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Mercado, 1 Felipe Mercado Rivera Semiótica Teatral Prof. Luis Felipe Díaz Escuela Graduada de Estudios Hispánicos Universidad de Puerto Rico, Río Piedras Marta: La Vejigante en Vejigantes de Francisco Arriví Análisis semiológico del personaje de Marta y la obra Vejigantes

Marta - La Vejigante en Vejigantes de Francisco Arriví

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Análisis Semiológico de la Obra "Vejigantes" de Francisco Arriví

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Mercado, 20

Felipe Mercado Rivera Semitica Teatral Prof. Luis Felipe DazEscuela Graduada de Estudios HispnicosUniversidad de Puerto Rico, Ro Piedras

Marta: La Vejigante en Vejigantes de Francisco ArrivAnlisis semiolgico del personaje de Marta y la obra Vejigantes

Vejigantes presenta una situacin de ndole racial muy particular de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La situacin colonial se presta para dicha debacle social, mientras que el terreno en Loza se preparaba como el lugar propicio para la obra. Dentro de la misma existen unos personajes claves que hacen que los actantes giren en torno a su performatividad. Una de las principales actancias es la de Marta, la cual es resultado de todos los cuadros semnticos presentados y que culmina de forma magistral. Este estudio pretende hacer un anlisis semiolgico de la obra con especial inters en el personaje de Marta.La obra Vejigantes del autor puertorriqueo Francisco Arriv encierra una demarcacin racial muy importante dentro de la poca en la cual se escribi. Varios escritores teatrales antes de la mencionada, realizaron obras con este tema. Algunos que caben mencionar son La Cuarentona, de Alejandro Tapia, y Medusas en la baha, del propio Arriv. Sin embargo, el tema racial alcanzado en Vejigantes no tiene parangn debido a la utilizacin de los gneros propiamente negroides como la bomba, las mscaras y las fiestas de Santiago Apstol. Loza Aldea resulta ser el elemento folklrico que atesora su presencia a travs de toda la obra. La misma permite identificar el atributo propio del pueblo puertorriqueo. Roland Barthes considera la cultura como un elemento importante y le otorga un significante necesario para hacer una lectura responsable. Las nociones e ideas que suponen un sistema cultural ayudan a contextualizar el texto.Considerando su localizacin geogrfica, Mara T. Oliver una vez escribi:Loza Aldea se encuentra situada junto a la desembocadura del ro que lleva su nombre, en la costa noreste de Puerto Rico. Los barrios de Mediana Alta y Mediana baja, con sus costas arenosas, se agrupan a su alrededor. La zona est rodeada por una divisoria geogrfica de aguas que aisl la regin de las tierras cercanas. El Ocano Atlntico al norte, el ro Grande de Loza al oeste, varios canales al sur y el ro Herrera al este, forman dichos lmites fluviales.[footnoteRef:1] [1: Oliver, Mara T. Universidad Interamericana, San Germn. Presencia de Loiza Aldea en Vejigantes de Francisco Arriv. Faro APR, III, nos. 6-7, pg. 147-165, 1983.]

