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S E P T I E M B R E - O C T U B R E 2 0 0 5 La Imagen Detalle de Horno El Casino de San Miguel de Abona de San Miguel de Abona Ondas deportivas 17 3 er AÑO

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Revista Cultural La Tajea fruto de La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de San Miguel de Abona

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La Imagen

Detalle de Horno

El Casino de San Miguel de Abonade San Miguel de Abona

Ondas deportivas

173er AÑO

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El Rincón

Detalle: Playa Colmenares (Foto: Carlos E. Mora)

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EEdita:

Ilustre Ayto. de San Miguel de Abona

Ctra. a Los Abrigos, 30 - 38620

web: www.sanmigueldeabona.org

e-mail: [email protected]

Dirección y coordinación:

Concejalía de Cultura

Diseño e impresión:

Edición KA

Depósito Legal:

TF 937/2002

«La Tajea no hace necesariamente suyos las opinio-

nes y los criterios expresados por sus colaboradores.

Todos los derechos reservados. Esta publicación

no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,

ni registrada en, o transmitida por, un sistema de

recuperación de información, en ninguna forma

y por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico,

electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia,

o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de la

editorial (Concejalía de Cultura).»

EJEMPLAR GRATUITO

Introducción

Valentín E. González Évora - Tte. Alcalde y Concejal de Cultura

Todos tenemos voz... sólo necesitamos educarla

Asociación Coral San Miguel Arcángel

El Personaje: Lorenzo Oliva Domínguez

Jonatan Millet Ravelo

Un paseo por la Biblioteca Municipal

El Casino de San Miguel de Abona. Notas para su historia

María Luisa De Peuter Fourmy

La aventura filipina de un sanmiguelero (II)

Carmen Rosa Pérez Barrios

Don Nicolás Hernández de la Cruz.

Octavio Rodríguez Delgado

El Trotamundos

Marian Tur Iglesias

Efemérides del Sur

Pedro Sanz Sanz

Mi Abuelo

José Guadalupe

Ondas Deportivas

Álvaro Toledo

Fiestas en El Roque

Montserrat Alonso Díaz

Los caminos del Norte: Los caminos del Sur

Jesús Agomar González Guillama

FotoNoticia

Coleccionable de Cocina

Umberto Marinoni Lapini

Coleccionable de Alfarería

Pedro Benítez Reyes

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IntrodIntroduuccccióniónIlustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.

Eleanor Roosevelt

Se nos presenta entre nuestras manos un nuevo número de la Revista Cul-tural de La Tajea, llena de nuevos contenidos y siempre en busca del

lector asiduo, así como de aquellos otros que se acerquen por primera vez a sus páginas.

Cuando los días se acortan y el calen-dario parece que llega a su fin, La Tajea quiere seguir manteniendo su propuesta renovada en sus contenidos culturales, his-tóricos, tradicionales etc..., y sobre todo por compartir y sentir en cada edición el „latido‰ de sus gentes, a través de aque-llos que labraron la historia de San Miguel de Abona, como aquellos otros que lo van construyendo día a día con su buen hacer, rescatando y trascendiendo de lo cotidiano lo más importante del quehacer de este pueblo.

Con este propósito nos adentramos en la aventura que en este número de La Tajea se nos plantea. Así haremos un recorrido por la historia de relevantes personajes sanmigueleros que a finales del siglo XIX y por distintos motivos cruzaron océanos y continentes como fue el caso de D. Nico-lás Hernández de la Cruz y D. Gerardo Afonso Gorrín, hacia Venezuela y Manila (Filipinas) respectivamente. También ten-dremos la oportunidad de indagar por la historia de una de las instituciones socia-les y culturales más importantes de nuestro Municipio: el „Casino de San Miguel de Abona‰.

También nos acercaremos a uno de los aspectos de mayor calado cultural, como son nuestras fiestas, unas más cercanas a nosotros como son las Fiestas del Barrio de El Roque, y otras algo más lejanas apa-rentemente, como es la „Semana Grande‰ de las Fiestas Lustrales de Ntra.Sra. de las Nieves en la Isla de La Palma. Este itinera-rio literario e histórico nos llevará a través

de los difíciles caminos del norte y del sur, sendas que además de unir poblaciones tan distantes han facilitado el conocimiento de las gentes de una lado y otro de esta Isla, tan cercanas y tan distantes a la vez.

Finalmente nos adentramos al sugerente mundo de la música, concretamente de la música coral, por medio del entusiasmo puesto por los miembros de la Asociación Coral de San Miguel Arcángel; así como a la historia vital de un hombre, D. Lorenzo Oliva, conocedor de los secretos del barro y del fuego hecho realidad en unas tejas sali-das de las entrañas de uno de los últimos hornos de teja; o de la labor entusiasta y sacrificada de un „hombre de fútbol‰: José Donate Brito, o quizás seamos testigos de un relato tierno y emotivo del „abuelo...‰, al que siempre no le estaremos agrade-cidos suficientemente y con el que estare-mos en deuda por habernos regalado su sabio y precioso tiempo con tanto cariño y paciencia..

Para terminar se completa nuestra pro-puesta con las secciones y los colecciona-bles habituales, además de la relación de los hechos más relevantes a través de nues-tras FotoNoticias.

Sólo nos queda agradecer siempre la buena acogida que tiene La Tajea entre todos ustedes, deseando que esta nueva edición, la decimoséptima, cumpla con el propósito de todos los que colaboramos en esta publicación, que no es otra que hacer llegar a ustedes estas páginas y que puedan atraer su atención y el cono-cimiento por medio de la lectura de las mismas; así como invitarles y animarles a participar de una forma más decidida en la historia de nuestra revista como nuevo colaborador.

A todos/as gracias por estar ahí siem-pre.

Valentín E. González Évora1er Teniente de Alcalde y Concejal de Cultura

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¿Sabía que...?Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

TTTODOS TENEMOS VOZ...

Con estas pala-bras, comenzó lo que fue nuestra primera clase, a

finales del pasado mes de Octubre, con quien durante este tiempo, ha sido nuestra Monitora de canto y Direc-tora del Coro, Jesús M… Her-nández García.

Cierto es, que la acti-vidad de tipo coral no ha sido en nuestro pueblo, muy conocida, pero no es menos cierto, que la misma ha existido con cierta pro-fusión, como nos recuerda nuestra compañera, D… Dolores Medina, mas cono-cida como „Doña Lolita‰:

„Avanzados los años 30, durante el funciona-miento del Colegio de las Hnas. de Nazareth en nues-tro pueblo, ya hubo un Coro en el cual, la Hermana Pro-videncia, era quien tocaba no sólo el piano, sino cual-quier instrumento que le pusieran delante(⁄). Casi aparejado, existió tambien otro coro parroquial, en el cual destacaron sobrema-nera, D… Margot Ramos, por su domino del armonio y, D… Maruca González por su prodigio de voz.

Fue entre Febrero de 1949 y Enero de 1952, cuando estuvo en nuestra parroquia de San Miguel Arcángel, el infatigable y querido párroco, D. San-tiago Hernández Rodrí-guez, muy aficionado a la música, por lo que invitó a las jóvenes del pueblo a formar un Coro Parroquial. Fue muy fecunda su ense-ñanza, logrando que el coro interpretara la Misa y otros cantos a dos y tres voces. En las procesiones hacía paradas, aprove-chando las casas que tenían piano, para tocar el mismo, haciéndose acompañar por el Coro.

En las Misas de Luz, al terminar la Eucaristía, se

recorrían las calles can-tando villancicos y entrando en algunas casas, que obse-quiaban con diversas vian-das‰. También –en aquellos tiempos- se salió a parro-quias vecinas a cantar.

Más recientemente, tenemos el ejemplo de entusiastas jóvenes que en varias etapas han sentido que podían hacer algo más duradero: de hecho se han organizado en nuestro pueblo, varios Certámenes y Encuentros Corales y de Villancicos. No obstante, por unos motivos u otros, se han ido diluyendo en el tiempo.

El pasado año, quien fuera nuestro párroco, D.

Francisco I. Hernandez Rivero, impulsó desde su entusiasmo musical, lo que es la Asociación Coral San Miguel Arcángel, teniendo nuestro estreno en la pasada Misa del Gallo. Evidente-mente, al igual que quienes nos precedieron, nacemos con una clara y firme voca-ción religiosa, sin que ello implique que solamente hagamos „música de igle-sia‰, ni seamos propiedad de nadie: Somos indepen-dientes; eso si, en estrecha colaboración con las ins-tituciones, tanto políticas como religiosas. Somos del pueblo y con él, queremos colaborar y crecer.

Después de casi un año de ensayos y varias actua-ciones, seguimos con la misma ilusión del primer día, además de la seguridad que te aporta la experiencia que vamos adquiriendo y la que nos transmite nues-tra Directora. Todo ello, nos lleva a plantearnos que es hora de darnos más a conocer, de movernos, y de organizar eventos (de pronta celebración), no solo de música coral, sino popular, de manera que quien se sienta atraido, no sólo nos conozca, sino que se una a nosotros, y que sepa que cuenta con nues-tro total apoyo, y que no se va a sentir como „el novato‰

o „la novata‰ que llegan a un sitio por primera vez y, de que darán sus primeros pasos arropados: Quie-nes se decidan a sumarse a esta aventura, tendrán nuestro total apoyo. Noso-tros tampoco teníamos idea, pero seguimos en ello día a día⁄

Nuestra intención, para conseguir lo que nos pro-ponemos, es contar con más gente que se interese por nuestra labor, niño/a, jóve-nes, menos jóvenes y, sobre-todo, hombres. El eterno mal de todas las agrupa-ciones: Llámense corales, de baile, y otros tipos de aso-ciacionismo. Actualmente

sólo somos dos y queremos ser más.

Este es un proyecto que no es de nadie: NO ES de los que estamos desde el princi-pio, NO ES „del cura ni del Ayuntamiento‰ y, sobretodo, NO ES de los que saben cantar: Es de TODOS/AS lo que en este momento tienen en sus manos esta revista (o tengan conocimiento de ella), y sientan curiosidad por lo que hacemos.

Valgan estas líneas como invitación a nuestros ensa-yos en el Complejo Parro-quial, los lunes y viernes de 7 a 9 de la tarde.

Posiblemente no hiciera falta escribir tanto para invi-tarles a unirse a nosotros, pero no podíamos obviar que antes que nosotros ha pasado mucha gente –un pueblo sin historia es un pueblo sin futuro-, pero que seguro no tenían los medios y posibilidades que ahora tenemos, ni tenían esta página que la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de San Miguel, pone a nuestra disposición.

Querríamos decirles más cosas, pero hay más gente que colabora en esta publi-cación, y cada uno tiene algo que decirles. Y como es de bien nacidos, el ser agra-decidos, que estas líneas sean un sentido homenaje a quienes nos precedieron en esta tarea.

Les esperamos. –––– ˘NIMO!!!!

sólo necesitamos educarla

Asociación Coral San Miguel Arcángel

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

El PersonajeLorenzo Oliva Domínguez:

Historia de un tejeroTodo empezó siendo un juego de niños que se divertían viendo como los mayores ejercían su labor diaria. Desde que amanecía, hasta que la luna hacía su presencia, se trabajaba en el campo. Con tan solo varios años a su espalda, Don Lorenzo Oliva Domínguez, nacido el 27 de

julio de 1932, jugueteaba mientras su padre luchaba con el barro y el fuego. El segundo de nueve hermanos admiró desde pequeño la profesión de tejero y poco a poco fue familiarizándose con ella.

Los principios no fueron fáciles: tejas que se rom-pían, días de lluvia, etc. Pero existía en Lorenzo

un coraje que hacía sobre-pasar estos baches. Su padre tenía varios jornaleros a su cargo, pero al ir creciendo sus hijos, estos tomaron el rumbo de dicha actividad. Don Lorenzo nació en Adeje, pero con temprana edad se mudó a Arona, donde vivió gran parte de su vida. En aquel horno, propiedad de Don Eladio Gómez y situado en Martela, se empezó a ganar la vida con sacrificio. En la época de trabajo se quedaban en una casa que estaba cercana al horno, y por la cual, se pagaba unas 200 pesetas por cada jornada. Como dice Don Lorenzo, no era un trabajo „liviano‰.

