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MARIANO ROLDÁN Cuadernos del Sur analiza la trayectoria del poeta ruteño que falleció hace unas semanas en Madrid DIARIO CÓRDOBA NOVELA: ‘LA HIJA DE LA ESPAÑOLA’, DE KARINA SAINZ; ‘LOS TRES LIBROS DE ANA DÍAZ’, DE CARMEN DE BURGOS; ‘FELIZ FINAL’, DE ISAAC ROSA. REFLEXIONES LITERARIAS: ‘HERIDO LEVE’, DE ELOY TIZÓN. BIOGRAFÍA: ‘SHAKESPEARE PALACE’, DE IDA VITALE. POESÍA: ‘ACRÓBATAS DEL AIRE’, VARIOS AUTORES; ‘SENDEROS’, DE MANUEL NEILA. Libros El cordobés está al frente de Trifaldi, una editorial que incluye en su catálogo autores clásicos y actuales. En una entrevista analiza la tra- yectoria que ha seguido esta empresa y sus nuevos proyectos en géneros como el ensayo, la narrativa o la poética. MÁXIMO HIGUERA PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA DIRECTOR: FRANCISCO LUIS CÓRDOBA BERJILLOS COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA AÑO XXXIII. NÚMERO 1.301 SÁBADO, 27 DE ABRIL DEL 2019

MARIANO ROLDÁN · 2019-04-26 · Por otra parte, pienso que hay una gran confusión. España nunca ha sido un país culto. Y eso ha empeorado en los últimos años. Nuestra asignatura

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MARIANO ROLDÁNCuadernos del Sur analiza la trayectoria del poeta ruteño que falleció hace unas semanas en Madrid

DIARIO CÓRDOBA

NOVELA: ‘LA HIJA DE LA ESPAÑOLA’, DE KARINA SAINZ; ‘LOS TRES LIBROS DE ANA DÍAZ’,

DE CARMEN DE BURGOS; ‘FELIZ FINAL’, DE ISAAC ROSA. REFLEXIONES LITERARIAS:

‘HERIDO LEVE’, DE ELOY TIZÓN. BIOGRAFÍA: ‘SHAKESPEARE PALACE’, DE IDA VITALE.

POESÍA: ‘ACRÓBATAS DEL AIRE’, VARIOS AUTORES; ‘SENDEROS’, DE MANUEL NEILA.

LibrosEl cordobés está al frente de Trifaldi, una editorial que incluye en su catálogo autores clásicos y actuales. En una entrevista analiza la tra-yectoria que ha seguido esta empresa y sus nuevos proyectos en géneros como el ensayo, la narrativa o la poética.

MÁXIMO HIGUERA

PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA

SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA

DIRECTOR: FRANCISCO LUIS CÓRDOBA BERJILLOS

COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA

AÑO XXXIII. NÚMERO 1.301

SÁBADO, 27 DE ABRIL DEL 2019

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cartas del norte

Muñoz Molina y Guelbenzu‘tus pasos en la escalera’ y ‘o calle para siempre’

la génesis de una novela, de un poema o de un re-lato corto, en definitiva de cualquier historia que

nos propongamos contar, suele venir precedida de un proceso de sedimentación paliativa, que es como a mí me gusta referir-me cuando hablamos de las mu-sas, de la inspiración o del inna-to talento que se le presupone a cualquier creador. algo hay de incuestionable en esa considera-ción si nos detenemos a analizar cuánto se escribe actualmente. Y algo debe de haber de cierto, por-que, o bien de una premisa, las musas, o bien de la combinación de dos de ellas, la inspiración y el talento, o del agresivo cóctel que se define de las tres una vez cuidadosamente combinadas, se define el resultado final de toda obra creativa, un resultado que no siempre viene acompañado del éxito o del reconocimiento, y que las más de las veces se en-marca dentro de lo efímero que tiene toda actividad neurológi-ca. Podríamos incentivar, a par-tir de esta última consideración, que todo acto creativo tiene un «algo» de autodestructivo, y un mucho de equilibrio entrópico. Y podríamos deducir, a poco que conozcamos y reconozcamos la obra de antonio Muñoz Molina, que en su última novela, Tus pa-sos en la escalera, ha decidido, qui-zás de una manera inconsciente, dar una vuelta de tuerca a toda su carrera para retornar al co-mienzo y a la ciudad que le dio los primeros éxitos. lisboa. en-tre medias, todo un peregrinaje por el desierto que abarca la eta-pa más dura que coincide con el 11-s, fatídico momento que ha-ría cambiar el mundo, que va for-

Luis Santillán

neamente en el género negro, vienen a demostrar la ineficacia de los mismos a la hora de enjui-ciar una novela. Y digo que están encuadradas erróneamente en el género negro ya que creo llegado el momento de diferenciar nove-las clásicas del mismo (Hammett, chandler) con estas otras más cer-canas a la literatura de suspense. Y es que, no por tener un muer-to, un investigador y un asesino, debemos hablar de novela negra. Pero eso será debate para otro momento. ahora, centrándonos en la obra, tenemos de nuevo a la jueza Mariana de Marco, y de nuevo nos encontramos con su intuición e ímpetu investigador a la hora de indagar un asesina-to aparentemente «doméstico». en esta ocasión, tan doméstico como un inocente homicidio en una boda en la que la jueza está como invitada. Una ocasión más para ver crecer «narrativamente» a la protagonista en esta novena entrega de la saga, que es tanto como ver crecer a su autor.

jando la personalidad del prota-gonista y narrador omnisciente, y que culmina con la decisión de abandonar la Gran Manzana en dirección a lisboa, «la más medi-terránea de las ciudades atlánti-cas». ¿acaso estamos ante el re-greso o búsqueda de una nueva Mágina? es posible. Y es que Tus pasos en la escalera tiene mucho de distopía y de novela psicológica. Pero también de ese lado oscuro, ese reverso tenebroso que todos tenemos oculto en el interior.

dos vertientes narrativas viene trabajando José María Guelbenzu con cierta asiduidad: de un lado, novelas como Un peso en el mun-do, un auténtico tratado literario por cuanto significó un punto de inflexión de una manera de ver y entender la literatura por el autor. de otro, obras aparen-temente menores pero de igual densidad sicológica que la an-terior como No acosen al asesino, La muerte viene de lejos, El cadáver arrepentido o la reciente O calle pa-ra siempre, que encuadradas erró-

seres de babel

el autode la PasiónManuel Gahete

el domingo

de ramos se

estrenaba

en Fuente

obejuna

la versión

renovada de

la Pasión, muerte y resurrección

de Cristo. la historia se

justifica por sí misma.

esgrimir la enseña del amor,

incluso hacia aquellos que

nos odian, es un mensaje

irresistible para los perversos

e inconmensurable para los

pacíficos. Y por esto no es

nada fácil llevarlo a escena.

casi dos horas de espectáculo

y, en ningún momento, cedió

la tensión dramática. en un

espacio reducido, más de

cuarenta actores y actrices

plasmaron la gesta heroica

que conmovió y removió las

ideas del mundo. después de

un largo paréntesis de 5 años,

la hermandad del cristo de la

Misericordia y nuestra señora

de Gracia y amargura anima

a Ángel Martín a dirigirla.

todo se concilió para crear

la atmósfera adecuada, para

mostrar y demostrarnos que

Fuente obejuna sigue siendo

el más fiel fiduciario del

legado poderoso con que lope

de Vega nos inmortalizó para

siempre.

Ventanas

Ida VitaleJuana Castro

el pasado 23

de abril, día

del libro, se le

hizo entrega

del Premio

cervantes a

Ida Vitale. Fue

una ceremonia celebrada,

como de costumbre, en el

paraninfo de la Universidad

de alcalá de Henares,

presidida por el rey y la

reina. Ida Vitale es sobre

todo poeta, además de

profesora y ensayista. nació

en Montevideo hace 95

años, y su poesía incide en

las temáticas de la lengua,

la escritura, los libros y el

milagro de la vida en todas

sus manifestaciones.

la saga de las poetas

uruguayas empezó para mí

con Juana de Ibarbourou,

que me descubrió una

poesía de mujer, sensual

y pegada a la naturaleza y

a la tierra. luego vinieron

delmira agustini, Idea

Vilariño, amanda berenguer

y cristina Peri rossi, que

reside en barcelona. a Ida

la conocí personalmente en

2007, cuando inauguró en el

alcázar de córdoba el festival

de cosmopoética. de carácter

abierto, dinámica y jovial,

comunicadora, su cervantes

confirma su faceta reflexiva y

creadora.

VIda Y obra

Gila. cuatro letras, dos sílabas que im-ponen respeto, a artistas y profesio-nales del medio en el que se movía, el conocido hoy co-mo monólogo, y a quienes tuvimos la

fortuna de disfrutar de él. Gila, el hombre que se hizo a sí mismo, cumpliría este año 100 años, y observaría con estupor cómo sus monólogos habían superado a la realidad. Y cómo, a veces, los cañones de los tanques se hacían sin agujero. Gila nació sonriendo porque su madre no estaba en casa, y se nos fue con una lágrima en la mejilla. no soportaba cómo nos dejaba esta vieja piel de toro. tan marchita. Gila, genio entre los genios, poeta entre los poetas, humorista entre los humoristas. Gracias, entre otras cosas, a esta Antología tragicómica de su obra y vida editada por blackie books. L. SANTILLÁN

‘El libro de Gila.Antología tragicómica de obra y vida’. Autor: Gila. Editorial: Blackie Books. Barcelona, 2019.

relato

si existe un géne-ro especialmente maltratado por la historia de la lite-ratura, sin duda alguna es el relato hiperbreve. aun-que, posiblemente decir que es un gé-

nero maltratado sea excesivo. la literatura del siglo XIX y comienzos del XX nos ha deparado grandes cuentis-tas, maestros del relato corto, hiperbreve, minificción o como quiera llamarse.. Y por encima de cualquier otro continente, el hispanoamericano se lleva la pal-ma. ¿Habrá alguien que no haya leído los relatos de Juan José arreola, augusto Monterroso o augusto Mon-terroso? estos autores, y muchos más, forman parte del libro Los pescadores de perlas, un maravilloso volumen. no lo dejen pasar, háganme caso. Perlas literarias para este verano que comienza. L. S.

‘Los pescadores de perlas’. Varios autores. Edita: Montesinos. Edición de Ginés S. Cutillas. Barcelona, 2019.

HIstorIa Y leYenda

Ya son varios los li-bros que se vienen ocupando los úl-timos años de los muertos, de cómo mueren, de cómo son enterrados, de los epitafios de sus tumbas, además de

ese latente misterio de las ultimas moradas. se llamen estos allan Poe, leonardo da Vinci, santa teresa de Je-sús, Goya o William Martin, enterrado este último en el cementerio de Huelva, y al parecer el hombre que jamás existió, pero que fue utilizado como señuelo para enga-ñar a los nazis. lo cierto es que ahora tenemos un nuevo libro, Tumbas misteriosas, editado por almuzara. Y uno se pregunta, ¿aporta este ejemplar algo a los ya existentes? Gustamos mucho de visitar cementerios porque su ico-nografía nos puede enseñar muchas cosas, pero también me absorben la energía. buen comienzo. L. S.

