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ESTADÍSTICA ESPAÑOLA Vol. 49, Núm. 164, 2007, págs. 59 a 101 La naturaleza de la temporalidad en el empleo: nueva evidencia empírica() () Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto SEC2003-08855-C03-01 del Programa Sectorial de Promoción General del Conocimiento (DGICYT/ MCYT/FEDER) y de los proyectos ELO-19 y ELO-116 de la Fundación de Estudios Andaluces. Asimismo, los autores agradecen los comentarios y sugerencias realizadas por dos evaluadores anónimos, que sin duda han contribuido a la mejora de este trabajo. por ANTONIO CAPARRÓS RUIZ Mª. LUCÍA NAVARRO GÓMEZ Departamento de Estadística y Econometría Universidad de Málaga RESUMEN Uno de los rasgos de nuestro mercado de trabajo es su alta precarie- dad. A pesar de que las recientes reformas laborales han pretendido re- ducirla, en la actualidad la tasa de temporalidad en España es casi el tri- ple que la correspondiente a la Unión Europea. En este trabajo se aborda este fenómeno desde una perspectiva microeconométrica. Los objetivos que se pretenden alcanzar son, en primer lugar, analizar los factores que determinan la situación de temporalidad frente al resto de estados labora- les, mediante la estimación de modelos de elección discreta y, en segun- do lugar, observar la dinámica temporal de las transiciones desde la tem- poralidad hacia otras situaciones, a través de la estimación de modelos de riesgos en competencia. En ambos casos los análisis se realizan dis- tinguiendo a los individuos según su género. La información estadística

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ESTADÍSTICA ESPAÑOLA Vol. 49, Núm. 164, 2007, págs. 59 a 101

La naturaleza de la temporalidad en el empleo: nueva evidencia empírica(∗)

(∗) Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto SEC2003-08855-C03-01 del

Programa Sectorial de Promoción General del Conocimiento (DGICYT/ MCYT/FEDER) y de los proyectos ELO-19 y ELO-116 de la Fundación de Estudios Andaluces. Asimismo, los autores agradecen los comentarios y sugerencias realizadas por dos evaluadores anónimos, que sin duda han contribuido a la mejora de este trabajo.

por ANTONIO CAPARRÓS RUIZ

Mª. LUCÍA NAVARRO GÓMEZ

Departamento de Estadística y Econometría

Universidad de Málaga

RESUMEN

Uno de los rasgos de nuestro mercado de trabajo es su alta precarie-dad. A pesar de que las recientes reformas laborales han pretendido re-ducirla, en la actualidad la tasa de temporalidad en España es casi el tri-ple que la correspondiente a la Unión Europea. En este trabajo se aborda este fenómeno desde una perspectiva microeconométrica. Los objetivos que se pretenden alcanzar son, en primer lugar, analizar los factores que determinan la situación de temporalidad frente al resto de estados labora-les, mediante la estimación de modelos de elección discreta y, en segun-do lugar, observar la dinámica temporal de las transiciones desde la tem-poralidad hacia otras situaciones, a través de la estimación de modelos de riesgos en competencia. En ambos casos los análisis se realizan dis-tinguiendo a los individuos según su género. La información estadística

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utilizada proviene del Panel de Hogares de la Unión Europea para Espa-ña (PHOGUE; INE 2001).

Palabras clave: precariedad laboral, modelos de riesgos en competencia, transiciones laborales, modelos logit.

Clasificación AMS: 62P29, 91B40.

1. INTRODUCCIÓN

Durante los últimos años, en los países industrializados ha surgido un debate sobre si los empleos que se crean en la actualidad son menos estables que anteriormente (véase, por ejemplo, OECD 2003; Winkelmann y Zimmerman 1998). Esta inestabilidad ha podido derivarse de las políticas laborales instrumentadas para lograr una mayor flexibilidad en los mercados de trabajo de dichos países, que tenían como objetivos principales mejorar la productividad de los trabajadores y aumentar el ritmo de crea-ción de empleos(1). Concretamente en España, el proceso de flexibilización tuvo un gran impulso con la reforma laboral de 1984 que proporcionó al empleo temporal un papel predominante; este impulso, desde el punto de vista legislativo, se instrumentó con la introducción del nuevo contrato de fomento del empleo(2). Antes de esta refor-ma, los contratos temporales sólo podían ser utilizados en empleos con una naturaleza temporal y casual (por ejemplo, los existentes en el sector de la construcción, en el agropecuario o en el turístico), en situaciones de exceso de demanda o de sustitución de trabajadores permanentes por suspensión temporal de sus contratos y, a partir de 1982, como un instrumento para la creación de empleo aunque sujeto a una serie de

(1) Algunas medidas adoptadas para lograr una mayor flexibilización han sido:

- Contratación por un plazo determinado. - Contratación indefinida por períodos discontinuos y/o jornadas inferiores a la normal. - Ayudas a las empresas para la reducción de sus costes de reclutamiento, formación de trabaja-dores y resolución de contratos, y a los trabajadores para facilitarles la búsqueda de nuevos empleos. - Medidas de discriminación positiva diseñadas para facilitar el acceso al mercado de trabajo de determinados colectivos desfavorecidos: jóvenes, mujeres, parados de larga duración, discapaci-tados...

(2) Dicho contrato tenía una duración mínima de 6 meses y una máxima de 3 años, con una indemnización fija a su término de 12 días por año trabajado, frente a los 45 ó 20 días del contra-to indefinido según que el despido se calificara como improcedente o procedente, respectiva-mente. Una vez que el contrato temporal llegaba a su máximo periodo de 3 años, el trabajador tenía que ser convertido en permanente o ser despedido. Si era despedido, la empresa no podía contratar a otro trabajador para el mismo empleo; como señala Toharia (1999) es obvio pensar en la dificultades para el seguimiento de este requisito legal y en la posibilidad que tenía la empresa para redefinir las tareas asociadas al empleo.

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restricciones, como la relativa a la proporción que esos contratos podrían representar con respecto al total de trabajadores de la empresa.

Tras la reforma de 1984, el ritmo de expansión del empleo temporal fue rápido; así, en 1987 la tasa de temporalidad ya era del 18% y fue incrementándose en los años posteriores hasta situarse en cifras superiores al 33% en 1994. A partir de este año, se implementaron en nuestro mercado laboral una serie de reformas(3) que pretendían disminuir la temporalidad y fomentar la contratación indefinida: Ley 10/1994 de 19 de mayo, Ley 63/1997 de 26 de diciembre, Ley 12/2001 de 9 de julio. Las principales medidas introducidas con dichas reformas fueron la restricción del contrato de fomento de empleo a determinados colectivos (minusválidos, parados de larga duración, bene-ficiarios de prestaciones por desempleo de nivel no contributivo o asistencial y trabaja-dores mayores de 45 años), la imposición de indemnizaciones asociadas a la extinción del contrato temporal(4) y la introducción del contrato para el fomento de la contrata-ción indefinida. Los colectivos que podrían beneficiarse de este último contrato, en un principio, fueron los parados con menos de 30 o más de 45 años, los parados de larga duración y, a partir de la reforma del 2001, las mujeres desempleadas en sectores donde estuviesen subrepresentadas y aquellos desempleados con más de 6 meses en tal situación. No obstante, estas reformas no han impedido que en la actualidad, la tasa de temporalidad siga estando en una cifra superior al 30%; lo cual parece indicar que los empresarios han sustituido el contrato de fomento del empleo temporal por otras modalidades de contratación no permanentes, como puede ser el contrato para obra o servicio determinado(5). Este ritmo de crecimiento de la temporalidad en Espa-ña la ha colocado en la primera posición dentro de los países de la Unión Europea con respecto a este tema.

El estudio que aquí se realiza está ubicado dentro del grupo de trabajos que, desde una perspectiva microeconométrica, analizan las características de los trabajadores temporales y las transiciones que efectúan hacia otros estados del mercado de trabajo, poniendo especial hincapié en el cambio hacia el empleo permanente. La observación de los factores que influyen sobre esta última transición permitirá conocer la naturaleza

(3) Según Farrel (2001) la ausencia de reformas laborales, entre 1984 y 1994, pudo deberse a

las siguientes razones: el intenso proceso de reconversión industrial, el adecuado ritmo de creación de empleo y el alto grado de intervencionismo inherente en el Estatuto de los Trabaja-dores y en la Constitución.

(4) La cuantía actual de la indemnización es de 8 días por año trabajado, lo cual no implica una gran carga para los empresarios teniendo en cuenta los bajos salarios asociados a los contratos de duración determinada. Además, es incluso inferior a la que existía para el contrato para el fomento del empleo (12 días por año trabajado).

(5) Este contrato es una figura tradicional en el ordenamiento jurídico español y se define normativamente como aquél que se concierta para la realización de una obra o prestación de un servicio determinado con autonomía y sustantividad propia dentro de la actividad de la empresa y cuya ejecución, aunque limitada en el tiempo, es en principio de duración incierta.

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del fenómeno e indicará cuáles son las variables sobre las que hay que incidir para aumentar la estabilidad laboral.

Este trabajo introduce la novedad de utilizar la información estadística longitudinal proveniente del Panel de Hogares de la Unión Europea para España (PHOGUE; INE 2001), que es una encuesta particularmente adaptada para conocer las trayectorias laborales de los individuos y, por tanto, es idónea para tratar el tema de las transicio-nes efectuadas por los trabajadores temporales. Concretamente, se utilizan las olas correspondientes al periodo 1995-2001(6).

El resto de artículo se estructura de la siguiente forma: en la sección 2 se presenta un breve resumen de los antecedentes empíricos realizados en España sobre la cuestión, para ubicar nuestro trabajo en la literatura existente. A continuación, se efectúa un análisis descriptivo por sexo de las transiciones laborales de los individuos, mientras que en la sección 4 se ajusta un modelo de elección discreta que permite analizar las características de los trabajadores temporales, también según género, en relación a los de otras situaciones laborales. En el siguiente epígrafe, se estiman modelos de riesgos en competencia, obteniéndose estimaciones paramétricas y no paramétricas, a fin de estudiar la dinámica temporal de las transiciones de esos traba-jadores hacia otros estados laborales, con especial consideración de su evolución hacia el empleo permanente. En la sección 6 se presentan las principales conclusiones obtenidas y, por último, se muestra un apéndice estadístico con las variables utilizadas en las estimaciones.

2. ANTECEDENTES EMPÍRICOS

El gran éxito de la contratación temporal se debe, principalmente, a que implica pa-ra las empresas unos menores costes de despido de los trabajadores. De esta forma, los empresarios pueden afrontar con menores riesgos situaciones adversas en la demanda de sus productos o cambios tecnológicos de su sistema de producción. Pero además, bajo el contexto de la teoría del job matching (Jovanovic 1979), la situación de temporalidad puede representar un mecanismo que utilicen las empresas para la selección de sus trabajadores permanentes, en función de su calidad y de sus caracte-rísticas personales (Loh 1994; Wang y Weiss 1998). Obviamente, desde el punto de vista del trabajador, en la mayoría de los casos éste preferirá un contrato permanente

(6) Los datos correspondientes a la primera ola del PHOGUE no se incluyen, ya que en ella

no existe información sobre el tipo de contrato de los trabajadores.

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a otro temporal(7), dado que el primero es equivalente al segundo con una opción de continuar en el empleo.

La existencia de una gran proporción de trabajadores temporales en España, como anteriormente se ha reseñado, ha podido acrecentar el dualismo de nuestro mercado laboral. Según indica la teoría de los mercados segmentados (Doeringer y Piore 1971) hay, por una parte, un sector primario donde se encontrarían los trabajadores perma-nentes que gozarían de un gran poder sindical, estando caracterizado dicho sector por altos salarios, seguridad económica y grandes posibilidades de promoción. Por otra parte, está el sector secundario donde aparecerían los trabajadores temporales, los cuales tendrían unos salarios determinados competitivamente pero en general mal pagados, escasas opciones de promoción y una gran movilidad externa involuntaria. Además, la situación de temporalidad está asociada a indeterminación económica ante el futuro, lo que genera por ejemplo la imposibilidad de acceder a una vivienda en propiedad, y a menores niveles de afiliación y protección sindical. El tránsito de los trabajadores de un sector a otro que se puede realizar en las propias empresas es reducido; muchos de los que ocupan empleos secundarios se encuentran bloqueados en estos empleos.