Tenía que haber tres tra-bajadores para que el ritmo no parase y la jornada diera sus ingresos no granel objetivo fundamental, solo les importaba que les diera para comer cada día. Una persona se encargaba de sacar las tejas frescas del molde, la segunda iba cor-tando con una gradilla los restos de barro y colocando las tejas en el llano y una ter-cera iba amasando el barro. No había descanso. Sólo había un rato para comer aquel rico goñi con queso, todo bien amasado, unas veces con higos pasados y los mejores días con algo de

carne de cocción. Las frutas pasadas hacían de postre cada día. Después de este pequeño tentempié, se con-tinuaba la labor. Las tejas, para que se secaran, se iban colocando en un gran llano

y posteriormente eran intro-ducidas en el horno. Cuando amasaban el barro tenían que tener cuidado de que la tierra no fuera muy arenosa y que no tuviera granas. En el horno de Martela podían

caber aproximadamente entre unas 3.500 y 4.000 tejas. Todas ellas introduci-das con una gran maña y una experiencia adquirida día a día. El hueco del horno se tapaba con piedras y se

Jonatan Millet Ravelo

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revestía con barro. Pero una de las labores más difíciles de este trabajo era conseguir esa leña, escobones, escodezos, que eran tan preciados. Sólo se podían coger en „el monte público‰, y las retamas y los escobones estaban prohibidos.

Ya hecho el fuego, era el momento de descanso de los trabajadores. Iba gente a ver el proceso de fabricación y por la noche cuando se quemaba la teja, en el mantillo donde se secaron, los niños jugaban y se divertían con la pelota. Era un trabajo que no lo ejercía cualquiera y la gente lo admiraba. Se tenía que estar pendiente de que no se quemaran las tejas, y sobre todo, de que el fuego no se apagara. Eran varios días de incesante espera.

Por fin se han cocido, y llega el momento de abrir el horno. Se van sacando y montándolas en los camellos y bestias y llevándolas a su comprador. Don Lorenzo también trabajó en el horno de Vilaflor, el cual era propiedad de Don Modesto. Recuerda, cómo cada vez que quemaban las 3.500 tejas que cabían en ese horno, una docena de ellas iba para la ermita de San Roque

que estaba muy cercana. El horno tam-bién se usaba para quemar un poco los pinos para que no se picaran, y así utilizarlos para los arados. Muy pocas veces se utilizó para secar fruta, verdu-ras o hacer carne.

Las tejas tenían dos tamaños, unas grandes y otras pequeñas. La gente solía comprar más las grandes para tener que comprar menos tejas y ahorrarse un par de pesetas. Pero no todo fue un camino de rosas. Don Lorenzo tuvo

que dejar el negocio porque sus manos no podían soportar más el contacto con el barro y se llenaban de ronchas fácilmente. Y se fue a trabajar a la cons-trucción. Estuvo en ˘frica y en Francia, en los cuales aprendió muchas cosas. Es de mencionar una anécdota que le sucedió cuando joven: se fue a trabajar con un contratista. Como Lorenzo no tenía los 18 años tuvo que mentirle y decirle que sí los tenía, porque en caso contrario no le hubieran hecho seguro. Don Lorenzo tan contento, creyendo que había engañado al jefe, trabajó durante nueve años y al retirarse se enteró de que el engañado era él, porque había trabajado durante ese tiempo sin ningún seguro. Don Lorenzo recuerda que su trabajo de tejero era bonito y sobre todo interesante. Lo que más pena le da es que se hayan perdido los hornos, esos hornos que fueron el sustento de nuestros antepasados. Ahora, él disfruta junto a su mujer cada día, haciendo cestos y destiladeras. Y sobre todo, orgulloso por la labor que ejerció y que tan honradamente supo apreciar. Muchas Gracias, Don Lorenzo.

Un paseo por la Biblioteca MunicipalJulio Verne (1828-1905): œinventor o visionario?

La conmemoración del centenario de la muerte de Julio Verne (1905-2005), ha pasado mucho más desapercibida que las celebraciones de El Quijote o de Christian Andersen.

Escritor francés, pionero de la no-

vela de ciencia-ficción, es uno de los autores más reeditados y traducidos en todo el mundo, convirtiéndose en uno de los novelistas de mayor importancia del siglo XIX.

En sus obras encontramos, una mez-cla de aventura en estado puro con rigurosa y hasta casi „profética‰ visión científica. Quizás el mayor visionario de la literatura universal, adivinó en sus obras el funcionamiento del submarino, el helicóptero, el viaje a la Luna, el fax, varias máquinas de guerra, e incluso, una especie de red de transmisión de datos hoy comparable con Internet. Esto ha llevado a considerar a Julio Verne como un visionario, un hombre capaz

de prever con visión de largo alcance muchos de los adelantos científicos que nos traería el siglo XX. Aunque para otros se trata un novelista que plasmó en sus libros, unas máquinas a partir de la información científica de la época. Ya

que Verne era aficionado a la lectura de revistas científicas y geográficas, y reunía numerosos documentos de inves-tigación antes de escribir sus novelas.

Aventuras espectaculares, explo-radores con madera de héroes, viajes increíbles a los más recónditos confines del planeta, bajo el mar, el centro de La Tierra y hasta a La Luna..., imaginativas novelas de las que tanto se ha nutrido la industria del cine y la televisión.

De entre sus obras mas brillantes destaca-mos: Viaje al centro de La Tierra, De la Tierra a la Luna, Los hijos del Capitán Grant, 20.000 leguas de viaje submarino, La vuelta al mun-do en 80 días, La isla misteriosa, Mi-guel Strogoff, Un capitán de quince años, Cinco semanas en globo, El faro del fin del mundo y El castillo de los Cárpatos.

Tanto si se trata de predicciones, o de invenciones de la tecnología del siglo XIX llevada hacia delante en el tiempo, lo que no es discutible es que el gran talento del escritor Julio Verne, cien años después de su muerte, sigue cauti-vando y encantando a las generaciones actuales, y sirviendo como fuente de inspiración para muchos artistas.

„Todo lo que una persona puede imaginar, otros podrán hacerlo realidad‰

Julio Verne

Escritor francés, pionero de la novela de ciencia-ficción,

es uno de los autores más reeditados y traducidos

en todo el mundo

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El Casino de San Miguel de AbonaNotas para su historia María Luisa De Peuter Fourmy

Responsable del Archivo Municipal

La Sociedad de Instrucción y Recreo „Club San Miguel‰, conocida popu-larmente como el „Casino‰, remonta su origen al 11 de febrero de 1926,

según el acta más antigua consultada por Miguel ˘ngel Hernández González y Pedro Pablo Pérez Torres1. Según este primer Libro de Actas, figura la crea-ción de una Junta Constituyente en dicha fecha, presidida por Andrés Triviños Collado y compuesta por una comisión organizadora. El 4 de marzo de 19262, dicha comisión queda enterada de la aprobación de su primer Reglamento por el Gobernador Civil de la Provincia. En esa sesión, tras la lectura del mismo, se procedió a la constitución efectiva de la primera Junta Directiva, que quedó compuesta por catorce miembros, y de la que fue su primer presidente D. Nica-nor Hernández Gómez. Treinta y cinco fueron los miembros fundadores de la Sociedad, lo que hace pensar que la idea que condujo a su formación ya llevase un tiempo preparándose. Hay que decir que, previamente a la formación del „Casino‰, existían en el municipio antecedentes de la constitución de otras sociedades, como „La Unión‰, que Carmelo Zumbado cita en su Anuario para la Provincia de Canarias para 1905. Aparte de esta sociedad, de la que no nos han llegado testimonios documentales, los vecinos de San Miguel de Abona siempre han gustado de reunirse para disfrutar de sus ratos de esparcimiento. Por testimonios orales, se sabe que tenían lugar estas reuniones en la casa de los padres de D… Clara García (en el lugar conocido como „el puente‰, donde la calle Gene-ral Franco se encuentra con la travesía Obispo Pérez Cáceres); y en la casa de D. Jerumín Reyes, en la misma calle, más cerca de la iglesia, donde también estuvo la central telefónica.

En ese mes de marzo de 1926 se tomaron los primeros acuerdos que regu-larían el funcionamiento de la recién creada Sociedad. La edad mínima para ser socio era la de 14 años, y cada socio podía traer consigo a las reunio-nes a los familiares que habitasen con él (exceptuando a otros varones de más de 14 años); mientras que los forasteros debían pagar una cuota de 5 pesetas

para poder asistir a las reuniones. Se acordaba también celebrar de forma ordinaria un baile mensual, pudiéndose celebrar más de manera extraordinaria. El número inicial de socios en sus primeros años estuvo entre 85 y 90. El sistema de admisión en estos tiempos era curioso: cada miembro del tribunal constituido al efecto, formado por cuatros directivos, tomaba una bola negra (que represen-taba el voto negativo) y una blanca (voto positivo). En el momento de leer cada solicitud de admisión, la votación consistía en que cada uno tomaba una bola, y la introducía en una bolsa, haciéndose luego el recuento. Según la proporción de bolas blancas o negras, se admitía o rechazaba al postulante por motivos tan dispares como su profesión (durante

largo tiempo la agricultura, por ejemplo, era excluyente), su reputación o la de su familia. Hubo candidatos rechazados por su alcoholismo o por ser hijos de madre soltera, sin ir más lejos.

Desde 1927, ya constan las primeras adquisiciones de objetos para el disfrute y esparcimiento de los socios: una pianola y un billar. En 1929 se adquirió un reloj grande para la pared del salón prin-cipal; y en 1935, un radio-gramófono y un pequeño grupo electrógeno3, que permitía prolongar los bailes después de la medianoche, hora en que finalizaba el suministro público de electricidad. Estas primeras compras se realizaron mediante sorteos entre los socios, aunque posterior-mente se usarían las llamadas „derramas‰ (cuotas extraordinarias para adquisiciones

1 Libros de Actas. Junta General del 11 de febrero de 1.926. Archivo de la Sociedad de Instrucción y Recreo „Club San Miguel‰ de San Miguel de Abona (en adelante, A.S.I.R.C.S.M.S.M.A.). Consultado por HERN˘NDEZ GONZ˘LEZ, Miguel ˘ngel y PÉREZ TORRES, Pedro Pablo, en San Miguel de Abona y su Historia, Ayuntamiento de San Miguel de Abona, 1.998. El apartado dedicado al Casino de San Miguel ha sido la fuente principal para la realización de este artículo, ya que los documentos originales han desaparecido del Archivo de la Sociedad, y su consulta directa es imposible en la actualidad. Por tanto, todas las citas hechas en este artículo a los libros de actas de la Sociedad, proceden de este trabajo.

2 Libros de Actas. Sesión de 04 de marzo de 1.926. A.S.I.R.C.S.M.S.M.A. ¸dem.3 El motor se encontraba en una caseta exterior al propio edificio.

Salita de entrada. Foto: Carlos Mora.

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puntuales), independientes de las cuotas habituales de sus miembros. Hay que decir que, como en toda institución que ha de sufragarse con las aportaciones de los socios, el problema de la morosidad fue una constante que llevó a la Sociedad al borde de la desaparición en varias ocasio-nes; y que incluso en la actualidad, supone un peligro cierto para su perviviencia.

La primera sede social del Club San Miguel fue la casa de D. Inocencio Del-gado Rodríguez, cuyo alquiler costaba a la Sociedad 50 pesetas mensuales. El propietario mejoró las dependencias ampliándolas con un salón, dos habi-taciones y un retrete. Cuando D. Adolfo Rodríguez León solicitó la casa para habi-tarla, D. Pedro Delgado González ofreció su local en la C/Guzmán y Cáceres por la misma cantidad que se estaba pagando. Su actual sede se comenzó a construir en abril de 1934, tras haber comprado el solar a D. Antonio Miguel Alfonso por 1.000 pesetas, en el mes de enero de ese año. Siete meses más tarde se procedía a la inauguración, coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1934. Según consta en Junta General del 25 de diciembre de 1935, el importe total de la obra, inclu-yendo la adquisición del solar, ascendió hasta las 25.560 pesetas.

Dos hechos históricos marcaron la his-toria del „Casino‰: la Segunda República, que marcó la división de la Sociedad en dos grupos, de lo que no tenemos testimonios escritos; y la Guerra Civil, que supuso la ocupación militar de su sede social. El 6 de septiembre de 1936, el Comandante General del Sur ordenó la incautación del local, que permaneció cerrado hasta 1940. El 3 de marzo de ese año se reanudaron las actividades de la Sociedad, bajo la presidencia de Francisco Medina García, en una sesión en la que se comprobó el estado de los bienes recién devueltos.