‘Tumbas misteriosas’. Autor: Manuel Jesús Segado Uceda. Editorial: Almuzara. Córdoba, 2019.

2 Cuadernos del Sur AA Agenda Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019

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Alejandro López Andrada

Máximo Higuera Molero (Vi-llanueva de Córdoba, 1953) es dueño y director de Tri-faldi, una de las editoriales

más singulares y genuinas del panora-ma literario español. En su catálogo apa-recen libros de clásicos internacionales y, también, de autores españoles e hispa-noamericanos. Paralelamente a su línea de ensayo y narrativa, ha abierto la co-lección poética «Ay del seis». En esta en-trevista el editor y traductor habla de sus proyectos más recientes en el ámbito edi-torial. -Antes de nada, ¿cómo y cuándo inició su aventura de crear una editorial emi-nentemente selecta y literaria como es Trifaldi?-En el año 2005 se celebraba el cuarto cen-tenario de la aparición de la primera par-te del Quijote. Era una magnífica ocasión para poner en marcha un proyecto que ya teníamos concebido previamente: resca-tar y editar obras fundamentales que, por distintos motivos, no eran ya accesibles al lector. El primer título del catálogo fue, pues, Mujeres del Quijote, de Concha Espina, obra de gran éxito en su época, pero que no se editaba desde 1916. La novelista cán-tabra recrea allí, a su modo, todas las mu-jeres que aparecen en la obra cervantina. Editamos la obra, rescatando también las ilustraciones de Santiago Ontañón, Serny, y César Abín.

-A muchos sorprende que, en tiempos malos para la lírica, usted haya inaugu-rado dentro de su editorial la colección de poesía «Ay del seis», con un interesan-te catálogo y un diseño a la vez elegante y muy moderno, ¿compensa publicar en estos días de poesía banal, deffrediana y marwánica, otra mucho más enjundiosa y de calidad? -La lírica nunca ha tenido buenos tiempos. Los poetas del siglo XVII morían de ham-bre. Lope de Vega tenía que escribir cartas eróticas por encargo del Duque de Sessa para garantizarse la manutención. Hoy es más necesaria que nunca una labor edito-rial que haga visibles a poetas que asumen riesgos, no solo a aquellos que se amoldan a continuar hasta el infinito los modos poéticos ya conocidos y experimentados. Por otra parte, pienso que hay una gran confusión. España nunca ha sido un país culto. Y eso ha empeorado en los últimos años. Nuestra asignatura pendiente sigue siendo la educación. No hay más que oír a nuestros políticos. El último intento se-rio de establecer en España una educación integral fue el de la Institución Libre de Enseñanza en el primer cuarto del siglo pasado. Todo aquello acabó abruptamen-te, segando de cuajo una generación que,

la editorial trifaldi está dirigida por el cordobés máximo higuera

molero, que ha conseguido crear una de las firmas más singulares

de la literatura española, recuperando títulos clásicos y actuales

Máximo Higuera

tas muy conocidos en América. Es el ca-so del cubano José Kozer, inmenso poeta, propuesto para el Premio Cervantes en su última edición, y ganador del prestigioso Premio Iberoamericano de Poesía, Pablo Neruda. De Kozer editamos el primero de una serie de poemarios titulado Imago Mundi I. También el uruguayo Eduardo Es-pina, cuya Caza nupcial, referente mundial del neobarroco, desde 1983, aún no había sido editado en España. -Algunos de los títulos que aparecen en el catálogo de la editorial Trifaldi han si-do traducidos por usted, sobre todo los de Marcel Proust, ¿qué tarea le resulta más gratificante la de editor o la de tra-ductor? -Gratificantes son ambas por distintos mo-tivos. La de traductor parte de un interés, (casi enamoramiento) de la obra original, que constituye el impulso para querer ver-terla a la lengua propia. Supone todo un reto que requiere del traductor dotes de escritor. La tarea de editor tiene también su faceta apasionante: descubrir y dar a conocer al público autores y obras que no existían para el lector. Y esto a pesar de los momentos de decepción, que también se producen.

-En la actualidad, cuando está tan de mo-da el tema del feminismo en el campo de la literatura, Trifaldi ha editado uno de los libros más hermosos que he leído de esta temática, ‘Mujeres que trepan a los árboles’, de la escritora peruana Patricia de Souza, ¿qué resaltaría más de esta no-vela su mensaje o la construcción de la misma y el modo en que está escrita la obra?-Estoy de acuerdo. La novela de Patricia de Souza es un ejemplo de cómo en una obra narrativa de apenas 160 páginas se puede conciliar feminismo, trama amorosa, nos-talgia de la infancia en el país de origen, choque de culturas... y temas como la colo-nización del lenguaje, en los que Patricia (doctora en Ciencias Políticas por la Sor-bona) es una experta. Y todo ello con una exquisita calidad literaria. Mujeres que trepan a los árboles tiene otros preceden-tes de tema femenino en nuestro catálogo: Mujeres del Quijote, del que ya hablé; Mujeres de la Revolución, de Jules Michelet (sobre las heroínas de 1789); Mujeres y criados, la obra inédita de Lope de Vega...

-Siguiendo con su línea de apoyo a la narrativa y a la poesía de calidad, usted acaba de publicar la última novela del es-critor Justo Vila, uno de los autores más sólidos de la denominada literatura de compromiso ético y social. Quienes he-mos leído este libro, ‘Mañana sin falta’, hemos quedado impresionados por su alto voltaje literario, ¿qué puede aportar un autor tan consolidado como es Vila a Trifaldi? -Mañana sin falta, de Justo Vila, refleja en una amena y bien construida narración lo que ha ocurrido en España en los últimos cincuenta años, con una prosa de gran ca-lidad, que nos acerca a Benito Pérez Gal-dós, al Cela de La familia de Pascual Duarte, e, incluso, a El Jarama, del recién desapare-cido Rafael Sánchez Ferlosio.

-Por último ¿qué nuevos títulos tiene proyectado sacar a la luz?-En poesía, será una antología de la valen-ciana Carolina Otero Belmar, Piscina fuera de temporada, y un libro del peruano Mau-rizio Medo, titulado Las interferencias. En cuanto a ensayo, un clásico de Jules Cham-pfleury, La caricatura en la Edad Media y el Renacimiento.

ner su espacio. Por cierto el diseño de la colección «Ay del seis» se lo debemos en gran parte al ilustrador cordobés Miguel Cerro, que captó perfectamente el espíritu del proyecto.

-Tanto en el catálogo de narrativa en Tri-faldi como en la colección poética «Ay del seis» aparecen autores hispanoame-ricanos, ¿es usted un editor de los que apuestan por la buena literatura o se muestra abierto también a la edición de libros ‘best sellers’ de usar y tirar?-Intentamos que nuestro catálogo siga cre-ciendo con obras que no podemos denomi-nar como de evasión. Como en otros ám-bitos, en la poesía seguimos de espaldas a América. Muy lejos quedan los años en los que Rubén Darío, Vallejo, Alfonso Reyes, Huidobro, Girondo, Neruda, convivían en España con los poetas de aquí. Dentro de nuestra colección, hemos publicado a poe-

«La lírica nunca ha tenido buenos tiempos. Los poetas del siglo XVII morían de hambre. Lope tenía que escribir cartas eróticas por encargo del Duque de Sessa»

Máximo Higuera.

CÓRDOBA

aun así, llegó a dar varios premios Nobel. Luego vino el golpe, la guerra y el yermo de la dictadura, cuyos efectos duran hasta ahora. Hoy parece que nos conformamos, orgullosos, con sucedáneos: turismo cul-tural en lugar de cultura; aumento de las pizarras electrónicas, en lugar de educa-ción; ejercicios literarios para adolescen-tes, en lugar de poesía. Y no está mal que haya de todo. Pero cada cosa debería te-

Cuadernos del Sur AA Entrevista Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019 3

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Mucho más que una buena historiaKarina Sainz ha escrito ‘La hija de la española’, uno de los libros más interesantes del año

Ricardo Bellveser

noveLa

La novela La hija de la espa-ñola comienza en el fune-ral de adelaida Falcón, la madre de la protagonista,

una maestra que ha sufrido una larga enfermedad, a quien en-tierran «con sus cosas, el vestido azul, los zapatos negros sin cu-ñas y las gafas multifocales», co-mo en una caricatura de una fa-raona egipcia, solo que estamos en Caracas, en el Caracas de Ma-duro, en la venezuela heredada de Chávez, fascinada por la figu-ra de Simón Bolívar, porque a los hispanoamericanos, y a los vene-zolanos en particular, les encan-ta la figura de los dirigentes a ca-ballo y con espada, en la celebra-ción del mito.

el escenario es un país en de-rrumbe, en el que hay estudiantes violados con el cañón de un fusil, un país que chapotea en un régi-men de terror, en el que se pro-ducen con absoluta impunidad torturas por parte de la policía, del Sabin o de los paramilitares que corren por las calles a pie o en moto, que asaltan personas o viviendas con total impunidad, y para los cuales todo vale.

Pero, al contrario de lo que pu-diera parecer, no se trata de una novela de denuncia política, ni quiere ser heredera del realismo sucio que aprovecha el hilo de la historia para ejecutar sus denun-cias, sino una novela entretenidí-sima, escrita con un claro sentido de la narratividad y de la ameni-dad. Una excelente novela, como hace tiempo que no leíamos y que está más cerca de la Patria, de Fer-

Karina Sainz.

FERRÁN NADEU

nando aramburu, que del Crema-torio, de Rafael Chirbes.

es el milagro de una joven pe-riodista y escritora venezolana, Karina Sainz Borgo, nacida en Caracas en 1982, que se estrena como novelista con esta delicia, hija y nieta de españoles, vive en Madrid desde 2006, donde traba-ja como periodista en Vox Popu-li, en Onda Cero o en El Mundo, y que, tras redactar esta historia, se presentó en la Feria del Libro de Frankfurt (alemania) y la han querido comprar 22 países, sellos editoriales tan importantes como

Gallimard o Harper Collins. estas cosas suceden a veces, que una jo-ven escritora, que hasta ahora so-lo había publicado Caracas hip-hop y Tráfico y Guaire. El país y sus intelec-tuales, los dos hace diez años, en 2008, al poco de llegar a españa, se acerque a la narrativa y acier-te con tanta plenitud. Ha nacido, desde luego, una gran escritora de la que ya se espera todo.

entierran a la madre, estaba contando, con la decepción de que al velatorio solo van seis per-sonas, entre ellas ana, la herma-na de Santiago, de quien luego

hablaré, y alguna otra imprevisi-ble, y cuando acabados todos los oficios, y dada la paz al cadáver, la hija regresa a casa, descubre que ha sido saqueada por los para mi-litares bolivarianos a las órdenes de Maduro, esos que van por las calles apaleando manifestantes, o que con sus motos producen el horror de los ciudadanos, bra-mando por las avenidas de una ciudad y de un país perdido en el caos económico –no hay de nada ni en tiendas ni en farmacias–, en el caos político y moral, en la calamidad general, como consta-tación de que la supuesta revolu-ción del socialismo del siglo XXI, no es más que una estafa perma-nente, que los arrastra a todos ha-cia el desastre.