Dentro de los trabajos españoles que estudian las características que poseen los trabajadores temporales y sus transiciones en el mercado, cabe citar por ejemplo Alba-Ramírez (1998), Amuedo-Dorantes (2000) y Güell y Petrongolo (2000).

Alba-Ramírez (1998) analiza, en primer lugar, la probabilidad de que un trabajador tenga un contrato temporal, mediante la estimación de un modelo logit, haciendo uso de los datos procedentes de la EPA (INE) para el periodo comprendido entre 1987 y 1996. Como principales conclusiones encuentra que son los colectivos compuestos por mujeres, individuos más jóvenes, con menor nivel educativo y sin una relación de pareja estable los que tienen una mayor probabilidad de tener contratos temporales. En segundo lugar, a través de la información procedente de la EPA enlazada (INE) correspondiente al periodo 1987-1995, examina las transiciones que realizan los temporales hacia el empleo permanente, el empleo no asalariado (empresario o traba-jador independiente), el paro o la inactividad (conjuntamente considerados) o la per-manencia en la misma situación laboral precaria. Tras la estimación de un modelo logit multinomial halla, como resultados más significativos, que los individuos con mayor nivel educativo, más edad y de sexo masculino muestran una mayor probabilidad de obtener un contrato indefinido. Finalmente, demuestra que la antigüedad en el puesto de trabajo ejerce una influencia positiva sobre el tránsito hacia el empleo permanente y

(7) En la práctica algunos colectivos pueden desear un trabajo temporal a otro permanente,

como sería el caso de los estudiantes que utilizan los periodos vacacionales para obtener algu-nos ingresos.

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que son los trabajadores pertenecientes a la agricultura y a la construcción los que tienen una menor probabilidad de convertirse en trabajadores indefinidos.

Amuedo-Dorantes (2000) y Güell y Petrongolo (2000) también se centran en las transiciones de los trabajadores temporales hacia el empleo permanente, aunque empleando una metodología diferente a la de Alba-Ramírez (1998). Concretamente, en ambos artículos, se introduce la novedad de estimar modelos de duración en la situa-ción de temporalidad con posibles salidas hacia diferentes estados(8), utilizando nuevamente la EPA enlazada. La principal diferencia entre ellos se refiere al periodo muestral usado, mientras que Amuedo-Dorantes (2000) hace el estudio para el periodo 1995-1996, Güell y Petrongolo (2000) analizan las transiciones de los temporales entre 1987 y 1996.

Entre los principales resultados obtenidos en estos trabajos podemos destacar que Amuedo-Dorantes (2000) halla, por un lado, que la persistencia en la situación de temporalidad es muy alta dentro del primer año de antigüedad en el empleo; por otro lado, encuentra que los trabajadores temporales a tiempo completo son los que tienen más posibilidad de lograr la estabilidad laboral, y que son los empleados en la cons-trucción o en la agricultura los que muestran menos opciones de transformar sus contratos en indefinidos (este último resultado coincide con el obtenido por Alba-Ramírez, 1998). Por su parte, Güell y Petrongolo (2000) observan que cuando un trabajador temporal tiene una antigüedad de 1 ó 3 años, su probabilidad de transitar hacia el empleo indefinido es mayor; en el primero de los casos, ellos argumentan que es debido a la utilización que hacen algunos empresarios del contrato temporal como un mecanismo de selección de trabajadores y, en el segundo, a que los contratos temporales en el periodo analizado fueron usados hasta alcanzar su máxima duración legal, es decir, los empresarios optaron por el empleo permanente cuando no existía otro mecanismo para retener al trabajador.

Con el trabajo que presentamos a continuación y gracias al PHOGUE se pretende complementar los resultados encontrados en esos artículos previos, a fin de poder caracterizar mejor a nuestro mercado laboral.

(8) En la literatura anglosajona dichos modelos son designados con la expresión Competing

Risks Hazards Models, que ha sido traducida al castellano como "Modelos de riesgos en compe-tencia".

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3. ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS TRANSICIONES LABORALES POR SEXO

Los individuos acuden al mercado de trabajo con un abanico de características productivas, las cuales les servirán de señales a los empresarios para contratarlos en los diferentes puestos disponibles, como asalariados temporales o permanentes. Habrá un conjunto de ellos que no serán contratados y permanecerán en paro o decidi-rán emprender su propio negocio. Finalmente, otro grupo preferirá no participar en el mercado, bien por desánimo o bien por circunstancias personales que les hagan elegir la inactividad. Nos interesamos aquí en conocer las transiciones que han efectuado en el mercado los individuos de ambos sexos entre dos periodos anuales sucesivos, lo que permitirá tener una idea de la movilidad laboral en España. A este respecto, la tabla 1 proporciona las transiciones interanuales durante el periodo 1995-2001, según puede deducirse del PHOGUE (INE 2001). Se consideran las siguientes situaciones laborales: asalariados con contrato temporal(9), asalariados con contrato indefinido, parados, inactivos(10) y trabajadores no asalariados o empresarios.

En primer lugar, se constata como el 57% de los trabajadores temporales varones mantienen esa misma situación un año después, siendo dicho porcentaje inferior en 6 puntos para las mujeres, mientras que para ambos sexos la tasa de transformación de contratos temporales en indefinidos es ligeramente inferior al 24%(11). Parece que la estabilidad laboral va mejorando en el tiempo, pues esta última cifra es superior a la hallada por Amuedo-Dorantes (2000) para el periodo 1995-1996, con datos de la EPA (INE); dicha autora encuentra que el porcentaje de temporales que se convierten en indefinidos es del 12%. Por su parte, Alba-Ramírez (1998) observa que la tasa de conversión de trabajadores temporales en fijos fue disminuyendo desde la reforma de 1984. Concretamente, cayó desde el 23% en 1988 al 12% de media para el periodo 1993-1996. Este conjunto de datos señalan una baja tasa de conversión de los em-pleos temporales en permanentes, si se comparan con los calculados por Segal y

(9) En este grupo de trabajadores se incluyen los aprendices remunerados, los trabajadores

en formación, y aquellos otros que no tengan contrato o presenten un acuerdo laboral distinto al contrato indefinido.

(10) Este colectivo está compuesto por aquellas personas que sólo realizan labores del hogar,

cuidado de niños u otras personas, o presentan otro tipo de inactividad económica distinta a la de estudiante, cumplimiento del servicio militar o prestación social sustitutiva o jubilación. La situación de estudiante no es considerada porque forma parte de una estrategia de futuro, en la que la mayoría de los individuos deciden durante la duración de los estudios no acceder al mercado de trabajo. De igual forma la decisión de jubilación es irreversible en la práctica.

(11) A partir de estos datos también se ha observado que el porcentaje de trabajadores tem-

porales que se transforman en permanentes registra un aumento significativo a partir de la reforma laboral de 1997. Concretamente, para el periodo 1998-2001, dicho porcentaje fue del 27% para los varones y del 26% para las mujeres.

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Sullivan (1995) para los EEUU. Dichos autores muestran que más de la mitad de los trabajadores temporales estadounidenses se transforman en indefinidos; además, sólo un tercio de los empleados temporales mantienen su situación de temporalidad un año después. Con respecto al resto de situaciones a las que se dirigen el siguiente año los poseedores de un contrato temporal en España, cabe señalar que la segunda por orden importancia es el paro (un 14% para ambos sexos).

En segundo lugar, los datos de la tabla 1 indican un bajo porcentaje de individuos parados que acceden a un empleo permanente de forma directa al año siguiente, siendo algo superior para los varones (un 7% frente a un 4,5% para las mujeres); la mayoría de estos sujetos que encuentran un trabajo asalariado lo hacen con un contra-to temporal. Del resto, una gran parte sigue en paro un año posterior y una proporción no desdeñable de mujeres (algo más del 24%) pasan a la inactividad. Esto demuestra la poca absorción por parte del mercado de estos individuos.

En tercer lugar, se observa que dentro de las transiciones que realizan los inactivos hacia el empleo, la salida hacia el trabajo temporal es la más frecuente (un 3% para ambos sexos), incluso la situación de trabajador autónomo representa para ambos sexos un mayor peso que la correspondiente al empleo permanente. En cualquier caso, la gran mayoría permanecen en la inactividad (un 84% de los varones y un 90% de las mujeres).

Por último, las dos situaciones más favorables de estabilidad laboral la presentan los trabajadores permanentes y autónomos. Así, un año después casi un 89% de los primeros conservan esa misma situación para ambos géneros, una cifra similar que los varones autónomos y un poco menor (80%) que el colectivo femenino. La inactividad es elegida como salida de manera diferente por las mujeres en los dos estados labora-les anteriores, puesto que un 11% de las que emprenden su propio negocio se en-cuentran inactivas un año después, cuando sólo un 2% de las trabajadoras fijas entran en ese estado. Estos hechos confirman que es más arriesgado ser empresaria que tener un contrato fijo, si bien los porcentajes de las que fracasan en sus negocios no son importantes y están bien lejos de lo que representa la inestabilidad laboral para los otros colectivos de ambos sexos reseñados anteriormente.

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4. DETERMINANTES DE LOS ESTADOS LABORALES POR GÉNERO

En esta sección se pretende arrojar nueva evidencia empírica sobre los factores que influyen en las distintas situaciones laborales que tienen los individuos de ambos sexos en un momento temporal determinado. Para ello, se estima un modelo logit multinomial que tiene la siguiente expresión:

ihih1i1ji X)p/pln( εββ ++= ∑ con j =2,3,4,5 ; h= 2,...,30 [1]

donde p1i toma el valor 1 si el trabajador es permanente, y 0 en otro caso; p2i es igual a 1 si el individuo es temporal, y 0 en el resto; p3i es igual a 1 si el individuo está parado, y 0 de otra forma; p4i es 1 si es inactivo, y 0 en otro caso; finalmente, p5i vale 1 si el individuo es empresario o trabajador independiente, y 0 en el resto de situaciones. Xhi

es el valor que toma la variable explicativa h para cada individuo, β son parámetros desconocidos y εi es el término de perturbación aleatoria que se supone distribuido según una N(0,1). Las variables explicativas que se consideran son: características personales (edad, nivel de estudios y estado civil), características familiares (composi-ción y renta del hogar(12)), situación laboral en el año anterior, tamaño del municipio y región de residencia y, por último, variables ficticias que reflejan el año en que el individuo es encuestado(13).

Este modelo logit multinomial se estima tanto para varones como para mujeres(14), puesto que previamente con objeto de caracterizar la influencia de la variable sexo se ha regresado dicho modelo con toda la muestra, observándose diferencias significati-vas de esta variable (tabla 2). Así, los resultados de esta última regresión indican una cierta situación de desventaja de las mujeres en el mercado de trabajo, ya que ellas

(12) Esta renta es el resultado de dividir los ingresos del hogar sustraídos los del trabajo del

individuo entre la escala de equivalencia de Oxford, utilizada por la OCDE. Su expresión es:

jiji n5,0)1n(7,01

1)n,n(e

+−+=

donde ni es igual al número de adultos mayores de 14 años, y nj es el número de personas con 14 años o menos, con lo que se distinguen las diferentes necesidades de consumo de ambos grupos.

(13) Los descriptivos de estas variables y su definición aparecen en el apéndice (Tablas A1 y A2). En relación a la agrupación de las CCAA por regiones, se ha seguido el criterio del PHOGUE.

(14) Una de las hipótesis necesarias para la aplicación del modelo multinomial es la inde-

pendencia de las situaciones consideradas; en este caso, dicha independencia es corroborada tras la aplicación del test de las alternativas irrelevantes.

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muestran más probabilidad que los varones de estar paradas o inactivas, con respecto a la probabilidad de ser permanentes(15), y menos de formar su propio negocio; sin embargo, tienen iguales posibilidades que los varones de poseer un contrato temporal (a diferencia de lo hallado por Alba-Ramírez, 1998).

En las tablas 3 y 4 aparecen las estimaciones del modelo distinguiendo por género y los correspondientes efectos marginales, respectivamente. Una primera constatación que cabe destacar se refiere a los contrastes estadísticos aplicados. Estos muestran la gran capacidad explicativa de la especificación empleada y la significación individual de la mayoría de los coeficientes en ambas regresiones.