Más adelante en el siglo XX, las instala-ciones del Casino se han nutrido de varia-das e importantes aportaciones artísticas. La primera de ellas es la máscara ubicada sobre el escenario del salón principal, realizada en los años 70 por nuestro paisano escultor, Evelio Delgado Gómez (San Miguel de Abona, 1953-New Jersey, 1991). La segunda son las pinturas murales que adornan el mismo salón, realizadas en 1972 por la pintora alemana, afincada en San Miguel, Eve-Maria Zimmermann. Estas últimas pinturas fueron restauradas por la propia autora en 1999. Además de estas obras, que son las más emblemáti-cas de la Sociedad, ésta cuenta con una pequeña colección de pinturas y grabados originales, de artistas como Leandra Esté-vez Martín, entre otros.

De la relación de la Sociedad con el Ayuntamiento han quedado testimonios en los libros de actas municipales. Como la solicitud de cierre de la parte baja de la calle a la que se abre el „Casino‰, en el esquinado Sur del edificio, que debido a lo accidentado del terreno4, hacía peligrar la seguridad del tránsito en la zona. O en el cambio de la denominación de la calle antes conocida por „del Casino‰ como calle Antonio Miguel Alfonso Izquierdo, en homenaje a la labor de éste presi-dente de la Sociedad5, a solicitud de la Directiva de ese momento. Otros ejemplos de la relación entablada entre la Socie-dad y el Ayuntamiento fue la existencia de una ordenanza fiscal para el cobro del impuesto sobre casinos y círculos de recreo, que estuvo vigente en el quinquenio 1935-1939. Otros arbitrios que afectaron al „Casino‰ fueron los aplicados a la cele-bración de bailes y al consumo de bebidas espirituosas y alcoholes6.

Actualmente, la Sociedad cuenta con unos 350 socios, de los cuales asisten dia-riamente a sus instalaciones unos treinta, principalmente para jugar partidas de naipes o ver encuentros deportivos en el bar de la misma. Por 30€ trimestrales, los socios pueden hacer uso de los salones de juego, biblioteca, bar y terraza del edifi-cio en su horario habitual de apertura (de lunes a viernes, por las tardes, de 14,30 a 23,30; los sábados y festivos hasta las 00,30), así como asistir a los bailes que organiza el Casino7.

Esta institución tiene como fin principal la promoción de la cultura y la creación de una sólida oferta de ocio a sus miem-bros, tal y como reza su nombre y ha quedado reflejado en sus vigentes esta-tutos, revisados y aprobados en 1980. La escenificación de obras de teatro y la formación de su propia biblioteca, así como la creación de actividades para el tiempo de esparcimiento de sus socios, como bailes, son muestra de ello. Sus instalaciones han servido de escenario a conferencias, exposiciones, actuaciones musicales, teatrales, y representaciones escolares de variado carácter, ofreciendo un cualitativo aliciente cultural al munici-pio que le vio nacer, allá por 1926. Hoy en día se enfrenta al reto de la supervi-viencia en una sociedad que favorece cada vez más el ocio individual en el hogar, dejando de lado un aspecto que nos define como seres humanos, nuestras relaciones con los demás. Pese a su actual número de socios, el „Casino‰ adolece de la tradicional morosidad y del poco afán de participación de sus miembros en la vida de esta institución. Sin embargo, ésta permanece en la mente de muchos hijos de este pueblo que ostentan con orgullo su pertenencia a la misma, como un referente ineludible en la sociedad y la cultura sanmiguelera. La estructura social ha cambiado, y con ella nuestra manera de relacionarnos y disfrutar de nuestro tiempo de esparcimiento, y eso se hace sentir en que la edad media de los socios del „Casino‰ es bastante elevada (los socios más jóvenes rondan los treinta y cinco años). Además, muchos de ellos mantienen su cuota, ya que en el Regla-mento se contempla que, a los 25 años de ser socio, se deja de cotizar, manteniendo los mismos privilegios. Si ya en el año 2001 se celebró con ciertas dificultades el 75 aniversario de la Sociedad, más incierta se presenta aún la celebración de su centenario, dentro de 21 años. Un cambio de mentalidad de toda la socie-dad sanmiguelera permitiría prolongar la vida, hasta ahora fructífera, del „Casino‰ de San Miguel de Abona.

BIBLIOGRAF¸A

HERN˘NDEZ GONZ˘LEZ, Miguel ˘ngel y PÉREZ TORRES, Pedro Pa-blo, San Miguel de Abona y su his-toria, Ayuntamiento de San Miguel de Abona, 1.998.

Estatutos de la Sociedad de Instruc-ción y Recreo „Club San Miguel‰, 1.966.

Agradecemos la colaboración pres-tada por D. ̆ lvaro Rodríguez López y la Junta Directiva para la realiza-ción de este artículo.

Máscara realizada por Evelio Delgado Gómez. Foto: Carlos Mora

4 Libro de Actas del Pleno del Ayuntamiento. Sesión del 14 de junio de 1.936. A.M.S.M.A.5 Libro de Actas del Pleno del Ayuntamiento. Sesión del 03 de febrero de 1.976. A.M.S.M.A.6 Ordenanzas municipales y fiscales. Años 1.925 a 1.940. A.M.S.M.A.7 Actualmente, la Sociedad celebra tres bailes al año: el del Campesino, que coincide con el Día de Canarias (30 de mayo); el del Día de la Hispanidad

(antiguamente llamado Día de la Raza), el 12 de octubre; y el de Nochevieja, el 31 de diciembre. Estos bailes incluyen cena, siendo gratuito solamente el del Campesino.

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

Colombo era el último puerto en el que tenían previsto atracar antes de llegar a Manila. Sin-gapur era también un punto

de escala habitual en el avituallamiento de los navíos, sin embargo, en esta ocasión se rehuía al estar afectado por el cólera.

Sobre el pasaje no señala nada en particular por no haber novedades notables, y sobre su salud indica que era perfecta.

La llegada a Manila estaba prevista para el día 4 ó 5 diciembre, desde allí remitiría las siguientes cartas, corres-pondencia que desafortunadamente no ha llegado hasta nosotros1.

Aunque no hace referencia a los demás viajeros, es de suponer que via-jaba en compañía de Antonio Domín-guez Alfonso, pues éste tomó posesión de sus cargos en Manila en diciembre de 18972. Como quiera que los Gober-nadores Civiles se veían asistidos de un secretario, es posible que este cargo fuera asumido por nuestro protagonista, pero con seguridad trabajó, según sus propias manifestaciones y hasta que estalló la guerra, en la Intendencia de Hacienda, cargo que pudo compatibi-lizar, según otras fuentes, con la de pro-fesor de Derecho Civil en la Universidad de Santo Tomás de Manila3.

Si con los movimientos nacionalistas, en plena efervescencia desde 1896, no se preveía fácil la aventura filipina de los dos sureños, tras la explosión, en febrero de 1898, del Maine en la bahía de La Habana y la subsiguiente decla-ración de guerra por parte de Estados Unidos a España en el mes de abril, las perspectivas empeoraron.

Poco tiempo tuvieron Antonio Domínguez y Gerardo Alfonso para consolidarse en sus destinos de ultra-mar. Antonio Domínguez nos ofrece, con motivo de las críticas que recibe en 1899, información sobre algunas de sus gestiones en la colonia. Tras pose-sionarse de su cargo inició la reformar y moralización de los servicios, motivo por el cual la Cámara de Comercio de Manila felicitó a Moret, ministro de

Ultramar, por su nombramiento. Poste-riormente emprendió la redacción del nuevo proyecto de presupuesto que debía remitirse en el mes de abril. Los ingresos debían elevarse desde 17 a 27 millones de pesos, debido al déficit exis-tente, aumentado sobre todo con motivo de la insurrección independentista. Poco antes de la guerra, logró remitir el nuevo presupuesto nivelado.

Ante la guerra y el desastre de Cavite, „la noche tristísima de 1À de mayo‰, le tocó tomar decisiones tras-cendentales. Logró sin emitir papel moneda, para lo que estaba auto-rizado, y con el apoyo del General Basilio Augustín y Dávila disponer de recursos en metálico para cubrir las atenciones de la guerra. Además de los fondos conservados en Manila puso a

Segunda parte

La aventura fi lipina de un sanmigueleroGerardo Alfonso Gorrín

Las condiciones climatológicas siguen estando presentes en sus noticias. La travesía la califica como feliz, pues no habían tenido el calor acostumbrado en esas latitu-

des. Un aire „bueno‰ del norte les había acompañado, proporcionado una „deliciosa‰ temperatura.

1 C.II, Carpeta 1, D.P.F.H.C. 2 La Prensa, 21-10-1899.3 LIRIA RODRÍGUEZ, J.A.: Op. cit., pág. 25; RODRÍGUEZ DELGADO, O.: “Personajes destacado..., pág. 313.

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

salvo en Hong Kong y Singapur unos 500.000 pesos. Sólo dejó en tesorería lo que la autoridad militar consideró necesario para el resto de la campaña. De la posibilidad de que alguna can-tidad hubiera caído en manos ameri-canas responsabiliza a los que en las capitulaciones de la plaza incluyeron el tesoro y los fondos públicos, o a los que no dispusieron de esos recursos para la guerra4.

El estado de guerra obligará tanto a Antonio Domínguez Alfonso como a Gerardo Alfonso Gorrín a asumir obli-gaciones militares. El primero tomará parte activa como coronel de voluntarios en la defensa del Archipiélago5. Por su parte, Gerardo Alfonso se presentó al Capitán General Basilio Augustín para, como militar, ponerse a su disposición, cesando en su anterior situación, aunque los haberes continuó cobrándolos como empleado civil. La falta de comunicacio-nes le impidió incorporarse al cuerpo correspondiente, quedando en espera del destino que pudiera encomendár-sele. Mientras tanto prestó servicio en el cuerpo de voluntarios o fuerza de la Intendencia General de Hacienda, destino en el que se mantuvo hasta la pérdida de la plaza, es decir, desde el 23 de abril hasta el 13 de agosto de 1898 en que se produce la capitulación. Posteriormente, como Oficial del ejército continuó a las órdenes del Capitán General hasta el 11 de enero de 1899, fecha en la que se le expidió pasaporte para retornar a España. Sus servicios fueron recompensados con la Cruz Roja del Mérito Militar.

Ante la contienda colonial, pronto los sentimientos existentes en España serán de frustración. Tanto Gerardo Alfonso como Antonio Domínguez tuvieron noti-cias del desánimo imperante a través de la correspondencia recibida desde Madrid. En carta fechada el 20 de julio se le manifestaba que a pesar de la bri-llante carrera que estaban haciendo en las armas, poco le quedaba por hacer a la agonizante España, „continuar la contienda en Oriente y Occidente no conducirá más que a prolongar el ridículo de una situación que no debió haber empezado nunca‰. Santiago de Cuba había capitulado y se esperaba que Manila capitulara también, pues los refuerzos que se enviasen no serían,

por desgracia, los que se esperaban en la colonia6.

La estancia de Gerardo Alfonso en Filipinas fue de un año aproximado, aunque sus servicios militares los reduce a unos nueve meses „he prestado servi-cio en ultramar por espacio de 9 meses, pues ademas del tiempo que duró el bloqueo de Manila allí seguí siempre a las órdenes del Capitán General‰. Como supernumerario había cesado desde abril y aunque el bloqueo terminó, al no recibir orden para abandonar su puesto, se vio obligado a permanecer en Manila.