Siendo que la ubicacin y los elementos geogrficos resultaran tan atractivos, atrajo la presencia de los espaoles al lugar primeramente para explotar la minera y luego como un gremio agrcola cuya principal produccin lo era la caa. Debido a esta nueva etapa, las manos no alcanzaban en su totalidad para la produccin de la caa por lo que comenzaron la importacin de esclavos africanos a la zona. Otra situacin que consternaba a los habitantes de la zona era el constante ataque de indios caribes y corsarios franceses e ingleses. Para ello, se estableci una vigilancia organizndose un pequeo casero cerca de la desembocadura del ro Loza. All tambin se estableci la administracin poltica y militar de la regin.No fue hasta el 1719 que Espaa le concede la Carta de Pueblo a Loza bajo el esfuerzo de Don Gaspar de Arredonda, constituyndose uno de los seis primeros pueblos en fundarse en la Isla. El poblado comenz a progresar con lentitud pero tom cierto auge con la llegada de unas familias irlandesas las cuales influyeron de tal forma la institucin de San Patricio como patrono del pueblo. Estas familias costeaban cada ao las fiestas en su nombre, pero los habitantes de Mediana Alta y Mediana Baja, en su mayora esclavos libertos, continuaron su culto a Santiago Apstol, patrn de los soldados espaoles. Con el tiempo desapareci, junto con las familias irlandesas, el patronato de San Patricio. Es esta celebracin la enmarcacin de la obra Vejigantes.El hecho de que el patrn de los soldados espaoles tenga que ver con la celebracin de las fiestas de Santiago Apstol resulta interesante. Los soldados espaoles ejercieron poder y proteccin a la isla por un perodo muy importante, aparte de ejercer dominio en los lugares en que estos soldados eran asignados. Tal fue el caso de Loza Aldea que veremos ms adelante. Michel Foucault, acerca del disciplinamiento de las sociedades europeas del siglo XVIII, explica que no es que los miembros de la sociedad se hayan tornado ms obedientes o que hayan elegido escolarizarse, ni que hayan presos, o que los hombres hayan optado por vivir en barracas; sino que el proceso incontrolado de crecimiento haba tenido que enfrentar ajustes por los mejoramientos adquiridos dentro de lo racional y econmico, entre las actividades productivas, los recursos de comunicacin y el papel de las relaciones de poder. Es esta relacin de poder la que somete al poblado de Loza Aldea y la que hace que el blanco sea visto como un objeto inalcanzable, pero deseado, conforme a la idea lacaniana.Despus de varios cambios polticos, Loza Aldea continu en desarrollo muy a pesar de la pobreza en que vivan sus habitantes. Esta situacin y el aislamiento en que se encontraban, result ser favorecedor para que los hbitos, costumbres y el folklor del pueblo se arraigaran de forma tal que comenz hacer la distincin cultural de la regin. Cuando se menciona Loza Aldea, viene a la mente el baile, los colores y su distintivo tan peculiar: las mscaras. Pero acerca de las mscaras hablar ms adelante. Por ahora, quisiera puntualizar acerca del tema del racismo, punto importantsimo que lanza a nuestros actantes a formular sus postulaciones durante esta obra. Como puntualiza Jorge Medina en Mscara puertorriquea: El advenimiento del pjaro de mal agero a Puerto Rico, el tema de las castas no vino a verse hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Arriv proyecta esa identidad en su triloga Mscara Puertorriquea (1915) muy a tono con lo que ocurra en la poca. Lo ms curioso de ella es que en la isla se palpaba de forma inminente la raza blanca, que para el 1860 constitua la raza mayoritaria en la isla. La raza negra resultaba ser la minoritaria. Sin embargo, entre ambas creca una raza que no poda obviarse y esa raza es la que llevaba Toa, la que inicia toda la debacle en Vejigantes. De esta forma lo describe el autor implcito:Toa, mulata oscura de cuerpo tenso y frescote como una palmera moza Su rostro chispea gracia y salud animal.

La mulatez era un tema duro dentro del racismo en una sociedad de esttica blanca durante el siglo XIX donde se evidenciaba el papel social privilegiado de los blancos en las leyes que regan durante ese perodo. Siendo que se escriban obras que iban en contra del prejuicio racial o que criticaba el racismo, se haca bajo la crtica social de la mayora por lo que era menester compartir estas creaciones fuera de Puerto Rico. Fue durante los aos 1868 y 1960 que se palpa en la isla esta problemtica del racismo. Cun interesante es ver que el blanco siempre se ve blanco y el negro siempre se ve negro. Ambas razas saben de dnde vienen y reconocen su identidad. Pero el mulato, para qu lado se inclina? Jacques Lacn considera que la etapa donde el individuo reconoce quin es, surge cuando por primera vez es puesto delante de un espejo. La reaccin que tiene el infante de apenas dieciocho meses es de jbilo porque considera la imagen puesta delante de s como una maravilla. Es cuando el sujeto se incorpora a travs de sus relaciones con otros sujetos, y cuando es inmerso en el lenguaje, que cobra una identidad yoica de determinantes sociales. No se mantiene un yo ideal sino un yo plagado de esquemas predeterminados que fuerzan al individuo a una otredad encaminada por un deseo de complacencia de ser quienes, por naturaleza, no son. Marta lo logra descifrar cuando le dice a su hija: Antes de casarme con tu padre ya pensaba en ti. En verdad, lo enamor por ti. Te quera ms blanca que yo. He credo que librarte de mi herencia africana, oculta en mi turbante, significaba tu dicha. Lo creo. Y luego No sabes cunta felicidad me concede el turbante Me permite, para bien de ella, pasar por blanca. Salvarla de insultos que deforman el alma. Salvarla de miedos que desgarran la voluntad. Salvarla de rencores que estrangulan el corazn. Salvarla Salvarla Entregrsela libre al reino de los blancos. Y en otra parte: este mundo, este horrible mundo que mutila almas con palabras como negro y mulato