Atendiendo después a los resultados más importantes, podemos señalar los si-guientes. Por una parte, son los trabajadores asalariados con más edad los que tienen más probabilidad de tener un contrato indefinido para ambos sexos, independiente-mente de la situación en que estaban un año antes, lo que es indicativo de las dificul-tades que encuentran los jóvenes para lograr la estabilidad laboral. Este resultado confirma también lo hallado por Alba-Ramírez en el ámbito español y que es bastante generalizado en otros contextos (ver OCDE 2003).

Como las predicciones teóricas indican, bien a través de la teoría del capital huma-no (Becker 1964) o bien a través de la del filtro (Arrow 1973), el nivel educativo de los individuos tiene una enorme importancia en la determinación de su estado laboral. Concretamente, si se comparan los trabajadores eventuales con los indefinidos, se observa para ambos géneros que aquellos con estudios universitarios (tanto de ciclo largo como de ciclo corto) son los que tienen menos opciones de ser temporales. Les siguen aquellos que tienen segundo nivel de estudios secundarios y los que ostentan un diploma profesional de segundo ciclo. En términos marginales la posesión de un título universitario incrementa en más de 20 puntos porcentuales, para ambos sexos, la probabilidad de tener un empleo permanente, en relación a la existente para los traba-jadores con estudios primarios. Por otro lado, la probabilidad de estar parado o inacti-vo, respecto a la de ser trabajador permanente, presenta una relación inversa con el mayor diploma educativo poseído, si bien los titulados de FPI están mejor situados que los de primer nivel de enseñanza secundaria general en ambos estados. Por su parte, de acuerdo con la teoría del filtro(16), en términos generales, no son los más educados

(15) La situación laboral de referencia considerada es el empleo permanente, tanto en esta

regresión como en la siguiente por sexo (tabla 3); es decir, la correspondiente a aquellos trabaja-dores con contratos indefinidos. Esta categoría de individuos está así contemplada en el texto por oposición a la de los demás estados.

(16) La teoría del filtro se apoya en que la educación aporta “certificados” a medida que el

estudiante avanza en el sistema educativo, aunque éstos no son prueba de que crezca su produc-tividad, o que estén vinculados a la entrenabilidad; sólo son indicadores para los empleadores acerca de los trabajadores más aptos. Estos tienen que exhibir sus credenciales para poder ser contratados, cosa que no sucede con los empleadores o autónomos.

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los que emprenden una actividad por cuenta propia; así, por ejemplo, los varones con estudios universitarios de ciclo largo tienen una probabilidad de montar su propio negocio inferior en 5 puntos porcentuales a la de los individuos con estudios primarios.

La tradicional división de tareas dentro del hogar existente aún en nuestra socie-dad, donde generalmente el varón asume el papel de sustentador económico de la familia y la mujer desempeña las tareas domésticas, provoca el resultado de que las mujeres casadas muestren una probabilidad de ser inactivas superior en 21 puntos porcentuales con respecto a las que no tienen pareja, mientras que los varones en las mismas circunstancias presentan menos opciones (1,6 puntos porcentuales) de estar fuera del mercado de trabajo. Por otro lado, existe una asociación negativa entre encontrarse casado o con pareja y ser un trabajador temporal o estar parado, proba-blemente la inestabilidad y precariedad económica asociadas a estos estados desin-centive a los individuos para establecer relaciones de pareja estables.

La composición del hogar influye sobre todo en la inactividad, afectando principal-mente a las mujeres. Concretamente, la presencia de hijos menores de 6 años, que son en principio los que más cuidados y atención demandan, hace crecer la probabili-dad de que las mujeres sean inactivas en aproximadamente 15 puntos porcentuales. Además, como cabría esperar para ambos sexos, los resultados señalan que el estado de inactividad es más probable cuanto mayor sea la renta del hogar.

Con respecto a la influencia de la situación laboral de los individuos un año antes, los resultados coinciden con la descripción de los flujos laborales presentados en la tabla 1, una vez que se ha controlado por el resto de variables explicativas. Así, por una parte, se observa que son los empleados permanentes, los trabajadores no asala-riados y los inactivos los que muestran una mayor inercia a permanecer en su estado laboral pasado, sobre todo los primeros. Por otra parte, dentro del grupo de activos, los trabajadores temporales tienen más opciones de estar en la situación de temporalidad un año después (entre 10 y 24 puntos porcentuales, según sean varones o mujeres).

La región de residencia en términos generales influye significativamente sobre la probabilidad de colocarse en los distintos estados laborales. Cabe destacar, en primer lugar, que los asalariados residentes en Madrid, seguidos de los de las regiones Este (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares) y Noreste (País Vasco, Navarra, Rioja, Aragón), tienen más posibilidades de tener un contrato indefinido, lo que aparece como un buen indicador del dinamismo económico que registran estas zonas en los últimos tiempos. Concretamente, los varones presentan una probabilidad superior en 10 puntos porcentuales con respecto a los residentes en la región Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia), mientras que para las mujeres dicha diferencia es de al menos 5 puntos porcentuales. Por otro lado, la pertenencia a la región Sur incide negativamente sobre las opciones de estar empleado para ambos sexos, lo cual es un resultado esperado dado el menor nivel de desarrollo económico de esta área geográfica en

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relación al resto de regiones (Martín 1999). Por último, la mayor probabilidad de reali-zar un empleo no asalariado la tienen los varones residentes en la región Centro (Castilla y León, Castilla La Mancha, Extremadura) y en el caso de las mujeres dicha circunstancia ocurre en la región Noroeste (Asturias, Cantabria, Galicia).

El tamaño de municipio es un factor favorable para la estabilidad en el empleo. Por ejemplo, los trabajadores varones que habitan en municipios pequeños y medianos tienen una probabilidad de poseer un contrato indefinido 7 puntos porcentuales inferior a la correspondiente para los municipios con más de 100.000 h. Entre otras razones, este resultado puede explicarse por la mayor incertidumbre a la que se enfrentan los empresarios en dichos municipios ante variaciones en la demanda, probablemente dado el reducido tamaño de sus negocios.

Las estimaciones referentes a las dummies temporales reflejan, por otro lado, el impulso que representó la reforma de 1997 sobre la contratación indefinida en detri-mento en general de la contratación temporal. Concretamente, tanto para el colectivo masculino como para el femenino, la probabilidad de tener un contrato indefinido aumentó entre 3 y 12 puntos porcentuales a partir de este momento con respecto a 1996. También se observa que la evolución positiva de la economía española durante el periodo considerado provocó que la probabilidad de estar parado disminuyera de forma progresiva e importante para ambos sexos.

5. TRANSICIONES DESDE LA TEMPORALIDAD: ANÁLISIS DE DURACIÓN

A diferencia de los anteriores epígrafes, en esta sección nos centramos únicamente en el colectivo de trabajadores temporales, con el objetivo de estimar la dinámica temporal de sus transiciones en el mercado de trabajo, mediante la utilización de modelos de duración. En estos modelos se examina la probabilidad de salir de un estado en un determinado momento t, habiendo alcanzado una duración o periodo de supervivencia en dicho estado igual a T. Esta probabilidad condicionada λ(t) es igual a:

)t(S)t(f

)t( =λ [(2]

donde f(t) es la función de densidad y S(t) la función de supervivencia, la cual nos muestra la probabilidad de sobrevivir en un estado dado hasta el momento t.

En este tipo de especificaciones suelen aparecer observaciones censuradas, que pueden ser de dos tipos: observaciones censuradas a la izquierda, que ocurren cuan-do no se conoce el momento en el que se inició el periodo de duración bajo estudio, y observaciones censuradas a la derecha, que aparecen cuando aún no se ha producido la salida del estado en cuestión.

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En el caso que nos concierne, el modelo de duración más adecuado para analizar la dinámica de las transiciones de los trabajadores temporales es un modelo de ries-gos en competencia, que se utiliza cuando la finalización de la permanencia en un estado implica la salida hacia otras situaciones alternativas. Concretamente, se obser-va la duración de los contratos temporales que se inician durante el periodo 1995-2000 y se sigue su evolución; los individuos que mantuvieron su situación de temporalidad en el año 2001 son considerados como observaciones censuradas a la derecha, siendo las posibles salidas que pueden hacer los sujetos en el resto de periodos: el empleo permanente, el paro, la inactividad o el empleo no asalariado(17).

En los modelos de riesgos en competencia, cuando se estima la función de riesgo para una salida determinada es necesario considerar a las demás como censuradas (ver Narendranthan y Stewart 1993). Por ejemplo, cuando se ajusta el riesgo de aban-donar el empleo temporal para alcanzar el permanente, los individuos que transitan hacia el paro, la inactividad o el empleo no asalariado hay que tratarlos como observa-ciones censuradas.

La especificación del modelo de riesgos en competencia utilizada es la correspon-diente al riesgo proporcional de Cox (1972), que tiene la siguiente expresión:

)t(e),X,t( i0X

iii'

λβλ β= [3]

la cual tiene la ventaja de que no es necesario hacer ninguna especificación del pará-metro λ0(ti), denominado riesgo basal, que recoge la dinámica de las transiciones de los trabajadores eventuales, una vez que se ha controlado por las características observadas de dichos individuos, representadas por el vector Xi.

Para lograr estimaciones no paramétricas de la función de riesgo es necesario pre-viamente obtener estimaciones del vector de coeficientes β, las cuales se calculan maximizando la siguiente función de verosimilitud:

∑ ∑∑ ∑ +=v i iivv i iiviv ),X,t(LnS),X,t(LndLlog ββλ [4]

donde v representa las distintas transiciones que pueden realizar los trabajadores temporales, que son designados con el subíndice i, siendo div igual a 1 cuando se produce la salida hacia el estado que se analiza y 0 en caso contrario.

(17) Para los trabajadores temporales que cambian de estado laboral en un año determinado,

no se conoce con exactitud el mes en que se produce tal evento. Para aproximarlo se sigue un procedimiento similar al utilizado por Güell y Petrongolo (2000), concretamente se asigna el mes que resulte de la realización para cada individuo de un diseño aleatorio a partir de una distribu-ción uniforme, donde los posibles valores de la variable aleatoria son los doce meses que componen un año.

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El vector Xi está compuesto por los valores que toman las variables explicativas al inicio de la relación laboral; en este caso comprenden las características personales del individuo (nivel educativo y estado civil), características familiares (composición y renta del hogar), las correspondientes a su empleo (actividad del establecimiento, tipo de jornada, sobreeducación, forma de obtener el empleo y número de meses de paro previos al empleo), la región de residencia, tamaño de municipio y dummies tempora-les(18).

5.1 Resultados de la especificación paramétrica

En primer lugar, al igual que en el epígrafe anterior, se efectúan las estimaciones de los coeficientes del modelo (4) usando toda la muestra, con objeto de observar el distinto comportamiento de la variable sexo frente a las transiciones laborales (tabla 5). Los resultados corroboran que los varones tienen una mayor propensión de transitar hacia la estabilidad laboral, pues quizás los empleadores perciban el empleo permanente feme-nino como más inseguro que el masculino, dado el mayor riesgo de abandono voluntario asociado a las interrupciones que las mujeres pueden realizar a lo largo de su trayectoria profesional, principalmente por motivos familiares. Asimismo, son los hombres los que mayoritariamente se deciden a montar su propio negocio, si las perspectivas de su contrato temporal no les convencen; en cambio, las mujeres se dirigen en estos casos hacia la inactividad.

Una vez comprobadas las diferencias según sexo, se estima el modelo (4) para ca-da colectivo (tabla 6); no obstante, la escasez de observaciones no permite contemplar las transiciones hacia el empleo autónomo de las mujeres y hacia la inactividad de los varones.

Comenzando con las características personales se constata en la tabla 6 que, para ambos sexos, son los universitarios (tanto de ciclo corto como de ciclo largo) los que presentan una mayor probabilidad de transformar su contrato temporal en indefinido; en el caso de las mujeres les siguen las poseedoras de un diploma de FPII. En alguna medida, esto puede ser consistente con las predicciones teóricas que consideran al empleo temporal como un estado de prueba hacia el empleo permanente (Jovanovic 1979; Loh 1994; Wang y Weiss 1998). Así, bajo la hipótesis de que la mayor acumula-ción de educación estará asociada a una productividad más elevada, según indica la teoría del capital humano (Becker 1962; Black y Lynch 1996), serán los individuos con más estudios los que superen con mayor facilidad ese estado de prueba en el puesto de trabajo. Este argumento también se refuerza por el hecho de que son los titulados universitarios de ciclo largo los que tienen menos probabilidad de estar parados. Por otra parte, se constata que las mujeres tienen una relación negativa entre el nivel de

(18) Los descriptivos de estas variables y su definición aparecen el apéndice (Tablas A3 y A4).

