;  la revista literaria  Tierra  Adentro;  una edición conmemorativa de la novela publicada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; y el coloquio internacional organizado por la Universidad Nacional Autónoma de

La Nada y Sus Contextos

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  • SARAH s. POLLACK

    La nada y sus contextos:la ausencia de la obra en

    El libro vacio de Josefina Vicens

    El libro vaco (1958) de la novelista Josefina Vicens (1911-1978) es una obrarara en el contexto de la novelstica mexicana de su generacin. Ha sido analiza-da por la crtica principalmente como ejemplo de una naciente corriente feminis-ta y en relacin al existencialismo. El presente ensayo, sin embargo, propone unarelectura estableciendo Lis resonancias que existen entre esa novela y la obra deMaurice Blanchot, en particular Le livre venir (El libro por venir) (1959),impreso un ao despus de la novela de Vicens pero que rene ensayos publicadospreviamente. Ambos textos analizan la experiencia literaria como un procesoinacabado y en constante transformacin, borrando las frontera entre el libro y ellenguaje literario. El protagonista de la novela de Vicens, Jos Garca, apunta ensu diario intuiciones sobre el acto literario y sobre una novela que nunca llega aescribir, pero que hace eco de las ideas de Blanchot. En sus notas, como en los en-sayos del terico y narrador francs, el texto literario surge de un lenguaje que searticula como exterioridad pura, siguiendo aqu el trabajo de Michel Eoucault.A ms de cincuenta aos de su publicacin, atender a los ecos que reverberan enlos vacos que son centrales a esta importante obra de la narrativa mexicana sirvepara reconocer a Vicens la modernidad de su texto y su posicin adelantada enla tradicin latinoamericana contempornea.

    En el mundo literario mexicano, el 2008 podra ser llamadoel ao de Carlos Fuentes, por la coincidencia del octogsimo cum-pleaos del autor y el medio siglo de La regin ms transparente. Estepuntual doble aniversario amerit notas y dossiers conmemorativos enlas publicaciones ms destacadas del pas: Confabulario, el suplementocultural de El Universal; la revista literaria Tierra Adentro; una edicinconmemorativa de la novela publicada por la Real Academia Espaolay la Asociacin de Academias de la Lengua Espaola; y el coloquiointernacional organizado por la Universidad Nacional Autnoma de

    Revista de Estudios Hispnicos 45 (2011 )

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    Mxico del 10 al 14 de noviembre, "La regin ms transparente: 50aos despus", con un presupuesto de aproximadamente 400 mil pesos(Notimex). El fracaso social, poltico, moral, y religioso al nivel del indi-viduo y de la nacin que se representa en esta novela totalizante, insertala obra de Fuentes dentro de una larga prctica novelstica latinoame-ricana relativamente coherente. Esta corriente se extiende hasta hoy enda con autores como los del grupo crack en los que el mismo Fuentes sereconoce (Laporte)'. Tal no es la suerte que corre El libro vaco (1958),que tambin cumpli sus cincuenta aos en el 2008, ao, adems, del20 aniversario luctuoso de su autora, Josefina Vicens (1911-1978). El23 de noviembre, se reunieron en el Palacio de Bellas Artes en Mxico,DF, los escritores Aline Pettersson, Eduardo Gruz y Fernando Reyespara conmemorar a la autora y pugnar por la revaloracin y re-edicinde su obra porque la consideran estar "en el olvido" (Notimex). A pesarde la gran estima que recibi de los intelectuales, polticos, cineastas yescritores ms prominentes de su generacin, su reconocimiento con eltercer Premio Xavier Villaurrutia, la carta-prefacio de Octavio Paz queacompaa a las reediciones de la novela, y la altsima calidad original desu obra, Josefina Vicens carece de un lugar prominente en la concienciacultural con respecto a las letras mexicanas de la segunda mitad del sigloveinte.

    La falta de diseminacin mayor de El libro vaco, la obra msimportante de Vicens, se debe en parte a la dificultad de trazar una ge-nealoga en la cual situarla^ Ignacio Snchez-Prado escribe: "El punto,en realidad, radica en la produccin de una novela sin antecedentesdirectos en la tradicin literaria cannica" (153)'. Este crtico hace ecoal juicio anterior de Adriana Gutirrez, quien opina que "el texto deVicens no tuvo ni precursores ni seguidores con los que se pueda esta-blecer una filiacin literaria muy clara" (50). Esto ltimo ha contribuidoa determinar los acercamientos acadmicos ms frecuentes que intentancontextualizarla. En estas pginas propongo justamente ubicar la obrade Josefina Vicens en una genealoga de resonancias hasta ahora pocodiscutidas. Sin demeritar los logros y aciertos de los mltiples acerca-mientos que a la fecha se han llevado a cabo desde distintas agendascrticas, me interesa relocalizar en particular El libro vaco como corres-ponsal de la corriente de pensamiento literario enfocada en el lenguajeque impuso desde Francia una honda influencia a finales de la dcadade 1950 y an durante la siguiente. Abordar para ello el pensamiento

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    del escritor, narrador y crtico literario Maurice Blanchot, as como eldel filsofo Michel Foucault para analizar este modelo de empatias yconvergencias que vinculan la obra de Vicens con la poca del (post)estructuralismo francs. Dicho vnculo resalta la enorme diferencia queimplica el trabajo de Vicens en relacin a las letras mexicanas de esemomento, como he sugerido es el caso de Carlos Fuentes y La reginms transparente.