Marta cambia en su consciente el reflejo de ella misma en el espejo y lo sustituye por otra. Segn Lacn, el hecho es que la totalidad de la forma del cuerpo por lo cual el sujeto anticipa en una mirada la maduracin de su poder le es dada solamente como una Gestalt. O sea, una exterioridad en la que esta forma es ms constituyente que constituida, pero en la que le aparece sobre todo en un tamao contrastante que lo arregla y en una simetra que la invierte, en contraste con los movimientos turbulentos que el sujeto siente que lo estn animando. El mulato es esta mezcla de blanco y negro o vice versa. Es aqu donde la identidad de Toa se deja ver con claridad porque viste y acta como negra, en una aldea de negros y mulatos, bailando al son de la bomba, un elemento propiamente negroide. As nos lo describe el autor:(Toa) viste jubn de avispa y falda voladiza hasta el tobillo. Cubre su cabeza con un pauelo de colores. Y de sus compaeros msicos se nos dice: Los Timbaleros, contorsiones de carne achocolatada, visten a la usanza de la primera dcada del siglo XX: pauelos multicolores en la cabeza, camisas y pantalones de hilo blanco. El santo que los posee espasmdicamente ha desabotonado sus camisas. Golpean con los pies, abultados y callosos, las arenas de slice dorado.

Obviamente esta descripcin no es la del tpico hombre blanco de la poca, por lo que se puede deducir sin lugar a dudas que se trata de una escena de cultura africana en su adaptacin puertorriquea. Este punto de adaptacin es muy importante en la obra y son parte de las actancias que los personajes adoptan. Primero, quiero analizar el personaje de Benedicto. Este hombre, de raza espaola, participa de la fiesta de pueblo. Sin embargo, no est en su sano juicio, sino que ha llegado borracho. As lo indica en su entrada:un Vejigante aparece Acusa un movimiento tambaleante de persona ebria.Benedicto aparece en escena completamente travestido de vejigante y no slo usa la mscara para ocultar su identidad sino que tambin trae guantes que guardan su blancura. Toa mantiene los ojos fijos en el Vejigante, quien la invita a acercarse con un movimiento simultneo de ambas manos enguantadas. Y ms adelante,se arranca la careta cornuda. Queda al descubierto la cara sonrosada y bigotuda de Benedicto, un gallego treintn encandilado por los humos alcohlicos.