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estudios y la transición hacia la inactividad, y que los varones poseedores de un diploma de FPII tienen más probabilidad que los demás de dejar el contrato temporal para emprender su propio negocio.

El hecho de mantener una relación de pareja estable, en el caso de los varones, parece implicar un mayor grado de responsabilidad que influye positivamente, por un lado, en las transiciones hacia el empleo permanente a través de un mayor esfuerzo en el puesto de trabajo y, por otro lado, en el paso hacia el empleo autónomo para aquellos que no tengan éxito en el logro de un empleo estable. Por el contrario, para las mujeres dicho estado personal aumenta la probabilidad de convertirse en inactivas, lo que puede deberse a que en estos hogares sea el varón el que asuma el papel de aportar ingresos a la familia.

En lo referente a las características de los empleos se observa, en primer lugar, que para las mujeres la persistencia de la situación de temporalidad es más alta en la hostelería y servicios sociales, mientras que para los varones esta circunstancia ocurre en la agricultura y en la construcción, al igual de lo encontrado en la literatura previa. En ambos casos, la propia naturaleza temporal de estas actividades puede justificar la utilización del contrato por obra o servicio determinado. No obstante, las mujeres que trabajan en el sector agrícola y en la contrucción, al centrarse mayoritariamente su actividad en dichos sectores en tareas administrativas y de gestión con una naturaleza más estable, tienen más probabilidad de obtener un contrato indefinido. Otro resultado de interés es que los varones contratados temporalmente en la construcción y en la industria son los que menos probabilidad tienen de establecerse en un negocio propio. En segundo lugar, se constata que los varones con un empleo a tiempo completo tienen más posibilidades de transitar hacia la estabilidad, y si están sobreeducados menos probabilidad de perder su empleo. En tercer lugar, para ambos sexos, la trayectoria laboral pasada del individuo ejerce una influencia significativa en las transiciones desde la temporalidad al desempleo, ya que cuanto mayor es el periodo de paro antes de lograr el trabajo, mayores son las opciones de perderlo, además de que menores son las posibilidades de estabilizarse para los varones. Finalmente, los resultados cuestionan la eficacia de las oficinas y agencias de empleo como medio para alcanzar la estabilidad laboral, pues los individuos que han accedido a un contrato temporal a través de ellas tienen más probabilidad de transitar hacia el paro y menos de conseguir un empleo permanente en el caso de los hombres.

En relación a la región de residencia de los trabajadores temporales, se observa una significativa influencia de ésta sobre la probabilidad de transitar hacia el empleo permanente. Así, las componentes de la región Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia), junto a Canarias en el caso de las mujeres, son las zonas geográficas donde las opciones de transformar el contrato en indefinido son menores. Además, cabe resaltar el dinamismo económico de las comunidades mediterráneas que comprenden la región

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Este (Cataluña, Valencia, Baleares), ya que en ellas se alcanza por un lado la mayor probabilidad de obtener un empleo estable y por otro lado, para las mujeres, la menor propensión de transitar hacia la inactividad.

Por último, con respecto a las variables que reflejan el año en que se produce la salida de la temporalidad, se constata a partir de 1998 un incremento en la probabilidad de transitar hacia un contrato indefinido, lo que refleja el relativo éxito de la política de empleo instrumentada en 1997, que tenía como principales pilares el fomento de la estabilidad laboral y la formación en la empresa.

5.2 Estimaciones de las funciones de riesgo

Con los parámetros estimados a partir del modelo de riesgo proporcional anterior, se obtienen seguidamente las funciones de riesgo(19) de salida de los trabajadores temporales hacia el empleo permanente, el paro, la inactividad o el empleo no asala-riado (gráficos 1 a 6).

Según se observa en los gráficos 1 y 2, el riesgo de que los trabajadores tempora-les de ambos sexos transformen sus contratos en indefinidos durante los primeros meses de la relación laboral es bastante bajo. En este sentido son varios los factores que justifican este resultado, como indica la teoría del job matching (Jovanovic 1979), la antigüedad del trabajador en la empresa es una señal de la calidad del empareja-miento entre el empresario y el trabajador, así conforme mayor sea la duración de la relación laboral cabe esperar que mejor será esta unión y, por consiguiente, aumentan las posibilidades de que los trabajadores se conviertan en permanentes. De igual manera, más antigüedad en el puesto de trabajo en general implicará una baja pro-pensión del trabajador al cambio voluntario y una mayor fidelidad a la empresa, que podría ser premiada con la transformación del contrato temporal en permanente.

Además de estos factores, también hay que considerar las restricciones impuestas por la legislación laboral vigente en el periodo analizado sobre la relación entre anti-güedad y empleo temporal. En particular, los empresarios han podido esperar a que se alcanzara la duración legal máxima del contrato temporal para decidir si despiden a los trabajadores temporales o los transforman en permanentes. Tras la reforma laboral de 1994, los contratos temporales con la duración máxima posible más utilizados por los empresarios fueron el contrato eventual por circunstancias de la producción y la con-tratación por lanzamiento de nueva actividad(20). El primero de ellos tiene una dura-ción máxima de 6 meses dentro de un periodo de 1 año (aunque en la negociación

(19) Dichas funciones están evaluadas en los valores medios de las variables explicativas. (20) La nueva actividad puede referirse a la creación de una línea de producción, el lanza-

miento de un nuevo producto o servicio, o la apertura de un nuevo centro de trabajo.

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colectiva se pueden pactar duraciones superiores a ese límite), mientras que la dura-ción máxima del segundo es de 3 años.

Para periodos de temporalidad superiores a los cincos años, aproximadamente, se inicia un decrecimiento de la probabilidad de tránsito hacia el empleo permanente, esta circunstancia afectará en la mayoría de los casos a trabajadores con contrato por obra o servicio determinado, cuyas características puede tener el efecto perverso de perpe-tuar la situación de eventualidad del trabajador.

Por otra parte, cabe destacar como hecho más significativo mostrado por los gráfi-cos 3 y 4 que el riesgo de salida hacia la situación de desempleo es una función creciente con el tiempo durante los primeros 18 meses de la relación, y decreciente durante el resto de periodos. Este fenómeno también estaría en concordancia con las predicciones de la teoría del job matching (Jovanovic 1979) que nos indica que los malos emparejamientos entre las empresas y los trabajadores tienen más probabilidad de detectarse en los primeros momentos de la relación laboral. Además, podría reco-ger la evolución de los empleos de corta duración con una verdadera naturaleza temporal.

El gráfico 5 que exhibe el perfil las mujeres asalariadas temporales hacia la inactivi-dad presenta un comportamiento errático, como se podría esperar, en la medida en que el abandono del mercado de trabajo viene condicionado por factores externos como, por ejemplo, las circunstancias familiares. Por último, el gráfico 6 muestra una función de riesgo creciente para los varones que transitan hacia el empleo autónomo, lo que indica que aquellos trabajadores que observen que las posibilidades de lograr la estabilidad laboral disminuyen con el tiempo, optarán por iniciar su propio negocio.

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6. CONCLUSIONES

En este trabajo se ha realizado una aproximación al estudio del fenómeno de la temporalidad en España, que es un tema de gran interés en el contexto de nuestro actual mercado de trabajo. Así, por ejemplo, hay que citar la advertencia que hace la OCDE (2003) sobre la alta precariedad laboral existente en España, lo que puede provocar, entre otros riesgos, un fuerte incremento de la tasa de desempleo si la economía entra en una etapa de ralentización. Las políticas activas sobre el mercado de trabajo que en el futuro se instrumenten para solucionar este problema deberían tener en cuenta las características de los trabajadores temporales y de sus transicio-nes hacia la estabilidad laboral, con el objeto de disminuir la incertidumbre sobre los factores que se han de fomentar para lograr los fines perseguidos. En este sentido, este trabajo ha arrojado nueva evidencia empírica sobre estos temas, haciendo uso de los datos procedentes del PHOGUE (INE 2001).

Los principales resultados obtenidos muestran, en primer lugar, que la situación más desfavorable en nuestro mercado laboral la experimentan principalmente las mujeres, los jóvenes y los trabajadores con menor nivel educativo. En segundo lugar, con respecto a las transiciones de los trabajadores temporales, se observa, para los varones, que trabajar en el sector agrícola o en la construcción influye negativamente sobre la probabilidad de abandonar la precariedad laboral para obtener un empleo permanente, mientras que esta circunstancia ocurre para las mujeres que están em-pleadas en la hostelería o en los servicios sociales. Por otra parte, se constata que cuanto mayor haya sido el periodo de paro antes de lograr el empleo, mayor es la probabilidad que tiene el asalariado temporal de entrar en el paro y menor la de estabi-lizarse al año siguiente. Asimismo, cabe señalar que la obtención de la ocupación mediante una oficina o agencia de colocación, frente a otras alternativas como son el lograr el empleo a través de amigos, prensa o a través del empleador directamente, influye positivamente para que el trabajador temporal pierda su puesto de trabajo; con lo cual, es posible que esas instituciones no estén cumpliendo completamente con uno de los objetivos de su existencia, que es coordinar y ajustar de forma adecuada la demanda de trabajo con la oferta.

Por último, otros aspectos complementarios resultantes ahora del análisis de dura-ción son, por una parte, que la probabilidad de transitar desde la temporalidad hacia la estabilidad es bastante baja durante los primeros meses de la relación laboral. Este hecho puede deberse bien a la influencia de la legislación laboral o bien a que los empresarios utilizan dichos contratos como un periodo de prueba para valorar la productividad de los trabajadores. Por otra parte, en el caso del desempleo, el riesgo de salida de los trabajadores temporales hacia esta situación es creciente durante el

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primer año y medio de la relación laboral. De todo ello parece evidente que al refugiar-se, en la actualidad, una gran parte de la temporalidad en los contratos de obra y servicios que no tienen una duración determinada, si no se realizan los suficientes esfuerzos de inspección laboral sobre el uso adecuado de tales contratos, un alto porcentaje de trabajadores temporales pueden perpetuar su situación precaria.

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ANEXO

Tabla 1

TRANSICIONES INTERANUALES EN EL MERCADO DE TRABAJO SEGÚN SEXO DURANTE 1995-2001(EN %)

Situación laboral en t+1

Inactivo Parado Trabajador autónomo

Asalariado permanente

Asalariado temporal

Nº total de individuos

Situación laboral en t

Varón Mujer Varón Mujer Varón Mujer Varón Mujer Varón Mujer Varón Mujer

Inactivo 84,4 90,4 8,5 4,4 2,6 1,4 1,3 0,6 3,2 3,2 1.384 12.079

Parado 4,3 24,4 51,9 46,8 5,9 2,1 7,0 4,5 30,9 22,2 3.058 2.936

Trabajador Autónomo

1,1

11,3

2,0

1,8

87,9

79,9

4,2

3,4

4,7

3,6

4.321

1.543

Asalariado Permanente

0,9

1,9

2,2

2,6

2,0

1,0

88,7

88,6

6,1

5,9

9.444

4.824

Asalariado temporal

1,0

9,2

14,3

14,6

3,7

1,8

23,9

23,2

57,1

51,2

4.775

3.041

Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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80 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla 2

ESTIMACIÓN DE LA PROBABILIDAD DE SITUARSE EN DIVERSOS ESTADOS LABORALESa

Asal. temporal Parado Inactivo Empresario Variables

Coeficiente Desv.

Stand

Coeficiente Desv.

stand

Coeficiente Desv.

stand

Coeficiente Desv.