    Para elaborar a fondo este objetivo, discutir ahora brevementela crtica literaria que se ha desarrollado en los ltimos aos en torno aEl libro vaco. El mayor esfuerzo por recuperar la obra de Vicens en laltima dcada se ha centrado principalmente en los estudios culturalesde gnero, considerndola, junto con Ins Arredondo, Rosario Caste-llanos y Elena Garro, como pionera en el espacio cultural mexicanoque ahora ocupan escritoras internacionalmente reconocidas comoElena Poniatowska, ngeles Mastretta, Carmen Boullosa y CristinaRivera Garza. El Instituto Tecnolgico de Monterrey, por ejemplo,inaugur en 2006 una nueva coleccin crtica "Desbordar el canon.Escritoras mexicanas del siglo XX" con el estudio de la obra y vida deVicens "desde una perspectiva de gnero" (Castro 13). Los ensayosde este importante volumen abarcan la diversa produccin de Vicensen sus excepcionales papeles para una mujer de su poca: guionista,cronista taurina, sindicalistaadems de novelista. Demuestran, de unamanera contundente, la capacidad excepcional de Vicens de "negociarcon el mundo machista, tradicional y marcado por los estereotipos degnero" tanto en su vida como en su obra (14). Al acercarse a El librovaco, la estrategia de Eve Gil, una de las investigadoras que contribuyenal volumen, es representativa; busca desenterrar "el discurso feministaencubierto" de la novela al sealar las flaquezas de su protagonista, JosGarca, en su rol tradicional de hombre como jefe de familia y escritormasculino (Gil 1101). De esta manera, sugiere Gil, Vicens cuestiona laconstruccin de lo masculino y lo femenino en s, particularmente los"privilegios del varn" asumidos por la sociedad mexicana de la poca(106).

    El trabajo de Gil sigue la pauta de los estudios de scar Barrau,Evodio Escalante, Adriana Gutirrez, Ana Rosa Domenella, AlessandraLuiselli, Alvaro Ruiz Abreu, Joanne Saltz e Ignacio Snchez-Prado, pornombrar los principales, que contextualizan la obra de Vicens dentrodel espacio literario, cultural y poltico mexicano para desentraar el

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    efecto de colonizacin de un personaje masculino por una novelistamujer. Sus conclusiones, orientadas a encontrar en Vicens uno de lostempranos ejemplos del subrepticio socavar de la centralidad de lasubjetividad masculina en las letras mexicanas contemporneas, confrecuencia coinciden, aunque su interpretacin de los personajes difie-ra marcadamente". scar Barrau resume bien el posible limitante deeste tipo de acercamiento crtico: "supone la presencia de autnticosdiscursos femeninos y sus contrarios masculinos", algo que contradi-ce las actitudes vitales y declaraciones de la autora'. Entrevistada porGabriela Cano y Verena Radkau en 1987, un ao antes de su muerte,Vicens reconoci la fuerza de sus personajes femeninos secundarios encomparacin con sus protagonistas masculinos. Pero al mismo tiempo,la autora rechaz el concepto de una "literatura femenina o masculina",oponiendo que en su propio caso, su "problema fiandamental en lo quea los libros se trata es se de escribir y saber la poca trascendencia quepueda tener lo que yo escriba" (Cano 136, 137). Para Vicens, ste tam-bin "es el problema de Jos Garca" y el eje central de la novela (137).

    Los primeros reseistas y estudiosos de El libro vaco se enfo-caron en este dilema del escritor, particularmente en el sentimiento dela "poca trascendencia" del protagonista, acercndose a la obra por vassemiticas, existencialistas, psicoanalticas y psicolgicas (Cano 137).La lectura existencialista de El libro vaco es de indiscutible relevanciapara la comprensin del protagonista y su tedio, enajenamiento, soledady falta de comunicacin en el contexto familiar, social y poltico delMxico de los aos cuarenta y cincuenta (Fernndez Rojas 169). Comoseala Paz en su carta-prefacio a la segunda edicin, el libro de Vicensrefleja una "filosofa que se enfrenta a la no-significacin radical delmundo y situacin de los hombres modernos ante una sociedad que davueltas en torno a s misma y que ha perdido la nocin de sentido y finde sus actos" (9)^ Pero como bien nota Adriana Gutirrez, a diferenciade la novela existencialista tradicional, "en El libro vaco la conviccinque tiene el narrador de que su escritura es intrascendente, proviene dela concepcin prefijada y estrecha que l mismo tiene sobre lo que debeser la literatura" (51). Otros acercamientos al malestar del protagonistase han enfocado en sus mltiples desdoblamientos y dualidades, echan-do mano a varios conceptos sicoanalticos^. Siguen los parmetros comolos que establece Fabienne Bradu: "La identidad se presenta as comoun vaco, una interrogacin, una angustia, que la escritura resarcira de

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    una manera ms o menos feliz, ms o menos satisfactoria" (11). Aunquelos artculos de investigadores como Pamela Bacarisse, Roberto GarcaBonilla, Alice Ruth Reckley y Norma Lojero Vega logran plasmar lacomplejidad psicolgica del personaje (el dilogo de su ser escindido,la negociacin de sus deseos incumplidos, sus sentimientos de culpabi-lidad) no se detienen en examinar el tejido del lenguaje en s, vindoloen funcin de Garca^

    Poco, de hecho, se ha dicho acerca de lo que Vicens considerael problema fundamental de su proyecto"se de escribir" (Gano137)ms all de sealamientos descriptivos, tanto de la estructurametaliteraria innovadora de la obra con sus mltiples voces (Bradu,Gutirrez y Nez Rodrguez) como de los pronunciamientos contra-dictorios de Garca acerca de su produccin como escritor en contrastecon sus preconcepciones de lo que debe ser la literatura (Pereira yRuiz Abreu). En sus anlisis, muchos se quedan con una tradicionalnocin mimtica de un textoque para Garca "vida y escritura soninseparables" (Gutirrez 56), y "lo que va escribiendo . . . no es msque el reflejo fiel del vaco que habita en l y que de alguna forma loimpuls a escribir" (Pereira 186)que resulta inadecuada para explicarel complejo "Ser" del lenguaje manifestado en el texto. El anlisis deRuiz Abreu atisba en ciertos puntos, sin alcanzar una mayor profundi-dad, la verdadera experiencia literaria de Garca: "el arte es un enigmasin solucin, que encierra su parte de misterio, sus sombras y sus luces.Lo que se desea transmitir as, sea lo ms simple, lo ms sencillo y coti-diano, se escapa siempre de las manos" (199). El objetivo del presentetrabajo es analizar a fondo este "enigma" que reside en la escritura prac-ticada por Garca y nuestra autora.