Pareciese que fuera todo un plan framente calculado por Benedicto. Pero no resulta lo suficientemente valeroso para acercarse a Toa en su estado natural. Todos conocen a Toa, la negra ms popular, no slo por sus habilidades culturales de baile de bomba, sino por su alegra chispeante y su belleza juvenil. Esto definitivamente atrajo al espaol, de forma tal, que se transforma en uno de ellos. El disfraz de vejigante no comparte la realidad de quien es Benedicto. Benedicto se traviste de vejigante cuando su realidad es la de una forma de hidalgo (un gallego treintn, decara sonrosada y bigotuda), una persona de sociedad, rica, que no tiene nada que ver, aparentemente, con el grupo con el cual hace esta participacin, slo que es conocido en el barrio ante. Por ende, Benedicto no puede representar al vejigante porque, si fuese l a participar de las fiestas de Santiago Apstol propiamente, hubiese tenido que vestirse de caballero y no de vejigante. Esto lo hace, primeramente, habiendo perdido sus inhibiciones, ahogado en el consumo excesivo del alcohol. Como menciona Luis Felipe Daz en Anlisis socio-semitico de La Vida es Sueo 2, el travestimiento puede ser visto como signo de la irona y el engao. El cubrirse en su totalidad para no ser identificado, Benedicto utiliza esa performatividad para irrumpir en un lugar el cual no podra hacerlo de otra forma. Como Segismundo en La Vida es Sueo de Caldern de la Barca, se viste de demonio, una figura grotesca, animalesca, para poder coincidir con los dems actantes y lograr su propsito. Como puntualiza Daz, jugar con el concepto de los opuestos representa de por s un deseo de acercarse a lo prohibido.[footnoteRef:2] En un momento dado, se quita la careta. Pero no se la deja quitada, sino que vuelve a colocrsela para seguir con su dislocada performatividad con la nica intencin de llevarse a Toa y hacerla suya. Al quitarse la mscara, revela su verdadera identidad, la realidad de quin es, al objeto de su deseo y sta, con admiracin y agrado, le sigue el juego performativo y lo incita a que contine bailando con ella hasta que logran desaparecerse de la escena, Benedicto corriendo tras la Toa. [2: Luis Felipe Daz en http://postmodernidadpuertorriquena.blogspot.com/2013/09/analisis-socio-semiotico-de-la-vida-es_22.html]

Esta realidad se hace notar cuando entran unas mscaras locas y se hablan entre ellas despus de haber presenciado lo que ocurre en la celebracin. Son las nicas que no se han involucrado de forma total de lo que all sucede, donde los timbaleros se han dejado poseer por el santo, mientras golpean los cueros con ardiente frenes, estas locas estn apercibidas de la performatividad de Benedicto y Toa y se dan cuenta de que a Toa ...le gusta el gallego. Dentro del parlamente de las locas, el autor implcito deja entrever una problemtica subyacente la cual puntualiza de la siguiente forma en el parlamento:Hoy tiene el diablo por dentro y le echar mano en el matorral Estos espaoles siempre nos llevan las prietas ms guapas dice la Loca 2 a lo que la Loca 1 le responde, Y te apuras? Ya sabemos que las mulatas se desvelan por los blancos.

Cabe notar aqu que las locas interrumpen su propia actancia de voces en falsete para con voz natural declarar esta queja que les amarga. En este sentido, Las Locas estn en su sano juicio. Son hombres travistiendo la ira que esconden tras sus mscaras burlonas, siendo los nicos que se han sintonizado con la realidad. Todo esto bajo unos signos muy importantes los cuales son la carnavalizacin y la risa. Mijail Bajtin indica que mientras el carnaval est en progreso, todo gira en su torno. Como lo vemos en Vejigantes, se rene toda la comunidad a celebrar la fiesta de Santiago Apstol con la intencin carnavalesca de liberarse de la realidad. Esta risa, la cual es evidente en Toa, Benedicto y las locas, es indicativo de una resistencia al poder que los domina. Toa, por el poder de la raza y la sociedad, Benedicto, por el poder de la familia y del qu dirn y las locas, por las injusticias del poder del blanco. De esta forma, se entronizan por un da en el cual los principales personajes son los marginados. Las jerarquas hegemnicas son desmanteladas de esta forma a travs de la parodia y la risa. Y en medio del baile, la risa y el carnaval, todos se convierten en uno. Sin embargo, a pesar de que Benedicto est travestido en una otredad, da rienda suelta a su identidad natural cada vez que, dentro del baile, exclama la soberana de Espaa: Santiago y cierra Espaa!Cuando al fin Benedicto consigue lo que se ha propuesto, lo cual ha sido calmar su instinto animal, la mira indistintamente. De hecho, el autor implcito no ha dejado de recalcar con adjetivos animalescos las acotaciones con relacin a Toa y la describe de la siguiente manera: su rostro chispea gracia y salud animal y joven animalidad. Por lo que no es extrao que la performatividad de Benedicto haya quedado satisfecha con el acto violento en contra de la muchacha. La acotacin resulta interesante:Toa aparece sentada en las arenas. Se apoya en su brazo izquierdo con dejadez. El pauelo con que cubra sus duros moos, desgreados ahora, se descuelga de un matojo. Su jubn y su falda revelan estrujamientos y violencias.

