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1 LA POTENCIALIDAD TURÍSTICA DE LAS CIUDADES MEDIAS DE ANDALUCÍA Ana Belén Tineo Esteban y Beatriz Rodríguez Díaz Resumen: Enmarcado en el ámbito rural, y dentro de la evolución del turismo andaluz en los últimos años, ha aparecido una realidad interesante: el turismo en las ciudades medias de interior. Este fenómeno, pese a situarse en el ámbito rural, presenta unas características propias, como son el tamaño poblacional, las funciones territoriales y una motivaciones específicas basadas principalmente en la cultura que lo hacen no identificarse claramente con el concepto genérico de turismo rural. Este hecho nos ha llevado a una definición del turismo en las ciudades medias de interior, al tiempo que hemos delimitado este ámbito en el espacio andaluz. Palabras clave: turismo, ciudades medias, interior, Andalucía. Abstract: Framed in the rural area and inside the evolution of the tourism in Andalusia in the last years, an interesting reality has appeared: the tourism in the middle cities of interior. This phenomenon, in spite of placing in the rural area, presents some own characteristics, like a particular demographical size, the territorial functions and some specific motivations based principally on the culture that make it not identify clearly with the generic concept of rural tourism. This fact has taken us to a definition of the tourism in the middle cities of interior, at the time we have delimited this area in Andalusia. Key words: tourism, middle cities, inner, Andalusia.

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LA POTENCIALIDAD TURÍSTICA DE LAS CIUDADES MEDIAS DE ANDALUCÍA

Ana Belén Tineo Esteban y Beatriz Rodríguez Díaz

Resumen:

Enmarcado en el ámbito rural, y dentro de la evolución del turismo andaluz en los últimos años, ha aparecido una realidad interesante: el turismo en las ciudades medias de interior. Este fenómeno, pese a situarse en el ámbito rural, presenta unas características propias, como son el tamaño poblacional, las funciones territoriales y una motivaciones específicas basadas principalmente en la cultura que lo hacen no identificarse claramente con el concepto genérico de turismo rural. Este hecho nos ha llevado a una definición del turismo en las ciudades medias de interior, al tiempo que hemos delimitado este ámbito en el espacio andaluz.

Palabras clave: turismo, ciudades medias, interior, Andalucía.

Abstract:

Framed in the rural area and inside the evolution of the tourism in Andalusia in the last years, an interesting reality has appeared: the tourism in the middle cities of interior. This phenomenon, in spite of placing in the rural area, presents some own characteristics, like a particular demographical size, the territorial functions and some specific motivations based principally on the culture that make it not identify clearly with the generic concept of rural tourism. This fact has taken us to a definition of the tourism in the middle cities of interior, at the time we have delimited this area in Andalusia.

Key words: tourism, middle cities, inner, Andalusia.

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1. INTRODUCCIÓN

Andalucía cuenta con una tradición turística que comienza a mediados del siglo pasado, con el nacimiento del fenómeno del turismo de masas. Desde entonces, este sector ha ido ganando peso en la economía andaluza y se presenta hoy como motor en la región en cuanto a rentas y empleo. No obstante, a lo largo de este periodo la actividad turística ha experimentado transformaciones significativas que han afectado, y afectan, tanto a los agentes turísticos como al propio destino andaluz.

Los cambios sociales han favorecido la incorporación al turismo de nuevos segmentos como la tercera edad, los jóvenes o los empresarios, entre otros, que se van perfilando, junto con el turista tradicional, como una demanda cada vez más exigente por la experiencia acumulada de numerosos viajes. El incremento y la fragmentación de las vacaciones se manifiestan en la diversificación del consumo turístico y provoca el extraordinario incremento del turismo rural, escapadas urbanas, turismo cultural y manifestaciones deportivas entre otros. Este impulso en la aparición y desarrollo de nuevas formas de turismo en Andalucía viene a diversificar y complementar el segmento del turismo de sol y playa, que es en última instancia el que vertebra todo el sistema andaluz.

Entre estas nuevas formas de turismo podemos destacar el papel de las ciudades medias de interior, ya que debido a sus características especiales en cuanto a tamaño, funcionalidad y recursos turísticos se perfilan como un nuevo espacio turístico.