    Guando Vicens levanta la pluma, no slo participa del "espritude la poca" de ndole existencial que seala Paz, sino de otro, tambincontemporneo, que empezaba a consolidarse en los mismos aos (7).Varios escritores experimentaban con una nueva prctica del lenguajemoderno literario caracterizado como autnomo, sin sujeto, imposiblede asir, ms all de la mimesis, en constante dispersin, y separado deotras prcticas discursivas. Una de las primeras formalizaciones im-portantes de esta literatura moderna se encuentra en Le livre venirde Maurice Blanchot, traducido al espaol como El libro por venir.Publicado slo un ao despus de la novela de Vicens, Le livre venirrene ensayos escritos por Blanchot entre 1953 y 1958 que aparecieron

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    originalmente en La nouvelle revue franaise. El volumen se componede mltiples estudios sobre escritores, principalmente de la vanguardiaeuropea, que revolucionaron la literatura occidental, comenzando conProust y terminando, no sin anacronismo, con Mallarm. En ellos seesboza una nocin de la literatura que transforma el lenguaje y lo de-safa, en anuncio de una prctica literaria que est siempre por llegar.Aunque no hay indicios de que Vicens haya ledo a Blanchot, ni la ella, quisiera abordar El libro vaco como si fuera una de las obraselegidas por el crtico francs para su anlisis. Hay una clara empatiaentre la novela de Vicens y la experiencia del lenguaje literario que de-sarrolla Blanchot, muy propia de la poca, que la crtica ha ignorado.El proyecto de Vicens anticipa en Mxico una actitud frente al lenguajeliterarioprincipalmente el concepto de la obra como negatividadque reaparecer en distintas tendencias de la teora literaria francesalas ideas de Blanchot y Michel Foucault, como he sealadodurantela segunda mitad del siglo XX, como discutir en lo que sigue. A msde cincuenta aos de su publicacin, el atender a los ecos que rever-beran en los vacos que son centrales en la obra de ambos sirve parareconocer a Vicens la extraordinaria modernidad de su texto, as comosu lugar sin precedentes en la tradicin literaria mexicana que justificansu relevancia, a la par de Carlos Fuentes y otros, dentro de la tradicinlatinoamericana contempornea.

    I. Los lmites de la representacin

    Jos Carca, el narrador y autor intratextual de la novela deJosefina Vicens, ms que nada quisiera ser escritor, y para este propsi-to ha comprado dos cuadernos, uno para hacer anotaciones, y el otropara recoger las mejores lneas del primero, con el que planea integrarsu obra. El texto que leemos en s es el cuaderno de sus borradores y sufracaso, porque como l mismo dice, est "lleno de cosas inservibles"(Vicens 15). Este juicio se basa en la concepcin de la escritura quetiene Carca, que podramos clasificar de tradicional y mimtica, en lacual el pensamiento y el lenguaje sirven para lograr una positividad deconocimiento, tanto del mundo fijado en palabras, como del sujeto quelas piensa y escribe. Resume su ideal de la escritura: "si yo supiera es-cribir . . . cualquier sentimiento cobrara fuerza y alcanzara su claridadtotal al ser explicado o revelado" (111).

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    Garca esboza varias posibles formas que podra tomar su obra.Primero piensa en una novela para la cual le gustara: "Grear personajes,ponerles nombre y edad, antepasados, profesin, aficiones. Gonectar-los, trenzarlos, hacer depender a unos de otros y lograr de cada unoun ejemplar vigoroso y atractivo o repugnante o temible" (32). Luegoimagina una obra de ndole biogrfico acerca de su niez y familia "parasentirlos cerca otra vez, para poseerlos" (18). Finalmente se plantea unaserie de ancdotas, recuerdos y relatos escrita para gente como l "paradecir a los dems algo distinto y trascendente" (175). Lo que tienenen comn estos proyectos es el deseo de hacer de la escritura un espa-cio para expandirse, significar como sujeto y para retener presencias,pensamientos y tiempos lejanos por medio de la representacin. En elespacio de su cuaderno. Garca busca restaurar una plenitud del ser, decomunicacin con el otro, de verdadera fraternidad, que la vida mismale ha negado.

    Garca fracasao cree fracasaren su proyecto precisamenteporque, segn sus objetivos, nunca logra escribir su obra en ningunade las tres versiones que se propone. Inicialmente culpa a su falta deimaginacin que no le permite inventar un mundo aparte, poblado degente que se sienta natural, real y slida. No obstante, el problema esms esencial, porque an cuando intenta retratar a seres no inventados,o hablar de sus verdades personales, algo sucede en el tejido del lenguajeque hace que sus pensamientos y sus presencias se le escapen: "Nues-tra realidad no puede expresarse fcilmente: sentida, vivida, es recia yconmovedora; narrada aun con la ms legal sobriedad, se deforma ex-traamente" (169). Describe, por ejemplo, a su abuela, pero al volver aleer sus propias palabras, observa que "quedan desnudas", que no le es"posible dar la impresin exacta, conjunta" ni "revelar lo que ella tratabade conservar oculto" (29-30). Descubre que el lenguaje le es indepen-diente, que si es espejo, es un espejo de s mismo, y no de la realidadque asiduamente intenta capturar. Luego se pregunta sobre aquellosescritores que s consiguen producir una obra: "Gomo lograrn quesus palabras los obedezcan? Las mas van por donde quieren, por dondepueden. . . . Siento que van desprendindose de m y cayendo en micuaderno" (61).