El Espaol, vestido con camisa vasca y pantalones de bayeta, ajusta una boina a su cabeza. Un resto de borrachera le provoca dbiles tumbos; pero ya mira a Toa sin deseos. Se decide a recoger sus guantes, el disfraz y la careta de vejigante, dispersos alrededor de la muchacha. Les sacude la arena y, luego, contempla a Toa un instante.

Al consumir el acto vandlico, Benedicto se quita el travestismo para conciliar con Toa lo que debe hacerse. De esta forma, comienza a querer travestirla para que haga unas representaciones que destruyen su moral. Al no querer hacerse responsable de sus hechuras, Benedicto razona con ella pidindole que no le diga nada a nadie, que no se entere su familia, que guarde el secreto a su padre bajo la premisa repetitiva de Estas cosas tienen arreglo. Le asegura que va a hablar con el padre de Toa pero que necesita su silencio porque l va a arreglar el asunto. Toa ya se da por perdida pero Benedicto contina asegurndole que todo va a estar bien. Y al contestar el insistente cuestionamiento al que ella lo somete le dice: Te gustara lavarme la ropa y hacerme la comida? Completamente indignada, Toa se echa a llorar y le dice, haciendo alusin al autor implcito: Si lo desea, no tiene que cargar conmigo. Ms parece que trata con una bestia que con una mujer. Y luego le grita Puerco!

Vale por el instinto animal de Benedicto. Lo nico que resuelve es su insistencia en travestirla: Sirvienta en el da, pero reina en la noche. Por lo que transcurre implcitamente en la obra, y no es hasta casi al final, que se conoce los pormenores de lo ocurrido esa noche. Benedicto se negaba a casarse con Toa porque sus padres en Espaa ya le haban arreglado matrimonio. Pero aparentemente eso no ocurre. Toa s se somete a la voluntad del gallego pero con la nica condicin, y muy personal, de darle a su hija Marta lo mejor y librarla de todo lo que a ella le haba ocurrido. Y es Clarita, su nieta, la que devela el misterio, mientras se dirige a su madre Marta:(Acerca de su abuela Toa) Merece todas las consideraciones. Comenz la vida con enormes desventajas y pudo hacerte maestra. Y luego Piensa en mam Toa. Trae a tu memoria su vida de sirvienta y de querida con mi abuelo. Vida en la sombra, vida de humillaciones. Trae a tu memoria su vida de madre arrinconada por la hija. Visita de blancos en la sala, cuarto de atrs para la abuela. Vida en la sombra, vida de dolor.

Marta es el producto de una violacin, es producto de una mezcla de razas inconcebida conforme a la trama de la obra, es producto de indiferencias de la sociedad, pero que se levanta firme y constante de querer llevar a cabo su sueo de vivir una vida contraria a la que lleva en su sangre. A la que reconoce que en el pasado fue muy cruel con ella y con su progenitora. Esa determinacin la ejerce con poder. Michel Foucault enfatiza un poder que surge de la vida diaria, categorizando al ser y marcndolo por su propia individualidad, lo cual lo ata a su identidad, imponiendo una ley de verdades a la que el sujeto tiene que acatarse y que al mismo tiempo reconozcan en el sujeto. Esta forma de poder construye la individualidad del sujeto. Para su propia seguridad, Marta impone su poder en ambas mujeres que conviven con ella, a saber su hija y su madre. El control de podero que ejerce sobre ellas es el mecanismo que la mantiene a ella sujeta a su propia realidad inventada. La permanencia del YO de Marta a dicha realidad proviene de los fantasmas que la dominan, se vuelve autmata por el YO que construye para s misma y que construye para as proyectar una imagen que la completa en la vida cotidiana. Esta imagen gestltica, para Lacn, se logra pero a travs de esa imagen velada que le brinda un privilegio al sujeto de ver su esquema en las experiencias diarias y en su penumbra de eficacia simblica. La imagen del espejo es el umbral del mundo visible si nos dejamos llevar por las disposiciones que se reflejan dentro de lo que la imagen del cuerpo presenta ya sea en alucinaciones o sueos, si concierne los rasgos individuales, o sus debilidades o proyeccin de objeto; o si observamos el rol del aparato reflector en las apariencias del doble, en que las realidades fsicas, por ms heterogneas que sean, son manifestadas.Marta tiene un dilema y es el reconocimiento de su realidad. Ella sabe quin es pero decide, con un espejo, travestirse con una excesiva capa de polvo blanco. Contiene su pelo tenso en un turbante de colores que lo cubre totalmente. Viste un lujoso traje que abotona en el cuello y las muecas.