En el caso de Andalucía es especialmente relevante la importancia de estas ciudades medias, ya que poseen por lo general una centralidad histórica que las hace jugar un papel fundamental en el equilibrio territorial además de contar, en la mayoría de los casos, con un rico legado patrimonial unido a la riqueza de su cultura popular como las fiestas tradicionales, la gastronomía típica y otras costumbres autóctonas, lo que da un barniz de “autenticidad” a estas ciudades.

2. LAS CIUDADES MEDIAS DEL INTERIOR DE ANDALUCÍA

2.1. Aproximación al concepto de Ciudad Media

Una teoría tradicional de ciudad es la que define a esta como un lugar de asentamiento humano estable en el que es fundamental una cierta aglomeración de población, y, casi siempre, el predominio de unas funciones no agrícolas de aquella población. Pero el concepto de aglomeración es algo relativo por lo que la definición exacta de ciudad dependerá del contexto en el que se asiente la misma.

Esta clasificación responde al enfoque cuantitativo de delimitación de la ciudad. Este enfoque tiene como antecedentes varios trabajos clásicos, que parten de bases censales, como el trabajo pionero de P.Cloke (1997), “El índice de ruralidad de Inglaterra y Gales”, el de Cloke y Edwards de 1986, de Harrinton y O’Donoghue de 1998, todos referidos a Inglaterra y basado en los censos.

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Así, por ejemplo, uno de los últimos informes de la Comisión Europea sobre ordenación del territorio define a las ciudades medias como ciudades relativamente grandes, con dimensión suficiente para no estar en desventaja en relación a las ciudades de más de 500.000 habitantes en materia de servicios, equipamientos y sostenibilidad económica. En síntesis, este informe considera como ciudades medias todas aquellas ciudades europeas de menos de 500.000 habitantes cuya población creció en la década de los años ochenta del siglo pasado.

En España, el ordenamiento legal vigente (la Ley Reguladora del Régimen Local, y la reciente Ley de Reforma del Régimen Urbanístico y Valoración del Suelo, entre otros) y los tratamientos estadísticos utilizan los límites cuantitativos de 5.000, 10.000, 20.000 y 50.000 habitantes por municipio, así sin marcar expresamente el término de ciudad media, se acota funcionalmente sus límites en relación a las cifras centrales.

En Andalucía, la Agencia de Innovación y Desarrollo, dependiente de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, califica expresamente como ciudad media de Andalucía aquella cuya población se sitúa entre los 10.000 y los 100.000 habitantes.

Pero, las ciudades se consideran medias no solo con arreglo a tallas demográficas y dimensiones determinadas coherentes con su contexto geográfico, sino también con relación a las funciones que desarrollan respecto al papel de mediación en los flujos de información, bienes o administración entre otros, entre los territorios rurales y los urbanos de sus áreas de influencia y los otros centros de influencia más o menos alejados.

“El vocabulario tiene aquí un peso fundamental: hablar de ciudades medias, es sobrentender una cierta dulzura de vivir, un cierto dejar pasar, un adormecimiento que sólo conduce al descolgamiento y el subdesarrollo. Pero un concepto nuevo está en trance de emerger: el de las ciudades intermediarias; se ponen entonces en valor otras connotaciones que insisten en el dinamismo que permite provocar relaciones y en la capacidad de sostenerse sobre una autonomía constructiva, en relación con un territorio vivo” (Gault, 1989:20).

Lo que Gault pone de manifiesto con sus palabras es la necesidad de darle contenido funcional al concepto de ciudades medias, a pasar del término intermedio en cuanto al tamaño, a un término de ciudad intermediaria que quiere reflejar el nuevo papel de esta ciudad, su nuevo y definitivo rol intermediador en el territorio.

El concepto de ciudad media, estudiado desde mediados de los años ochenta del siglo pasado y basado en este papel intermedio entre lo grande y lo pequeño, en términos demográficos, es ampliado por Bolay en la medida que añade nuevas dimensiones a este tipo de ciudad:

• Las ciudades medias no dependen tanto de su talla como de sus propias características funcionales, de su capacidad de crear relaciones y tejer entre ellas y con los núcleos rurales que las rodean.