    La paradoja central del texto reside en el hecho de que los pro-yectos narrativos del protagonista logran en efecto consumarse para ellector. Es decir, el texto retrata la vida del personaje^Jos Garcaen

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    el que su circunstancia y discurrir son aprehendidos y proyectados conprofundidad. La mayor parte del libro se ocupa de la vida cotidiana deGarca: su trabajo, hijos y mujer, sus amoros y sueos juveniles, susintentos de escritura. El sujeto articulado por el autor significa as loque se propone: narrar su subjetividad. Pero esta narracin conducea su vez a una crisis de lenguaje que Garca experimenta cada vez quetoma la pluma, aunque no siempre sea necesariamente evidente parael lector. AI avanzar, la novela absorbe la crisis referida por Garca, enla que sujeto y lenguaje aparecen desvinculados uno de otro, comoexperiencias ontolgicas alienadas entre s. La narracin de la crisisdel lenguaje revela el desfase entre vida y lenguaje: una vida puede seragotada por el lenguaje limitadoo, al contrarioel lenguaje siemprepuede decir la vida de otra manera. Escribe Garca: "Hablo de angustia,de atraccin, de abismo, pero estas palabras no reflejan lo que quierodecir; son burdas, burdas aproximaciones. Lo que quiero decir es otracosa" (92). En el momento en el que el texto literario se hace conscientede que el lenguaje y la vida no son ya equivalentes, como se ver, surgesu modernidad.

    Garca se expresa en trminos similares a los que Foucault uti-liza en la conclusin de L'archologie du savoir.

    Le discours n'est pas la vie: son temps n'est pas le votre; en lui, vous nevous rconcilierez pas avec la mort; il se peut bien que vous ayez tuDieu sous le poids de tout ce que vous avez dit; mais ne pensez pas quevous ferez, de tout ce que vous dites, un homme qui vivra plus que lui.

    El discurso no es la vida: su tiempo no es el suyo; en l, ustedes no sereconciliarn con la muerte: puede muy bien ocurrir que ustedes hayanmatado a dios bajo el peso de todo lo que han dicho; pero no piensenque podrn hacer, de todo lo que ustedes dicen, un hombre que vivirms que l. {L'archologie du savoir

    Las obras con las cuales suea Jos Garca son las que Foucault califica-ra como pertenecientes a la pistme del hombre: obras que hacen dellenguaje un medio de representacin del ser humano para afianzar supropio conocimiento, historia y ser'". Lo fascinante de Jos Garca, esque por su modestia y atencin reflexiva a su propia prctica de escritu-ra, intuye como narrador un desencuentro ontolgico con el lenguaje,confrontando un texto que, aunque escrito por l, se resiste a proyectar

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    SU subjetividad y su realidad circundante. Foucault describe este fen-meno, refirindose al trabajo de Blanchot, como la autosuficiencia yexterioridad del lenguaje literario moderno. Foucault parte aqu de unapremisa fundacional del postestructuralismo que predominar sobretodo en las dcadas de I960 y 70: para discernir el "Ser" del lenguaje esnecesario desarticular la nocin de subjetividad".

    Slo a travs de la dispersin del sujeto es posible vislum-brar el espacio exterior al lenguaje en relacin al interior del conoci-miento estructurado como positividad y desde donde se articula elpensamiento tradicional. As, el lenguaje observado desde el exteriordicho de otro modo, el lenguaje como exterioridadse transforma enterritorio inestable para presupuestos tericos o filosficos. Este lenguajeno tiene centro, no permite erguir verdades trascendentes y no obedecea ms reglas que las de su propio movimiento.

    [R]eflexive language . . . must be directed not toward any innerconfirmationnot toward a kind of central, unshakable certitudebuttoward an outer bound where it must continually contest itself. Whenlanguage arrives at its own edge, what it finds is not a positivity thatcontradicts it, but the void that will efface it. Into that void it mustgo, consenting to come undone in the rumbling, in the immediatenegation of what it says, in a silence that is not the intimacy of a secretbut a pure outside where words endlessly unravel. (Foucault, "MauriceBlanchot.. ." 21-22)

    Foucault ejemplifica su modelo terico con la obra de Sade, Nieztschey Bataille. En el caso de Blanchot, Foucault encuentra la bsqueda dela exterioridad no en su uso de la negacin en forma dialctica, sino enla negacin de su propio discurso. Blanchot es as autor de un discursoque no afirma nada y que en consecuencia es un "origen puro": un textoque desmantela imgenes, que desplaza conceptos hasta volverlos trans-parentes dentro de la experiencia ontolgica del lenguaje. El objetivoes visualizar el espacio liminar del lenguaje en el que no es posible fijarideas, verdades trascendentes ni sujetos estables que las confirman en surepeticin; de all la imperiosa necesidad de eliminar subjetividades. Deeste modo, Blanchot escribe en una seccin de su estudio, titulada "Ova la littrature?" [Adonde va la literatura?]: "l'essence de la littrature,c'est d'chapper toute dtermination essentielle, toute affirmationqui la stabilise ou m'me la ralise" [la esencia de la literatura es, preci-samente, escaparse de toda determinacin esencial, toda asercin que

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    la estabilice o siquiera que la realice] {Le livre venir 273). "[E]scaparsede . . . toda asercin" es un sacrificio tremendo, porque es reconocer yrenunciar al puesto del sujeto como el centro de articulacin que deter-mina el sentido y significado del lenguaje.