En agosto de 1898 Filipinas se había perdido definitivamente, y el destino de Antonio Domínguez y Gerardo Alfonso se separan definitivamente. Antonio Domínguez viajará en el mes de octubre hacia Marsella, desde donde se trasladaría a París para ponerse a

disposición, dados sus conocimientos sobre Filipinas, de la comisión que allí negociaba la paz7. Gerardo Alfonso, como hemos señalado, hubo de prolon-gar su estancia unos meses más. Antes de regresar se dirigió a la Capitanía General de Filipinas pidiendo - previo examen de los informes emitidos por el Capitán General del distrito en donde había presentado pasaporte, expedido por el de Filipinas, y el Teniente Gene-ral del Ejército y Capitán General de Filipinas Basilio Augustín y Dávila8-, se le concediera el pase a la reserva retri-buida. La respuesta se hizo esperar, por lo que ya en España hubo de reiterar su petición de pasar a la reserva retribuida del Ejército Territorial de Canarias

En marzo de 1899 se encontraba en Madrid. La aventura filipina se había frustrado, los sueños y esperanzas que movieron a tan largo viaje, bajo la protección de su pariente Antonio Domínguez Alfonso, se esfumaron ante la fulminante derrota sufrida por las armas españolas. Es más, su salud se

verá resentida por el paludismo, mal que arrastrará a lo largo de su vida. De su recuperación se congratulaba su hermana Guadalupe Alfonso en marzo de 1899 „darte la enhora buena por q. te encuentras bueno en Madrid...‰9, así como Carlos Calzadilla, casado con Rosario Alfonso Gorrín, quien le hace llegar su satisfacción por su mejoría, recomendándole no se apresurara a regresar, pues la navegación en un mal vapor, con las consiguientes molestias, podría originarle un recrudecimientos de sus pasados males10. El retorno a su pueblo natal estaba próximo, y en ello insistía su madre „...Siento no ubiese venido en este correo, pero espero no me engañes mas, bente Gerardo, y dejate de estar ahí‰11

Lejos parecían a estas alturas los sueños de unos años antes, cuando le decía a su hermano que no pen-saba establecerse en el pueblo, pues su carrera no se lo permitía, cuando creía que su suerte se encaminaría por otros derroteros, que las propiedades canarias recaerían en el resto de su familia, etc.12

Los sufrimientos de la aventura fili-pina, sin duda, marcaron su futuro. Los grandes sueños fueron sustituidos por un espíritu más pragmático. La tierra, base económica de su familia, se convertirá en eje fundamental de su actividad laboral, compatibilizándolo con la intervención en una variada gama de negocios: pesca, agua, moli-nos, gasolina, etc.

De su larga travesía marítima le quedó una especial resistencia a los viajes por mar. Viajar a Santa Cruz para cumplir sus obligaciones políticas se convertían con frecuencia en auténti-cos calvarios „Se tarda igual tiempo en llegar de Madrid a Tenerife , que el que se emplea en recorrerla por su litoral en viaje normal... este segundo exige tal cúmulo de privaciones y energía que casi se hace imposible para personas media-namente delicadas‰13. No es de extrañar que en su agenda política, como Con-sejero del Cabildo Insular, ocupara un papel destacado la reivindicación de mejoras en las comunicaciones terrestres para el Sur de Tenerife.

Carmen Rosa Pérez BarriosDoctora en Historia

4 ANCA ALAMILLO, A.: Batalla de Cavite (1 de mayo de 1898). El Sol del Imperio comienza a ponerse, www.revistanaval.com/batalla; La Prensa, 21-10-1899.5 El Imparcial, 29-12-1916.6 Papeles de Don Gerardo Alfonso Gorrín, Caja XI, A.M.G.I.7 La Opinión, 5-11-1898.8 Basilio Augustín llegó a Filipinas el 9 de abril de 1898, desconocedor de la realidad se vio sorprendido por el desastre de Cavite, pidió reiteradamente el envío

de tropas y municiones sin éxito.9 3 P.D.G., Caja XI, carta de 22-3-1899, A.M.G.I.10 P.D.G., Caja X, carta de 24-3-1899, A.M.G.I.11 P.D.G., Caja XI, A.M.G.I.12 Caja VI, Carpeta 4, D.P.F.H.C.13 P.D.G. Caja VII, Carpeta Correspondencia, A.M.G.I.

El estado de guerra obligará tanto a Antonio Domínguez Alfonso como a Gerardo Alfonso Gorrín a asumir

obligaciones militares

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Don Nicolás Hernández de la Cruz (1791-1844)

Capitán de Caballería en Venezuela y Regidor Decano de Barquisimeto

Nuestro biografiado nació en el Pago de Las Zocas el 3 de mayo de 1791, siendo hijo de don José

Hernández Manuel y González y de doña Agustina Antonia (Hernández) de la Cruz y Rodríguez. Cuatro días des-pués fue bautizado en la iglesia parro-quial matriz de San Pedro Apóstol de Vilaflor por don Agustín Lorenzo Viera y Torres, beneficiado curado de la misma y examinador sinodal del Obispado; se le puso por nombre „Nicolás Alexandro de la Cruz‰ y actuó como padrino, con licencia de su superior, „el R.P. Fr. Nicolás de León, presbítero del Orden del Gran Padre San Agustín y morador del convento de este Lugar‰.

Don Nicolás creció en el seno de una familia fuertemente vinculada a la vida municipal de San Miguel de Abona, pues varios miembros ocuparon cargos de responsabilidad en el Ayuntamiento de dicha localidad. Su abuelo materno, don Agustín Hernández de la Cruz, fue representante de la amplia jurisdicción de Vilaflor en el Cabildo general de la isla celebrado en 1773 y uno de los promotores de la segregación de San Miguel en 1798. Su padre, don José Hernández Manuel, fue síndico perso-nero en la primera Corporación muni-cipal de 1798, alcalde en tres etapas (1802, 1808 y 1814) y diputado para el Cabildo abierto de La Laguna en 1817. Su hermano, don Bartolomé Agustín Hernández, fue fiel de fechos en tres ocasiones (1810, 1812 y 1815), primer regidor en dos (1835 y 1836) y alcalde en otras seis (1819, 1823, 1833, 1836, 1840 y 1843 y 1844). Y su cuñado, don Francisco Rodríguez Feo y Hernández (casado con doña Ana Hernández de la Cruz), también fue alcalde de San Miguel en tres ocasiones (1828, 1841 y 1844).

Antes del nacimiento de nuestro biografiado, según el padrón confec-cionado en 1779 por encargo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, su familia vivía en la casa nÀ 504 del extenso término de Vilaflor, en la „Calle de Socas‰; don José Manuel Hernández figuraba con 36 años y „usa de labranza‰, mientras que doña Agustina de la Cruz contaba 32 años y „educa su familia‰. Tenían

por entonces tres hijos: Agustín, de 9 años, Feliciano, de 7, y Tomasa, de 3. En una nota posterior se destacaba la situación económica de la familia, la más pudiente de dicho pago y una de las más desahogadas de todo el término: „Éstos pasan bien, tienen casa propia, seis fanegadas de tierra, una yegua, cuarenta cabras, quince ovejas, seis colmenas y dos lechones‰. Casi tres décadas después, en un padrón parroquial de 1808, la familia conti-nuaba empadronada en el Pago de „Las Socas‰ de San Miguel; don José Hernández figuraba con 67 años de edad y le acompañaba su esposa, así como dos hijos (uno de ellos don Nico-lás), dos hijas y una criada.

En 1809, a los 18 años de edad, don Nicolás emigró a Venezuela, donde permaneció durante 12 años. En ese tiempo, debido a sus méritos persona-les y a su calidad de hacendado, con importantes bienes de fortuna, obtuvo plaza de oficial en el Ejército Realista, en

el que alcanzó el empleo de capitán de Caballería. Como tal, prestó importan-tes servicios al Reino en su lucha contra los independentistas venezolanos, hasta resultar herido en campaña, por el que el general en jefe de dicho Ejército, don Pablo Morillo, le concedió el retiro.

Después de abandonar el Ejército fue elegido regidor del Ayuntamiento de la ciudad de Barquisimeto, en el que pasó a ser luego regidor decano, cargo que ostentaba en 1821. Por entonces Barquisimeto gozaba de notable impor-tancia, pues ya en 1810 era la sexta ciudad de Venezuela, con 11.300 habi-tantes. A pesar de estar ubicada en una región árida, entre las Sierras de Aroa y Portuguesa, su potencial agrícola estaba en esa época en clara expan-sión. Además, su fácil comunicación

con Carora, el Tocuyo y el Yaracuy favorecían el establecimiento en ella de numerosos comerciantes, arrieros y trajineros.

El 1 de marzo de dicho año 1821 don Nicolás elevó al Ayuntamiento de Barquisimeto la siguiente instancia, en un papel sellado con el juramento „por el Rey‰ a la Constitución el 9 de marzo de 1820, en la que solicitaba que se le certificasen sus méritos y circunstan-cias personales durante su estancia en Venezuela:

„Señores del Muy Ylustre Ayunta-miento

Don Nicolas Hernandez de la Cruz, Capitán de Exército de Caballería reti-rado, y Regidor decano de este Y.A. con el debido respecto a V.S. digo: que para efectos que me convienen necesito que V.S. M.Y. sirva certificarme a con-tinuación de esta por los particulares siguientes.

Al primero si desde el año de 1809 en que llege de Islas Canarias de donde soy oriundo me conocen de trato vivo y comunicación.

Segundo Si les consta que por mi buen prosedimiento he merecido la mayor estimación de todos los habi-tantes, de esta Provincia, como tanbien por mis Meritos, tanto personales como pecuniarios, me han hecho acreedor a los empleos con que se me ha distin-guido por la Nación.

Al tercero si les consta soy soltero con lo demas que les consta sobre mi conducta política y moral: y fecha devol-viendo original para los usos que me corresponden que asi en merced que pido. Barquisimeto á primero de Marzo de mil ochocientos veintiuno‰.

Al día siguiente, dos de marzo, se reunió el Ayuntamiento en las Salas Capitulares para disponer: „Certifique

Traemos hoy a las páginas de esta revista los datos biográficos de un personaje poco conocido, don Nicolás Hernández de la Cruz, que hace casi dos siglos emigró a América, donde prestó importantes servicios a la

Corona en empleos militares y políticos, pero que tras su regreso a su pueblo natal se apartó de la vida pú-blica, lo que influyó en que su nombre quedase sumido en el olvido.

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como solicita esta parte y fecha devuel-vase‰. Y así se hizo:

„D. Nicolas Hernandez de Fuen-tes, Alcalde 1À constitucional, D. José María Vazquez, Alcalde 2À, D. Juan de Amaral, D. Felipe Aro y D. Tomas Rodríguez, Regidores, y D. Andres Fer-nandez, uno de los sindicos

Certificamos: que D. Nicolas Her-nandes de la Cruz Capitán de Exercito Retirado y Regidor de esta Ilustre Cor-poración le conocemos de vista trato y comunicación desde el año que se expresa en el primer particular = Al 2À que es cierto y nos consta quanto en el se pregunta = Al 3À que igualmente nos consta en el particular, Que su conducta política y moral ha sido lo mas juiciosa, y arreglada: que ha hecho servicios de mucha importancia en favor de la Nación; y que en el servicio de campaña salió herido, por lo que S.E. el general en Gefe D. Pablo Morillo le concedió el retiro y para los fines que le convengan le damos la presente, que firmamos: en esta Sala Capitular en dos de Marzo de mil ochocientos veinte y uno con testigos por enfermedad del Secretario.

Nicolas Hernández de Fuentes / José Ma. Vazquez / Juan Amaral / Felipe de Aro / Tomas Rodríguez del Castillo / Andres Fernández / Tgos Juan Antonio Rodríguez / Pedro Alvarez‰.

Dicho certificado también estaba encabezado por el sello del Ayuntamiento y el juramento de la Constitución de 1820. Pero por falta de notario público, la auten-ticidad de dicho documento y de los indi-viduos que componían el Ayuntamiento Constitucional fue certificada por don Luis Vicente Martínez y la Paz, administrador de Hacienda Pública, y don Saturnino Sánchez, de la Casa Administradora de la Renta del Tabaco.

Poco después de expedírsele el anterior certificado, en ese mismo año 1821, don Nicolás Hernández de la Cruz abandonó Venezuela y, tras permanecer embarcado durante cuatro años, a fina-les de 1825 regresó a su pueblo natal y se estableció en la casa de sus padres.

El 16 de septiembre de 1826, a los 35 años de edad, compareció ante el párroco de San Miguel de Abona con el fin de iniciar el expediente para contraer matrimonio con doña Jacinta María Gómez Bello, de 19 años, natural y

vecina de dicho pueblo, „donde siempre ha vivido sin haber hecho ausencia nota-ble de él‰, e hija de don Agustín Antonio Gómez y doña Micaela Bello Marrero. Por su parte, don Nicolás expuso en su declaración: „que el año 1809 pasó a Caracas en donde estuvo hasta el año 21, vuscando su vida, pero sin haber contraido matrimonio, ni esponsales con persona alguna, como lo prueba el documento que precenta de sus ser-vicios al Rei, y de su libertad, obtenido

en Barquisimeto, en Marso de 1821, por el trivunal que administrava en aquella epoca la Justicia, y con las correspon-dientes aprobaciones, que hay cerca de un año, que llego a casa de sus Padres en este lugar y que el intermedio de tienpo que media lo paso en los mares, y en solicitar el regreso a su casa por las actuales circunstancias‰.