Esta es la Marta que quiere reflejar en el espejo y lo logra a travs de la otredad; negra por dentro, pero blanca por fuera. La Gestalt es capaz de tener efectos formativos en el organismo cuando se expone al individuo, en cierto estadio, a la imagen visual exclusiva de una imagen en particular, provista de sus movimientos animados de estilo cercanos a las caractersticas de la especie. Tales factores estn inscritos en un orden de identificacin homeomrfica que cae bajo la pregunta ms amplia acerca de la belleza tanto formativa como erognica. Sin embargo la actancia obligada por la mmica no deja de ser instructiva cuando se concibe bajo los casos de identificacin heteromrfica, en tanto que levantan el problema de significacin del organismo viviente. La utilizacin de este tipo de identificacin es propiamente utilizada para proteccin de los elementos del entorno. Por lo que el estadio del espejo ejerce una funcin del imago o imagen idealizada que establece una relacin entre el organismo y su realidad, o como dira Lacn, entre el Innenwelt y el Umwelt.Marta ha escogido de forma magistral obtener un control a travs de la imagen que cre de s misma, sin embargo surgen momentos en la trama en que esa mujer fuerte, dominante y exclusiva a veces amenaza en derrumbarse. Esto tiene relacin con la mmesis representada en la obra. El asunto de Marta y por qu la he llamado La Vejigante en Vejigantes es un resultado de la problemtica antepuesta a ella. Sobrepasa su individualidad y se extiende a todos los ejecutantes y de forma viceversa se afecta ella por la actancia de su madre desde el principio de la obra.Toa obtuvo una vida de privaciones sociales ante un hombre abusivo muy a pesar de que ella le saca el provecho necesario y educa a su hija precisamente para que no tenga que pasar los sinsabores por la falta de educacin. Ella en cambio, escoge un hombre prcticamente con las mismas cualidades que su padre para poder obtener una hija que fuera ms blanca que ella. Pero esto tuvo un precio muy alto, y fue la falta de realizacin personal en torno a sus sentimientos y auto vala. Sujeta a insultos y maltrato psicolgico, su inters mayor era entregar a su hija al reino de los blancos. Es por estas razones es que Marta est travestida de vejigante, y no con una mscara a la usanza de Loza y las fiestas de Santiago Apstol, sino de una mscara que lleva y que no puede quitarse porque el contexto en el cual vive no tolerara su realidad: un pelo ensortijado, duro, que grita. Para Vega Lncara, Clarita constituye en Vejigantes el elemento de equilibrio entre Mam Toa (como se le conoce a Toa a partir del segundo acto) y Marta. Su sensibilidad se manifiesta en el amor que siente por Toa, en el rechazo del sentimiento racista de su madre y su postura sensata y reflexiva ante Bill. Y es Clarita la que comienza la develacin de lo que oculta su madre bajo el turbante. Ya que Marta insiste en que Clarita se case con Bill, porque es blanco, rubio y de los estados del sur de Estados Unidos, Clarita comienza a hacer hincapi en todo lo relacionado a lo puertorriqueo y avisa que el gobierno tambin lo est haciendo. Clarita conoce quin es y su procedencia. En el imago de Lacn, Clarita ha mantenido una percepcin de s misma clara, como lo es su nombre, de su realidad y no ha hecho el intento de realizar ningn cambio a su imagen. De hecho, su madre quien la ha alimentado de ideas de mejoramiento, refinamiento y de todo lo que es de buen haber en la sociedad, preparndola de tal forma para que pueda realizar su sueo, el de Marta, de casarse con un hombre blanco para ahogar las profundas races en los elementos de la raza y la cultura anglosajona. Tal es as, que Bill da cuenta de la maravillosa mujer que es Clarita y de la felicidad que puede brindarle a l y a su familia. Pero la realidad ahoga el deseo de Clarita de formalizar una relacin con Bill porque existe un rompecabezas que debemos componer a solas con la consciencia. Esta profundidad la lleva a cuestionar a su madre las verdaderas intenciones y si en realidad valieron la pena, como dice Mam Toa, por gente que no vale tres pepitas de pana. Este anlisis la lleva a tomar decisiones que desenlazan la trama al hacer una confrontacin racista utilizando a Bill para que su madre se d cuenta que no puede ocultarse ya ms ni tener a la abuela en el cuarto de atrs, atormentada por recuerdos que subconscientemente la hacen arreglarse el turbante a cada instante. Marta se visti de vejigante como lo identifica su madre con lo siguiente:Ni tu padre, que jams tuvo que empaetarse la cara con blanquete.Esta vida de mscaras no conduce a la vereda real. Tu padre, vestido de vejigante, me alej de ella, y ese turbante parece cortado de aquellos colorines.