NO ES UNA NOVELA POLÍTICAPero, insisto, no es una novela po-lítica. estas conclusiones las saco yo como lector, no son situacio-nes declamativas como objetivo único de la autora. Sí hay algo del ejercicio de la crónica como ma-terial novelístico, es, una crónica de un tiempo, de un momento, de un país, de unas circunstan-cias, de una encrucijada, pero convertidas en una narración ab-sorbente, con páginas sobreco-gedoras como cuando cuenta la historia de Santiago, –el herma-no de ana a quien he citado an-tes– un prometedor estudiante, apresado por los chavistas hijos de la revolución, detenido, lleva-do al sótano del Sabin llamado La Tumba, porque es eso mismo por su tamaño, un espacio claus-trofófico, donde es torturado, abusado hasta el extremo que se ve obligado a atracar e incluso a

matar para poder sobrevivir... Pe-ro es evidente que la novela parte del fin de la madre, orfandad que se proyecta también en el fin de la patria y de la esperanza, simul-táneamente unas cosas y otras, porque tampoco hay padre, el pa-dre, hace muchos años, cuando supo que había dejado preñada a la madre, salió corriendo y nunca volvió.

La protagonista, al regresar a casa y encontrarla desolada por los asaltantes que la han requi-sado, va a la casa de una vecina, aurora Peralta, conocida como la hija de la española, y al entrar la encuentra muerta y junto a ella una carta por la que se le concede el pasaporte español, puente de plata para cambiar de personali-dad, apropiarse del documento e iniciar una nueva vida con un nuevo nombre y los papeles en regla, huir del infierno y así neu-tralizar la permanente espiral de perdedores que engulle a los ve-nezolanos, pues «‘Perder’ se con-virtió en un verbo igualador que los Hijos de la Revolución usaron en nuestra contra».

La novela huele a verdad, a ga-ses lacrimógenos, a algarada calle-jera, a miedo, y sobre este escena-rio se cuenta una historia emocio-nante, cautivadora, que convierte a esta novela en un acontecimien-to literario, pero también social.

‘La hija de la española’. Autora: Karina Sainz. Editorial: Lumen. Barcelona, 2019.

Un futuro apocalíptico

Situar la historia en unas coordena-das espaciotemporales inexisten-tes en las que todo es idílico (uto-pía) o, por el contrario, en las que

la sociedad humana está en decadencia (distopía) es un recurso que ha sido uti-lizado profusamente a lo largo de los si-glos. Las motivaciones son variadas. a ve-ces se trata de denunciar los males que afectan a una comunidad o a un país con-cretos porque el autor no disfruta de la suficiente libertad para hacerlo abierta-mente. es el caso de Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, o de Los estados e im-perios de la luna, de Cyrano de Bergerac. en otras ocasiones, aunque pertenece a un estado democrático que respeta las

esperada huida de la ciudad, donde sus habitantes, víctimas de la violencia y so-metidos por las mafias, «caminan por las avenidas esperando que los rescate la na-da, como los autómatas, como almas en pena».

Sholombra es la novela de un autor en plena madurez, dotado de una capacidad innata para narrar y de una imaginación desbordante, que escribe por el placer de fabular historias que debería ser el verda-dero objetivo de todo buen escritor, de dar vida a los personajes que anidan en su imaginación y de materializar su particu-lar visión del mundo.

situar sus novelas en apocalípticas socie-dades distópicas. Consciente de esta tras-cendencia, el escritor cordobés Juan Bosco Castilla (Pozoblanco, 1959) ha creado, a lo largo de varios y fecundos años, una mag-na obra, la trilogía Occidente, cuyo primer volumen es Sholombra. en una sociedad en inexorable declive, en un «cementerio de muertos vivos que no se atreven a salir de sus tumbas», dominada por la verdad ab-soluta que ha devenido en un estado co-rrupto y totalitario, que ha convertido a los humanos en seres timoratos, planos y rutinarios, aparece un personaje que, marcado por una dura infancia, se siente como una nota discordante cuando descu-bre el poder del crimen como medio para conseguir sus fines.

al tiempo que sufre en sus carnes el poder terrible del amor, inicia una des-

libertades de creación y de expresión, el novelista prefiere elaborar una comple-ja alegoría repleta de paralelismos y de metáforas, renombrar las cosas, idear un sistema político y una forma de organi-zar la sociedad diferentes, consciente del atractivo que supone para el lector trasla-darse a un mundo que parece tan distin-to, pero que, en el fondo, es muy seme-jante al que le ha tocado vivir, al tiempo que lo invita a reflexionar sobre las con-secuencias de sus actos.

La permanencia en la retina y en la me-moria del lector y en las del espectador en las ulteriores adaptaciones cinematográ-ficas de Un mundo feliz, de aldous Huxley; de La naranja mecánica, de Stanley Kubrick; de 1984, de George orwell o de El planeta de los simios, de Pierre Boulle, radica, pre-cisamente, en que sus autores decidieron

Félix Ángel Moreno Ruiz

‘Sholombra’. Autor: Juan Bosco Castilla. Editorial: Amazon, 2018.

noveLa

4 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019

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No cabría mejor definición para un libro, Herido leve (2019), que bien podría subtitularse, «auto-biografía intelectual», un volu-

men que Eloy Tizón (Madrid, 1964), tra-za desde su inagotable amor a la literatu-ra. Una vez que tenemos este voluminoso texto en nuestras manos nos asaltan cues-tiones del tipo, ¿cómo lee un escritor? ¿en qué aspectos se fija? ¿a qué abismos se aso-ma? ¿de qué manera las ficciones atrapan y modifican nuestra mirada? Estas pregun-tas, y muchas otras, que comparecen ante este ensayo literario, articulado en torno a ocho constelaciones temáticas, en las que narradores clásicos y posmodernos, consa-grados y malditos, creadores y libros dia-logan entre sí, y se complementan, discu-ten o colisionan. Toda una serie de retra-tos de escritores y sus fantasmas, teorías y controversias, mitos y curiosidades des-filan por estas páginas que constituyen un festín literario para exquisitos, un libro de libros, que recoge treinta años de memo-ria lectora, y configura un gran mapa para orientarnos, o tal vez para perdernos, en la visión de unos clásicos que el madrile-ño ha ido descubriendo con su voracidad lectora con el paso de los años.

Una vez abrimos el libro, sospechamos, ¿para qué escribe un escritor sobre lo que lee? Para prolongar todas las sensaciones percibidas a lo largo del proceso de lectu-ra, íntima y personal, o incluso para ofrecer y, de alguna manera, dejar constancia por escrito o dar algo más de luz a ese proceso lector, aunque sin duda alguna para que como él sostiene, haya más heridos, aun-que leves, que participen de su propia expe-riencia. La madrileña Páginas de Espuma, con la edición de este volumen, nos asegu-ra gran parte de estas afirmaciones. Una vez revisados los antiguos archivos de un disco duro antiguo, Eloy Tizón, en virtud de su propensión a no permanecer ocioso mucho tiempo, curioseó en carpetas que contenían una cantidad considerable de re-señas y artículos literarios realizados mu-cho tiempo atrás, sobre todo en Revista de Li-bros y otros medios como El Sol y El País. Fue entonces cuando revisó textos, corrigió pá-ginas, desechó otras y, lo más curioso, tras numerosos pasos previos, consiguió desco-dificar antiguos programas de ordenador para leerlos, incluso reunió los numerosos recortes de prensa y con una valiosísima ayuda de Cris Montes, digitalizarlos para ordenar finalmente lo que se convierte en un regalo luminoso para el lector porque a la luz que puedan dar los libros comenta-dos, el apasionado Tizón añade el detalle reflexivo de alguien que busca la pincela-da precisa en sus exposiciones sobre libros y autores. Las tres décadas transcurridas por esta amplia muestra de colaboracio-nes ofrece la atenta mirada de un pasado y, ahora, pese a la perspectiva del tiempo, re-unidas en un orden que el autor establece, tienen un sentido completo, una estructu-ra lógica. Eloy Tizón propone ocho bloques en un orden personal, argumentado los tí-tulos sobre los que se habla, y se especifican

ren a Poe, Twain, Chesterton, Perutz, Dürr-enmatt Sciascia, Busi, Murakami y Capote entre otros, y la nómina nacional, «Mentir en nuestro idioma», incluye a Cervantes, Sánchez-Silva, Martín Gaite, Monterroso, Magrinyá, Sáez de Ibarra, Menéndez Sal-món y Neuman, y una final y espléndida «Metamorfosis del cuento».

Un auténtico recuento de lecturas o vade-mécum de aquellos autores que deberían formar nuestra educación literaria, lectu-ras por las que, bajo el cuidado de Eloy Ti-zón, no pasan los años y se convierte en esa luz que nadie puede apagar, casi esas técni-cas de iluminación con que nos deleitaba años después, la muestra hoy, ese Herido le-ve que, de alguna manera, subsana buena parte del confuso panorama de recomenda-ciones literarias que se asoman a nuestras mesas de novedades. Un libro que, con el autor, celebramos con una modulada y pre-cisa dicción que nos lleva a sentirnos, como él, profundamente heridos.

capítulos, devoraría a lo largo de un vera-no. Una amplia muestra de la lectura como arte recoge, «Bárbaros sofisticados», y se in-cluye en este curioso catálogo a David Lod-ge, Gustave Flaubert, Marcel Schwob, Luis Gonzalo Díez, Henry Muger, Alice B. Toklas, Wyndham Lewis, el trío Thomas Mann, Di-no Buzzati y Samuel Beckett, Stanislaw I. Witkiewicz, Mário Cláudio, John Beger, Da-niel Gil, Murasaki Shikibu, Yukio Mishima, Kazuo Ishiguro o Alfred Döblin, autores cu-yo magnetismo queda patente porque en casi todos ellos descubrimos ese sabor de algo común y una luz eterna que incita a sentir mientras percibes aquello que Tizón interpretó, y en estas páginas se muestra la huella de su fascinación, y se convierte, sin duda, en una auténtica autobiografía intelectual. Los apartados se construyen con «Lámparas rusas», que inevitablemen-te evocan a Chejov, Tolstói, Tsvietáieva y Bitov, entre otros; en otro hermoso título como «Tiempo esmeralda» se reúne a Ca-netti, Ozick, Mediano, Wolf, Gordimer, Ford o Bellow para llegar a un destino que recoge «Todas direcciones» y encontramos el más nutrido grupo de clásicos de una re-ciente modernidad, Hawkes, Sterne, Rim-baud, Foster, Dinesen, Theroeux, Le Clezio, Sebald y Nooteboom, entre otras fantasías animadas, como titula, Tizón a autores de ayer y hoy. Los «Equívocos fatales» se refie-

«Toda una serie de retratos de escritores y sus fantasmas, teorías y controversias, mitos y curiosidades desfilan por estas páginas»

Abismos de la ficciónREFLExIONES LITERARIAS

Eloy Tizón recupera los comentarios sobre algunos de los libros que más le marcaron

Pedro M. Domene

Eloy Tizón.