Una vez cumplidos todos los trámi-tes, el 1 de octubre inmediato contra-jeron matrimonio en la parroquia del Arcángel San Miguel; los casó el cura párroco propio don Francisco Guzmán y Cáceres, y actuaron como testigos don Tomás de Torres, don Bartolomé Hernández y don Salvador Gómez, del mismo vecindario. Como curiosidad, „difirieron la velación por pocos días‰.

El 16 de marzo de 1829 fallecía su padre, don José Hernández Manuel, en su domicilio de Las Zocas; contaba 85 años de edad y era hijo de don Juan Hernández Manuel y doña María González. Y el 14 de febrero de 1832 le acompañaba al sepulcro su esposa, doña Agustina Hernández de la Cruz, hija de don Agustín Hernández de la Cruz y doña María Rodríguez.

Resulta sorprendente que nuestro biografiado, con una destacada activi-dad militar y política en Venezuela, así como una larga tradición familiar vin-culada al Ayuntamiento de San Miguel, no desempeñase en éste ningún cargo municipal en los últimos 19 años de resi-dencia en su pueblo natal, dedicándose solamente al cuidado de sus numerosas propiedades.

El capitán retirado don Nicolás Hernández de la Cruz falleció en su domicilio de San Miguel de Abona el 5 de junio de 1844, cuando contaba 53 años de edad; „sólo se le administró el Santo Łleo por no haber permitido

la enfermedad la administración de otros Sacramentos‰. Al día siguiente se oficiaron las honras fúnebres en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura párroco propio don Francisco Guzmán y Cáceres, y a continuación recibió sepultura en el cementerio de dicha localidad.

Le sobrevivió su esposa, doña Jacinta Gómez, con quien había procreado un único hijo, nacido en San Miguel: don Nicolás Lope de San José Hernández Gómez (1828-1835), que fue apadri-nado por sus tíos don Bartolomé Agustín Hernández y doña Ana Hernández, pero que murió siendo párvulo en su pueblo natal, con tan solo seis años de edad.

Una vez viuda, el 1 de noviembre de 1846 doña Jacinta Gómez Bello celebró segundas nupcias en la parro-quia de San Miguel de Abona con don Isidoro García Monroy, natural y vecino de dicho pueblo e hijo de don Anto-nio García Pérez y doña María de la Cruz Monroy; los casó el cura párroco propietario don Francisco Guzmán y Cáceres y actuaron como testigos don Bernardo Gómez, don Antonio García y don Lucas de Fuentes. Habían sido dispensados de un impedimento de parentesco de cuarto grado de con-sanguinidad y el 27 de dicho mes se velaron en el mismo templo.

De este nuevo enlace nació en San Miguel un único hijo: don Nicolás Valen-tín García Gómez (1847-1942), que casó en su pueblo natal en 1873 con doña María Gómez Alonso, hija de don Salvador Gómez Bello y doña María Antonia Alonso Mena; y falleció en la misma localidad a los 95 años de edad, dejando amplia sucesión.

Doña Jacinta Gómez Bello falleció en su domicilio de San Miguel de Abona, en El Pino, el 4 de octubre de 1881, a las seis de la tarde, de „enfermedad de vejez‰; contaba 73 años de edad y no había testado, pero sí recibido los Santos Sacramentos. Al día siguiente se ofició el funeral en la iglesia del Arcán-gel San Miguel por el cura párroco propio don Agustín Pérez Camacho y a continuación recibió sepultura en el cementerio de dicha localidad, de lo que fueron testigos don Juan Brito, don Agustín Martín y don Miguel González, naturales y vecinos de dicho pueblo.

Espero que este trabajo haya servido para dar a conocer a los sanmigueleros un destacado paisano, uno de los hijos más ilustres del barrio de Las Zocas, que a pesar de sus méritos ha permanecido injustamente olvidado.

OCTAVIO RODR¸GUEZ DELGADOProfesor Titular de la Universidad de La Laguna

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El trotamundos Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

Cada cinco añosCada cinco años

Mochila al hombro y programa de las fiestas en mano, pre-tendo adentrarme en el sentir y en el vivir de un pueblo, a

través de sus actos más populares.La Pandorga es el primer evento que

me regala esta ciudad. Me sumerge en un espectáculo de luz y color, en una calurosa noche de julio. Calles bulliciosas, festivas y atiborradas de gente, a la espera de que los niños, principales protagonistas de este acto, desfilen portando imaginativas figu-ras de papeles multicolores y faroles de madera, alumbrados interiormente por velas, creando un fantasmagórico paisaje en las calles palmeras. Sólo el ritmo de los pasacalles que nos brinda la banda local rompe con esta espectral sensación; culminada con la quema de estos objetos en una gran hoguera (acto popular de la Semana Chica).

A la espera de que los días se sucedan para presenciar los actos de la Semana Grande, decido hacer turismo rural por los rincones más bellos de la Isla.

Unos cuatro mil privilegiados entre los que me incluyo, pudimos contemplar, con entrada en la mano, desde varios meses atrás, del evento mas refinado de estas fies-tas. Alejado del bullicio de las calles y de las fiestas nocturnas; El Minué se presenta ante el espectador, en un ambiente de lujo, elegancia y refinamiento. Unos cuarenta y ocho jóvenes bailarines no profesionales, trasladan al público a la época francesa del s. XVIII. Trajes y danzas versallescas, sonidos y letras que conservan un fuerte sabor local adaptadas en homenaje a la Patrona palmera.

Desde primeras horas de la mañana me dirijo a la Plaza de Santo Domingo a la espera de que se permita la entrada al recito. Grandes colas, todos impa-cientes y expectantes por presenciar el espectáculo más mágico de estas fiestas: la transformación de unos hombres en Enanos. Un recinto abarrotado, de chiquillería sentada en el suelo y en primera línea para no perder detalle. Una voz en off nos invita a disfrutar del espectáculo de la Danza de Los Enanos. Desde una caseta, único tes-

tigo del secreto mejor guardado de generación en generación, salen unos hombres ataviados con bastón, capa y sombrero de copa (cada lustro cambia el disfraz), los cuales tras la interpreta-ción con letras alusivas al „secreto‰, se despiden adentrándose en la caseta para sorprendentemente, segundos después, salir convertidos en Enanos. Aplausos, flashes, gritos y alguna que otra lágrima, reciben a estos Enanos,

que con sus pequeñas zapatillas, siguen el ritmo de la entrañable polca que, lustro tras lustro, envuelve los corazones de los palmeros y foráneos.

Fuera del recinto, en las calles, miles de personas se agolpan a la espera de contemplar lo más cerca posible a esos „Grandes Enanos‰, dejando así otro lustro más y, en el aire, la magia de la transformación.

Otros actos se suceden a la espera de que la Virgen procedente de su San-tuario en El Monte, llegue a la iglesia de El Salvador que se convertirá en su nueva morada durante varios días. Actos como los Carros Alegóricos, los desfile de Cabezudos y Gigantes, teatro, hacen más amena la espera.

Por fin llega el día que le da sen-tido a esta semana cubierta de actos. El domingo, último día de la Semana Grande; una marea humana, y desde horas muy tempranas, se dirige al Barranco de Las Nieves y alrededores. A la espera en silencio de la llegada en procesión de la Virgen camino de su temporal morada. Es cuanto la proce-sión cruza el barranco, cuando el silen-

cio es roto por una voz procedente de las almenas del castillo, donde se alza la bandera de la Virgen, que dice:

Velera Nave, que la mar surcandoa este fuerte te vienes acercando

no prosigas tu rápido caminosin decirme tu nombre y tu destino

Es en ese momento cuando empieza el diálogo entre el Casillo y la Nave, un intercambio de loas entre el castillo y el barco de María situado al otro lado del barranco, réplica de las naves colombi-nas y símbolo de la ciudad y cuyo interior a lo largo del año alberga un museo.

Los cañonazos dan paso a Salves al reconocer los centinelas del castillo que la pura doncella que lleva el barco es la Virgen . La procesión continúa su camino, arropada por autoridades y representan-tes de los poderes públicos y eclesiásticos haciendo su entrada al templo a los sones de una „Loa de Llegada‰.

Los voladores anuncian la exaltación de ilusiones con-tenidas durante cinco años. La ciudad, engalanada para la ocasión, luciendo sus mejores galas, nos abre sus puertas a su „ Semana Grande‰. Unos días de recogimiento, de actos culturales y jolgorio. Santa Cruz de La Palma se prepara

para recibir a su visitante más ilustre: Nuestra Señora de las Nieves. Ceremonia cuyo origen se remonta al s. XVII, motivada por los numerosos milagros que los palmeros le atribuyeron: sequías, epidemias e incendios.

Marián Tur Iglesias

Desde una caseta, único testigo del secreto mejor guardado de

generación en generación, salen unos hombres ataviados con bastón, capa

y sombrero de copa, se despiden adentrándose en la caseta para,

segundos después, salir convertidos en Enanos.

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Efemérides del Sur Pedro Sanz Sanz

Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

La mayoría de las fincas que demandaban mano de obra la encontraban, si no toda la que precisaban, al menos para ir cum-

pliendo los objetivos principales; pero resulta que no tenían viviendas para todo el personal que necesitaban y, por poner un ejemplo, cuando llegamos a Guaza de Abajo, finca de Doña María Bello, sus dirigentes habían enviado a La Gomera, como hemos dicho en nuestro escrito anterior, a aquellas personas conocedoras del tema para buscar obreros que quisieran trabajar en zafra tomatera de exportación, encontrándo-nos sin vivienda y nos dijeron que provi-sionalmente nos fuéramos acomodando como pudiéramos en el garaje, hasta terminar de arreglar los cuartos.

Éramos seis casas de familia o parte de seis casas en un garaje que tenían, y nos dijeron que ese inconveniente sólo sería unos cuantos días. Aquello no nos agradó lo más mínimo, pero ya una vez puestos allí, lo que deseábamos era trabajar y procurar ir venciendo las dificultades que iban surgiendo. Como Dios nos ayudó allí hacinados nos fuimos acomodando (como sardinas en lata) y empezaron las discordias entre los ocupantes de mencionado garaje, donde convivían matrimonios con sus hijos e hijas, hombres y mujeres que habían ido a trabajar.

Los encargados procuraron poner a los que eran del mismo barrio de La Gomera juntos, creyendo que la convi-vencia sería más amena, pero resultó todo lo contrario porque como nos conocíamos bien los unos a los otros, todos sabíamos quién era quién y de la pata que cojeaba cada cual; y por eso en el mínimo roce nos tiramos los trastos a la cabeza, descubriendo todos

los defectos al que era increpado. En esos momentos no se reconoce su valía y algunos hechos positivos, sino todo lo negativo pues el que era increpado, que también conocía al increpador, también sacaba a valeo todo lo negativo del otro; así, de este modo, aquello que no interesaba que se supiera, al siguiente día era de dominio público, teniendo que intervenir los encargados para poner paz. Pero en esas circunstancias donde no existe intimidad familiar, la paz brilla por su ausencia. Y como dice el refrán „cada palo echa su humo‰ y „santo no somos ninguno‰.

Allí procurábamos sólo ir a dormir si se podía; dormíamos vestidos y, como

no había luz, cada cual se alumbraba con un farol o con una vela; ésta perma-necía prendida el menos tiempo posible, trabajaban desde que amanecía hasta que se oscurecía excepto la hora del almuerzo. Para hacer algo de comida caliente cada cual se las apañaba como podía buscando fuera un rincón ade-cuado para ello, la leña la juntaban aquellos miembros de la familia que no trabajaban por ser demasiado peque-ños. La estancia en el garaje se fue alargando y cuando se le preguntaba al encargado, siempre daba disculpas: que si el maestro se enfermó, que si falta la cal, que si faltan las puertas... En resumidas cuentas, allí a duras penas terminamos la zafra y al finalizar algu-nos volvieron para La Gomera y otros buscaron otra finca donde trabajar.

Aquellos que tenían buenas refe-rencias tenían trabajo donde quiera. De todos los campos de alrededor: El

Monte, Los Bebederos, La Estrella, La Arenita, El Fraile, Cañada Verde, Los Guillermines, Guaza de el medio, Cho, Las Laderas de Eugenio Domínguez, la finca de Don José Feo Rodríguez (Pepito, médico de San Miguel) y algu-nos otros campos que se me quedan en el tintero iban a comprar a casa de Josefina Reverón en Guaza, cuando allí no existía sino la casa del cabrero y la casa donde vivía Doña Josefina. Y de su familia bien recuerdo a todos sus hijos: José Antonio, Eduardo, Marisol (que se casó con un sanmiguelero, Pedro Reve-rón) y Chano, con este último recuerdo jugar con carros de verguilla mientras mi madre esperaba el turno para hacer compra. Los sábados aquellos eran como el mercado, de todos los campos mencionados acudían allí para hacer la compra que después transportarían a la cabeza o al hombro, cada cual la suya, hasta adonde vivían.