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• Estas ciudades dan valor e introducen aspectos más dinámicos y estratégicos al entramado territorial, que incorporan nuevas posibilidades para la apertura a otros niveles tanto regional como nacional e incluso internacional.

• Estas ciudades suponen la sustitución del sentido estático y jerarquizado que otorgaban las teorías más clásicas al concepto de sistema urbano por una nueva idea más abierta, dinámica e interactiva.

El interés que despiertan estas ciudades en el entramado territorial comienza a despertarse durante las décadas de los años sesenta del pasado siglo, cuando algunos gobernantes europeos desarrollaron una serie de medidas y políticas destinadas a resolver los problemas ocasionados por los desequilibrios territoriales. Estos desequilibrios se produjeron a raíz del intenso proceso industrializador acompañado de un crecimiento urbano importante. Así creció en pocos años la población que habitaba las ciudades mientras que los núcleos rurales asistían a un despoblamiento paulatino.

En algunas áreas dominó el proceso llamado “urbanización sin desarrollo” que se centró en unas ciudades aisladas que casi nunca llegaron a constituir un tejido urbano organizado y equilibrado. Estas ciudades medias, muchas veces se desarrollaron topográficamente y dominaron la campiña circundante y los centros rurales menores dependientes de ellas, pero ni alcanzaron un número de habitantes suficientes para poner en marcha posibilidades endógenas de desarrollo, ni llegaron a convertirse en centros de polarización regional.

Las zonas de Europa en que este hecho resultó más evidente fueron el Mezzogiorno italiano, diversos sectores del Midi francés, algunos puntos de Centroeuropa y de la cuenca danubiana más oriental y los Balcanes.

A modo de conclusión, y pese a la falta de consenso en torno a una definición única, podemos centrar el concepto de ciudad media con el de un núcleo importante de población, cuyo tamaño puede variar dependiendo del territorio en el que se suscriba, en el que se desarrollan lazos de dependencia con los núcleos menores que lo rodean y a los cuales nutre de servicios principalmente. El desarrollo de estas ciudades ayuda al equilibrio territorial, en la medida en que hace partícipe de él a sus ciudadanos y a la población rural cercana.

2.2. Definición de Turismo en Ciudades Medias de Interior

Para caracterizar el turismo en las ciudades medias de interior, vamos a examinar las características de estos destinos desde una triple perspectiva; desde la demanda, la oferta y el mercado:

1. En términos de demanda podemos explicar el turismo en las ciudades medias a partir de su encuadre dentro del ámbito genérico del turismo rural (gráfico 1):

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Gráfico 1. El turismo en las ciudades medias de interior.

Otros

Otros

Otros

Cultura

Compras

Reuniones

Salud y belleza

Gastronomía

Cultura Deportes

Naturaleza

Salud y belleza

Salud y belleza

Deportes Gastronomía

Naturaleza

Cultura

TURISMO URBANO

TURISMO RURAL

TURISMO DE SOL Y PLAYA

TURISMO EN CIUDADES MEDIAS

Fuente: Elaboración propia.

En el gráfico podemos diferenciar los tres ámbitos genéricos del turismo, sol y playa, rural y urbano, unidos por la motivación común del visitante basada en el descanso, y diferenciados por la localización geográfica del destino turístico en cuestión y por sus características funcionales, que posibilitarán la práctica de diferentes turismos específicos.

Así, dentro del bloque genérico de los destinos de sol y playa, de ciudad o rural, se localizan los denominados turismos específicos que tienen su razón de ser en la satisfacción de una determinada inquietud del turista a través del consumo de un producto turístico concreto, como la gastronomía, la religión o el deporte, entre otros.

El turismo en las ciudades medias de interior, comparte el entorno natural del espacio rural aunque presenta diferencias significativas con este, siendo la base económica la más relevante. Las ciudades medias, ofrecen a sus ciudadanos y visitantes una serie de servicios de los que no disponen los núcleos rurales con bajas densidades poblacionales. Estos servicios tales como sanidad, seguridad, comercio u oferta de ocio, suelen no estar presentes (o estarlo en menor medida) en las poblaciones rurales y sí en las ciudades medias.