CHUS MARCHADOR

‘Herido leve.Treinta años de memoria lectora’. Autor: Eloy Tizón. Editorial: Páginas de Espuma. Madrid, 2019.

con el criterio de un escritor que aprecia el esfuerzo, el riesgo, el ingenio y la sencillez a la hora de acercarse a autores y a sus tex-tos. En un extenso prefacio explica los as-pectos técnicos que demuestran el porqué del acierto de esta singular obra y la rique-za de un texto, en su conjunto, además de la calidad de la mayoría de ellos. El primer bloque, «Intuiciones tempranas», reúne primeras lecturas de Juan Eduardo Zúñi-ga, hoy centenario y cuentista imprescin-dible, Djuna Barnes, Felisberto Hernández, John Cheever, Clarice Lispector, Franz Ka-fka, Juan Carlos Onetti, Vladimir Nabokov o Julio Cortázar, casi todos, como afirma el autor, desde el principio fruto del asombro, autores de aquel libro que, dosificando sus

EL PROCESO SELECTIVOTizón se considera muy feliz con

‘Herido leve’, muestra su alegría

en cada una de las páginas de este

inagotable amor a la literatura. En

el pulso narrativo del libro subsiste

el mismo vértigo que el autor pone

en su obra de ficción, cuentos y

novelas. Según declara, los géneros

no importan, en el fondo es literatura

que habla de literatura. El autor se ha

exigido un criterio de calidad para

reunirlos, indultando aquellos que se

sostienen pese al paso del tiempo, y

en los que se reconocía, descartando

otros que respondían a intereses más

circunstanciales, y que publicados en el

conjunto no iban a resistir la criba del

tiempo. Tizón señala un doble trabajo

en este libro: por un lado, reescribiendo

los textos hasta considerarlos

satisfactorios, encajándolos en una

estructura coherente que evitase la

aglomeración informe. Un segundo

proceso le llevó a realizar muchas

pruebas, desplazando piezas de un

capítulo a otro, hasta que han ido

encajando en el lugar adecuado.

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019 5

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Lecciones de un hermano muerto

La visita de la chica de la que estu-vo enamorado Michael, diez años después de la muerte de su her-mano, desata toda una historia

de lucha y pérdidas, de sombras y silen-cios que parecían ocultos y ahora salen a la luz.

Magnífica novela de David Chariandy (Scarborough, Canadá, 1969), profesor de literatura inglesa en la Universidad cana-diense Simon Fraser, uno de los más im-portantes autores canadienses en la actua-lidad. Su primera novela Soucouyant (2007) recibió prestigiosos premios y buena crí-tica. Hermano (2017), traducida por Alian-za Editorial (2019) ganó el Roger Writers’ Trust Fiction Prize en 2017 y fue Premio del Libro de Toronto en 2018.

Francis y Michael son dos hermanos in-migrantes, oriundos de Trinidad, que vi-ven en un suburbio de Toronto. Son cria-dos por su madre, sola, luchadora, esforza-

peranza, la música, el amor y la camarade-ría: «A veces sucede algo entre algunos chi-cos de barrio. Ese algo se nota en el modo en que chocan las manos, en ciertas mira-das y abrazos, algo parecido a una verdad profunda, innegable, de la que rara vez se habla y nadie expresa» (pág. 115).

El dolor, la pérdida, los prejuicios, el destino fatal solo encontrarán alivio en el amor, única fuerza que los trasciende en el doloroso recuerdo de la muerte del joven. La novela va descubriendo, con el recuerdo de aquellos hechos, los tristes acontecimientos que llevaron a aquella pérdida de la que nunca se recuperarán. Narrada magistralmente en dos planos, el del hoy y el del recuerdo diez años atrás, la acción va añadiendo a cada paso nuevos matices, en un relato de profunda huma-nidad y excelente lirismo.

da hasta la extenuación, obsesionada por sacar adelante a sus hijos en un ambiente duro, insensible y lleno de hostilidad ha-cia los inmigrantes. En ese mundo tan ad-verso los jóvenes buscan una salida digna a sus vidas pero un destino funesto, abo-nado por la violencia y los prejuicios, los arrastrará a la desgracia.

Han pasado diez años desde el aconteci-miento trágico que marcará las vidas de los protagonistas. Michael recibe la visita de Aisha, la chica de la que estuvo enamo-rado y a la que no ha vuelto a ver desde la muerte de su hermano. Esa terrible tra-gedia ha producido en la madre y el her-mano superviviente un duelo conflictivo al que ahora se suma la muerte del padre de Aisha. Ese es el motivo de que los jóve-nes se vean de nuevo y afloren, diez años después, todos los sentimientos larvados y ocultos que siguen destrozando sus vi-das.

Una narración paralela, entre el mo-mento actual y continuas analepsis con las que el autor nos trae hábilmente las es-

A. Monterroso

‘Hermano’. Autor: David Chariandy. Editorial: Alianza Editorial. Madrid, 2019.

David Chariandy.

NovELA

cenas del pasado, va colocando cada tesela en el espacio adecuado hasta completar el gran mosaico de sus conflictos. A aquellos jóvenes solo los salva de la violencia y los prejuicios la insobornable fuerza de la es-

JOY VAN TIEDEMANN

¿Cuatro obras de Carmen de Burgos?Hiperión publica tres novelas y una traducción inéditas que atribuye a la periodista

Alberto Monterroso

NARRATivA

¿Fue Ana Díaz uno de los pseudónimos que empleó Carmen de Burgos? Así lo piensa Jesús Munárriz, que,

hace años, encontró casualmen-te el primer volumen de la trilo-gía que ahora publica Hiperión y a la que en un principio no rela-cionó con la autora almeriense. Tras una larga labor de investiga-ción llegó a la conclusión de la autoría «leyéndola y releyéndo-la, cuanto más sabía de la vida y la obra de Colombine, más con-firmación iba teniendo de lo que primero fueron sospechas y aca-baron siendo seguridades. Solo una persona hace cien años era capaz de escribir estos tres libros y esa persona era Carmen de Bur-gos. Las evidencias son abruma-doras» (pág. 37).

Carmen de Burgos y Seguí (Al-mería, 1867–Madrid, 1932) fue periodista (primera mujer corres-ponsal de guerra), escritora, tra-ductora, una de las mayores inte-lectuales del siglo XX y precurso-ra del feminismo en España. Su obra fue perseguida con saña por la dictadura, que se revolvía con-tra su pensamiento ilustrado y la contundencia de su mensaje libe-rador. Fue defensora insobornable del divorcio, luchadora contra el sexismo, a favor del voto femeni-no, contra la pena de muerte y las guerras, valedora de la libertad de la mujer a través de la formación

Carmen de Burgos.

CÓRDOBA

intelectual y la moderación. Bus-caba la igualdad de derechos, ha-blaba de personas y no de guerra de sexos. Por eso sus libros fueron expurgados de librerías y biblio-tecas. La dictadura quiso borrar su memoria, porque el verdadero peligro para la autocracia está en el mensaje liberador y pragmáti-co. Ante la reflexión sensata a fa-vor de la libertad e igualdad, sin estridencias ni fanatismos, nadie puede oponerse visiblemente sin dejar al desnudo su arbitrariedad, sin poder disimular latentes radi-calidades.

Escribió casi doscientas obras: un centenar de novelas cortas, cuentos, ensayos, biografías, li-bros de viajes, crónicas periodís-

ticas y traducciones. Toda esta literatura fue prohibida tras la guerra civil porque su mensaje atentaba contra el nacionalcato-licismo imperante. Pero su im-portancia fue enorme. vivió a ca-ballo entre la generación del 98 y los movimientos de vanguardia. Alcanzó gran fama en España pe-ro también en América y Europa, hasta llegar a convertirse en la voz más autorizada del feminis-mo y la lucha por las libertades civiles en nuestro país. Utilizó varios pseudónimos para publi-car, de ellos el más conocido es Colombine, pero hay varios más: Perico el de los Palotes, Gabriel Luna, Honorine, Raquel y Maria-nela. Si entre ellos se encuentra

también el de Ana Díaz, tal como Jesús Munárriz afirma en esta edición arguyendo argumentos de peso, quedaría en manos de especialistas la responsabilidad de atribuir con total seguridad es-tos escritos a Carmen de Burgos. Las tres novelas y la traducción de que consta la edición parecen avalar su autoría. La primera de ellas se titula La entretenida indis-creta, una especie de novela pica-resca en la que la protagonista es una mujer de principios de siglo que cuenta sus andanzas desde su infancia miserable en un pueblo de Sevilla hasta su licenciosa vida en las altas esferas del Madrid de la época. La segunda es la Guía de cortesanas en Madrid y provincias.

Mantiene aquí el mismo tono y temática desarrollados a cargo de una protagonista, retirada del ofi-cio, que redacta un manual para instruir adecuadamente a quie-nes quieran dedicarse a esta ocu-pación con garantías de éxito. El nombre de Ana Díaz es, sin duda, un guiño a la mujer del mismo nombre que aparece en la novela picaresca de Mateo Alemán Guz-mán de Alfarache. La tercera nove-la lleva por nombre La imperfecta casada, donde la autora hace una decidida defensa del adulterio co-mo forma de responder a la opre-siva situación social de la mujer a principios del siglo XX. El volu-men culmina con una traducción de la obra del portugués Francis-co Manuel de Mello (1608-1666) Guía de casados. Las cuatro obras fueron publicadas por la madri-leña Biblioteca Hispania durante el primer tercio del siglo XX. ¿Son cuatro nuevas obras de Carmen de Burgos escritas bajo un nuevo pseudónimo, Ana Díaz? Conveni-mos con el editor en que es así. Es su estilo, su temática, sus ideas, su concepción del mundo y el ar-te, sus lecturas, su erudición. Es Carmen de Burgos.

‘Los tres libros de Ana Díaz’. Autora: Carmen de Burgos. Editorial: Hiperión. Madrid, 2019.

6 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019

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Toda muerte es abrupta, indesea-ble y odiosa, pero si se presenta en medio de un incendio imprevisto –como ocurrió en los casos de Ra-

fael de Cózar y de Mariano Roldán– es ade-más inesperada y cruel. Por eso, Mariano Roldán, al dejarnos solitarios y tristes, nos empuja a recordar su obra, su actividad y su impronta literaria en los diversos cam-pos que cultivó, entre ellos el de la poesía que se le hizo tan necesaria y que moti-vó que durante años, en su pueblo natal de Rute, se convocara el reconocido Pre-mio Nacional de Poesía Mariano Roldán, que cuidaba y editaba la editorial Ánfora Nova, convirtiéndolo durante años en fo-co lírico inagotable para la poesía nacio-nal de principios del siglo XXI. Ahora, con su muerte, no habría mejor ocasión para revitalizar un premio que en los últimos años nos ha dejado necesitados de su lla-mada y calidad.

Autor sobradamente conocido en el pa-norama de las letras españolas desde la dé-cada de los años 50, cuya cultura realzó al alentar las publicaciones Alfoz y Revista del mediodía, fue a partir de 1960 cuando ad-quirió una mayor resonancia al conseguir el Premio Adonais con un manuscrito ti-tulado Hombre nuevo, que daba a la lírica cordobesa un segundo momento de fulgor después del que ya le diera, en 1949 y con el mismo galardón, el pontanés Ricardo Molina. Desde aquella memorable fecha, Mariano Roldán ha escrito y editado ince-santemente, de lo que dan fe más de una treintena de libros publicados hasta el momento, con alguno de los cuales –cita-mos concretamente el titulado Asamblea de máscaras– volvió a merecer galardones de prestigio como el Premio Internacional de Melilla. Gracias al ensayo de Marina Durañona (La poesía de Mariano Roldán o La autenticidad del hombre nuevo) podemos va-lorar hoy, con la objetividad de un trabajo hecho a conciencia y avalado nuevamente por Ánfora Nova, lo que es y representa la lírica del poeta ruteño.