    Jos Garca est dispuesto a abandonar su pretensin de lograruna obra que diga verdades para otra gente y hasta juzga que sus cua-dernos no deberan ser ledos por nadie ms que por l mismo. Es este"l mismo", sin embargo, que no quiere y no puede abandonar, comosi, siguiendo a Blanchot, la imposibilidad de renunciar a su subjetividadfuese la causa de su ansiedad con el lenguaje, el obstculo que le impidellegar a una experiencia ontolgica del mismo. As, sus cuadernos, delos cuales esperaba extraer su obra, son en efecto su diario personal,donde recuerda ciertas aspiraciones de su juventud y un amoro quetuvo, pero donde sobre todo anota los detalles de su existencia cotidia-na: "slo puedes referirte a lo que es tuyo: . . . los opacos sucesos de tuvida diaria y tu relacin con unos cuantos seres humanos que coincidie-ron en tu pequea rbita" (Vicens 182). No obstante su medianidad,que l es el primero en admitir, el vocabulario de esta frase muestra laconcepcin existencial que Jos Garca mantiene de s mismolcomo ser humano, reclama una posicin axial alrededor de la cualquiere sentir una rbita, y pretende hacer de su escritura el medio paraestablecerla.

    El discurso literario, segn Blanchot, se contrapone al discursodiario al desconfiar de sus poderes de representacin. La palabra nose corresponde directamente con la cosa, no estn vinculadas por unarelacin nominal de equivalencia. Ms que representar, la literaturaintenta aprehenderdesde su exterioridadla ausencia de la realidadque produce el lenguaje que nombra esa realidad.

    Mais, sans quitter ce ct du langage, vient un moment o l'art aperoitla malhonntet de la parole courante et s'en carte. Que lui reproche-t-il? C'est, dit-il, qu'elle manque de sens: il lui semble folie de croirequ'en chaque mot une chose soit parfaitement prsente par l'absencequi la dtermine, et il se met en qute d'un langage o cette absenceelle-mme soit ressaisie et la comprhension reprsente dans son mou-vement sans fin.

    Pero, sin dejar ese lado del lenguaje, llega el momento en que el artese da cuenta de que el discurso cotidiano es deshonesto y lo abandona.Cul es la queja del arte acerca del discurso cotidiano? Declara que le

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    falta sentido: el arte siente que es una locura pensar que en cada pa-labra algo est completamente presente por medio de la ausencia quelo determina, y as el arte se lanza en busca de un lenguaje que puedarecapturar esta misma ausencia y representar el movimiento sin fin dela comprensin. {La part du feu 321)

    Del mismo modo en que Blanchot lo argumenta en Le livre venir,el texto literario siempre es el dispositivo que se acerca a la realidad deforma elusiva. Blanchot cita una conocida frase de Artaud: "J'ai dbutdans la littrature en crivant des livres pour dire que je ne pouvais riencrire du tout. Ma pense quand j'avais quelque chose crire tait cequi m'tait le plus refiis" [Yo debut en la literatura escribiendo librospara decir que no poda escribir nada. Cuando tena algo que escribirmi pensamiento era aquello que me era lo ms vedado] {Le livre . . .54). Al igual que Artaud, Carca escribe a pesar de su imposibilidad deescribir. Me interesa ahondar en este problema en lo sigue, detenin-dome en el procedimiento narrativo con el que se construye el texto deJos Carca.

    II. La escritura del diario y la dispersin del sujeto

    Blanchot propone un modelo terico sobre la relacin entre eldiscurso literario y su realidad inmediata. Se trata de lo que l denominalas dos "laderas" de la literatura: en la primera, el autor se dedica a ex-plorar el mundo a travs del texto; en la segunda, el texto se activa comosi el mundo "s'il n'y avait pas de monde" [no existiera] {La part du feu321), enfocndose en la realidad misma del lenguaje. As, la literaturapuede llevar al autor y al lector "la littrature vous a insidieusementfait passer d'un versant l'autre, vous a chang en ce que vous n'tiezpas" [de una ladera a la otra y cambiarte en algo que no eras antes] {Lapart du feu 321-22). La escritura de un diario personal en gran medidaopera de este mismo modo, obligando a su autor a discurrir intermiten-temente entre las dos posibilidades de ser de la literatura. En Le livre venir, Blanchot dedica un captulo para profundizar en los mecanismosnarrativos de la escritura del diario. El formato se construye como una"double nullit" [doble nulidad] porque "[c]elui qui ne fait rien de savie, crit qu'il ne fait rien, et voil tout de mme quelque chose de fait"[alguien que no hace nada de su vida, escribe que no hace nada, y he

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    all de cualquier modo algo hecho] {Le livre 255). Entendido como im-posibilidad productiva, el diario implica una escritura que est siempreavanzando pero que no tiene un principio ni un fin especficos. Al mis-mo tiempo, el diario es el vehculo por medio del cual avizoramos unaobra en construccin que siempre termina postergada, siempre a puntode comenzar justamente en las pginas del diario, apenas su preludio,ni siquiera su borrador: "Nous voyons pourquoi l'crivain ne peut tenirque le journal de l'uvre qu'il n'crit pas. Nous voyons aussi que cejournal ne peut s'crire qu'en devenant imaginaire et en s'immergeant,comme celui qui l'crit, dans l'irralit de la fiction" [Vemos por qu elescritor puede mantener el diario slo de la obra que no escribe. Vemostambin que este diario puede ser escrito slo al volverse imaginario y alsumergirse, como el que lo escribe, en la irrealidad de la ficcin] (258).El diario aparece as como el efecto de una ilusin que se materializapara acusar la ausencia de una obra. El espacio literario es paradjicoporque se abre para una obra inexistente que sin embargo siempre esreferida por el autor que no la escribir. Por ello, Blanchot califica aldiario como "l'ancre qui racle contre le fond du quotidien et s'accrocheaux asprits de la vanit" [el ancla que raspa el fondo de lo cotidiano yse aferra a la aspereza de la vanidad] porque su nico objetivo viable espreservar aspectos de una subjetividad que de otro modo se perderantotalmente (255). Lo recuperado no equivale a la suma del individuo.La meta, escribe Blachot, es otra:

    De faire de toute la vie un bloc solide qu'on puisse tenir contre soi,fermement embrass, enfin l'espoir, en unissant l'insignifiance de la vieet l'inexistence de l'uvre, d'lever la vie nulle jusqu' la belle surprisede l'art et l'art informe jusqu' la vrit unique de la vie.