Hija El matrimonio con tantas caretas puede amargar ms que el pasote.

En una acotacin, saca una polvera dorada de un bolsillo. Abre la polvera y se explora la cara atentamente en el espejo. Se empolva el rostro, la garganta y las manos. Se arregla el turbante cuidadosamente despus de forzar dentro de l algunos cabellos rebeldes a la prisin.

Estos elementos son cruciales para identificacin del Vejigante. Como la performatividad de su padre, Marta se oculta el rostro y la cabeza, las manos y todo lo necesario para poder personificar al actante ideal. Cuando se trata del sujeto en contexto, no es el sujeto que hace precondicin soberana de la accin y el pensamiento. Es el agente socialmente producido y el deliberador cuyo agente y pensamiento hecho posible por un lenguaje que precede el Yo. En este sentido, el Yo es producido a travs de un poder, pero no al efecto del poder determinstico. El poder se basa en un mecanismo de reproduccin que puede fracasar, deshacer las estrategias del poder de la animacin y producir efectos nuevos y subversivos, segn Butler. Esos son los resultados a los que llega Marta. Ya no puede llevar sobre sus hombros la carga de la falsedad que ha aparentado todo ese tiempo y, junto a Mam Toa y Clarita, comienza a derrumbarse. El declive de Marta podra decirse que es auto infligido ya que decide afronta a Bill, el cual ha hecho serios cuestionamiento acerca del turbante a causa de comentarios que ha escuchado, como objeto de burlas, en la oficina. Ella misma se coloca en la perspectiva racista de los blancos junto con Bill y le ofrece la oportunidad de verla sin el turbante. A lo que Bill se niega rotundamente por respeto y convencimiento seguido de la conversacin que ella misma ha programado. Marta le dice:No se le ha ocurrido que nos parecemos mucho?Claro! En cierto sentido. En otro, con la mezcla de razas que invade todos los crculos, nos dejamos de parecer

La performatividad del gnero, puntualiza Butler, est enredada en modos diferenciales en que los sujetos son elegibles para el reconocimiento, a pesar de que piensa que el reconocimiento no siempre es totalmente posible y que existen maneras diferenciales para alocar reconocibilidad. El deseo por el reconocimiento nunca puede ser completado. Pero para ser un sujeto en lo absoluto requiere cumplir con ciertas normas que gobiernan el reconocimiento, que hace a una persona reconocible. El intento de Marta para hacerse reconocer estriba en su tenacidad Vejigante y baila como tal al son de la conversacin con Bill. El mismo Arriv crea a Vejigantes para plantear conflictos de consciencia originados por el cruce de la raza blanca con la negra. Cuando los puertorriqueos niegan su herencia racial africana, se convierten en vejigantes, esto es en seres enmascarados, insuficientes moralmente[footnoteRef:3] [3: Francisco Arriv, The Mask and the Garden, 1962.]