La poesía ha sido para Mariano Roldán razón de vida y razón de amor, y de ello ha dejado constancia en libros, en revistas literarias (entre las que recordamos Caleta o Empireuma), en antologías y en homenajes. Penetrar el espíritu de la poesía y anhelar las sonoridades rumorosas de los endeca-sílabos castellanos, de los versos del sim-bolismo francés o de los anapestos latinos es pasión ferviente y constante en Maria-no Roldán, al que debemos agradecer que editara, en 1977, una necesaria Antología de urgencia de Juan Rejano, del que también dio a conocer unos años más tarde, en 1989, Siete poemas inéditos. De este, de Juan Re-jano –un exiliado al que hoy se pretende reivindicar y hacer justicia literaria– tuvo desde el principio una opinión de certero reconocimiento crítico al afirmar, en una carta fechada en mayo de 1976 y dirigida al propio Rejano, lo siguiente: «Como poe-ta español protesto de que un poeta de su valía sea tan desconocido en su propia tie-rra». Pasión ferviente y personal quehacer

tres secciones más un prólogo y el epílogo. Así, instalarse en ese territorio de la vejez, obliga a plantearse muchas vivencias de la misma (el amor, la presencia de los muer-tos conocidos, la «insolente soledad», la avaricia circundante, la belleza del paisaje y de la luz...), que son también pensamien-tos prolongados desde el recuerdo hasta los últimos años. Lo que se pretende es atraer hasta este tiempo del declive vital recuer-dos infantiles teniendo en cuenta que así se va «memorando el perdido paraíso cam-pestre/donde su infancia se aletargó go-zando, ingenua». En unas composiciones se aconseja, en otras se desea o se satiriza y en otras se recuperan vivencias recluidas en su mundo interior o trasladadas de la experiencia de otros hombres.

Preocupaciones similares refleja Claridad de lo oscuro (Ánfora Nova, 2013), análisis, a través de una treintena de composiciones, de lo que se denomina quimera «suicida, hermosa, de seguir viviendo». Lo que el poeta hace, apoyado en otros que ya co-mentaron lo azaroso de la existencia, es reconvenir la ilusión de la poesía en tanto la vejez le aporta nuevas vivencias y con-vencidas reinterpretaciones del entorno. Así, vivir es redescubrirse a cada instante, comprender la contradicción (él dice estar instaurado en «mi paz, con su voraz des-asosiego» y anclado en la «irreal realidad»), amoldarse a la soledad perenne y al trans-currir irreparable del tiempo. El tiempo, pues, es imbatible, fundamental concepto al que se alude en titulares y poemas.

Sin impudicia, los versos van bordeando siempre la que se considera «Mi vejez, ese frágil tesoro», buscando comprenderla y acomodar en ella lo que es ya inminente conciencia del acabamiento terrenal, como muestra la composición en cinco secciones Quinteto de la rosa: «Hermosa eres, muerte mía/.../ante el último humano que he de serme». Sí, la muerte suya, que se le pre-sentó tan brusca e implacable.

que, sobre todo, en Córdoba se le honre y recuerde, poniéndolo como ejemplo de ca-pacidad creadora y de talante de universal humanismo. Es lo justo y, además, es lo es-perable para bien de la cultura cordobesa por muchos años.

Tras publicar en 1996 La nunca huyente rosa, y enseguida su Antología poética (1953-1988), su siguiente título es Los dones reserva-dos (Ánfora Nova, 2010), un amplio poema-rio que, tal como señalan versos del primer poema, clave de todo el libro («Gozo pro-fundo del instante», «de la longevidad bien asumida»), pretende ser la biografía de su propia vejez, relatada en tercera o segunda personas y haciéndola constar líricamente en cuarenta y cinco poemas englobados en

Mariano Roldán, el inesperado adiósPoESíA

El reciente fallecimiento del poeta ruteño obliga a revisar su creación lírica

Antonio Moreno Ayora

Mariano Roldán.

PADILLA

insoslayable debe ser la poesía para Maria-no Roldán si ha hecho mérito una y otra vez de su capacidad de traductor para tras-ladar al español el sentir de otros poetas: el de Antonia Pozzi, traducida del italiano, el de Catulo y Lucano, versionados al espa-ñol desde el latín en 1984 y 1995, respecti-vamente, y por fin, el de Paul Valéry en El cementerio marino.

Para la cultura cordobesa, y por natural extensión para la española, es Mariano Roldán un nombre imperecedero y de refe-rencia. Estando vinculado a Rute por naci-miento, por afecto vital –dos versos suyos nos dicen «Busqué esa piedra y no hallé/su brillo en ninguna parte»–, y por la fuerza de su más íntima predilección, es justo

Cuadernos del Sur AA Semblanza Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019 7

VERSOS EN LA TIERRA

La primera y única vez que lo vi fue en una lectura que

di en el CEU de Madrid. Por entonces, acababa de obtener

recientemente el premio de poesía que lleva su nombre. Él

apareció de improviso y llenó con su presencia la amplia sala

de butacas. Un saludo cordial y afable, antes de la lectura.

No era un espectador cualquiera. Causaba respeto tener

allí, observándote, a un poeta fiel a su estilo y principios,

que era capaz de detectar la poesía incluso en estilos que

nada tuvieran que ver con el suyo. Un maestro del verso, y

claro, los nervios podían aflorar, aunque creo que conseguí

mantener el tipo, a pesar de que me hallaba al principio del

camino todavía.

Acabada la lectura, pude pararme más con él, charlar un

poco, y rescato ahora sus generosas palabras de elogio, que

recojo ahora más como una muestra de afecto y cariño hacia

Antonio L. Ginés

mi persona que de otra cosa. Después nos perdimos, cada

uno por su lado, en la noche madrileña. Desapareció como

por arte de magia. Pero el destino es caprichoso, y justo al bar

que fuimos, allí estaba de pie, Mariano, con su medio de vino,

como esperándonos. Me regaló un ejemplar ya inencontrable

de la poesía de Ricardo Molina, que aún conservo. Fue una

noche un tanto especial. Crecí y no perdí nunca de vista su

poesía, salpicada con algún intercambio epistolar. Con el

tiempo fui indagando el porqué de su nula presencia en casi

todos los foros y citas poéticas, alguien con ese peso y su casi

invisibilidad la generación del 50. Incógnitas que también

el tiempo y las circunstancias van despejando, pero solo en

parte. La poesía, la que perdura, acaba por encontrarnos.

Y eso pienso siempre con Mariano. Él no hacía nada por

proyectarse, son los lectores los que han de encontrar esa

particular luz que no desaparece en el firmamento, no,

simplemente dice hasta luego, porque los versos -sus versos-

quedan aquí, en la tierra: «Pues el mundo gira,/el instante

pasa/y todo lo que no sustenta la tierra/(y da felicidad)/es como

si no hubiera existido».

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Entre el diálogo y la revelaciónAlfredo Rodríguez recopila entrevistas realizadas a Antonio Colinas

José Antonio Sáez

PERIODISMO Y LITERATURA

El poeta navarro Alfredo Rodríguez (Pamplona, 1969) acaba de publicar un volumen de entrevis-

tas, recopiladas por él, sobre An-tonio Colinas (La Bañeza, León, 1946), a quien conoció en Ibi-za en el verano de 2008. La obra de Colinas es la de un poeta in-dependiente, aun dentro de los novísimos, pues, a no tardar, su obra emprendería un camino de búsqueda personal.

En el prólogo titulado «El alma sosegada», que firma el compila-dor, se intenta justificar la opor-tunidad de este libro de entrevis-tas, si bien aprovecha las líneas introductorias para expresar su admiración hacia la persona y la obra del autor de Sepulcro en Tarquinia, quien entiende que la poesía corre paralela a su vida, por lo que fue edificando sobre ella todo un itinerario de cono-cimiento espiritual, un viaje in-terior que atesora el sentido de la revelación y de la existencia humana.

La primera parte del volumen, la más extensa y dilatada, com-prende las entrevistas realizadas al poeta leonés entre los años 1995 y 2016, ambos inclusive, un trabajo «titánico», como el mismo recopilador califica en su prólogo a la tarea que se impuso de rescatar de periódicos y revis-tas, en ocasiones de muy difícil localización, transcripciones rea-lizadas de entrevistas en progra-mas de radio y de televisión, así como de internet; los textos que se integran en este volumen y que contribuyen a esclarecer, de forma definitiva, los entresijos y motivaciones de la obra de Coli-nas. A mi juicio, no desmerece al conjunto del volumen la reitera-ción de conceptos formulados, pues la insistencia en unas deter-minadas cuestiones sirve para profundizar en ellas y resaltar su

Antonio Colinas.

EFE

importancia en un autor que ha cultivado, además de la poesía, la traducción, el ensayo, la narrati-va y la crítica literaria. Sabemos así que Colinas considera a Vicen-te Aleixandre y a María Zambra-no como a sus dos grandes maes-tros, a quienes conoció y trató personalmente, que su obra tiene una indudable vocación medite-rránea (estancias en Italia, Ibiza y Salamanca), que su búsqueda de la armonía y el conocimiento interior le ha llevado a acercar-se a la filosofía y a las religiones orientales, sus reflexiones sobre la palabra poética, el sentido de la vida y los valores espirituales, que ayudan al ser humano a en-

contrarse consigo mismo y a ubi-carse como parte del universo. Colinas es poeta que no desdeña la tradición, sino que acude a ella y la respeta, renovándola y apor-tándole originalidad. La poesía representa para él una especie de salvoconducto para conducir-se por el camino de la vida. Cono-ce el precio de la independencia poética y la dualidad de contra-rios u opuestos en que se bifurca la existencia e intenta dar con la armonía, un estado de equilibrio y plenitud, de lucidez e íntima sabiduría que proporciona paz, serenidad y confianza al ser hu-mano. Silencio, soledad y con-templación son los pilares sobre

los que iniciar el acercamiento a ese íntimo conocimiento. Junto a ellos, el respirar consciente, sím-bolo de autoafianzamiento en la oportunidad de vivir y sentirse vivo. El poeta leonés hace conti-nua referencia a sus obras y va ofreciendo claves sobre ellas que nos revelan su sentido último, junto a aspectos esenciales de su biografía: lugares de residencia, circunstancias, viajes a distintos países (China, Corea, Colombia…) y cómo su vida ha sido, en cierta manera, fruto del azar y del des-tino. Vida y naturaleza, lugares y vivencias que han configurado una obra singular y personalísi-ma con sentido cíclico, de ríos que van a dar a la mar.

«La lámpara perpetua. Conver-saciones del verano de 2016 (con Alfredo Rodríguez)» es el título de la segunda parte de este volu-men, la cual constituye la entre-vista más extensa y completa del libro, fruto del trato personal, de la conversación amena y dis-tendida, del encuentro amigable y revelador. En ella, Alfredo Ro-dríguez da muestras de una insa-ciable curiosidad indagadora en las entrañas de lo más recóndito y escondido de la personalidad y la obra de Colinas, y el poeta bañezano sabe estar a la altura en la profundidad y riqueza de sus respuestas. El volumen con-cluye con un epílogo del mismo Antonio Colinas, titulado «Hacia la ‘palabra en el tiempo’», donde nos remite a la definición de poe-sía que diera Antonio Machado, un poeta a cuyo magisterio no volvió la espalda, como es el caso de otros compañeros de genera-ción.