El profesor Torres Bernier (2006) planteaba una triple caracterización del turismo rural atendiendo a los rasgos del entorno en el que se establezca. Así, distingue entre los espacios naturales, los espacios agrícola-ganaderos tradicionales, normalmente en decadencia y los espacios urbanos tradicionales de ámbito rural, siendo éstos últimos los que más se aproximan a la definición de turismo en las ciudades medias de interior.

Como hemos señalado anteriormente, dentro de los denominados turismos genéricos encontramos una infinidad de motivaciones distintas que pueden dar lugar a numerosos turismos específicos. Si bien las motivaciones, aunque similares se pueden convertirse en turismos específicos distintos atendiendo al ámbito territorial en el que se desarrollan.

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Así un ejemplo de turismo específico consolidado como es el que se desarrolla bajo el término “cultural” presenta notables diferencias de un destino a otro. Por ejemplo, entendemos por turismo cultural en las grandes ciudades aquel que se desarrolla en base a una oferta de actividades culturales como la ópera, el teatro, los museos o el disfrute del patrimonio histórico entre otras, mientras el turismo cultural con base en las ciudades medias tiene un carácter intangible añadido en forma de tradiciones populares además de lo referido al legado patrimonial histórico.

En este sentido, la OMT, en 1982, define la cultura como “el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”. Así el turismo cultural, atiende a motivaciones relacionadas con la visitas a monumentos, museos, o teatros entre otros pero también atiende a las motivaciones de la cultura intangible de un destino, tales como fiestas, gastronomía, folclore, eventos religiosos, o en general, tradiciones de la cultura popular.

A esta motivación cultural, centrada en el espacio rural se le unen otros turismos específicos como son el turismo de naturaleza, el deportivo, (atendiendo a la vertiente de éste que se practica al aire libre, conocido como turismo activo) o el turismo de salud y belleza entre otros.

Uno de los elementos fundamentales de motivación turística en el espacio rural es la atracción que el paisaje ejerce sobre el visitante. El paisaje debe ser comprendido como el conjunto de hechos culturales y naturales, y la interacción entre ambos, que se desarrollan sobre un territorio determinado, y que son percibidos por los sentidos, principalmente la vista. Hacer turismo es, en esencia, cambiar de sitio y, en este sentido, el paisaje es el indicador primero por el cual el turista siente que verdaderamente ha roto con la rutina de su lugar habitual de residencia.

De la autenticidad y armonía de ese paisaje de destino depende gran parte de la calidad de la experiencia turística que finalmente obtiene un visitante del medio rural. En este sentido, actividad turística en el ámbito de las ciudades medias de interior tiene su esencia en el atractivo de su legado patrimonial histórico, el marco natural de su localización y lo “auténtico” de sus tradiciones.

Así, el turismo de las ciudades medias de interior se define como un turismo enmarcado en el ámbito del turismo rural, con el que comparte espacio y motivación genérica además de otras específicas propias como la cultura (tanto referida a los atractivos patrimoniales, como a las tradiciones, la artesanía, la gastronomía o el folclore), la naturaleza o los deportes. La principal diferencia con el ámbito rural, que se perfila como parte de su atractivo, es el rol de centralidad que desempeñan estas ciudades medias de interior en el territorio.

Si volvemos al gráfico 1 vemos como aparecen unas flechas de distinto tamaño apuntando en varias direcciones. Estas representan las llegadas de visitantes hacia los distintos ámbitos geográficos en los que se ha dividido el turismo. De este modo, los tres grandes tipos de destinos; litoral, urbano y rural, así como el de ciudades medias dentro del rural, reciben una entrada de visitantes propia que se desplazan desde sus lugares de residencia habitual movidos por el disfrute de su tiempo de ocio.

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En menor medida, hay otros flujos de visitantes que oscilan de unos destinos genéricos a otros. Así, los turistas de sol y playa y los de la ciudad pueden completar sus vacaciones con una visita al interior, o los de interior ir a la ciudad, no suele darse el caso de que los turistas cuya destino principal sea el interior o la ciudad quieran visitar la playa.

Estos flujos representan un amplio mercado potencial para el turismo en las ciudades medias de interior.