En aquel entonces no existía ser-vicio de guaguas en la costa, coches solamente tenían los patrones y todos los camiones que habían en la zona se podían contar fácilmente porque entre San Miguel y Arona no se si llegaba a la treintena de vehículos de motor en el año cuarenta y nueve, que fue cuando llegué por primera vez al Sur de Tene-rife. Casi todos los vehículos eran de las fincas, salvo raras excepciones.

Por aquel entonces en todo el Sur no existía ni una entidad bancaria. Doña Josefina y el marido, Antonio Reverón, eran el Banco de los gomeros; cuando estos cobraban pagaban en la tienda y, por temor al robo, los ahorros se los daban a guardar a Doña Josefina Reverón. Ella anotaba en un libro y el marido, cuando viajaba a Santa Cruz, los ponía en el Banco, todo a su nombre, recuperando los gomeros el dinero cuando se iban para La Gomera.

Al llegar al sur vivimos hacinados:Retomando el pulso de los gomeros en el Sur de Tenerife

Los encargados procuraron poner a los que eran del mismo barrio de La Gomera juntos, creyendo que la convivencia sería más amena, pero

resultó todo lo contrario porque como nos conocíamos bien los unos a los

otros, todos sabíamos quién era quién y de la pata que cojeaba cada cual

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

Mi abuelo era un hombre alto y fuerte. Se pasó toda la vida trabajando en el campo.

Lo recuerdo con sus lonas y su som-brero negro. Me llamaba la atención el que en verano lo cambiaba por uno de paja y también me llamaba la atención que tenía dos pares de lonas: unas para trabajar y otras para ir al Café.

Recuerdo que su cara estaba llena de arrugas, grietas hechas por el sol y por el viento. Tenía los ojos claros y la mirada tranquila. El pelo muy corto y blanco. En la comisura de los labios tenía siempre un cigarro: Lo encendía a cada rato, porque si no chupaba se le apagaba, con un mechero de gaso-lina que le trajeron de Venezuela.

Por las tardes, se sentaba en un banco, por fuera de su casa, que daba al poniente. Era de piedra y más bien bajito y aún así era cómodo. Entre

sus piernas sostenía un palo al que pasaba la navaja quitándole todos los nudos y asperezas. Se entretenía horas y lo mimaba más que a mí; y no es que no me quisiera, pero lo hacía

a su manera. Después de mayor me enteré que jugaba al palo, me hubiese gustado que me enseñara.

Allí sentado con su palo en las manos y el cigarro en la boca dejaba pasar las tardes. Me decía la hora que era, mirando la sombra que proyec-

taba una pared sobre otra. A veces le preguntaba cosas y después de estar un rato en silencio, me contes-taba. A mí me gustaba estar allí sen-tado porque se tenía una buena vista y justo enfrente bajaba un barranco. Mi abuelo me contaba cuándo corría lleno de agua y piedras, en los tiempos que llovía. Me decía que al pasar los días, cuando el agua de los charcos se aclaraba, mi abuela bajaba al fondo y lavaba la ropa. En un perol calentaba agua con leña y le ponía hierbas aro-máticas, ahí remojaba la ropa para que cogiera olor.

De cuando en cuando, alguien pasaba por la vereda, junto al barranco. Nosotros lo veíamos desde lejos, desde que era un puntito hasta que pasaba cerca. Siempre levan-taban la cabeza y se cruzaban las mismas palabras: Si no eran conoci-dos bastaba con un:

-„Buenas...‰-Al que se le contestaba con otro: -„Buenas...‰-. Si era conocido se le añadía un: -„Descansa...‰-

A lo que respondían:

-„...siempre se agradece‰-.

Entonces, mi abuelo se levantaba y bajábamos a la cueva del callejón. Allí encerraba un casco de vino con el que brindaba al visitante. A mí me gustaba ir a la cueva porque me hacía sentir un hombre. Nos sentábamos y encendía la vela del farol. Después de refres-car la boca, el recién llegado contaba cómo le había ido el día: que si había estado regando, que si los lagartos se habían comido los tomates... Con el segundo vaso, se iban, y nosotros nos sentábamos otra vez en el banco. Mi abuelo me tocaba la cabeza y yo me quedaba contento.

Recuerdo que tenía buena vista y me señalaba dónde volaba un cerní-calo o dónde había una cabra per-dida. Y así pasaban las horas hasta que anochecía, entonces mi abuela nos llamaba para ir a cenar.

Yo siempre quise a mi abuelo y la gente decía que era un hombre justo y tolerante, un hombre de paz.

Mi Abuelo José Guadalupe

Fumaba Progreso porque decía que el Récord Verde, era muy

flojo.

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OOndasndas DeportivasUn hombre de fútbolUn hombre de fútbol

En este artículo y cuando estamos a las puertas de una nueva tem-porada futbolera, qué mejor que

hacerlo con alguien que ha vivido el fútbol, como algo muy cercano, tan cercano como que fue el menor de una zaga de hermanos, donde el deporte rey formaba parte de su infancia. Sus hermanos, Manuel y Migue, fueron en buena manera quienes le empujaron a darle patadas a una pelota, en una época donde los jóvenes poco más podían hacer para entretenerse que no fuera correr tras una pelota en la calle,

rellano o huerta...

José Brito, como popu-larmente se le conoció en el mundo del fútbol, nació

en el barrio de Las Zocas, hace 49 años, tiene dos

hijos, chica y chico, este último nunca sintió la pasión por el fútbol, a lgo que e l dolido padre piensa desqui-tarse con la llegada de su nieto, que al

parecer trae bajo el brazo dotes futbo-leras, para orgullo de su abuelo.

Con e l paso de los años se vio obligado a aban-

donar la práctica del fútbol, pues las obligaciones labo-

rales no le permitían entrenar dado que las exigencias que conlleva una catego-ría preferente son de mucha dedicación. Así

que, como todo buen depor t is ta, te rminó matando el gusanillo en

el ya desaparecido equipo de FUTBOL SALA DEL SAN MIGUEL, donde las exigencias eran menores. Época donde coincidió con los antiguos compañeros del fútbol once, como eran Évora, Juan Fernando y Arturo.

Después de dos años en el fútbol 5, volvió al 11, ya que una fuerza mayor le decía que tenia que poner su granito de arena en el equipo de su barrio, la Unión Deportiva Las Zocas, donde su participación fue doblemente impor-tante, pues colaboró en la creación del equipo, junto a otros vecinos del pueblo, siendo Félix Toledo su primer presidente, desempeñando funciones de entrenador-jugador, aparte de aportar experiencia y liderazgo entre un grupo de jóvenes que con sacrificio, lucha y mucha disciplina, ponían desde sus ini-cios el nombre del barrio de Las Zocas en el alero futbolístico, hasta hacer del CLUB un sentimiento que ha hecho historia.

Con el paso de los años dejó el fútbol en activo, para dedicarse a otras funciones dentro del organigrama del Club, desempeñando la función de presidente, tesorero, secretario y todo lo que fuera necesario para beneficio de la Unión Deportiva. Y como es lógico, todo ciclo tiene su fin que, unido al cansancio le llevó a dar paso a otros integrantes en la dirección del club, disfrutando ahora del fútbol, desde la posición de socio y aficionado, que no es poco.

Al escueto formulario presentado por este humilde interventor, José Brito respondía haciéndolo con desparpajo, como en él es habitual, donde la ironía, bromas, chismes, dimes y diretes, siem-pre estuvieron presentes... A todo ello, dejaba caer, que el equipo del San Miguel lo fue todo en su vida deportiva. Fueron 14 años vistiendo los colores del pueblo. Soñaba con los partidos, era una obsesión; cuando ganaba, un „gozo‰ y cuando perdía, no podía ni

dormir. En cuanto a la Unión Deportiva Las Zocas... ha sido un SENTIMIENTO, un sentimiento que todos los aficionados que queremos a este CLUB, sabemos el significado.

Por razones de trabajo fue imposible acudir a los cursos de entrenador, a pesar de haber pagado alguna matri-cula, que al fin perdió, pues el factor tiempo anulaba cualquier posibilidad de acudir con normalidad a las clases para obtener la titulación.

Del fútbol de antaño, al de hoy en día, entiende que no hay tanta diferen-cia, pues el fútbol, siempre es fútbol, lo que cambia son las personas y por suerte los terrenos de juego, que ayudan a que el futbolista se sienta más cómodo y pueda ofrecer lo que lleva en sus botas, haciendo que el fútbol sea en la actualidad más vistoso.

A la pregunta de si veía justificadas „las cifras astronómicas„ que cobran los jugadores en la actualidad, mani-festaba que si se paga tanto dinero, es porque hay dinero. Siempre se ha dicho lo mismo, cuando no lo haya, seguro bajarán los sueldos.

˘lvaro Toledo

Por más que quisiera, no puedo comenzar esta nueva edición, sin hacer mención a la anterior, la cual titulé, Pincelazos de Fín de Temporada (mayo-junio nÀ°16).Como ya comenté en la misma, cabría la posibilidad de algún cambio, puesto que faltaban varios puntos por disputarse, en el momento en que se cerró la edición. Entre los cambios, que

fueron varios, cabe destacar el descenso del C. D. San Miguel, algo que parecía superado, pues el campamento base estaba a sólo a 6 puntos vista, cuando aún restaban 15, de los cuales sólo se consiguieron cinco, descendiendo a la Primera Categoría, la cual hace 24 años abandonó con su ascenso a Preferente (80/81).

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A la pregunta de qué opinión tenía de las plantillas presentadas por los clubes del municipio de cara a la nueva temporada 05/06 se manifestaba en términos de conformidad con lo que deciden los directivos, ya que por lo general hacen lo que pueden, pues ellos saben mejor que nadie cómo están las arcas y hasta dónde pueden llegar.

La Unión Deportiva: (Tercera Div.) Creo que han confeccionado un plantel acorde con las posibilidades y seguro que van a hacer disfrutar a los fieles seguidores.

C.D. San Miguel: (Primera Reg.) Están con-feccionando un equipo con jugadores locales y eso puede ser positivo para recuperar a los desencantados afi-cionados. Espero que en lo deportivo logren la estabilidad.

C.D. Guargacho: (Primera Reg.) Solo sé que tienen buenos jugadores y una base bien trabajada, algo que es muy importante para APUNTALAR al primer equipo y volver a preferente, lugar que nunca debió perder.

C.D. El Roque: (Segunda Reg.) Me gustaría que este equipo arrancara de una vez y verle luchar por posiciones más acorde con un Club que ya no es un novato en la categoría.

Las Zocas de Féminas: (Liga Nac.) Por lo que han presentado, creo que este año no pasaremos los apuros de tem-poradas anteriores, pues los refuerzos parecen interesantes, aunque echo en falta un poco más de corpulencia, ya que estaría mal dicho „hombría‰

Las Zocas de Juveniles: (Preferente) Por esta

categoría siempre se luchó, ya que está más acorde con la categoría del primer equipo, donde los jugadores llegan con un nivel más adecuado para dar el salto a la Tercera Divi-sión. Otra cosa muy distinta es que se logre mantener la misma, pues se

trata de una categoría mucho más fuerte, donde se me antoja necesario reforzarlo con algún que otro jugador foráneo, si no queremos pagar la novatada.

A la pregunta de qué consejo le daría a un joven que se inicie en cual-quier actividad deportiva respondía que más que nada que se esfuerce en el trabajo, que siempre mire al futuro y no creerse que ha tocado cielo. Por otra parte el entorno familiar es fun-damental, para la formación como deportista.

Y a la de qué opinión tenía de la agresividad en la grada comentaba que es un tema complicado de tratar, „prefiero no opinar al respecto, ya que no entiendo cómo ven el fútbol algunos aficionados‰.

Como era de esperar, contestó de forma muy profesionalizada, cuando le pregunté por la figura del colegiado: son enemigos de los dos equipos y por muchas vueltas que se le dé, sólo cabe felicitarlos por su trabajo. Por lo general, al enjuiciarlos, somos injustos con ellos.