‘La plenitud consciente’. Autor:Antonio Colinas. Entrevistas seleccionadas por Alfredo Rodríguez.Editorial: Verbum. Madrid, 2019.

Lo que oculta el bosque

Bondrée es un lago de aguas he-ladas y cristalinas, situado en la frontera canadiense con Estados Unidos y rodeado de un bosque

en el que habitan, en la más absoluta li-bertad, alces, osos y zorros. A excepción de algún trampero solitario como Pierre Lan-dry, el ser humano jamás ha hollado estas

décima novela un thriller impecable, que sigue, punto por punto, sus esquemas y en el que destaca una ambientación poé-tica y sobrecogedora, que recuerda a la de otros clásicos del género como El silencio de los corderos de Thomas Harris.

tierras hermosas y salvajes. Sin embargo, en la década de los sesenta del pasado siglo todo cambia: varias familias, procedentes en su mayoría de Québec, compran parce-las en las orillas del lago, levantan caba-ñas y pasan las vacaciones de verano lejos del bullicio de la ciudad, atraídas por el paisaje majestuoso y sereno de Bondrée. Allí sus hijos corretean con total libertad por los senderos buscando ranas o chapu-zándose en sus profundas aguas. De pron-

Félix Ángel Moreno Ruiz

‘Bondrée.La frontera del bosque’. Autor: Andrée Michaud. Editorial: Alianza Editorial. Madrid, 2019.

to, el idílico mundo se derrumba cuando una joven desaparece misteriosamente. Unos días más tarde, la encuentran atra-pada en un viejo y herrumbroso cepo pa-ra osos. Todos piensan que ha sido un fa-tal accidente, pero cuando su amiga Sissy aparece muerta en las mismas circunstan-cias, tienen la certeza de que un miem-bro de la comunidad de veraneantes es un asesino. La canadiense Andrée A. Michaud (Saint-Sébastien, 1957) ha escrito con su

NOVELA

RELATOS

‘Chistes para milicianos’. Autor: Mazen Maarouf. Editorial: Alianza Lit. Madrid, 2019.

Mazen Maarouf narra histo-rias de la vida en zona de gue-rra desde la perspectiva de un niño con mucha imaginación. En Chistes para milicianos, el es-critor nacido en Beirut escri-be sobre historias inesperadas en las que la frontera entre la realidad y la fantasía desapa-rece.

NOVELA

En Voces humanas, Londres vive en un estado de amenaza per-manente, pero la BBC sigue funcionando gracias a perio-distas que no dudan en man-tenerse en sus puestos a pesar de los bombardeos. Divertida novela de Penelope Fitzgerald, autora de La librería.

‘Voces humanas’. Autora: Penelope Fitzgerald. Editorial: Impedimenta. Madrid, 2019.

8 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019

HISTORIA LOCAL

Manuel Estévez recoge pe-queñas historias de Córdoba y personajes populares en la que aparece la ciudad que ya no existe. Por sus páginas cir-culan personajes como el Cu-rreles, Gimitos, El Pilindo, El Loro, El Mohíno o Carmonilla, entre otros muchos.

‘La Córdoba que se nos fue’. Autor: Manuel Estévez Recio. Edita: Detorres Editores. Córdoba, 2019.

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Calambrazo inteligente

He crecido. Estoy hecho todo un hombre./Mi temblor ha crecido. Está hecho todo un temblor». Con estos rotundos versos del poeta griego Kostas Vrachnos, José

Gutiérrez Román (Burgos, 1977) encabeza Todo un temblor, su esperado nuevo poemario, editado por La isla de Siltolá.

Siete años han pasado desde que apareciera Los pies del horizonte (Rialp, 2011), con el que consi-guió el Premio Adonáis en 2010. Desde entonces, y cuando lo normal hubiese sido afanarse en edi-tar un nuevo libro, el poeta burgalés ha preferido crecer en un fértil silencio. Tal vez el alto nivel de exigencia estética que lo lleva a dejar fuera de su obra reconocible todo lo escrito con anterioridad a dicho reconocimiento -dos volúmenes de poesía,

Francisco Onieva

‘Todo un temblor’. Autor: José Gutiérrez Román. Editorial: La isla de Siltolá. Sevilla, 2018.

Horarios de ausencia (2001) y Alguien dijo tu nombre (2005), y uno de relatos, El equilibrio de los flamencos (2006)- sea la causa de este retiro voluntario.

Pese a la legitimidad de dicha omisión en la no-ta biobibliográfica ofrecida en la solapa, presentar este poemario como el tercero -por más que se pre-venga de que «el segundo continúa en paradero desconocido»- puede desorientar al lector, pues la modulación de la voz y la soltura en el mane-jo tanto del metro como del lenguaje son fruto de una evolución de casi veinte años de escritura y reescritura.

Sea como fuere, Todo un temblor es un poemario rotundo, compuesto por veinticinco poemas, di-versos en su unidad, en su mayoría de extensión media, escritos con un lenguaje directo y aparen-temente sencillo, al servicio de la anécdota, de cier-to tono pesimista y desencantado, en los cuales se combina la amargura con la ternura, en la medida

en que entre las grietas se cuela la luz, a través de la ironía y de un medido sentido del humor que, en ocasiones, deviene ácido.

Además del brillante poema inicial «Me pregun-tan si sigo escribiendo», concebido al hilo de la ma-nida pregunta que el autor confiesa haber escucha-do hasta la saciedad en los últimos años, destacan «Realismo limpio», toda una declaración estética y vital; «Eros», una sugerente exaltación del cuer-po masculino; el inteligente y comprometido «Es-paña, aparta de mí esta tierra»; «Residuos», lúcida apelación a la necesidad de crear un «vertedero de poemas»; el irónico y desmitificador juguete «Don-de se cuenta la historia de un joven poeta que casi se va de fiesta con Carlos Marzal»; el perspicaz y sarcástico «Poesía didáctica»; el intimista y descreí-do «Dime cuánto te debo»; el sutil y emocionante «Temblor esencial», o el contundente broche final, «Anotaciones».

POESÍA

Recuerdo a Ida Vitale (Montevi-deo, 1923) una tarde de prima-vera en Austin. Salíamos de su apartamento después de haber

estado toda la tarde conversando junto a su marido, el inolvidable poeta y pro-fesor Enrique Fierro, de literatura y no sé cuántas cosas. Llegué antes de la ho-ra convenida y todavía estaban calien-tes las galletas que Ida había preparado. El sentido del humor de ambos me cau-tivó, carente de la aspereza y amargura propia de tantos escritores que han vi-vido el exilio. Ida me acompañó un tre-cho de camino hasta donde me alojaba y nos detuvimos para observar unos pá-jaros. Ida los observaba y me decía que eran de tal color, que cada tarde bajaba para dar un paseo y contemplarlos. La ca-pacidad de sorprenderse siempre va uni-da a la curiosidad y, para ello, no hace fal-ta más edad que la del propio presente. En Léxico de afinidades (FCE, 2012) escribió que recién llegados a Austin, en 1989, «al hacer el recuento de sus encantos natu-rales, ardillas y grajos ofrecieron, su visi-ble, abundante existencia». Y es esa abun-dante existencia la que pone en el papel, en este libro, permitiendo entrar en esce-nas donde la perplejidad y el sentido del humor trazan el escenario cambiante de once años de vida.

Shakespeare Palace es un libro de memo-rias que no guardan orden cronológico. Cada capítulo salta al otro y nos vamos in-troduciendo en una trama que la poeta ha seleccionado logrando que también tran-sitemos por aquel México generoso. Lle-garon, ella y su segundo marido, Enrique Fierro (1941-2016), en 1974, huyendo del golpe militar del Uruguay. Shakespeare Pa-lace fue el nombre que pusieron al primer apartamento donde vivieron. Alrededor de aquella vivienda Ida Vitale recoge pedazos de vida. Los capítulos relatan situaciones y

Mario Benedetti, y resaltará, con agrade-cimiento, la labor de los españoles exilia-dos que aportaron a la cultura de México: desde el Colegio Madrid hasta el Fondo de Cultura Económica, los grandes traducto-res que allí trabajaron, y librerías como la de Luis Vicens. Todo ello es rememorado con un castellano exquisito que ojalá no se vaya perdiendo. Leer esta prosa es en-trar también, entre metáforas y analogías, en construcciones evocativas necesarias para la constante invocación de tiempos y escenarios.

Como ella dice: «Que trastuecan sitios, desordenan las épocas y justifican no se sabe cómo; logrando remover el ningún avispero de un olvido intermitente, te sor-prenden con un nuevo recuadro donde aparece una figura fortuita». Gracias al poder evocador de la literatura perma-necen aquellas personas que se han ido muriendo, o aquellas ciudades que ya no son las mismas, o aquellos fulgores de lo vivido. Durante algunas páginas, permite entrar en esas habitaciones secretas que por un instante, en palabras de Ida Vita-le, «al frotar y limar mi cerebro con otros (Montaigne) suspendamos entre algunos nuestra eterna caída».

Digamos que el paso del tiempo es el to-pos inevitable bajo cuya luz o bajo cuya sombra, cae todo lo demás, dijo Ida Vitale en una entrevista que le hice hace unos años a propósito de la edición del poema-rio Mella y criba. El tiempo es un gran te-ma en toda la literatura, la poesía puede volverlo al presente si esta es «letra viva» y carece de la armadura que la arrastra a fuerza de quererla adornar demasiado. La poesía de Ida Vitale ofrece nuevas lu-ces a palabras cuyo contenido interroga con certezas. Una de ellas, es el paso del tiempo. Una intimidad que coincide con la intimidad de otros.

La poeta Ida Vitale fue galardonada con el Premio Reina Sofía (2015) y del Cervan-tes (2018), entre otros premios como el Fil de Literatura en Lenguas Romances (Gua-dalajara) México.

una elegancia destacable. Sabremos que la falta de mar hace sentir una carencia y que el continuo trasiego ante las nuevas situaciones que se iban presentando die-ron un empuje vital necesario para paliar melancolías varias. Como su poesía, la vi-da de Ida y Enrique, nómada y viajera, ha permitido conocer el amplio mundo de las relaciones en varias esferas sociales. El ve-cindario mexicano, el pequeño Wolkswa-gen con el que se desplazaban, conducido por Ida, los excesos de chile en las comidas mexicanas, los terremotos y los ruidos: ra-dios, cláxones, aviones -el aeropuerto de México está en la propia ciudad-, o el res-cate de personajes como el cantante Do-rival Caymni, brasileño. Dará cuenta, sin entrar en detalles, de su alejamiento con

Lo último de Ida VitaleBIOGRAFÍA

‘Shakespeare Palace’, memorias de la última premio Cervantes

Concha García

Ida Vitale.