Stand

Constante Varón Edad Edad al cuadrado Estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil Casado o con pareja Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores con más de 65 años Renta del hogar (103 de ptas 1992) Situación laboral en el periodo anterior Asalariado temporal Asalariado permanente Empresario o trabajador independiente Parado Región Canarias Centro Este Madrid Noroeste Noreste

4,393*** -0,046 -0,066*** 0,001** -0,491*** -0,402*** -0,768*** -0,758*** -0,881*** -0,772*** -0,144** -0,027 -0,101** 0,051 -0,002*** -0,839*** -4,017*** -1,340*** -0,154 0,003 -0,246*** -0,329*** -0,413*** -0,256*** -0,315***

0,297 0,041 0,014 0,000 0,078 0,057 0,076 0,079 0,083 0,080 0,051 0,059 0,052 0,089 0,001 0,120 0,122 0,147 0,130 0,085 0,067 0,060 0,077 0,069 0,066

5,709*** 0,267*** 0,125*** 0,001*** -0,533*** -0,370*** -0,964*** -0,870*** -1,533*** -1,453*** -0,352*** 0,164** 0,0370 -0,024 0,005*** -2,278*** -5,102*** -2,303*** 0,277** -0,333** -0,345*** -0,799*** -0,909*** -0,432*** -0,896***

0,320 0,048 0,015 0,000 0,092 0,065 0,091 0,095 0,110 0,105 0,061 0,072 0,063 0,100 0,001 0,120 0,126 0,161 0,127 0,100 0,076 0,070 0,093 0,079 0,080

5,704*** 1,539*** -0,074*** 0,001** -0,863*** -0,558*** -1,266*** -1,420*** -2,347*** -2,532*** 0,185* 0,579*** 0,135*** 0,005 0,009*** -5,526*** -8,080*** -4,056*** -2,966*** -0,147 -0,063 -0,646*** -0,695*** -0,270*** -0,560***

0,374 0,058 0,017 0,001 0,110 0,072 0,105 0,125 0,135 0,143 0,071 0,077 0,067 0,099 0,001 0,123 0,131 0,146 0,125 0,114 0,088 0,081 0,108 0,090 0,090

-0,001 0,344*** 0,002 0,001 -0,294** -0,256** -0,402*** -0,566*** -0,926*** -0,801*** -0,005 0,323*** 0,067 0,102 0,008*** -2,721*** -4,604*** 2,334*** -0,973*** -0,041 0,036 -0,252** -0,429** 0,245** -0,097

0,442 0,063 0,020 0,000 0,121 0,082 0,109 0,127 0,134 0,120 0,079 0,086 0,073 0,108 0,001 0,146 0,144 0,145 0,153 0,136 0,102 0,093 0,126 0,100 0,100

Tamaño de municipio Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año 1997 1998 1999 2000 2001 Nº de observaciones Test de la razón de verosimilitud Test de alternativas irrelevantes

0,238*** 0,231*** -0,197** -0,191** -0,239*** -0,189** -0,148** 47.405 81.560*** 32,59

0,045 0,051 0,063 0,064 0,065 0,066 0,067

0,095* 0,141* -0,350*** -0,458*** -0,879*** -0,733*** -0,984***

0,053 0,060 0,071 0,073 0,077 0,078 0,082

0,057 0,189* -0,236** -0,205*** -0,610*** -0,308*** -0,774***

0,061 0,068 0,083 0,085 0,088 0,088 0,092

0,305*** 0,525*** -0,163* -0,137 -0,540*** -0,239** -0,663***

0,303 0,525 0,093 0,094 0,096 0,100 0,100

Nota: (a) El individuo de referencia es mujer reside en un municipio con más 100.000 h y en la región Sur, tiene un nivel educativo similar a primario, sin estudios o analfabeto, es soltero, en el periodo anterior era inactivo y es encuestado en 1996. (***) La variable es significativa al 1%, (**) al 5% y (*) al 10%.

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 81

Tabla 3

ESTIMACIÓN DE LA PROBABILIDAD DE SITUARSE EN DIVERSOS ESTADOS LABORALES POR GÉNEROa

Asal. temporal Parado Inactivo Empresario Variables

Varón Mujer Varón Mujer Varón Mujer Varón Mujer

Constante Edad Edad al cuadrado Estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil Casado o con pareja Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores con más de 65 años Renta del hogar (103 de ptas 1992) Situación laboral en el periodo anterior Asalariado temporal Asalariado permanente Empresario o trabajador independiente Parado Región Canarias Centro Este Madrid Noroeste Noreste Tamaño de municipio Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año 1997 1998 1999 2000 2001 Nº de observaciones Test de la razón de verosimilitud Test de alternativas irrelevantes

3,271*** -0,053** 0,001 -0,503*** -0,378*** -0,835*** -0,781*** -0,940*** -0,998*** -0,224** 0,086 -0,118** 0,092 -0,001** -0,004** -3,158*** -0,473* 0,636** -0,091 -0,285*** -0,433*** -0,496*** -0,283*** -0,410*** 0,273** 0,256** -0,128* -0,182** -0,225** -0,144* -0,107 22.982 34.301*** 23,90

4,743*** -0,079** 0,001** -0,461*** -0,438*** -0,685*** -0,695*** -0,787*** -0,558*** -0,034 -0,229** -0,076 0,031 -0,002*** -1,011*** -4,201*** -1,550*** -0,262 0,184 -0,180 -0,154 -0,272*** -0,201* -0,162 0,175** 0,191** -0,320** -0,232** -0,283** -0,287** -0,229*** 24.423 5.617*** 10,37

5,056*** -0,134*** 0,001*** -0,601*** -0,330*** -0,911*** -0,985 -1,573*** -1,678*** -0,535*** 0,256** 0,106 0,044 0,007*** -1,998*** -4,890*** -2,061*** 0,401 -0,197 -0,264** -0,721*** -0,787*** -0,374*** -0,840*** 0,129** 0,085 -0,343*** -0,469*** -1,008*** -0,786*** -1,021***

5,256*** -0,070*** 0,001* -0,470*** -0,431*** -1,036*** -0,784 -1,525*** -1,322*** -0,212*** 0,120** -0,009 -0,020 0,002*** -2,430*** -5,184*** -2,456*** 0,269 -0,439** -0,459*** -0,843*** -1,032*** -0,506*** -0,958*** 0,020 0,181 -0,388*** -0,479*** -0,761*** -0,747*** -0,976***

2,536*** 0,033*** 0,001 -0,689** -0,622*** -1,681*** -1,384*** -2,276*** -3,012*** -0,765*** -0,063 0,054 0,233 0,013*** -6,548*** -8,025*** -4,985*** -4,101*** -0,313 -0,234 -0,411** -0,850*** -0,243 -0,719*** 0,041 0,032 -0,194 0,001 -0,331** -0,031 -0,560**

5,811*** 0,093*** 0,001*** -0,884*** -0,582*** -1,253*** -1,408*** -2,280*** -2,366*** 0,752*** 0,654*** 0,230 0,044 0,005*** -5,109*** -8,126*** -3,395*** -2,444*** -0,145 -0,047 -0,735*** -0,658*** -0,281*** -0,537*** -0,018 0,221** -0,304** -0,283** -0,600*** -0,441** -0,835***

-0,531 0,013 -0,001 -0,174 -0,128 -0,133 -0,395** -0,749*** -0,990*** 0,169* 0,265** 0,069 -0,037 0,010*** -2,300*** -4,173*** 2,607*** -0,591** -0,035 0,119 -0,189* -0,365** 0,132 -0,048 0,392*** 0,559*** -0,168 -0,119 -0,604*** -0,226* -0,655***

0,570 0,003 0,001 -0.509*** -0,490*** -0,932*** -0,890*** -1,098*** -0,654*** -0,163 0,408** 0,095 0,263* 0,005 -3,055*** -5,021*** 2,457*** -1,205*** -0,016 -0,152 -0,337** -0,499** 0,405*** -0,172 0,124 0,509*** -0,163 -0,197 -0,444** -0,303* -0,690***

Nota: (a) El individuo de referencia reside en un municipio con más 100.000 h y en la región Sur, tiene un nivel educativo similar a primario, sin estudios o analfabeto, es soltero, en el periodo anterior era inactivo y es encuestado en 1996. (***) La variable es significativa al 1%, (**) al 5% y (*) al 10%.

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82 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla 4

EFECTOS MARGINALES DE LA PROBABILIDAD DE SITUARSE EN DIVERSOS ESTADOS LABORALES POR GÉNEROa

(Continúa) Asal. permanente Asal. temporal Parado Variables

Varón Mujer Varón Mujer Varón Mujer

Edad

Edad al cuadrado

Estudios

FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil

Casado o con pareja Composición del hogar

Casado y con hijos menores 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores de 65 años Renta del hogar (10

3 de ptas 1992)

Situación laboral en año anterior

Asalariado temporal Asalariado permanente Empresario Parado Región

Canarias Centro Este Madrid Noroeste Noreste Tamaño de municipio

Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año

1997 1998 1999 2000 2001

Nº de observaciones

0,013** -0,001** 0,108*** 0,078*** 0,161*** 0,177** 0,242*** 0,269*** 0,059*** -0,041** 0,002 -0,014 -0,001*** 0,219*** 0,759*** -0,176** -0,067 0,027 0,042** 0,106*** 0,131*** 0,046** 0,100*** -0,065*** -0,072*** 0,046** 0,054** 0,116*** 0,070** 0,104** 22.982

0,006*** -0,001 0,074*** 0,047*** 0,126*** 0,134*** 0,236*** 0,208*** -0,032*** -0,031*** -0,010* 0,001 -0,001*** 0,444*** 0,883*** 0,061** 0,114*** 0,009 0,011 0,058*** 0,062*** 0,021** 0,046*** -0,002 -0,017** 0,027** 0,026** 0,052*** 0,039*** 0,071***

-0,006** -0,001 -0,064*** -0,052*** -0,106*** -0,093*** -0,102*** -0,105*** -0,025** 0,001 -0,026** 0,015 -0,001*** 0,105** -0,184*** -0,152** 0,141** -0,009 -0,046*** -0,052*** -0,056*** -0,043*** -0,049*** 0,034*** 0,026** -0,008* -0,018** -0,243 -0,141* -0,134*

-0,001 -0,001 0,026* 0,005 0,042* 0,044* 0,116*** 0,149*** -0,060*** -0,077*** -0,029** -0,001 -0,001 0,242*** -0,037*** -0,086*** 0,124*** 0,049** -0,008 0,066*** 0,047** 0,004*** 0,047*** 0,023** -0,002 -0,005 0,005 0,034** 0,015 0,071***

-0,012*** 0,001*** -0,038*** -0,019** -0,055*** -0,058*** -0,082*** -0,087*** -0,051*** 0,020** 0,013** 0,001 0,001 -0,114*** -0,229*** -0,145*** 0,032* -0,015 -0,019** -0,051*** -0,050*** -0,029*** -0,059*** -0,001 -0,007 -0,026*** -0,036*** -0,070*** -0,059*** -0,071***

0,001 -0,001 0,023* 0,006 -0,013 0,027* -0,017 -0,004 -0,089*** -0,037*** -0,018** -0,001 0,001*** -0,024*** -0,081*** -0,119*** 0,268*** -0,041*** -0,043*** -0,038*** -0,056*** -0,035*** -0,060*** -0,001 -0,003 -0,014* -0,027** -0,034*** -0,045*** -0,042***

Nota: (a) El individuo de referencia reside en un municipio con más 100.000 h y en la región Sur, tiene un nivel educativo similar a primario, sin estudios o analfabeto, es soltero, en el periodo anterior era inactivo y es encuestado en 1996.

(***) La variable es significativa al 1%, (**) al 5% y (*) al 10%.