Como zoquero y hombre de fútbol,

no pude evitar la pregunta de qué le sugería el nombre de Cristo Marrero „Profesionalidad, entrega, coraje, sacrificio, liderazgo y honestidad. Ha sido sin lugar a dudas el jugador más importante en la historia de la Unión Deportiva Las Zocas. Y ahora mismo es el espejo donde se ven todos los niños que sueñan con ser futbolista‰.

Al preguntarle por una anécdota, como es de suponer hay como para escribir un libro, pero sólo cabría una, así que comentó que „en mi primer viaje a la Isla Colombina como futbo-lista, donde nos enfrentábamos a un conjunto gomero, y cuando se hacía la travesía marítima desde el barrio Isorano de Alcalá, en la Falúa de Padi-lla, ocurrió que en la vuelta, además de la totalidad del equipo, venía algún que otro pasajero, sin contar perros y gallinas, siendo notorio el exceso de peso, pero, gracias a Dios, corrimos con la suerte y fortuna de por medio, ya que el mar estaba como un plato, hasta el punto que se podía tocar el agua con las manos, lo que me llevó a pensar, qué habría pasado en tales circunstancias si el tiempo hubiera empeorado. La verdad es que sólo me tranquilicé al llegar a puerto y verme en tierra después de que nos sacaran de la frágil embarcación con un pescante tercermundista‰.

Al preguntarle cómo se definía como jugador decidió no contestar y dejar que fuese yo quien diera mi opinión al respecto, algo que no me cuesta mucho esfuerzo, ya que le vi en sus comienzos, entre los años 70 y 75 y coincidí en la Unión Deportiva en su etapa inicial, donde hacía la función de entrenador-jugador. En sus inicios era de los laterales que cualquier entre-nador quería tener en sus filas: bravo, aguerrido, contundente, físicamente un portento y muy responsable, aunque algo tosco, pues la técnica no era su fuerte.

José Dónate Brito finalizaba deseán-

doles a todos los conjuntos del municipio los mejores logros deportivos a lo largo de esta temporada recién iniciada.

A un joven que se inicie en cualquier actividad deportiva le diría que se esfuerce en el trabajo, que siempre mire al futuro y no creerse que ha

tocado cielo

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Fiestas en El RoqueTal y como escribe D. Miguel Her-

nández Gómez en el diario El Tiempo, el día 10 de agosto de 1907, con el titular En San Mi-

guel: „El día 16 de este mes se inaugu-rará y bendecirá una ermita edificada en el barrio del Roque, patrono de este barrio (...). Por este motivo, y por ser día del mencionado Santo, tendrá lugar una animadísima fiesta, que promete estar muy concurrida. A las 8 de la mañana saldrá procesionalmente la santa ima-gen desde la parroquia hasta la ermita, donde se celebrará solemne función con sermón. Por la tarde habrá divertidos juegos recreativos y al anochecer se re-presentarán públicamente la comedia moral El calzón corto y un juguete cómi-co, por aficionados; después se quema-rán vistosos fuegos artificiales‰1.

Pero no sólo la fiesta del patrón se celebraba en el barrio de El Roque, aunque era la principal y la de mayor envergadura, las mujeres formaban una Comisión para festejar el 13 de mayo la festividad de la Virgen de Lourdes. El motivo floral era el principal, por lo que decoraban la ermita con flores, en su mayoría azucenas, que pedían a los vecinos del barrio e incluso de Jama. También San Luciano tenía su pequeña celebración el 7 de enero, la imagen de dicho santo se hallaba en la ermita en honor a D. Luciano Alfonso Mejías, médico y personaje ilustre de San Mi-guel de Abona, que donó el solar para

la construcción del templo.Al contrario de como estamos

acostumbrados hoy, las procesiones se celebraban a las 12 del día, y en muy pocas ocasiones iban acompañadas por bandas de música, eran los fieles los que participaban de la celebración con cantos. Aunque tal y como recuer-dan varias vecinas del barrio, en cierta ocasión, allá por los años 20, acudió la Banda Municipal del Hospicio de Santa Cruz. El recorrido se llevaba a cabo por el camino real y las veredas que hoy son las calles del barrio. Par-tía desde la ermita hacia la zona de-nominada La Cruz, a través de la calle San Roque, de allí se dirigía por lo que hoy es La Calzada hacia la Cruz de „Cha Juana‰ (zona cercana al cruce

entre la Ctra. a la Escalona y la calle La Degollada), para regresar a la er-mita y terminar la celebración, no sin antes dar un rodeo a toda la iglesia.

Antiguamente las fiestas duraban un día, y por la carencia de plaza, los ventorrillos de dulces de Vilaflor y carne frita se colocaban en el camino. Frente a la iglesia se encontraba un escenario de piedra seca donde se re-presentaban las comedias, celebrán-dose en El Roque en el mes de agosto y repitiéndose en septiembre en San Miguel. También bailaban el Baile de las Cintas, constituido por seis hom-bres, de los que recordamos a José Feo, ˘ngel Delgado Hernández, José Martín y José Llarena Marrero, sin ol-vidar a Pepe González que tocaba la guitarra, Eloy Hernández Bello el laúd y Julián Delgado el guitarrín.

Las fiestas dejaron de celebrarse en 1968, ya que „las dimensiones de la

ermita resultaban insuficientes para un barrio que experimentaba un elevado auge poblacional, por lo que se proce-dió al derribo de la antigua construc-ción‰2, y se reanudó a mediados de la década de los 70, con la edificación de la iglesia que conocemos hoy.

Dato revelador del esfuerzo de los vecinos por tener nueva ermita era la existencia de una Comisión Pro-ermi-ta de El Roque, estando de presidente Antonio Ramos, Jaime Arias de secre-tario, Alfredo Delgado, Antonio de León y Casimiro Hernández formaban el resto de componentes. Así como la labor de los integrantes de las Comi-siones de Fiestas, que recibían una credencial por parte del Ayuntamiento de 10.000 Pts. en el año 1981.

Tras la construcción de la Ctra. a La Escalona y el acondicionamiento de las calles del barrio, el recorrido de la procesión se amplió considerablemen-te, alternándose el itinerario un año hacia El Tapado y otro año hacia El Rincón.

Con el tiempo, estos días de cele-braciones han ido disminuyendo hasta sólo festejar en un fin de semana del mes de agosto la festividad en honor a San Roque y la Virgen de Lourdes. Desde ermita en 1907 hasta parroquia en 2003, son entrañables los momen-tos de diversión que aún permanecen en el recuerdo de unos pocos.

1 Marcos Brito, Miguel Hernández Gómez. Corresponsal de El Tiempo en San Miguel de Abona (1903-1911). Arona, Llanoazur, 2003, p. 41.2 Montserrat Alonso Díaz, Comenzamos a Caminar. Creación de la Parroquia de San Roque. 2003.

Desde que se erigiera, hace ya casi un siglo, la primera ermita en el barrio de El Roque, los días de fiesta y cele-

braciones en honor a su patrón han cambiado considera-blemente.

BibliografíaALONSO D¸AZ, Montserrat; Comenzamos a

Caminar. Creación de la Parroquia de San Roque. 2003.

BRITO, Marcos; Miguel Hernández Gómez. Corresponsal de El Tiempo en San Miguel de Abona (1903-1911). Arona, Llanoazur, 2003.

Instancia de la Comisión Pro-ermita de El Roque solicitando ayuda económica para la finalización de la ermita (28/01/69), A.M.S.M.A.

Instancia de la Comisión de Fiestas del ba-rrio de El Roque, solicitando credencial (13/02/81), A.M.S.M.A.

Montserrat Alonso DíazLic. Historia del Arte

Al contrario de como estamos acostumbrados hoy, las procesiones

se celebraban a las 12 del día, y en muy pocas ocasiones iban

acompañadas por bandas de música, eran los fieles los que participaban

de la celebración con cantos.

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

En época aborigen era habitual el uso de pasos de un lado a otro como por

ejemplo el conocido popu-larmente como „Camino Chasna‰ que abarca desde La Orotava – donde ha dado posteriormente nombre a un núcleo de población, Chasna – hasta el actual municipio de Vilaflor (de ahí el topónimo), cruzando las Cañadas del Teide y datado en el siglo XVI2, como huella fehaciente de un antiguo paso abori-gen. En ambos menceyatos era importantísima la acti-vidad pastoril y por lo tanto la trashumancia. Se gene-raron rutas bien adaptadas y transitables para llegar a las zonas altas en verano; Por uno de ellos transitaría la cabaña ganadera a los caminos de la Florida, Beni-jos y el de Chasna sobretodo, cruzando el abundante pinar y los bosques3.

Esta marcada impor-tancia aborigen fue luego constatada en el año 1636, donde ante el escribano de Vilaflor los carpinteros Gaspar y Gregorio Bladón se comprometen a reparar dicho camino, aunque solo fuese hasta Las Cañadas, por una fanega de trigo y unos 250 reales de vellón4.

Por lo tanto, el camino Chasna se convirtió en uno de los nexos de unión entre bandas teniendo todo un denominador común: Las Cañadas del Teide.

Más tarde este paso fue transitado por ilustres perso-najes como el francés Ver-neau, el realejero D. José de Viera y Clavijo, Brawn, Williams, Cuscoy, Humd-bolt⁄ maravillados por las singularidades del paisaje,

clima, flora y fauna de estas islas y como no, por la utili-dad de dicho camino.

En este capítulo sobre caminos y derroteros nos centraremos en los primeros años del pasado siglo XX, mucho antes de que esta-llase la trágica Guerra Civil española5 (1936 – 1939) y cuyos prisioneros republi-canos presos en Fuente Fría – como ya trataremos en otra ocasión – con sangre, sudor y lágrimas se vieron forzados a trabajar duramente en pos de las comunicaciones del pueblo de Vilaflor, y del sur en general, con la vertiente opuesta.

La idea moderna de la necesidad de unas buenas comunicaciones Norte – Sur se aprecia claramente en muchos de los diarios del pasado siglo. Unos de los primeros en suscitar el debate fue el periódico de intereses generales „El Norte de Tene-rife‰ editado en el valle de La Orotava y que en su edi-ción del 11 de Diciembre de 1918 destacaba en portada lo siguiente:

„⁄OBRA IMPORTANTE: La Carretera de Orotava a Vilaflor. Damos comienzo hoy a una larga y copiosa labor de cuyos positivos resul-tados ha de beneficiarse muy principalmente esta región del Norte de Tenerife. Trátese de la magna obra conocida entre nosotros como la Carre-tera de Orotava a Vilaflor [⁄] No solamente constituye esta magna obra una vía más para las relaciones de los pueblos sino que significa un monumento perenne ele-vado por la ciencia, a aquel manantial de salud (Vilaflor) derramada sobre la dolorosa cruzada de enfermos tuber-

culosos que logran hallar al fin su tierra de promisión⁄‰

Destacando la necesidad de esta infraestructura para el desarrollo de ambos pue-blos; Uno por su historia y su singladura, apoyándose en el difícil mundo del pro-letariado la dura situación del momento y otros por las condiciones salutíferas de Las Cañadas del Teide, de la bondad climática del pueblo de Vilaflor.

Lo cierto es que existía hasta el momento una mayo-ría que apoyaba la idea decididamente e incluso se deciden a hacer un llama-miento para que no muera en los despachos:

„⁄ A las autoridades locales, a las fuerzas vivas del país, a todas aquellas perso-nas que tienen responsabili-

dad ante el pueblo, les toca mover la opinión pública, llevando nuestras súplicas a donde corresponda y que se manifieste en actividad en los representantes, pues podría darse el caso de negarle el acta a quienes en los momentos precisos en que se ventila una cuestión que afecta hondamente a las islas en general, sólo manifiestas negligencia y apatía en sus cargos⁄‰

Tal es el movimiento de opinión generado que se deciden acometer las obras del trazado; Primero el de la Orotava hasta el límite del circo de Las Cañadas y el segundo es aprobado en el año 1919, siendo acogido por este mismo rotativo de la siguiente manera:

„⁄leemos que ha sido

Los caminos del Norte: Los caminos del Sur1

1 Jesús Agomar Glez. Guillama –Estudiante de Historia de la Universidad de La Laguna.2 Díaz Frías, Nelson. Historia de Vilaflor de Chasna. Tomo II. S/C Tenerife, 2002 3 Cuscoy, Luis Diego. Los Guanches, vida y cultura del Primitivo⁄. S/C de Tenerife, 19684 Díaz Frías, Nelson. Op. Cit. 5 Informante Anónimo de Vilaflor de Chasna, Archivo Personal del Autor.