2. Desde la perspectiva de la oferta. Para una aproximación más detallada de la realidad abordada, vamos a dividir este apartado en tres epígrafes dentro de lo que denominamos oferta.

a) Ámbito territorial:

Estas ciudades suelen estar situadas en entornos naturales, con o sin figuras de protección reconocidas. Esto supone por un lado un atractivo que puede ayudar al desarrollo turístico de la zona pero que al mismo tiempo exige una correcta planificación y control con el fin de conservar en perfecto estado estos recursos.

La accesibilidad de estas urbes del ámbito rural no es siempre la adecuada para el desarrollo turístico. Son espacios, en muchos casos, de difícil acceso debido a su orografía, desde los centros económicos más dinámicos, los nudos de comunicación, el litoral y las grandes ciudades.

b) Entorno socioeconómico:

En el ámbito rural en el que se asientan estas ciudades suele aparecer un problema de falta de formación del capital humano, que lo hace difícilmente adaptable a las nuevas formas de turismo.

La carencia de iniciativas y actitudes emprendedoras, habitual en los espacios más deprimidos, no se refleja de forma muy acentuada en las ciudades medias de interior. Estas ciudades atraen a población joven del mundo rural circundante, así, sus flujos migratorios les son favorables en términos generales desde hace unos años motivados precisamente por el atractivo del beneficio empresarial.

La gran presencia de la tradición en la población local. Este rasgo se manifiesta en sus costumbres, su gastronomía, su artesanía y en general en todo lo relacionado con la cultura que habíamos situado, en el apartado de la demanda, como el principal atractivo turísticos de estas ciudades.

c) Aspectos económicos:

Los procesos de crecimiento, en una economía de mercado, provienen de la acumulación de capital fruto del beneficio producido por la iniciativa privada. El peso del sector primario tradicional, y muchas veces en decadencia, es fundamental en estas ciudades. No obstante, importancia de la construcción y del sector servicios están ganando terreno de forma significativa a la industria y al primario, por lo que las posibilidades de acumulación de capital propician posibles inversiones en la actividad turística.

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El turismo en las ciudades medias, al igual que el turismo genérico rural presenta una escasa demanda interna, lo que lo hace ser dependiente y por lo tanto vulnerable a los posibles cambios en la demanda externa.

La estructura empresarial dominante en estas ciudades es la pequeña y mediana empresa, incluso podemos afirmar que es característica la pequeña empresa familiar. No obstante, el carácter central de estas ciudades respecto a los núcleos rurales y su relación de dependencia en muchos aspectos funcionales, han hecho que muchas grandes cadenas pongan los ojos en este mercado potencial. Así, tanto comercios como grupos empresariales turísticos se van abriendo paso en el entorno rural, dentro del proceso de globalización general, cuando los grandes núcleos demográficos presentan síntomas de saturación.

3. El mercado del turismo en las ciudades medias presenta unas características propias:

a) La comercialización.

La utilización, en la mayoría de los casos, de cauces propios de comercialización, apoyados por la Administración pública. En muchos casos, la debilidad de la oferta, hace que sean la Administración local, principalmente, la que se dedique a las labores comerciales y de promoción del destino.

b) Alto grado de expansión.

En la actualidad las nuevas tendencias de la demanda, impulsadas por una mayor sensibilización hacia la naturaleza y los aspectos culturales y el rechazo de la masificación del litoral, han visto su reflejo en el crecimiento de la oferta alojativa. No obstante no existen estadísticas concretas para esta tipología de ciudades de forma que se pueda valorar su situación actual y la evolución que presenta a lo largo del tiempo. El desinterés histórico por el estudio del turismo en estas ciudades medias viene de la propia juventud de este fenómeno así como por la propia indefinición conceptual de las ciudades medias de interior.

c) Fuerte capacidad para incidir sobre el desarrollo propio y del entorno.