    De hacer de toda la vida un bloque slido al cual uno pueda arrimarse,firmemente abrazado; por ltimo la esperanza, al unir la insignificanciade la vida con la no-existencia de la obra, de elevar la vida nula a la bellasorpresa del arte, y el arte sin forma a la verdad nica de la vida. (256)

    Esta visin propone una solucin provisional a la doble ausencia queimplica la obra no realizada por una vida limitada, ajena a la plenituddel sentido y del significado. Vida y obra carecen de materialidad yoperan slo como negatividad pura en las anotaciones informales e im-provisadas del autor. En suma, el diario, segn Blanchot, es una formade la redencin, "pour sauver sa vie par l'criture" [para salvar la vida

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    por la escritura] aunque la vida sea indefinida y temporal (256). Talobservacin, escrita en relacin a los diarios de Virginia Woolf, JulienGreen y Franz Kaflca, parece haberse redactado a propsito de la novelade Vicens, cuyo narrador sin obra persiste en la solitaria composicinde sus diarios con la esperanza de que su sinceridad, autocrtica y trans-parencia le rindan esa verdad inefable de su vida.

    El problema del diario, cuya ley resume el mandamiento dei-fico de conocerse a s mismo, es que al escribir, se altera la veracidaddel registro cotidiano y la del ser que escribe. La trampa es creer queesa indagacin interior que se anota en las pginas de un cuadernoproducir una revelacin, cuando en realidad las lneas slo arrojanfragmentos que se dispersan y se contradicen, sin entregar al hombresu ser. Jos Garca presiente lo mismo cuando observa: "me siento ajenoa m; . . . Como si hubiera un grave desajuste entre lo que soy y lo queme representa, y necesitara yo, de pronto, notarme" (Vicens 47-48).El lenguaje, explica Foucault comentando a Blanchot, "with its powerof dissimulation . . . effaces every determinate meaning and even theexistence of the speaker" ("Maurice Blanchot . . ." 57). A travs deldiario, el autor logra confrontar su subjetividad con slo dos resulta-dos posibles: transformarse o destruirse, un "trange combat" [extraocombate] cuya tensin hace que el autor siempre termine transformadoen otro {Le livre 257).

    Desde las pginas iniciales de El libro vaco, Jos Garca demues-tra estar consciente de esta paradoja, un factor que Blanchot cita comocondicin para producir algunas de las obras literarias ms interesantes.Fabienne Bradu sugiere que esta primera parte de El libro vaco es "unasuerte de introduccin" que parece haber sido colocada al principio porel narrador (o la misma Vicens) para enmarcar la lectura de lo que sigue(52), y que fue escrita despus de lo que Jos Garca dice ser "veinteaos" de escritura (11). Aunque no conocemos el contenido de los cua-dernos anteriores, lo cierto es que el Jos Garca de lo que podramosllamar el "prlogo" ha llegado a la conclusin de que no existe un "yo"consolidado en sus pginas, sino una multiplicidad de articulacionescontradictorias. Dice ser dos, uno que escribe, y otro que quiere callarsepara siempre: "Dos que dan vueltas constantemente, persiguindose.Pero, a veces me he preguntado: quin a quin?" (12). Su persistenciaen contestar esta pregunta por medio de la palabra no ayuda a aclararnada. Ms bien el lenguaje le resta al yo su seguridad de sujeto hablante.

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    como Garca confiesa luego: "Es lo que pasa siempre. Despus de escritauna cosa, o hasta cuando la estoy escribiendo, se empieza a trasformary me va dejando desnudo" (14). Los que escriben diarios, anota Blan-chot, "peu a peu reconnaissent qu'ils ne peuvent pas se connatre, maisseulement se transformer et se dtruire" [poco a poco reconocen queno pueden conocerse, sino slo transformarse y destruirse] {Le livre. . . 257). Los resultados de la transformacin y destruccin del yoson dobles: contribuyen a la angustia existencial de Jos Garca por-que su subjetividad se ve desafiada por el lenguaje que le imposibilitaasirse a una representacin unvoca de s mismo; pero, a la vez, lepermiten probar una experiencia del lenguajeajamas unitaria y siempreincompleta, en constante movimientoque lo hace empezar areconsiderar las nociones de su significacin como hombre, la estabili-dad y trascendencia de la verdad, y su razn de la escritura.

    Blanchot subraya ese "extrao combate" que suscita la escrituradel diario, sobre todo como el resultado de un texto producido tantopor el hombre que vive su vida como por el autor que la escribe. Delmismo modo en que Borges discurre sobre su vida privada y su figurapblica como escritor clebre en su texto "Borges y yo", Blanchot com-prende que la escritura del diario se genera en una imposibilidad queno siempre lleva hacia la obra aludida y pretendida en sus pginas'^ Porel contrario, slo concluye con un diario vertido sobre s mismo queacaso contiene los andamios, la materia prima de la construccin de laobra que vendr. Despus de todo, escribe Blanchot, "les abords d'unsecret sont plus secrets que lui-mme" [las inmediaciones de un secretoson ms secretas que l mismo] {Le livre 259). Por medio de la frag-mentacin del lenguaje que se espejea, Jos Garca llega a la conclusinde que el hombre en s tiene "escondidos, superpuestos, sumergidos,adyacentes, provisionales, otros muchos hombres" (193). Es lgico,entonces, que para el final del libro, postule que su verdad slo se en-cuentra en el "conjunto" de su escritura que es "deshilvanado, torpe yhasta contradictorio muchas veces" (193-94). Pero el conjunto de estetexto se estructura alrededor de la negatividad de El libro vaco, comose discutir a modo de conclusin.