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 83

Tabla 4

EFECTOS MARGINALES DE LA PROBABILIDAD DE SITUARSE EN DIVERSOS ESTADOS LABORALES POR GÉNEROa

(Conclusión) Inactivo Empresario Variables

Varón Mujer Varón Mujer

Edad

Edad al cuadrado

Estudios

FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil

Casado o con pareja Composición del hogar

Casado y con hijos menores 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores de 65 años Renta del hogar (10

3 de ptas 1992)

Situación laboral en año anterior

Asalariado temporal Asalariado permanente Empresario Parado Región

Canarias Centro Este Madrid Noroeste Noreste Tamaño de municipio

Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año

1997 1998 1999 2000 2001

Nº de observaciones

0,001*** 0,001 -0,008** -0,009*** -0,018*** -0,015*** -0,020*** -0,024*** -0,016*** -0,003 0,001 0,004 0,001* -0,072*** -0,170*** -0,053*** -0,037*** -0,005 -0,003 -0,004 -0,010*** -0,003 -0,009*** -0,002 -0,002 -0,002 0,002 -0,002 0,002 -0,007 22,982

-0,010** 0,001 -0,130*** -0,059*** -0,156*** -0,209*** -0,350*** -0,394*** 0,210*** 0,147*** 0,060*** -0,014 0,001*** -0,637*** -0,739*** -0,569*** -0,496*** -0,022 0,042** -0,097*** -0,056** -0,029 -0,048** -0,024* 0,007 -0,012 -0,007 -0,055** -0,013 -0,098** *

0,004** -0,001 0,003 0,002 0,020 -0,009 -0,036** -0,052*** 0,033*** 0,023** 0,009 -0,007 0,001*** -0,139*** -0,174*** 0,527*** -0,069*** 0,002 0,026** 0,001 -0,014 0,029 0,018 0,033** 0,055** -0,009 -0,001 -0,041*** -0,010 -0,047

0,003** -0,001** 0,006 -0,001 0,001* 0,003 0,015 0,040 -0,027*** -0,001 -0,001 0,015* 0,001 -0,025*** -0,025*** 0,714*** -0,010* 0,004 -0,001 0,011 0,002 0,039*** 0,014 0,004 0,015** 0,005 0,003 0,002 0,004 -0,002

Nota: (a) El individuo de referencia reside en un municipio con más 100.000 h y en la región Sur, tiene un nivel educativo similar a primario, sin estudios o analfabeto, es soltero, en el periodo anterior era inactivo y es encuestado en 1996. (***) La variable es significativa al 1%, (**) al 5% y (*) al 10%.

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84 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla 5

ESTIMACIÓN DEL MODELO DE RIESGOS EN COMPETENCIA: RIESGO PROPORCIONAL DE COXa

(Continúa) Variables Asal. permanente Parado Inactivo Empresario

Coef. Desv.St Coef. Desv.St Coef. Desv.St Coef. Desv.St Sexo Varón Estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil Casado o con pareja Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores de más de 65 años Renta del hogar (103 de ptas 1992) Actividad del establecimiento Agricultura, ganadería, pesca,caza... Industriab

Construcción Comercio Hostelería Actividades financieras, inmobiliarias,,, Otrosc

Tipo de jornada Jornada completa Sobreeducado Meses parado antes de lograr el empleo Formas de obtener el empleo A través del empleador directamente A través de oficina de empleo u otra agencia Región Canarias Centro Este Madrid Noroeste Noreste

0,102* -0,001 0,079 0,178 0,091 0,334** 0,315** 0,137** -0,049 -0,045 0,065 0,001** -0,366** 0,108 -0,465*** 0,228** -0,195 0,067 -0,328** 0,071 -0,036 -0,005** -0,091 -0,125 0,428*** 0,374*** 0,676*** 0,531*** 0,539*** 0,568***

0,064

0,113 0,083 0,118 0,144 0,132 0,128

0,071

0,095

0,086

0,149 0,001

0,155 0,098 0,112 0,101 0,130

0,104 0,143

0,093 0,061

0,001

0,060

0,102

0,122 0,104 0,092 0,119 0,111 0,103

-0,125 -0,057 -0,169* -0,554** -0,338** -0,372* -0,670** -0,069 0,079 -0,248** 0,091 -0,001 0,330** -0,085 0,040 -0,043 0,265* -0,098 -0,447* -0,025 -0,101 0,006*** 0,078 0,461*** -0,277*** -0,063 -0,227** -0,447** -0,157** -0,257*

0,081

0,121 0,087 0,161 0,141 0,182 0,201

0,087

0,108

0,099

0,173 0,001

0,149 0,126 0,127 0,134 0,142

0,142 0,184

0,112 0,070

0,001

0,072

0,111

0,132 0,101 0,102 0,161 0,124 0,121

-2,343*** -0,880** -0,444** -1,084** -0,612** -1,712*** -3,785*** 1,013*** 0,122 -0,307* 0,552** -0,001 0,142 -0,498** -0,425 -0,474* -0,10 -0,188 0,350 0,164 -0,140 0,001 -0,348** -0,050 -0,468* -0,294 -0,588 -0,592 -0,302 -0,519**

0,214

0,280 0,163 0,338 0,302 0,478 1,012

0,178

0,185

0,167

0,255 0,002

0,273 0,256 0,339 0,287 0,265

0,278 0,240

0,168 0,138

0,002

0,148

0,232

0,237 0,211 0,204 0,329 0,238 0,263

0,926*** 0,664** 0,357 0,735** 0,305 0,195 -0,176 0,353 0,408* -0,129 -0,669 0,003* 0,057 -0,589* -0,383 0,102 -0,132 -0,097 0,430 -0,358 -0,281 -0,002 -0,151 -0,167 0,628* 0,947** -0,180 0,673* 0,697** 0,625**

0,236

0,315 0,244 0,348 0,374 0,514 0,533

0,229

0,251

0,246

0,527 0,002

0,414 0,360 0,331 0,336 0,416

0,355 0,391

0,284 0,188

0,005

0,188

0,346

0,358 0,276 0,344 0,361 0,328 0,337

.

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 85

Tabla 5

ESTIMACIÓN DEL MODELO DE RIESGOS EN COMPETENCIA: RIESGO PROPORCIONAL DE COXa

(Conclusión) Variables Asal. permanente Parado Inactivo Empresario

Coef. Desv.St Coef. Desv.St Coef. Desv.St Coef. Desv.St Tamaño de municipio Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año 1996 1997 1998 1999 2000 Nº de salidas desde el empleo temporal Test de la razón de verosimilitud

-0,131 -0,069 0,049 0,134 0,385*** 1,364*** 0,582*** 1.303 439***

0,067 0,076

0,102 0,101 0,095 0,111 0,114

-0,264** -0,172** -0,201** -0,191* -0,435*** 0,238*** -0,241** 922 162***

0,081 0,090

0,106 0,105 0,106 0,125 0,124

-0,035 0,020 -0,279 0,028 0,026 0,879 -0,004 243 440***

0,161 0,186

0,237 0,212 0,213 0,244 0,259

-0,105 -0,042 -0,017 0,286 -0,318 0,710 -0,114 136 81***

0,219 0,234

0,286 0,273 0,314 0,328 0,384

Notas: (a) El individuo de referencia es mujer, reside en un municipio con más de 100.000 h y en la región Sur, tiene un nivel educativo similar a primario, sin estudios o analfabeto, y es soltero. Las características de su empleo son las siguientes: la actividad corresponde a la AAPP, educación o sanidad, su contrato es a jornada parcial, y obtuvo su empleo a través de amigos, prensa u otros medios. (b) En esta variable se incluye la industria extractiva, manufacturera y la producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua. (c) Esta categoría engloba a servicios sociales y otras actividades sociales. (***) La variable es significativa al 1%, (**) al 5% y (*) al 10%.

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86 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla 6

ESTIMACIÓN DEL MODELO DE RIESGOS EN COMPETENCIA: RIESGO PROPORCIONAL DE COX POR GÉNEROa

Asal. permanente Parado Inactivob Empresariob Variables

Varones Mujeres Varones Mujeres Mujeres Varones Estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil Casado o con pareja Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores con más de 65 años Renta del hogar (103 de ptas 1992) Actividad del establecimiento Agricultura, ganadería, pesca, caza… Industriac

Construcción Comercio Hostelería Actividades financieras, inmobiliarias… Otrosd

Tipo de jornada Jornada completa Sobreeducado Meses parado antes de lograr el empleo Forma de obtener el empleo A través del empleador directamente A través de oficina de empleo u otra agencia Región Canarias Centro Este Madrid Noroeste Noreste Tamaño de municipio Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año 1996 1997 1998 1999 2000 Nº de salidas desde el empleo temporal Test de la razón de verosimilitud

0,004 0,013 0,123 -0,054 0,335* 0,400** 0,204** -0,100 -0,053 0,066 0,001* -0,793*** 0,065 -0,539*** 0,114 -0,030 0,103 -0,043 0,454** -0,005 -0,010** -0,211** -0,251* 0,446** 0,340** 0,735*** 0,547*** 0,549*** 0,511*** -0,197** -0,007 0,070 0,170 0,445*** 1,290*** 0,521*** 799 320***

0,205 0,379** 0,256 0,477** 0,508** 0,468** 0,027 0,016 -0,078 0,101 0,001 0,650** 0,165 0,017** 0,341** -0,383** -0,021 -0,459** -0,134 -0,078 -0,002 0,079 0,032 0,256 0,439** 0,654*** 0,518** 0,579** 0,660** -0,039 -0,020 0,036 0,111 0,339** 1,472*** 0,684*** 504 175,07***

-0,193 -0,217** -0,685** -0,469** -0,507* -0,748** -0,172 0,073 -0,216* 0,258 -0,002 0,602** -0,099 0,097 0,058 0,324 0,004 -0,460 -0,277 -0,170** 0,012*** 0,106 0,563*** -0,304* -0,078 -0,141 -0,321 -0,160 -0,159 -0,201** -0,153 -0,241* -0,136 -0,563 0,213 -0,376** 575 149***

0,172 -0,034 -0,287 -0,095 -0,240 -0,565* 0,050 0,193 -0,107 -0,309 0,001 -0,443 0,095 0,762** -0,050 0,293 -0,069 -0,346 0,112 0,047 0,003* 0,085 0,359** -0,205 0,017 -0,334* -0,689** -0,186 -0,395* -0,370** -0,276* -0,157 -0,215 -0,169 0,408* 0,028 347 68**

-1,146*** -0,609** -1,194** -0,890** -2,042*** -3,885*** 1,089*** 0,230 -0,389* 0,463 -0,004 0,031 -0,858** -0,729 -0,511** -0,136 -0,215 0,230 0,214 -0,109 -0,001 -0,422** -0,232 -0,309 0,134 -0,398* -0,426 -0,153 -0,220 -0,065 0,001 -0,153 0,175 0,163 0,984 0,189 198 226,21***

0,590 0,322 0,123 0,923*** 0,800 -0,053 0,610 0,371 -0,014 -0,653 0,004** -0,100 -0,764** -0,549* 0,248 -0,445 -0,265 -0,669 -0,401 -0,099 0,003 0,115 0,193 0,611 0,800** 0,151 0,906** 0,778** 0,770** 0,025 0,208 -0,108 0,346 -0,509 0,691 -0,287 105 61,99**

Notas: (a) El individuo de referencia reside en la región Sur, tiene un nivel educativo similar a primario, sin estudios o analfabeto, y es soltero. Las características de su empleo son las siguientes: la actividad corresponde a la AAPP, educación o sanidad, su contrato es a jornada parcial, y obtuvo su empleo a través de amigos, prensa u otros medios. (b) La escasez de observaciones no permite contemplar las transiciones hacia el empleo autónomo de las mujeres y hacia la inactividad de los varones (c) En esta variable se incluye la industria extractiva, manufacturera y la producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua. (d) Esta categoría engloba a servicios sociales y otras actividades sociales. (***) La variable es significativa al 1%, (**) al 5% y (*) al 10%.