Muchas de los espacios rurales en los que se asientan las ciudades medias de interior presentan una estructura económica débil y en decadencia, por lo que la actividad turística, con todo lo que significa de influencia positiva para los muchos otros sectores con los que se relaciona, puede desempeñar un papel trascendental para la mejora de las condiciones de vida de la zona donde se produzca. En este sentido, y atendiendo a la cultura, en todas sus vertientes, como principal atractivo de las ciudades medias, hacemos referencia a la Comisión Europea (2004), la cual destaca la triple importancia de la cultura para el desarrollo regional como:

1. Fuente de empleo.

2. Factor decisivo para la localización de nuevas inversiones.

3. Papel positivo en la promoción de la integración social, contribuyendo así a la cohesión social.

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Además puntualiza en las siguientes ideas:

• Por un lado, el turismo cultural y la cultura renuevan las profesiones y oficios artesanales (cantería, forja, carpintería, estucados, etc.) y se desarrollan nuevas especialidades (especialistas en conservación, rehabilitación del patrimonio, etnología, etc.)

• Por otro lado, el valor del patrimonio contribuye a desestacionalizar la actividad turística ya que por su calidad e importancia puede extenderse a lo largo de todo el año, o en la temporada baja de turismo complementario.

• Por último, incentivar las iniciativas privadas y la participación de la sociedad en la actividad cultural, no sólo como espectadores sino también como protagonistas de la cultura.

• Además, hay que reconocer que es en lo local en donde reproducen las grandes acciones culturales de creación, conservación e innovación y donde se deben impulsar las acciones de promoción de la cultura en todas sus vertientes.

d) Un entorno globalizado.

Las características del tejido empresarial del turismo en las ciudades medias, dominado por la pequeña y mediana empresa, suponen en un mundo globalizado, la necesidad de posicionarse en red, de modo que se puedan aprovechar las economías de escala en los diferentes campos de su actividad.

La política de desarrollo local de la Unión Europea consideró al turismo en el ámbito rural como una actividad secundaria de la agropecuaria, mediante la que las economías agrarias obtenían unos ingresos complementarios que mejoraban la calidad de vida de sus habitantes. Este enfoque llevó a que las políticas de desarrollo local para espacios poco desarrollados (Regiones Objetivo 1) que la Unión Europea comenzó a desarrollar hace más de una década formalizadas mediante los programas Leader (en todas sus versiones), criterios de actuación dirigidos fundamentalmente a la puesta en valor de los recursos propios y a los procesos de modernización en innovación. El desarrollo de estos programas y de otros similares como los españoles PRODER, financiados estos mediante el Fondo Social Europeo, en las zonas menos desarrolladas como España, Portugal y Grecia1, impulsaron decididamente el turismo en el ámbito rural.

Desde la iniciativa europea se planteó la necesidad de la cooperación interterritorial y transnacional, para luchar en un entorno globalizado. Esta idea, conlleva la necesidad de compartir experiencias y conocimientos mediante estructuras organizadas al efecto, y propone la integración en redes globales como único camino para alcanzar un grado considerable de competitividad.

1 Atendiendo a los países que integraban la Unión Europea en el momento de creación de estos Fondos (15 países). En la actualidad, y desde el 1 de mayo de 2004, debido a la incorporación de 10 nuevos países, entre los cuales se encuentran varios países del Este con menores niveles de renta per cápita, las antiguas zonas Objetivo 1, foco de estos flujos de ayudas, han dejado de serlo, en favor de las nuevas regiones menos desarrolladas.

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Por otro lado, la propia tendencia hacia la globalización está llevando en turismo lo que se denominan “resquicios de mercado”, que no son sino segmentos de demanda de dimensión media y pequeña que, por sus propias características no interesan o no pueden ser atendidos adecuadamente por los grandes intermediarios turísticos, corporaciones o grandes corporaciones de oferta. Muchos de estos “resquicios” aparecen en el campo del turismo en las ciudades medidas de interior y para su correcto aprovechamiento es necesario que los oferentes estén organizados en forma de redes flexibles capaces de llegar hasta el consumidor final y adaptarse a sus características y deseos.

2.3. LAS CIUDADES MEDIAS DEL INTERIOR DE ANDALUCÍA

En el primer apartado hemos intentado aproximarnos a la definición del concepto de ciudad media. El resultado, no es claro en ningún caso, quedando condicionada en parte, tal definición al contexto geográfico en el que se encuentren las ciudades objeto de estudio. Así veíamos como existen diferencias notables según el continente, el país o incluso la región en la que situemos estas ciudades. Es por ello que el concepto de ciudad media no puede ser usado como término universal sino que debemos relativizarlo atendiendo a la realidad concreta que rodea estos núcleos.