EFE

‘Shakespeare Palace’. Autora: Ida Vitale. Editorial: Lumen. Barcelona, 2019.

momentos entretejidos con personajes co-mo una vecina argentina llamada Alicia, o la entrada en sus vidas de Juan Rulfo, Car-men y Álvaro Mutis, Octavio Paz, Tomás Segovia, Elena Garro, Juan José Arreola, Efraín Huerta, Hugo Gola, entre otros mu-chos. Al llegar no le faltó trabajo, y como otros uruguayos que se establecieron en la ciudad de México, podían darse el lujo de repartirlo. Formó parte del consejo asesor de la revista Vuelta, en su primera etapa, cuando la dirigía Octavio Paz, y del grupo fundador de Unomásuno. Trabajó dando clases y traduciendo. Una ciudad puede generar, a pesar de su caos y distancias, alegría de vivir si la pueblan seres gene-rosos, entre otras especies más roedoras de las que la autora va dando cuenta con

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019 9

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Una mirada y un mirloLas aves y la Subbética son los protagonistas de ‘Acróbatas del aire’

Francisco Onieva

POESÍA

Aprender a mirar los distintos pájaros; afa-narse en escucharlos; buscar las connotacio-

nes de cada uno de ellos e in-tuir el simbolismo de aquel que es todos y uno; hacer de este un instrumento para sondear las propias grietas; encontrar en es-ta pasión una suerte de recon-ciliación con el mundo y con uno mismo... Desde este punto de vista se concibe Acróbatas del aire, editado con un exquisito gusto por la delegación de Cul-tura del Ayuntamiento de Izná-jar, un libro que se convierte en refugio para quien es capaz de asombrarse ante esas efímeras proyecciones del yo que escri-ben el cielo con su vuelo, y que, en este sentido, me trae a la me-moria Tierra en el cielo, de Anto-nio Cabrera, exquisito volumen de haikus en el que condensa su pasión por la ornitología y una singular concepción de la exis-tencia.

El conjunto está compuesto por veintiocho textos breves en prosa que, en palabras de Julián Cañizares, autor del prólogo, funcionan «como postales», en la medida en que «retratan un mo-mento y una sensación de natu-raleza humana, colectiva, inten-sa». Esta plasticidad se refuerza con el hecho de que cada uno va-ya acompañado de una ilustra-ción de Andrea Corpas Aguilera,

Antonio Luis Ginés, Fernando Ginés y Francisco Martos, tras la presentación del libro en Córdoba.

MIGUEL ÁNGEL SALAS

quien, además, es la autora de la bella cubierta.

Todas las composiciones se distribuyen según el motivo te-mático abordado en siete partes pretendidamente asimétricas, estructuradas como un conti-nuo fluir permeable de color y de sensaciones. En la primera, «Invierno en familia», la mirada se detiene en aquellos pájaros que vuelan en bandadas; en la segunda, «Lanzarse al vacío», en

los que trazan picados suaves so-bre el agua -si se me permite tirar del título de uno de los mejores libros de Antonio Luis Ginés-; en la tercera, «Bajo el agua», en aque-llas aves que, preferentemente, nadan; en la cuarta, «Volar sin pausa», en las de vuelo casi infi-nito; en la quinta, «Presumir de plumas», en las de plumaje más llamativo; en la sexta, «Cantos con encanto», en las de bello can-to; y en la séptima, «¿Discretos?»,

que adopta la forma de pregun-ta retórica enviada al lector, en algunas difíciles de englobar en los apartados anteriores por la discreción con que habitan un territorio y lo fertilizan.

Con la intención de no obstacu-lizar la lectura unitaria e incidir en el hecho de que todas las com-posiciones nacen de un mismo impulso, de una misma mirada, la autoría de cada texto se indica únicamente en una sucinta nota final, donde comprobamos que Antonio Luis Ginés Muñoz firma siete; Francisco Ginés Muñoz, on-ce; y Paco Martos Muñoz, diez.

Todas tienen una estructura similar: un título que condensa la sensación experimentada du-rante la contemplación, seguido de tres o cuatro párrafos de ex-tensión breve, en los cuales se conecta lo contemplado con la propia interioridad, acudiendo a un lenguaje sencillo y preciso que, a través de las imágenes y las sinestesias, estimula los sen-tidos al tiempo que mueve a la reflexión.

El resultado es un auténtico tratado poético de ornitología de la Subbética cordobesa, que cuenta con lugares tan bellos para el avistamiento como Izná-jar, Carcabuey, Benamejí, Rute, Puente Genil, el río Bailón en Zuheros, el barrio del Cerro en Cabra, la Laguna Amarga en Lu-cena, el río Salado… e, incluso, haciendo del horizonte frontera, como el pájaro y su vuelo, los So-tos de la Albolafia y la dehesa de Los Pedroches.

«El resultado es un auténtico tratado poético de ornitología de la Subbética cordobesa»

‘Acróbatas del aire’. VVAA. Editorial: Ayuntamiento de Iznájar. Iznájar, 2018.

El vértigo de la palabra exacta

Una nota de apenas tres líneas en la contraportada ventila la biografía del autor de Tacha. En ella se obvian las referencias a

premios cosechados y solo se hace men-ción a tres de sus libros anteriores: Va-riadas posiciones del amante (2006), Tras la puerta tapiada (2009) y Obligación (2013). Este gesto, que forma parte de una so-briedad y humildad con la que Francis-co José Martínez Morán (Madrid, 1981) ci-menta su poética, consigue transmitir al-go fundamental: el profundo trabajo de depuración llevado a cabo para que nada accesorio distraiga del mensaje. Tacha tie-ne algo de borrón y cuenta nueva y tam-bién, como el propio autor escribe, de pa-limpsesto, de tachaduras sobre innume-rables estratos anteriores; la tradición de la que se nutre.

La novedad dentro de la obra de Mar-

Morán nos habla siempre desde su escri-torio donde OBSERVA -en mayúsculas- y se compara con vencejos dando vueltas en un patio o con una polilla que sobrevuela la pantalla («Si yo no la dejase/salir por la ventana,/malgastaría así toda su vida,/ata-da a un ciego afán de perfección»); descri-be la escritura como una actividad que no se elige, inevitable, que parece impulsada por una fuerza ajena: «Quién dictará estas letras, para qué.//Ejerzo de amanuense/ ciego para otro ciego».

En el centro de todo ese vacío, sin em-bargo, se abre espacio la luz que apunta a un deseo imposible y que certifica la exis-tencia. Miedos y anhelos que pueden ser síntomas de inadaptación, aunque, sen-tencia Morán en un destello: «La pieza que no encaja/esa es la imprescindible».

tínez Morán radica en que en Tacha pro-fundiza en un discurso metapoético que conecta con la propia existencia. ¿No es acaso lo mismo vida y poesía? ¿Malgasta su tiempo en una locura banal el escritor? El Quijote, Noche del hombre y su demonio, de Cernuda o Los versos que tarjo, de Watanabe, son conocidos ejemplos en los que se han abordado estas preguntas. «Como ladri-llos ciegos soga a soga», tomando un ver-so de Morán, se describe idéntico ritual: en la soledad del escritorio, a altísimas horas de la noche, se genera una atmós-fera propicia a la creación («Me quedaré hasta tarde.//Bajo la luz del flexo/ siempre de madrugada, florecen madreselvas de colores», escribe).

Pero es también la inmensidad de ese si-lencio y oscuridad la que proyecta la insig-nificancia de nuestra existencia y despier-ta las inseguridades sobre una dedicación a la que se está confiando la vida. «Oficio maldito», lo llama Ajmátova. Tacha esta-blece así un diálogo con los propios fan-

José García Obrero

‘Tacha’. Autor: Francisco José Martínez Morán. Edita: Renacimiento. Sevilla, 2018.

Francisco José Martínez Morán.

POESÍA

tasmas y con los de los autores de cabecera que le han precedido, que son, al fin y al cabo, los mismos. Los versos que surgen de esa conversación están inoculados de cierto pesimismo, pero llegan serenos, cla-ros, para comunicar sin subterfugios las reflexiones que los motivan.

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SenderosManuel Neila dialoga con la tradición nipona en ‘Sendas de Bashô’

Efi Cubero

POESÍA

En el trayecto de Manuel Neila, en el de su crea-ción o escritura, conver-gen infinidad de textos.

Senderos que se bifurcan, de los que hablaba Borges, le llevan a un coherente camino propio que el poeta se ha encargado pa-so a paso de trazar.

Nos encontramos aquí con la estructura unitaria de una mira-da poética que dialoga cultural-mente con la tradición nipona en un libro dividido en aparta-dos, acordes con las estaciones, bajo un aire refrescante y distin-to. Cada parte del libro encierra un todo que puede leerse de for-ma individual, como radios de un centro indivisible cargados de una horizontalidad desoladora.La palabra se encrespa y el espa-cio se condensa para nombrar lo innombrado. Poemas de perfec-ción en forma y fondo donde po-demos hallar la gracia de la sín-tesis, la frescura moderna de la fuga, la apariencia de algo nuevo sin siglos que lo avalen.

En el libro hay una clave armó-nica que enlaza los tiempos, un caminar pausado donde el silen-cio escucha, el movimiento rápi-do en una finta que no esperába-mos y se sale del marco previsto. Neila busca la cercanía de Bashô. Camina, como el sabio nipón, a pie, y halla la sabiduría popular a través de las diecisiete sílabas de universal transparencia que asombran por su espiritual sen-cillez. Poeta que escribe sobre el agua como Keats y que late en el sueño de la forma y el aire, en su taoísta o búdica meditación, siendo ambos distintos.

Haikus, como el aliento, que proyectan vida a un instante má-gico. Un leve y hondo soplo que perdura mediante la inspiración

Manuel Neila.

CÓRDOBA

y el conocimiento. Las palabras que lo forman pueden resultar un hálito divino y una muy terre-nal punzada. Destacaría de este libro, aparte de su rigor formal, su contemporaneidad, una clara visión de dialogar con el tiempo conservando un aire de misterio, preguntas dirigidas al aire sin ob-tener respuestas aparentes, que la gran poesía contiene.

Libro que habla al interior desde un testimonial silencio y exenta autenticidad. Estamos en poesía mediante las sendas que el poeta recorre en libertad, ese hui-

dizo concepto que reconocemos fácilmente cuando el verbo res-pira sobre otro plano de esencial trascendencia donde se transluce una nueva realidad inscrita en lo humano. Equilibrio con el mun-do exterior en versos como trazos desde lo intenso de la búsqueda y la certidumbre del hallazgo. Los versos laten bajo una dimensión radical, entretejidas experiencia y emoción, e incluso crítica sola-pada donde la conciencia afina su decir y vivifica el verso tan punzante como delicado y nece-sario. Una intensa dicción man-

tiene la palabra en vilo, procede con rigor, con arranques precisos de irreductible intimidad ya que a veces se alía con lo irremedia-ble. En este libro existe un pacto transparente. Todo sigue nacien-do y todo por nacer en la extra-ña espiral de la escritura. Poder máximo de concentración en el léxico empleado. Sugerencia y profundidad, decantación hacia lo mínimo, sin dar la espalda a nada que lo hiera en una poesía que no es retórica y tiene mucho que decir, dispuesta a conciliar los extremos opuestos. Unidad

‘Sendas de Bashô’. Autor: Manuel Neila. Editorial: Polibea. Madrid, 2018.

que apoya su experiencia en ho-ras difíciles, donde se afilan se-cuencias de una fe en el ser hu-mano que a veces se nos muestra recelosa. Los múltiples silencios dan de sí para muchos eslabones, engarzados desde una explora-ción interior, donde la depurada esencia del lenguaje poético no satura, escanciándose en las do-sis debidas.