El intento de Marta no resulta y lo que hace es desatar una tormenta en la cual Clarita se dispone a revelarlo todo:Mam es hija de un espaol y una mulata de Loza. Mi abuelo nunca tuvo el valor de casarse con mi abuela. La hizo pasar por sirvienta. Mam creci con la doble vergenza, en lucha consigo misma. El temor de ser humillada le torci temprano su fondo de bien. Con los das, agrios rencores, sordas angustias, se apoderaron de su nimo. Lleg a sentir que haba perdido el derecho a la felicidad, pero decidi rescatarlo para su hija. Lo anhela ciegamente.

Bill comienza su actancia irracional y se lanza en contra de Marta, indignado por la mentira y la falsedad de que acaba de ser sujeto. En el desate de emociones, entra Mam Toa con mpetu y espanta al pjaro de mal agero al son de la bomba Joyalito. Una de las principales performatividades es esta, que desenlaza totalmente el dominio de Marta como Vejigante y la coloca de forma susceptible ante la realidad propuesta por su hija:Mam, vivamos de frente a esa realidad puertorriquea. Sin los disfraces que convierten al pas en una pesadilla de mscaras. Nos sobrarn fuerzas para vencer este embrujo de vejigantes y buscar una dicha real.La acotacin final indica que la liberacin de Marta se lleva a cabo desabrochndose el turbante y limpindose la cara mientras de forma simblica, vejigantes y caballeros se enfrentan a un duelo de muerte, los caballeros entierran espadas en los vejigantes, dando as una muerte definitiva al pasado y presente que mantuvo en cautiverio a Marta, la cual en sus cuadros semnticos, mantuvo su entereza y performatividad yoica de la imagen creada y que le mantuvo viva por tantos aos. La liberacin de las tres actantes se formaliza a su salida al jardn, a ser puertorriquea.Concluyo con lo siguiente: La otredad de la mentira es la verdad. Dentro de este aspecto, el ser humano puede exponerse a una dicotoma que lo coloca en medio de ambas otredades; entre la mentira y la verdad, entre lo que es real e irreal. La persona que, sabiendo que vive una mentira en relacin a su estado natural, acepta ambas otredades y por ende tiene que, por obligacin, aceptarlo todo. Esta postura de aceptacin de todo podra ser buena en ciertos casos. Sin embargo, hay un aspecto interesante en las Escrituras en cuanto a esto donde se hace referencia a lo siguiente: Se me permite hacer cualquier cosa, pero no todo conviene. Y aunque se me permite hacer cualquier cosa, no debo volverme esclavo de nada.Aceptarlo todo es, hasta cierta extensin, permitirlo todo. Vivir en la otredad aun reconociendo lo contrario de s mismo resulta dicotmico por el simple hecho de reconocer la naturaleza de la verdad la cual es m verdad mientras niego esa verdad aceptando lo que quiero ser lo cual es contrario a esa verdad. Permitirlo todo podra complacer el yo existencial porque siente que est bien con todo y con todos lo cual compone cierta libertad del consciente egocntrico. Pero querer tenerlo todo tampoco resulta positivo porque la aceptacin de esa postura en la vida podra hacernos esclavo de todo.Marta reconoce su naturaleza y vive cada da con ella reconociendo su verdad. Sin embargo trasviste su realidad a travs de la pintura que se aplica al rostro y el turbante que esconde su cabello crespo. Se viste como toda una dama de sociedad, aceptada por la misma y viviendo conforme al lugar de residencia. De forma espordica siempre sale Toa que le hace recordar y reconocer su verdad. Resulta ser una especie de sub-consciente que altera la actancia de Marta la cual tiene toda una performatividad ya establecida. Durante todos los cuadros semnticos, Toa ha dominado con su performatividad, desde el principio, entregndose al Gallego, travistiendo su libertad bajo el dominio del hombre que la deshonr. Marta, de otro lado es sujeta a la vida que tuvo que llevar junto a su madre, viviendo en carne propia las injusticias del racismo. Este perodo hace que Marta crea una imagen falsa de s misma pero que a la vez le brinda sosiego mental. Busca en un hombre mejorar, por as decirlo, la raza y lo logra hasta cierto punto en Clarita. Sin embargo, cmo vivi y cmo subsisti lo quiso ahora depositar en su hija pero le result en vano el cometido porque ms pudo el peso de las races que el sentir de una sociedad. A Joyalito la dejaron en el puente, pero madre, hija y nieta cruzaron el umbral.

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