No obstante, y pese a que el límite poblacional no es el único criterio que caracteriza las ciudades medias, vamos a acotar este término atendiendo al objetivo de nuestro estudio, el turismo en las ciudades medias del interior de Andalucía. Las ciudades que cumplan este requisito poblacional serán sometidas a otros dos filtros; el de localización geográfica y de funcionalidad, una vez superados todos, tendremos la lista definitiva de ciudades medias del interior de Andalucía en términos de turismo.

2.3.1. Primer filtro: el tamaño poblacional.

Como primer acercamiento al análisis poblacional se ha realizado un cuadro resumen que analiza la estructura de Andalucía según el número de habitantes de sus municipios.

Cuadro 1. Estructura demográfica andaluza por municipios

Nº municipios

Hasta 1.000 hab. 191

De 1.000 a 5.000 hab. 326

De 5.000 a 10.000 hab. 110

De 10.000 a 20.000 hab. 73

De 20.000 a 50.000 hab. 43

De 50.000 a 100.000 hab. 15

De 100.000 a 150.000 hab. 6

De 150.000 a 300.000 hab. 3

De 300.000 a 500.000 hab. 1

Más de 500.000 hab. 2

Total Andalucía 770

Fuente: INE, Padrón municipal 2005 y elaboración propia

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El siguiente cuadro separa los municipios en cinco grandes grupos poblacionales: menos de 5.000 habitantes, de 5.000 a 10.000 habitantes, entre 10.000 y 50.000 habitantes, entre 50.000 y 100.000 habitantes y por último el grupo de más de 100.000 habitantes. Además recoge el total de población de los distintos municipios que pertenecen a cada grupo.

Cuadro 2. Estructura demográfica andaluza por municipios 2

Municipios Población % Población

Menos de 5.000 hab. 517 926.988 11.8

De 5.000 a 10.000 hab. 110 751.974 9.6

De 10.000 a 50.000 hab. 116 2.249.479 28.6

De 50.000 a 100.000 hab. 15 981.402 12.5

Más de 100.000 hab. 12 2.939.956 37.4

Total Andalucía 770 7849799 100

Fuente: INE, Padrón municipal 2005 y elaboración propia

De los resultados obtenidos cabe destacar el predominio absoluto de los municipios pequeños ya que casi un 68% de los municipios andaluces tiene menos de 5.000 habitantes. En el otro extremo vemos que tan sólo hay 12 municipios que superen los 100.000 habitantes, no obstante hablando en términos de población estas ciudades abarcan casi un 38% de la población andaluza, mientras que la suma de los municipios pequeños tan solo suponen un 12% del total.

Para acotar el término de medio a los municipios andaluces se ha seleccionado el segmento que deja en los extremos el 25% de la población para seleccionar el 50% central. Para ello se ha utilizado el método estadístico de los cuartiles, obteniendo una cifra de 15.041 habitantes para el primer cuartil y de 132.010 habitantes para el tercero2. Con todo esto se concluye que, en términos puramente de tamaño, una ciudad media andaluza es la que tiene una población comprendida entre 15.041 y 132.010 habitantes.

Gracias a este método estadístico hemos establecido un marco, ajustado a la realidad demográfica andaluza, que nos sirve para orientarnos en nuestro proceso de selección. En este sentido las ciudades andaluzas que finalmente hemos seleccionado como medias en términos de tamaño, son las que tienen una población comprendida entre los 10.0003 y los 132.010 habitantes. Hemos tomado el límite superior del estudio de los cuartiles pero hemos rebajado el límite inferior para abarcar una lista más amplia ya que de no hacerlo quedarían fuera varias ciudades que pensamos pueden presentar posibilidades de desarrollo turístico.

A continuación se presentan unos mapas en los que se diferencia por colores los municipios que cumplen con los criterios establecidos en cada uno de los filtros.

2 No se ha contado con las capitales de provincia para el cálculo de los cuartiles ya que éstas no se considerarían ciudades medias Andaluzas en ningún caso, según el objeto de este estudio. 3 “ …en los municipios considerados urbanos , mayores de 10.000 almas,…..” Extraído del discurso de D. Joaquín Bosque Laurel con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, Vol. 22 (2002:379).