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    i n . La negatvidad manifiesta

    Evidentemente el ttulo de El libro vaco se refiere al hecho deque el segundo cuaderno de Jos Garca, donde pensaba escribir suobra, no contiene una sola palabra. La vacuidad del segundo cuaderno,que nunca se llena, es equivalente al "libro por venir" blanchotiano enel sentido en que Jos Garca se asoma a un texto que funciona comouna intuicin dentro de la novela: la literatura moderna es, entonces,la imposibilidad de fijar el lenguaje literario, y su dispersin. La inmi-nencia de una literatura que est por venir, como descubre Jos Garcapara el lector, slo puede intuirse en el perpetuo borrador del primercuaderno y sus palabras: "las que ya estn escritas y las que faltan porescribir, [que] sern nicamente el burdo contorno de un hueco, de unvaco esencial" (43).

    El concepto de negatividad, segn lo articula Blanchot, seremite a la cuestin ontolgica del lenguaje en general y deldiscurso literario en particular. Al igual que en varias de sus obrasprincipalmente en L'entretien infini (1971)Blanchot lo utiliza parareferirse a la experiencia literaria cuya esencia "c'est d'chapper a toutedtermination essentielle, toute affirmation qui la stabilise ou mmela ralise" [es escaparse a toda determinacin esencial, a toda afirmacinque la estabilice o siquiera la realice] {Le livre 273), y que como el len-guaje mismo, no puede ser agotada. Gomparando la tesis de gramticagenerativa de Noam Ghomsky con las ideas de Blanchot, Marcos Eymarapunta que la literatura se afianza en las obras individuales sin asimilarsea ninguna de ellas. En ese sentido, "La littrature, tout comme le langa-ge, n'est jamais ralise" [la literatura, como el lenguaje, no es jams"realizada"]. La negatividad del texto literario se asume entonces pre-cisamente como aquello que el texto no puede consumar: la literaturamisma. La obra literaria debe limitarse a sealar fragmentos del proceso,ciertos hallazgos de un flujo cuyo movimiento no se detiene slo por sernombrado. Gomo una fotografa, la obra literaria captura un momentodel discurrir ontolgico que es el discurso literario, operando apenascomo testimonio residual del ser literario que no puede depositarse enuna nica obra, sino que (re)aparece en el supuesto colectivo de todaslas obras de todos los tiempos. Desvinculadas unas de otras, las obrasliterarias bordean el "vaco esencial" al que lejos de llenar, slo puedenaludir brevemente. La metfora mallarmeana del lance de dados quejams abolir el azar se entiende en este punto a plenitud.

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    En la imagen del "vaco esencial", la experiencia de Jos Garcaestablece una serie de resonancias con los ensayos de Blanchot que dansentido al hecho de que ambos El libro vaco y Le livre venir hayansido publicados a un ao de distancia. Productos como lo fueron deuna misma poca, el desencuentro con el lenguaje, la anulacin gra-dual de la subjetividad en la escritura del diario, la intuicin de queel discurso literario es autnomo y autosuficiente, la alusin directa oindirecta a la negatividad de la experiencia literaria, son todos puntos decorrespondencia entre Josefina Vicens y Maurice Blanchot. El segundocuaderno de Jos Carca, el que siempre est por venir, permanece deigual modo en el centro inasible de la estructura narrativa de la novelade Vicens y nos remite a esa experiencia de la modernidad que Blanchotrastrea desde la obra de Mallarm a Proust, a pesar de que su alusin seaperifrica. La versin definitiva de esa Obraya sea en Kafla, Artaudo incluso Jos Carcaest por naturaleza siempre ausente debido a lacondicin esencial de su articulacin: sin un sujeto, el discurso modernoexiste para ser constantemente reformulado. En el momento en que elsujeto se posiciona en el exterior del lenguaje, el "Ser" de este ltimo sehace visible. Todo intento por fijarlo termina en el acto de escritura queenfrenta Jos Carca. Lo otro, el libro vaco a punto de ser escrito, en sumanifiesta inexistencia, mantiene intacta las infinitas posibilidades desu escritura que siempre est por comenzar.

    COLLEGE OF STATEN ISLAND, CITY UNIVERSITY OF N E W YORK

    NOTAS

    ' Fuentes personalmente le pidi a Jorge Volpi que organizara las festividades en laCiudad de Mxico (DPA).

    ^ La obra literaria de Vicens es escasa. Aparte de El libro vaco, public la novela Losaos falsos (1982) y el cuento "Petrita" publicado por primera vez en la Revista de laUniversidad Jurez Autnoma de Tabasco en 1983 y reproducido en el volumen crtico

    Josefina Vicens: Un vaco siempre lleno de Maricruz Castro y Aline Pettersson, junto concuatro poemas inditos. Vicens tambin ejerci el periodismo, como cronista taurinacon el pseudnimo Pepe Faroles y comentarista poltica con el pseudnimo DiogenesCarca. Finalmente, tuvo una larga carrera como guionista de cine. El volumen arribamencionado incluye varios artculos que analizan estas facetas menos conocidas de sutrayectoria como escritora.