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 87

Gráfico 1

FUNCIÓN DE RIESGO DE SALIDA DEL EMPLEO TEMPORAL HACIA EL EMPLEO PERMANENTE (VARONES)

Fuente: PHOGUE (INE 2001)

.01

.015

.02

.025

.03

.035

0 20 40 60 80 Duración (meses)

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88 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Gráfico 2

FUNCIÓN DE RIESGO DE SALIDA DEL EMPLEO TEMPORAL HACIA EL EMPLEO PERMANENTE (MUJERES)

Fuente: PHOGUE (INE 2001)

.01

.02

.03

.04

.05

.06

0 20 40 60 80 Duración (meses)

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 89

Gráfico 3

FUNCIÓN DE RIESGO DE SALIDA DEL EMPLEO TEMPORAL HACIA EL PARO (VARONES)

0

.005

.01

.015

0 20 40 60 80 Duración (meses)

Fuente: PHOGUE (INE 2001)

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90 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Gráfico 4

FUNCIÓN DE RIESGO DE SALIDA DEL EMPLEO TEMPORAL HACIA EL PARO (MUJERES)

.005

.01

.015

.02

0 20 40 60 Duración (meses)

Fuente: PHOGUE (INE 2001)

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 91

Gráfico 5

FUNCIÓN DE RIESGO DE SALIDA DEL EMPLEO TEMPORAL HACIA LA INACTIVIDAD (MUJERES)

Fuente: PHOGUE (INE 2001)

.002

.003

.004

.005

.006

.007

0 20 40 60 80 Duración (meses)

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92 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Gráfico 6

FUNCIÓN DE RIESGO DE SALIDA DEL EMPLEO TEMPORAL HACIA EL EMPLEO AUTÓNOMO (VARONES)

Fuente: PHOGUE (INE 2001)

0

.002

.004

.006

.008

0 20 40 60 80

Duración (meses)

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 93

APÉNDICE

Tabla A1

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA SITUACIÓN LABORAL (ASALARIADOS Y PARADOS) POR GÉNEROa

(Continúa)

Asal. permanente Asal. temporal Parado Variables

Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres

Edad Estudios Primarios, analfabetos o sin estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil Sin Pareja Casado o con pareja Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores con más de 65 años Renta del hogar per capita (103 de ptas,1992) Situación laboral en el año anterior Asalariado temporal Asalariado permanente Empresario Parado Inactivo

41,06 (10,37)

0,25

(0,43) 0,08

(0,27) 0,24

(0,42) 0,12

(0,32) 0,10

(0,30) 0,08

(0,27) 0,13

(0,32)

0,21 (0,40) 0,79

(0,40)

0,17 (0,37) 0,34

(0,47) 0,06

(0,23) 44,18

(56,25)

0,11 (0,31) 0,84

(0,36) 0,02

(0,13) 0,02

(0,14) 0,01

(0,04)

38,77 (9,90)

0,13

(0,33) 0,08

(0,27) 0,20

(0,40) 0,14

(0,35) 0,09

(0,28) 0,20

(0,39) 0,16

(0,36)

0,89 (0,32) 0,11

(0,32)

0,14 (0,34) 0,24

(0,42) 0,05

(0,22) 80,76

(68,78)

0,13 (0,34) 0,81

(0,38) 0,01

(0,09) 0,03

(0,15) 0,02

(0,11)

33,86 (10,46)

0,34

(0,47) 0,09

(0,29) 0,35

(0,47) 0,07

(0,24) 0,08

(0,27) 0,03

(0,17) 0,04

(0,20)

0,54 (0,49) 0,46

(0,49)

0,16 (0,37) 0,22

(0,42) 0,04

(0,21) 44,21

(46,48)

0,60 (0,48) 0,13

(0,33) 0,04

(0,20) 0,21

(0,40) 0,02

(0,09)

32,87 (10,02)

0,21

(0,41) 0,09

(0,29) 0,28

(0,45) 0,09

(0,,29) 0,09

(0,29) 0,09

(0,29) 0,11

(0,31)

0,50 (0,50) 0,50

(0,50)

0,09 (0,29) 0,18

(0,38) 0,03

(0,19) 66,16

(51,88)

0,53 (0,49) 0,09

(0,29) 0,02

(0,13) 0,22

(0,41) 0,14

(0,33)

37,55 (13,35)

0,43

(0,49) 0,08

(0,26) 0,32

(0,46) 0,07

(0,24) 0,05

(0,23) 0,02

(0,14) 0,03

(0,17)

0,51 (0,49) 0,49

(0,49)

0,11 (0,32) 0,20

(0,40) 0,05

(0,23) 55,72

(41,80)

0,25 (0,43) 0,07

(0,26) 0,03

(0,17) 0,60

(0,49) 0,05

(0,20)

33,22 (10,70)

0,27

(0,44) 0,10

(0,30) 0,33

(0,47) 0,08

(0,27) 0,09

(0,28) 0,06

(0,22) 0,07

(0,24)

0,51 (0,49) 0,49

(0,49)

0,12 (0,33) 0,20

(0,40) 0,04

(0,20) 66,92

(48,70)

0,18 (0,38) 0,05

(0,21) 0,02

(0,10) 0,54

(0,49) 0,21

(0,41)

Notas: (a) La desviación estándar aparece entre paréntesis. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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94 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla A1

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA SITUACIÓN LABORAL (ASALARIADOS Y PARADOS) POR GÉNEROa

(Conclusión) Asal. permanente Asal. temporal Parado Variables

Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres

Región Canarias Centro (Castilla-León, Castilla La Mancha Extremadura) Este (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares) Madrid Noroeste (Galicia, Asturias, Cantabria) Noreste (País Vasco, Navarra, Rioja, Aragón) Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia) Tamaño de municipio Más de 100.000 h Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Nº de observaciones

0,05 (0,21)

0,15

(0,34) 0,23

(0,41) 0,12

(0,33) 0,12

(0,33) 0,17

(0,37) 0,26

(0,44)

0,57 (0,16) 0,25

(0,43)

0,18 (0,39)

0.17 (0.37) 0.17

(0.37) 0.17

(0.37) 0.17

(0.37) 0.16

(0.36) 0.16

(0.36)

9.931

0,05 (0,22)

0,12

(0,32) 0,25

(0,43) 0,15

(0,35) 0,12

(0,32) 0,18

(0,37) 0,13

(0,32)

0,60 (0,14) 0,25

(0,43)

0,15 (0,36)

0.18 (0.38) 0.17

(0.37) 0.17

(0.37) 0.17

(0.37) 0.16

(0.36) 0.15

(0.35)

5.240

0,08 (0,25)

0,17

(0,37) 0,18

(0,38) 0,06

(0,24) 0,12

(0,32) 0,13

(0,33) 0,26

(0,44)

0,39 (0,30) 0,34

(0,47)

0,27 (0,44)

0.19 (0.39) 0.18

(0.38) 0.17

(0.37) 0.16

(0.36) 0.15

(0.35) 0.15

(0.35)

4.496

0,10 (0,28)

0,13

(0,32) 0,22

(0,42) 0,09

(0,29) 0,12

(0,32) 0,15

(0,35) 0,19

(0,39)

0,45 (0,22) 0,33

(0,47)

0,22 (0,41)

0.18 (0.38) 0.17

(0.37) 0.17

(0.37) 0.17

(0.37) 0.16

(0.36) 0.15

(0.35)

2.925

0,06 (0,24)

0,18

(0,38) 0,16

(0,37) 0,06

(0,24) 0,13

(0,33) 0,11

(0,30) 0,29

(0,45)

0,45 (0,21) 0,33

(0,46)

0,24 (0,42)

0.27 (0.44) 0.22

(0.42) 0.19

(0.39) 0.13

(0.34) 0.10

(0.30) 0.09

(0.29)

2.684

0,06 (0,24)

0,14

(0,34) 0,17

(0,37) 0,07

(0,25) 0,14

(0,34) 0,11

(0,30) 0,31

(0,46)

0,46 (0,23) 0,31

(0,46)

0,23 (0,42)

0.23 (0.42) 0.20

(0.40) 0.17

(0.37) 0.14

(0.35) 0.12

(0.33) 0.11

(0.31)

2.509

Notas: (a) La desviación estándar aparece entre paréntesis. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 95

Tabla A2

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA SITUACIÓN LABORAL (INACTIVO Y EMPRESARIO) POR GÉNEROa (Continúa)

Inactivo Empresario Variables

Varones Mujeres Varones Mujeres

Edad Estudios Primarios, analfabetos o sin estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil Sin Pareja Casado o con pareja Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores con más de 65 años Renta del hogar per capita (103 de ptas,1992) Situación laboral en el año anterior Asalariado temporal Asalariado permanente Empresario Parado Inactivo

49,65 (11,83)

0,71

(0,45) 0,05

(0,19) 0,16

(0,36) 0,03

(0,18) 0,02

(0,16) 0,01

(0,12) 0,02

(0,13)

0,38 (0,48) 0,62

(0,48)

0,05 (0,22) 0,15

(0,35) 0,10

(0,30) 55,72

(41,80)

0,03 (0,17) 0,05

(0,23) 0,03

(0,18) 0,10

(0,28) 0,79

(0,41)

47,33 (11,88)

0,62

(0,48) 0,04

(0,20) 0,22

(0,41) 0,05

(0,22) 0,02

(0,14) 0,01

(0,14) 0,01

(0,11)

0,12 (0,32) 0,88

(0,32)

0,17 (0,38) 0,31

(0,46) 0,16

(0,37) 66,92

(48,70)

0,03 (0,14) 0,02

(0,08) 0,01

(0,11) 0,05

(0,23) 0,89

(0,30)

43,44 (11,07)

0,41

(0,49) 0,06

(0,25) 0,25

(0,43) 0,11

(0,30) 0,06

(0,22) 0,04

(0,18) 0,07

(0,25)

0,29 (0,49) 0,71

(0,49)

0,15 (0,36) 0,32

(0,46) 0,10

(0,30) 63,33

(68,17)

0,05 (0,19) 0,04

(0,19) 0,86

(0,33) 0,04

(0,19) 0,01

(0,09)

43,08 (11,19)

0,43

(0,49) 0,07

(0,24) 0,22

(0,41) 0,08

(0,26) 0,05

(0,21) 0,05

(0,23) 0,10

(0,30)

0,29 (0,45) 0,71

(0,45)

0,14 (0,34) 0,27

(0,44) 0,15

(0,36) 82,85

(73,62)

0,04 (0,18) 0,04

(0,18) 0,78

(0,41) 0,04

(0,19) 0,10

(0,31)

Notas: (a) La desviación estándar aparece entre paréntesis. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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96 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla A2

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA SITUACIÓN LABORAL (INACTIVO Y EMPRESARIO) POR GÉNEROa

(Conclusión) Inactivo Empresario Variables

Varones Mujeres Varones Mujeres

Región Canarias Centro (Castilla-León, Castilla La Mancha Extremadura) Este (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares) Madrid Noroeste (Galicia, Asturias, Cantabria) Noreste (País Vasco, Navarra, Rioja, Aragón) Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia) Tamaño de municipio Más de 100.000 h Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10.000 h Año 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Nº de observaciones

0,06 (0,24) 0,16

(0,37) 0,20

(0,40) 0,05

(0,22) 0,15

(0,35) 0,13

(0,32) 0,25

(0,42)

0,41 (0,21) 0,32

(0,46) 0,27

(0,44)

0.19 (0.39) 0.16

(0.36) 0.17

(0.37) 0.16

(0.36) 0.16

(0.36) 0.16

(0.36)

1.488

0,07 (0,25) 0,19

(0,38) 0,18

(0,38) 0,09

(0,27) 0,13

(0,34) 0,13

(0,34) 0,21

(0,40)

0,45 (0,22) 0,29

(0,49) 0,26

(0,43)

0.21 (0.41) 0.19

(0.39) 0.17

(0.37) 0.16

(0.36) 0.14

(0.35) 0.13

(0.34)

12.181

0,05 (0,22) 0,18

(0,38) 0,22

(0,41) 0,06

(0,23) 0,18

(0,38) 0,17

(0,37) 0,14

(0,34)

0,37 (0,43) 0,29

(0,45) 0,34

(0,47)

0.19 (0.25) 0.17

(0.39) 0.17

(0.39) 0.17

(0.38) 0.15

(0.35) 0.15

(0.35)

4.383

0,06 (0,22) 0,11

(0,30) 0,20

(0,39) 0,05

(0,22) 0,31

(0,46) 0,14

(0,35) 0,13

(0,34)

0,38 (0,44) 0,30

(0,46) 0,32

(0,46)

0.19 (0.39) 0.18

(0.38) 0.18

(0.38) 0.16

(0.36) 0.15

(0.35) 0.14

(0.34)

1.568

Notas: (a) La desviación estándar aparece entre paréntesis. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 97

Tabla A3

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA TRANSICIÓN DE LOS TRABAJADORES TEMPORALES HOMBRESa

(Continúa) Variables Asalariado

temporal Asalariado

permanente Parado Empresario

Estudios Primario o sin estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo) Estado civil Sin pareja Casado o con pareja Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores con más de 65 años Renta del hogar (103 de ptas 1992) Actividad del establecimiento Agricultura, ganadería, pesca,caza… Industriaa

Construcción Comercio Hostelería Actividades financieras, inmobiliarias… AAPP, educación y sanidad Otrosb