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Finalmente y a modo de síntesis se muestra el mapa final de la comunidad autónoma con los municipios que, cumpliendo los filtros establecidos, hemos considerado Ciudades Medias del Interior de Andalucía.

Primer filtro : tamaño poblacionalMunicipios con una población de entre 10.000 y 132. 010 habitantes

Mapa 1. Tamaño poblacional

SeleccionadoDescartado

2.3.2. Segundo filtro: Localización geográfica

Tal y como ha quedado expuesto en la introducción, existen posibilidades de turismo en distintos ámbitos territoriales, pese al dominio andaluz del sol y playa. Por este motivo, quedarán fuera las ciudades, que aun estando dentro de los límites poblacionales, componen la franja litoral andaluza.

El siguiente mapa selecciona los municipios de interior.

Segundo filtro : localización geográficaMunicipios de interior

Mapa 2. Localización geográfica

SeleccionadoDescartado

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2.3.3. Tercer filtro: Relaciones funcionales

El último obstáculo que se encuentran los municipios andaluces antes de ser considerados como ciudades medias de interior potencialmente turísticas es el área metropolitana.

Por la proximidad a la ciudad cabecera del área metropolitana y por el papel funcional complementario que juegan los municipios dentro de este ámbito de influencia se ha considerado que no van a ser seleccionados como Ciudades Medias del Interior de Andalucía, potencialmente turísticos, los municipios cuyos términos queden dentro de un área metropolitana.

Tercer filtro: relaciones funcionalesMunicipios fuera de las áreas metropolitanas

Mapa 3. Relaciones funcionales

SeleccionadoDescartado

Finalmente y como conclusión del estudio, obtenemos un mapa regional con aquellas ciudades que según los criterios establecidos, forman el ámbito del turismo en las ciudades medias del interior de Andalucía. Estas ciudades son (por orden alfabético):

Aguilar de la Frontera, Albox, Alcalá la Real, Alcaudete, Andujar, Antequera, Arahal, Arcos de la Frontera, Baena, Baeza, Bailén, Baza, Bollullos Par del Condado, Brenes, Cabezas de San Juan (Las), Cabra, Carmona, Carolina (La), Écija, Estepa, Fuente Palmera, Gabias (Las), Guadix, Huércal-Overa, Íllora, Jódar, Lebrija, Linares, Loja, Lora del Río, Lucena, Mairena del Alcor, Marchena, Medina-Sidonia, Montilla, Morón de la Frontera, Osuna, Palacios y Villafranca (Los), Palma del Río, Peñarroya-Pueblonuevo, Pilas, Pozoblanco, Priego de Córdoba, Puebla de Cazalla (La)Puente Genil, Ronda, Rute, Sanlúcar la Mayor, Úbeda, Ubrique, Utrera, Valverde del Camino, Vícar, Villacarrillo, Villamartín y Viso de Alcor (El).

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Mapa 4. Las Ciudades Medias del Interior de Andalucía

3. CONCLUSIÓN

La revisión teórica realizada ha evidenciado la escasa literatura al respecto del turismo en las ciudades medias de interior, derivada en gran medida de lo reciente del fenómeno en estos espacios. De hecho, ha sido necesario proceder a la conceptualización y definición del turismo en las ciudades medias de interior, tras una previa aproximación al concepto de ciudad media, entendiendo como tal un núcleo importante de población, cuyo tamaño puede variar dependiendo del territorio en el que se suscriba, en el que se desarrollan lazos de dependencia con los núcleos menores que lo rodean y a los cuales nutre de servicios principalmente.

Así, el turismo de las ciudades medias de interior se define como un turismo enmarcado en el ámbito del turismo rural, con el que comparte espacio y motivación genérica además de otras específicas propias como la cultura (tanto referida a los atractivos patrimoniales, como a las tradiciones, la artesanía, la gastronomía o el folclore), la naturaleza o los deportes. La principal diferencia con el ámbito rural, y que además se perfila como parte de su atractivo, es el rol de centralidad que desempeñan estas ciudades medias de interior en el territorio.

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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