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    ' Ha habido intentos por relacionar El libro vaco con otras obras tanto dentro comofuera de la tradicin mexicana: Sergio Fernndez plantea una similitud con Dama decorazones de Xavier Villaurrutia y Novela como nube de Gilberto Owen por su subjeti-vidad experimental (Bradu 67); sin embargo, "la forma narrativa explorada por Vicensno tiene relacin particular con el lirismo de los Contemporneos" (Snchez-Prado153). Mara del Rosario Garca Estrada encuentra "ciertas equivalencias" entre los dia-rios, cuadernos y cartas de Franz Kafka y la (im)posibilidad de escribir de Jos Garcaque se describe como "expiacin y redencin" (180, 183). Fabienne Bradu explora lasconvergencias entre Vicens y el ideal de Gustave Flaubertencarnado por Jos Garcay Madame Bovary, respectivamentede escribir un "libro sobre nada" que se sostiene"por la fuerza interna de su estilo" (Flaubert, citado en Bradu 65). Aunque estas ltimascomparaciones sirven como ejemplos del ejercicio crtico que Borges propone en "Kafkay sus precursores", poco sirven para trazar una genealoga de la novela.

    * Saltz, una de los primeros crticos en enfocarse en las cuestiones del gnero, argu-menta que la novela sigue los patrones trazados por Sandra Gilbert y Susan Gubar de"la tradicin literaria femenina" por las preocupaciones del protagonistael encierro,el escape, la indecisin, los dobles, la lucha contra el silencio (85)quien funcionacomo un doble de Vicens, en "voz masculina" (82). Otras estudiosas como Luisellisiguen una lnea "ginocrtica", observando en la toma de consciencia corporal de JosGarca una sensibilidad femenina. En cambio, Snchez-Prado opina que Jos Garca"se encuentra completamente desautorizado y vaciado de sentido, mientras que lamujer [la esposa de Garca, en particular] toma el control de la situacin", poniendoen tela de juicio la autoridad del sujeto masculino (155).

    ' Adriana Gonzlez Mateos ofrece una lectura interesante de la masculinidad cultivaday ejercida de Josefina Vicens a lo largo de su vida a partir de 18 fotos de la autora.Afirma que "Josefina-Pepe-P^ [su seudnimo y apodo preferido] existen en equi-librio, exhibiendo rasgos alternativamente masculinos o femeninos . . . para permitirun trnsito fluido entre las fronteras de lo femenino y lo masculino" (41).

    * Afn a esta interpretacin es el anlisis de Mara Mercedes Lozano Ortega, que clasi-fica la novela como "existencialista" (146). Extiende este rtulo no slo a Kierkegaard,Sartre y Camus, sino tambin a Heidegger, de Beauvoir, Benedetti, Onetti, Revueltasy Villaurrutia, con cuyas obras relaciona la de Vicens.

    ^ Eliana Albala resume las dualidades irreconciliables presentes en la novela de maneraesquemtica: el soliloquio autoconsciente de Garca y su ambicin de que otros lo lean;la vacuidad de lo escribe/siente y los temas reales e importantes que toca; la desilusincon lo escrito y su empeo en corregirlo de todas maneras (89). Este binarismo tambinaparece al nivel semntico y sintctico de la obra, que Albala demuestra con ampliascitas. Otro anlisis esquemtico de estas dualidades, con abundantes diagramas, es elde Renato Prada Oropeza et al., particularmente la seccin tres (168-87). GuadalupeChiunti Snchez, que particip en el equipo de analistas en este estudio, desarrollaen su propio libro. La enunciacin, un anlisis semitico de corte greimasiano de los

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    elementos enunciativos del texto, es decir, los papeles del enunciador y el enunciatariodentro de sus marcos enunciativos. Chiunti Snchez, correctamente califica su trabajocomo un "anlisis descriptivo" (106)un trmino que igual se aplica a los dos estudiosmencionados anteriormentelo cual es, sin embargo, su mayor limitante.

    * Pamela Bacarisse recurre a la teora del deseo de Julia Kristeva para considerar cmoel sentimiento de "ontological insecurity" de Carca y su psique dividida se manifies-tan en su relacin amor-odio con la escritura (92). Roberto Carca Bonilla tambinestudia El libro vaco en trminos del deseo (in)cumplido que va mano en mano con la(in)movilidad del texto, cuya (in)trascendencia termina siendo decidida por el lector.Alice Ruth Reckley se enfoca en la psicologa de Carca, haciendo un recuento de loselementos del equilibrio y desequilibrio en su vida personal y pblica, concluyendode manera optimista que al "ritualizar" sus rutinas, logra un espacio de libertad dentrode su angustia. Ms recientemente, Norma Lojero Vega aplica las tres fases de mimesispropuestas por Paul Ricoeur al proceso de auto-conocimiento de Carca, pues segnella su bsqueda de identidad se asemeja a la idea del filsofo francs que considera la"narracin como la forma de construir la identidad" (48).

    ' Todas las traducciones son mas.

    10 Para una lectura completa sobre lo que Foucault llama la pistme del "hombre" enel contexto de la modernidad europea, vase la seccin nueve de la segunda parte deLes mots et les choses (1966).

    Paralelamente, los estudios Les mots et les choses y L'archologie du savoir fueronescritos por Foucault en parte como respuesta directa al existencialismo sartreano ysu bsqueda trascendental del sujeto en el lenguaje. Para una lectura detallada de estepunto, vase el libro de Eric Paras.

    '^ Cabe mencionar que este conocido texto de Borges se public originalmente en larevista La Biblioteca en 1957, un ao antes de El libro vaco y dos antes de Le livre venir. Posteriormente se incluy en el libro El hacedor (1960).

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    Palabras claves: Josefina Vicens, Maurice Blanchot, vaco, negatividad, Michel Fou-cault, novela mexicana contempornea.

    Fecha de recepcin: 1 marzo 2010Fecha de aceptacin: 2 septiembre 2010

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