Tipo de jornada Jornada completa Jornada parcial Sobreeducado

Meses parado antes de lograr el empleo Forma de obtener el empleo

A través del empleador directamente A través de oficina de empleo A través de amigos, prensa u otros medios

0,23 (0,41) 0,10 (0,29) 0,39 (0,48) 0,06 (0,21) 0,12 (0,31) 0,05 (0,18) 0,05 (0,18)

0,52 (0,50) 0,48 (0,50)

0,13 (0,33) 0,22 (0,42) 0,03 (0,17)

43,4 (39,90)

0,11 (0,32) 0,23 (0,36) 0,39 (0,49) 0,08 (0,27) 0,04 (0,21) 0,08 (0,28) 0,13 (0,29) 0,02 (0,14)

0,96 (0,18) 0,04 (0,18)

0,57 (0,49)

5,0 (10,78)

0,45 (0,49) 0,06 (0,24) 0,49 (0,47)

0,25 (0,42) 0,10 (0,29) 0,32 (0,46) 0,10 (0,29) 0,11 (0,31) 0,06 (0,21) 0,06 (0,24)

0,52 (0,50) 0,48 (0,50)

0,19 (0,39) 0,05 (0,22) 0,05 (0,22)

46,8(48,42)

0,04 (0,20) 0,23 (0,42) 0,23 (0,42) 0,13 (0,34) 0,06 (0,24) 0,05 (0,22) 0,23(0,40) 0,03(0,17)

0,95 (0,19) 0,05(0,19)

0,63 (0,48)

5,9 (11,42)

0,37 (0,48) 0,07 (0,25) 0,56 (0,29)

0,46 (0,46) 0,09 (0,28) 0,33 (0,47) 0,03 (0,18) 0,06 (0,25) 0,02 (0,14) 0,01 (0,12)

0,50 (0,50) 0,50 (0,50)

0,15 (0,36) 0,22 (0,41) 0,05 (0,22)

33,9(33,7)

0,15 (0,35) 0,14 (0,35) 0,35 (0,47) 0,09 (0,29) 0,06 (0,24) 0,08 (0,27) 0,13 (0,29) 0,01 (0,12)

0,94 (0,22) 0,06 (0,22)

0,52 (0,49)

11,3 (17,7)

0,41 (0,49) 0,09 (0,29) 0,50 (0,50)

0,31 (0,43) 0,11 (0,31) 0,34 (0,47) 0,13 (0,34) 0,07 (0,26) 0,04 (0,21) 0,02 (0,16)

0,40 (0,49) 0,60 (0,49)

0,24 (0,43) 0,25 (0,43) 0,03 (0,19)

44,5 (58,1)

0,09 (0,29) 0,13 (0,34) 0,30 (0,46) 0,12 (0,33) 0,05 (0,23) 0,12 (0,33) 0,18 (0,25) 0,01(0,13)

0,93 (0,25) 0,93 (0,25)

0,60 (0,49)

7,9 (13,8)

0,42 (0,49) 0,08 (0,28) 0,50(0,50)

Notas: La desviación estándar aparece entre paréntesis. (a) En esta variable se incluye la industria extractiva, manufacturera y la producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua. (b) Esta categoría engloba a servicios sociales y otras actividades sociales. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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98 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla A3

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA DE TRANSICIÓN DE LOS TRABAJADORES TEMPORALES HOMBRESa

(Conclusión)

Variables Asalariado temporal

Asalariado permanente

Parado Empresario

Región Canarias Centro (Castilla y-León, Castilla La Mancha, Extremadura) Este (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares) Madrid Noroeste (Galicia, Asturias, Cantabria) Noreste (País Vasco, Navarra, Rioja, Aragón) Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia)

Tamaño de municipio Más de 100.000 h Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10000 h Año 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Nº de observaciones

0,08 (0,25)

0,14 (0,34) 0,16 (0,36) 0,06 (0,23) 0,09 (0,29) 0,11 (0,31) 0,36 (0,48)

0,36 (0,48) 0,40 (0,49) 0,24 (0,43)

0,03( 0,16) 0,08( 0,25) 0,09 (0,27) 0,18 (0,38) 0,24 (0,43) 0,38 (0,48)

497

0,09 (0,27)

0,16 (0,35) 0,24 (0,42) 0,09 (0,28) 0,12 (0,32) 0,14 (0,34) 0,16 (0,37)

0,45 (0,35) 0,30 (0,46) 0,25 (0,43)

0,15 (0,36) 0,15 (0,36) 0,17 (0,37) 0,24 (0,42) 0,15 (0,36) 0,10 (0,32)

799

0,06 (0,25)

0,19 (0,39) 0,14 (0,35) 0,05 (0,21) 0,09 (0,29) 0,10 (0,30) 0,33 (0,47)

0,37 (0,48) 0,34 (0,47) 0,29 (0,45)

0,24 (0,43) 0,18 (0,38) 0,20 (0,40) 0,16 (0,36) 0,12 (0,32) 0,10 (0,30)

575

0,11 (0,29)

0,26 (0,43) 0,14 (0,33) 0,11 (0,30) 0,13 (0,33) 0,15 (0,35) 0,16 (0,37)

0,39(0,47) 0,30 (0,46) 0,31 (0,45)

0,20 (0,40) 0,18 (0,38) 0,26 (0,44) 0,13 (0,33) 0,16 (0,37) 0,07 (0,25)

105

Notas: La desviación estándar aparece entre paréntesis. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 99

Tabla A4

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA DE TRANSICIÓN DE LOS TRABAJADORES TEMPORALES MUJERESa

(Continúa) Asalariado

temporal Asalariado

permanente Parado Inactivo

Estudios Primario o sin estudios FP I Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (ciclo corto) Universitarios (ciclo largo)

Estado civil Sin pareja Casado o con pareja

Composición del hogar Casado y con hijos menores de 6 años Casado y con hijos entre 6 y 16 años Casado y con mayores con más de 65 años

Renta del hogar (103 de ptas 1992) Actividad del establecimiento Agricultura, ganadería, pesca,caza… Industriaa

Construcción Comercio Hostelería Actividades financieras, inmobiliarias… AAPP, educación y sanidad Otrosb

Tipo de jornada Jornada completa Jornada parcial

Sobreeducado

Meses parado antes de lograr el empleo Forma de obtener el empleo A través del empleador directamente A través de oficina de empleo A través de amigos, prensa u otros medios

0,19 (0,31) 0,08 (0,27) 0,30 (0,46) 0,12(0,32) 0,08 (0,27) 0,09(0,29) 0,14 (0,35)

0,58 (0,49) 0,42 (0,49)

0,03(0,19) 0,14(0,35) 0,02(0,15)

67,4 (54,7)

0,03 (0,18) 0,14(0,35) 0,01(0,06) 0,16(0,36) 0,11(0,31) 0,14(0,34) 0,31(0,46) 0,10(0,30)

0,82(0,38) 0,18 (0,38) 0,67(0,46)

10,8(26,3)

0,38(0,48) 0,10(0,30) 0,52(0,50)

0,16(0,30) 0,11(0,31) 0,29(0,45) 0,11(0,31) 0,10(0,30) 0,11(0,31) 0,12(0,33)

0,59(0,49) 0,41(0,49)

0,09(0,28) 0,14(0,35) 0,02(0,14)

62,3(44,4)

0,04(0,21) 0,17(0,38) 0,01(0,10) 0,21(0,40) 0,08(0,28) 0,14(0,35) 0,27(0,40) 0,08(0,28)

0,77(0,41) 0,23(0,41) 0,67(0,46)

10,8(21,8)

0,36(0,48) 0,12(0,32) 0,52(0,48)

0,22 (0,36) 0,15 (0,36) 0,32 (0,46) 0,08 (0,28) 0,09 (0,29) 0,08(0,27) 0,06 (0,25)

0,58 (0,49) 0,42 (0,58)

0,10 (0,30) 0,15 (0,36) 0,01 (0,13)

53,4(37,6)

0,02 (0,15) 0,18 (0,38) 0,03 (0,17) 0,15 (0,36) 0,16 (0,37) 0,10 (0,31) 0,26 (0,40) 0,10 (0,30)

0,80 (0,39) 0,20 (0,39) 0,67 (0,46)

15,5 (21,6)

0,35 (0,47) 0,14 (0,35) 0,51 (0,49)

0,41(0,47) 0,06(0,24) 0,32(0,46) 0,05(0,21) 0,05(0,22) 0,02(0,14) 0,01(0,07)

0,28(0,44) 0,72(0,44)

0,16(0,36) 0,31(0,46) 0,07(0,25)

46,3(30,3)

0,11(0,32) 0,10(0,30) 0,01(0,07) 0,09(0,28) 0,14(0,34) 0,10(0,30) 0,26(0,44) 0,19(030)

0,26(0,43) 0,74(0,43) 0,54(0,49)

17,3(28,1)

0,29(0,45) 0,09(0,29) 0,62(0,19)

Notas: La desviación estándar aparece entre paréntesis. (a) En esta variable se incluye la industria extractiva, manufacturera y la producción y distribu-ción de energía eléctrica, gas y agua. (b) Esta categoría engloba a servicios sociales y otras actividades sociales. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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100 ESTADÍSTICA ESPAÑOLA

Tabla A2

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DE LA DE TRANSICIÓN DE LOS TRABAJADORES TEMPORALES MUJERESa

(Conclusión) Asalariado

temporal Asalariado

permanente Parado Inactivo

Región Canarias Centro (Castilla y León, Castilla La Mancha, Extremadura) Este (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares) Madrid Noroeste (Galicia, Asturias, Cantabria) Noreste (País Vasco, Navarra, Rioja, Aragón) Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia)

Tamaño de municipio Más de 100.000 h Entre 10.000 h y 100.000 h Menos de 10000 h Año 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Nº de observaciones

0,11(0,30)

0,12(0,31) 0,23(0,42) 0,11(0,31) 0,07(0,26) 0,14(0,35) 0,22(0,41)

0,39(0,17) 0,37(0,48) 0,24(0,43)

0.02 (0,08) 0.06 (0,23) 0.07 (0,25) 0.15 (0,36) 0.24 (0,42) 0.46 (0,49)

254

0,08(0,27)

0,11(0,30) 0,29(0,45) 0,10(0,30) 0,11(0,31) 0,18(0,38) 0,13(0,34)

0,44(0,47) 0,35(0,47) 0,21(0,41)

0,15 (0,35) 0,15 (0,35) 0,17 (0,37) 0,23 (0,41) 0,17 (0,38) 0,13 (0,34)

504

0,09 (0,30)

0,15 (0,34) 0,25 (0,42) 0,06 (0,23) 0,10 (0,30) 0,11 (0,30) 0,24 (0,42)

0,46 (0,35) 0,32 (0,46) 0,22 (0,41)

0,20 (0,39) 0,6 (0.,36) 0,17 (0,37) 0,20 (0,40) 0,13 (0,34) 0,14 (0,35)

347

0,12(0,32)

0,18(0,38) 0,21(0,40) 0,05(0,21) 0,11(0,32) 0,09(0,28) 0,24(0,42)

0,35(0,48) 0,41(0,49) 0,24(0,42)

0,18 (0,38) 0,14 (0,34) 0,20 (0,40) 0,21 (0,40) 0,15 (0,35) 0,12 (0,32)

198

Notas: La desviación estándar aparece entre paréntesis. Fuente: Elaboración propia a partir del PHOGUE (INE 2001)

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LA NATURALEZA DE LA TEMPORALIDAD EN EL EMPLEO: NUEVA EVIDENCIA EMPÍRICA 101

TEMPORARY EMPLOYMENT: NEW EMPIRICAL EVIDENCE

ABSTRACT

Employment instability is considered one of the main features of the Spanish labour market. Nowadays the proportion of temporary workers in Spain, in spite of the recent labour market reforms, triples that of the European Union countries. This paper views this subject from a micro-economic perspective. The objective is twofold: first a multinomial logit model is estimated to observe the characteristics of temporary workers with respect to individual with another labour force status. Second, we analyse transition from temporary employment to various labour market states using competing risk models. In both cases the models are esti-mated for males and females. Data are obtained from the Spanish Household Panel Survey (INE 2001).

Keywords: Employment instability, competing risk models, labour transi-tions, logit models.

AMS Clasificación: 62P29, 91B40.

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