En dos vertientes oscila la obra de Neila: la trascendencia y la cer-teza de lo cotidiano. Lo sublime junto a lo alcanzable y sencillo, que no simple. Poesía destilada y limpia de hojarascas donde cabe la metafísica e incluso la filoso-fía. Obra de pensamiento e inspi-ración. Una mirada zen, donde la verdad suprema se desvela de pronto como una forma de alcan-zar la revelación en ver el mun-do y su reverso manteniendo una cierta distancia. Puente o diálogo entre oriente y occidente. Tao y contemplación desde el vértigo contemporáneo y la reflexión filosófica, que nos llevan a una vasta cultura sin arqueologías, de manera inteligente, creadora, y viva.

La irrealidad y el silencio del mundo se debaten en versos que oscilan entre la rebeldía y la con-ciliación: dos caras enfrentadas a un mismo espejo. Mucho por decir de este libro donde los poe-mas mínimos y máximos, en per-fección y esencia, vuelan a veces como pájaros libres sobre el efí-mero y eterno aroma que incen-dia los matices, convencido de su inmortalidad.

Otras nubes

Con Otras nubes, título tomado de Ramón Gómez de la Serna, Gui-llermo Marco Remón (Madrid 1997) ve publicado su primer li-

bro, accésit del Premio Adonáis de Poesía 2018. El jurado destacó «su capacidad de introspección, la destreza para transmi-tir experiencias sensoriales y la riqueza y variedad de sus planteamientos poéti-cos». Cursa Ingeniería de Computadores y estudia Lengua y Literatura Españolas. Disfrutó de una beca en la Escuela Técni-ca Superior de Ingeniería de Sistemas In-

lírica para convertir en algo vital la poe-sía, algo que consigue plenamente: «Den-tro de ti-lo sabes-/hay un Museo del Pra-do». Y lo hace con versos cortos, musica-les, libres como si la realidad fuera parte de la palabra escrita: «Solo tengo un reloj como fray Luis una elegía...».

len más cuando se ofrecen». Investigar la génesis del lenguaje y su capacidad para observar lo cotidiano le señala como poe-ta reflexivo, creador que hace realidad lo imaginado y lo muestra de una ma-nera convincente. («Cuando ya no pue-da leer,/cuando mis ojos pincelen las le-tras/como hormigas mal domadas,/quizá con la miopía momentánea de las lágri-mas,/aceptaré más que nunca el tacto del papel,/el dócil sonido del papel que con-firma un verso y una vida». Bello poema-rio donde recrear el momento, acariciar la existencia, remodelar el pasado e inda-gar en la intimidad de los seres humanos son, también, pinceladas de su decisión

formáticos para la investigación del pro-cesamiento y generación del lenguaje natural con redes de neuronas artificia-les y dice. Remón dice: «Escribiste cartas desde el exilio./Con la moral comparati-va, metiste un país dentro de otro país,/como este poema cierra una correspon-dencia que no cabe en un sobre». Habla de lo circundante, de las miradas ajenas, los afectos familiares, el amor, la ciudad y sus gentes; indaga en torno a horizon-tes cercanos y recuerdos. «Planificamos una salida al campo/para escribir un ver-so/como los de Machado: con olor a tie-rra húmeda,/con sentido a despacho va-cío,/con ese tacto a flores secas/que hue-

Manuel Quiroga Clérigo

‘Otras nubes’. Autor: Guillermo Marco Remón. Editorial: Ediciones Rialp. Madrid, 2019.

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO27 DE ABRIL DEL 2019 11

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Probablemente la resolución de la intimidad, sus subterfugios, sean algunos de los dilemas más importantes de las socie-

dades contemporáneas, que ajustan su tiempo a la consecución de un objeti-vo, el amor, que conduce irreparable-mente al naufragio: «Amor irreparabi-le fugit», sería el término apropiado. La resolución de los conflictos sentimen-tales ha llenado muchas páginas de la literatura y en Feliz final de Isaac Ro-sa lo transforma en una obsesión jun-to al recorrido que el tiempo prescri-be sobre cada uno de nosotros. Así dirá en la novela: «El amor detiene el tiem-po que siempre es tiempo productivo, el amor instaura su propia temporali-dad». Y añade en otro momento: «No existe pareja ideal, cualquier persona de la que te enamores acabará convir-tiéndose al cabo de los años en una ma-la elección».

Rosa ha querido escribir su historia al contrario. Desde el final al principio. Es original el punto de vista y difícil de llevar a cabo porque requiere pericia para no caer en situaciones ya dichas o en formular contraindicaciones. Junto a ello la fórmula de exposiciones per-sonales contrastivas (Antonio habla en redondita, Ángela en cursiva) que más precipitan el debate íntimo-personal o los diversos puntos de vista sobre la rea-lidad en la que el elemento masculino o femenino se halla siempre presente como estructuras de pensamiento ce-rrado. Es una novela que posee sus ries-gos porque las historias sentimentales pueden resultar anodinas si el pulso narrativo no es el adecuado e incluso se puede caer en la reiteración o los exce-sos verbales. Son situaciones que Rosa salva con profesionalidad y buen hacer porque es un escritor subterráneo, reso-lutivo, riguroso, que sabe penetrar en el alma humana y hacernos llegar su mensaje con enorme circunspección y solidez.

Obviamente la novela comienza por el epílogo y finaliza en el prólogo. Y en este juego temporal nosotros asistimos progresivamente a la deconstrucción/construcción del sentimiento amoroso, la convivencia y los afectos compartidos. Por todas estas razones el final es feliz. Un juego irónico que encierra todo lo contrario: «El problema casi nunca son las personas, os lo digo por experiencia, el problema es el matrimonio, que es un sistema que nos acaba sacando lo peor de cada uno».

Desde la primera persona del hombre comienza la novela con una frase testi-monial: «Nosotros íbamos a envejecer juntos». Y finaliza con la mujer: «Como si nos reconociésemos, como si nos es-perásemos, como diciendo sí, y es aquí donde comienza esta historia». Y sendas citas de Eugenio de Andrade, respecti-vamente, marcando todo el sentido de la novela: «Ya hemos desgastado las pa-

Amor y desamorSobre ‘Feliz final’ del escritor sevillano Isaac Rosa

Francisco Morales Lomas

Isaac Rosa.

labras (...)» y «Es solo el comienzo. Más tarde duele, y se le pone nombre».

A través de las palabras interpuestas del narrador Bergotte, Marcel Proust en El camino de Swann nos habla del «tor-mento delicioso y estéril de compren-der y amar». Es sabido que el amor re-ma contra el tiempo y a deshoras. Y es el recorrido de la novela tiempo y des-trucción/construcción de un sentimien-to. Esa descripción inicial de la mujer es como una imagen desoladora de un final: «No te haces idea de la mierda que se acumula en años pese a la limpieza semanal».

Un contenedor sobre el que se van arrojando los detritus de la existencia desde esa custodia compartida que se formula o el dinero que se va a pasar a las niñas. ¿Cuántas veces habremos oído esto? Son diálogos que podemos recono-cer rápidamente, que hemos escuchado muchas veces y van mostrando, como dice la mujer, que «los sentimientos de furia y desesperación son mecanismos evolutivos que la naturaleza nos ha da-do».

Antonio se había casado anterior-mente y tenía un hijo, Germán, cuando conoce a Ángela y ella pensaba que su mujer lo quería. Pero según Ángela ha-bía una gran diferencia, ella lo amaba y su mujer anterior, Teresa, lo quería. Quizá son conscientes de que el amor es una ficción, un autoengaño, no exis-te. Y en esa ficción hay que construir un personaje, una máscara. De esto trata la novela y de revelar su funcionamiento. Es evidente que en ese proceso el conoci-

miento de cada uno y el paso del tiempo va desgastando los límites, va creando intervalos y pozos difícil de salvar. Al principio siempre el rostro es amable, pero acabamos sabiendo que es menti-roso. Hay un pensamiento muy preciso de cada uno de ellos sobre el otro. Dirá ella: «Los hombres no se separan si no encuentran antes otra mujer, no saben estar solos (...), solo se separan así, cuan-do encuentran otra mujer que les per-mita crecer, que les cuide y les admire y le dé sexo suficiente». Los razonamien-tos en torno al amor, el sexo, la amistad y la esencia de lo que somos como hom-bre y mujer permiten un continuum que incursiona en la filosofía, la psicología y la antropología y nos permite definir el enamoramiento como «una reelabo-ración posterior, singularizarnos a la persona amada para justificar nuestra entrega».

Ideas muy interesantes que nos per-miten penetrar en nosotros mismos y reflexionar sobre nuestro mundo y nuestra propia intimidad. Desde ese deseo inicial, el sexo como una especie de pértiga que nos impulsa al vuelo, se caerá en la lona, en la desafección, en la traición y en el olvido.

CHUS MARCHADOR

‘Feliz final’. Autor: Isaac Rosa. Editorial: Seix Barral. Barcelona, 2018.

LINTERNA

Elena PallarésFrancisco Gálvez

Elena Pallarés nació en

1947 en Zaragoza, ciudad

en cuya universidad fue

profesora de Literatura

Española. Es una de

esas poetas que apenas

da ruido y sin prisas de

publicación.

Poeta firme en su haber y contenidos,

aparentemente diversos: El malentendido

(2002), Ajuste de cuentas (2005), Ella

guarda secretos (2006). Recientemente ha

publicado Mala estrella (2019), curioso

y extraño título que, cuando se lee el

poemario, se aprecia en todo su sentido

direccional.

Con solapa de Pere Gimferrer, dedicado

a Darío Villanueva y editado por

Ediciones Olifante, es un libro de 112

fragmentos en cuatro partes a las

que antecede una nota de la autora

explicativa de estos textos singulares

y su significado: «Mala estrella no es

un conjunto de poemas unidos por un

tema común: la muerte, sino un único

poema que relata la historia de amor y

muerte vivida -todavía palpita- por una

mujer mítica: Helena Santolaya [...] el

yo poético del libro es la voz de ella, su

grito [...]».

El amor es vital en esta poeta y lo hace

causa principal en su propia vida, en

un discurso del amor y de la muerte,

del paso del tiempo, del miedo a tener y

perder el amor, el miedo del amor, y la

lucha por su permanencia.

Todos los textos están dedicados y sus

títulos integrados en el cuerpo mismo

del poema, y algunos confirman que

no existe oposición entre una poética

del silencio y lo cotidiano, un ejemplo:

«Sólo es legible el libro de cocina./Yo

leí entre recetas los mejores poemas/de

amor/Dórese a fuego lento la perdiz,/

ordena en su primer endecasílabo».

Otro: «Me gustaba la cotidianidad./El

olor a café que desde la cocina/llega

cada mañana a nuestra alcoba».

Un canto al amor de Elena Pallarés que

vence a la muerte. Nos dice: «Porque

mediante la palabra podrán no sólo

convivir amor y muerte sino alcanzarse

el milagro de la resurrección: morten

vincit verbum».