De todos es sabido la importancia que siempre en estas islas ha tenido la comunicación. Desplazarse antaño de un lugar a otro de nuestra geografía era toda una odisea e incluso hoy en día, con la proliferación de adelantos técnicos, esto es así. Moverse para comerciar, comunicarse o alimentarse se convirtió en algo diario y necesario en aquellas familias tanto de una vertiente como de otra en esta isla de Tenerife.

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

aprobado el proyecto redac-tado para el segundo trozo de la carretera [⁄] suponemos que el trazado adoptado, habrá sido seguramente el de conveniencia general, que consiste en pasar la carretera por Las Cañadas en lugar de por las cumbres de Arico, como alguien se ha preten-dido⁄6‰

En esta ocasión se des-tacan los pormenores de la obra e incluso en muchos otros rotativos se menciona la decepción por la falta de repercusión que dichas obras han suscitado en otros medios informativos como el caso de los de la capital tinerfeña, en una obra que se conside-raba de interés general. Así, en Marzo de ese mismo año (1919) se decía:

„⁄De esta trascenden-tal e importantísima obra de comunicación podría-mos anticipar que no por todos a sido comprendido el factor de magnitud y que la campaña [⁄] yo tengo la cierta y plena evidencia de que ninguna de las obras de las que en la provincia

de Canarias se están efec-tuando, encarnan un papel tan amplio y magnificente como el que representa esta carretera [⁄] esas cañadas, que hoy son desiertos arena-les, conocidas por reducidísi-mos núcleos de seres, serán un futuro y luciente porvenir, cuando a la obra de la Natu-raleza se aúne la inteligencia humana⁄‰

Tanta preocupación por estas obras se tradujo por fin en un serio proyecto que se prolongaba en el tiempo de una manera preocupante; Así en el año 1923, concreta-mente el 4 de Febrero el rota-tivo „Heraldo de la Orotava‰ destacaba en la portada junto a una foto del municipio que „⁄ en dicho pueblo ter-minará la carretera en cons-trucción que ha de cruzar el incomparable paraje de Las Cañadas y cuya carretera a de mas de las grandes ven-tajas que ha de proporcionar al Turismo, pondrá en comu-nicación a las regiones norte y sur de la isla con lo cual el pueblo de vilaflor adquirirá el desarrollo y prosperidad que

está llamado a tener⁄‰. Tenemos que recurrir a

otra publicación, en este caso la revista „Hespérides7‰, editada en Santa Cruz de Tenerife y que destacaba que de manera simultánea se comienzan a conectar otros pueblos del sur con Vilaflor que ejercía como eje central de la zona y de esta manera, en relación con las palabras del homenajeado Dr. Rodrí-guez López que tras hacer una emocionada introducción a su discurso y tras referirse a las carreteras que conectarán al pueblo con Granadilla, San Miguel, decía lo siguiente:

„⁄La terminación de esta carretera de Granadilla, que yo espero que no se hará esperar, traerá a Vilaflor innegables beneficios, pero las que verdaderamente se hacen indispensable para su definitiva prosperidad, son las de circunvalación y la de la Orotava – Vilaflor: esta última vía de comunica-ción atraerá todo el turismo a esta parte de la isla, que hasta ahora, no ha podido mostrar, como otros pueblos

de Tenerife, los tesoros que encierra. Pero todo tiene sus límites, y parece que ya toca el momento en que Vilaflor resurja a una vida de ade-lante y prosperidad⁄‰

Tras la Guerra Civil espa-ñola - décadas después del comienzo del proyecto - la carretera es terminada cum-pliendo así los sueños de hombres, mujeres y niños de ambas vertientes de la isla, el Norte y el Sur, permitiendo un desarrollo para ambas comu-nidades que logró mitigar algo del hambre la posguerra y unir pueblos, esperanzas y familias como la de Saturnino Guillama y Carmen Melián, mis queridos abuelos, reale-jero y Chasnera respectiva-mente, en honor de cuya vida de encuentros y recuerdos he escrito estas líneas. Y por todos aquellos que del mismo modo han sabido construir a piedra viva⁄ Los Caminos del Norte: Los caminos del Sur.

Jesús Agomar González Guillama

6 AA.VV. El Norte de Tenerife: periódico de intereses generales. La Orotava, Domingo 9 de Febrero de 19197 AA.VV. Hespérides. Revista Gráfica Semanal. Santa Cruz de Tenerife, 27 de Octubre de 1927.

CURSOS Y TALLERES 2005/2006CONCEJAL¸A DE CULTURA Y JUVENTUD DEL AYUNTAMIENTO DE SAN MIGUEL DE ABONA

Información en el 922 70 10 17 (Casa de Juventud La Movida)

ESCUELA MUNICIPAL DE FOLKLORE CANARIO 6 € / Mes

TALLER DE COCINA 18 € / Mes

TALLER DE ALFARERÍA (CERÁMICA) 6 € / Mes

TALLER DE ALFARERÍA TRADICIONAL CANARIA 12 € / Mes

INFORMÁTICA 40 € / Mes

PINTURA 25 € / Mes

MANUALIDADES Y PINTURA EN TELA 22 € / Mes

TALLER MÚSICA MODERNABatería, Percusión, Guitarra Eléctrica y Acústica, Piano, Bajo.Círculo de Instrumentos para primariaCírculo de música para preescolar

35 €/ Mes25 €/ Mes25 €/ Mes

BAILE INFANTIL Y JUVENIL 15 € / Mes18 € / Mes

CLASES DE BAILE CANARIO 18 € / Mes

BRICOLAJE 20 € / Mes

YOGA Por determinar

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El Cocinar es un Arte

COLECCIONABLE

Umberto Marinoni Lapini

Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

Ingredientes:1 litro de leche, 3/4 Kg. de azúcar, una barrita de vai-nilla, 1 litro de ron, cuatro rodajas de limón.

Preparación:En un recipiente de cristal con tapa, se echa la leche, el

azúcar, la vainilla, el ron y las rodajas de limón y se tapa bien.

Se deja reposar durante medio mes, pero hay que moverlo diariamente con cualquier utensilio que sea de madera.

Después de esos quince días, se pasa al menos dos veces por un papel de filtro para que resulte más cristalino.

Finalmente se embotella y se guarda.

Licor de leche y ron

FFoottooNNototiciciaia„Rincones‰, „Linajes de San Miguel de Abona‰ y „Yo, Drago‰: últimas publicaciones

Durante las Fiestas Patronales 2005 en Honor a San Miguel Arcángel, el Ayuntamiento de San Miguel de Abona, a través de su Concejalía de Cultura, ha publicado recientemente los trabajos literarios „San Miguel de Abona,

Rincones‰ de Esther Marrero y Carlos Mora, y „Linajes de San Miguel de Abona‰ de Nelson Díaz Frías, éste último en su segunda edición.

„San Miguel de Abona, Rincones‰, es un proyecto que nace con la idea de ofrecer una imagen total-mente distinta de San Miguel de Abona a la que esta-mos acostumbrados. Se ha

querido acercar al lector a esos rincones por los que cada día pasa sin percatarse de

su existencia. Se trata de una reflexión tanto fotográfica como literaria de un pueblo al que las vidas de los que han pasado por él han ido moldeando hasta conseguir lo que actualmente nos ofrece.

„Linajes de San Miguel de Abona‰ salía a la luz por vez primera en el 2001, y después estos cuatro años, Nelson Díaz Frías ha retomado su contenido para ofrecernos un trabajo serio, riguroso y exhaustivo sobre todas y cada una de las generaciones que han paseado por las calles de nuestro pueblo. Un trabajo mucho más amplio y más minucioso, si cabe, que todo sanmiguelero debería tener en casa.

En breve, se tiene previsto hacer la presentación de „Yo, Drago‰ obra literaria en narrativa corta de Wladimiro Pareja, quien consigue que formemos parte de sus relatos, acercándolos y haciéndolos nuestros, limitándose a narrar, pero al tiempo dejándonos apreciar cómo narrador y personaje se convierten en una sola figura, sobre todo porque al tratar de reflejar las diferentes historias de sus protagonistas se acoge a formas de contarlas muy variadas, como el diálogo, el monólogo interior o los recuerdos de sus personajes.

Leandra Estévez visita El Aljibe con „Sinfonía de Espumas a Tres Voces‰

Desde el 7 hasta el 31 de octubre, Leandra Estévez nos ofrece su poética a través de tres técnicas: pintura, grabado y escultura. Ladrillo a ladrillo ha ido construyendo una arquitectura propia a la que aflora con inusitado protagonismo la figura humana: clara, rotunda, recreándose en primer plano, reivindicando ante la muchedumbre un gesto de soledad.

En el acrílico se baña lo lúdico, entre la textura y el cromatismo afloran juegos de luces y colores luminosos en amplios espacios, surge la alegría del retorno a los lugares de la inocencia de la infancia. Las esculturas se revisten de la prestancia

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Coleccionable de alfarería tradicionalde San Miguel de Abona

COLECCIONABLE

Por Pedro Benítez Reyes

La Asociación Cultural Chaveña presenta su primer trabajo discográfico

El pasado mes de septiembre, y dentro del Festival Folclórico celebrado con motivo de las Fiestas Patronales en Honor a San Miguel Arcángel, la Asociación Cultu-ral Chaveña presentaba su primer trabajo discográfico „Nuestras Raíces‰. En este sentido, cabe apuntar que se trata de la primera agrupación del municipio que presenta un trabajo de estas características, el cual incluye un total de once temas relacionados exclusivamente con nuestro folclore, entre los que se incluye la Isa a San Miguel de Abona.

En ese mismo acto, la Asociación Cultural Chaveña, aprovechaba también la oportunidad que se le brindaba en esta noche para lucir su nueva vestimenta: trajes de gala de finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Septiembre/Octubre 2005

Cazo y Sartén

del bronce, del montaje que las arropa en su realidad más cercana; impera la concreción. Y en los grabados se narra con exquisitos matices; la figura femenina se resalta; el espacio se reduce; la composición se abarrota de complejidades, se torna metafórica; los procedimientos son múltiples: aguatintas, aguafuertes o herramientas directas para crear texturas infi-nitas. Obra concisa, precisa, sin abandonarse en la retórica fácil, en pos de un trabajo de concentración que engarza magistralmente en este conjunto de voces.

Segundas Jornadas Juan Bethencourt AlfonsoEl pasado año se llevaban a cabo en este municipio las

Ias Jornadas sobre Historia Canaria Juan Bethencourt Alfonso-Aborigen, contando en ese momento con la asistencia a las mismas de más de ochenta participantes. Las Jor-nadas, organizadas por la Concejalía de Cultura de este Ayuntamiento, tuvieron en ese momento la colaboración del Vicerrec-torado de Extensión Universitaria, gracias al Convenio Marco de Colaboración sus-crito en el año 2001 entre la Universidad de La Laguna y nuestro Ayuntamiento.

Es por ello que ya se está trabajando en la realización de las II Jornadas

Juan Bethencourt Alfonso, estando su contenido relacionado con la etapa de la Conquista y Colonización de las Islas Canarias. A las mismas podrán participar tanto estudiantes universitarios (pudiendo acceder a la obtención de dos créditos de libre elección) como resto de personas que quieran participar. Si está interesado y quiere tener más información llámenos al 922-70.00.00 ext. 225 o al 922-700.887.

Hoy traemos a este espacio dos piezas recuperadas pegando varios fragmentos y llegando a conseguir un 80 % de estas piezas. La primera la denominamos cazo, por su extraordinario parecido. Entre los fragmentos recogidos tenemos el asa y el vico, gran parte del borde y parte de la pared hasta el fondo, por lo que

es una pieza recuperable en un 100%. Esta pieza está almagrada en su interior, su color

es un rojo naranja y el exterior está recortado y alisado con callao grueso.

La superficie exterior es de color negro por su exposición al fuego.

El posible uso de este recipiente pudo ser

el hervir agua para colar café e infusio-nes.

La segunda la vamos a denominar sartén, pues las características son similares. Su uso debió ser para freír, hacer mojo o derretir manteca. La elaboración es similar a la del cazo: está almagrado en su interior, el exterior es negro y acabado grosero como las ollas requemadas. Posee dos asas enfrentadas y un vico, de estas piezas hemos estudiado fragmentos en los que las dimensiones varían de diámetro y altura.

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